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siguen sosteniendo la economía del Ecuador
Un total de $4 743,54 millones recibió Ecuador por remesas en el 2022. Es la cifra más alta desde que el Banco Central del Ecuador lleva esta estadística. El monto total equivale al 4,09% del Producto Interno Bruto. En el 2015 aportaba con el 2,39% del PIB. La cantidad recibida en el 2022 significó un aumento del 8,73% con relación al 2021. En ese año fueron USD 4 362,63 millones.
Si bien el monto promedio por envíos se mantuvo en USD 316, el número de transacciones subió de 13 814 a 15 015 al comparar el 2021 con el 2022.Las remesas son una opción de liquidez para los hogares ecuatorianos, que destinan esos recursos al pago de servicios básicos.
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El monto proveniente desde Estados Unidos, que es el principal destino de los emigrantes ecuatorianos, alcanzó lo USD 3 307 millones. Esa cantidad representó el 69,73% de lo que llegó en el 2022.
Según el informe publicado por el Banco Central del Ecuador, el aumento en el flujo de remesas se atribuye principalmente a la recuperación económica registrada en Estados Unidos.
El informe del Banco Central del Ecuador señala que en los casos de España e Italia, segundo y tercer destino de los migrantes ecuatorianos, hubo un descenso en el monto que llegó.
Desde España arribaron USD 782,96 millones, lo que significó una caída del 13,91 a lo registrado en 2021.
En el caso de Italia el descenso fue del 9,81%. Bajó de USD 190,09 millones en el 2021 a USD 171,44 millones en el 2022.
Los fondos que llegan desde otros países como México, Colombia, Perú, Canadá, Reino Unido, Suiza, Alemania, Francia y Bélgica cayeron un 2,66% al comparar estos dos años.
Es el cruce fronterizo de Tacna, el límite sur de Perú con Chile, desde hace varios días escenario de tensión, un límite cada vez más militarizado. En él se acumulan grupos de migrantes, en su gran mayoría venezolanos, pero también haitianos, colombianos y de otras nacionalidades, que quieren cruzar de Chile a Perú, pero a los que las autoridades peruanas no les permiten el acceso por no contar con la documentación requerida.
Se han vivido enfrentamientos entre migrantes y policías, y a diario familias enteras soportan a la intemperie las condiciones extremas del desierto de Atacama, con un sol abrasador durante el día y temperaturas gélidas durante la noche.
La situación ha provocado incluso un incidente diplomático entre Chile y Perú, y el gobierno peruano decretó la pasada semana el estado de emergencia en las fronteras y desplegó al Ejército para hacer frente a la migración irregular, algo que semanas antes también había hecho Chile al otro lado.
Campamentos de militares y migrantes
Para llegar al cruce fronterizo hay que rodar unos 45 minutos por la carretera Panamericana Sur desde la ciudad de Tacna, en Perú, una recta que atraviesa la vasta planicie arenosa. Unos metros más allá está el epicentro del conflicto. Una hilera de hombres vestidos de verde custodian el lado chileno de la frontera. Son los Carabineros de Chile. Frente a ellos, a escasos metros, de negro, y equipados con material antidisturbios, los agentes de la Policía Nacional del Perú. Están allí para evitar que nadie pase sin permiso. En medio, el campamento improvisado que han levantado los migrantes. Una docena de carpas bajo las que se refugian del sol inclemente que se han convertido en su hogar. Hay enseres desperdigados por el suelo, y se acumulan las moscas y la basura. A falta de camas, los niños duermen en el suelo y, a falta de agua corriente, se lavan poco y mal con el agua embotellada que han recibido de algunas ONG chilenas.
Ruta en sentido contrario
Es una de las más activas en las quejas que los migrantes dirigen a voz en grito a los agentes peruanos que les niegan el paso. “¡Déjenme pasar! ¡Yo solo quiero irme