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ÉPOCA ROMANA

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ENTORNO NATURAL

ENTORNO NATURAL

La población celtíbera que ocupaba la Carpetania, región donde se ubica Arganda del Rey, recibe a partir del siglo III a. de C. la invasión romana. El Imperio Romano en su espíritu expansionista alcanzaba el centro de la meseta al comienzo del siglo II a. de C. con la llegada de las tropas romanas y enfrentamientos con la población indígena. En el año 197 a. de

C. Hispania ya se consideraba una provincia romana, dividida en la Hispania Citerior y la

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Ulterior. En 19 a. de C. la conquista de la península se hace efectiva al ganar Augusto los territorios que aún quedaban sin someter, los ocupados por astures y cántabros, e Hispania comienza a formar parte ofical, como provincia, del Imperio Romano.

Su organización, su administración y sus conocimientos técnicos cambiarán el panorama de la Península, se proyectan vías de comunicación que atraviesan el territorio, se construyen obras de ingeniería espectaculares, se intensifia la explotación de algunas zonas como proveedoras de materias primas y se levantan núcleos urbanos dotados de todas las comodidades en un intento de emular a las ciudades romanas.

En el entramado de vías romanas que atraviesan y comunican las principales ciudades de

Hispania se asienta la población. La situación geográfia de nuestra zona, ubicada en un paso natural entre el Valle del Ebro y la meseta central, seguirá siendo la causa de una constante ocupación. Alcalá de Henares nace en este contexto, en la vía romana que unía Mérida (Emérita Augusta) y Zaragoza (Caesar Augusta).

La antigua Complutum será una de esas ciudades aglutinadoras de servicios y administración urbana. Las excavaciones arqueológicas efectuadas han reconstruido una trama urbana característica de las ciudades romanas con dos vías principales el cardo máximo (norte-sur) y el decúmeno máximo (este-oeste), el foro donde confluían ambas arterias,y un trazado en retícula en torno a este centro. «Del foro de Complutum conocemos la fachada occidental, formada por una basílica. Probablemente en los otros lados estarían la Curia, asamblea local, y algunos templos. [...] La Basílica era el edificiodonde se administraba justicia y se realizaban las grandes transacciones comerciales. La de Complutum es de tres naves divididas por columnas»17. Próxima a ella se levantaban las termas con su vestíbulo, tepidarium o sala templada, caldarium o sala del baño caliente y el frigidarium de agua fría y otros edificios úblicos o monumentos.

Su estatus de civitas stipendiariae suponía que su rendición se había efectuado por las armas y sin condiciones por lo que quedaba a su merced. La condición de ciudades estipendiarias suponía que eran ciudades «autónomas en su gobierno interior, pero sometidas al gobernador romano de la provincia, sujetas a su intervención en los asuntos ciudadanos y obligadas a facilitar tropas a Roma y a pagarle el tributo (stipendium) que gravaba el territorio provincial»18 .Esta situación se mantuvo hasta que en el año 73 d.C. Vespasiano concede el derecho latino (ius latii minus) a todas las ciudades de Hispania y, por tanto, comienza a regirse según la constitución romana.

VILLAE ROMANAS

Las tierras próximas a Complotum constituían un territorio (territorium) que servía de zona de abastecimiento para cubrir las necesidades de esta sociedad urbana (urbs). En Arganda, La Poveda, Vilches y Valtierra, así como en las localidades vecinas, Rivas, Velilla, Mejorada o San Fernando, se levantan villas de carácter agropecuario. Estas villas de campo que rodeaban el foco administrativo de la ciudad se caracterizaban por ser viviendas señoriales que acogían además instalaciones necesarias para controlar y administrar una fica rural que se extendía a su alrededor.

Durante el Bajo Imperio, a partir del siglo III d.C., las ciudades sufren una cierta decadencia y los grupos poderosos abandonan la urbe trasla-

Bóvido de plomo. Pequeña figura ue recuerda en su traza a otros toros o berracos de tradición ibérica.

Monedas con motivos de jinete lancero acuñadas en Sekaisa (con alfabeto ibérico) y Bíbilis. Manifietan la relación de la comarca de Arganda con poblaciones del Valle del Ebro.

Fíbula de bonce con representación de bóvido en actitud de embestida. Siglo III d.C.

Aureo de Caracalla (198 - 217 d.C.).

Derecha. Lucerna con decoración en forma de venera.

dándose al campo. Acaparan mayores extensiones de tierra y crean los primeros «latifundios», caracterizados por su carácter autosuficiete.

Es de esta época de la que encontramos mayores evidencias de la existencia de villae en la vega del Jarama y del Henares. Estas suelen estar asentadas junto a una importante vía de comunicación y en las terrazas elevadas de algún río. Esto les permite estar a salvo de inundaciones y, a su vez, aprovechar su agua para el riego o para el funcionamiento de molinos o termas.

Las villas romanas son construcciones estructuradas en varios patios alrededor de los cuales se acomodan, por un lado los señores, con todo el lujo y las comodidades de las casas patricias, con zonas de culto, de descanso y de vivienda decoradas con mosaicos, pinturas y esculturas; y por otro, la servidumbre. Anexas a ellas se construían los graneros, las cuadras o los establos, lo que suponía una residencia de carácter agropecuario que administraba un amplio terreno cultivado por siervos o esclavos. La actividad agrícola se mantenía de los cultivos de cebada, trigo, vid y olivos. Se trabajaba la tierra con aperos que han sobrevivido hasta hace bien poco, el famoso arado romano y los azadones, rastrillos etc., se empleaba el abono animal y se introdujo el barbecho y el sistema de roturación bienal en las roturaciones. Las infraestructuras hidráulicas, canales y acequias, y los molinos, son algunas de las huellas que aún se conservan de las mejoras introducidas en la producción agrícola. La cría de ovejas, caballos, cabras y colmenas o la pesca completan las actividades económicas, sin olvidarnos de la caza de conejos, animal por el que será conocida Hispania en los banquetes de la cosmopolita Roma.

Seis asentamientos romanos en la zona de Arganda consignados por el Inventario de yacimientos arqueológicos realizados por el Equipo Carta Arqueológica en 1984 nos confiman la notable presencia de villas y asentamientos romanos. Estos datos, sin embargo, como concluyen estos investigadores, sólo serían una pequeña muestra de lo que fue, ya que la zona apenas ha sido estudiada.

Hay constancia de varias villas romanas. En la Poveda, en el yacimiento romano de Valdocarros se encontraron diversas teselas de un mosaico de dibujos geométricos, fragmentos de cerámica pintada y fragmentos de terra sigilata donde se puede leer las inscripciones: F. LINUS — MACI —MACIUS — CAI — CAIOI —AL ADIS19 .

En Valdocarros se tiene constancia de la existencia de villas lujosas cuyos señores podían disfrutar de estancias decoradas con mosaicos o estucos pintados, de los que se han localizado fragmentos, además de sillares, monedas o broches. Otra posible villa en Arganda proporcionó también teselas de colores y una pesa de telar de gran tamaño. Restos cerámicos y de terra sigilata aparecen también en otras zonas de Arganda y hay indicadores de al menos dos villas tardorromanas en Vilches y Valtierra que enlazarían con asentamientos de época medieval.

LOS YACIMIENTOS DE VALTIERRA, VALDOCARROS Y VILCHES

Además en este territorio confluían dos vías de comunicación, la ya citada anteriormente, la vía 25 del itinerario de Antonio, que pasando por Alcalá y Titulcia, comunicaba Mérida y Zaragoza, y otra vía secundaria que discurría en sentido este oeste y que tenía su origen en la ciudad de Cartagena.

En estas vías se señalizaban con mojones la distancia y la calzada por la que se transcurría y así, se conoce un milario que se encontró en Valtierra y del que ya tenemos noticias en las Relaciones de Felipe II, donde se cuenta que en un pilar de la casa de uno de los vecinos, Pero Fernández, había un letrero que había traído del despoblado de Valtierra. En él se podía leer:

IMP. NERVA CAESAR. — AGU. TRAIANUS. CER - PONT. MAX TRIB. PO. — TEST. III COS II. BESTI — TVIT A COMPL. XVIIII.

Esto es, un milario de época de Trajano en el que se marca XIII millas a Complutum (19,5 km), que es efectivamente la distancia que separa ambos puntos. Este milario, además, se ha convertido en la prueba irrefutable de que

Yacimiento de Valdocarros. Restos de elementos constructivos. Complutum efectivamente es la ciudad romana que se levantó en Alcalá de Henares.

En Valtierra, «a unos 20 metros del miliario de norte a sur, encontramos casi a flr de tierra una gruesa pizarra, de 47 centímetros de alta por 34 de ancha»20 en ella aparece la siguiente inscripción dedicada por una alumna a, posiblemente, Domicia Teodocia:

DMS / DOMITI. THEODOTES/ — QUAE . VIXIT . AN . XXII — MENS . V/ D. OTHINUS ALUMNAE / — T.T.L.

Este hallazgo tuvo lugar en 1917 por Pablo Guillén Guillén que informó a la Academia de la Historia del descubrimiento, donando, a través de don Mariano Matesanz la inscripción funeraria que hoy se conserva en el Museo Arqueológico Nacional21 .

El establecimiento de ciudadanos romanos, militares o nobles que establecieron estas villas rurales no estaba reñido con la pacífia convivencia con la población autóctona. Algunos, una pequeña oligarquía se enriquecería gracias a los pactos con los invasores y se integrarían en la sociedad romana, pero muchos otros, poseedores de pequeñas parcelas de tierra, seguirían con sus tradiciones y costumbres. Entre ellas, la religión, ya que el pueblo romano acogió a lo largo de siglos las religiones orientales, mistéricas, egipcias, etc. de los pueblos que iba conquistando, aumentando el panteón romano con estas deidades locales con sus cultos y ritos. Así es explicable encontrar entre los hallazgos localizados en Valtierra un ara que tenía grabado la siguiente inscripción:

L. I. RUFINUS — NYMPHIS — VARCILENIS — V. L. S.

Este altar o ara dedicada a las deidades celtíberas, las ninfas varcilenses apareció en la pila bautismal de San Juan Bautista, noticia de la que nos informan por primera vez las Relaciones de Felipe II en 1576. En 1890 Alfonso Benito Alfaro aún da cuenta de la existencia de esta ara, pero un año después, el 16 de agosto de 1891, Fidel Fita acompañado por Alfaro no dieron con ella «quizá porque se picó clandestinamente la faz de la peana por odio al culto idolátrico»22 .

Valdocarros y Vilches debieron ser también lugares de asentamientos romanos. El primero de los despoblados tiene en su nombre la principal evidencia y debía hacer referencia a ser lugar de paso de carros o carruajes. No hay que olvidar que favorecidas por estas calzadas romanas se levantaron junto a ellas mansiones o casas de postas para servir a viajeros y caballerías. Los hallazgos materiales encontrados en la zona pro-

Reconstrucción infográfia del interior de una residencia romana, similar a la de Valdocarros. Perístilo de la Casa de Baco en Complotum (Alcalá de Henares). Cortesía de Antonio Méndez Madariaga. Servicio de Arqueología. Comunidad de Madrid.

Lápida de pizarra con inscripción funeraria con el nombre de Domicia Teodocia. Hallada en Valtierra en 1917, próximo al miliario romano que marcaba la distancia de trece millas a Complotum. Museo Arqeuológico Nacional. ceden de antiguas prospecciones realizadas en 1892 por Romualdo Moro quien, además de recolectar los fragmentos cerámicos que se conservan en el Museo Municipal de Madrid, describe una necrópolis que él data entre los siglos I y II.

«El día 31 me dirigí con 18 hombres al campo llamado Valdocarros para reconocer el suelo, cuya abundancia de cerámica y moneda nos enseña la existencia de un pueblo romano. [...] entre las calles de frondosas vides de don Manuel Sanz; encontré luego vasto campo de enterramientos, cuya importancia asegura de hecho la proximidad de un pueblo romano. [...] Di por fin con algo que dejo al aprecio de quien corresponda. Varias losas clavadas de punta hasta el firme de creaciones calizas, colocadas entre líneas paralelas de 1,90 m por 1 y 0,70 m respectivamente en la cabecera y pies , formaban una curiosa sepultura que me apresuré a descubrir. Esta sepultura gemela la cubría un enorme tímpano de piedra de espejuelo, rota por una punta por efecto del tiempo; dada vuelta a éstos nos encontramos en el sepulcro de la derecha un cuerpo humano, cuyo estado impalpable apenas me permitió guardar su cráneo; el de la izquierda estaba llena de tierra negra y suelta, efecto probablemente de la consumación de otro cuerpo, y contenía en su centro, unidas y derechas hacia arriba, las dos vasijitas que apreciará la Real Academia»23

Sigue relatándonos el autor los hallazgos a los que se entrega «con codicia» como él mismo nos dice por su importancia y magnitud. Y concluye que el campo de sepulturas abarca una superfici de 200 m, abundando en la superficiecerámica ordinaria y muchos restos de sílex. En tres ficas próximas, en cambio, los restos son más abundantes y de cerámica más fia; «las tierras negras y sueltas, que demuestran que aquel fue el suelo de los vivos, y monedas y algunas piedras de mosaicos que salen a flr de tierra».

A este contexto posiblemente pertenezcan los restos cerámicos encontrados por Fuidio en Valdocarros, entre los que destaca un fragmento decorado con un motivo animal, un felino de grandes dimensiones24 y que él data del siglo I.

Todos estos restos arqueológicos demuestran la influencia de la presencia romana en la zona, que se completa con los descubrimientos en las poblaciones vecinas y que nos ofrecen la evidencia de la importancia de la región como lugar de paso y de relaciones comerciales, pues los objetos cerámicos o las monedas recolectadas a lo largo del tiempo nos indican procedencias tan dispares como las ciudades del Ebro o Guadalajara, Italia, las Galias, etc.

El imperio romano sufre su declive en el siglo IV, aun así, en Alcalá seguía existiendo una población romana importante. De esta época es la Casa Hippolytus, un edificiode carácter público que se destinaba a la formación y el ocio de los jóvenes complutenses pertenecientes a las altas clases romanas que contaban con estancias de recreo, de reunión, de formación y de culto y un exótico jardín de carácter oriental.

En el siglo V se produce el desmoronamiento defintivo del imperio romano y el pueblo visigodo tomará el relevo y el protagonismo histórico en la Península. De la herencia romana quedará en Arganda una importante huella en el propio topónimo, que entre las muchas interpretaciones se asocia con el vocablo area canda o superficie blanca. El término latino podría tener en la ciudad romana de Arycanda, en Licia, su posible homónimo.

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