La taurina 100 años

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A través de los siglos, por su inagotable carga de sentimientos y emociones, la fiesta de los toros es un pródigo detonante de las Bellas Artes. Como parte fundamental de los pueblos hispanos, el toreo ha sido abundante con grandes artistas por quienes aflora lo mejor del espíritu del hombre. Dicha riqueza -precisamente- Fomento Cultural Tauromaquia Hispanoamericana (FCTH) se ha dado a la tarea de transmitirlo.

FCTH es consciente que la inevitable “globalización” une a los países del mundo; pero que induce también a homogenizar a los pueblos. Mas es también sabedor que las expresiones culturales individuales serán el único elemento que mantendrá la identidad y sana diferencia entre las naciones. Por lo tanto. Promover y difundir los valores culturales de la Tauromaquia Hispanoamericana es la honrosa Misión de nuestro Organismo. Este libro, “LA TAURINA, cien años” ha sido escrito por el periodista Juan Antonio Hernández, en él se dice de todo cuanto sucedió en esta plaza de Huamantla del taurinísimo estado de Tlaxcala. El libro ha sido patrocinado por el empresario y ganadero de “SAN CONSTANTINO” Juan Pablo Corona Rivera, Presidente Honorario de Fomento Cultural Tauromaquia Hispanoamericana. Siendo esto una muestra mas de la labor en el rescate de la historia. Deseamos que la lectura del libro sea un gozo permanente, por su aportación en mantener viva la afición a la fiesta.

Juan Pablo Corona Rivera Presidente Honorario

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LA TAURINA. cien años Autor: Juan Antonio Hernández Bretón

La historia de la Huamantla taurina es tan rica, que parecería que

su plaza tiene más de un siglo de existencia. Mas no es así, “La Taurina”, apenas los cumple. Para un pueblo cuya antigüedad alcanza casi el medio milenio, “cien años no son nada”. Es un escenario jovencísimo, pero con tantas vivencias y un crecimiento de su afición tan vertiginoso, que faltarán páginas copadas de letras para contarlas una a una. A tal grado que, iremos descubriendo en este relato, que sus remodelaciones han sido una decena, varias de ellas importantes, exigidas conforme fue creciendo su popularidad y necesidades sociales. De un corral a un coso cubierto. Del tejamanil al vinilo. Del adobe al concreto. Triunfos, broncas, drama, catástrofe, fe, alegrías, tristezas, sustos y carcajadas. Verdades y mentiras. Buenas noticias y promesas incumplidas. Todo envuelto en un solo nombre: Plaza de Toros “La Taurina”. Entrevistas y recopilación de fototeca. Ricardo Romano Corona. Foto portada: Manolo Briones.

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Juan Antonio Hernández Bretón

Fecha nacimiento 17 de marzo, 1966 en Huamantla, Tlaxcala Licenciado en Comunicación (Universidad Iberoamericana 1988) Apodo, “El Torero”, debido a que intentó serlo en una breve incursión novilleril de los 16 a los 22 años. Forma parte del cuerpo de comentaristas deportivos de TV Azteca desde 1989, año en el que la televisora era propiedad del estado (IMEVISION) Donde se ha desempeñado como reportero, realizador, productor, conductor y narrador. Dentro de los eventos especiales en los que ha participado dentro de la televisora son, en materia deportiva, los mundiales de fútbol desde Italia 90, hasta Alemania 2006. Juegos Olímpicos desde Barcelona 92, a Londres 2012. Pasando por los intermedios Juegos Panamericanos de ese periodo. Dentro de los eventos especiales, fuera del rubro deportivo, las últimas dos visitas de SS Juan Pablo II a México. Desde el año 2008 es conductor del espacio deportivo del noticiario matutino Hechos AM, por tres periodos diferentes, el último bajo la conducción general de Jorge Zarza, del 2011 a la fecha. Como comentarista taurino cuenta con diversas participaciones, inició de reportero en el programa “Toros de Imevisión” de Canal 13, desde 1990 hasta 1994, año en que desapareció el espacio. Dirigió la revista “Toros”. Es corresponsal de la Cadena Ser de España desde el año 2000 a la fecha, en emisión dominical, del programa “Los Toros de la Ser”, que conduce Manolo Molés. Actualmente conduce el programa taurino de televisión “México Bravo”, al lado del prestigiado analista y cronista taurino Luis Niño de Rivera, que se emite a través del canal ADN40, y colabora, a través de sus reportajes de ganaderías de toros de lidia, en el programa “Tendido Cero” que emite TV Española. Hasta la fecha ha producido más de 280 reportajes sobre casas ganaderas tanto de México, España y Perú. Ha publicado tres libros, “La Crisálida Ansiosa (poemas, 1988, Ed. UIA); “El Juli, un precoz del toreo” (Ed. Alternativa 1999); y “México Bravo” (Círculo Editorial Azteca, 2011).

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DEDICATORIA A los iniciadores de este siglo de historias, curiosamente, mis bisabue-

los, que, sin saberlo, llegarían a ser consuegros y a la vez, creadores, sin haberlo conocido, de un biznieto con aspiraciones periodísticas, especialmente taurinas. A quienes dieron el primer movimiento para elevar la Plaza de Toros “La Taurina” de Huamantla. A don Eduardo Bretón y Fuentes de María, y don Salvador Escamilla y Fuentes de María. Abuelos de una rubiecita nieta, Enriqueta Bretón Escamilla, mi madre. A ellos. Juan Antonio Hernández Bretón.

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PRÓLOGO Para celebrar el primer aniversario de la Plaza de Toros “La Taurina” de Hua-

mantla, en 1919, fue invitado a encerrarse con toros de Piedras Negras, Juan Silveti. Y hoy, para celebrar los 100 años del mismo coso, se tiene la gentileza de abrir este testimonio de su historia a la dinastía que el propio “Tigre” iniciara hace poco más de un siglo. Juan de Dios Silveti Mañón nació en la ciudad de Guanajuato el 8 de marzo de 1891 y tomó la alternativa el 16 de enero de 1916. Ese mismo día nace la Dinastía Silveti, quienes, en línea directa y primogénita, la continuó su hijo Juan Silveti Reynoso, luego su nieto David Eduardo Silveti Barry, y hoy su bisnieto, Diego David Silveti del Bosque. Es la dinastía torera más larga del mundo en línea directa, de cuatro generaciones de matadores de toros, con 102 años de permanencia. En el año de 1949, Juanito Silveti Reynoso, le dijo al “Tigre Grande”… “quiero ser torero”. Y él le contestó dándole un consejo: “Para ser figura del toreo, le tienes que pegar con los “güevos” en el testuz a los toros…!!!” Casi nada… No le hizo caso el “Tigrillo”, que tenía otro pensamiento… Ser un torero clásico. Y lo fue. David, juntó los conceptos, para ser un torero clásico y dramático, que pisó los terrenos que el “Tigre Grande” le recomendó a su hijo, pero adicionando la pureza y perfección que tuvo el “Tigrillo”. Diego en su clasicismo, mantiene otra personalidad, es diferente, con el tiempo y madurez, la historia resaltará cual habrá sido su propuesta. Todos los Silveti hemos sido distintos en conceptos, formas e inspiraciones, todas muy personales. Cien años de historia los unen en un mismo hilo conductor que, a gran distancia de Huamantla y su plaza, corren paralelos en la tauromaquia mexicana. Cuatro generaciones de toreros que han escrito la historia del toreo con letras mayúsculas. Y cuyos miembros, los cinco, hemos podido pisar el ruedo de la hoy “Centenaria” Plaza de Huamantla, de las muy pocas que lo pueden contar. Cien años de una plaza que los vio nacer y crecer… y que, increíblemente, les ha visto torear y triunfar. Juan Antonio Hernández, irreparable taurino, aficionado y gran amigo, nos descubre en este libro, ese hilo paralelo que llevan estas dos coincidencias, que nacen con ese cartel del “Tigre Grande” con los Piedras Negras en 1919, entrelazando un siglo de nuestra historia del toreo. Alejandro Juan Silveti Barry. Ciudad de México, Julio 2018.

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INDICE 15 La antesala de estos cien años 16 Breve historia de la fundación de Huamantla 19 La primera plaza 20 El origen de la plaza de toros “La Taurina” 21 Inauguración de la plaza 22 Primera gran corrida de Tronío y desafío 24 Cambio de manos 26 Auge torero 27 La Huamantlada 31 La ampliación y reinauguración 32 Eventos de alta calidad 34 Don Fortino y la época dorada 37 Museo taurino de Huamantla 42 Se siembra el pánico 43 La techumbre 44 Antecedentes de la ampliación 48 Segunda ampliación 49 La granizada 50 Detalles técnicos 52 Nueva etapa 54 La corrida de luces 58 Semillero 62 Toreros de Huamantla con alternativa 63 Ganaderías de Bravo Opiniones y cometarios 65 Un siglo de sentimientos, romanticismos y sueños “La taurina” Por José Andalco “Joselillo” 66 Nuestra Señora de “La Caridad” 68 Origen de la feria 70 Huamantla, origen 72 Homenaje a la plaza por Luis Mariano Andalco López 73 Pueblo Mágico Por Luis Niño de Rivera L. 74 Pasión por su devoción Por Rafael Cué. 76 Recuerdos de la plaza de toros “La Taurina” de Huamantla, Tlaxacala Por Fernando Flores 77 Semblanza Por Eduardo Bretón 78 Nuestras memorias Por Miguel B Corona Sánchez 80 Un orgullo su plaza “La Taurina” y su museo Por Gabino Aguilar 73 a la 110 Fototeca. 111 Créditos 112 Referencias

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LA ANTESALA DE ESTOS CIEN AÑOS

La llegada de la fiesta de toros a México es

tan antigua como su evangelización. Toda la influencia de los colonizadores llevaba por delante sus más puras creencias y tradiciones. Cruz y lanza. El juego de toros, a pesar de no haberlos en esta nueva tierra, se impuso a costa de importarlos. Tarea nada fácil para aquellos años. Los primeros animales importados de “allende mar”, como se sabe, fueron los equinos, pieza fundamental de la fuerza del ejército conquistador. Aunque otros, fueron de carga. Posteriormente llegó el bovino, provisión principal de carne, leche y diversión. Aunque aquí no era uno mismo. Por un lado, el domesticado para la ordeña y sacrificio y por el otro, el silvestre, traído de los Pirineos navarros, bravo e indómito, para la celebración de corridas.

dando poco a poco, haciéndose populares e infaltables, en cada una de las poblaciones, el día de la honra de su santo patrono, como es el caso de Huamantla, fundada un 18 de octubre de 1534, con el prefijo de San Luis, en honor a Luis Obispo de Tolosa, también conocido como San Luis d’Anjou o San Luis de Nápoles. Así, con el patrono huamantleco custodiando a la población desde la parte alta del hermoso retablo barroco de su parroquia, comenzó a rendírsele culto, y por supuesto, a honrarlo cada 19 de agosto.

Fue por ello que, aunque suene a mentira, la primera ganadería de toros de lidia no se asentó en el campo español, sino mexicano, porque para su multiplicación de este lado del océano para proveer la celebración de corridas, fue necesario criarlo de forma semidoméstica. Para ello, el propio Hernán Cortés, en 1522, pidió a su primo, Juan Gutiérrez Altamirano, trajera doce pares de vacas y toros de la región de Navarra, con permiso del virrey Luis de Velasco. Con las cabezas de ganado en tierras americanas se instaló la ganadería en una pradera de la recién creada Hacienda de Atenco, enclavada en el Valle de Toluca (Lafranchi, 1993). Y es por ello, que la ganadería de Atenco es considerada la primera dehesa de bravo en el mundo. Mientras eso sucedía en México, en la Península Ibérica, las celebraciones de corridas se efectuaban con ganado silvestre capturado principalmente, en la Sierra de Navarra, ya que por entonces, el concepto de crianza de las reses de lidia de forma controlada no existía, como lo fueron desarrollando otros hierros a partir del surgimiento de Atenco en México. La celebración de festejos taurinos se fue

Retablo de la Parroquia de San Luis Obispo. LA TAURINA, cien años.

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Posteriormente, Huamantla adoptaría una imagen femenina para su encomendación, se trató de una bellísima imagen tallada en madera que se dice fue traída de Sanlúcar de Barrameda y Requena, España, bajo el nombre de La Virgen de la Asunción; aunque tras un milagro que salvó a la población de una terrible inundación, se le rebautizó como La Santísima Virgen de la Caridad (Rodríguez, 2011). Desde entonces la población entera comenzó a rendirle culto, especialmente el día de la Asunción de María, 15 de agosto, sin tener una fecha precisa, aunque sí se asegura, por relatos populares que desde la época de la colonia, los nativos comenzaron la tradición de elaborarle, para su paso en la procesión, un tapete de pétalos de flores y polvos de color, artesanía que fue cobrando mejor forma y crecimiento, hasta llegar a la mágica tradición que actualmente conocemos como “La Noche que Nadie Duerme”. Pues bien, esa era la parte religiosa y lúdica que se centraba en la celebración de un festejo taurino y es así como esa fusión de celebración patronal huamantleca da forma ordenada desde 1874, a la hoy conocida Feria de Huamantla. Desde entonces su parte taurina tuvo como primer escenario un corral rectangular, con tendidos de madera y sombra de tejamanil y posteriormente desde 1918, su plaza de toros bautizada como “La Taurina”. BREVE HISTORIA DE LA FUNDACIÓN DE HUAMANTLA.

Aproximadamente en el año 900 d.c. pobla-

ciones otomíes se fueron asentando en el valle de Huamantla. Luego en tiempos recientes a la conquista de Tenochtitlán, fue fundada oficialmente durante el dominio español la ciudad de San Luis Huamantla. El nombre de la ciudad proviene del náhuatl “Cuaumantlán” que significa: lugar de árboles juntos. CUAU es la abreviatura de “Cuauhul” (árbol), MAN, de “manil” (junto) y TLAN del locativo (lugar). De esta palabra se derivaron las voces descompuestas por el español: Cuamanco, Quemanco, Quamantla y finalmente, Huamantla. La

región

tlaxcalteca

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estaba

dividida

principalmente en cuatro puntos que dieron la pauta en dos ocasiones a la creación de dos de sus principales ciudades: Tizatlán y

Tecoazingo; Ahuashuatepec y Atlihuetzían. Las dos primeras corresponden a lo que con el tiempo serían Tlaxcala y Huamantla respectivamente. Tanto los pobladores de Tizatlán como los de Tecoazingo se caracterizaron por su activa participación, primero luchando contra los conquistadores del 28 de agosto al 7 de septiembre de 1519 y después, en apoyo de los españoles para poder usarlos con sus armas en la guerra contra el Imperio Azteca, que los había subyugado por más de 70 años, por ello una vez establecida la colonia española estos dos puntos obtuvieron privilegios que otros pueblos desde luego no tuvieron. Los descendientes de Xicohténcatl, capitán del ejército tlaxcalteca pudieron continuar con la propiedad de su tierra. Sin embargo, pronto la influencia religiosa y cultural de la conquista marcó el rumbo de los moradores de este territorio. Existen diversos documentos en relación con la fundación de esta importante población del estado de Tlaxcala. Lienzos de yute, de lino, manuscritos y posteriormente cuadernos impresos. En ellos se establecen límites geográficos de Huamantla y los derechos que gozan


sus habitantes. Entre los privilegios que se mencionan están que tales señores, es decir los moradores de dicha población, puedan tener audiencias, en cualquier caso, obtener cargos honoríficos y que éstos y sus descendientes puedan entre otras cosas, ser sacerdotes, montar a caballo, cargar armas ofensivas y defensivas. Realizados en diversos momentos de la historia, todos estos documentos fueron de trascendente importancia para el desarrollo de una comunidad que marcó los antecedentes de lo que, hoy en día, es una ciudad tlaxcalteca con más de cuatro siglos y medio de existencia. En 1528, 17 caciques de Tecoazingo formaron una comisión que viajó a España con la finalidad de solicitar al Rey Carlos V la expedición de una cédula Real para fundar el pueblo al que el monarca llamó pueblo de San Luis Huamantla. El 20 de mayo de ese mismo año se logró la firma de dicha cédula Real. Con ello se lograron los derechos correspondientes de propiedad y sobre todo se obtuvo el reconocimiento oficial de la fundación de Huamantla. El presente documento es de gran importancia para la ciudad de Huamantla, porque en él se constata el hecho histórico de su fundación que data del 18 de octubre de 1534. A través de los años la ciudad de San Luis Huamantla logró la virtud de consolidar una comunidad en ascenso, a pesar de que no estuvo exenta de problemas, los cuales

sustancialmente fueron en relación con la legitimidad de sus tierras, al límite territorial de ellas y a la posesión de los veneros de las aguas del monte. Sin embargo, sus pobladores tanto de ascendencia indígena, como criolla fueron haciendo la historia de esta población que, el 9 de octubre de 1847, se cubrió de honor por el valiente enfrentamiento que sostuvieron contra las fuerzas invasoras de Estados Unidos, logrando rechazar al enemigo cuando éste tomó y saqueó la ciudad por la vía de la fuerza (Charles, 2014). Por lo anterior y por otros eventos históricos que avalaron el patriotismo de los pobladores de Huamantla, ésta obtuvo el título de Ciudad Heroica, el 7 de agosto de 1953, por el Decreto número 168, expedido por el Honorable Congreso y cuyo fragmento textual señala en una de sus partes: “…en atención a que los ciudadanos de ese jirón de tierra tlaxcalteca se han distinguido en todas las épocas como defensores de las Instituciones legalmente constituidas, defendiendo con honor la dignidad y la soberanía nacional” (Patronato de Feria Huamantla). La heroica Huamantla es pues, una ciudad de tradiciones ancestrales, rica en expresiones culturales y en los honores que al paso de la historia le ha dado su gente.

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Escrito del códice de la fundación de Huamantla.

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LA PRIMERA PLAZA

Antes

de la construcción de la actual plaza de toros “La Taurina”, existió otro escenario, ubicado éste prácticamente en el mismo predio, es decir, al centro de la manzana que comprenden las calles, Allende Sur, Morelos Oriente, Nicolás Bravo y Abasolo Oriente, sólo que ésta, a diferencia de la plaza actual, era un pequeño escenario rectangular, cuya barrera era de tapia, curva en sus esquinas y solamente, en su cabecera poniente, tenía tendido de cinco filas, construido de madera

y bajo la sombra de una marquesina de tejamanil sostenida por seis postes de encino y, al que se ascendía, a través de unos escalones, también de madera, ubicados al paralelo de la contrabarrera al costado derecho del tendido. Se trataba pues, de un escenario coquetamente diseñado de forma artesanal, cuya capacidad era más que suficiente para el tamaño de la población en el siglo XIX.

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Existen algunos programas que dan fe de su existencia y de los festejos que se anunciaban cada 15 de agosto a partir del conteo oficial de su feria en 1874. EL ORIGEN DE LA PLAZA DE TOROS “LA TAURINA”

Al ir cobrando popularidad la fiesta del 15 de

agosto en Huamantla, su antigua plaza de toros rectangular, se hizo insuficiente, no sólo para dar cabida al público que acudía a sus festejos taurinos, sino para las exigencias de los toreros que comenzaban a contratarse, que ya eran los importantes del naciente siglo XX, entre ellos, uno de la tierra, llamado Antonio Ortega “El Marinero”, coterráneo y compañero de Rodolfo Gaona, surgidos ambos de la Escuela Juvenil Mexicana dirigida por el maestro Saturnino Frutos “Ojitos”. Por ello un grupo de aficionados huamantlecos, llamado “Peña La Taurina”, por iniciativa de dos de sus integrantes, don Eduardo Bretón y Fuentes de María y su primo Gregorio Escamilla y Fuentes de María, asesorados por el matador de la tierra, Antonio Ortega “El Marinero” y el maestro Rodolfo Gaona, comenzaron la construcción de una nueva plaza, en el mismo terreno donde se ubicaba el antiguo coso rectangular, con la diferencia de tomar como centro, exactamente el punto medio de la manzana que comprenden las cuatro calles ya mencionadas. La construcción se comenzó con el apisonado del ruedo, para lo que se cavó un desnivel de seis metros con objeto que sobre las laderas descansaran sus tendidos. La contrabarrera, esta vez ya de trazo redondo, fue construida de adobe y piedra, así como su graderío, consistente en seis filas, con un pasillo detrás de la primera y un descanso de aproximadamente dos metros de ancho tras la última, el que poseía una sombra de tejamanil. El ruedo carecía de barrera, sólo poseía seis burladeros de madera colocados cuatro de ellos en los respectivos puntos cardinales. Sus accesos eran cuatro túneles que mante20

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nían el nivel del suelo desde su entrada, por lo que desembocaban estos en la segunda fila. Dos de ellos con doble función, de puerta de cuadrillas y otra de arrastre.


Los toriles, en un principio, sólo consistían en un par de corrales, que desembocaban al ruedo a través de una manga que conectaba en su parte final con un túnel a desnivel que hacía llegar a los toros hasta el redondel.

La obra estuvo a cargo del maestro albañil Ruperto Neria, por lo que como gesto de gratitud a la última fila del tendido se le bautizó con su nombre, y mantuvo una leyenda en ese sexto escalón hasta la remodelación que el coso sufriera en 1967. INAUGURACIÓN DE LA PLAZA

Ya

terminado el escenario, con capacidad aproximada de mil quinientos espectadores, el mismo grupo encargado de su construcción decidió bautizar a la plaza con el mismo nombre de su peña, “La Taurina”, y es así como el 15 de agosto de 1918 fue inaugurado el escenario con una corrida que incluyó los nombres de Jesús Ténez, diestro nacido en Guadalajara, Jalisco, y Miguel Gallardo, éste originario de Orizaba, Veracruz y alumno de Saturnino Frutos “Ojitos” (Gómez, 2012), que en mano a mano, lidiaron toros de la prestigiada ganadería de Ajuluapan. Para esa tarde inaugural las localidades tuvieron un costo de $6 pesos en sol y $3 en sombra. Como juez de plaza fungió don Manuel Hernández Farfán, quien ya había presidido en el antiguo coso y era miembro de la peña “La Taurina”, además abuelo de quien ha sido, durante varios años, ilustre cronista de la ciudad, don José Hernández Castillo. Como médico de plaza ofreció sus servicios el doctor Antonio Hernández Vargas, quien fue el primer médico tlaxcalteca, originario de Tetla, pero avecindado en Huamantla desde su gra-

duación en la Universidad de Puebla. Además de que el doctor Hernández para ese entonces dirigía el Hospital Civil de la ciudad, ubicado entonces a un costado del templo El Calvario. El primer guarda plaza fue don Benito Galindo, quien vivió con su familia en una casita construida en una esquina frente a los corrales. Ahí durante años, custodió el escenario y existen testimonios donde se le ve dando de comer al ganado.

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Primer MédicoDr. Antonio Hernández Vargas.

Benito Galindo, primer guardaplaza dando de comer a un toro. PRIMERA GRAN CORRIDA DE TRONÍO Y DESAFÍO

A

pesar de la prohibición de celebraciones taurinas, que ocurría por orden del entonces encargado del Poder Ejecutivo Nacional, Venustiano Carranza, a partir del 7 de octubre de 1916 (Solares, 2010), la Peña “La Taurina” de Huamantla, pudo construir su plaza y de forma clandestina, inaugurarla con una corrida avalada por la autoridad local inconforme con el mandato carrancista. 22

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Sabedores este grupo de taurinos que el único paso con el que podrían empujar en contra de la aplicación de la ley antitaurina sería, no sólo un amparo de la autoridad local, sino dándole realce y prestigio a su coso, planearon para la tradicional corrida del 15 de agosto de 1919, y conmemoración del primer aniversario de la plaza, una encerrona, con una de las máximas figuras mexicanas del toreo de entonces, Juan


Silveti, “El Tigre de Guanajuato”, ante toros de la ganadería tlaxcalteca de Piedras Negras. Para ello se apoyaron en la gran relación que existía entre don Lubín González, ganadero de Piedras Negras y el maestro Silveti, quien había tomado la alternativa con éxito en la Plaza de Toros “El Toreo” de la Ciudad de México, el 16 de enero de 1916 de manos de Luis Freg, precisamente con toros de la divisa rojinegra tlaxcalteca (Esto, 2000). En 1917 había confirmado alternativa en la Plaza de Madrid, consiguiendo hacer dos temporadas triunfales, por lo que, para agosto de 1919, había regresado a territorio azteca para desafiar el movimiento antitaurino de Carranza. Es así como la Peña “La Taurina” consigue no sólo confeccionar el cartel, sino llevarlo a cabo, con un resultado artístico y económico extraordinario, que ayudó a que la festividad en honor de la Santísima Virgen de la Caridad fuera cobrando fama en la capital del país, desde donde habían viajado aficionados para no perderse la gesta del “Tigre de Guanajuato”.

Venustiano Carranza, Presidente de México 1917-1920 LA TAURINA, cien años.

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CAMBIO DE MANOS

A partir de su inauguración la Plaza de Toros

“La Taurina” fue gestionada por la peña constructora y propietaria, hasta que, en cuanto se disolvió el grupo, a la muerte de don Eduardo Bretón y Fuentes de María en 1926, pasó a manos de uno de sus socios, don José Gutiérrez Contreras, quien la adquirió liquidando proporcionalmente a cada uno de sus compañeros de la peña. Ya bajo nuevo propietario, la corrida de feria, celebrada cada 15 de agosto, fue organizada por la propia administración municipal. El predio que abarcaba el solar de la plaza de toros se fue fraccionando, quedando, entre otras cosas, ubicado al costado izquierdo del callejón por el que se accede a la plaza desde la calle Allende Sur, el “Cine 13”, fundado por el llamado Club de los “13”, afamada asociación civil huamantleca que construyó varios escenarios de manera altruista, y de los que, hasta la fecha, se conserva “La Cancha 13”, localizada en el Parque Juárez.

La afición de este segundo propietario de la Plaza “La Taurina”, don Pepe Gutiérrez, fue contagiada a su hijo Agustín, al grado tal que se hizo novillero, llevando por nombre artístico Agustín Gutiérrez “El Valenciano”, mote que adquirió por ser empleado del prestigiado almacén “La Valenciana”. La propiedad de la plaza pasó a una tercera mano, cuando, a la muerte de don José Gutiérrez, su viuda doña Flora Puertos, decidió venderla a don Cipriano Cruz, exitoso comerciante huamantleco que, aunque carecía de una profunda afición, sabía de la importancia que el escenario comenzaba a cobrar para la población, ya que empezó a ser utilizado para distintos eventos masivos a lo largo del año. Para el año de 1966, siendo el alcalde de Huamantla, el exitoso comerciante y empresario don Emilio Vallejo Hernández, decide expropiar la plaza, y desde ese momento, pasó a ser propiedad del municipio hasta la fecha.

Don José Gutiérrez Contreras, segundo propietario de la Plaza de Toros “La Taurina”; el niño mayor que se encuentra a su izquierda es quien se convertiría en el novillero Agustín Gutiérrez “El Valenciano”. 24

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AUGE TORERO

De la celebración de una sola corrida al año,

cada 15 de agosto en Huamantla, fue más que suficiente para que, varios chiquillos deslumbrados por la presencia de los toreros en su tierra sintieran el llamado a la profesión. Es así como, además de Antonio Ortega “El Marinero”, primer diestro huamantleco con alternativa en El Toreo de México el 22 de octubre de 1909, surgieron varios otros toreros a partir de la década de los 40, impulsados también por el auge taurino nacional. Entre ellos se suman diversos chavalillos como Miguel Corona, Enrique Bretón, Agustín Gutiérrez “El Valenciano”, José Andalco, Gonzalo Macías y el más destacado de ellos, Fernando de los Reyes “El Callao”, quien consiguió tomar la alternativa en Segovia, España, en 1953. Aunque renunció a ella para tomarla por segunda ocasión en El Toreo de la Condesa en 1956. Sin duda uno de los toreros con más clase y recia personalidad que haya tenido la torería mexicana.

da, festival o charlotada, organizada por algún aficionado, ganadero de la región, o los propios “soñadores de gloria” para tener actividad.

Enrique Bretón

José Andalco

Miguel Corona Medina, persona a la izquierda vestido de corto. Dicho auge llevó a la celebración de más de una sola corrida anual cada 15 de agosto, sumándose a ella, alguna otra corrida, novilla26

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De este grupo de chavales, además de “El Callao”, pudo destacar aunque sin tomar la alternativa ni alcanzar esos vuelos, Gonzalo Macías, quien actuó como novillero en España, y cuya afición lo llevó, años más tarde en el retiro, a ser juez de plaza de “La Taurina” y uno de los iniciadores y primeros corredores de la “Pamplonada”, hoy “Huamantlada”.


De izquierda a derecha, Gonzalo Macías, “Joselillo” y Miguel Corona.

LA HUAMANTLADA

El

ganadero de Piedras Negras, don Raúl González viajó junto con Jorge “El Ranchero” Aguilar a España dentro de la campaña anual del torero tlaxcalteca. Durante su estadía por tierras ibéricas, presenciaron los “sanfermines”. Debido al impacto generado por los encierros de toros por las calles de Pamplona, el ganadero regresó y relató lo acontecido a sus amigos Eduardo Bretón González, Manuel de Haro, Sabino Yano Sánchez, Miguel Corona Medina, Gonzalo Macías, Emilio Macías, Francisco Ramírez Lima, Enrique Cervantes Aragón y Jesús Villaseñor. Todos ellos al ver el entusiasmo de don Raúl deciden realizar un evento similar por las calles de Huamantla. De esta forma, el 15 de agosto de 1954, se rentó un terreno en la actual calle Roberto Covarrubias donde alojaron a 6 toros de Piedras Negras, de ese sitio salieron corriendo rumbo a la plaza de toros para que, más tarde fueran lidiados en la plaza de toros “La Taurina” por Manuel Capetillo, Jorge

“El Ranchero” Aguilar y Rafael García. Aquel primer encierro contó con la participación de muy pocas personas, sin embargo, los asistentes quedaron asombrados al ver correr a toros bravos por las calles de la ciudad. A partir de esa fecha, el evento comenzó a realizarse año con año el 15 de agosto, horas después de la procesión de la Virgen de la Caridad. Igualmente, se siguieron soltando los toros de la corrida de la tarde hasta 1967 donde uno de los alternantes, Eloy Cavazos, se negaba a torear. En consecuencia, al siguiente año optaron por traer ganado específico para la calle, y uno distinto para el festejo en “La Taurina”. Eso provocó que se tuvieran que comprar los toros para la Huamantlada donde inicialmente vecinos y amigos taurinos cooperaban con la compra de los astados. Con el tiempo, la fiesta por las calles fue creciendo en difusión y popularidad. LA TAURINA, cien años.

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Primer encierro al estilo Pamplona bajando por la calle Zaragoza.

Participantes en el primer encierro.

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Conforme fueron avanzando los años se fue incrementando el número de burladeros y gradas, antes inexistentes, la cantidad de participantes y la ingesta de alcohol hasta convertirse en el fenómeno social que es hoy en día. Durante las ya más de 60 ediciones de la Huamantlada, nombre que adoptó después de dejarse de correr los encierros al estilo

Pamplona, se cuentan muchas anécdotas alrededor del evento como ver entrar a un toro a una cantina en la calle Allende, soltarse los toros en medio de los autos o de los puestos de la feria e infinidad de vivencias de corredores o participantes que han sentido de cerca el peligro del toro bravo por las calles de Huamantla.

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LA AMPLIACIÓN Y REINAUGURACIÓN

El siglo de existencia de la Plaza de Toros “La

Taurina” de Huamantla tiene un importante parteaguas en su historia, sin duda, la gran reforma que sufrió el escenario en 1967, no sólo por el cambio radical que sufriera físicamente, sino también en su oferta taurina que detonó además, en la internacionalización de su propia feria. El huamantleco Emilio Vallejo fue presidente municipal de 1965 a 1967. Durante ese periodo el que era también compositor musical y distinguido impulsor del arte, la cultura y el turismo en la región, tuvo la oportunidad de comprar la plaza de toros “La Taurina”, la cual estaba en manos de don Cipriano Cruz, un exitoso comerciante de la ciudad. En aquel tiempo la plaza se encontraba en muy mal estado teniendo intenciones de desmantelar el coso y fraccionar el terreno. Fue cuando algunas personas le comentaron a don Emilio Vallejo acerca de las intenciones de demolerla. – “no la tire, ¿cuánto vale?” – fueron las palabras de don Emilio Vallejo a don Cipriano Cruz iniciando las conversaciones y llegar a un arreglo para la adquisición de la plaza. Inicialmente, en ese entonces, el presidente municipal compró el inmueble con su dinero porque en aquella época los Ayuntamientos no contaban con grandes presupuestos. Pavimentar una calle o el mantenimiento del drenaje eran tareas que el gobierno llevaba a cabo con la cooperación de amigos y vecinos.

Es por ello que, después de la compra de la plaza, el Ayuntamiento se abocó a la tarea de remodelación y ampliación. Teniendo don Emilio muy buenas relaciones comerciales con la Cervecería Moctezuma y manteniendo muy

buenos términos con el dueño de la empresa don Alberto Bailléres, propietario más adelante de los hierros de Mimiahuapam, Begoña y Zalduendo (España), se logró el apoyo del importante empresario mexicano para echar a andar la obra que incluyó seis filas de tendido general más, por encima de las 6 originales barreras y la colocación del callejón, hasta ese momento inexistente. Otras aportaciones que destacan con el apoyo de la cervecería fueron la construcción de un nuevo y mejor lienzo charro y un gimnasio de box.

Luis Munive y Escobar bendiciendo la plaza de toros “La Taurina”. Durante el desarrollo de la remodelación y ampliación de “La Taurina”, el municipio se valió de las asesorías de taurinos de la época como Jorge “El Ranchero” Aguilar. La plaza iba a tener un cupo de entre 2,200 y 2,300 personas, por lo que para el aumento de gradas, el gobierno municipal habló con algunos vecinos alrededor del inmueble con la finalidad de que ellos vendieran una parte de sus terrenos a cambio de que el Ayuntamiento levantara nuevas bardas. Un par de vecinos no querían vender una parte de sus terrenos, por ende, se llegó a un acuerdo distinto que fue darles un lote de terreno de 250 metros en la calle Narciso Mendoza. Los trabajos de remodelación del coso fueron en tiempo récord, poco más de diez meses, los que consistieron en la construcción de las seis filas de tendido general, taquillas, fachada, baños, bar, rampas de acceso, palco de la autoridad, tres corrales, seis toriles, destazadero y callejón. El cambio fue radical, prácticamente una nueva plaza, LA TAURINA, cien años.

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cuya labor no terminó sólo ahí, sino también en la ampliación de su oferta, ya que hasta ese entonces en Huamantla sólo se ofrecía una corrida al año cada 15 de agosto y, tan solo para la reinauguración, se ofrecieron dos corridas con las máximas figuras del toreo del momento, ante toros de dos de las más prestigiadas ganaderías. La obra comenzó a finales de 1966 para concluirla en agosto de 1967. Asistió el Obispo tlaxcalteca Luis Munive y Escobar a dar la bendición, también el gobernador de aquella época Don Anselmo Cervantes, igualmente funcionarios de la cervecería Moctezuma quienes habían brindado un apoyo especial en esta construcción. Cabe resaltar que unos años más tarde, una o dos personas se quisieron adjudicar la ampliación de la plaza, lo cual no fue cierto porque en realidad quien logró la ampliación fue el gobierno de Emilio Vallejo. El inmueble pudo haber quedado a su nombre, pero lo cedió al municipio al finalizar su gestión. Se logró un cupo con la ampliación de 3500 personas. Esta fue la base para traer buenas

EVENTOS DE ALTA CALIDAD

La

realización de mejores corridas impactó positivamente a tal grado que fue considerada de las 10 mejores ferias del país. La reinauguración de la plaza fue el 13 de agosto de 1967. el cartel estuvo conformado por Manolo Martínez y Jaime Rangel con toros de Piedras Negras. La segunda corrida, el 15 de agosto, con Eloy Cavazos y Manolo Espinosa “Armillita” y toros de La Laguna, después se dio una corrida de toros fuera de feria en el mes de octubre. Fue un mano a mano entre Joselito Huerta y Manolo Martínez con toros de Piedras Negras. En el plano ferial, don Emilio, mediante el patrocinio de “la rubia de categoría”, publicitó a nivel nacional, a través de spots en televisión, la “Feria Internacional de Huamantla”, y tal promoción comenzó a atraer nuevos, en cientos, visitantes a las fiestas de agosto huamantlecas, por los que su plaza la taurina, con la presencia de las figuras, comenzó a ver llenos sus tendidos con mas de 3 mil espectadores desde ese 1967. En esa época se trajeron eventos artísticos como a la cantante y actriz Irma Dorantes quien fue esposa de Pedro Infante. Traía un espectáculo muy lucido con charros, caballos de alta escuela. Igualmente vino la “Guelaguetza” de Oaxaca. Todo esto se podía realizar gracias a que ya existía un espacio donde se podrían realizar buenos y atractivos eventos. Más adelante, Emilio Vallejo tuvo la oportunidad de ser empresa de boxeo en la propia plaza de toros, ya cuando no era

Emilio Vallejo dando un discurso en la reinauguración de “La Taurina”. corridas de toros con toreros de la época, y también con toros de buenas ganaderías beneficiando la propia feria de Huamantla. Las autoridades anteriores la habían dejado a la deriva y se había vuelto un sitio en mal estado. Ya con la remodelación y ampliación se pudo trabajar mejor y se lograron realizar mejores eventos. Su reinauguración se dio el 13 de agosto de 1967. 32

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Plaza de toros tras remodelación y ampliación. presidente municipal. Todos los viernes se realizaba función, temporada boxística que duró aproximadamente 2 años. Más


Cartel de reinauguración. adelante se siguieron ofreciendo peleas de box de forma esporádica. También el lugar se empezó a utilizar para actos políticos, actos civiles y ceremonias escolares. Igualmente se incluyó cada primero de enero la celebración eucarística tras la procesión del Señor del Convento Franciscano de Huamantla. Obviamente lo fuerte era la feria, pero tras la reinauguración se repartían entre 8 y 10 festejos taurinos incluyendo corridas, novilladas y festivales taurinos. Posteriormente se avecinaba una época ilustre para “La Taurina” con la llegada del empresario don Fortino Sánchez y ver en Huamantla acartelados a las grandes figuras de la década de los setentas en agarrones de alarido sobre tierras huamantlecas. LA TAURINA, cien años.

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Misa del Señor del Convento en “La Taurina”. DON FORTINO Y LA ÉPOCA DORADA

La

oferta taurina dentro de la Feria de Huamantla ha tenido su época dorada, ubicada ésta en la década de los setenta. Varios motivos se conjuntan para que los seriales ofrecidos en esa era fueran los de mayor lustre, el principal de ellos, la oferta de toreros de la época, grandes figuras como Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Curro Rivera y Mariano Ramos, integrantes de la llamada “Edad de Plata del Toreo Mexicano”. Con esas figuras, toreros de época, ya era más que suficiente para montar extraordinarias ferias. Pero no hubiera sido suficiente sin un empresario con creatividad, afición y poder, como lo fuera don Fortino Sánchez Sánchez, ilustre huamantleco que supo aprovechar su estrecha relación con el entonces gobernador, el Dr. Luciano Huerta, para impulsar la feria de su pueblo. Don “For”, como cariñosamente le llamaban sus amigos, impulsó la cara lúdica de la feria huamantleca, palenque y corridas de toros en especial, siendo él mismo el empresario que regenteaba la plaza de toros “La Taurina”, teniendo como brazo derecho a José Andalco, hombre conocedor de toros que en sus años mozos había sido novillero, bajo el mote de 34

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Don Fortino Sánchez Sánchez. “Joselillo”. Esta dupla pudo confeccionar los carteles más atractivos en la historia de “La Taurina” de Huamantla. Su relación con los más importantes ganaderos de hierros tlaxcaltecas, como don Raúl González de “Piedras Negras”, don Manuel de Haro y don Reyes Huerta, fueron clave; así como el


puesto público que el mismo Fortino Sánchez desempeñaba, Secretario de Policía y Tránsito del Estado, “nada más”. Para oficiar como juez de plaza invitó a otro afamado huamantleco, Gonzalo Macías, uno de los novilleros de la tierra más destacados que, sin haber alcanzado a tomar la alternativa, sí pudo torear en España. La suma de don Gonzalo a este proyecto, a través de la autoridad de plaza, terminó por ser una ecuación que arrojó un resultado positivo. Qué tan importante sería el aporte desde el “biombo” de don Gonza, que su bohomía no terminaba ahí, porque ha sido uno de los ciudadanos que más aportaciones taurinas y deportivas legó a Huamantla, entre ellas, el parque de béisbol que por ello hoy lleva su nombre y la afición por el frontenis, un deporte muy de los toreros que él trajo desde España a su pueblo, para lo cual construyó, precisamente, la cancha llamada “Frontón Huamantla”.

De izquierda a derecha: don Fortino Sánchez, empresario de “La Taurina”; don Raúl González, ganadero de Piedras Negras; y José Andalco, gerente de la empresa.

Pero volviendo a centrarnos en la gestión de Fortino Sánchez al frente de la plaza “La Taurina”, diremos que su afición, pasión y madurez como empresario lo llevaron a manejar, posteriormente, plazas y ferias tan importantes como la “Ranchero Aguilar” de Tlaxcala, las iniciales Ferias del Caballo en Texcoco, en la primera plaza de toros portátil que hubo en México, llamada “Ponciano Díaz”. Curro Rivera

De izquierda a derecha: José Andalco, Manolo Martínez, “El Callao” y Manuel de Haro. LA TAURINA, cien años.

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Manolo MartĂ­nez como base de cartel de la feria de Huamantla de 1976

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MUSEO TAURINO DE HUAMANTLA

Similar a lo acontecido con la plaza de toros

“La Taurina” construida en 1918 por un grupo de aficionados, y más en concreto, la peña “La Taurina”. El museo taurino de la ciudad fue fundado el 22 de agosto de 1982 por la “Peña Taurina Huamantla” encabezada por Miguel Corona Medina, Eduardo Bretón González y José Hernández Castillo. La inauguración vino acompañada de un festival taurino donde alternaron el gobernador de Tlaxcala en ese momento Tulio Hernández, Hugo García Mendez, Joaquín Cisneros, Rafael Cervantes y Ernesto Maurer (Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino).

Serial taurino en el Centenario de la Feria de Huamantla.

Sitio considerado de los más grandes del orbe y custodio de un amplio bagaje taurino - cultural. Piezas valiosas como: trajes de luces, maquetas de plazas de toros, carteles, pinturas, cabezas de toros, fotografías, LA TAURINA, cien años.

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esculturas y una gran variedad de artículos taurinos. Todos estos elementos han sido aportaciones y donaciones de aficionados, toreros, miembros de cuadrillas, empresarios, ganaderos y amigos allegados a la Peña Taurina Huamantla. El lugar se divide en 7 salas: Antonio Ortega “El Marinero”, Fernando de los Reyes “El Callao”, Ganaderos Tlaxcaltecas, Jorge Aguilar “El Ranchero”, Eduardo Bretón González, la videoteca Miguel Corona Medina y la biblioteca José Hernández Castillo. El museo recibe anualmente recibe más de 27 mil visitantes, además de ser anfitrión de diversos eventos taurinos y culturales durante el transcurso del año. Ubicado en la calle Allende Norte, a un costado de la plaza de toros de la ciudad, el museo también cuenta con dos murales, uno realizado por el maestro David Cárdenas, el cual fue realizado en un estilo pictórico mostrando una serie de personajes y elementos fundamentales de la historia taurina tlaxcalteca, dicho mural fue realizado en el año 1983.

Mural realizado por el maestro David Cárdenas

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El segundo mural realizado en relieve representando la inauguración de la celebración de los 50 años de la Huamantlada, evento que acoge a cientos de miles de visitantes

año con año dejando una importante derrama económica en la localidad. Dicho mural fue realizado en el 2004 por el maestro Luis Manuel Flores Padilla. LA TAURINA, cien años.

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SE SIEMBRA EL PÁNICO

El 21 de febrero de 1977 se vivió en la plaza

de toros “La Taurina” uno de los grandes hechos anecdóticos en los 100 años del coso huamantleco. En relato de las exalumnas Gisela Vieyra Rivera y Haydée Ugarte Mendez nos encontramos con un hecho singular y de alto riesgo para las alumnas del Colegio Juana de Arco. Todo comienza a partir de los ensayos de la institución educativa en la plaza de toros como parte del programa de actividades en conmemoración del día de la Bandera el 24 de febrero. En aquellos años, los festivales o presentaciones escolares a nivel municipal se llevaban a cabo en dicho inmueble, muchos de ellos, al finalizar el respectivo desfile por las calles de la ciudad.

rápidamente reunió a un grupo de niñas detrás de ella. Fungiendo de forma similar a un forcado, abrió los brazos y trató de evitar una embestida de los bureles. Y otras pocas niñas con algunos conocimientos del sitio, como Haydée Ugarte Mendez, salieron como pudieron del ruedo y del callejón para alcanzar una de las gradas de la plaza. Los animales al ver el alboroto trataron de huir del lugar y uno de ellos accedió al callejón de la plaza. En su camino fue arrollando lo que encontraba a su paso. Fue entonces cuando algunas de las niñas resultaron golpeadas por el astado, en palabras de Gisela Vieyra Rivera, recuerda haber entrado al callejón junto con una compañera suya creyendo estar a salvo cuando a unos metros vio avanzar hacia ellas dos astas y un cuerpo de enorme tamaño.

Aquel lunes invernal de 1977, el profesor de Educación Física de la institución junto con algunas religiosas encargadas de los grupos de 3º, 4º, 5º y 6º grado de primaria llevaron a las alumnas al coso taurino para los ensayos de su presentación programada para el jueves. El número constaba de una exhibición con banderas por lo que cada alumna portaba para las prácticas una asta bandera.

Evento cívico en la plaza de toros “La Taurina”. La mañana se desarrollaba con tranquilidad en el centro del ruedo de “La Taurina” cuando se escuchó un fuerte ruido, la puerta de toriles se abrió y dos astados bravos salieron al ruedo iniciando un revuelo caótico entre muchas de los integrantes de los grupos estudiantiles y el personal de la Juana de Arco. Muchas personas quedaron impávidas en el redondel sin saber qué hacer, una de las religiosas de nombre María de Jesús Esparza, 42

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Noticia publicada en el diario La Prensa por Joaquín Carmona.


Entre el apuro y los nervios de la situación, la exalumna tiene claros en sus pensamientos gritos de personas exclamándole que se tirara al piso, se refugiara en alguno de los burladeros del propio callejón o tomara la mano de algunas de las personas que trataban de ayudarla y sacarla del corredor. Corrió algunos metros y sólo recuerda despertar tendida en las gradas de la plaza rodeada de sus compañeras y miembros de la institución educativa. Presumiblemente ella debió resbalar y ser pisoteada en el pecho por el animal, esto último diagnosticado horas después por un médico que revisó a la niña quien finalmente tenía un tallón en el pecho estando convaleciente durante 15 días. Actualmente, la exalumna oriunda de Huamantla lo considera la experiencia de mayor riesgo que ha vivido e incomparable con ninguna otra. Por otro lado, alumnas y personal de la Juana de Arco lograron abandonar en su totalidad el ruedo en colaboración de algunos jóvenes que rondaban por el lugar en el momento de los hechos. LA TECHUMBRE

La plaza de toros “La Taurina” se techó por

vez primera para el centenario de su feria, en agosto de 1974, inspirándose en el toldo de nailon que lucía la plaza “El Pinal” de Teziutlán, ciudad hermana y vecina de Huamantla.

El techo teziuteco había sido instalado para la presentación de Manuel Benítez “El Cordobés”, cuyo contrato millonario obligaba a asegurar la celebración de la corrida, por lo que las infaltables lluvias de agosto en la sierra poblana eran el gran inconveniente. La idea de entoldar “El Pinal” fue de uno de los organizadores de dicha corrida, programada para el 9 de julio de 1964, don Carlos Rivera, quién era, además, propietario de la distribuidora de automóviles Ford en Huamantla, llamada “Vehículos de Teziutlán”, precisamente. Por lo que, aprovechando ese nexo, se copió la idea hasta conseguir entoldar con el mismo sistema “La Taurina” de Huamantla para poder garantizar la celebración en plena época de lluvias las corridas programadas. Pero nunca se tomó en cuenta que la llovizna teziuteca es pertinaz y copiosa, aunque ligera, acompañada de neblina, a diferencia de los torrenciales aguaceros que caen sobre Huamantla en verano, menos duraderos pero más intensos. Y olvidando este detalle, durante la celebración de una corrida de rejones en la que actuaba, entre otros, el maestro Gastón Santos, el toldo comenzó a “abolsarse” al acumular agua, y se cuenta, que un aficionado intentó hacer una pequeña perforación para que drenara el agua, y al picar el vinilo con la afilada punta de su paraguas, provocó un estallamiento de todo el toldo como cuando se pincha un globo con un alfiler, tronó él techo entero y se vino abajo junto con toneladas de agua acumuladas en más de una hora de aguacero.

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A partir de esa desafortunada tarde, “La Taurina”, dejó de poseer techumbre, hasta 1993, cuando la empresa de la plaza era el ganadero de “Vicencio”, Rafael Cervantes López, quien ya había gestionado la plaza años antes, en los que incluso, su significativa aportación fue institucionalizar el festejo de cada 14 de agosto, a partir de 1983, porque hasta ese año la corrida se celebraba el 15, “el mero día” de la feria, no la víspera, pero la idea surgió para aprovechar la gran afluencia de visitantes que acudían a “la noche que nadie duerme”. Pues bien, “Falo” Cervantes, volvió a techar la plaza, con un toldo mucho más grueso que el antecesor, con el inconveniente de su amarillento color, cuyo grueso, por ser lona de vinil, obscurecía el interior del escenario, lo cual no sólo restaba luminosidad al interior sino entristecía la atmósfera. Este amarillento y pesado techo, tampoco dejó de ser víctima de los fuertes aguaceros provenientes de las faldas del volcán La Malinche, y también se vino abajo, previo al paseíllo que realizarían Antonio Vega, “El Glison” y Leonardo Benítez ante toros de Rafael Mendoza en 1993. Recuerdo, como anécdota, que el público despavorido abandonó los tendidos por el estruendo que provocó el desplome del enlonado, “Falo” Cervantes, como en el hundimiento del “Titanic”, le pedía a la banda de música no dejará de tocar para mitigar el susto y la dramática situación. A la vez que el coordinador de la empresa, Gilberto Rivera, padre del afamado cantante huamantleco Carlos Rivera, intentaba resolver la situación, descubriendo que el volumen de agua que acumuló el toldo fue tal, que las toneladas de peso arrancaron de raíz un enorme árbol situado en el centro de uno de los patios del Museo Taurino, al cual se había atado uno de los cables de acero que sostenían la techumbre. Dicho enlonado se reparó y permaneció hasta 1999, año en el que el coso sufrió su segunda ampliación, por lo que la techumbre quedaba ya corta y hubo que instalar una nueva. Ésta no sólo era ya de mayor dimensión, sino que además, tenía una orilla que colgaba hacia afuera de los tendidos para provocar el desagüe de forma natural, con el inconveniente de que la estructura que, hasta la fecha lo sostiene, está al interior de la plaza, una gigantesca estructura metálica en forma de cubo que 44

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resta ángulos de visón importante a cuatro puntos del tendido.

Desde entonces a la fecha permanece el mismo techado de color blanco que permite un poco más la entrada de luz, a diferencia de aquel mal recordado toldo amarillo. ANTECEDENTES DE LA AMPLIACIÓN

La

plaza “La Taurina” no sólo ha servido como escenario para las corridas de toros sino, además, ha albergado múltiples espectáculos artísticos y deportivos, dentro y fuera de feria, así como mítines políticos, ceremonias religiosas y mucho más. Los huamantlecos que fuimos a la escuela, primaria, secundaria o preparatoria, en los años 70, recordaremos que cada acto cívico de 5 de mayo, 16 de septiembre y 20 de noviembre, iniciaba con un desfile de todas las escuelas, que partía desde la avenida Prolongación Hidalgo, hasta llegar a la plaza de toros, dónde cada plantel tenía su lugar específico en el tendido, el que se llenaba hasta la bandera, pintando perfectamente los sectores por el color de cada uniforme. Tres mil estudiantes abarrotaban barreras y localidades generales del coso, mientras en el ruedo, a eso del medio día, se realizaban honores a los símbolos patrios y diversos números alusivos a la conmemoración. La lucha libre y el box no podía faltar. En esos mismos años 70’s, a varios niños nos tocó ver combatir sobre un cuadrilátero a los legendarios Santo, Blue Demon y Mil Máscaras. En lo personal, no olvidaré el haber quedado sorprendido de conocer a esos enmascarados famosos del cine y la televisión. En alguna ocasión se presentó en un evento


artístico La India María y otros artistas del programa de televisión “Siempre en domingo”. Recuerdo que, en uno de ellos, asistió don David Reynoso, y yo, sabedor de que había sido torero, como todo niño curioso, le fui a interceptar al túnel de arrastre cuando esperaba entrar a escena, y le pregunté algo que suponía nadie como él podía aconsejarme para convertirme en torero: - Don David, ¿qué tengo que hacer para ser torero? - No miento si digo que me ofreció una amable y atenta respuesta de no menos de un minuto, que para mí fue todo un tratado de “cómo poder ser torero”. Me habló del esfuerzo, el sacrificio, la lucha, el valor y que visitara muchas ganaderías. Hasta la fecha, tales consejos me grabaron tanto, que no llegué a ser un torero famoso como lo soñaba desde niño, pero sí aprendí que, a través de todos esos valores, se alcanzan metas para abrirse paso en la vida. Y ahora, lo que seguí al pie de la letra, fortuita y afortunadamente, fue visitar casi todas las ganaderías. Vaya bendición. Pero vuelvo a intentar enumerar los eventos no taurinos a los que ha dado cabida la plaza “La Taurina”. El más importante, sin duda, es “La Misa de Año Nuevo” que se ofrece al

Santísimo Señor del Convento, lógicamente cada primero de enero por la tarde. Luego de que la víspera la población entera le ha dado gracias por las bendiciones recibidas durante el año que agoniza, en una procesión semejante a la de la Virgen de la Caridad cada madrugada del 15 de agosto con las calles de la ciudad cubiertas por tapetes de aserrín multicolor. Por ese motivo, el de la multitudinaria “Misa al Señor del Convento”, fue que siendo presidente municipal el señor Rogelio Palafox en el año 1999, se pensó en ampliar los tendidos del coso. Además de que, durante la feria, especialmente para la corrida del día de la “Huamantlada”, las localidades ya eran insuficientes. Antes, en 1997, se levantó un veto que tenía la plaza por adeudos que dejó la empresa taurina que gestionó la feria el año anterior, por lo que, siendo el munícipe, Eduardo Bretón Escamilla, en su primer periodo, pidió la opinión de un servidor para poder salvar la parte taurina de la feria de ese año, ya que por los malos antecedentes ningún empresario quería hacerse cargo de la plaza. En ese tiempo me reunía cada martes con un grupo de aficionados prácticos, en una peña a la que llamaban “La Larga”, nombre que encierra no sólo el significado del lance capotero a una

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mano, sino también al del verbo tan torero y gitano de “hablar de más”. Ahí, a los integrantes de la peña les propuse “entrarle al toro” para ofrecer la feria de mi pueblo, argumentando que era la misma tarea que hacían al montar los seriales de festivales con los aficionados prácticos, con la diferencia de que aquí, a los espadas, no se les cobraba “cuota” sino se les pagaba la actuación. Con sonrisas provocadas y algunas copas de tinto, José Antonio Trueba, Rafael Cué y Giovanni Aloi, aceptaron entrar a la sociedad, con el importantísimo apoyo del resto de los “peñistas”, formando entonces la empresa “Promotoro” a la que la historia no dejará mentir, montó una de las mejores ferias que puedan recordarse en los 100 años del coso huamantleco. En esa feria hubo dos fechas específicas dónde la gente, con boleto en mano, ya no pudo ingresar a la plaza, la del 15 de agosto, tarde en la que Eloy Cavazos daba la alternativa a Paco González en presencia de Mario del Olmo, y la corrida de Huamantlada, en la que alternaban “El Pana”, Manolo García Méndez y “El Gallo” Cantú. Ambas fechas, quienes organizábamos la feria, terminamos espantados. Recuerdo que en la tarde del maestro Cavazos, hubo aficionados que teniendo su localidad en la mano, comenzaron a romper las ventanas de la taquilla en protesta, porque ya no habían podido entrar a la plaza. Un lleno impresionante.

El aforo de la plaza lo teníamos calculado para 3 mil cien localidades, con una medida de 65 centímetros por asiento. Bueno, pues ese 15 de agosto del 97, debieron haber ingresado 3 mil quinientas personas a los tendidos. No se podrá creer, que también, en los cuatro festivales de aficionados prácticos

que se ofrecieron ese mismo año con boletos regalados a las comunidades circunvecinas, también lucían repletos los tendidos, hasta haber gente en los túneles de pie sin poderse sentar en localidad alguna. Precisamente, recuerdo que nuestro debut como empresarios, fue con un festival cuyo lleno provocó que algunas personas se “treparan” a las torres de las lámparas, causando que uno de esos enormes focos de halógeno se viniera abajo descalabrando a un vendedor de algodones de azúcar, al que nosotros mismos, espantados, corrimos a atender, hasta mandarlo al hospital, del que salió no sólo con sutura en la cabeza sino con anteojos nuevos cuyo armazón la empresa “Promotoro” también costeó. Tal fue el éxito taquillero y artístico de ese año que para el siguiente, se nos adjudicó de nuevo la plaza, edición a la que ya acudimos con mayor cautela, tratando de enmendar los errores y tomando en cuenta que había gente molesta por la incomodidad del aforo de la plaza.

El éxito pudo repetirse, pero con el reprobable acto que se suscitó en la última corrida, la de la “Huamantlada”, en la que un grupo de asistentes, no aficionados, los que ocupaban localidades de barrera, sostuvieron una riña que terminó no sólo con brutal golpiza en el tendido, de los que hubo detenidos, sino que el enfrentamiento tuvo un segundo pasaje en la calle al término de la corrida, en el que la policía reportó hubo disparos y un herido por arma de fuego. A partir de ese momento esa emblemática fecha de “la corrida de Huamantlada” dejó LA TAURINA, cien años.

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de serlo, y las familias se ausentaron de los toros en la fecha señalada. La tarde a la que las empresas calificaban como “un cheque en blanco toreara quien toreara”, se convirtió en “la corrida a la que nadie quiere asistir, “sólo los borrachos”, se decía. Todo ese cúmulo de circunstancias hicieron que la administración posterior, que ya presidía don Rogelio Palafox, pensara en ampliar la capacidad de la plaza de 3 mil a 5 mil localidades. Se logró la ampliación, no sin antes dividir opiniones, entre los que pensaban necesaria la reforma del coso y quienes no quedaron satisfechos al considerar la obra carente de buen gusto. Para muchos de ser una plaza coqueta se había convertido en un “mazacote” de cemento. A partir de esa última reforma, sólo dos fechas provocan que se llenen los tendidos de “La Taurina”, la tradicional “Misa a Nuestro Señor del Convento” cada primero de enero y la “Corrida de las Luces” la noche del 14 de agosto. SEGUNDA AMPLIACIÓN

Volvieron

a pasar los años y la plaza de toros “La Taurina” volvió a tener nuevas modificaciones. En el inicio de la gestión municipal de Rogelio Palafox, se comenzó una segunda ampliación de la plaza que incluía techar el inmueble. Para el expresidente municipal, muy aficionado a los toros y aquellas Huamantladas corriendo por las calles o asistiendo a las corridas en “La Taurina”, el coso representaba un símbolo para la ciudad. La capacidad en ese entonces era de entre

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2,200 a 2,300 personas. Era problemático que existiera interés por parte de las empresas taurinas para realizar excelentes corridas de toros. Si bien aquí han desfilado las principales figuras del toreo, el costo de los boletos muchas veces no era accesible para personas de escasos recursos. Había que dar el boleto caro para poder sacar la papeleta. Entonces dentro del plan de desarrollo municipal, el cual se inició y desarrolló antes de la toma de posesión como presidente de Rogelio Palafox. Uno de los puntos importantes que se consideró en esa administración fue la ampliación del coso huamantleco como uno de los primordiales objetivos al inicio del periodo de gobierno. Manuel Flores Macías presentó a Rogelio Palafox con Julián Villarroel, representante de la Cervecería Moctezuma en la región buscando de nueva cuenta las alianzas para poder llevar cabo la nueva obra. Aquella primera reunión con Julián Villarroel fue en el restaurante de Emilio Vallejo, personaje a quien se le debe la primera reinauguración. Un excelente amigo del presidente municipal, el Arquitecto José Luis Amaro Jara junto con Julián Villarroel se dieron varias pláticas para ir concretando la idea. Fue importante el recurso que aportó la cervecería para la ampliación. El costo total de la ampliación fue alrededor de los 3 millones de pesos, logrando lo anterior con el apoyo desinteresado de muchas personas y optimizando recursos.


La cervecería aportó alrededor de 2 millones de pesos y la concesión por algún tiempo de venta exclusiva del producto dentro de los festejos taurinos. Así desde el primer día de trabajo de la administración en 1999, se comenzaron a cubrir los plazos esperando tenerla la obra lista para el mes de agosto. Sin embargo, no contaban con muchos imponderables. El 15 de junio ocurre un terremoto muy cercano en la ciudad de Tehuacán, el cual fue de intensa magnitud, 7.1 en la escala de Richter, produciendo muertos en la ciudad de Puebla (El Popular, 2017). De alguna manera ese evento atrasó la construcción y empezaron a surgir rumores - “la plaza se va a venir abajo” - decían. El diseño original de la plaza consistía de torres para sostener el techo colocando cada una de ellas afuera del inmueble. Algunos vecinos no quisieron vender una parte de sus casas a cambio de una casa nueva a las afueras de la ciudad. “La plaza de toros hubiera quedado hermosa, funcional, pero lamentablemente 3 vecinos no quisieron vender 2 metros cuadrados qué era lo que requeríamos para levantar las columnas”, menciona el exalcalde municipal. Al no venderse esos espacios se tuvo que readaptar el proyecto y buscar la manera en que la ampliación se viera lo menos afectada posible. A pesar de la incredulidad de la gente, se pudo lograr la segunda ampliación aún con los inconvenientes. Sin embargo, la primera corrida de feria del año 1999 tuvo que posponerse. Dicho festejo se llevó a cabo en otra fecha posterior. Para los nuevos eventos ya se contaba con 5,200 lugares de la nueva ampliación, quedando el nuevo graderío más

amplio, cómodo y accesible con relación al resto de las localidades ya existentes. LA GRANIZADA

Otro de los problemas y de los imponderables

que se encontró el nuevo Ayuntamiento municipal fue una “señora” granizada, algunos la mencionan como la más fuerte en la historia de Huamantla. Se tenía arriba ya la lona nueva, misma que se costeó gracias a algunas empresas interesadas como Ford, Teléfonos de México, entre otras, vendiendo espacios en ella como publicidad. Al producirse la granizada, la lona se colgaba sobre el peso de las columnas con riesgo de colapsarse. Entonces se decidió rasgar para que cayera el granizo, consecuentemente la lona ya no sirvió. Dicho infortunio implicó un gasto extraordinario para volver a colocar de inmediato el techo. La segunda lona duró hasta la administración de Raúl Cervantes, durante su gestión entre 2008 y 2011, se volvió a cambiar, misma que se mantiene en la actualidad con algunos remiendos. El cronista taurino Joaquín López Rodríguez escribió un reportaje acerca de la plaza cuando se terminó la segunda remodelación, según este escritor, fue la primera plaza de toros LA TAURINA, cien años.

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en el mundo que tuvo sus accesos y espacios para las personas con capacidades diferentes. De esta forma se da a grandes rasgos, sobre cómo se llevó a cabo la ampliación de “La Taurina”, la cual mantiene esa edificación hasta la fecha. DETALLES TÉCNICOS

El

Arquitecto José Luis Amaro Jara fue el encargado de la nueva construcción comenzando por el diseño y la producción del proyecto, sin cobrar un solo peso por ninguno de los servicios. En abril del año 1999, se presentó el plan de trabajo a los medios de comunicación sobre cómo se llevaría a cabo la obra. De tal manera que su ejecución comenzó en mayo con la cimentación que previamente había sido revisada por un ingeniero de mucho prestigio de Puebla y decano de la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el Ingeniero Carlos González. No se tocó para nada las construcciones

anteriores. Todo lo nuevo se hizo alrededor del edificio original, las cimentaciones encontradas eran de construcciones ya muy añejas. Sin embargo, a finales del mes de mayo iniciaron las complicaciones ya mencionadas como la granizada, el sismo y el reducido espacio para construir respetando el inmueble original. Para esta segunda ampliación se innovó en varios aspectos. El ya mencionado acceso y localidades para personas con capacidades diferentes; 2,000 asientos nuevos con espacio para el asiento del aficionado más un pasillo para la movilización de la gente. Otra innovación se dio con las gradas las cuales se mandaron a hacer prefabricadas, se contrató a una concretera de la Ciudad de México para recibir las piezas de concreto listas para su colocación como el utilizado en las zonas del metro de diversas partes de Europa. Ese concreto fragua en 48 horas y no como en condiciones normales, donde el tiempo era de 21 días situación para que éste alcance su capacidad máxima de carga. La última trabe

Capacidad máxima de “La Taurina”. 50

LA TAURINA, cien años.


se coló el 6 de agosto por ello, se tuvo que cancelar la primera corrida al no ser autorizada la plaza para su uso en el cartel pactado para el día siguiente, 7 de agosto de 1999. El diseño de la obra se apegó mucho a los reglamentos y estándares que se marcaban en ese entonces en la Ciudad de México, en cuanto a la funcionalidad de los espacios y las prevenciones anti-sismos que se deben considerar. Han ocurrido muchos sismos y la obra no resultó afectada. El arquitecto Amaro Jara resalta a los albañiles, carpinteros, herreros y soldadores como héroes anónimos quienes en un momento dado fueron más de 350 personas trabajando al unísono en el proyecto de la nueva ampliación de “La Taurina”, concluyendo la misma en tan sólo 3 meses.

Lo que no se pudo evitar de la construcción fue la colocación de las columnas, que hasta la fecha causan ciertos problemas para la entrada y salida de los camiones que descargan los toros de los festejos en toriles. Igualmente, la capilla de la plaza no sufrió grandes modificaciones al permanecer en el mismo lugar que desde agosto de 1974 es atendida por la familia Corona en uno de los puntos del patio de cuadrillas. Se trabajó 20 horas diarias durante 40 días previo al primer festejo para tener listo el coso del toreo para su uso.

Otra problemática acontecida consistió en el acceso de las barras de concreto al interior de la construcción debido a que el coso se encuentra en el corazón de la manzana. Todas las tabletas para las gradas se descargaron en la calle y se tuvieron que meter con vehículos más pequeños o cargando por la gente, siendo lo más crítico armar todo el rompecabezas y levantar la nueva estructura. El techo fue una necesidad a partir de que el mes de agosto es parte de la temporada de lluvias. Inclusive también se tuvieron que hacer unos trabajos de drenaje porque en ocasiones se inundaba la plaza. Para su implementación, se calculó la altura de la torre, la altura de la lona y el ángulo de la lona para no padecer filtraciones de agua. A la zona de toriles no se realizó ninguna adecuación, por lo que en esencia, los toriles permanecen prácticamente intactos desde hace 100 años. Ficha técnica:

“El Brujo de Apizaco”.

Concepto

Descripción

Aportación Cervecería Moctezuma

$ 2,000,000 pesos (dos millones de pesos)

Aportación del municipio

$ 1,071,846 pesos (un millón setenta y un mil ochocientos cuarenta y seis pesos)

Lona

$500,250 pesos (quinientos mil doscientos cincuenta pesos)

Medidas de la lona

4,600 metros cuadrados, calibre 610 con 60 sujetadores, resistencia de 4,500 kilos y un peso total de 2,500 kilos reforzada con fajas de seda. LA TAURINA, cien años.

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NUEVA ETAPA

La feria había alcanzado mucha asistencia de

visitantes, por los tapetes, las alfombras, la carrera de carcachas, la Huamantlada, todo ello como esencia y corazón de nuestra feria. Estos eventos atraen muchos visitantes, aunque para tener boletos accesibles para las corridas de toros o los festejos taurinos, era complicado para los empresarios. Pero con la nueva obra llegaron ofertas y hubo interés por hacer las ferias taurinas.

Para la feria de 1999 se concedió la organización al empresario y ganadero don Ángel López Lima con quien hubo algunos problemas y algunas broncas porque se tuvo que retrasar la primera corrida. Con la suspensión del primer festejo de feria, el cartel que reinauguró “La Taurina” estuvo conformado por Eloy Cavazos, Jorge Gutiérrez y el huamantleco Fernando Flores con seis toros de Reyes Huerta. A partir de ese entonces, el Ayuntamiento le pidió al empresario que en vez de que diera una renta como empresa por la plaza de toros,

Primera feria taurina tras segunda ampliación. 52

LA TAURINA, cien años.


se le solicitaron pusiera los toros para la Huamantlada, astados limpios para soltarlos por las calles. En el segundo año de gestión, los toros que se proporcionaron para la Huamantlada se utilizaron algunos de ellos para revivir la tradicional Pamplonada. Se le sugirió a los jóvenes participantes camisa blanca, pantalón de mezclilla, “pañolete” rojo y se soltaron a correr 6 toros a lo largo de 3 minutos, lo que dura en Pamplona, finalizando el encierro en la plaza de toros. 15 días después, estos toros ya estaban repuestos junto con los demás, para la suelta en las calles en el festejo de la Huamantlada.

Con el apoyo de Juan Antonio Hernández Bretón, se logra que el rejoneador más importante del mundo en la última época, Pablo Hermoso de Mendoza, acudiera al recinto huamantleco. Figuras como Rafael Ortega, Eulalio López “El Zotoluco”, los últimos años como matadores en activo de Eloy Cavazos y Jorge Gutiérrez, junto con la nueva camada de toreros mexicanos han sido partícipes de festejos en la última ampliación de “La Taurina”. Y ni qué decir del gran y trascendental festejo de la corrida de las luces instaurada por el propio Juan Antonio Hernández Bretón y Alfonso Corona Sánchez en el 2005.

Juan Antonio Hernández y Alfonso Corona, los precursores de la corrida de las luces.

Encierro al estilo Pamplona, agosto 2005. LA TAURINA, cien años.

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LA CORRIDA DE LAS LUCES

La

historia de la llamada “Corrida de Las Luces” es reciente, a pesar de que en tan corto tiempo haya alcanzado una fama que ha rebasado la frontera nacional, ya que su primera celebración se hizo el 14 de agosto del 2005. En el origen estuvo involucrado un servidor, modestia aparte. Para revelarles la idea hay que remontarnos al mes de noviembre del 2004, cuando tuve la oportunidad de viajar a la Feria del Señor de los Milagros, en Quito, Ecuador, para realizar una entrevista que nos solicitaba el maestro Enrique Ponce donde revelaba el porqué de su ausencia de la Temporada Grande de la Plaza México, luego de la estrecha amistad que había tenido con el empresario del coso, Rafael Herrerías, y haber sido el máximo triunfador del serial desde la temporada 92-93.

a prender cerillos para iluminar los tendidos, mientras se escuchaba en el sonido local una saeta. Me sorprendió de tal manera la espontánea puesta en escena, quedé impactado, había sido como una procesión de “La Noche que Nadie Duerme” en mi pueblo, Huamantla, pero en minúscula escala. Un mes después de esa vivencia ecuatoriana tuve el privilegio de ser invitado para fungir como coordinador general del Patronato de Feria de Huamantla para agosto del 2005, a sugerencia de un grupo de ciudadanos que pensaban podía tener alguna aportación para el engrandecimiento de nuestra afamada fiesta en honor a la Santísima Virgen de la Caridad. Así pues, le entramos al toro, recibiendo el nombramiento por parte del entonces presidente municipal, Eduardo Bretón Escamilla.

Bajo ese objetivo y, claro, ver algunas corridas dentro de la plaza de Iñakito que, curiosamente se celebran a las 12 del medio día porque por las tardes llueve invariablemente, viajamos a Ecuador. Uno de esos días de feria quiteña se anunció un festival taurino con figuras del toreo en el retiro y un par de toreros ecuatorianos, en su antigua plaza llamada “Belmonte”, ubicada en el barrio de San Blas, centro de la ciudad. Asistimos, el camarógrafo que me acompañaba y un servidor, invitados por el prestigiado periodista español Manolo Molés, con el que ya llevaba colaborando en su programa de radio como corresponsal en México desde el año 2000. El motivo de ese festival taurino era la reapertura de tan coqueto escenario, en desuso, debido a lo pequeño de su redondel. para lo cual se ideó una ceremonia previa al festejo donde los participantes, junto con sus cuadrillas, pasearan a manera de procesión a la Virgen de la Esperanza de Triana, patrona de los toreros. La hora pactada para el inicio del evento fue las 8 y media de la noche. A pesar de ser la primera ocasión que se celebraba este festival taurino, el público se compenetró con la ceremonia de carácter religioso, en cuanto la imagen de la Virgen comenzó a aparecer en el ruedo cargada por los toreros que vestían de corto. Los asistentes, espontáneamente, comenzaron a prender sus encendedores o 54

LA TAURINA, cien años.

Recuerdo que, en las primeras reuniones del patronato de feria, por ahí del mes de febrero, propuse al resto de los integrantes que nunca olvidáramos que el motivo principal de la feria y sus eventos era honrar a nuestra Virgen de la Caridad, de cualquier forma, tal como lo hacían ya, desde varios años antes, los participantes de “La Carrera de Carcachas”


quienes, días antes de la competencia, realizan una procesión por algunas calles de la ciudad llevando en alguno de los autos participantes una réplica de nuestra Santa Patrona hasta llegar a la Basílica donde celebran una misa para encomendarse para la carrera.

y sólo habilitar la del costado, que da a la calle Morelos Oriente, pero no había manera y tuvo que programarse la hora de la corrida para las 5 de la tarde contra la costumbre, la voluntad de la empresa y el patronato de feria.

La mayoría estuvo de acuerdo y se comprometió, en medida de lo posible, honrar o recordar en cada evento con tradición, a nuestra “Virgencita linda”. Así pues, tenía en mi encomienda, comunicárselo al organizador de los festejos taurinos, que era la empresa “Empretauro”, integrada por un grupo de afamados ganaderos de bravo y dirigida por mi amigo y colega Rafael Cué, con quien ya había tenido la oportunidad de organizar la parte taurina de las ferias de Huamantla en los años 97 y 98. Cuando me entrevisté con Cué para revelarle la idea, me manifestó que no le venía a la mente la forma de honrar a la Virgen que no fuera la propia santiguación de los toreros antes del paseíllo y entregar un escapulario de plata con la imagen como trofeo al triunfador del festejo. Por lo que le conté lo que había visto en Quito meses antes, mostrándole para ello la reseña que había aparecido con estupendas fotografías en la revista 6 Toros 6, por lo que mi convencimiento e idea le quedaron mucho más claras y decidió “tirar pa’lante”. Ya aterrizada la idea, una de las enormes diferencias que habría con aquel festival taurino de Ecuador y éste, que aquí sería una corrida y que, para el paso de la procesión, se elaboraría un tapete de aserrín tal y como esa misma noche se hace por las calles. El primer obstáculo al que nos enfrentamos fue que, después de que dicho festejo del 14 de agosto en Huamantla, se celebraba de noche, desde que lo comenzara a hacer el ganadero Rafael Cervantes en 1984, había una petición de los vecinos de la calle Allende Sur, donde se localiza la entrada principal de la Plaza de Toros “La Taurina”, para que ese año del 2005 se cambiara el horario a la tarde, porque a decir del comité encargado de la confección del tapete de esa calle, los aficionados al salir de la plaza destruían la artesanía de aserrín. Se les propuso cancelar la salida por esa calle

Ya teniendo en el cartel a Jorge Gutiérrez, Uriel Moreno “El Zapata y Atanasio Velázquez, pudo partirse esa tarde del 14 de agosto del 2005, donde los tres espadas participantes escoltaban a una pequeña réplica de la Virgen de la Caridad, que nos fue prestada por la señora Enriqueta Hernández, que la tenía en el aparador de su tienda, ubicada frente a la plaza de toros. El cronista de la ciudad, don José Hernández Castillo, “don Cheche”, tuvo la genial idea de convocar al ballet folclórico infantil del maestro Luis Huerta, para que sus integrantes, con la ropa típica de las doncellas huamantlecas que acompañan el paso de la Virgen en las calles, lo hicieran de la misma forma en el circular tapete de aserrín plasmado en la arena del coso. Otro incansable y clave personaje desde entonces para que esa tarde se convirtiera en tradición, fue Alfonso Corona Sánchez, quien coordinó la elaboración y diseño del tapete por parte del artista Efrén Chacón, así como ordenar el paso de todos los acompañantes del paso de la Santa Imagen, entre los que se LA TAURINA, cien años.

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convocaron a todos los matadores tlaxcaltecas en activo, como Miguel Villanueva, Manolo García Méndez, Mario Martínez “Fierrerito” y Rubén Ortega, entre otros. Tras ellos marchó el resto de la cuadrilla y los monosabios. Y cerrando el desfile, la banda de música que

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LA TAURINA, cien años.

en esa primera edición, entonó una marcha. En el estribo se colocaron veladoras, que no lucieron tanto por haber aún luz del día, y algunas otras pocas, repartidas entre parte del público, el que cubrió sólo la mitad del aforo en los tendidos.


Así, ese 14 de agosto del 2005, se dio el primer gran paso para el surgimiento de una fecha, ya emblemática, en el calendario taurino mundial. Aunque sin una continuidad esto no hubiera sido posible, por lo que era fundamental que en el 2006 se efectuara de nueva cuenta, y la puesta en escena no sólo se llevara a cabo como en la primera vez, sino corrigiendo errores. Por lo que me reuní con quien pensé podría ser el conducto adecuado para dicha continuidad, Alfonso Corona, para informarle que el suscrito lamentablemente, por trabajo, no podría estar presente en esa feria, ya que viajaría al Mundial de Futbol de Alemania. Alfonso no solo se comprometió en la encomienda, sino que se casó con la idea de darle realce a lo que un año antes habíamos realizado. Se reunió con el Secretario del Ayuntamiento, Manuel Flores Macías, para externarle la petición. Y así, aprovechando la cercanía que Manolo, funcionario público municipal y buen aficionado, tenía con el entonces empresario, el matador Antonio

González “Chilolín”, llevaron de manera extraordinaria la confección de la segunda edición, consiguiendo volver a programar el festejo nocturno y un pequeño detalle que detonó el éxito visual del evento, fue repartir en propia mano, a cada uno de los asistentes, veladoras costeadas por la cervecería patrocinadora y así iluminar los tendidos. El matador “Chilolo” también había sabido de lo que ya se hacía en Ecuador, por lo que la idea la perfeccionó sin problema, bautizando desde entonces a este festejo taurino huamantleco como “La Corrida de las Luces”. De las pocas diferencias que existieron en esa segunda edición y la primera fue que, quienes aupaban la imagen de la Virgen y acompañaban el paso, no eran niñas con la ropa típica de las doncellas huamantlecas, sino los integrantes de la escuela taurina de la ciudad, que comandaba el matador Bolívar Vasco, gente cercana al empresario “Chilolo”.

LA TAURINA, cien años.

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Por fortuna, para la tercera edición, en el 2007, Alfonso Corona retomó la utilización del traje típico en las acompañantes y poco a poco se fueron complementando detalles como la participación de un cuarteto de cuerdas, un tenor, una soprano, quienes en conjunto entonarían el “Ave María” de Schubert. Con el tiempo, el maestro Rafael Ortega, tuvo a bien invitar al Señor Obispo de Tlaxcala Francisco Moreno Barrón a oficiar la ceremonia litúrgica, así como el primer espada pronunciar la “Oración de los toreros”.

Marinero”, de quien aún no se tiene certeza si nació en Orizaba o Huamantla, aunque lo cierto es que en esta última se crio, pasó su infancia y adolescencia hasta que emigró a León, Guanajuato, para enlistarse a la “Cuadrilla Juvenil Mexicana” fundada por Saturnino Frutos “Ojitos”, subalterno español que por azares del destino paró en México y se obsesionó en sacar toreros de esta tierra, asentándose en aquella ciudad zapatera.

Y así, de a poco, o de a mucho, esta “Corrida de las Luces” fue tomando forma y tradición, hasta conseguir posicionarse en la afición y las tradiciones feriales de Huamantla, hasta alcanzar la denominación de Patrimonio Cultural del Estado por gestiones que comenzara Luis Mariano Andalco, huamantleco que ha fungido como Coordinador Taurino de Tlaxcala. Además de ser una de las principales citas taurinas a lo largo del año en México.

Reyes “El Callao”, de quien se dice fue uno de los toreros más elegantes, finos y profundos que haya tenido la torería mexicana.

SEMILLERO

Huamantla, por su cercanía con las ganaderías

de bravo y profunda afición, ha sido semillero de toreros. El resultado final, de verlos convertidos en matadores con alternativa ha sido raquítico, comparado al grueso de todos los chavalillos soñadores de gloria que de esta tierra han surgido. Tenemos que remontarnos al patriarca de la torería huamantleca, Antonio Ortega “El 58

LA TAURINA, cien años.

A “El Marinero” le siguió Fernando de los

Pero entre estos dos primeros matadores huamantlecos de la historia, El Marinero y “El Callao”, hubo muchos aspirantes a “vivir del toro” que por dificultades propias del oficio, “no llegaron a ser”. Se cuentan en decenas y en un intento por repasar la lista, nombre por nombre, se cometería una gran injusticia a quienes la flaca memoria de testigos pudiera dejarlos fuera. Por lo que dejaremos que los testimonios de algunas viejas y opacas fotografías inmortalice su memoria en estas modestas páginas. Alrededor de la época de “El Callao” varios muchachos partieron plaza como novilleros a su lado, en el propio ruedo de la plaza “La Taurina” o en el de la romántica “Morenita” de Atltzayanca.


Fernando de los Reyes “El Callao”

Otros tantos pudieron sentirse importantes figuras, desarrollando el toreo bufo en la gran cantidad de “charlotadas” que se ofrecían a benéfico de diversas instituciones en el ruedo de Huamantla. Toreros cuya identidad se escondía en la vestimenta de los personajes que cada uno caracterizaba frente a las muy toreadas vacas bravas que salían al ruedo. Todos estos festejos salteados no fructificaron en alguna figura, pero sí, en muchos ciudadanos bien curtidos en la incomparable y estricta “escuela de toreros”, el instituto de la verdad, la academia del valor y el dolor, la que al final, ofrece el título de “doctor de la vida”. Uno de los más importantes pasajes románticos que se recuerden en “La Taurina”, es el del certamen “Huamantla Busca un Torero”, celebrado a lo largo de 1981, domingo a domingo. Fue una idea que surgió del matador ecuatoriano más tlaxcalteca que haya existido, Bolívar Vasco, quien su cercanía y amistad con el entonces ganadero de “La Providencia”, Rafael Cervantes López, llevaron

a convencerlo de celebrar estas vacadas para sacar un novillero. El motivo era el cambio de encaste que comenzó a hacer dicha ganadería tlaxcalteca, enclavada en Atltzayanca, donde se eliminaría la línea genética de Piedras Negras por la de San Mateo, por lo que había tomado la decisión de sacrificar a las más de 150 hembras y 8 sementales que conformaban los empadres. LA TAURINA, cien años.

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Hábilmente el matador Bolívar convenció al ganadero “Falo” para aprovechar el ganado antes de mandarlo al rastro y publicó una convocatoria para que todos aquellos aspirantes a novillero se inscribieran al certamen. Se trataba de festejos muy serios que comenzaron a llenar los tendidos de la plaza a partir de la segunda vacada. Había emoción ante aquellas enormes vacas con más de 8 años, con cerca de 400 kilos y un par de leños por pitones.

De estas vacadas surgió la idea de debutar como novilleros a dos de los más destacados chavales huamantlecos que habían participado en el certamen de vacadas, el citado Primitivo Macías y Carlos Goyri, en un festejo a beneficio del “Colegio Juana de Arco”, al lado de José Alducin, Julio Sánchez y Marco Antonio Camacho. Como empresarios fungieron la dupla de don José Andalco y don Carlos López Rodríguez.

De ahí surgieron muchas promesas, casi todos los jovencitos que participaron al año siguiente estaban debutando en la Plaza México, como el caso de Julio Rojas Lomelín, sobrino del maestro Antonio Lomelín. De Huamantla surgió como gran revelación Primitivo Macías, torero de cepa charra pero que había mamado la afición a los toros de su tío Fortino Sánchez, empresario taurino. “Tivo”, como se le conocía, se había contagiado del “mal de montera” al sufrir en 1980 una dura cornada en la calle, durante la “Huamantlada”. Pero en cuanto se le anunció en estas vacadas, se comía a las vacas crudas, mostrando un valor poco visto en un chaval de 15 años, que carecía de técnica pero que se quedaba más quieto que una momia. Recuerdo que la tarde de su debut cortó dos orejas y sus paisanos lo llevaron a hombros desde el ruedo de la plaza a su casa, que se encontraba a dos calles y dos callejones de distancia. Estuvo realmente colosal. Se ganó la repetición y volvió a triunfar, hasta sumar varios festejos para colarse a la final, resultando triunfador al lado del sobrino del matador Lomelín, Julio Rojas, y del hijo del maestro Lorenzo Garza, José Roberto.

De izquierda a derecha: José Alducin, Primitivo Macías y Juan Antonio Hernández. 60

LA TAURINA, cien años.

El éxito taquillero y artístico fue tal que los señores Andalco y López Rodríguez decidieron institucionalizar esas novilladas a beneficio de “La Juana”. En ellas pudieron debutar de luces importantes toreros como Rafael Ortega y Mario del Olmo, con quienes, modestia aparte, un servidor tuvo el enorme privilegio de alternar en las respectivas tardes del debut de estas dos figuras tlaxcaltecas. Pero la carrera de un torero es tan difícil que faltó vocación y aptitud, aunque sobró actitud y afición en todos quienes recibieron una oportunidad en todas las novilladas que don José Andalco y don Carlos López pudieron ofrecernos sin interés alguno, más que el objetivo de dar “un pitón” a quienes soñábamos en ser toreros, a la vez que se reunían importantes fondos económicos para la escuela de las madres del Divino Pastor, uno de los más importantes colegios en la historia de Huamantla, “La Juana de Arco”. Y de esos años 80 daremos, en nuestro


recuento, un gran salto al año 2000, cuando el mismo matador Bolívar Vasco, incansable buscador de talentos taurinos, fundó, junto con el también citado Primitivo Macías, ya entonces retirado, la escuela taurina “Fernando de los Reyes El Callao”, en las instalaciones de la misma plaza “La Taurina”. Dicha escuela forjó toreros, descubrió cualidades y sensibilidades en muchos de los niños que por ella pasaron. Unos destacaron hasta llegar a torear en España, el caso de José Mari, hijo del “Tivo Macías”, quien junto a sus hermanos, Emilio y Sebastián, recorrieron de niños y novilleros una buena cantidad de plazas en la República Mexicana y Sudamérica. “Chema” ya ha tomado la alternativa, los tres Macías torearon más de una tarde en la Plaza México. Algún otro de los alumnos de la escuela taurina de Huamantla se hizo destacado banderillero, el caso de Roberto Galindo, eficaz torero de plata, mejor taurino y ser humano. LA TAURINA, cien años.

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TOREROS

DE HUAMANTLA ALTERNATIVA

CON

Antonio Ortega “El Marinero”, alternativa 22

Fernando Flores, alternativa en Huamantla el 15 de agosto de 1999 de manos de Eloy Cavazos.

de octubre de 1909 en la antigua Plaza de Toros El Toreo de manos de Joaquín Hernández Parrao.

Manuel Rocha “El Rifao”, alternativa en Huamantla el 11 de agosto del 2007, de manos de Uriel Moreno “El Zapata”.

Fernando de los Reyes “El Callao”, primera alternativa en Segovia, España, el 6 de septiembre de 1953 de manos de Manolo Vázquez. Segunda alternativa Plaza de Toros el “Toreo de Cuatro Caminos”, el 8 de diciembre de 1956 de manos de Fermín Rivera.

Luis Pimentel (rejoneador), alternativa en Huamantla el 8 de agosto de 2015, de manos de Horacio Casas. José Mari Macías, alternativa en Atltzayanca el 21 de julio del 2018, de manos de Uriel Moreno “El Zapata”.

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LA TAURINA, cien años.


Carlos Fuentes, alternativa en Huamantla el 13 de febrero del 2016, de manos de Eulalio López “Zotoluco”.

San Cristóbal la Trampa Propietario: Sucesores de Don Óscar Espino Barba Rancho: Ex Hacienda de Tecoac Municipio: Huamantla, Tlax. Divisa: Morado, tabaco y rojo Fundación: 1974

LOS CIEN AÑOS

Como GANADERÍAS DE BRAVO QUE PASTAN EN EL MUNICIPIO DE HUAMANTLA Brito

podemos apreciar, la historia de la plaza de toros “La Taurina” esta rodeada de una serie de personajes que fueron moldeando y aportando para ir construyendo la historia de un inmueble que alcanza el centenario de edad. Gesta que no hubiera sido posible por todas esas personas quienes con pasión, entrega y dedicación han amalgamado a través del tiempo un tesoro invaluable del que brotan centenares de historias y anécdotas. Los cien años son un conjunto de vivencias y recuerdos que nos remiten a una oleada de emociones y pensamientos en un periodo de tiempo donde las grandes figuras del toreo en México enaltecieron el coso huamantleco, Pero también ha sido escenario para las oportunidades de los toreros de la región, como un escaparate inigualable lleno de esa raza y sangre tlaxcalteca. Y no olvidar a todos aquellos activistas de la fiesta brava huamantlecos y no huamantlecos que le dieron vida durante un siglo de existencia.

Propietario: Don Patrick Slim Domit Rancho: Ex Hacienda Santiago Brito Municipio: Huamantla, Tlax. Divisa: Azul marino y rojo sangre Fundación: 1988

Imprescindible es la Virgen de la Caridad en el festejo de los 100 años de la plaza de toros. Las fiestas de Huamantla iniciaron para celebrarla a ella, durante el tiempo, los festejos en “La Taurina” han tenido ese aroma intrínseco de celebración a la patrona de la ciudad. En la actualidad su mayor muestra de conmemoración es la Corrida de las Luces. LA TAURINA, cien años.

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Por otro lado, todo aquel personaje anónimo que de alguna u otra forma han contribuido a la preservación o a las actividades de la plaza. Desde aquellos albañiles que pusieron los primeros cimientos hasta aquellos que ayudaron a colocar las piezas de las ampliaciones, desde los taquilleros hasta los acomodadores, desde los vendedores hasta los monosabios, desde los torileros hasta las cuadrillas, desde caporales hasta ganaderos, desde peñeros hasta personal de seguridad, y a todos los que me faltaron, gracias porque también ustedes son parte de este centenario. Y por supuesto no dejar de lado al público, que durante muchos años compraron entradas y asistieron a diversos espectáculos en “La Taurina”. Charreadas, conciertos, peleas de gallos, corridas, novilladas, festivales, charlotadas, vacadas, peleas de box, presentaciones, inauguraciones, eventos cívicos, etcétera. Un sinfín de eventos, miles de momentos, exposiciones culturales y sociales en su máxima expresión, y sobre todas las cosas, un elemento vital que no faltó, emoción. 64

LA TAURINA, cien años.


OPINIONES Y COMENTARIOS

Un siglo de Sentimientos, Romanticismos y Sueños “La Taurina”.

Platicar de “La Taurina” en sus cien años, es

hablar de un centenario de muchos sueños taurinos algunos logrados, otros tantos fugases, Huamantla la provincia con ese sabor al México viejo, de mucho romanticismo; para su servidor hablar de la fiesta brava es comentar de ese par de personajes que en los setentas y ochentas hicieron de la tauromaquia un eje de la época dorada de la fiesta brava en Tlaxcala, me refiero a Fortino Sánchez “Don For” y José Andalco León “Joselillo”, aquellos que lograron hacer de la fiesta brava un motor de economía, un mundo de pasión, romanticismo y amor a los toros, sobre ellos había un gran fervor de lograr que trascendiera Tlaxcala más allá de su propio territorio, organizaron las grandes ferias taurinas en el estado Tlaxcala, Apizaco, Huamantla, aquellas que propios y extraños a la tauromaquia hablaran y escribieran en los grandes diarios y periódicos. La feria de Huamantla no era la excepción, ambos personajes oriundos de esta tierra, mostraron que contratar figuras de toreo

mexicanas no era imposible. Quién no recuerda en “La Taurina” a Gabino Aguilar, “El Callao”, Miguel Villanueva, Raúl Ponce de León, Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Curro Rivera, Antonio Lomelín . Comentaré sobre “Joselillo” mi padre, el ser humano grandioso que nos enseñó esa gran pasión que tenía al toro bravo, nuestra niñez fue muy marcada hacia la fiesta brava, nos platicaba sobre ese largo andar por la legua ganadera, siendo maletilla junto a Rogelio Barrera, Heriberto Herrera, Martin Mora “El Andaluz”, Ángel Valencia, soñadores que algún día se vestirían de luces y partir plaza en “La Taurina”, para él la fiesta brava era todo, su pasión, romanticismo siempre quería compartirla con todos, me comenta “Don Cheche” que de pequeño “Joselillo” jugaba al toro en el pasillo de tierra de “La Taurina”. Miren que se le cumplió torear de luces en su plaza, junto a su gran amigo Fernando de los Reyes “El Callao” aquel 15 de agosto de 1957 en su debut como novillero. José Andalco “Joselillo”. LA TAURINA, cien años.

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NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD Patrona de la ciudad

Una versión del origen de la imagen refiere que, a finales del siglo XVII, un indio de nombre Baltasar, que vivía en el centro de la población de Huamantla, poseía una imagen de la Virgen de la Asunción a la que honraban todos los vecinos y a la que los lugareños pedían con fervor para aliviar sus penas. Poco a poco la fe por esta Virgen fue en ascenso y se construyó una capilla para su veneración. Por los milagros que concedía, el pueblo le dio el nombre de Virgen de la Caridad y su fiesta titular quedó establecida con la fecha del 15 de agosto (Día de la Asunción). Con el tiempo los pobladores decidieron levantar un templo ahí, en esa choza, donde por primera vez el indio Baltasar expuso la imagen de la Virgen. Su construcción fue concluida a mediados del siglo XVIII. Otra versión menciona que el padre Lechuga, párroco de Huamantla, dio la orden de que se hiciera una escultura de madera de la Virgen de la Caridad, para colocarla en su nuevo templo y sustituir a la imagen primaria que se tenía de la Virgen de la Asunción. El escultor encargado de la obra, la realizó de mala gana pues por su trabajo no recibiría pago alguno, sin embargo al terminarla, él mismo, se sorprendió de la bella escultura que había logrado. La Virgen de la Caridad mide 85 centímetros de altura y una diadema circunda su cabeza. Posteriormente se le agregaron otros elementos como la corona, la aureola y la palma; en 1876 después de la guerra de Tecoac, el General Porfirio Díaz le donó un juego de estas prendas en oro, por haberle hecho el milagro de vencer a las fuerzas de Lerdo de Tejada durante su mandato y por llegar a ser presidente de México. El 15 de diciembre de 1888 una tromba puso en grave peligro a los habitantes de Huamantla, el nivel del agua alcanzó en las calles 35 centímetros de altura, pero de las barrancas de San Antonio y San Lucas las aguas se desbordaron y se precipitaron sobre la ciudad, destruyendo algunas casas en los suburbios. 66

LA TAURINA, cien años.

El pánico se hizo presente en el ánimo de todos, pues en realidad no se sabía hasta dónde podía llegar el alcance del desastre y si éste podía costar muchas vidas. Fue entonces cuando un grupo de personas, encabezadas por el señor Ignacio Salinas, imploró a la Virgen de la Caridad el auxilio ante la eminente tragedia, prometiendo celebrar una misa año con año en su honor si los libraba de la catástrofe. La tempestad llegó a su fin y las aguas poco a poco fueron bajando y no hubo que lamentar la pérdida de ningún habitante, por lo que se le agradeció a la Virgen de la Caridad y, a ella, se atribuyó el hecho milagroso que puso fin a la furia de la fuerza de la naturaleza.


Desde esa fecha se lleva a cabo la ceremonia religiosa que se oficia anualmente y así se recuerda la protección divina que recibieron los huamentlecos. Esto ocurre cada 15 de diciembre. Nuestra Señora de la Caridad como patrona de la ciudad de Huamantla es venerada con

devoción y miles de sus fieles le rinden tributo por los milagros recibidos, especialmente durante su tradicional Feria religiosa que se lleva a cabo del 1 al 31 de agosto da cada año, destacando la noche que nadie duerme en la que la Virgen recorre las calles alfombradas de la ciudad en la procesión del 14 del mismo mes por la noche.

LA TAURINA, cien años.

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ORIGEN DE LA FERIA

En

sus orígenes la Feria de Huamantla fue creada para rendir culto a la Virgen de la Caridad y su posterior desarrollo fue en incremento por los elementos que ésta fue adquiriendo, tales como el comercio y las exposiciones que sin perder el aspecto religioso de la festividad anual, fueron dando con el transcurrir del tiempo gran importancia a los festejos de la ciudad.

El correr los toros bravos por las calles de Huamantla es una tradición que fue incorporada en semejanza con las tradicionales Pamplonadas que se llevan a cabo durante la feria de San Fermín en Pamplona, España. Si en aquella ciudad del norte del la Península Ibérica, el correr los encierros por las calles dio a sus festividades un carácter singular de gran atractivo para el turismo, en Huamantla esta tradición ha hecho que durante la Feria nunca falte el peligro, la emoción y el colorido que producen las Huamantladas.

La Feria de Huamantla ha mantenido su gran popularidad e importancia en gran parte debido a la creatividad de los diversos organizadores que han hecho de esta celebración una de las más importantes del país y actualmente año con año una gran cantidad de personas no solo de Huamantla sino de los lugares circunvecinos, esperan con ilusión la llegada de cada mes de agosto para rendir homenaje a la Patrona de la Ciudad, la Virgen de la Caridad.

Muchos son los puntos de interés que la Feria ha generado a través de sus celebraciones, pues en esencia esta festividad tiene variados matices. En el aspecto cultural y artístico, contiene una gran cantidad de eventos como: la presentación de obras de teatro, el Festival Internacional del Títere, presentaciones de cantantes y artistas de fama, conciertos musicales que incluyen desde grupos de variado género hasta orquestas sinfónicas, exhibiciones de danzas tradicionales etcétera.

En relación a los eventos religiosos que se llevan a cabo en Huamantla y que en realidad son el fundamento y origen de su Feria, podemos afirmar que uno de los momentos de mayor importancia empieza en la fecha del 14 de agosto, que es tradicionalmente conocida como: “La noche que nadie duerme”.

Por otra parte se realizan muestras de fotografía, pictóricas y de diversos temas como pueden ser autos antiguos o del mundo del ferrocarril, como en la pasada edición del 2004.

Los tapetes multicolores de flores y aserrín sirven de marco para que se realice la procesión de la Virgen de la Caridad, ante una gran cantidad de personas que llenan las calles de lado a lado para presenciar el paso y el bello homenaje que se ofrece a la Virgen. A la media noche se oficia solemne misa en la Basílica de la Caridad y tras ella, los juegos pirotécnicos llenan de luz y colorido los alrededores del templo. Sin faltar el alegre repique de las campanas de los 19 templos de la ciudad. Un mes completo duran los festejos, en ellos destacan los eventos de tradición popular que incluyen corridas de toros, novilladas, charrería, palenques, rodeos, el tradicional recorrido del “Desfile de las Flores”, variados espectáculos de fuegos artificiales y por supuesto la tradicional Huamantlada. 68

LA TAURINA, cien años.


Año con año se cuenta con la participación de Instituciones de Gobierno y de diversos estados del país, que en variadas expresiones artísticas enriquecen el aspecto cultural de la Feria. La poesía y la literatura también han tenido su espacio en la Feria de Huamantla y obras impresas con una amplia pluralidad de temas se han dado a conocer durante los eventos del programa de Feria. Otros aspectos de gran importancia dentro de las festividades de agosto, son el comercio y la industria de la región, incluso en ediciones recientes se han realizado desfiles de maquinaria agrícola como parte de los motivos de los carros alegóricos. Las exposiciones ganaderas han adquirido gran interés, pues la importancia que tiene el renglón ganadero en el estado de Tlaxcala, ha dado pie para que la jerarquía de estas exposiciones alcance trascendencia a nivel nacional. Los desfiles y variados eventos cubren también aspectos de modas y publicitarios. Y en este último punto cabe resaltar la participación de importantes firmas comerciales que patrocinan y apoyan la realización de la Feria

de Huamantla. Las muestras gastronómicas han dado a conocer la rica variedad de platillos que existen en el estado de Tlaxcala, además durante los días de Feria el comercio de la entidad, tanto en comida como en artículos de diferente manufactura, ofrece a la venta sus productos en gran proporción. Las actividades deportivas y recreativas, complementan el extenso programa de Feria, pues además de la popular carrera de carcachas se organizan eventos como: torneos de squash, de tenis, de ajedrez, concursos de baile y canto, cuadrangulares de fútbol de salón, competencias de voleibol, carreras de motocross etc. En la diversión se tiene en cuenta a toda la familia, incluyendo una zona de juegos mecánicos para los niños. Un gran porcentaje de los eventos son gratuitos o con costos populares por lo que la participación de la gente de Huamantla y de sus alrededores es cuantiosa. Acudir a esta ciudad es realmente una fiesta que hay que vivir con intensidad durante los días del mes de agosto. La de en de

Feria dedicada a Nuestra Señora la Virgen la Caridad con esmero se ha consolidado una tradición que llena de orgullo al estado Tlaxcala.

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HUAMANTLADA, ORIGEN, 1954 AGOSTO 2005 ¿QUÉ ES LA HUAMANTLADA?… ES EL TRIUNFO DE LO POPULAR. EL PROTAGONISMO DE LA MULTITUD DESBORDADA. CON UN TOQUE TAURINO DE LA EMOCIÓN Y DEL PELIGRO, QUE LO SEGUIRÁ TENIENDO MIENTRAS ESTÉ PRESENTE EL TORO. PERO PARA SABER REALMENTE ¿QUÉ ES LA HUAMANTLADA? ¡HAY QUE ESTAR EN ELLA!

La Huamantlada tiene su origen en la Feria

celebrada en 1954, en la que se llevó a cabo por primera vez el encierro de los toros por las calles de Huamantla; el programa de aquel año anunció el evento de la siguiente forma: “Domingo 15 de agosto, a partir de las nueve horas, espectacular encierro de los seis finísimos toros de lidia de la Ganadería de Piedras Negras que componen la Gran Corrida de Feria de este día, que serán llevados como a campo traviesa por las calles de la Ciudad al estilo Pamplona, España; por un grupo de diestros caporales y guiados por los amaestrados cabestros del cortijo, siendo el recorrido a su entrada, por todas las calles de Zaragoza siguiendo por las de Bravo hasta los corrales de La Taurina”. Efectivamente la intención, de ese primer encierro por las calles, era realizarlo siguiendo los mismos lineamientos que se llevan a cabo durante los festejos de San Fermín en Pamplona. En 1953, el ganadero tlaxcalteca don Raúl González González, propietario del hierro de Piedras Negras, presenció los famosos encierros de Pamplona en España y fue él, motivado por lo que vio de cerca, quien planeó trasladar esa costumbre a tierras mexicanas. Al llegar a México comparte su experiencia con un grupo de personas con la finalidad de realizar el encierro al estilo Pamplona durante la Feria de Huamantla. 70

LA TAURINA, cien años.

Fue así como: Eduardo Bretón González, Manuel de Haro Caso, Gonzalo Macías Galaviz, Sabino Yano Sánchez, Miguel Corona Medina, Emilio Macías Sánchez, Francisco Ramírez Lima, Enrique Cervantes Aragón y Jesús Villaseñor; se entusiasman y junto a Raúl González inician los preparativos para llevar a cabo el singular encierro. Se obtuvieron los permisos pertinentes ante las autoridades municipales y estatales y se logró que el jefe de los servicios médicos municipales participara con su ambulancia en apoyo de los heridos que resultaran del encierro. Pues en primera instancia había una negativa de su parte para la realización del evento. En 1956, la prensa taurina especializada centró su atención en relatar y comentar lo acontecido en las Huamantladas, completando sus reportajes con extensa información gráfica. Pepe Alameda, en su columna de toros de El Heraldo de México, escribió “Sobre la Huamantlada, la Pamplonada y Similares”. Como pasa con muchas cosas las costumbres importadas van tomando carta de naturalización y se van adaptando al sentir local, cambiando o reafirmando sustancialmente algunos aspectos. Eso sucedió con los encierros de Huamantla al estilo Pamplona. En la Huamantlada no sólo se corría junto al encierro que va a la plaza, sino que la gente que participaba intentaba torear con muletas y capotes improvisados, dando por resultado que los toros, que luego se lidiarían por la tarde, salieran muy avisados, es decir, aumentaba el riesgo de los toreros pero en claro detrimento del espectáculo. A mediados de la década de los setenta, los toros utilizados para el encierro al estilo Huamantla ya no fueron los que se lidiarían por la tarde. Se modificó la ruta, creándose un circuito para soltar diferentes astados a la vez para los valientes que se animaran a realizar fiestas junto a ellos. Y como los toros utilizados para las Huamantladas ya no tienen la finalidad de ser lidiados en una corrida formal, el tiempo en


que éstos recorren las calles ahora es mucho mayor.

la mano (capote o muleta improvisados) o a cuerpo limpio, el encuentro con los toros.

Así el sentido original de establecer un encierro similar al de Pamplona es, en la actualidad, muy diferente a lo que ahora se conoce como Huamantlada. Este evento ahora es al estilo Huamantla, con personalidad propia y la emoción que se desata a lo largo de todo el circuito es intensa.

Los aficionados acuden en grandes cantidades para su cita anual con el peligro, tratando de emular las hazañas de los toreros, pues en este tradicional evento lo más importante es pegar un lance o instrumentar un pase en la medida de las posibilidades de cada quien.

En la noche previa a la Huamantlada en el circuito se instalan burladeros rudimentarios y las casas aledañas se adornan con alusiones taurinas. Y en un ambiente de auténtica verbena popular, justo a la detonación de un tercer cohetón, los cajones de los toros son abiertos para dar comenzar el peligroso recorrido de los toros. La adrenalina de los participantes sube al máximo y ellos esperan, con lo que tengan a

El grado de dificultad es mucho por la cantidad de valientes que se introducen al circuito, pero mucha es, también, la exaltación que se desata en las calles de Huamantla. Podemos concluir que la Huamantlada, efectivamente tuvo su origen en la Pamplonada; pero la primera ahora es una tradicional fiesta mexicana que, para gusto de la gente de Huamantla, tiene ya medio siglo de historia. MIGUEL CORONA MEDINA

15 de agosto de 1954, primera Huamantlada.

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Homenaje a la plaza

Su ilusión de ser torero lo llevo a organizar

festejo junto a “Don For” siempre como su brazo derecho en este episodio dorado del Tlaxcala Taurino, era muy emociónate ver el apoyo que les daba a los maletillas o novilleros que buscaba una oportunidad de ser alguien en el espectáculo audaz del toreo. Me viene a la memoria mis paisanos Primitivo Macías, Carlos Goyri, el autor de este legado histórico Juan Antonio Hernández, Mario Montiel, así como Pepe Alducin, Manuel Zamora “El Gallo”, Marino Ortega “Tlaxcalita”, Gabriel Padilla “El Humilde” (QEPD) y por supuesto Rodolfo Rodríguez “El Pana” (QEPD); mi padre comentaba que siempre era importante ayudar a quien sueña, pero que uno mismo tendría que ser con su actitud y amor llegaría a su añoranza. Para “Joselillo”, el maletilla era el personaje de la fiesta que desencajaba la viva naturaleza de un ser humano lleno de hambre, sueños, romanticismo y sentimientos, ilusionado en dejar la vida por ser un gran torero. Hoy que he tenido la oportunidad al estar

muy involucrado en esta hermosa fiesta me doy cuenta que todo eso que nos platicaba mi padre, son fabulas de sentimiento del pueblo reflejado en estos chavales. En marzo de 2011, iniciamos con un gran encuentro de escuelas taurinas, presentándose en “La Taurina” como becerristas Luis David Adame, Juan Pedro y Juan Pablo Llaguno, Pepe Nava, los hermanos Macías de Huamantla. El 15 de agosto de 2012, debutaron como novilleros Alejandro Lima “El Mojito”, Pepe Nava, Eduardo Domínguez, Luis Flores, Emilio Macías y Sebastián Palomo lidiando una extraordinaria novillada de mi gran amigo “El Cuate” González (QEPD). Dos eventos que trasciende en mi apoyo a las nuevas generaciones, mi opinión queda en el seguimiento de impulsar a quien se ilusiona en ser torero. Mi estimado Toño: Agradezco me permitas platicar en tu legado escrito en homenaje a nuestra plaza de toros “La Taurina”, de mi padre “Joselillo” el ser ejemplar que nos hizo enamorarnos de esta hermosa cultura que es la fiesta brava, mi sincera y humilde gratitud, eres un personaje lleno de pasión y defensor de este patrimonio cultural del pueblo tlaxcalteca, huamantleco distinguido, profesional y torero. Luis Mariano Andalco López

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Pueblo Mágico

La bravura de los pobladores de Tecoazingo y de Tizatlán marcaron siempre el amor

por su terruño, y su capacidad y determinación para defenderlo. Confrontados con el Imperio Azteca, luchadores en contra de la conquista española, valientes defensores en la invasión norteamericana, activos en la justa revolucionaria. Guerreros cabales, forjados en el fragor de la batalla. La confluencia de este indómito espíritu guerrero - impregnado de profunda sensibilidad artística - con la cultura española de emprendedores, empresarios, religiosos y soldados, es el fundamento de nuestro ser mestizo. De las carabelas llegadas de España y de las islas del Caribe en las primeras décadas del siglo XVI, descendieron los conquistadores con su bagaje cultural, económico y religioso, que se amalgamó con las culturas, economías y formas de vida indígenas. Apenas nueve años después del tránsito de Hernán Cortés y sus huestes, de Veracruz a la Gran Tenochtitlan en 1519, una comisión de caciques de Tecoazingo se presentó ante Carlos I de España, para solicitar su anuencia para formar el poblado de Huamantla. La respuesta afirmativa del monarca contenía la contrapropuesta de nombrar al nuevo conjunto urbano San Luis Huamantla. Así nació este Pueblo Mágico el 18 de octubre de 1534. Para cuando comenzó la edificación de Huamantla, las culturas importadas y autóctonas ya daban sus primeras señales de unificación. La más sobresaliente de esas señales, que se acrecentó a lo largo de las centurias para convertirse en parte fundamental del mestizaje, de esa unión de formas de vida, fue la fiesta taurina. El 24 de junio de 1526 Hernán Cortés presenció el primer festejo taurino en la Nueva España, del que tengamos registro. Dos años después, su primo Juan Gutiérrez Altamirano fundó Atenco en el Valle de Calimaya, Estado de México, la ganadería de reses bravas más antigua del mundo. La práctica de la tauromaquia llegó a Tlaxcala propiamente de inmediato, y a Huamantla poco tiempo después de su fundación. La pregunta que tenemos que responder es, no tanto, ¿porqué llegó la fiesta brava a Huamantla?, sino ¿porqué se arraigó tan pronto? La única respuesta posible es porque sus pobladores, indígenas en su gran mayoría, la comprendieron y la adoptaron como una forma de expresión de arte y virilidad, consistente y congruente con su espíritu de lucha. Sabían perfectamente lo que significaba poner en peligro la vida en la conquista de un ideal. Conocían también la relevancia de las expresiones artísticas, como manifestaciones de vida. Por ello, al presenciar un espectáculo que englobaba valor y destreza, capacidad técnica, e interpretación histriónica, se adueñaron de la fiesta taurina hasta integrarla a su cultura. Así, la tauromaquia se hizo de Huamantla, a la vez que Huamantla se hizo taurina. A 484 años del nacimiento de Huamantla, es muy significativo que Juan Antonio Hernández Bretón, uno de sus hijos que más pasión tiene por la tauromaquia y por su tierra, nos recuerde a todos la historia de La Taurina, su plaza de toros, sede también de uno de los museos taurinos más ricos de nuestra patria, y una de las razones más relevantes de su designación como Pueblo Mágico. Luis Niño de Rivera L. LA TAURINA, cien años.

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Pasión por su devoción.

Fue 1997 el año que marcó mi vida taurina, por muchos motivos. Mi afición en aquellos años estaba llena de entusiasmo y a veces incluso de ingenuidad. Todos los jueves nos reuníamos un numeroso grupo de amigos para hablar de toros y ver aquellos hoy obsoletos videos VHS, sobre grandes faenas en distintas épocas del toreo.

Alguno de esos jueves, supongo que, entre los meses de febrero y marzo, Juan Antonio Hernández, miembro de aquella Peña “La Larga”, puso sobre la mesa la idea de hacer empresa en la Plaza de Toros “La Taurina”, de su tierra natal, Huamantla. Varios dijimos que sí y fue de esta manera que iniciamos una maravillosa aventura empresarial. La plaza estaba vetada por malos manejos empresariales años antes, pero con el apoyo del presidente municipal en esos años, “El Yayo” Bretón, se nos abrieron las puertas y ahí comenzó el romance con esta mágica ciudad tlaxcalteca. Se montaron dos novilladas, cuatro corridas de toros y más de seis festivales de aficionados prácticos. Figuras como Eloy Cavazos, Jorge Gutiérrez y “Zotoluco”, engalanaron el elenco, acompañados de jóvenes promesas como Mario del Olmo, Federico Pizarro, Teodoro Gómez, Paco González —que ahí tomó la alternativa—, Alejandro Silveti… al “Zapata” le dimos prácticamente sus primeras corridas… La “Huamantlada” era la tarde segura de lleno. Actuaron el recordado “Pana”, Manolo García Méndez y Jorge Cantú “El Gallo” (Q.E.P.D.); a caballo actuó Giovanni Aloi; en el plan novilleril: José Luis Angelino, Carlos García Méndez, José Rubén Arroyo y Fernando Flores, con reses de la región. La feria, taurinamente fue un éxito rotundo, tan es así que tras nuestro segundo año se tuvo la idea de agrandar la plaza y hacerla de 3,500 a 5,000 espectadores. Para los festivales decidimos entregar al municipio la totalidad de los boletos de entrada gratuita, para que la gente de las rancherías y localidades pequeñas aledañas a Huamantla pudiera ir y divertirse presenciando un festejo taurino. Llenazos una hora antes de dar inicio 74

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el paseíllo. Público entusiasta y agradecido que marcó los corazones de todos y cada uno de los que toreamos en aquellos festivales; éste sin duda es el mejor recuerdo: la gente. Si en lo taurino nos marcó, la experiencia de vivir la procesión de “Los Tapetes” nos transformó como personas. La devoción y la pasión con la que Huamantla vive su feria es digna de mencionarse y de promoverse. 1998, con sus matices, fue prácticamente lo mismo: pasión, honradez y trabajo, para garantizar una feria taurina a la altura de los huamantlecos. Desafortunadamente, para 1999 la feria fue asignada al mejor postor y llegaron años oscuros. Se amplió la plaza y se redujo la calidad empresarial. Pasaron los años y en 2005, bajo otro esquema y dirigiendo otra empresa, “Empretauro” regresó a esta ciudad. Con más experiencia y recursos se planteó el trabajo a mediano plazo. La gente andaba enrarecida con el tema taurino, llegaba otra empresa nueva y los malos manejos habían hecho mella en el aficionado. Las fechas importantes habían perdido fuerza, la “Huamantlada” ya no era lo mismo en la plaza. Es así como Juan Antonio tuvo la brillante idea de que la noche del 14, se implementara “La Corrida de las Luces”, tomando el concepto que se vive en el Ecuador, en un tradicional festival taurino.

Lo diseñamos, compramos miles de velas y se organizó el paseíllo; el maestro Jorge Gutiérrez —primer espada— abrazó la idea, y es así como dio inicio esta maravillosa tradición. Sólo un año estuvo “Empretauro” al frente, se nos jugó chueco con la feria y de nuevo al mejor postor se le entregó. Gracias a Dios y a la Virgen de la Asunción, “La Corrida de las Luces” no se fue por la borda, hoy es una realidad, una de las fechas emblemáticas del calendario taurino nacional, y orgullo de los huamantlecos. Honor a quien honor merece; Juan Antonio, ha sido un gran promotor de su ciudad y de su estado, sus tradiciones y su gente. Gracias, Juan, por invitarme a ser parte de esta historia hace ya más de 21 años, y que para la plaza sean otros 100 años de tauromaquia y pasión por su devoción. Rafael Cué.

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Recuerdos de la plaza de toros “La Taurina” de Huamantla, Tlaxcala.

Son

muchos los recuerdos que tengo de la Plaza de Toros “La Taurina” de Huamantla, Tlax., sin embargo, aquellos que me acompañan y son imborrables, son los siguientes: 1. La primera vez que me llevaron mis padres a una corrida de toros, fue en el año 1978, no recuerdo el cartel, pero fue impresionante a mis 6 años de edad, la salida del toro y la personalidad del maestro Manolo Martínez, definitivamente esto me marcó para toda la vida en soñar con ser torero. A partir de ese momento cada año me acercaba a la casa de Don Eduardo “Yayo” Bretón, Martinista de hueso colorado, para poder saludar al “mandón de la fiesta”, porque en casa de “Don Yayo” se vestía de torero Manolo Martínez. 2. Me llenaba de muchísima ilusión poder acompañar a mi tío Gonzalo Macías Galaviz, juez de plaza durante muchos años, a los sorteos, entrar con él a las corridas de toros y disfrutar, antes y después de cada festejo, de tantas historias y de esas sabrosas tertulias. 3. Mi primer cartel, mi primer festival taurino, mi primer paseíllo, mi primer becerro “a muerte”. El cartel fue Karla Sánchez, Carlos Goyri y Fernando Flores en enero de 1988. 4. Las novilladas de feria, con buenos agarrones con mis compañeros Jerónimo, José Rubén Arroyo, Alfredo Gutiérrez, etc. En especial recuerdo en agosto de 1997 en la Taurina con novillos de Zacatepec, fui el triunfador al cortar dos orejas. Esa tarde me sentí torero y con capacidad para llegar un poco más lejos. 5. La alternativa soñada, 14 de agosto de 1999. Si ya me había presentado varias veces de becerrista y de novillero, tomar la alternativa un 14 de agosto con lleno de “no hay billetes” alternando con mi padrino Eloy Cavazos y Jorge Gutiérrez de testigo, con toros de Reyes Huerta, ¡fue un gran acontecimiento! Tal cual lo soñé de niño; ambiente de corrida importante, entrar caminando en medio de tanta gente, escuchar las palabras “suerte Fernando”, “suerte paisano”, hacerte matador de toros y triunfar al lado de esos figurones. Gracias Plaza de Toros “La Taurina”, gracias Huamantla, gracias Juan Antonio Hernández por este libro y por ser pieza clave, junto con tu familia, de estos 100 años de vida de esta plaza. Un abrazo. Fernando Flores

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Semblanza Eduardo Bretón Escamilla.

El nacimiento de este libro coincide con el cumplimiento de los

cien años de vida activa de uno de los monumentos arquitectónicos emblemáticos de nuestra centenaria, heroica y mágica ciudad Por azares del destino tus apellidos están íntimamente ligados a su cultural vida. Por narraciones sabemos que dos de tus antepasados participaron en su inicial edificación, otros familiares tuyos formaron parte de una sociedad comprometida con su funcionalidad, engrandecimiento, diversión y perdurabilidad. Son ellos piezas clave de la historia de esa riqueza representativa. Nosotros quienes estamos disfrutando como tú de este momento histórico también colaboramos, en menor medida, en su funcionamiento y conservación, engrandeciéndola y perpetuándola. Toño bisnieto, nieto y sobrino, tus familiares Don Eduardo Bretón y Fuentes de María, Don Salvador Escamilla y Fuentes de María, Don Antonio Hernández Vargas, Don Eduardo Bretón González y el malogrado Enrique Bretón González, que descansan en la paz del Señor Nuestro Dios, continúan viviendo su notable afición a la fiesta de los toros Encabezados por tu padre Don Juan Hernández Covarrubias y nuestras familias nos sentimos orgullosos de un torero, aficionado, periodista, comentarista y escritor que ya forma parte de la centenaria vida de la Plaza de Toros “La Taurina”. Tener en nuestras manos este maravilloso libro es el mejor homenaje que has rendido a tu afición y linaje. Con admiración y cariño, tu Tío Eduardo Breton Escamilla, Presidente Municipal en las Administraciones 1995-1999 y 2005-2008

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Nuestras memorias

La Plaza de Toros “La Taurina” de Huamantla

ha sido para nosotros, los hermanos Corona Sánchez, una fuente entrañable de vivencias y recuerdos que han quedado para siempre grabados en nuestras mentes y en nuestros corazones. De nuestro padre, Miguel Corona Medina, sus hijos heredamos la afición por la Fiesta de los Toros, y fue en esa plaza donde varios de nosotros vimos por primera vez un festejo taurino, ya sea en la forma de corrida de toros, novillada o festival. Muchas son las experiencias que podríamos narrar de lo que ahí hemos vivido, especialmente las faenas realizadas por las figuras del toreo que ahí han actuado, los novilleros e inclusive los aficionados prácticos. Sin embargo hay algunos momentos que cobran especial relevancia para nosotros como familia, y son los que a continuación intentaré narrar a nombre de mis hermanos: 1)

Miguel Corona Medina, torero.

En sus años de juventud, por allá a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, nuestro querido padre quiso ser torero, y junto con un grupo de amigos incursionó en diversos festejos taurinos, algunos serios, algunos no tanto, llegando a portar el vestido de luces en varios de ellos. Qué felices éramos cuando en casa nos platicaba de sus andanzas en las ganaderías y en las plazas en las que él o algún amigo actuaban. Por ser nativo y habitante de Huamantla, lógico es que la mayoría de sus actuaciones fueron precisamente en la Plaza de Toros La Taurina. Como recuerdo de aquellos años nos han quedado algunos carteles y un estoque, de acero, muy pesado, mismo que el que esto escribe ha utilizado para entrenar la suerte de matar en su aventura como aficionado práctico. 2) 78

La Capilla LA TAURINA, cien años.

Nuestros padres tuvieron una numerosa familia, y muchos de sus hijos querían asistir a las corridas de La Taurina, especialmente durante de feria de agosto, lo cual para ellos era económicamente punto menos que imposible. Entonces mi padre, movido por el cariño a sus hijos, por su afición al toro y por su gran fé, tuvo una idea que a la postre resultó genial: ofrecer a la empresa en turno de la plaza de toros que sus hijos dieran un servicio del que por entonces se carecía en ese inmueble, una capilla. Y fue así que se inició una tradición en nuestra familia, la colocación de un lugar donde los toreros puedan tener un momento de recogimiento e intimidad con Dios. Palabras de mi hermano Carlos: En 1984 empezó Juan Darío en la 1a de feria, yo a partir de la 2a corrida. En lo personal fue un apostalado de muchos años. Desde los 12 años vi que algo que podría ser sencillo, sin importancia, es muy importante e íntimo para el torero. Me daba mucho gusto ver que las figuras, mis admirados, se tomaran unos minutos para rezar. Eran unos simples terciopelos clavados en el adobe, un crucifijo las imágenes del Señor del Gran Poder, la Virgen de la Macarena y la Virgen de la Caridad. Ahora ya hay una pequeña capilla, un lugar más digno y hasta Corrida de las Luces!! Además muchos de la familia hemos tenido la oportunidad de vivir la experiencia estar en cuadrillas, cerca de los toreros, de las figuras del momento y poder tomarnos fotos con ellos. Por casi 44 años hemos dado ese privilegiado servicio, gracias a que mi papá buscó cómo hacerlo y Juan Darío que quiso iniciarlo. Siguieron mis hermanos, sobrinos y hasta mis hijas!! Es todo un privilegio ofrecer a los toreros ese pequeño espacio, tan importante de cada tarde de toros.


3)

El Museo Taurino

En 1981 mi padre se unió a dos entrañables amigos suyos, Eduardo Bretón Gonzáles y José Hernández Castillo, y fundaron lo que hoy es uno de las máximos atractivos de Huamantla, el Museo Taurino. Los recuerdos nos llevan a todas la vicisitudes por las que tuvieron que pasar: conseguir el local, una antigua escuela abandonada anexa a la plaza de toros; conseguir las piezas que habrían de ser exhibidas, buscando por aquí y por allá; obtener recursos financieros para la obra, toda una epopeya que se facilitó al contar con el apoyo del entonces gobernador del estado Tulio Hernández; y finalmente la instalación del museo, que era diferente a como está ahora. En esta aventura pudimos apoyar a nuestro

padre de diversas formas, desde acompañarlo hasta ayudarlo en la colocación física de las piezas. En lo personal recuerdo haber conseguido con un buen amigo una colección de fotografías en blanco y negro de algunos de los toreros hasta aquél entonces habían alcanzado la alternativa de matador de toros, mismas que a la fecha continúan exhibidas. Como parte de las obras del Museo Taurino, en 1984 se realizó la elaboración de un mural, obra del pintor taurino David Cárdenas, que plasma las imágenes de los toreros tlaxcaltecas que hasta esas fechas habían tomado la alternativa. En este trabajo mi papá, junto con don Eduardo Bretón y José Hernández, tuvieron una gran participación, y por ende nuestras familias. Estas son algunas de la memorias que tenemos de ese recinto llamado Plaza de Toros La Taurina y su anexo Museo Taurino. Miguel B. Corona Sánchez LA TAURINA, cien años.

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Un Orgullo su plaza “La Taurina” y su museo.

Me da mucho gusto que Juan Antonio Hernández deje, a través de este libro, testimonio de la Plaza de Toros de Huamantla.

Para mí, Huamantla representa mucho, primero porque mi mamá era huamantleca, y es por ello que comencé a amar esa tierra, ya que ella siempre estuvo orgullosa de su pueblo y sus tradiciones. Segundo, porque Huamantla es una tierra de una gran afición, de históricas corridas de toros, cuna de toreros, algunos que ahí nacieron y otros que ahí se hicieron y surgieron. Éste último es mi caso. La carrera de Gabino Aguilar no hubiera sido al misma sin el cobijo que siempre encontré desde mis inicios en Huamantla. Ya en el retiro, tuve el privilegio de ser invitado para formar parte del comité que fundacional del Museo Taurino, junto con Gonzalo Macías, Miguelito Corona, don Yayo Bretón y Margarito Palafox que era el presidente. Ellos me convocaron para darle “coba” al gobernador, Tulio Hernández, y que apoyara para hacer el museo donde ahora se encuentra, a un costado de “La Taurina”. Fue por ello que nunca puse un “pero” para que ahí fueran expuestos mis objetos más valiosos de mi carrera, era un orgullo. En esas fechas pude torear el festival junto con todos los toreros tlaxcaltecas que plasmó en el mural de la plaza de Huamantla el maestro David Cárdenas; “El Callao”, mi cuñado Gonzalo Iturbe, Miguel Villanueva, Raúl Ponce de León y El Pana, que era muy joven. Por ello valoro que este libro, de mi amigo Juan Antonio, inmortalice todas estas vivencias de esta tierra tan torera. Con afecto. Gabino Aguilar Matador de Toros Querétaro, Qro. Julio 2018

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FOTOTECA

“La Taurina” utilizada como cancha.

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Charreada en la plaza de toros.

Evento cívico. 82

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Parque Juárez en día de feria, al fondo Parroquia de San Luis Obispo.

ntla.

de Palacio

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Quiosco del Parque Juárez LA TAURINA, cien años.

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José Hernández Castillo, cronista de la ciudad de Huamantla.

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Encierro de Piedras Negras en 1954.

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LA TAURINA, cien aĂąos.

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Despedida de Manolo Martínez de “La Taurina”.

Hierros míticos como De Haro no son ajenos a los cien años de la plaza “La Taurina”. 86

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Toro de Brito lidiado en la feria de agosto 2017. LA TAURINA, cien aĂąos.

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Domingo López “Zotoluco”.

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Luis Niño de Rivera.

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Soñadores de gloria

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Belinda en concierto en “La Taurina”, agosto 2005. 94

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Carlos Rivera en su tierra, en “La Taurina”, agosto 2017.


Pepe Angelino liándose el capote de paseo.

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Pepe Alameda

El gran mimo mexicano Mario Moreno “Cantinflas” 102

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Corrida Flamenca

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Mil Felicidades

Cien aĂąos de historia

14 de agosto de 2018

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CREDITOS Investigación y textos Juan Antonio Hernández Bretón Ricardo Romano Corona Relatos y entrevistas José Hernández Castillo Emilio Vallejo Hernández Gisela Vieyra Rivera Haydée Ugarte Méndez Rogelio Palafox Gutiérrez José Luis Amaro Jara Rafael Cué Luis Mariano Andalco López Archivo histórico Emilio Vallejo Hernández Alfonso Corona Sánchez Miguel Corona Medina Museo Taurino de Huamantla Juan Antonio Hernández Bretón Ricardo Romano Corona Luis Mariano Andalco López Rafael Cué. Héctor Sánchez Ríos Carlos Corona Sánchez José Manuel Flores Andalco Convento Franciscano de Huamantla Christian de la Cruz Vázquez Alejandro Corona Sánchez Aldo Rodríguez López Sergio Vergara Fotografía Manolo Briones Ángel Sainos Oskar Ruizesparza Corrección de estilo Cesar L. Coll. Carabias Diseño Oskar Ruizesparza

LA TAURINA, cien años.

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Referencias: Charles, D. (2014). Ensayos sobre arte. Recuperado el Julio de 2018 El Popular. (15 de Junio de 2017). El Popular. Recuperado el Junio de 2018, de http://www.elpopular. mx/2017/06/15/local/puebla-a-18-anos-del-terremoto-de-1999-164557 Esto. (2000). Silveti, Silveti, Silveti, Silveti y Silveti. Recuperado el Junio de 2018, de http://www. poresto.net/ver_nota.php?zona=qroo&idSeccion=19&idTitulo=175543 Gómez, R. (2012). Toreros Mexicanos. Recuperado el Mayo de 2018, de https://torerosmexicanos. blogspot.com/ Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino. (2015). Insitituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino. Recuperado el Julio de 2018, de http://taurino.tlaxcala.gob.mx/index.php?option=com_ content&view=article&id=88&Itemid=28 Lanfranchi, H. (1993). Historia del toro bravo mexicano. Recuperado el Junio de 2018 Patronato de Feria Huamantla. (2005). Fundación de la ciudad. Huamantla, el color de nuestra fe, 36. Recuperado el Mayo de 2018 Rodríguez, L. (2011). La Virgen de Huamantla. En L. R. Alicia Minujin Zmud, Virgen de la Caridad arte, seda y oro. Ciudad de México, México: Página 4. Recuperado el Julio de 2018 Solares, I. (31 de Julio de 2010). Prohibición que salva la fiesta. El Unversal. Recuperado el Junio de 2018, de http://archivo.eluniversal.com.mx/editoriales/49234.html Vergara, S. (2017). El sismo. Efectos y experiencias. Recuperado el Julio de 2018

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