Mensajero 281

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Año 10 / No. 281

Domingo 23 de junio de 2019

¿Qué significa comer el cuerpo y la sangre de Jesús? Pag. 7

Solemnidad de Corpus Christi

Un compromiso familiar con la fe

Animados por el Espíritu, alimentados por la Eucaristía

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“Educar, es ser capaz de usar los tres lenguajes, el de la cabeza, el corazón y las manos” “Educar, es ser capaz de usar los tres lenguajes, el de la cabeza, el corazón y las manos”. De frente a la situación de violencia e inseguridad generalizada en todo el país, con dolor y tristeza compartimos como Iglesia el verdadero calvario de muchos ciudadanos y familias que han sufrido en carne propia las consecuencias del ambiente de grave inseguridad. Por esto, como Iglesia queremos hacer un llamado a todas las familias, a la sociedad, a las Instituciones de Gobierno, para que juntos, tomemos consciencia de la situación actual, y nos comprometamos a frenar esta situación tan lamentable, diciendo no a la globalización de la indiferencia y al dolor de los demás, y un sí a la reeducación de todos, empezando por nuestra propia familia, contribuyendo a la reconstrucción del tejido social. La delincuencia, la criminalidad, la inseguridad, no se resuelven con más leyes, y castigos, sino con más y más educación. Los tiempos no son los mismos, han cambiado, hay situaciones nuevas, con problemas nuevos, y realidades diferentes, que implican soluciones diferentes, actitudes diferentes y respuestas diferentes. ¿Qué hacen los papás por sus hijos? Recordemos que los padres son los principales responsables y protagonistas de la educación y formación humana y cristiana de sus hijos. En vez de trabajar todo el día y todos los días, dedica más tiempo a tu hijo, eres tú el más importante. Muchos padres de familia trabajan mucho para que no les falte nada a sus hijos,

Directorio Excmo. Sr. D. José António Fernández Hurtado Arzobispo de Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Guillermo Ortíz Mondragón Obispo de Cuautitlán Excmo. Sr. D. Francisco González Ramos Obispo de Izcalli Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G Obispo de Ecatepec Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva Obispo Emérito de Ecatepec Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teotihuacán Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco

y les falta lo más importante, que eres tú… lo importante no es el dinero que tú ganas, sino el abrazo que les das. Deberíamos educar no para poder tener, y hacer, sino para poder ser. Educar a los hijos no para ser exitosos y competitivos en la vida, sino para ser felices. Formemos familias de fe, con valores, solidarios, comprometidos, íntegros, donde la dimensión de la fe nos sostenga en todos los momentos de la vida. Hay que educar a los hijos para que aprendan a distinguir, lo importante en la vida, de aquello que es secundario, a ocuparse de lo importante, de lo grande y luego de lo pequeño; aceptar que las cosas cambian, y no exagerar las dificultades, sin dramatizar, a pesar que los problemas son reales, pero sin exagerar; enseñar a los hijos a entender que no se puede llorar eternamente por quién no está… habría que aprender a enseñar a nuestros hijos que las personas no están eternamen-

te con nosotros y no podemos llorar eternamente por ellas. Es importante llorar, sí, pero no eternamente, debemos enseñar a no encapricharse, a superar las frustraciones, a ser resilientes. Aprendamos a educar de forma integral como dice el Papa Francisco: Educar la mente, para aprender a pensar bien y tener buenos pensamientos, aprender a pensar y progresar con el pensamiento, a tener libertad de pensamiento. Educar el corazón, para tener buenos sentimientos, y aprender a sentir bien, amar lo que pensamos. Educar las manos, para suscitar buenas obras con nuestras propias manos, para aprender a hacer, ser artesanos y creadores. Y esos tres lenguajes, el de la cabeza, el del corazón y el de las manos, armonizados. A tal punto que yo piense lo que siento y lo que hago. Sienta lo que pienso y lo que hago, y haga lo que siento y lo que pienso.

+Mons. Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl

Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz Obispo Auxiliar de Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Jorge Cuapio Bautista Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

DIRECTOR GENERAL Mons. Víctor René Rodríguez Gómez Presidente de la Comisión Provincial para la Pastoral de la Comunicación DIRECTORA EN TURNO Abril Villanueva COLABORADORES Equipo de la Pastoral de la Comunicación de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla

Registro en trámite.

Es una publicación catorcenal de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla. Se distribuye en la Arquidiócesis de Tlalnepantla y en las Diócesis de Cuautitlán, Izcalli, Ecatepec, Texcoco, Teotihuacán, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco.

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¿Hombre contra mujer? Por: Lic. Socorro Rodríguez C.

En la actualidad se proponen una serie de ideologías concatenadas que llevan a cuestionar la sexualidad humana. Que el ser humano es un ser sexuado es innegable. Sin embargo, está de moda cuestionar esta realidad escrita en el ADN del hombre. Cuando el ser humano acepta, valora y celebra su sexualidad, es decir, el hecho de que sea hombre o mujer, esto habla de una identidad madura. Ante el panorama actual, repensar la sexualidad humana es una exigencia. Y este repensar no se refiere a tergiversar la realidad, sino a redescubrirla en toda su grandeza. Cuando un hombre se acepta y valora como tal, no necesita mostrar su <<hombría>> agrediendo ni a la mujer ni a nadie. A su vez, cuando la mujer se ama y se acepta como lo que es, no necesita competir con el varón, ni agredirlo constantemente para sentirse <<empoderada>>. Hablar de sexualidad -ser hombre o ser mujer- no se refiere sólo a aspectos biológicos o condicionamientos sociales, unidos al sexo, sino especialmente a la esencia misma de la relación hombre-mujer. Es decir, cuando cada persona tiene clara su identidad, se capacita para una adecuada comunión interpersonal, que es el presupuesto necesario para construir una sociedad de rostro humano. Por tanto, no se avanza en ninguna sociedad enfrentando al hombre contra la mujer ni a la mujer contra el hombre. Se trata de conocer aceptar y valorar las diferencias de cada uno, sin presentar a un sexo como superior al otro. No se está -o no se debería estar- en competencia, sino en colaboración. La mujer que lucha <<por ser hombre>> se pierde a sí misma y su gran riqueza. Esto no se limita a los roles o estereotipos, sino que va más allá: en la esencia de la mujer y del hom-

bre hay un gran valor que se debe conservar. La diferencia sexual no es un límite biológico o social frente al deseo humano, sino más bien aquello que permite a la persona expresarse y relacionarse con el mundo, desde su forma peculiar de ser. Por ejemplo, el hombre se relaciona con sus hijos de una manera diversa a la mujer, reacciona diferente a los problemas y tiene su forma muy peculiar de ver la vida y de expresar afecto. La sexualidad, como condición personal e identificadora, es recibida con el nacimiento, pero se desarrolla, crece y madura mediante las relaciones familiares y sociales, las cuales configuran el modo personal de ser hombre o mujer, más allá de rígidos comportamientos aprendidos. El sexo no es una elección individual, ni una imposición socio-cultural, sino una realidad natural, con la que se nace y de la cual depende el modo de relacionarse con los demás. Por eso para tener una adecuada y fructífera relación entre hombres y mujeres, es indispensable trabajar en la identidad personal, en el valor de ser mujer y en el valor de ser hombre que, como se ha dicho, no se refiere a roles o imposiciones sociales, sino a su forma peculiar de responder ante el mundo. En definitiva, existen dos modos de ser persona: hombre y mujer, y en su mutuo esfuerzo por crecer juntos, colaborando con sus cualidades personales, esta el bienestar de la sociedad. Ni machismo, ni feminismo extremos; sino masculinidad y femineidad puestos al servicio de la sociedad, son el factor de cambio de la situación de violencia y corrupción que vive el país, pues de familias bien cimentadas, surgirán hombres y mujeres de bien que renueven el entorno.

Menos egoísmo, más educación humana para combatir inseguridad Estamos en un mundo en constante cambio, y desde sus orígenes, los humanos han creído merecer más de lo que realmente merecen, y se ha dejado llevar por un engendrado egoísmo, vanidad, desobediencia, envidia y ha generado lo que hoy padecemos. Frente a la situación de violencia e inseguridad generalizada en nuestro país, lo peor ha sido el aumento de la desconfianza, que con dolor y tristeza compartimos en la Iglesia católica, la cual también, ha sufrido en carne propia las consecuencias del ambiente que amenaza seriamente la estabilidad social. Así que todos sus integrantes, debemos tomar conciencia de la gravedad de la situación, y debemos comprometernos, en un espíritu de solidad y de comunión, a frenar esta situación tan lamentable. Tras celebrar la llegada del Espíritu Santo, embelesados en ese amor misericordioso de Dios, la realidad de este mundo nos hace despertar y poner atención a aspectos como la globalización de la indiferencia y al dolor de los demás, y un sí a la reeducación de todos, empecemos por nuestra propia familia, contribuyamos a la reconstrucción del tejido social. En cada etapa de la humanidad, el hombre ha recibido serias amenazas de desaparecer y el mundo ha sido escenario de desastres naturales y de guerras, pero hoy hay un enemigo que se esconde tras la oscuridad y lo peor, en nuestro propio seno familiar. Aunque cabe señalar que la delincuencia, la criminalidad, la inseguridad, no se resuelven con más leyes, y castigos, sino con más y mejor educación. Además, frente a estas situaciones, cabe preguntarse, ¿Qué hacen los papás por sus hijos? Concretamente, los padres son los principales responsables y protagonistas de la educación y formación humana y cristiana de sus hijos. De ahí que dedicar más tiempo a los hijos y menos a otros menesteres reditúa más a largo plazo, que todo el dinero del mundo. La educación de los hijos no debe enfocarse solamente en prepararlos para el éxito económico y para la competencia en la vida, sino para ser felices. Es un deber de la familia fomentar la fe, los valores, ser solidarios, comprometidos, íntegros, la dimensión cristiana nos debe sostener en todos los momentos de la vida. Hoy, más que nunca, la educación debe ser la base para mejorar la convivencia humana, que nuestros hijos aprendan a distinguir lo importante en la vida, de aquello que es secundario; a ocuparse de lo importante, de lo grande y luego de lo pequeño; aceptar que las cosas cambian, y no exagerar las dificultades, sin dramatizar a pesar de que los problemas sean reales, sin exagerar; hay que enseñar a los hijos a entender que no se puede llorar eternamente por quién no está o por lo que no se tiene.


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Semana de formación permanente del Clero: Sacerdotes por la vida Por: Pbro. Juan Marcos Ibarra Quintero / Diócesis de Ecatepec Como cada año, los Sacerdotes de nuestra Diócesis nos hemos reunido para una semana especial de formación permanente, la cual ha tenido como objetivo hacer conciencia en el presbiterio de Ecatepec, sobre la importancia de la defensa de la vida como parte inherente al ejercicio del ministerio sacerdotal, y su fundamento en el Magisterio, para formar e informar a la feligresía sobre el papel de la Iglesia ante una cultura pragmática. Desde la llegada a Casa Lago (CEM), los encargados indicaron el lugar a cada Sacerdote, para que después de instalados en las habitaciones nuestro Obispo Mons. Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G., diera la bienvenida en donde nos recordó la importancia de

esta semana en la que actualizamos la formación que en el seminario nos fue impartida. Posteriormente, el Pbro. Juan Carlos Trejo (rector del Seminario), nos dio un panorama de lo que es la bioética, más tarde tuvimos la oración comunitaria. En los días siguientes tuvimos las ponencias acerca del “Valor de la vida a la luz de Humanae Vitae y demás documentos”, “Una visión pastoral sobre el tema del aborto”, “Bioética en el final de la vida”, “Antropología y ética de la sexualidad” impartidas por el Dr. Oscar J. Martínez. “Inicio de la vida cuestiones de infertilidad” impartida por el Dr. Antonio Cabrera. “Cuidados paliativos” impartida por la Dra. Elvira Llaca. “Protección a menores y

grupos vulnerables”, “Comisión necesidad y beneficios” por el Dr. Gabriel. Dentro de la formación permanente del clero es fundamental los momentos de oración en comunitario (Eucaristía, Lau-

des, Vísperas), el compartir los alimentos, el deporte en donde mediante el futbol y basquetbol, los sacerdotes tienen momentos de convivencia. Somos Sacerdotes por la vida.

Instalación de las Hermanas Concepcionistas Franciscanas en la Diócesis de Cuautitlán Por: Codipacs Cuautitlán

El señor Jesús dijo: “No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido. Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda.” (Mt 19, 12-13) En la Iglesia varias personas aceptaron consagrar sus vidas, dejándolo todo, para ingresar en una congre-

gación religiosa o en un monasterio y vivir desde la tierra el Reino de los cielos. Los que eligen la vida monástica, viven la austeridad en un claustro. Se dedican a la oración permanente para apoyar a toda la Iglesia y a la vida del mundo. Esta forma de vida hacía falta en la diócesis de Cuautitlán desde la separación que se dio en 2014, al nacer la diócesis de Izcalli. La labor de la Vicaría de la Vida

Consagrada permitió que el día viernes 14 de junio del 2019 se instalara en la diócesis el monasterio de las hermanas Concepcionistas Franciscanas, en la Parroquia San Esteban Proto Mártir, establecida en el barrio de Cuaxoxoca, Municipio de Coyotepec, Estado de México. En la misa de instalación, el señor Obispo Guillermo Ortiz Mondragón, mostró que en la vida cristiana, la espiritualidad fundamental de todo discípulo de Jesús es el seguimiento de Cristo. Después viene la espiritualidad específica, la familia, el sacerdocio, la vida consagrada. Y por el Espíritu Santo, Dios inspira unas espiritualidades para el bien de la Iglesia, no solo para un instituto. Estas espiritualidades son lo que llamamos los carismas que expresan las diferentes formas de servir a todos en la Iglesia en la Secuela Cristi. Como entonces el cristiano pue-

de comprender esta llamada en sí; desde las bienaventuranzas que van desarrollándose en distintos temas: respecto a la vida, la dignidad humana, la sexualidad, la verdad y la convivencia con todos. A las hermanas concepcionistas franciscanas, el Señor Obispo, las exhortó con estas palabras: sepan que ustedes son la luz de Cristo para la Iglesia y para este mundo, ustedes son la esperanzana de nuestra Iglesia particular, sean bienvenidas aquí en la diócesis, que es su casa. Este monasterio inicia con siete hermanas, confiadas al cuidado del Obispo diocesano. Pidamos al Señor Jesús, Dueño de su Iglesia, que les conceda su Espíritu Santo para que sean dignas de Servir a la Iglesia con sus fervientes oraciones para el bien de la diócesis, en particular, y de toda la Iglesia de Jesús en general.


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Animados por el Espíritu, alimentados por la Eucaristía Por: Leandro Medina, CODIPACS Valle de Chalco.

La celebración de Pentecostés marca el nacimiento de la Iglesia, es una fecha para conmemorar el descenso del Espíritu Santo que nos anima como discípulos y se hace actual en ese testimonio de Iglesia viva que camina. Así, más

de un millar de agentes laicos de esta Diócesis, han recibido o renovado su compromiso a través de los ministerios laicales, escuchando de nuestro Obispo S.E. Dn. Víctor René Rodríguez Gómez, el llamado a colaborar en comunión y

no de forma solitaria, como francotiradores, ni mucho menos de manera escalonada y privilegiada, más bien enfocados en el servicio a los demás. Nuestra Iglesia vive la transversalidad en sus tareas, en las que todos participamos y sumamos nuestro fraterno y mutuo cuidado para seguir avanzando. Así lo hemos atestiguado con el reciente cambio de párroco de la Catedral de San Juan Diego, donde con la llegada del Pbro. Martín Hernández Rueda, la comunidad se anima, confía se siente esperanzada, lo mismo que agradecida con la labor pastoral del padre Eugenio Salomón Hernández, quien ha recibido

la encomienda de atender pastoralmente a la comunidad de Cocotitlán. Seguimos adelante alimentados por la Santa Eucaristía. En la solemnidad de Corpus Christi celebramos en todas las parroquias este jubileo, y de manera diocesana lo haremos el viernes 21 de junio, a las cuatro de la tarde en la Parroquia de Santiago Apóstol, Chalco. De igual manera participaremos en

el Congreso Eucarístico Provincial, el sábado 27 de julio, previo al Congreso Eucarístico Nacional que se desarrollará en Mérida en septiembre de este año. Estamos ya en preparativos de la Misión Infantil de verano y el Preseminario, y seguimos acompañando la Antorcha Misionera, previa a nuestra Peregrinación Anual Diocesana, guiados por la luz del Espíritu, y alimentados por el Pan de Vida.

La reconciliación como hermanos, nos hace mejores seres humanosPor: María Eugenia Lira Morales / Diócesis de Nezahualcóyotl En nuestra diócesis se ha trabajado en los Talleres de Liturgia, este año se lleva a cabo la 4ta Semana de formación, como ya se ha hecho costumbre, en cada una de las cinco sedes que corresponden a las Vicarías Episcopales. (San Juan Pablo II, Santo Toribio Romo, Señor de la Misericordia, San Pablo VI y San Juan XXIII). En armonía con nuestro lema

diocesano: «La Reconciliación como hermanos, nos hace mejores seres humanos»; el tema de este año 2019, es: “El Sacramento de la Penitencia”. La Comisión Diocesana ha tratado de mantener una línea de primera en sus ponentes, trae a nuestras comunidades a expertos en la materia. Este año por primera vez nos acompañan la Hna. Lic. Beatriz Serrano,

PDDM, quien aborda el tema “La Reconciliación en la Sagrada Escritura”; el Pbro. Lic. Jesús María Sánchez, quién nos adentra en “La Reconciliación en la Historia de la Iglesia”; y vuelve a cobijarnos con su sabiduría, por segundo año consecutivo, el Pbro. Dr. Ricardo Valenzuela, que desglosa de manera atrayente “El Ritual de la Penitencia y su Teología”. También por segundo año, nos ilustra con su conocimiento musical el Lic. Abel H. Ayala con “Los cantos penitenciales y su uso litúrgico”; y el promotor de este trabajo el Pbro. Lic. Enrique Juárez Bernal –encargado de la Comisión-, abordó “la Praxis, también, tenemos cabida los laicos”, quienes debemos asumir nuestra corresponsabilidad de ser Iglesia, fundamentada en el ser bautizado. María Eugenia Lira participa con el tema sencillo, “Más necesario en un Servicio Pasto-

ral”. Elaboración de subsidios. Dispuesto a lo largo de la semana y en el horario de 17:00 a 20:00 horas. Se invita a los Agentes de pastoral, Equipos de animación Litúrgica, Sacristanes, Laicos colaboradores en este servicio y todo interesado en la formación Litúrgica. Se solicita una cooperación económica que ayuda a financiar el apoyo a los ponentes expertos, ofrecer el material, un café, galletas y, constancias a los participantes. La próxima fecha del taller será en septiembre del 23 al 27 en la Parroquia Ntra. Sra. de la Salud, Calle 4 #64, Col. Pirules, Vicaría Episcopal San Pablo VI, y la última semana de formación litúrgica de este año, será en el Seminario Curso Introductorio, Av. 1, entre calle 16 y 18, del 21 al 25 de octubre, Col. Campestre Guadalupana, Vicaría Episcopal San Juan XXIII.


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Velada de Pentecostés, Diócesis de Izcalli Por: Seminarista José Antonio Mercado Barrera

“Cristo vive. Él es nuestra esperanza y la juventud más hermosa de este mundo. Todo lo que toca se hace joven, se hace nuevo, se llena de vida. Por lo tanto, las primeras palabras que quiero dirigir a cada joven cristiano son: ¡Él vive y te quiere vivo!” (Exhortación Apostólica Postsinodal

Christus vivit). Como ya desde hace algunos años, la pastoral juvenil de la Diócesis de Izcalli, ha realizado una velada para celebrar la solemnidad de Pentecostés. Este año, la sede de la velada fue la parroquia de san José, ubicada en la comunidad de El Vidrio,

Nicolás Romero. A dicha actividad asistieron aproximadamente 200 jóvenes provenientes de todos los decanatos de la Diócesis. La velada comenzó con la celebración eucarística presidida por nuestro Obispo, Monseñor Francisco González Ramos. En la homilía invitó a los presentes a mirar a Cristo Joven, que ama a sus amigos y les deja al Espíritu Santo, como fuerza que los lleva a evangelizar y ahora a nosotros nos impulsa a construir la civilización del amor. La temática de la velada fue: “Una mente, un alma y un espíritu”, en ella se realizaron 2 pláticas, las cuales estuvieron centradas en Hch 2, 1-11 y Cor 12, 3-7. 12-13. En la primera se reflexionó acerca de la identidad del joven cristiano ¿Qué es lo que lo distingue de los demás jóvenes? Para ello, los mismos

jóvenes describieron la realidad en la que viven y posteriormente se analizó las características de la primera comunidad cristiana, haciendo una comparación e invitando a ser como aquella primera comunidad cristiana llena del Espíritu Santo. En la segunda plática se habló de que todos somos familia pastoral juvenil, haciendo entender que todos los grupos o movimientos son parte de esta dimensión. Después se realizó una Hora Santa donde se especificó que necesitamos una mente centrada en la santidad, un alma que se enamore de Cristo y estar guiados por el Espíritu. Se invitó a los jóvenes a ser #influencer de Dios, con las acciones, palabras y testimonio en cualquier lugar. La actividad finalizó con la Eucaristía presidida por el párroco de la comunidad que nos recibió.

“¡Pueblo de Dios!, Levántate y come, el camino es largo” Por: Sofía Godínez, Diócesis de Texcoco

Texcoco, Méx. 6 y 7 de junio 2019. En comunión con el VII Congreso Eucarístico Nacional, a celebrarse en el mes de septiembre en Mérida, Yucatán, y como preparación al Congreso Eucarístico Provincial, la Diócesis de Texcoco celebró el Congreso Eucarístico Diocesano. El primer día por la mañana las actividades estuvieron dirigidas al presbiterio diocesano en el Seminario Mayor de Texcoco, y por la tarde, en la Capilla de la Tercera Orden de la Catedral, Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, presidió la Hora Santa, la Celebración Eucarística

y la solemne procesión con el Santísimo Sacramento por calles del centro de Texcoco, acompañado por los fieles católicos. El viernes por la mañana, los agentes de pastoral de las diferentes parroquias de la Diócesis, se reunieron en el Centro Nacional de Reconciliación de los Misioneros Servidores de la Palabra, en Chicoloapan, para compartir la Lectio Divina dirigida por el presbítero Alfonso Tapia. Más tarde, el Pbro. Jonathan Arellano Verdejo, de la Diócesis de Ecatepec, compartió con mucha sencillez y claridad, reflexiones sobre la importancia y la centralidad de Jesús en la Eucaristía: “Porque la Eucaristía no puede quedarse solo en el plano de la celebración infinita, de la celebración individualista, sino que lo que celebramos en la Eucaristía es lo que tenemos que salir a proclamar al mundo”, afirmó. Hay que buscar el encuentro con Dios a través

del encuentro con los hermanos. Posteriormente, durante la Celebración Eucarística, Mons. Juan Manuel motivó a los fieles a reconocer que Jesús está vivo como amigo, que está en la casa, en la puerta y nos llama, y afirmó que la sagrada Eucaristía “es la gran educación para dar la vida, para entregarnos, no para poseer”. También hizo hincapié en que “la Eucaristía es entregarnos, darnos, estar disponibles, ser alimento, ser puerta, ser fortaleza para nuestros semejantes… la sagrada Eucaristía es una escuela para quitar lo desagradable y convivir, pues incluso

entusiastamente, con mucha, mucha emoción”, apuntó. El congreso finalizó con un encuentro personal con Jesús Sacramentado, en la Hora Santa, donde se vivieron momentos de intensa adoración a la Hostia Sagrada. Las diócesis de nuestro país se perfilan hacia el Congreso Eucarístico Internacional, que tendrá como sede Budapest, Hungría. Te invitamos a suscribirte a nuestro canal de YouTube, búscanos como Diócesis de Texcoco, y podrás aprovechar las enseñanzas de esta y otras actividades pastorales en video.


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Celebremos la Fe

¿Qué significa beber la sangre y comer la carne de Cristo? Por: Pbro. José Luis Espinoza, Diócesis de Valle de Chalco

En los citados textos del capítulo seis del Evangelio de san Juan, Jesús afirma repetidamente: “Yo soy el pan de vida” (Jn 6, 35-41-48-51-58). “Comer su carne y beber su sangre”, que es clara y

absolutamente imposible tomarlas literalmente, significa simplemente aceptarle a Él, como Dios Salvador y Redentor y a toda su Palabra; pero este proceso implica que cada cristiano entienda y expe-

rimente en su vida que el sacrificio de Jesucristo nos libera del pecado, nos justifica y santifica, haciéndole idóneo para recibir la salvación eterna en su Reino actual, y en el Reino celestial definitivo. Sus palabras “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Jn 6,53), indican que Él mismo es el único medio que tiene el ser humano para salvarse (Hch 4,11-12). Jesús no instituye la “Cena” hasta el día antes de su muerte, y solo entonces fija las especies de pan sin levadura y el fruto de la vid como símbolos de su Cuerpo y Sangre: “Jesús les dijo: Yo soy hambre; y el que en mí el pan de vida; el que a cree, no tendrá sed jamí viene, nunca tendrá más.” (Jn 6,35); y poco más adelante, Él aclara y reitera: “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. (48) Yo soy el pan de vida” (Jn 6,47-48). Puesto que “comer la carne y la sangre de Jesucristo” no puede ser de ninguna manera literal sino que claramente es una metáfora, ¿Qué significa ello para los cristianos, y cómo pueden éstos obedecer este mandamiento de Jesús? Si la salvación fuera mediante la participación en la Cena del Señor comiendo el pan y el vino símbolos de la carne y sangre de Cristo, ¿no equivaldría esto a salvación por obras al adjudicarle al rito de la “Cena del Señor” un poder salvífico? Jesús en la Eucaristía viene a mi corazón para que aprenda a mirar como mira Él. Y aprenda a descubrirlo en los que me rodean. Lo que hay en ese amor humano a los hombres es lo que se da en mi amor a Dios. Jesús

vino a quedarse conmigo. Vino a quedarse en el pan partido. Comulgo. Como su carne y bebo su sangre para amar como Él ama. Eso me conmueve siempre. Ojalá pudiera mirar así la vida. Ver a Dios en todo lo que me sucede. En todas las personas con las que comparto el camino.


Cultura

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Mi primera comunión Por: CODIPACS Izcalli

Los sacramentos (Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio) son signos sensibles que Cristo instituyó y confió a la Iglesia para su administración; a través de ellos recibimos gracias sobre naturales y nos vamos configurando con Cristo por sus efectos; al mismo tiempo, los sacramentos, nos preparan para el encuentro definitivo con el Señor. De entre los siete sacramentos, tiene particular importancia la Eucaristía, en primer lugar porque es el sacramento donde encontramos a Cristo vivo, presente, real y sacramentalmente, con todo su

cuerpo, alma y divinidad; luego porque este sacramento es la fuente y el culmen no sólo de los sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía) sino de toda la vida cristiana. El sacramento de la Eucaristía recibe diversos nombres, como: misa, cena o pascua del Señor, sagrada liturgia, acción de gracias, etc. siendo, el nombre de “Eucaristía” el más apropiado. A lo largo del tiempo, a la eucaristía se le dio el nombre de “misa” por las palabras finales de la celebración eucarística, cuando ésta era celebrada en latín: “ite missa est” que una traducción libre podría suplir al “pueden ir en paz”, a las personas se

le fue quedando esta palabra “missa” y de ahí el hecho de comenzar a llamarla así. Recibe el nombre de sagrada liturgia porque es una acción del pueblo, pero no cualquier acción, sino una acción sagrada, la más sublime. Y de entre todos esos títulos, hay uno en particular: el de “Primera Comunión”, que corresponde a la acción de recibir por vez primera este sacramento, y el hecho de llamarla así indica que, después de una primera vendrá una segunda, una tercera y así sucesivamente, de otra manera tendría que llamarse única comunión. Al darle el título de primera también se indica que ha de ser cuidada con tiempo y esmero, pues aquello que se convierte en primera vez en nuestra vida, debe ser una ocasión especial, de ahí la importancia de la catequesis que nos dispone a recibir con conciencia y amor este sacramento. Junto a esto cabría decir que la eucaristía recibida por primera

vez no es ocasión de fiestas y regalos, porque el mayor regalo lo hemos recibido y es el Señor, y la mayor fiesta es la que se vive en el corazón. En la primera comunión, habría de considerarse el uso de la vestidura blanca o un signo blanco, la vela del bautismo y la Biblia; son importantes estos signos porque el día de la primera comunión, se renuevan las promesas del bautismo, por eso el hecho de llevar estos signos que nuestros padres recibieron el día en que fuimos agregados al número de los hijos de Dios por el agua bautismal; y la Biblia que no se nos entregó el día en que fuimos bautizados, se nos entrega en la primera comunión como una herramienta que hemos de aprender a usar para acercarnos con mayor amor y conciencia a tan alto sacramento. Que el recuerdo de nuestra Primera Comunión sea una oportunidad de deseo y encuentro constante con el Señor Jesús.

Un compromiso familiar con la fe Por: Codipacs Texcoco La primera comunión es un paso espiritual muy importante en la vida de los niños. Es el primer encuentro con aquel que los ama infinitamente en la Eucaristía, y con ella se establece la posibilidad de iniciar una vida de comunión frecuente, caminando de la mano de la gracia del Espíritu de Dios, en este hermoso sacramento. La Primera Comunión es una fiesta que hay que vivir con alegría, y la participación y el apoyo familiar son fundamentales. Los integrantes de la familia han de trabajar unidos en el seno del hogar para que los niños conserven la ilusión de poder siempre recibir a Jesús en la Eucaristía. Los padres, como ca-

beza de familia, tienen la responsabilidad de llevarlos a la misa dominical, de acompañarlos por el camino de la fe e indicarles que a pesar de su corta edad son una parte importante de la Iglesia. Durante su preparación, los chicos tienen muchas inquietudes que deben ser resueltas por

los catequistas, pero sobre todo por los papás, quienes deben estar preparados para dar respuestas sobre la fe católica en la casa. El catequista compartirá con tu hijo pocas horas a la semana, pero es en la cotidianidad donde es esencial que aprenda a hacer de Dios su mejor

amigo, aclare todas sus dudas y afiance su fe en nuestro Señor Jesús, el Hijo de Dios. Tú, como padre de familia, serás el principal encargado de esa misión, y mientras más temprano en la vida de tu hijo lo inicies en la vida sacramental, mucho más pronto, con tu testimonio, será un seguidor de Jesús y reconocerá su tierna compañía. Como padre, debes buscar y aprovechar oportunidades para formarte en la fe. Anímate, ya que no lo sabes todo, quizás solo manejas los conceptos que recibiste en tu propia Primera Comunión, hace muchos años. Es importante que refresques en tu interior esa seguridad de que

Dios te ama y que está siempre dispuesto a perdonarte, que quiere tu felicidad verdadera. La mejor forma en la que puedes acompañar a tu hijo en su preparación a la Primera Comunión es viviendo tu propia conversión, revisa tu vida de cara a Dios, mira aquellas cosas que será necesario cambiar y da los pasos necesarios para acercarte más a Él a través del sacramento de la reconciliación (confesión). Si tú te acercas a Dios, participas de los sacramentos y llevas a la práctica familiar y social las enseñanzas de Jesús, será la mejor ayuda que puedas dar a tu hijo para vivir su vida de fe.


Cultura

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El sacramento de la Unción de los Enfermos Por: CODIPACS Izcalli

El sacramento de la Unción de los Enfermos, fue llamado y conocido por muchos, durante mucho tiempo como el sacramento de la extremaunción, dándole un mayor énfasis al hecho de preparar la muerte de quien lo recibía, el título no ayudó mucho en el sentido pastoral, pues poco se recibía, pensando en que al recibirlo la persona moriría; de hecho, hoy todavía mucha gente piensa que, este sacramento se recibe

sólo hacia el final de la vida o en caso de verdadero peligro de muerte. Gracias a Dios, el tiempo y estas dificultades pastorales, contribuyeron a darle un mejor sentido a este hermoso sacramento y a regalarle un nuevo nombre, que por cierto, nos ayuda a entender, mucho mejor, su sentido y el sujeto de la recepción de dicho sacramento. Así, el nuevo y mejor nombre que puede recibir este sacramento es

el de “unción de los enfermos”, de manera que, no es un sacramento para los moribundos sino para quienes están enfermos, para los que han avanzado en el largo camino de la vida, y para aquellas personas que por las circunstancias de la vida parecieran estar en peligro de muerte. El sacramento de la unción de los enfermos, consiste en un rito sencillo que puede celebrarse dentro o fuera de la Misa, pero que prevé, la confesión y absolución individual y sacramental, de manera que al recibir la unción de los enfermos, no sólo se tiene la esperanza de ser curado físicamente, sino que además, se busca ser curado interiormente con el perdón de los pecados. Al perdón de los pecados, se agrega la oración comunitaria por el enfermo, poniendo de manifiesto que la Iglesia se hace una con aquel que sufre; a la oración comunitaria

se agrega la imposición de las manos del presbítero y la unción con el aceite santo que aconseja el apóstol Santiago en su carta (Stgo 5, 14). El sacramento de la unción de los enfermos no es algo mágico, supone la fe de quien recibe este sacramento, el deseo de conversión y la confianza total en el Señor. Y busca que, antes de curar físicamente a la persona, ésta se sienta acompañada por el Señor, particularmente en medio del dolor y el sufrimiento, aprendiendo a hacer y a aceptar la voluntad de Dios en su vida, sabiendo que, todo lo que el Señor permite es obra de su salvación en nuestra vida. De esta manera, ahora sabemos que, no hay que esperar a estar en el lecho de muerte para llamar al sacerdote y recibir la unción, pero tampoco se recibe con una enfermedad pasajera como una gripa o un dolor de panza.

La liturgia en la Unción de los enfermos Por: Codipacs Arquidiócesis de Tlalnepantla

“Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del pueblo de Dios”. (LG 11). A lo largo de la vida el hombre experimenta el sufrimiento, la cruz, y la enfermedad, donde se siente impotente, conoce sus límites y concientiza acerca de su fini-

tud. La Unción es un sacramento propio y específico para los enfermos, para situaciones de peligro de muerte o en caso de vejez, es para dar fortaleza para poder sobrellevar la enfermedad y vivirla bien. La gracia primera de este sacramento es una gracia de consuelo, de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad grave o de fragilidad de la vejez. Esta gracia es un don del Espíritu Santo que renueva la confianza y la fe en Dios y fortalece contra las tentaciones del maligno, especialmente tentación de desaliento y de angustia ante la muerte. Esta asistencia del Señor por la fuerza del de su Espíritu quiere conducir al enfermo a la curación del alma, pero también a la del cuerpo, si tal es la voluntad de Dios. El signo: La Materia y la Forma La Unción de los enfermos se administra ungiendo al enfermo y diciendo las palabras prescritas por la liturgia. El signo sacramental se

realiza cuando se pronuncian las palabras en conjunto con la materia y así se confiere la gracia. La materia es el aceite de oliva bendecido por el obispo en la Misa del Santo Crisma el Jueves Santo. La materia próxima es propiamente la unción con el óleo en la frente y en las manos del enfermo. La Forma son las palabras que pronuncia el obispo o el sacerdote: “Por esta Santa Unción, y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad”. Rito y celebración La celebración de todos los sacramentos se lleva a cabo de una manera litúrgica y comunitaria, así también la Unción de los enfermos. Para recibir este sacramento es recomendable haber recibido previamente el sacramento de la Penitencia y después de la unción recibir la comunión. La liturgia es muy sencilla pues

comprende dos elementos: el primero es la epíclesis, que es el acto de imponer en silencio las manos a los enfermos y orar por todos los enfermos, y el segundo es la unción con el óleo bendecido, realizada con su forma particular, terminando con la oración del Padre Nuestro. El ministro de este sacramento solamente pueden ser los sacerdotes o el Obispo. El sujeto de la Unción de los enfermos es cualquier fiel que, habiendo llegado el uso de razón, comienza a estar en peligro de enfermedad o vejez.


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Personas más allá de las fronteras Por: Julieta Appendini / Directora de ACN-México

A lo largo de la historia, México ha sido un país que ha recibido a muchas personas de todo el mundo que han tenido que migrar por diversas razones. Es probable incluso, que muchos de los que estén leyendo este artículo sean hijos de migrantes, sin embargo, en estos días nuestro país vive una situación muy difícil por el tema de la migración. Se ha incrementado exponencialmente, la entrada a nuestro país de miles de personas de varios países de Centroamérica, no solo como paso a los Estados Unidos, sino como una alternativa para quedarse. ¿Por qué deciden dejar todo, a pesar de que hacerlo puede significar el fin de su existencia? Hace unos días, ante la visita de ACN a Honduras, un señor del lugar, dispuesto a migrar a

otro país, nos dijo: “Hay de dos: O mueres aquí o sales para sobrevivir… Nosotros salimos de aquí cansados, decepcionados de nuestro país, pobres, perseguidos, violentados, amenazados, con miedo, pero con fe de que el camino será fácil. Estamos hartos de no encontrar una vida digna en donde nacimos. Por eso, vamos en búsqueda de ella, no importan las fronteras y los límites”. En este dolor que pasan cientos de migrantes y sus familias de muchas partes del mundo, Honduras, Salvador, Guatemala, Haití, Cuba, y algunas partes de África, la Iglesia Católica en México, junto con sus Obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y miles de laicos comprometidos, hace esfuerzos desesperados por atender esta situación. Y dar un trato humano y digno a todas estas personas. La Conferencia de Episcopado Mexicano emitió un comunicado en donde los obispos externan su preocupación por la falta de acogida

verdaderamente humanitaria a nuestros hermanos migrantes, que muchas veces no refleja nuestras convicciones en materia de reconocimiento y protección de los derechos de todos los seres humanos por igual. Afirmaron que desplegar seis mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera sur no es una solución de raíz que atienda a las verdaderas causas del fenómeno migratorio. “El combate a la pobreza y a la desigualdad en México y en Centro América pareciera quedar sustituido por el temor ante el otro, nuestro hermano”. También el Papa se ha manifestado en repetidas ocasiones ante la problemática migratoria, asegurando que, se pueden alzar muchos muros y bloquear las puertas de entrada con la ilusión de sentirse seguros con las propias riquezas en detrimento de los que se quedan afuera, pero Dios destruirá las barreras construidas entre los países y sustituirá la arrogancia de unos pocos

por la solidaridad de muchos. No está en nuestras manos acabar con este drama de la migración, que además, ha acarreado contingencias sociales en las principales zonas a dónde llegan los migrantes y también a nivel general en el país. Sin embargo, sí tenemos una gran oportunidad de practicar la caridad y unirnos al trabajo de humanización que están haciendo muchos cristianos comprometidos en favor de nuestros hermanos necesitados migrantes. Abramos el corazón hacia estas personas que llegan a nuestro territorio, recordando que lo que hagamos o dejemos de hacer por ellos, es parte de nuestra responsabilidad como cristianos. Desde ACN seguiremos apoyando estos proyectos pastorales, en favor de los más necesitados. Esperamos tu oración y solidaridad. “Al forastero que reside junto a nosotros, lo miras como a uno de tu pueblo y le amarás como a ti mismo” (Levítico 19,34).

Tiempo de la Creación: Oración y acción global para proteger la Casa Común Por: Manuel Cubías de Vatican News La celebración del “Tiempo de la Creación” a celebrarse del 1 de septiembre hasta el 4 de octubre de 2019, es un tiempo en que los cristianos de todo el mundo, rezan, se desarrollan proyectos y otros se movilizan para proteger la creación. Se trata de acciones buenas y urgentemente necesarias. ¿Qué es Tiempo de la Creación? Tiempo de la Creación es un movimiento mundial para vivir la fe y para cuidar la creación que se nos ha dado como regalo para cuidarla. Este movimiento es impulsado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Movimiento Católico Mundial por el Clima, la Red Eclesial Panamazónica y las comunidades católicas preocupadas por el cuidado de la casa común. Durante un mes, los cristianos de todos los continentes trabajan para llevar a la práctica el documento Laudato Si›, a través de eventos comunitarios para profundizar su amor por el Creador, la creación y por los demás. Los eventos varían de acuerdo a cada comunidad, desde servicios de adoración y oración, hasta recoger basura o acciones pidiendo cambios en las políticas para limitar el calentamiento

global a 1.5 grados centígrados. El Tema de este año. El tema de este año es “La Red de la Vida”, que busca crear conciencia de nuestro papel como administradores de la creación y la urgente necesidad de proteger el rico tapiz de biodiversidad tejido por el Creador. El Cardenal peruano Pedro Barreto, vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica, anticipó que “las comunidades deciden como celebrar de manera que sea mejor para ellas. Las comunidades católicas celebran este tema incorporando el cuidado de la creación en la liturgia, formando círculos “Laudato Si” o participando en actividades como las huelgas por el clima, planeadas para el 20 de septiembre próximo”. Insistió que el cambio climático y la destrucción de los biomas afectan a los más pobres: “en este tiempo también queremos darle una mayor importancia a la conciencia que debemos tener que todo lo que estamos sufriendo hoy en el mundo afecta a todos, pero especialmente a los más vulnerables”. Esta iniciativa retoma las palabras del Papa Francisco en la Laudato Si, donde muestra la

consideración de que el ser humano es parte de la naturaleza: “Esto nos impide entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados” (LS 139). La vida. El precio por cuidar lo que es de todos. La celebración de El Tiempo de la Creación es una posibilidad para recordar el coste en vidas humanas y daños al medio ambiente. Sólo en Brasil, más de 1150 agricultores, defensores de derechos humanos, sacerdotes y religiosas han muerto violentamente defendiendo la creación.


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Atención pastoral a personas homosexuales Por: Pastoral Social / Diócesis de Ecatepec

Muy frecuentemente la Iglesia recibe ataques al abordar temas como: la homosexualidad, la ideología de género, entre otros, y se le mira a la Iglesia como la que tiene odio hacia personas que defienden estas ideologías. La Iglesia debe poner en práctica una pastoral para personas que experimentan atracción por

el mismo sexo, en donde Sacerdotes y agentes de pastoral lleguen a conocer y aprender mediante diversos recursos, cómo enseñar mejor la verdad de la Iglesia, con amor y así poder evangelizar a quién quiere y desea volver a la Iglesia y que necesita ser tomado en cuenta en la situación de

vida en que se encuentra. En muchas ocasiones los agentes de pastoral no atienden esta necesidad por miedo a decir algo equivocado, por ello muchas veces se quedan callados o hablan ambiguamente sobre el tema dejándolo inconcluso. Por ello, el llamado del Papa Francisco de acoger a estos

hermanos que desean convertirse y sentirse parte de la Iglesia, donde se les ayude y se les mire con compasión. Dios quiere que como Iglesia aprendamos a dar la bienvenida y se le acompañe a la persona que se encuentra en esta situación, escuchando sus deseos y ayudándole a ver cómo esos deseos pueden ser satisfechos en Cristo. Ya el Cardenal Ratzinger mencionó en una carta “Sobre la atención pastoral a las personas homosexuales” en el pontificado del Papa Juan Pablo II, “la importancia de promover programas apropiados de catequesis, fundados sobre la verdad concerniente a la sexualidad humana, en su relación con la vida de la familia, tal como es enseñada por la Iglesia, tales programas suministran un óptimo contexto, dentro del cual se puede tratar también la cuestión de la homosexualidad”.

Crece la violencia… Por: Codipacs Ecatepec Cada día va creciendo la violencia contra la sociedad en nuestro país y la Iglesia no esta exenta de dicha situación, vemos hoy en día cómo se dan homicidios en contra de sacerdotes, religiosos y laicos. La delincuencia que se manifiesta en robos, secuestros, extorsiones y cobros por derecho de piso, no sólo afecta a los Sacerdotes, sino también asaltos a Iglesias con feligreses dentro. A menudo, aunque los miembros de la Iglesia no tienen conflictos con grupos delictivos, existen sectores de la sociedad que aprovechas la efervescencia de la violencia y arremeten contra algunos religiosos y laicos en algunas partes de nuestro país. Y aunque la inseguridad y la corrupción se han convertido en las batallas principales del actual gobierno y de la misma

sociedad; sin embargo, pareciera que las acciones que se van implementando hasta hoy, no son del todo suficientes. La violencia en nuestro país es una grave situación que solo deja ver la problemática que a lo largo de muchos años no se ha podido resolver, ya que, ante la falta de formación y educación en valores, ante la falta de posibilidades de encontrar buenos empleos, muchos jóvenes optan por buscar salidas sencillas, padres que olvidan a los hijos y les permiten hacer lo que les venga en gana, otros factores son la pobreza, la corrupción… Como Iglesia y sociedad, debemos comenzar a tener acciones muy concretas desde la formación de los niños en el catecismo (formación en la fe), en las escuelas (formación en valores), lograr que los jóvenes tengan grandes ideales

que los lleve al mejoramiento de nuestra sociedad, mediante la concientización de su quehacer en nuestra sociedad. En algunas Diócesis del país,

ya han comenzado por elaborar proyectos que tienen que ver con la protección de los sacerdotes, laicos y resguardo de los lugares sagrados.


Dios te llama

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Solemnidad de Corpus Christi Por: Pbro. Jesús Melquiades Gadea Navarro, Diócesis Valle de Chalco Hace unos días celebramos esta solemnidad y muchos de nosotros no apreciamos la importancia y trascendencia de esta gran fiesta Eucarística; por tal razón, ofrecemos estas respuestas que debemos tener en cuenta para vivir con conciencia este momento tan hermoso, en el que damos culto público y solemne de adoración, gratitud y amor a Jesús Sacramentado. La Solemnidad de “Corpus Christi” tiene su origen en un milagro Eucarístico; según cuenta la historia, a mediados del siglo XIII, el P. Pedro de Praga dudaba sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía, por lo que realizó una peregrinación a Roma para rogar sobre la tumba de San Pedro una gracia de fe.

A su regreso, mientras celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró y manchó el corporal con la preciosísima sangre. La noticia llegó rápidamente al Papa Urbano IV, quien se encontraba muy cerca en Orvieto, y pidió que le trajeran el corporal. La venerada reliquia fue llevada en procesión y se dice que el Pontífice, al ver el milagro, se arrodilló frente al corporal y luego lo mostró a la población. El Santo Padre Urbano IV, publicó la bula “Transiturus”, con la que ordenó que se celebrara en toda la Iglesia, la Solemnidad del Corpus Christi, el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad. Asimis-

mo, encomendó a Santo Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico para la fiesta y la composición de himnos, que se entonan hasta el día de hoy: Tantum Ergo, Lauda Sion. La santa reliquia se conserva en la Catedral de Orvieto, donde se puede apreciar en una capilla edificada en honor a este milagro Eucarístico. El corporal sale en procesión cada año durante la Fiesta del Corpus Christi y preside las celebraciones Eucarísticas en la Catedral. Las formas para celebrar esta gran solemnidad son muy variadas, sobre todo mediante Horas Santas y procesiones con el Santísimo, pero lo más importante es mente para recibirlo, mediante el que cada uno se prepare digna- Sacramento de la Reconciliación.

El sacramento del perdón en el amor de Dios Por: Codipacs Texcoco Los sacramentos son para cada creyente, fortaleza y alimento, y exigen, de modo especial a todo cristiano, practicar una vida de permanente reconciliación, que nos prepare y anticipe nuestra participación sacramental. Esta ayuda de fe se encuentra en el Sacramento de la Reconciliación o Penitencia, también conocida, como Confesión. El Evangelio nos enseña que es Jesús “el que salvará

a su pueblo de sus pecados” (Mt 1,21). Jesús mismo es quien perdona al paralítico, lo levanta, lo envía al templo, lo integra a la vida de la comunidad y lo hace partícipe del gozo del Reino de Dios. Jesús comunica su acción de perdonar a sus apóstoles. Así como Dios Padre le ha dado todo a Jesús, así también Jesús comunica a la Iglesia ese poder perdonador que de Él emanaba para regenerar a los hombres: “A

quien perdonéis los pecados, le quedan perdonados” (Jn 20,23). La Iglesia por medio de sus ministros, en el nombre de Jesús, otorga el perdón tal como lo hacía Jesús. La confesión de los pecados ante el presbítero confesor, es esencial en el Sacramento de la Reconciliación. Se le denomina sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente “el perdón y la paz” (Ritual de la Penitencia, 46, 55). La buena, correcta y eficaz práctica del Sacramento de la Reconciliación nos pide: - Hacer un acto de Contrición. Para mostrarnos verdaderamente arrepentidos por no haber actuado según las enseñanzas del Señor o por ser obstáculo en la construcción de su Reino. - Examen de conciencia. A la luz de la Palabra de Dios el penitente descubre el

número y la gravedad de sus pecados. No tan solo al recordar los 10 Mandamientos de la Ley de Dios y los 5 de la Iglesia, sino al considerar el Sermón de la Montaña y los textos apostólicos (Rm 1215; 1Cor 12-13; Ef 4,6). - Propósito de enmienda. Una auténtica Contrición, conlleva necesariamente el firme propósito de no volver a pecar. Sería una farsa pedir perdón por un pecado que estamos decididos a seguir cometiendo. Según el Mandamiento de la Iglesia “todo fiel llegado a la edad del uso de razón, debe confesar al menos una vez al año, los pecados graves de que tiene conciencia” (Derecho Canónico 989). Sin embargo, el Derecho Canónico en su número 916 ordena: “Quien tenga conciencia de hallarse en pecado grave que no celebre la Misa ni comulgue el Cuerpo del Señor sin acudir antes a la Confesión Sacramental”.

No es correcto, por lo tanto, acercarse a comulgar en pecado mortal en una acción de gracias de XV años o en una boda, para quedar bien con los demás o para salir en la fotografía. Date el tiempo para pedir perdón a Dios. - La Satisfacción o Penitencia. Muchos pecados causan daño al prójimo. Es preciso hacer lo posible para repararlo (por ejemplo, restitución de cosas robadas, restablecer la reputación del que ha sido calumniado, compensar las heridas, etc.), la simple justicia exige esto. Pero además el pecado hiere y debilita al pecador mismo, así como sus relaciones con Dios y con el prójimo. La absolución quita el pecado, pero no remedia todos los desórdenes que el pecado causó. Colocarnos en la dirección correcta hacia el amor de Dios y del prójimo, requiere de una muy buena experiencia práctica del Sacramento de la Reconciliación.


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Recordemos algunos preceptos que como cristianos, debemos seguir Por: Comisión Provinacial de Vida Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios son: 1º Amarás a Dios sobre todas las cosas. 2º No tomarás el Nombre de Dios en vano. 3º Santificarás las fiestas. 4º Honrarás a tu padre y a tu madre. 5º No matarás. 6º No cometerás actos impuros. 7º No robarás. 8º No dirás falso testimonio ni mentirás. 9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros. 10º No codiciarás los bienes ajenos. Los mandamientos generales de la Iglesia son: 1. Oír Misa entera los domingos y fiestas de guardar. 2. Confesar los pecados graves cuando menos una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de comulgar. 3. Comulgar por Pascua de Resurrección. 4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia. 5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

Los pecados o vicios capitales Son aquellos a los que la naturaleza humana caída está principalmente inclinada. Es por eso muy importante para todo el que desee avanzar en la santidad aprender a detectar estas tendencias en su propio corazón y examinarse sobre estos pecados. Fueron enumerados por Santo Tomás (I-II:84:4) como siete: 1. Soberbia u Orgullo Consiste en una estima de sí mismo, o amor propio indebido, que busca la atención y el honor y se pone uno en antagonismo con Dios (Catecismo Iglesia Católica 1866) 2. La Avaricia Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. 3. La Lujuria El deseo desordenado por el placer sexual. 4. La Ira El sentido emocional de desagrado y, generalmente, antagonismo, suscitado por un daño real o aparente. 5. La Gula Es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida.

6. La Envidia Rencor o tristeza por la buena fortuna de alguien, junto con el deseo desordenado de poseerla. 7. La Pereza Falta culpable de esfuerzo físico o espiritual; acedia, ociosidad. Obras Corporales De Misericordia 1. Dar de comer al hambriento 2. Dar de beber al sediento 3. Dar posada al necesitado 4. Vestir al desnudo 5. Visitar al enfermo 6. Socorrer a los presos 7. Enterrar a los muertos Obras Espirituales De Misericordia 1. Enseñar al que no sabe 2. Dar buen consejo al que lo necesita 3. Corregir al que está en error 4. Perdonar las injurias 5. Consolar al triste 6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás 7. Rogar a Dios por vivos y difuntos Las Bienaventuranzas Cristo nos muestra las carac-

terísticas de los justos en el nuevo reino. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el Cielo: de la misma manera persiguieron a los profetas que os precedieron”(Mt).

Cómo comunicarnos con nuestros hijos cuando son muy sensibles Por: Silvia del Valle @SilviaMdelValle @smflorycanto Nuestro deber como padres de familia es educar a nuestros hijos y es necesario que exista comunicación eficiente, asertiva con ellos. Por eso aquí te dejo mis 5Tips para poder comunicarnos con nuestros hijos aún cuando ellos sean muy sensibles. PRIMERO. Escuchar para comprender. Es muy importante que aprendamos a escuchar. Es importante ponerles atención y que ellos lo vean, así no tendrán el prejuicio de que no les hacemos caso. Que todas nuestras actitudes sean de escucha, si es necesario dejemos lo que estamos haciendo para lograr entablar una comunicación adecuada con ellos. SEGUNDO. Cuestionar con caridad. Es importante interpelar

a nuestros hijos, es decir, cuestionarlos, hacerlos pensar, que salgan de su zona de confort, para que razonen y saquen conclusiones sin tener que imponer nuestro punto de vista. Es necesario que demos nuestra opinión de cada punto pero que no sientan que les queremos imponer las cosas. Podemos guiarles en la reflexión para que lleguen a mejores conclusiones por ellos mismos. Siempre en un ambiente de amor y respeto, de otra forma se volverá una batalla campal. El amor lo suaviza todo. TERCERO. Proponer sin imponer. Siempre es mejor guiar que imponer, así la conclusión será bien recibida por ellos ya que saldrá de ellos mismos. También debo decir qué hay

situaciones en las que debemos ser tajantes y donde no caben las consideraciones, cuando va de por medio su integridad física y espiritual. En nosotros como papás debe caber la prudencia y la madurez para saber mediar y tomar las decisiones más adecuadas. CUARTO. Suave en la forma, firme en el fondo. Nuestros hijos deben saber que las cosas importantes, lo trascendente, es inamovible; es decir, lo que tiene que ver con la moral, los principios y valores no es negociable. Fuera de eso podemos ser tolerantes y tratar de adaptarnos a sus planes. Y QUINTO. Ora antes de tener la comunicación con ellos. Es muy importante que

preparemos los momentos de interacción y comunicación con nuestros hijos y la mejor forma de hacerlo es orando por ellos, para que Dios los ilumine y sean dóciles a nuestra guía. Por algo Dios los puso en nuestras manos para llevarlos de nuevo a el. Y nosotros debemos estar conscientes de que no siempre tenemos la razón, y que no pasa nada si en algún momento tenemos que dárselas para que se sientan tomados en cuenta y parte de las decisiones de la familia. Repito, en lo trascendente inamovibles pero en lo demás podemos negociar y llegar a acuerdos. Pero lo que no puede faltar es la oración por nuestros hijos y por nosotros para que sepamos guiarlos y ser instrumentos dóciles de Dios.


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El milagro eucarĂ­stico de San Antonio de Padua


Laicos

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¿Qué se necesita para hacer una buena confesión? Por: Codipacs Cuautitlán

La Iglesia nos propone cinco pasos a seguir para hacer una buena confesión y aprovechar así al máximo las gracias de este maravilloso sacramento. Estos pasos expresan simplemente un camino hacia la conversión, que va desde

el análisis de nuestros actos, hasta la acción que demuestra el cambio que se ha realizado en nosotros. 1. Examen de Conciencia. Ponernos ante Dios que nos ama y quiere ayudarnos. Analizar nuestra vida y abrir

nuestro corazón sin engaños. Puedes ayudarte de esta guía para hacerlo bien. ¿Cómo se hace? Pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine y nos recuerde cuáles son los pecados nuestros que más le están disgustando a Dios. Vamos repasando: a) Los diez mandamientos. b) Los cinco mandamientos de nuestra Santa Madre la Iglesia Católica. c) Los siete pecados capitales. d) Las obras de misericordia. e) Las bienaventuranzas. f) El mandamiento de la caridad. g) Los pecados de omisión: el bien que dejamos de hacer: no ayudar, no hacer apostolado, no compartir los bienes, no hacer visitas a

Cristo Eucaristía, no dar un buen consejo. También es bueno confesarse de la siguiente manera: a) Deberes para con Dios: mi relación con la voluntad de Dios. b) Deberes para con el prójimo: caridad, respeto. c) Deberes para conmigo: estudios, trabajo, honestidad, pureza, veracidad. d) Deberes para con ese Movimiento o Institución eclesial a la que pertenezco: fidelidad a los compromisos, apostolado. 2. Arrepentimiento. Sentir un dolor verdadero de haber pecado porque hemos lastimado al que más nos quiere: Dios. 3. Propósito de no volver a pecar. Si verdaderamente amo,

no puedo seguir lastimando al amado. De nada sirve confesarnos si no queremos mejorar. Podemos caer de nuevo por debilidad, pero lo importante es la lucha, no la caída. 4. Decir los pecados al confesor. El Sacerdote es un instrumento de Dios. Hagamos a un lado la “vergüenza” o el “orgullo” y abramos nuestra alma, seguros de que es Dios quien nos escucha. 5. Recibir la absolución y cumplir la penitencia. Es el momento más hermoso, pues recibimos el perdón de Dios. La penitencia es un acto sencillo que representa nuestra reparación por la falta que cometimos. Fuente Catholic.net

Junio: Lecturas y aprendizajes para los creyentes Por: Luis Antonio Hernández / Director de Voto Católico El balance final de las primeras elecciones de la era López Obrador arroja datos, mensajes y lecturas que merecen ser analizados detalladamente al margen del impacto político y mediático, que a simple vista pueden tener los resultados de la contienda para quienes definen la agenda pública. Al inicio de las campañas electorales los índices de popularidad y aceptación del desempeño del Presidente de la República, así como los resultados de la mayoría de las encuestas, anticipaban un contundente triunfo para Morena, así como un eventual retroceso en la agenda a favor de la vida y la familia en México. Sin embargo, los resultados de los cómputos distritales en los seis estados dónde hubo comicios demuestran que, a pesar de haber obtenido dos gubernaturas y un congreso local, el partido gobernante perdió en esta jornada aproximadamente el 65% de

los votos que en esas mismas entidades obtuvo en 2018. Tomando en cuenta la votación total de la elección del domingo 01 de junio, el PAN obtuvo la mayoría de los 4.357 millones de sufragios que se emitieron. Los candidatos panistas acumularon más de 1.380 millones de votos, comparado con los 1.190 millones que alcanzaron los abanderados de Morena. El ejemplo que con mayor claridad refleja esta situación es Puebla, un estado con una profunda tradición católica, donde Acción Nacional consiguió el mayor porcentaje de votos por partido político con 414,356 mil sufragios, lo que representa el 27.13% de la votación estatal, mientras que el representante de Morena reunió 390,805 mil votos, es decir, el 25.59% de las preferencias, obteniendo el triunfo gracias al apoyo que sus aliados lograron captar en las urnas PT (163,104) y Partido Verde (128,396).

Estos números demuestran que el partido de Andrés Manuel López Obrador perdió casi 500 mil votos en menos de un año, respecto a las elecciones de 2018, en las que la alianza encabezada por el mismo Miguel Barbosa, obtuvo cerca de 900 mil votos. Asimismo, en Aguascalientes, que ocupa el tercer lugar dentro del ranking de los estados con mayor número de católicos en el país con 93.2%, y Tamaulipas, localidades que en 2018 fueron arrasadas por el tsunami guinda y su candidato presidencial, en esta ocasión Morena logro apenas alcanzar el 50% de la votación del PAN, ganando Únicamente uno de once ayuntamientos en juego y un distrito electoral de veintidós que se disputaron, respectivamente, mientras que en Durango, dónde un importante porcentaje de sus pobladores (85.9%) se declara como católico,

el partido de la cuarta transformación, quedo en el tercer lugar de los comicios municipales. Después de las elecciones del primer fin de semana de junio y tras obtener un el mayor porcentaje de votos por partido, retener la mayoría en un congreso local y obtener el mayor número de ayuntamientos en dos estados de la República, Acción Nacional se convierte por su tradición, doctrina y valores, en una alternativa para construir un efectivo contrapeso al poder presidencial en México. Ello dependerá de su capacidad y la voluntad de la propia sociedad civil y los creyentes, para articularse proactivamente en torno de un proyecto que incorpore los temas que hoy en día son importantes para un amplio segmento de la población, como protección de la vida, fortalecimiento de la familia, libertad religiosa, bien común, seguridad y legalidad, entre otros.


Provincial

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