Cultura

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Cultura elCaribe, SÁBADO 31 DE JULIO DE 2021

elcaribe.com.do

Las alas rotas en el nido del cucú

El Convento de Regina Angelorum

Angie Cruz, escritora dominicana

José Mercader nos habla sobre Ken Kesey y su labor al entrar a trabajar en el psiquiátrico de Menlo Park en California cuando fue enfermero nocturno. P.8

Virginia Flores-Saso escribe del convento Santa Clara, el cual se dedicó a Regina Angelorum, de ahí que se le conociera como el “convento de Regina”. P.6

La escritora se siente cómoda escribiendo novelas, y habla sobre el primer libro infantil que escribió para Black Entertainment Television. P.10

Vista del “skyline” de la ciudad de Albuquerque, USA. FUENTE EXTERNA

De grandes ciudades y pueblos antiguos En algunos casos, estos lugares separados por miles de kilómetros están unidos por lazos de hermanamiento

E

ra un mundo nuevo y muchos de los asentamientos recién creados recibieron el nombre de municipios de distintos rincones de España. Cientos de años después, algunos lugares como Reynosa (México), Valparaíso (Chile) o Albuquerque (EE.UU.) se han convertido en grandes urbes que comparten nombre con pueblos situados al otro lado del océano. Desde Estados Unidos hasta la Patagonia, América tiene innumerables pueblos

y ciudades con nombres de municipios españoles. En algunos casos, incluso, estos lugares homónimos separados por miles de kilómetros están unidos por lazos de hermanamiento. Albuquerque (EE.UU.) y Alburquerque (España). Este es el caso del municipio español de Alburquerque y la ciudad de Albuquerque, en Estados Unidos. Con el paso del tiempo, esta última ha perdido una erre y ha ganado muchos miles de habitantes. La ciudad norteamericana recibió ori-

Intervención Pedro Portocarrero, VIII conde de Medellín, intercedió ante la reina regente de España para que el lugar obtuviera el estatus de villa”.

ginalmente el nombre de Alburquerque, con erre en la segunda sílaba, en honor al quien era virrey de Nueva España en el momento de su fundación en 1706, el duque de Alburquerque, cuyo título alude a su vez a la localidad española. En el siglo XIX se perdió esa primera erre y su nombre pasó a ser Albuquerque. Esta villa fundada a orillas del Río Grande hoy tiene más de medio millón de habitantes y es la mayor ciudad del Estado de Nuevo México, en Estados Unidos. Albuquerque es una mezcla única de tradición y modernidad. El Centro Cultural del Pueblo Indígena y el Monumento Nacional de los Petroglifos dan testimonio de la impronta de los nativos de esas tierras. La herencia española está presente en la catedral de San Felipe Neri, el edificio más antiguo de la ciudad, la plaza del centro histórico, la arquitectura de algunos barrios, nombres de calles y tradiciones, como las fiestas de San Felipe. Pero Albuquerque también destaca por su industria tecnológica. Fue aquí donde se fundó Microsoft en 1975. Actualmente, la ciudad alberga el Museo Nacional de Ciencias Nucleares e Historia, los Laboratorios Nacionales Sandia, nacidos durante el Proyecto Manhattan en la II Guerra Mundial, así como varias empresas tecnológicas, entre ellas, una planta de fabricación de Intel. Además, la famosa ruta 66 pasa por la localidad. Esta ciudad americana está hermanada con Alburquerque, municipio de la provincia de Badajoz, situado en Extremadura, al suroeste de España, cerca de la frontera con Portugal, en el que viven unas 5.300 personas. Se cree que Alburquerque deriva del latín albus quercus, que significa encina blanca. De hecho, el elemento central del escudo de la población es una encina blanca. Este pueblo extremeño atesora un gran patrimonio. Ejemplo de ello son su muralla medieval, sus múltiples edificios religiosos, entre ellos la iglesia de San Mateo y la de Santa María del Mercado, el barrio judío y el castillo de Luna. El castillo cambió varias veces de manos entre cristianos y musulmanes hasta que, en el siglo XIII, los cristianos lo tomaron definitivamente. En el siglo XV el castillo perteneció a don Álvaro de Luna, maestre de la Orden de Santiago y condestable de Castilla, cuyo nombre aún conserva. l EFE


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