2 minute read

Una importante decisión

Francisco Aguilar Palma

Hace unos 23 años, más o menos por estas fechas, recuerdo que se deslizaban dos lágrimas por mis mejillas al ver por TV un programa en el cual hacían un reportaje de la Semana Santa de Puente Genil, estando sentado en un sencillo sofá, por delante una pequeña mesa, y al lado mi mujer. Aquella situación nos hizo recordar y echar de menos nuestro pueblo, época en la que todavía no participaba de nuestra Semana Santa. Ver al Terrible por aquella pantalla en blanco y negro y al 1000 Km., de aquí, creo que fue el momento en el que sentí por primera vez la llamada a mi corazón para vivir como manantero. Nunca pensé que iba a recordar con tanto cariño mi tierra e iba a ponerme tan triste.

Advertisement

Fue al siguiente año, allá por el 84 cuando invitado por nuestro hermano Lolo, comienzo a conocer y a sentir profundamente lo que significa el mananterismo, mi participación había sido, (como cualquier pequeño de Pte. Genil), la visita a las Virtudes Teologales corporación de mi padre y por la Semana Santa Chiquita. Aquel año como digo y por invitación de Lolo, es cuando realmente comienzo a sentir y entender lo que significa nuestra Semana Santa, (lo que hoy aconsejamos a todo aquel que viene a visitarnos, visitar el cuartel y conocerlo desde dentro).Bien es verdad que nunca imaginaba por aquel entonces lo que me ha ido aconteciendo, cada día lo he vivido con ilusión y alegría, y al mismo tiempo recuerdo aquellos momentos con gran nostalgia y cariño, esos momentos en los que echaba de menos mi pueblo, volver a él fue todo un acierto, quizás arriesgado, pero todo un acierto. Para mi familia fue un aumento de alegría en nuestras vidas, y para mi personalmente el poder pertenecer y participar de manera intensa en nuestra Semana Santa. Nunca pensé que iba a enriquecerme tanto en este sentido y a rodearme de Hermanos a los cuales tanto llegas a querer.

¡!SI!!, quizás aquí se vivan algunas cosas con hipocresía, pero yo he vivido muchísimas mas de sinceridad y hermandad, y creo que de esto es de lo que se trata, de volcar la balanza hacia el lado nuestro, al del manantero de verdad, el que si cree que tenemos una forma de convivir, de comprendernos y aceptarnos como somos. Esto es lo que he aprendido en mi Corporación y lo he aprendido de mis mayores, y lo estoy aprendiendo de hermanos más jóvenes (mas o menos un 33%),

Eran aquellos 23 años en los que pensaba que me sobraba todo, ahora doy gracias a Dios, a mis hermanos del Pez y a mi familia, pues cada día me alegro mas, de aquel regalo que fue el tomar la decisión de volver a mi pueblo y no arrepentirme de ello.

This article is from: