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Milan Kundera, París, 1981
POR FERDINANDO SCIANNA*
Dominique Fernández fue quien me lo presentó. En 1977. Impresionante, alegre, sobrecogedor Fui a verlo a Rennes, donde daba clases, para hacerle una entrevista para L’Europeo Vera preparó una muy buena cena con un dulce pastel, recuerdo, cubierto de semillas de amapola. Había leído La broma (1967) y El Libro de los amores ridículos (1968), que me parecían y me siguen pareciendo estar entre los libros modernos más extraordinarios que he leído. Traducidas en Italia no habían suscitado ningún eco. La entrevista estuvo en suspenso durante meses. Cuando pedí su publicación, el responsable de las páginas culturales de L’Europeo me decía que lo proponía, pero el director invariablemente comentaba: “Kundera, pero ¿quién es este Kundera?”. Luego vino D’Agostino y su eslogan sobre “La insoportable levedad del ser ” en un programa de televisión de Renzo Arbore. Y la entrevista salió.
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Milan Kundera se mudó luego a París y, du- rante algunos años, hasta mi regreso a Italia, nos reuníamos al menos una vez por semana. Su conversación era formidable, libre, divertida, poco convencional, resentida. Una noche, habiendo llegado a casa para cenar, descubrimos que teníamos la misma chaqueta: la habíamos comprado por la mañana en las rebajas de la misma tienda en Saint Germain.

No le gustaban los periódicos y sufría con las entrevistas. No soportaba convertirse, en la prosa de algunos periodistas, en una especie de marioneta hecha para hablar como un ventríloc uo. Una noche me llamó para hacerme una proposición aparentemente extraña. Una importante revista literaria le había pedido una entrevista.
“Le pedí que lo hicieras tú”, dijo, “pero me gustaría escribirlo yo mismo, tanto las preguntas como las respuestas. ¿Te importaría firmarlo?”, me preguntó. Le dije que era un honor para mí. Sin duda es la mejor entrevista que he firmado.
Él pintó. Hizo gouaches peculiares, ligeramente aterradores. Me mostró algunos. Me gustaron.
Me dio uno. Con una dedicatoria irónica. Poco tiempo después me pidió una reproducción: quería usarla para la portada de uno de sus libros publicados en Canadá.
Traducción: Raúl Lara
Fotos: Ferdinando Scianna
*Fotógrafo italiano, nacido en Sicilia en 1943. Ha realizado fotografías de moda, publicidad y retrato. Estudió filosofía e historia en la Universidad de Palermo. En 1965 publicó Feste Religiose in Sicilia, una recopilación de fotos en la que colaboró su amigo Leonardo Sciaccia, autor de los textos de la obra. Por este libro recibió el premio Precio Nadar En 1967 se instaló en Milán, trabajando para la revista L’Europeo como fotógrafo y periodista. En los años setenta se trasladó a París, laborado en diferentes publicaciones. En 1982 entró en la agencia Magnum Photos, en la que se convirtió en miembro de pleno derecho en 1989. En 2013 gana el Premio Ryszard Kapuscinski. Es corresponsal de Palabra en Italia.