Yo Soy de Saltillo - ENERO 2022

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LOS MATACHINES.

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n esta ocasión te comento sobre una tradición muy Saltillense. Pocos años después de la fundación de esta bella ciudad llegaron a esta tierra 80 familias tlaxcaltecas, trayendo con ellos sus tradiciones y costumbres.

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Entre esas tradiciones estaba la danza de los matachines, también llamados matachines. Los grupos de matachines constan de 20 danzantes, de ellos uno es el monarca, 2 capitanes y otro llamado “el viejo de la danza”, quien in-


discutiblemente se lleva el asombro de los niños.

dible, al combinarse con el rozar de los carrizos.

Las danzas de los matachines tienen un carácter de ritual, sus instrumentos son el tambor, que tiene un origen prehispánico y el violín, entre los sones más sencillos que se utilizan en las danzas podemos encontrar “El Indio” y “La Golondrina”, mientras que los más complicados son el “Gorras Prietas”, “El Endiablado” y “El Tamborazo”.

Aquí en Saltillo, los podemos ver danzar en el atrio de la Catedral cada 6 de agosto, tradición que data desde 1640, también el 12 de diciembre en el Santuario de la Virgen de Guadalupe, el 3 de mayo en Landín, y el segundo domingo de septiembre en la Iglesia del Ojo de Agua.

Quizá lo más característico de nuestros matachines es la sonaja que cargan en la mano derecha, que hacen sonar constantemente y por supuesto su calzado, que son huaraches cuyo golpeteo es inconfun-

Los Matachines son parte de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, parte de nuestras tradiciones, cada que se escuchan los “tamborazos y huarachazos”, sabemos bien que son los matachines.

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Pluma Invitada Saltillo y la evocación de su pasado. Por: Iván Vartan Muñoz Cotera

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a historia invita a conocer el pasado, dilucidar el presente y vislumbrar el futuro. En ella, como itinerario del acontecer, se atesoran las memorias que, en su conjunto, constituyen una riqueza sinigual. A partir del establecimiento de Saltillo, poco antes de 1577, los oriundos se las arreglaron para hacer de ella un espacio próspero, convirtiéndola en la ciudad más antigua del noreste del país. De tal suerte que en su biografía histórica se posicionaron aquellas familias que, desde el siglo XVI, han abierto las puertas de sus casas para mostrarnos cómo se vivía en una tierra de excepcional linaje. La Villa de Santiago del Saltillo fue testigo fiel del devenir de una amplia región mexicana. Con su nacimiento y desarrollo, emergieron nuevas poblaciones. Por ello, algunas entidades vecinas no se pudieran tan siquiera imaginar sin el

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conocimiento de la historia de este sitio. Tal es el caso que en su territorio se registró el intrépido abordaje de los primeros colonizadores, cuando el terruño se colocó como puerta de tierra adentro y cerrojo hacia las Provincias Internas de Oriente. En este sentido, la actual capital de Coahuila se remonta a los inicios del norte de la Nueva España, cuando los aborígenes no dieron su brazo a torcer ante los exploradores del viejo continente; vemos que por este lugar desfilaron desde guachichiles y tlaxcaltecas, hasta españoles y portugueses que, al paso del tiempo, se convirtieron en saltillenses. Así mismo, en el cúmulo de vicisitudes de nuestra tierra destaca, por una parte, la llegada de Hidalgo y Juárez, y el paso de personajes protagónicos durante la Revolución: Madero y Carranza.


No obstante, y por la otra parte, la ciudad pulsa gracias a quienes día con día dejaron su vida en las calles, plazas y hogares; a esos que —sin pretender escalar los peldaños de mármol del relato oficial— marcaron el rumbo de este suelo. Nos referimos a cada uno de los individuos de sarape, sombrero y huarache que, como protagonistas de la crónica de la vida cotidiana, han figurado en historias que han hecho de Saltillo lo que hoy es: una urbe con proyección nacional e internacional. Esas historias de la historia son justo las que han dado identidad a nuestro espacio y a nosotros mismos, como lugareños. De esta manera, vemos cómo el ayer de la ciudad, siendo una construcción plural, se abre para el estudio de todos y no sólo para aquellos eruditos que suponen tener la verdad histórica que configuró al presente. Por ello, es válida cualquier nueva pregunta hecha al viejo infolio de archivo, porque la vida de los saltillenses de antaño pervive por cada evocación de su pasado. Luego, la explicación del presente se volverá el preludio del porvenir. Y en ese sentido, quienes aman a la historia y la leyenda contribuirán a proteger al pasado ante el olvido y el abandono, haciéndose merecedores del invaluable patrimonio que han heredado de la esencia de una capi-

tal que, por ende, pertenece a todos. Es decir, su acercamiento a la historia será el rescate de los procesos sociales que hoy, más que nunca, favorecen el entendimiento de los hechos y eventos del pasado, como testimonio del acontecer. En el permanente puente entre memoria y futuro, los avatares de Saltillo subsisten en mano propia y, con ellos, la vida de los antepasados y la nuestra seguirá latente para el hoy, el mañana y los años que están por llegar.

Iván Vartan Muñoz Documentalista, docente e investigador de la historia local y regional. Es maestro en Promoción y Desarrollo Cultural, y doctorando en Ciencias Sociales por la UAdeC. Colabora en el Archivo Municipal de Saltillo desde hace 21 años y es maestro titular de la Facultad de Comunicación en la máxima casa de estudios de Coahuila.

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LAGUNA DE ALVARADO presenta a

Francisco Tobias

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rancisco Tobias Hernández es un Saltillense (Saltillense con mayúscula), papá de tres Preciosas Princesas Mágicas: Rebeca, Malake y Mariajose.

do de Coahuila de Zaragoza y en el Gobierno del Estado.

Desde octubre de 2012, se ha dedicado a difundir la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y De profesión científico social, eco- personajes de la hermosa ciudad de nomista, egresado de la Universidad Saltillo, por medio de las Cápsulas Autónoma de Coahuila, en donde Saraperas, en diversos medios como es catedrático de las asignaturas de Tele Saltillo, Tv Azteca Coahuila, la Microeconomía y Macroeconomía. estación radiofónica La Reina 100.9 FM y en el periódico El Heraldo de Ha impartido clases de economía Saltillo. en la UVM Saltillo y fue docente del CONALEP 2. Tiene el grado acadé- Director editorial de la publicación mico de Máster, por la Universidad mensual “Yo Soy de Saltillo, La ReAutónoma de Barcelona, donde vista”, ha publicado tres libros sobre cursó el máster en Gestión de la la historia de Saltillo. Es columnista Comunicación Política y Electoral, del periódico Zócalo, La Prensa de además cuenta con la maestría en Monclova, Nuestra Revista y Factor Administración de Negocios con Coahuila con su columna Homo especialidad en Finanzas por el Tec Economicus. Milenio. Ha expuesto sus publicaciones en Se ha desempeñado laboralmente la Feria Internacional del Libro en la administración municipal de Coahuila y en la Feria del Libro de Saltillo, en el H. Congreso del Esta- Frankfurt Alemania.

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El Cura y la libertad de su esclava.

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n esta ocasión te platico de un documento que encontré en el Archivo Municipal de nuestra hermosa ciudad de Saltillo y que fue elaborado por el cura Don Bartolomé Cervantes Negrete con fecha del 25 de octubre del ya lejano año de 1699.

Esteban de la Nueva Tlaxcala, años en los cuales la vida de las personas se comercializaban cual si fueran mercancías, años en los cuales mujeres, hombre, jóvenes, niñas y niños eran vendidos como esclavos, el cura de la comunidad declaró ante la autoridad, la escritura; es decir una carta de libertad condicional En aquellos años cuando Saltillo, no para su esclava, quien era la mulata era ciudad y estaba dividida en dos, Teresa de Jesús. por un riachuelo, estando del lado oriente la Villa de Santiago del Sal- Don Bartolomé anunció que daría tillo y del poniente el Pueblo de San libertad a su esclava mulata, en un

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tiempo de 10 años, con la única condición de que Teresa de Jesús cumpliera la siguiente cláusula: 1)“No le pagaré sueldo alguno y al finalizar este tiempo le daré la libertad incondicional y el sueldo acumulado”. En caso de no cumplir con su parte, la esclava, es decir no cobrar nada, ni un quinto, ni un centavo por su trabajo durante 10 años, ella quedaría en esclavitud y servidumbre perpetua al cura, y el sacerdote tendría el derecho de venderla. Pero eso sí, dejó muy en claro que en caso de que él falleciera, la esclava mulata de nombre Teresa de Je-

sús gozaría desde ese momento de la libertad. Sociedad injusta, aún más que la actual es la que se vivía en la Villa de Santiago del Saltillo, y muestra de ello, es este contrato que hizo el cura del pueblo, en el cual ofrecía la libertad de su esclava a cambio de 10 años de trabajo gratuito. Déjeme decirle estimada y estimado Saltillense, que seguiré investigando para saber en qué paró este contrato, ojalá Teresa de Jesús, la esclava, la mulata, haya gozado de la libertad.

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El Paseo con los chivos.

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n esta ocasión te platico de un proyecto empresarial, de diversión, de entretenimiento, de esparcimiento infantil que inició el 25 de diciembre, el “merito” día de navidad del año de 1920, cuyo propietario fue Amado E. Lavallade, el negocio era una empresa de carros “junior”, los cuales funcionaban con tracción animal, y que pasearía a las niñas y a los niños Saltillenses, esto en la emblemática Alameda Zara-

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goza de nuestra hermosa ciudad de Saltillo. El empresario del entretenimiento, había contratado empleados suficientes para poder garantizar la integridad física de los pequeñines, estos trabajadores se encargarían de conducir y guiar los carritos de tracción animal desde la estación de boletos hasta el final del recorrido, y por supuesto que, dentro


del negocio de Don Amado, había reglas que acatar, como, por ejemplo: estaba estrictamente prohibido jugar arrancones, además de llevar más pasajeros que los permitidos.

Por cierto, el servicio de estos paseos iniciaba muy temprano, a las 7 de la mañana y terminaba a las 8 de la noche, y le informo que el costo, el precio era en realidad una ganga, sólo 10 centavitos por niño o niña Pero déjeme decirle estimada y esti- paseado. mado Saltillense que estos carritos eran jalados por chivos, si por ca- Deseo de corazón que al señor Labras, ese animal mamífero que fue vallade, le haya ido de maravilla con domesticado en el octavo milenio este negocio, aunque no creo que antes de Cristo, por su carne y leche, haya prosperado mucho, ya que pero no para fines recreativos. no encontré fotos, y mucho menos presencia, hoy, de este negocio en Buenos pues estos animalitos es- nuestra hermosa Alameda. taban provistos de nuevas guarniciones y los carros en los cuales se Esta es la historia, que sucedió en pasearían las princesas y los prínci- nuestra hermosa ciudad de Saltillo, pes Saltillenses, eran absolutamente sobre un negocio que inicio operanuevos, y se aseaban no una sino ciones el día de la navidad del año varias veces al día, para la comodi- de 1920, y del cual su propietario dad, seguridad e higiene de los pe- Don Amado, presumía de la tracqueños pasajeros. ción animal de sus carros último modelo.

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El Telegrafista mordido por el perro.

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n esta ocasión te platico de una anécdota que sucedió en el mes de julio del año de 1928, en la comunidad rural de Carneros, que se ubica camino a Zacatecas, y en donde no es por presumir, pero como en toda esta hermosa ciudad de Saltillo, vive gente buena y trabajadora.

En aquellos años la única manera de comunicarse con el resto de Saltillo, de Coahuila, de México y del mundo era por medio del telégrafo, y es que resulta que los días 2 y 3 de julio de ese años, la comunidad se quedó incomunicada, pero no 14

vaya a creer estimada y estimado Saltillense, que se fue la señal o que se haya caído el sistema, la realidad fue más dolorosa, por lo menos para el telegrafista ya que fue mordido por un perro con rabia, al parecer muy feroz, cuando el trabajador se dirigía tranquilamente de su casa al trabajo. Y de esto se enteró el alcalde de esta bella ciudad, cuando un agente de Ferrocarriles Nacionales llegó a la presidencia municipal para pedir su intervención ya que varios habitantes de Carneros habían sufrido


diversos ataques por diversos cani- perro se le lanzó y logró morderlo nos. en el antebrazo, de hecho el perro no lo soltó hasta que recibió unas Después de una exhaustiva inves- patadas de parte de su víctima. tigación pude conocer lo que sucedió realmente en aquella mañana Por su parte la autoridad municipal de julio y se los comparto. Resulta ordenó capturar al animal, para poque el telegrafista caminaba despa- nerlo en observación y poder detercio y tranquilo rumbo a su trabajo, minar si este perro tendría rabia, y cuando el perro le empezó a gruñir en caso de tenerla pues atender de celosamente, camino 20 metros y urgencia al afectado. el perro lo seguía, momento en el cual comenzó a “chiflarle o silbarle”, Esta es una anécdota más de nuespensando que tranquilizaría al pe- tra hermosa ciudad de Saltillo, que rro, incluso el vecino de Carneros sucedió en el campo, en la Congrepensó que era un perro amigable, gación de Carneros, en una calle por lo que le dijo “perrito” y en el que bien pudo haberse llamarse la momento que trato de acariciarlo el calle de los Perros.

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Felipe, el asesino y delincuente que buscó su libertad.

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n esta ocasión te platico de una historia, que sucedió en esta hermosa ciudad de Saltillo, cuando aún no era ciudad ni se llamaba Saltillo, sino era la Villa de Santiago del Saltillo, corría el año de 1816, el mes julio cuando Felipe Morales, se quejó de su desgracia, de su situación, de su soledad, pues se encontraba en prisión desde hace cinco meses y algunos días, ¿el motivo?, haber lesionado a un soldado de infantería.

poco más de dos años había estado en prisión, en dicha ocasión por haber dado muerte a Esteban Rojas. Por este crimen fue hecho prisionero un año, cinco meses y ocho días, pero volvió a disfrutar de su libertad, gracias a un indulto que se publicó el día 13 de febrero de 1815.

Felipe, el asesino, el delincuente, el que estaba prisionero buscaba de nuevo su libertad, y por ello busco la misericordia del comandante y le dijo textualmente: “hágame la Pero déjeme informarle estimada y caridad de ponerme en libertad para estimado Saltillense que el tal Feli- irme a mi patria o si no, mande me pe, ya tenía antecedentes crimina- lleven para Monterrey y determine les, pues hacía dos años o más bien de mi persona lo que sea de su ma16


yor agrado, pues me encuentro en la cárcel pasando muchísimas necesidades”. Pareciera que Felipe, buscaba más unas vacaciones con todas las comodidades, que el pagar por su delito.

tad, que debería de gozar en menos de tres días para ser desterrado de lo que en aquel tiempo era la Villa de Santiago del Saltillo a la ciudad de San Luis Potosí. Esta es una historia, que sucedió hace tiempo en esta hermosa ciuEl asesino de Esteban y quien había dad, cuando aún no era ciudad, una herido a un soldado, afirmaba que historia en la cual, un delincuente, merecía ya salir de la cárcel pues la que había asesino a una persona y herida no había durado ni quince años después lesionó a un soldado, días y además dijo que había herido buscó y encontró la caridad de la al militar, en estado de embriaguez autoridad, para volver a respirar el y “que borracho no cuenta”. aire de la libertad, suplicando que se apiadasen de un pobre y desespeSi está sorprendido por la petición rado criado, que estaba consciente y explicación que dio Felipe, pues de su culpa, que aceptaba haber cotome asiento, que no va a compren- metido un delito y que estaba arreder la respuesta que le dio la autori- pentido. dad, pues bien, se le otorgó la liber-

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La Bótica que vendía barato.

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n esta ocasión te platico de una anécdota que Don José de Jesús Dávila Aguirre narra de una manera maravillosa en su libro “En el Saltillo antiguo”, y trata de lo siguiente.

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A mediados del Siglo XIX, en esta hermosa ciudad de Saltillo sólo había una botica, cuya ubicación era muy céntrica, motivo por el cual era un lugar preferido para reunirse en el transcurso del día por parte de los Saltillenses, quienes platicaban de los acontecimientos que acababan de suceder en el pueblo, conversaciones que se disfrutaban con “pasillas sabor menta y orozuz”, elaboradas en el mismo negocio.

de los chismes de la comunidad. Sin embargo, el chisme no era motivo por el cual dejará la elaboración de ungüentos, píldoras, bálsamos, purgas y hasta colaciones. Porque Don Antonio, el boticario, todos los días y sin perder oportunidad manifestaba lo mal que iba el negocio, afirmando que las ventas eran bajas y que su utilidad era tan baja que con ella no vivía, sino sobrevivía, por ello no fiaba ni ofrecía descuento alguno.

El propietario era Don Antonio Goribar, quien, entre los matraces y morteros, no se perdía ni una sola conversación de los visitantes, y era así como se mantenía al corriente

Un día, como cualquier otro en el cual los Saltillenses se habían reunido en la botica para platicar y comer pastillas de menta, llegó montando en su penco un cliente, quien mos-


tró una receta del Dr. Hewetson, quien era un médico norteamericano, que se había quedado a vivir esta hermosa ciudad de Saltillo, después del paso del ejército norteamericano por este suelo en 1846, y quien había contraído matrimonio con una señorita Saltillense de esas de la alta sociedad. De inmediato el boticario puso manos a la obra y empezó con la elaboración del medicamento solicitado, y al término de la preparación de los fármacos, Don Antonio le gritó al cliente el monto por pagar que era de 12 reales, a lo que el comprador afirmó con la cabeza y empezó a desatar un pañuelo donde cargaba el dinero, en es Don Antonio se volteó para limpiar morteros y demás instrumentos utilizados, momento en cual el cliente salió disparado en su caballo, seguramente a dejar el medicamento que tanto urgía. Pero al parecer el cliente, había escuchado mal el monto a pagar, gracias al murmullo de los chismes ya que sólo había dejado en el mostrados dos reales, motivo por el cual don Antonio Goribar, salió corrien-

do con la intención de alcanzarlo, pero ya era tarde, el jinete con todo y medicinas se había perdido en el horizonte, motivo por el cual el boticario molesto, enojado, enfadado, alterado y sin darse cuenta que tenía a muchos clientes y Saltillenses a su alrededor, grito: “No le hace, al cabo que todavía me gano un real y medio”. ¡A que Antonio este!, quien siempre se quejaba de las bajas utilidades de su negocio y quien siempre amedrentaba con cerrar las puertas de su botica, en un momento de rabia, demostró que era más carero y tacaño que discreto. Esta es una anécdota de Saltillo que vale la pena recordar y que indiscutiblemente sin los textos elaborados por el Dr. José de Jesús Dávila Aguirre, fuera imposible de conocer. Esta es la historia de don Antonio Goribar el boticario que ganaba mucho más de lo que decía y que lo demostró en un arranque de ira, cuando vio que un cliente se perdía en el horizonte montado en caballo, y esto sucedió aquí, aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo.

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La Calle de Padre Flores.

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n esta ocasión te platico la historia de una calle muy Saltillense, de una calle que antes del 27 de diciembre de 1893, no era calle, sino era la casa cural de la Parroquia de San Esteban. Y es que en esa fecha quien fuera alcalde Vicente Fuentes y el entonces obispo Santiago Garza, acordaron en un convenio el abrir dicha calle. La autoridad eclesiástica de aquel tiempo, cedió el pedazo del templo religioso, pensando en la utilidad que tendría una calle que uniera lo que es la Calle de Victoria de norte a sur, por el costado poniente de lo que era el Teatro Acuña. Este convenio que fue público, obligaba a la autoridad municipal a garantizar a la iglesia más antigua de esta hermosa ciudad de Saltillo, la conservación de lo que quedaba de la casa cural y en caso de que los ciudadanos no aceptarán la donación y hubiera manifestaciones de inconformidad el ayuntamiento tendría que pagar la cantidad de $80,000.00 siendo este el costo es-

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timado, en ese mismo año de 1893, del predio en cuestión. Pero, ¿quién fue Padre Flores?, su nombre completo era Manuel Serapio Flores Gaona, quien era sacerdote franciscano y el 16 de agosto de 1852 informa a la Orden Franciscana que el Congreso de Coahuila había resuelto que el Convento de San José, en Saltillo, se tomaría como cuartel “en razón de no haber ni un religioso”. Y quien falleciera el 20 de septiembre de 1889 no sin antes ser un promotor de la educación en esta hermosa ciudad, ejemplo de ello es la fundación del Colegio Josefino. La Calle de Padre Flores es un paseo, en el cual podrás encontrar a los mejores aseadores de calzado que hay en el país, un lugar en el cual los niños día a día encontrarán vendedores de globos y frituras, calle en donde podrás comer una deliciosa milanesa empanizada en el “Enos”, y antes se encontraba el que fuera un tradicional Restaurante llamado “Cazadores”, por cierto si necesitas lavar y planchar tu vestido


de noche o traje, no dudes en visitar la tintorería “Majestic” ubicada en esa misma calle, que tiene mucha historia, como lo tiene el “Hotel Hidalgo”, y sin olvidar por supuesto, a Don Toño “La Bola” quien desde hace décadas se dedica a la venta de periódicos y revistas.

ban los famosos tacos “Mano Negra”.

La calle de Padre Flores que cruza importantes y tradicionales comercios de ayer y hoy como lo es el “Mercado Juárez”, Telas “Aguiso”, el “chicuicuís”, donde encontrabas calcetones, “hogapulgas” y más, por Calle en donde estuvo la central del cierto, no puedes perder la oportransporte Monterrey – Saltillo, así tunidad de probar unos deliciosos como la tortería “Los Compadres”, tacos en la Taquería “El Pastor” y que vendían según mi compadre antes de llegar a lo que es el embleRaúl unas riquísimas tortas de ter- mático Teatro “García Carrillo”, sanera. Y el teacher me pidió que dije- ludar a Don Armando Gutiérrez en ra del negocio “Poolerama” ubicado su mueblería. en el segundo piso de la tintorería. Indiscutiblemente la Calle de Padre Por supuesto que no podría omitir Flores es un espacio muy Saltillense que durante un tiempo estuvo el que vale la pena visitar y presumir. Café “Viena”, casi casi donde esta-

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La Orquesta contra el Fonográfo.

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n esta ocasión te platico de un hecho, que hoy es muy común en todo Saltillo, pero que la primera ocasión que sucedió causó un gran problema en esta hermosa ciudad de Saltillo, y que pude enterarme por medio de un periódico que circulaba aquí y que se llamaba “El Chisme”.

ban representadas por la dirección de orquestas unidas de Saltillo. Un buen día los miembros del casino se presentaron en las oficinas para contratar una orquesta, ya que el siguiente sábado 17 tendría baile.

Ni tardos, ni perezosos, los músicos hicieron cuentas, después de preguntarles a los clientes, la cantidad Resulta que en el mes septiembre de de horas que duraría la fiesta, des1938, cuando en aquél pequeño Sal- pués de hacer números, checar distillo, para realizar un baile se podía ponibilidad en su agenda, ya con las contratar únicamente a las orques- sumas y restas, decidieron dar un tas de Saltillo, y que todas éstas esta- presupuesto de cuarenta pesos. Los

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integrantes del casino de Saltillo, les dijeron a los músicos que el precio era excesivo, motivo por el cual no llegaron a ningún acuerdo, haciendo el compromiso de reunirse otro día para tratar de pactar algún buen precio tanto para los bailadores como para los músicos.

Al llegar los comisionados se dieron cuenta que dentro del casino había música y que el baile estaba en su apogeo.

El periódico “El Chisme” en su publicación del día siguiente señaló, y cito textual: “Los copetudos, los de la crema social, danzaban en medio Pasaron las horas, los días y la se- de una música macabra por el estilo mana, los interesados en contratar a de los salvajes del África, producilos músicos no se acercaron, incluso do por un fonógrafo viejo y discos dicen que ni las narices asomaron rayados”. de nuevo, por lo que la dirección de orquestas unidas de saltillo, había Esta es una anécdota que sucedió deducido que el baile en el Casino en Saltillo, cuando por primera vez se había suspendido. Sin embargo, la música en un baile no fue con no faltó el chismoso que el sábado musicos sino con lo que conocepor la noche, fue corriendo con el mos “con sonido”, en aquellos años comité de músicos para informar cuando no había casetes de 8 tracs, que en el Casino de Saltillo se esta- lps de vinil, cd, mp3 y mucho meba bailando, motivo por el cuál de nos Spotify, o Apple music, sino por manera inmediata se organizó una medio de un aparato inventado en comisión para ir a verificar, si se la década de 1870, por quien dicen había contratado banda, orquesta o que era mexicano, Tomás Alva Edimúsicos de otras latitudes distintas son. Y fue así como cada domingo a la de esta hermosa ciudad, como los bailes en el Casino eran sin muhabía sucedido semanas antes con sicos, pero sí con buena música, por un club de señoritas. medio de un fonógrafo.

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Pelea por mulato, caballos machos y Mula.

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n esta ocasión te platico de un pleito entre dos Saltillenses, de un reclamo ante la justicia por el supuesto robo de una mula dos caballos machos y un mulato.

La historia es la siguiente, resulta que Don José le pidió prestado a Don Félix el mulato para que este esclavo le ayudará en un viaje a la Ciudad de México, incluso cuando se pidió prestados al trabajador, Los participantes de este litigio fue- José le dijo a Félix que le pagaría ron Félix Pacheco, quien fue ante algo así como una renta, por los la autoridad para demandar a José servicios, a lo que el dueño de esRodrigo de Abrego por robo. La de- clavo, le respondió que de ninguna nuncia sucedió en 1767, el 9 de ju- manera que sólo le pedía que le ennio para ser precisos y el robo ocho tregará como pago al esclavo, que meses antes. tenía por cierto el nombre de Tomás, una capa y un calzón, después de llegar a ese acuerdo Félix sin sa-

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ber la fichita que era José, le ofreció en préstamo sin cobro alguna una mula y dos caballos machos.

Sin embargo, Don Félix se empeñó en pelear por su esclavo, y así eran los pleitos entre vecinos de esta ciudad cuando aún no era ciudad y se Y así pasaron, los días, las semanas, llamaba Villa de Santiago del Saltilas quincenas, y al llegar al octavo llo. mes Félix propietario de mulato, mula y caballos fue a buscar a José, Por cierto, de la mula, ¡de esa ni raquien lo recibió en su casa y sólo le zón dio el canijo de Félix! devolvió un caballo, argumentando respecto al otro caballo macho que se había perdido, y referente al esclavo mulato de nombre Tomás, se negó rotundamente a devolverlo, ya que Félix era de mala paga, es decir muy codo con el esclavo, que ni siquiera nunca le había dado calzones. De hecho, José le pagaba a Tomás el mulato la gran cantidad de tres pesos mensuales, cantidad de dinero con la cual podía mantener a su familia y además de darle un buen trato.

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Un rapto, no muy rapto.

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n esta ocasión te platico, que, en el mes de julio del año de 1922, un padre de familia llamado Catasino Reyna buscó con desesperanza, desaliento, consternación y hasta agobio al señor alcalde de esta hermosa ciudad de Saltillo, ya que su hija había sido raptada por Patricio Cárdenas, quien era patrón de ella, debido a que ella trabajaba como su empleada doméstica.

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Don Catasino aseguro que el raptor tiene una casa más en la calle Colón número 18 en la Villa de Mina en el vecino estado de Nuevo León, “nótese que por ser un domicilio fuera de Saltillo, no dije como buen Saltillense el prefijo de”. En palabras del padre afectado, “En un principio le pedí por todos los medios que regresara a mi hija, ya que su madre se encuentra muy enferma


y desea brindar una última bendición a su hija antes de morir, pero este señor hizo caso omiso y nunca ha obsequiado mi súplica”. La verdad pareciera que la hija no se fue como que muy a fuerza con el señor Cárdenas a otra ciudad, es más pareciera que más que un secuestro o rapto fue una “huida de dos enamorados” que para no ser señalados por la comunidad decidieron irse, ellos creyeron que se fue-

ron ganando para estar juntos, pero sinceramente ello perdieron pues se fueron de esta hermosa ciudad de Saltillo, perdiendo la oportunidad de vivir y convivir en ella.

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Fotografías con Historia Presentadas por:

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