1 minute read

Diez años contigo

Next Article
Seis chavales

Seis chavales

Diez años conDiez años contigo tigo

Ya se cumplieron diez años de estar junto a ti. Diez años acompañándote en tu transcurrir por las calles de Puente Genil el Miércoles S. A tu diestra y a tu siniestra los hermanos de El Pez, con su túnica grana y empuñando el bastón que soporta la vela y su caprichosa llamita, junto a todos los demás cofrades, este año de nuevo,, al bajarnos el capillo iniciaremos el bello peregrinar por nuestro pueblo; por tu pueblo, porque así lo acreditan las miradas atónitas de tus paisanos cuando te ven pasar, y donde todas experimentan un consuelo, al menos fugaz, al contemplar tu sereno rostro, tu paciente rostro, tu Humilde presencia. En el recuerdo queda aquel año en que empujados por un señor, D. Federico Muñoz Pérez de Siles, y algunos hermanos de la Corporación que por aquel entonces ya eran miembros de tu Cofradía; entramos en bloque a formar parte de la misma. En un rincón de cada uno de nuestros corazones existía un espacio reservado a Ti, pero a partir de entonces el volumen que llegaste a ocupar fue infinitamente mayor. Como la ilusión que un niño siente cuando el Día de la Cruz viste unos ropajes de Figura, y tiene que ataviarse con una hora de antelación, porque sus ansias así lo dictaminar; igualmente nos ocurrió a nosotros aquel año y los siguientes venideros. Evidentemente nuestra experiencia junto a Ti es corta, pero pienso que fructífera. El tiempo ha transcurrido, y quizás Tu veas menos entusiasmo por nuestra parte, pero no es así; el joven se hace más adulto y tal vez pierda parte de su arrebato, pero el cariño sigue un camino completamente opuesto y cada día que pasa va tomando mayor magnitud. Confío en que nos ayudes a cumplir muchos más aniversarios junto a Ti. Que la Corporación de El Pez siga ligada a Tu Divina presencia. Que en el bullicio del Miércoles Santo nos reserves por siempre el lugar de privilegio cercano a tu Imagen, y que nuestra naturaleza humana nos permita durante muchos años soportar tu peso en nuestros hombros.

Advertisement

Antonio Ortiz Gama

This article is from: