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de vacas

El escenario comercial no ha cambiado, esencialmente con relación a lo que se daba en las últimas semanas. Ofrecimientos de relevancia, donde la presencia de vacas prevalece sobre el resto de las categorías y con una industria que, si bien es cierto en algún momento privilegió su compra en detrimento del novillo, hoy revela cierto empacho. En tanto, la otra cara del negocio, emparentada con el consumo local o las exportaciones de calidad, se sostiene a ritmo fluido. Los operadores de compra han asumido el negocio con interés y precios relativamente estables, lo cual no deja de resultar inquietante en el contexto de una dinámica inflacionaria, que determina una pérdida en el valor real para la hacienda en pie. Es cierto que empezó a despedirse “La Niña”, cuyos efectos aún se perciben y quizás persistan por mucho más tiempo. La salida de los tactos trae datos dispares en las distintas zonas de crías del país ganadero y, entre otras cosas, es lo que explica la injerencia de un volumen que se anticipó a la estacionalidad. La falta de estado en vacas preñadas de 8 o más dientes y su difícil colocación en la demanda del criador, lamentablemente suma por estas horas a esos renglones con destino tradicional de industria.

La primera semana de esta quincena en cuestión fue víspera de la Semana Santa. Por lo tanto, el negocio contó con sólo dos ruedas comerciales, donde la del miércoles fue muy acotada en términos de ingreso por las cuestiones logísticas para la faena. Se trabajó con un volumen total de 16 mil vacunos. La demanda estuvo muy firme el martes y a pesar de la caída del volumen del miércoles, se notó una mayor selección por parte de los compradores. En este contexto de búsqueda exhaustiva por parte de los operadores, se da una particularidad cada vez más marcada, con brechas del 10 al 15% en precios, de acuerdo a la condición de la hacienda presentada. Esta misma diferencia se percibe con claridad en la salida de la vaca de descarte, en favor de la que tiene destino al mercado chino. Con vacas acaparando casi la mitad del volumen total, el precio promedio se sostuvo en torno de los $260 el kg en pie, con un piso para la conserva China en $230. Los novillos, con el 10% del volumen total, revelaron un precio promedio de $449 por kg vivo. Algo más del 40% de lo expuesto estuvo destinada al consumo definido, con un reparto casi equitativo entre novillitos y vaquillonas. Se llegó a convalidar algún valor máximo nominal, pero de acuerdo con la evolución de los costos de nuestra economía, quedan lejos de los valores reales del cierre de febrero.

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La segunda semana de esta quincena se despachó en su apertura, y tras el receso del fin de Semana Santo, con el volumen récord para una jornada comercial de la historia reciente del MAG. El martes se operó con más de 15.700 vacunos. El miércoles, el volumen fue sensiblemente menor -9500 ejemplares-, aunque de enorme relevancia en el aspecto de la acumulación. Merece la mención el festejo del bicentenario de la raza Shorthorn, con un remate que la firma Campos y Ganados concretó en el inicio del período y con un volumen de más de 700 cabezas. A pesar del salto cuantitativo y el récord dispuesto en los corrales, la demanda tuvo un comportamiento muy fluido, donde la firmeza atravesó todo el negocio.

Las vacas, con el 50,5% del volumen total, se negociaron con mucho interés, que lamentablemente no se pudo sostener en el desarrollo comercial del miércoles. En esa segunda rueda, con la salida de tres frigoríficos exportadores de la escena comercial, los precios se derrumbaron un 11%. En cambio, el novillo, con el 11% de la oferta total, se colocó con mucho interés y un precio promedio de $461 -una mejora de casi el 3%-. Por el consumo definido se profundizó la brecha entre lo especial aportado por el feedlot y lo que llegó con terminación a campo y/o ración. De todas maneras, el interés por los machos livianos estableció un valor promedio que se posicionó por encima de los $500 el kg en pie. Más allá de los ofrecimientos destacados en el aspecto cuantitativo, hay que reconocer que la mitad es vaca, con una mayoría determinante destinada a la industria. El consumo especial no abunda y es lo que explica la fuerte puja que se da por estos días. Aun así no es suficiente para empatar la suba de costos.

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