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Es momento de repensar la escuela
La escuela tradicional con espacios limitantes, sentados en las, resolviendo ejercicios de logaritmos…, es un modelo que no satisface a los nuevos adolescentes, ni a los profesores, ni está acorde con las necesidades de estos tiempos.
La escuela graduada en ciclos de 6 años con más de diez materias por año no parece ser la respuesta para adquirir los nuevos conocimientos tecnológicos que se nos imponen.
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La escuela negando sus con ictos o evadiéndolos o no hallando respuesta paci ca y e ciente de solución para ellos también necesita ser repensada.
Algunos cambios después de la ASPO y DSPO del bienio 2020-2021 se incorporaron en las escuelas. El celular y otros dispositivos se instalaron en la cotidianeidad en las clases y con ellos, decenas de aplicaciones para editar, crear y mejorar las presentaciones. Se convirtieron en recursos casi imprescindibles.
Las conductas, hábitos y acciones de los estudiantes se vieron afectados, a los estudiantes les cuesta ordenarse, organizarse, escuchar al otro, darle el espacio al compañero para que opine y además aceptar que ese pensamiento sea diferente al propio.
Respecto de las conductas, los alumnos han regresado con una mayor necesidad de contacto físico, jugar de mano, correr y hasta jugar a los golpes.
Esta baja intolerancia al pensamiento y sentimiento ajeno propicia la proliferación de con ictos y que dichos con ictos tengan una enorme carga de agresividad (en muchos casos de acciones violentas), de denostación y ninguneo del pensamiento y sentimiento del otro, los instrumentos como los
Acuerdos Institucionales de Convivencia (AIC), en las escuelas secundarias bonaerenses fomentan formas alternativas de resolución de con ictos y en especial la aplicación de la Mediación como proceso resolutorio.
La mediación aporta una mirada paci ca y más eciente al momento de resolver situaciones de conicto porque:
• Los protagonistas cuentan su versión del conicto (mani estan sus posiciones).
• Pueden descubrir en el proceso (con el mediador), las necesidades e intereses de cada uno.
• Pueden encontrar en el proceso (con el mediador), puntos de vista o necesidades en común.
• Pueden buscar en el proceso (con el mediador), opciones de mutuo bene cio.
• Pueden hallar en el proceso (con el mediador), una solución que los satisfaga a ambos.
• Pueden acordar.
• Pueden sostener los acuerdos en el tiempo.
Ser parte del problema también los habilita a ser parte de la solución, los habilita a trabajar colaborativamente en la búsqueda de puntos en común que los acerque destruyendo la distancia que se produjo en el momento del con icto.
Podemos decir que… “buscar la solución a los conictos cambia nuestra mirada del otro, de relacionarme con el otro y juntos cambiar el mundo que nos circunda”.
Es hora de repensar la escuela, es momento de repensar los valores que la escuela sostiene cada día, es momento de repensar en una convivencia sana, es momento de repensar en “educar para la paz”
Reportaje por: Silvia T. Saucedo
- Maternidad y autismo
La mejor escuela para la maternidad es la experiencia del día a día, los hijos son una bomba de amor pero no todo es color de rosa eso lo sabemos. Aprendemos de nuestros errores, aprendemos de nuestros aciertos y aprendemos de nuestros hijos.
Mi pequeño hijo es no verbal, pero él me muestra el camino, sus gustos, deseos, necesidades, disgustos y más, me marca el destino a seguir. Una persona dentro del espectro autista sabemos que es un mundo nuevo, pues, ante todo es una persona, y eso ya es decirlo todo, tiene cambios de humor y más, pero con hipersensibilidad.
Nosotras las mamás sufrimos cada cosa de nuestros hijos y disfrutamos cada avance, por ejemplo, mi hijo tiene sus periodos de adaptación muy lentos, le cuesta muchísimo la socialización, y sus periodos de atención son cortos. Pero ser madre de un niño autista nos enseña a valorar hasta las cosas simples de la vida, disfrutar el proceso con pequeños logros. Los padres damos por hecho que al tener un hijo, saldremos a pasear, ya los imaginamos diciendo nuestros nombres o que nos digan mamá, que van a caminar, que esto, que el otro, y cuando no es así…
Los padres que tienen hijos así, son bendecidos y deben ser agradecidos por ello, pero los que tenemos hijos con capacidades dife- rentes siento yo, que somos más bendecidos porque tenemos una montaña de ternura e inocencia en nuestras vidas, un ángel en nuestras manos. Mi hijo y el tiempo me van enseñando que hay días y días, pero en los días malos los niños de espectro autista también avanzan.
La senda de la vida va poniendo piezas y personas estratégicas en el camino, María Q. la señorita de mi hijo que cursa tercer grado en una escuelita del centro de la ciudad de Salta, tiene el doble de vocación por su capacidad humana, los logros que mi hijo ha tenido en poco tiempo muestran que las decisiones que se toman aunque son duros los cambios para un niño tan rutinario como mi hijo son correctos. Anita, su AT, sensible y amorosa y así puedo nombrar personas que aportan al bene cio de mi hijo, ni hablar de los abuelos maternos y sus tías. El amor siempre es necesario, aunque vivan lejos siempre están. Y hacen a la maternidad más llevadera.
Las madres “somos”, a través de la felicidad en los avances de nuestros hijos, en esos logros y fracasos que le hacen bien a su vida.
No tengo dudas que la maternidad es muy difícil, demasiado, desgarra pero es tan hermosa por permitir ver, disfrutar y compartir a la bendición que tengo por hijo.
Reportaje por: María Herrera.