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Cuando conversaba con Leire acerca de qué va este nuevo disco de La Oreja de Van Gogh, me llamó particularmente la atención el eufemismo al que hacen alusión en su título. Cometas por el cielo bautiza una nueva etapa del grupo, quienes se inspiran en la libertad para nutrir sus letras. Esa cometa que vuela aparentemente libre, oscilando sin poner objeción a los caprichos del viento, pero que al final tiene una mano que la guía. Tanto nos preocupamos por ser libres, ser capaces de pensar, hacer y sentir los que nos venga en gana, que al final nos convertimos en esclavos de esa autonomía. Asumir compromisos y ser fiel a ciertos criterios no nos hace menos independientes. Quienes crean que ser libre es sinónimo de “Living la vida loca”, asumen el riesgo de andar como “chichigua en banda”, perdidos ante la ausencia de un norte definido. “La libertad es la capacidad que tiene el hombre de elegir sus cadenas”, dijo Jean Paul Sartre. La Oreja de Van Gogh evoluciona a un sonido más electrónico y movido, pero no deja de apelar a la melancolía que tanto nos gusta escuchar en sus canciones. Mi favorita de las recientes “La niña que llora en tus fiestas”, sonará en la primera presentación del grupo español en el Teatro Nacional. ROCÍO FIGUEROA//@Rociofig
2/BUREO/MAY2012
LA OREJA DE VAN GOGH