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EDITORIAL

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Paula Ávila Espinel @paulaespinel09

Para este año la apuesta del Laboratorio de Derechos Humanos y Ciudadanías es continuar floreciendo en medio del cemento a través de La Grieta, estrategia que nos permitió encontrarnos de nuevo para crear, reflexionar y aprender.

Un espacio que irrumpe dentro de la escuela tradicional, una metáfora que se asemeja a las hendiduras que se forman en el asfalto de la ciudad, de las cuales surgen las flores de andén, como se denominó esta revista en la cual se materializan las voces y los aportes de las y los jóvenes, talleristas y docentes que hacen parte del proyecto.

En este número titulado Cuerpo y género se exponen las diversas formas de concebir nuestra corporalidad, ese común denominador que nos hace humanos y a la vez nos limita. ¿Por qué, si todos tenemos cuerpos diferentes, nos regimos de acuerdo a unos estándares, que nos dicen cómo debemos vernos y comportarnos ante el mundo? ¿Por qué ciertos roles, oficios y prácticas, están asociados exclusivamente al género masculino o femenino? Con estos cuestionamientos nos vimos enfrentados en algunas de las sesiones de La Grieta.

Muchas de las preguntas no obtuvieron las respuestas de diccionario a las que estamos acostumbrados, porque los temas cuerpo y género no se definen de manera sucinta. Y es que basta con vernos en un espejo y crear autorretratos para confrontar las imágenes de algunas revistas que representan a una reducida parte de las personas que habitamos la ciudad.

Muchos de nosotros estamos fuera de los cánones de belleza que nos muestran mujeres delgadas y a la vez voluptuosas, de tez blanca y ojos claros, hombres varoniles y con cuerpos marcados, filtros de Instagram que nos hacen tener tez de porcelana a un clic.

Sí, las redes sociales que con su aparente e inofensiva presencia nos van sembrando la semilla de que tal vez no soy “tan bonito o bonita” como se espera que sea.

Y es en este preciso momento que surge otra pregunta ¿Cuál es la mirada y el rol de la escuela en la configuración del cuerpo? Parece que el cuerpo fuera una materialidad ajena al conocimiento, sólo advertimos su presencia en la clase de educación física o danzas, es más importante aprender las tablas de multiplicar, que conocer sobre el ciclo menstrual, es este un tema exclusivo de las mujeres.

Continuando con estos interrogantes los invitamos a dialogar con algunos de los planteamientos que exponen los autores, sobre las diversas formas de ser y hacer en el mundo, parte de los temas giran en torno a la relación del cuerpo y el medio ambiente, las expresiones del cuerpo, los sentidos y la experiencia olfativa como motores de creación literaria, las diversas maneras de abordar el cuerpo por medio de la ilustración y la fotografía.

Finalmente, disponemos de este espacio creativo para reconciliarnos con nuestros cuerpos, con ese territorio que falta explorar y descubrir. Para hallar en nuestros rasgos físicos las respuestas, sobre el origen y las raíces a las que pertenecemos. Y brindarle la oportunidad a ese cuerpo de comprender las emociones y sentimientos que habitan en cada uno de nosotros, conectar con nuestros sentidos y así descifrar nuestro género alejado de lo ya instituido.

Cuerpo y género. Tan extensa su definición que es imposible describirla en una palabra, en una frase o en un párrafo, hasta en una imagen. La naturaleza es tan fundamental para el ser humano, ella no es parte de nuestro ecosistema sino que nosotros somos parte del suyo.

Desde hace tanto tiempo hemos invadido, modificado y destruido importantemente un espacio que nos representa desde nuestros orígenes e historias. Con esta fotografía intentamos representar de una manera la conexión y el respeto del ser humano hacia la naturaleza que nos cubre y protege para hacernos uno. Esto nos ayuda a entender que debemos empezar a abrazar nuestra historia, nuestros orígenes y acercarnos más a lo que nos pertenece como comunidad.

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