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Carta de monseñor Retana

Queridos cofrades de Salamanca: se me da la oportunidad de dirigirme a vosotros, como vuestro nuevo obispo. os envío un saludo muy cordial y afectuoso a todos. Como os dije en la homilía de mi toma de posesión: “todos formamos la única Iglesia de Jesús; con osadía y sin miedo debemos hacer visible al Señor y a su Iglesia en la tarea de la evangelización que se nos encomienda. Esa es realmente nuestra verdadera tarea”.

Las Orientaciones de laAsamblea Diocesana, aprobadas por el anterior obispo, don Carlos López, el día 8 de octubre de 2016, incluyen entre las propuestas de renovación pastoral en torno a los laicos “dotar a las cofradías y hermandades de un marco normativo diocesano que ayude y oriente en su renovación espiritual y acción pastoral y contribuya a su inserción eclesial”. Estas normativas han sido revisadas y enriquecidas con las aportaciones de las juntas directivas de las cofradías. Esta renovación considero que es una gran ayuda para entender convenientemente lo que es una cofradía y cuál ha de ser su fin principal.

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Importancia de las cofradías

Lo primero es reconocer la importancia de las cofradías y afirmar de nuevo que la Iglesia siempre ha valorado la riqueza que atesoran y la gran oportunidad para la nueva evangelización. La Diócesis y el obispo reconocen el inmenso potencial que suponen nuestras cofradías. Y en segundo lugar, quisiera recordaros un elemento esencial, como ya hizo el sabio papa Benedicto XVI: La «eclesialidad». “La piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con vuestros pastores. Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia os quiere. Sed una presencia activa en la comunidad, como células vivas, piedras vivas. Una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia. Amad a la Iglesia. Dejaos guiar por ella. En las parroquias, en las diócesis, sed un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana, aire fresco”.

Por eso, la vida cofrade es un camino, una ayuda para vivir mejor en cristiano. Y, por tanto, la hermandad o cofradía ha de ofrecer los medios que el cristiano necesita para su nutrición espiritual: Palabra, Sacramentos y Caridad. Sois promovidas por la Iglesia para ayudar a la misión de la Iglesia: conocer a Cristo y tomar el Evangelio como norma de vida.

Vivir con intensidad os invito a vivir con hondura esta Semana Santa de 2022, después de un tiempo en que no ha sido posible estas manifestaciones de piedad popular por la situación pandémica que padecemos en el mundo entero. En estos días vamos a participar de nuestras procesiones de Semana Santa. Las diferentes cofradías y hermandades mostrarán su mejor arte y su más sincera piedad. Nos ofrecerán el hermoso fruto del mucho tiempo y generosa ilusión que han empleado en la preparación de estos días desde hace muchos meses, para aportar lo que llena de belleza popular esta religiosidad tan nuestra en la ciudad de Salamanca y en toda la diócesis. Es ciertamente hermoso este quehacer de nuestras cofradías y hermandades. Pero no olvidéis que sólo en la medida en que nuestras tradiciones religiosas sean expresión de la convicción de la fe que inspira nuestra vida y camino para acercarnos a Cristo y pertenecer a la Iglesia podrán perdurar y dar fruto maduro. Una tradición religiosa que ha perdido su razón trascendente, se convierte al final en un simple producto exótico destinado a la visita transitoria del turismo como curiosidad pasajera.

Caminar con Jesús

Acojamos a cuantos visiten nuestra hermosa ciudad de Salamanca. Procesionemos con fe. Que nuestras procesiones susciten una mayor adhesión a Cristo, que entregó su vida por nuestra salvación, y a la Iglesia. La misma vida cotidiana es una procesión, que está repleta de innumerables vías dolorosas, que han causado tanto dolor en este tiempo de pandemia. Que nuestras procesiones de Semana Santa nos ayuden a caminar el resto del año al paso de Jesús, convirtiéndonos en cirineos generosos que ayudan a llevar el peso de la cruz de tantos de nuestros hermanos que sufren por tantas causas.

Resurrección

Y celebremos los misterios centrales de nuestra salvación: el amor inmenso y apasionado de Dios, Padre Bueno, que permite la muerte de su Hijo y lo resucita para nuestra salvación. ¡os deseo a todos una Feliz Semana Santa y Feliz Pascua de Resurrección!

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