1 minute read

Los caminantes

Next Article
Vestir la túnica

Vestir la túnica

LOSLOS CAMINANTES CAMINANTES

La mañana era clara, la luna casi perdida aún permanecía asomada en la ventana del cielo, por donde llama a la alborada dejando su blanca helada en el verde manto del suelo. La hierba bebe del rocío y se yergue bajo las sombras de los abedules del río. Los pajarillos trinan y pían entre las espesas ramas, de los pinos y los chopos saludando a la mañana. Uno a otro se invitan a descansar, Rafael reposa su espalda en una piedra, y Tobías sentado en la orilla hunde su codo en la hiedra. El agua ondulaba sus formas entorno a los caminantes, el limo verde del fondo coloreaba el instante. Mira compañero, Dice Rafael: ¿Viste ese pez inmenso saltar?. ¿Viste sus agallas rojas abrirse y resoplar?. ¿Viste su lomo dorado y su vientre plateado en el río serpentear? Ese vive tesoro te salvara dejará a tu Padre Tobit libre de su oscuridad. ya ti Tobías te permitirá pasar la noche de bodas con total seguridad. Tobías pesco el pez, lo eviscero, tomo el hígado y sus agallas y en una vasija guardo tal y como Rafael indico las vísceras que le salvaran.

Advertisement

Juan Fernando García Arroyo

This article is from: