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HÉROE DE LA FE

HÉROE DE LA FE

La forma en que los jóvenes sucumben al halago de una cultura sin Dios, demuestra que se sienten solos, desconectados e inseguros de quiénes son en realidad. Muchos, incluso de buenos hogares cristianos, se sienten desconectados de sus padres, de los adultos en general y de la sociedad en su conjunto. ¿Cómo salvar a nuestra juventud de la autodestrucción? CÓMO SALVAR A LA

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JOSH MCDOWELL

JUVENTUD

Los artefactos de alta tecnología que permiten que los adolescentes y jóvenes se conecten electrónicamente con gente de todo el mundo, también pueden alentarlos a desconectarse relacionalmente con los que están en su hogar.

Hay una búsqueda desesperada por parte de padres, líderes cristianos y todos los que trabajan con jóvenes para encontrar caminos más efectivos que contrarresten la cultura actual que amenaza con socavar la fe y los valores de nuestra juventud.

Los adultos están realmente preocupados por ellos, pero a menudo enfrentan una lucha demasiado dura para entrar en el mundo juvenil, que a veces es complejo y confuso, y así establecer una relación que signifique una conexión con ellos.

En una encuesta realizada en años anteriores, un 55 y 66% de jóvenes aproximadamente, habían declarado que la iglesia era una prioridad en sus vidas, pero la historia ha cambiado puesto que esas cifras han tenido una caída libre y precipitada.

Hoy en día solamente un 33% de jóvenes dicen sentirse comprometidos con su iglesia, pero que de acuerdo con los resultados de varias denominaciones entre un 66 a 94% de jóvenes están abandonando las iglesias y muy pocos son los que regresan.

Durante una época, en los Estados Unidos, los padres decidieron enviar a sus hijos a estudiar en escuelas cristianas para tratar de reforzar su fe y obtener una visión más bíblica sobre las cosas del mundo. Un 85% de hijos de cristianos que asistieron a escuelas públicas no tienen una visión bíblica del mundo, mientras que un 6% que asistieron a escuelas cristianas lograron obtener una visión teológica y bíblica del mundo.

Los estudios científicos recientes, y las investigaciones personales y la interacción con miles de jóvenes confirman que hoy los hijos están desconectados de la mayoría de los adultos y carecen de un sentido de identidad y propósito personales. Esta alienación de los adultos y este confuso sentido de identidad provocan que los jóvenes se sientan a la deriva en un mundo hostil.

La desconexión relacional que hoy siente la juventud les produce miedo, así como dolor emocional, y el resultado final es mucho de sus conductas antisociales.

“EN LÍNEA” Según los últimos datos, los usuarios de internet a nivel mundial han aumentado en más de 330 millones en el último año, superando los 4,700 millones, lo que supone un 60% de la población global. Se estima que en el planeta hay más de 7,850 millones de personas.

La juventud actual depende del internet para procurarse más información y entretenimiento. Un estudio hecho en la Universidad Carnegie Mellon, de Pittsburgh, revela que cuantas más horas pasa una persona en el internet, más deprimida, estresada y solitaria se siente.

Hill Walker, codirector del Instituto Sobre la Violencia y Conducta Destructiva, declara que los resultados de las nuevas tecnologías de comunicación son “casi una realidad virtual sin adultos”.

Los artefactos de alta tecnología que permiten que los adolescentes y jóvenes se conecten electrónicamente con gente de todo el mundo, también pueden alentarlos a desconectarse relacionalmente con los que están en su hogar.

Cuando los hijos pasan horas navegando en el internet, intercambiando mensajes con gente que está “en línea”, y jugando con lo que la máquina les ofrece, tienen menos tiempo para interactuar con otros, específicamente con sus padres y otros adultos que debieran ser importantes para ellos. Los adultos que están igualmente preocupados con el internet, sus carreras, sus actividades sociales o sus compromisos con la iglesia tienen el mismo riesgo de desconectarse de sus hijos.

EL ABISMO GENERACIONAL En alguna medida, siempre ha existido el abismo generacional de tan mala fama; la distancia social y emocional que separa a los adultos de sus hijos. Es natural que cada generación quiera establecer una identidad especial al margen de la de sus padres.

Sin embargo, cuando tienen lugar cambios masivos en la sociedad en un periodo muy corto, el abismo generacional aumenta. Quizá no haya habido en la historia una generación que haya sido testigo de cambios tan rápidos y expansivos en tan corto periodo como la de los adolescentes de hoy.

Mientras aumenta la distancia entre adultos y jóvenes, la juventud está formando una comunidad propia estrechamente entretejida con su propio lenguaje.

Por ejemplo, a los dieciséis años, Mauricio vive chocando con su padre por su “necesidad” de tener un empleo de medio tiempo. ¿Nos damos cuenta de por qué Mauricio y sus padres no se conectan? Ellos consideran que su hijo está “un poco distante”, pero la respuesta de Mauricio es mucho más seria que eso.

Los padres están intentando corregir la conducta de su hijo con la esperanza de capacitarlo para una vida mejor. Pero en la mente de Mauricio, ellos lo están rechazando como persona al desaprobar su conducta. Según el criterio de los padres, están haciendo lo que les dicta su amor por su hijo. Según el de Mauricio, están desconectándose relacionalmente de él. ¿Por qué Mauricio percibe las cosas de una manera tan diferente que sus padres? Porque la mayor parte de la influencia que recibe de su colegio, la publicidad, el cine, la televisión, la música secular y sus compañeros está coloreada por la moderna doctrina cultural del posmodernismo.

EL POSMODERNISMO El posmodernismo es una visión del mundo que se caracteriza por la idea de que la verdad es algo creado más que descubierto. Los valores de Mauricio están sutilmente moldeados por el posmodernismo, mientras que los de sus padres reflejan los de su propia generación.

En el mundo de Mauricio, han sido redefinidas palabras como criterio moral. A menudo, la terminología es la misma, pero las definiciones de los términos son muy diferentes entre una y otra generación.

Por ejemplo, el posmodernismo afirma que la identidad de un individuo es inseparable de lo que hace, piensa o cree. Por eso, los jóvenes de hoy son influenciados a creer que lo que son es esencialmente igual a lo que creen y hacen.

De modo que, si las opiniones, instrucciones o métodos de disciplina que tiene uno chocan de alguna manera con lo que los jóvenes piensan o hacen, ellos pueden tender a considerar que estamos descartándolos a ellos.

Y si algún adulto sugiere que la conducta un joven es mala, pueden sentir, como es el caso de Mauricio, que se está juzgando a ellos. Si se critica a sus amigos o sus modas, es posible que sientan esa crítica como algo personal. En esta generación la palabra aceptación ha sido redefinida.

La palabra tolerancia también significa hoy algo diferente de lo que significaba para la generación anterior. La cultura posmoderna está enseñando sutilmente a los jóvenes que las personas que no aceptan de todo corazón las creencias o estilos de vida de los demás son intolerantes, jueces hipócritas de los demás.

Pero ¿qué hace una persona como Mauricio cuando ocurre que los “intolerantes, jueces hipócritas de los demás” son sus propios padres? Como la mayoría de los hijos aún depen-

den en gran medida de sus padres, posiblemente no “se divorcie” de ellos y salga corriendo. Pero al mismo tiempo se distanciará de ellos porque siente que lo están rechazando.

VERDAD Y MORALIDAD Otra palabra que está siendo redefinida sutilmente por la cultura posmoderna es “verdad”. Como adultos que creemos en la Biblia, podemos aceptar sin ninguna duda algunas cosas que son absoluta y universalmente verdaderas, o sea que lo son para todos los individuos, en todos los lugares y en todo tiempo.

También aceptaremos que esos absolutos son determinados por Dios y comunicados a nosotros por medio de Su Palabra. Este concepto de la verdad y la moralidad fue lo que formó la base de gran parte de nuestra civilización occidental hasta la época moderna.

Sin embargo, la generación presente no acepta universalmente la existencia de una verdad objetiva. Como en el mundo posmoderno, la verdad es creada más bien que descubierta; cada cultura determina su propia verdad, que es verdadera solo en y para ella.

El verdadero desafío de los adultos es aprender cómo entrar al mundo de nuestros jóvenes que tan a menudo es complejo y confuso, y hacer conexiones relacionales en un nivel profundo y afectivo que no pueda destruir ninguna influencia cultural. La juventud necesita conocer realmente quién es Dios, y conocer el lado amoroso de Él (…)

Los posmodernistas plantean que cualquiera que sostiene una verdad objetiva que juzga desfavorablemente los valores, creencias o estilos de vida de otra persona es intolerante e hipócrita. Por eso Mauricio no siente deseos de aceptar los valores que sostienen sus padres. Está condicionado para creer en su propia verdad, o sea en un estilo de vida que funciona bien para él, aun cuando pueda chocar con los valores de sus padres.

Como la juventud actual ha crecido bajo esta influencia en cierta medida, puede discutir temas clave usando los mismos términos que los demás, pero dándoles un contenido diferente. Estas diferencias e incomprensiones pueden promover una desconexión relacional entre nosotros y nuestros jóvenes.

AISLAMIENTO La distancia y la soledad que siente nuestra juventud no llevarían a una destrucción permanente si los padres, los líderes de la juventud, los pastores y los educadores cristianos enfrentaran con oración esa cultura y edificaran una conexión de relación perdurable con aquéllos.

El aislamiento y la distancia que algunos adultos pueden pasar por alto, como si fuera una etapa juvenil o una crisis de identidad temporal de la adolescencia, se están convirtiendo rápidamente en una característica de la cultura.

Cuando el sentido de alienación y soledad de la juventud no es encarado inmediata y adecuadamente, y cuando se los deja a su suerte para que se encuentren a sí mismos, la distancia que sienten para con los adultos se transforma en un abismo de aislamiento relacional.

Queremos que nuestros hijos vivan bien y se comporten bien. Pero seguirán luchando con la soledad y el vacío hasta que los convenzamos de que son amados por ser personas únicas para nosotros.

EL VERDADERO DESAFÍO El verdadero desafío de los adultos es aprender cómo entrar al mundo de nuestros jóvenes que tan a menudo es complejo y confuso, y hacer conexiones relacionales en un nivel profundo y afectivo que no pueda destruir ninguna influencia cultural. La juventud necesita conocer realmente quién es Dios, y conocer el lado amoroso de Él, además es importante que comprendan, que seguir a Cristo implica adoptar el carácter de Cristo.

También cada padre de familia debe de darle un buen testimonio a los hijos, para que tomen como modelo y ejemplo sus actitudes y enseñanzas en el hogar principalmente, para que tanto el hogar y la iglesia puedan ir de la mano, en la instrucción y la comprensión del Evangelio de Cristo.

Además, es importante construir nuevamente los fundamentos bíblicos en la juventud, que han sido distorsionados por el modernismo, para darles a conocer quién es Dios verdaderamente, y lo que significa para la persona.

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