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Félix Choquehuanca Cahuaya
Félix Choquehuanca Cahuaya∗
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1.- Introducción
Un problema común en la realidad boliviana es la falta de análisis en temas que se considera de poca importancia como son las emociones dentro del proceso de aprendizaje, siendo su práctica un impulso al desarrollo integral de habilidades para el proceso educativo, para las relaciones interpersonales y sociales efectivas, las cuales son un factor importante para el rendimiento académico de los estudiantes (Cosacov, 2011), aunque tengan dificultades en sus vidas, es necesario que los profesores como alumnos aprendan a convivir en la comunidad educativa, tanto con aquellos de éxito social y académico y con aquellos que presentan problemas de aprendizaje, relaciones interpersonales y sociales.
De esta manera, se estudia -de manera general- las influencias de las emociones en el proceso de aprendizaje en la Educación Secundaria Comunitaria Productiva (14 a 17 años); asimismo es importante identificar las funciones de las emociones en el proceso de aprendizaje, estudiar su importancia e identificar las emociones negativas y positivas para el proceso educativo.
2.- Desarrollo
Las emociones cumplen cuatro funciones fundamentales dentro del proceso de aprendizaje (Goleman, 1999):
a) Función motivadora de la conducta b) Función adaptativa y de supervivencia c) Función social: las emociones sirven para comunicar a los demás cómo se siente y para influir en los demás. d) Función en procesos mentales: de forma que pueden afectar a cómo se percibe, atiende, memoriza, razona y crea la realidad; es decir, en los procesos cognoscitivos de todo ser humano (Shapiro, 2000).
Las emociones han sido un tema poco abordado en la educación, sin considerar que existen datos actuales y comprueban que las emociones son más poderosas que el coeficiente intelectual; por otro lado, las aptitudes emocionales pueden ser aprendidas y mejoradas por los alumnos. La educación y aprendizaje del manejo de las emociones es responsabilidad de los adultos (Cooper, 1998).
El papel que juegan las emociones con el proceso educativo es diversa, hay emociones que favorecen el aprendizaje y hay otras que perjudican; se puede decir que estados anímicos como la alegría, el entusiasmo o el coraje impulsan energía emocional adecuada para llevar adelante y con eficiencia cualquier proceso de aprendizaje y estados anímicos como la tristeza, el miedo, la cólera son las que perturban, obstaculizan o incluso pueden llegar a invalidar el proceso de aprendizaje (Pino, 2015).
Hay que tomar en cuenta que el profesor es el vínculo más eficiente con los alumnos, el cual debe propiciar confianza, armonía grupal y la autoestima, favoreciendo el desarrollo de todos y cada uno de los alumnos (Goleman, 1999). Pero suele darse por entendido el hecho de que eso se da por sí mismo, sin que los profesores lo propicien.
Datos actuales, indican que la inteligencia se centra en el coeficiente intelectual, medido por títulos y experiencia, sin considerar otras
∗ Egresado de la Escuela Normal Superior “Simón Bolívar”; director de unidades educativas desde 2000 hasta 2020; titulado de la Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián”. Correo electrónico: felchoque@gmail.com
inteligencias que pueden ser de mayor influencia como es la inteligencia emocional, la cual comprende habilidades integrales que apoyan al control y reconocimiento de las emociones y estas a la vez aportan para que las habilidades sirvan no sólo para uno mismo, sino para reconocer y controlar emociones de otras personas (Gardner, 1993).
Las emociones se sustentan en procesos neuroquímicos y cognitivos relacionados con la estructura mental, tiene relación con la autoestima y posteriormente con la comunicación que imparte a partir de este elemento, los valores y motivos de cada individuo se presentan independientemente según sus necesidades, las emociones apoyan a satisfacer estas necesidades y si son manejadas de manera incorrecta pueden llegar a desencadenar en patologías, las cuales serán parte de la frustración del ser humano (Goleman, 1999); es decir, las emociones apoyan a orientar y regular la actuación del sujeto.
Los alumnos con emociones de ansiedad, furia o depresión no están en condiciones óptimas para el aprendizaje. Emociones como la ira, la tristeza, la ansiedad o tensión afectan la atención y por consiguiente la memoria, impidiendo la retención de información de la tarea que se ejecuta (Csikszentmihalyi, 2010).
Entre las causas que pueden afectar el aprendizaje están: problemas emocionales y presencia de vivencias afectivas negativas, falta de interés y motivación, apatía e indiferencia, estados de frustración y conflicto, estados de tensión, stress, ansiedad, presencia de temores, fobias, predominio de vivencias afectivas negativas. También incide la timidez y retraimiento, la agresividad, el egocentrismo, la sumisión y la conducta antisocial (Cooper, 1998). La salud emocional de un ser humano está estrechamente ligada a la estabilidad emocional de la familia y los profesores.
Los establecimientos educativos deben ser un espacio de expresión de emociones positivas, un lugar donde la armonía se perciba en cada rincón y a cada instante. Los alumnos deben sentirse contentos, relajados, cuidados, comprendidos y sobre todo, queridos. Los profesores para lograr estos objetivos deben ser personas con un destacado equilibrio emocional, capaces de crear en sus aulas un clima apropiado y estar seguros del éxito académico de los estudiantes (Gómez, 2014).
En la medida que el sujeto desarrolla características de inteligencia emocional, evidencia capacidades en la intuición, presenta disposición para confiar en los demás y capacidad de inspirar confianza, presenta un temperamento sólido de auténtica personalidad, valora experiencias negativas, desarrolla capacidad para encontrar soluciones acertadas en situaciones difíciles y tomar decisiones inteligentes, tiene liderazgo efectivo y eficiente (Shapiro, 2000).
Cuidar la salud mental de los educandos es compromiso de todos para evitar patologías cognitivas, emocionales y sociales, la responsabilidad de mantener y desarrollar un equilibrio racional y emocional depende del interés y predisposición de ayudar a los futuros ciudadanos del mundo.
3.- Conclusiones
Las funciones de las emociones en el proceso de aprendizaje son: Las emociones tienen una función importante con el desarrollo personal del estudiante y se encuentra en todas las etapas de la vida, las emociones tienen relación con la autoestima y la comunicación, el aspecto cognitivo y afectivo se complementan con las emociones que al mismo tiempo se encuentran relacionadas con el intelecto.
Asimismo, las emociones influyen en el ser humano a un nivel psicológico, fisiológico, afectivo y volitivo, desencadena equilibrio en el alumno desenvolviéndose en todos los procesos: social, educativo, laboral, entre otras, la más importante de las emociones es la felicidad; porque otorga salud, equilibrio, motivación en el proceso de aprendizaje.
Las emociones negativas y positivas en el proceso de aprendizaje son: Miedo, tristeza, ira aversión son negativas para el proceso de aprendizaje, la emoción de felicidad es positiva
y la emoción de sorpresa es neutral por ser transitoria y no tiene ninguna influencia en el proceso de aprendizaje.
Los profesores que inducen al alumno por la emoción de miedo para llegar a sus objetivos, son profesores que utilizan la manipulación por carecer habilidades emocionales. El desarrollo de habilidades emocionales para el proceso educativo es importante; porque evita problemas emocionales, vivencias afectivas negativas, falta de interés, desmotivación, apatía, indiferencia, estados de frustración, estados de conflicto, estados de tensión, stress, ansiedad, presencia de temores, fobias, predominio de vivencias afectivas negativas, entre otras.
Referencias bibliográficas
Casacov, E. (2011). Diccionario de términos técnicos de la psicología (tercera ed.). Buenos Aires, Argentina: Brujas.
Cooper, R. (1998). La inteligencia emocional: Aplicada al liderazgo y las organizaciones. Bogotá, Colombia: Norma.
Csikszentmihalyi, M. (2010). Fluir: Una psicología de la felicidad (octava ed.). Barcelona, España: Kairos.
Gardner, H. (1993). Inteligencias multiples. Barcelona: Paidos.
Goleman, D. (1999). La inteligencia emocional. Buenos Aires, Argentina: Vergara.
Gómez, M. (2014). Orientación secundaria y tutoría. Hacia una mejor educación, (pág. 15). Lima.
Pino, C. C. (2015). Teoría de los sentimientos. Barcelona: Handel.
Shapiro, L. (2000). La inteligencia emocional en niños. (J. Vegara, Ed.)
Recepción: 27 de noviembre de 2020 Aprobación: 27 de diciembre de 2020 Publicación: febrero 2021