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Las especies nativas generan agua

Escribe:

Jolber Magno Zavala Quispe (*)

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LEGADO. La siembra y cosecha de agua es una práctica ancestral que permite asegurar el insumo a las comunidades y a su vez evitar el deterioro del medio ambiente. Aplicar este mecanismo implica que en las cabeceras de cuenca se plante i’chu, queuña, q’olle, etcétera, y así facilitar la recarga hídrica.

Por más de 10 mil años, los ayllus o comunidades campesinas viven en armonía con el medio ambiente y la naturaleza. Respetan la pachamama, las fuentes de agua, que son la base de la cultura andina, y el desarrollo de la agricultura familiar. El agua es un eje indispensable en la vida comunal.

Ahora que vivimos en una sociedad consumista donde por ambiciones se depreda sin control los recursos naturales, impactando fuertemente en el equilibrio del medio ambiente, debemos motivar e incentivar la gestión y manejo de cuencas. Una de las alternativas es promover proyectos de siembra y cosecha de agua: implementar diferentes trabajos en los territorios como la instalación de bosques macizos con plantas nativas, zanjas de infiltración, construcción de diques rústicos, etcétera.

Estos trabajos tienen la finalidad de filtrar el agua en el subsuelo, mantener y recuperar el ecosistema en la cabecera de cuenca, zona de recarga hídrica de los acuíferos. Allí el agua será cosechada en los manantiales y puquiales. El uso está destinado al consumo humano, agricultura y ganadería.

Cambio climático

Las consecuencias del cambio climático, la contaminación y otros factores hacen que ahora estemos en uno de los momentos más críticos de estrés hídrico y sequías prolongadas. Eso afecta a los cultivos y es un riesgo para la seguridad alimentaria.

Las comunidades campesinas que se encuentran en las zonas altas tienen condiciones favorables para la siembra de agua. Cuentan con cerros rocosos que tienen fragmentaciones y suelos que permiten la filtración natural. Esta es una condición importante para la siembra de agua. En temporada de lluvias se almacena y luego recorre por el subsuelo, generando los ojos de agua (manantes) en las partes medias.

También hay plantas que ayudan a generar agua. En las cabeceras de cuenca se debe priorizar la plantación de especies nativas como el i’chu, la queuña, el q´olle, específicamente en los alrededores de la recarga hídrica.

Estos trabajos siempre han sido y están siendo realizados por las comunidades campesinas ubicadas en zonas altas. La cosecha de agua de escorrentía en temporada de lluvias con zanjas de infiltración y plantaciones forestales tienen muchos beneficios como controlar la erosión de suelos, disminuir la formación de cárcavas en las cabeceras de cuenca y, lo más importante, incrementar el agua. De esa forma se asegura la disponibilidad de agua para las poblaciones que se encuentran en las zonas de su influencia.

El Centro para el Desarrollo de los Pueblos Ayllu – CEDEP Ayllu implementa un proceso de gestión de recursos hídricos mediante un trabajo concertado con integrantes de las organizaciones comunales y de usuarios de agua de la subcuenca Antilla del distrito de Curahuasi, provincia de Abancay (Apurímac). Se han instalado 10 hectáreas de bosque macizo en base a plantones de queuña (Polylepis), clausura de más de 150 hectáreas de pastos naturales mediante la instalación de cerco perimétrico con malla ganadera, que propiciará la recuperación de cobertura vegetal, y la protección de bofedales y manantes que son muy importantes para la reserva hídrica en la subcuenca Antilla. Esto permitirá el afianzamiento del recurso hídrico, cuya finalidad es asegurar el agua para las futuras generaciones, que harán uso del recurso hídrico para consumo y riego.

Los trabajos de siembra y cosecha de agua de escorrentía es una política institucional del CEDEP Ayllu. Así, la implementación de estos trabajos de afianzamiento hídrico y la recuperación de ecosistemas en cabecera de cuenca se hacen en los diferentes ámbitos de intervención institucional.

Zanjas de infiltración

Son la forestación y reforestación una actividad sumamente efectiva para el control de la erosión e incrementar la infiltración del agua de lluvia. Esta actividad es más efectiva si va acompañada de la construcción de zanjas o acequias de infiltración que capten el agua de escurrimiento superficial y faciliten su infiltración. Asimismo, redundará en una mayor tasa de crecimiento de las plantas debido a las mejores condiciones de humedad del suelo y una recarga de las aguas subterráneas, mejorando el paisaje y los ecosistemas. También activa el ciclo hidrológico y la aparición y recarga de nuevos manantiales y ojos de agua, ubicados normalmente en las partes medias y bajas de las cuencas.

Según Absalón Vásquez V., especialista en Ingeniería de Recursos de Agua y Tierra y Gestión de Recursos

Hídricos, la recuperación de los pastizales en las cabeceras de cuenca, mediante acciones de clausura de áreas degradadas, es una práctica fundamental que se lleva a cabo para facilitar, incrementar y regenerar la cobertura vegetal herbácea y arbustiva. Con eso se incrementa la capacidad de infiltración del agua de lluvia, disminución de la erosión de los suelos, incremento de la cantidad de alimento para el ganado, el paisaje, la biodiversidad, y regenerando el ciclo hidrológico.

Es importante señalar que la siembra y cosecha de agua es una actividad ancestral. Las plantaciones nativas contribuyen a la recuperación de los ecosistemas. La finalidad es asegurar la disponibilidad de agua para las poblaciones asentadas en la cuenca media y baja de los territorios comunales.

(*) Equipo de promoción del CEDEP AYLLU.

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