06 AÑO 3 / NÚM 6
Habilidades para un desempeño académico basado en la integridad académica (pág. 06)
Algunas reflexiones sobre ética de la investigación científica (pág. 08)
La integridad académica vista desde la responsabilidad (pág. 16)
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS EN LA INTEGRIDAD ACADÉMICA
INTEGRIDAD ACADÉMICA | AÑO 3 / NÚMERO 6
CONSEJO EDITORIAL Rocío Mier y Terán Sierra, María del Carmen García Higuera, Universidad Panamericana campus Ciudad de México; Gonzalo Pizarro Puccio, Pontificia Universidad Católica de Chile; Jean Gabriel Guerrero Dib, Adriana Lizeth Barberena Cerda y Elmi Salazar Báez, Universidad de Monterrey; María Alejandra Calderón Swain, Universidad Panamericana, campus Guadalajara; Nathalia Franco Pérez, Universidad EAFIT; Pablo Ayala Enríquez y Daniela Gallego Salazar María, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; Raquel Villarreal, Turnitin. Edición Armando Alemán Juárez aalemanj@up.edu.mx
Esta revista es un esfuerzo conjunto de la Universidad Panamericana en alianza con las siguientes universidades:
Diseño Arturo E. Becerra Mariscal abecerra@up.edu.mx Centro de Innovación Educativa mx_cie@up.edu.mx http://cie.up.edu.mx Integridad Académica Enero - Junio 2019 / Año 3 / Número 6
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Universidad Panamericana Jerez 10 Col. Insurgentes Mixcoac 03920. Del. Benito Juárez, CDMX Créditos de recursos gráficos: Freepik.com Pexels.com commons.wikimedia.org
INTEGRIDAD ACADÉMICA, año 3, número 6, es una publicación semestral enero - junio 2019 editada por CENTROS CULTURALES DE MÉXICO, A.C. (propietaria de la Universidad Panamericana), con domicilio en calle Jerez No. 10 Col. Insurgentes Mixcoac, Delegación Benito Juárez, Ciudad de México, C.P. 03920, Tel. (55) 54 82 16 00. Editor responsable María del Carmen García Higuera, Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2017-121117154000-203, ISSN 2594-0236, ambos otorgados por el Instituto Nacional de Derechos de Autor. Responsable de la última actualización de éste Número, María del Carmen García Higuera. INTEGRIDAD ACADÉMICA. Copyright 2019 © Todos los derechos reservados. El contenido de la presente publicación no puede ser reproducido, ni transmitido por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética, ni registrado por ningún sistema de recuperación de información, en ninguna forma y por ningún medio, sin la previa autorización por escrito de CENTROS CULTURALES DE MÉXICO, A.C. CENTROS CULTURALES DE MÉXICO, A.C. no tendrá responsabilidad alguna por las lesiones y/o daños sobre personas o bienes que sean el resultado de presuntas declaraciones difamatorias, violaciones de derechos de propiedad intelectual, industrial o privacidad, ni responsabilidad por producto de negligencia. Tampoco asumirán responsabilidad alguna por la aplicación o utilización de los métodos, productos, instrucciones o ideas descritos en el presente material, seguir los consejos y/o recomendaciones, incluidos en ellos es responsabilidad de quien lo hace y de quien lo recomienda. Todas las ideas expresadas en los artículos incluidos en esta publicación, son de cada autor. CENTROS CULTURALES DE MÉXICO, A.C. y el comité editorial no asumen responsabilidad alguna sobre las ideas expresadas en los artículos publicados, toda vez que estos no necesariamente expresan la ideología, opinión ni la interpretación de CENTROS CULTURALES DE MÉXICO, A.C., de sus Directivos, empleados, ni del equipo que dirige esta publicación. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de CENTROS CULTURALES DE MÉXICO, A.C.
Agradecemos a nuestro patrocinador:
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS EN LA INTEGRIDAD ACADÉMICA
EDITORIAL
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os encontramos en el sexto número de nuestra revista. En esta edición, hemos querido enfocar el tema en el papel que tienen las instituciones educativas en promover la integridad académica. De acueredo al Centro Internacional para la Integridad Académica (ICAI), ser íntegro significa vivir y hacer vivos los siguientes valores: honestidad, confianza, equidad, respeto, responsabilidad y coraje1. Las instituciones educativas, en especial las universidades, son las encargadas de fomentar y consolidar estos y otros valores como la lealtad, la humildad, la tolerancia y la solidaridad en los estudiantes2. La exposición teórica seguida de una reflexión, únicamente, no es suficiente para la formación en valores; “se educa con la participación en la cultura viva y activa."3 De modo que el aprendizaje ético en los alumnos es pensado desde un rol preponderante y activo por parte de la universidad. Siguiendo la idea anterior, el primer texto, escrito por Gonzalo Pizarro Puccio, cuestiona cuál es el método más adecuado para fomentar la integridad académica en universitarios. El autor sintetiza que la enseñanza, en general, debe tomar en cuenta la práctica de tomar decisiones éticamente fundadas. También debe desarrollar habilidades que propicien el aprendizaje profundo, vinculando la formación en integridad académica a la disciplina. En el segundo artículo, José López Yepes medita sobre el tema de la ética en la investigación científica, a partir de sus pilares y de sus actores; y toma en cuenta, además, la responsabilidad que tienen las instituciones educativas respecto a la ética en la actividad investigadora. Se concluye que éstas ejercen un rol importante en la ética de la investigación científica y que cada instancia del proceso investigador cuenta con sus propios y característicos valores éticos. La relación entre la integridad académica y la responsabilidad se señala en el tercer artículo por Pablo Ayala Enríquez. Mediante una lógica que parte del ejemplo, Pablo denota las dos dimensiones de la responsabilidad: la relacional y la atribucional. Explica que la primera se refiere a la correspondencia de ser responsables con distintas instancias, acciones o normas, mientras que la segunda apela a los atributos valorativos que se le dan a la responsabilidad. La revista continúa con una infografía de Turnitin, sobre los pilares de la integridad académica, en donde se explican en cuatro pasos, cómo fomentar el pensamiento original y mejorar la calidad del trabajo de los alumnos. Finalizamos la revista con un artículo propio, sobre el papel de la universidad en la educación ética. En este texto conciso, hago una explicación del porqué es necesario que la universidad forme en valores, pero considerando la recomendación de hacerlo mediante una visión más holística: enseñarle a los alumnos tanto la teoría como la práctica de vivir una vida buena.
Armando Alemán Juárez
International Center for Academic Integrity, Valores Fundamentales de la Integridad Académica (2017), Recuperado de http://espanol. academicintegrity.org/fundamental-values/ 1
Orlanda Lourdes Colina Gonzalvo y Otilia Maritza Delgado Freire, “La importancia de los valores éticos aplicados a la enseñanza universitaria,” Opuntia Brava 9, no. 2 (2017): 202. 2
Colina, La importancia de los valores, 202.
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INTEGRIDAD ACADÉMICA | AÑO 3 / NÚMERO 6
CONTENIDO 06
011100 101100 001100 011110
HABILIDADES PARA UN DESEMPEÑO ACADÉMICO BASADO EN LA INTEGRIDAD ACADÉMICA
08 ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
4 Pilares de la integridad académica Fomente el pensamiento original y mejore la calidad del trabajo estudiantil construyendo una cultura de integridad académica en su institución.
Defina las normas
2 Aumente
Adopte la integridad académica como un valor central;
Comunique las normas de comportamiento esperadas de los alumnos y de los profesores;
Instituya normas y políticas basadas en los valores de la integridad académica a nivel institucional.
Estimule a los estudiantes a asumir la responsabilidad de cumplir con la integridad académica.
1 y políticas institucionales
3 Eduque
a sus estudiantes
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LA INTEGRIDAD ACADÉMICA VISTA DESDE LA RESPONSABILIDAD
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la concientización
4 Proteja
su reputación
PILARES DE LA INTEGRIDAD ACADÉMICA
Refuerce el rol del docente como un mentor confiable y un modelo de persona; Abogue por el aprendizaje continuo y para la vida;
Desarrolle procesos de evaluación justos que apoyen el proceso de aprendizaje.
Garantice los procesos educativos y las herramientas institucionales para un chequeo estandarizado que ayude a mitigar los comportamientos deshonestos; Responda firmemente a los casos de deshonestidad académica conforme a las normas y políticas preestablecidas.
Los cuatro pilares de la integridad académica fueron desarrollados por el International Center of Academic Integrity (ICAI). Esta organización se propone a fomentar una cultura de integridad académica en el ámbito educativo, así como la prevención y la mitigación de fraude y de deshonestidad académica.
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ÉTICA UNIVERSITARIA: EL PAPEL DE LA UNIVERSIDAD EN LOS VALORES DE LA INTEGRIDAD ACADÉMICA
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS EN LA INTEGRIDAD ACADÉMICA
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No es tarea de la Universidad ofrecer lo que la sociedad le pide, sino lo que la sociedad necesita.
“
- Edsger Wybe Dijkstra
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INTEGRIDAD ACADÉMICA | AÑO 3 / NÚMERO 6
HABILIDADES PARA UN DESEMPEÑO ACADÉMICO BASADO EN LA INTEGRIDAD ACADÉMICA Gonzalo Pizarro Puccio gpizarro@uc.cl
Director Académico de Docencia en la Vicerrectoría Académica, Pontificia Universidad Católica de Chile.
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na pregunta que surge recurrentemente al inte- cuando esta estrategia reduce la incidencia de comrior de las universidades es: ¿Por qué es impor- portamientos deshonestos, lo hace principalmente tante abordar la integridad académica en la dificultando la posibilidad de incurrir en ellos o apeformación de los estudiantes universitarios? lando al miedo de los estudiantes a ser sorprendidos. Esta interrogante ha sido respondida en distintos Por lo tanto, es probable que los estudiantes que se momentos y de diferentes maneras. vieron disuadidos de hacer trampa aún puedan ha En un inicio, se pensó que la integridad aca- cerla cuando crean que no serán descubiertos (Rodémica era importante para evitar que los estudian- berts-Cady, 2008). tes cayeran en comportamientos deshonestos: como La segunda estrategia tiene como propósito el plagio y la copia, y las estrategias institucionales que los estudiantes desarrollen un buen carácter, esque se idearon principalmente -basadas en un mode- pecialmente la honestidad, a partir del supuesto que lo normativo - estuvieron dirigidas a que los estudian- los estudiantes honestos no hacen trampa indepentes inhibieran la mala conducta a través de una serie dientemente de si pueden ser atrapados o no. Una de acciones de penalización estrategia ampliamente difundiy castigo, que variaban de da, principalmente en EEUU y acuerdo a la gravedad de Canadá, es la implementación la falta. de códigos de honor. En ellos Algunas de las habilidades Estas estrategias se apela a que los estudiantes clave para un desempeño orientadas a reducir la desse regulen y responsabilicen académico íntegro, son: honestidad académica, se mutuamente, en lugar de utilipensamiento crítico, denominaron: a) estrategia zar medidas de autoridad para de modificación del comhacerlo, ya que se espera que discernimiento ético, portamiento y b) estrategia la presión de los pares genere habilidades de escritura del desarrollo del carácter efectos positivos en el comacadémica disciplinar y (Roberts-Cady, 2008). La portamiento de los estudiantes primera tiene como fina(Roberts-Cady, 2008). creatividad (Morris, 2015). lidad hacer cumplir có No obstante, ninguna de las digos de conducta en el estrategias anteriores incorpoaula. Una forma de hacerlo ra un componente central para es haciendo que sea más difícil para los estudiantes el desarrollo de actuaciones honestas: enseñar a los hacer trampa, mejorando los mecanismos de detec- estudiantes a tomar decisiones éticamente fundadas ción y aplicando sanciones severas. No obstante, aun para una actuación o desempeño académico íntegro,
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS EN LA INTEGRIDAD ACADÉMICA lo cual implica el desarrollo de una serie de habilidades clave. Volviendo a la pregunta inicial, abordar la integridad académica en los universitarios es importante porque está íntimamente imbricada en las actuaciones académicas de los estudiantes, es decir, es la base para tomar decisiones éticas. Ignorar su importancia en los procesos de enseñanza y aprendizaje reduce y limita la formación universitaria. Asumir el desafío de incorporar la integridad académica en el currículo significa formar personas de acuerdo a un marco ético para el discernimiento y la toma de decisiones que facilite el desarrollo de prácticas académicas íntegras. Esto cobra aun mayor importancia si se piensa que la investigación en este ámbito sugiere la transferencia de estos desempeños al mundo laboral (Brimble, 2015). Algunas de las habilidades clave para un desempeño académico íntegro, son: pensamiento crítico, discernimiento ético, habilidades de escritura académica disciplinar y creatividad (Morris, 2015). 011100 101100 001100 011110
Para desarrollarlas, se requiere no solo proporcionar información a los estudiantes sino ir más allá e intencionar el aprendizaje de estas habilidades durante toda la trayectoria formativa. Algunas universidades han tomado dos posturas en el aprendizaje de estas habilidades. Por un lado, a través de un modelo genérico se busca desarrollarlas en actividades formativas no
ligadas a los planes de estudio, por ejemplo, un taller de pensamiento crítico. En la otra postura, se considera un modelo integrado, donde estas habilidades son desarrolladas vinculándolas a la disciplina durante todo el plan de estudios, para fortalecer el desarrollo de prácticas académicas ejemplares (Morris, 2015). Ambos enfoques constituyen alternativas viables, no obstante, el primero de ellos tiene un alcance más limitado, ya que no necesariamente el desarrollo de estas habilidades por separado permite que los estudiantes las integren en sus prácticas académicas. El segundo, en cambio, permite que aprendan a tomar decisiones éticas en contextos propios de su disciplina. Para ello, se requiere que los profesores estén alineados a estos propósitos y reciban la formación necesaria para llevar a cabo procesos de enseñanza y aprendizaje basados en la integridad académica. Este segundo enfoque está alineado al modelo de alfabetización académica, por lo cual se espera que el aprendizaje sobre la integridad académica esté embebido en el aprendizaje de la disciplina (Morris, 2015). La formación en integridad académica vinculada a la formación disciplinar desafía los enfoques tradicionales de transmisión de conocimientos, donde los estudiantes asumen un rol pasivo, ya que el aprendizaje basado en la integridad académica implica tomar decisiones éticamente fundamentadas, para lo cual se requiere del desarrollo de otras habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad y el desarrollo de la escritura académica; que en conjunto propician el aprendizaje profundo.
REFERENCIAS Brimble, M. (2015). Why Students Cheat: An Exploration of the Motivators of Student Academic Dishonesty in Higher Education. Handbook of Academic Integrity, 1–14. https://doi. org/10.1007/978-981-287-079-7_58-1 Morris, E. J. (2015). Academic Integrity: A Teaching and Learning Approach. Handbook of Academic Integrity, 1–14. https://doi. org/10.1007/978-981-287-079-7_11-1 Roberts-Cady, S. (2008). The role of critical thinking in academic dishonesty policies. International Journal for Educational Integrity, 4(2), 60–66.
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ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
José López Yepes yepes@ucm.es
Escuela de Comunicación, Universidad Panamericana, Ciudad de México y Catedrático Emérito de la Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid.
INTRODUCCIÓN
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l estudio de las cuestiones éticas que afectan a los pilares de la investigación científica (universalidad, comunidad científica y social e incertidumbre y contingencia) se deben pormenorizar en el ámbito del proceso del trabajo investigador a lo largo de tres apartados: Ética de los sujetos investigadores (investigador, director/asesor/ tutor); ética del objeto de la investigación (tema, método y fuentes) y ética de los resultados de la investigación (producción y redacción del mensaje científico, publicación y evaluación)1. Se trata de considerar, sucesivamente, la noción de la ética aplicada a los componentes de la actividad investigadora; la fijación de la praxis científica adecuada a los principios éticos propios de tal actividad y las dudas que pueden surgir de tal aplicación, por ejemplo, el hecho de que en una serie de decisiones que toman los investigadores no hay conciencia clara de su carácter de fraude contra la ética. Para armonizar todo este conjunto han surgido códigos o reglamentaciones que tratan de resolver las dudas desde la perspectiva de los requerimientos éticos y la consiguiente solución a los posibles conflictos de esta naturaleza, códigos redactados por universidades, centros de investigación e incluso por revistas. Porque, efectivamente, si existe una ética de los sujetos investigadores (investigador y asesor), una ética del mensajes científico (verdadero o falso), hay que añadir asimismo una ética de la institución educativa, bien sea universidad o departamento donde se elabora el trabajo Puede verse un desarrollo mayor de estas reflexiones en el trabajo: “A propósito de la ética en la investigación científica.” En XV Seminario Hispano-Mexicano. UNAM, IIBI (en prensa). 1
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de investigación y que no puede soslayar su responsabilidad en el recto ejercicio de la investigación, de la formación de los jóvenes investigadores, de la correcta actuación de los asesores e investigadores principales de los proyectos de investigación, entre otros. Hay posibles fallos éticos producidos, en mi opinión, por la presencia de la cultura de la evaluación que ha motivado prisas y aumento incesante del número de publicaciones, de tal modo que se producen sesgos en la elección de los temas de investigación y en los medios en que han de difundirse los trabajos, entre otros. Hoy día los comités y agencias de evaluación pueden convertirse de hecho en factor de comprobación del ethos de la ciencia. Conviene tener en cuenta que los conflictos éticos no solo perjudican al investigador que los produce sino que son trascendentes y perjudican a todos aquellos que han confiado en las publicaciones con fallos éticos. Pues bien, las líneas que siguen representan tan solo una reflexión esquemática sobre estos aspectos. Para ello, me he servido del buen trabajo de David R. Koepsell y Manuel H. Ruiz de Chavez (Ética de la Investigación, Integridad científica, 2015) publicado por el CONACYT de México y la Comisión Nacional de Bioética, así como de otros trabajos míos, algunos de los cuales contienen secuencias cinematográficas relacionadas con el tema que aquí ocupa y que muestro como ejemplos ilustrativos. Es, pues, fruto de mis consideraciones personales, algunas de las cuales pueden
“-Todo empezó cuando papá viajó a París para escuchar a los arqueólogos más importantes de la época. Papá era un investigador y científico pero sobre todo un buscador ferviente de la verdad”.
resultar discutibles para algunos lectores pero, en todo caso, enriquecerían un debate que alberga dudas.
PRINCIPIOS ÉTICOS GENERALES DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Cabe considerar que los fraudes que se contraponen a los principios éticos inciden en tres grandes pilares conceptuales: la universalidad de la ciencia, el papel de la ciencia en el ámbito de la comunidad científica y social, y el carácter de objetividad, duda y contingencia de las verdades alcanzadas en el devenir investigador -según establecen Koepsell y Ruiz de Chávez (2015)- y sobre ellos vuela el trabajo investigador que genera confianza en la comunidad y del que se esperan siempre grandes logros por medio de las políticas científicas que todos los países procuran llevar a cabo.
UNIVERSALIDAD Es frecuente la tendencia de numerosos tesistas a pensar que la presunta originalidad de sus trabajos está en función de que constituyan novedad en sus países respectivos, al olvidar que los temas de investigación deben responder a problemas científicos no resueltos todavía en cualquier lugar. Le elección de un tema puede ser un fraude si no se adecua a lo acabado de decir. Film Altamira (2016)
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INTEGRIDAD ACADÉMICA | AÑO 3 / NÚMERO 6 Un ejemplo claro de internacionalidad de la ciencia, por encima de coyunturas personales o institucionales, se observa en el film Einstein y Eddington (2008) cuando, a causa de la debacle de la batalla de Ypres, en que murieron quince mil combatientes británicos gaseados por las tropas alemanas, se acuerda expulsar de la Academia de Ciencias a los miembros de nacionalidad germana.
Por su parte, la comunidad social es, en su conjunto, la destinataria de los logros de la ciencia que repercuten en la mejora de aquélla y, en concreto, en la vida cotidiana de sus componentes. Paralelamente, también la sociedad tiene obligaciones hacia los científicos.
Film Einstein y Eddington (2008)
“Tenemos una propuesta del presidente. La propuesta es que expulsemos a todos los alemanes miembros de la Real Sociedad de Astronomía y que todo el contacto entre nuestros miembros y cualquier alemán termina ahora. – Quince mil muertos en Ypres en un día. Gaseados. Todos. ¿Quién hizo esto? ¿Quién mató a mi hijo? Os lo voy a decir: La ciencia alemana. – Tal vez debamos hacer esto otro día. – No. Seguiremos…. ¿Asumo que nadie está en contra de la moción? – ¿Quién mató a Raymond Lodge? Todos nosotros. – Suficiente Eddington.
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– Esta guerra inútil y estúpida lo mató. Expulsar a los científicos alemanes no servirá a ningún Cambridgeshire. – ¡Eddington! – La persecución de la verdad trasciende los límites nacionales. Nos lleva más allá del odio, la ira y el miedo. Es lo mejor de nosotros”.
COMUNIDAD CIENTÍFICA Y SOCIAL Como se sabe, los resultados científicos se obtienen a partir de la delimitación de los problemas a resolver, la elección de los métodos apropiados y la reflexión del investigador sobre las fuentes, desde el espíritu crítico y desde los hábitos de comportamiento del investigador. La comunidad científica comprueba la verdad de las conclusiones desde los medios (descripción y justificación, del objeto, método, fuentes, etcétera) facilitados por el investigador e insertos en su trabajo. Todo ello sin perjuicio de considerar los diversos comportamientos que tienen lugar en las relaciones entre colegas.
OBJETIVIDAD, DUDA Y CONTINGENCIA Al proceso investigador le es inherente un estado cuyo escenario permanente es la duda, la incertidumbre, el escepticismo, la desconfianza, la imparcialidad… lo que- sin perjuicio de caer en errores involuntarios- ha de conducir a lograr la objetividad, la verdad. La verdad científica es contingente, es relativa, se transforma con cada nuevo logro. Así se muestra fehacientemente en el film que narra la vida del investigador Hawkings:
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“– Steven, Jane me decía que tienes una teoría hermosa que prueba que el universo tuvo un principio. – Esa fue mi tesis de doctorado. Mi nuevo proyecto la desaprueba” (López Yepes, 2017 a, p. 74).
Film La teoría del todo (2014)
Imparcialidad, pues, es la actitud que permite al investigador, libre de prejuicios, mantenerse abierto ante la conclusión final. Forzarla en aras de una ideología o de otra actitud es un atentado a la ética.
CONSIDERACIONES FINALES
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Los derechos y deberes éticos en el proceso investigador pueden ser sistematizados sobre principios generales de la ciencia como son: la universalidad, la comunidad científica y social, y el carácter de objetividad de los productos resultantes del proceso investigador. Tanto derechos como deberes pueden ser considerados dentro de los parámetros que hemos denominado ética de los sujetos investigadores, ética del objeto y ética de los resultados de la investigación.
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La todavía poca reglamentación clara en materia de ética de la investigación provoca la existencia de dudas y lagunas en diversos aspectos de la misma, lo que se advierte en fallos éticos que no siempre son sentidos como tales por los investigadores y demás componentes del proceso investigador. Los problemas de autoría múltiple en las revistas, y la atribución correcta de la responsabilidad de
los autores, pueden resolverse merced a la autorregulación de responsabilidad de los mismos y al papel de los editores, proponiendo códigos éticos en sus publicaciones.
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Los investigadores se enfrentan a situaciones de conflicto ético en cuestiones como: la atribución de la autoría, el logro de méritos y recompensas, los atentados a la libertad de investigación y las relaciones personales con colegas e instituciones. El primer problema comporta responsabilidad por lo que la firma de un autor debe estar siempre respaldada por la participación justificada en los trabajos de cuya autoría se presume. El derecho a investigar es un derecho humano que deben respetar las políticas y autoridades de investigación moduladas hacia la formación correcta en el caso de investigadores principiantes.
4
El director/asesor/tutor es el auténtico formador u orientador de los investigadores y forma parte de su obligación como profesional. No debe, pues, aprovecharse del trabajo de sus dirigidos a la hora de la publicación.
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Una gran parte de los conflictos éticos se deriva del hecho de la cultura desmedida de la evaluación que lleva a desvirtuar en ocasiones los verdaderos objetivos de la investigación, como proceso destinado a resolver problemas científicos de relevancia y a que los resultados sean convenientemente difundidos. De ahí que los temas de indagación se deben ajustar objetivamente a las capacidades del investigador y a su vinculación a líneas de trabajos insertas en las correspondientes políticas científicas.
6
Las citas de los trabajos de otros autores deben ser útiles, es decir, citas que contengan ideas relevantes que sugieran al investigador nuevas ideas. La cita correcta es un deber científico –ya que sugiere al lector la posibilidad de fundamentar y continuar una investigación- y ético ya que supone reconocimiento al hecho de tomar prestadas las ideas de otros autores.
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El plagio es inadmisible e innecesario. Las leyes de propiedad intelectual permiten el uso de las ideas de los demás siempre que se indique claramente su procedencia. Citarse a uno mismo es justificable si se indica previamente que el autor está aprovechando textos de trabajos anteriores.
8
La evaluación de los trabajos publicados tiene enorme trascendencia en la medida del prestigio de investigadores e instituciones aunque las herramientas de que se dispone para ello no siempre garantizan la justicia en el tratamiento de aquélla.
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Las instituciones educativas desempeñan un papel notable como garantizadoras de los deberes éticos en el proceso investigador. Efectivamente, son de algún modo, responsables de la actuación correcta de los protagonistas de dicho proceso y también de la adecuada formación de los jóvenes investigadores, bajo la tutela de los asesores que reciben criterios de la institución sobre cómo deben ejercer su magisterio.
REFERENCIAS Botín, L. (Productora) y Hudson, H. (Director). (2016). Altamira [Película]. Reino Unido: Mare Nostrum Productions. Koepsell, D. R. y Ruiz De Chávez, M. H. (2015). Ética de la Investigación: Integridad científica. Comisión Nacional de Bioética/Secretaría de Salud. Recuperado de: https:// www.cooperacionib.org/libro-etica-de-la-Investigacion-gratuito.pdf López Yepes, J. (2017). Aprender a investigar viendo cine. Madrid, España: Icadémica. McCarten, A. (Productor) y Marsh, J. (Director). (2014). La teoría del todo [Película]. Reino Unido: Working Title Films. Pybus, M. (Productor) y Martin, P. (Director). (2008). Einstein y Eddington [Película]. Reino Unido: Company Television Productions.
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LA INTEGRIDAD ACADÉMICA VISTA DESDE LA RESPONSABILIDAD Pablo Ayala Enríquez pabloayala@itesm.mx Decano Asociado de Formación Ética y Ciudadana; Tecnológico de Monterrey
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unca imaginó que aquella breve charla dictada en la biblioteca de la universidad, derivaría en la titularidad del curso: “Programación avanzada”. Sus treinta semestres de experiencia docente, le habían hecho creer que las aulas perdieron su eficacia para desvelarle nuevos secretos. Craso error. La sofisticación del fraude revelado por uno de sus mejores estudiantes, rebasaba por mucho su imaginación. La complejidad era tal, que decidió mantener consigo la confesión. Sin embargo, esa tarde alargó el ritual con el que día a día cerraba su despacho antes de volver a casa; valía la pena darle unas cuantas vueltas más al asunto. “Las cosas caen por su propio peso”, pensó, “pero, ¿y si ésta tarda en caer? ¿Y si el hacker no es un proveedor externo y es un colega del departamento? Solo quien conoce al dedillo nuestros sistemas podría hacer tantas modificaciones en tan poco tiempo. Espero no arrepentirme, pero, por el momento, creo que lo mejor es callar. ¿Por qué he de ser yo quien destape la cloaca? Tarde que temprano el tema llegará a oídos de la directora del departamento, y ella tendrá que tomar al toro por los cuernos; yo sólo soy un profesor de programación, no soy el fiscal o el guardián de los reglamentos de la universidad.” Tanto la trama del fraude, como la actitud mostrada por el protagonista de esta historia, se han vuelto un lugar común en muchas universidades que defienden a “capa y espada” los principios asociados a la integridad académica, al menos en el discurso. Este último hecho, tal como hemos referido anteriormente en este mismo espacio, como mínimo, se encuentra asociado a dos factores. Por un lado, al nivel de convencimiento y responsabilidad que siente el profesorado respecto a los intentos institucionales por promover la integridad académica. Del otro lado, se encuentra la “normalización” de pequeños fraudes académicos que, en conjunto, se vuelven tan grandes y devastadores como puede serlo una avalancha de nieve, avalancha donde, como dice Stanislaw Jerzy Lec, “ningún copo se siente responsable”. Extrapolando lo dicho por Lec a la historia narrada líneas arriba, ¿de qué y ante quién es responsable su protagonista? ¿Cuál es la relación más clara que hay entre integridad académica y responsabilidad docente?
En un artículo publicado en la revista “Philsophy Now”, al que tituló What is Responsibility?, Hans Lenk afirma que la responsabilidad es un concepto que a un mismo tiempo es relacional y atribucional. En lo que se refiere a la dimensión relacional, somos responsables: a) ante una persona o una institución; b) por “algo” que ha sido el resultado de nuestras acciones y los efectos de estas; c) ante aquellas instancias con capacidad de sanción; d) ante lo que dictan las normas, leyes o criterios que fijan determinadas conductas; y, e) por lo que “dejamos de hacer” o, incluso, por lo que antecede y rodea a una acción aún no realizada. El carácter atribucional de la responsabilidad, más que a la dimensión descriptiva de la responsabilidad, se refiere a los atributos valorativos que ponderan el carácter e investidura de alguien que podría considerarse como “responsable de…”. Por ejemplo: “Soy responsable de lo que hagan mis hijos cuando salen a jugar por las tardes”; “soy responsable de que mis estudiantes aprendan”; “soy responsable de contribuir a mantener en alto la reputación de la universidad para la cual laboro”, y un largo etcétera que se desprende de la responsabilidad asociada al rol que encarna la figura docente. Con el propósito de explicitar de un mejor modo la manera en que Lenk entiende las dimensiones de la responsabilidad, volvamos con el protagonista de la historia expuesta líneas arriba. ¿De qué acciones y efectos es responsable? El docente asume que solo es el “depositario” de un secreto, no el actor, y, por tanto, no es el responsable directo de una acción fraudulenta. Él no es el hacker, ni socio de éste. Tampoco es el titular del curso donde se cometió el fraude, así que, en este sentido, se siente libre de cualquier responsabilidad. No obstante, si su reflexión la lleva al terreno de los efectos, podrá darse cuenta que mantener el secreto del fraude hará que éste continúe su inercia e, incluso, se expanda hacia otros cursos y licenciaturas. Con relación a las instancias ante las cuales se es responsable, visto con detenimiento, en el mismo momento que el protagonista deja que “las cosas caigan por su propio peso”, no hace sino desplazar la responsabilidad a otra instancia, en este caso a la directora del departamento, sin asumirse como un actor capaz de detonar un proceso que pudiera po-
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ner un alto a la situación. Por otro lado, tal como se presenta la historia, resulta claro que no siente ningún compromiso con el estudiante que le reveló el secreto, porque en su diálogo interno no encontramos muchas pistas respecto a su interés por dar una respuesta concreta, mucho menos una solución, al joven que le contó sobre el fraude. Con relación a la responsabilidad que se tiene ante las normas y reglamentos que rigen la convivencia en la universidad, el protagonista entiende que, al no ser él quien rompió las reglas vigentes ni, mucho menos, ser “el fiscal de la universidad”, tampoco se asume como el responsable directo de hacer efectivo el reglamento correspondiente. En todo caso, piensa, para eso está la directora del departamento, para “tomar al toro por los cuernos” y enfrentar la situación cuando la gravedad, como dijo Newton, ¡lleve a cabo lo que le es propio! El rasgo atribucional de la responsabilidad de la figura docente, nos permite comprender cómo dicho rol va-mucho-más-allá de lo que dictan las normas contenidas en los contratos laborales y los reglamentos vigentes. Sería absurdo pensar que todas las normas que podrían evitar comportamientos perniciosos, estén contenidas en un código o reglamento, de ahí que el carácter de la investidura del rol que se juega en una universidad, nos conduce a ir-másallá de la normatividad escrita. En este sentido, la responsabilidad conferida por la investidura docente, obliga a quien ejerce dicha función a cumplir con ciertos compromisos, no escritos, que tienen una naturaleza más moral que jurídica. De la
REFERENCIAS Lenk, H. (2006). What is Responsibility. Philosophy Now, 56, 29-32. Martínez, M. (1998). El contrato moral del profesorado: Condiciones para una nueva escuela. Madrid, España: Descleé de Brouwer.
figura docente, el estudiantado espera congruencia, compromiso, honestidad, constancia, dominio de la materia que enseña y otras acciones y actitudes que están más allá de la serie de cláusulas contenidas en el contrato laboral. En el marco de los afanes que persigue un programa para el fortalecimiento de la integridad académica, hacer valer la investidura docente, como nos recuerda Miquel Martínez, implica comprometerse con un contrato moral donde nuestro quehacer habitual se encuentra vertebrado y enriquecido por una serie de valores que dan congruencia y sentido a nuestra práctica magisterial (1998); valores y principios que, al mínimo descuido u omisión, podrían quedar sepultados bajo la avalancha de nieve que provoca rehuir a la enorme responsabilidad que implica ejercer la docencia en mayúsculas.
Pilares de la integridad académica Fomente el pensamiento original y mejore la calidad del trabajo estudiantil construyendo una cultura de integridad académica en su institución.
Defina las normas
2 Aumente
Adopte la integridad académica como un valor central;
Comunique las normas de comportamiento esperadas de los alumnos y de los profesores;
Instituya normas y políticas basadas en los valores de la integridad académica a nivel institucional.
Estimule a los estudiantes a asumir la responsabilidad de cumplir con la integridad académica.
1 y políticas institucionales
3 Eduque
a sus estudiantes
Refuerce el rol del docente como un mentor confiable y un modelo de persona; Abogue por el aprendizaje continuo y para la vida; Desarrolle procesos de evaluación justos que apoyen el proceso de aprendizaje.
la concientización
4 Proteja
su reputación
Garantice los procesos educativos y las herramientas institucionales para un chequeo estandarizado que ayude a mitigar los comportamientos deshonestos; Responda firmemente a los casos de deshonestidad académica conforme a las normas y políticas preestablecidas.
Los cuatro pilares de la integridad académica fueron desarrollados por el International Center of Academic Integrity (ICAI). Esta organización se propone a fomentar una cultura de integridad académica en el ámbito educativo, así como la prevención y la mitigación de fraude y de deshonestidad académica.
INTEGRIDAD ACADÉMICA | AÑO 3 / NÚMERO 6 1. ¿QUÉ IMPLICA LA INTEGRIDAD EN LA ERA DIGITAL? Implica pensar cómo vamos a formar al ciudadano digital, un ciudadano que habita mundos virtuales, que al no sentir la presencialidad, piensa que todo se puede en esos espacios. Necesitamos de una formación en valores como la integridad que, en este caso, tenemos en la cúspide. Hay que trabajar mucho más por el tema de la autoría, por el acceso que tienes a la información, a la vida privada de las personas, la facilidad para difundir información falsa o que se preste a distintas interpretaciones. Se trata de formar a ese ciudadano digital como una persona íntegra. También hay que educar a los padres frente a todas estas tecnologías para que dosifiquen, entiendan y enseñen a sus hijos cuándo y cómo utilizar estas herramientas.
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2. LA TECNOLOGÍA PUEDE CONVERTIRSE EN UN FACTOR DE DESARROLLO Y DE APRENDIZAJE, PERO TAMBIÉN EN UNA VÍA PARA VIOLAR LOS DERECHOS DE AUTOR O PARA HACER FRAUDE ACADÉMICO. BAJO ESTE CONTEXTO, ¿CUÁLES SON LOS RETOS QUE ENFRENTAN LOS PROFESORES EN CUANTO A LA INTEGRIDAD? La principal competencia está en la ciudadanía, pero cuando yo estoy en un proceso de enseñanza-aprendizaje vienen otras, por ejemplo: el manejo de la información y cómo utilizarla para crear nuevo conocimiento. En suma, se trata de cómo trabajo con esa información para mostrar una nueva construcción desde allí. 3. ENTONCES, LAS COMPETENCIAS PARA EL CASO DE LOS PROCESOS EN ENSEÑANZA-APRENDIZAJE, SERÍAN: (A) EL MANEJO DE LA INFORMACIÓN, (B) LA INTERPRETACIÓN DE LA MISMA, ¿QUÉ OTRA PODRÍAS CITAR? El uso de las herramientas tecnológicas: uno tiene ciertos derechos de uso y de modificar esas herramientas; en el proceso de aprendizaje que estás haciendo y de nuevas construcciones. 4. HAY UNA FRONTERA MUY DIFUSA ENTRE LA ESFERA ACADÉMICA Y LA VIDA PRIVADA DE CUENTA DE LAS
REDES SOCIALES. ¿CÓMO FOMENTAR EL RESPETO, LA INTIMIDAD Y LA TOLERANCIA EN ESTE CONTEXTO? Técnicamente uno diría que los espacios no tienen por qué mezclarse. Puedo tener Facebook para mi red social con mis amigos, en donde yo defino el nivel de entrada que le voy a dar a la gente. Para hacer esto, uno tiene que ser ciudadano de la red. Educar para esta ciudadanía y habitar las redes, pues no enseñamos a utilizar estas herramientas sociales. Cuando se maneja Twitter, que es más de opiniones, la persona también está siendo observada ahí. Hacer parte de las redes sociales, entonces, puede darte una posibilidad de participación, pero también debes ser consciente que lo que subes se vuelve público. 5. ¿CUÁLES CREES QUE SON LAS OPORTUNIDADES DEL DOCENTE PARA PROMOVER EL APRENDIZAJE EN LA ERA DIGITAL? Oportunidades las hay todas, porque la tecnología permite traer el mundo al aula y llevarla a cualquier lugar; porque tú puedes acceder a sitios que tienen cámaras, por ejemplo, puedes navegar por Nueva York. Ya hay muchas ciudades que en sus centros principales tienen cámaras y puedes manejarlas desde aquí, enfocándote en cosas como la Estatua de la Libertad u otros sitios, como si estuvieras allá. Entonces, llevo el aula a ese mundo o puedo traer el mundo a mi salón de clases. Puedo decir: “Analicemos lo que está sucediendo en este momento en esta ciudad”. Es como sucede muchas veces en la bolsa de valores, todas las transacciones las tengo en línea, como también aquí en el Laboratorio Financiero. Puedo hacer las simulaciones más espectaculares con la tecnología. En suma, hay montones de oportunidades. La facilidad con que puedo acceder a un video y a todas las herramientas que hay en las aplicaciones, me permite hacer que los estudiantes logren llevar a cabo muchas cosas. El límite aquí es la creatividad y la imaginación. Un buen uso de la tecnología puede permitirle al estudiante hacer grandes creaciones, que el aprendizaje sea muy experiencial y significativo. Evitar simplemente que el alumno escuche cierta información y no sepa qué hacer con todo eso.
Revista de Integridad Académica CONVOCATORIA 2019
04 AÑO 2 / NÚM 4
Integridad académica y fuentes de información en el entorno digital: el papel de la biblioteca universitaria (pág. 06)
Apoyo digital para prevenir el plagio (pág. 09)
El buen uso de la tecnología como facilitador de un aprendizaje experiencial y significativo (pág. 18)
EL MUNDO DIGITAL: OPORTUNIDADES Y RETOS DE LA INTEGRIDAD ACADÉMICA
La revista de Integridad Académica te invita a escribir en sus próximos números. Va dirigida a miembros de la comunidad académica y científica de México y el mundo, así como a expertos en el tema, para presentar trabajos que estén relacionados con la integridad académica. Te invitamos a participar en la siguiente liga: http://bit.ly/escribeIA
INTEGRIDAD ACADÉMICA | AÑO 3 / NÚMERO 6
ÉTICA UNIVERSITARIA:
EL PAPEL DE LA UNIVERSIDAD EN LOS VALORES DE LA INTEGRIDAD ACADÉMICA Armando Alemán Juárez aalemanj@up.edu.mx Coordinador de Innovación Educativa del CIE - Universidad Panamericana
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a discusión sobre el tema de deshonestidad ha incrementado actualmente en distintos espacios. El aumento en el fraude educativo, la crisis profesional y la falta de ética en las sociedades son, en parte, causa de ello (De Ruyter y Schinkel, 2017). De manera continua, puede observarse a través de los medios de comunicación y en las noticias la falta de integridad de los seres humanos. La raíz de la problemática podría estar en los valores, pues ciertas características presentes en la actualidad, como el fácil acceso y apropiación de la información, el internet y los altos niveles de corrupción en algunas sociedades (Ellery, 2008; García-Villegas, FrancoPérez y Cortés-Arbeláez, 2016; Medina y Verdejo, 2012), han causado una descompensación axiológica en algunas personas, como la relativización de valores (González, 2016). ¿Cuál es el papel de la universidad en todo esto? Es importante entender que la universidad, desde sus inicios, ha representado una fuerza idealizadora del mundo, pues los ideales o valores dentro de ella configuran concepciones de vida y diferentes perspectivas que organizan a la sociedad. En ese sentido, parte de su misión primaria es formar el carácter ético de una persona, mediante valores que contribuyan al bien común (Howell, 1906). Estos deben ir más allá del deseo personal: tienen que ser éticos (González, 2016).
Es imperativo que la universidad promueva valores como la honestidad, la justicia, la responsabilidad y el respeto. Sin embargo, en algunas partes del mundo han surgido instituciones de educación superior que, debido a presiones externas como el alto costo, los sistemas de acreditación y el incremento en el número de alumnos, entre otros (Heller, 2004), hoy funcionan como un modelo de negocios y de competencia (De Ruyter y Schinkel, 2017). Por ello, cabe recordar que la universidad debe fundamentarse en el humanismo centrado en la persona, en donde sea: Protagonista de un papel en torno al desarrollo de nuevas formas de convivencia humana que responda a las exigencias de una realidad social cada vez más polarizada entre ricos y pobres, y cada vez más desentendida de valores como el bien común y la justicia. (De la Torre, 2013, pp. 43-44). De este modo, se recupera la idea de que la universidad es el espacio ideal para la educación ética y una fuente
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para el entrenamiento moral (Howell, 1906). Hablar así de la universidad también implica pensar en sus deberes y quehaceres en torno a cómo enseñar sobre la moral y sobre el comportamiento humano, haciendo énfasis en la instrucción de lo que tiende al bien, y la distinción entre lo que es correcto y lo que no. Esta formación, sin embargo, no debe basarse únicamente en la enseñanza de la moral como materia disciplinar; es necesario concebirla como un proceso de desarrollo integral en donde se encuentren inmersas todas las actividades y los actores académicos. Ruyter y Schinkel mencionan dos premisas que la universidad debe tener respecto a la educación ética, además de la enseñanza tradicional de la disciplina o de la introducción al estudio de la ética profesional: a) Fomentar la formación de la ciudadanía académica e b) impulsar que los alumnos busquen tener una vida buena y plena. La primera significa, de acuerdo con los autores, crear conciencia, entre estudiantes, de que pertenecen a una comunidad y que de ello se desprenden ciertas responsabilidades, derechos y obligaciones, pero sobre todo fraternidad y sentido del bien común. La segunda se refiere a cómo los alumnos quieren vivir sus vidas con significado y cómo contribuyan al bienestar social (2017). El planteamiento sobre la educación ética es, entonces, que la universidad no debe vivir alienada de los sueños y objetivos de cada estudiante. Parte de su finalidad última es que las personas trasciendan en sus propias vidas al considerar, del mismo modo, la cuestión ética del buen vivir.
REFERENCIAS De Ruyter, D. y Schinkel, A. (2017). Ethics education at the University: From teaching an Ethics module to education for the good life. Bordón, 69(4), 125-138. De la Torre, M. (2013). La universidad, institución milenaria en busca de sentido: La crítica y el humanismo como finalidades universitarias. En M. De la Torre (Coord.), La universidad que necesitamos: Reflexiones y debates (pp. 21-48). México: Juan Pablos Editor. Ebels-Duggan, K. (2015). Autonomy as intellectual virtue. En H. Brighouse y M. McPherson, The aims of higher education: problems of morality and justice (pp. 74-90). Chicago: The University of Chicago Press. Ellery, K. (2008). An investigation into electronic-source plagiarism in a first-year essay assignment. Assessment & Evaluation in Higher Education, 33(6). https://doi. org/10.1080/02602930701772788 García-Villegas, M., Franco-Pérez, N. y Cortés-Arbeláez, A. (2016). Perspectives on academic integrity in Colombia and Latin America. Handbook of Academic Integrity. González, A. (2016). Formación en Valores Éticos: ¿Posibilidad o Utopía? Escenarios,14(2), 120-128. doi: http:// dx.doi.org/10.15665/esc.v14i2.936 Heller, D. E. (2004). State funding for higher education: The impact on college access. Presentado en Symposium on Financing Higher Education. Illinois State University, Normal. Howell, C. (1906). Ethical Influences in University Life. International Journal of Ethics, 16(2), 145-157. Recuperado de https://www.jstor.org/stable/2376073 Medina, M. R. y Verdejo, A. (2012). Plagio cibernético: Situación y detección. Cuaderno de Investigación en la Educación, (27).
ÉTICA
INTEGRIDAD
MORAL
INTEGRIDAD ACADÉMICA | AÑO 3 / NÚMERO 6
Su aliado en la promoción del aprendizaje auténtico 3
18%
Reportes de Similitud
que apoyan a los alumnos a citar correctamente y a expresar sus ideas con sus propias palabras.
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Com
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Retroalimentación
que facilita el proceso de aprendizaje y economiza el tiempo del maestro.
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