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Unión Europea: crecen requerimientos de importación de carne vacuna

En 2022, la producción comunitaria de carnes bovinas tuvo una baja superior a la proyectada, casi un 3%. La caída fue generalizada y abarcó algunos de los principales productores: Alemania (-8%), Francia (-4,4%) y Polonia (-2,6%), lo que no fue compensado por las mejoras observadas en España (+2%) e Irlanda (+4,5%).

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A fines del año pasado, se contaba con un stock total de 74,9 millones de bovinos, una cifra casi 9 millones de cabezas menos a la de veinte años atrás. Esta tendencia descendente se compensó con un incremento en el peso medio de faena, indicadores del cambio estructural que se llevó adelante en la ganadería de carne y leche de la U.E.

En diciembre último, hubo una reducción por tercera vez consecutiva de las vacas en rodeos destinados a la producción de carne, alrededor de 240 mil animales menos, lo que se conjugó con una disminución del número de vacas lecheras.

La disponibilidad de machos para faena de 1 a 2 años se redujo en un 2% respecto de doce meses atrás, un factor que comprometerá la producción en 2023. Ello sería parcialmente compensado por una nueva liquidación de vacas lecheras, en respuesta a la disminución de los precios de la leche, frente a mejores valores para la hacienda de faena. El saldo será una nueva disminución de la oferta doméstica de carnes vacunas en el curso del corriente ejercicio.

En la medida en que los costos de granos se desaceleren y que mejoren las pasturas, se espera una recomposición en el peso medio de los animales sacrificados, pero ello no alcanzaría para compensar la reducción en el número de cabezas faenadas.

En resumen, la producción de carnes bovinas disminuirá un 1,6% en 2023, según la proyección a corto plazo recientemente actualizada por la Comisión Europea. Esta baja se dará en un marco de precios altos, lo que favorecerá a las importaciones, mientras que paralelamente reducirá la competitividad de los exportadores comunitarios. Pese a ello los embarques serán similares a 2022, a raíz de la firme demanda mundial.

Las importaciones proyectadas para 2023 son un 5% superior a las del año precedente, cuando experimentaron un alza del 24%, compensando así los efectos negativos de la pandemia y del BREXIT, que se registraron en 2020-2021.

La situación económica y el proceso inflacionario han afectado el consumo de carnes bovinas, una proteína relativamente cara para los consumidores europeos, que se ha caracterizado por una tendencia negativa que se mantendrá en 2023. Al tomar en consideración los 27 miembros actuales, rondará en 10 kg peso góndola/persona, 2% por debajo de 2022.

Unión Europea: efecto del brEXIT sobre las carnes bovinas

La salida del Reino Unido del seno de la U.E. (BREXIT) generó cambios en los números agregados de comercio exterior de carnes bovinas, en virtud de la estrecha vinculación que tiene el mercado británico con Irlanda.

Desde entonces, ha pasado a encabezar los ránkings de principales exportadores e importadores que no integran la U.E., concentrando alrededor del

40% y 36%, respectivamente.

Esta incidencia determinó que en 2022 la normalización del comercio con el Reino Unido favoreciera la recuperación tanto de las exportaciones como de las importaciones europeas.

Unión Europea redujo el autoabastecimiento en carnes

Como consecuencia de la disminución y estancamiento que han caracterizado a la producción de carnes bovinas, porcinas, ovinas y aves, la oferta agregada de carnes cayó un 4% respecto del año precedente, provocando un alza en los requerimientos de importación, la que incidió ne- gativamente sobre el coeficiente de autoabastecimiento.

Entre 2020 y 2022, se observó una pérdida de 4 puntos y se mantendrá en este nivel durante 2023.

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