A
lgunos hombres están circuncidados desde pequeños porque lo decidieron sus padres. Otros no lo están por la misma razón. En cualquiera de los casos, cada uno se acostumbra a la situación de su pene tal como esté, por lo que, a menos que surja alguna causa médica, pocos hablan o se hacen preguntas al respecto. ¡Mucho menos las mujeres! Pronunciar palabras como circuncisión, circuncidado o incircunciso, para algunas es una especie de trabalenguas. Sin embargo, en una generación en la que la mujer tiene más libertad de tener relaciones con más de una pareja sexual, es cuando las chicas comienzan a preocuparse por la diferencia y educarse al respecto.
Hablemos de anatomía
Para entender la circuncisión hay que comenzar por lo básico, explicando un poco la anatomía del pene. Los niños nacen con una delgada capa de piel que cubre y protege la cabeza del pene o glande, que lleva por nombre prepucio. La circuncisión no es más que una operación quirúrgica que consiste en cortar una porción del prepucio, suficiente para dejar el glande totalmente al descubierto. Se realiza más comúnmente durante los primeros años del niño, pero puede hacerse a cualquier edad. En condiciones normales, cuando un hombre no está circuncidado, el prepucio se retrae naturalmente al momento de la excitación, o el hombre puede retraerlo utilizando sus manos al ir al baño, sin que esto afecte en nada su funcionamiento.
Circuncidar o no circuncidar “Por razones religiosas, la circuncisión es un procedimiento obligatorio entre judíos y musulmanes. Pero no existe ningún perjuicio si un hombre no está circuncidado, salvo en indicaciones absolutas como el varón que no puede retraer el prepucio hacia atrás (condición conocida como fimosis), o en el caso de los que pueden retraerlo pero luego no pueden volver a traerlo hacia delante (parafimosis)”, explica el Dr. Enmanuel Ramírez, urólogo y cirujano del Centro Médico Escaño. Otras de las condiciones que cita el urólogo, en las que se sugiere realizar la
circuncisión, son las que presentan los varones que sufren infecciones repetidas del glande y del prepucio –llamada bálanopostitis– muy frecuente en pacientes diabéticos. También, varones con abundante prepucio, conocido como prepucio redundante; quienes hayan adquirido algunas enfermedades de transmisión sexual, y aquellos que durante una relación sexual sufren una cortadura a nivel del prepucio por lo que más placer y excitación, les representa molestia y dolor. Según el libro What to expect the first year (Qué esperar el primer año), de las autoras Arlene y Heidi Eisenberg, se calcula que en los Estados Unidos, entre un 5% y un 10% de los hombres no circuncidados al nacer deben someterse a esta operación después de la infancia, por infección, fimosis u otros problemas como los citados por el doctor Ramírez.
La higiene es la clave
Por razones obvias, es más fácil mantener la higiene de un pene circuncidado que uno que no lo esté. Todos los doctores concuerdan en que el aseo correcto hace la diferencia. Según explica el Dr. Wilton Cabrera (www.drwiltoncabrera.com), especialista en cirugía laparoscópica y láser de CEDIMAT, los hombres que aún conservan su prepucio deben asegurarse de lavarse adecuadamente el área, retirándolo con las manos al orinar y al lavarse. Cuando no se realiza la circuncisión, si no se mantiene una buena higiene se produce en el pene una acumulación de esmegma (sebo), lo cual puede ocasionar infecciones, y está asociado al padecimiento de cáncer de pene, de cuello uterino y/o de garganta.
Circuncisión y placer
Aún cuando no es mandatorio, existen otras razones por las cuales los doctores consideran que la circuncisión ofrece más ventajas que desventajas. Sobre todo aquellas relacionadas con la salud sexual del hombre y la de su pareja. Sin embargo, dichas afirmaciones son origen de constante debate entre la comunidad médica a nivel mundial. “Se puede pensar que un hombre no circuncidado siempre va a tener problemas Agosto 2016 Pandora 77