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Cyan Dental y las malas artes

I M P R E S I O N E S

Paulo López-Alcázar López-Higuera. Gerente del Colegio.

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Hace más de veinte años que comenzó a extenderse en España un fenómeno que venía de Estados Unidos, y que llegó para quedarse. Eran las cadenas de clínicas dentales. La primera que logró éxito fue la cadena de clínicas dentales Vitaldent, curiosamente creada por un protésico dental, Sr. Colman. Cadena que murió de éxito. Dicha marca, tras la intervención judicial fue “rescatada” por un fondo de inversión próximo a los círculos de poder político y económico, y hoy, tras varios cambios de titularidad ha llegado a adquirir las cenizas de la siguiente cadena de clínicas dentales en éxito y desarrollo: DENTIX. Dicha cadena, que hace poco cerró tras un concurso de acreedores y diferentes frentes judiciales abiertos, se ha convertido en un apéndice de Vitaldent. Por el camino quedó también la cadena IDENTAL, quizás la de más infausto recuerdo por el gran número de damnificados que generó, y cuyos casos siguen abiertos y sin resolverse. Esta cadena también fue adquirida por un grupo de inversión, que quizás quiso rentabilizar muy pronto su inversión, por lo que recurrió a operaciones financieras de dudosa legalidad que llevaron a los gestores a la cárcel. Una de las claves del éxito o al menos de la rápida expansión de dichas cadenas de clínicas reside en unas agresivas y costosas campañas de publicidad y en sistemas de financiación, que permiten cobrar por anticipado todos los tratamientos que hacen; lo que, como he expuesto en numerosas ocasiones, supone un grave riesgo, pues en caso de cierre de las clínicas dejan a los pacientes en la más absoluta indefensión, ya que no han recibido la prestación contratada y, sin embargo, tienen que seguir haciendo frente al pago de los préstamos concedidos para pagar dichos tratamientos. Este fenómeno lamentablemente no se ha limitado a las grandes cadenas de clínicas, sino que a lo largo y ancho de España han surgido multitud de clínicas propiedad de empresarios más o menos escrupulosos (muchos de ellos protésicos dentales o higienistas) que han aprovechado el tirón de aquéllas para “imitar” sus métodos, principalmente los sistemas de financiación y ciertos recursos publicitarios, para crear sus propias empresas mercantiles que gestionan clínicas dentales. Un caso que consiguió cierta repercusión fue el caso de Funident, que también acabó en concurso de acreedores y con el dueño ante los tribunales de Justicia. En los últimos días ha saltado a la prensa un nuevo caso, en esta ocasión en nuestra región: Cyan Dental, otra vez una clínica dental propiedad de particulares ajenos a

NO PODEMOS SINO la profesión que ha cerrado sus puertas dejando a innumerables pacientes con tratamientos

INSISTIR EN LA sin concluir y financiaciones a medio pagar.

URGENTE NECESIDAD La gravedad de este caso reside en que supues-

DE LLEVAR A CABO tamente se han estado utilizando los datos de

LAS MODIFICACIONES pacientes de la clínica para realizar financiaciones fraudulentas, con lo que en este caso las

OPORTUNAS EN LA presuntamente estafadas han sido en su mayor

VIGENTE LEGISLACIÓN parte las entidades financieras. Aunque ha haPARA PODER CONSEGUIR bido algún caso en que han sido los pacientes los que han estado pagando dos financiaciones

QUE EL CONTROL Y LA por un solo tratamiento. En los próximos meses GESTIÓN DE LOS CENTROS tendrán lugar las declaraciones de los investi-

Y ESTABLECIMIENTOS gados y de los 46 denunciantes perjudicados.

SANITARIOS DEBAN En todo caso, esta problemática penal no puede ocultar dos de los verdaderos problemas

SER DIRECTAMENTE de muchas de estas clínicas. Por un lado, la

LLEVADOS A CABO POR utilización de los profesionales, en su mayor LOS PROFESIONALES DEL parte jóvenes recién incorporados al mercado laboral, que contratan en fraude de ley como RAMO CORRESPONDIENTE falsos autónomos. Por el otro, la pésima calidad de los tratamientos bucodentales que se realizan y unos precios que, encubiertos por prácticas publicitarias de dudosa legalidad, se presentan como muy económicos, pero que finalmente suelen ser superiores a los de las clínicas tradicionales. Por ello no podemos sino insistir en la urgente necesidad de llevar a cabo las modificaciones oportunas en la vigente legislación para poder conseguir que el control y la gestión de los centros y establecimientos sanitarios deban ser directamente llevados a cabo por los profesionales del ramo correspondiente, así como la oportunidad de que también se modifique la normativa sobre publicidad de servicios sanitarios a fin de vedar toda manifestación de publicidad engañosa tan frecuente en nuestros días y que sirve para atraer con falsas promesas a los pacientes, en su mayor parte, pertenecientes a los sectores más desfavorecidos de la población. Por todo ello, tanto desde el Colegio de Dentistas de Murcia, como desde el Consejo General de Dentistas, se sigue haciendo hincapié en la urgente necesidad de que se lleven a cabo las modificaciones de las normas sobre sociedades profesionales, actualmente inútil a los fines que se propuso con su promulgación y en la materia de publicidad sanitaria. Igualmente, sería de gran utilidad regular la normativa sobre préstamos al consumo para evitar que las clínicas puedan cobrar los tratamientos de las entidades financieras antes de la conclusión de los tratamientos. Con estas tres líneas de modificaciones legislativas se podría evitar que casos como los que nos ocupa puedan producirse.

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