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“La fotografía conecta con estas experiencias de la humanidad que nos quebrantan”

Jhoanna Alarcón, ganadora del concurso World Press Photo 2023, en el formato abierto de la región de Sudamérica es una joven quiteña de treinta años de edad que cuenta con una gran trayectoria profesional en el mundo del fotoperiodismo y la fotografía documental, lo que le ha valido ganar algunos premios y reconocimientos internacionales, así como el poder trabajar para agencias de prensa y periódicos importantes.

El periódico EL MIGRANTE tuvo la oportunidad de entrevistarla para que nos cuente cómo es su trabajo y entender por qué su obra documental “Valentina” llego a ser seleccionada entre 60. 000 fotografías de 3.752 fotógrafos de 127 países.

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La fotoperiodista y narradora visual, ganó este reconocimiento luego de “impresionar” al jurado con su proyecto “Cambiando”, que recoge la historia de Valentina, una niña de 13 años que sueña en grande pese a tener a su madre en prisión.

Como empezó su incursión en la fotografía documental?

Siempre estuve vinculada con el arte. Todo empezó con el teatro, la pintura, en colectivos y movimientos desde las artes populares. Después estudié diseño, y tuve un acercamiento al diseño fotográfico y luego estudié en la Universidad de Palermo en Argentina.

Pero en realidad mi práctica documental ha sido autodidacta a través del hacer los proyectos y de ganar premios con temas de educación, estar vinculada con realidades que me inspiraban a documentar realidades.

Cuál fue su primer trabajo de

Es autora de un libro publicado en 2022, Cimarrona: Soy Negra porque el sol me miró. Un libro que habla de la migración forzada que tuvo toda la diáspora afro a este continente, en el cual trabajó durante 5 años. Puedes encontrar sus trabajos en https:// www.johannaalarcon.com/ fotografía documental?

Empecé en la fotografía documental en 2012, siendo parte de un movimiento cultural de muralismo, arte y educación. Hacíamos talleres con personas en situación de vulnerabilidad en nuestros propios barrios, en los mercados, en las escuelas, ahí nació el interés de documentar las historias de estos proyectos que estábamos haciendo y ahí me decidí a estar con la cámara, para documentar tanto a los artistas como a las personas que estaban siendo parte del proceso y me fui sumergiendo en los primeros temas a través del arte, después en el barrio 24 de mayo, con personas privadas de libertad, etc.

La ecuatoriana Johanna Alarcón es fotoperiodista y narradora visual. Su trabajo se centra en temas relacionados con la justicia social, los derechos humanos, la identidad y el género. Sus trabajos han sido exhibidos en exposiciones como: Photoville NYC, Latin American Photography Festival Bronx Documentary Center, Montevideo Photography Center (2021), entre otros.

Qué tipo de quipo utiliza y cuál fue su primera cámara?

Mi primera cámara fue de celular, que la tuve en el colegio y me la compré con mis ahorros, después tuve las cámaras pequeñas ahorrando. En la Universidad mi familia me apoyó y me regaló una cámara digital usada. Después mi primo me regaló mi primera cámara análoga de rollo. Ahora cuento con equipo variado.

En los concursos no nos exigen ningún tipo de equipo, más allá de tener el equipo más caro o con las mejores cámaras yo pienso que lo que cuenta es la mirada. Para estos proyectos sociales uso una cámara muy pequeña, lentes muy pequeños, etc., para que nos sea invasivo con las personas, no un flash gigante y un lente gigante, no, es lo que más evito hacer en mis proyectos personales. En cambio en temas de cobertura en el campo laboral sí son otros parámetros técnicos.

El World Press Photo es un reconocido concurso anual que celebra el mejor fotoperiodismo y fotografía documental. Desde el 2022, la modalidad del concurso cambió a reconocimientos regionales para ofrecer un mejor equilibrio entre los ganadores.

Cómo ha recibido este último premio?

Me siento muy agradecida porque es un reconocimiento muy importante a nivel profesional y más que nada es un proyecto que llevo haciendo varios años. Conocí a Valentina cuando ella tenía siete años, ahora tiene trece años y para mí, más que en el premio, la importancia radica en que estas historias puedan ser contadas, que haya un espacio para ser contadas, porque una gran dificultad para nosotros como creadores es que no hay espacios o son muy reducidos, espacios en los que se muestran este tipo de historias y en lo que haya una ética, un respeto por la dignidad de las personas de quienes se habla. Para mí esa es la importancia de este premio, porque esta historia es contada y vista en un espacio éticamente responsable con el tema, con lo que se está hablando.

Cómo se maneja un tema para no traspasar los límites?

Con la confianza y con la ética. Es muy importante ser claros con lo que se está viviendo y marcar límites éticos. No por la excusa de la foto o de la mejor foto se puede rebasar las dignidades. Eso es un proceso que se va aprendiendo con la práctica, en el ejercicio, sentir cómo va sintiendo la gente y conectar con eso. También la investigación cuenta muchísimo, la investigación es clave. Todos mis proyectos han empezado con la investigación. Muchos nos ven sólo con la cámara pero detrás hay un trabajo grandísimo de investigación. A veces son años de investigación, aunque se trate de un tema pequeñito, que lo vayamos a trabajar un par de días, leemos cómo funciona, verificamos las cifras, igual en el momento de tratar la imagen, es todo un proceso integral, no sólo es el momento de hacer la foto sino todo lo que eso conlleva.

Alguna fotografía le ha dejado impactada por lo que se está retratando?

Muchos momentos me han roto, no he podido salir de eso. Por ejemplo, en el tema del petróleo con los mecheros, se puede ver cómo viven las familias enteras al frente de los mecheros, todo el tiempo con ese humo tóxico, con el agua del rio con-

Alarcón tiene varios reconocimientos, entre ellos:

Premio dades del narrador, por el espacio donde se publica y luego por la persona que lo recibe. Para mí no existe una imagen cien por ciento objetiva, pero eso no quiere decir que esas subjetividades no tengan un compromiso con lo que está sucediendo. Creo que lo documental nos expande las fronteras de una realidad marcada. Esa objetividad va ligada a pensamientos coloniales muchas veces. El documental deja en espacio a la mirada del narrador, la fuerza de poder contar otras historias y no la misma realidad, ya que todos lo vivimos de distinta manera. taminado, los derrames. Ver la muerte de frente es impactante, tú estás con la cámara ahí pero en un momento te quiebras porque estás mirando la muerte, el dolor, el sufrimiento, y eso te atraviesa y eso también se refleja en las imágenes. Nosotros nos quebrantamos, con el tema de las cárceles, las injusticias, son muchos momentos en los que el miedo mismo te congela, no sabes qué hacer, a dónde ir. Te enfrentas en medio de situaciones de bastante tensión, no tengo un solo momento sino varios momentos en los que he sentido eso.

Inge Morath (2022), Beca de fotografía y justicia social Fundación Magnum (2021), Premio a la conciencia comunitaria Fotógrafo del año internacional (2021), Primer lugar en Fotógrafo del año en la categoría de salud de América Latina (2020), entre otros.

Tuvo una experiencia con el tema trata de mujeres, cómo fue?

Fue una asignación que me hizo un medio de comunicación internacional hace dos años. Trabaje tres días en esa historia con un periodista, fue muy breve y tuvimos el contacto a través de organizaciones que trabajan con el tema de trata de personas.

Este tema me partió el corazón, fue doloroso escuchar estas historias de las mujeres, conocer cómo funciona. La fotografía conecta con estas experiencias de la humanidad que nos quebrantan, pueden dar las alegrías más grandes pero también las tristezas más profundas y también ver la fuerza de esta gente, como han superado esto y un montón de historias. Tuvimos la confianza de las personas que nos compartieron sus historias.

Se puede ser objetivo al momento de mostrar las imágenes?

Para mí la objetividad es un tema que está atravesado en la imagen, en el fotoperiodismo. Está atravesado por las subjetivi-

Cómo se proyecta en el futuro, cuál es su misión a través de su actividad?

Para mí seguir aprendiendo, encontrar espacios de aprendizaje, la educación es un ´pilar fundamental para continuar las prácticas profesionales. La educación siempre está presente. Por otro lado el trabajo colectivo regional, soy parte de un colectivo de ocho mujeres que estamos unidas por Latinoamérica. Ese espacio es relevante, es conectar nuestras historias, nuestras prácticas profesionales, nuestra mirada y los espacios colectivos. Luego continuar el trabajo en territorios narrando estas historias, el trabajo está vinculado con justicia social, con identidad, con género, y sobre todo mi proyección es poder continuar creando y creyendo desde lo que yo amo que es la fotografía y esa conexión con la humanidad, ese sería el gran reto.

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