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Agradecimientos

La investigación que presentamos surge, en

buena medida, tras el acompañamiento que, desde Dejusticia, hemos realizado en los últimos años a las organizaciones campesinas, en sus luchas por reconocimiento, participación y redistribución en tanto sujeto político y de derechos. Ese trabajo mancomunado ha enriquecido nuestra constante formación como investigadoras y activistas, gracias a las preguntas provocadoras y los desafíos que aquel nos ha trazado constantemente. En este sentido, agradecemos los aprendizajes y la confianza construida con la Mesa Campesina Cauca y, en especial, la Asociación Campesina de Inzá Tierradentro (acit), el Comité de Integración del Macizo Colombiano (cima) y el Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (pupsoc). También agradecemos a otras organizaciones campesinas del nivel nacional, en particular, la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (fensuagro), la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (anuc), la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos Unidad y Reconstrucción (anuc-ur), el Coordinador Nacional Agrario (cna) y la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (anzorc).

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De manera especial expresamos nuestro agradecimiento a Eliécer Morales y César William Díaz, con quienes hemos tenido una mayor cercanía durante la construcción de las reflexiones que presentamos. En definitiva, el trabajo que acá exponemos no habría sido posible sin sus luchas colectivas y su insistencia cargada de dignidad para ser visibles, escuchados y reconocidos. A la tenacidad y persistencia de estos líderes sociales dedicamos este libro como una forma de justicia de reconocimiento académico de su protagonismo en la búsqueda de una Colombia más incluyente e igualitaria.

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La constitución del campesinado: luchas por reconocimiento y redistribución en el campo jurídico

Por compartir su tiempo y permitirnos entrevistarles, agradecemos a Edilia Mendoza, Luis Alejandro Jiménez, Eberto Díaz, Nidia Quintero, Carmenza Gómez, José Cuesta, Aída Avella, Iván Marulanda, Darío Fajardo, Luis Fernando Salvatierra Gutiérrez, Andrés Iturralde, Manuel Ramos Bermúdez, Blanca Capacho y Liborio Belalcázar Morán. Sin dudas, sus voces y experiencias enriquecieron este trabajo. Les extendemos un agradecimiento especial a Manuel Ramos, experto en derecho agrario en Colombia, y a Luis Fernando Salvatierra Gutiérrez, jefe de la Unidad de Derechos de las Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos y Pueblo Afro-boliviano de la Defensoría del Pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia, quienes respondieron cuestionarios detallados que fueron esclarecedores durante nuestro proceso de investigación.

Si bien la línea de investigación Tierras y Campesinado fue creada formalmente en Dejusticia hace un año, esta se nutre del trabajo de distintas generaciones de investigadoras en estos temas. Con especial gratitud recordamos a María Paula Saffon, Aura Patricia Bolívar, Laura Gabriela Gutiérrez, Nelson Camilo Sánchez y Juan Fernando Jaramillo por sus aportes en la construcción de conocimiento colectivo sobre tierras, territorios y el sujeto campesino. A Juan Fernando, socio fundador de Dejusticia, también rendimos un homenaje en estas páginas por su insistencia en que la democracia latinoamericana pasaba necesariamente por una democracia frente a la tierra.

Este libro no habría sido posible sin el soporte y trabajo de nuestros pasantes Diego Yáñez y Kelly Acero, así como de los importantes aportes de nuestros colegas Natalia Torres, David Rodríguez, Lina Arroyave y Sergio Pulido. A Andrés Fuerte Posada gracias por la complicidad en el activismo y la investigación en estos temas, incluso desde antes del litigio que desembocó en la tutela campesina. Por su generosidad con la lectura de versiones previas de este manuscrito agradecemos a nuestras colegas de Dejusticia Vivian Newman, César Valderrama, Luis Felipe Cruz, Carlos Olaya, Diana Esther Guzmán, David Filomena y Sebastián Rubiano. Igualmente, los agudos comentarios de Aura Patricia Bolívar y Sergio Coronado enriquecieron esta investigación y nos ayudaron a formular nuestras ideas con mayor claridad y rigurosidad. En las labores administrativas,

agradecemos a Lucía Albarracín y Claudia Luque, quienes hacen parte de los equipos de soporte operacional y publicaciones, porque sin su trabajo y dedicación este tipo de investigaciones no sería posible.

Asimismo, este proyecto de investigación contó con las valiosas contribuciones de quienes hacen parte de la plataforma Transformemos Territorios Construyendo Paz, una iniciativa apoyada por la Embajada Suiza, a través de la Agencia para el Desarrollo y la Cooperación (cosude). El apoyo de la Embajada y Johana Rocha Gómez (coordinadora de la plataforma) alentó la ejecución de este plan de investigación. En el mismo sentido, reconocemos las contribuciones de los observatorios regionales de la Universidad de Cartagena, la Universidad de Córdoba, la Universidad Popular del Cesar, la Universidad de los Llanos y la Universidad de la Amazonia. Desde su experiencia en el acompañamiento a casos concretos de conflictos territoriales, estos centros académicos nos sugirieron nuevas miradas a los contextos que son decisivos para la defensa de la vida campesina.

Las reflexiones que aquí exponemos también se nutren de los aportes de la Procuraduría General de la Nación y, en especial, de los procuradores judiciales agrarios y ambientales, así como los procuradores judiciales de restitución de tierras, con quienes tuvimos la oportunidad de conversar sobre los desafíos que enfrentan en sus tareas cotidianas por la materialización de la constitución agraria y campesina.

Por último, este libro está atravesado por las historias familiares y personales de algunas de las autoras que tenemos ascendencia y compañeros de vida campesinos. Por la inspiración de sus luchas en nuestras vidas y carreras académicas, rendimos un homenaje a nuestras ancestras y ancestros campesinos quienes, desde los rincones del Tolima, Cundinamarca, Cauca, Nariño, Córdoba y Boyacá, se resistieron a la exclusión y persecución violenta que han marcado la ruralidad colombiana. A ellas y a las líderes campesinas que han sido estigmatizadas, judicializadas y asesinadas, dedicamos estas páginas para hacer memoria de sus luchas y sus contribuciones a la construcción de una sociedad en la que podamos vivir como queramos, vivir bien y vivir sin humillaciones.

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