Es innegable que la pandemia tuvo como principal consecuencia la pérdida de millones de vidas, desaparición de
más de un millón de empresas y las que sobrevivieron enfrentan una realidad económica con retos.
Por otro lado, una situación que impera en las empresas
mexicanas son las consecuencias indirectas como disrupciones en las cadenas logísticas, a través de la inflación por
el encarecimiento de los servicios de distribución y la escasez de algunos productos. Es importante recalcar la importancia de colaboración público-privada que devuelva la
confianza a los inversores.