Rogério Haesbaert
3.5. PERSPECTIVAS “NEO-MODERNAS”
De la visión fragmentaria, híbrida, procesual y más “local” de Thrift y de la lectura discursiva y deconstructivista de autores como Albuquerque Júnior pasamos a la relectura de la región –o del discurso sobre la regionalización– desde otras perspectivas, de alguna forma, aún “modernas”.39 Este abordaje, que podemos denominar neo-moderno –o, en expresión de Giddens (1991), de la “modernidad radicalizada”– puede adquirir diferentes connotaciones de acuerdo, principalmente, con la posición filosófica y/o política de los autores. Así, distinguimos cuatro vertientes: una más conservadora y menos elaborada teóricamente, representada especialmente por Kenichi Ohmae; una segunda, que recupera algunos elementos “premodernos”, como el espíritu de comunidad, y refortalece la relación sociedad-naturaleza a través de las “biorregiones”; una tercera, mucho más elaborada desde el punto de vista teórico pero sin rupturas fundamentales en el nivel político, en especial aquella inspirada en la teoría de la estructuración de Anthony Giddens (1989 [1984]) y en el neokantismo (como es el caso de la propuesta del geógrafo alemán Benno Werlen); y, finalmente, una vertiente más crítica, directa o indirectamente influenciada aún por el marxismo y que, en mayor o menor grado, enfatiza las cuestiones de orden económico. En ella participan geógrafos como Massey, Agnew, Soja, Storper y Scott. El globalismo neoliberal y el “Estado-región” de Kenichi Ohmae
Si comenzamos por los autores más conservadores –y/u optimistas– en relación con los procesos de globalización, podemos destacar a Kenichi Ohmae, verdadero gurú de los globalistas, consultor de grandes empresas y gobiernos nacionales. Para Ohmae (1996) –autor que no se debe considerar propiamente un teórico, vinculado con el pragmatismo de sus asesorías– la región se ve revigorizada con la pérdida de poder de los Estados-nación y la consolidación de la dinámica global. En un mundo “sin fronteras” (Ohmae, 1990) el Estado se torna un instrumento prescindible, casi en extinción, y, en su lugar, aparecen las “economías regionales” o los “Estados -región transnacionales” emergentes, con una importancia 39 Sobre la gran diversidad de posiciones dentro de la “modernidad”, véase el balance que hicimos en “Questões sobre a (pós-)modernidade” (Haesbaert, 2002, publicado originalmente en la revista Geo uerj No 2, 1997). Por ejemplo, Foucault, desde una posición radicalizada respecto de la ambigüedad del término afirma que solo consigue entender efectivamente el sentido de la “palabra modernidad” en Baudelaire (Foucault, 2000). El mismo Albuquerque Júnior reconoce, concretamente, la pertinencia de una “modernidad” (no muy clara en su definición) en la superación del “regionalismo arcaico” nordestino.
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