Mensajero 271

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Año 10 / No. 271

Domingo 20 de Enero de 2019

Renovemos la esperanza en este 2019 Pp. 3 y 8.

¡Laicos perseverando en una misma esperanza

Él me llamó, él me eligió, soy mensajero de Amor

¿Qué después de la Navidad?

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Buscar, encontrar y proclamar al Señor.

Estimado lector: Es un hecho que la vida del hombre se realiza en el tiempo y que su existencia está dinamizada por la búsqueda, el encuentro y la proclamación gozosa de lo que ha encontrado. Esta dinámica marca el curso de la existencia,

pero para un cristiano esta dinámica tiene certezas específicas, el cristiano no solo busca, él mismo es buscado por un Dios que le ama y que quiere encontrarlo y que no pierde oportunidad de manifestarle su amor. El tiempo de la vida se convierte en la oportunidad del encuentro gozoso entre el amado y el amante, entre Dios y el hombre, pero también del encuentro con aquellos que Dios pone cerca de nosotros para que nos manifiesten su rostro y nos acompañen en el camino hacia el encuentro definitivo con Él, para gozar de la comunión plena y eterna donde seremos hombres plenos y familia de Dios. Al inicio del nuevo año es importante recordar que lo que da sentido a nuestra vida es el Señor que nos ama, que nos busca, que nos manifiesta su amor misericordioso, que se hace presente en nuestra vida de muchas maneras, que nos bendice y acompaña en toda circunstancia. Jesucristo resucitado Señor de la vida y de la historia a quien buscamos, reconocemos, amamos y proclamamos. El hombre de todo tiempo y condición busca a Dios, anhela la presencia de Dios, lo busca incluso sin darse cuenta o lo busca en modos y ambientes equivocados. La oportunidad y responsabilidad del cristiano, del discípulo misionero de Jesucristo es anunciar con la bondad de su corazón, con la generosidad de sus acciones, con la verdad de sus palabras y la belleza de sus buenas obras la presencia del Señor y ayudar a que muchos lo encuentren. Al inicio del nuevo año, en un mundo que tiende a perder la alegría, el entusiasmo y la esperanza, se abre para nosotros, hijos de la Iglesia, una, santa, católica y apostólica, la oportunidad de profundizar y fortalecer nuestra relación con Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, de encontrarlo presente en medio de su pueblo y de proclamarlo con valor, fidelidad y respeto para que muchos lo conozcan, lo amen y lo adoren. Cuánto necesitamos hacer nuestras las palabras de Jesús “Yo soy, el camino, la verdad y la vida”, cuánto necesitamos vivir en la unidad de la fe y en la comunión de la Iglesia. Invito a todos los que me hagan el favor de leer estas líneas que nos esmeremos en aprender y enseñar, especialmente a los niños y adolescentes, a caminar por la vida cargada de novedades, sobresaltos y adversidades, en la presencia de Jesucristo Señor de la vida y de la Historia.

+ Jorge Cuapio Bautista Obispo de Tlalnepantla.

Directorio Emmo. Sr. D. Carlos Cardenal Aguiar Retes Excmo. Sr. D. Guillermo Ortíz Mondragón Obispo de Cuautitlán Excmo. Sr. D. Francisco González Ramos Obispo de Izcalli Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G Obispo de Ecatepec Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva Obispo Emérito de Ecatepec Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teotihuacán Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz Obispo Auxiliar de Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Jorge Cuapio Bautista Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

DIRECTOR GENERAL Mons. Víctor René Rodríguez Gómez Presidente de la Comisión Provincial para la Pastoral de la Comunicación DIRECTORA EN TURNO Abril Villanueva COLABORADORES Equipo de la Pastoral de la Comunicación de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla

Registro en trámite.

Es una publicación catorcenal de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla. Se distribuye en la Arquidiócesis de Tlalnepantla y en las Diócesis de Cuautitlán, Izcalli, Ecatepec, Texcoco, Teotihuacán, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco.

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Hacer oídos que escuchan, atienden y responden Por: Codipacs Texcoco ¿Cuántas veces hemos tenido ante nosotros la legendaria expresión de “hacer oídos sordos”? Esto cobra actualidad ante el llamado a la sociedad mexicana a evitar las acciones que impliquen corrupción, cuyo efecto secundario impacta la imagen de varios sectores sociales, sobre todo de la denominada clase política y económica de México; pero, los ciudadanos, ¿qué hacemos? ¿Cuál es nuestra participación en esta lucha contra la corrupción? En 2010 los obispos mexicanos publicaron el documento “Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna”, e hicieron notar en el número 191 del documento, tres “factores de riesgo sobre los que es urgente intervenir”: crisis de legalidad, debilitamiento del tejido social y crisis de moralidad. Sobre la crisis de legalidad: “Los mexicanos no hemos sabido dar su importancia a las leyes en el ordenamiento de la convivencia social. Se ha extendido la actitud de considerar la ley no como norma para cumplirse sino para negociarse”. Sobre el debilitado tejido social: “Se han relajado las normas sociales, así como las reglas no escritas de la convivencia que existen en la conciencia de cualquier colectividad bajo formas de control social que corrigen las conductas desviadas y mantienen a la sociedad unida y debidamente cohesionada”. Y sobre la crisis de moralidad: “Cuando se debilita o relativiza la experiencia religiosa de un pueblo, se debilita su cultura y entran en crisis las instituciones de la sociedad con sus consecuencias en la fundamentación, vivencia y educación en los valores morales. Siendo un pueblo profundamente religioso y cristiano, se han debilitado en la vida ordinaria las grandes exigencias de la moral cristiana: desde el imperativo primordial «¡No matarás!», hasta el consejo evangélico que nos llama al amor extremo de entregar la vida por los demás. Cuando la falta de respeto a la integridad de las personas, la mentira y la corrupción campean, no podemos menos que pensar que hay una crisis de moralidad”, esto lo afirmó

hace 9 años el Episcopado Mexicano. Con respecto a este análisis de la Iglesia en México, preguntémonos ¿Cuánto hemos intervenido los católicos para cambiar este análisis de la realidad? En el análisis socio-pastoral de la Iglesia provincial de Tlalnepantla, pensamos que se ha hecho mucho, y se prevé que como Iglesia Católica es nuestro deber hacer más. Sobre todo modificar ciertas conductas que personales, familiares y comunitarias, que nos impiden la construcción de una nueva sociedad donde las leyes cuenten, se respeten y se hagan respetar; donde se promueva, fortalezca y consolide el tejido social; y donde, con base en la verdad, el Pueblo de Dios viva y dé testimonio de la fe con perspectiva en una moral cristiana concreta y real entre sus miembros, que en función del número de católicos en México, nos resultaría en un cambio sustancial y significativo. Los obispos no solo reflexionan la realidad sino que ofrecen propuestas puntuales a desarrollar, por ejemplo, en cuanto algunas medidas en la transmisión de la fe: a) proceso de iniciación cristiana, b) proceso catequético permanente, orgánico y progresivo, que abarque toda la vida, sus distintas etapas y situaciones; que sea una verdadera escuela de formación integral, c) acompañamiento a los discípulos de Cristo en el camino de la perseverancia para que permanezcan en su amor a través de la experiencia del encuentro con el Señor, d) aprovechar la riqueza de la Doctrina Social de la Iglesia como «instrumento de evangelización» que educa en las virtudes sociales y políticas en la vida social, e) fomentar en los discípulos misioneros de Jesucristo que asuman responsablemente su compromiso como ciudadanos para construir un orden social justo, cuidar de la creación y construir la paz, f) buscar formas de acompañamiento de la vida interior de las personas. Mantengamos oídos abiertos, atentos, que escuchen y pongan en práctica el hacer de México un mejor país, de justicia, reconciliación y paz.

Destinados a la gloria Queridos lectores, en el inicio de un año nuevo que apenas comienza, la luz del Señor alborea sobre su pueblo amado para renovarlo en la esperanza que viene de Dios. Con ese mismo amor de un Dios y Padre que viene a buscar a la oveja perdida, que si herida es curada, se hace presente al comienzo de este año para llenarnos de esperanza, para alentarnos a combatir, y sobre todo para manifestar su misericordia al mundo entero. Es común llegar al término del año con muchas dudas e incertidumbre, cansados, y quizá frustrados, con proyectos y propósitos no concretados, momentos y recuerdos difíciles, pero también podemos encontrar ideas, anhelos, nuevos proyectos y propósitos, y esperanza para comenzar de nuevo. El año nuevo nos propone un sinfín de oportunidades para crecer como personas y Dios no se queda atrás, sino que nos tiende su mano para poder acogernos a su amor y nos presenta que la mejor manera de crecer es en crecer en el conocimiento de Dios. No obstante, sabemos que buscar a Dios y dejarse encontrar por Él es una tarea muy difícil en un mundo lleno de ruido y distracciones. El Santo Padre Francisco hablaba hace unos días acerca del Espíritu: “El Espíritu de Dios habla libremente a cada uno a través de sentimientos y pensamientos. No puede ser encasillado en esquemas, sino que debe ser acogido en el corazón”. Así, el Espíritu viene en nuestra ayuda, porque conoce nuestra flaqueza y nuestras debilidades, conoce los retos de estos

tiempos y, por medio de la paciencia, nos dice qué es lo que debemos hacer: “Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. Pues la ansiosa espera de la creación desea vivientemente la revelación de los hijos de Dios. La creación, en efecto, fue sometida a la vanidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve? Pero esperar lo que no vemos, es aguardar con paciencia. Y de igual manera, el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo interviene por nosotros con gemidos inefables, y el que escruta los corazones conoce cuál es la aspiración del Espíritu, y que su intercesión a favor de los santos es según Dios” (Rm 8, 18-27). Que el Señor que nos conceda buscarle cada día, que nos conceda fe para poder verle en los demás y celo por anunciar el Evangelio a todos los hombres.


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Recomencemos Por: CODIPACS Izcalli

El tiempo de Navidad que apenas concluimos los días pasados, fue una oportunidad para dos encuentros sacerdotales en nuestra Diócesis de Izcalli. El primero de

ellos fue el retiro que cada año la Comisión de Formación Permanente del Clero organiza como preparación a la Navidad, que este año impartió el Padre Max,

de la comunidad de los frailes menores conventuales. El segundo encuentro fue la Posada Sacerdotal que cada año tiene el propósito de reunir a todo el clero de la Diócesis para orar, escuchar la voz de nuestro pastor que nos orienta a la experiencia del nacimiento del Señor y la convivencia entre hermanos sacerdotes. El primero como el segundo encuentro se llevaron a cabo en las instalaciones del Seminario Diocesano, y los dos encuentros cumplieron el objetivo no sólo de hacernos meditar, también de no perder la oportunidad de saludarnos y compartir el ministerio. Y es que el tiempo de la Navidad como el fin de año, para muchas personas y grupos, y también para nosotros en nuestra Diócesis, se convierte en la oportunidad

de revalorar lo que somos, lo que hacemos y la manera en que lo hacemos, sin dejar de salir de la reflexión con nuevas metas, objetivos y deseos de ser mejores; así que, las reuniones sacerdotales de fin de año cumplen su objetivo entre nosotros y tienen repercusión en las comunidades parroquiales. Ahora, comenzando el año, retomamos los trabajos diarios en cada una de las instancias, sea diocesanas o parroquiales y lo hacemos con ánimo generoso, queriendo ofrecer lo mejor de nosotros mismos, hacer visible a Cristo a través de nuestro servicio y mejorar lo que en otro tiempo no ha tenido resultado. Que Dios acompañe estos esfuerzos entre nosotros y entre cada uno de nuestros lectores, su vida y competencias diarias.

Reliquias del santo patrono de la JMJ de Panamá visitan Chalco Por: CODIPACS Valle de Chalco El martes 8 de enero la Universidad Azteca, plantel Chalco, fue escenario para la recepción de las reliquias de san José Sánchez del Río, un santo mexicano mártir de la guerra cristera y que es considerado (junto a san Juan Diego, entre otros santos), patrono de la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se realizará en Panamá del 23 al 28 de enero próximos. Procedentes de Texcoco, y antes de ser trasladadas a Puebla, estas reliquias (que van acompañadas de una imagen en bulto del santo), fueron recibidas en este lugar para ser expuestas de manera pública. De acuerdo a palabras de Leticia Laguna Muñoz, quien es coordinadora nacional de comunicación de “Testimonio y esperanza” (un grupo de jóvenes que acompañan y apoyan la logística de este recorrido), en el itinerario no estaba considerado este punto, lo que hizo de esta una oportunidad especial, no sólo

para apreciar las reliquias, sino también para conocer el testimonio de vida de este santo, a través de una semblanza que narra cómo padeció la persecución religiosa en nuestro país, su martirio y la intercesión de fe que hizo posible su canonización por el Papa Francisco en octubre de 2016. El Pbro. Mario Manuel Ledesma Ibarra, responsable de pastoral universitaria de la Diócesis de Valle de Chalco, fue el encargado de presentar estas reliquias ante los asistentes, y los animó a no tener miedo de expresar su fe y de inspirarse en el testimonio de Joselito, “un niño que no se dejó vencer, no quiso renegar de su fe y de su amor a Cristo”. En su intervención el Lic. Manuel Silva Sánchez, Vicerrector de esta institución, señaló la importancia de la Iglesia en los eventos que han marcado profundamente la historia de nuestra patria, en donde los jóvenes han desempeñado un papel trascendental como es el caso

de este niño santo, pues luchó por la libertad de culto, tal como lo señala el lema de esta universidad: “Por un México trascendente”. Las reliquias son de primer grado e iniciaron su recorrido en la ciudad de Sahuayo Michoacán, lugar natal de este joven santo. Este trayecto se ha titulado “Camino de la fidelidad”, por el cual, las reliquias ya han estado en varias ciudades de nuestro país, y se tiene considerado que finalice en Cancún para salir ha-

cia Panamá, para ser expuestas durante el encuentro entre el Papa y la juventud católica. San José Sánchez del Río fue torturado y asesinado el 10 de febrero de 1928, a la edad de 14 años, por oficiales del gobierno al negarse a renunciar a su fe. Le cortaron la planta de los pies y fue conducido descalzo hasta su tumba. Mientras caminaba Joselito rezaba y gritaba “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”.


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Mensaje de Navidad 2018 Por: CODOPACS / Diócesis de Cuautitlan “Por aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un censo de todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno en su propia ciudad de Nazaret, en Galilea, a la Ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, juntamente con María su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban ahí, le llego a María el tiempo de dar a luz y tuvo a su hijo primogénito: lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada” (Lc 2, 1-7) Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo acerca de quién ordena el censo y en qué momento, si hay certeza de que el nacimiento de Jesús se da en ese contexto. José es de la familia del rey David que nace en Belén. María es de Nazaret, de hecho, no tenía que ir a Belén, pero José seguramente la lleva consigo porque está embarazada. Tal vez aún no estaban casados, eran prometidos, José no podría dejar a María sola. Es la circunstancia de muchas familias en el mundo que, debiendo responder a los requerimientos de las autoridades, entre ellas las políticas, o bien, por persecución, o por violencia, o por

buscar mejor vida, deben hacer largos y no fáciles traslados. En ocasiones las expresiones autoritarias de un gobierno autoritario provocan reacciones de violencia, revoluciones, como la de Judas Macabeo. No así en la mente ni en el corazón de José, que lleva a María. José va en paz. José, de la familia de David, hereda la Promesa cuyo cumplimiento es gratuito para él. María concibe en su seno, por obra del Espíritu Santo, al Hijo de Dios; José no participa en la procreación y acepta con fe cuidar de María y del Niño. La gratuidad total de Dios es para José quien, siendo justo, observante de la Ley que medita, con la que ora, ve cumplida la Promesa. La Autoridad, sin saberlo, participa en el cumplimiento de la promesa que dice: “De ti, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel” (Miq 5, 1)

La intención de Jesús de edificar el Reino de Dios en la historia es la primera y central misión que recibe del Padre. Es la encomienda dada a la Iglesia, a nosotros, hoy, como a José, para ser protagonistas en la historia de salvación. Sopesemos la gratuidad de Dios al cumplir para nosotros su Promesa. Imitemos a José en la actitud de fe orante y activa, para descubrir el regalo del Mesías que nace para nosotros y nos entrega la vida del Reino desde ahora. Respetemos las leyes justas y a la autoridad con actitud de fe, sin perder la identidad y misión de la Iglesia. A través del diálogo participemos a todos la riqueza recibida para edificar el Reino de Dios por el desarrollo integral, la justicia y la paz. Es responsabilidad de quien ejerce un cargo público trabajar por la justicia, en bien de la Nación, de las personas, las familias, toda la sociedad; edificar per-

manentemente la paz. Por el diálogo, fieles a la palabra dada, trabajemos por la confianza muta. El ejercicio de la política, en la que tenemos la responsabilidad de participar como miembros de la Iglesia, nos hace iguales en el derecho y deber de construir caminos de reconciliación, donde el perdón y la esperanza nos impulsen a la caridad vivida cada día con quienes más necesitan ser capacitados, incorporados. Al acoger al recién nacido, Jesús, Rey de reyes, hagamos a nuestra Nación y a nosotros mismos, la promesa de buscar que la paz sea camino común a todos, camino que nos lleve a movernos juntos en todo lo que enriquece a la persona humana. “un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus hombros el signo del imperio y su nombre será: ‘Consejero admirable’, ‘Dios poderoso’, ‘Padre sempiterno’, ‘Príncipe de la paz” (Is 9,5), ¡Que Cristo, Príncipe de la Paz, ¡permanezca con todos ustedes en el 2019 y siempre! Con mi bendición + Guillermo Ortiz Mondragón Obispo de Cuautitlán

“Me he cansado”. Es un acto de humildad. Por: Benjamín Torres, Diócesis de Nezahualcóyotl

El Equipo Laico al Servicio de la Pastoral, mejor conocido como Escuela de Pastoral, en la Diócesis de Nezahualcóyotl agradece los diesciseis años de servicio en la coordinación diocesana de María Eugenia Sánchez Asunción. Desde 2002 asume la responsabilidad de animar la acción pastoral sistemática de una

de las asociaciones laicales, cuyo enfoque es la formación de las personas en lo doctrinal como en la participación en la acción pastoral de las parroquias. Luego de una formación muy cercana desde el núcleo de la familia y al final de la vida pastoral de monseñor José María Hernández, segundo obispo de esta Iglesia Particular, quién le pide acompa-

ñar a todos los coordinadores de las distintas regiones de la entonces Zona Volcanes y la Zona Urbana. Tres obispos, los monseñores José María Hernández, un año; Carlos Garfias Merlos, 7 años; y Héctor Luis Morales Sánchez, casi 8 años; tuvieron a bien mantener la aceptada acción del Equipo Laico coordinada con entusiasmo y dedicación de María Eugenia Sánchez. Monseñor Héctor Luis Morales Sánchez ha tomado la iniciativa de la renovación de la coordinación como una oportunidad para reconocer la humildad del cansancio por el paso de tiempo y el empeño, y nombrar a Mónica Montes de Oca Aparicio, quien con sencillez y gran solicitud ha aceptado dar continuidad y regenerar el impulso del Equipo Laico al Servicio de la Pastoral. El padre Antonino Armendáriz continúa como asistente diocesano de este grupo apostólico en nuestra diócesis de Nezahualcóyotl.


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Iglesia que camina hacia Jesús Por: Codipacs Ecatepec

Para comenzar este año y retomar el caminar diocesano, hemos tenido nuestra primer reunión con coordinadores y secretarios de los Equipos Parroquiales de Animación Pastoral, para continuar los trabajos de preparación hacía nuestra VI Asamblea Diocesana de Pastoral que se celebrara en meses próximos y donde se promulgará el Proyecto del Plan Diocesano de Pastoral para toda la Diócesis. Debido a que será un momento de fiesta para toda nuestra comunidad diocesana, se ha comenzado con la preparación de algunos laicos que ayudarán en la anima-

ción de los miembros de su comunidad para esta gran fiesta. Hemos iniciado esta preparación bajo la dirección de las hermanas religiosas Mónica y Ofelia, así como por el Pbro. Álvaro Soto, quienes mediante la oración nos han recordado que somos una sola Iglesia que se prepara en espiritualidad de comunión; posteriormente Mons. Luis Martínez, mediante una dinámica, ha puesto de manifiesto la alegría de ser una sola Iglesia que va en camino hacia Jesús y ha recordado a los participantes su importancia de pertenecer a esta Iglesia particular de Ecatepec. Mas tarde el Pbro. José Guadalupe Fitz nos ha explicado parte de las directrices que como Diócesis de Ecatepec vamos a potenciar y que marcarán el rumbo de la pastoral en todas las comunidades, presentando de esta manera los 5 niveles de acción a considerar dentro de la pastoral: a) pastoral comunitaria, b) pastoral sectorial, c) servicios pastorales, d) pastoral ministerial y e) estructuras y organismos. Dichos niveles de acción mediante la actuación de las distintas dimensiones que los comprenden irán

manifestando, mediante la espiritualidad de comunión, el sentido de ser una Iglesia que hace presente el Reino de Dios a través de la calidez humana y la caridad fraterna. Dentro de la misma reunión se ha presentado la programación de las actividades pastorales para este año 2019, que en función de la transversalidad, busca que todos estemos en la misma sintonía para la realización de una eficaz manifestación del Reino de Dios en cada comunidad de la Diócesis de Ecatepec. Dentro de estas actividades se tendrán actividades diocesanas, por zona pastoral, decanatos y parroquias, para que todos los fieles puedan ser partícipes de la acción pastoral de la Iglesia y se prepare el gran jubileo por el XXV aniversario de la erección canónica de nuestra Diócesis de Ecatepec. Para finalizar esta reunión el Pbro. Leonardo Barragán, vicario de pastoral, nos ha exhortado a trabajar de tal manera que todos estos proyectos nos lleven a la consolidación de una Iglesia donde se viva la misma espiritualidad de comunión en todos los niveles y así manifestemos la presencia de Cristo en medio de nosotros.

Camino de la Fidelidad Reliquia de san Joselito en Texcoco Por: Codipacs, Texcoco Texcoco, Méx. 8 de enero 2019. Damos inicio a este año 2019 con la meta de abrir camino a la información que surge desde el corazón de nuestra diócesis. Estamos convencidos de que una feligresía que conoce las actividades más significativas de su diócesis puede atender y entender mejor las necesidades de nuestra Iglesia. Y una de las primeras actividades de la Iglesia Diocesana de Texcoco fue la recepción de la reliquia de San José Sánchez del Río, o como es conocido san Joselito. Esta iniciativa surgió con grupos juveniles de la ciudad de México y se convirtió en el proyecto “Camino de la Fidelidad”, el cual promovió una peregrinación de la reliquia, un fragmento de uno de los dedos de San Joselito, que visitó templos de diferentes partes de nuestro país, comenzando el 26 de diciembre de 2018 en Sahuayo, Michoacán, con una misa de envío y continuando su recorrido por la ciudad de México, Nezahualcóyotl, Texcoco, Puebla, Xalapa, puerto de Veracruz, ciudad del Carmen, Campeche, Mérida, Cancún y concluyó con su llegada a la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá.

Como parte del recorrido de la reliquia de san Joselito, rumbo a la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud, que se realizará en Panamá del 22 al 27 de enero; a su paso por la Diócesis de Texcoco, visitó el Colegio Nezahualcóyotl, ubicado en el centro del municipio de Chimalhuacán, y los seminarios: Centro de Reconciliación de los Misioneros Servidores de la Palabra, Seminario de Cristo Rey para las Vocaciones en la edad Adulta y el Seminario Mayor de Texcoco. En cada uno de los recintos fue recibida con visibles muestras de respeto y admiración, ya que como lo declaró a ACIPrensa el P. Óscar Manuel Méndez, Misionero Servidor de la Palabra que acompaña la peregrinación de la reliquia, “San

Joselito, mártir mexicano, pertenece a una generación de católicos que impactaron mucho, socialmente hablando”, debido a que “se comprometieron con su fe, abrazaron su fe, la defendieron y se convirtieron en protagonistas de su historia”. “Al joven de hoy le queremos proponer eso: que una vez enamorándose de Cristo se conviertan en testigos, defensores de su fe, predicadores de la Palabra, anunciadores del Evangelio, misioneros, como dice el Papa, con su testimonio de su amor a Cristo”. El testimonio de San Joselito, dijo el P. Oscar, sirve para que “a pesar de las dificultades, de la persecución a veces solapada que se vive para los valores del Evangelio, el joven pueda tener un modelo de vida”. Al término de la celebración, seminaristas y fieles que se congregaron para la veneración de la reliquia, pidieron la intercesión de san Joselito para obtener fortaleza y valentía para anunciar el Evangelio, aún a costa de los desafíos y riesgos que esto conlleva.


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¿Qué después de la Navidad? Por: CODIPACS Izcalli

Después de la gran celebración de la Navidad y antes de entrar al tiempo de la Cuaresma, preparación para la fiesta de la Pascua, la Iglesia vive el tiempo ordinario, un tiempo lirtúrgico de treinta y cuatro semanas repartido en dos partes a lo largo del año, que se caracteriza por el color litúrgico verde y en el que la Iglesia se propone, en el día a día, profundizar

sobre el misterio pascual de Cristo. Podriamos decir que a lo largo del año existen dos tiempos de preparación (Adviento y Cuaresma) caraterizados por el color litúrgico morado, y dos tiempos fuertes (Navidad y Pascua) caracterizados por el color litúrgico blanco, y entre uno y otro tiempo está el tiempo ordinario, el período más largo del año en la Igle-

sia en el que no celebramos ningún misterio particular de Cristo pero en el que estamos llamados los cristianos a experimentarlo presente en nuestro diario acontecer. La primera parte del tiempo ordinario comienza inmediatamente el día después de la fiesta del Bautismo del Señor, este año el lunes 14 de enero, y concluye el martes previo al Miércoles de Ceniza, este año el 5 de marzo. La segunda parte del tiempo ordinario comienza el lunes posterior a la fiesta de Pentecostés (fin de la Pascua) que este año coincidirá con el día 10 de junio y concluirá el sábado previo al primer domingo de Adviento que coincide con el día 30 de noviembre. De manera que, después de la fiesta del nacimiento del Señor, los cristianos comenzamos un período con una espiritualidad profunda que nos hace mirar hacia nuestra propia

realidad, a nuestro día a día y experimentar en ello, la presencia del Señor. El tiempo ordinario, no es un tiempo vacío sino una oportunidad de crecer en la fe por la presencia del Señor que se hace cercano a nosotros. Quizá el nombre de este tiempo no es tan sugerente o atractivo, sin embargo, ordinario tampoco quiere decir rutinario o aburrido, más bien, se le ha dado este nombre para distinguirlo de los tiempos fuertes, y el color litúrgico verde que lo caracteriza sobre todo en las celebración litúrgicas, nos hace entender que es un tiempo de esperanza, un tiempo y una época del año en la que todo está llamado por la naturaleza a reverdecer. Vivamos pues este tiempo con una profunda fe y una distinguida espiritualidad que nos lleve a la experiencia de Cristo en nuestras vidas.

La fiesta de la carne Por: CODIPACS Izcalli El domingo 13 de enero, celebramos la fiesta litúrgica del Bautismo del Señor, y con ella concluimos en la Iglesia el tiempo de Navidad. El lunes 14 de enero comenzó un nuevo tiempo al que llamamos tiempo ordinario, una serie de semanas que se caracterizan por el color verde en las celebraciones litúrgicas y que se verá interrumpido el día 6 de marzo por la celebración del Miércoles de Ceniza, comienzo de la Cuaresma. Y en muchas partes del mundo, y sobre todo del mundo católico, próximos a vivir y entrar en el tiempo de la Cuaresma, se celebran los famosos Carnavales. La palabra carnaval proviene de carne, de manera que el carnaval es una fiesta a la carne, y surgió en la antigua Roma con una fiesta dedicada al dios Baco, dios del caos, del vino y de la fiesta, aunque algunos afirman que esta fiesta propiamente romana que comenzaba como un tiempo en que se permitía el libertinaje, surgió en África; lo cierto, es que, para los romanos, el carnaval fue una manera

de permitir aquello que en secreto se vivía a lo largo del año pero que nadie por cuestión de la buena fama de las personas debía saber. Cuando Roma se cristianizó, muchas fiestas paganas fueron abolidas pero el carnaval subsistió, cuidando aquella parte de la moral que el cristianismo enseña. De Europa, el carnaval, pasó a los países conquistados, teniendo más fuerza en América Latina, sin embargo, habría que decir que el carnaval nunca fue -y todavía hoy no es- una fiesta propiamente cristiana. Se fue retomando en muchos lugares cristianos antes de la Cuaresma, a sabiendas de que durante un largo período de cuarenta días, a nadie le sería permitido cualquier tipo de arrebatos carnales en razón de los días de preparación a la Semana Santa y a la Pascua de Resurrección. Hoy, en el mundo son famosos los carnavales de España en la isla de Tenerife, el de Brasil, el de Veracruz y el de Sinaloa en nuestro país. El carnaval, una fiesta propiamente pagana está asociado a la cristiandad, primero, por

la determinación de la fecha, ya que cuaresma, y en su contraposición, el éste se celebra un fin de semana an- carnaval es una reacción o consecuentes del miércoles de ceniza, y segundo, cia, pero al estilo profano. por el carácter sagrado que tiene la


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Crecer en Caridad y Alegría Por: Samuel Nájera Esperanza e incertidumbre. Estos pudieran ser los sentimientos que albergan las personas y familias mexicanas al inicio del año 2019. Sin embargo, en la realidad social no hay una percepción de tranquilidad, pero sí de arduo trabajo, sobre todo, en la recuperación, exaltación y práctica concreta de la transmisión, educación y vivencia de los valores en código humanizante y evangelizador, con apego al anuncio del Reinar de Dios, y mediante la denuncia de las conductas nocivas, destructivas y denigrantes que carcomen la vida familiar, comunitaria y social de quienes en México formamos parte de esta mayoría católica, tan atesorada por la Iglesia. El mundo y nuestro México imploran por la paz, pero mucho habrá que trabajar por alcanzarla. La ruta hacia la paz por la que los cristianos se distinguen es la que recorre hacia el amor de Dios y del prójimo. En marzo de 2017, el Papa Francisco nos recordó esto: “Sabemos bien que el gran mandamiento que nos ha dejado el Señor Jesús es aquel de amar: amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente y amar al prójimo como a nosotros mismos (Cfr. Mt 22,37-39). Es decir, estamos llamados al amor, a la caridad, y esta es nuestra vocación más alta, nuestra vocación por excelencia; y a ella está ligada también la alegría de la esperanza cristiana. Quien ama tiene la alegría de la esperanza”.

Resulta interesante que Gallup International -asociación líder mundial en investigación de mercados y encuestas- en su 42ª Encuesta Anual de Fin de Año 2018 (Esperanza y optimismo en la paz global), exploró las perspectivas, expectativas, puntos de vista y creencias de 48,745 personas de 50 países, con base a la pregunta: ¿Espera que el próximo año 2019 sea para el mundo un año más pacífico, más problemático o permanecerá igual?, y entre los primeros tres países, se destacó México con el tercer lugar en optimismo y también entre los que tienen mayor esperanza en el 2019, debajo de Albania e India. Muy interesante también que México fue el único país latinoamericano entre los primeros 10. Este buen resultado contrasta definitivamente con el grado de pesimismo y desaliento en la esperanza por la paz en muchos lugares del mundo. Esto nos permite recuperar el llamado del Santo Padre y de los Obispos de México a vivir la Alegría del Evangelio, anunciado por Jesús, y la verdadera paz, siempre y cuando se trabaje por ella: “Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9). Sobre el amor cristiano el Papa advirtió: “Existe el riesgo que nuestra caridad sea hipócrita, que nuestro amor sea hipócrita… La hipocresía puede introducirse en todas partes, también en

nuestro modo de amar. Esto se verifica cuando nuestro amor es un amor interesado, motivado por intereses personales… cuando los servicios caritativos en los cuales parece que nos donamos son realizados para mostrarnos a nosotros mismos o para sentirnos satisfechos… La caridad es una gracia, un regalo; poder amar es un don de Dios”, señaló. “Alegres en la esperanza” (Rom 12,12), para que sepamos que en toda circunstancia, incluso en las más adversas, y también a través de nuestros fracasos, el amor de Dios no disminuye. Y entonces, con el corazón visitado y habitado por su gracia y por su fidelidad, vivamos en la gozosa esperanza de intercambiar con los hermanos, en lo poco que podamos, lo mucho que recibimos cada día de Él”, concluyó el Papa. En nosotros está. ¡Hagámoslo!

Otro año en la vida de los niños sirios Por: Julieta Appendini / Directora de ACN-México

Mara ha recibido leche, harina, ropa y medicinas. Es uno de los 65.000 niños a los que pudimos ayudar al menos una vez en el 2018. Como siempre, esta ayuda se canalizó a través de la Iglesia, que es la única institución que todavía funciona en Alepo, Homs, Hama, Idlib y todas las demás localidades en ruinas del campo de batalla sirio.

Las iglesias están destruidas, las personas se arrodillan sobre los escombros, rezan, se confiesan y dan gracias a Dios por vivir. “Tener fe es llevar una vida en el espíritu de la confianza”, escribió Benedicto XVI. ¿Y cuándo hubo más confianza y más esperanza de que Dios no abandonaría a sus hijos? Mara y todos los demás niños no

saben que Ayuda a la Iglesia Necesitada los ha ayudado en los últimos seis años con casi 654 millones de pesos (30 millones de euros) y 700 proyectos, y que seguirá haciéndolo. Sobre todo ahora, cuando se trata de reconstruir escuelas, iglesias y ambulatorios. En Líbano y en Jordania y también en Europa, cientos de miles de cristianos esperan poder regresar a Siria. Pero sin casas para los enfermos, sin escuelas para los niños, sin espacios para la oración y la parroquia, los cristianos no saben dónde vivir, y la Madre Iglesia será el lugar al que acudan en busca de ayuda. Entre los más de 13 millones de desplazados y refugiados hay siete millones de niños y jóvenes, y, entre estos, cientos de miles de cristianos: el futuro de Siria vaga por el mundo. La Iglesia quiere acogerlos y guiarlos con ayuda material y espiritual, pues,

como continúa Benedicto XVI, “la fe es la certeza de que es Dios quien otorga a los hombres el futuro”. Pero la Iglesia local carece de recursos: el corazón está pleno, pero las manos, vacías. Nosotros también somos Iglesia y podemos llenar las manos para que los cristianos en Siria y los niños entre ruinas tengan una perspectiva esperanzadora. Gracias por caminar juntos durante el 2018, en el compartir está el amar. ACN les desea a las familias un feliz 2019 y que este año continuemos por el mundo trabajando para transmitir alegrías y amor sin perder el rumbo de la estrella que iluminó a los pastores de Belén para continuar apoyando a la Iglesia que sufre. Elevamos nuestra oración para que así sea.


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Velero con casi 200 jóvenes polacos navega rumbo a la JMJ Panamá Por: ACI Prensa

Cerca de 200 jóvenes polacos están a días de completar una entusiasta y desafiante misión que se extiende por 11 meses: cruzar el Atlántico en un velero para llegar a la Jornada Mundial de la Juventud Panamá 2019 (JMJ). A bordo del Dar Młodzieży (“Obsequio de la Juventud”, en español) la tripulación pretende compartir su cultura polaca en cada país que visitan, con motivo de la celebración por los 100 años de la Independencia de Polonia. La nave salió del puerto de Gdynia (Polonia) en mayo de 2018 para realizar

un periplo que contempla 22 puertos de todo el mundo y unas mil personas en la tripulación, repartidas en los distintos relevos dispuestos en el itinerario. Cerca de 600 son estudiantes de la marina de las ciudades polacas de Gdynia y Szczecin. El resto de la tripulación fueron ganadores de un concurso de conocimientos sobre la Historia de Polonia y la naval. El 9 de enero el llamado “Crucero de la Independencia” partió de Los Ángeles (Estados Unidos) hacia Acapulco (México) para permanecer allí hasta el día 11, fecha en que parten hacia Panamá. Allí, unos 170 tripulantes participará de la JMJ, del 22 al 27 de enero, uniéndose así la comunidad polaca, unos 3.500 jóvenes, reunida en el encuentro. Además tendrán una serie de actividades culturales dentro de la Diócesis de Penonomé y en la Costa Caribe. El P. Michał Siennicki, miembro de la tripulación y del Pallottine Missionary Foundation Salvatti, explicó a Vatican

News que cada dos meses ha habido cambio de jóvenes y de capellán. “En el velero hay personas de fe pero también otros chicos que solo han sido bautizados y no son practicantes. Mi primer desafío es ser un sacerdote disponible para todos (...). Muchos me pidieron el sacramento de la reconciliación y muchos participaron de la Misa que se celebraba cotidianamente en el velero”, señaló. En cuanto a la JMJ, el P. Siennicki expresó que “todos están en efervescencia por encontrar al Papa. La juventud polaca recuerda el mensaje del Santo Padre en Cracovia (2016), así que espera su nuevo mensaje en Panamá para sentirse nuevamente motivados como personas que están en búsqueda de Cristo”. El joven Lukasz Chrabanski, miembro de la tripulación, explicó en qué consiste una jornada en el velero. “Tenemos los deberes como marineros normales y trabajamos en el sistema de tres guardias, cada uno durante 8 horas al día”. “Tiramos las líneas, preparamos las

velas y las enrollamos. Ayudamos a los cocineros a preparar alimentos para más de 170 personas. Lo que es un gran desafío (...) Mantenemos a bordo nuestros camarotes, todo el barco limpio, y ayudamos a la tripulación en las tareas diarias. Navegamos y observamos el mar, si algo no se interpone en nuestro camino (...)”, señaló. Chrabanski también participó en la JMJ de Cracovia y afirmó que este evento es “la presencia de la alegría. Espero que Panamá sea aún mejor con el clima latinoamericano”. Luego de la JMJ, el velero navegará hasta Cartagena (Colombia), y luego a Miami (Estados Unidos), para cruzar nuevamente el Atlántico rumbo a Londres (Inglaterra) y finalmente al puerto de Gdynia (Polonia) el 20 de marzo. Los jóvenes polacos del velero Dar Młodzieży se unen así al grupo de 17 franceses que también están cruzando el océano en tres veleros con destino a la JMJ Panamá, acompañados de cuatro navegantes profesionales y un capellán.

Trabajemos por el bien de todos. Por: Luis Antonio Hernández / Director de Voto Católico Con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, celebrada el primer día de 2019, el Papa Francisco regaló al mundo una extraordinaria reflexión acerca de los desafíos de la buena política y la paz. Dentro de su menaje, el Santo Padre recordó que “la política es un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, pero cuando aquellos que se dedican a ella no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso destrucción”. En nuestro país, las primeras decisiones del Presidente de la República, así como la emergencia generada por el desabasto de gasolina en diferentes entidades de la republicana mexicana, que se suscitó apenas unos cuantos días después de esta oportuna disertación, nos permitió prácticamente en tiempo real discernir y analizar los planteamientos de su Santidad, frente al desempeño del nuevo gobierno. Todos coincidimos en que la función y la responsabilidad política constituyen un desafío permanente para quienes reciben el mandato de servir a la sociedad, de proteger a cuantos viven en ella y garantizar las condiciones necesarias para construir un horizonte

de futuro digno y justo para todos. Sin embargo, la inercia con la que Andrés Manuel López Obrador emprendió la transformación del orden jurídico y político nacional, así como la forma en la que ha decidido ejecutar cada una de sus decisiones políticas, como la implementación de medidas de austeridad gubernamental, la cancelación de diversas oficinas públicas, los recortes de personal y el combate al robo de combustible, por momentos hacen pensar que sus acciones están más orientadas a complacer al segmento de población que desde hace 18 años compar-

te su lucha, -quienes pareciera se articulan a partir de la desgracia y complicaciones de aquellos que no comparten su pensamiento-, así como a mandar un clarísimo mensaje de poder y autoridad a los más de 55 millones de mexicanos registrados en el Padrón Federal Electoral, que no comparten su ideología, más que a promover la gran transformación que México requiere. La narrativa utilizada hasta el día de hoy por la nueva administración, para socializar sus proyectos, actividades y resultados, ha contribuido a alimentar la división y el enfrentamiento entre mexicanos, al grado de comprometer peligrosamente el desarrollo y la paz nacional. Ante esta crítica circunstancia los ciudadanos de buena voluntad no podemos caer en provocaciones que únicamente lastiman y destruyen, en su lugar debemos sumarnos a la indispensable tarea de reconstruir cuando antes el tejido social, promoviendo a partir de nuestro testimonio y vivencia en la familia, el trabajo, la escuela y la comunidad, una autentica transformación de la cultura, la sociedad y la política mexicana, que privilegie sobre cualquier otra cosa los derechos fundamentales, la justicia, la fraternidad y el bien de todos.


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AMAR LA VIDA Por: Seminarista Arturo/ Dimensión Vida, Diócesis de Izcalli

Ha terminado el tiempo en que celebramos el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, el cual nos ha de llevar a reflexionar en la vida que el mismo Dios quiso vivir. Más que una linda época de luces y fiestas, es momento de

pensar en la vida en su esencia más pura. La encarnación del Hijo de Dios debe maravillarnos y ayudarnos a descubrir los dones que hemos recibido por la bondad del Creador, es tiempo de valorar

y amar la vida humana, al descubrir que ha sido elevada hasta lo más alto por la llegada del Salvador. Si somos capaces de ver la vida como don, no podemos ser ajenos a los atentados en contra de esta, hemos de pensar en aquellos santos inocentes que siguen padeciendo en nuestros tiempos: los no nacidos, los sin techo, los migrantes, las víctimas de la violencia y la inseguridad, etc. Hoy el llanto se sigue escuchando como en aquella masacre orquestada por Herodes que, movido por el miedo a perder sus derechos, por un corazón endurecido, atenta contra la vida de aquellos cuyo único delito

fue tener menos de dos años. Hoy el mundo sigue teniendo miedo a la vida: a la vida de un gestante, a la vida de aquellos que buscan un mejor mañana, al extranjero y al nacional. Si dejamos que el miedo a la vida nos domine acabaremos por extinguirnos. Somos testigos del miedo que invade los corazones de muchos padres ante la llegada de un hijo, pues ven frustrados sus planes. Es verdad que no es fácil -y jamás lo ha sido- recibir una nueva vida, pues las complicaciones tanto de salud, económicas, sociales, medio ambientales, podrían parecer adversas. Pero aún y con eso, el cris-

tiano ha de contemplar la valentía de María y José, su empeño por amar la vida y que a pesar de las circunstancias, no tan alentadoras o justas, dijeron sí a la misma Vida hecha carne. Los atentados a la vida de los que somos testigos son la punta del iceberg del desprecio de la vida en general. Como Iglesia, estamos llamados a dar testimonio de Cristo, que es vida, a vencer aquellos miedos que matan, es decir, valorar mi vida y la de los demás; pues valorar y respetar la vida, es manifestar el amor de aquel que quiso nacer y vivir nuestra humanidad.

Los jóvenes y la Iglesia Por: Silvia del Valle @smflorycanto

Los jóvenes son la sal del mundo y la luz de la tierra, y la Iglesia necesita de su participación para mantenerse viva y actual, por eso es súper importante que sepamos encaminar a nuestros hijos en la vida activa de la Iglesia. Aquí te dejo mis 5Tips para que nuestros hijos, en especial los jóvenes, participen activamente en la vida de la Iglesia. PRIMERO. Fomenta el Amor a la Iglesia. Debemos inculcar en nuestros hijos el amor por las cosas de Dios, por la Iglesia y por las actividades que los lleven a Dios. Es importante que lo hagamos con nuestro ejemplo, es bueno que nuestros hijos vean que amamos a la Iglesia y que no nos da pena. Es necesario que nuestros hijos vivan en un ambiente de respeto y

amor a las cosas de Dios y a la Iglesia, así aprenderán a darle su lugar en su corazón y en su vida cotidiana. SEGUNDO. Mientras más pronto mejor. Sí, siempre es mejor comenzar desde pequeños a llevarlos a la Iglesia y que participen de las actividades que en ella se ofrecen, siempre de acuerdo a su edad. En las parroquias siempre hay actividades para los hijos, de acuerdo a la edad de cada uno. Así que si nuestros hijos ya son jóvenes, seguro habrá algún coro, un grupo juvenil, la adoración o alguna actividad que les quede bien, dependiendo de su carisma y aptitudes. Al principio es difícil que quieran asistir por ellos mismos, por lo que habrá que encaminarlos, pero poco a poco irán entrando en

la dinámica y entonces será más fácil que asistan por gusto. TERCERO . Empieza por lo pequeño. El que es fiel en lo poco lo será en lo mucho… es por eso que es bueno empezar con algún compromiso pequeño. Si nuestros hijos son pequeños puede ser asistir a la catequesis o el ser monaguillos, pero si ya son jóvenes, quizá sea mejor que comiencen por acercarse a la confesión y después a algún grupo de adoración o si lo hay, un grupo juvenil para que tengan contacto con otros jóvenes. Siempre es bueno que sea poco a poco la participación en las actividades de la Iglesia, a menos que salga de ellos el participar más activamente. CUARTO. Busca el lugar más adecuado. Nuestra parroquia es el lugar más recomendable pero si no es posible, debemos buscar el lugar que más se acomode en cuanto al horario o los intereses de nuestros hijos. La idea es que nuestros jóvenes tengan espacios y momentos para vivir en comunidad y hacer Iglesia en un ambiente adecuado y rodeados de

otros jóvenes que tengan el mismo llamado. Y QUINTO. Apóyales en sus actividades. Muchas veces pasa que nuestros hijos están felices y trabajando en el grupo juvenil y somos nosotros quienes les frenamos o les hacemos todo más difícil porque no comprendemos sus actividades o porque no les damos permiso para que asistan a ellas. Es importante estar enterados de lo que hacen y con quién andan, pero en cuanto a las actividades apostólicas se refiere, no debemos castigarles con ellas, es decir, estas actividades formativas o de servicio no pueden ser tela para negociar. Claro que deben hacer méritos para asistir a las actividades, pero no debemos castigarles quitándoles la posibilidad de asistir. Que un joven quiera participar en la vida activa de la Iglesia es una gracia y una bendición por eso debemos dar gracias a Dios y orar para que esa disposición siga creciendo. Nuestra Iglesia necesita de jóvenes valientes que estén dispuestos a dar testimonio de amor, fidelidad y compromiso.


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Y tú, ¿la aprovechas? Por: Hna. Verónica, Diócesis de Cuautitlán Hace unos días vi un video en donde se reunían varias familias para un concurso, les hacían preguntas y, según acertaran o fallaran las respuestas, continuaban o se iban del juego. Lo curioso era que sobre las preguntas de redes sociales todos estaban al tanto, pero cuando comenzaron a hablar de las cosas personales de los otros miembros de la familia, comenzaron a perder “todos”. Tal vez también has visto este video, y tal vez también te ha cuestionado un poco, la cosa es, ¿qué estamos haciendo tú y yo para que las cosas sean diferentes? Hoy día no es un secreto para nadie que los medios de comunicación los hemos no sólo mal entendido sino mal empleado, pues a muchos más que comunicarlos, los incomunican de su contexto social y familiar. Puedes saber muy bien como está el amigo que no ves desde que concluiste la secundaria

y que se fue a vivir al extranjero, pero ignoras los problemas de tu hermana menor, el estado de salud de tus padres o los proyectos que tiene el abuelo. Claro que podemos tener muchos motivos para no saberlo: la escuela, el trabajo para algunos, pero podríamos estar más atentos si a la hora de la comida en lugar de estar con el celular o la Tablet habláramos con quien está compartiendo la mesa con nosotros, si en lugar de pasar horas en la com-

putadora compartimos tiempo con la familia ya sea en actividades de trabajo o de recreo, es ahí en donde podemos acercarnos y fortalecer lazos de amor, de amistad, de confianza, de solidaridad; en donde podemos conocer y darnos a conocer sin miedos, ya que la familia es el único núcleo en el que podemos ser conocidos tal y como somos, sin ser rechazados, en donde pase lo que pase, siempre seremos amados. Pudiera ser que, haya quien

diga que no es así, pero esto se debe precisamente a que no se ha sabido vivir la maravilla de la familia, en donde padres e hijos han marcado su propio espacio y no permiten el acceso al resto de integrantes, porque sólo comparten una casa y no un hogar, porque no se le ha permitido a Dios ser parte de la familia y no se escuchan los consejos del Espíritu Santo. La cuestión hoy sería: ¿Qué tanto conozco a mi familia? ¿Cuánto convivimos con Dios? ¿Cuál es mi aportación diaria para que las cosas sean mejores entre nosotros? Mis prioridades, ¿tienen cuerpo, alma, emociones, sentimientos, problemas, sufrimientos y alegrías?; o son de las que tienen marca, repuestos en alguna tienda y tienes que ponerles crédito. Hace tiempo leí: “De lo que hablan tus redes sociales está lleno tu corazón”. Y tú ¿qué o a quién hospedas en tu corazón?

MFCJ: Movimiento Familiar Cristiano Juvenil Por: Mónica Rubalcava Morales En ocasiones, asistir a Misa es parte de nuestro paseo dominical y lo cierto es que no le damos el valor correcto a participar de la celebración, vemos gente cercana al sacerdote, que lo ayuda, pero no sabemos más. Si nos acercamos, nos daremos cuenta de que en nuestra Iglesia existen varios grupos parroquiales, los cuales están integrados por la misma gente que conocemos, familiares, amigos o vecinos. Podemos conocer más sobre estos grupos y, ¿por qué no?, ser parte de ellos. Uno de estos grupos es Movimiento Familiar Cristiano (MFC). El MFC nació en Buenos Aires, Argentina, a finales de 1948, ahí, un grupo de matrimonios de la parroquia de San Martín de Tours, se dieron cuenta de la necesidad de fomentar la espiritualidad conyugal y el apostolado familiar, así que, junto al P. Pedro Richards se organiza y genera la primera reunión con 45 matrimonios. El Movimiento

fue creciendo paulatinamente, hasta 1955 donde se volvió lo que ahora conocemos, un movimiento a nivel mundial que es uno solo, y en el que cada país se organiza con autonomía propia, siempre manteniendo una es-

tructura general para todos. En 1989 se integra a los jóvenes en la participación del grupo y en 1992 son reconocidos como parte oficial, implementando un apostolado que los involucra.

Movimiento Familiar Cristiano Juvenil (MFCJ) es una propuesta distinta, en donde se entrega un carisma completamente juvenil y de formación integral, cuyas exigencias básicas son: estudio, vida de servicio, uso cristiano de los bienes materiales, vida en equipo, vida de oración y hospitalidad, es decir, el joven va creciendo y se va formando como parte de la comunidad cristiana y social. No es sólo pasar el tiempo rezando, sino que de manera divertida van conociendo a Dios y lo hacen parte de su vida cotidiana, promueven los valores humanos y cristianos, anuncian, celebran y sirven al Evangelio, siempre comprometidos en el desarrollo integral de la comunidad, haciendo énfasis en el amor en cinco dimensiones: a mí mismo, a mi familia, a mi comunidad, a la creación y a Dios. MFCJ, jóvenes elegidos sirviendo al Señor con fe.


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Él me llamó, él me eligió, soy mensajero de Amor Por: Hna. Alma Lorena Espinoza Vera, Misionera del Corazón Eucarístico de Jesucristo Rey, Diócesis Valle de Chalco

“Por la gracia de Dios, soy lo que soy” (1Cor. 15, 10). Nací en Zapopan, Jalisco, un 24 de junio, dentro de una familia humilde pero amante de Dios. Los primeros años de mi vida los pasé en un ambiente de alegría, sencillez y religiosidad rodeada de mis padres, Aurora Vera y José Espinoza, mis 11 hermanos y muchos pequeños amigos. Lo mejor de todo fue haber tenido tan cer-

ca de mí a Jesús Eucaristía, ya que mi Mamá todos los jueves nos llevaba a hacer una visita al Santísimo y los domingos a la santa Misa. Desde pequeña disfrutaba de las cosas de Dios, me encantaba ir a las posadas, al ofrecimiento de flores en el mes de mayo; me emocionaba ir al catecismo y todos los días a las 5:00 p.m. rezábamos el santo rosario, claro, con un poco de amenazas porque quien no rezara no salía a jugar. Los dones que Dios me regaló se dejaron ver desde niña, en el catecismo me encantaba alzar la mano para participar bailando, cantando, actuando y hasta hacerla de payaso en los eventos de la parroquia. A los quince años entré al grupo juvenil de la capilla de María Auxiliadora, ahí la devoción a María fue mi motor para seguir, y con el apoyo de mi familia continué esta gran aventura participando en encuentros, marchas juveniles y encuentros vocacionales; tuvimos la grande dicha de tener a un sacerdote, el padre Miguel Parra, de feliz memoria, que tuvo un inmenso amor por la juventud, fue el que encaminó mi vida a la Congregación de Misioneras del Corazón Eucarístico de Jesucristo Rey.

Ingresé el día 11 de septiembre del 2000 comenzando ahí mis “misio-aventuras”, y pronuncié mis votos perpetuos el día 15 de agosto del 2008. Desde pequeña me soñaba tocando las campanas de una pequeña y humilde capilla, vestida yo como religiosa y, Dios, muy pronto me concedió este bello sueño. Durante nueve años he realizado misión en distintos estados de la República y en los Estados Unidos de América para llegar finalmente a nuestra Diócesis de Valle de Chalco, acompañada de Dios y de la Santísima Virgen. Dios ha sido muy bueno conmigo ya que pone siempre personas que me animan y oran por mí, para que, con entusiasmo entregue mi vida sin reservas y con gran alegría. Ahora me recupero de un derrame pulmonar, le pido a Dios me conceda la salud para volver a integrarme a mi vida misionera. Agradezco a Dios que puso su mirada en mí, para ser misionera que canta, baila, juega y de esa manera quiero llegar a ser santa, ¡Dios los bendiga y me encomiendo a sus oraciones! “. Él me llamó, él me eligió, soy mensajero de amor”.

La vocación sacerdotal a la luz de Cristo Por: CODIPACS Valle de Chalco El sacerdote es el primer enviado para cumplir la misión de anunciar la Buena Nueva hasta los confines de la tierra, es animador de la comunidad cristiana: los reúne y los mantiene en la unidad en el nombre del Señor, los hace tomar conciencia de bautizados y los encamina a la edificación de la comunidad, los motiva a desempeñar la misión y a ser testigos de los valores cristianos. La vocación al sacerdocio es un llamado gratuito de parte de Dios, en beneficio de la comunidad. Y es necesario estar dispuestos a corresponder a esta gracia y misión desde la familia, porque desde ahí se va sembrando el amor y la fe como algo fundamental para desempeñar un ministerio. La comunidad también luego como diáconos y finalmen- do de Dios que la misma Iglesia es parte fundamental porque es te como presbíteros. va confirmando para hacer un Esta vocación no es una carre- servicio con la comunidad. la que va moldeando las relaciones humanas desde seminaristas, ra, ni competencia, es un llamaLa formación en el Seminario

no sólo es aprender ciencias, es ir descubriendo la identidad, primero como persona y posteriormente poner los dones recibidos por el Padre al servicio de los demás, que tiene como modelo a Cristo, el Buen Pastor. Obviamente no todo es trabajo humano, el Señor a través de muchas personas, medios y acontecimientos, va guiando y haciendo descubrir su voluntad en el que se prepara para ser sacerdote. Para que la Iglesia sea resplandor de Cristo, cada uno debe poner su granito de arena, y es que, la sociedad actual necesita luz, la luz de Cristo; y para que esto sea posible, será necesario pedir a Dios sacerdotes que nos iluminen y guíen por el camino de Dios. No dejemos de orar por nuestros sacerdotes y de pedir al Dueño de la mies que envíe más trabajadores a sus campos.


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La luz en la arquitectura Por: Antonio Buendía, Diócesis Valle de Chalco

La arquitectura es parte fundamental en la vida diaria, hay que tener en cuenta que se conceptualiza en un periodo histórico, y en un determinado contexto social, de ahí que en cada época se genera una nueva

idea del diseño de espacios, retratando momentos de la sociedad y asumiéndolos como propios sin perder de vista su principal objetivo que es el resguardar al ser humano y sus pertenencias de las inclemencias meteorológicas o artificiales. Los espacios son diseñados dependiendo la función a la que están destinados, entre los principales usos, destacan las obras que son utilizadas para: vivienda, educación, cultura, industrial, recreación, religión, entre otras. A lo largo de la historia, la edificación religiosa ha sufrido cambios en su estética, pero no en su función, conservando sus objetivos de asistencia a los necesitados, proveer un lugar de oración a los penitentes y el más importante, brindar un lugar de encuentro con Dios; por eso las capillas, iglesias y catedrales se sirven de las propiedades de los materiales, como la textura, la luz, el color, el sonido, etc. para complementar y enriquecer la complejidad arquitectónica de las edificaciones. Destacando por sobre las otras, la luz, fenómeno físico natural de los más nobles que existen, y que además aparece referida en la tradición apostólica en varias ocasiones, como cuando Jesús, Hijo de Dios, nos revela que él es la Luz del mundo, el que viene a

despejar las tinieblas y sacar a los hombres de la oscuridad de su pecado; por lo tanto, la luz representa la divinidad de Jesús. Esta enseñanza es asimilada e irradiada a través del tiempo por los arquitectos que construyeron y continúan edificando estructuras en honor a Dios. Tomando como ejemplo las catedrales góticas en donde la luz es utilizada más allá de sus límites físicos, buscando un sentido espiritual, filtrándola en los inmensos vitrales ubicados en las filas de claristorios que flanquean la nave principal, iluminando así todo el espacio. Los haz de luz que modelan los volúmenes, eliminando los limites creados por la verticalidad de la construcción, mediante el uso de la luz se creó una nueva arquitectura que buscaba alcanzar una nueva iluminación espiritual reforzando aspectos teológicos que anteriormente no eran considerados al momento de erigir templos, recordándonos que la iluminación viene del cielo, y que una vez que llega a la tierra, disipa las tinieblas. En otras palabras, la arquitectura religiosa busca transpolar el mundo terrenal con el mundo celeste, por eso cada vez que visitamos un templo la experiencia no sólo es artística, sino además espiritual.

Desarrollar actitudes que generen una Cultura Eucarística Por: Codipacs Texcoco En asamblea con el Pontificio Comité para los Congresos Eucarísticos Internacionales, el Papa Francisco afirmó que “la Eucaristía es la fuente de este océano de misericordia porque, en ella, el Cordero de Dios inmolado, pero que está en pie, hace surgir de su costado abierto ríos de agua viva, infunde su Espíritu para una nueva creación y se ofrece como alimento en la mesa de la nueva pascua”. A cuento a la siguiente interrogante: ¿Qué significa celebrar un Congreso eucarístico en una ciudad moderna y multicultural donde el Evangelio y las formas de pertenencia religiosa se han vuelto marginales? “Significa colaborar con la gracia de Dios para difundir, a través de la oración y la acción, una ‘cultura eucarística’ –precisó el Pontífice– es decir, una forma de pensar y trabajar fundada en el sacramento, pero que se puede percibir también más allá de la pertenencia a la Iglesia”. Entonces se refirió a una Europa, enferma por la indiferencia y atravesada por divisiones y

barreras, donde los cristianos ante todo renuevan cada domingo el gesto sencillo y fuerte de su fe: se reúnen en el nombre del Señor, reconociéndose hermanos entre sí. Y el milagro se repite: en la escucha de la Palabra y en el gesto del Pan partido, incluso la asamblea más pequeña y humilde de creyentes se convierte en el cuerpo del Señor, su sagrario en el mundo. “La celebración de la Eucaristía favorece el desarrollo de las actitudes que generan una cultura eucarística, porque nos impulsa a transformar, en gestos y actitudes de vida, la gracia de Cristo, que se entregó totalmente”. La celebración de la Eucaristía favorece el desarrollo de las actitudes que generan una cultura eucarística, y una de esas actitudes es la comunión: “En la última cena, Jesús eligió, como signo de su entrega, el pan y el cáliz de la fraternidad. De esto se deduce que la celebración de la memoria del Señor, en la que nos alimentamos de su cuerpo y su sangre, requiere y establece la comunión con Él y la comunión de los fieles

entre sí. Precisamente la comunión con Cristo es el verdadero desafío de la pastoral eucarística, porque se trata de ayudar a los fieles a establecer esa comunión con Él, presente en el sacramento, para que vivan en Él y con Él en la caridad y en la misión”, señaló; y sobre todo: “La oración de adoración nos enseña a no separar a Cristo cabeza de su cuerpo, es decir, la comunión sacramental con Él de la comunión de sus miembros y del compromiso misionero que conlleva”, e incluso se convierte en “servidora” y bálsamo de la misericordia con las obras

espirituales y corporales que realiza la Iglesia. “Así, los bautizados siembran una cultura eucarística haciéndose servidores de los pobres, no en nombre de una ideología, sino del Evangelio mismo, que se convierte en la regla de vida de cada persona y de las comunidades, como lo atestigua el conjunto ininterrumpido de santos y santas de la caridad”. En esta asamblea se destacó que el próximo Congreso Eucarístico Internacional se realizará en el año 2020, en Budapest, Hungría.


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Hola amiguitos de Mensajero Continuamos con el recorrido por los 10 Mandamientos. Nos divertiremos mientras los aprendemos, pero tambiĂŠn los mĂĄs grandes de la casa pueden aprenderlos o recordarlos.


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El laico y la comunicación en la Iglesia Por: Codipacs Ecatepec La comunicación es una herramienta esencial en la vida de los seres humanos, es a través de este proceso de transmisión y percepción de un mensaje, que las personas se conectan e interactúan unas con otras. La comunicación supone una elaboración o codificación y una comprensión o decodificación, y hoy en día es mediante los medios virtuales o digitales, que cada vez ganan un posicionamiento entre las generaciones actuales, como podemos ir generando la comunión entre las personas. Como Iglesia tenemos al mejor comunicador de la historia, Jesucristo, quien mediante un signo auténtico y modelo coherente ha dado ejemplo de un perfecto comunicador en sus palabras y en sus acciones. Ante la actitud actual en los medios de comunicación, los laicos somos factor principal ante los desafíos que se van presentando; debemos -por medio de la comunica-

ción- ser signo de comunión de cara al cambio de etapa en la historia de la humanidad, debemos buscar elementos que ayuden a una mejor comunicación en las comunidades, para así desarrollar y perfeccionar el arte de comunicar. Bien sabemos que la Iglesia valora la extraordinaria capacidad para la comunicación y el desarrollo de la era digital, e intenta comprender el

lenguaje común y cómo interactúan los jóvenes de hoy en nuestra sociedad, ya que es ahí donde los laicos, como parte de la Iglesia, deben dar el mejor testimonio para ser luz en medio la era digital. Por ello, como Iglesia debemos considerar lo siguiente para que todos los laicos hagan buen uso de los medios de comunicación: a) conocer la nueva cultura de la co-

municación, b) promover la cultura de la comunicación en todos los agentes de pastoral, c) coadyuvar en la formación de comunicadores comprometidos con los valores humanos y cristianos, d) colaborar con la creación de medios de comunicación social propios, e) hacer presencia en los medios de comunicación actuales, f) animar las iniciativas de los laicos para la comunicación en una espiritualidad de comunión, g) generar herramientas dentro de la pastoral de la comunicación para apoyo de la evangelización. Hoy en día es importante la formación de buenos comunicadores, desde los sacerdotes, ya que mediante ellos se podrá generar una cultura de la comunicación entre los fieles a ellos encomendados, se debe plantear la urgente necesidad ser buenos comunicadores a través de los medios actuales, y así poder propagar el evangelio en todo lugar.

Laicos perseverando en una misma esperanza Pbro. Lic. David Valentín Rojas Rivero / Diócesis de Ecatepec Haciendo resonancia de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que se está celebrando del 18 al 25 de enero, sería muy bueno reflexionar sobre el modelo de los primeros cristianos según se refleja en los Hechos de los Apóstoles.

«Perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones» (Hch 2, 42). Estas características definen a la primera comunidad cristiana de Jerusalén como lugar de unidad y de amor, san Lucas no

quiere describir sólo algo del pasado, sino que nos ofrece un modelo de la Iglesia presente, pues estas características deben constituir siempre la vida de la Iglesia. 1. Perseverar en la enseñanza de los Apóstoles, esta enseñanza se da por medio del testimonio, nosotros creemos por el testimonio de los Apóstoles, todo esfuerzo para la construcción de la unidad entre todos los cristianos pasa por la profundización de la fe, creerle a Dios y a su proyecto en nosotros. 2. Perseverar en la comunión, pues hay que crecer cada día en el amor mutuo, empeñándonos en superar esas barreras que aún existen entre los cristianos; sentir que existe una verdadera unidad interior entre todos aquellos que siguen al Señor; colaborar lo más posible, trabajando juntos sobre las cuestiones aún abiertas; y sobre todo ser conscientes de que en este itinerario el Señor debe asistirnos. 3. Perseverar en la fracción del pan, en el primer número de Ecclesia de Eucharistia dice que «La Iglesia vive de la

Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia». Sin embargo, observamos la imposibilidad de compartir la misma mesa eucarística, signo de que todavía estamos lejos realizar. Como laicos debemos quitar los obstáculos a la comunión plena, para que llegue el día en que será posible reunirse en torno a la mesa del Señor. 4. Perseverar en la oración, que desde siempre ha sido la actitud constante de los discípulos de Cristo, lo que acompaña su vida cotidiana en obediencia a la voluntad de Dios, la oración es por excelencia experiencia filial de los hijos de Dios, de los hermanos y hermanas. Ponerse en actitud de oración significa, por tanto, abrirse también a la fraternidad. Abrámonos pues a la fraternidad, que deriva del ser hijos del único Padre celestial, y estar dispuestos al perdón y a la reconciliación, oremos por nuestros hermanos.


Provincial

No. 271

“Gratis habéis recibido; dad gratis” (Mateo 10,8) Por: Codipacs Texcoco

Es el título del Mensaje del Papa Francisco para la XXVII Jornada Mundial del Enfermo 2019, a celebrarse -como cada año- el 11 de febrero, y del cual señala el Santo Padre que “son las palabras pronunciadas por Jesús cuando envió a los apóstoles a difundir el Evangelio, para que su Reino se propagase a través de gestos de amor gratuito”. En el mensaje el Papa anunció que la próxima Jornada Mundial del Enfermo se celebrará en Calcuta, India: “La Iglesia, como Madre de todos sus hijos, sobre todo los enfermos, recuerda que los gestos gratuitos de donación, como los del Buen Samaritano, son la vía más creíble para la evangelización”, y afirmó: “El cuidado de los enfermos requiere profesionalidad y ternura, expresiones de gratuidad, inmediatas y sencillas como la caricia, a través de las cuales se consigue que la otra persona se sienta ‘querida’”. Su Santidad Francisco reiteró en que “la vida es un don de Dios”, y por esto, además de no “ceder a la tentación de la manipulación del “árbol de la vida” (Gn 3,24), frente a la cultura del descarte y de la indiferencia, el don se sitúa como el paradigma capaz de desafiar el individualismo y la contemporánea fragmentación social, para impulsar nuevos vínculos y diversas formas de cooperación humana entre pueblos y culturas”. El Papa enfatizó que “el diálogo abre espacios de relación para el crecimiento y el desarrollo

humano, capaces de romper los rígidos esquemas del ejercicio del poder en la sociedad. La acción de donar no se identifica con la de regalar, porque se define solo como un darse a sí mismo, no se puede reducir a una simple transferencia de una propiedad o de un objeto. Se diferencia de la acción de regalar precisamente porque contiene el don de sí y supone el deseo de establecer un vínculo”. Sobre la realidad humana, indicó

que “Cada hombre es pobre, necesitado e indigente. Cuando nacemos, necesitamos para vivir los cuidados de nuestros padres, y así en cada fase y etapa de la vida, nunca podremos liberarnos completamente de la necesidad y de la ayuda de los demás”; por lo que “esta conciencia nos impulsa a actuar con responsabilidad y a responsabilizar a otros, en vista de un bien que es indisolublemente personal y común. Solo cuando el hombre se concibe a sí mismo, no como un mundo aparte, sino como alguien que, por naturaleza, está ligado a todos los demás, a los que originariamente siente como “hermanos”, es posible una praxis social solidaria orientada al bien común”. En cuanto a la “gratuidad humana”, el Papa subrayó que “es la levadura de la acción de los voluntarios, que son tan importantes en el sector socio-sanitario y que viven de manera elocuente la espiritualidad del Buen Samaritano. Agradezco y animo a todas las asociaciones de voluntariado que se ocupan del transporte y de la asistencia de los pacientes”. Sobre el voluntariado, el Santo Padre resaltó que éste “comunica valores, comportamientos y estilos de vida que tienen en su centro

el fermento de la donación. Así es como se realiza también la humanización de los cuidados”, por ello, “la dimensión de la gratuidad debería animar, sobre todo, las estructuras sanitarias católicas, porque es la lógica del Evangelio la que cualifica su labor, tanto en las zonas más avanzadas como en las más desfavorecidas del mundo”. El mensaje concluyó con la exhortación del Papa a todos los agentes de pastoral y fieles católicos, en especial a los colaboradores con la Pastoral de la Salud, “en los diversos ámbitos, a que promuevan la cultura de la gratuidad y del don, indispensable para superar la cultura del beneficio y del descarte. Las instituciones de salud católicas no deberían caer en la trampa de anteponer los intereses de empresa, sino más bien en proteger el cuidado de la persona en lugar del beneficio (…) La alegría del don gratuito es el indicador de la salud del cristiano”; y encomendó las tareas que favorecen a las personas en situación de enfermedad a la Santísima Virgen María, y aprender, como ella, “la alegría del servicio desinteresado”.


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