Basta ya Abril mayo 2024

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¡BASTA YA!

Una revista de cultura

Abril, mayo 2024

Año 17 – n° 174

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Una revista de cultura

Año 17 / n° 174

Abril, mayo 2024

Director: Eduardo Alberto Planas. Colaboradores permanentes: Jorge Luis Carranza, Sergio Pravaz, Jorge Torres Roggero, Lily Chavez. Registro Propiedad Intelectual Nº 598958. Hecho el depósito que marca la ley 11. 723

Contacto:eduardoplanas2001@hotmail.com www.boletinliterariobastaya.blogspot.com Tel: 351- 6170141.

Esta revista se editó en Córdoba. Dibujo de tapa: Oleo “Intacta”, Mariela Sánchez (La Cumbre, Córdoba).

Contenidos

POEMA DE DANIEL TOMAS

QUINTANA / POEMAS DE MARIANO

LONGARINI / ISABEL ZAPATA (MÉXICO)/ NICOLE BROSSARD (CANADÁ) / JORGE LUIS CARRANZA / SOL MORAIS / LIBRO SUICIDA –

EDUARDO PLANAS / FABIO MARTÍNEZ / LILY CHAVEZ

ENTREVISTA A: ALEJANDRO COZZA (CINEASTA)

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¡BASTA YA!

Credo

Creo en el vino barato de los borrachos pobres y en su rojo sino de locura; en los chiquilines adictos y en sus neuronas ateridas de vacío; en el hambre y en la sed de la pobreza; en la basura convertida en alimento y en la turbia obscenidad de la intemperie, en las camas de cartón de los umbrales y en las frías estrellas del invierno. Creo en los hombres y en las mujeres grises; en las putas amigas de la aurora y en sus ritos de ojeras y de hastío; en las dulces muchachas agrietadas por la vida; en la soledad insolente de los viejos y en sus ojos empañados de silencio; en la legión innumerable de los ángeles caídos síntesis de paraíso celestial y averno humano. Creo en los perros vagabundos y en su cuero domesticado por las pulgas; en los filosos caballos harapientos uncidos a los carros miserables; en las calles dormidas del suburbio y en sus escuálidas luces mortecinas; en el oprobioso barro de las villas y en sus habitantes exiliados del destino. Creo en los campos devastados, en las claras aguas denigradas, en los montes y en las selvas destruidas, en las ancianas montañas horadadas, en la tierra extenuada y sometida y en el cielo herrumbrado de tristeza. Creo en la vida numerosa y frágil.

Daniel Tomás Quintana (1954 /2024)

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Poemas de Mariano Longarini

1

Me contaron de Tom Waits

No fue la chica de la mirada fuerte, de la mirada rota.

No, las miradas rotas no cuentan nada

Apenas te invitan a pasar

Por ese minúsculo intersticio

Que hay entre vidrio y vidrio,

Por ese pedacito de esperanza

Entre dolor y dolor.

Siempre y cuando no hagas ruido

Y no despiertes a los fantasmas

Que duermen en las gargantas.

Ahí está Tom Waits,

Acaso el fantasma de todas

Las gargantas,

Por eso la humildad,

Por eso la soberbia,

Por eso ese dolor en la voz

Que pide salir

Y también se esconde

Rebelde,

Tímida,

Artera.

Me contaron de Tom Waits

Casi como un chisme,

Un cuento de navidad

Pero no me dijeron más nada,

Sólo su nombre.

O a lo mejor es lo único que recuerdo

Porque contar un sueño

Es olvidar la mitad de las cosas

Y porque Tom Waits canta como

Si estuviera soñando.

A lo mejor no hay nada después del nombre, pero qué lindo que suena

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Así, Tom Waits.

Sexo y amor, todo junto.

Y ahora que lo pienso,

Quiero escribir poemas sobre músicos.

Bill evans, joni mitchell,

Canciones gitanas.

Y tal vez me quede

A mitad de camino.

entre el vidrio y el dolor

de la chica de la mirada rota.

Me contaron de Tom Waits

Y fui a buscarlo.

2

Quisiera que la mente se acomode

Al cuerpo,

A lo que pasa.

Que dejen de volar platos y sillas,

Cada vez que imagino

O recuerdo.

Que todo se acomode como ese piano,

Esa batería y ese saxo…

Quisiera echar los fantasmas a patadas…

Esos que se quedan en los lugares

Por donde anduve

Y me siguen hiriendo con sus burlas,

Sus juicios,

Quisiera que se acabe el tiempo de las alarmas

Si al fin y al cabo…

Si el miedo ayudara…

Quisiera que vengan cosas nuevas,

Una después de otra

Para que el exceso de equipaje

No salga tan caro

En los despertares amarillos

Quisiera vivir,

Carajo

Porque el tiempo se acaba

Y no hay vuelta

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A menos que ese platillo y ese bombo

Estén a cargo de los minutos y las horas y hagan la vista gorda, la excepción para los impuntuales y desprevenidos.

Si al tiempo lo manejaran los músicos, El cerebro pesaría menos

Y los comienzos y las tensiones

No serían más que los necesarios

Y todo lo demás sería un caminar,

Una chica que corta jazmines en el parque

Con esa delicadeza,

Esa ternura

Y esa flor roja sobre la oreja.

Si al tiempo lo manejaran los músicos

Todo lo demás sería una pausa.

3

Bajemos un poco las luces,

Vivamos un rato el escenario vacío

Y “los libros de la buena memoria”.

Afuera ocurren las cosas

Pero no todo el tiempo.

Habrá que parar

Para que suenen los acordes amargos, Los acordes infinitos.

Porque lo amargo hace bien

Cuando uno anda por ahí

Intoxicado de ilusión

Y sospechas.

Lo amargo es hoy,

Es acá, Es adentro

Juguemos entonces

Con la luna,

Con ese olor a comida caliente

Que hay detrás

De las puertas de los hogares.

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Juguemos con las notas,

Las distorsiones.

Bajemos un poco las luces,

Cerremos las ventanas

Y cubramos los espejos

Para que un día suenen

todas las cuerdas.

4

El mundo se calla,

Los fantasmas ya no vienen

A beber de los estanques de agosto.

Duele el vacío, saber que los fantasmas

También hacen su vida.

Pero estoy tranquilo

Y a veces los poemas no terminan, se van con ese arpegio

Que se queda sonando un rato

Allá lejos

Y al fondo, bien al fondo del poema

Se va la tristeza

Y me saluda con su sombrero blanco y su collar de caracoles.

Me saluda

Y no le correspondo

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Llegó el momento de levantar las tazas,

De pedirle a la borra

Del café

Que mi Amor no te duela.

Llegó el momento

De sacarme tu olor

De jugar otra Vez

frente al espejo

A ver si soy el mismo

Y los solitarios no conocemos otra música.

No estamos donde hay que estar

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Porque allá duele menos

O no.

Hace tiempo que no sé muchas cosas

Te diría que nunca supe.

Pero camino por la casa

Como si supiera

Quiero decir…

Como si nada hubiera pasado

Y la borra del café

Sigue ahí,

Resistiendo

La pregunta del agua,

Preguntando todo.

Y algo me empieza a doler

En alguna parte.

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Yo también quiero que joni mitchell venga a curarme por las noches

mientras leo

y le rezo

a ese dios que no existe.

Quiero que cante

y que en su voz vuelva aquel patio

De baldosas rosadas,

Mi madre espiando el acecho

De la gata, trepada al ciruelo

Quiero que vuelvan las cigarras del verano

Y mis hermanas arreglándose el pelo

Para salir con alguien,

Mis hermanas sin desesperación, sin hambre.

Quiero que todo vuelva y se vaya.

Porque joni mitchell es así.

Siempre se guarda un acorde impredecible,

Un agujero para que respire el azar

Aunque ya empiecen a doler los huesos,

Aunque empiece a quedarse

El insomnio

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Joni Mitchell vino a curarme

Y mañana…

Mañana…

Será otro día

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Mi rebeldía es este Blues sordo,

Este blues de sombrero

Caído sobre los párpados,

Esa guitarra que suena sola, escondida.

Ese grito que sale del centro de la tierra

Esa tierra podrida

Por los escupitajos

De un par de viejos decrépitos

Después que salen del burdel

Y juegan al golf y a las cartas

Con la respiración del planeta.

Mi rebeldía es esta melodía cuadrada,

Este silencio contenido en la garganta,

Este llanto que me quedó de la niñez

Y del que nunca salí.

Soy la versión adicta de Peter Pan,

No quiero crecer

Para que el niño vuelva a llorar

Todo lo que haga falta.

Y sí

Por un segundo,

Tan sólo por un segundo de honestidad

Deseé la muerte a los miserables

Que cuentan plata delante de las narices frías.

Mi rebeldía es este Blues amargo,

Esta sed,

Este amor que no doy

Y todavía falta.

Esta muerte tan paciente y tan amiga.

Soy este blues

Y no sé hasta cuándo.

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No sé si fue el silencio de los otros, esa forma de “no mirarme”

No sé si me cansó andar adivinando la alegría o el odio de los otros.

O tal vez lo sé demasiado.

Supe y dejé de saber

Hasta que definitivamente supe

Y ya no me importó nada

De vos ni de nadie

Al menos nada que tenga que ver conmigo

Y desde que nada me importa

te presto más atención

A vos y a todos

Es como si hubiera más espacio, más tiempo, más aire.

Como ese aire fresco que entra en la casa

Cada vez que viene Rita Pavone

Ese aire que disipa el olor a tostadas

De las seis de la tarde,

El olor de las obligaciones.

Rita canta y me acordé,

Como en la película.

Me acordé que todo está bien.

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La noche será larga,

Será difícil.

Nadie vaya a llamar,

Otra vez conversare

Con mis muertos

Y el llanto de polya yordan

Será desgarrador,

Y no sanara las certezas.

Habrá que acostumbrarse

A estos inviernos raros

En los que el frío no avisa.

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Habrá que habitar

Lo que queda

Después de la ilusión

Y Pollya grita como una madre aunque no alcance.

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Esta noche no me sirvas

De ese vino que ya pasó,

No me sirvas,

No sirvas a nadie.

Dejemos la oscuridad

Para otra desesperación.

Esta noche no me convides

Tus cicatrices,

Estoy limpio.

Sin culpa,

Sin miedo,

Sin retorno.

Volvete a casa,

No toques ni siquiera el timbre.

Yo voy a adivinar que volviste

Por ese árbol que sigue moviéndose

Y por ese frío de afuera.

Andate y déjame sólo,

Prometo no mirarte

En los espejos negros,

Los espejos de otros.

Que están por todos lados

Y muchas veces.

Esta noche no me convides

Tus cicatrices.

Mi sangre no terminó.

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Mariano Longarini nació en San Isidro, provincia de Buenos Aires en 1974. Actualmente reside en Córdoba. Es abogado y se desempeña en los Tribunales Federales de la ciudad de Córdoba.

Concurrió a talleres de escritura con la escritora Susana Cabuchi durante más de veinte años. Desde el año 2001 ha participado en diferentes concursos literarios de narrativa y poesía en los que obtuvo premios y menciones. Ha publicado en Antologías con otros autores y autoras. Ha publicado en el año 2017 su primer libro de cuentos “Los Desconocidos” en la editorial Lago Editora. Ha sido jurado en el concurso de narrativa, poesía y microrelatos en la ciudad de Deán Funes (año 2021). Asiste a diferentes Cafés Literarios de la provincia de Córdoba.

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Poemas de Isabel Zapata (México)

Razones para no pisar a un caracol

Porque son machos y hembras al mismo tiempo.

Porque su concha crece con ellos.

Porque Apicio los cocinaba con vísceras de pescado fermentadas.

Porque su baba quita las arrugas.

Porque su apareamiento dura tres horas.

Porque tienen veinte mil dientes microscópicos.

Porque el papa Pío V dijo que eran peces para poder comérselos en cuaresma.

Porque duermen siestas de una semana.

Porque Leonardo da Vinci los preparó con mantequilla y perejil.

Porque caminan con el estómago.

Porque crujen, pero saben amar sin rigidez.

* Diorama con oso polar

Al fondo del pasillo vive un oso polar.

La entrada es cara pero si te acercas lo verás devorar una foca de sangre falsa.

¿Sueña el oso disecado con focas vivas?

El taxidermista que arregló su cuerpo conoce la elasticidad de su piel, la aritmética de su esqueleto, el ángulo exacto de sus articulaciones pero no el espíritu de hielo que en ellas se agitaba.

Como el vigilante del zoológico, es guardián de un animal vencido.

También de tu soledad hicimos una ciencia.

*

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Espermaceti (fragmentos)

1.

Para Lelé

Una ballena es un país de fronteras difusas, un país que no aparece en los mapas, que bien podría estar inscrito en la Breve guía de lugares imaginarios entre Balnibarbi (tierra de hombres distraídos) y Barataria (la ínsula que el Quijote encomendó a Sancho Panza). Vista desde arriba una ballena es una isla de piedra flotando a la mitad del océano.

2.

En el agua los cachalotes son fantasmas grises, afuera son negros casi púrpuras con pecas amarillas. Las ballenas tienen la barriga llena de bichos, una ballena puede hospedar a más de siete mil.

Las ballenas también son una casa.

4.

Dicen los libros que un cachalote pesa cuarenta toneladas. Eso no puede ser cierto: un cachalote es ligero y blando como todo lo que no sabe tener dueño.

Una ballena es un país: no pesa porque no tiene anatomía, tiene geografía.

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*

Elogio de lo minúsculo

La atención es el principio de la devoción. Mary Oliver

En la humedad de líquenes y helechos habitan osos de agua tan pequeños que escapan a la vista: pandas transparentes de ocho patas, invertebrados de paso tan lento que apenas se desplazan por el mundo.

Cuando el agua se termina la vida se desprende de ellos en un estado de animación suspendida que dura hasta que regresa la humedad.

Luego vuelven a moverse y parece que nunca hubieran estado quietos.

Los tardígrados pueden sobrevivir al vacío espacial, altísimas presiones temperaturas extremas, radiación cósmica, inmersión en alcohol puro.

Para resistir al estrés, se apropian de genes ajenos, provechosos: transferencia genética horizontal.

La bióloga italiana Tina Franceschi rehidrató unos tardígrados que encontró en la muestra de musgo de un museo que llevaba seca ciento veinte años.

A los doce días, uno revivió.

Hay científicos rusos que aseguran haber encontrado tardígrados vivos

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en la cubierta de naves espaciales recién llegadas del espacio exterior.

Lo minúsculo siempre se resiste.

Suenan a ficción las cosas pequeñas pero pensándolo bien, no es extraño que un oso de agua sea indestructible.

* La creación del rinoceronte

El primero de mayo de 1513, el poderoso rey de Portugal, Manuel de Lisboa, trajo este animal vivo desde la India llamado rinoceronte. Ésta es una representación fiel del mismo. Es del tamaño de un elefante, pero tiene las piernas más cortas y es casi invulnerable. Tiene un cuerno fuerte y puntiagudo sobre el hocico, que afila en las rocas. Es del color de una tortuga manchada y está recubierto de gruesas escamas. El elefante tiene miedo del rinoceronte porque cuando se encuentran, el rinoceronte carga con la cabeza entre las patas

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delanteras del elefante y desgarra su estómago, sin que pueda defenderse. El rinoceronte es rápido, impetuoso y astuto. Está tan bien armado que el elefante no puede dañarle.

1.

Dicen que Durero era capaz de caminar durante días para ver una morsa y que se pasaba tardes enteras persiguiendo una liebre o mirando a una ardilla comer bellotas.

Cuando supo que había una ballena varada en las costas de Dinamarca, corrió a verla. En el camino le dio malaria. Nunca se repuso por completo.

2.

En 1515, un sultán envió al rey de Portugal un rinoceronte como regalo.

Era el primero que llegaba a Europa desde la caída de Roma, así que a los pocos meses ya tenía su canto de victoria y un lugar debajo de la palmera, a la izquierda del Padre, en la Creación de los animales de Rafael.

Durero nunca vio al rinoceronte, supo de él por descripciones de un amigo pintor del que no se conserva el nombre.

Por eso lo convirtió en un animal tan grande que se desborda del papel, un caballero cubierto de placas sobrepuestas, de verrugas o escamas remachadas, un gigante con silla de montar y un cuerno extra en el lomo, por si acaso.

Quizá la piel rocosa se debe a la dermatitis que el rinoceronte sufría tras cuatro meses de viaje entre India y Portugal o a la armadura que llevaba puesta cuando el Rey Manuel I lo puso a pelear con un elefante para comprobar que eran grandes enemigos.

Dicen que se miraron a los ojos un momento antes de darse la media vuelta.

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Así como los pantalones que llevamos puestos toman con los días la forma de nuestras piernas, el rinoceronte imaginario adquirió con el tiempo los ángulos de metal que Durero dibujó en él. Ésa fue la imagen que apareció durante años en la cabeza de cualquier europeo que pensara en un rinoceronte.

3.

Tiempo después, el rey le mandó el rinoceronte al papa León X, pero el rinoceronte nunca llegó a Roma: su barco naufragó cerca de Marsella y los grilletes que lo mantenían fijo le impidieron nadar hasta la orilla.

Cuando recuperaron su cadáver, lo rellenaron de paja como si nada.

4.

Hay sultanes indios que regalan rinocerontes, reyes que los enfrentan a falsos enemigos y papas que esperan cargamentos vivos en el puerto. Hay pintores que llevan rinocerontes en la mente y rinocerontes que habitan los límites de lo real como fantasmas que dejaron algo pendiente. Hasta los animales enjaulados o atados con grilletes a la cubierta de algún barco son más libres que nosotros, que vivimos atados a lo que no podemos ver. Por eso la ficción es un problema un mal hábito que hay que sacudirse: porque pone distancia entre la carne y su retrato. Las cosas son sencillas para un rinoceronte que sabe ejercer su oficio de rinoceronte.

Un rinoceronte no necesita tinta ni armaduras. Un rinoceronte existe al margen de todo esto.

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Isabel Zapata es una escritora, traductora y editora nacida en la Ciudad de México en 1984. Estudió Ciencia Política en el ITAM y Filosofía en la New School for Social Research, en Nueva York. Es autora de los libros Las noches son así (poesía, Broken English, 2018), Alberca vacía (ensayo, Argonáutica / UANL, 2019) y Una ballena es un país, (poesía, Almadía, 2019). En 2015 fundó Ediciones Antílope con cuatro amigos, que bajo el lema “hacemos libros que nos gustaría leer” ha consolidado un catálogo que abarca la narrativa, la crónica, la poesía y el ensayo.

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Poemas de Nicole Brossard

PALMERAS

Los ojos de Woolf y de Borges no consigo deshacerme de la idea de que ante el tiempo hoja o niño el tiempo causa temporal o laberinto a nadie se le ocurre resistirse

de la vida se dicen tonterías en fin para ganar tiempo short cut: batiburrillo de flash febril furioso tiempo muerto en las pantallas tiempo real a solas de tú a tú lado a lado pronunciar bien palmo de sinceridad

somos seres previsibles en verano a lo lejos acariciamos con los ojos el futuro a gajos la lengua en la boca paisaje móvil viable o vital el hueso de la mejilla es suave hoja o tiza en la curva de la espalda en la curva del vientre de las mujeres es donde la mano calcula el tiempo la pura necesidad de comparar ex aequo en otra época vívida ficción y hermoso lugar ajeno hoja o niño el calor devuelto de las bocas

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hija u hoja una sensación tan frecuente

quizás convenga hacer una pequeña incisión con la uña en el silencio para que el tiempo suba maternal hasta las sienes ida y vuelta de memoria la vida empuñada como luz

el momento repentino si dejara sin más de existir del principio al fin de este poema entre cada latido del corazón confuso como después del amor o milésima de segundo que estremece al atleta

en los libros de Woolf y de Borges el tiempo del ciego el tiempo de la mujer desde mil puntos de vista hermosa fluidez que no daña ni a la piedra ni al mar

ES EXTRAÑO

Esta idea de que podemos flotar con un sentido a nuestro alrededor y que podamos hablar con cerillos y pesares no sé si podemos decir los ojos de alguien son pavorosos ¿por qué lo diríamos? qué extraño es estos tenis súper cool que levantan el polvo estos cascos Nike Adidas Mundial en la cabeza de muchachos que matan con fusiles de blancos que encienden Camel, Gitanes, Lucky Strike y nada de ficción y nada de ficción qué extraño es todo este dinero

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*

esas manos de niñas puestas allí así realmente todos estos olores los vientres pequeños, los grandes, los músculos de los clientes tantas dolencias a la altura del sexo qué de todo este dinero, ¿cuánto? ¿Tanto? qué extraño es ese viejo faná fanamolah fanapapal fanático que presume de hablar todas las lenguas de la tierra para que ni una muchacha salga de las garras de dios sin la ayuda del viejo faná fanamolah fanapapal qué extraño es este conejo verde, esta gente desnuda, esta perra esta oveja, este huevo, esta rata esta costumbre de lo vivo que no quiere dejarnos qué extraño es el celular, los lentes del chavo de onda el cráneo del investigador inclinado sobre nuestros genes, todo este ejército que va y viene en zigzag por el calendario qué extraño es este banco de hielo a la deriva el color del agua, el precio del bebé dame un cerillo es extraño el olor del puerco y del petróleo el olor del verano en vapores los árboles hermosos el follaje el olor de los gatos de algalia, el olor de los pollos qué extraño es mi pulgar con tinta negra que pronto será una letra carbonizada en mi pasaporte y el iris que prueba que yo soy yo y no tú y tal vez ya nadie qué extraño es esa cámara allá

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ésta, no aquella, arriba abajo de la escalera atrás de ti, delante de mí dame un cerillo Sí, es extraño los nanosegundos en nuestros pensamientos las cifras, las direcciones, los nombres el sentido de las palabras que cambian atraviesan nuestras heridas como un vértigo en lo horizontal dílo qué extraño es la ternura la ira que dobla las rosas a su paso el bien el mal en la superficie el olor de las lilas, las caricias la noche que nos sorprende como en un número de circo con grandes silencios y maquillaje es extraño cómo en el mundo las mujeres lloran sin sacar su fusil no sé cómo

decirlo: el mundo ha sido incendiado mil veces entre nuestras manos y sin embargo dame dame un cerillo más porque es extraño el cariz que toma este pesar más fuerte que la aurora en el smog y nosotros del otro lado del viento reteniendo el aliento entre las heridas y las cicatrices qué extraño es el ruido de las explosiones en los cafés la cantidad de mártires de analfabetas de bebedores de cerveza y de té la cantidad de muertos mi amor es extraño dos mujeres que se aman en el ángulo del placer loco es extraño el placer la cantidad de estaciones que disminuye

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el futuro que se estrecha en el silencio como si soñáramos con un ardor sin nombre para tocar a la puerta de la historia en plena crisis de esperanza es tan extraño este tráfico de seres y animales los rostros, los cuernos, las prohibiciones los sexos qué extraño es cuando para evitar lo peor el alma deja que se multipliquen las espinas en los callejones, los bares los museos y los jardines es extraño cómo dices querer volver a empezar a plegar desde dentro el planeta para que haya aire en las traducciones, que aumente la pasión qué extraño es cuando me dices sal de tu soledad y yo no oigo nada los ojos fijos en la noche dame un cerillo está oscuro en nuestra humanidad

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Nicole Brossard, (27 de noviembre de 1943) es una poeta y novelista francesacanadiense.

Vive en Outremont, un suburbio de Montreal, Canadá. Su obra, iniciada en 1965, comprende unos cuarenta títulos de poesía, ensayo y novela. Sus libros, traducidos al inglés, alemán, español, italiano, japonés, portugués, rumano, noruego y esloveno, le han valido reputación internacional.

Dos veces ganadora del Premio del Gobernador General y también dos veces ganadora del Premio del Festival Internacional de Poesía de Trois-Rivières.

Nicole Brossard forma parte de una generación que renovó la poesía quebequense en los años 1966-1975.

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Poema de Jorge Luis Carranza

Una voz me dijo claramente no hay error en el error dijo andá sabiendo la mano grande de la vida la mano grande la muerte amasan amor con dolor tiran la masa contra la mesa la golpean la estiran la soban y así vamos me dijo cuidá a los tuyos que no son tuyos pero hacelo igual aunque llueve y truene ponele cariño al metro cuadrado que te tocó en suerte claramente dijo no te olvides no hay orillas no hay orillas no hay orillas la escuché no me olvido.

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Poemas de Sol Morais

Game over

Cuando me fuiste a buscar para que lo saludara tenía una travesura entre las manos tierra entre los dientes y la diversión no paraba de hacerme cosquillitas en la planta de los pies. Refunfuñando te seguí hasta la habitación. Mi espíritu, seguía jugando afuera, en la vereda, con los vecinos. No teníamos más de nueve y apuesto todos los girasoles que me comía en aquel entonces que ninguno entendía muy bien de qué se trataba la muerte. Recuerdo sólo que mi saludo fue como un trámite que no requirió demasiado tiempo. Me culpé durante años ese acto de inconsciencia no entender no saber que se estaba yendo. Me llevó lo mismo que tardaba en pelar una semillita, comprender que así como la parca se llevaba a mi viejo, la inocencia germinada en la niñez tampoco sobrevive la primer helada.

todos somos niños cuando la muerte nos abre los ojos -Franco Rivero-

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Fruto

A veces cuando rebobino una multiplicidad de fotos caen de un árbol. Se apilan desordenadamente como la ropa que voy dejando sobre la cama, principios de los años noventa. Se traza un sendero que empieza en la plaza y termina en el campito. Allí íbamos a buscar leche el tambero ordeñaba la vaca frente a mis ojos niños con la misma paciencia que mamá desnataba las tazas de café. Entre un pino y una palmera una dálmata disputaba el patio con el loro de la vecina. Una pileta de dos por uno era una película de Disney donde yo misma era la sirenita preferida del reino acuático de papá. Entraba en escena una tortuga ninja, una mariposa una negra candombera una caperucita roja sin lobo, sin bosque sin peligro. A veces cuando rebobino sólo miro las imágenes. En todas estoy sonriendo. Tienen el brillo propio de las frutas maduras amontonadas a la sombra del pasado.

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En el nombre de ella

Rezábamos todas las noches como rutina de iniciación, sus dedos en mi frente sellaban una cruz mansamente de arriba abajo de sien a sien tapada por un flequillo intacto donde perdura la bendición.

La Posta I

Cuando borraron la casa del mapa, quedó sólo una ventana sin rejas sin persianas. La correntada tampoco tuvo piedad. Se llevaba las ruinas de una familia desarmada, traía recuerdos. Entonces, era atleta federada velocista, corría cien metros, pasaba la posta, huía de la vida que me espera.

II

Vivíamos todavía bajo el mismo techo imaginario, sostenido por líneas trazadas en una hoja de calcar. Él también corría como yo, pero quería, creo,

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ser dibujante, levantar las paredes de una casa que desaparecía a la misma velocidad a la que corríamos para alcanzar la única copia que el viento se había olvidado.

III

Al final, los cuatro corríamos sin entender el juego, perdimos la carrera, cada uno disparó para su lado sin pasarnos nunca el testigo.

Rojo sangre

Cada vez que agito una pintura de uñas suena una alarma.

El choque de tus anillos contra el esmalte, las bolitas del interior. Se me vienen las huellas que dejan mi hermano y mi sobrino una pisada igual a la otra, la misma forma de avanzar. Pienso en la foto en mi pared, la carcajada se adueña de tu cara todos creen que soy yo. Me gusta tener tu risa colgando de un clavo no reías mucho después de la muerte de papá. No sé si apoyamos el mismo pie al levantarnos de la cama si tenemos el mismo sueño iguales ojeras en el espejo

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pero tengo un estuche lleno de pinturas de uñas la mayoría rojas, distintas tonalidades de la sangre que al agitarlas me despiertan.

Setenta por ciento agua

En San Pedro de Atlixco hay un río, acequias cascadas y cascaditas. El agua fría, helada cae corre fluye moja, todo el tiempo, moja. La gente digo, los grandes los chicos, todos se meten se divierten se tiran con baldes bombitas, bombuchas pistolas, pistolitas. Con poco, algunos dirían, con nada con todo, diría yo. Un lunes es como un domingo y pareciera que en San Pedro de Atlixco todo el año es carnaval. Acampamos al lado del río al costado de un restaurante a la Pauli la atacó una jauría y yo casi muero de frío. Lloré al hablar de mi vieja como siempre

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como ahora, que lloro en este bus volviendo de San Pedro de Atlixco tan sólo por el hecho de recordarlo. Es que es como dice la Pauli, lloro en cualquier lado y pienso que mis lágrimas son incontrolables, tienen vida propia, como el agua de las cascadas de San Pedro de Atlixco que cae corre fluye moja, todo el tiempo, moja y me impide secarme por dentro.

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María Sol Morais nació un día de otoño de 1987 en Canals, un pueblo al sudeste de la provincia de Córdoba. Vive en la capital cordobesa desde que tiene 17 años. Es Licenciada en Trabajo Social pero también estudió numerología, tarot y astrología. De esta última, ya terminó varias formaciones, pero sigue y seguirá estudiando ya que considera que los conocimientos en este campo son tan infinitos como el universo mismo. Junto con la expresión artística literaria, son dos de sus mayores pasiones. Para Sol, la escritura siempre fue un refugio. Antes la utilizaba, incluso, como un espacio terapéutico, catártico, cotidiano. Tenía una página personal en Facebook y publicaba casi todos los días desde reflexiones, narrativas, textos y poemas. Estuvo bastante inmersa en el mundillo literario de Córdoba, participó de varios festivales, leyó en distintos lugares, tuvo el honor de compartir lecturas con grandes poetas y además de producir sus propios fanzines, algunos de sus textos también fueron publicados en fanzines de producción colectiva. Los poemas aquí seleccionados son parte de un poemario que comenzó a escribir hace seis años y que aún, por diferentes motivos, permanece sin publicar.

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Libro suicida

HACE más o menos un mes atrás, un libro se cayó de la biblioteca. Si, saltó del anaquel, como un suicida. Justo pasaba y alcancé a salvarlo antes que se estrellara en el piso.

"Estaba muy apretado, entre otros que no me son afines", me dijo. "No quiero estar más allí", aclaró.

-"Bueno, te vamos a reubicar”, dije. Pero ¿dónde?

El libro no era uno muy conocido, ni clásico ni nada, no era poesía ni narrativa, ni ensayo. Era un libro, raro, trataba sobre las malas palabras.

Un libro así debería estar al último de todos, dije. “O en primer lugar”, dijo él. Lo puse al final de todos los otros del estante.

Al rato, como a la hora más o menos, de nuevo saltó, pero esta vez cayó al suelo, con gran estrépito. Pero no se hizo daño alguno, solo un raspón en su tapa dura.

“¿Que pasa ahora?", pregunté.

"Es que hay mucho ruido allá en el fondo. Todos hablan de lo que tratan. Es un lío bárbaro. No se entiende nada y me aturden, cada uno con sus cosas, sus temitas."

Luego dijo: "Uds. nos leen y después nos encajonan en un estante y se olvidan y quedamos allí abandonados".

-"Debo ordenar la biblioteca por temas, cuidar más mis libros”, dije. Me dispuse a hacerlo. Me llevó varios días, una semana más o menos. Luego coloqué el libro suicida al principio del anaquel, allá arria, en el primer estante. Nada dijo ni saltó. Hace un tiempo ya.

Cuando lo fui a buscar esta mañana, no estaba en la biblioteca. Lo busque por toda la casa, el quincho. Voy a la pieza y allí estaba, muy cómodo, en la mesa de luz.

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El grupo antipop del Norte argentino

(Fragmento)

Uno

Me llamo Miguel Luis Martínez. Mi madre eligió ese nombre porque siempre amó con locura a Luis Miguel. Desdeque estaba en la panza, ella me cantó sus canciones una yotra vez, y la voz del Rey Sol era lo único que la sacaba de ladepresión que cargaba. Mi padre se había ido apenas supo del embarazo, entonces mamá cantaba para no llorar y alnacer me puso ese nombre.

Aunque no lo crean y resulte algo extraño, soy muy parecido a Luis Miguel. El mismo color de ojos y cabello, la piel trigueña, la cara redonda y ese pequeño espacio entre los dientes de adelante. En mi niñez, mamá me dejabael pelo largo, y en el barrio y en la escuela, me llamaban Micky. Algunas maestras hacían bromas, me pedían que me sacara el guardapolvo, pusiera pose de estrella y se sacaban fotos conmigo para luego presumir de que habían conocido al pequeño Luis Miguel en persona. Hasta me in- vitaron a un programa de radio, el que más se escuchabaen la ciudad, pero fui un fracaso. El locutor me pedía quecantara o, por lo menos, que hablara como Luismi, pero yo no tenía idea así que me quedé en silencio. Lo único que repetía el locutor era:

–Si lo pudieran ver, si lo pudieran ver, dos gotas de agua.

En el último año de la primaria, mamá blanqueó su relación con un tipo que llegó con una empresa petrolera y lo que empezó como algo casual, sin compromisos, se volvióserio. Por una parte, fue un alivio, de golpe me encontré con más libertad para hacer lo que quisiera como jugar al fútbol hasta altas horas de la noche, andar en bici, subir hasta la toma de agua, atravesar el río y

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tirarnos por las bajadas que tenía. Volver a casa con la ropa mojada. Ahora que lo recuerdo, puedo decir que ese año, el del séptimo grado, fue uno de los mejores que viví. Dejé de preguntarle a mamá por mi padre y, además, el Rey Sol creció, se le enruló el cabello, y yo seguía con el pelo largo y lacio.

Ese verano pasaron muchas cosas. Sergio Luis, como se llama la pareja de mamá, alquiló una casa amplia y luminosa en el centro y nos mudamos. Mamá quedó embarazada y ellos decidieron que dejara mi escuela pública y me inscribieron en un colegio privado, el más caro. Me explicaronque era lo mejor para mí, por los paros y el futuro. De la no-che a la mañana me encontré lejos del barrio, de las calles de tierra, del potrero, de mis amigos y de las señoras que tomaban mate en la vereda y me saludaban al pasar con un largo adiós y una sonrisa inmensa.

El primer día de clases fue un horror. Yo tenía el pelo largo hasta los hombros y me encantaba jugar al fútbol, correr y sentir que el cabello me rebotaba en la nuca. Usaba una vincha y en la canchita del barrio me decían “el Pájaro” como a Caniggia. Amaba ese apodo. Pero ese día,en el colegio, no me dejaron pasar.

La Madre superiora y la directora nos detuvieron en la puerta. Estábamos con mamá. Los chicos y chicas ya estaban formados por curso, de un lado lo más chicos y los más grande del otro. Lo único que los diferenciaba era la altura y la contextura física. Si uno miraba de lejos, el uniforme, de alguna manera, losvolvía idénticos.

–Su hijo no puede ingresar de esa manera –dijo la Madre Superiora. Mamá, que siempre parecía estar en otro mundo, abrió grandes los ojos y preguntó:

–¿Por qué? Si pagamos la inscripción y la cuota.

–El pelo –dijo la directora y para hacerse la graciosa agregó–, ¿o quiere formar en la fila de las chicas?

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Me dio una bronca. Si hubiera sido más valiente le hu-biera dicho algo por lo menos. En cambio, dimos media vuelta y nos fuimos. Calladitos como si hubiéramos robado algo y nos descubrieran. Esa misma mañana caminamos hasta la peluquería. Tuvimos que esperar como dos horas hasta que llegó Tatín, el peluquero de mamá. Entramos junto a él y Tatín prendió las luces y me puso la bata.

–Bien cortito así no tengo problemas –dijo mamá. Tatín me tocaba el pelo y a cada rato decía:

–Qué lindo, qué fuerte este cabello, qué lástima. Tatín me cortó tres dedos, parecía Cristóbal Colón, peromamá insistió.

–Bien corto –ordenó y se acarició la panza que ni se lenotaba. Sacó la máquina y me pasó la dos. Escuché el ruido delpequeño motor y la sentí a un costado de la cabeza. Los mechones rubios cayeron al suelo. Tatín cortó al medio con tijera, los azulejos se llenaron de mechones dorados.Con gel me levantó el pelo y me miré al espejo. Tenía el mismo corte que le hacen a Luis Miguel en el videoclip de“La incondicional”. Y juro por mi madre que sigue vivita yrezando el rosario cada tarde que nunca estuve tan parecido a él.

Fragmento del libro “La guardia de la Noche”, Edito Antipop, 2023

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Fabio Gabriel Martinez:(1981) Campamento Vespucio, provincia de Salta. Participó en la Antología de jóvenes narradores de Córdoba "Es lo que hay" (Editorial Babel 2009). Su primer libro de relatos "Despiértenme cuando sea de noche" fue editado por Editorial Nudista en 2010 y reeditado en 2012, recibió el tercer premio en el género cuento en Fondo Nacional de las Artes. A mediados del 2013 publicó su primera novela “Los pibes suicidas” (Editorial Nudista) finalista del Premio Cambaceres organizado por la Biblioteca Nacional. Ese mismo año la provincia de Salta lo galardonó en el concurso provincial literario por su libro “Dioses del fuego y otros relatos”. Fue parte de la colección Leer es Futuro llevada a cabo por el Ministerio de de Cultura de la Nación.

A partir del año 2016 se volcó a la gestión cultural y organiza los eventos de literatura y música en vivo “Historias Contemporáneas” y “Sinfonía del Sentimiento”. Uno de sus principales objetivos es que los y las artistas que participan cobren por su trabajo.

En el 2017 el Concurso de cuentos de General Cabrera le otorgó el segundo premio a su cuento “Las fiestas terminan primero”. En el 2018 Editorial Nudista reeditó su último libro de cuentos “Dioses del Fuego y otros relatos”. Este mismo año participó como expositor de la Feria Internacional del libro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el 2019 la editorial Borde Perdido le editó el libro “El grupo antipop del norte argentino”. En el 2020 la provincia de Salta le otorgó el primer premio en el Concurso provincial de literatura infanto juvenil por la novela corta “La asombrosa Laguna del Cielo”.El año pasado, el Fondo Nacional le otorgó la beca creación para que pudiera terminar su novela Que la fuerza te acompañe. En 2022 fundó su propia editorial Antipop donde publicó su último libro La guardia de la noche y reeditó Los pibes suicidas y La asombrosa Laguna del cielo. Coordina talleres de escritura creativa de manera virtual y presencial hace más de ocho años. Es Licenciado en Comunicación Social U.N.C. y docente.

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Una cosa trae la otra

Hoy es 6 de abril y llueve en Córdoba capital. Llueve - hasta diría- con cierta melancolía. Abril es un mes importante, me digo, recordamos a los Veteranos y caídos en Malvinas, se concientiza sobre el autismo, sobre el Día Mundial de la Salud, del arte, del aborigen americano, de la tierra, el idioma, del libro y el derecho de autor, del animal y de las niñas en las Tic. La primera vez que vi esto último, me sorprendí. Es algo reciente, se celebra a partir de 2011 para rebajar la brecha digital de género y alentar las vocaciones tecnológicas en las niñas y jóvenes.

Antes me gustaba abril, me devolvía días otoñales, una temperatura ideal y hasta me transmitía cierta alegría. Pero, si lo pienso, muchas catástrofes históricas y acontecimientos ocurrieron en este mes: el asesinato de Lincoln, el terremoto de San Francisco a principios del siglo XX, que propagó por la ciudad un incendio que duró cuatro días y noches y que dejó a más del 80 % de la urbe destruida. El hundimiento del Titanic, con más de 1500 personas muertas. El desastre de Hillsborough, en Sheffield, Reino Unido, donde murieron 96 personas aplastadas y hubo 766 heridos, debido a un exceso de espectadores en la grada central del estadio o cuando los miembros de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego intentaron asaltar un recinto ocupado por el grupo religioso Davidian Branch, que estaba fuertemente armado. El FBI usó gas lacrimógeno en un intento de que los fanáticos salieran del lugar. Hubo un incendio masivo, que causó la muerte de 76 personas, entre ellos, niños o el desastre petrolero de Deepwater Horizon; el accidente nuclear de Chernóbil, uno de los grandes desastres medioambientales de la historia o algo más reciente, como el incendio de la catedral de Notre Dame.

Hablo de eventos que quedarán en la historia y eso está bien (creo) pero que hay con los brotes de enfermedades en la actualidad que están diezmando a poblaciones enteras: la psitacosis en Europa, el virus de Nipah en Bangladesh, coronavirus en Arabia Saudita,la gripe A y sus variantes en España, China, Reino Unido,Irlanda del Norte, Brasil; poliovirus en Indonesia, Carbunco en Zambia, viruela símica, sigilosis y cólera en el Congo, Difteria en Guinea y dengue en Argentina y otros países del mundo.

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Nada de esto es culpa de abril, lo sé, sólo quiero descargarme, sacarme la tristeza y las sombras. Hay otro motivo por lo que el mes no me está gustando nada y es el paso de la muerte, arrasando con las luces que nos quedan, con las esperanzas que escasean, con aquellos seres que tienen por costumbre depositar sobre nuestras vidas: un argumento, un camino, una reflexión, pureza, sabiduría en la textura excelsa de las palabras.

El primero de abril falleció el poeta Alejandro Nicotra, una de las figuras más prestigiosas de la poesía argentina, nacido en Sampacho en 1931. Su vasta trayectoria intelectual dejó una obra lúcida, inigualable. Pero, como él mismo lo decía en un poema.

El niño que escribía de noche, hurtando luz, no ha muerto. No ha muerto ni morirá, agrego. Nicotra traslucía en sus poemas ese pulso reflexivo que le otorgaba escuchar su propio Ser, su cantata interior. Su obra nos dejaba sentir esa paz inusual que sólo pueden transmitir quienes viven en calma y seguramente - en este casocobijado por el paisaje de Villa Dolores, terruño donde pasó sus últimos años.

Y no alcancé a reponerme, cuando la penumbra se volvió más oscura ante mis ojos. El 5 de abril, fallecía en Deán Funes, Daniel Tomás Quintana, poeta y amigo entrañable. Todavía su ausencia es tan fresca que me duele en el cuerpo, el corazón y los ojos. Su narrativa y su poesía era /es / y será por siempre exquisita, y su voz, una fortaleza que usaré cada vez que relea su obra, cuando me ampare en sus credos, en sus tucuras y chañares, cuando me empalabre en su alfabeto y sus mandalas, cuando cruce sus insomnios, sus incendios, la sequía. Y quiero compartirles un poema que él me dedicara en su libro Animal Empalabrado titulado Viento (y que los deanfunenses conocemos bien). Dice Daniel:

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“El viento / ese viejo viento mío,/libera sus corrientes/ y azota perros, árboles,/ y humanos. // Su cuerpo vibra/ en el sepelio/ del domingo. // Miro sus ojos/ desde las orillas difusas/ de la noche/ asido a un precario/ puñado de palabras.”

Y cumpliste con la vida. Antes era un deseo “Ando con ganas de volverme viento”. Ahora, lo eres.

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ENTREVISTA A ALEJANDRO COZZA

“El cine también tiene una cosa que le es propia, que no le debe nada a nadie”.

Alejandro, gracias por venir. Tu película Todas las pistas son falsas, está basada en una novela de Dante Duero “En el vientre de Levyathan” como es literatura, nos dieron ganas de comenzar, que nos cuentes un poco como se dio eso.

-La verdad es que yo he trabajado muchos años como guionistas y a la hora de querer hacer mi primera película me costaba elegir una narrativa propia. Sabía más o menos lo que quería contar, como encararla, pero a veces esa idea de relato, de unir las partes sueltas que uno puede llegar a pretender, como a lo mejor ciertas emociones,

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cierto universo a retratar y de golpe apareció en mi vida la novela de Dante Duero.

- Dante Duero es…

- Es cordobés…, en realidad capaz que me equivoco y ha nacido en Santa Fe, pero reside en Córdoba, vecino del barrio Cofico. Dante me acercó esa novela, ya tenía escritas otras antes el, para que se la corrigiese y cada tanto algunos amigos hacen eso conmigo, ¿no? Me acercan novelas para corregir. En su momento le marqué algunas cosas, el la reescribió prácticamente entera y me la volvió a dar para leer y después me invitó a presentarla y cuando pasó eso yo ya sentí que la había leído tantas veces que ya estaba incorporada. Los personajes me interpelaban y era todo un universo que le dije a Dante, che, ¿me dejás intentar hacer un guion con esto? Él fue también muy generoso, me dijo enseguida, dale para adelante y si hay algo que me gustaba de la novela, es que es una novela infilmable.

- Ah, a ver, ¿cómo es eso?

- En sentido en que quizás buscaba una narración ordenada para llevar al cine, que es en definitiva lo que te piden los guiones muchas veces, es un cierto orden con los puntos altos de la narrativa, los arcos dramáticos.

- Acá había algo más caótico.

- Acá había algo totalmente libre, que cuenta el devenir de una serie de personajes de sus aventuras y desventuras nocturnas que para mí eran las aventuras y desventuras de una generación de gente que…

- Que se quería comer el mundo y que después hizo lo que pudo, como nos pasa a todos….

- Después pasaron los años, se llega a los 40, se llega a los 50 y es lo que la vida hizo con nosotros más allá de lo que queremos. Entonces me gustaba ese divagar de esa generación medio con Síndrome de Peter Pan, siempre digo yo, actuando todavía como adolescentes cuando ya no lo son y la verdad que bueno, en eso estuvieron por ahí

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los atractivos y de golpe sentí que eso también hablaba de mí mismo, o de mis amigos, de gente que conocía, entonces, la verdad es que se empezó a hacer una mescolanza entre ideas de la novela, ideas propias y quedó en la película eso

- Claro, es tu primera película como director exclusivo, has tenido en otras

- He colaborado en otras, con Rosendo Ruiz, que es un director de amplia trayectoria en Córdoba, he sido guionista de varias de sus películas, algunos talleres de cine que derivaron también en películas, también hemos coguionado y codirigido, pero bueno, la verdad que sí, es mi primero largometraje como director autónomo

-Que sensación personal tuviste cuando terminaste de hacer tu primera película, porque a uno le pasa cuando uno escribe el primer libro…

- Yo no sé si tuve una sensación de acabado, porque también creo, en el cine siempre decimos que las películas se terminan con el público.

- Claro, como nos pasa con la literatura y el lector

- La película, la verdad se fue terminando y completando un círculo en todas las proyecciones que fuimos haciendo, cuando yo charlaba con la gente, en las devoluciones, le gusta si no no, obviamente, había gente que se enojaba con la peli, como gente que se fascinó con ella, pero la verdad es que ahí es donde yo sentí que bueno, que la película estaba

- En una entrevista dijiste “durante la filmación de la película dejamos que el guion se re escribiera a si mismo durante el rodaje” tiremos de ese hilo Ale

- Bueno, yo la verdad es que depende los proyectos, uno como creador puede ser muy metódico o elegir el camino contrario. Yo sentía que no quería atarme prácticamente a ningún referente. Tenía que liberarme de toda atadura, inclusive de la propia novela y se lo dije muchas veces a Dante. Yo sentía que la película tenía que encontrarla, que no podía intelectualizar mucho sobre ella, sino que

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también tenía que vivirla y la forma de vivirla para mí es, en el rodaje cuando de golpe una serie de actores están interpretando esos personajes que se han inventado, sean los de la novela, sean los que están en mi cabeza, no importa, insisto, todo se confundía, como son los propios personajes que ellos mismos hacían como actores y aportaban, entonces ahí para mí la película fue cobrando vida, paso a paso y al mismo tiempo fue un rodaje caótico porque un poco también lo quise así, porque tampoco había plata, la plata ordena, la ausencia de dinero desordena obviamente en todas las cuestiones de la vida.

- Somos muy creativos los argentinos, con dos palillos hacemos…

- Pero para mí eso no tenía que ser necesariamente una cárcel ni un problema si no que bueno, la película tenía que hacerse cuando la película quisiese ser hecha. Al punto tal en que también hubo momentos en que no hubo más plata y hubo que cortar escenas de guion y se re escribió también en el proceso de rodaje y la verdad es que esa libertad, está bien que lo puedo decir quizás fuera de las angustias del proceso de hacerla y con el día del estreno ya arriba y con la película ya estrenada y mostrada, creo que la película era eso, haciéndose así y encontrándose a medida que se iba filmando y que para mí también fue coherente porque insisto, en esa deriva de sus personajes también era la deriva de la película, de su propio quehacer. Entonces el guion también, no podía obedecer, yo soy guionista, yo podría haber trabajado de forma metódica una escritura y no quise nunca hacer eso.

- Fue como soltar un poco.

- Si, yo siento, te soy sincero, siento que el cine hoy, mucho cine, no solo argentino si no quizá en general, sobre todo el cine que se ve en las plataformas, es un cine que está enfermo de solemnidad y es un cine que le ha dado la espalda a la vida y a la creación inmediata, es decir, son películas y guiones que están trabajados hasta el hartazgo, se han re escrito mil millones de veces, que están pulidos mil millones de veces, por equipos enteros de guionistas que son muy sabihondos de su quehacer y eso termina asfixiando y asesinado una emoción genuina que tiene que ver con el estar en el momento verdadero,

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único, real e irrepetible en un rodaje de cine y creando ahí, entre todos.

Aclaro que admiro mucho a todos los profesionales de cine y siempre dije, a veces en broma y a veces en cierto que yo siempre quise una película sucia y la verdad es que me rodeé de gente que es muy fina y de golpe, la verdad, pobre gente, sobre todo recuerdo el camarógrafo, en cual terminaba yo eligiendo los planos que salían mal, porque realmente quería esa mugre, ese registro.

- Esa cosa de mundo, realmente, porque si no hay un control... nosotros le preguntamos cómo ser, a los poetas, ¿el poema suelta al poeta o el poeta suelta al poema?, en este caso, ¿el director suelta la película o la película te suelta, cómo es eso?

- Hay un ida y vuelta, que es muy rico y está bueno, está bueno poder ser consciente de eso. Insisto, yo creo que hoy, la profesión en el cine cordobés, está bueno que se haya profesionalizado tanto, aparecieron grandes técnicos, grandes profesionales, grandes guionistas, grandes fotógrafos, grandes sonidistas, me encanta, pero tenemos que volver también un poco a una emoción originaria de ser como amateurs, digo yo.

Porque hay algo que me gusta, no sé si eso lo haría toda la vida, si la próxima la haría de la misma manera, no tengo idea, me sirvió para esta ópera prima. Yo sentí que era la manera en que tenía que encararla y la verdad es que no me arrepiento de eso

- Vamos a dar un respiro a la voz y vamos a escuchar un poco de música

Acabamos de escuchar la canción, Las Pistas Falsas conducen al Desamor, de The Secret Society, esta canción ha sido elegida por nuestro invitado, porque está en su película, contamos un poco esto

- Como escucharon y si prestaron atención a la letra, la letra termina diciendo, al final todas las pistas fueron falsas, la verdad es que esa frase inspiró al nombre de la película. Decidí cambiar el nombre originario del libro por el nombre de la frase de la película, el nombre de la canción es otro, como bien lo leíste. Y la verdad es que fue una

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canción, que yo cuando escribí el guion, la adaptación de la novela de Dante, la verdad es que me sonaba todo el tiempo, la ponía todo el tiempo, en YouTube…

- Era la banda de sonido, ya estaba siendo.

- Y la verdad es que me di cuenta que yo, muchas veces lo digo, parece que terminé adaptando más la letra de la canción esta que la novela de Dante digamos, porque también interpreté que Pepo Márquez que es el cantautor de esta banda, The Secret Society, habla también de una generación media perdida y boyando con todas sus heridas, justifiqué los medios con los fines y terminé como la gente que odiaba, entonces, bueno la verdad es que su manera de entender sus relaciones y los vínculos para la canción, sentí que era lo que yo también quería retratar y la verdad es que tuve la suerte que cuando terminamos la película, a mi no me quedó otra que si quería usar esa canción, tener los derechos de esta banda y la verdad es que bueno, a través de las redes sociales de hoy tuve la suerte de poder dar con su escritor, con Pepo Márquez y la verdad es que el con una generosidad también enorme me autoriza a usarla porque bueno, le dije la verdad, no tengo euros para pagarte y simplemente creeme que es de pura admiración que la quiero en la película, le pasé la película, le dije, si te gusta la película, déjame usarla

- Una canción anuda mucho en un film ¿no?

-Me gusta mucho la música, soy muy melómano obviamente y para mi película también entendí que ese guion que, a lo mejor, siempre lo dije, no se contaba narrativamente, o sea, nadie está hablando de lo que les pasa a los personajes, en la película no hay pistas, al contrario, si hay pistas son falsas, que esa es un poco también la idea detrás de esos personajes

- Desmarcar un poco.

- Que para mí terminaban siendo todos un poco farsantes, parece que el título es de una novela negra, un policial y no, las pistas falsas son las falsas historias de amor, creer que queremos cuando no queremos, cosas así

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- Que nos quieren cuando no nos quieren.

- Totalmente y que nunca sabemos quién nos quiere y a quién queremos en definitiva, entonces yo sentía que las canciones que elegí para la película y su banda de sonido, terminaban dando justamente las pistas verdaderas quizás de lo que sentía el protagonista de la película, entonces yo siempre digo que el guion para mí, en términos narrativos era la banda de sonido de la película y no la novela necesariamente de Dante y como dije era una novela que iba hacia la perdición en cuanto a las narrativas, que el punto es eso para mi cuando uno hace cine y por ahí cuando lo quiere relacionar con la poesía y la literatura, trata de entender donde los lenguajes de las narrativas se cruzan y se bifurcan y saber cuándo una cosa y la otra

- Hay un cortometraje que codirigiste con Nicolás Avello en 2020, El Oso Antártico, a ver contanos

- También fue una novela, o sea que de golpe he quedado encasillado en realizador o director de novelas cordobesas porque también, El Oso Antártico fue una novela que nos acercó en ese momento la productora Eva Cáceres, de Federico Lavezzo que es un productor también con cierta trayectoria en Córdoba y que él hacía rato que tenía ganas que alguien le adaptase si novela, entonces fue al revés, fue otro proceso totalmente distinto al anterior, tuvimos la novela de Fede, la leímos con Nico que es un amigo, dijimos, hagamos, ese si ya es un policial hecho y derecho directamente y la verdad que bueno, adaptamos la novela de Fede en un cortometraje, o sea que también tuvimos que cortar muchísimo. Lo que, si tengo que decir me pasó en ambas experiencias, tanto con Dante Duero como con Federico Lavezzo de tener total libertad para hacer lo que querramos, de decir, che yo la verdad con toda honestidad, voy a asesinar tu novela, no la voy a respetar en lo más mínimo, perdón desde ya, pero déjame hacerla y ambos dos entendieron que desde el cine uno tiene que hacer eso para poder apropiarse también de un material y hacerlo propio

- Debe ser para ellos también hermoso ver hacia donde se disparó, porque a uno le pasa también en las lecturas de poesía,

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que el lector interpretó algo que vos no sabías que estaba, es hermoso eso

- Yo la verdad es que, por suerte ambos dos escritores cuando vieron las películas, entendieron y se sintieron totalmente favorecidos, identificados con las narrativas, entendieron que sus novelas no estaban necesariamente respetadas pero eso no importaba porque habíamos por lo menos captado un espíritu, y el espíritu fue el que nos unió la verdad en ambos casos, fue loco porque en el caso de Federico Lavezzo el nunca supo ni el guion que hicimos ni quiso saber nada del proceso, nos dijo si, adáptenla y se sentó a verla cuando la película estuvo terminada

- ¿Algo que ver con El Oso Antártico, este triangulado?

- Todo, todo, de eso se trata

- Hay una poesía de César Vargas muy buena

- Hay también una novela – ensayo de… ya te voy a decir el nombre de quién, pero bueno, pero si, tiene que ver lisa y llanamente con la leyenda del Oso Antártico, su divagar por los paseos cordobeses y de eso nosotros hicimos, toda una sola noche, hicimos un policial sobre las estatuas cordobesas, las plazas, los paseos, la política cordobesa y la verdad es que no tiene nada que ver con el largometraje con Todas las Pistas Fueron Falsas pero…

- ¿Estábamos en pandemia en esa época?

- No, lo alcanzamos a rodar justo antes. Tuvimos suerte de filmarlo justo antes. Sí se estrenó en pandemia que fue una pena porque fue un corto hecho para salas de cine, es un policial con mucha producción, ahí sí teníamos plata y ahí si el rodaje fue mucho más pautado, estructurado. Por eso digo que hay que saber también, en cada caso aggiornarse al material que uno tiene, para mí hacer El Oso Antártico fue un juego a diferencia de la otra película que hablaba de uno, acá no tiene que ver conmigo, era yo jugando con las formas, jugando con las narrativas…

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- En la película había entraña

- Si, había algo mucho más cerrado en sí mismo como buen policial. Insisto, mis experiencias adaptando fueron totalmente distintas, solamente la suerte que ambos escritores fueron generosos y bueno, vieron que los resultados les hacían honor a sus creaciones previas

- El cine, Alejandro, nació mudo. La irrupción de la palabra, ¿lo enriqueció, o no?

- Se podría decir mucho. Creo que podría decir que no, y podría estar horas justificando por qué no, pero también podría decir que sí y podría estar horas justificando por qué si

- Decí algo de las dos bibliotecas

- Digo que no, porque evidentemente el cine mudo, tiene un trabajo sobre la calidad de la imagen y el montaje que reemplaza toda idea de palabra y narrativa. Entonces eso lo hace de una riqueza que para mí pocas veces volvió a tener. Yo amo las películas mudas. Yo siempre, a veces un poco en esa exageración porque me gusta a veces exagerar, les digo a mis alumnos de la universidad que el cine para la década del 30 ya estaba muerto y enterrado, que ya se había creado todo y que de ahí en más todo sería un refrito

- Claro, tensando mucho para un lado

- Estoy exagerando, obviamente no es tan así, por suerte

- Pero hace poco, vi el documental sobre la vida de Buster Keaton, es mirada….

- A ver, hay autores del mudo, que lo dicen mudo, no necesitaron la palabra sinceramente. Y el cine, cuando llega el mudo, obviamente, perdió mucho en cuanto a la narrativa audiovisual, porque, no sé si han visto hace poco una película Babilón que es muy buena, es literal, las cámaras tuvieron que encerrarse en una caja porque las cámaras hacen mucho ruido, el motor de las cámaras es muy ruidoso, para grabar el sonido hubo que encerrar las cámaras, entonces las

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cámaras perdieron libertad, perdieron movimiento, entonces la narrativa, le costó mucho tiempo al cine recuperar el movimiento y recuperar la fuerza de ese movimiento y de que la cámara pudiese ser un elemento narrativo per sé, al margen de lo que se diga en un guion. Después la otra biblioteca digo que, si porque en mi película hago honor a eso, a mí me encanta filmar la palabra, yo amo filmar la gente hablando. Entonces, la verdad, mis guiones son, y muchos de los directores que me encantan a mí en la actualidad, pienso en Éric Rohmer, pienso en Richard Linklater, pienso en el director coreano Hong Sang-soo, uno de mis favoritos, que lo que hacen es filmar a gente hablando

- Totalmente y uno, hay diálogos que no se los olvida nunca

- Pero voy más allá del diálogo, es gente hablando, no importa lo que hablen, no importa que digan cosas, bueno yo voy a eso, a mí me gusta no la frase increíble, o la frase que de golpe pueda aunar sentidos o decir algo, no, me gusta la nadería

- Claro, esa deriva

- Poner la cámara una noche de amigos, amigas, que van diciendo, gritando las mil y un barbaridades, yo amo eso. O sea que amo filmar la palabra, sinceramente, el acto de hablar. Que tampoco tiene que ver con la novela

- Y ¿qué opinás Alejandro de lo que dijo Jean Custeau? Un film, es una escritura en imágenes

- Sí, claro, bueno, a mí siempre, voy también, en esto de la escritura con imágenes a que hay que saber diferenciar para mí, justamente, lo que es el cine de las otras artes. Porque el cine siempre, y más en la actualidad, siempre pasa a ser el arte bastardo que le pide prestado a todas y lo único que terminamos hablando es, que buen guion, que buenas actuaciones, que buena iluminación o que buena música y nada de eso es el cine, nada de eso es cine, o puede ser un todo el cine, pero el cine también tiene una cosa que le es propia, que no le debe nada a nadie, a mí me gusta cuando la película encuentra su poética justamente en la, no deberle nada al arte, no deberle en

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definitiva a lo que entendemos son las poéticas de las otras artes, hay que encontrar esas poéticas en imágenes. Bueno Pasolini iba mucho por ahí, alguien que yo sé que también te gusta, hemos hablado.

- Si, era poeta también.

- Y que poeta, casualmente, la poética, era poeta. Pero la poesía de Pasolini y su yo poeta como escritor no tenía nada que ver con la poesía de las imágenes que hacía en sus películas. El entendía el acto poético como la poesía de la realidad, decía Pasolini, filmar lo real, esto que te estoy diciendo yo, poner la cámara en determinada situación, es la poesía que emana de la propia realidad, no de un texto ajeno, ya sea musical, teatral oo poético o literario

- Él bebe mucho del neorrealismo, de ese primer, Ladrones de Bicicletas.

- Mamá Roma, Accattone… las películas son muy neorrealistas, el después también encuentra una forma, el después rompe con eso, el teorema, el rompe ese realismo y también encuentra la realidad del pueblo de otra manera, con otros códigos si se quiere, a veces mucho mas cercano a la pintura de Caravaggio por decir algo, entonces en la imagen, el trabajo sobre la imagen porque acá va parecido a lo que dijo Cocto también, encuentra una poética propia que no tiene nada que ver con la idea que tenemos de poesía los que venimos también de la literatura

- Te escucho hablar y hago el parangón con Leonardo Favio ¿está bien?

- Otro, totalmente, bien, bien, sí. Para mi Pasolini y Favio son campeones de los 70 y campeones de interpretar la poética de lo popular, no importa si tomaba literatura o no tomaba literatura, da lo mismo eso

- Y te repite Favio una escena hasta el hartazgo…

- Y mueve la cámara y escribe, escribe con la cámara, ese es el punto, Favio era un escritor con la cámara. Ahí es donde de golpe aparece la

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verdadera potencia de lo que yo entiendo que es lo cinematográfico puro para mí, que no es algo exclusivo de uno, lo que digo se puede tomar y cada director tomará lo que entiende por lo cinematográfico para sí de diferentes maneras, pero evidentemente hay vasos comunicantes entre estos directores que me estás nombrando, si, puedo sumar a Fassbinder, esa época de los 70, solo por hablar de los 70, digo podemos ir a otras épocas y surgen otros nombres. Pero tiene que ver con eso, con interpretar también una realidad con las antenas paradas para la realidad de un pueblo determinado y para mi ahí aparece algo.

- Se ha dicho que hay una idea pre concebida de que el director tiene que tomar una distancia de sus personajes para ver el contexto, porque un director no puede poner las patas juntas en el barro con sus personajes dijiste vos…

- Si, son ideas que…

- Capaz te has ido moviendo vos también de eso.

- Eso iba a decir, el director, a lo mejor tiene una caja amplia de herramientas y uno va tomando para la creación las herramientas que le convienen acorde quizás a cada momento, o no, hay directores evidentemente que son más autores y a lo mejor tienen una serie de obsesiones que se repiten a lo largo de su obra y trabajan quizás con el mismo martillo toda la vida y está muy bien también

- Muere en la suya, esos que mueren en la suya, Perrone por ejemplo

- Uno puede pensar en quien quiera en estas ideas, pero la verdad es que cuando yo si lo dije es porque yo si sentía quizás que a la horade hacer esta película yo tenía que ir con mi personaje hasta la muerte, es decir, sin importarme si esos personajes a lo mejor estaban haciendo cosas que a mí no me gustan o que para mí moral podían haber puesto un límite. Yo sentía que, en ese momento, si ponía ese límite de la corrección política o de la moral, le iba a faltar el respeto a ese lugar por donde estaban yendo mis personajes, entonces tenía que, quizás como dije ahí, meterme en el barro con ellos, a la costa de

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ser atacado evidentemente por blasfemo y moral o por evidentemente ir contra las modas de la época. Muchos e dijeron que mi película tenía un problema, que para mi también era algo que tiene a favor es que no es contemporánea, es decir, y eso está bueno también en un punto, es decir, sentir que yo no voy con una moda

- Acabamos de escuchar “Milonga” de Manuel Flores de la película Invasión. Vos has estado trabajando con respecto a esta película ¿no?

- La verdad es que elegí esta canción, primero porque la milonga es de Jorge Luis Borges, nada más y nada menos, la música de Aníbal Troilo y si estaba justo en la película Invasión, que me toco, una proyección de un festival muy bonito de un fin de semana en Alta Gracia y hubo una proyección en 35mm de la película Invasión de Hugo Santiago que es un clásico de 1969, un peliculón y me tocó presentarla entonces de ahí que extraje la canción, hay un momento en la película muy potente con esta milonga y la verdad es que bueno, hablando de literatura y cine es un muy buen ejemplo de ello porque es la primera película de Hugo Santiago, un director extraordinario con guion de Borges y Adolfo Bioy Casares, señores guionistas tenía Hugo Santiago, Invasión es una película muy única para la historia del cine argentino, está entre mis favoritas sin duda y es una película que crea una Buenos Aires imaginaria que se llama Aquilea y es una ciudad sitiada por invasores que nunca sabemos quiénes son y son toda la conspiración de la resistencia frente a esos invasores. Es una película como si fuese de ciencia ficción sin ciencia ficción. Una película fabulosa en donde también yo creo que Hugo Santiago hizo esto que estamos diciendo, separó lo que es el texto escrito, insisto, tenía pavada de escritores y supo escribir la película con la cámara haciendo un lenguaje propio de visual sumamente moderno, al punto tal que bueno, paso a ser uno de los directores emblemáticos, de una modernidad, luego en Francia porque se tuvo que ir en el exilio y bueno, la película véanla porque la verdad es que es también fabulosa.

- Howard Hanks dijo: para hacer un buen film hace falta tres cosas una buena historia, una buena historia, una buena historia ¿qué nos podés decir de eso?, son opiniones…

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- Howard Hanks lo amo, es otro de mis directores favoritos de toda la vida, pero sabés qué? No le creo nada a Howard Hanks ahí, porque Howard Hanks fue un director que escribió con la cámara como ninguno y daba lo mismo la historia que le podían tirar, sinceramente, fue un tipo que hizo todos los géneros habidos y por haber, musicales, comedias, películas del oeste, ciencia ficción, hizo todo. O sea que, le tirabas cualquier cosa y el tipo te hacía un peliculón y hacía que esas películas fuesen propias de él, se las adueñaba realmente, entonces, la verdad, no le creo nada porque le da lo mismo la historia

- Pisa y vuela

- Claro, por eso, si entiendo porque lo dice, obvio. Porque tener una buena historia te relaja como realizador también, entonces ahí te dedicás solamente a escribir con la cámara de vuelta, porque sabés que el guion es tan bueno

- Claro, se sostiene por sí mismo

- La película sale bien sola, que es real también, entiendo por qué lo dice, pero al mismo tiempo también, no le creo.

- Algo yendo ya más a la realidad, has dicho hace poco: me preocupa que la sala de cine sea un espacio en extinción

- Y bueno, que se yo, los tiempos cambian, las cosas cambian, el cine ya no es el arte popular del siglo XXI, eso es real, fue el arte popular del siglo XX, eso también fue real y para mi tiene que ver ese no ser con esta idea de que las salas se han ido vaciando. Digo, hay otras maneras de ver, hay otras ventanas, no quiere decir que no deje de filmarse, no quiere decir que la imagen no tenga preponderancia, simplemente bueno, digo, ¿cuántas veces vamos al cine al año? ¿y cuánto íbamos antes? Y aparte, ese espacio es comunitario, hoy la experiencia es individual y yo creo que ahí tenemos un problema, hoy…

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- Hay gente que lo ve en la cama, en el celular, solo

- Y todo bien, cada uno verá como quiera ver, pero digo, todas nuestras experiencias hoy nos alejan de la idea de lo social y de lo comunitario. Estamos yendo hacia el individualismo y nadie discute, nuestro celular, nuestra vida, las redes sociales, nos encierran en un individualismo, no compartimos experiencias y para mi el cine es en la sala en la medida que, la película la armo con el conjunto de personas que estamos vibrando en una misma sintonía o no, o estamos enojados en una misma sintonía o tengo a alguien molestándome al lado comiendo pochoclos y me indigno, pero esa indignación forma parte del acto de la película también

- Algo comunitario….

- Que incluya u otro, a ver, uno hace cine para la sala de cine, eso lo digo siempre, nos pasó mucho con El Oso Antártico, la película se vio solo online y yo sé que con Nico nos quedó un dolorcito por no poder ir a las salas de cine porque había una maldita pandemia y ese dolor de no poder compartir con la gente, esa experiencia. Que después, gracias a lo online llegues a otros lados y sea hermoso, bravo, está todo bien, tiene sus cosas favorables, pero bueno, llamáme vieja escuela o lo que fuese, chapado a la antigua

- A nosotros nos pasa con el libro como objeto también hay como un rito, una cosa…

- De lo real, que está bueno la verdad, que tampoco niego las otras experiencias y tampoco voy a negar el que crea con otro tipo de herramientas y elementos obviamente, capaz que yo haga lo mismo el día de mañana.

(Entrevista realizada en el programa “El Basta ya en la Radio”, emitido el martes 22 de agosto de 2023, que se emite por FM Libre, 92.7)

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Alejandro Cozza, productor de medios audiovisuales de cine y TV por la Universidad Nacional de Córdoba. Se desempeña desde hace años como docente de cine en enseñanza media y universitaria.

Director y guionista de cine, crítico de cine en diferentes medio gráficos, radiales y televisivos. Colaboró en la programación de diversas muestras, cineclubes y festivales nacionales.

Editor y compilador del libro Diorama, ensayo sobre cine contemporáneo de Córdoba, editorial Caballo Negro, año 2013. Ha dirigido en el año 2022 su primer largometraje Todas las pistas fueron falsas.

Es actual presidente de la Asociación de Amigos del Cineclub Municipal y junto con Laura Cabrera Mejías es propietario del Video Librería Séptimo Arte de barrio Cofico de la ciudad de Córdoba.

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Portada del libro editado por la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares), titulado “Malvinas: Memorias de infancias en tiempos de guerra”, que cuenta con la selección y prólogo de la escritora cordobesa María Teres Andruetto. Es una antología de relatos/crónicas/escritos e ilustrados. La integran 27 autores e ilustradores, nacidos entre los años 1966 y 1980, cuya infancia transcurrió en diversas localidades del país o en el exilio, convocados por la CONABIP a recuperar la mirada infantil, la memoria emotiva, la vida cotidiana en el contexto de la guerra de Malvinas y la dictadura, a 40 años de ocurridos los hechos. El libro se puede descargar del sitio de la CONABIP.

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Óleo de Joaquín Oliva y Hernán Tejerina con dibujos del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín

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Basta ya Abril mayo 2024 by Eduardo A. Planas - Issuu