
1 minute read
P
ser y lo que se sueña. Como se observa, hubo un tránsito entre el pasado, la herencia, lo recibido; y lo que se proyecta, el futuro.
Cada estudiante generó un altar que lo llevó a pensar en un ritual, con todo lo que ello implica. Hubo toda una exploración al instalar dicho altar, que se complementó con la socialización pues se pusieron en colectivo los diferentes sentires frente a lo realizado, encontrando afinidades y memorias compartidas. Finalmente, se propuso un ejercicio que llevaba a la escritura, un fragmento para pasar por otro lenguaje lo vivido, y así seguir resignificando la práctica cotidiana.
Advertisement
Los relatos generados permitieron conversar sobre prácticas como: el paso de niña mujer a través del cambio de zapatilla, la bendición al partir de casa, quitar el mal de ojo o la mala suerte con un baño de frescas hierbas, encender una vela y cantar a San Isidro Labrador para que cese el agua y surja el sol. Además, de aquellos otros que cada quien va creando y que les permiten llamar la buena suerte, los deseos de vivir, preservar la salud y con todo ello, afianzar sus identidades.

