Diseño en Síntesis (Núm. 62)

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DISEÑO EN SÍNTESIS / Año 31, Núm. 62, Segunda época. Otoño 2019, julio-diciembre 2019. ISSN 2007-9818

PUBLICACIÓN SEMESTRAL ISSN 2007-9818


Programa Editorial División de Ciencias y Artes para el Diseño, UAM Xochimilco

Publicaciones recientes

Diseño, procesos tecnológicos y transhumanismo Francisco Pérez Cortés 22 × 22 cm 48 pp. ISBN: 978-607-28-1714-2

En este nuevo título de la serie Coleccionamos palabras, la conferencia presentada tiene como propósito fundamental: Interrogar, dadas las circunstancias actuales, los manantiales teóricos, históricos y técnicos de las prácticas profesionales del diseño. Ese movimiento de retorno al pasado, no es ir a la búsqueda de un origen remoto, perdido en el tiempo y ya sin vida, sino salir al encuentro de un origen vivo, activo, puesto que se trata más bien de un Originar permanente, que no sólo marcó los primeros pasos de la actividad proyectual, sino que dio vida a una especie de código genético que sigue siendo la guía y la operación fundadora de las prácticas del Diseño.

Estudios y restauración del patrimonio arquitectónico y urbano Salvador Díaz-Berrio Fernández 17 × 21.5 cm 320 pp. ISBN: 978-607-477-538-9

A través de los artículos presentados en este volumen da cuenta de la sistematización de la información, así como de las acciones de protección en que ha intervenido a lo largo de su trayectoria profesional, desde los aspectos teórico conceptuales sobre la protección y restauración del patrimonio cultural, pasando por la muestra de documentos referidos a las declaratorias de zonas de monumentos históricos en México, hasta la reflexión sobre la enseñanza de la restauración. Asimismo se adentra en una interesante descripción y análisis de los centros históricos de algunas ciudades en México, enfocados siempre desde el fenómeno urbano como un todo, en el que los monumentos y sitios patrimoniales conviven e interactúan con la ciudad moderna y se liberan de su simple función de emisarios del pasado.

Diseño y Sociedad Núm. 45 Varios autores 21.5 × 28 cm 72 pp. ISSN: 0188-7025

Este número incluye textos que corresponden a sus secciones: Territorio: El transecto y la deriva: herramientas para la cartografía social y la planeación territorial de Rubén M. Castillo y La disputa del tiempo en los procesos de gestión urbana de Francisco A. Espinosa. Ensayo: La ciudad contemporánea posmoderna y neoliberal. Una reflexión para salir del estado de heteronomía de Michaela de Marco y La idea de cuerpo castigado en San Juan de Ulúa: microfísica del poder y arquitectura de Jaime F. Irigoyen. Sociedad: Voz, arte, identidad y cultura atlapulquense de Gisela Landázuri y Las tribus urbanas en jóvenes del municipio de Tecámac, Estado de México: la construcción de la identidad skate de Ricardo Medina y Marco A. Luna. Reflexiones: La reconstrucción: un proceso más allá de los daños materiales de Carmen Ruíz.

Introducción a los métodos cuantitativos en la planeación territorial Fernando Antonio Aguilar Méndez Iñaqui de Olaizola Arizmendi 17 × 23 cm 176 pp. ISBN: 978-607-28-1528-5

Con la utilización de herramientas para el procesamiento de información cuantitativa y para comparar el desarrollo demográfico mundial, regional y nacional, el libro muestra cómo analizar el proceso de urbanización a través de clasificar, contrastar, medir y comparar información mediante la elaboración de cuadros, gráficas y empleo de indicadores en la descripción de fenómenos socioeconómicos. Con el empleo de modelos lineales y exponenciales, que permiten interpolar y extrapolar el comportamiento de una variable, se explican e ilustran éstos modelos en detalle con datos de México y otros países. El libro está dirigido a estudiantes que cursan los primeros ciclos de licenciaturas en Planeación Territorial, Urbanismo, Diseño Urbano y Diseño ambiental, entre otras. El cuerpo principal del texto explica el uso de las herramientas, y cada capítulo cuenta con temas para discutir y para investigar, así como ejercicios que contribuyen a la profundización de los conceptos.

Programa Editorial. Planta baja del edificio P de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Teléfono: 5483 7137. Correo electrónico: cyadx30@correo.xoc.uam.mx, http://programaeditorialcyad.xoc.uam.mx Nuestras publicaciones pueden adquirirse en la librería “Luis Felipe Bojalil Jaber” de la Unidad Xochimilco. Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, Alc. Coyoacán, C. P. 04960, Ciudad de México. Teléfonos: 5483 7328 y 5483 7329, http://libreria.xoc.uam.mx


Dr. Eduardo Abel Peñalosa Castro Rector General Dr. José Antonio De los Reyes Heredia Secretario General Dr. Fernando De León González Rector de la Unidad Xochimilco Dra. Claudia Mónica Salazar Villava Secretaria de la Unidad Xochimilco Dr. Francisco Javier Soria López Director de CyAD, Unidad Xochimilco Arq. Francisco Haroldo Alfaro Salazar Secretario Académico de CyAD, Unidad Xochimilco Mtra. Silvia Ana María Oropeza Herrera Jefa del Departamento de Síntesis Creativa Dr. Alberto Cedeño Valdiviezo Encargado del Departamento de Tecnología y Producción Dra. Lucía Constanza Ibarra Cruz Encargada del Departamento de Teoría y Análisis Dr. Eduardo Basurto Salazar Jefe del Departamento de Métodos y Sistemas

Héctor Javier Montes de Oca y Villatoro Coordinador del Comité Editorial Lucrecia Rubio Medina Coordinadora del número 62 Christian Méndez Zepeda Héctor Javier Montes de Oca y Villatoro Jorge Alberto Pacheco Martínez Roberto Antonio Padilla Sobrado Lucrecia Rubio Medina Comité Editorial Liliana Aguilar Sánchez Gestión editorial Gloria Fuentes Sáenz Ana María Hernández López Corrección Margaret Schroeder Traducción Liliana Aguilar Sánchez Diseño editorial, formación y portada Leonardo Meraz Quintana Fotografía de portada e imágenes de entradas de artículos

l.a.v. Gonzalo Becerra Prado Responsable del Programa Editorial

Diseño en Síntesis. Año 31, núm. 62, Segunda época, Otoño 2019, julio-diciembre, es una publicación semestral editada por la Universidad Autónoma Metropolitana, a través de la Unidad Xochimilco, División de Ciencias y Artes para el Diseño, Prol. Canal de Miramontes 3855, Col. Ex Hacienda San Juan de Dios, Alc. Tlalpan, c. p. 14387, Ciudad de México, y Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, Alc. Coyoacán, c. p. 04960, Ciudad de México, Tel.: 5483 7137. Página electrónica de la revista: http://programaeditorialcyad. xoc.uam.mx. Correo electrónico: disenoensintesis.gestion@gmail.com. Editor responsable: Gonzalo Becerra Prado. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo del Título No. 04-2017-111415215000-203; issn: 2007-9818, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Rosario Salas Arellano, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, División de Ciencias y Artes para el Diseño, Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, Alc. Coyoacán, C. P. 04960, Ciudad de México. Tel.: 5483 7137. Última fecha de modificación: 27 de noviembre de 2019. Tamaño de archivo: 12 MB. Todas las colaboraciones son responsabilidad exclusiva de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión de la División de Ciencias y Artes para el Diseño. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad Autónoma Metropolitana.


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Análisis crítico de casos de reutilización urbanoarquitectónica: Centro Cultural Indianilla Carlos Alberto Mercado Limones p. 26

De humedal a zona deficitaria. La compleja relación del sistema urbano del Bajo Segura con el agua (Alicante, España) Gabino Ponce Herrero p. 40

Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid Francisco Haroldo Alfaro Salazar p. 56

Tamoanchan, el lugar, en Cuauhnáhuac María Isabel Vargas Mata p. 64

Galería de Papel: Mujeres y músicos en Oaxaca

José Ángel Campos Salgado p. 70

Reclusión transformada. Proyecto de reutilización de la antigua penitenciaría de San Luis Potosí Francisco Javier Soria López p. 88

La vivienda indígena en la zona norte del Valle del Mezquital, Hidalgo

Romualdo López Callejas y Luis Fernando Guerrero Baca p. 96

Granja San Roqueño, Puebla: la gestión de un producto cultural como último eslabón de la cadena interpretativa del patrimonio

Claudia Rocío González Pérez y Lucrecia Rubio Medina p. 110

La gestión del patrimonio natural como uso turístico en el ejido Ojo de Agua Ballesteros, Guanajuato Laura Marylu Trejo Pool y Carmen García Gómez

Editorial

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Editorial

Comité Editorial de la revista Diseño en Síntesis

La revista Diseño en Síntesis, número 62, que tienen en sus manos, integra artículos relacionados con el tema del patrimonio, mismo que involucra, por su complejidad, una variedad de enfoques y visiones para su estudio y comprensión: reutilización, intervención en el patrimonio edificado, patrimonio cultural, medioambiental y turístico cultural son algunos de ellos. Las aportaciones analizan las intervenciones y rescates de relevancia, de espacios que fueron representativos en su época, por su uso y por la contribución arquitectónica. Carlos Mercado presenta el caso de la reutilización de los Talleres de Ensamblaje y Generación Eléctrica de Indianilla para albergar al Centro Cultural Indianilla; con su relato nos transporta en el tiempo, para conocer las instalaciones que fueron necesarias para el mantenimiento de un servicio necesario para la ciudad y de su inevitable abandono, cuando los cambios de la población demandaron otros servicios. Relacionado con el grado de deterioro de los inmuebles, menciona que durante la vida útil de los talleres se realizaron modificaciones para poder cumplir con los nuevos procesos; éstos se pueden considerar como menores, ya que no afectaron las armaduras y techumbres, sin embargo el desmantelamiento de la maquinaria y equipo, al ser removidos, modificó de manera importante los espacios. El autor menciona las ventajas que existen en el caso de una apropiada gestión y de la estrecha relación con el proyectista, además del acertado proceso de intervención producto de un “programa arquitectónico que fue resuelto con tino y audacia”. Javier Soria realiza el estudio del que fuera Palacio de la Inquisición; en su texto expone el caso de un uso diametralmente opuesto del edificio que albergaba a la penitenciaría del estado de San Luis Potosí, para reutilizarlo como un centro para las artes. Nos relata la complejidad del proyecto para satisfacer un programa que requería, por la función del mismo, de amplitud y flexibilidad de un inmueble que estuvo más de 100 años en una actividad completamente opuesta a la requerida para satisfacer las necesidades de un centro para las artes. La gestión, por su complejidad, estuvo promovida por las autoridades esta-

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tales con la intervención de diversos actores, enfrentando entre otros retos el deterioro del inmueble, así como el de los materiales, los sistemas constructivos e instalaciones. De acuerdo con el autor, la intervención concluyó con un “adecuado equilibrio entre el espacio existente y el lugar que se genera”. Un ejemplo de reutilización fuera de nuestro país es el que nos presenta Francisco Haroldo Alfaro, un caso de recuperación de un sector en una zona conocida como Lavapiés, en un barrio madrileño llamado Emperadores. El marco de actuación contempla la relación del espacio arquitectónico en su contexto urbano y la secuencia de intervenciones dirigidas a la reutilización. En este caso se aborda la propuesta de un complejo que se vincula con la educación, especialmente con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (uned), por el arquitecto Linazasoro, el cual plantea para el ejercicio de su trabajo lo siguiente: “Una nueva acción significa asumir el pasado desde el presente. La reseña del proceso y la descripción de los resultados de esta reutilización provoca que nuestra percepción alcance la sensación de estar viviéndolos; espacio y tiempo presentes en armonía”. Romualdo López y Luis Fernando Guerrero abordan la tipología de la vivienda indígena de tres comunidades, de las áreas montañosas que rodean al Valle del Mezquital, en Hidalgo. Su planteamiento es la paulatina pérdida de una tipología de la vivienda, relacionada con el uso de materiales locales asociados a la vida tradicional y las condiciones bioclimáticas locales de las comunidades. Describen las características de las sencillas viviendas que han logrado satisfacer las necesidades de habitabilidad, gracias al manejo sostenible de recursos locales como la tierra, la piedra, la madera y la corteza del enebro, y que están en un proceso de desaparición, producto de la presencia de agentes exógenos y la existencia equívoca de programas institucionales de vivienda. Dos artículos dirigen la mirada al tema del patrimonio medioambiental; uno de ellos de Gabino Ponce que presenta el caso de estudio de La comarca del Bajo Segura, en Alicante, España. Su narrativa menciona los resultados de


la falta de coordinación de las autoridades, que han permitido la transformación de un medioambiente y del paisaje de la zona, provocado por cambios socioeconómicos en el territorio. Sus conclusiones se basan en la aplicación de los modelos de economía espacial y de la teoría locacional, para identificar el patrón de asentamiento analizando el sistema urbano y su relación con el agua. Su relatoría nos permite conocer las características de un territorio definido por la presencia del agua y de las transformaciones provocadas por la ocupación histórica del territorio; el autor concluye con una serie de reflexiones en las que manifiesta prioritario considerar que el ámbito comarcal debe rebasar la competencia entre municipios por captar recursos primordiales como el agua e inversiones turísticas. Relacionado con la expansión urbana, la necesidad de que los planes locales vigentes cumplan con dos condiciones indispensables con relación al agua: la prevención de inundaciones en el marco de la reglamentación que al respecto contempla la comunidad valenciana y la aplicación de criterios medioambientalistas en las edificaciones. El artículo de Laura Marylú Trejo y Carmen García, refiere al patrimonio de las bellezas naturales de nuestro país como fuente de ingresos para la comunidad, considerando al turismo comunitario, en este caso del ejido de Ojo de Agua de Ballesteros, localidad del municipio de Salvatierra, Guanajuato, con el objetivo de elevar el nivel económico de la población y tratar de frenar la migración de jóvenes que buscan en otros lugares las oportunidades que en su tierra de origen se les niega. El estudio de caso realizado con un enfoque cualitativo, arroja como resultado que para tener éxito en un proyecto de turismo comunitario es necesario considerar varios aspectos, como la participación de la comunidad que es elemento clave, así como la realización del proyecto con la asesoría y acompañamiento de especialistas y conocedores de la preservación del patrimonio medioambiental, así como de la existencia de un organismo que de seguimiento y asesoría a este tipo de proyectos. El trabajo que presentan Claudia González y Lucrecia Rubio es el resultado de una aproximación al estudio

de caso, producto de la vinculación entre las Unidades Xochimilco e Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana. Éste se relaciona con la transformación de un paisaje patrimonial y su reinterpretación que tiene como resultado su conversión en un producto turístico/ cultural de agroturismo, en la granja San Roqueño, municipio de Tepeyehualco, Puebla. Como ejemplos también de cambio, observan uno relacionado con las preferencias actuales hacia el turismo cultural y otro concerniente a los logros y la participación en este caso de dos mujeres como agroempresarias. Las autoras hacen presente en su discurso la importancia de reconocer que en la intervención del patrimonio, que tiene como objetivo su dinamización, está presente la gestión como un mecanismo para lograr un producto cultural y puesta en valor; reconociendo que éste es el último eslabón de la cadena de valor. Para enriquecer esta diversidad temática, el artículo de Isabel Vargas, en la línea del patrimonio cultural, nos ofrece como figura central un lugar mítico conocido como Tamoanchan. En el discurso de su investigación, analiza e integra una disertación en torno a la definición del significado y concepto de ese lugar mitológico, paradisiaco, de las culturas mesoamericanas del periodo posclásico, a semejanza de lo que otras culturas y religiones identifican como el Edén de los judíos, el nirvana de la India o el Shangri-La en el Tibet, entre otros. También mencionan su presencia en los vestigios de las culturas mesoamericanas en México sea en imágenes, códices e incluso el concepto de lo sagrado de la palabra, estudiado y reconocido por varios autores que se han dedicado a la investigación de la cultura prehispánica. Analiza el hecho de su existencia como mito o historia que en sus palabras a “veces vuelven comprensibles aconteceres clave en el devenir histórico”. A manera de conclusión deja la posible idea de que ese lugar pudiera ser Cuauhnahuac, como lo piensan y posiblemente lo creen los nacidos en este lugar. Esperamos que este número temático, que incluye una Galería de Papel con la obra fotográfica de José Ángel Campos Salgado, sea del agrado de nuestros lectores.

Editorial

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Análisis crítico de casos de reutilización urbano-arquitectónica: Centro Cultural Indianilla CARLOS ALBERTO MERCADO LIMONES Departamento de Teoría y Análisis UAM Xochimilco cmercado@correo.xoc.uam.mx Profesor Titular C del Departamento de Teoría y Análisis de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Imparte cursos de conservación patrimonial edilicia en la licenciatura en Arquitectura y la maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado. Miembro del área de investigación Conservación y Reutilización del Patrimonio Edificado en las líneas de Teoría e historia de la conservación y Reutilización del patrimonio urbano arquitectónico de México. Autor de diversos artículos, ha participado como ponente en congresos, simposios y encuentros académicos, nacionales e internacionales.

La perspectiva arquitectónica de conservación y reutilización de patrimonio edificado, de muy reciente creación en la Ciudad de México, tiene un ejemplo relevante en el Centro Cultural Indianilla con características particulares que lo definen; se trata de dos pequeñas naves industriales, último vestigio de lo que fueron los Talleres de Mantenimiento y Ensamble del Sistema de Tranvías de la Ciudad de México; es un patrimonio industrial y en el siglo xx se reutilizó exitosamente como centro cultural; el trabajo se realizó en menos de 100 días, desde el levantamiento hasta la inauguración del mismo. Este artículo presenta una breve narración del proceso y análisis del trabajo de intervención realizado. Palabras clave: patrimonio industrial, reutilización, conservación, centro cultural, talleres de tranvías.

The Indianilla Cultural Center is an important example of the architectural perspective on conservation and reuse of heritage buildings in Mexico City, a recent concept in this city. The center consists of two small industrial buildings, the last vestige of what in the past were the maintenance and assembly workshops of the Mexico City Tramway System. It is an industrial heritage and in the twentieth century it was successfully reused as a cultural center. The work was completed in less than 100 days, from the beginning to the inauguration of the site as a cultural center. This article presents a brief account of the process and an analysis of the work of converting the center from a pair of industrial buildings to a cultural center. Keywords: industrial heritage, reuse, conservation, cultural centre, tramway workshops.

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Presentación A finales del siglo xix y principios del xx la “paz porfiriana” propició un clima de confianza económica que repercutió en el acelerado crecimiento urbano de la capital de la república. El ensanche urbano multidireccional, requirió que en la Ciudad de México se construyera un sistema de transporte público eficiente, capaz de cubrir en un tiempo relativamente corto las grandes distancias que se estaban generando entre un punto y otro de la ciudad, así surgió la demanda de tener un sistema tranviario eléctrico que, en primera instancia, sustituyera al caduco sistema de tracción animal (tranvías de mulitas) y que, además, le diera a la ciudad servicios de mayor calidad y modernidad. Los tranvías modificaron la estructura vial de zonas consolidadas como el centro de la ciudad y transformaron el diseño de los fraccionamientos que en ese momento estaban en desarrollo como la Colonia Roma. Rieles, cableados aéreos, así como el surgimiento de mobiliarios urbanos: semáforos, paraderos, señaléticas y un conjunto de talleres y subestaciones eléctricas (naves industriales con techumbres de lámina galvanizada a dos aguas y muros estructurados a través de marcos y bastidores de acero revestidos de tabique rojo aparente) que durante más de un siglo han formado parte del paisaje urbano de la ciudad. Estos inmuebles fueron objeto de un proceso de parcial abandono a partir de la década de los años 60 del siglo xx, momento en que el sistema tranviario paulatinamente fue sustituido por otros sistemas de transporte público como el metro, los autobuses o las “peseras”. En 1993, a partir de la reutilización de La Nana (subestación primigenia del sistema tranviario) que la convirtió en el Salón México, estas subestaciones y talleres cobraron interés para su conservación y reutilización. En 2006 las dos únicas naves que quedaron del conjunto de talleres de ensamblaje y reparación de tranvías, ubicadas en Indianilla, fueron recuperadas de un inminente proceso de degradación a través de un proyecto de restauración y reutilización; nos referimos al actual Centro Cultural Estación Indianilla (ccei) que se analizará y evaluará en este escrito. Antecedentes Urbano arquitectónicos En la historia del transporte público en la Ciudad de México, los tranvías tienen un lugar relevante, pocos siste-

mas de transporte han sido tan extendidos y versátiles como el eléctrico de vagones que corría prácticamente por toda la ciudad, transportando no sólo pasajeros en coches de primera y segunda categoría sino, también, mercancías en carros especializados para carga de productos agrícolas, así como para el traslado de féretros y de prisioneros de los ministerios públicos y delegaciones jurídicas a los reclusorios de la ciudad.1 Uno de los coches más peculiares del sistema fue el llamado Anáhuac Tranvía Presidencial, que se acondicionó para trasladar con todo el confort posible al presidente Porfirio Díaz de un punto a otro de la ciudad, sobre todo cuando se trataba de inaugurar las múltiples obras que se hicieron con motivo del centenario de la Independencia.2 Es pertinente señalar que a mediados del siglo xix el crecimiento de la Ciudad de México obligó a los gobiernos republicanos a resolver los múltiples problemas que la expansión urbana provocaba, uno de estos fue el transporte de personas y mercancías. En los trescientos años de vida colonial, la ciudad creció muy lentamente, se densificó y desarrolló sin incrementar su superficie sustancialmente, sin embargo, después de lograda la independencia, la ciudad se desbordó sobre los extensos terrenos que la rodeaban y que anteriormente habían pertenecido a la aristocracia y a las comunidades virreinales. En cuanto al sistema de tranvías movidos por tracción animal (mulas y caballos), Aguirre sostiene que alrededor de 1850, junto con las primeras concesiones para establecer un servicio de barcos de vapor en el Canal de la Viga, se autorizaron los permisos correspondientes para el establecimiento de rutas tranviarias tiradas por mulas para que circularan al interior de la ciudad y la construcción de una serie de rutas ferroviarias de vapor para comunicar a la Ciudad de México con las poblaciones ribereñas de la

1. Según Manuel Aguirre, se desarrolló una línea que cubría la ruta entre Xochimilco y el mercado de La Merced que a través de coches descubiertos que transportaban mercancías agropecuarias entre estos dos puntos de la ciudad, así como otros vagones especializados en el transporte de féretros, presos, correo, etc., mostrando lo versátil que fue el sistema tranviario en la ciudad (Manuel Aguirre B., Los tranvías de la ciudad de México, 1850-1971. En www.mexicomaxico.org/Tranvias/ TRANVIAS.htm). 2. Ibid.

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antigua cuenca del lago de Texcoco. Después de todas las obras de tendido de vías, construcción de estaciones, establos y talleres de ensamblaje de tranvías, en 1856 el servicio entró en operación, siendo su principal estación el Zócalo. El 4 de julio de 1857, el presidente Ignacio Comonfort fue testigo de cómo las locomotoras de vapor iniciaron su desplazamiento por la ruta férrea que vinculó a la Ciudad de México con la Villa de Guadalupe y el 16 de septiembre inauguró la ruta que iba a Tacubaya, la cual tiempo después se extendió hasta Santa Fe. Posteriormente se estableció un ramal que iba a Tizapán pasando por Mixcoac y San Ángel. Para 1890 el sistema tranviario de mulitas y ferroviario de la ciudad daba claras muestras de progreso y desarrollo, la red contaba con “175 km de vías férreas, 55 locomotoras, 600 coches de pasajeros, 80 carros para otros servicios, 3000 equinos entre mulas y caballos, 300 conductores, 800 cocheros, 100 inspectores, 1000 trabajadores y un veterinario”.3 Sin embargo, el 5 de marzo de 1896 ante la proximidad del siglo xx, las autoridades de la ciudad deciden modernizar el servicio, cambiando el viejo sistema de tracción animal por carros impulsados por corriente eléctrica. Así, para finales de ese año se iniciaron las obras de cambio de vías, tendido de cables eléctricos de corriente directa, y la construcción de los equipamientos que permitieran la operación del sistema.4 En 1897 se inició la construcción de los Talleres de Ensamblaje de Tranvías Eléctricos de Indianilla, en 1898 se comenzó el ensamblaje de carros eléctricos y el 15 de enero de 1900 el presidente Porfirio Díaz inauguró el servicio. A partir de esa fecha los tranvías tuvieron un desarrollo exponencial, todas las rutas de mulas paulatinamente fueron sustituidas por las de transmisión eléctrica, y se extendió la red a todas las nuevas urbanizaciones que surgieron a finales del siglo xix e inicios del xx. Las locomotoras de vapor también fueron sustituidas por tranvías eléctricos, ya que el mantenimiento y operación de las máquinas a

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vapor resultaba sumamente oneroso, como lo probó la ruta de tranvías eléctricos del sur, cuyo destino era San Agustín de las Cuevas (Tlalpan) pasando por San Antonio, Churubusco, Santa Úrsula y Huipulco, esta ruta sureña se inauguró a mediados de 1900 y su costo resultó más económico y de operación más eficiente. El tendido de vías se continúo llevando a las poblaciones cercanas y en 1910 la red llegó hasta La Noria y Xochimilco. Etapas históricas del inmueble En lo que respecta al conjunto de talleres motivo del presente artículo, y como se ha mencionado, en 1897, a las afueras de la ciudad, en los terrenos que se conocían con el nombre de “Indianillas,” la Compañía Limitada de Tranvías Eléctricos le compró a don Francisco Lascuráin la extensión suficiente5 de terreno para establecer ahí los Talleres de Ensamble y Planta Generadora de los tranvías eléctricos de la Ciudad de México en esa área de Indianilla. Para febrero de 1898, en la construcción del conjunto se mostraba el área administrativa que se ubicó en un edificio de dos pisos. El ensamblaje, mantenimiento y reparación de los tranvías se ubicó en una serie de naves industriales construidas con armaduras de acero y cubiertas con placas de barro extruido y recubiertas unas con tejas de pizarra, otras con láminas acanaladas de zinc, cuyos muros estaban construidos a base de paneles de tabique aparente montados sobre marcos de acero, los cuales, a su vez, se desplantaban sobre rodapiés de piedra brasa. Uno de los galerones fue tan ancho que cubría 12 de las 29 vías que componían el complejo.6 El diseño de las naves de ensamblaje y reparación tenía tres niveles, el primero era el entresuelo por el cual corrían los ductos que conducían los cables del tendido eléctrico para alimentar tanto maquinaría como genera-

5. En 1889 Francisco Lascuráin solicitó al ayuntamiento autorización para fraccionar el predio de Indianillas y en él desarrollar una colonia. La Compañía de Tranvías Eléctricos adquirió tres manzanas del fraccionamiento para desarrollar los talleres de ensamblaje, mantenimiento y reparación del sistema de transporte, dando con ello un giro a las expectativas de urbanización residencial del señor Lascuráin (Manuel Aguirre. En www.mexicomaxico.org/Tranvias/TRANVIAS.htm). 6. Manuel Aguirre B., Los tranvías de la ciudad…, op. cit.


dores y reguladores del sistema tranviario, así como fosos que facilitaban las operaciones de ensamblaje y reparación de los carros. En el nivel de planta baja se desarrollaba la mayor parte de las labores inherentes al complejo. El tercer nivel era un pequeño mezzanine donde se desarrollaban labores de supervisión y administración de los trabajos específicos de cada nave, a esta misma altura se localizaban numerosas grúas, que a través de rieles se desplazaban facilitando el acarreo y desmontaje de las maquinarias y partes componentes de los tranvías. Al interior del conjunto industrial había otro grupo de naves donde se localizaban los talleres de fundición de piezas y refacciones, carpintería, tapicería, herrería y otras labores necesarias en la producción de los tranvías, así como la generación y regulación de la corriente directa del sistema. A mediados de 1899 se inició el ensamblaje de los primeros tranvías eléctricos en los talleres de Indianilla. El 15 de enero de 1900 Porfirio Díaz inauguró el servicio y con ello también las labores de mantenimiento y reparación de los vagones. Al inicio del siglo xx las innovaciones tecnológicas demandaron constantes modificaciones en la maquinaria y el equipo con el que operaba el sistema tranviario, transformando con cierta frecuencia la distribución y disposición del equipamiento al interior de las naves que conformaban el conjunto.7 Para mediados de ese siglo, el servicio de tranvías que por casi una centuria había servido impecablemente a la ciudad y que, en buena medida, había propiciado el crecimiento de la misma, paradójicamente entró en conflicto con la ciudad; y las grandes ventajas que este servicio tenía en ese momento no fueron correctamente valoradas, ya que la red tenía una amplia cobertura, al ser eléctricos eran ecológicos pues no emitían gases productos de combustión interna, además eran bastante silenciosos, limpios, puntuales y seguros ya que no podían exceder la velocidad que el sistema les imponía; sin embargo, la dinámica de crecimiento de la ciudad fue demandando otros satisfactores de transporte. El automóvil particular y su similar público el taxi, empezaron a saturar las calles y con ello a

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invadir y bloquear los derechos de vía que tenían los tranvías, ocasionando que el sistema se aletargara; además, la extensión de la red y la insuficiente inversión en generación y regulación eléctrica provocó caídas en la tensión y con ello que los tranvías dejaran de circular en ocasiones por varias horas. Respecto a los talleres de Indianilla, ese mismo año (1950) el cambio de voltaje y la sustitución de los tranvías de corriente directa por los tranvías ppc de fabricación estadounidense provocaron el cierre de los viejos talleres y la apertura de una nueva planta al sur de la ciudad en la calle de Municipio Libre, situación que repercutió en el paulatino abandono de las edificaciones y naves que la conformaban, ocasionando su subsecuente deterioro y posterior destrucción.8 Uno a uno se fueron demoliendo los edificios del complejo, se fragmentó el predio y algunas parcelas fueron vendidas a empresarios particulares, otros lotes se cedieron a dependencias gubernamentales, como las oficinas de la Tesorería del Distrito Federal encargadas del catastro y el ordenamiento predial de la ciudad. Sólo dos pequeñas naves ubicadas en la calle de Doctor Claudio Bernard No. 111, colonia Doctores, se salvaron evitando con ello la destrucción total de lo que alguna vez fueron los Talleres de Ensamblaje y Generación Eléctrica de Indianilla. En la década de los sesenta, ante la expectativa de mostrar al mundo a la ciudad como una “digna” sede olímpica dotándola con un nuevo servicio de transporte masivo “el Metro,” y unos años después en la década de los setenta, con la proyección y construcción de los ejes viales (que redujeron drásticamente la extensión de la red de vías) las autoridades citadinas optaron por considerar al sistema tranviario como un servicio obsoleto y decretaron su cierre.9 Condición de las naves previa a la intervención Estas pequeñas naves se preservaron más a causa del olvido, que por una clara intención de las instancias gubernamentales de conservarlas. Desde inicios de la década de los años cincuenta del siglo xx permanecieron cerradas, de

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vez en cuando abrieron sus puertas para dar servicio de cementerio de legajos, resguardando archivos muertos de diversas oficinas del Departamento de Distrito Federal. Por lo que se puede observar en algunas fotografías y videos puestos en la página web del Centro Cultural Estación Indianilla (ccei), el inmueble no presentaba daños ni deterioros de consideración en su estructura, ni el envolvente general del edificio. Sin embargo, es importante reiterar que durante la vida útil de los talleres, como parte de los procesos de actualización tecnológica, maquinarias y demás equipamientos fijos y móviles fueron constantemente removidos según lo demandaba la modernización tecnológica del sistema, hecho que propició que constantemente se optara por la sustitución del entrepiso y algunas otras modificaciones menores en muros de las naves (tapiado de vanos); las armaduras y techumbres, en general, no fueron tocadas ni siquiera en acciones de mantenimiento, por ello llama la atención que no presentaran daños de consideración previo a su más reciente intervención (Figura 1). No obstante lo mencionado en el párrafo anterior, cuando los talleres cerraron definitivamente, una vez más el paulatino desmantelamiento de la maquinaria y el equipo –que habían quedado– ocasionó los daños más severos, ya que en su mayoría eran aparatos pesados, algunos de ellos con requerimientos de anclaje, sujeción o rodamiento especializado que al ser removidos afectaron basamentos, entrepisos y algunos elementos adosados a vigas y de soporte. El entrepiso mostraba los problemas de mayor seriedad, ya que había sido demolido parcialmente, junto con algunas de las plataformas que soportaban maquinarias y equipamientos y que constituían parte fundamental de la espacialidad del entresuelo (Figura 2). En cambio las techumbres –como ya se había mencionado– se conservaron en condiciones bastante aceptables, esto preservó adecuadamente la solidez de las armaduras de acero evitando la corrosión; la aceptable condición de los aleros también evitó que los escurrimientos pluviales corroyeran los marcos de acero de los paneles de los muros, el único daño significativo que presentaba era la demolición parcial del hastial frontal de la nave oriental, por causas desconocidas; el edificio, no obstante los años de abandono, se encontraba en admisibles condiciones

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Figura 1. Aspecto que tenía la fachada de las naves sobre la calle de Doctor Bernard.

Figura 2. Aspecto del interior de la nave, es notable el abandono y saqueo del que fue objeto.

de estabilidad estructural, ya que no presentaba asentamientos diferenciales, ni desplomes en ninguno de sus componentes, tampoco se encontraron grietas u oquedades en cimentación y rodapié que comprometieran la firmeza de la estructura. En cuanto a las condiciones de la infraestructura, las naves conservaban algunos vestigios de los cableados y equipos eléctricos, así como algunos fanales de la iluminación. En lo concerniente a las redes hidro-sanitarias, por el desuso y la falta de mantenimiento estaban en condiciones irreparables. Producto del abandono y la inevitable vandalización muchos de los cristales de las ventanas estaban rotos, por ello se habían sustituido por láminas metálicas o tarimas de madera para evitar que personas ajenas se introdujesen al local invadiendo el inmueble (Figura 3).


Figura 3. Las naves tenían tejas de pizarra gris en las techumbres, la temperización de las mismas impidió su conservación, a pesar de ello, las techumbres estaban en buen estado de conservación.

Proyecto de intervención Gestión del proyecto A principios de 2006 el promotor artístico Isaac Masri se interesó en el inmueble para establecer en éste el Museo Frida Juguete-Arte-Objeto. Ese mismo año comenzó las gestiones ante las autoridades de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal para su restauración y reutilización.10 Con amplia experiencia en la promoción de exposiciones urbanas,11 Masri contaba con las relaciones personales necesarias y suficientes para poder acercarse a Alejandro Encinas (que en ese momento era Jefe de Gobierno del Distrito Federal) y solicitar le permitieran restaurar y reutilizar las dos pequeñas naves que aún quedaban de la vieja “estación de Indianilla” para hacer de este espacio un enclave cultural. El 15 de agosto de 2006 el Jefe de Gobierno se entrevistó con Masri, ese día el funcionario aceptó la propuesta y autorizó que dicho inmueble se concesionara al promotor artístico, sin que el Distrito Federal perdiera los derechos de posesión de éste. Sin embargo, esta autorización conllevaba un gran reto, pues la obra debería ser inaugurada el 25 de noviembre de ese mismo año, unos días antes de que Alejandro Encinas

10. En el medio artístico, Isaac Masri es un conocido odontólogo. Su trabajo profesional le ha permitido tener una estrecha relación con connotados artistas plásticos y promotores de la cultura (Miguel Ángel Ceballos, El Universal. En www.eluniversal.com.mx/notas/429265.html. Consultado el 06/05/ 2011). 11. Fue el promotor de exitosas exhibiciones colocadas en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México como Nopal Urbano, Animales Impuros, Campanas y Diálogo de Bancas.

entregase el gobierno de la ciudad a Marcelo Ebrard, es decir, debía hacerse todo lo que fuese necesario para abrir en el plazo establecido; esto implicaba elaborar el levantamiento arquitectónico y el análisis del estado de conservación del inmueble, así como el proyecto y la ejecución de obra en 100 días. Masri aceptó el reto y contrató a la empresa Diseño y Manufactura Majac S. A. de C. V., y con ella al arquitecto Juan Álvarez del Castillo Ledezma como encargado de desarrollar el proyecto y ejecutar la obra. Aparentemente la contratación se debió a una recomendación de Manuel Felguérez, ya que muchas de la obras del escultor han sido manufacturadas por dicha empresa. Ante la premura se tomó la decisión de mudar la empresa a las naves de Indianilla y ahí, al interior de éstas, resolver todo; así, el levantamiento arquitectónico, análisis de daños y deterioros, proyecto de restauración y de reutilización se hicieron al mismo tiempo, en el mismo lugar y por las mismas personas. Propuesta de nuevo uso En palabras de Isaac Masri el Centro Cultural Estación Indianilla fue “concebido como un proyecto de rescate urbano que alberga una colección de juguete-arte-objeto, además de la obra de creadores contemporáneos”;12 con el objetivo de “acercar a los habitantes de la zona a todas las manifestaciones del arte” y “aunque al principio no estaba aterrizado el proyecto del centro cultural, si tenía muy claro que lo que quería tener era un centro de espectáculos, exposiciones, museo y cafetería […]”.13 Desde el inicio el listado de requerimientos del programa arquitectónico estaba resuelto; además, no había dudas en destinar las dos naves que se mantenían en pie al centro de difusión artística para diversas expresiones plásticas, literarias y escénicas que contuviese: el Museo Frida de Juguete-Arte-Objeto, una galería para exposiciones temporales, una sala de proyección de video, un espacio para el aprendizaje y elaboración de litografías

12. Miguel Ángel Ceballos, op. cit. 13. Karla Santiago, El Sol de México. En www.oem.com.mx/ esto/notas/ n547979.htm.

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y grabados, una librería, una cafetería y un restaurante, cuyo menú ofrecería como uno de sus platillos más significativos, los afamados caldos Tlalpeños de Indianilla,14 en remembranza a una de las tradiciones urbanas surgidas en las inmediaciones de los viejos talleres tranviarios y que ahora son una añoranza de la ciudad. El programa arquitectónico fue resuelto con tino y audacia, ya que se aprovecharon con gran acierto las cualidades arquitectónicas y espaciales de cada uno de los niveles que el edificio ofrecía. El entresuelo que –como sucede con la mayoría de estos espacios, estaba destinado a los servicios del edificio–, en el programa original los gruesos muros que lo conformaban funcionaban como base de sustentación de generadores eléctricos y otras maquinarias que se utilizaban en los talleres, así mismo contaba con un peine de muros de 70 cm de espesor que generaban ductos horizontales que conducían los cables eléctricos que llevaban la energía tanto a los equipos del taller como al exterior en las líneas de tensión del sistema, y como ya se mencionó el entresuelo también servía de foso para facilitar el ensamblaje y reparación de los vagones. Las peculiaridades espaciales del entresuelo supieron ser aprovechadas en beneficio de la funcionalidad y la calidad estética del proyecto. El peine de ductos fue aprovechado para albergar y caracterizar al Museo Frida Juguete-Arte-Objeto, ya que las zanjas de los ductos horizontales que estaban en promedio 45 cm por debajo del nivel de piso terminado, fueron cubiertos con cristal templado y dotados de iluminación con base en leds de colores para ser usados como nichos y “vitrinas de exhibición” para los juguetes, así el visitante camina sobre estos cuya exposición se muestra de manera original y novedosa. En el entresuelo también se ubicaron la Galería Sótano, el Taller de Litografía y Grabado y en la zona más oscura del mismo se localizó la Sala de Video (Figuras 4-7). 14. “En torno a las labores que se realizaban en los talleres surgieron puestos que elaboraban sustanciosos caldos de pollo con chile, arroz y garbanzos, los cuales variaban de precio dependiendo de la cantidad de carne con que se sirvieran… De los caldos de Indianilla también surgió el caldo Tlalpeño el cual se preparaba de manera especial para aquellos pasajeros que realizarían el trayecto que iba de Indianilla a Tlalpan, viaje que implicaba varias horas de recorrido, y por ello requerían de un caldo más sustancioso” (Arturo Reyes Fragoso. En www. eluniversal.com.mx/estilos/56224.htm).

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Figura 4. Aspecto del entresuelo, anterior y posterior a la intervención.


Figura 5. Aspecto del entresuelo, anterior y posterior a la intervención.

Figura 6. Antes y después de los ductos horizontales del entresuelo, localización del Museo Frida JugueteArte-Objeto.

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Figura 7. Galería Sótano y Talleres de Litografía y Grabado.

Es importante recordar que en esencia se trata de dos pequeñas naves industriales adosadas, techadas por medio de armaduras de acero de alma abierta a dos aguas, que liberan a la planta baja de columnas intermedias, situación que fue aprovechada para ubicar ahí las galerías que se llaman de los Generadores I y II, ya que en la Sala I aún se encuentran dos generadores eléctricos, que fueron restaurados (no rehabilitados) y que se muestran como piezas escultóricas que dan carácter a la sala e identidad al conjunto. En esta sala habitualmente se exhiben temporalmente piezas de arte y en la Sala II se llevan a cabo actividades escénicas y musicales, así como presentaciones de libros, recitales y otras actividades culturales. El entrepiso de la planta baja fue restaurado en su totalidad, ya que esta parte había sido severamente modificada en el último periodo de uso de las naves como parte del sistema tranviario de la ciudad, pues se habían sustituido las vigas de acero originales por nervaduras de concreto que soportaban una losa del mismo material y que se encontraba al inicio de la intervención en muy mal estado de conservación. La nave oriental carecía de muro de colindancia (hacia la subestación eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad) ya que esto facilitaba el ingreso de los tranvías a la nave; cuando dejaron de funcionar los talleres, los intercolumnios libres fueron tapiados con láminas metálicas y tablas de desecho, por ello se integró un muro ciego de colindancias (de block de concreto), separado de la estructura de acero original (Figuras 8 y 9).

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Figura 8. Antes y después de la Sala Generadores I.


Figura 9. Antes y después de la Sala Generadores II.

El mezzanine de la nave poniente se modificó con más severidad ya que el proyectista decidió ubicar ahí la tiendalibrería y parte del área de comensales del restaurante; la escalera original de acceso al mezzanine –que sólo fue pensada para que subiera el ingeniero supervisor y algún obrero, ocasionalmente– tuvo que ser sustituida por una de mayor tamaño para permitir el acceso confortable y seguro de visitantes y, sobre todo, favorecer un desalojo eficiente en caso de que fuese necesario, sin embargo el diseño de esta nueva escalera no permite al visitante distinguirla como un objeto contemporáneo, pues se mimetiza con la estructura original de la nave, creando con ello un falso histórico (Figura 10). Al nivel del mezzanine (nave oriental), en el área que albergaba la grúa del taller, se ubicó la cabina de control de audio e iluminación para los espectáculos teatrales o musicales. Entre la fachada poniente del conjunto de naves y el Centro de Desarrollo Infantil (Cendi) colindante existía un pequeño callejón, espacio residual producto de la lotificación de la totalidad del predio que alguna vez tuvieron los talleres de Indianilla; a través de este callejón se tenía un acceso lateral y se permitía la ventilación e iluminación (poniente) de las naves. Este espacio residual fue fundamental para resolver eficientemente el programa arquitectónico de la intervención, ya que ahí se pudo construir un edificio que albergó todas aquellas funciones que los viejos espacios no fueron aptos de asumir sin que se vieran invadidos por agregados que distorsionaran

Figura 10. El mezzanine fue el espacio más modificado dentro de las naves de los viejos talleres, funcionalmente aloja la librería y el área de comensales del restaurante.

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las espacialidades iniciales, la integración de este edificio impidió que se tuvieran que fragmentar los espacios libres de las naves con la demanda de instalaciones y se modificaran con ello las características arquitectónicas que ahora dan valor documental a los mismos. Este edificio de extraordinaria discrecionalidad es, en sus distintos niveles (tres), el acceso, vestíbulo, zona administrativa, área sanitaria, cuarto de máquinas, cocina, cafetería y bodegas. Criterios y/o premisas de diseño ¿Qué lleva a un arquitecto o proyectista a alterar o respetar la morfología, estética y espacialidad de un edificio patrimonial? Sin lugar a dudas, es la valoración que haga del mismo y de la empatía que desarrolle con el objeto; aquellos espacios o elementos arquitectónicos que al final del proceso de análisis resultan considerados como valiosos, por lo general, son altamente respetados; en cambio, aquellos que son considerados de poco valor serán modificados e incluso removidos. En este orden de ideas, se puede decir que a una valoración mayor del edificio o sus componentes, les corresponderá un criterio “adecuativo”15 de intervención, en cambio, a aquellos inmuebles o componentes del mismo que obtengan una valoración menor, irrevocablemente se le aplicará un criterio “adaptativo”,16 en todos aquellos componentes del edificio y serán las áreas susceptibles de contener aquellos usos que por su especificidad funcional requieran de alterar la preexistencia. Es en las obras terminadas, en la observación de los resultados tangibles, donde se pueden evaluar y aun determinar los criterios y premisas que intervinieron en los proyectos de reutilización, ya que los razonamientos con los que se aborda el diseño en muchas ocasiones no son declaraciones manifiestas, sino intenciones subconscientes, que en la mayoría de las ocasiones la práctica profesional del proyectista determina.

15. El que suscribe propone designar con el término de adecuativo, a aquel criterio de intervención que el proyectista asume, cuando lo que propone se adecua a las características preexistentes, es decir, las inevitables integraciones de redes de infraestructura y equipamiento prácticamente no alteran o si lo hacen es mínimamente. 16. Enconsecuencia con el postulado anterior, se designa con el término adaptativo al criterio de intervención en el cual el proyectista adapta la preexistencia a las demandas de las nuevas funciones, alterando la espacialidad y morfología preexistente.

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En el caso del ccei queda claro que las características espaciales de las naves preexistentes fueron altamente valoradas, y permitieron al arquitecto resolver el programa arquitectónico que tenía enfrente, poniendo en éstas todas las funciones cuya demanda de mobiliario, infraestructura y equipamiento se podían satisfacer sin alterar las características arquitectónicas de las mismas. Si bien en el Museo Frida –por el impacto visual que tiene– pareciese que la intervención fue muy intensa, en realidad lo único que se hizo fue aprovechar muy bien las particulares arquitectónicas preexistentes colocando unos cristales estructurales sobre las zanjas de los ductos y dotar a estos de un eficiente sistema de iluminación. La integración de un edificio que contuviera todas aquellas funciones cuya demanda de infraestructura y equipamiento inevitablemente requería de habitáculos y espacios especializados, que no podían ser absorbidos por la preexistencia, fue un notable acierto. Luego entonces, podemos decir que el criterio general de intervención, y de manera particular en las viejas naves de los talleres, fue adecuativo al no alterar o modificar sustancialmente la espacialidad preexistente. El edificio que se incorporó ocupando la superficie del callejón, responde –inicialmente– a las premisas que se plantean en una obra nueva, sin embargo, en la totalidad de proceso de reutilización del inmueble, es un gesto adaptativo que no obstante ello, es sumamente respetuoso con la preexistencia patrimonial edilicia, ya que desde la fachada hasta las funciones que contiene, están al servicio de los viejos galerones, aportando los accesos y las circulaciones de ingreso y evacuación, así como alojan las oficinas administrativas, servicios sanitarios, cocinas, bodegas-almacenes y equipamientos de las redes de infraestructura. Análisis del proyecto Contexto Enclavados en la colonia Doctores, en su momento de creación y operación los viejos talleres de ensamblaje de los tranvías de la Ciudad de México fueron el motor y motivo de la función y aspecto que tomó esta parte de la ciudad, ya que la importancia que tuvieron trascendió en la estructura urbana de esta zona, planeada originalmente como área habitacional que ensanchase el viejo pueblo de la Romita. El establecimiento de los talleres modificó


ese destino, los numerosos grupos de obreros y trabajadores que en diversos turnos laboraban en los talleres, así como el constante entrar y salir de tranvías obligaron a modificar la planificación habitacional hacia otros giros de la producción industrial y el sector terciario. Así, con el tiempo, alrededor de los talleres de los tranvías aparecieron otros, como los Talleres Gráficos de la Nación donde José Vasconcelos mandó imprimir los primeros libros de texto de las escuelas oficiales de la sep (antecedente de los Libros de Texto Gratuitos), vale decir que los tranvías de carga express, entre otros, daban servicio de transporte a estos talleres.17 Con el cierre y parcial abandono de los talleres de Indianilla el gobierno de la ciudad destinó los predios para ubicar en ellos a diversas dependencias de la administración local, así se fueron estableciendo los Juzgados del Distrito Federal, el Servicio Médico Forense (Semefo) y las Oficinas de Catastro, entre otros, y algunos otros fueron destinados a la recreación y el esparcimiento como la Arena México, esto ocasionó que la zona se viese despoblada por las noches y la convirtió en una zona de inseguridad nocturna, aspecto que a últimas fechas ha ido modificándose, siendo el ccei un detonador importante. Funcionamiento del Centro Cultural Los espacios destinados a la cultura generalmente se visten con gestos grandilocuentes que en muchas ocasiones desalientan la visita de sectores populares; pero la intervención realizada a la Estación Indianilla conservó esa presencia cotidiana que tuvo durante décadas, su fachada de tabique ahora limpia y reluciente no modificó el aspecto que ha formado parte de la identidad de los habitantes de “la Doctores”, quienes la sienten como un espacio recuperado que no los ha segregado. Isaac Masri comentó: la gente de la colonia viene al centro cultural, participa en nuestras inauguraciones […] en general tenemos mucho público, la mayor afluencia se registra en los dis-

17. Manuel Aguirre B., Los tranvías de la ciudad…, op. cit. 18. Comentario de Isaac Masri a Karla Santiago, columnista de El Sol de México, en entrevista concedida el 6 de enero de 2011. En www.oem.com. mx/esto/notas/n547979.htm.

tintos eventos, presentaciones, aperturas, lo cual genera que las personas vuelvan y se interesen en conocer la oferta cultural que el recinto proporciona.18

Realmente el conjunto ha sido un escaparate y medio de acercamiento a las distintas manifestaciones artísticas que el centro cultural difunde a los pobladores de la colonia. El edificio que se anexó ha jugado un papel importante en este proceso de integración, ya que éste ofrece un acceso amplio y franco pero sumamente sencillo al recinto cultural, rompiendo la barrera ideológica que en muchas ocasiones impide que la gente se acerque a los centros de exposición del arte y sus expresiones. Con una fachada de notable sencillez, este edificio no sólo cumple satisfactoriamente con su función de establecer un vínculo entre el exterior y el interior del centro cultural, es una prolongación de la vía pública que penetra y muestra al visitante la fachada lateral que durante años permaneció oculta a los habitantes de la zona y al espectador, creando a la vez un vestíbulo que plácidamente se extiende y distribuye por las salas de exposición. Al ubicar en el entresuelo las oficinas administrativas, así como un núcleo de servicios sanitarios y equipamientos de la infraestructura, la operación cotidiana del inmueble se pone prácticamente a nivel de calle ya que a través de una suave rampa se accede a este nivel, facilitando las labores propias de la gerencia, y el abasto tanto para los talleres de grabado y litografía como para el restaurante y cafetería. En la planta alta (del edificio integrado) se situó la cafetería, cuya cocina es compartida con el restaurante, aquí también se localizan las bodegas, almacenes y otro núcleo sanitario. Este nivel se enrasó con el mezzanine de las naves para aumentar la superficie útil, facilitar la circulación y así integrar un espacio de socialización, vinculando el área de comensales del restaurante con la tienda y librería. En este nivel también se encuentra la escalera de acceso a la azotea, espacio donde se ubican los equipos de ventilación, tinacos y otros artefactos de la infraestructura que requiere el centro cultural, así este pequeño edificio asume todos los servicios que requiere el centro cultural, permitiendo que las viejas naves, sin importar la obra artística que exhiban, se muestren como un espacio que fácilmente rememora su pasado industrial (Figuras 11-16).

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Planta del entresuelo

Edificio integrado Área administrativa

Museo Frida

Galería Sótano

Zonas reutilizadas

Taller de Litografía

Área integrada

Figura 11. Planta de entresuelo.

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Planta Baja

Edificio integrado Vestíbulo y galería temporal

Sala Generadores I

Sala Generadores II

Zonas reutilizadas Área integrada

Figura 12. Planta baja.

Análisis crítico de casos de reutilización urbano-arquitectónica: Centro Cultural Indianilla

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Planta de mezzanine

Edificio integrado Cafetería y cocina

Librería, tienda, área de comensales

Zonas reutilizadas

Cabina de sonido

Área integrada Área reutilizada y remodelada

Figura 13. Planta de mezzanine.

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Edificio integrado Cafetería y cocina Librería, tienda, área de comensales

Zonas reutilizadas Área integrada

1

Cafetería y cocina

Vestíbulo y galería temporal Área administrativa

1

3

2

4

5

2

Salas Generadores I y II

3

Museo Frida

4

Taller de Litografía

5

Galería Sótano

Zonas reutilizadas Área integrada

Figura 14. Cortes transversales.

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Corte longitudinal por el edificio integrado, muestra parcialmente la fachada lateral poniente de las naves industriales.

Cafetería y cocina, bodegas y servicios

Vestíbulo y galería temporal

Servicios y ducto vertical

Área administrativa

Figura 15. Corte longitudinal.

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Fachada frontal del Centro Cultural Estación Indianilla.

Fachada del edificio integrado Hastial reconstruido

Figura 16. Fachada sobre calle Doctor Claudio Bernard.

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Espacialidades La espacialidad es uno de los activos patrimoniales del edificio y ésta fue ampliamente valorada, respetada y aprovechada en la reutilización, se comprendió que una de las virtudes de las viejas naves estaba en el espacio libre que las conformaba, y que éstas eran el espacio ideal para contener ahí las funciones culturales, incluso la abigarrada espacialidad del entresuelo fue correctamente aprovechada para localizar entre los ex-ductos de cableado el Museo Frida. Tecnológico En este aspecto el proceso restaurativo es correcto, pues fueron reparados con acierto los daños y deterioros que tenía el edificio, sin embargo, se considera que el hastial frontal de la nave oriental (sobre la calle de Doctor Claudio Bernard) no debió ser reconstruido de la manera como se hizo, ya que no se dejó la suficiente evidencia de su reconstrucción, tomando en cuenta la integridad de la intervención, pues el hastial faltante pudo haber sido sustituido por un elemento con un lenguaje más contemporáneo. Sin lugar a dudas, la dotación de redes de infraestructura es el problema más significativo en la actualización del uso en los edificios patrimoniales, si bien los requerimientos de servicios hidro-sanitarios y de confort climático, son de alto impacto por la dimensión de las tuberías y las especificaciones en su operación; en la actualidad, las redes eléctricas, así como las que involucran otros cableados: iluminación, voz y datos y los sistemas de vigilancia y seguridad, entre otros, por el volumen que llegan a representar, demandan cada vez más atención proyectual, ya que colocarlas y hacerlas registrables para su correcto mantenimiento y operación plantea retos de función y estética que no siempre son de fácil solución, situación que en ocasiones lleva al proyectista a proponer la integración o anexión de ductos, cajillos, plafones y pisos falsos que las contengan y oculten. El ccei, al ser patrimonio industrial, facilitó la dotación de las redes de infraestructura, ya que éstas, no obstante haberse colocado aparentes, se integraron tersamente a la plástica del inmueble, sin necesidad de poner elemento alguno que las contuviese u ocultase.

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Reflexión conceptual y conclusión Como hemos mencionado, la valoración es el proceso de cognición del objeto patrimonial, a partir del cual se van a desarrollar los criterios de intervención que conducirán el proceso proyectual de la intervención, cuya finalidad sea la salvaguarda y conservación del edificio y/o zona patrimonial; la intensidad laboral con la que se asumió el proceso de intervención de la Estación Indianilla, deja entrever la profunda valoración que resultó de ese empeño y la empatía que provocó tanto en el gestor como en el proyectista, ya que ambos fueron aprendiendo a valorar el objeto que tenían y lo que éste significó en el desarrollo de la ciudad. No tengo cabal conciencia del grado inicial de empatía que cada uno de los intervinientes tenía, pero los resultados muestran que la obra fue terminada con un alto grado de valoración hacia el edificio y su entorno. El Centro Cultural Estación Indianilla (ccei) es tal vez el mejor caso de conservación-reutilización del conjunto de subestaciones y talleres del Sistema Tranviario de la Ciudad de México que aún quedan; en él la lectura del viejo taller se hace con facilidad, al visitarla no se requiere de esfuerzos imaginativos para poder reconstruir lo que fueron estos a inicios del siglo xx, quizá lo difícil es imaginar la extensión total de la planta de reparación y ensamblaje, sin embargo este pequeño reducto permite conservar con toda dignidad en la historia e identidad urbana la Estación de Indianilla; la calidad de la intervención ha hecho que su entorno se ennoblezca, dejando de lado esa sensación de abandono e incipiente ruina que se tenía al transitar por ese sector del barrio. El ccei demuestra que no es necesario recurrir a gestos espectaculares para impactar positivamente algún sector de la ciudad, que una correcta reutilización del patrimonio edificado brinda mayores expectativas a la conservación de éste y que si la vocación de uso es la correcta, el inmueble recupera la trascendencia social que avala su permanencia. No obstante lo anterior, es importante señalar que en el proyecto de reutilización del Centro Cultural Estación Indianilla –al igual que muchos otros–, no se ha tomado en cuenta con suficiente consideración el proveer al edificio patrimonial de los equipos o implementos que garanticen la accesibilidad universal, cancelando con ello la oportunidad de que el sector de la población con discapacidad


ingrese al inmueble y goce de las funciones que ahora ofrece. Es sustancial hacer hincapié en que todo proyecto de reutilización debería tener como una de sus premisas fundamentales permitir el acceso universal al mismo, para que toda la población pueda, finalmente, sentir como propio el patrimonio que estos inmuebles representan. El 25 de noviembre de 2006, Alejandro Encinas (en ese momento Jefe del Gobierno del Distrito Federal), con motivo de la inauguración del ccei, mencionó que “escasamente habían transcurrido 100 días desde la autorización de la intervención y no podía dejar de sorprenderse de los excelentes resultados obtenidos”.19 Fuentes consultadas Álvarez Mora, Alfonso, “Conservación del patrimonio, restauración arquitectónica y recomposición elitista de los espacios urbanos históricos”, en Rivera, et al., Patrimonio, restauración y nuevas tecnologías-ppu, España, Editorial Universidad de Valladolid, 1991. Azevedo Salomao, Eugenia María, “El reciclaje en zonas patrimoniales, potencialidades de uso de los edificios”, en Revista asinea, núm. 8, México, Editorial asinea, mayo de 1996. aa.vv., Rehabilitar para vivir, España, Editorial Monsa, 2005. aa.vv., Rehabilitar hoy, España, Editorial Monsa, 2005. aa.vv., “Monumentos”, en Revista Semestral de Edificios e Monumentos, Brasil, Editorial Direcção Geral dos Edifícios e Monumentos Nacionais, septiembre de 2006. aa.vv., Miradas sobre el patrimonio industrial, Argentina, Editorial cecodal, 2007. Baglioni, A. y G. Guarneiro, La rehabilitación de edificios urbanos, tecnologías para la recuperación, España, Gustavo Gili, 1988 (Arquitectura/Perspectivas). Brandi, Cesare, Teoría de la Restauración, España, Alianza Editorial, 1988. Casiello, Stella, La cultura del restauro, Italia, Editorial Marsilio, 1996. Font, Fransi, “Usos y abusos de los espacios históricos”, en Bitácora, núm. 17, México, unam , Facultad de Arquitectura, 2007.

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19. Karla Santiago. En www.oem.com.mx/esto/notas/n547979.htm.

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De humedal a zona deficitaria. La compleja relación del sistema urbano del Bajo Segura con el agua (Alicante, España) GABINO PONCE HERRERO Universidad de Alicante gabino.ponce@ua.es Licenciado en 1981 y doctor en 1986 por la Universidad de Alicante, España. Profesor (1982) y catedrático de universidad (2001) con cinco sexenios de investigación. Ha publicado 160 títulos científicos; ha participado en 41 proyectos de investigación; ha participado en 53 congresos nacionales e internacionales y en 53 contratos de investigación, de los que ha dirigido 23. Dirige el Master en Gestión del Patrimonio en la Universidad de Alicante. Ha dirigido 10 tesis doctorales sobre temas urbanísticos y de gestión del patrimonio. Cofundador del Grupo Iberoamericano de Gestión del Patrimonio. Profesor de la Universidad de Alicante, España.

La comarca del Bajo Segura, antigua zona lagunar en proceso de desecación, sujeta a riesgo de inundación, ha experimentado una profunda transformación socioeconómica, medioambiental y paisajística, sin ningún plan de coordinación territorial. Desde los modelos de economía espacial y de la teoría locacional, se analiza el sistema urbano y su relación con el agua, para identificar el patrón de asentamiento. Se concluye señalando la necesidad de un plan territorial mancomunado. Palabras clave: agua, amenaza y oportunidad, sistema urbano.

The Bajo Segura district is a former lagoon area that is drying up but is subject to the risk of flooding. It has undergone a profound socio-economic, environmental and landscape transformation, without any coordinating plan. The urban system and its relationship with water is analyzed using spatial economy and location theory models to identify the settlement patterns. The study concludes by pointing out the need for a joint territorial plan. Keywords: water, threats and opportunities, urban system.

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Introducción El espacio de referencia La histórica comarca del Bajo Segura se ubica en el extremo meridional de la provincia de Alicante, con una vasta extensión territorial de 954 km2 e integrada por 27 municipios y un total de 348 662 habitantes en 2018. Se trata de una comarca poblada (densidad de 366 h/km2), que ha experimentado un crecimiento por encima de la media provincial y estatal desde 1970. El problema que presenta es que la mayoría de los habitantes se concentran en los 200 km2 de zona inundable que define el curso bajo del Río Segura, meandriforme y con desembocadura artificial hacia el mar. Su cauce riega una antigua huerta tradicional –la Vega–, hoy en crisis, afectada por el desarrollo turístico desde hace varias décadas; además, se están produciendo en el litoral de la comarca secanos de muy escaso potencial agrícola, que ahora demanda agua, mano de obra y capital, provocando, de ese modo, un basculamiento del centro de gravedad, desde los asentamientos del hábitat tradicional –en la Vega– hacia las nuevas urbanizaciones turísticas litorales, con notables afecciones socioeconómicas y medioambientales. El documento Modelo Territorial en la Comunidad Valenciana, de la Dirección General de Planificación y Ordenación Territorial del Gobierno Autonómico, delimitaba en 2002 el Área Funcional de la Vega Baja –aquí descrito como Bajo Segura, más acorde con su realidad geográfica, ya que incluye también los secanos–,1 con el propósito de establecer la coordinación de los 27 planes de urbanismo municipal existentes, trazar nuevos planes y programas para grandes equipamientos e infraestructuras y progresar en el ámbito de la mancomunidad de prestación de servicios, desde el convencimiento de la imposibilidad de dar respuesta favorable a todos los problemas territoriales desde la planeación municipal. Por su situación, se inserta en uno de los ejes de desarrollo potencial más importantes del territorio europeo, el denominado “Arco Mediterráneo”, definido así por la

1. A. López y V. Roselló, Geografía de la provincia de Alicante, Alicante, España, Dip. Provincial, 1978.

Unión Europea;2 y sus características endógenas ofrecen una expectativa de progreso superior a las actuales, que pasan por la configuración de un gran nodo urbano, económico y funcional, sólido, sostenible y competitivo. Sin embargo, aún no se ha aprobado ningún plan de coordinación, debido a diversos cambios en el gobierno regional (autonómico), en el paradigma teórico de la modernidad a la posmodernidad (de la planificación por objetivos a la oportunidad estratégica), y a un espectacular desarrollo inmobiliario de carácter turístico (con el euro como moneda única y la libre circulación de capitales y personas a partir de principios del siglo xxi), que propició en la comarca una importante demanda de viviendas turísticas (sobre todo para los europeos), que los planes locales fueron incapaces de asumir convenientemente. La crisis financiera mundial, en España muy vinculada con la construcción especulativa, a partir de 2007 puso fin a esa vorágine de crecimiento desmedido, sin que hasta el momento se haya articulado un programa económico y urbanístico capaz de corregir los impactos experimentados, ni de prevenir otros futuros, conforme con el propósito asumido por los habitantes y el gobierno de la comarca: balneario y retiro para centroeuropeos. En este trabajo, se pone de manifiesto la necesidad de un diseño territorial integral para el conjunto de la comarca, que aminore el impacto ambiental en el litoral –por ocupación excesiva– y en la Vega –por abandono del sistema tradicional de cultivo y el trasvase del agua que ha mantenido su equilibrio como biotopo productivo–. Marco teórico, hipótesis y objetivos Las afecciones medioambientales en las zonas lagunares son tema recurrente en la literatura científica con abundantes referencias, por ejemplo, a la inmensa laguna donde se asentó el área metropolitana del Valle de México, en proceso de colmatación.3 El estudio de caso que se 2. cee, “Impact sur le développement régional et l‘aménagement de l‘espace communautaire des pays de Sud et l‘Est Méditerranéen (psem)”, en Rapport final, 1992, 336 pp. 3. A. González, “Evolución y conservación de un paisaje cultural de rango mundial: el caso de las Chinampas de Xochimilco”, en Gestión del patrimonio arquitectónico, cultural y medioambiental. Enfoques y casos prácticos, Alicante, Universidad de Alicante, 2013, pp. 195-202.

De humedal a zona deficitaria. La compleja relación del sistema urbano del Bajo Segura con el agua (Alicante, España)

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presenta, pese a la escala, tiene muchas semejanzas con el proceso de ocupación histórica del Valle de México, muy antiguo en ambos,4 sobre todo en las afecciones medioambientales,5 en los problemas para el hábitat por los riesgos inherentes,6 y en los usos del agua.7 No obstante, las dinámicas más recientes, derivadas de la presión turística, alcanzan mayor paralelismo con otros espacios lagunares costeros de México,8 Yucatán9 y Tampico,10 afectados por modificaciones hidrológicas, impacto de aguas residuales o por cambios importantes en los usos del suelo, con fuertes repercusiones en la biodiversidad de los ecosistemas, como ocurre en las zonas húmedas de Veracruz.11 Todas son áreas que incorporan, como el Bajo Segura, un alto riesgo de inundación por lluvias de fuerte intensidad horaria.12 Para explicar el patrón histórico del poblamiento se maneja la teoría de los lugares centrales de Christaller, que jerarquizan y organizan un espacio isotrópico: el definido

4. L. Séjourné et al., Arqueología e historia del Valle de México: de Xochimilco a Amecameca, vol. 2, México, Siglo XXI, 1990. 5. Manuel Perló Cohen y Arsenio Ernesto González Reynoso, “Del agua amenazante al agua amenazada. Cambios en las representaciones sociales de los problemas del agua en el Valle de México”, en Manuel Perló Cohen, Más allá del cambio climático: Las dimensiones psicosociales del cambio ambiental global, México, unam, 2006. 6. R. Domínguez y J. L. Sánchez, Las inundaciones en México. Proceso de formación y formas de mitigación, México, Cenapred, Coordinación de Investigación, Área de Riesgos Hidrometeorológicos, 1990. 7. A. Rojano, R. Salazar, J. Flores y W. Ojeda, “Historia del agua en el valle de México”, III Congreso Nacional de Riego y Drenaje, Puebla, comeii-17046, 2017. En www.riego.mx/congresos/comeii2017/assets/ documentos/ponencias/extenso/COMEII-17046.pdf. 8. A. D. Álvarez-Arellano y J. Gaitán-Morán, “Lagunas costeras y el litoral mexicano: Geología”, en De la Lanza-Espino y C. Cáceres-Martínez (eds.), Lagunas costeras y el Litoral mexicano, La Paz, México, unamUniversidad Autónoma de Baja California Sur, 1994, pp. 13-74. 9. J. A. Herrera-Silveira, “Lagunas costeras de Yucatán: investigación, diagnóstico y manejo”, en Ecotrópicos, núm. 19, vol. 2, 2006, pp. 94-108. 10. D. S. González y J. J. B. González, “Retos de la planeación turística en la conservación de las lagunas urbanas degradadas de México: el caso de Tampico”, en Cuadernos geográficos de la Universidad de Granada, núm. 41, vol. 2, España, 2007, pp. 241-252. 11. A. L. Lara, F. Contreras, O. Castañeda-López, E. Barba-Macías, M. A. Pérez-Hernández, Lagunas costeras y estuarios. La Biodiversidad en Veracruz un estudio de estado, México, Conabio 2014, pp. 297-313. 12. D. Pereyra y J. A. Pérez, “Hidrología de superficie y precipitaciones intensas 2005 en el Estado de Veracruz”, en Inundaciones 2005 en el estado de Veracruz, Universidad Veracruzana/COVECyT, 2006, 432 pp.

28 Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019

por la antigua zona lagunar colonizada. Es un concepto que se ha manejado recientemente para el análisis de la distribución urbana de espacios isotrópicos con el propósito de hacer diagnósticos de las tendencias urbanas ante proceso de planificación,13 retomadas a partir del manejo de los sistemas de información geográfica integrados como herramienta de planificación, con referencia en México.14 Se maneja la versión de Lösch,15 según la cual el rango y jerarquía del área de influencia puede verse alterado por la evolución del espacio humanizado. Se parte de la hipótesis de que la ciudad histórica, Orihuela, ha organizado una extensa área de influencia, jerarquizada según su dedicación a la agricultura de secano o de regadío, que ha ido evolucionando hasta el presente según la posibilidad del recurso agua (Figura 1). Así, hasta mediados del siglo xx, el hábitat de la zona regada –la Vega– alcanzó mayor desarrollo que el de los secanos, despoblados y estancados. La Vega se organizó como un espacio subordinado a la ciudad histórica, y jerarquizado de acuerdo con la posibilidad de gestión del riego. Desde finales del siglo xx, el aprovechamiento turístico del agua ha ampliado el modelo, expandiendo el hábitat por los secanos del litoral, con tal desarrollo que se ha ido alterando el centro de gravedad histórico –Orihuela– en favor del municipio costero de Torrevieja.

13. Cfr. Ayuntamiento de Barcelona, Áreas de Nueva Centralidad. Barcelona, Área de Urbanismo y Obras Públicas, 1987; S. Escolano, y J. Ortiz, “La formación de un modelo policéntrico de la actividad comercial en el Gran Santiago (Chile)”, en Revista de Geografía Norte Grande, núm. 34, 2005; A. Beuf, “Concepción de centralidades urbanas y planeación del crecimiento urbano en la Bogotá del siglo xx”, 2012. En www.ub.; G. Ponce Herrero, “Estrategias de metropolización de la ciudad de Valencia en la etapa autonómica: la centralidad cuestionada en el modelo postchristaller de ordenación del territorio”, en Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles 62, 2013, pp. 147-172; M. Paris, “De los centros urbanos consolidados a los lugares de centralidad: una propuesta metodológica para su estudio”, en Ciudades, núm. 16, vol. 1, 2013, pp. 47-69. 14. Y. Romero Cuero, Sistema de localidades centrales en México y su funcionalidad económica en un ambiente sig, Universidad Autónoma del Estado de México, Facultad de Geografía, 2014, Tesis. En https:// core.ac.uk/download/pdf/55524648.pdf; A. Sánchez Almanza, “Sistema de ciudades y redes urbanas en los modelos económicos de México”, en Revista Problemas del Desarrollo, núm. 184, vol. 47, enero-marzo, 2016. En http://probdes.iiec.unam.mx7. 15. A. Lösch, The economics of location, Yale, University Press, 1954, 520 pp.


Contorno Vega Baja

Rango del núcleo y límite de su zona 5 4 3 2 1

orihuela

orihuela torrevieja

Vega tradicional Antiguos secanos Espacio del turismo

Figura 1. Modelo de asentamientos humanos a partir de la versión de Lösch del modelo de Christaller. Se observa la distorsión del esquema por la influencia del recurso agua (en la primera etapa) y el desarrollo de la periferia (desde finales del siglo xx) por los efectos del turismo.

Los objetivos de la reflexión se centran en validar el modelo de Christaller, ponderado por Lösch, como patrón organizador del sistema urbano. Identificar la importancia del factor agua en los desarrollos urbanos pretéritos y actuales e identificar la carencia –y necesidad– de un modelo mancomunado de ordenación territorial, que respete los vestigios de la Vega y sea sostenible ecológica y económicamente. La ocupación del humedal Configuración geográfica de la antigua zona pantanosa El eje central de la comarca, la Vega, constituye una fosa tectónica de orientación oeste-este, cubierta por depósitos sedimentarios del Neógeno, sobre los que se superponen directamente margas, arenas, limos y arcillas del Cuaternario. Es foco sísmico importante y activo, con cierto riesgo para el hábitat precisamente por las características de los suelos aluviales del valle: el terremoto de 1829 destruyó completamente algunas ciudades y ocasionó graves daños en otras tantas.16 Tiene un clima mediterráneo semiárido, con escasas precipitaciones (291 mm/año

en Orihuela y 243 mm/año en Torrevieja), sujetas a una alta irregularidad. De forma que son frecuentes los aguaceros de fuerte intensidad horaria que descargan, en uno o dos días, cantidades superiores a la media anual: en 1987, en Orihuela se recogieron 316 mm en 24 horas. Las temperaturas son cálidas todo el año (media anual de 18 ºC y media de enero de 10 ºC). La integral térmica y las aguas del río Segura hacen de la Vega un oasis donde ha florecido una antigua cultura agrícola –que propició los primeros asentamientos humanos–, rodeada de áridos secanos despoblados hasta hace un siglo. La Vega se beneficia de las aguas de un río permanente –el Segura– y de varios cursos fluviales esporádicos que desaguan directamente sobre ella (sin salida al mar). El Segura es un río de régimen mediterráneo, con escaso caudal sujeto a fuertes estiajes y ocasionales crecidas por precipitaciones de fuerte intensidad horaria. Con una cuenca vertiente de 18 870 km2, un desnivel máximo de 1 500 metros y una longitud aproximada de 350 km, su módulo decrece desde su curso medio –de 26m3/s– por el intenso aprovechamiento para regadíos, pues entra en la comarca con una media de 5m3/s y desemboca en el Mediterráneo, con un cauce artificial, con apenas 1m3/s. No obstante, las crecidas y desbordamientos han sido una amenaza constante, con una frecuencia media de cuatro o cinco por siglo hasta que, desde finales del siglo xx, tanto el cauce principal como sus afluentes han sido regulados por grandes y medianos embalses, con el propósito de retener las crecidas y regular los caudales para el regadío y el consumo humano. A esos embalses se han sumado otros, más pequeños y en ocasiones sobre cauces secos, con objeto de retener sus esporádicas avenidas. Desde el siglo xiii hay registros de graves inundaciones.17 Por ejemplo, en 1879, la “Riada de Santa Teresa” superó los 1 800m3/s en Orihuela, causando más de un millar de muertos y graves daños económicos. En el siglo xx,

16. A. Rey, La comarca sísmica del Bajo Segura, igc, Madrid, Sismología, 1943, 45 pp. 17. Confederación Hidrógráfica del Segura, Cronología de riadas en la cuenca del Segura, Madrid, magrama, 2012. En www.chsegura.es/chs/ informaciongeneral/elorganismo/unpocodehistoria/riadas.html (Consultado el 07/04/2018).

De humedal a zona deficitaria. La compleja relación del sistema urbano del Bajo Segura con el agua (Alicante, España)

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Tabla 1. Resumen de las principales crecidas del río Segura (1946-1987). Caudal del río Segura en m3/s Según Confederación Hidrográfica Fecha

En 24h

Según observación presencial medios información

Instantáneo

Estación

En 24h

Instantáneo

Superficie inundada (ha)

Pérdidas millones de pesetas

950

Orihuela

500

1 500

23 600

4

24/04/1946

23/10/1948

950

Orihuela

6 140

18/11/1949

Orihuela

700

118

15/10/1957

155

Rojales

21/12/1964

671

9/12/1965

202.8

Orihuela

200

200

10/12/1965

243.1

278.6

Orihuela

200

200

20/10/1972

74.9

74.9

Orihuela

350

2 873

100

5/11/1972

28.8

40.1

Orihuela

593

21/12/1973

100.2

Orihuela

300

1 400

23/101973

136.9

140.9

2 730

433

21/08/1974

97.3

22/08/1974

76.2

106.7

22/10/1982

115

27/07/1986

Rojales

Orihuela

300

Rojales

Orihuela

72

Orihuela

14/10/1986

125

Orihuela

5/11/1987

154

Orihuela

400

12 000

16 140

Fuente: elaboración propia a partir de Aforos, Confederación Hidrográfica Segura, Comisaría de Aguas y prensa diaria. Juárez, Ponce y Canales, 1989.

las riadas han desbordado las aguas con frecuencia por todo el llano desecado, siguiendo los vectores de las acequias y azarbes (canales de desagüe) que recorren toda su extensión. Debido a las graves repercusiones económicas y sociales, desde 1974 se propuso un plan de defensa contra avenidas para la cuenca,18 que comprendía la reforestación para prevenir tanto la arroyada como la erosión, y nuevas obras de infraestructura, como el recrecimiento de los embalses de cabecera, la construcción de otras presas menores en los cursos medio y bajo y el encauzamiento de los cauces en su paso por las ciudades. No obstante, las demoras en las ejecuciones hicieron posibles las inunda18. J. Bautista, “Las avenidas en la cuenca del Segura y los planes de defensa”, en Avenidas Fluviales e Inundaciones en la Cuenca del Mediterráneo, Alicante, Instituto Universitario de Geografía, 1989, pp. 469-500.

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ciones de 1982, 1987 y 1989, con grandes pérdidas de vidas, enseres, infraestructuras y en la agricultura, hasta que en el año 1992 se dio por concluido el plan de defensa. El espacio que se analiza es de alto riesgo de inundación,19 paliado apenas desde finales del siglo xx cuando, además de la conclusión del plan de defensa contra avenidas, comenzó a frenarse la ocupación urbanística desmedida, ya que colocaba al sistema urbano construido a lo largo de los siglos ante una evidente peligrosidad, al acabar con el equilibrio urbanístico con que fue colonizándose el llano de inundación desde el siglo x (Tabla 1).

19. C. Juárez, G. Ponce, G. Canales, “Inundaciones en el Bajo Segura. Cronología de una lucha intermitente frente a una amenaza constante (1946-1987)”, en Avenidas Fluviales e Inundaciones en la Cuenca del Mediterráneo, Alicante, Instituto Universitario de Geografía, 1989, pp. 309-332.


Lámina permanente de agua

mar med iterráneo

Superficie inundable Hábitat islámico (s. x)

ite

Lím cia

in ov pr l

al

ica

mu

rc ia

nt

e

tal de un reino medieval, la Cora de Tudmir,22 Gobernación administrativa hasta el siglo xviii, sede de un obispado y de una universidad desde el siglo xvi. La importancia secular de la ciudad se debe a la fuerte concentración de la propiedad de la tierra y del agua para regadío; la mayoría de estas grandes propiedades tienen reminiscencias feudales, es decir, fueron señoríos de origen medieval, que han pervivido hasta principios del siglo xx23 y con la emancipación del vasallaje, señorial y administrativo, han configurado 25 de los 27 municipios que forman la comarca. Los primeros asentamientos se dispusieron en los márgenes de la zona pantanosa y algunos en el interior, sobre pequeñas colinas al margen de las esporádicas inundaciones (Figura 2). Éste fue un patrón consolidado hasta el siglo xviii cuando comenzó la ocupación más intensiva de la huerta inundable.

El primer modelo de hábitat “alrededor del humedal” Buena parte de las actuales ciudades y de sus pedanías tienen origen árabe, y surgieron entre los siglos viii y ix.20 Las prospecciones arqueológicas y los análisis toponímicos y geomorfológicos21 destacan el carácter pantanoso del tramo final del río Segura hasta su desecación y encauzamiento en el siglo xviii. La ocupación del llano de inundación, tras la conquista cristiana del siglo xiii, se organizó a partir de la ciudad de Orihuela, ciudad fortificada, capi-

La dispersión del hábitat “dentro del humedal” La organización del asentamiento dentro de la zona lagunar ha seguido los vectores lineales de desecación y regadío, trazados por azarbes (conducciones por debajo del nivel del suelo para evacuar el agua sobrante) y acequias. Se fue pergeñando un poblamiento lineal que se ha perpetuado hasta el presente, de los núcleos originarios surgieron aldeas en forma de calle lineal siguiendo el desarrollo de azarbes y acequias (Figura 3). El propósito era aprovechar el suelo liberado para construir infraestructuras que constituían el único camino de acceso hacia el interior del humedal. De ese modo se preservaba al máximo el suelo destinado a la huerta, ya que las viviendas se construían sobre la acequia o azarbe, que corría por debajo, aprovechando el terraplén para mitigar el riesgo de inundación. El proceso de ocupación del área pantanosa, desde el interior hacia el mar, se concluyó en el siglo xviii a partir de las tareas encargadas por el Cardenal Belluga, Virrey de Murcia y Valencia, influyente político y religioso en la

20. S. Gutiérrez, La Cora de Tudmir: de la antigüedad tardía al mundo islámico: poblamiento y cultura material, Madrid, Casa de Velázquez, 476, 1996, 94 pp. 21. M. Box, Humedales y áreas lacustres de la Provincia de Alicante, Alicante, IE Juan Gil-Albert, 1987, 290 pp.

22. A. Tahiri, “La Cora de Tudmir y las tierras del Vinalopó en las fuentes árabes”, en La conquista cristiana del Valle del Vinalopó, Alicante, Universidad de Alicante, 2016, pp. 43-70. 23. A. Gil, G. Canales, Residuos de propiedad señorial en España, Alicante, IE Juan Gil-Albert, 1988, 411 pp.

Figura 2. La antigua zona lagunar y los asentamientos humanos islámicos del siglo x, todos en el margen del área inundable, salvo uno de carácter insular. Elaboración propia. Fuente: M. De Gea, R. Moñino, P. Marín, “Redes de regadío urbanas y rurales del Bajo Segura en época andalusí. Los casos del Segura y el Chicamo”, en Congreso Internacional Regadío, Sociedad y Territorio, Valencia, upv, 2014, pp. 70-90. En www. paesaggimeridiani.it/wp-content/uploads/2016/01/Graziadei_Irrigation-Society-andLandscape.pdf (Consultado el 07/04/2018).

De humedal a zona deficitaria. La compleja relación del sistema urbano del Bajo Segura con el agua (Alicante, España)

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Esquema hidrológico de la Vega Baja Perímetro de la Vega Río Segura Red de acequias Red de azarbes

Figura 3. Elaboración propia a partir de Esquema hidrológico de la Vega, con las dos redes que mueven las aguas: las acequias desde el río hacia los huertos, y los azarbes desde los huertos hacia un tramo inferior del río, para desaguar los sobrantes. Todas las cabeceras municipales actuales se ubican en puntos estratégicos de gestión de la malla fluvial. Fuente: Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela.

Figura 4. Los mapas de 1930 y de 2015 muestran la ocupación de la Vega por un hábitat lineal, que sigue los cauces de las acequias principales y de sus ramales (representadas por los caminos de servicio en los mapas). Se observa la canalización del río Segura y del Azarbe Mayor a partir del plan de defensa contra avenidas (19741992). Fuente: Instituto Geográfico Nacional. Elaboración propia.

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Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019


La Vega Río Segura pueblo histórico

motas contra inundaciones pueblo lineal acequia

bloque elevado

cultivos

sedimentos cuaternarios

pueblo lineal azarbe

cota máxima crecida

cultivos

lecho estiaje

fosa tectónica Figura 5. Esquema del patrón del hábitat tradicional en forma de pueblos lineales que siguen el trazado de acequias y azarbes. Fuente: elaboración propia.

corte del Rey Felipe V, que obtuvo 4 500 ha de humedal para desecación de los municipios de Orihuela y Guardamar, situadas en el tramo final del Río Segura, donde además fundó tres nuevos municipios –Dolores, San Felipe y San Fulgencio– para acoger nuevos colonos a los que repartió tierras en régimen de enfiteusis (sistema feudal de cesión temporal de la tierra a cambio de una renta).24 Todavía en 1956, el Instituto Nacional de Colonización procedió a una última desecación de la zona pantanosa y al reparto entre colonos de unas 1 100 ha, creando una pedanía, San Isidro, que en 1993 con un millar de habitantes alcanzaría el rango de nuevo municipio. Sin embargo, los secanos de la comarca permanecerían estancados y con escaso poblamiento hasta mediados del siglo xx, pese a algunas tareas de colonización emprendidas también en el siglo xviii.25 Así, se ha configurado un característico patrón de hábitat dentro del humedal en forma de aldea-calle (Figura 4) sobre el terraplén de las conducciones hidráulicas, que ha sido funcional hasta la década de 1970, momento de la pérdida del interés económico hacia la agricultura, lo que orientó, paulatinamente, el mercado laboral primero hacia la industria y, desde finales del siglo xx, hacia el turismo y la construcción. Las carencias de equipamientos y servicios urbanísticos en esos pueblos-calle, la insuficiencia de espacio para construirlos y las exigencias 24. Ibid. 25. F. Vera, Tradición y cambio en el Campo del Bajo Segura, Alicante, iea, 1984, 219 pp.

de servidumbre y policía instauradas con el plan contra avenidas, han contribuido a la pérdida de interés social por esas viviendas que, durante siglos, permitieron a los campesinos vivir sobre el espacio agrícola y prestar toda la atención que exige la gestión del agua, siempre en precario equilibrio entre exceso y déficit. La crisis de rentabilidad agrícola de la huerta tradicional está, precisamente, en proceso de cambio desde un sistema de comercialización local, en el cual los pequeños agricultores podían determinar el precio de su producción, hacia un sistema capitalista de exportación, con nuevas técnicas intensivas de producción, que exigían grandes inversiones y fuertes transformaciones en los sistemas locales de propiedad de la tierra y del agua. Fueron nuevos inversores, a partir de la transformación en regadío de los antiguos secanos de la comarca, los que pudieron insertarse adecuadamente en circuitos recientes de comercialización mercantilista internacional; luego entonces, grandes fincas, mayor producción y rentabilidad en los nuevos regadíos acabaron con el sistema de agricultura familiar tradicional de la Vega –minifundista– y con sus patrones de hábitat. Las nuevas plantaciones aprovecharon la elevada integral térmica del clima en la comarca, pero exigían nuevos caudales hídricos aportados, primero, por la red de embalses regionales (ahora tanto para riego como para prevenir inundaciones), luego por la captación de recursos hipogeos y, finalmente, por la importación de caudales desde otras cuencas hidrográficas a partir del trasvase TajoSegura, concluido en 1979.

De humedal a zona deficitaria. La compleja relación del sistema urbano del Bajo Segura con el agua (Alicante, España)

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Tabla 2. Bajo Segura. Evolución de la superficie regada en ha, en años significativos. 1913

1956

1978

1984

1992

2009

2016

19 020

22 478

44 638

53 773

52 910

32 086

34 202

Fuente: elaboración propia a partir de Vera, 1988; Canales, 1988; Instituto Nacional de Estadística (ine).

Tabla 3. Bajo Segura. Evolución de la población fuera de la cabecera municipal (hábitat diseminado). Grandes ámbitos

1960

1970

1981

1991

2000

2011

2017

Secanos

1 419

1 298

794

427

501

7 039

10 060

Huerta

31 827

33 598

28 863

19 031

8 674

66 842

55 990

3 456

2 781

2 778

9 224

486

79 172

31 207

36 702

37 677

32 435

28 682

9 661

153 053

97 257

Espacio turismo Comarca

Fuente: elaboración propia a partir del ine.

Los espacios del turismo y la definitiva ruptura del balance hídrico Mientras el hábitat rural agrícola de la Vega se contraía, en la franja costera se efectuaba una ocupación de los secanos para viviendas de carácter residencial; un hábitat con alto consumo de suelo y agua: 500 litros por habitante al día,26 frente a las medias de 281 litros diarios por habitante en la ciudad compacta de Torrevieja y de 177 en las ciudades no turísticas de la comarca. Las urbanizaciones turísticas, de configuración cerrada siguiendo el modelo country club, constituyen un nuevo patrón de hábitat ajeno a la tradición, enfrentado con la cohesión social y el equilibrio medioambiental, que se ha expandido también por la Vega, asumiendo el riesgo de inundación. Este modelo de urbanización ha tenido un gran desarrollo desde el año 2000 (Tabla 3), a partir de la plena incorporación de España a la Unión Europea y al libre tránsito de personas y capitales (el descenso de 2017 se debe a los efectos de la crisis económica). Un foco pionero fue el municipio de Torrevieja, desde ahí la colonización rural de vocación turístico-residencial se fue extendiendo por el litoral hasta la huerta tradicional. 26. F. Vera, “Agua y modelo de desarrollo turístico: la necesidad de nuevos criterios para la gestión de los recursos”, en Boletín de la A.G.E., núm. 42, 2006, pp. 155-178.

34

Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019

Entre 1996 y 2017, el número de extranjeros en la comarca ha pasado de 21 210 a 113 039 habitantes empadronados; es decir, han aumentado desde 10% hasta 25% de la población total de la comarca. A ellos y a la población autóctona hay que sumar otros consumidores no registrados. La Mancomunidad de Canales del Taibilla, organismo encargado del suministro (que abastece a otras comarcas), registraba en el año 2000 un total oficial de abasto de dos millones de habitantes (Tabla 4), a los que debe sumarse un millón más al año debido al consumo turístico estacional.27 El Ayuntamiento de Torrevieja, que duplica sus consumos de agua en los meses estivales (de 5.3 hm3 a 9.9 hm3 en verano), estima que la carga real de habitantes sería la resultante de multiplicar por tres el total de viviendas censadas: así, en 2011 (último censo de viviendas), el total de habitantes potenciales sería de 367 131 y no los 102 136 registrados, y sobre ese total máximo establece sus necesidades (demanda y compra de agua). En la Tabla 5, el descenso de las ratio se debe tanto al “afloramiento” por empadronamiento obligado de los residentes europeos (para optar por servicios públicos), como por las estrategias de ahorro y reutilización del agua (ciclo integral del agua).

27. Ibid., p. 159.


Tabla 4. Mancomunidad Canales Taibilla. Procedencia del agua. Trasvase Tajo-Segura

Río Taibilla

Desaladora

Extraordinario

Total hm3

Millones de habitantes

1977

80

40

120

1.2

1990

80

114

194

1.7

2000

44

145

9

198

2

2012

49

98

3

194

2

44

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Mancomunidad Taibilla.

Tabla 5. Torrevieja: evolución del consumo de agua.

m3

Viviendas

Habitantes

1981

2 050 029

19 517

1991

5 830 230

2001

ratios m3/vivienda

m3/habitante

1 321

105.0

1 551.9

53 147

25 014

109.7

233.1

9 712 070

96 872

58 828

100.3

165.1

2011

8 607 290

122 377

102 136

70.3

84.3

2016

8 523 459

83 252

102.4

Fuente: elaboración propia con datos de ine y Mancomunidad Taibilla.

Tabla 6. Bajo Segura. Clases de suelo por grandes usos urbanísticos (ha), 2017. Municipios ámbito

Total suelo

Urbano consolidado

Huerta

18 020.5

2 472.7

Secano

6 162.2

Turismo Bajo Segura

Sistemas generales

Urbanizable

Viviendas previstas

No urbanizable

134.9

4 509.7

92 152

10 903.2

154.9

0

69.8

2 474

5 937.5

19 972.4

2 346

251.8

2 126.3

52 073

15 248.3

44 155.1

4 973.6

386.7

6 705.8

146 699

32 089.0

Fuente: elaboración propia con datos del Ministerio de Fomento, siose.

En 2011, 55% de las viviendas de la comarca tenían carácter secundario (residencia no principal); en total 182 533 viviendas turísticas frente a 147 114 viviendas habituales. Pese a ello, los planes urbanísticos en vigor preveían la construcción de otras 146 699 viviendas (Tabla 5), en clara respuesta a una demanda constante y creciente –toda Europa–, sólo amortiguada temporalmente por la crisis experimentada. Sin mediar mecanismos de control urbanístico mancomunado, se repetirán en la comarca los procesos de desarrollos guiados por la espontaneidad y la

respuesta instantánea a la demanda, en un entorno muy atractivo por su notable índice de insolación, pero con una acusada carencia del recurso agua. La nueva demanda de suelo y agua eleva los precios más allá de su significación agrícola y contribuye al abandono de la agricultura tradicional. De ahí el descenso constante de la superficie regada experimentada desde 1984 (Tabla 2), al tiempo que aumenta la superficie urbana y urbanizable (Tabla 6) y la cantidad de viviendas previstas conforme con los planes urbanos aprobados y en vigencia.

De humedal a zona deficitaria. La compleja relación del sistema urbano del Bajo Segura con el agua (Alicante, España)

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Esta nueva vocación turística ha disparado la demanda de agua hasta acabar con el balance hídrico tradicional. Los recursos hídricos propios –río y acuíferos subterráneos– no son aptos para el consumo humano y, a veces, peligrosos para el uso agrícola por su baja calidad y salinización. Todos se hallan sobreexplotados, hecho que explica el retroceso del regadío por el desvío creciente de esos caudales hacia el abasto humano, en especial, los recursos foráneos procedentes del trasvase Tajo-Segura de mayor calidad y más caros. No son raros los casos de subastas de aguas para otros usos y cuencas, en un auténtico expolio especulativo, como el protagonizado por la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia desde 2015, que afecta directamente a los regantes del Bajo Segura. El atractivo del negocio del agua fue determinante para la instalación en 2013 de una empresa multinacional (acciona) especializada en la desalinización de agua del mar, abriendo una planta en Torrevieja (la mayor de Europa), con una capacidad de generar 80 hm 3 /año, de los cuales 20 hm3 se orientan al consumo humano y pueden abastecer una población de 400 000 habitantes (de ahí el incremento constante del número de viviendas). Más como marketing que como medida eficaz, la empresa contempla destinar 60 hm3 hacia el regadío, sin embargo, el precio resulta prohibitivo para los agricultores: 1euro/m3 frente a 0.12euros/m3 del agua del trasvase en 2017 (Sindicato Central Regantes Acueducto Tajo-Segura). Por ello, tan sólo han sido utilizados como medida extrema ante la sequía en 2012, 2016 y 2017, pero con precio rebajado, como medida política, hasta los 0.3 y 0.5 euros/m3 mediante subvenciones del Estado. A ese fin agrícola contribuye también la red de depuradoras instalada en la comarca, con una capacidad anual de 21.7 millones de m3/año, de los cuales 18.5 millones de m3 se reutilizan para regadío, si bien con aguas cargadas de sales, ya que el costo del m3 depurado apto para la agricultura se eleva hasta 0.25 euros/m3 y, en ese caso, son pocos los usuarios. Pero, al igual que ocurre con el agua desalada, no es aliciente suficiente para mantener la superficie regada. Sin embargo, es condición indispensable e impuesta por la legislación española para proseguir la urbanización desde el litoral hacia la huerta.

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Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019

Conclusiones Aunque se requieren estudios más específicos, consideramos que la hipótesis apuntada puede servir para entender el sistema urbano desarrollado en torno al agua. Proceso en el que la ciudad de Orihuela ha sido génesis del sistema centro-periferia propuesto por Christaller y ponderado por Lösch, caracterizado por la concentración monopolista del mercado, por la convergencia de los ejes de comunicación y, sobre todo, por la concentración de la propiedad de la tierra y del agua. Hasta el siglo xx, las demás ciudades han surgido por impulsos económicos –deseo de ampliar la superficie agrícola–, pero sólo sobre el espacio homogéneo del llano de inundación, con similares potencialidades –llanura isotrópica–. Los costos de transporte y la necesidad de constante atención del sistema de regadío, han promovido el desarrollo del hábitat en pedanías que, conforme han adquirido rango y tamaño, alcanzaron su emancipación como municipio, subordinando, así mismo, a otros núcleos menores, hasta alcanzar el total de la superficie aprovechable. Sólo el factor desestabilizante, introducido por la función turística en el litoral, ha roto ese esquema de equilibrio, cumpliendo así la teoría de Lösch, que señala que el número de centros puede cambiar, incluso su equilibrio, conforme se presente una nueva especialización funcional más competitiva. El agua ha sido un elemento básico en la configuración del sistema urbano de la comarca. Los bordes del área inundable propiciaron las primeras ocupaciones humanas, aprovechando los fértiles suelos de la Vega. La presión demográfica provocó la colonización del interior del humedal, mediante azarbes y acequias que definieron un complejo sistema hídrico en precario equilibrio entre excedentes y déficits de caudales. El hábitat siguió los vectores de las conducciones hídricas, conforme la atención requerida por la agricultura intensiva de la huerta tradicional. Las ciudades principales, emancipadas del núcleo genético de Orihuela, se ubican en puntos estratégicos para la gestión del agua. Mientras el hábitat disperso se ha distribuido en forma lineal sobre la red de canalizaciones en forma de aldea-calle, los secanos de la comarca, sobre todo los del litoral, permanecieron casi deshabitados o estancados hasta que el turismo de sol y playa y, luego, el turismo residencial, comenzaron a competir por los recur-


Riesgo de inundación Alto Medio Bajo Río Segura Fuente: patricova, 2015

Orihuela

Guardamar

Torrevieja Figura 6. Riesgo de inundación después del plan de prevención de avenidas. El riesgo “alto” y “muy alto” se concentra en la red de ciudades al interior del llano de inundación, debido a la expansión urbana fuera de las elevaciones originarias y por el estrangulamiento de circulación de las aguas por las construcciones. Fuente: elaboración propia a partir de datos de patricova, 2015.

sos –suelo, agua, mano de obra, inversiones– alterando sustantivamente el patrón de asentamiento, cuyo centro de gravedad se desplazaba desde la huerta –Orihuela, con 31 914 habitantes en su núcleo en 2017– hacia el litoral –Torrevieja, con 82 066 habitantes en ese año–. Se rompía de ese modo con el balance histórico entre agua y ciudad, haciendo necesaria la búsqueda de nuevos recursos, sólo sostenibles por el urbanismo turístico expansivo, alterando así el sistema urbano centro-periferia28 y propiciando un policentrismo a caballo entre la suburbanización extensiva y la ciudad dispersa,29 sin patrón claro que preserve los recursos medioambientales.

28. A. Lösch, The economics of location…, op. cit. 29. F. Indovina, “Transformaciones de la ciudad y el territorio a principios del siglo xxi: el archipiélago metropolitano”, en La ciudad fragmentada. Nuevas formas de hábitat, Alicante, Universidad de Alicante, 2006, pp. 13-42.

La expansión urbana actual y la proyectada conforme a los planes locales en vigencia, deberían cumplir dos requisitos indispensables en relación con el agua. Primero, evitar en lo posible el riesgo latente de inundación, mitigado, pero no eliminado, según el Plan de Prevención de Riesgos de la Comunidad Valenciana ( patricova)30 (Figura 6). Segundo, debería contenerse la edificación con criterios medioambientales, y no dejarla a merced de la capacidad del mercado del agua (desaladoras y subastas de agua).

30. Consejería de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio de La Generalitat Valenciana, patricova Plan de Acción Territorial de carácter sectorial sobre prevención del Riesgo de Inundación en la Comunidad Valenciana. En www.habitatge.gva.es/es/web/planificacion-territoriale-infraestructura-verde/patricova-plan-de-accion-territorial-de-caracter-sectorial-sobre-prevencion-del-riesgo-de-inundacion-en-la-comunitat-valenciana (Consultado el 12/03/2018).

De humedal a zona deficitaria. La compleja relación del sistema urbano del Bajo Segura con el agua (Alicante, España)

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Para ello, es fundamental definir un marco de planeación del ámbito comarcal, que supere la competencia establecida entre municipios por captar recursos –sobre todo del agua– e inversiones –turísticas principalmente–. La normativa legal así lo exige desde 1975. Luego entonces, es necesario redactar un Plan de Acción Territorial para el Bajo Segura que, en relación directa con las directrices medioambientales emanadas de la Unión Europea,31 subordine y jerarquice los planes locales de urbanismo de los 29 municipios, hasta ahora completamente descoordinados. El gobierno valenciano hizo una primera propuesta en 2003, que fracasó por la presión política de los responsables locales de cada municipio en plena efervescencia por la demanda inmobiliaria. Se intentó de nuevo en 2008, a comienzos de la fuerte crisis económica vinculada con el urbanismo expansivo. Pero, precisamente para paliar los efectos de esa crisis, se paralizó de nuevo, dejando en libertad a los responsables locales para buscar estrategias particulares y en clara competencia entre municipios. Grave paradoja ésta que ha llegado hasta el presente, en que sigue sin aprobarse ese plan comarcal mancomunado. Entre tanto, ante la aparente salida de la crisis económica, los agentes socioeconómicos locales se preparan para recibir otra oleada de turistas y jubilados europeos. Fuentes consultadas Álvarez-Arellano, A. D. y J. Gaitán-Morán, “Lagunas costeras y el litoral mexicano: Geología”, en De la LanzaEspino y C. Cáceres-Martínez (eds.), Lagunas costeras y el Litoral mexicano, La Paz, México, unam-Universidad Autónoma de Baja California Sur, 1994. Ayuntamiento de Barcelona, Áreas de Nueva Centralidad. Barcelona, Área de Urbanismo y Obras Públicas, 1987. Bautista, J., “Las avenidas en la cuenca del Segura y los planes de defensa”, en Avenidas Fluviales e Inundaciones en la Cuenca del Mediterráneo, Alicante, Instituto Universitario de Geografía, 1989.

31. Dirección General de Urbanismo y Ordenación del Territorio de La Generalitat Valenciana, El Arco Mediterráneo Español. Eje Europeo de Desarrollo, Valencia, Generalitat Valenciana, España, 1994, 125 pp.

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Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019

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De humedal a zona deficitaria. La compleja relación del sistema urbano del Bajo Segura con el agua (Alicante, España)

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Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid FRANCISCO HAROLDO ALFARO SALAZAR Departamento de Métodos y Sistemas UAM Xochimilco falfaro@correo.xoc.uam.mx Arquitecto por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (uam-x). Estudios de maestría en Restauración Arquitectónica por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del inah y de especialización en el Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de Bienes Culturales (iccrom) en Roma, Italia. Colaborador en varios programas nacionales de posgrado, en la especialización de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural Inmueble. Colaboró con la Conalmex-inah, en la realización de expedientes de sitios mexicanos para su inscripción en la lista de Patrimonio Mundial de la unesco. Desde 1990 es profesor investigador en la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la uam-x. Ocupó el cargo de Coordinador de la Licenciatura en Arquitectura (2003-2007), de Coordinador de Apoyo a Posgrados (2009-2012). Actualmente es Secretario Académico de la misma División. Ha publicado libros y artículos relacionados con la conservación del patrimonio urbano-arquitectónico, siendo reconocido con premios como la Medalla de plata por investigación en la Bienal de Arquitectura Mexicana de la fcarm; el Francisco de la Maza por investigación en el campo de la Conservación del Patrimonio Urbano y Arquitectónico del inah ; y el Premio a la Investigación en Ciencias y Artes para el Diseño por la uam.

La presencia material de la cultura, y su consideración como bien patrimonial, está sujeta hoy en día a diversas formas de aproximación. Por un lado su valor dual como referente de la historia y como objeto construido, por otro lado su estado de conservación y las posibilidades de permanencia. En ese sentido, las intervenciones que se realizan a ese patrimonio edificado se mueven entre la idea de guardar memoria, pero también de dar cabida al presente y futuro de dicho bien. El caso de la adecuación de las ruinas del templo del Colegio de San Fernando en Lavapiés, originalmente parte del conjunto de las Escuelas Pías y trastocado al paso del siglo xx, es un buen ejemplo para reflexionar sobre el carácter de una propuesta que no ve sólo al bien cultural bajo la óptica de la restauración material sino desde la mirada de su continuidad. Palabras clave: patrimonio edificado, conservación, restauración, reutilización arquitectónica, análisis crítico.

In contemporary analysis, the material presence of culture and its identity as a heritage asset are approached in various ways: on the one hand, the dual value of the cultural object as a point of reference in history and as a built object, and on the other hand, its state of conservation and the potential for it to persist. This being so, interventions on heritage architecture balance between the idea of storing memory and of enabling possibilities for the present and future of the asset. These aspects can be studied in the case of the restoration and adaptation of the ruins of the San Fernando School in Lavapiés, originally part of the Escuelas Pías complex but disrupted by the twentieth century. This case provides a good example for reflection on the nature of a proposal that sees the cultural asset not only from the perspective of material restoration but also from the perspective of its continuity. Keywords: built heritage, conservation, restoration, architectural reuse, critical analysis.

40 Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019


Pero lo que ahora es claro y manifiesto es que no existen los pretéritos ni los futuros, ni se puede decir con propiedad que son tres los tiempos: pretérito, presente y futuro; sino que tal vez sería más propio decir que los tiempos son tres: presente de las cosas pasadas, presente de las cosas presentes y presente de las futuras. Porque éstas son tres cosas que existen de algún modo en el alma, y fuera de ella yo no veo que existan: presente de cosas pasadas (la memoria), presente de cosas presentes (visión) y presente de cosas futuras (expectación). San Agustín1

Prólogo Hace algunos ayeres llegó a mis manos un obsequio especial.2 Se trataba de un libro-memoria de una intervención urbana y arquitectónica en un sector de Madrid, el barrio de Lavapiés. El sugestivo título de dicha publicación: “Evocando la ruina”,3 fue un detonante particular y personal para mí, bajo el argumento de la memoria propia. Obviamente yo desconocía el caso específico, pero no el sitio y su nombre. En mi infancia ya había escuchado una canción, un “chotis”, que en alguna parte rezaba: Cuando vayas a Madrid chulona mía voy a hacerte emperatriz de Lavapiés y alfombrarte con claveles la gran vía y bañarte con vinillos de jerez. Madrid, Agustín Lara, 1948

Es pues Lavapiés parte de un barrio madrileño llamado Emperadores. Uno de los sitios emblemáticos y con tradición e historia ahí, es el conjunto de las Escuelas Pías de San Fernando, cuyo templo fue incendiado durante la Guerra Civil Española. Es justo sobre ese recinto y su intervención entre los siglos xx-xxi, que trata el libro mencionado y en cuyo texto se hace la siguiente reflexión:

Figura 1. Vista del Acceso a la Biblioteca Escuelas Pías desde la calle de Sombrerete y vinculado con la Plaza Agustín Lara. Esta sede es parte de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, Centro Asociado de Madrid. Fotografía: Francisco H. Alfaro Salazar.

de estucos, yesos, angelotes, molduras y panes de oro no era sino soporte para el delirio más o menos culturalmente aceptable del momento, una vez machacado, azotado, desgastado por el tiempo y la intemperie, resplandece como reminiscencias romanas, ruina que evoca ensoñaciones de otros tiempos…4

Circunstancias Se dice que Lavapiés es un sector de la ciudad que se consolidó a lo largo de los siglos estableciendo con ello un carácter popular propio. En sentido estricto, sus inicios tienen que ver con los de Madrid mismo: La denominación árabe antigua Magerit –que sería el origen de la denominación de la villa– trataba de reflejar la abundancia de agua potable circulando por chorrillos, arroyos y un caudaloso río que hacía del lugar algo casi paradisíaco. La abundancia del preciado elemento se sustentaba en una nutrida vegetación y en un microclima ideal.5

La ruina de la iglesia de las Escuelas Pías revela el valor inmenso de la construcción: lo que, en origen, recubierto 1. San Agustín, Confesiones, Libro undécimo, capítulo xx. En www.agustinus.it/spagnolo/confessioni/conf_11_libro.htm. 2. El doctor José Ángel Campos Salgado, de manera por demás amable puso en mis manos tal publicación a fines de 2004. 3. José I. Linazasoro, Evocando la ruina: somvras y texturas, España, A. G. Grupo, S. A., 2004.

4. José María García del Monte, “Centro Cultural en Lavapiés, Madrid, 2004: de las virtudes de lo antiguo”, en Arquitectura coam, núm. 338, España, 2004, pp. 38-47. 5. El trabajo de Bernardo Veksler sobre el barrio, se nutre de una importante reflexión histórica y social que permite valorar el desarrollo de Madrid y de Lavapiés mismo (Bernardo E. Veksler, “Lavapiés: pasado, presente y futuro de un barrio cosmopolita”, en Visión Net, Madrid, 2004. En http://bveksler.blogspot.mx/2009/11/lavapiespasado-presente-y-futuro-de-un.html.

Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid

41


Por otro lado, en relación con los grupos que conformaron el barrio, éste tiene un carácter multiétnico desde la época medieval: El Madrid cristiano se va formando en torno a las parroquias que van surgiendo a medida que la población crece. Algunas se erigieron sobre antiguas mezquitas, como la de Santa María, San Miguel y San Salvador; muchas de ellas ya han desaparecido. Dieron también nombre a cuantiosos barrios y calles. Los gremios de oficios iban Figura 2. Vista de la escultura de Agustín Lara en la plaza de Sombrerete (hoy Plaza Agustín Lara) en Lavapiés, dedicada el 13 de mayo de 1975. Al fondo el conjunto en ruinas del templo de San Fernando. La escultura fue reubicada a un costado del acceso a la Biblioteca. Fuente: https://artedemadrid.files.wordpress.com/2012/06/plaza-sombrerete00-blog.jpg.

surgiendo alrededor de estas parroquias creando una unión entre curas, frailes y obreros manuales al margen de las influencias cortesanas. Los moros se concentraron en el cerro del Campillo de las Vistillas y formaron

Figura 3. El plano de Madrid elaborado por Pedro Texeira en 1656 dejó constancia de la evolución vivida por el conglomerado urbano. La obra cartográfica describe de forma minuciosa las características edilicias que se llegan a observar en los pisos, puertas y ventanas de cada edificio. Fuente: https://vramon1958.files.word press.com /2014/10/ plano-de-teixeira.jpg.

42 Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019


el primer arrabal, que fue denominado de la Morería.

Su geografía urbana es un dibujo de caminos convergen-

Los judíos que sobrevivieron a la matanza de 1391 y se

tes. Se puede llegar a suponer que esa curiosa geometría

convirtieron al catolicismo encontraron su reducto en

constituye un símbolo de que en la diversidad es posible

la Aljama del Campillo, hoy Lavapiés. Los mudéjares

lograr una superación enriquecedora, que esas decenas

y moriscos coexistieron con la dominación cristiana

de patrias que se llevan a cuestas y se cruzan temero-

por mucho tiempo, conformando una colectividad de

sas por las calles de Lavapiés puedan encontrar ese ansia-

aproximadamente siete mil personas.6

do espacio compartido de intercambio creativo, constructivo y esperanzado de una futura patria común.8

Es justo este planteamiento del barrio o arrabal, pues Lavapiés en términos prácticos fue una judería, es decir, el barrio donde habitaban los judíos en la Edad Media. El origen del barrio es hebraico. La judería madrileña tenía su núcleo de población en el paraje denominado

El desarrollo a lo largo del tiempo ha significado transformaciones importantes, tanto en la traza y la organización espacial como en las actividades y el propio uso del suelo. Ya desde el siglo xix estas condiciones se venían consolidando:

entonces Aljama del Campillo, en las cercanías de la sinagoga que estaba precisamente donde se alza hoy

[…] gran trascendencia para los barrios del casco céntri-

la iglesia de San Lorenzo. La judería estaba separada

co, especialmente para Lavapiés y Embajadores, que se

del resto de la villa cristiana por las pronunciadas pen-

habían convertido durante los dos siglos anteriores en un

dientes de unos desmontes en la zona comprendida por

conglomerado anárquico, de irregularidad urbanística

las actuales calles Amparo, Lavapiés, Olivar, Ave María,

y con una expansión sin ningún tipo de planificación.

Primavera, Buena Vista, Zurita, Salitre, San Cosme y San

Con el nuevo siglo se ponía en acción la piqueta y sus

Damián. La calle y plaza de Lavapiés fueron el lugar de

viejas construcciones fueron demolidas a gran escala.

residencia de los judíos conversos, después de las seve-

Así desaparecieron las primitivas casas de una o dos

ras medidas antisemitas adoptadas por los Reyes Cató-

plantas y se las sustituyeron por edificios mucho más

licos. Con su cristianización la sociedad pudo preservar a

voluminosos, con un máximo de alojamientos en super-

numerosos profesionales cualificados, entre ellos: médi-

ficies mínimas. Este tipo de edificación permitió a los

cos, boticarios, tenderos y comerciantes. El origen de esa

constructores grandes beneficios especulativos al dejar

denominación, tan popularizada en sainetes y zarzuelas,

de lado las necesidades humanas y urbanas.9

probablemente se remonte a ese pasado hebraico y a la existencia en la plaza de una fuente utilizada para cumplir con una costumbre medieval y que también servía de abrevadero del ganado. Cuando los cristianos establecían algún vínculo comercial con los judíos y debían acudir al barrio, antes de retirarse del lugar pro-

Es también significativo el peso de la religión en el barrio, pues fue un sitio que en sus diversas etapas históricas ha estado vinculado con aspectos como la fe, la esperanza y la caridad, de tal manera que templos, colegios y hospitales encontraron un natural asiento en sus confines:

cedían al lavado de sus extremidades para purificarse.7 En 1552 [Antón Martin] adquirió unos terrenos para

El trazo de la zona es de condiciones irregulares, en ortogonales que se componen con diagonales que dejan manzanas, predios y vacíos urbanos con fuerte toque medieval: 6. Idem. 7. Idem.

hacer la iglesia y el hospital del que fue su fundador, el de Nuestra Señora del Amor de Dios... La iglesia fue construida ese mismo año y reconstruida en 1798. En

8. Idem. 9. Idem.

Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid

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Figura 4. Imagen de la antigua plaza de Lavapiés con la fuente como referente e hito de reunión de la población. Fuente: www.lacasaenlavapies.com/el-faro-de-lavapies/la-fuente-de-la-plaza-de-lavapies/.

Figura 5. Imagen histórica del conjunto de San Fernando y su templo antes de la destrucción de 1936, dejándolo en ruinas, que construyeron la imagen del sitio en el tiempo. Fuente: https://artedemadrid.files.wordpress.com/2012/06/escuelaspias-foto.jpg.

Figura 6. Vista del conjunto intervenido con la sede de la uned en Lavapiés y las plazas Agustín Lara al norte y La Corrala al este. Al oeste de la manzana se encuentran el Mercado de San Fernando y el Centro de Salud. Fuente: Google Earth, 2016.

44 Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019


la antigua plaza también se encontraba el hospital de

1763 y 1791 gracias a los donativos de los reyes Carlos iii

Monserrat que fue habilitado, en 1616, para los naturales

y Carlos iv y de otros personajes notables de la época

de la corona de Aragón. Gaspar de Pons fue el promo-

como la duquesa de Benavente o la condesa de Atarés.

tor del proyecto, cediendo para ello su casa de campo,

Inicialmente, estuvo bajo la advocación de Nuestra

que se encontraba en el barrio de Lavapiés. Esta quinta

Señora de la Portería, pasando la titularidad a San

ocupaba el mismo lugar en el que hoy se encuentran las

Fernando, bajo el reinado de Carlos III, dando el nombre

instalaciones en reconstrucción de las Escuelas Pías de

definitivo al colegio. La planta de la iglesia es de salón,

San Fernando, en la calle Mesón de Paredes.10

con capillas laterales, crucero coronado con una gran cúpula y nártex de ingreso. La decoración escultórica es

Las escuelas referidas se constituían así:

obra de Alfonso Vergaz. Durante la Guerra Civil, colegio e iglesia fueron incendiados y saqueados. Sobre una

Algo más abajo, en la misma calle, o más bien en una

parte del solar fueron edificados el Mercado de San

plazuela que se forma delante de él, está el Colegio de

Fernando, la Escuela de Trabajo y, posteriormente, un

San Fernando, a cargo de los padres Escolapios, funda-

bloque de viviendas. Tras más de medio siglo de abando-

do en 1729, y colocado bajo la protección de la Villa de

no, las ruinas de la iglesia fueron rehabilitadas como

Madrid en 1734, en el cual reciben la instrucción primaria

Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid

gratuitamente unos 2 000 niños, y además se admiten

uned, por el arquitecto J. I. Linazasoro entre 1996 y 1999,

alumnos internos, que pagan una pensión diaria, y

añadiendo a su vez la construcción de un aulario de

para los cuales hay cátedras de Gramática, Latinidad,

nueva planta.12

Historia, Geografía, Matemáticas, etc. El templo propio de esta casa es uno de los más bellos de Madrid, por su planta, que consiste en una amplia rotonda precedida de un espacio cuadrangular, que hace algunas veces de nave, y cubierta por una hermosa cúpula, que sobresale notablemente entre todas las de Madrid. Fue construido por el hermano Miguel Escribano, y terminado en 1791, y la bella colección de esculturas que decoran sus altares, obras todas de los artistas modernos, llama justamente la atención de los inteligentes.11

Dichas Escuelas Pías fueron físicamente el antecedente arquitectónico sobre el que se resolverá el actual conjunto de Biblioteca y Aulas de la uned: La iglesia, anteriormente ermita del Pilar, fue construida por el arquitecto de la orden Gabriel Escribano entre

10. Idem. 11. Ramón de Mesoneros Romanos, El antiguo Madrid. Paseos históricoanecdóticos por las calles y casas de esta villa, t. ii, 1861, p. 186. En www. cervantesvirtual.com/obra-visor/el-antiguo-madrid-paseos-historicosanecdoticos-por-las-calles-y-casas-de-esta-villa--0/html/0048ae0c82b2-11df-acc7-002185ce6064_307.htm.

Ya en pleno siglo xx y, sobre todo, durante la Guerra Civil Española, el colegio y el templo fueron saqueados e incendiados. Posteriormente, y como parte de un proceso de recuperación urbana, se edificaron el Mercado de San Fernando, la Escuela de Trabajo y un bloque de viviendas. A fines del siglo xx, las ruinas del templo fueron intervenidas para establecer la Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Para ese momento las ruinas de las Escuelas Pías de San Fernando ya habían sido declaradas como “Bien de Interés Cultural” (bic) el 28 de noviembre de 1996.13

12. Información del díptico del Centro Asociado de Madrid. Escuelas Pías uned (Biblioteca de la uned, Breve historia del edificio…”. En www. madrid.uned.es/1764. 13. De acuerdo con la Legislación en España (Ley 16/1985 de 25 de junio de Patrimonio Histórico Español) se define que: “En el seno del Patrimonio Histórico Español, y al objeto de otorgar una mayor protección y tutela, adquiere un valor singular la categoría de Bienes de Interés Cultural, que se extiende a los muebles e inmuebles de aquel Patrimonio que, de forma más palmaria, requieran tal protección. Semejante categoría implica medidas asimismo singulares que la Ley establece según la naturaleza de los bienes sobre los cuales recae”.

Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid

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Planteamiento y actuación El proyecto en las ruinas de la antigua Escuela Pía es, en sentido estricto, una propuesta que reúne ámbitos que van de lo urbano a lo arquitectónico y de lo antiguo hacia lo contemporáneo. Originalmente, y vinculado con programas y acciones de rehabilitación del barrio, en 1996 se convocó a un concurso de ideas con el objetivo de recuperar el entorno de San Fernando para destinarlo a un complejo deportivo en lo que era un bloque de viviendas y la inserción de una sala de conciertos en las ruinas de las Escuelas Pías.14 Esto se enmarcaba en un Plan General en donde las Escuelas eran destinadas a “espacio verde”. Después de un replanteamiento, el bloque de viviendas fue respetado y se usó otro predio vecino con el templo. Se dice que al paso del tiempo se fue precisando el contenido hasta que finalmente el templo fue destinado a biblioteca, el edificio vecino de planta nueva a aulario y la plaza Agustín Lara como espacio urbano con estacionamiento soterrado. El uso que aborda la propuesta es el de un complejo que se vincula con la educación, especialmente con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (uned) de España. Por un lado, una biblioteca, por otro, un bloque de aulas y, finalmente, un estacionamiento que se enlaza con las plazas que bordean y perfilan al conjunto. Es justamente el aspecto urbano el que primero se desarrolló, aun antes que los edificios. De acuerdo con los autores del proyecto, el que se hayan hecho primero las plazas y el estacionamiento auxilió en la toma de decisiones y configuración del edificio, especialmente en lo relacionado con la constitución material y de imagen.

Figura 7. Plaza de La Corrala, y su situación cuando era un mercado a cielo abierto. Esta forma de venta es antecedente del Mercado de San Fernando, que integra la manzana donde se encuentra el conjunto de la uned. Fuente: http://mercado desanfernando.es/wp-content/uploads/2012/10/1933-mercado-de-San-Fernandomercado-de-la-Corrala.jpg.

Esto es fundamental, porque la práctica de austeridad y rudeza obligada en un entorno socialmente problemático y funcionalmente duro, llevó a una apreciación de materiales y soluciones con un especial carácter de desnudez y sinceridad constructiva, pero siempre esclava de otros intereses tales como la calidad ambiental, la intro-

14. José María García del Monte, Centro Cultural en Lavapiés…, op. cit., p. 38.

46 Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019

Figura 8. Planta de conjunto del proyecto elaborado por el arquitecto José Ignacio Linazasoro, con la colaboración de Hugo Sebastián de Erice, e iniciado desde 1996 al obtener el primer lugar del concurso convocado. En la plaza Agustín Lara colaboró José María García del Monte. Fuente: reelaboración propia.


ducción de la luz o la consecución de un argumento

[…] de gran complejidad constructiva y teórica consis-

espacial en un tipo edificatorio (el parking subterráneo)

tente en reconstruir un gran espacio desaparecido tras la

casi siempre carente de él.15

ruina de la iglesia. Desde el punto de vista constructivo por la revisión de sistemas murarios tradicionales y por

En una reflexión presentada en octubre de 2010, el arquitecto Linazasoro proponía una aproximación al trabajo de diseño arquitectónico, relacionando las preexistencias y la nueva arquitectura:

la construcción de una bóveda de madera encolada de 19 m de luz. Desde el punto de vista teórico se intenta superar la convencional dialéctica antiguo-moderno de las obras de restauración, mediante una arquitectura “sin estilo” o intemporal, resultante de una relación ade-

La arquitectura crea el lugar, no existe genius loci sino

cuada entre forma-construcción y un discurso ornamen-

en la medida en la que es resultado de una acción huma-

tal basado en la evocación antes que en citas textuales.17

na, de una acción arquitectónica. Cada nueva actuación debe tener esas acciones previas. Una nueva acción significa asumir el pasado desde el presente. La memoria

Con relación a lo anterior, en la prensa de la época se resaltaba esa manera de intervenir:

caracteriza la condición humana; sin memoria necesitaríamos partir de cero continuamente. No existiera ni

El director general del Patrimonio Cultural del Gobierno

el progreso ni la cultura. La arquitectura, por la misma

de Castilla y León ha indicado a este periódico que “se

razón, es memoria, reflexión continua sobre su propio

pretende con esta idea dar una respuesta del siglo xx

pasado. La invención, en el sentido de partir de cero,

a los modelos de restauración de antaño, evitando así

no existe.16

intervenciones, que son auténticos pastiches”.18

Este planteamiento va a ser una constante en la obra de Linazasoro. Su particular forma de trabajo significa insertar una visión contemporánea en un lugar cultural preexistente, bajo la convicción y conciencia del diálogo que eso requiere y la manera cómo él lo plantea. Esto está presente en varias de sus obras, particularmente en las intervenciones en edificios con una carga histórica. Su trabajo sobre inmuebles ha estado cerca de la restauración, la rehabilitación y la reutilización. Quizá el caso anterior y análogo a las Escuelas Pías de San Fernando sea la intervención (1986-1988) en la reconstrucción de la Iglesia de Santa Cruz en Medina de Rioseco, Valladolid. Se dice que el proyecto fue:

Fue así como Linazasoro empezaba a ser referente en la forma de conservar el patrimonio como una continuidad en el tiempo del edificio y del lugar y no como un “reparador” de preexistencias. La noción de conservar que este arquitecto adopta profesionalmente no tiene que ver con la restauración ortodoxa. De hecho, no la considera una vía: Por eso, del mismo modo que no existe la invención a partir de cero, tampoco existe la restauración. La pretensión de volver a los orígenes o de congelar el tiempo es imposible: tempus fugit. Cualquier intervención sobre lo llamado patrimonio, es un proyecto contemporáneo. Proyecto contemporáneo no significa ruptura con el

15. José María García del Monte propone una serie de reflexiones del proyecto de Linazasoro, que son de interés por las premisas que declara para la propuesta (Ibid., p. 41). 16. Palabras de Linazasoro en la presentación de “La arquitectura contemporánea en centros históricos”, en el ix Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos. Desarrollo y Conservación, Centro Cultural de España, México, realizado del 18 al 20 de octubre de 2010. Las memorias fueron publicadas en 2011.

17. Las propuestas de este arquitecto, sus antecedentes y ciertas obras han sido analizadas en diferentes espacios y momentos, tal es el caso del volumen temático sobre su obra en el Catálogo de Arquitectura Contemporánea (1989). Citado en www.linazasorosanchez. com/?portfolio=1988_ iglesia-de-santa-cruz. 18. http://elpais.com/diario/1985/08/05/cultura/492040803_850215. html.

Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid

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Figura 9. Planta baja del conjunto. La diferencia de niveles en la trama urbana permite integrar los diferentes pisos útiles del aulario en relación con el antiguo templo. Fuente: reelaboración propia.

Figura 10. Planta alta que permite ver el segundo nivel de aulas y la sección de la nave lateral de la biblioteca, que también es sala de lectura, a la manera de un mezzanine. Fuente: reelaboración propia.

pasado, sino reflexión sobre el mismo, con una nueva

más amplia que incluye la Plaza de Agustín Lara y un

mirada. Sólo el proyecto moderno proporciona el enten-

aparcamiento subterráneo. El programa consta de

dimiento y el acercamiento al pasado.19

un Aulario Universitario y de una Biblioteca. El primero ocupa el solar vacío y es, en consecuencia, de nueva

Son dichos principios los que se muestran en la intervención que desarrolló en las Escuelas Pías de Lavapiés y el Centro Cultural Escuelas Pías de Lavapiés realizado entre 1996 y 2004:

planta, mientras que la segunda se sitúa en las ruinas, integrándolas en el nuevo espacio. Conjunto muy complejo, por tanto, pero caracterizado por una unidad que viene dada por el carácter matérico y descarnado que impone la ruina de la iglesia y que se extiende expresiva-

Constituye una obra absolutamente singular y de difícil

mente a todo el edificio. Éste se caracteriza también por

clasificación, al incluir temas de restauración, rehabili-

su ambiguo carácter cubierto-descubierto en el que la

tación y nueva planta que, sin embargo, forman una uni-

luz penetra con un descontrol premeditado acentuan-

dad inseparable. El conjunto se apoya en las ruinas de

do el carácter de ruina. El lenguaje incorpora citas muy

la iglesia de las antiguas Escuelas Pías de San Fernando,

diversas integradas, sin embargo, con facilidad dado el

destruida durante la Guerra Civil, pero incluye el solar

fuerte carácter unitario del edificio.20

vacío adyacente. Además, forma parte de una actuación

19. José I. Linazasoro, La arquitectura contemporánea…, op. cit., pp. 15-21.

48 Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019

20. José I. Linazasoro, Página electrónica de la obra de la oficina Linazasoro & Sánchez. En www.linazasorosanchez.com/?portfolio=2004_ escuelas-pias.


Figura 11. Sección del conjunto urbano en donde destaca el nivel último del aulario coronado por sus lucernarios y la cubierta de la nave de la biblioteca con sus cerchas y laminado a una sola agua. Fuente: reelaboración propia.

La triada de los temas tocados en la propuesta debe ser entendida como un todo que integra las partes. Por un lado, la intervención urbana que moldea la traza a partir de los escenarios urbanos, en donde las plazas son partes constitutivas del perfil cultural. Pero no sólo como receptáculos de la vida ciudadana, sino también como conectores entre la nueva sede de la uned y su contexto. Por otro lado, la ruina del antiguo templo, que se ha integrado a ese paisaje en su visión derruida, descarnada y evocativa. El proyecto entiende esa presencia y no trata de reconstruir el pasado sino de continuarlo en el tiempo. Y, por otro lado, el llamado aulario, que en su planta nueva discurre con varios objetivos, primordialmente por llenar ciertos vacíos, pero también por entender a la arquitectura nueva como el crisol de la historia y su posibilidad de asumir tipologías o conceptos del pasado en novedosas versiones. En este caso con el salón de actos al centro, como un vacío que recuerda los patios, pero llenándolo en su valor útil como espacio amortiguador entre las diferentes zonas y niveles. E integrando en el inmueble las espacialidades de un nuevo uso y sus diferentes contenidos programáticos. Así, la conservación y la integración son motores que establecen posibilidades de un diálogo que continúa hoy entre ciudad, historia, arquitectura y usos:

Para lograr los cometidos que constituyen al conjunto, es posible entrelazar las pretensiones materiales. La imagen de la ruina tiene como motivo integrarla al contexto, en gran medida porque así ha sido por los últimos setenta años. De ahí que la ruina asume su parte del contexto. La frontera entre lo antiguo y lo nuevo es apenas un borde en el proyecto arquitectónico. Una y otra se envuelven y se nutren. El autor define su propuesta en donde lo contemporáneo integra los fragmentos de lo antiguo:

La ocupación de la ruina, en definitiva, pretende mantener la integridad de ésta y, al mismo tiempo, hacer posible su utilización… Una ocupación funcional de una ruina, que en este caso también tiene una expresión contemporánea.21

21. José I. Linazasoro, La arquitectura contemporánea…, op. cit.

Figura 12. Envolvente de la ruina recuperada, con las permanencias del antiguo templo y su cimborrio a la derecha y la sobreposición de una fachada que dialoga en lo material a la izquierda. Fotografía: Francisco H. Alfaro Salazar.

Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid

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Figura 13. Sección transversal de la nave, donde se enfatiza la cubierta nueva en el templo y la espacialidad lograda con esa insinuación del pasado. El cimborrio queda como vestigio de la ruina, de gran impacto a nivel urbano. Al costado derecho la Plaza Agustín Lara. Fuente: reelaboración propia.

La fachada lateral del aulario es moderna, construida con materiales semejantes a los del pasado, y flota sobre el zócalo, en vez de apoyarse sobre él. Podríamos definirlo como un juego entre la armonía y el contraste de las dos arquitecturas, de la barroca en ruinas y de la contemporánea. El aulario está construido con materiales semejantes a la iglesia, pero sobre una retícula contemporánea, sobre una estructura que se refleja en la propia organización de los huecos de las ventanas. Ventanas complejas que intentan, de alguna manera, expresar también una supuesta o falsa profundidad del muro. Una ficción de profundidad del muro lograda gracias a la colocación de las carpinterías.22

Una de las variables que hacen factible el proyecto tiene que ver con la voluntad asumida y delineada en las intenciones del proyectista. Si en el desarrollo de tal proyecto se pretende una unidad de carácter, ello no va en contra de lo policéntrico de la propuesta. En ella existen múltiples aspectos en el uso, en los materiales, en las continuidades del espacio, en los recorridos entre el fuera y el dentro que demanda lo urbano y lo arquitectónico. Por ello, en la propuesta se extienden versiones analógicas, pero también contrastantes, con lo que se busca un diálogo entre los antiguos y los nuevos componentes del conjunto. Así, las evocaciones, insinuaciones, citas y provocaciones diversas son parte de un discurso, de una conversación en donde las partes son necesarias en el conjunto.

22. Idem.

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La intervención es, sobre todo, de conjunto, pero va recorriendo hasta los detalles constructivos y el mobiliario. Este último se entiende como una instalación moderna, que juega con el espacio y permite el nuevo uso. La luz natural y la artificial son importantes, que se complementan con una suma de objetos que permiten dar escalas diversas que definen planos virtuales y que dan sensaciones diferenciadas en la nave recuperada. Vale apuntar que la intervención no sólo toca espacio y materia arquitectónica, también están presentes, y permean en ella, un importante número de detalles en ventanas arqueológicas, muebles, circulaciones y protecciones, luminarias y demás elementos menores que en conjunto brindan homenaje y valor a la ruina, pero la acompañan en su adecuación a un nuevo uso. Son cuatro decisiones las que permiten entender las intenciones de la intervención:23 1. La permanencia del tambor de la iglesia como elemento referente del barrio. 2. La integración de grandes cristales en los vanos que ven hacia y desde las plazas del contexto. 3. La recuperación del piso de la nave, que es una implantación que se hizo a la ruina en los años setenta. 4. La iluminación de la nave, con el peso de la luz en su valor ritual, para darle escala humana. En el interior del aulario, se observa en el fondo el muro de contención que protege la cimentación de la iglesia barroca. Un planteamiento basado en la identidad

23. José María García del Monte, op. cit., pp. 44 y 45.


material entre lo nuevo y lo antiguo expresado a través de las texturas fuertes y descarnadas que el hormigón armado proporciona y que, de esa manera, entronca con la ruina del pasado. No basta con utilizar los mismos materiales, quizá no sea ni siquiera necesario, sino expresar las condiciones que esos materiales tienen en el presente. Esa rugosidad, ese descarnamiento de la ruina se expresa mejor a través del descarnamiento del propio cimbrado del hormigón que permanece como huella sobre la propia masa del cemento.24

Análisis de la intervención El conjunto de la uned es provocador, un tanto perturbador ante la visión ortodoxa de la restauración. El funcionamiento es ambivalente entre conservar la ruina y proponer un uso nuevo. De ahí que las libertades funcionales son especiales. Por un lado, la ruina es intervenida sin ser reconstruida al estilo de origen. Es necesario completarla, pero en este caso de una manera contemporánea. Por ello se integra una cobertura que permite usar la nave, una cubierta que se agrega y se oculta entre las grandes estructuras murarias, aprovechándolas para hacerlas trabajar, pero dejándolas visibles para recibir esa nueva capa que techa desde el interior y que protege desde el exterior, pero que se pierde visualmente. Se recurre a una soportería de madera de la que se desprende, a la manera de una “marimba”, un plafón que recuerda las bóvedas barrocas, pero que se deja penetrar visualmente hacia lo alto, eso pasa en la bóveda y en la cúpula perdida. Las vigas de madera, como grandes cerchas, aprovechan el claro entre los muros y recuerdan los sistemas de cubierta de otro tiempo. Debajo de ello la biblioteca, con sus salas de lectura, los acervos abiertos y los servicios que la complementan. Para el acceso no se retoma el frontis del edificio original. En este punto, un gran ventanal mantiene la relación entre el exterior y el interior a través de una gran , ‘luz hacia la plaza de La Corrala, pero inaccesible como vínculo. La entrada a la biblioteca se hace por un costado, en un espacio recuperado de la ruina, que como puerta

24. José María García del Monte, “De las virtudes de lo antiguo” (Prol.), en Linazasoro, José Ignacio, Evocando la ruina..., op. cit., p. 14.

Figura 14. Ventanal desde la nave y hacia la calle del Mesón de Paredes. Éste era el acceso original al templo, y en la propuesta se convierte en un sendero interior para vincular la biblioteca y el edificio de aulas de la uned. Fotografía: Francisco H. Alfaro Salazar.

lateral vincula con la plaza Agustín Lara. La secuencia del recorrido le da una nueva alternativa a la comprensión del gran espacio de la nave, ya que penetra por secuencias espaciales que paulatinamente se van abriendo hasta llegar a la gran nave. Como elemento trascendental está la cúpula, que mantiene su gran escala gracias a la permanencia del cimborrio, y que se enfatiza por el cambio de nivel de piso en el crucero. Este elemento es potente y refuerza la lectura de la nave original y la verticalidad en esta zona de la biblioteca. Las espacialidades logradas con la actuación son generosas para recordar el pasado, contundentes en la organización de funciones y bastante libres para leer el continuo que da sentido a la nave. Las cubiertas sobrepuestas no se cierran sólidamente, por el contrario, dejan pasar la luz a través de la celosía de madera del techo que, en su juego cenital, enfatizan la materialidad de los muros y la solidez de su construcción en el día, pero que generan oscuridad nocturna, lo que le da un sentido etéreo a dicha cubierta. Las vinculaciones desde aquí hacia el aulario son menores. Un pasillo que recorre la vidriera del antiguo frontis lleva hacia el edificio de aulas, que recibe este pasaje con un vestíbulo que conecta con una escalera que, paralela al exterior del muro del templo, va recorriendo de tal manera que vincula verticalmente, pero también se construye un pasaje a la historia materializada del edificio

Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid

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Figura 15. Imagen del conjunto desde la plaza de La Corrala, con la conjunción entre el aulario a la izquierda y el templo de San Fernando a la derecha. Fotografía: Francisco H. Alfaro Salazar.

barroco. La escalera se ve y dejar ver la transición y el diálogo entre lo antiguo y lo nuevo, a la manera de un guion que enlaza al separar los usos. El aulario tiene su entrada por la calle de Tribulete, y eso le da la libertad de uso e independencia de la biblioteca. El concepto es un tema de centralidad dada por el aula magna, en torno a la cual giran, en los diversos niveles (planta baja y otros tres), las oficinas, librerías, aulas y servicios del centro. En la parte superior se propone una cafetería, que a manera de terraza da una nueva perspectiva del contexto. Es un mirador que de manera tangencial ve hacia la ruina y hacia los espacios urbanos del entorno. Al igual que otros temas del proyecto, este último servicio es una instalación que se sobrepone a la cubierta del aulario, y cuyo piso recuerda el pavimento de las plazas. Reflexión sobre el caso El proyecto de las Escuelas Pías es un ambiente ejemplar para leer el concepto de intervención urbana y arquitectónica como un todo. Es un tema integral que se nutre de manera importante de la noción de paisaje. Es construir el paisaje lo que caracteriza este conjunto. Su creador Linazasoro discurre ese camino lleno de dualidades entre: ciudad y arquitectura, historia y actualidad, tradición y modernidad que no se oponen, sino que se abarcan, llenando con ello los vacíos naturales de un diálogo por demás constante entre la cultura y la conservación

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Diseño en Síntesis 62 / Otoño 2019

Figura 16. Detalles del diálogo material entre los elementos descarnados de la ruina y la insinuación material de lo integrado en la intervención de Linazasoro. Fotografía: Francisco H. Alfaro Salazar.

del patrimonio. En el conjunto es posible ver la atención a demandas urbanas, como es el caso del estacionamiento, resuelto en los sótanos de una plaza pública; la recuperación de un bien cultural resignificándolo no por un nuevo uso, sino por una reinterpretación del espacio; y la inserción de un conjunto de aulas, de planta nueva, que acompañan al templo recuperado ahora como servicio bibliotecario. Estos tres momentos son recursos unidos que se conjugan para atender a la población local, usuarios cotidianos y visitantes esporádicos que encuentran, en los diferentes ámbitos del conjunto, elementos que le dan sentido a la urbanidad. Más allá de la presencia de otros servicios en el entorno, como abasto, salud o educación, la vivienda sigue siendo el motor de la zona y los equipamientos el enclave de relaciones sociales. Un aspecto particular de la intervención es la razón de la propuesta: la ruina como motivo de proyecto y no como objetivo de restauración. En otras palabras, es tomar a los elementos del viejo templo, en su carácter de ruina, y someterlos a una aproximación temporal que se proyecta


Figura 17. La escalera de circulación vertical en las aulas es un motivo de vínculo entre lo antiguo y lo nuevo, y a manera de pasaje en el tiempo establece una rótula de articulación temporal y conceptual. Fuente: www.linazasorosanchez.com/? portfolio =2004_escuelas-pias.

Figura 18. La nave, cubierta con una serie de cerchas apoyadas en soportes de concreto, se integran, a través de una celosía de madera, en la cubierta de la nave, dialogando con los elementos del antiguo templo. Fotografía: Francisco H. Alfaro Salazar.

al futuro. Es una manera de hacer memoria, pero también de continuar el tiempo. Es por ello que el templo queda descarnado, en su esencia tectónica y sin mayor preocupación que hacerla funcionar como un motor de su nuevo uso. La biblioteca es, así, el sitio de encuentro entre pasado y presente, pero la manera de intervenir es un esbozo entre el presente y el futuro. La materialidad de la ruina y su imagen sin piel es un recordatorio de su procesión temporal de origen y transformaciones. Los detalles ornamentales quedan sembrados aleatoriamente sobre ese soporte contundente de los materiales, ladrillo y piedra, en su esencia aparente, en su ser aparente, visible. De ahí que la nueva arquitectura, la que se integra en la ruina y la que define el conjunto complementario, nace con esa vocación estética de lo aparente, en una propuesta de piel visible en su esencia. Diálogo sordo, visual y contundente de liga entre los tiempos. En esencia la ruina es tratada, en palabras de Linazasoro, con “piedad”,25 respetando cómo ha quedado marcada en el tiempo y con el tiempo. Los elementos que se integran hacen soportable la experiencia de lo descarnado, para describir un lenguaje, casi brutalista, que en este caso es una mixtura para dialogar. Es así como la conservación tiene que ver con la permanencia de lo perdido, contradicción que nutre esta propuesta. Es una paradoja que logra avances en la percepción de lo que puede ser una intervención. Conservar las ausencias permite consolidar las presencias, la de la ruina y la de la reutilización. Es este segundo concepto el que moldea el enfoque. No es una pretendida refuncionalización de lo que ya se fue, sino la posibilidad de guardar recuerdo de lo que aún está. Por ello, la integración de la biblioteca tiende a discernir las posibilidades de lo nuevo que, por otro lado, recuerda lo ido. Es resignificar y con ello recuperar. Las Escuelas Pías de San Fernando y la Biblioteca de la uned se tocan en la intención, y el saber acumulado

25. En entrevista con el arquitecto Linazasoro (18 de octubre de 2010), el tema versó sobre aspectos de la historia, la memoria, la noción de ruina y la permanencia proactiva en las decisiones proyectuales, sin perder el valor del presente como punto de encuentro en el momento que se decide y se interviene.

Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid

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Figura 19. Con su lenguaje contemporáneo, el edificio de aulas cumple su parte del programa y se integra en el conjunto como una pieza de modernidad dentro de la intervención general. Vista desde la Plaza de La Corrala, por la calle de Tribulete. Fotografía: Francisco H. Alfaro Salazar.

que queda en el acervo es un recordatorio del conocimiento como fin de desarrollo. Por ello, la ruina se vuelve una evocación, tan arquitectónica como conceptual. Epílogo El proceso de aproximación a las obras del pasado que son conservadas y reutilizadas constituye un campo fértil para la reflexión y comprensión de las actuaciones en las preexistencias, desde diferentes enfoques. El ejercicio en Lavapiés parte de una certeza: no hay obra humana que permanezca incólume para siempre. Pero amén de ello, siempre habrá la voluntad humana por intervenir en los objetos del pasado. Examinar el caso, los conceptos, las ideas y la obra misma en la Biblioteca de las Escuelas Pías pone en la mesa de la discusión las condiciones sobre las que la intervención se da. Por un lado, el edificio, en sí mismo, su naturaleza, condiciones y contexto al momento de intervenirlo y, por otro, todos aquellos aspectos que le dan significado, que puede entenderse como la razón por la que se interviene.

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En Lavapiés estas dos variables juegan un papel importante. Sin duda éste es un ejemplo paradigmático, no desde las teorías aceptadas de la restauración, sino desde las nociones de la preexistencia como un objeto temporal cambiante. Es decir, nada es parecido al pasado y, en esencia, todo es cambiante en el presente y en el futuro. Por ello, tratar de entender Lavapiés es, por lo menos, descubrir que las aproximaciones en los proyectos de intervención no siempre buscan la permanencia formal, histórica, sino la permanencia conceptual de lo que el ser humano asume como valioso. Linazasoro entiende a la ruina como portadora de historia, pero no la contempla desde el estado estanco de la reconstrucción; por el contrario, la ruina es proactiva y provocativa con el tiempo que le corresponde vivir y en ello se entiende la posibilidad de ajustarse a ciertos cambios. La autenticidad del bien cultural no está en juego en la medida en que sea posible conservar lo que guarda como esencia y no lo que representa como forma. Puede plantearse que el proyecto de reutilización se mueve más en la construcción de aquello conceptual, que integra la razón de la arquitectura. La restauración es una manera de observar el pasado estático, la reutilización se mueve hacia el presente dinámico. Ambas intenciones pueden nutrirse del deseo de conservación, pero la manera de enfocarlo descansa en diferentes atributos. Se puede decir que persiguen un fin similar y deberían ser complementarias. Fuentes consultadas coam, Guía de Arquitectura de Madrid, Madrid, España, 2003. Ferrándiz, José, “El templo de San Fernando y su olvidado tesoro artístico”, en Revista de la Biblioteca: Archivo y Museo del Ayuntamiento, núm. 11, Madrid, 1926. García del Monte, José María, “José Ignacio Linazasoro. Centro Cultural en Lavapiés: de las virtudes de lo antiguo”, en Arquitectura coam, núm. 338, España, 2004. García del Monte, José María, “De las virtudes de lo antiguo” (Prol.), en Linazasoro, José Ignacio, Evocando la ruina: sombras y texturas, España, A. G. Grupo, S. A., 2004. Jiménez Gómez, M., Madrid, en sus plazas, parques y jardines, Ábaco Ediciones-coam, 7671, Madrid, 1977.


Figura 20. La biblioteca, razón de ser del templo recuperado, se nutre de espacios, recorridos, mobiliario y luces que se entienden como una especie de instalación en el recinto, como algo que se sobrepone a la historia para agregar un nuevo texto en el tiempo. Fuente: www.linazasorosanchez. com/?portfolio=2004_escuelas-pias.

Linazasoro, José I., Evocando la ruina: sombras y texturas, España, A. G. Grupo, S. A., 2004. Linazasoro, José I., “La arquitectura contemporánea en centros históricos”, en ix Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos. Desarrollo y Conservación, México, Centro Cultural de España, 2011. Linazasoro, José I., Catálogos de Arquitectura Contemporánea, España, Gustavo Gili, 1989. Solá-Morales, I., “Imitación esencial. La arquitectura de José Ignacio Linazasoro”, Linazasoro, José Ignacio, Evocando la ruina: sombras y texturas, España, A. G. Grupo, S. A., 2004. Tovar, V., “Tres proyectos del arquitecto madrileño del siglo xviii”, en Revista de la Biblioteca: Archivo y Museo del Ayuntamiento, núm. 1-2, 1977. Referencias electrónicas Biblioteca de la uned, “Breve historia del edificio…”. En www.madrid.uned.es/1764 (Consultado el 05/01/ 2017). Veksler, Bernardo E., “Lavapiés: pasado, presente y futuro de un barrio cosmopolita”, en Visión Net, Madrid, 2004.

En http://bveksler.blogspot.mx/2009/11/lavapiespasado-presente-y-futuro-de-un.html (Consultado el 02/12/2015). D e M esoneros R omanos , Ramón, El antiguo Madrid. Paseos histórico-anecdóticos por las calles y casas de esta villa, t. ii, 1861. En www.cervantesvirtual.com/obra-visor/ el-antiguo-madrid-paseos-historicosanecdoticospor-las-calles-y-casas-de-esta-villa--0/html/0048ae 0c-82b2-11df-acc7-002185ce6064_307.htm (Consultado el 02/12/2016). Gómez, Mercedes, Escuelas Pías de San Fernando. En https:// artedemadrid.wordpress.com/2012/07/08/escuelaspias-de-san-fernando/ (Consultado el 16/02/2016). Linazasoro, José I., Página electrónica de la obra de la oficina Linazasoro & Sánchez. En www.linazasorosanchez.com/ (Consultada el 06/12/2014). En http://elpais. com/diario/1985/08/05/cultura/492040803_850215. html, www.linazasorosanchez.com/?portfolio =1988_ iglesia-de-santa-cruz. San Agustín, Confesiones, Libro undécimo, cap. xx. En www. agustinus.it/spagnolo/confessioni/conf_11_libro.htm.

Reutilizar una ruina. Biblioteca Universitaria del Centro Asociado de Madrid (uned). Centro Cultural en Lavapiés, Madrid

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Tamoanchan, el lugar, en Cuauhnáhuac MARÍA ISABEL VARGAS MATA Universidad Autónoma del Estado de México maria.v.mata@gmail.com Licenciatura en Arquitectura por la uaem (1974). Maestría en Diseño de Asentamientos Humanos para países en vías en desarrollo, por el mit (1977). Doctorado en Arquitectura, Diseño y Urbanismo por la uaem (2012). Docente durante 38 años en la Facultad de Arquitectura de la uaem y en el extranjero (en el dpu de la ucl durante dos años). Práctica profesional en el área de urbanismo, arquitectura, planeación urbana y vivienda. Ha publicado diversos artículos, autora del libro Las mujeres en la arquitectura y el urbanismo en Morelos.

En el texto se destaca la importancia de partir de la definición y concepto sobre Tamoanchan, lugar que combina historia y mito, su nombre significa “se desciende a su hogar”. Es un lugar de origen y creación de dioses y seres humanos; lugar mítico paradisiaco de las culturas mesoamericanas del periodo posclásico y sitio primordial donde pecaron los dioses y se quebró el árbol florido, como se representó en diversos códices. Se recupera lo señalado por Patrick Johansson sobre una “teología” prehispánica del sonido y el análisis del término que designa el lugar/concepto mítico indígena conocido como Tamoanchan, desde los ámbitos lingüísticos nahuatl y téenek; asimismo lo que expresa el mito y la historia del lugar respecto a las siete ciudades, según León Portilla. Se ponderan algunas de las semejanzas y diferencias entre el mito y la historia en un acercamiento a varios relatos sobre los lugares o ciudades sagradas originales, reales o fantásticas y de difícil o imposible ubicación. Palabras clave: Tamoanchan, palabra, desciende, sentido, etimología, náhuatl, téenek, travesía, casa, existencia.

This paper examines Tamoanchan, a place that combines history and myth, by starting with its definition and concept. The name means “descending into one’s home.” As represented in various codices, it is a place of origin and creation of gods and human beings; a mythical paradise of Mesoamerican cultures of the post-Classical period and a primordial site where the gods sinned and the flowering tree was broken. We draw on Patrick Johansson’s work about a pre-Hispanic “theology” of the sound and analysis of the term that designates the mythical indigenous place/concept known as Tamoanchan, from the perspective of the Nahuatl and Téenek languages. Tamoanchan expresses the myth and history of place of the seven cities, according to León Portilla. Some of the similarities and differences between myth and history are considered as we examine various accounts of the original sacred places or cities, real or mythical, and difficult or impossible to locate. Keywords: Tamoanchan, word, descend, meaning, etymology, Nahuatl, Téenek, journey, house, existence.

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Presentación Esta investigación tiene por objeto analizar los diferentes conceptos y definiciones sobre Tamoanchan, el lugar en Cuauhnáhuac, que ofrecen diferentes autores. Se realiza un recorrido por diversos lugares míticos en la historia; se dice que desde épocas remotas los nahuas imaginaron un lugar llamado Tamoanchan. Un sueño dibujado que decora algunas habitaciones de Teotihuacán. Sin duda, se trata de un lugar mítico paradisiaco de las culturas mesoamericanas del periodo posclásico. Una promesa tal y como plantea el cristianismo con el cielo; el edén de los judíos, el lugar donde había puesto Dios al hombre, después de haberlo creado a partir del barro; el nirvana, estado de liberación tanto del sufrimiento como del ciclo de renacimientos, en la India; el Shangri-La, lugar ficticio en el Tíbet, utopía mítica del Himalaya: una tierra de felicidad permanente, aislada del mundo exterior; la Atlántida, isla legendaria, una alegoría creada por Platón, la cual planteaba una sociedad ideal, que exaltaba la virtud y la justicia. Bielovodye, la tierra de las aguas blancas, en Rusia. El historiador Plancarte y Navarrete asegura que Cuauhnáhuac fue para los nahuas ese lugar. Fray Bernardino de Sahagún nos aclara que es el camino de la búsqueda (u-topos) de una tierra prometida como la utopía de Tomás Moro (Figura 1). El enfoque de lo paradisiaco nos lleva a definir mejor este concepto, por lo cual se precisa la palabra paraíso, que procede del griego (paradeisos), en latín paradisus, usado en la Septuaginta1 para aludir al jardín del Edén. El término griego procede, a su vez, del persa (‫سيدرپ‬ paerdís) “cercado”, compuesto de paer-, “alrededor” (un cognado del griego peri-) y -dis, “crear”, “hacer”. Fuentes tan antiguas como Jenofonte en su Anábasis (siglo iv a. C.) aluden al famoso jardín “paraíso” persa, por lo cual su significado original hace referencia a un jardín extenso y bien arreglado, que se presenta como un lugar bello y agradable,

1. La Biblia Septuaginta fue el texto utilizado por las comunidades judías de todo el mundo antiguo más allá de Judea y luego por la Iglesia cristiana primitiva, de habla y cultura griegas. De hecho, la partición, la clasificación, el orden y los nombres de los libros del Antiguo Testamento de las Biblias cristianas (cristianas ortodoxas en Oriente, católicas y protestantes en Occidente) no viene del Tanaj o Biblia hebrea, sino que proviene de los códices judíos y cristianos de la Septuaginta.

Figura 1. El Paraíso Terrenal, c. 1620, Jan Brueghel el Joven, pintor flamenco. Museo del Prado.

donde además de árboles y flores se ven animales enjaulados o en libertad. Ahora bien, por lo que concierne a las culturas mesoamericanas del periodo posclásico, el vocablo Tamoanchan2 originalmente no es de origen náhuatl, sino del huasteco Timoancán, que usualmente se asocia con la cultura Olmeca, considerada por muchos como la cultura madre mesoamericana; también es posible que Teotihuacán haya sido el lugar posteriormente asociado por los mexicas con Tamoanchan.

2. Con todas las salvedades que se quieran señalar, el término mexicano Tamoanchan puede ser traducido como Olimpo [Olimpo (lugar donde residen los dioses): Tamoanchan/Temoan Inchan/Omeyocan]. Su etimología compuesta significa Casa de Salida o Casa Inicial [Apeadero/Andén/Salida/Muelle: Temoa(y)an]. La señora del Olimpo era Cihuateotl, la pareja de Ometeotl (Ometeuctli), siendo ambos uno, la dualidad. Son los dioses creadores, de ellos derivan los demás. De allí, Tamoanchan, fueron expulsados los dioses. Su residencia estaba en lo más alto. De ahí que el término ‘olímpico, signifique altanero/ orgulloso.

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Figura 2. Tamoanchan (Los dioses en los Códices Mexicanos del Grupo Borgia, Bodo Spranz, México, Fondo de Cultura Económica, 1975).

Algunos autores refieren al vocablo Timoancán como originario de la lengua maya de la Huasteca, que significa “montaña de la serpiente” o “lugar de serpientes”.3 Los mexicas también le llamaban xochitlicacan4 o xochitlalpan (“tierra de las flores”). Poema alusivo. Amo al Tzentzontle Pájaro de las cuatrocientas voces, Amo a mis hermanos, Las plantas y las flores.5 Tamoanchan, lugar que combina historia y mito, cuyo nombre significa “se desciende a su hogar”, es un lugar de origen y creación de dioses y seres humanos. También es sitio primordial donde pecaron los dioses y se quebró el árbol florido, como se representó en diversos códices (Figuras 2, 3 y 4).

3. Antonio Canto López, Apuntaciones sobre Mesoamérica, Mérida, México, Universidad Autónoma de Yucatán, 1991. 4. Significado por Danilo Enrique Noreña Benítez, el término correcto es Xochitlicacán, con tilde. Es el nombre del Paraíso de Xochipilli o el paraíso del Príncipe de las flores. 5. Poema de Nezahualcóyotl.

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Figura 3. Tamoanchan: la casa del descenso, la casa del nacimiento. Fuente: Eduard Seler, 1849-1922, Comentarios al Códice Borgia, 3 vols, trans. Mariana Frenk, México, Fondo de Cultura Económica, 1963 (1980 printing), vol. 3, p. 66. En http://10mquotes.blogspot.com/2013/06/aztecfall-codex-borgia-p-66.html.


Figura 4. El árbol quebrado de Tamoanchan (Códice Telleriano-Remensis, fol. 13r). Fuente: www.scielo.org.mx/pdf/ecn/v49/v49a3.pdf.

Figura 5. Mapa que representa a Mesoamérica, territorio en donde se ubican los diferentes lugares a los que se les adjudica el nombre de Tamoanchan, como se aprecia en el texto (elaborado por Magdalena Juárez, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 2007).

Lugares de enorme significación en Mesoamérica son Teotihuacán y Tamoanchan. En tanto que parece fácil señalar la ubicación de Teotihuacán, en cambio, respecto de Tamoanchan mucho se ha especulado. Sin embargo, en ambos casos, el mito y la historia se entreveran, difunden luz y misterio (Figura 5).

Miguel León Portilla señala que es importante ponderar algunas de las semejanzas y diferencias entre el mito y la historia para poder acercarnos a varios relatos sobre los lugares o ciudades sagradas, originales o primordiales, ya fueran éstas reales o fantásticas y de difícil o imposible ubicación. Por otra parte, Johansson contribuye con un

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aspecto de gran interés, como es el sonido. Lugar mítico simbólicamente definido en los relatos, las imágenes y los ritos que lo entrañan, Tamoanchan se sitúa también en la dimensión sonora de la palabra que lo refiere. A la hierofanía acústica de la palabra se añade su arraigo etimológico, el cual manifiesta el tenor primigenio del concepto. Se dice que anterior a Teotihuacán fue Tamoanchan; según los nahuas, ese nombre significa: “Nosotros buscamos nuestra casa”. Sabemos hoy que Tamoanchan es vocablo que, escrito de varias formas en textos nahuas como Cantares Mexicanos y otros, tiene un significado que no ha podido esclarecerse definitivamente. Adopto aquí la hipótesis propuesta por Alfredo López Austin que apunta “se desciende a su hogar”, en el sentido de que es en Tamoanchan donde se halla el hogar primordial de dioses y seres humanos.6 Para Patrick Johansson, es un lugar mítico donde Quetzalcóatl llevó los huesos para crear a la humanidad, donde fue a dejar el grano de maíz, donde el murciélago llevó las partes íntimas de Xochiquetzal para que nacieran las flores y donde nació Centeotl.7 Entre muchos otros sucesos, Tamoanchan tiene, sin duda alguna, un carácter simbólico matricial. Es también, según ciertas fuentes (Códice Florentino), un lugar situado en la Huasteca, donde estuvieron los mexicas antes de separarse de los pueblos que los acompañaban. Paradigma esencial en los mitos cosmogónicos, es evocado reiteradamente también en cantos floridos (xochicuicatl) o cantares sagrados (teocuicatl). Como lo mencionan en su texto los venerables maestros Masón René Cervantes Días y Benito Pablo Juárez García, la palabra Tamoanchan nos induce a la colectividad interna de los arcanos psíquicos donde se organiza la vida espiritual, es el lugar de la boca, el lugar del aliento, el lugar del templo verbal. Su valor interpretativo es luz al final de la oscuridad, la revelación de lo oculto, es el poder divino; Tamoanchan es el destino final de todos los seres humanos, es el símbolo del árbol con dos corrientes ener-

géticas, figuradas en serpientes; el lugar de la conciencia, es el lugar de los itstika, el lugar de los despiertos. El lugar de los naguales, el lugar de la planta de poder, el lugar de las flores. El lugar del agua, donde se conservan por toda la eternidad las características individuales de la conciencia, es el lugar del doble energético, donde debemos romper el árbol y liberar la conciencia de nuestra raíz terrestre.8

En la importante aportación que hacen cada uno de los autores investigados, en todos los casos hablan del lugar, con un concepto y enfoque diferente, que es complementario a fin de comprender el pensamiento Mesoamericano. El lugar y el concepto correspondiente están representados en los códices mediante un lenguaje “icono-gráfico” que otorga una forma específica a la idea y permite su percepción visual. Se consideran en el texto las distintas facetas de la palabra Tamoanchan, tanto el registro sonoro de su significante y su arraigo etimológico como los nexos simbólicos que entrañan su significado, también lo que representa su referente en el pensamiento nahua prehispánico. Johansson se enfoca en otro aspecto por demás interesante, el sonido y su significación: Según lo plantean los mitos cosmogónicos y lo demuestra el mundo natural en que se integra el hombre, un caos sonoro se manifestó en la primera etapa formativa del mundo, cuando todavía no amanecía. En un mito náhuatl de probable procedencia tolteca y quizás de origen huasteco, en el contexto narrativo de la creación del hombre, Quetzalcóatl va al Mictlan para pedir a Mictlantecuhtli los huesos-jade que atesora con el fin de crear a la humanidad. A petición del dios de la muerte, Quetzalcóatl-Ehecatl sopla en su caracol sin que se produzca sonido alguno. Pese al aire que penetraba con fuerza en las circunvoluciones femeninas del caracol, no salía de él ningún sonido: el caracol no estaba agu-

6. Alfredo López Austin, Tamoanchan y Tlalocan, México, Fondo de Cultura Económica, 1994, p. 87. 7. Patrick Johansson K., “Tamoanchan: una imagen verbal del origen”, en Estudios de cultura náhuatl, núm. 49, enero-junio 2015, pp. 59-92.

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jerado. Los gusanos llegaron al rescate, agujeraron el 8. Benito Pablo Juárez García y Masón René Cervantes Días, Rito Nacional de México, México, Benemérita Gran Logia, 1917.


instrumento marino, después de lo cual se metieron el abejorro (xicotl) y la abeja (pipiolin), cuyo zumbido permitió que se hiciera una luz sonora en las tinieblas del inframundo.9

Tamoanchan: un lugar en el inframundo. El lugar donde fue creado el hombre. Según se colige de los relatos que lo evocan, Tamoanchan es, sin duda, algún lugar mítico, un nexo de sentido en una trama textual mediante la cual las colectividades nahuas interiorizaban y organizaban su percepción del mundo. El concepto y el vocablo que le corresponden, no sólo no se pueden aislar de su “contexto”, sino que se ven determinados por la configuración diegética a la que se integran. A continuación evocaremos algunos textos en los cuales figura Tamoanchan. Para Johansson, es la casa donde se baja, el lugar donde nacen las flores, la cifra nueve, el lugar de vientos fríos que remite,10 según lo confirman las fuentes, a una región del inframundo, el Mictlan, el cual representa un espacio de generación y regeneración para los antiguos nahuas, un verdadero vientre materno. El lugar donde fue creado el hombre. En el mito de la creación del hombre, Tamoanchan es el lugar donde está la diosa Quilaztli, la Cihuacóatl, y donde Quetzalcóatl lleva los huesos que servirán para generar al ser humano. Cuando pasamos a Cuauhnáhuac, no podemos dejar de recordar, sin importar sus barrancas, lo que Plancarte y Navarrete llamaron “Tamoanchan” (el paraíso Olmeca prometido). Deambulamos por sus bellas pirámides a Mixcantlecutli, el Tlachi su elegante Tecpan. Para bien transitar, Ixcomixcoatl. A nuestro querido dios Tezcatlipoca, al viejo Tláloc traído por Ehecatl y así llegar al cerro de los Chapulines (o lo que queda del Tamoanchan). León Portilla nos narra que en la vasta geografía del Cemanáhuac, la tierra en el anillo del agua, que más tarde se nombró Nueva España, hubo asentamientos de pueblos y ciudades de cuya existencia hablan relatos que son mitos o historia o ambas cosas a la vez. La textura del mito

9. Patrick Johansson K., “Tamoanchan: una imagen verbal…, op. cit. 10. Ibid., p. 65.

la tejen palabras primordiales. Etimológicamente mito –mythos– significa palabra, historiar –del verbo historein– es inquirir. ¿Mitos e historia son expresiones irreductibles? ¿O son dos modos distintos de evocar un pasado? ¿Son dos formas de construir significación en el discurrir temporal de los seres humanos? Desde la perspectiva de sus consecuencias, ¿qué ha calado más hondo en sus vidas: los relatos míticos o los que llamamos históricos? ¿Los relatos sagrados –los que dan cimiento a las creencias religiosas– son míticos o históricos o una y otra cosa? Teniendo como trasfondo estas preguntas traeré a la memoria varios relatos, algunos son tenidos como mitos y otros como historia, e insistiré en ocasiones, como ambas cosas a la vez; relatos que hablan de asentamientos humanos situados en la que se ha considerado unas veces geografía fantástica, y otras, geografía de realidades primordiales de difícil o imposible ubicación. Sin embargo, tales fantasías o realidades primordiales son las que a veces vuelven comprensibles aconteceres clave en el devenir histórico. Los relatos referidos provienen, unos de los tiempos prehispánicos y otros del periodo novohispano. Al atender a ellos, busco un poco de luz para percibir algunas semejanzas y diferencias entre el mito y la historia. Lugares de enorme significación en Mesoamérica son Teotihuacán y Tamoanchan. Parece fácil señalar la ubicación de Teotihuacán, en cambio, de Tamoanchan mucho se ha especulado. Sin embargo, en ambos casos el mito y la historia se entreveran, difunden luz y misterio. Los informantes de Bernardino de Sahagún refieren que los sabios que se establecieron en Teotihuacán procedían de Tamoanchan. Era ése un lugar de vida y abundancia. A él había llegado Quetzalcóatl después de rescatar los huesos preciosos de antiguas generaciones para formar con ellos nuevos seres humanos. Con la sangre de su pene y la penitencia de otros dioses, iban a nacer los maceguales, merecidos por el sacrifico divino.11 Así mismo, León Portilla asevera que Tamoanchan tiene otros nombres: Xochitlalpan, Tierra florida, Xochinquahuitl onicac, donde se yergue el árbol con flores... Es

11. “Los huaxtecos según los informantes de Sahagún”, en Arqueología Mexicana, núm. 79, México, mayo-junio, 2006, p. 65.

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Figura 6. Xochicuahuitl. El árbol florido de Tamoanchan en la fiesta Atamalcualiztli (Códice matritense del Palacio Real de Madrid, fol. 254r). Fuente: www.scielo.org.mx/pdf/ecn/v49/v49a3.pdf.

también allí a donde Quetzalcóatl llevó el maíz rescatado del monte Tonacatépetl para que los dioses lo mascaran y lo pusieran en las bocas de los humanos. Y fue, también allí donde –según tradición recogida por Fray Jerónimo de Mendieta– en una cueva “en tierra de Cuernavaca”, los dioses dieron forma al calendario. En la analogía de Tamoanchan con “la tierra de Cuernavaca”, acorde con León Portilla, no ha habido indiferencia. Comenta que los estudiosos han saltado del mito a la geografía y a la historia, ubicando a Tamoanchan en lo que ahora se conoce como el estado de Morelos. El obispo Francisco Plancarte lo hizo y, tratando de precisar más, Román Piña Chán la identificó con Xochicalco. Tiene extensa relación con Tlalocan, otro de los paraísos mexicas, o el mismo, según algunos autores, para quienes Tamoanchan es sólo el árbol mágico florido (en náhuatl Xochitlicacan) dentro de Tlalocan (Figura 6).

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Algunos mitos hablan de Tamoanchan como el lugar habitado por la diosa Xochiquétzal, patrona de las mujeres solteras, de la belleza y del amor. Su morada se registra como Tamoanchan, Itzicayan o Xochitlicacan. Este último también puede ser el nombre de un árbol florido en Tamoanchan, cuyas flores tenían la propiedad mágica de convertir a quien las tocara en un fiel enamorado, y estaba prohibido cortarlas; según un mito, un día el árbol se rompió y las flores empezaron a sangrar, por haberlas cortado y, según otro mito, por haber pecado Xochiquétzal con Tezcatlipoca, estando casada ésta con Tláloc o con Centeotl. Después de este sacrilegio, los dioses Tonacatecuhtli y Tonacacíhuatl expulsaron a los dioses de Tamoanchan, mandando a unos a la Tierra y a otros al inframundo. Algunos de los dioses expulsados son Achitometl, Huitzilopochtli, Itzpapálotl, Mixcoatl, Quetzalcóatl, Tzontemoc Tlahuiscalpantecutli y Yacatecuhtli.


Los maestros Juárez García y Cervantes Días, nos enriquecen con otras tesis: que era el lugar de la madre de los Dioses Tonantzin Teteoinan, el lugar del cacao, del Teonanácatl, del sinicuichil, del olioluqui, del floripondio, el lugar del universo manifiesto, el lugar donde el clítoris de Xochiquétzal es desmembrado por el murciélago para crear la vida, las flores. Otro mito describe a Tamoanchan como el lugar al que el dios Quetzalcóatl y la diosa Quilaztli llevaron los huesos sagrados con los que se hicieron los primeros hombres. También se dice que de Tamoanchan provenía Teteo Innan (la madre de los dioses), también llamada Toci. Itzpapálotl (mariposa de obsidiana) también tiene relación con Tamoanchan. Pero Tamoanchan, igualmente, es el lugar de los cantos sagrados, el lugar donde se mueve el espíritu, el lugar donde la hierofanía acústica revive de la muerte, es el lugar matricial. La evocación de la palabra Tamoanchan revela el alto contenido esotérico y hermenéutico, donde el ritmo, la altura, el timbre, el tono, la duración, volumen e intensidad, sucesión melódica, genera en el clariaudiente la movilización de todos los sentidos y con ello un gran desarrollo cognitivo, pues la vocalización mántrica produce una luz sonora en la oscuridad, concepto elevado de la física cuántica que genera la reparación de la luz del día. Finalmente, Tamoanchan también representa el paraíso divino, simbolizando el árbol roto, el desprendimiento total del ego, la ascensión del árbol florido por las siete cuevas de Chicomoztoc, o siete Chacras o siete cuecueyos o siete centros energéticos, es el lugar del negro del rojo, el lugar del interior indígena, el lugar del nahuayotl, que significa lo que contiene la verdad. A manera de conclusión, comento que los autores consultados han estudiado y visto a Tamoanchan también como un lugar físico, histórico, mítico, de conciencia. Este lugar ha tenido un profundo concepto para el mundo cosmogónico de las culturas Mesoamericanas. Por otra parte, se ha considerado que el concepto mismo de Tamoanchan fue asimilado por los frailes como el Paraíso Terrenal, “la casa del dios”; quizá, a partir del significado que tenía para los antiguos nahuas y que podía ser explotado para la evangelización. Por ello, las tradiciones históricas más antiguas recuperadas por los diferentes autores, lo ubican

como “el lugar” lejos de la costa; se dice que “el lugar” es en Cuauhnáhuac. Es de conocimiento oral popular que Tamoanchan es un lugar real. Los que somos de Cuauhnáhuac siempre hemos considerado que son las ruinas que se han encontrado en la zona sur del estado de Morelos. También se dice que el obispo de la diócesis, Plancarte y Navarrete, tenía la teoría de que la civilización de Tamoanchan era aún más antigua que la de los Olmecas y se había extendido por todo Mesoamérica desde un único punto de origen. Además, para los mexicanos del mundo moderno, cuando se habla de Tamoanchan esa palabra nos sigue indicando que allí se encuentra “el lugar”. Fuentes consultadas Caamaño, Ángel, “Xochicalco: lugar de origen de los Dioses y los hombres”. En www.tonalpohualli.http| ch.127872/45303. Canto López, Antonio, Apuntaciones sobre Mesoamérica, Mérida, México, Universidad Autónoma de Yucatán, 1991. Códice Borgia, comentarios de Eduard Seler, copia facsimilar, 3 v., México, Fondo de Cultura Económica, 1980. Códice Telleriano-Remensis, f. 13r. “Reprografías: Marco Antonio Pacheco / Raíces”, en León-Portilla, Miguel, “En el mito y en la historia. De Tamoanchan a las siete ciudades”, en Arqueología Mexicana núm. 67, México. González Ruiz, Juan Carlos, Diccionario de Mitología y Religión de Mesoamérica, Guadalajara, México, Ediciones Larousse, 1995. Johansson K., Patrick, “Tamoanchan: una imagen verbal del origen”, en Estudios de cultura náhuatl, núm. 49, enero-junio 2015. Juárez García, Benito P. y Cervantes Días, René, Rito Nacional de México, México, Benemérita Gran Logia, 1917. León-Portilla, Miguel, “En el mito y en la historia. De Tamoanchan a las siete ciudades”, en Arqueología Mexicana, núm. 67, México. López Austin, Alfredo, Tamoanchan y Tlalocan, México, Fondo de Cultura Económica, 1994. “Los huaxtecos según los informantes de Sahagún”, en Arqueología Mexicana, núm. 79, México, 2006. Spranz, Bodo, Los dioses en los Códices Mexicanos del Grupo Borgia, México, Fondo de Cultura Económica, 1975.

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Mujeres y músicos en Oaxaca José Ángel Campos Salgado Departamento de Métodos y Sistemas, UAM Xochimilco jacamposarq@hotmail.com

En cualquier día, sin previo aviso, el sonido de una banda se hace presente con música tocada con fuerza y entusiasmo, alegría y cadencia, contagiosa y llena de vitalidad que se impone a la plática de sobremesa e invita a saber la causa de la celebración; no puede uno resistirse a saber qué acompaña esta música envolvente. Levantarse de la mesa impulsivamente y salir a la calle se vuelve irreprimible; calle amable, reservada a los peatones, ordenada, con pavimentos conservados, colorida, con historia en sus arquitecturas tradicionales, lista para ofrecer cobijo a sus habitantes. Ahí está la banda con músicos de todas las edades, de ambos sexos y con maestros de experiencia reconocible, entregados a producir música con su instrumento, el mensajero de su participación en el conjunto, y seguida de una multitud en la que destacan las mujeres. Esta forma de cultura, si se observa con atención, está sostenida por mujeres con vestimenta colorida, faldas con vuelo generoso, huipiles de fondo negro con bordados apretados con flores en el pecho, que levantan con orgullo sus torsos con un gesto de soberanía que impone a quien las contempla. El traje lleva un refajo o tira de algodón para proteger la falda y no dañarla; la cabeza se corona con flores naturales que mantienen su lugar y su frescura, a pesar del vaivén del baile y el movimiento incesante de los pies. Otras mujeres llevan una canasta con flores, que reparten de manera inesperada a la multitud que las acompaña y admira. Unas más, tal vez las más impresionantes, rodean su rostro con un resplandor de holán blanco de encaje que enmarca el gesto, la sonrisa fresca de las jóvenes. El orgullo de las mujeres maduras, con serenidad y sabiduría, con el respeto que despierta la edad, no dudan en mostrar que se puede sorber poco a poco unos tragos de cerveza o mezcal para soportar el frenesí de la música y el baile. Son mujeres agrupadas donde sólo las más jóvenes invitan a sus parejas al baile, mientras que las mayores o ancianas conviven sin necesidad del apoyo de los hombres. Esta otra cultura permite que los hombres se ocupen de las rudas y extenuantes labores del campo y las mujeres del hogar y de la fiesta, para la cual se preparan a lo largo del año para, en cualquier día, celebrar una fecha u otra, custodiada por su música y su alegría de vivir. Volver la mirada a esta y otras culturas de las cuales nuestro país está lleno, es enriquecedor para quien desarrolla trabajos creativos como el de los diseñadores.

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Reclusión transformada. Proyecto de reutilización de la antigua penitenciaría de San Luis Potosí FRANCISCO JAVIER SORIA LÓPEZ Departamento de Tecnología y Producción UAM Xochimilco fjsl_62@hotmail.com Arquitecto por la uam-x, restaurador de monumentos arquitectónicos por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del inah y Doctor en Proyectos Arquitectónicos por la Universidad Politécnica de Cataluña. Su trabajo docente y de investigación como profesor de la uam-x se centra en la conservación y reutilización del patrimonio edificado, la sustentabilidad en el diseño arquitectónico y el desarrollo de materiales de bajo impacto ambiental. Es miembro del Área de Investigación en Conservación y Reutilización del Patrimonio Edificado impartiendo docencia en la Licenciatura en Arquitectura, así como en los programas de posgrado de maestría y doctorado de la División de CyAD. Departamento de Tecnología y Producción (CyAD uam-x), Área Interdepartamental de Investigación en Conservación y Reutilización del Patrimonio Edificado.

En el texto se reflexiona sobre el proyecto arquitectónico de reutilización de la antigua penitenciaría de origen porfiriano ubicada en la ciudad de San Luis Potosí. Se trata de un inmueble que durante poco más de un siglo fue destinado a la reclusión de prisioneros. El gobierno del estado de San Luis Potosí propuso en 2004 que este recinto se convirtiera en el Centro Estatal de las Artes, cuyo programa arquitectónico proponía espacios con características ideales que, en primera instancia, eran incompatibles con la configuración de un centro carcelario que, en esencia, se define a partir de una disposición arquitectónica que separa, confina y aísla. Para dar cuenta del proceso de conservación y transformación de esta audaz propuesta para rescatar un edificio con enorme valor histórico se documentan, tanto los antecedentes históricos, las características arquitectónicas y constructivas del inmueble antes de la intervención, como el conjunto de decisiones y criterios que los proyectistas establecieron para incorporar un nuevo uso en la antigua cárcel de la ciudad. También se analizan las permanencias y cambios que experimentan los espacios, así como la propia materialidad de la vieja construcción, para concluir con una valoración del proyecto arquitectónico de reutilización desarrollado. Palabras clave: reutilización arquitectónica, conservación del patrimonio edificado, arquitectura patrimonial. This paper examines the architectural project for the adaptive reuse of the 19th century penitentiary located in the city of San Luis Potosí, a property that operated for little over a century as a detention center for prisoners. The government of the state of San Luis Potosí proposed in 2004 that this facility become the State Center of the Arts, whose architectural program demanded spaces whose ideal characteristics were, in first appearance, incompatible with the layout of a prison, buildings that are essentially designed to separate, confine and isolate. To understand the process of conservation and simultaneously the transformation that this bold proposal acquires in a structure with enormous historical value, we explore not only the prison´s background, the evolution of the property over time or its architectural and constructive features prior to the intervention, but also describe the set of decisions and criteria that the designers established to incorporate a new use in the old city jail. Similarly, the permanencies and changes that the spaces as well as the materiality of the old construction underwent are analyzed, to conclude with the assessment of the architectural reuse project that was developed.Keywords: architectural reuse, conservation of heritage buildings, heritage architecture.

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Presentación En agosto de 2008 se inauguró el nuevo Centro de las Artes del estado de San Luis Potosí, un ambicioso proyecto para reutilizar, como centro cultural y educativo, la ex penitenciaría del estado, un magnífico edificio de la época porfiriana que resultaba ya obsoleto para las condiciones de uso demandadas por el actual sistema carcelario mexicano. Denominado oficialmente como Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario (caslpc), este inmueble está ubicado en el número 750 de la Calzada de Guadalupe, en la colonia Julián Carrillo en la ciudad de San Luis Potosí, capital del estado del mismo nombre. Tiene una localización privilegiada dentro del contexto urbano, sobre una de las calles más hermosas, amplias y arboladas de la vieja ciudad, que comunica el casco histórico con el santuario de Guadalupe. Este conjunto arquitectónico, que data de 1884, es un caso de gran interés para el análisis proyectual, ya que su reutilización representó un reto de diseño al tratar de conjugar un programa cultural que exigía amplitud y flexibilidad espacial, con un recinto existente cuya característica principal era el confinamiento y la compartimentación. El proyecto, para aprovechar la expenitenciaría como centro cultural, surgió del propio gobierno del estado, quien convocó a profesionales del diseño arquitectónico a un concurso abierto para generar ideas de cómo transformar y, al mismo tiempo, conservar este extraordinario edificio patrimonial. El concurso fue ganado por el arquitecto Alejandro Sánchez y su equipo, y representó el inicio de un complejo proceso de diseño y construcción que duró casi cuatro años. El recinto abrió sus puertas en agosto de 2008 parcialmente, después de haberse realizado una inversión, según notas de la prensa, de 280 millones de pesos. Los trabajos de intervención en la parte posterior del conjunto donde se ubican el foro al aire libre y el teatro continuaron después de la apertura y fueron concluidos dos años más tarde. Incluso hoy en día, el proyecto no está completo y quedan por terminar algunos de los espacios complementarios propuestos. Las últimas intervenciones incluyen el teatro experimental sobre el antiguo comedor y el museo Leonora Carrington que se ubica en la antigua sección para mujeres. A pesar de ello, el caslpc se ha convertido

en un punto de referencia importante para trabajos recientes de conservación y reutilización del patrimonio edificado del país. Antecedentes Marco histórico general San Luis Potosí, fundada en 1592, es una de las ciudades del centro del país que se distinguen por la gran calidad en la concepción y construcción de sus espacios urbanos y arquitectónicos de la época virreinal. Lo anterior fue posible, en buena medida, por la importante actividad minera y agrícola de la región la cual generó una gran riqueza que se muestra en la cantidad y calidad de sus templos barrocos, la plaza de armas con los magníficos edificios de gobierno, las grandes casonas privadas o en sus amplias calles empedradas, por mencionar sólo parte del extraordinario patrimonio edificado con el que cuenta esta urbe (Figura 1). Será durante el siglo xix cuando la ciudad experimente una de sus transformaciones más importantes que cambiaron no sólo su extensión, sino incluso su forma y organización funcional, especialmente en la época porfiriana. La modernización de la ciudad, de sus infraestructuras

Figura 1. Imagen de principios del siglo xx de la Calzada de Guadalupe (entonces Avenida Juárez), vía que se consolidó como una de las más importantes de la urbe en expansión, alojando nuevos equipamientos e infraestructura. Elementos como la famosa Caja de Agua, el Santuario de Guadalupe y la propia Penitenciaría permanecen desde entonces en esta parte de la ciudad potosina. Fuente: www.mexicoenfotos.com/ MX13229838202509.jpg.

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y de sus equipamientos será una de las principales banderas de la clase dominante para impulsar el “progreso” de la nación:

En eso estaba comprometido el dictador Díaz cuando anunció a la nación, en 1877, que pronto se establecería el sistema penitenciario. Varios estados pusieron manos a la obra. Desde antes se contaba, como menciono, con la

Ya en la época del Porfiriato, San Luis vivió un auge

penitenciaría de Guadalajara; años más tarde se agrega-

económico motivado, entre otros factores, por la pro-

ron otras grandes prisiones: Salamanca, Mérida, Saltillo,

ductividad de las haciendas, el arribo del ferrocarril,

Chihuahua, San Luis Potosí (…) Otra poderosa prisión de

etc., llevándose a cabo importantes obras públicas: la

aquel tiempo, en la que pusieron esperanzas los penalis-

construcción del Teatro de la Paz, la Escuela Modelo,

tas y penitenciaristas del porfiriato, fue la Penitenciaría

la Penitenciaria del Estado, el Cuartel, la Presa San

de Lecumberri.3

José, la Plaza de Toros, etc., respecto a la arquitectura civil se construyeron edificios de gran calidad, como el Palacio de Cristal, el Palacio Monumental, el Palacio Mercantil, entre otros.1

Pero la estructura e imagen urbana de San Luis se transformaron de manera notable desde mediados del siglo xix, cuando …se perciben grandes cambios principalmente en la traza, la cual fue modificada con la apertura de nuevas calles que seccionaron las grandes manzanas propiedad de los

Desafortunadamente dicha “humanización” del sistema carcelario quedó, en buena medida, sólo en el discurso ya que en general las prisiones de esta época mantuvieron un trato agresivo, autoritario y deshumanizado que, en combinación con la sobrepoblación, la falta de mantenimiento y adecuación de estos recintos, se convirtieron en sitios poco habitables, insalubres e inseguros. La penitenciaría del estado de San Luis Potosí fue construida en dos etapas, quedando terminada en 1904 aunque, como se detallará en la descripción del inmueble, este recinto nunca fue concluido del todo (Figura 2):

conventos, demoliendo gran parte de ellos.2 Durante la administración del general Díez Gutiérrez,

Estas modificaciones continuarían hasta finales del siglo xix y la primera década del siglo xx. Por otro lado, el sistema carcelario del país durante la época porfiriana se modernizó, pues la gran mayoría de las cárceles, hasta ese entonces, carecían de un diseño arquitectónico de origen ya que casi siempre se adaptaban construcciones existentes para tal efecto. La visión “moderna” porfirista pretendía cuidar la eficiencia funcional del espacio, las condiciones de higiene, iluminación, ventilación, sin olvidar la premisa de máximo control y vigilancia de los presos, como parte de un concepto más humano de los centros de reclusión.

1. Jesús V. Villar Rubio, El centro histórico de la ciudad de San Luis Potosí y la obra del ingeniero Octaviano Cabrera Hernández, San Luis Potosí, Facultad del Hábitat, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2000. En http://mapserver.inegi.gob.mx/geografia/espanol/estados/slp/ imgs24/ slpcen.pdf. 2. Ibid., p. 42.

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se contrató al arquitecto Carlos Suárez Fiallo para la elaboración del proyecto. Su construcción inició en febrero de 1884, colocándose la primera piedra el día 5 de ese mes. El edificio fue inaugurado, aún sin concluir, el 5 de mayo de 1890 y se terminó en 1904.4

La ex penitenciaría de San Luis albergó a personajes ilustres tanto para la historia nacional como la local. Sin duda alguna el prisionero más conocido fue Francisco I. Madero quien fuera encarcelado en este inmueble en 1910 por llevar a cabo una “Arenga política (…) en la esta-

3. Sergio García Ramírez, “El sistema penitenciario. Siglos xix y xx”, en Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Nueva Serie, Año xxxii, núm. 95, mayo-agosto, 1999. En www.juridicas.unam.mx/ publica/rev/ indice.htm?r=boletin&n=95. 4. Conaculta, Historia, página oficial del caslpc, cna, San Luis Potosí, Gobierno del Estado, 2010. En http://centrodelasartesslp.gob.mx/ho me/ceart/historia/ (Consultado el 10/06/2011).


los principales cambios y transformaciones del edificio a partir de los materiales y sistemas constructivos, así como por los cambios en el diseño que corresponden a épocas diferentes. Se puede hablar de cinco grandes etapas importantes del conjunto.

Figura 2. Imagen de la Calzada de Guadalupe, probablemente tomada dese el santuario del mismo nombre, hacia las primeras décadas del siglo xx. Al fondo, en el perfil urbano aún destacaban las torres de los templos de la ciudad. La penitenciaría al lado derecho ya en funcionamiento Fuente: http://cronologiassanluispotosi.com/gallery/ Penitenciaria-del-Estado-003.jpg.

ción de ferrocarriles potosina, por lo que es aprehendido en Monterrey y apresado en la penitenciaría de San Luis Potosí”.5 Es aquí donde Madero inicia la redacción del Plan de San Luis. El doctor Salvador Nava Martínez, político y líder social de esta entidad, fue encarcelado en este penal varias veces a principios de los años 60 del siglo pasado. La penitenciaría funcionó hasta marzo de 1999, desocupándose de manera abrupta después de haber servido durante poco más de un siglo como centro de reclusión. Era evidente que la construcción resultaba obsoleta e insuficiente para desempeñar las funciones de cárcel de acuerdo con las leyes, normas, tecnología y, por supuesto, ante las nuevas dinámicas sociales que incluyen nuevas formas de comportamiento delincuencial y, por lo tanto, de reclusión. Etapas históricas del inmueble Como ya se señaló, la vieja prisión fue construida entre 1884 y 1904, sin embargo, presenta varias etapas constructivas adicionales, que se fueron realizando conforme cambiaban o incrementaban ciertas demandas. Si bien la división temporal no es exacta, es posible identificar

5. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (infdm), Enciclopedia de los Municipios de México, Estado de San Luis Potosí. Historia, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2005. En www.e-local. gob.mx/work/templates/enciclo/sanluispotosi/hist.htm.

1884-1890. Construcción inicial de la penitenciaría alineada a la Calzada de Guadalupe. En esta época el edificio se encontraba en las afueras de la ciudad, ocupando terreno poco urbanizado cuando las calles perimetrales aún no estaban del todo definidas. Se construye en esta fase original todo el muro perimetral, el primer patio y se inicia la sección de reos sin concluir las ocho crujías que conforman la planta radial en estrella. 1890-1910. En esta fase se consolida la construcción de las crujías de internos. Aparecen, en la primera sección del lado sur, las cuatro pequeñas crujías en planta de cruz que se destinarán a la reclusión de mujeres. Se distinguen esos inmuebles por su construcción en dos niveles, cubiertos con bóveda de cañón corrido de tabique y pasillos de entrepiso fabricados mediante vigas de acero y bóveda de zinc. 1910-1940. Se continúa con la adaptación de espacios. A algunas de las crujías de la estrella se les agrega un segundo piso, éstas aparecen con losa de concreto en la azotea y vigas de acero y losa de concreto en pasillos de entrepiso. También se distingue en sus fachadas exteriores un cambio en la fabricación de ventanas, en la planta baja el tipo de labrado de jambas mantiene el trazo en arco rebajado y en los segundos pisos, más tardías, ya de forma adinteladas, hasta incluso desaparecer. Corresponde a esta etapa la edificación de las dependencias de servicio de cocina, comedor y panadería en la parte del fondo del predio. 1940-1980. En este periodo la penitenciaría continúa con obras de complemento que incluyen adaptar algunas celdas de las crujías de reos a las que nunca se les construyó un segundo piso (tres de ellas) en espacios faltantes, por ejemplo, el pequeño gimnasio y la capilla para lo cual se demuelen muros entre celdas para obtener locales

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más amplios. Así mismo, se construye hacia los años 70 una sección “moderna” para menores de edad, al costado norte del patio principal de acceso, construida con tabique y concreto. 1980-1999. Esta última etapa fue de menores cambios en la estructura, pero quizá la de más saturación del penal y comenzaron a evidenciarse problemas de funcionamiento para garantizar un control adecuado. Se adaptan algunos espacios del primer patio para aprovechar su altura incorporando tapancos. En la parte posterior del predio se agrega una barda de triple altura como sección de servicio (Figuras 3 a 5). El inmueble previo a su intervención Las condiciones físicas que presentaba la ex penitenciaría del estado de San Luis Potosí a finales del año 2004 cuando se llevó a cabo el concurso para su reutilización, no eran las mejores después de más de 100 años de uso. Diversos factores explican el mal estado de conservación que tenía entonces: la falta mantenimiento, la modificación y adaptación improvisada de espacios, la construcción de inmuebles en algunos patios e incluso el abandono, el cual comenzaba a hacer mella en la construcción. La caracterización del inmueble antes de ser intervenido es relevante para el posterior análisis del proyecto de reutilización.

Figuras 3 a 5. En las imágenes se muestra con claridad la diferencia entre plantas bajas y “adiciones” de segundos pisos más tardíos que utilizan diferentes materiales y/o diseño en relación a los iniciales. En algunos casos las obras de ampliación fueron abandonadas de manera definitiva. Fotografía: Francisco Soria.

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El partido arquitectónico El terreno donde se edificó la penitenciaría se ubica en el costado oriente de la Calzada de Guadalupe; tiene forma rectangular, ligeramente irregular, con 149 metros de frente por 265 metros de fondo, con su eje longitudinal orientado de poniente a oriente; ocupa una superficie de 39 500 m2 aproximadamente. El conjunto tiene cuatro secciones principales muy identificables entre sí, aunque presentan en común ese carácter cerrado, con grandes muros ciegos que aíslan el edificio prácticamente de cualquier comunicación con el exterior: • El acceso a la antigua penitenciaría, la más pública, forma parte de la porción inicial del complejo, que lleva a un patio de proporciones cuadradas, alrededor del cual estaban el control de acceso, las oficinas administrativas, los juzgados y otras dependencias de atención tanto de internos como de los visitantes. A los costados norte y sur de este claustro, se ubicaban dos áreas de reclusión: la de menores y el pabellón para mujeres. Ambos son inmuebles construidos posteriormente, el de menores data de los años 60-70; el otro probablemente fue construido en las primeras décadas del siglo xx. • La segunda sección, de mayor tamaño, tenía dos partes, ambas confinadas por un perímetro con dos muros altos (el exterior de 8.6 m y el interior de 7.4 m) con un espacio intermedio de cuatro metros aproximadamente. Este foso perimetral constituía la barrera principal de seguridad, espacio muy vigilado en sus cuatro costados, tanto por las torres de vigilancia en las esquinas como desde los torreones intermedios, además de un pequeño paso de ronda que se adaptó al agregar un barandal en la corona del muro exterior. • En la primera parte de esta sección se encuentra el pabellón de hombres que fue diseñado bajo los principios de máximo control que estaban en boga para la construcción de penales en el siglo xix, es decir, mediante el sistema de planta radial. A partir de un centro, donde se encuentra la torre de vigilancia, se disponen ocho crujías de manera radial, lo que genera una planta en estrella, con un patio central de planta

octagonal; esta sección ocupa el espacio cuadrado delimitado por el muro interior del foso, en tres de sus lados y por un cuarto muro del lado oriente que colinda con la tercera sección. Con este trazo se generan en las diagonales del cuadrado cuatro crujías largas, y cuatro crujías cortas perpendiculares al muro interior del foso. Al centro se forma un patio octagonal y ocho patios triangulares entre crujías. • El tercio final del terreno se destinaba para áreas de apoyo que incluían un gran patio abierto, así como pequeñas edificaciones que albergaban instalaciones para el comedor, cocina y panadería. • La cuarta y última sección, de construcción más reciente, confinada por muros de tabique y estructura de concreto se destinaba a locales de apoyo y servicio de la cárcel, que incluyen bodega, patio de maniobras, subestación eléctrica y estacionamiento de servicio. Los materiales y sistemas constructivos El inmueble fue construido y modificado a lo largo de casi 100 años de existencia y, como consecuencia, los materiales para tal efecto han sido diversos. Sin embargo, es factible describir los sistemas constructivos principales (Figuras 6 a 8): Muros. Prácticamente todos son de piedra de la región, de origen volcánico de gran resistencia y color rojizo; fue el principal material utilizado para construir los enormes muros perimetrales, así como los inmuebles interiores, oficinas y celdas hasta los años 40. Existen dos inmuebles de principios de siglo edificados en los patios entre crujías hechos con muros de adobe. Más recientemente, en la sección de menores construida hacia 1960-70, se utilizó barro extruido para los muros con estructura de concreto. Vanos. Las puertas y ventanas tienen en su gran mayoría jambas con cerramiento en arcos rebajados o platabandas, casi todos de piedra labrada. Existen algunos cerramientos de vanos hechos con ladrillo rojo recocido. Algunos locales también presentan vigas I de acero para soportar muro y cubiertas en áreas modificadas. En los pocos edificios de manufactura reciente se utilizó el concreto armado.

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Figuras 6 a 8. De izquierda a derecha: el doble muro del perímetro con torreones de vigilancia incorporados, la torre central de vigilancia de tres niveles y mirador superior, los patios triangulares intermedios entre crujías que se utilizaban como patios de recreo, así como diversas etapas y materiales de construcción se hacen evidentes. Fotografía: Francisco Soria.

Entrepisos y cubiertas. Hay diferentes sistemas para los elementos horizontales que cubren los espacios. Los más antiguos son viguería de madera con tablado y posiblemente terrado con entortado y enladrillado cuando se trataba de azotea. En los entrepisos, especialmente de pasillos de crujías de doble altura se observa el uso de vigas I de acero y bóveda de lámina acanalada de zinc con una capa de compresión de concreto simple. Las celdas individuales se resolvieron mediante bóvedas de trazo rebajado fabricadas en tabique rojo. Así mismo las bóvedas de cañón corrido que cubren los pasillos centrales de las crujías de dos pisos fueron hechas a base de tabique rojo recocido. Ya de manera más contemporánea los nuevos inmuebles se construyen con losas de concreto armado.

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Acabados. Los muros de piedra de las fachadas exteriores son, casi todos, aparentes. Destaca el trabajo de rajuela de las juntas como terminado. Los interiores de celdas y oficinas estaban aplanados con mortero cal-arena y en edificios más nuevos de cemento-arena. Así mismo, la pintura inicial fue con base en cal y en tiempos recientes de pintura vinílica y esmalte para elementos metálicos. Los pisos varían mucho en el tiempo. Los más antiguos eran de piedra labrada en forma rectangular o cuadrada, de sección gruesa (7-10 cm); con el tiempo los pisos interiores se sustituyeron por pisos de loseta de pasta de cemento con color, en espacios exteriores por concreto simple y, en inmuebles más recientes, loseta de cerámica.


Cancelería. La mayoría de las puertas originales eran de madera, sin embargo, en la mayoría de las celdas éstas fueron sustituidas por puertas de perfil de acero y lámina metálica. Aún se conservan en el patio principal y en la crujía de reos principal las puertas de madera. Todas las rejas son de acero, redondos y perfiles cuadrados para barandales. Instalaciones. Vale la pena destacar las bajadas de agua llamadas “de labio” que se utilizaron en la etapa más primitiva, las cuales eran forjadas en el muro, mediante un pequeño canal cuadrado en bajo relieve, el cual se aplanaba con acabado bruñido por donde escurría el agua. En algunos casos se colocaron tubos de barro. Con el tiempo muchos de estos elementos fueron cegados. Gran parte de las instalaciones fueron modificadas con frecuencia, incorporando sistemas cada vez más modernos. La mayoría de estas instalaciones se colocan de manera aparente (sobrepuesta), tanto tuberías de agua como eléctricas y eventualmente aquellas de vigilancia, telefonía, etc. La mayoría de ellas ya estaban desmanteladas para el año 2004. El proyecto de intervención Gestión del proyecto La propuesta para desarrollar un Centro de las Artes para el estado fue del gobierno estatal, que tenía a su disposición un inmueble histórico de grandes proporciones abandonado, en mal estado de conservación y, que por ley, debía ser conservado. Luego entonces, el reto era restaurar y reutilizar un monumento histórico y generar un espacio que impulsara el desarrollo del arte y la cultura de la sociedad potosina. En su realización participaron el gobierno del estado, así como diversas instituciones estales: Secretaría de Cultura, la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas, a nivel nacional el Conaculta, especialmente a través del Centro Nacional de las Artes y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. En el desarrollo del proyecto ejecutivo participaron diversos profesionales: en primer lugar, el ganador del concurso Alejandro Sánchez García y su equipo de colaboradores, así como especialistas en estructuras, iluminación, supervisión, acústica, mecánica teatral, entre otros. En otras palabras,

la realización de un proyecto de esta envergadura requiere, para obtener resultados positivos, un enorme trabajo de gestión, organización, coordinación entre participantes, así como recursos económicos, materiales y tecnológicos necesarios para su materialización. La idea era instalar en la ex penitenciaría un Centro de Artes y Cultura del estado que contemplara (Figuras 9, 10 y 11): […] un espacio dedicado a la profesionalización del sector artístico y cultural, a la creación de nuevas formaciones, al fomento de nuevos esquemas de formación-creaciónproducción-difusión-disfrute. Es el lugar donde se construyen los públicos para las artes, donde se forma a los promotores culturales del estado, de las casas de cultura y de los centros que atienden a las comunidades, el lugar que articula la formación en gestión cultural, tanto para los artistas como para el sector cultural de la entidad y aun de la región.6

Criterios generales de diseño El concurso tenía como objetivo fundamental seleccionar un anteproyecto que debería: “…responder a los requerimientos del Centro de las Artes detallados en el Programa Arquitectónico y observar el carácter de patrimonio histórico del inmueble original con base en la normatividad vigente en la materia” (Bases del concurso). Por su parte, el arquitecto Alejandro Sánchez comenta que la propuesta presentada en el concurso pretendía: “… liberar la ex penitenciaría, hacer que el edificio se liberara solito. Fomentar el arte y sacar la vibra de la cárcel era uno de los propósitos. Claro, sin alterar la imagen del edificio”. En 2010, el arquitecto Sánchez en una entrevista comentó sobre algunos de los conceptos que consideraron para desarrollar su propuesta: […] Se trata de un edificio de tipo panóptico muy interesante porque es un esquema radial que consiste en un

6. Gobierno del Estado de San Luis Potosí y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (gobslp-Conaculta), Centro de las Artes Centenario. San Luis Potosí, México, coedición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, 2009.

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Figura 9. Plano del proyecto de reutilización de la ex penitenciaría de San Luis Potosí, como Centro Estatal de la Cultura y las Artes (gobslp-Conaculta, op. cit.).


Lo curioso –y quizá eso fue una de las cosas que nuestro proyecto logró proponer con mucha claridad–, fue que una vez encontrada la solución, el edificio se fue volviendo muy viable para lograr estos espacios, con todo lo difícil para lograr mantener el edificio histórico –que era una premisa clarísima del inah– y, por el otro lado, lograr espacios con condiciones para que un Centro de las Artes funcione. Nos dimos cuenta de que el sistema constructivo del edificio era todo a partir de piedra de cantera tipo sillarejo, bloques de piedra dura de ese lugar que conforman la mayoría de los muros, era uno de los temas principales con los que teníamos que trabajar, partiendo de la unidad mínima del edificio para lograr la transformación. Entendiendo el sistema constructivo con esta piedra vimos que podíamos, literalmente, desarmar los muros y volverlos a armar en otro lado, es decir, se puede hablar de un concepto de juego de lego en el que quitas piezas y las pones en otro lugar.7

Figuras 10 y 11. Detalles del proyecto de reutilización de la ex penitenciaría de San Luis Potosí, como Centro Estatal de la Cultura y las Artes. Planta y corte de una crujía intervenida (gobslp-Conaculta, Ibid.).

patio central donde está la torre que funciona como un ojo que está observando, un esquema que funcionó mucho en Estados Unidos y en México, porque el mismo sistema era el de la Penitenciaría de Lecumberri. El reto fue transformar este edificio. La metáfora tan poderosa de transformar un lugar que sirvió para la represión y el castigo en un edificio que hoy representa todo lo contrario como la libertad, la promoción del arte,

Análisis del proyecto Un vez concluido el Centro, éste dispone de una oferta educativa de promoción y difusión cultural que incluye música, artes visuales, integración y literatura, tecnologías, artes escénicas (teatro, danza), laboratorio de diseño, contando para ello con talleres, galería multimedia, sala de cine, biblioteca especializada en bellas artes, foro al aire libre y una zona comercial, sin olvidar las áreas administrativas requeridas. La propuesta de restauración-reutilización implicó la incorporación de un programa arquitectónico que consideraba espacios diversos para actividades de tipo cultural, es decir: áreas de exposición, áreas para danza, áreas para teatro, para música, entre otras, que requieren superficies amplias, techumbres altas, bien iluminadas, con ventilaciones adecuadas y bien comunicadas para su acceso a servicios aledaños y relación con estos. La penitenciaría, por el contrario, disponía de espacios compartimentados, pequeños, aislados con iluminación y ventilación mínimas. ¿Cómo hacer que este programa, aparentemente incompatible “entrara” en un edificio cuyo carácter de “encierro” se pudiera reutilizar con un uso “abierto”?

las condiciones para que la cultura se dé en todo el sentido de la palabra…

7. Conaculta, Historia…, op. cit.

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Funcionamiento El proyecto recupera la estructura y disposición del inmueble para incorporar el nuevo programa intentando sacar provecho de las cualidades preexistentes del mismo. De manera lógica utiliza cada una de las cuatro secciones para dar cabida a las actividades que fueran más compatibles con el edificio patrimonial. Espacialidades En la primera sección que ocupaba el patio de acceso principal se alojaron, dentro de las crujías que rodean dicho espacio, las oficinas administrativas, así como locales de apoyo a la recepción de visitantes y servicios; se trata de recuperar ese sentido de “acceso, distribución y control” de este primer sector (Figura 12). De esta parte, llama la atención el diseño del patio, el cual fue “limpiado” por completo, quitando árboles, guarniciones y pisos existentes, para colocar un solo material (piedra) en toda su superficie. De esta manera se define un patio con circulación perimetral más alto y un espacio amplio al centro, más bajo, definido por una serie de escalones y plataformas que sirven simultáneamente como “bancas”. Se trata de un amplio espacio que permite usos múltiples (vestíbulo, foro, espacio para exposiciones y/o eventos). La segunda sección, la que conforma la planta en estrella con sus ocho crujías confinadas por el doble muro de seguridad, se destinó a las funciones sustantivas del centro. Destaca la idea de mantener la planta radial como el elemento de actividades educativas del lugar, es decir, donde se recluía a los internos, vocación fundamental de una penitenciaría, ahora es donde se desarrolla la formación en las artes, tarea de un centro de educación artística. Es importante recordar que antes de iniciar la obra sólo cuatro de las crujías tenían dos niveles con su pasillo central cubierto, mientras que las otras cuatro sólo fueron construidas en su primer nivel y, por lo tanto, el pasillo central nunca tuvo cubierta. El proyecto de intervención unificó la altura de dos niveles de los ocho pabellones no sólo como una forma de consolidar la estructura espacial exterior, sino también para agregar superficie y volumen adicional en las crujías inacabadas (Figuras 13 y 14).

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Figura 12. Plano de usos de las diferentes zonas del inmueble. Fuente: http://centrodelasartesslp. gob.mx/ceart/imagenes/ Contenido/MAPA_ CEART.png.

Este último aspecto es, desde nuestra perspectiva, uno de los grandes aciertos del proyecto, es decir, que tomó ventaja de las condiciones preexistentes para incorporar en los espacios inconclusos las actividades más demandantes de espacios amplios, bien iluminados y ventilados (incompatibles con el espacio compartimentado) y colocó las funciones menos intervencionistas en las crujías de dos plantas ya edificadas. De esta manera el museo de sitio se colocó en la crujía de acceso a esta


Figuras 13 y 14. El acceso principal al recinto se respeta en su totalidad. Las modificaciones significativas se dan en el interior. El patio principal de acceso se “limpia” dándole una vocación más versátil a este espacio para desarrollar diversos eventos del Centro. Fotografía: Francisco Soria.

sección, la que conecta con el primer patio, conservando este espacio casi intacto, precisamente como testimonio fiel de las condiciones originales de la penitenciaría. Es aquí donde se aloja la celda donde estuvo preso Francisco I. Madero. Las otras tres crujías de dos niveles albergan la biblioteca (crujía norte), el área de investigación junto con el área de canto (crujía sur), área de artes visuales en la sección diagonal suroeste y el área de música en la diagonal noroeste. Hay que destacar que la cubierta del área de artes visuales fue sustituida por dos razones fundamentales: una, que era de concreto armado (concluida en mitad del siglo xx), su intervención fue de poco valor; dos, para incorporar la luz cenital en el desarrollo de las actividades correspondientes. De esta manera se integra un segundo piso a cuatro de las crujías, intervención que respeta el volumen y trazo general de la planta baja, pero se diferencia por tener muros de concreto aparente. Este diseño genera una divergencia entre ambos cuerpos, pero a la vez da continuidad a la pesadez y dominio del macizo sobre el vano que caracteriza a la arquitectura de la antigua cárcel. No se buscó en ningún momento mimetizar lo nuevo con lo antiguo, pero sí establecer una armonía entre ellos y enfatizar el diseño de estrella. En el espacio central se respetó la torre de vigilancia y buena parte de los árboles existentes. Se trata de un espacio de distribución que da acceso a cada una de las crujías, pero también permite entrar a los patios triangulares que se generan entre las crujías y el muro perimetral. La torre sirve de mirador al conjunto.

Cada crujía se diseñó para albergar una función diferente y, por lo tanto, su distribución interior varía, desde el intacto museo de sitio hasta la amplitud del espacio central de la escuela de danza, con diferentes grados de “modificación” en los espacios compartimentados de las que fueron las celdas de presos. Esto último es el siguiente motivo de gran interés en la toma de decisiones del proyecto de reutilización. Como ya señalábamos, estos espacios individuales, pequeños y aislados entre sí iban en contra de los espacios del programa cultural. Los diseñadores requirieron abrir en diversos grados este espacio demoliendo los muros divisorios entre celdas y, en ocasiones, sus bóvedas. Sin embargo, con el fin de mantener las “huellas” o trazos originales se decide “explotar” dichos muros y que se desplacen hacia los patios triangulares. Esto último se hace de manera “literal”, es decir, los muros son desmontados y rehechos en el área exterior con la misma piedra, siguiendo el trazo interior e integrándose al diseño paisajístico de los jardines. En algunos de los espacios interiores parte de los muros se dejan, a manera de contrafuertes, para no eliminar totalmente su presencia física; en otros se deja huella en el piso mediante el uso de cenefas. Además, vale la pena destacar que esta “explosión” de muros al exterior se da sobre todo en el centro de la crujía, conservando hacia los extremos de la misma dos o tres celdas para alojar espacios de apoyo como vestidores, bodega y/o cubículos. Esto último permite mantener, desde el espacio central de la estrella y en el acceso a cada crujía, el carácter general del espacio carcelario original.

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Figuras 15 y 16. Los cambios más drásticos se dan en las crujías inconclusas (de un nivel) donde se agrega una cubierta para definir el volumen de dos niveles, aunque en el interior hay espacios de doble altura. En el tramo central de las crujías se desmontan totalmente las celdas para dar cabida a los espacios que demandan las escuelas de danza, baile, teatro. Fotografía: Francisco Soria.

Los espacios donde se agrega el segundo nivel son muy dinámicos, con amplios espacios, dobles alturas, iluminación cenital, grandes ventanales que se abren a los patios laterales, generando, sin duda, una nueva espacialidad acorde al uso presente, pero que se “monta” y destaca a lo antiguo, poniendo en valor el trazo fundacional como eje de la composición general (Figuras 15 y 16). En la tercera sección, en la parte oriente del predio donde se localizaba el patio de recreación y los servicios de comedor de la penitenciaría, se instaló un foro al aire libre en su costado norte y en la porción sur se incorporó un teatro experimental el cual se monta sobre la antigua estructura del comedor. En cuanto al espacio confinado por los dos muros perimetrales que conformaban el cinturón de seguridad del área de presos, no se alteró mayormente; si acaso se hacen evidentes algunos vanos que se abren desde los patios para dar acceso a este pasillo. Se trata, en realidad, de un espacio opresivo, austero y dedicado a la contemplación y, quizá, a la memoria de lo que fue de origen este inmueble: un centro de reclusión y aislamiento del mundo exterior. El recorrido de usuarios y visitantes por el conjunto concluye en la tercera sección del inmueble, en lo que fue el patio de recreo se incorporó un amplísimo foro al aire libre. Se trata de un gran espacio pétreo tanto en muros como en pisos que recupera ese aire de aridez o sobriedad que caracterizó a la ex penitenciaría. Así mismo en el patio contiguo al foro, donde se ubicaban el comedor, cocina y panadería, se incorporó un pequeño teatro experimental

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de planta cuadrada. Se trata de un diseño que invade un espacio abierto, al contrario del criterio anterior de ir recuperando los espacios abiertos invadidos por el penal. Aspectos técnicos Un proyecto de intervención que incide fuertemente en el inmueble patrimonial utiliza una combinación de materiales y sistemas constructivos. Por un lado, los elementos que se conservan como muros, bóvedas, entrepisos, en buena medida continúan con materiales iguales o muy similares a los originales (Figuras 17 y 18). Llama la atención que a pesar del paso del tiempo la gran mayoría de muros y elementos de cubiertas de la ex penitenciaria estaban, aunque con fuertes problemas de mantenimiento, en condiciones de recuperar su capacidad de trabajo con acciones de restauración relativamente simples. Por otro lado, los elementos nuevos a integrar pretenden justo eso: que sea evidente que son de reciente creación. Así, los muros de segundos niveles son de concreto, también de gran presencia tectónica que se diferencia de los muros de piedra en color, textura y comportamiento estructural pero que dialoga y se integra en cuanto a masividad, continuidad, dimensiones, alineamiento, altura. De esta manera, los nuevos muros y cubiertas se integran al recuperar y reforzar el partido arquitectónico de estrella, tanto en planta como desde el punto de vista volumétrico dándole una sensación de integridad al conjunto. Serán los acabados y complementos como cancelería y carpintería los que marquen las grandes diferencias.


Figuras 17 y 18. El proyecto mantiene en los extremos de las crujías de reos algunas de las celdas que son aprovechadas para albergar vestidores, cubículos o locales de apoyo. Al centro de cada cuerpo se desmontan dichas celdas para absorber el nuevo uso, aunque en el caso de la galería se dejan tramos de los muros para mantener parte del esquema compartimentado. Fotografía: Francisco Soria.

Pisos de piedra con piezas rectificadas que contrastan con las piedras burdas y semilabradas originales; duelas y cerámicas que se incorporan para usos específicos y que cambian texturas y cromáticas anteriores, generando una nueva lectura del espacio. Cancelería de aluminio mínima y vidrio templado que intenta dar mayor transparencia al otrora espacio de encierro; son elementos que destacan en puntos específicos y que relacionan mejor los interiores con los exteriores. Mención aparte merece el tema de las instalaciones. La iluminación es sin duda alguna el elemento protagonista del nuevo uso, no sólo por dotar a cada espacio con elementos necesarios para iluminar zonas de acuerdo a usos específicos (rieles con reflectores en galería, lámparas fluorescentes en biblioteca, reflectores y spots en el área de teatro, iluminación ambiental en patios, entre otras muchas), sino por generar una nueva lectura de varios de los espacios exteriores. En este sentido se dota de una iluminación de colores automatizada que permite, de noche, pasear por los patios, el foso perimetral o el otrora patio de recreo con luces multicolores que permiten una nueva percepción de este espacio arquitectónico.

nado inmueble. En términos generales, la respuesta de la intervención ha tenido un balance muy positivo, de ahí el interés en este texto de reflexionar sobre los aspectos proyectuales y su impacto en la percepción subjetiva; sin embargo, también es cierto que el éxito de un proyecto va más allá de lo arquitectónico, en este caso también interesa el proyecto cultural, es decir, la apuesta a la difusión y formación artística, el factor turístico, que entre otros aspectos abonan a generar miradas y expresiones de agrado al conjunto monumental (Figuras 19 y 20). En todo caso es importante dejar constancia de opiniones y experiencias en torno a este proyecto de reutilización. En este sentido, un primer elemento a destacar es el impacto positivo que la intervención ha tenido en la escala urbana. Desde luego no se trata sólo de este conjunto, pero el papel que el ceca ha jugado en la última década para mejorar la percepción de los habitantes es indudable: Esta transformación, afirman los vecinos más cercanos a la antigua prisión porfirista (sobre todo los del barrio de San Juan de Guadalupe), modificó el ambiente que para ellos resultó por muchos años incómodo y, que según sus dichos, siempre los mantuvo preocupados por la

La vivencia del espacio Un aspecto que resulta indispensable evaluar tiene que ver con la experiencia de uso del lugar arquitectónico. Es indudable que los autores del proyecto parten de una serie de criterios e intenciones, sin embargo, son los usuarios quienes experimentan de diversas maneras un determi-

posibilidad de violencia en la cárcel y aun cuando supieran de la presencia del cuartel militar y las propias características de la fortaleza, del edificio carcelario. Hoy en día, en lugar de ser un sitio de repulsión social, la antigua Penitenciaria del Estado se ha convertido en un atractivo de la zona al que acuden, incluso, regularmente para

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Figuras 19 y 20. En el patio central de trazo octagonal se encuentra la torre de vigilancia, ahora de un color llamativo convirtiéndose ésta en el centro de atracción visual; es el elemento al que se mira, ya no tanto desde el que se mira. Todas las crujías son ahora de dos niveles, se refuerza la simetría de la composición y se da equilibrio volumétrico al conjunto al igualar alturas. Sin embargo, los accesos a cada crujía mantienen sus diferencias, no se trata de homogenizar, sino de equilibrar. Fotografía: Francisco Soria.

presenciar algunas de las actividades artísticas que allí se llevan a cabo. En el mismo sentido, podríamos advertir la repercusión positiva de esta intervención arquitectónica en el ámbito de la conservación patrimonial del espacio urbano y arquitectónico de la calzada en su conjunto, impulsando la puesta en valor de las diversas construcciones que conforman el entorno inmediato de

futura, donde lo existente se transforma sólo por el hecho de adquirir nuevos significados. En este sentido Eduardo Vázquez narra la polémica entre el proyectista y el inah en torno a quitar la torre de vigilancia (para transformar de cárcel a espacio cultural no vigilado) o dejarla (para conservar la memoria histórica de ese elemento. Para Vázquez, sin embargo:

la antigua penitenciaría, tanto del tipo civil como las edificadas para la función militar y religiosa.8

… esta pieza puede ser en verdad valiosa si sirve no para vigilar sino para observar (…) el reto consiste en trans-

Quienes juzgaron la propuesta inicial, destacaban “… la determinación con la que se inclinaba el proyecto por una comunicación franca entre los ámbitos exterior e interior del conjunto ex penitenciario…”,9 logro alcanzado a pesar de que la tipología carcelaria del edificio era muy poco flexible. Como en todo proyecto arquitectónico existen diversas posturas y soluciones para resolver un determinado espacio, pero en el caso de la reutilización la preexistencia tiene un valor precargado, nos referimos a la memoria que imprime o condiciona el proceso de diseño que, simultáneamente, puede tener un valor agregado, de visión

8. Ramón Moreno Carlos, “La Calzada de Guadalupe o Avenida Benito Juárez: Un espacio donde han convivido la tradición y la modernidad en San Luis Potosí”, en Revista Col. San Luis, San Luis Potosí, vol. 3, núm. 5, junio de 2013, pp. 308-318. En www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_ arttext&pid=S1665-899X2013000100014&lng=es&nrm=iso (Consultado el 06/07/2019). 9. Víctor Jiménez, “Vieja arquitectura, nuevas funciones: del encierro a la libertad”, en Centro de las artes Centenario. San Luis Potosí, México, coedición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, 2009, p. 74.

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formar la visión panóptica: de un punto de vigilancia monopolizado, a una perspectiva de amplia observación colectiva...10

Reflexión conceptual Permanencias El proyecto de reutilización se caracteriza por un respeto hacia el partido arquitectónico original. Cada una de las tres secciones conserva buena parte de su conformación inicial y trazo de planta en todo su perímetro exterior. Así mismo el volumen y alturas de los elementos originales mantienen su jerarquía en relación con los elementos de nueva planta que, por otro lado, se restringe al tercer patio con una presencia relativamente menor. Aunque en el interior de las crujías los muros interiores de las celdas fueron eliminados físicamente en un alto porcentaje, por las razones ya expuestas, se buscó la

10. Eduardo Vázquez Martín, “La metamorfósis de un panóptico”, en Centro de las artes Centenario. San Luis Potosí, México, coedición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, 2009, p. 108.


Figuras 21 a 23. El trabajo paisajístico de los patios triangulares que el trazo radial genera es de gran interés. Cada espacio tiene un diseño particular. Es importante destacar que el diseño de los jardines y/o elementos paisajísticos recupera como elemento de trazo a los muros de las celdas desmontadas, para “rearmarse” al exterior y no desaparecer totalmente este ritmo tan repetitivo. Incluso el material desmontado es reciclado en el diseño del paisaje. Fotografía: Francisco Soria.

manera de mantener su huella mediante estrategias proyectuales como son las texturas en pisos, mochetas en zonas de galería e incluso su reciclaje en el exterior y como base del trazo de los jardines (Figuras 21 a 23). Igual interés tiene la postura de “completar” la estrella en dos niveles, dando no sólo escala, continuidad y equilibrio visual a esta sección otrora inconclusa, sino que propone una nueva lectura de orden y composición. El proyecto de intervención fue todo un reto, pues se trataba de operar en un espacio que de entrada requería de criterios poco ortodoxos para conservar un edificio patrimonial de alto valor histórico y de una configuración arquitectónica bastante rígida. Transformaciones y/o modificaciones Por supuesto que los principales cambios se dan en las crujías inconclusas, ya que, por un lado, había la necesidad de abrir el espacio interior compartimentado y, por el otro, se requería la ampliación de superficie y volumen para complementar las nuevas áreas destinadas a las diversas actividades culturales. Sin duda, esta transformación contribuyó a dar un equilibrio a la composición arquitectónica, un balance adecuado y evidente entre lo antiguo y lo nuevo. En este mismo sentido las cubiertas de las crujías tienen una presencia relevante al seccionarse con la idea de incorporar más luz, transformando así la lectura del espacio interior que, combinado con algunas dobles alturas, modifica radicalmente varias de las secciones centrales de dichas crujías.

Incorporaciones Así mismo se adicionan elementos nuevos que “invaden” ciertos sectores, como es el caso del teatro experimental que “engulle” al comedor y cubre parte del patio de recreo. La ubicación de este elemento nuevo no es gratuita, pues se coloca en un tercer plano, con intención no sólo de ocupar un espacio abierto que pudiera absorber el nuevo edificio, sino también para que compita poco con la sección de crujías, la verdadera estrella o protagonista del conjunto. El proyecto no ha sido concluido en su totalidad; como casi siempre, ya sea por necesidades de financiamiento o por decisiones políticas, las obras se inauguran incompletas y se van complementando con el tiempo. Éste es el caso de las dos secciones adyacentes al patio principal de acceso. Al costado sur la antigua sección de mujeres, un inmueble de cuatro crujías dispuestas en planta formando una cruz griega con un espacio cuadrangular al centro, se

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Figura 24. El teatro polivalente propuesto en el proyecto original se terminó hacia 2015, tratándose de una estructura que se “monta” sobre el antiguo comedor que es utilizado como vestíbulo de acceso. Fuente: http://elheraldoslp.com.mx/wp-content/uploads/2015/09/L27.jpg.

intervino apenas hace un par de años alojando el museo Leonora Carrington, que se inauguró en 2018, aplicando criterios similares en cuanto a contraste entre la preexistencia y lo nuevo que se incorpora (proyecto que el arquitecto Sánchez no llevó a cabo). La sección al norte del patio principal, que alojaba la sección de jóvenes, ya demolida, permanece desierta, un amplio espacio abierto delimitado por los altos muros de piedra de la ex penitenciaría está a la espera de ser aprovechado para complementar las actividades del ceart. Conclusiones La creación de este centro cultural, sin duda alguna, es una de las intervenciones en el patrimonio más importantes de los últimos años y resulta muy significativa por el grado de innovación que se permitió. Se aleja de las intervenciones más conservadoras que, si bien se entienden como necesarias para mantener en las mejores condiciones de autenticidad e integridad a los inmuebles de carácter histórico, también es cierto que debemos empezar a generar propuestas más dinámicas para utilizar nuestros espacios que les garanticen no sólo una nueva vida sino, esperemos, una larga vida.

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La ex penitenciaría tenía varias dificultades para su rescate e intervención. Por un lado, se trataba a todas luces de un edificio totalmente obsoleto para cumplir con su función original y, al mismo tiempo, era un testimonio histórico a conservar. Por su relevancia, su intervención y mantenimiento implicaba una inversión enorme de recursos públicos que debían tener un alto beneficio social para el estado (Figura 24). La decisión inicial de uso y destino representaba, en principio, una clara contradicción o incompatibilidad entre la preexistencia y la prefiguración de un espacio cultural: “del encierro a la libertad”. A pesar de lo anterior, el proyecto arquitectónico de reutilización logró, desde nuestra perspectiva, un adecuado equilibrio entre el espacio existente y el lugar que se genera. Mantiene y refuerza la estructura existente, consolidando el partido y trazo general que caracteriza el inmueble, alterando poco o nada dimensiones de patios, de crujías y de muros envolventes. No altera las relaciones básicas de cada una de las secciones; propone espacios divididos, bien diferenciados, con filtros y barreras que interrumpen el recorrido. Por otro lado, diferencia los nuevos componentes con su materialidad y, por supuesto, con su espacialidad, pero se genera, al mismo tiempo, un fuerte


lazo entre ambos, mediante la repetición de elementos compositivos como la masividad, la textura aparente de los materiales, el uso restringido de vanos en los nuevos cuerpos en ritmo con los existentes, todo con un carácter austero en el exterior. En contraste, a excepción del museo de sitio y biblioteca, los interiores son de un gran dinamismo espacial y lumínico en consonancia con ese nuevo uso donde las artes requieren amplitud, libertad y transparencia. Son los espacios exteriores, patios, los que probablemente han tenido la mayor transformación. El patio principal, llamado Centenario se viste de piedra, generando un espacio cromáticamente continuo en su superficie que se rompe con líneas sutiles que generan los escalones y plataformas. Es curioso cómo en el patio anterior más poblado de árboles, de texturas y materiales diferentes para marcar andadores y jardineras, estos fueron borrados. Son ahora las personas en constante movimiento quienes ocupan dicho espacio cuya amplitud física y visual sirve para generar usos diversos. Otra muestra son los patios triangulares entre crujías, todos de gran elaboración paisajística, en realidad temática, que intenta dar identidad y personalidad a cada uno de los espacios abiertos; así como las crujías ahora albergan la diversidad (borrando la indiferencia hacia los antiguos moradores), estos espacios aledaños pretenden extender, casi derramar, ese dinamismo espacial interior hacia el exterior. La memoria del lugar anterior se mantiene con gran fuerza y se logra, al mismo tiempo, aportar nuevas lecturas y paisajes en la arquitectura del lugar, se crea ese conservar y transformar que debe caracterizar a la reutilización arquitectónica de nuestro patrimonio edificado, un claro reflejo de temporalidad: espacio conservado y espacio enriquecido. Fuentes consultadas Caro Pozo, Felipe, “Arquitectura penitenciaria: desde su génesis a las nuevas tecnologías de investigación criminal”, en Revista electrónica Letralia tierra de letras, Año xvi, núm. 263, 19 de marzo de 2012, Venezuela. En www.letralia.com/263/ensayo01.htm. C onaculta , Historia, página oficial del caslpc , cna , Gobierno del Estado, 2010. En http://centrodelasartes

slp.gob.mx/home/ceart/historia/ (Consultado el 10/06/2011). García Ramírez, Sergio, “El sistema penitenciario. Siglos xix y xx”, en Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Nueva Serie, Año xxxii, núm. 95, mayo-agosto, 1999. En www.juridicas.unam.mx/publica/rev/indice.htm? r=boletin&n=95. Gobierno del Estado de San Luis Potosí y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (gobslp-Conaculta), Centro de las Artes Centenario. San Luis Potosí, México, coedición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, 2009. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (infdm), Enciclopedia de los Municipios de México, Estado de San Luis Potosí. Historia, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2005. En www.e-local.gob. mx/work/templates/enciclo/sanluispotosi/hist.htm. Jiménez, Víctor, “Vieja arquitectura, nuevas funciones: del encierro a la libertad”, en Centro de las artes Centenario. San Luis Potosí, México, coedición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, 2009. Moreno Carlos, Ramón, “La Calzada de Guadalupe o Avenida Benito Juárez: Un espacio donde han convivido la tradición y la modernidad en San Luis Potosí”, en Revista Col. San Luis, San Luis Potosí, vol. 3, núm. 5, junio de 2013, pp. 308-318. En www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-899X20130001 00014&lng=es&nrm=iso (Consultado el 06/07/2019). V ázquez M artín , Eduardo, “La metamorfosis de un panóptico”, en Centro de las artes Centenario. San Luis Potosí, México, coedición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, 2009. Villar Rubio, Jesús V., El centro histórico de la ciudad de San Luis Potosí y la obra del ingeniero Octaviano Cabrera Hernández, San Luis Potosí, Facultad del Hábitat, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2000. En http://mapserver.inegi.gob.mx/geografia/espanol/ estados/slp/imgs24/slpcen.pdf.

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La vivienda indígena en la zona norte del Valle del Mezquital, Hidalgo ROMUALDO LÓPEZ CALLEJAS Departamento de Síntesis Creativa UAM Xochimilco romualdocallejas@hotmail.com Arquitecto egresado de la uam-x. Maestro en Ciencias y Artes para el Diseño en el Área de Conservación del Patrimonio Cultural en la uam-x, egresado en 2015. Becario del Programa de Becas de Posgrado para estudiantes Indígenas (ciesas-cdi-Conacyt). Especialista en diseño de vivienda, equipamiento e infraestructura sostenible así como en gestión municipal para poblaciones indígenas.

LUIS FERNANDO GUERRERO BACA Departamento de Síntesis Creativa UAM Xochimilco luisfg1960@yahoo.es Arquitecto egresado de la uam-a, Maestro en Arquitectura con especialidad en Restauración, egresado de la ENCRyM-inah. Doctor en Diseño por la uam-a. Profesor investigador y Jefe del Área en Conservación y Reutilización del Patrimonio Edificado en la uam-x. Miembro de la Red Iberoamericana proterra y de la Cátedra unesco “Arquitectura de tierra, culturas constructivas y desarrollo sostenible”. Especialista en arquitectura histórica y tradicional de tierra. Ambos autores son integrantes del Posgrado en Ciencias y Artes para el Diseño, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, Ciudad de México.

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El artículo se centra en el estudio de las relaciones entre la vivienda indígena de tres comunidades de las áreas montañosas que rodean al Valle del Mezquital y su entorno natural y cultural. Se revisan los componentes tipológicos que han permanecido durante siglos, pero se cuestionan las alteraciones que han sufrido en años recientes a consecuencia de la migración y de la instauración equivocada de programas institucionales de apoyo a la vivienda. Palabras clave: vivienda, arquitectura, comunidad, indígena, sostenibilidad.

This article focuses on a study of the relationships between the indigenous housing of three communities in the mountainous areas surrounding the Mezquital Valley, and their natural and cultural environment. We review the typological components that have persisted for centuries, but also examine the alterations this housing has undergone in recent years as a result of migration and of the misguided establishment of institutional housing support programmes. Keywords: vernacular architecture, Hñähñú culture, sustainability.


Introducción La arquitectura indígena que se conserva en nuestro país posee una gran riqueza patrimonial, producto de una genealogía que se remonta a siglos anteriores a la llegada de los españoles. Además, es muestra clara de adaptación al medio natural a partir del uso sostenible de los recursos del entorno.1 El caso de las viviendas desarrolladas por comunidades de tradición hñähñú, más comúnmente conocida como otomí, en la zona norte del Valle del Mezquital, resulta muy interesante por la continuidad en el uso de materiales locales asociada a la vida tradicional. Sin embargo, aunque todavía manifiestan muchos de sus rasgos vernáculos, actualmente se encuentran en una aguda condición de vulnerabilidad pues en poco tiempo han sufrido alteraciones en sus viviendas que ponen en riesgo su permanencia. A pesar de que existen diversos estudios previos sobre la arquitectura de la región, la mayoría se ha interesado por la vivienda realizada con pencas de maguey,2 debido a su singularidad constructiva. Sin embargo, la arquitectura de la zona norte no ha sido adecuadamente documentada ni valorada, lo que, aunado a la transculturación regional derivada de la migración y la aplicación errónea de programas institucionales de vivienda, está provocando su paulatina desaparición. Los datos que se presentan en este texto provienen del estudio de tres comunidades ubicadas en una zona montañosa del valle donde, a diferencia del resto de una comarca caracterizada por la aridez de su paisaje, predominan condiciones de bosque mixto que han permitido el desarrollo de estructuras constructivas muy adecuadas a las necesidades socioculturales y bioclimáticas locales.

1. Luis Guerrero, “Sostenibilidad y conservación del patrimonio edificado”, en Revista Palapa, vol. iii, núm. 1, 2015, pp. 73-84. 2. Véase: Luigi Tranfo, Vida y Magia en un pueblo otomí del Mezquital, México, Instituto Nacional Indigenista, 1974; Valeria Prieto y Sonia Carrillo, Vivienda campesina en México, México, Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, 1978; Francisco J. López Morales, Arquitectura Vernácula en México, México, Trillas, 1993; Fernando Cervantes Mendoza, La transculturación y su impacto en los esquemas compositivos y formales del diseño arquitectónico, Vivienda del Valle del Mezquital, Tesis de maestría, México, unam, 2008.

Figura 1. El diseño tradicional de la vivienda ha permanecido prácticamente inalterado desde la época precolombina. Fotografía: Romualdo López, 2014.

La subregión del Alto Mezquital tiene un clima templado subhúmedo que se caracteriza por la presencia de bosques de encino, piñón y enebro en la parte alta de las montañas. Por su altitud (Los Lirios 2100 msnm, El Tedra a 2340 msnm y el Huizache a 1940 msnm) el grado de humedad es comparativamente más elevado que en el resto del valle, pues las montañas concentran la nubosidad que suele fluir desde el este y el norte (Figura 1). Las actividades económicas regionales se sustentan en la agricultura de temporal concentrada en el cultivo de maíz, frijol, papa y cebada. Otra fuente de recursos, en menor escala, se deriva de la cría de ganado vacuno, ovino y caprino para venta y autoconsumo. Las comunidades de Los Lirios y El Tedra cuentan con una red de agua potable, que se extrae de manantiales ubicados en las faldas montañosas, aunque aún existen familias sin el servicio de agua entubada. El Huizache no cuenta con red de agua potable y los habitantes tienen que acarrearla desde un pequeño manantial. Las condiciones de acceso a la región son poco favorables, ya que se comunica por medio de estrechos caminos de terracería. La comunidad de El Huizache se encuentra especialmente aislada porque la topografía dificulta el trazo de rutas adecuadas. Sin embargo, esta condición ha permitido la conservación de componentes constructivos muy poco alterados, que dan cuenta de los rasgos originales de la arquitectura regional. Las comunidades indígenas sostienen todavía una relación armónica entre la naturaleza y el ser humano a través de sus actividades económicas, culturales, políticas

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Figura 2. Vivienda indígena en la comunidad de El Tedra, construida con madera de enebro y cubierta con la corteza del mismo árbol. Fotografía: Romualdo López, 2014.

y lingüísticas, que se encuentran en expresiones visibles como la permanencia del uso de la lengua hñähñú, la vestimenta, la elaboración de artesanías y la alimentación. Pero, al igual que sucede en el resto del país, estos componentes culturales se han visto fuertemente afectados en fechas recientes. Según Lastra, el porcentaje de población otomí en el municipio de El Cardonal en el año 1990 era de 66 personas, y en 2000 de sólo 59.3 En la vida comunitaria se generan las condiciones favorables para el uso, transmisión y fortalecimiento de las lenguas y culturas indígenas; empero, la pobreza, la desigualdad y la marginación obligan a sus habitantes a migrar con la expectativa de mejorar sus condiciones de vida. Se trasladan a lugares en donde el dominio del español es amplio y la lengua indígena es relegada hacia la negación y el olvido (Figura 2). La vivienda tradicional El espacio destinado a la habitación de la casa indígena típica se construye utilizando como únicas herramientas 3. Yolanda Lastra de Suárez, Los otomíes: su lengua y su historia, México, unam, 2006.

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un hacha, un machete y un martillo. Tiene forma rectangular con superficies que van de los 10 m2 a los 25 m2, con estructura y muros de madera, techo de corteza de enebro de cuatro aguas.4 No tiene ventanas, por lo que la iluminación y ventilación se consiguen a través del vano de acceso que suele tener dimensiones pequeñas, alrededor de 1.50 m × 0.70 m. Las puertas se elaboran con tablas clavadas o amarradas. Los pisos son de tierra apisonada, los muros se colocan sobre bases de piedra y se recubren interiormente con lodo combinado con pasto seco para cerrar los huecos y controlar la temperatura interior. Esta habitación, la cocina y la letrina son los únicos espacios techados pues las principales actividades de la vida cotidiana se desarrollan al aire libre. Existen varias zonas de usos múltiples colindantes con la habitación y rodeadas por las áreas de cultivo, así como corrales hechos de palos de encino, enebro o de quiotes. Los predios están delimitados por magueyes, nopales y algunos árboles (Figura 3).

4. Luigi Tranfo, Vida y Magia en un…, op. cit., p. 109.


4.31

Latas (madera de las de 5 m)

Horcón

3.00

Planta arquitectónica cocina

Sistema estructural de vivienda Cubierta de lámina de zinc

Cubierta (corteza de enebro)

Columna (horcón de madera)

Muro (baras de madera)

Muro (baras de madera)

Escalón de madera

Estructura para amarre de la madera

Estructura para amarre de la madera

Fachada principal

Fachada lateral

COCINA

4.73 Travesaño

Bodega

Tablas de madera Área de descanso

Puerta de la troje

3.50

Viga de madera

Tinacal

1.40 3.20

1.84

Planta arquitectónica

Plano estructural

La Troje

Fachada principal

Vivienda controje al interior

RECÁMARA Y ANEXO

VIVIENDA INDÍGENA Comunidad de El Tedra

Figura 3. Planos de los componentes de una vivienda indígena de la comunidad de El Tedra. El espacio de la cocina se separa del área descanso. Planos: R. López, 2014.

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Los techos tradicionales tenían cuatro aguas, pero paulatinamente la arquitectura se ha ido transformando de manera que las secciones del claro corto de las cubiertas se hacen verticales convirtiéndose en una especie de frontón y la cubierta de los claros largos es a dos aguas. Los cuatro paños del techo se cubren con hileras de corteza de enebro cortadas en rajas que se atan a largueros para conformar faldones. Estas placas se sobreponen a una estructura de vigas o morillos perpendiculares que trasmiten las cargas a los horcones que soportan al sistema constructivo. La obtención de la corteza de enebro se efectúa bajo una lógica que podríamos calificar como plenamente sostenible. El árbol no se corta sino que se descascaran franjas horizontales en forma de anillos distribuidos a una distancia aproximada de 60 cm a lo alto del tronco. Se extraen con mucho cuidado para no lastimar al árbol y en los tramos intactos de manera intercalada paulatinamente vuelve a crecer una nueva capa de corteza, de manera que el árbol no se seca. El interior de la zona habitable es sencillo y, por lo general, sólo se utiliza como espacio para estar, orar y dormir. En su interior suele haber una o dos camas con base de madera, un pequeño ropero, una mesa en la que se coloca la televisión o el aparato de radio, uno o dos bancos de madera y un altar con imágenes y pequeños ramilletes de flores. Existe una pequeña y erguida escalera de madera que permite el acceso a la troje que, a manera de tapanco bajo los aleros del techo, permite almacenar granos y aperos de labranza, además de formar una cámara de aire que mantiene estable la temperatura de la habitación.5 La cocina suele estar en un volumen independiente a la habitación, pero siguiendo los mismos patrones de diseño y construcción. Tiene un fogón en alto, debajo del cual se coloca la leña para mantenerla seca. El mobiliario se reduce a una pequeña mesa, sillas de madera o unas secciones de troncos utilizados para sentarse. Hay un molino de mano y utensilios de cocina que se guardan en una cubeta o en un pequeño mueble colgado de las paredes. Las ollas y otros enseres también se mantienen colgados por higiene (Figura 4).

Alteraciones constructivas A pesar que durante siglos estas sencillas viviendas han logrado satisfacer las necesidades de habitabilidad, gracias al manejo sostenible de recursos locales como la tierra, la piedra, la madera y la corteza del enebro, en fechas recientes han sufrido cambios en su configuración y materialidad, a consecuencia de la incorporación de sistemas constructivos industrializados. Al igual que ha sucedido en la mayor parte del territorio nacional, la migración de los pobladores hacia zonas urbanas o a los Estados Unidos de Norteamérica, ha provocado la llegada de recursos económicos extraordinarios que propician la compra de materiales comerciales. Asimismo, la imagen de las viviendas urbanas que se reciben a través de la televisión, genera aspiraciones ajenas a las formas de vida tradicional.6 Luego entonces, la vivienda de estas comunidades manifiesta cambios en su estructura y diseño de acuerdo con las nuevas formas de vida, que normalmente no persiguen más que la satisfacción de necesidades creadas. De este modo se genera una idea de modernidad que se sobrepone a la tradición y que conduce al olvido e incluso al rechazo de la cultura propia. Los cambios suelen manifestarse como una adecuación material y formal de la arquitectura pero en realidad impactan aspectos de la vida comunitaria, de la educación, la salud, los usos sociales y simbólicos de los espacios, así como la relación de las tradiciones indígenas con el entorno natural (Figura 5). Otro factor radical que incide en la alteración y pérdida de las culturas constructivas indígenas se deriva de los apoyos gubernamentales, que se reciben a través de instancias federales, estatales y municipales. Aunque los programas de fomento a la vivienda tienen como uno de sus fines el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades, la forma en que estos se llevan a cabo presenta diversos problemas entre los que destaca la falta de conocimiento de las necesidades reales de las localidades y de su cultura material e inmaterial. Se trata de programas diseñados desde el escritorio de oficinas de gobierno que brindan soluciones genéricas

5. Luis Guerrero, “Comportamiento sísmico de viviendas tradicionales de adobe, situadas en las faldas del volcán Popocatépetl”, en Revista Gremium, vol. 6, núm. 11, México, 2019, pp. 104-117.

6. Luis Guerrero, “La vivienda vernácula en Tlaxcala, México”, en Viñuales, Graciela (Ed.), Arquitectura vernácula iberoamericana, Sevilla, Universidad Pablo de Olavide, 2013, pp. 16-31.

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Figura 4. Interior de una cocina en El Tedra donde se observa el orden en el acomodo de los utensilios. Fotografía: R. López, 2014.

Figura 5. Vivienda en la comunidad de El Huizache, construida con madera, pero cuyo techo de corteza ha sido cambiado por láminas de asbesto y zinc. La casa fue dotada con un panel solar para generar energía eléctrica. Fotografía: Romualdo López, 2014.

bajo el supuesto de que “todas las comunidades de escasos recursos son iguales y tienen las mismas necesidades”. Programas como el de “pisos firmes”, dotaciones de láminas de zinc, bloques de cemento, “baños ecológicos” o “mejoramiento de cocinas”, modifican radicalmente la forma y función de la vivienda y, sobre todo, impactan en la pérdida de las tradiciones locales y la trascendencia de las culturas constructivas, creando dependencia de soluciones industrializadas. Algunas instituciones de gobierno aparentemente más sensibles a la singularización de la vivienda tradicional de origen indígena, han generado proyectos que parten de la misma premisa de la estandarización. Se percibe superficialmente a las comunidades indígenas, y se desarrollan propuestas con tipologías “adecuadas” a distintos climas. Un ejemplo de estos procesos surgió de la colaboración entre el Instituto Politécnico Nacional, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y el Fondo Nacional de Habitaciones Populares, en el que, bajo el concepto de “Vivienda Indígena con Identidad”, se diseñaron propuestas para zonas en distintas regiones del país (Figura 6). Se realizaron propuestas para climas semicálido subhúmedo con lluvias en verano, semifrío subhúmedo con lluvias en verano y semiseco. Las comunidades de Los Lirios y El Tedra fueron “beneficiadas” con estos programas, pero como era de suponerse, las propuestas no tomaron en cuenta condicionantes fundamentales del entorno natural como la topografía, dirección de los vientos, la vegetación, las orientaciones y el asoleamiento. Pero además, como no se realizaron estudios sobre la forma de vida local, se propusieron espacios con un enfoque predominantemente urbano con componentes como pórticos, ventanas, cocinas, baños y techos planos, totalmente desvinculados de las actividades locales. La tipología de las viviendas construidas en ambas comunidades fue la misma (Figura 7). Y como si estos problemas no fueran suficientemente graves, se pasaron por alto los recursos locales disponibles para proponer la introducción de materiales de construcción de origen industrial, de mala calidad y difíciles de reparar para sus habitantes. De esta forma, no sólo se dejan sin resolver necesidades básicas de la población sino que se trastoca su ideología y valores culturales, creán-

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Figura 6. Proyecto “Vivienda indígena con identidad” (cdi, Fonhapo e ipn, 2013).

Figura 7. Construcción de vivienda de block en la comunidad de El Tedra. Fotografía: Romualdo López, 2014.

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dose dependencia de materiales constructivos externos que resultan costosos y que, para su producción y traslado, generan un elevado impacto ambiental. Reflexiones finales En los momentos actuales en que se pone en boga la preocupación por la conservación del medio ambiente y el desarrollo de proyectos sostenibles, se hace indispensable el replanteamiento del diseño arquitectónico, la construcción, su relación con la sociedad y sobre todo, la importancia de la vida rural. Los materiales de origen industrial que se utilizan de manera masiva en las viviendas urbanas no resuelven las carencias de la habitación campesina y, por el contrario, le generan nuevos problemas. Una arquitectura sostenible para los sitios que afortunadamente no han sido absorbidos por la vida urbana y, especialmente, aquellos en los que las tradiciones indígenas perviven, ha de surgir de la revisión de su propia singularidad. Es necesario impulsar investigaciones tendientes a conocer la razón de ser de cada uno de los componentes y relaciones tipológicas de las arquitecturas vernáculas en su propio contexto. Las lecciones que brinden estos estudios podrán permitir el desarrollo de una adecuada planeación en la construcción de viviendas apropiadas y apropiables para cada sitio, consiguiendo, además, el mejoramiento de las condiciones de salud, el fortalecimiento de la vida comunitaria, la armonía con la naturaleza y la conservación de los recursos naturales y culturales regionales. Los proyectos dirigidos hacia las comunidades indígenas requieren de la participación local, desde la identificación misma de las necesidades hasta los procesos de materialización, bajo las premisas de la producción social del hábitat. Las instituciones o dependencias de gobierno asociadas a estos procesos no pueden partir de soluciones estandarizadas que son de por sí cuestionables para el ámbito urbano, pero que resultan una amenaza para las culturas constructivas indígenas. Se necesitan líneas de acción basadas en la valoración de los saberes tradicionales, con el fin de revitalizar las culturas que hoy en día siguen existiendo e incluso tomarlas como lección. No se está diciendo que las comunidades

7. Luis Guerrero, “Sostenibilidad y conservación del…, op. cit.

indígenas han de permanecer inalteradas o al margen de las posibilidades que ofrece la vida contemporánea. La idea es propiciar la definición de cada sociedad acerca de lo que realmente necesita y no de imposiciones de los empresarios y gobiernos en turno. La sostenibilidad implica el reconocimiento de los bienes naturales, físicos, sociales, económicos y culturales de las comunidades, para abrir ámbitos de expresión sobre las formas de comprender el tiempo, el espacio y el diseño desde las perspectivas indígenas.7 Para ello, se requiere pensar en otras formas de diseño y uso de materiales de construcción de viviendas con la idea de satisfacer las necesidades básicas de las comunidades, entre las que destaca su equilibrio con el entorno. Fuentes consultadas Boils Morales, Guillermo, Vivienda campesina (cuaderno divisional), México, UAM Xochimilco, 1987. cdi, ipn, Fonhapo, Proyecto “Vivienda Indígena con Identidad”, México, 2013. Cervantes Mendoza, Fernando, La transculturación y su impacto en los esquemas compositivos y formales del diseño arquitectónico, Vivienda del Valle del Mezquital, Tesis de maestría, México, unam, 2008. Guerrero, Luis, “La vivienda vernácula en Tlaxcala, México”, en Viñuales, Graciela (Ed.), Arquitectura vernácula iberoamericana, Sevilla, Universidad Pablo de Olavide, 2013. Guerrero, Luis, “Sostenibilidad y conservación del patrimonio edificado”, en Revista Palapa, vol. iii, núm. 1, 2015. Guerrero, Luis, “Comportamiento sísmico de viviendas tradicionales de adobe, situadas en las faldas del volcán Popocatépetl”, en Revista Gremium, vol. 6, núm. 11, México, 2019. Lastra de Suárez, Yolanda, Los otomíes: su lengua y su historia, México, unam, 2006. López Morales, Francisco J., Arquitectura Vernácula en México, México, Trillas, 1993. Moya Rubio, Víctor José, La Vivienda Indígena de México y del Mundo, México, unam, 1988. Prieto, Valeria y Sonia Carrillo, Vivienda campesina en México, México, Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, 1978. Tranfo, Luigi, Vida y magia en un pueblo otomí del Mezquital, México, Instituto Nacional Indigenista, 1974.

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Granja San Roqueño, Puebla: la gestión de un producto cultural como último eslabón de la cadena interpretativa del patrimonio CLAUDIA ROCÍO GONZÁLEZ PÉREZ Departamento de Economía UAM Iztapalapa rociogp@yahoo.com Licenciada en Ciencias de la Comunicación y Periodismo, por la unam, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Cuenta con una Maestría en Estudios Organizacionales en la uam-i. Es Doctora en Ciencias de Gestión por la Universidad Jean Moulin Lyon 3, Francia. Cuenta con la formación de ConsultorInvestigador. Cursó el Diplomado Dirección de Empresas Culturales uam-grecu. Profesora investigadora de la uam-i, de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado de la uam-x y en el Doctorado en Ciencias y Artes para el Diseño en la línea de Investigación en Conservación de Patrimonio. Autora de Efectos económicos del sector cultural en México (uam-a, 2016).

La ruralidad mexicana se ha modificado, con el paso del tiempo las antiguas y extensas haciendas se han integrado a un proceso de cambio, producto de la fragmentación de sus extensiones y del surgimiento de diferentes actividades productivas, lo que dio como resultado la transformación del paisaje cultural. Esta fragmentación, a la par de la migración de los hombres y la permanencia de las mujeres ha generado, en algunos casos, la reconversión de estos espacios en agronegocios liderados por ellas. La gestión del patrimonio y la conversión de éste en productos culturales, forma parte de la cadena interpretativa y permite su puesta en valor y sostenibilidad. El paisaje cultural presente en el testimonio edificado y en su entorno da lugar a la generación de nuevos productos culturales enmarcados en el agroturismo, el turismo de experiencia o el turismo verde. Se ejemplifica lo anterior

LUCRECIA RUBIO MEDINA Departamento de Síntesis Creativa UAM Xochimilco erubio@correo.xoc.uam.mx

con el estudio de caso de la Granja San Roqueño, en el estado de Puebla. Pala-

Master y Especialista de Gestión del Patrimonio Alicante, España. Profesora investigadora de la uam-x. Licenciatura y Maestría. Directora de tesis de maestría sobre temas del Patrimonio. Ha impartido cursos de posgrado sobre temas de gestión del patrimonio en la Universidad de Alicante y Sancti Spíritus José Martí, conferencias en Congresos Iberoamericanos de Gestión y Valoración de Cementerios Patrimoniales, Congresos de Conservación del Patrimonio y Patrimonio Cultural, Paisaje y Cultura. Encuentros Iberoamericanos de Gestión del Patrimonio. Coeditora de tres libros: dos de ellos en coedición Universidad de Alicante-uam; otro más en convenio Universidad de Alicante-uam-Estado de Campeche. Compiladora: Universidad y transferencia de conocimiento para la gestión del Patrimonio: un compromiso ineludible (uam-x, 2018).

Mexican rural life has changed with the passage of time. Large, old haciendas have been

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bras clave: patrimonio, gestión, producto cultural.

pulled into into a process of change as they have been divided up into smaller properties and given over to different crops and economic activities, resulting in transformations of the cultural landscape. This subdivision of the land, along with the out-migration of men, leaving the women behind, has caused some of these former haciendas to be converted into agribusinesses led by women. The management of historical heritage and its conversion into cultural products is part of the interpretative chain and enables its value and sustainability to be enhanced. The cultural landscape embodied in the buildings and their surroundings has given rise to new cultural products in frameworks of agrotourism, experience tourism or green tourism. These can be seen exemplified in a case study of the Granja San Roqueño in the state of Puebla. Keywords: heritage, management, cultural product.


Introducción Este trabajo es una aproximación, en el marco del estudio de caso, de corte exploratorio. Nuestra investigación se inserta en el ámbito del agroturismo y el turismo cultural, e involucra al patrimonio tangible e intangible, y tiene el objetivo de conocer qué elementos están presentes en la reinterpretación del paisaje producto de su conversión en un producto turístico/cultural de agroturismo. Desde nuestro punto de vista, se trata de un proceso secuencial integrado (concepto de integralidad); con cuatro niveles de intervención desarrollados y dependientes, es decir, el patrimonio se investiga, se protege, se conserva y restaura para, finalmente, difundirse y someterse a procesos didácticos.1 Uno de estos se concreta en la generación de un producto cultural. En este sentido, la Granja San Roqueño forma parte de uno de los eslabones de la cadena de valor, en donde el paisaje y los nuevos saberes se conjugan para crear productos culturales nuevos, vinculados con el turismo cultural. Intervenir el patrimonio no sólo es tarea de arqueólogos, arquitectos y restauradores, también requiere de la participación de una serie de disciplinas que sean capaces de proporcionar conocimientos y experiencias dirigidas a la generación de productos vinculados con el turismo cultural, reconociéndolo como uno de los últimos eslabones de la cadena de valor, donde la gestión del patrimonio es fundamental si se hace a partir del reconocimiento de que éste es el resultado de la acción del ser humano en su contexto, y aceptar que no es una sola ni monolítica, y que para dinamizarlo, requiere considerar una cadena interpretativa de significados, donde cada eslabón de valor es esencial para lograr que el patrimonio, a través de un proceso, sea apreciado e incluso convertido en lo que en este trabajo denominamos “producto cultural”. Se considera, además, el papel que juega la empresa familiar y el rol de las mujeres como actoras de la nueva ruralidad. Los mecanismos de coordinación y comunicación de una empresa familiar permiten hacer transferen-

1. Alejandro Bermúdez, Joan-Vianney M. Arbeloa i Rigau, y Adelina Giralt Batista, Intervención en el patrimonio cultural. Creación y gestión de proyectos, Madrid, Editorial Síntesis, S. A., 2004.

cia de conocimientos de maestro a aprendiz, como anteriormente se hacía en los talleres artesanales. La presente investigación ilustra el caso de la Granja San Roqueño cuya razón social es Grupo Bartolia. Los propietarios de la granja, de manera intuitiva, han desarrollado diferentes productos turístico-culturales propiciando con ello transformaciones al paisaje y al patrimonio, dándole una nueva interpretación al territorio. La dinámica y reactivación de ambos –paisaje y patrimonio– es uno de los principales logros de estos agroempresarios del turismo, en el cual destacan dos mujeres. Paisaje cultural y su relación con la cadena de valor El paisaje2 es, primeramente, cultura; pues se trata de construcciones que se proyectan sobre el espacio físico y es, por lo tanto, una realidad física y una particular representación cultural que se hace de ella; en otras palabras, es la fisonomía externa y visible de una determinada porción de la superficie terrestre y la percepción individual y social que genera. El paisaje es dinámico y adquiere sentido en la perspectiva histórica, por lo tanto, existe una relación entre el dinamismo del paisaje y el metabolismo social como vínculo para comprender la composición espacio temporal de los paisajes. Los paisajes naturales fueron transformados por el ser humano, en un principio para satisfacer sus necesidades más apremiantes; después, como resultado del desarrollo y adaptación al medio. Podemos identificar, por los vestigios que permanecen, el significado de las formas de pensamiento que dieron origen a una representación del mundo y a las ideologías que definieron la apropiación y uso de ese espacio. El paisaje es una realidad física que integra componentes materiales e inmateriales que identifican a una sociedad determinada; es el espacio geográfico en donde podemos identificar la huella de una cultura.3 2. Paula Soto y Nicolás Gissi, “De la estigmatización al orgullo barrial: Apropiación del espacio e integración social de la población mixteca en una colonia de Ciudad de México”, en Revista invi. 3. Lucrecia Rubio, Metamorfosis de un paisaje. Las barrancas de Cuernavaca, Morelos, origen de un medioambiente singular en gestión del patrimonio. Paisajes culturales y participación ciudadana, Uruguay, Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, Intendencia de Río Negro, 2018, p. 142.

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Figura 1. Paisaje del territorio. Fotografía: Miguel Cruz.

En este sentido, las características sociales y culturales serán determinantes en la lectura que cada persona tenga del espacio que ha observado; al respecto, Caraballo4 nos dice que la percepción del paisaje, a su vez, es algo complejo, ya que se sustenta en la mirada humana, con una lectura que siempre estará filtrada por los valores de quien lo contempla, por lo que no existe como tal un paisaje natural, pues la mirada será siempre cultural. El uso del paisaje, a su vez, es entendido como un tejido complejo que puede ser reinterpretado por sus habitantes en un proceso de reapropiación y generación de nuevos usos en donde está presente el territorio. Por ejemplo: los cambios que se presentan en los espacios rurales como resultado de las modificaciones de las actividades productivas, lo han transformado hasta llegar al momento actual, ya que la acción del ser humano le ha dado sentido a través de la reinterpretación de las actividades que le permiten subsistir, ante los cambios provocados por las nuevas necesidades de la sociedad. Como mencionamos, existen conceptos económicos que nos sirven para identificar fuentes de ventaja competitiva, como la cadena de valor cuyo objetivo es crear valor en los productos y servicios, señalando los eslabones necesarios que garanticen el éxito de dichos productos.

4. Ciro Caraballo, La mirada cultural del paisaje. Historicidad y metamorfosis. Paisajes culturales y participación ciudadana, Uruguay, Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, Intendencia de Río Negro, 2018.

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Figura 2. Paisaje del entorno. Fotografía: Claudia González.

En el caso del turismo cultural, se requiere de un proceso secuencial integrado por cada uno de los elementos que permitan un uso turístico adecuado, cumpliendo con los requerimientos del visitante y el respeto al entorno, que considere la participación social y la organizacional como parte fundamental del éxito del producto, en este caso vinculados con los nuevos usos del paisaje patrimonial.5 Gestión e interpretación del patrimonio En la cadena del proceso de producción de la mercancía turística, la gestión del patrimonio es uno de los elementos fundamentales vinculados con el éxito del proyecto y debe considerar varios aspectos presentes desde su inicio, tales como:

5. Claudia González y Lucrecia Rubio, Sistema Regional de Patrimonio en el Municipio de Jiutepec, estado de Morelos. Universidad y transferencia de conocimiento para la gestión del patrimonio, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 2018.


• La legislación y reglamentación que le da certeza, viabilidad y garantía de su implementación y ejecución. • Las vinculaciones de los promotores y los responsables del proyecto con las autoridades, según el grado de complejidad que se requiera. • El financiamiento del proyecto que garantice la posibilidad de realizarlo de manera rentable para garantizar un óptimo resultado. • La promoción y publicidad, que incluye desde el diseño y la difusión, considerando la diversidad del público al que va dirigido. • El seguimiento del proceso y de los resultados del proyecto a corto, mediano y largo plazo. • La labor de custodia y salvaguarda del patrimonio sin desatender, en este caso, la atracción de los visitantes, en un contexto que garantice la preservación medioambiental en un marco de rentabilidad. • El equilibrio entre la oferta y la demanda, controlando la oferta y estimulando la demanda a través de la promoción, sin olvidar que el patrimonio cultural debe vincularse con un desarrollo turístico cultural sostenible, teniendo como premisa que el patrimonio es el resultado de un proceso social en una sociedad compleja y cambiante.6 • Prioridad a lo social y el beneficio de la calidad de vida en concordancia con el turismo y la conservación del patrimonio.

La interpretación es una disciplina que vincula y acerca al espectador, de una forma didáctica, al patrimonio in situ, reforzando la toma de conciencia de éste como ente social. Es también un instrumento que vincula y ordena la gestión, a partir de acciones concretas que van desde la promoción hasta la etapa final que corresponde a la visita in situ, garantizando la integridad de los visitantes y la preservación del sitio, siempre con el objetivo de poner en valor al patrimonio. El territorio Recolectores y cazadores dieron origen a Cantona, ciudad prehispánica situada en la zona de estudio, iniciando así los asentamientos humanos en el territorio de Tepegayuhalua, hoy conocida como Tepeyahualco. Esta localidad fue fundada en 1556, y para el año 2010 registró una población de 1 406 habitantes; está ubicada entre los estados de Tlaxcala, Veracruz y al noroeste de Puebla.

Respecto a la interpretación del patrimonio, es una forma de acercamiento y apropiación que debe acompañar al proyecto desde el inicio ya que será el hilo conductor que vincula al turista con el patrimonio, también se debe considerar que los espacios patrimoniales atesoran y transmiten información; de ahí la necesaria comprensión integral del significado del patrimonio que se está presentando al visitante garantizando conocimiento, partiendo de la idea de que el que conoce valora; es decir, ponemos en valor el patrimonio.

6. Carmen Camareno y M. José Garrido, Marketing del patrimonio cultural, Madrid, Pirámide, 2008, p. 57).

Figura 3. Cantona. Fotografía: Lucrecia Rubio.

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El municipio tiene 40 000 habitantes, en una extensión de 426 km2, y pertenece a dos regiones morfológicas: de la cota 1 400 al sur con una planicie de origen lacustre, formada por una pequeña cuenca endorreica; hacia el norte al declive austral de la sierra norte. El clima dominante es templado-frío con temperaturas promedio de 12° C a 16° C y una precipitación pluvial de 300 a 700 mm, lo que le permite tener un clima subhúmedo con lluvias en verano. Este territorio formó parte, durante el periodo colonial, del Camino Real del Sur, ruta de comunicación terrestre entre dos capitales importantes: Sevilla, España y la Ciudad de México, Nueva España. Del Puerto de Veracruz salían dos rutas hacia la Ciudad de México: una vía Xalapa, que servía para el transporte de comercio y pasaje; y la otra hacia Córdoba y Orizaba, que suministraba a la capital de productos locales como caña de azúcar, algodón, tabaco y café. En la zona se produjo una importante economía que propició el fomento del desarrollo regional, a la par se dio origen a un proceso de concentración de grandes extensiones de tierra en manos de los conquistadores, otorgada como merced por la Corona española, éstas con el tiempo se fueron transformando en haciendas productivas, por lo general dedicadas a la crianza de ganado y la siembra de forraje. Después de varios siglos y producto de la reforma agraria, muchas de estas haciendas han desaparecido y en las que aún se mantienen, los actuales propietarios han buscado nuevas formas de subsistencia para mantener los extensos espacios, proponiendo otros manejos que, en su mayoría, se relacionan con los servicios turísticos. En este proceso de cambio, el territorio del municipio de Tepeyehualco ha tenido una evolución en su paisaje, producto de las sociedades que han vivido en esa zona, y donde todavía se encuentran vestigios de dos periodos: el prehispánico y el colonial. Del primero existen huellas de lo que fue una gran civilización, con vestigios del patrimonio edificado entre el paisaje. En el caso de las haciendas coloniales, el paisaje representó un sistema de producción agrícola que requería grandes extensiones de tierra para cultivar: agave (pulque), cebada, trigo y forraje, entre otros; también hubo producción ganadera. El paisaje percibido por el espectador era una panorámica con tonos

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verdes y marrón, producto de las siembras agrupadas en torno a las espléndidas edificaciones hacendarias. En la actualidad cada hacienda presenta condiciones distintas, en la mayoría de éstas las actividades productivas originales han desaparecido o se han modificado, provocando la fragmentación del territorio y la introducción, en algunos casos, de nuevos productos acordes con la actual explotación del campo. El fraccionamiento de las propiedades también fue producto del crecimiento familiar, así como de la venta de tierras incidiendo en el cambio de uso del suelo. En nuestro caso de estudio, la Granja San Roqueño, ubicada en el municipio de Tepeyahualco –alguna vez formó parte de la Hacienda de San Roque–, los actuales dueños han buscado nichos de oportunidad que les permitan conservarla. Transformación del paisaje cultural: nuevas formas de apropiación del espacio La Hacienda de San Roque fue testigo de diversos acontecimientos como la Revolución mexicana; los pobladores cuentan de este episodio que el movimiento revolucionario no afectó el proceso productivo ni los espacios arquitectónicos. También se dice que en el territorio se construyó un monasterio, cuya edificación implicó traer agua de un lugar remoto. Tiempo después, para abastecer el preciado líquido se construyó un pozo monumental, que se distingue por sus dimensiones e importancia en el ciclo productivo de la zona y que hoy en día es un elemento visual en el horizonte. Los testimonios describen el contraste entre la vida de los trabajadores y los hacendados, pues el trabajo y el control al que eran sometidos los trabajadores están muy documentados, mientras los hacendados tenían majestuosas mansiones, rodeadas de jardines y con una vista magnífica a sus grandes extensiones de tierra cultivada. La Granja San Roqueño, espacio que en algún momento perteneció a la Hacienda San Roque, fue producto de la parcelación del territorio motivada por los intereses de los nuevos propietarios: es el caso de la familia dueña de la granja que ha incursionado en nuevas formas de subsistencia, al mismo tiempo que continúa con la producción agrícola de alimento para los animales, que al utilizar tecnología de actualidad modifica la perspectiva del entorno.


preocupación sanitaria y ecológica frente a los alimentos producidos con aporte químico u hormonal y la consiguiente valorización de la agricultura orgánica o la cría natural de animales, aumentan el predicamento de esta eventual vuelta al campo, que modifica las condiciones actuales del campo.7

Figura 4. Noria de San Roque. Fuente: Google.

Este nuevo paisaje es un ejemplo de reinterpretación que tiene su origen en experiencias a partir de un ejercicio de agroturismo, realizado en espacios que se han modificado para satisfacer la oferta de la empresa familiar en la que se ha convertido la Granja San Roqueño. Nueva ruralidad y mujeres agroempresarias Destacan dos elementos que aportan al patrimonio regional identitario: por un lado, el surgimiento en México de la denominada nueva ruralidad y, por otro, las nuevas identidades laborales que se consolidan en la figura de las agroempresas. Para el caso que se analiza en este trabajo, se toma el término de nueva ruralidad aludiendo a la perspectiva francesa que señala:

El neorruralismo le da un nuevo valor a lo cotidiano volviéndolo deseable y consumible. Se observa, además, que el rol de las mujeres toma fuerza en el sector del agroturismo en España, pues representa 59.51% del total de los propietarios de alojamientos, de acuerdo con datos del Barómetro del Turismo Rural en España. El informe publicado la primera semana de julio de 2019 por el portal de casas rurales Club Rural muestra un aumento de las mujeres propietarias respecto a los hombres de 2.48% en el último año. Algo parecido está sucediendo en México, ya que los agronegocios de las haciendas mexicanas han derivado en agroturismo, que comprende diversas experiencias. Las mujeres se han revelado como agroempresarias, a diferencia de los varones, quienes han migrado. El agronegocio y el agroturismo En México, se estima que cerca de 75% de las PyMES fracasan después del segundo año de operaciones; esto implica que sólo 25% de estas empresas lograron subsistir.8 Lo anterior tiene diferentes causas: finanzas débiles, carencia de planeación y de objetivos, aspectos que afectan a las pequeñas empresas del campo, es decir, a los agronegocios. El agronegocio se define, según Guerra G., como: una unidad de decisiones que combina recursos naturales (tierra, agua, clima, etcétera), humanos, capital, conocimiento (tecnología) e información para dedicar-

[…] el Neo-ruralismo como una dimensión crítica y de

los a producir bienes de origen vegetal, animal y (o) a la

ruptura con la mentalidad moderno desarrollista reevaluando el campo más allá de la conocida oposición de lo tradicional contra lo moderno. Es una nostalgia de lo rústico, pero no como concepción reaccionaria sino superadora de los estereotipos vigentes sobre el campesino, considerado primitivo y reacio al cambio, o ensalzado como repositorio de la más pura esencia nacional. La

7. Hugo E. Ratier, “Rural, ruralidad, nueva ruralidad y contraurbanización. Un estado de la cuestión”, en Revista de Ciencias Humanas, Florianópolis, núm. 31, enero, 2002, p. 15. En https://periodicos.ufsc.br/index. php/revistacfh/article/v. 8. Jair López, “Fracasan en México 75% de emprendimientos”, en El Financiero, 18 de enero de 2016. En www.elfinanciero.com.mx/empresas/fracasan-en-mexico-75-de-emprendimientos.

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Figura 5. Actividad vinculada con el agroturismo. Fuente: inforural.com.mx.

transformación de los mismos bienes intermedios o de consumo final para un mercado determinado y dentro de una operación rentable.9

También se define como: “toda empresa que busca la mejor rentabilidad posible, a partir de la utilización eficiente y racional de sus recursos”.10 En el entorno están presentes no sólo los recursos ya señalados, sino también las empresas competidoras, los consumidores, los proveedores y el gobierno. Los agronegocios son una respuesta a las demandas de la sociedad para la preservación del medioambiente, encaminados a disminuir el impacto que provocan otras actividades productivas, utilizando productos de origen orgánico. En el caso de estudio, se ha introducido la crianza de ovejas y la cosecha de alfalfa. El agroturismo es una de las modalidades del turismo en espacios rurales, que incluyen el turismo rural, el eco9. Guillermo Guerra y Alfredo Aguilar, La planificación estratégica en el agronegocio, Editorial Limusa S.A., 2007. 10. Idem.

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turismo y el turismo de aventura. De acuerdo con la definición de la Organización Mundial del Turismo (omt), citada por Barrera,11 el agroturismo es la actividad que se realiza en explotaciones agrarias (granjas o plantaciones), donde los actores complementan sus ingresos con alguna forma de turismo en la que, por lo general, facilitan alojamiento, comida y oportunidad de familiarizarse con trabajos agropecuarios.12 El producto agroturístico, por tanto, aprovecha el patrimonio agropecuario y agroindustrial de un determinado lugar para ofrecer la infraestructura necesaria y actividades que resulten de interés a un cierto segmento de turistas; así como servicios de alojamiento, alimentación y venta de productos frescos fabricados en las fincas o en las comunidades aledañas.

11. E. Barrera, Turismo rural: nueva ruralidad y empleo rural no agrícola, Montevideo, cinterfor-oit, 2006. 12. Hernando Riveros y Marvin Blanco, El agroturismo, una alternativa para revalorizar la agroindustria rural como mecanismo de desarrollo local, Lima, iica (Serie Documentos de Trabajo/prodar), 2003.


noria y bodega

quinua alfalfa cebada

corrales

bodega 2 taller quesos

huerto

Figura 6. Plano de distribución de la planta de la Granja San Roqueño. Elaboración: Miguel Cruz.

La empresa familiar Granja San Roqueño (gsr) El agroturismo es la interacción entre la sociedad y el territorio; para Nogué13 puede interpretarse como un producto social, resultado de una transformación colectiva de la naturaleza y como la proyección cultural de una sociedad en un espacio determinado. En la actualidad, la extensión del territorio de las zonas de cultivo se ha dividido, a partir del siguiente proceso: primero una familia es dueña de las edificaciones históricas; la segunda familia es propietaria de un patrimonio edificado muy pobre y escaso, de ahí que busquen nuevos nichos para incentivar la economía familiar; para el caso de la Granja, un artículo de leche de oveja que ya es conocido a nivel regional como los productos Sanroqueño. Para el actual dueño de la granja, señor Mauro Balderas, su padre era emprendedor y un líder nato, que a corta edad buscó el permiso para sembrar terrenos abandonados, con la condición de que 50% de la siembra le perteneciera al dueño y el resto a él. La Granja San Roqueño es una microempresa familiar y un agronegocio mediano, cuyo territorio es una fracción de la Ex Hacienda San Roque, con una superficie de 74 ha de las cuales cinco son de cerril (Figura 6). Se cultivan los siguientes productos:

13. Nogué, Joan, La construcción social del paisaje, Madrid, Biblioteca Nueva, 2007.

• Alfalfa • Cebada • Quinua • Frutales (pera y tejocote) • Huerto familiar de producción orgánica • Elaboración de fertilizantes orgánicos, marca Herbata • Hato ovino (borregos) • De pastoreo controlado, Certificado de hato libre de Brucella • Elaboración de quesos de autor marca Sanroqueño En la Figura 6 podemos observar la distribución de los sembradíos en el terreno, las dos bodegas y los principales espacios de la granja. La organización del trabajo en la granja se divide de manera informal entre personal que podríamos llamar de dirección y personal operativo, así como las gerencias que son ocupadas por los miembros de la familia. A partir de entrevistas y observación, se muestra que las decisiones son tomadas por tres integrantes de la familia (un hombre y dos mujeres), razón por la cual el padre de familia ha recibido críticas de sus vecinos y demás interlocutores con los que trabaja, pues es mal visto que las mujeres tomen decisiones. Se observa que, para los habitantes del poblado, la toma de decisiones debe ser ejercida sólo por varones.

Granja San Roqueño, Puebla: la gestión de un producto cultural como último eslabón de la cadena interpretativa del patrimonio 103


Nombre

Puesto

Actividades

Mauro Balderas Muñoz (padre de familia)

Director general

Planeación de actividades, revisar deficiencias, riesgos y todo lo relacionado con la agricultura y la ganadería.

María de Lourdes Victoria Reyes (madre de familia)

Relaciones Públicas

Relaciones públicas, labores domésticas, supervisión y elaboración de procesos de ordeña.

Flor Balderas Victoria (hija)

Gerente de producción

Producción de queso, leche, comercialización del queso, manejo de redes sociales, búsqueda de posibles clientes y turistas.

Figura 7. Actividades de la empresa familiar Granja San Roqueño.

Pero hay que destacar que las dos mujeres tienen un rol importante. Doña Lourdes, la madre de la familia, tiene 70 años, es técnico superior militar y ha ocupado cargos de gerencia en el hospital regional de Puebla, con conocimientos para planear y realizar trabajos de este tipo; además cuenta con capacitación en las áreas de mejora y certificación de procesos, es de carácter afable y con la habilidad de generar relaciones interpersonales sólidas. Por su parte, su hija Flor Balderas es ingeniera egresada de la Universidad Autónoma de Chapingo, además realizó una maestría en Administración. Sin embargo, sus aficiones la han llevado a introducirse en la elaboración de los quesos, particularmente, del queso de autor; actualmente se especializa en la elaboración artesanal de quesos de oveja y sustenta el título de maestra quesera, ya que tiene en su haber la creación de más de cinco diferentes quesos de autor. El propietario y padre, ingeniero Mauro Balderas, es egresado también de la Universidad Autónoma de Chapingo y su principal interés son los cultivos inocuos, forma parte de la Red Mexicana de Granjas Integrales. En la Figura 7, se especifican las responsabilidades de los miembros de la familia. Problemática La familia ha detectado que algunas de las deficiencias de la Granja San Roqueño están en la falta de gestión y estructura organizacional, así como en la carencia de estrategias, por ello su principal acción ha sido la sobrevivencia y la adaptación al mercado. Pero también presenta dos características que pueden ser causa de conflicto: por un lado, que es una empresa familiar, y por otro, es una pequeña empresa con debilidades estratégicas y de operatividad.

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Las posibilidades que tiene la Granja San Roqueño de convertirse en una empresa más eficiente aumentarán si se definen planes a futuro. Este cambio debe estar basado en modelos de planeación estratégica y procesos organizacionales; sin embargo, la toma de decisiones entre la familia puede representar un obstáculo. Según Leach,14 a menudo los propietarios no logran identificar los problemas de la empresa al estar comprometidos en las actividades rutinarias de la misma, ya que postergan el tratamiento de cuestiones que son fundamentales para la organización. La renuncia a enfrentar los problemas y solicitar asesoramiento profesional externo, con frecuencia deriva en la incapacidad de los propietarios para sacar provecho de las dificultades y de las fuerzas que están en juego. Cabe señalar que una empresa familiar está influenciada por una familia o por un vínculo familiar. En el caso más perceptible la familia como entidad puede controlar las operaciones de la empresa, porque posee más de 50% de las acciones o porque miembros de la familia ocupan importantes puestos en la administración. Entre las principales ventajas de la empresa familiar destaca que genera entre los integrantes un sentido de pertenencia, además de un propósito común entre la fuerza laboral; si bien ésta es una ventaja intangible, también puede ser una importante ventaja competitiva en la organización, ya que se observa un sólido lazo familiar, que puede ser aprovechado como ventaja competitiva de la organización.

14. Peter Leach, La Empresa Familiar, Buenos Aires, Ediciones Granica, 1993.


Lo anterior deberá también considerar una estrategia de marketing que le ayude a posicionarse en las preferencias de sus clientes. En este caso, sus probabilidades de éxito aumentarían de manera considerable si realizaran planes a futuro que tomen en consideración los peligros y amenazas para su subsistencia, lo que obligará a una toma de decisiones. Otro aspecto a tomar en cuenta es que cada miembro de la familia tiene una perspectiva distinta de la organización, de ahí que debe considerarse cada punto de vista como clave para realizar con éxito la gestión de la organización y centrarse en los puntos comunes para lograr un consenso. La experiencia viva: el queso, un producto cultural La producción y consumo de quesos en México se originó con la llegada de los españoles hace más de 500 años. La producción nacional se realizó a partir de leche cruda por más de 350 años hasta que se introdujeron nuevas tecnologías que incluían descremar, pasteurizar, refrigerar y agregar cultivos lácticos para dar paso a los quesos de leche pasteurizada. Hoy en día, podemos encontrar en el mercado, además de los quesos artesanales y genuinos, una gran variedad de quesos imitación tipo panela, Chihuahua y Oaxaca, entre otros. Todos estos productos parecen quesos pero en realidad no lo son, aunque tengan el primer lugar en producción y consumo a nivel nacional. Los quesos de autor son una derivación de la denominada cocina de autor. Conversión del patrimonio cultural en producto turístico Es importante tener conciencia de que, con los desafíos que plantea un mundo globalizado, se viven tiempos de cambios constantes y acelerados, por ello hay que conocer las tendencias de los nuevos mercados y las nuevas expectativas de la demanda. En este sentido, para Rosario Novalón: […] una de las novedades más relevantes ha sido la percepción del patrimonio ya no como una carga, sino como un recurso cultural y económico. El turismo, la glo-

Figura 8. Promoción del Queso de autor. Florecita quesera. Los quesos genuinos son productos regionales únicos que son parte de nuestra historia cultural. Fuente: www. agromarketing.mx/2017/06/21/quesos-genuinos-de-mexico/.

Corraletas Frutales

Cava

Baños

Taller de quesos

Huerto

Corrales

Inicio del recorrido

Figura 9. Propuesta de la Ruta turística.

balización, los cambios y la multiplicación de los viajes... son circunstancias que han hecho que el patrimonio cultural se convierta en un socioeconómico de importancia estratégica para las regiones.15

La Granja San Roqueño tiene posibilidades de explotar este patrimonio con el diseño de áreas de atracción que vayan encaminadas a la renovación, al desarrollo de la comunidad y al incremento de las ventas de sus productos. En la actualidad los individuos con una mejor formación educativa tienen una base cultural amplia, mayor

15. Rosario Navalón G., “Planificación y gestión turística del patrimonio: conversión de patrimonio cultural en producto turístico”, en Rubio, Lucrecia y Gabino Ponce (Coords.), Gestión del patrimonio arquitectónico, cultural y medioambiental. Enfoques y casos prácticos, Alicante, España, Universidad de Alicante, 2013.

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Figura 9. Flor Balderas promocionando sus productos. Fuente: Florecita quesera.facebook.com.

Figura 10. Agroturismo familiar. Fuente: inforural.com.mx.

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disposición de tiempo libre y un creciente interés por los aspectos culturales y sociales; este perfil de individuo tiende a la búsqueda de nuevos conocimientos y experiencias que se vinculan con el consumo cultural, no sólo de elementos del pasado, sino de la cultura contemporánea o del modo de vida de una cultura o región, con una motivación inspirada en la recreación o, a veces, sólo por aprender cosas nuevas, más allá de la provisión de bienes y servicios. Lo anterior pone en evidencia que el turismo cultural no sólo se debe conceptualizar como una experiencia basada en el pasado, sino también en el presente. A partir de lo anterior podemos decir que en los últimos años, se ha modificado el perfil del turista por varias condiciones; una de ellas está vinculada con el tiempo de trabajo y el tiempo libre, marcando pautas de un uso cualificado del tiempo de ocio; otra son los turistas que han dirigido la mirada al turismo cultural, que presenta un auge debido al incremento del nivel económico, el deseo de otro tipo de producto turístico diferente al de sol y playa, así como una perspectiva ecologista del público cada vez


más sensible a la destrucción medioambiental y la promoción del turismo rural y cultural.16 Este tipo de demanda se vuelve más exigente, experimentada y selectiva, pues los turistas buscan nuevas sensaciones que les permitan comprender, conocer y establecer vínculos a través de la interpretación del patrimonio. Se estima que más de 37% de los movimientos turísticos en el mundo incorpora la motivación cultural, y esta cifra sigue creciendo, con porcentajes anuales entre 10% y 15%. Algunos datos afianzan este hecho: por ejemplo, 24% de los turistas extranjeros en Europa viajan por motivaciones culturales; 65% de los turistas estadounidenses incluyeron actividades culturales, históricas o artísticas en sus últimos viajes.17 Se ha reflexionado en este texto sobre cómo el patrimonio del municipio de Tepeyahualco y Granja Integral Grupo Baltoria pueden representar una oportunidad en la oferta del turismo cultural; sin embargo, nos preguntamos ¿qué es o cómo se define el turismo cultural? Para sectur-cestur es: “aquel viaje turístico motivado por conocer, comprender y disfrutar el conjunto de rasgos y elementos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social de un destino en específico”.18 Como hemos visto, el patrimonio presente logra establecer lazos con la historia, la cultura, la diversidad, las experiencias; por ello, su renovación no debe ser vista como un gasto, sino como una oportunidad para el desarrollo económico de una comunidad, poniendo en marcha acciones encaminadas a la gestión y adaptación del mismo, para de ese modo ir en busca de nuevos productos y servicios que logren satisfacer las nuevas necesidades de los consumidores. El patrimonio es un elemento dinamizador de la economía local y de su desarrollo, porque es capaz de generar una derrama local y, al mismo tiempo, pone al territorio en el mapa global. El interés por la comercialización 16. Ana Fernández, Turismo y patrimonio cultural, Jaén, España, Universidad de Jaén, 2006, p. 35. 17. Rosario Navalón, “Diseño y gestión de rutas culturales: de la teoría a la práctica”, en Escenarios, imaginarios y gestión del patrimonio, España, Servicio de Publicaciones, 2014, p. 125. 18. Secretaría de Tusrimo (Sectur). En www.sectur.gob.mx/hashtag/ 2015/05/14/turismo-cultural/.

de los productos culturales, como motor de crecimiento de una actividad que genera importantes economías. Conclusiones El papel de la uam en el desarrollo local y su vinculación con la preservación del patrimonio En su primera edición, The Impact Ranking 2019 ubicó a la Universidad Autónoma Metropolitana (uam) como una de las casas de estudio con mayor impacto social de las 560 universidades evaluadas, lo que pone de manifiesto su vocación de transferencia de conocimiento y apoyo a las causas sociales. El emprendimiento rural y las iniciativas de empresas rurales como la Granja San Roqueño, dedicada al agroturismo y agronegocios, son un ejemplo de esta relación entre aprendizaje, docencia y difusión. El presente trabajo es producto, en parte, de una experiencia de vinculación entre la Granja y la UAM Xochimilco (Maestría en Reutilización del Patrimonio) y la UAM Iztapalapa (Licenciatura en Administración). La vinculación ha consistido en el desarrollo de planes estratégicos y proyectos de apoyo a la generación de productos culturales, así como la propuesta de reutilización de patrimonio edificado a partir de proyectos arquitectónicos en la cabecera municipal de Tepeyahualco. Ambos trabajos fueron dirigidos por docentes e investigadores de la uam. Las mujeres como empresarias rurales, de la casa al agroturismo El desarrollo del agroturismo puede tener un amplio espectro, pues el estudio de cada caso dará la respuesta más adecuada a los intereses y condiciones, las posibilidades son ilimitadas. La incorporación de las mujeres es uno de los retos a cumplir. Aunque ya existen casos donde la organización y la revalorización de las actividades que cotidianamente realizan las mujeres, pueden originar beneficios económicos como, por ejemplo, la elaboración y venta de productos históricamente elaborados por ellas, así como las artesanías y los alimentos tradicionales, además de otro tipo de servicios. Según la Organización Mundial del Turismo (omt): “este sector es uno de los principales impulsores de la igualdad de género”, y muchos destinos del mundo “depen-

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Figura 11. Flor Balderas, empresaria rural. Fuente: Florecita quesera.facebook.com.

den del compromiso y la motivación de las mujeres” que trabajan en turismo. La mujer cumple un papel sustantivo y un rol protagónico como gestora e impulsora de la actividad turística en el medio rural. Con una alta cuota de creatividad y sentido común, arriesgan menos y obtienen mejores resultados. Falta de marco institucional y de políticas públicas A pesar de una marcada ausencia de política económica durante los dos últimos sexenios, o de una política de impulso al uso rentable del patrimonio, existieron programas y acciones aisladas a diferentes niveles institucionales que de alguna forma incentivaron el desarrollo de actividades que, aunque no hayan sido agroturísticas, apoyaron el desarrollo de varias regiones. Por ejemplo, el Fondo de Mujeres para el Desarrollo Rural (fomur) incentivó el desarrollo de actividades microempresariales de mujeres; también tenemos el trabajo de la Sagarpa con los denominados Sistemas producto; así como los programas de Oportunidades y Progresa y otros destinados al desarrollo del campo. El campo de México, sin embargo, ha carecido de una política que incentive el desarrollo del turismo y menos aún del agroturismo. No existen ni las instituciones dedicadas a operar ni la ley ni reglamentos que den impulso

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al desarrollo de este patrimonio local; los casos como el presentado en este trabajo pueden servir de ejemplo para nuevas generaciones, incluso con sus errores y aciertos, pues estamos seguras de que seguirán interesados en continuar con su proyecto y lograr el éxito del mismo. Producto cultural y la interpretación del patrimonio Un aspecto que no ha sido considerado cabalmente, es la posibilidad de que los productos culturales sean considerados como un medio para acercar apropiadamente a las comunidades y al turismo con el patrimonio, por ello la importancia de realizar proyectos interpretativos que tengan como objetivo el conocimiento, la valoración y la preservación del patrimonio cultural. El individuo y la sociedad en conjunto, si no tienen el conocimiento y el saber respecto a su patrimonio, no lo valorarán y, por consiguiente, no lo respetarán ni protegerán. Fuentes consultadas Bermúdez, Alejandro, Joan-Vianney M. Arbeloa i Rigau, y Adelina Giralt Batista, Intervención en el patrimonio cultural. Creación y gestión de proyectos, Madrid, Editorial Síntesis, S. A., 2004. Barrera, E., Turismo rural: nueva ruralidad y empleo rural no agrícola, Montevideo, cinterfor-oit, 2006.


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La gestión del patrimonio natural como uso turístico en el ejido Ojo de Agua Ballesteros, Guanajuato LAURA MARYLU TREJO POOL Universidad Autónoma de Yucatán lauutrejo@gmail.com Licenciada en Turismo por la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán. Colaboradora del equipo de consultores e investigadores en los proyectos: “Agendas de Competitividad de los Destinos Turísticos” para el Destino Mérida por parte de la Universidad Autónoma de Yucatán (uady); “Desarrollo de un programa integral de capacitación del personal de los prestadores de servicios turísticos de acuerdo con las necesidades y características de un tipo de destino”; “Evaluación de modelos de turismo sustentable en la península de Yucatán: The Haciendas, a Luxury Collection Hotels, impacto económico y social a nivel comunitario”; “Diagnósticos de competitividad y sustentabilidad de los pueblos mágicos, Izamal y Valladolid”. Participante en congresos nacionales. Obtuvo el segundo lugar en la modalidad cartel en la Primera Conferencia Internacional Experiencia en redes, equipos y cuerpos académicos en el contexto del turismo, patrimonio y sustentabilidad cinvestavfca-uady.

CARMEN GARCÍA GÓMEZ Universidad Autónoma de Yucatán ggomez@correo.uady.mx Docente en la Universidad Autónoma de Yucatán, pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 1 (2017-2019), vinculada al Programa para el Desarrollo Profesional Docente (prodep) de 2017 a 2019. Miembro fundador de la Red de Estudios Multidisciplinarios en Turismo (remtur) desde 2015 con financiamiento del programa de Redes Temáticas Conacyt. Profesora invitada en el Programa Interinstitucional de Doctorado en Arquitectura (pnpc-Nivel Internacional). Responsable Técnico de proyectos de investigación Conacyt y prodep a nivel nacional y local. Asesora de proyectos de licenciatura, maestría y doctorado en tres universidades mexicanas. Publicaciones en capítulos de libro y artículos; ponente en congresos nacionales e internacionales. Asistente a diversos cursos y talleres en México.

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Las bellezas naturales dan la oportunidad de ser consideradas como patrimonio cuando las personas las eligen para preservación y como fuente de empleo. En este artículo se reporta el proceso seguido por un ejido de Guanajuato para generar ingreso, detener la migración de jóvenes y aprovechar un ojo de agua. Se optó por la metodología cualitativa, usando entrevistas, observación y etnografía. Los resultados dan cuenta del proceso del trabajo colectivo de una experiencia hacia el turismo comunitario y las intervenciones gubernamentales en el sitio. Palabras clave: patrimonio natural, gestión del patrimonio, turismo comunitario.

An opportunity to consider natural beauty as cultural heritage opens up when people choose to preserve it and cultivate it to create employment. This article reports on the process developed by an ejido in the state of Guanajuato to take advantage of a natural spring to generate income and curb the out-migration of young people. A qualitative methodology was chosen for the study, employing interviews, observation and ethnography. The findings show a process of collective work and government support used to create community tourism. Keywords: natural heritage, heritage management, community tourism.


Introducción El turismo es un fenómeno que tiene aspectos económicos, monetarios, ambientales, sociales o políticos, y que requiere de la participación de diferentes escenarios, actores sociales, así como de los sectores público y privado que se ven involucrados durante su desarrollo, motivo por el cual el turismo no puede ser considerado únicamente como una práctica económica, también es una práctica social. Actualmente es reconocido que el turismo es una de las principales fuentes de ingresos del país, el registro más reciente de la Secretaría de Turismo (sectur) reporta que en el 2016 ingresaron a México por este concepto 19571 millones de dólares que representan 8.7% del pib,1 por lo que los organismos gubernamentales muestran interés en fomentar e impulsar el desarrollo de nuevos proyectos turísticos que enriquezcan las opciones del país para la captación de un mayor número de visitantes. Pero los motivos de viaje cambian constantemente, ya que depende de las necesidades y deseos de las personas. Desde finales del siglo xx y principios del xxi ha cobrado fuerza una modalidad, aquella que involucra experiencias, contacto con el patrimonio natural y cultural de una localidad y con el entorno rural,2 nos referimos al llamado Turismo Alternativo, que tiene a su vez cuatro modalidades: rural, agroturismo, ecoturismo y comunitario.3 Todas persiguen fines comunes como el compromiso con la sociedad y el medioambiente, la contribución al crecimiento económico y el desarrollo de las localidades donde se lleva a cabo.4

El auge de estas opciones turísticas se presenta debido al reconocimiento de un sector de la población a diferentes problemáticas económicas y sociales que atraviesan las comunidades rurales: la falta de desarrollo en las actividades primarias, desempleo, pobreza, migración, delincuencia, deterioro de los ambientes naturales, cambio de prácticas laborales y pérdida de tradiciones, entre otros. Estos problemas han propiciado considerar al turismo comunitario como una alternativa con opciones de empleo que, a su vez, posibilita el mejoramiento de la calidad de vida en algunas comunidades. El turismo comunitario, “considerado de pequeño formato, se establece en zonas rurales donde la población local, a través de sus estructuras organizativas, ejerce un papel significativo en el control y gestión”5 de los recursos turísticos. Tiene como objetivo la conservación del patrimonio natural y cultural de una localidad, involucra la organización del colectivo y su participación en la toma de decisiones, gestión de actividades a desarrollar, observancia de la correcta ejecución de las mismas y seguimiento a las acciones para contribuir en el desarrollo sustentable de su comunidad. Pero, si bien el turismo es un impulsor económico, el comunitario no puede solucionar problemas estructurales. Delisle y Jolin mencionan que más que generar beneficios financieros, busca el fortalecimiento del sentido de pertenencia y valorización de sus recursos naturales y culturales,6 así que el Estado ha funcionado como promotor para la instauración de proyectos turísticos en zonas rurales pretendiendo disminuir su rezago. Algunos campesinos y ejidatarios han tenido la misma iniciativa, esperando sea la respuesta a sus problemas de subsistencia.

1. sectur-datatur, Turismo en México 2016, México, Dirección General de Integración de Información Sectorial, 2017. En www.datatur.sectur. gob.mx/Documentos%20Publicaciones/TurismoEnMexico.pdf. 2. R. Ibáñez e I. Rodríguez, Tipologías y antecedentes de la actividad turística: turismo tradicional y turismo alternativo, 2012. En www.publicaciones. inecc.gob.mx/libros/669/tipologias.pdf. 3. M. Garduño, C. Guzmán y L. Zizumbo, “Turismo rural: participación de las comunidades y programas federales”, en El Periplo Sustentable, núm. 17, México, 2009, pp. 5-30. 4. J. Domínguez, “Usos y abusos en el discurso del turismo alternativo en México”, en Gómez, S., Educación superior e investigación turística, retos problemas y desilusiones, México, Universidad de Guadalajara, 2008, pp. 79-91.

Problemática El estudio de caso se llevó a cabo en el ejido de Ojo de Agua de Ballesteros, localidad del municipio de Salvatierra, 5. E. Cañada y J. Gascón, Turismo y desarrollo: herramientas para una mirada crítica, Managua, 2007, p. 74. En www.albasud.org/downloads/ 142.pdf. 6. M. Delisle y L. Jolin, ¿Es posible otro turismo? Ética, protagonistas, conceptos, dificultades, buenas prácticas, recursos, vol. i, Costa Rica, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2011. En http:unpan1.un.org/ intradoc/groups/public/documents/icap/unpan050963.pdf.

La gestión del patrimonio natural como uso turístico en el ejido Ojo de Agua Ballesteros, Guanajuato

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Guanajuato. Localidad que busca en el turismo comunitario una alternativa para complementar sus actividades agrarias, preservar sus recursos naturales y generar fuentes de empleo para reducir la migración7 y el desempleo de la comunidad. El balneario, como lo llaman los habitantes, es el aprovechamiento de un yacimiento de agua dulce para ocio local y turismo de bajo impacto, como una iniciativa de desarrollo de turismo comunitario. Como se menciona en el artículo 48 de la ley de Aguas Nacionales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se hizo uso del pleno derecho de aprovechamiento de sus tierras atendiendo a lo que se plantea: los ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios, así como los ejidos, comunidades, sociedades y demás personas que sean titulares o poseedores de tierras agrícolas, ganaderas o forestales dispondrán del derecho de explotación, uso o aprovechamiento de las aguas nacionales que se les hubieren concesionado en los términos de la presente Ley.8

También existe el aval respecto a la facultad del uso con fin recreativo para los ejidatarios ya que en el artículo 82, se establece que:

lizar por personas físicas o morales previa la concesión , respectiva otorgada por ‘la Autoridad del Agua , en los términos de la presente Ley y sus reglamentos.9

En la misma ley se establece que en coordinación con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), se otorgarán facilidades para el uso turístico, en tanto se cumple [con] lo dispuesto en el párrafo tercero del artículo 22, en el punto 11 que determina la anuencia siempre y cuando sea para “uso para turismo, recreación y fines terapéuticos”.10 Es así como los ejidatarios, sin conocer la Ley, pero con asesoría de funcionarios y otras recomendaciones, desarrollaron la idea de elaborar un proyecto para solicitar financiamiento a Sagarpa y contribuir a mantener en buen estado las fuentes de agua con la posibilidad de ingresos para la comunidad con la construcción de un balneario. El financiamiento les fue otorgado, pero únicamente de dinero. Éste es un ejemplo más de los diversos proyectos turísticos que son financiados por instituciones gubernamentales a lo largo del país, pero sin planeación, sin capacitación y sin seguimiento, aun cuando se requiere de cubrir las etapas de planeación, diseño, construcción, implementación o puesta en marcha y evaluación, para mantener vigente cualquier iniciativa. Para De la Mora:

la explotación, uso o aprovechamiento de las aguas nacionales en actividades industriales, de acuacultura,

La experiencia histórica sobradamente demuestra que

turismo y otras actividades productivas, se podrá rea-

la pobreza social no se combate con programas emergentes ni con subsidios. Se requiere impulsar con la participación amplia y sostenida de la sociedad, reformas

7. Guanajuato es considerado uno de los estados con más altos índices de migración, entre 2009 y 2014 salieron 66 001 habitantes, lo que significó 9.1% del total del país. En 2014 fue la entidad que expulsó la mayor cantidad de migrantes a otros países; ocupa el tercer lugar con un muy alto “grado absoluto de intensidad migratoria” que se refleja en que 8.2% de los migrantes radicados en Estados Unidos sean originarios de Guanajuato, es decir un millón de personas (Comisión Nacional de Población [sf]). Intensidad migratoria a nivel estatal y municipal, Ciudad de México. En www.conapo.gob.mx/work/models/CONAPO/intensidad_migratoria/pdf/IIM_Estatal_y_Municipal.pdf) (Ilarraza, Gálvez, L., “Tierra de migrantes”, Newsweek, núm. 1613, enero de 2018. En https:// newsweekespanol.com/2018/01/tierra-de-migrantes/). 8. Comisión Nacional del Agua, Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento, Tlalpan, México, 2012, p. 79. En www.conagua.gob.mx/CONAGUA07/ Publicaciones/Publicaciones/SGAA-37-12.pdf.

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estructurales y nuevas políticas que afecten la base económica.11

Al financiamiento de proyectos turísticos se requiere agregar asistencia técnica, seguimiento y control, con lo que se podrán medir los resultados positivos o negativos

9. Ibid., p. 89. 10. Ibid., p. 122. 11. L. De la Mora y C. De la Mora, Planeación para la gestión del desarrollo de las culturas, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2010, p. 29.


que generan estas inversiones y los impactos de beneficio directo e indirecto en las personas y sus comunidades. El caso del Ojo de Agua de Ballesteros no es la excepción, ya que a pesar de recibir recursos económicos para la adquisición de materiales y la construcción de infraestructura para desarrollar un establecimiento turístico aprovechando el nacimiento de agua como un balneario de aguas termales, y contar con los recursos naturales para llevar a cabo actividades turísticas de bajo impacto, no ha podido consolidarse ni aprovechar esos recursos en su totalidad. La mayoría de los ejidatarios y habitantes de la localidad se han dedicado únicamente a la agricultura (Figura 1) y ganadería, pero son las remesas de los migrantes a Estados Unidos la principal fuente de ingresos en la localidad. La agricultura se ha convertido en una actividad insuficiente para el sustento de las familias, las cosechas se venden a precios mínimos a los acaparadores que las distribuyen. Dadas las condiciones precarias de empleo, los habitantes han optado por la alternativa del turismo, pero carecen de conocimientos y experiencia en ese rubro. Tienen un proyecto, pero éste no contempla capacitación para su desarrollo, ni asesoría, y aunque para los habitantes no son factores determinantes para llevar adelante su proyecto, pensamos que estas carencias podrían coadyuvar a que su propuesta sea efímera y con pocas posibilidades de crecimiento (Figura 1).

Figura 1. Don Marcelino Cerritos, en preparación para la siembra del maíz. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

Salvatierra, capital Ejido de Ojo de Agua de Ballesteros

Figura 2. Localidades del municipio de Salvatierra, Guanajuato. Fuente: Guía turística y del agua de Salvatierra, 2016. En https://es.slideshare.net/ PascualZarate/guia-final-agua.

Ojo de Agua de Ballesteros, Salvatierra, Guanajuato La comunidad se encuentra ubicada en el municipio de Salvatierra en el estado de Guanajuato (Figura 2), los habitantes más antiguos de la comunidad mencionan que su nombre, Ojo de Agua de Ballesteros, se origina por la gran cantidad de agua que hay en la región y por el apellido de los principales hacendados (Ballesteros). La población total de la localidad es de 1 764 habitantes, de los cuales 861 (48.8%) son hombres y 903 (51.2%) mujeres12 (Figura 2). El pueblo indígena Ojo de Agua de Ballesteros comprende más de mil hectáreas de tierras, compuestas por un bosque de 228 hectáreas con flora y fauna endémica, la presa de San Bartolo, conocida también como La Laguna, abarca 20 hectáreas, un nacimiento de agua termal,

12. En este trabajo se utilizan los datos de población del censo inegi 2010, debido a que el conteo de 2015 se realizó únicamente en las localidades con 50 000 o más habitantes. En www3.inegi.org.mx/sistemas/sisept/ Default.aspx?=mdemo139&s=est&c=27504.

La gestión del patrimonio natural como uso turístico en el ejido Ojo de Agua Ballesteros, Guanajuato 113


llamado Balneario, 20 hectáreas de terreno sin ocupar, 16 ojos de agua (varios de ellos termales con vocación turística) y reservas de tierra agrícola de riego y temporal.13 La localidad de Ballesteros se encuentra a treinta minutos aproximadamente de la capital de Salvatierra. Cuenta con dos camiones de transporte público que son administrados por dos habitantes de la comunidad y durante el día se alternan los viajes de la localidad a Salvatierra. Tiene también un ejido que está conformado por 60 ejidatarios. Actualmente, los ejidatarios consideran que deben aprovechar el manantial a través del turismo comunitario, y han comenzado un proyecto llamado el Balneario. Se trata de aprovechar el nacimiento de agua termal y hacer un complejo con piscinas y los servicios básicos para su funcionamiento, además de tener zonas de estancia y diversión infantil, para ofrecer un espacio de recreación familiar de estancia prolongada. En el lugar se han construido dos piscinas, ubicadas alrededor del nacimiento del agua termal, el sitio ha tenido un crecimiento paulatino con financiamiento público y lo han habilitado con regaderas, vestidores, baños, juegos para niños y palapas. En el mediano plazo se pretende incluir la presa para senderismo como actividad complementaria y ofrecer paseos a turistas para la observación de flora y fauna, actualmente es utilizada como un sistema de riego de auxilio para la actividad agrícola. Los visitantes son principalmente locales, de los ejidos vecinos y de los municipios de Guanajuato, aunque ocasionalmente llegan de Querétaro y de la Ciudad de México. Metodología Esta investigación de estudio de caso utilizó una metodología con enfoque cualitativo. Las principales técnicas de investigación que se emplearon fueron la etnografía, la entrevista semiestructurada y la observación participante. Como menciona Alcocer,14 es a través de la etnografía que los investigadores se pueden adentrar en la visión de la

comunidad y tener un acercamiento sobre la percepción que tienen los habitantes del proceso de cambio. Con está técnica, se obtuvo información que sustentan los datos históricos del ejido y antecedentes del Balneario, así como la valoración de la experiencia de la actividad turística en la localidad. La entrevista semiestructurada se utilizó porque permite conducir parcialmente la conversación y obtener información precisa para conocer el punto de vista de las personas y la percepción que tienen de las situaciones que se presentan en la comunidad. Las entrevistas se realizaron teniendo como referencia un guion de preguntas establecidas, pero con la flexibilidad de generar nuevas durante la conversación, comprobándose lo que menciona Sieira, “la entrevista cualitativa se encuentra a medio camino entre la conversación cotidiana y la entrevista formal”,15 pues se obtuvo la confianza de los entrevistados y fue más fácil compartir sus vivencias en su contexto social. Desde la llegada a la localidad, se inició la búsqueda de actores clave: ejidatarios, autoridades ejidales, familiares de personas que forman o formaron parte del comité administrador del Balneario y pobladores de la tercera edad, para reconstruir con diferentes perspectivas la evolución del ejido y del Balneario. Eran también elegibles los ejidatarios que tuvieran algún cargo. Se entrevistó a 20 informantes, entre los que estuvieron ejidatarios de mayor edad, el comisario ejidal, algunos miembros de la mesa directiva y habitantes de la comunidad que se encontraban directa o indirectamente involucrados con la actividad del espacio turístico. Fetterman menciona que los actores clave pueden proveer detalles históricos y conocimiento acerca de las relaciones interpersonales contemporáneas, incluyendo conflictos, por eso son una excelente fuente de información.16 El número de informantes se determinó en el sitio, con ayuda del comisario ejidal quien proporcionó direcciones y nombres de los candidatos. Se diseñó el plan de visitas,

13. G. Miranda, Contribuciones de las ciencias sociales al estudio de la región Laja-Bajío, Guanajuato, México, México, Universidad de Guanajuato, 2014. 14. E. Alcocer, El ecoturismo cultural en una comunidad maya de Yucatán, Tesis de maestría, Yucatán, México, Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, 2007.

15. F. Sieira, “Función y sentido de la entrevista cualitativa en la investigación social”, en Galindo, L. (Coord.), Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación, México, Pearson, 1998, p. 297. 16. D. Fetterman, Ethnografy: step by step, Estados Unidos de América, Sage, 2010.

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las rutas, el itinerario y los horarios de acuerdo con la disponibilidad de las personas. Se preguntó sobre la historia del nacimiento de agua, la postura de los diferentes actores relacionados con la actividad turística, los apoyos que se gestionaron para la construcción del Balneario, la organización para el funcionamiento del mismo y los problemas laborales y personales que se presentaron en el ejido. Vivir en el poblado permitió llegar al punto de confianza con los entrevistados y la cotidianidad permitió mayor apertura y colaboración para compartir sus vivencias sobre el Balneario, su vida diaria familiar y su relación con los vecinos. La apertura en la conversación y los mayores detalles se obtuvieron varios días después de nuestra llegada, cuando los pobladores se acostumbraron a la presencia de alguien de fuera del lugar. Con la observación participante, se recabaron datos en diarios de campo sobre las diversas actividades laborales, las actividades de mantenimiento del Balneario, afluencia y comportamiento de los turistas. Se registraron también temas y datos diversos que surgieron en las pláticas informales con habitantes de la comunidad y de las actividades que realizan estos en espacios públicos de la localidad. Resultados La actividad turística inició con el registro, regulación y cobro de las personas que visitaban el nacimiento de agua y eso empezó a mermar la relación entre los ejidatarios, pues algunos se sintieron excluidos. Durante la elaboración del proyecto del Balneario y la construcción de infraestructura de apoyo, tuvieron desacuerdos y divisiones del grupo original, pero el factor primordial de separación fue el manejo de los recursos financieros y la operación del mismo. La preocupación de los habitantes de la localidad de Ojo de Agua de Ballesteros por preservar sus recursos naturales fue adquiriendo fuerza, principalmente entre las personas de la tercera edad, pero sus ideas no fueron tomadas en cuenta y se sintieron excluidos; estos entrevistados señalaron que a través de los años han sido testigos del agotamiento de la flora y la fauna local. Opinan que: “eso no hubiera ocurrido si les hubieran hecho caso, pero los jóvenes no escuchan”, ahora están en la búsqueda de alternativas que permitan su preservación.

Los ejidatarios actualmente se organizan para cuidar y dar mantenimiento al nacimiento de agua; han mostrado mucho interés en buscar nuevos apoyos gubernamentales o de instituciones públicas para cuidar y preservar los otros recursos naturales, que pueden coadyuvar al Balneario y a incrementar la afluencia turística, siempre con actividades de bajo impacto. El registro demuestra que los turistas del Balneario vienen de los ejidos guanajuatenses del Charco Largo, la Moncada, San Nicolás, Urirero, Tarimoro y de las ciudades de Guanajuato, Querétaro y Ciudad de México. Tiene una cobertura prácticamente local, se requiere de estrategias de promoción y publicidad para incrementar el flujo de personas de lugares más lejanos. Durante la primera semana en el lugar, pudimos participar en una actividad del ejido (Figura 3) que organizó la Universidad de Guanajuato, llamada “Encuentro de saberes”. Como primera actividad de la reunión, se convocó a la mesa directiva ejidal, académicos y representantes de organismos públicos y privados para realizar un recorrido por las tierras que comprendían el Balneario y la presa de San Bartolo (Figura 3). Durante el recorrido los ejidatarios expusieron el potencial para realizar actividades turísticas del Balneario y de la presa (Figura 4); asimismo, solicitaron apoyo para

Figura 3. Recorrido por las tierras del ejido. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

La gestión del patrimonio natural como uso turístico en el ejido Ojo de Agua Ballesteros, Guanajuato 115


la realización del proyecto de ampliación y ayuda técnica para mejorar la infraestructura. Los ejidatarios están convencidos de que con esas actividades se pueden generar mayores ingresos y, por ende, la creación de más empleo para los habitantes (Figura 4). El nacimiento de agua fue utilizado antiguamente por los ejidatarios de Ojo de Agua de Ballesteros y Urireo como lavadero de ropa, lugar para bañarse (Figura 5) y como fuente de agua para el ganado, como recuerda doña Beatriz:

Figura 4. Recorrido en tractor. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

Ahí lavábamos y nos bañábamos, nada más era eso, el grande ése el que está en cuadrito y luego el Piojito que le dicen, y como te digo había bien rete-hartos pescaditos acá en el Piojito, y ya se acabó eso, y ahí lavábamos y nos bañábamos y luego hasta venían los animales, luego nos corríamos más a la orilla, porque estaban las vacas casi nos pisaban ahí los talones… (Beatriz Gallardo, 2015).

Fue por estas razones que hace 30 años aproximadamente, en una asamblea ejidal, se decidió delimitar el área del terreno que comprendía el yacimiento; con la idea de regular el acceso de los habitantes de los ejidos vecinos y así llevar un control de la zona, lo que ayudaría también a la limpieza del sitio y al cuidado del agua. La idea de establecer al ojo de agua como un balneario ejidal surgió de la inquietud de los ejidatarios por tener una fuente de ingresos adicional a sus actividades primarias, don Salvador nos dice: De aquí pueden, se pueden sacar algunos centavitos,

Figura 5. Nacimiento de agua original. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015, de la imagen original de Antonio Maldonado,1987.

Al inicio, de 1990, se empezó a cobrar una cuota mínima de cinco pesos, y todos esos ingresos eran utilizados para la limpieza y mantenimiento del lugar. A partir de 2007, el comisario ejidal en turno don Alfonso (Figura 6), propuso la idea de establecer el ojo de agua como un balneario ejidal.

porque venía mucha gente de fuera de todas maneras, no era nomás la de aquí del poblado, venía mucha gente

Pues bueno, señores, estamos desperdiciando esta

de afuera a bañarse, así como al balneario rústico, pero

agüita calientita, tenemos la cabecera municipal muy

no se cobraba… (Salvador Maldonado, 2015).

cerquita, a quince minutos, pues bueno, vamos a aprovechar, ¿por qué no aprovechamos para beneficiar? Y de

Los ejidatarios han demostrado interés por obtener apoyo del gobierno e instituciones públicas para cuidar y preservar sus recursos naturales a través del turismo comunitario de bajo impacto. El balneario ejidal es su primera experiencia como actividad turística, nunca se habían planteado realizar algo así.

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alguna manera podemos hacer que haya algún ingreso para el ejido. Entonces pues sí, nos empezamos a organizar y empezamos a sacar árboles, a sacar todo lo que era escombros, todo lo que era espinas y a reforestar, de esa manera se empezó a mejorar todo esto, verá… (Alfonso Puga, 2015).


Figura 6. Alfonso Puga, ex comisario ejidal de Ojo de Agua de Ballesteros. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

Figura 7. Nacimiento de agua actual. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

Figura 8. Instalaciones del balneario ejidal. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

Figura 9. Marcelino Cerritos, ejidatario. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

El proyecto y habilitación del nacimiento de agua como Balneario (Figura 7) incluía también otras opciones como la construcción de pozas para cría de peces que servirían para venta de comida, un restaurante y la construcción de una cocina (Figura 8). El proyecto también consideraba la construcción de espacios, pero no se tomaron en cuenta aspectos de capacitación o talleres de atención al público que contribuyeran a la formación de las personas en la realización de actividades de servicio dentro del Balneario. Don Marcelino (Figura 9) menciona que se debió ofrecer una capacitación que los ayudara a brindar un buen servicio y les enseñara a organizarse y gestionar los insumos que serían necesarios: Se debería primero capacitar a las que se van a encargar para que sepan lo que hacen, para no nomás de golpe

y ponerse ahí, pues son amas de casa, no es lo mismo atender su hogar, por ejemplo, que ir a atender a otro tipo de gente, ahí ya no van a ser uno, dos, tres gentes… (Marcelino Cerritos, 2015).

El sitio, en general, tiene potencial, de manera que se ha considerado la inclusión y aprovechamiento de la presa de San Bartolo (Figura 10) para observación de ecosistemas, atractivos naturales, paseos en kayak, observación de aves, recuperación de fauna, senderismo interpretativo y observación sideral. Han recibido visitas de representantes de dependencias gubernamentales para elaborar propuestas de trabajo y construir un parador turístico. También el sector académico (Figura 11) está interesado en participar, firmar acuerdos y cartas compromiso para el desarrollo sustentable del proyecto, pero todavía no se han concretado acciones.

La gestión del patrimonio natural como uso turístico en el ejido Ojo de Agua Ballesteros, Guanajuato 117


Figura 10. Presa de San Bartolo. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

Conclusiones El turismo comunitario en una zona rural es una alternativa viable de preservación del patrimonio de una localidad y, al mismo tiempo, un vehículo para contribuir al control de los problemas sociales, pero se debe considerar que el turismo es una actividad cambiante, de temporadas altas y bajas y requiere de un equipo multidisciplinario para su operación. El apoyo de diferentes organismos públicos y privados para el desarrollo de actividades turísticas en localidades rurales del país va en aumento, sin embargo, la asignación de recursos no es garantía de éxito, se requiere del desarrollo de servicios y esto implica capacitación en diversas áreas. Uno de los factores del fracaso del turismo comunitario es la falta de acompañamiento, ya que al no recibir capacitación o talleres que los inserten en la actividad, los pobladores no pueden aprovechar el patrimonio natural, la infraestructura y recursos materiales con los que se cuentan. Las comunidades rurales han tomado conciencia del cuidado del medioambiente y del resguardo de recursos para las futuras generaciones; en el ejido de Ojo de Agua de Ballesteros se reconoce este patrimonio, pero hasta el momento no han tenido éxito, ya que sólo han podido cuidar el agua del manantial, sin tener acciones específicas para el cuidado del bosque y sus especies vegetales y animales. A partir de esta investigación, nos parece que no existe un organismo encargado de dar seguimiento a los proyec-

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Figura 11. Reunión de representantes de gobierno y la academia con ejidatarios. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

Figura 12. Cosecha de Marcelino Cerritos. Fotografía: Laura Marylu Trejo, 2015.

tos comunitarios y rurales que buscan aprovechar y preservar sus recursos naturales, rescatar el patrimonio y desarrollar actividades complementarias que beneficien a los habitantes de la comunidad (Figura 12). A mí me gustaría muchísimo que protegieran el cerro, está muy bonito. Para mí estaría bien eso, porque en un futuro todos los niños, como sus hijos son los que van a ver eso, ¿y qué les dejaremos? (Rosa Gamiño, 2015).


Figura 13. Alfonso Puga, ex comisario ejidal de Ojo de Agua de Ballesteros.

Figura 14. Rufino Medina, habitante de Ojo de Agua de Ballesteros.

Fuentes consultadas Alcocer, E., El ecoturismo cultural en una comunidad maya de Yucatán, Tesis de maestría, Yucatán, México, Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, 2007. De la Mora, L., y C. De la Mora, Planeación para la gestión del desarrollo de las culturas, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2010. Domínguez, J., “Usos y abusos en el discurso del turismo alternativo en México”, en Gómez, S., Educación superior e investigación turística, retos problemas y desilusiones, México, Universidad de Guadalajara, 2008. Fetterman, D., Ethnografy: step by step, Estados Unidos de América, Sage, 2010. Garduño, M., C. Guzmán y L. Zizumbo, “Turismo rural: participación de las comunidades y programas federales”, en El Periplo Sustentable, núm. 17, México, 2009. Miranda, G., Contribuciones de las ciencias sociales al estudio de la región Laja-Bajío, Guanajuato, México, México, Universidad de Guanajuato, 2014. Sieira, F., “Función y sentido de la entrevista cualitativa en la investigación social”, en Galindo, L. (Coord.), Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación, México, Pearson, 1998.

Comisión Nacional del Agua, Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento, Tlalpan, México, 2012. En www.conagua. gob.mx/CONAGUA07/Publicaciones/Publicaciones/ SGAA-37-12.pdf. Comisión Nacional de Población (sf). Intensidad migratoria a nivel estatal y municipal, Ciudad de México. En www. conapo.gob.mx/work/models/CONAPO/intensidad_ migratoria/pdf/IIM_Estatal_y_Municipal.pdf. Delisle, M, y L. Jolin, ¿Es posible otro turismo? Ética, protagonistas, conceptos, dificultades, buenas prácticas, recursos, vol. i, Costa Rica, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2011. En http:unpan1.un.org/intradoc/groups/ public/documents/icap/unpan050963.pdf. Ibáñez, R. e I. Rodríguez, Tipologías y antecedentes de la actividad turística: turismo tradicional y turismo alternativo, 2012. En www.publicaciones.inecc.gob.mx/libros/669/ tipologias.pdf. inegi, Censo de Población y Vivienda 2010. En http//: www3.inegi.org.mx/sistemas/sisept/Default.aspx?=mdemo139&s=est&c=27504. Ilarraza, Gálvez, L., “Tierra de migrantes”, en Newsweek, enero, núm. 1613, enero de 2018. En https://newsweekespanol.com/2018/01/tierra-de-migrantes/. sectur-datatur, Turismo en México 2016, México, Dirección General de Integración de Información Sectorial, 2017. En www.datatur.sectur.gob.mx/Documentos%20 Publicaciones/TurismoEnMexico.pdf.

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De polvo de estrellas, habitantes de la Tierra y la importancia del sentido comĂşn en la arquitectura 121


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