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ENTORNO NATURAL
Arganda del Rey se encuentra situada en el sureste de Madrid, entre los términos de San Martín de la Vega y Morata de Tajuña, al sur, y Rivas-Vaciamadrid, Loeches y Campo Real, al norte.
La localidad se levanta en la depresión del Tajo y en su término confluyen las aguas del río Jarama y las de los arroyos de Vilches y Valtierra. Su superfici, de 79,7 km2, tiene una altitud media de 620 metros, y en ella destacan el Cerro de la Horca (671 m.), el Cerrillo (687 m.), el Pico Higueruelas (716 m.) y el Cerro de Valtierra (746 m.); y al sur, Milano (717 m.), Colmenar (712 m.), Campillo (754 m.) y Valdesemorial que con 759 m. es la cota más alta del término.
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Su emplazamiento y su proximidad con la capital, a sólo 25 kilómetros, ha condicionado en gran manera su evolución histórica; y su paisaje y composición geológica ha influido en la ocupación y explotación del territorio y en su desarrollo económico.
EL MARCO FÍSICO
Caracterizado por un relieve fundamentalmente llano encontramos en Arganda del Rey varias unidades naturales con peculiaridades diferenciadoras: el páramo, la campiña y la vega1 .
Este relieve es consecuencia de las transformaciones producidas en el planeta durante el Terciario y el Cuaternario, los dos últimos periodos geológicos.
En la Era Terciaria (hace 70 millones de años) tiene lugar la orogenia alpina y se producen presiones tectónicas que crean el Sistema Central y las depresiones del Duero y del Tajo. En esta última se extienden lagunas o lagos interiores que al sufrir la evaporación en periodos de sequía crean depósitos de sedimentos, como yesos y margas2. Durante el Cuaternario tiene lugar la
Arganda del Rey. Término municipal. Escala 1:50.000.

Dehesa de Valtierra. Vegetación autóctona de encinas, quejigos y coscojas. basculación de la Meseta hacia el oeste, determinando el cauce y el sentido de las redes fluviales. Sobre los materiales sedimentarios procedentes de la erosión de la Sierra la fuerza erosiva del río Jarama irá arrastrando materiales rocosos formando, en su cauce variante, el escalonamiento del terreno. Este sería el origen de las terrazas, unos rellanos que nos indican con sus alturas los niveles del río a lo largo de la historia.
Según esto, el paisaje argandeño se configura por los efectos modeladores de la red hidrográfia y muy especialmente del Jarama, que a través del tiempo ha dejado constancia de su capacidad erosiva.
El páramo, una de las unidades naturales diferenciadores en el relieve argandeño, estaría constituido, por tanto, por los materiales más resistentes, las calizas, «de aspecto tabular, blancas o grisáceas, duras y compactas»3. Su aspecto es, por tanto, el de una altiplanicie con una altitud de entre 750 y 850 metros, desabrigada y compuesta de terrenos secos poco propicios para el cultivo. Aun así se han empleado sus tierras para cultivos de secano y para la ganadería, además de para la extracción minera.
Estas calizas al desaparecer a causa de la erosión, como ocurre en el extremo occidental del altiplano, dejan aflrar los materiales sedimentarios que conforman un relieve de cuestas y taludes inclinados. Sobre este terreno compuesto de margas y yesos debía extenderse un bosque de tipo mediterráneo con vegetación autóctona de quejigos, encinas y coscojas. Hoy sólo queda de este originario paisaje la dehesa de «El Carrascal». El resto ha sido ganado para cultivos de secano, pastizales y para el asentamiento humano, pues aquí se levanta el casco urbano de Arganda del Rey.
La campiña sería la segunda subunidad geológica del espacio natural de la localidad, que sirve de transición entre el páramo y la vega. En este terreno llano se ha desarrollado tradicionalmente el cultivo de la vid y el olivo y sobre él se levanta hoy el polígono industrial.
La vega, próxima a los ríos y arroyos que recorren Arganda del Rey, está formada por terrazas medias, más antiguas y terrazas bajas y aluviones más recientes. Los materiales que componen estas terrazas son de origen detrítico como arenas, gravas y limos, situándose por su volumen los más gruesos abajo y los más fios arriba.
La fertilidad del suelo y la humedad del río ha propiciado el cultivo de regadío en la zona y desde comienzos del siglo XX la explotación de los materiales detríticos que la componen, instalándose en sus riberas industrias de extracción de áridos, destinados a suministro de materiales de construcción. Esta explotaciones han modifiado el paisaje, causando un gran impacto medioambiental. En las últimas décadas aun prosiguiendo estas actividades se han tomado medidas de protección y de recuperación de estas áreas tan castigadas.
LAS DEHESAS DE EL CARRASCAL Y VALTIERRA
Una vez visto el marco físico en el que se sitúa Arganda del Rey vamos a detenernos en los espacios naturales más signifiativos de la localidad.
En el término, más de 3.000 hectáreas pertenecen al Parque Regional del Sureste, un espacio natural que desde 1994 esta constituido y protegido por la Ley Regional 6/94 y que no sólo intenta proteger los espacios naturales existentes sino recuperar parte del ecosistema degradado. Sin ser una naturaleza tan llamativa como la que nos proporciona el norte o el oeste de la región, con la sierra, los embalses o pinares, contiene un ecosistema único. Los cerros yesíferos y los cortados, las lagunas y humedales o los reductos de bosque autóctono de tipo mediterráneo, acogen una fauna y una flra singular que han merecido la protección por parte de las autoridades.
Doscientas cuarenta hectáreas componen la dehesa de el Carrascal, una masa forestal situada al sur del municipio constituida por bosque mediterráneo y pinares de repoblación.
Su superficiese extiende desde la Autovía de Valencia , al sur, hasta el barrio de Los Almendros, al norte y desde el camino de los Jarales, al este, hasta la carretera C-300, al oeste y, aunque se encuentra alejado del eje del Parque del Sureste se incluye en éste por su interés biológico. Esto se debe a la conservación de una flra típica de encinar manchego: quejigo (Quercus faginea), encina (Quercus rotundifolia) y coscoja (Quercus coccifera). Estas especies arbóreas sirven de cobijo a una amplia fauna de aves y mamíferos: conejos, liebres, erizos, musarañas, zorro, tejón, perdices rojas, milanos, petirrojos, etc.
La dehesa de «El Carrascal» fue desde tiempo inmemorial un lugar de aprovechamiento comunal para los argandeños que disfrutaban de su explotación, obteniendo leña o arrendando la caza. En los años 50 se emprendió una repoblación que ocupó parte de superficiecon pinos carrascos. Ahora, como zona protegida, se desarrollan en ella actividades de educación ambiental a través de sendas ecológicas, a la vez que ofrece espacios adaptados al ocio en la zona más próxima al camino del Molino.
Valtierra es otra de las zonas de Arganda que conserva aún su vegetación autóctona, sin olvidar que hasta hace pocos años, antes de realizarse las obras del canal de Isabel II, su arroyo suministraba de agua a la población.
HUMEDALES: LAS LAGUNAS DE ARGANDA
Entre los espacios naturales más importantes de la zona del Jarama destacan los humedales y entre ellos se distinguen las lagunas de «Las Ma-

Arganda y el Parque Regional del Sureste. Imagen del satélite LANDSAT. Escala: 1:200.000.
Laguna de las Madres. Reserva ecólogica de aves acuáticas y espacio para el ocio.

dres». Su origen se encuentra en la explotación de una antigua gravera abierta en la margen derecha de la carretera Puente de Arganda-Chinchón. Hoy es un espacio para el ocio y una reserva ecológica.
Este humedal de origen artifical se origina al excavar y profundizar en las terrazas bajas del río y superar el nivel freático, que separa la roca permeable y húmeda de la seca. El agua subterránea aflra entonces a la superficieoriginando charcas o lagunas. Sin embargo, la actuación de estas industrias deja fuertes pendientes en las orillas y acumulaciones de piedras y arenas que impiden una recuperación natural del terreno. Los grandes agujeros a cielo descubierto deben tratarse para favorecer la instalación de fauna y flra que regenere el paisaje. Una de las actuaciones importantes en este proceso es habilitar las orillas, disminuyendo el acusado perfil de la gravera, suavizando su talud y replantando una vegetación natural de orillas que sujete el terreno y sea cobijo de animales acuáticos.
La recuperación y naturalización de esta gravera se realizó durante los años 80, y fue motivo de mención internacional en el Año Europeo del Medio Ambiente, en 1987. Hoy «Las Madres» es un humedal compuesto por tres lagunas que acogen a aves acuáticas como la garza real, la garcilla bueyera, la cigüeña, el martín pescador, el cormorán grande, el somormujo lavanco, etc. La vegetación que la cubre es producto de la reforestación de especies típicas de ribera que crean hábitats adecuados para que vivan, críen o se oculten diferentes aves acuáticas.
Encontramos así los carrizales4, las orillas con vegetación palustre, las superficiesdel agua o las orillas sin vegetación. En estas cuatro zonas las aves encuentran un medio de vida, escondites y refugios, además de dormideros en épocas invernales y lugares de nidifiación. En los carrizales es habitual ver a especies como el carricero, el pájaro moscón o el escribano palustre. Los dormideros son ocupados por estorninos pintos y negros, pardillos y gorriones, siendo un espectáculo el ver las bandadas de aves migratorias que llegan o salen de estos espacios. En algunas zona de orilla la vegetación palustre proporciona ocultamiento, alimentación y lugar de cría a fochas de agua y rascones. La propia laguna permite observar a gaviotas reidoras, somormujos, zampullines, cormoranes y diferentes tipos de patos, comiendo, nadando o sumergiéndose bajo su superfici. Las aves limícolas y zancudas, agachadizas, andarrios, cigüeñas o garzas reales, tienen en las orillas de escasa vegetación, en las zonas de playas, el medio natural más idóneo.
Además de las aves acuáticas otras encuentran también en la vegetación ribereña su habitat como el ruiseñor común y bastardo, el petirrojo, el abejaruco, la golondrina, la abubilla, el mochuelo, etc. Especies de reptiles y anfibios comparten con pequeños mamíferos como las musarañas o los topillos su espacio, y los peces, en muchos casos no autóctonos, han poblado de nuevo las aguas. La introducción de alguna de estas especies de peces ha contribuido a la modifiación del ecosistema, por ejemplo la del black-bass o la carpa, muy depredadoras5 .
Estas especies de peces muy resistentes a la contaminación y otras mejor adaptadas a las corrientes han venido a sustituir a especies autóctonas como la anguila, extinguida a causa de las presas hidráulicas. Sin embargo, la preocupación medioambiental y la mejora de la calidad de las aguas tal vez conlleve también la recuperación de poblaciones de especies nativas. A la conservación de la fauna y flra del humedal se unen en «Las Madres» un sentido lúdico y recreativo, pues la zona más próxima a la carretera de Chinchón está aprovechada para el disfrute del ocio. Barcas de remo, coto de pesca, alquiler de caballos, senda ecológica, o un aula de educación ambiental son los servicios que ofrece este complejo natural.
En esta zona de la vega, en la carretera de Chinchón la explotación de áridos ha hecho surgir otras lagunas, al aflrar las aguas procedentes del acuífero del Jarama, como las de la Asperilla, una zona en la que se pueden contar hasta media docena de lagunas. Algunas abandonadas y otras en vías de recuperación suponen un nuevo reto en la conservación y preservación del medio ambiente, que se plasma en el proyecto municipal de creación de un parque ecológico en la zona. Destacamos en este apartado también la laguna del Campillo donde la Comunidad de Madrid ha promovido


Dehesa «El Carrascal». Masa forestal formada por bosque mediterráneo y pinares de repoblación. Desde tiempo inmemorial un lugar de aprovechamiento comunal.
Vega de Valtierra. Una de las más antiguas zonas de poblamiento del municipio.
el Centro de Interpretación del Parque del Sureste, un espacio de divulgación del patrimonio del Parque Regional del Sureste6. Allí podemos encontrar información ecológica e histórica de la zona con la reproducción a escala natural de la fauna que allí vivía, producto de la reproducción de los fósiles hallados en la comarca; proyecciones audiovisuales, escenifiación de los procesos geológicos, etc.
Sin duda alguna la protección ofical del Parque Regional del Sureste desde 1994 ha supuesto un freno a la degradación medioambiental que Arganda del Rey venía sufriendo en las tres últimas décadas. La necesidad de proteger estos ecosistemas singulares vino acompañado además de una política de recuperación de paisajes y entornos naturales. Sin embargo, la preocupación medioambiental va más allá de la preservación de estos enclaves naturales, el equilibrio entre desarrollo y respeto de la naturaleza es una exigencia en estos tiempos.


Río Jarama.
Río Jarama. Vegetación de ribera.


Polígono industrial y casco urbano. Ortofotografía. Servicio
Cartografía Regional. Comunidad de Madrid.

