5 minute read

Siete Sopas”: el gusto por el buen sabor

No es difícil que llegue a nuestros oídos sobre alguien que se deleitó comiendo en el restaurante “Siete sopas”, que cuenta ya con tres locales, en

Lince, Surquillo y Plaza Norte. El creador de esta marca y gestor de este gran emprendimiento empresarial es César Taboada

Advertisement

Valdiviezo, quien nos cuenta la evolución de esta ya tradicional punto de encuentro.

Viene de una familia emprendedora y numerosa en su Catacaos querido, dedicado al cultivo de algodón pima, donde se comía muy rico, con bastante sabor norteño.

“Soy el mayor de 11 hermanos varones. Mis tíos eran 14, siete mujeres y siete varones, mi papá fue el cuarto y primero en tener hijos, por eso yo soy el nieto mayor. Llegué a Lima a los 15 años y tuve la suerte de estudiar ingeniería mecánica en la UNI. También estudié contabilidad en la Universidad

Católica. Ahora, luego de ser ingeniero y contador, ahora soy sanguchero y sopero. En qué terminaré”, asegura con esa sonrisa campechana de todo buen norteño.

¿Cómo fue la inspiración para crear Siete Sopas?, porque el emprendedor es un creador.

“Siete sopas”: el gusto por comer con buen sabor

g César Taboada nos cuenta la historia de

este popular restaurante,

donde mezclan su preocupación por el buen sabor tradicional y su exigencia para dar

buena atención al cliente

Primero había que encontrar a las personas que tenían que preparar lo que nosotros proponíamos. Hace diez años nadie conocía lo que era un chef. Muchos estaban intentando crear algo nuevo con lo antiguo, cocinando, llevando platos, pero muy gourmet, muy mediterráneos, mientras acá en Perú estábamos acostumbrados los sabores fuertes, a la buena sazón. Lo más importante eran los cocineros que nos podían ayudar. Así fue que nos unimos con gente antigua y gente nueva que también intentaba entrar en el mercado buscando trabajo. Por ejemplo, los de Chincha, de Chiclayo, de Piura, de Arequipa, de la selva. Logramos hacer nuestro primer restaurante. Teníamos de todo los sitios pero nos faltaba algo que nos pudiera sacar de ese marasmo del restaurante criollo que estaba en los barrios o en las provincias. Había que buscar los platos, los cubiertos, las mesas, cómo adornarlos, etc. Como no había una idea total, tuvimos que experimentar. Mi socio en los sabores, el chef norteamericano Jay Michael Shehadi, con su espíritu emprendedor se junta conmigo, conversamos y decidimos poner un restaurante no solo para los nacionales, sino también para que los extranjeros lo disfruten.

¿Cuál fue el reto más importante?

Lo más importante fue creer en nuestro sueño. No era como comíamos en mi tierra, en una olla de barro, en un mate, había que ponerle la pituquería, en platos tan hermosos, con mozos como en los grandes res-

Lunes: Shambar. Martes: Menestrón. Miércoles: Chaque arequipeño. Jueves: Patasca. Viernes: Chupe de cola de buey. sábado: Sopa de cordero con morón. Domingo: Sancochado.

taurantes que reciban atentos a los clientes con un “buenos día” o “buenas tardes”. Preparamos a gente a cómo andar vestidos, limpios, peinados, con zapatos impecables, para que la gente vea todo ordenado, con manteles y con mesas limpias de pura madera.

Y de seguro se les presentó problemas en el camino.

Hubo problemas porque no estábamos acostumbrados a cocinar grandes cantidades para un público ya no selecto, sino que todos vengan a servirse, por eso hemos tratado de comprar los productos de primerísima calidad y cuidar la atención, el local, la música de fondo, los pisos limpios. La gente desde un primer momento conoció ese espíritu para que nos acompañe siempre. Veía cómo cocinamos, la limpieza, la pulcritud, aparte del sabor, la carne es de buena calidad. Las papas, las verduras, todo son escogidos. No mezquinamos en gastar para que la gente nos siga acompañando.

¿Y cómo sale el nombre de “Siete sopas”?

Sale porque en casa mis tías eran siete y cada una cocinaba un día, podía ser la misma comida todas las semanas, lunes espesado, la del martes sancochado y así sucesivamente. También salió porque íbamos a hacer siete sopas en el restaurante, pero en realidad son 36 sopas. Cuando comenzamos hemos pasado ocho meses probando la presentación del ambiente al público. Por eso hay tantas foto en los locales, cuadros, murales inmensos donde la historia del Perú está escrito en sus ollas de barro, en sus mates. Y ahora eso ha llegado para l a gran mayoría en platos mejores y a la gente le encanta eso. Acá se sirve “bien servido, barato y con todo lo que estábamos acostumbrados”.

Se ha vuelto como una política que la gente lo comente.

Se preguntan “¿qué tal está en el otro local?. igualito”. “La otra semana me comeré un plato de sopa” o un tallarin verde con pollo a la brasa. Ese es el gusto que nos da de seguir en este esfuerzo.

Para poder transmitir algo hay que vivirlo.

Yo tengo la suerte de haber nacido en una casa humilde. como en todas las casas del Perú de esa época. Mi abuela en la mesa y una de mis tías, Siete Sopa es por mis siete tías que cocinaban todos los días en la casa. Si mi abuela probaba su cuchara y volvía a meterla para la segunda, salió bien; pero si probaba y no había una segunda, tiraba su bastón a mi tías por la espalda

la del martes por ejemplo, cocinaba el sancochado. Si mi abuela tomaba su cuchara y volvía a meterla para la segunda, salió todo bien; pero si tomaba la sopa y no le gustaba, al segundo le tiraba su bastón por la espalda. En la primera cuchara debes sentir el sabor, en el arroz debes sentir el ajo, el punto de sal, el aderezo hecho con gusto. Ahí nace el gusto por comer.

¿Quién es César Taboada?

Un emprendedor como todo el mundo, un ilusionado de que esto no sea un KFC de 1,400 tiendas, sino de unas cuantas tiendas donde la gente que vaya, salga con gusto al comer. No voy a crecer más, me tengo que cuidar porque los próximos años que vienen serán los últimos años de mi vida. Quiero seguir dando todo el esfuerzo para que la mayor cantidad de peruanos y extranjeros prueben un buen plato y con bastante sabor.

This article is from: