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En mi casa me monto mi feria, de Asunción Bellido Martín

y, por ende, otorgándonos muchas y diferentes sensaciones. Cada cual tendrá las suyas, no cabe duda, pero todas ellas gratas e irrepetibles.

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Estará conmigo por tanto, querido lector, que ser una Fiesta declarada de Interés Turístico de Andalucía no es casualidad. Así que renunciar a la Feria de Osuna, si no es por decisión propia sino por obligación, se hace harto difícil. Y en esa nos hemos visto durante dos años consecutivos. ¡Quién nos lo iba a decir!

Con botas limpias y tacones encerados. Con pendientes, collares, flores y peinetas, sin definir. Volantes y sombreros encajados, viendo la luz del número 5 desde el distanciamiento social. Y es que si bien, durante la Covid -19, la paciencia está siendo nuestra virtud obligada, ésta no siempre ha llegado con la resignación suficiente como para renunciar al cien por cien a nuestras fiestas y costumbres. A lo nuestro. En esos casos ha sido nuestra creatividad la que ha otorgado luz a nuestro anhelo impidiendo que nos quedemos a oscuras.

Recuerdo aquellos días, tras muchos otros de encierro que ya teníamos en nuestro haber. Entonces unos pocos farolillos que adornasen nuestro patio, salón o cochera, eran los mayores bienes que podíamos conseguir. Algo que nos permitiera evadirnos de nuestra ausente feria en el real y que contribuyera a sentirnos como los mayores feriantes del año. Los mantones y abanicos en los balcones se convirtieron en el atractivo del momento. Y, como en toda buena feria, no faltaron las sevillanas ni las mesas con lo mejor para disfrutar en familia. Cualquier cosa era válida si nos permitía poder decir “en mi casa me monto mi feria”. Evidentemente nada comparable, pero claramente válido para la situación.

Y es que, aunque cada una de nosotras y de nosotros amamos cosas diferentes de nuestra Feria de Osuna, no les revelo ningún secreto cuando les digo que existe algo que compartimos de forma colectiva: la ilusión por cada feria. Cuestión esta, que sin lugar a dudas, desde que nuestra vista divisa a lo lejos la portada, es capaz de generarnos lo que yo llamo “una pelusilla nerviosa”. Estoy segura de que los pequeños, que por su edad ya deberían conocer esa maravillosa sensación, y aún no lo han hecho, la acogerán este año 2022 desde el primer instante. Tengo que confesar que estoy deseando ver esas caritas de asombro.

Amigos y amigas de Osuna, aprovechen al máximo aquello que más les hace sentir bien cuando estén en el real. Vívanla. Sea bienvenida La Feria de Osuna 2022.

Asunción Bellido Martín

Delegada municipal de Comunicación

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