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AÑOS
Club Fundador AFAIS
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DOÑA MANUELA Y DON GREGORIO E
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n esta ocasión te platico una historia de amor, de esos amores verdaderos, como muchos que hay. Pero esta historia de amor, es protagonizada por dos Saltillenses de adopción, “Doña Manuela Gaytán” quien nació el 27 de octubre de 1927 y “Don Gregorio Tovar” nacido el 13 de septiembre de 1923, ambos nacidos en la comunidad de La Viga en el municipio de Arteaga.
cipio, del abuelo de Manuela quien era el Sr. Trinidad Pedroza, y quien se hizo cargo de la educación de su nieta desde muy pequeña.
Esta pareja de Saltillenses por adopción cumplirá su 74 aniversario de vida matrimonial, de una relación que inició con un noviazgo, en el cual los sentimientos y las palabras de amor, eran transmitidas por medio de cartas, misivas que colocaban de bajo de una piedra, ya que mantenían su relación a escondidas, en un prin-
Para el 11 de marzo de 1944, en la Iglesia de San Isidro Labrador, la pareja se juró amor eterno y vaya que lo han cumplido a cabalidad.
“Don Trinidad”, no quería que el joven Gregorio, estuviera cerca de nieta amada, por ello, Gregorio, no encontró mejor camino para declararle su amor a Manuela que la carta, la carta debajo de la piedra.
Al año siguiente se mudaron a esta hermosa ciudad de Saltillo, ya que Gregorio consiguió empleo en la Forestal, pensionán-
dose de este trabajo en el año de 1984. Padres de 9, Santiago, Manuel, María de Jesús, Silvia, Guadalupe, Gregorio, Rosa Elena, mi amigo Alfredo y Olga Lidia. Y cuando les pregunté que, si no se confundían con los nombres o estos se les olvidaban, “Doña Manuela” me aseguro que no sólo se sabe el nombre de cada uno de sus hijos, sino hasta la fecha de nacimiento.
Al platicar con ellos pude ver en “Doña Manuela” una flecha de amor en su mirar a ver a su esposo, diciéndome: “Ya llevó 74 años casada y con el mismo”. 9 hijos, 41 nietos, 86 bisnietos, y 15 tataranietos, una pareja de amor, quienes han sido amorosos, responsables, cariñosos y siempre han predicado con el ejemplo. Un amor, una pareja, una familia Saltillense, como muchas que tenemos y que vale la pena presumir.
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MORA PAN Presenta:
Pluma Invitada
“CRÍA FAMA Y ÉCHATE A DORMIR” …LITERAL! Juan Campos Rodríguez
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legamos antes de lo previsto, el hambre superaba las “grapas de la manga gástrica”. Una llamada con el anfitrión y se pone de acuerdo rápido, en ese tema no se pierde tiempo, realmente no hay acuerdo, simplemente gira instrucciones. Emana y convida su seguridad. Ya en la sede, busca de inmediato el restaurante, no hay lugar, la fecha especial no lo permite. ¡Pero él no acepta un no! Resuelve. - Nos sentamos en una mesa del bar! -Instruye al capitán de meseros, éste no opone resistencia y acepta la moción. Se ordenan bebidas de inmediato; agua de limón,
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sangrita de la casa y el primer tequila. Totopos time, comenta rápido, nos da una repasada a las instrucciones, la primera vianda de totopos desaparece rápido; ordena otra, y otra limonada y por supuesto otro tequila. Todo va desapareciendo rápido, sin contratiempos. “El mal del puerco” apremiaba, camino a las habitaciones “acuerdo” rápido. -Nos vemos en 15 minutos (¡Noooo menos en 30! Neeee es broma! ¡Muy gastada, por cierto) Pero no! No volvió a aparecer por ese día. La noche arropaba en aquel bar, los goles contra el equi-
po de mis amores seguían cayendo al mismo ritmo que las cervezas se consumían, los gritos de algarabía de los enemigos futboleros retumbaban, el equipo no levantaba. Le envío un mensaje, contesta con un simple OK; no hay más respuesta. Me parece extraño, pero solicito al mesero un tequila que me ayuda a olvidar el tema y a tragarme aquella goliza con algún decoro. 5:00 am.-Buenos días Maestro! -Mensaje. -Buenos días respondo. -Dónde andas? ¿Dónde te metiste? Respuesta casi inmediata, como bala. - Nombre! Me quedé dormido desde ayer como a las 5:00pm dormí como 12 horas, como si no tuviera pendientes jajajajajajajajjajaja sonora carcajada que bien puedo imaginar. 7:00am el equipo preparado para desayunar e irnos a nuestro objetivo, en la sobremesa nos pondremos de acuerdo, él ya en la puerta short, playera, tenis y una sonrisa muestran el resultado del buen dormir. Voy por 6km.- Dice, alegre y jovial. Contagiante de verdad! Pienso. La avanzada es superada. Camino al lugar el equipo soltaba preguntas a diestra y siniestra
según lo acordado, no dábamos tregua, habíamos de aprovechar aquella oportunidad. Ya en el lugar una reunión con intercambio más específico, una valoración rápida, sin compasión y si me apuran hasta discriminatorio; lo que somos, lo que tenemos y que tan cerca o lejos estamos de lo que pretendemos. Avanzamos aún más…observaciones a espacios, preguntas a personas tratando de exprimir toda aquella experiencia. En eso aparece enfundado en la ya clásica camisa para esas ocasiones, grabado al frente del lado izquierdo el escudo de su estado nativo del cual se enorgullece y que le recuerda su origen, Saltillo, Coahuila “la ciudad más hermosa del mundo” según sus propias palabras. Del lado derecho el escudo de la institución que hoy encabeza. -Todo bien Maestro? -dispara de inmediato. - No estamos lejos? ¿Es más, nos los chingamos fácil? Continúa la balacera de preguntas. -Lo entiendo, intenta ponerse al frente de inmediato como debe de ser. Reunión improvisada local, nos invitan, el anfitrión le sede la palabra y entonces la magia habitual, él, amo y señor de la situación, líder natural manifiesto, el público lo ve 7
expectante y comienza a ser envuelto por la fascinante personalidad del elocuente orador, la asamblea se deja llevar del reconocimiento a la seriedad y de esta a la sonrisa espontánea, grave error del supuesto líder local, los presentes compararán y preferirán al foráneo norteño que acaban de conocer, seguro estoy de ello. Como equipo comentábamos las primeras conjeturas, hacemos comentarios entre nosotros. Él parece lejano, pero todo menos eso, se mete en la charla y arremete directo. -Nos los chingamos, ¿no? Saca su libreta de apuntes y señala ya el plan para todo el estado. -Vamos a hacer esto y esto. -puntualiza. -Lo tenemos que lograr! -reafirma. ¿Pero…a qué hora lo hizo?, a qué hora sacó y anotó conclusiones y pensó en un proceso de logros? Si la avanzada éramos nosotros. En fin, avoquémonos a lograrlo. ¡El plan ya está hecho! Así es mi amigo, originario de Saltillo de lo cual se siente orgulloso y que es de esos originales de esta tierra al margen de la Sierra de Zapaliname que bien vale la pena presumir.
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Juan Campos Rodríguez Maestro de profesión y oficio. Apasionado de la educación, orgulloso de su origen, nacido en la región de los márgenes del Río Bravo esquina con el Golfo de México en “Mi Matamoros que Rigo”. Agradecido de ser avecindado desde hace más de 30 años en la capital mundial del Sarape, Saltillo Coahuila. Casado con una mujer bonita, fina, leal y de buen trato, quien le dió dos hijos que en el alma se los montó a caballo.
EL MERCADER ENOJADO
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n esta ocasión te platico que nuestras investigaciones arrojaron una anécdota ya olvidada por la sociedad Saltillense. Los hechos fueron cuando nuestra hermosa ciudad era villa. Esto en el año de 1724. Francisco Fernández de Rumayor era un rico mercader del Saltillo antiguo, venido de las tierras vecinas de Zacatecas, y te platico que un día se enojó. Tal fue su disgusto, que presentó una queja ante las autoridades máximas de la Villa de Santiago del Saltillo contra quien resultara responsable de haber hablado mal de él y de haberlo criticado.
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Su enfado fue tal que incluso envió una carta al rey de España, Luis I, expresando su enojo y descontento debido a que un grupo de personas se había parado frente a su casa gritando vituperios en su contra. Alegó que él era hombre de bien, respetuoso de las leyes del hombre y de las leyes de Dios. Su declaración no ofrece exactamente las ofensas inferidas, pero menciona textualmente: “Se dijeron palabras mayores denigrativas a las buenas obligaciones con que nací… tales que en todo son destructivas a la honra, fama y buena opinión que un hombre como yo debe mantener”.
“Don Francisco” retó a que quien tuviera algo que decir en su contra, lo hiciese en su cara y lo hiciese “bajo juramento”, ya que así sería imposible mentir sobre su honorable comportamiento. Así es, amigas y amigos, en Saltillo, un rico mercader se enojó, se enfureció y pidió a la más alta autoridad que si alguien tenía que decir algo en su contra lo hiciera de frente. ¿Qué
fue lo que se dijo? No se sabe, no hay registro de ello, pero seguramente fue algo tan grave que hasta el rey de España se enteró de su descontento. La pregunta que ahora nos hacemos es: ¿Luis I, el rey de España se habrá preocupado? ¿Habría perdido el sueño? Lo dudamos, pero de lo que estamos seguros es que ese año el rey murió. Esperamos que la carta procedente desde Saltillo, no haya sido la razón.
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EL SALTILLO TILE E
n esta ocasión te platico de algo muy Saltillense, literalmente de algo que tiene su origen en la tierra de esta hermosa ciudad de Saltillo, y me refiero al Saltillo Tile, el piso de barro.
Con la llegada de los nativos Tlaxcaltecas en 1591, llegaron artesanos, dominaban tanto la agricultura como la elaboración de artesanías, esto en lo que fue el Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, y fue ahí en donde se dieron cuenta que la tierra era rica en arcillas. La misión principal de los tlaxcaltecas fue el de enseñarles a los indios de la región, “los huachichiles, tobosos, rayados
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y coahuiltecas”, la elaboración de artesanías. En el tema agrario el aprendizaje fue rápido, a pesar de que toda su vida habían sido nómadas, pero en la elaboración de artesanías no hubo éxito alguno; ya que les faltaba la habilidad y destreza manual, por ello, lo más que pudieron hacer fue material para construcción. De hecho, al inicio los maestros tlaxcaltecas y algunos europeos empezaron a llamarles “cuachota” a los nómadas debido a lo mal elaborado de sus productos. De ahí el origen al nombre del ladrillo de barro, que se utiliza para la construcción, muy diferente al piso. En 1847, con la intervención norteamericana aquí en Sal-
tillo, radica por poco más de dos años el General Zacarias Taylor, y más de 5 mil soldados americanos, durante su estancia, los invasores iniciaron relaciones de comercio, de amistad y hasta de amor, por lo que empiezan a visitar a los vecinos del fortín norteamericano, lo que hoy conocemos como el mirador, y ven con asombro el piso encerado de las casas y que estos eran semejantes pero no iguales, el piso Saltillo Tile. Me es necesario estimada y estimado Saltillense, dar una explicación lingüística y es que “tile en náhuatl significa quemado al rojo vivo, carbón, tizón, palabra que se escribiría igual en inglés pero que en el idioma anglosajón significa piso o loseta”. Después de la estadía norteamericana el piso Saltillo Tile por modismo fue cambiando a Saltillo “tile”, pero dando así inicio a una industria, la industria del piso de barro. Las primeras exportaciones de piso Saltillo Tile, se dieron cuando los soldados nor-
teamericanos después de ganar la guerra regresan a esta hermosa ciudad de Saltillo por sus amores, mujeres y familias, momento en el cual aprovecharon sus carretas para comprar y llevarse el Saltillo “tile”. Quiero agradecer mucho a mi amigo Jesús Esquivel, por la grata charla que sostuvimos sobre este tema y además estoy seguro que tendremos pláticas aún más amenas sobre la historia de nuestra hermosa ciudad de Saltillo. Actualmente este producto Saltillense se ha vendido a países muy lejanos, como Inglaterra, Canadá, Francia, Australia, Singapur y Bangladesh. Esta es la historia de un producto muy Saltillense, como otros que tenemos y que su fama ha trascendido por su calidad y distinción, que han generado riqueza y muchos empleos desde la fundación del Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, hasta en nuestros días y que por supuesto es algo muy de Saltillo que vale la pena presumir.
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HÉCTOR MORQUECHO RIVERA E
n esta ocasión te platico de un Saltillense por adopción, quien nació en la comunidad agraria de “El Coyote”, allá en La Laguna, específicamente en Matamoros, me refiero a Héctor Morquecho Rivera. Nacido el día 15 del mes de mayo del año de 1944, llegó a esta hermosa ciudad de Saltillo, para cursar su bachillerato, estudios que hizo en la técnica del Tec Saltillo, donde se especializó en dibujo industrial, motivo por el cual tuvo
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la oportunidad de trabajar en Zincamex. Sin embargo, sus deseos de seguir preparándose y salir adelante, lo orillaron a estudiar una carrera universitaria, decidiendo estudiar la Licenciatura en Economía en nuestra máxima casa de estudios la UAC. Héctor se incorporó al Partido Popular Socialista, a la edad de 18 años, por influencia de su tío Javier, iniciando así una carrera de organización social, sindical y política. Donde se desempeñó como Secretario
General en Coahuila, siendo candidato a Presidente Municipal de esta hermosa ciudad de Saltillo y también candidato a Gobernador en 1981, con sus oficinas en el emblemático “Barrio del Águila de Oro”. Con el paso de poco tiempo logró entablar amistad con Don Vicente Lombardo Toledano, quien siempre motivo a Héctor a continuar su preparación académica e ideológica, por lo que no perdía oportunidad para viajar a la Unión Soviética a estudiar. Fue diputado local en la XLVIII Legislatura, diputado federal en dos ocasiones en la LII y LV, donde se ganó el aprecio de sus compañeros diputados por la ecuanimidad de sus acciones y por los análisis siempre objetivos en cues-
tiones sociales y políticas. Por cierto, siendo en las dos ocasiones presidente de la mesa directiva del congreso. Promotor de la inversión mexicana, ejemplo de ello fue la Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión Extranjera, presentada en la más alta tribuna del país el 10 de diciembre de 1986 Casado, en 1974, con la Profra. María Isabel Flores Ríos, con quien logró hacer mancuerna política, ya que la maestra era integrante del sindicato de los maestros. Con ella procreó a 4 hijos, Héctor, Federico, Carlos y Juan Julio. A quienes desde muy pequeños les inculcó los valores de honestidad, responsabilidad y lealtad a los ideales. Hombre de amor sincero, quien no se avergonzaba de mostrarlo.
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Héctor Morquecho, falleció el 25 de mayo de 1998, tal vez en el paraíso, el Creador, necesitaba del Saltillense por adopción para organizar algún sindicato de ángeles, arcángeles y querubines. Seguramente estimada y estimado Saltillense, Usted se acuerda de aquellas bardas pintadas de color blanco en las cuales sobresalía, en color rosa mexicano, el nombre Héctor Morquecho y el logotipo del PPS, que abundaban en tiempos de campaña electoral, pues bien les diré que de niño, siempre que veía alguna de esas bardas blancas con letras rosa, me decia muy dentro de mí, se ha de sentir bien ver tu nombre, como candidato, algún día, algún día y pues bien ya van dos y las que faltan, pero volvamos a la Cápsula Sarapera de Don Héctor
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Morquecho quien es un Saltillense como muchos que tenemos y que vale la pena presumir.
LA CALLE DEL RELOJ
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n esta ocasión te platico que hace unos días, mi amigo Pepe Martínez me prestó el libro “en el Saltillo antiguo”, algo que indiscutiblemente vale la pena compartir, texto que detalla historias, anécdotas y leyendas de una manera formidable, además me enteré que el autor, Don J. de Jesús Dávila Aguirre, quien fuera maestro del Ateneo era el abuelo de mi amigo Ricardo Dávila, pero volvamos al libro e iniciaré la Cápsula Sarapera sobre la calle del reloj.
por la Capilla de las Ánimas, hoy conocida como la Capilla del Santo Cristo, aprovecharía para poner a tiempo su reloj de bolsillo, objeto preciado que su padre le habría traído desde Europa.
El General que en aquel momento ostentaba el cargo de Capitán, al llegar a un rincón, ubicado en la parte posterior de la Catedral, para señas actuales, por calle de Bravo, donde inicia Castelar, sintió las ganas de fumar, por lo que de su abrigo, sacó los necesario para preparar su cigarro, armándolo en un pedazo de Mathías de Aguirre, después de la hoja de maíz, momento en que se boda de un allegado, decidió diri- dio cuenta que no portaba fósforo girse a su casa, ubicada por la iglesia alguno para encenderlo, con la luz de San Francisco, pero en el recorri- de la luna, pues ya pasaba de la medo quería aprovechar para despejar dia noche y las velas de cebo habían ideas, fumar un cigarrillo y al pasar sido apagadas por los serenos, vio a
El personaje Saltillense, que, si es cierto que, en aquellos años, esta hermosa ciudad de Saltillo no era ciudad ni se llamaba Saltillo, era un militar que había alcanzado el grado de General y su nombre era Mathías de Aguirre.
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un caballero de buen vestir a poca distancia encender un cigarrillo por lo que Mathías, sin temor alguno se acercó para pedirle lumbre, encendiendo su cigarrillo después de un cortés saludo.
del error, el Capitán Mathías, como todo Saltillense, con la honestidad que nos distingue, fue en busca del afectado, ya que por la confusión el hombre del buen vestir, había sido asaltado, perdiendo así su reloj.
Al dar la vuelta por el callejón para tomar la calle Real, misma que hoy conocemos como la calle de Hidalgo, y así poder ver la hora exacta en el reloj de la capilla del Santo Cristo, buscó sin éxito alguno su preciado y precioso reloj de oro, instante en el cual su mente voló hacia el hombre de buen vestir que le había facilitado el fósforo, con la seguridad de que este le había robado su marcador del tiempo, por lo que decidió buscarlo. A unos cuantos minutos a poca distancia, el Capitán Mathías, divisó al supuesto ladrón, por lo que aguardó escondido en un pilar, esperando de manera sigilosa el paso del ladrón y fue en ese momento cuando el Saltillense coloco su navaja en el cuello del delincuente, sentenciando: “el reloj”, sin dudar, el hombre le entregó el objeto preciado a Mathías, quien de manera inmediata lo guardó en el bolsillo interior de su abrigo. Al llegar a su casa que por cierto compartía con su hijo, se dirigió a la habitación, y al voltear hacía el buró, sus ojos no daban crédito a lo que veía, pues su reloj se encontraba sobre el mueble. Al darse cuenta
Durante gran parte de la madrugada con ayuda de su hijo, buscó a quien le había facilitado el fósforo, tanto en la Villa de Santiago del Saltillo como en el Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, sin encontrarlo, sin obtener pista alguna sobre el afectado. Ya por la mañana envió a toda su gente, para que buscaran, al hombre del buen vestir, le entregaran su reloj y le ofrecieran las disculpas por tan terrible error, pasaron los días, las semanas y los meses, de aquel hombre del buen vestir, que de manera amable le encendió un cigarrillo a Mathías, y a quien por error le robaron su reloj, no se supo más. La noticia se corrió por todo el pueblo y la villa, los residentes de ambas poblaciones aseguraron que aquí en lo que hoy es nuestra hermosa ciudad de Saltillo, el mismísimo Satanás trato de darle un susto a Mathías de Aguirre, siendo Lucifer quien hasta el reloj perdió, y de ahí en adelante a esa cuadra de lo que hoy es la calle de Bravo se le conoció como la calle del Reloj.
LEY SECA
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n esta ocasión te platico cuando el Sr. Salomón Rodríguez quien era el inspector general de la policía, comunicó al Sr. Francisco Hurmisdi Garza, Presidente Municipal de Saltillo, el haber ordenado cerrar todas las cantinas de la ciudad, allá por el 14 de septiembre de 1931. La orden fue categórica, tajante, precisa, contundente y clara para que cerraran todas las cantinas de esta bella ciudad de Saltillo el 15 de septiembre siguiente a partir de las 3:00 de la tarde. Las reacciones e inconformidades no se hicieron esperar, los bebedores inconformes
expresaron lo injusto que les parecía esta medida de la autoridad, que valga la doble redundancia la tomaron como autoritaria, ya que se consideraban bebedores responsables y que debido a esa orden del jefe la policía, no iban a poder festejar la noche el grito, otros decían: “Nos sabemos controlar”. Lo consumidores de las bebidas espirituosas estaban muy molestos, pero, la verdad, más encolerizados se encontraban los dueños de las cantinas como el Sr. Fidelo González quien era propietario del establecimiento llamado “El otro yo”, que argumentaba que las
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pérdidas económicas serían mayúsculas. El jefe de la policía manifestó que haría cumplir la ley con fuerza, potencia, carácter, energía, y el rigor, necesarios ya que estaba dispuesto a imponer las multas e infracciones necesarias para sancionar a quienes se atrevieran a no cumplir dicha disposición. Amigos y amigas de nuestro hermoso Saltillo, así fue la imposición de la llamada “ley seca” por allá en septiembre de 1931, que se aplicó con la finalidad de llevar en paz las fiestas patrias, la inconformidad y descontento tanto de los consumidores, como de los propietarios de cantinas fue grande, pero no lograron
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doblegar a las autoridades, a lo que nos queda decir como dicen los abogados: La ley es dura, pero, es la ley.
Visítanos en: Blvd. Minería #489 Col. Bonanza Saltillo, Coah.
LO MATARON POR UN FALSO AMOR
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n esta ocasión te platico de un hecho que enlutó a nuestra hermosa ciudad de Saltillo, un acontecimiento en el cual las víctimas fueron las familias de los protagonistas, y esto sucedió el día 29 del mes de noviembre del no tan lejano año de1951, precisamente en las vísperas de las fiestas decembrinas.
Te platico lo ocurrido, “una mujer dedicada a la vida galante”, una mujer que se dedicaba a la profesión más antigua y cuatro trasnochados participaron en esta anécdota Saltillense. A las 3 de la madrugada, cuando no había Saltillense o visitante paseando por las calles de aquel pequeño pero hermoso Saltillo, se escucharon 5 balazos, 5 estallidos de pistola,
5 detonaciones, que despertaron a los vecinos del cruce de las calles de Obregón y Colón. El motivo, la causa, fue la búsqueda de las caricias falsas de la fémina llamada Lupe, “los empleitados” eran tres ferrocarrileros José Cruz, Enrique, Mauricio y un agente del servicio secreto del Estado que tenía por nombre Rafael. Por ese rumbo existía un cabaret, en el cual Lupe trabajaba. Ese día, más bien esa noche, ella convivía, sonreía, bebía y disfrutaba con los rieleros. Rafael al llegar, sintió la burla de su amiga, actitud que ocasionó el enfrentamiento de ferrocarrileros y el agente secreto. Salieron del cabaret, los 3 ferrocarrileros, confiaban en que eran mayoría, pero no
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contaban con que Rafael, sacaría su pistola para hacerles frente, disparándole a José Cruz, hiriéndolo en el brazo derecho, huyendo el lugar, por su parte Enrique siguió al pie de la letra el refrán que dice: “más vale aquí corrió que aquí quedó”, por lo que Mauricio, tuvo que hacerle frente en una lucha cuerpo a cuerpo, instantes después regreso José Cruz, y así entre dos de tres ferrocarrileros lograron desarmar a Rafael. Logrando Mauricio quedarse con el arma. Ambos trataron de huir, pero un mal pensamiento, como si el diablo se hubiera metido en el cerebro, corazón y alma de Mauricio, este regresó para jalar del gatillo en tres ocasiones sobre Rafael quien cayó boca abajo sobre un charco de lodo, Mauricio, quien era fogonero le dio dos balazos más en la nuca, de hecho, una de esas balas asesinas salió por la frente.
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Rafael, de apellido Ortiz, el agente secreto, encontró la muerte de manera instantánea, Mauricio el asesino puso tierra de por medio huyendo hacia Monterrey, a los otros dos rieleros “les dio guante” la policía municipal. Mauricio el rielero, el asesino de inmediato confesó su delito. El cuerpo de Rafael le fue entregado a su amada esposa. Rafael, era muy buen carpintero, la placa del servicio secreto que portaba era la #2. Esta es una historia que entristeció a los Saltillenses de aquellos años, un hecho que provocó dolor y molestia entre quienes habitaban esta hermosa ciudad de Saltillo.
SOTOL ROSITA ALVIREZ
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n esta ocasión te platico de como los Saltillenses somos capaces de unir tradición, cultura, leyenda, sabores, olores e igualdad. Y es que mi amigo Beto Palacios junto a su esposa María Ángeles Dávila han estado investigando, desarrollando y creando marcas de sotol.
Beto es un Saltillense de 4ª. Generación con grandes valores familiares y de responsabilidad, quien desde hace más de 23 años inició con un gran proyecto, un gran sueño, el de producir, embazar y exportar tequila del merito estado de Jalisco, sin embargo, ciertas circunstancias lo hicieron voltear al campo de esta región y gracias al consejo del padre de su esposa, Don Javier Dávila Siller, decidió elaborar sotol. El sotol es una bebida alcohólica que se elabora únicamente
en Coahuila, Durango y Chihuahua, estados con los que compartimos el desierto, y es ahí en el desierto, en el lugar más árido de nuestra tierra que Beto encontró la manera de mantener viva una tradición, la tradición de esforzarse, de trabajar fuertemente a la tierra para obtener su producto, y es que la materia prima principal del sotol es el maguey. De hecho, los primeros pobladores de esta región, los nativos llamados tobosos ya consumían esta bebida desde el año 205 y cuyo nombre significa en náhuatl “el dulce de la cabeza”.
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Beto con su destilería ha elaborado y construido varias marcas de sotol como dinosaurio, kikapú, recluta y excéntrico este último ganador en el 2019 de la medalla de oro de San Francisco World Spirit Competition, la cual es la competencia más grande e importante del mundo en lo que se refiere a destilados, es una competencia donde participaron más de 3 mil marcas. Estimada y estimado Saltillense se estará preguntando que tiene que ver la igualdad, pues Beto y su familia han desarrollado la marca de sotol Rosita Alvirez bajo la frase ¡Basta Ni Una Más! Porque es aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo donde una leyenda que surge gracias a la música, a la tradición de compartir historias de voz en voz, tradición de esta tierra bendita. Las tradiciones, las historias, las leyendas de este pedazo del cielo las convertimos en olores
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y sabores, ejemplo de ello es este Sotol con denominación de origen que la Destiladora La Tradición de la Familia elabora como un producto único en su clase, con materia prima de la región coahuilense para lograr mantener vivas nuestras tradiciones, nuestros olores y sabores. Hay lugares que sólo tienen leyendas, aquí nosotros convertimos leyendas en historia y sabor. Definitivamente mi amigo Beto, su esposa María Ángeles y todos los trabajadores de la destilería, así como sus productos son algo que tienen sus orígenes en Saltillo y que vale la pena presumir.
ZAPATERÍA VICTORIA DE SALTILLO
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n esta ocasión te platico de la Zapatería Victoria, negocio fundado el 7 de junio de 1926. Su primera ubicación fue en las calles de Múzquiz y Zaragoza, pero desde 1957 se localiza en la calle Allende en el número 634. Pocos como ellos aún hacen zapatos, pero el producto fuerte son las botas, botas que se hacen sobre pedido, a la medida y artesanales, este negocio es el primer fabricante de calzado en Saltillo y la región. Negocio fundado por Gilberto Martínez Fuentes, actualmente quienes llevan la batuta del negocio son sus hijos Raúl y Rogelio, negocio de 2 generaciones y que ya prepara a la tercera.
Don Gilberto, además de zapatero y empresario, fue deportista en la práctica de tiro, representó a nuestro país en las olimpiadas de Londres 1948 y en los primeros Juegos Panamericanos. Raúl su hijo, a quien por cierto entrevisté, participó en la misma disciplina en un mundial de tiro en Venezuela 1954 y en los segundos Juegos Panamericanos.
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La calidad del trabajo es indiscutible, muestra de ello es que artistas de la talla de Don Jorge Reynoso, Chelelo, el Piporro y hasta Chespirito mandaron fabricar sus botas aquí en Saltillo, precisamente en la Zapatería Victoria. Bota artesanal, 3 meses dura su fabricación, han mandado hacer sus botas extranjeros y mexicanos de todo el país, se vale presumir que desde Guadalajara y los mismísimos “Panzas Verdes” del mismísimo León, Guanajuato, vienen aquí a Saltillo por sus botas, sí, aquí en la Zapatería Victoria de Saltillo. Su especialidad, las botas andaluzas, cordobesas, también los botines charros y argentinos, son expertos en hacerlos a tu medida, 87 años de experiencia los avalan.
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Aquí en la calle de Allende está la fábrica de botas artesanales que compite todavía contra los grandes productores en línea de calzado, el ejemplo del carácter de los saltillenses, la Zapatería Victoria, de esas cosas que hacemos en Saltillo y vale la pena presumir.
EL PALUDISMO EN SALTILLO
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n esta ocasión te platico de un brote de epidemia que sucedió aquí en esta bella ciudad de Saltillo entre los años de 1904 y 1905, me refiero a la enfermedad del paludismo, la cual azotó a los habitantes de aquel pequeño pero hermoso Saltillo.
Los Saltillenses tuvimos que organizarnos y trabajar coordinadamente, por un lado, quienes se desempeñaban como jueces del Registro Civil, tenían la obligación de informar la cantidad de defunciones por este mal, por otro lado, los doctores informaban periódicamente de los casos en-
contrados de esta enfermedad, que también es conocida como malaria, la cual es potencialmente mortal y es causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos infectados. Incluso la autoridad municipal, es decir el Alcalde, con el fin de tranquilizar a la población Saltillense, en más de una ocasión tuvo que declarar que esta enfermedad era importada de lugares fuera del Estado de Coahuila, y que se creía que venía del sur o bien de costas calurosas de nuestro México.
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El informe del periodo del primero de enero al 26 de agosto de 1905 por parte de los jueces del registro civil fue el siguiente: el juez cuarto, no registró muerte alguna por paludismo, el juez segundo, manifestó lo mismo, pero el Sr. J. B. Vidal y Monsiváis, quien al parecer era médico, afirmo que en ese mismo periodo había tratado a 10 Saltillenses que padecían los síntomas del paludismo, de los cuales 3 vivían en los Cerritos, 2 en la Calle de la Fuente, 1 en el Barrial, otro más en la Calle de los Sauces y por último 3 vecinos de la Calle de Iturbide. Por su parte el Sr. Serapio Seguín, quien se desempeñaba como juez primero del Registro Civil informó que había registrado la muerte de 6 personas por paludismo.
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Los habitantes del antiguo Saltillo y sus autoridades tuvieron que prepararse y capacitarse para suministrar el tratamiento adecuado, ya que esta enfermedad no es propia de la región. No quiero dejar de pasar la oportunidad para recomendarles, que coloquen mosquiteros en sus puertas y ventanas para así evitar el contagio con mosquitos. Este fue un hecho de salud que aconteció aquí en nuestra hermosa ciudad de Saltillo y que indiscutiblemente provocó que se alertaran los Saltillenses junto con sus autoridades, pero una vez más volvimos a demostrar que aquí en Saltillo somos capaces de enfrentar los problemas y solucionarlos.
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NOTARÍA PÚBLICA No
*Aplican restricciones
Honorarios en el costo de Juicio Sucesorio
*Aplican restricciones
La Cuponera de Saltillo
*Aplican restricciones
*Aplican restricciones
*Válido en sucursales MARSA y Mercado Sano
*Compras mayores a $2,000.00
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NOTARÍA PÚBLICA No LIC. JORGE NÚÑEZ AGUIRRE
FERRETERÍA
CHIHUAHUA