Mensajero 294

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Domingo 22 de diciembre de 2019

tradiciones navideĂąas La Sagrada Familia, ejemplo de vida P. 15

Octava de Navidad

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Las Posadas, momento de oraciĂłn P. 9

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Jesucristo, lenguaje perfecto y constante de Dios

Directorio Excmo. Sr. D. José António Fernández Hurtado Arzobispo de Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Guillermo Ortíz Mondragón Obispo de Cuautitlán Excmo. Sr. D. Francisco González Ramos Obispo de Izcalli Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G Obispo de Ecatepec Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva Obispo Emérito de Ecatepec Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teotihuacán Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

Siempre es providencial poder celebrar la Navidad, y es bueno que nosotros -los católicos-tengamos bien claro que la Navidad es un tiempo de gracia, un tiempo de bendición especialísima por parte de Dios; por lo tanto, no debemos confundirnos en la centralidad que tiene esta celebración: se trata de Jesucristo. Es el nacimiento de Jesucristo nuestro Señor, que llega a la tierra hecho carne para hacernos llegar todo lo que sabe acerca de su Padre, y podríamos sintetizarlo en esta palabra: Dios quiere que todos los hombres se salven. Y por eso Dios, a partir de Jesucristo, ha dejado todo lenguaje antiguo, toda expresión antigua; si acaso tuvo algo de brillante y de cierto, la recoge Jesucristo; si hubo algo que no se entendió, si hubo algún aspecto que quedó confuso o difícil, entonces, ahora el lenguaje perfecto y constante de Dios es Jesucristo, la presencia viva de Dios es Jesucristo, el movimiento de Jesucristo es el movimiento y dinamismo de Dios. Para ello es muy importante que nosotros contemplemos desde el primer instante su ingreso a la tierra, que se da en el seno de la Santísima Virgen en Nazaret, y se manifiesta en Belén cuando su nacimiento. En ese momento se abrieron los

cielos, y llenos de alegría los ángeles cantaron: ¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz! A partir de Jesucristo, los cielos se abren desde la tierra, y la luz de Dios, la gloria de Dios, curiosamente no apareció sobre su cuna en el sitio del establo de Belén, sino que apareció en el campo de los pastores, porque Jesucristo, todo Él es para los hombres. Sin embargo, quiero que nos fijemos. Todos nosotros debemos fijarnos primero en la persona pequeñita, humilde de Jesucristo pero flanqueado por la Santísima Virgen y san José. Hoy, esto para nosotros será un alimento espiritual inmenso, ver que en la noche, en medio de la oscuridad, en medio de infinitas carencias, en medio de un chiquero, tal vez sucio, maloliente, en un lugar indigno, la Santísima Virgen y san José fueron capaces de establecer un hogar en armonía, feliz, capaz de servir, capaz de ayudar, capaz de disfrutar con una paz infinita el don de Dios. Hoy pensamos que para las cosas de Dios necesitamos espacios acogedores, agradables, incluso elegantes. Que la Navidad nos ayude a atender que donde haya corazones capaces de amar ahí empieza la luz de Dios a irradiarse en nuestros corazones.

+ Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco

Excmo. Sr. D. Jorge Cuapio Bautista Obispo Auxiliar de Tlalnepantla DIRECTOR GENERAL Mons. Víctor René Rodríguez Gómez Presidente de la Comisión Provincial para la Pastoral de la Comunicación DIRECTORA EN TURNO Abril Villanueva COLABORADORES Equipo de la Pastoral de la Comunicación de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla Los artículos y opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los autores y no representan necesariamente la posición oficial de la Iglesia ni de este medio de comunicación. Registro en trámite.

Es una publicación catorcenal de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla. Se distribuye en la Arquidiócesis de Tlalnepantla y en las Diócesis de Cuautitlán, Izcalli, Ecatepec, Texcoco, Teotihuacán, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco.

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¿Y tú ya estás listo para vivir la Navidad? Por: Pbro. David Romero / Diócesis de Ecatepec

Ya estamos muy cerca de celebrar la Navidad, algunos dirían: a la vuelta de la esquina. Esta es la gran celebración que los cristianos esperamos con ansias, pero tendríamos que cuestionarnos ¿estamos listos para vivir la Navidad? O solo nos estamos preparando para disfrutar de una cena, un festejo donde el festejado no es tomado en cuenta, donde nos damos regalos, pero estamos muy lejos de poder verdaderamente vivir la Navidad con Cristo. Podemos observar en nuestros días cómo las plazas y centros comerciales se llenan, en donde muchos acuden a hacer sus comprar porque dicen que se están preparando para vivir la Navidad… para nosotros cristianos católicos qué significado tiene esta festividad, ya que nos hemos dejado permear por lo que el mundo y la sociedad van presentado, la cultura del consumismo se muestra disfrazada de Navidad. Es curioso cómo en estos días todos hablamos de Navidad, pero sin hablar de Cristo, todos queremos hacer cenas, pero sin Cristo, queremos dar regalos, pero sin Cristo, queremos vivirla, pero sin Cristo. Por ello debemos darnos cuenta que prepararnos para la Navidad no es solo surtir nuestros hogares de comida, bebida, pavo, dulces, regalos, adornos navideños, etc. Vivir la Navidad va más allá; para nosotros debe simbolizar el gran acontecimiento de que Dios quiere estar con nosotros, todo lo externo deberá ser un reflejo de nuestra preparación interior, como cristianos debemos preparar nuestro corazón buscando la reconciliación con Dios, con nuestro prójimo y con nosotros mismos, si no hemos preparado nuestro corazón, aunque ya tengamos todo lo externo, no podemos hablar de que ya estamos listos… estamos aún a tiempo de preparar verdaderamente nuestro corazón y así vivir la Navidad.

La paz, camino de esperanza Paz y Esperanza, es la propuesta del Papa Francisco para toda la Iglesia al iniciar el año 2020, para celebrar el 1 de enero la 53° Jornada Mundial de la Paz. Titulado “La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica”, el Papa afirma que la paz, es objeto de nuestra esperanza, un bien precioso al que aspira toda la humanidad, que nos pone en camino, nos da alas para avanzar, incluso ante los obstáculos. Ante la necesidad de una ética global de solidaridad y cooperación, para el Papa es imprescindible, incluso urgente, “buscar una verdadera fraternidad, que esté basada sobre nuestro origen común en Dios y ejercida en el diálogo y la confianza recíproca. El deseo de paz está profundamente inscrito en el corazón del hombre y no debemos resignarnos a nada menos que esto”, alcanzar la paz. En el mensaje se advierte que no se puede realmente alcanzar la paz a menos que haya un diálogo convencido de hombres y mujeres que busquen la verdad más allá de las ideologías y de las opiniones diferentes, porque el compromiso con la paz debe edificarse como un camino que hacemos todos juntos, buscando siempre el bien común y comprometiéndonos a cumplir nuestra palabra y respetar las leyes. Cuánta verdad hay en este llamado, donde el principio de paz, ciertamente, inicia en cada uno de nosotros, en cada cristiano y personas de buena voluntad.

Sin embargo, es el Papa quien indica que trabajar por la paz es un trabajo paciente que busca la verdad y la justicia, que honra la memoria de las víctimas y que se abre, paso a paso, a una esperanza común, más fuerte que la venganza, y de la honda necesidad de abandonar el deseo de dominación de los demás, que son hermanos, ante los que se debe despertar la capacidad de compasión y solidaridad creativa. Trabajar por la paz, también se necesita en el esfuerzo por promover el respeto por la Casa Común y abandonar la explotación abusiva de los recursos naturales, por lo que nos llama a favorecer una práctica de una conversión ecológica: “necesitamos un cambio en las convicciones y en la mirada, que nos abra más al encuentro con el otro y a la acogida del don de la creación, que refleja la belleza y la sabiduría de su Hacedor”. La paz, como resultado de la fraternidad, desde “la cultura del encuentro entre hermanos y hermanas rompe con la cultura de la amenaza. Hace que cada encuentro sea una posibilidad y un don del generoso amor de Dios. Nos guía a ir más allá de los límites de nuestros estrechos horizontes, a aspirar siempre a vivir la fraternidad universal, como hijos del único Padre celestial”. Lograr la paz, justicia y libertad, sigue siendo el anhelo y la esperanza de nuestro pueblo mexicano. Todos juntos lo podemos hacer realidad.


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Fiestas de Adviento y Navidad Por: Lic. María del Carmen Máximo, Diócesis Valle de Chalco

La Pastoral Juvenil unida a la Pastoral de Adolescentes y la RED de Comunicadores de la Diócesis de Valle de Chalco, celebraron respectivamente su Velada y Posada Diocesana de Adviento y Convivencia Navideña, en las instalaciones del Seminario Diocesano San Juan Pablo II, el pasado sábado 14 de diciembre. El Pbro. Rodolfo Argueta Alanís, encargado de la Pastoral Juvenil acompañó durante

la Velada a los jóvenes y adolescentes, que participaron con gran disposición en las dinámicas, concursos y exposición de temas. La celebración que tuvo como objetivo crear un ambiente de unidad en los jóvenes para encaminarlos a participar en la VII Asamblea Diocesana, culminó con el quiebre de piñatas y la cena. La Convivencia Navideña de la RED de Comunicadores, reunió a sus integrantes

pertenecientes a las tres Vicarías Episcopales para celebrar con alegría las festividades decembrinas, inició con las palabras de bienvenida del Diácono Fernando Rojas Nava, Responsable de la Comisión Diocesana de la Pastoral de Comunicación CODIPACS. En el Auditorio del Seminario Diocesano, los comunicadores de la Vicaría de Santiago Apóstol de la zona Chalco, presentaron la divertida Pastorela: “Arráncame la vida, pero déjame el celular” escrita y dirigida por Jorge López Cruz. Al finalizar la actuación, los comunicadores recibieron un reconocimiento por el servicio realizado en sus respectivas parroquias. Para este encuentro de comunión, convivencia y gratitud por un año de servicio, cada comunicador elaboró una tarjeta que intercambió con un compañero, como un signo que estará presente en sus hogares, recordando que “hay más alegría en dar que en recibir”. La fiesta siguió con la merienda, las piñatas y los aguinaldos. A todos les agradecemos por ser parte de esta familia de la RED de Comunicadores al servicio del Evangelio y los invitamos a seguir caminando juntos.

Akáthistos: honrando a la Madre de Dios Por: Codipacs Ecatepec Como cada año nos reunimos Es un himno de acción de gra- la Iglesia, como Madre de Dios y para honrar a la Madre de Dios cias, en donde recordamos la in- madre nuestra, por ello podemos con el himno del Akáthistos, him- tervención de María en la vida de decir que este himno expresa la no con el cual cantamos y realizamos alabanzas a la Virgen, este año tuvo lugar en el Seminario Conciliar del Espíritu Santo, en donde Sacerdotes, Seminaristas, Vida Consagrada y Pueblo de Dios, participamos de esta liturgia especial, en la que de forma poética recordamos los acontecimientos de nuestra redención. Este himno de alabanza nacido en el Oriente cristiano hace más de 1,500 años, es un himno litúrgico dedicado a la Madre de Dios (Theotokos: la que dio a luz a Dios), Akáthistos significa “no sentado” y se llama así porque se canta y se escucha de pie en señal de reverencia, como el Evangelio en la Eucaristía.

vida de la Iglesia que camina hacía Dios de la mano de María. El himno del Akáthistos es una composición inspirada, que contempla a la Virgen-Madre en el proyecto salvífico de Dios desde la creación hasta el último cumplimiento, uniéndola indisolublemente a Cristo y a la Iglesia, cual Madre del Verbo y Esposa inmaculada del Esposo divino. El himno armoniza el contenido cristológico y el mariano, subordinando sabiamente la Madre al Hijo, la alabanza mariana a la glorificación divina. Por lo tanto, el Akáthistos canta el misterio de la Virgen-Madre en el misterio de Cristo y de la Iglesia y el acontecimiento de la Encarnación y de la Navidad a la luz de la Pascua del Redentor y de los redimidos.


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Celebración de San Juan Diego Por: Codipacs Cuautitlán

De la Reconciliación a la Fraternidad: Asambleas Parroquiales 2020 Por: Codipacs Texcoco

El pasado 9 de diciembre nuestro Obispo don Guillermo Ortiz Mondragón, celebró la festividad de san Juan Diego en el Santuario de la Quinta Aparición de Nuestra Señora de Guadalupe y casa de los dos videntes, llamado cariñosamente “El Cerrito”. En este día asistieron muchos peregrinos de diferentes lugares del país, para honrar a nuestro tata san Juan Diego Cuauhtlatoatzin. En la misa concelebraron los presbíteros de la Diócesis con el señor Obispo, quien en su homilía nos animó y nos dio a conocer que el Señor es el Creador, y llama a la santísima Virgen María y le concede la fuerza de ser Madre de Nuestro Señor Jesucristo. Madre que le habló a nuestro tata san Juan Diego, y explica nuestro Obispo: “Juan Diego entra en la vida de la Iglesia de manera más misionera; de discípulo pasa a misionero y desde ese momento empieza a anunciar y a proclamar la presencia de Guadalupe, en el mercado aquí de Cuautitlán, desde esta Casita en Tlayacac, y recorre y va a Tlatelolco y ahí habla de la Señora del Cielo”.

Al finalizar la celebración Eucarística, el Pbro. Marcos Antonio Rodríguez, rector del Santuario de la Quinta Aparición, invita a visitar este lugar diciendo: “Estamos en el Cerrito, aquí donde empezó todo, aquí donde vivieron los dos videntes de la Virgen de Guadalupe, san Juan Diego Cuauhtlatoatzín y su tío Juan Bernardino. Aquí donde trabajaron la tierra, porque fueron campesinos, donde fueron fabricantes de alfarería (incluso en los vestigios de la casa se encontró el cuarto de alfarería) y fabricaban petates. Aquí dónde Dios envío a la Madre de su Hijo, para intervenir en la sanación de Juan Bernardino, que estaba enfermo de la viruela, enfermedad que trajeron los españoles. También aquí, en Tlayacac Cuautitlán donde ella le dio al tío de san Juan Diego el nombre que quería llevar ‘Guadalupe la que aplasta la serpiente’, en este lugar estamos de fiesta celebrando a nuestro tata san Juan Diego”. ¡Venga a visitar Cuautitlán! Visiten este Santo lugar “El Cerrito”.

Texcoco, Méx. 16 de diciembre 2019. El Equipo Diocesano de Animación Pastoral (EDAP) encabezado por Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, obispo de Texcoco, y coordinado por el Pbro. Elmer Jacob Deleón, vicario de pastoral, preparó y publicó los materiales para el desarrollo de las Asambleas Parroquiales de Pastoral 2020, a realizarse durante los meses de enero y febrero próximos. A raíz de la V Asamblea Diocesana de Pastoral celebrada el 8 y 9 de agosto, la Diócesis de Texcoco inauguró la segunda fase de la primera etapa de su Plan Diocesano de Evangelización y Renovación Pastoral, fase que tiene como característica principal: La Fraternidad. Es por ello que el contenido propuesto para llevar a cabo las Asambleas Parroquiales, busca aportar un camino inicial de reflexión, análisis y acción, que transite de un proceso de Reconciliación, ahora visto como permanente, hacia la Fraternidad, partiendo de tres temas centrales: 1) De la Fase de la Reconciliación a la Fase de la Fraternidad; 2) Fase de la Fraternidad; y 3) Ante la 2da. Fase de la 1ra. Etapa del Plan: Programar, para organizar

y dinamizar en comunión y participación la Vida Pastoral de la Iglesia. La 2ª Fase de la 1ª Etapa del Plan: “Sensibilización a la Fraternidad”, tiene como objetivo el que “Los habitantes de la Diócesis de Texcoco, se abren a la relación interpersonal, son solidarios ante las necesidades y son corresponsables en la generación de soluciones, fomentando la participación activa en los espacios de encuentro interpersonal y comunitario, a fin de que, sintiéndose amados y tomados en cuenta se dispongan a ser Iglesia-Comunión”. Los convocados a participar de la Asamblea Parroquial de Pastoral son los agentes de pastoral, profesionistas, estudiantes, autoridades civiles y religiosas, y personas del pueblo en general, quienes viven y actualizan el kairós de Dios, un tiempo oportuno de gracias especiales que refuerza el llamado a experimentar con más vigor, esperanza y determinación, la vocación cristiana, la pertenencia a la Iglesia y el compromiso pastoral. La descarga de los materiales es a través del sitio web www. diocesisdetexcoco.mx


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Las posadas como factor de evangelización y promoción de la vocación Por: Codipacs Izcalli Este dieciséis de diciembre comienzan las posadas que no sólo son una tradición mexicana muy peculiar y característica, llena de colorido y de sabores, de aromas y, especialmente, de alegría, para rememorar el caminar de la Santísima Virgen María y San José rumbo al nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en el pesebre de Belén. Durante el México Colonial, las posadas gozaron de gran difusión como un instrumento de catequesis tanto de nativos como de criollos y peninsulares, ya que los religiosos que asumieron la evangelización de las colonias de ultramar, a través de los cantos, el rosario, los misterios, letanías y piñatas, generaron importantes alegorías para presentar el nacimiento del hijo de Dios y proponer las virtudes.

Sobre este particular, el equipo de la Pastoral Vocacional ha visto como una tarea prioritaria, no sólo la evangelización y catequesis, especialmente de niños y adolescentes, también la promoción de la vocación entre este sector de la diócesis, haciéndoles conscientes a los jóvenes de su llamado a la vida, a ser cristiano y a una vocación específica. En este sentido, desde este catorce de diciembre en los decanatos los seminaristas de la Pastoral Vocacional se han dado a la tarea de llevar a cabo durante los fines de semana de diciembre, posadas vocacionales en los Centros Vocacionales Diocesanos, con el objetivo no sólo de compartir y divertirse sanamente, también con el objetivo de evangelizar y, desde luego, fomentar la comunión y el compartir muy temprana edad.

Particularmente, este catorce de diciembre en San José el Vidrio, municipio de Nicolás Romero, alrededor de cuarenta adolescentes y jóvenes, coordinados por el equipo de Pastoral Vocacional de la Diócesis de Izcalli, cantaron las letanías, reflexionaron la palabra de Dios y, especialmente, compartieron el gozo de la vocación con énfasis en el llamado que nos hace la estrella de Belén:

seguir a nuestro Señor Jesucristo, como norte de nuestra vida y capitán de nuestra existencia. Así, a lo largo de los fines de semana previos a la navidad los jóvenes y adolescentes de nuestra Diócesis tendrán la oportunidad de compartir, divertirse sanamente y reafirmar a la luz de la palabra su llamado a la vida y a seguir a Jesús nuestro Salvador.

Akáthistos y Posada de la Vida Consagrada 2019 Por: Sofía Godínez Texcoco, Estado de México, 08 de diciembre de 2019. Se llevó a cabo en la santa Iglesia Catedral de Texcoco, el homenaje solemne que la Vida Consagrada realiza año con año a la Virgen María: los Akáthistos, al que en esta ocasión se unieron decenas de fieles laicos, quienes también manifestaron su amor y gratitud a la Virgen María, compartiendo el canto. Esta manifestación de oración y alabanza fue presidida por Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, quien compartió su mensaje al pueblo de Dios: “Este es el camino de la humanidad, gracias a la Santísima Virgen. El camino del bien, el camino de la alegría, el camino de la bondad, el camino

del servicio, de la disponibilidad, el camino de la nobleza, el camino de la inocencia, el camino de la entrega total, y lo vemos en la Santísima Virgen en una forma espléndida, por eso la Iglesia no se cansará de felicitarla,

reconocerla, alabarla, tenerla cerca, impregnarse de su santidad, impregnarse de su corazón… En nuestro canto, nuestra Diócesis presenta solemnemente todo su cariño, todos sus piropos, todas sus alabanzas a la

Santísima Virgen María, porque ella nos ha arrancado de esa experiencia fatal, aquella ruptura que trajo el pecado”, expresó. También participaron los presbíteros: Oscar Manuel Méndez González, de la comunidad de Misione-

ros Servidores de la Palabra y Eliseo Oloarte Esquivel, Rector del Seminario Diocesano de Texcoco. Al término de los Akáthistos, las comunidades religiosas se reunieron para celebrar su tradicional posada, en el salón Gante de la Catedral de Texcoco, cuya convivencia estuvo amenizada por Villancicos, interpretados por el coro intercongregacional, mismo que armonizó el canto de los Akáthistos. El festejo se complementó con la representación de una Pastorela, interpretada por los Jóvenes Misioneros Servidores de la Palabra. Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo Diocesano como siempre, cercano a sus fieles, compartió de este acto celebrativo.


Celebremos la Fe

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Resignifiquemos nuestras tradiciones navideñas Por: Codipacs Izcalli

Comenzamos un nuevo año litúrgico y nos preparamos para la Navidad, que no es la celebración de una fecha sino de un hecho: Jesús nace para salvar a la humanidad, un niño que trae consigo paz y libertad. Cada año se realizan pastorelas donde de manera cómica y creativa se representa el nacimiento

del Hijo de Dios, realizamos posadas que recuerdan el peregrinaje de la Santísima Virgen María y San José desde su salida de Nazaret hasta Belén, buscando un lugar para alojarse y esperar el nacimiento del niño Jesús. Es necesario hacer una revisión de cómo vivimos esta celebración. Actualmente hallamos una so-

ciedad que ha comercializado todo, en lugar de tener llenas las parroquias para celebrar este misterio, están llenas las plazas comerciales, nos hemos olvidado del festejado, peor aún vamos a la Celebración Eucarística, pero pensando en todo momento en la cena, no prestamos atención al sacramento. En este tiempo dotamos de significado muchas cosas, algunas de nuestras costumbres las hemos modificado, hemos hecho una mezcla de varias ideologías y culturas; como mexicanos nos agrada colocar un sentido festivo y humorístico a todas nuestras celebraciones, pero a veces quitamos el valor que tienen dichas festividades, podemos relativizar u olvidarnos de su sentido original. Mas es necesario entender el valor que tiene la Navidad y lo que entorno a ella se realiza; primero, observar las tradicionales posadas y pastorelas donde encontramos que la finalidad no es sólo pasar un momento agradable sino un

llamado a la caridad con el prójimo, a hospedar a Jesús en lo humilde de nuestro corazón, romper una piñata donde rompemos con el pecado y que ello nos otorgará lo dulce de la gracia, ir como los pastores a adorar a Cristo, observar cómo siempre será Él quien triunfe sobre el mal. Es importante reconocer que no es la cena, ni quién se vistió mejor, ni los regalos ostentosos; lo que en verdad es relevante es compartir los alimentos con nuestros seres queridos, con los pobres, con los necesitados, en lugar de buscar la ropa de

mos un corazón contrito a Cristo. La Iglesia nos invita a rezar y a profundizar en la Palabra de Dios, pero estamos llamados ante todo a convertirnos en reflejo de la luz de Cristo. La Navidad sí es un tiempo de felicidad, sí es un tiempo de celebraciones, sí nos damos obsequios, cantamos, reímos y compartimos con la familia y seres queridos, pero no olvidemos que el centro de nuestra celebración no somos nosotros, es Jesús. Por tanto, centremos nuestra mirada en el nacimiento del Salvador y en todo lo que gira a su alre-

moda o la más cara, mejor buscar estar vestidos de gracia, de amor a Dios y al prójimo. Otorgamos regalos para todos menos para el festejado, cuando deberíamos regalar tiempo, palabras de ánimo, de misericordia, de consuelo, a nuestros hermanos, a nuestros enemigos y entreguemos ya no oro, incienso y mirra, entregue-

dedor (posadas, piñatas, aguinaldos, pastorelas, cena, etc.) devolvámosle su sentido original. Que todo nos ayude a vivir de mejor manera el nacimiento de Cristo. Permitamos que Jesús nazca en nuestros corazones, y que al nacer en lo humilde de nuestro corazón, ilumine nuestras vidas y nos regale su paz y amor.


Cultura

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La Navidad Por: Mons. Juan Mendoza / Arquidiócesis de Tlalnepantla Después de Adviento como se esperaba en toda la historia que deseaba la paz, llega Navidad. Nadie ni nada lo puede negar. La atmósfera lo dice con su clima invernal, las estrellas lo salmodian con fulgores, el sol no es igual a otras estaciones del año, la luna también lo dice con la brillantez de su luz, en Belén se sigue escuchando, no obstante la distancia de 2019 años, el canto más hermoso en todos los idiomas: ¡Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad! Sin embargo podemos decir, sin tratar de ser pesimistas: qué pena que el hombre de ahora, de esta sociedad y de esta cultura, no viva del todo con la paz, no abra sus brazos para recibir al Redentor en sus hermanos de familia, a sus prójimos en sus barrios y sobretodo en sus Iglesias porque también en ellas ha dejado de estar presente.

La miseria humana expresada en los odios, en los resentimientos, en los ataques violentos en la frialdad fraternal y en la indiferencia religiosa obstaculizan la llegada a Belén para escuchar y cantar en las campiñas de la vida, la noche de paz.

Todo esto nos hace pensar en lo uno y en lo otro, que el centro de la historia, el sentido de la vida y la fuente de la paz en Jesús, así lo dijo Él mismo: “Yo he venido al mundo para que tengas vida y la tengan en abundancia”. La Navidad pues no la hace un

villancico que como una rutina se escucha en todos los rincones del mundo y ahora en los centros comerciales también montados y elegantes, la navidad no lo hacen expresiones hechas por siglos que se quedaron como una filosofía popular pero sin profundidad de la misma. La navidad no la hace unos saludos superficiales, con la simple fuerza de una costumbre que ya expresa muy poco. La navidad nace en el corazón del hombre cuando se encuentra con el dulce amor de Dios en la sencillez, en la buena voluntad, en la paz verdadera, en el amor al hermano y en la tranquilidad de la conciencia. Bien si así lo pensamos unámonos como personas, como familia, como país y como Iglesia para cantar juntos: “Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” ¡Feliz Navidad!

Los Herodes de nuestro tiempo Por: Pbro. Emmanuel Angeles García, Diócesis Valle de Chalco En el Evangelio de Mateo, la figura de Herodes aparece en el relato de la infancia de Jesús. El segundo capítulo de este mismo Evangelio, narra la visita de los Magos de Oriente, quienes preguntan por el Rey de los judíos para adorarlo, esta visita sobresalta a nuestro personaje, quien convoca a los sumos sacerdotes y a los escribas

para preguntarles dónde tenía que nacer el Mesías. Los magos preguntan por el rey y Herodes a su vez, pregunta por el Mesías; pero los magos preguntan por el rey, porque saben que es Dios y su intención es adorarlo. Herodes enterado de las profecías y promesas de Dios a su pueblo, pregunta por el Mesías y

le reconoce como Dios, pues según dice a los magos, también es su propósito ir a adorarlo. Como es sabido, los magos no regresaron a dónde Herodes, quien encolerizado, mandó matar a todos los niños menores de dos años, calculando el tiempo por lo averiguado con los magos. Encontramos tres

características en Herodes, la inquietud, la mentira al decir que quiere adorar y no lo hará y por último, la cólera calculada para su propio bien. Estos tres rasgos llevaron a Herodes a una acción perversa, el asesinato. Hoy esto le sucede a muchas personas que al inquietarse ante una noticia, comienzan por mentir y mentirse a sí mismas, toman decisiones coléricas y calculadoramente deciden asesinar. La causa puede ser un embarazo inesperado o una enfermedad incurable, nos mentimos pensando que esa noticia no existe, tomamos una decisión colérica y calculadora y terminamos asesinando. Herodes significaba el heroico, pero héroe es quien salva no quien asesina. Heroico es José, quien no teme acoger a María y a Jesús (Mt 1,20), al enfermo o anciano y al no nacido.


Cultura

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El Diezmo Por: Oscar Reyes / Diócesis de Ecatepec

Las Posadas, momento de oración Por: Codipacs Texcoco

En el Antiguo Testamento podemos observar que pueblo hebreo tenía diversas medidas jurídicas como la obligación del diezmo, parte de esta exhortación la encontramos en el libro del Deuteronomio… “Ciertamente nunca faltarán pobres en este país; por esto te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquél de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra” (Dt 15, 11). El diezmo en sentido literal significa la décima parte de todos los frutos adquiridos, que se debe entregar a Dios como reconocimiento de su dominio supremo, el diezmo se le ofrece a Dios, pero se transfiere a sus ministros. Según la ley de Mosaica, el diezmo es obligatorio, “El diezmo entero de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de los frutos de los árboles, es de Yahveh; es cosa sagrada de Yahveh.” (Levítico 27, 30) ¿Que nos dice Cristo al respecto? Cristo no rechaza el diezmo, sin embargo, nos muestra cómo

se debe realizar para plenificarlo, él nos invita ya no solo a dar el 10% sino entregarse y donarse la persona misma por amor. Lo podemos notar en el siguiente pasaje: Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: “Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir”. (Mc 12, 42-44) La Iglesia nos enseña en la actualidad a contribuir generosamente con las necesidades, de acuerdo a las posibilidades de cada uno, el cristiano debe dar a la medida de Cristo, quien por amor se entregó por nosotros, ya que esto es parte integral de nuestra vocación de propagar el Reino de Dios en nuestros tiempos, hacer de nuestra entrega el amor al prójimo.

Las posadas tienen lugar los nueve días antes de la Navidad, es decir, del 16 al 24 de diciembre, y con ellas se hace memoria del peregrinaje que realizaron María y José desde que partieron de Nazaret hasta Belén, y buscaban un lugar para alojarse para el nacimiento del Niño Jesús. Las posadas son parte de la historia de México; las implementaron los misioneros, que nos evangelizaron utilizando las artes. La historia registra a Fray Pedro de Gante, franciscano, como creador y difusor de las posadas. También se sabe que los agustinos del pueblo de Acolman realizaban este novenario como preparación a la fiesta de Navidad. Exclusivamente religiosas, luego se introdujeron cantos y oraciones populares y la costumbre de repartir al final frutas y dulces para los niños. El lugar de las posadas, al principio, fueron los atrios de los templos; pasando el tiempo, las viviendas familiares. En las posadas actuales ha habido una enorme evolución en modos, lugares, participantes, etcétera, lo cual es aceptable, mientras no se pierda su sentido fundamental que es la preparación para celebrar digna y cristianamente la Navidad. Las posadas, en su forma original, se han de iniciar con el rezo del Rosario seguido de la procesión mientras se canta o se reza la letanía a la Virgen;

se pide posada cantando; se encienden velitas y fuegos artificiales; se rompen piñatas, y después viene la tradicional cena, con ponche caliente y buñuelos. También se intercambian regalos y “aguinaldos”, o sea canastitas con ricos dulces. Las posadas son una expresión de la fe viva del pueblo mexicano, todos desde los niños hasta los adultos anhelan el inicio de las posadas, porque traen alegría, al compartir con los seres queridos y los amigos estos momentos de preparación para la Navidad. Aunque nos gloriamos de ser hombres consientes y tecnificados, a veces realizamos actividades sin saber a dónde vamos y a qué nos comprometemos. Por eso, sepamos que su objetivo y compromiso consiste en: 1. Abrir nuestra mente, nuestro corazón y nuestro ser a Dios, que nos pide con amor hospedaje. 2. Encontrarnos con Jesucristo en donde Él habita, es decir, en nuestro prójimo. 3. Aumentar nuestra fe, recordando el hecho del nacimiento de Jesús por mí. 4. Descubrir el mundo nuevo del amor y la participación de nuestro ser y deber. Vivamos y celebremos las posadas con alegría y entusiasmo, y que ellas nos ayuden a comprender el gran acontecimiento: Dios se ha hecho hombre para que seamos hijos de Dios y hermanos de todos.


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“Navidad, el día que Jesús no quería nacer” Por: P. Ángel Luis Lorente / Asesor espiritual de ACN-México

Para todos ustedes lectores, amigos, bienhechores y colaboradores, desde la estrechez de estas líneas y en nombre de todo el equipo de ACN-México les deseo una Feliz y entrañable Navidad. Cada año cuando se acercan estos días cargados de vida familiar, Nostalgia y Felicidad, no podemos ni debemos olvidar que habrá muchos hermanos nuestros que no podrán disfrutar de la misma manera o simplemente no tendrán Navidad. “Por eso hoy, en estos días en que es más fácil creer, que uno retorna al tiempo cuando la imaginación era más poderosa que la realidad, que la inocencia nos dominaba aún, voy a contar algo que juraría que me contaron… No lo sé. Lo soñara, lo viviera o lo imaginara, lo cierto es que escribo al dictado de esta carta que me aparece y se me pierde entre las manos y en la que no tengo más remedio que creer.” Revivo el recuerdo de aquella sorprendente historia de unos niños que terminado su nacimiento se dan cuenta que ha desaparecido el Niño Jesús. Esa historia escrita por esa pluma comprometida y apasionada de Antonio García Barbeito, y tantas veces narrada y escenificada:

“El día que Jesús no quería nacer”. Les invito a que la lean completa o la escuchen en estos días, para no perder detalle, pues yo tan sólo les traeré cierta interpretación de su guión. Los personajes del nacimiento empiezan a tomar vida, y el Ángel les anuncia que Jesús no nacerá: “… ¡Sépanlo: Jesús, el Mesías no nacerá! Su Padre, el Altísimo, sabe que el mundo es contrario a su Nacimiento, porque el mundo tiene consciencia de la gravedad de un salvador en esta hora…” Qué duras palabras, sobre todo si sacadas del relato, las traemos a la realidad: “El mundo es contrario a su nacimiento”. Uno por uno, aquellos personajes de porcelana, empiezan a elevar su queja justificada al Ángel de Dios, el molinero, la lavandera, el gañán, la costurera, el leñador, la posadera, los pastores, el vendedor, los reyes magos… sin ningún problema podríamos sustituir nuestras actividades y profesiones de hoy, el caso es que ninguno es capaz de hacer cambiar la decisión de Dios de no permitir el nacimiento de su Hijo… hasta que aparecen nuevos personajes (virtudes) interpelando,

para sorpresa del Ángel y de Dios mismo: la Justicia, la Paz, la Pobreza, la Fe, la Libertad, la Esperanza, el Amor. “… Y cuando el ángel pensaba, decir otra vez que no, algo le dijo la Luna, que miró para la cuna, y estaba naciendo Dios.” Final feliz de una historia narrada, pero nuestra historia real aún no termina, y aquí es donde entramos nosotros, Ayuda a la Iglesia Necesitada, es decir, una Iglesia que necesita de tu ayuda para que Dios pueda nacer y ser reconocido en todos los hogares del mundo. Seguramente cantaremos nuestras pastorelas, ¿pero seremos de los que entonan?: “Aquí no es mesón, sigan adelante,… ya se pueden ir y no molestar,… no me importa el nombre, déjenme dormir,…” ¿O de los que diremos de corazón y

haremos realidad con nuestra oración y nuestra vida?: “Entren santos peregrinos, reciban este rincón, que aunque es pobre la morada, se la doy de corazón.” Yo me auguro que así será, que entre todos esta Navidad haremos posible que nazca Jesús en esos corazones, en esos hogares y esas iglesias que más lo necesitan. Que nuestra posada se haga extensible al mundo entero con nuestra caridad. Por ello sólo resta cantar al unísono: “Mil gracias les damos, que en esta ocasión, posada nos diste, con leal corazón. Pedimos al cielo, que esta caridad, los premie colmándolos, de felicidad”. Dios los bendiga y les pague su generosidad. !Feliz Navidad!


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“El Belén habla del Amor, Dios” Por: Pbro. Adolfo Contreras/ Cuautitlán El pasado 01 de diciembre de este 2019 el Papa Francisco visitó el Santuario del Pesebre en Greccio, lugar donde san Francisco de Asís escenificó el primer nacimiento de la historia y ahí mismo firmó la carta apostólica Admirabile Signum que con motivo del adviento y preparación para el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo ofrece al mundo y especialmente a nosotros que ponemos nuestra esperanza en él. El Papa nos invita a poner nuestra mirada en el pesebre y con expresiones como “equivale a anunciar el misterio de la Encarnación con sencillez y alegría”, “es como un evangelio vivo” nos invita a no dejar de asombrarnos ante tan extraordinario acontecimiento, la novedad

del nacimiento de Jesús, invitándonos también a “ponernos espiritualmente en camino atraídos por la humildad de aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre” y como no hacer nuestras estas palabras que en este adviento y en torno a la celebración de nuestra Madre de Guadalupe se

acumulan en nuestro corazón creyente “María es una Madre que contempla a su Hijo y lo muestra a quienes vienen a visitarlo” está claro que esta carta del Papa nos mueve a ir al encuentro de Jesús en el pesebre, pero el Papa también nos invita a recordar que “el Belén habla del amor, Dios», «el Dios que

se ha hecho niño” por eso la intención y petición del Papa a todos los países a trabajar unidos por la dignidad de los niños (en la intención de este mes) con expresiones tan fuertes como “cada niño marginado, cada niño abusado, cada niño abandonado, cada niño sin escuela, sin atenciones médicas, es un

grito que se eleva a Dios. Se trata de un llamado a tomar conciencia especialmente en nuestro entorno, buscar los medios con nuestros equipos de pastoral a hacer vida el Pesebre en la atención y búsqueda de los niños que necesitan conservar o recuperar su alegría y su navidad.

La Feria del Libro Católico llega a la Catedral de México Fuente: Desde la Fe Estará del 14 al 22 de diciembre, en el atrio poniente de la Catedral Metropolitana. La Feria del Libro Católico tiene materiales para todas las edades. Ediciones Católicas Unidas (ECU) cerrará el 2019 con una Feria del Libro Católico, del 14 al 22 de diciembre, en el atrio poniente de la Catedral Metropolitana. De acuerdo con Jorge Rueda, asistente de la mesa directiva de ECU, esta feria tiene como finalidad sumarse a la conmemoración de los 500 años de la primera cruz que se instaló en la Ciudad de México, la cual se hallaba en una capilla dentro de lo que es hoy el Nacional Monte de Piedad. La feria está dirigida a todo el público; “hay materiales para niños, jóvenes, pero sobre todo para padres de familia comprometidos con la fe”, dijo. Rueda explicó que las editoriales católicas manejan una gran canti-

dad de libros; “algunas están enfocadas más a los niños; otras buscan llevar al ser humano a encontrar a Cristo desde la fe y la razón; otras más manejan material audiovisual, y algunas están más encaminadas

a la Filosofía y la Teología, pero en general todas las editoriales tienen mucho que ofrecer”. “Desde luego que en la feria del libro la gente podrá encontrar algún souvenir, pero esencialmente

nuestra misión es llevar el Evangelio a través de la cultura, en el libro. Es propiamente una feria en la que pueden encontrar libros desde diez pesos hasta los 1,200 pesos”.


Dios te llama

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La Jornada Mundial por la Paz: una oportunidad para la Paz en México Por: Codipacs Izcalli

En nuestro país cobra relevancia la necesidad y la idea de un ambiente de paz, particularmente, porque hoy nos encontramos viviendo tiempos violentos. Efectivamente, enfrentamos división y polarización entre la población; por un lado las facciones progaresistas y por otro las más reaccionarias; feministas y machistas, derecha e izquierda. Sin embargo, la crítica no es por manifestarse y expresar un parecer, sino por el momento en que uno de los polos opta por dar un manotazo sobre la mesa política y social para imponer su posición desde la violencia.

Más aún, llama la atención el dolor y sufrimiento de familias y comunidades atrapadas en medio de la violencia, propiciada por la delincuencia y el narcotráfico, realidades donde el asesinato y el secuestro son cosas de todos los días. Abundando, una franca forma de violencia es la que se ejerce en contra de las mujeres y que va desde las palabras altisonantes, hasta el asesinato; resultando, aún más indignante que los victimarios permanezcan impunes por virtud de un sistema de seguridad pública y penal inoperante. Es el caso que, especialmente este tiempo de Adviento y Navidad,

así como la conclusión del año civil, evocan la esperanza de tiempos mejores para nuestro país. Tiempos en los que resplandezca la paz y la tranquilidad en nuestros hogares y nuestras calles. No obstante, a la luz del mensaje de los Obispos mexicanos reunidos en la CVIII Asamblea Plenaria: la paz no puede quedar como un mero anhelo, ni mucho menos como un pensamiento individual, ni siquiera como una esperanza vacua. Por el contrario, la paz es un objetivo colectivo y que se construye a partir de la convivencia; siendo que la invitación de nuestros pastores, es firme y clara: ¡Venzamos el mal a fuerza de bien! ¡Trabajemos todos juntos y organizados por la paz y la vida! En efecto, es mediante el encuentro de las personas y el diálogo respetuoso que reconoce las diferencias, que se edifica una paz más estable. Ahora bien, podemos ir más allá, si consideramos que la paz, no sólo es un derecho fundamental de los mexicanos, también es una necesidad global ante el flagelo de

los grandes movimientos bélicos y los enfrentamientos sociopolíticos en diferentes latitudes del planeta. Es el caso que, desde 1968, por iniciativa de san Pablo VI se conmemora todos los 1 de enero de cada año la Jornada Mundial de la Paz, como una oportunidad para la Iglesia de insertarse en el diálogo ecuménico por la paz y particularmente por cumplir con el Evangelio. En efecto, es mandato de Jesús anunciar y llevar la paz a todas partes (Lc 10, 5-6), ser heraldos de la paz. No como un simple deseo que se expresa como cortesía al llegar a una casa, sino como una realidad que se construye a partir de la convivencia y el reconocernos como hermanos en Cristo Jesús. Sea este 1 de enero de 2020 la oportunidad de llevar la paz a nuestros corazones y nuestros hogares, a nuestras comunidades y a nuestro país; llevar la paz, no como un mero deseo o una propuesta, sino como una realidad que se edifica a través de la convivencia.

La Epifanía, luz que irradia a la humanidad Por: Diácono José Luis Santos Rosas, Diócesis Valle de Chalco La solemnidad de la Epifanía es interpretada en la Iglesia como la manifestación de Dios hecho hombre, la manifestación de Jesús, el Hijo de Dios. El Papa Benedicto XVI, describe la Epifanía como la gran luz que irradia desde la cueva de Belén, a través de los magos procedentes de Oriente, a toda la humanidad. Estos hombres

sabios están en busca de Dios, en busca de la luz y al encontrarla se aferran a ella para no vagar en las tinieblas que rodean al mundo. A pesar de las dificultades que se les presentan en el camino, a pesar de las personas que se oponen a la luz que irradia a la humanidad, ellos logran superar todas las adversidades para poder contemplar a la

Palabra hecha carne. Los magos lograron arrodillarse ante el Rey de reyes para ofrecerle con toda humildad sus dones, que simbolizan la misión y naturaleza del Niño. Pero ahora, ellos no solamente siguen la luz para adorarle, una vez al contemplarla, son iluminados y portadores de esa luz, de esa gracia que recibieron y se esmeran para mantener ese rayo de esperanza en medio de las tinieblas. En la Epifanía, hermanos, celebramos a Cristo que es la meta de los pueblos en busca de la salvación. Así como los magos fueron guiados por una estrella a una ciudad en penumbra, por un camino de sombra, nosotros, al igual que ellos, debemos esforzarnos para alcanzar a Aquél que nos ofrece la salvación, al Hijo de Dios. En medio de las adversidades de este mundo no debemos olvidar que Dios guía nuestros pasos con su luz, nos instruye con su Palabra y nos alimenta con su Cuerpo para poder recorrer las sendas que conducen a la vida, a la salvación.


Familia

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Octava de Navidad, una gran fiesta para nuestra familia Por: Silvia del Valle @SilviaMdelValle @smflorycanto silviadelvalle5@gmail.com Pocos tenemos claro que la fiesta de Navidad no dura solo un día, sino que es una fiesta que dura ocho días. Así que debemos celebrar en familia durante estos ocho días y para lograrlo, aquí te dejo mis 5Tips.

PRIMERO. Expliquemos a nuestros hijos en qué consiste la octava de Navidad.

Y para eso, hay que tenerlo claro nosotros también. La octava son los ocho días siguientes a la fiesta de la Navidad. Es muy bueno hacer conciencia que es una fiesta alargada y que debemos estar felices durante este tiempo. Podemos invitar a nuestros hijos a hacer algún dibujo o algún escrito para que estemos seguros de que lo han comprendido.

SEGUNDO. Procuremos actividades que nos ayuden a celebrar.

Una vez que estemos claros de lo que es, ahora hay que planear actividades que nos ayuden a vivir alegremente esta gran fiesta. Nuestros hijos están de vacaciones y aunque nosotros quizá no, es muy bueno planear actividades que puedan realizar nuestros pequeños para que sientan que seguimos de fiesta. Pode-

mos planear cenas en familia, con otras familias, podemos planear pequeñas fiestas, como las posadas, pero ahora para celebrar la octava de navidad. Es muy bueno que nuestros hijos propongan actividades para que se involucren en la realización y se sientan de fiesta de forma real.

TERCERO. Veamos películas que nos recuerden lo que es la Navidad.

Otra forma de mantener el espíritu navideño es ver películas que nos recuerden el verdadero sentido de la Navidad. También es muy bueno que escuchemos música de la época, pero no la música comercial sino la música que nos hable de que Jesús ha nacido y que está entre nosotros. Si en donde vives hace mucho frío las películas son de gran ayuda ya que nos permiten celebrar y a la vez mantenernos guardados y calientitos. CUARTO. Intentemos ir a Misa

tamos el alma y también nos mantenemos celebrando y con un ambiente festivo durante esta semana tan especial. De ser posible vayamos en familia pero si por el trabajo de papá o mamá no podemos hacerlo, por lo menos podemos buscar la transmisión de la misa diaria y verla en casa en familia. Claro que siempre es mejor de forma presencial, para poder comulgar.

Y QUINTO. Invitemos a más familias a celebrar.

Es importante que no nos quedemos con esta alegría, es necesario que la compartamos con más familias. Si nos organizamos, podemos hacer una pequeña cena cada día para que más familias participen de esta celebración. Podemos invitar a nuestros

amigos o también a nuestros vecinos, pero es necesario compartir la alegría de la Navidad. Nuestros hijos deben aprender a vivir esta gran fiesta que se alarga durante ocho días y que debemos tratar de mantener el ánimo alegre y celebrativo, pues nuestro Salvador se ha hecho hombre, y en su grandeza se hace un niñito pequeño que se quiere quedar con nosotros durante todo el año. Que Jesús nazca en nuestros corazones y que podamos celebrar esta fiesta durante los ocho días con gran alegría y en familia. Dios Les Bendiga Y La Santísima Virgen María Les Cubra Con Su Manto.

a diario para celebrar en grande esta fiesta.

La mejor forma de celebrar es asistiendo a Misa. Es una celebración real y muy espiritual, de esta forma alimen-

Cuidemos nuestra casa común Por: CODIPCAS Izcalli

Durante los días previos a la fiesta de la Virgen de Guadalupe, y ya cercanos los días navideños, no fueron, ni han sido pocos los mensajes que los católicos recibimos sobre el cuidado del ambiente, sobre todo aquellos que tienen que ver con la quema de pirotecnia y la basura que se va generando de peregrinaciones y fiestas. Algunos de estos mensajes con cierta agre-

5 tips

sión y otros tantos queriendo hacer conscientes a todos sobre el cuidado de la casa común. Como hayan sido, todos encierran una verdad a la que nadie, ni los católicos ni los no católicos podemos hacer caso omiso: cuidar la tierra. Muchos de estos mensajes hacen alusión a que la pirotecnia afecta a los animales, y cualquier persona cuerda tendrá que agregar que no

sólo a los animales que son sensibles al estallido de los cohetes, sino además a todo ser humano y a todo el ambiente; porque si es cierto que la pirotecnia es parte de nuestras fiestas, nuestra idiosincrasia y maneras de manifestar la alegría, también es cierto que hoy, la casa común, la tierra, está más afectada que nunca y nos encontramos en el delicado momento de comenzar a rehacer las cosas de otra manera, queriéndonos más y buscando que el lugar en el que habitamos siga siendo sustentable no sólo para nosotros sino para quienes vienen detrás de nosotros. Este problema no aqueja sólo a la ciudad, no es un problema local de las grandes urbes, es un problema general y cuando se afecta una parte, en realidad se afecta toda la

Cuidemos la casa común gran porción de la tierra. No podemos actuar con necedad, Dios, la Virgen y los santos no nos quieren más por la cantidad de pólvora que quemamos, tampoco podemos decir que una fiesta estuvo mejor que otra por la pirotecnia que hacemos arder durante nuestros festejos, sea de la naturaleza que sean; una fiesta es cada vez mejor por la unidad y el respeto que va generando entre las personas, cuanta más unidad provoca y hace que los hombres se vean como hermanos, y eso, precisamente eso, agrada más a Dios, a la Virgen y a los santos. Seamos conscientes, seamos cristianos, seamos respetuosos, eso no sólo le agradará a Dios y a la corte celestial, además lo agradecerán tus hijos, tus nietos y toda la faz de la tierra.


Secciรณn Infantil

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Carta a los Reyes Magos


Laicos

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La Sagrada Familia, ejemplo de vida Por: CODIPACS / Arquidiócesis de Tlalnepantla

La Fiesta de la Sagrada Familia, Jesús, María y José, se celebra el domingo que cae dentro de la Octava de Navidad (25 de diciembre al 01 de enero), o el 30 de diciembre, si no hay un domingo entre esos días. Este año la celebraremos el domingo 29 de diciembre. La Sagrada Familia de Nazaret siempre se ha usado como el modelo de las fami-

lias, pero es también un modelo de santidad, comunión y unidad, por eso también sirve también de ejemplo para las comunidades cristianas. Dios ha querido nacer en una familia, eso lo que en esta fiesta recordamos y celebramos, que ha querido enseñarnos que es en la comunidad, en la comunión y en la oración, donde se encuentra la plenitud de la vida. Al nacer Jesús en una familia, el Hijo de Dios ha santificado la familia humana. Por eso nosotros veneramos a la Sagrada Familia como Familia de Santos. El Señor nos ha enseñado que somos una familia, desde la oración del Padre nuestro, porque tenemos un Padre

común y todos somos hermanos, una gran familia y la familia tiene que ser buena, tiene que estar unida. Hace algunos años era un escándalo una familia que se separaba, hoy en día es algo más común, ver familias separadas, pero es un gran dolor para la sociedad y sobre todo para la Iglesia, porque al perder una familia se pierden valores y se pierde la importancia de caminar unidos. Como cristianos, todos tenemos que tomar la misma actitud que hay en las familias, pues cuántas veces las familias, los papás, se encuentran con dificultad para transmitir a sus hijos sus valores, su fe; cuántas veces pasa que un hijo toma una vía que

el papá o la mamá sabe que no es buena, que no va a llevarle a nada bueno y esto llena de dolor a los papás, pero un papá nunca dice: “tengo un hijo en verdad malo”, o una mamá dice: “mi hijo es malo”; al contrario, los padres se preguntan: “¿Qué hemos hecho para que nuestro hijo haya tomado esta vía?, ¿Qué hemos hecho nosotros?, ¿En qué hemos faltado?, ¿En qué hemos fallado?”. Cuando se quiere de verdad a alguien no se le culpa, nos preguntamos en qué hemos fallado nosotros. Los padres son modelo para nosotros como Iglesia de cómo tenemos que enfrentar las diferentes situaciones, en la familia y en las comunida-

des cristianas, no tanto juzgar y condenar a los que se desvían, sino preguntarnos qué nos ha fallado, qué no hemos hecho bien. Hay que preguntarse: ¿Qué nos ha fallado?, ¿En qué tenemos que cambiar?. ¿Tenemos que cambiar? ¡Sí!, no se puede hacer como siempre se ha hecho porque el tiempo ha cambiado, vivimos un cambio de época y lo saben bien las familias; saben que es difícil educar y crecer a sus hijos, cuando son pequeños es muy fácil, pero después de la adolescencia en adelante no es para nada fácil, tenemos que juntar esfuerzos con las familias para, juntos, ayudar a las nuevas generaciones a crecer en la fe.

A la ciudad y al mundo: la más solemne bendición Papal Por: Pbro. Gustavo Quezada/Cuautitlán El acto sagrado de bendecir, desear el bien, es un acto que en la Tradición de la Iglesia, y en el mismo panorama bíblico desde el Antiguo Testamento, está presente: y los bendijo Dios diciendo, sean fecundos y multiplíquenle… (Gn 1,28); este acto descendente de gracia, por parte de Dios, es el garante de su presencia en medio de nosotros, que peregrinos por el mundo no vamos solos pues el mismo Jesús nos lo ha dicho: Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28,16). Actualmente en el contexto litúrgico, la bendición que el ministro imparte como conclusión de un acto sagrado, es expresión de esta misma gracia que desde el principio Dios nos

ha participado, acentuando el carácter de su presencia en medio de nosotros. En este sentido, debido a la cercanía de la Navidad, recordamos que el Santo Padre como Pastor de la Iglesia, asumiendo el compromiso de velar por el orbe entero que se le ha confiado, en una tradición de siglos, imparte una so-

lemne bendición llamada Urbit et Órbit: a la ciudad y al mundo. Esta solemne bendición es impartida dos veces en el año, el día de Navidad y el domingo de Pascua, la cual pretende acentuar el carácter especial de estos dos grandes acontecimientos de nuestra redención. Ésta es una bendición muy

solemne que el Papa imparte no como conclusión de un rito, sino como un acto de gracia particular, por el cual se otorga la indulgencia plenaria, siguiendo las debidas recomendaciones que nos señala el Catecismo de la Iglesia Católica. El Santo Padre bendice a la ciudad de Roma, su Iglesia particular sobre

la que ejerce su ministerio episcopal, pero al mismo tiempo al mundo entero, como Pastor universal de la Iglesia, como cabeza del colegio de los apóstoles, como guardián y custodio de la fe, como padre que vela por todos sus hijos, y lo hace, como hemos dicho, en el marco de estos dos grandes acontecimientos, el natalicio del Salvador, donde la pascua del Señor tiene su origen y en la consumación del acto redentor, donde Jesucristo victorioso, habiendo vencido a la muerte, vuelve glorioso al Padre celestial. No perdamos la oportunidad de participar de esta bendición, siguiendo por los diversos medios de comunicación este gran acontecimiento de gracia.


Provincial

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La verdadera Navidad Por: Víctor René Rodríguez Gómez / Obispo de Valle de Chalco

Durante estos días cercanos al fin de año, el mundo se mueve, aunque no siempre en la misma dirección y en el mismo sentido. Se llenan los almacenes de personas que buscan un regalo para sus seres queridos y por quienes intentan hacer rendir el aguinaldo para comprar los artículos que han venido postergando, precisamente por falta de recursos. Se saturan el transporte y las carreteras porque algunos buscan acercarse a los familiares o darse la oportunidad de descanso y recreación, aprovechando que hay un poco más de recursos económicos. Pero también hay muchos mexicanos que no tienen este ingreso extra, pero sí tienen las mismas necesidades de siempre y la misma carestía, ahora más dolorosa o nostálgica por

todos los deseos que no se han podido cumplir. La Navidad y todas estas fechas decembrinas se vuelven entonces un acontecimiento de colores contrastantes, porque, ahora sí, cada quien habla de la Navidad y la siente como le va en ella. La Navidad debería ser Buena Noticia para todos, debería ser una Feliz Navidad para todos, sabemos que las buenas intenciones y los buenos deseos siempre son laudables y son característicos de esta época, sin embargo, para muchos hermanos nuestros estas palabras son solo palabras, buenos deseos y deseos inalcanzables. Sería bueno inspirarnos en las palabras de Jesús, cuando los discípulos de Juan Bautista le preguntan si Él “es el que ha de venir o hay que es-

perar a otro”. Su respuesta es muy clara, ofrece evidencias irrefutables de los buenos deseos de Dios y de la presencia del Mesías entre nosotros. La respuesta de Jesús tiene una relación inmediata con las necesidades más cotidianas del ser humano y de todas las personas cercanas a nosotros, personas a quienes deseamos Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo. La respuesta de Jesús tiene que ver, sobre todo, con la solución de los problemas y el fin del sufrimiento de los más pobres y más necesitados de su tiempo, los ciegos ven, los cojos andan, los pobres reciben buenas noticias. ¿No podríamos intentar una verdadera Navidad, con acciones y signos que de verdad hagan un poco más felices a las

personas con quienes convivimos cada día? ¿No podríamos ayudar un poco en la solución de sus carencias y problemas? ¿No podríamos como cristianos ser un signo de que el Salvador ya está entre nosotros? Después de todo, somos sus discípulos, somos su Iglesia y parte de su Cuerpo Místico. Creo que la verdadera Navidad se constituye por acciones y no solo con buenos deseos y buenas intenciones. Feliz Navidad y un Año 2020, lleno de buenos propósitos y buenas acciones. Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco


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