7 minute read

Gumercindo Flores

DESARROLLO ECONÓMICO EN INDÍGENAS CHIQUITANAS CASO COMUNIDAD JESÚS OBRERO

Gumercindo Flores

Advertisement

1.- Introducción

Las comunidades chiquitanas se dedican a una agricultura de subsistencia como ser, caza, pesca, recolección de frutos silvestres y miel. Así mismo estas comunidades indígenas ponen a la venta madera a empresas, obteniendo las ganancias en conjunto y las dividen entre las familias, la talan e instalan aserradero, convirtiendo en tablones que luego son transportados a Santa Cruz y al interior del país.

Los indígenas chiquitanos están vinculadas al mercado, el consumo de productos del mercado es de primera necesidad como ser: aceite, fideo, pan, fosforo, detergentes jabón, ropa, herramientas agrícolas y útiles escolares. Aun la producción agrícola es decadente para el mercado, los ingresos económicos destinados a la compra en el mercado son reducidos realizando aun el intercambio de productos.

Excepcionalmente algunos años generan ingresos económicos por la venta de madera de forma comunal, insertando trabajadores jornaleros en labores agropecuarias.

Los módulos ganaderos en la década de noventa tuvieron el apoyo externo impulsado por la Corporación de Desarrollo de Santa Cruz (CORDECRUZ), para implementar la mejora del ganado vacuno, en las comunidades indígenas chiquitanas del municipio de San Javier. La comunidad Jesús Obrero inicio con la producción pecuaria obtuvieron vacas reproductoras y un toro semental, además del acompañamiento técnico, implementado la metodología de producción, que aparentemente fue una de las ventajas por lo que CORDECRUZ dejo de asistir técnicamente.

Los indígenas luego de desvincularse de CORDECRUZ, cambiaron la producción pecuaria, dividiendo el ganado en partes iguales entre los 10 asociados, de un total de 380 cabezas de ganado. A partir de esa etapa las familias fueron trasfiriendo las cabezas de ganado, decayendo la producción pecuaria para el mercado.

18 SINERGIA JUNIO 2022 2.- Desarrollo

Por primera vez se introdujo la ganadería vacuna a la región chiquitania por los jesuitas, corroborado por Schwarz (1994) “En cada reducción existían por lo menos 1.000 reces, oscilando en algunos casos hasta 6.000” (p. 117). Con la retirada de los jesuitas paso la producción pecuaria al poder de los hacendados ganaderos y para la actualidad está dominado por pequeños, medianos, grandes y del empresariado ganadero cruceño. Por otro lado, esta los indígenas conformados por comunidades, que es incipiente la introducción de ganado mejorado destinado para mercado, local y nacional. Ellos al inicio han tenido problemas en la producción pecuaria, y siguen teniendo dificultades en consolidarse como ganaderos con una visión de mercado.

Existe dos tipos de ganadería: según Peralta & Cuellar (2018) la ganadería extensiva; “es decir, aquella ganadería realizada en terrenos de gran extensión para que dichos animales

puedan alimentarse se trata de un procedimiento relacionado a la crianza de ganados en grandes extensiones de tierra y a bajo costo. Por otro lado, en muy baja proporción pero con visión empresarial se desarrolla la ganadería bovina intensiva, en donde el ganado es confinado, además, casi siempre en condiciones de humedad, con luz y temperaturas creadas de forma artificial, para que aumente la producción en el menor periodo de tiempo posible ya que el ganado es mantenido con alimentos enriquecidos y manipulados por el hombre para que el desarrollo de estos animales sea más rápido; para ello se necesita de una gran inversión con respecto a sus instalaciones, mano de obra, alimentos y tecnologías e implementos” (Peralta & Cuellar, 2018, p. 42).

Según Birk (2000): “Algunos chiquitanos poseen ganado que tradicionalmente dejan pastorear y ramonear libremente en cercanías de la comunidad, sea en bosque o en las sabanas” (p. 64). En las comunidades Chiquitanas de San Xavier, muchas familias tuvieron ganado vacuno criollo, desde las décadas 1970 a 1980 que, pastadas en los espacios geográficos en la pampa y en el monte, dentro del territorio comunal, el ganado ramoneaba libremente buscando pastos y se trasladaban a los ríos y vertientes de agua.

Asimismo, Birk (2000) señala: “añadiremos aquí una forma reciente de cooperación que es realizada por el grupo de trabajo; este ya no es constituido por parientes sino por personas interesada en una misma actividad. Estos grupos de trabajo fueron impulsados por instituciones de apoyo que condicionan su colaboración a la existencia de grupos organizados, por ejemplo: las asociaciones de ganaderos o los clubes de madres” (p. 64). En la década de 1990, se gestó apoyo externo por medio de vínculos políticos a las comunidades indígenas para su mejoramiento de ganado vacuno, por la iniciativa de CORDECRUZ.

La cooperación llegó para grupos de comunarios organizados cumpliendo ciertos requisitos, se organizaban entre unidades familiares consanguíneo y políticos, obtuvieron el ganado vacuno de raza parda o cruce con raza holandés y gir, la institución apoyaba con asistencia técnica en el proceso de producción de ganado. Birk (2000) argumenta “mediante el programa agropecuario se otorgan créditos en ganado (…). para el caso de ganado, que el grupo beneficiario recibe diez vacas y un toro bajo la condición de que primero instale potreros con sistema silvopastoriles; después de cuatro años, el grupo tiene que pasar la misma cantidad de bovinos a otra comunidad” (p. 95).

Algunos módulos ganaderos tuvieron éxito en sus inicios, siguieron la metodología de CORDECRUZ, en el año 2001, alcanzaron 380 cabezas de ganado de 10, entre los módulos de comunidades indígenas fue su modelo a seguir, en la producción de ganado vacuno de razas mejoradas para el mercado.

En la comunidad Jesús Obrero estaba iniciando la diferenciación social entre los comunarios con la producción pecuaria de módulos ganaderos. Para el grupo de ganaderos chiquitanos fue capital económico en cabezas de ganado vacuno, en relación con los comunarios chiquitanos que no fueron parte de estos módulos ganaderos, continuaban bajo la subsistencia de la agricultura, caza, pesca y recolección.

Los módulos ganaderos iniciaron como cooperativas en la ganadería, los miembros coadyuvan en sembrar forrajes, para la alimentación, establecieron potreros espacios con sembradíos cercado con alambres, pozos y los atajados, el acompañamiento técnico con

suministro de vitaminas y medicamentos para diferentes enfermedades.

CORDECRUZ luego de establecer los módulos ganaderos y en consolidación, los indígenas aparentemente eran autosuficientes en la producción de ganado y continuarían con la producción. Después de quedar sin el tutor de la institución los miembros, deciden dividir 380 cabezas de ganado entre los 10 asociados, quedando a 38 por familia, además de pastizales para cada asociado.

Los miembros pusieron a la venta estas cabezas de ganado, para los gastos familiares, eventos sociales familiares entre otros, de esta manera el ganado fue consumido.

Para el año 2020, la infraestructura, alambrados de pastizales, estaban en desuso el galpón y tractor se encontraban en abandono, ya no eran utilizables, sin vacas en estos potreros. Para los indígenas chiquitanos, según Schwarz (1994): “la ganadería sigue jugando un papel inferior dentro del sistema productivo chiquitano; muchas familias no tienen ninguna cabeza de ganado vacuno y algunas tienen pocas cabezas de ganado” (p. 117). Las unidades familiares chiquitanas aún no se aventuran a la producción para el mercado, continúan con una economía de subsistencia para la alimentación en caza, pesca, recolección de productos. La ganadería mejorada requiere trabajo permanente e inversión económica para su alimentación. El ganado requiere asistencia técnica permanente, por las diferentes enfermedades además del cuidado en su alimentación con nutrientes adicionales al forraje, para el indígena chiquitano la dedicación a esta forma de trabajo es forzosa llegando al fracaso en el emprendimiento de la producción del ganado vacuno.

3.- Conclusiones

Los indígenas chiquitanos aún no implementan la cultura de dedicación al trabajo continuo, siendo un limitante en la implementación de proyectos de producción masiva. Continúan con la tradición en producción de subsistencia en caza, pesca, recolección, y con agricultura además del intercambio de productos. La producción del ganado vacuno mejorado requiere de dedicación en el proceso productivo, el cuidado es permanente sin descanso para garantizar la producción en el mercado. Siendo la misma cultura chiquitana un obstáculo para la producción pecuaria.

Referencias bibliográficas

Birk, Gudrun (2000). Dueños del bosque: manejo de los recursos naturales por indígenas chiquitanos de Bolivia. Apoyo para el Campesino-Indígena del Oriente Boliviano. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia: Krekeler Birgit (1984). Historia de los Chiquitanos. Jurgen Riester. EE. UU. Martínez Cecilia (2018). Una historia de chiquitos más allá del horizonte jesuítico. Instituto de misíonologia F.T.S.P. Bolivia. Martínez José (2013). Bosques de Bolivia, un gigante desconocido: de la centralidad en la madera, al manejo integral de bosques. CIPCA, Santa Cruz de la Sierra –Bolivia. Peralta Carmelo y Álvarez Néstor (2018). La ganadería en la región del chaco de Bolivia, “Una evaluación de la sustentabilidad de los sistemas de manejo de ganadería semi-intensiva y extensiva”. CIPCA cuadernos de investigación N° 85. La Paz Bolivia. Soliz Lorenzo, Marca Judith, Navia Nicodemos (2007). Relaciones interculturales, sociopolíticas y productivas en municipio de Santa cruz y Cochabamba. CIPCA- U-PIEB, La Paz-Bolivia.

Recepción: 25 de mayo 2022 Aprobación: 20 de junio de 2022 Publicación: junio 2022

20 SINERGIA JUNIO 2022

This article is from: