Mensajero 270

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Domingo 23 de Diciembre de 2018

Cristo, el centro de nuestra Navidad Pp. 7, 13 y 15

Los casados llamados a santificarse en la vida matrimonial

Juventud y Familia

Navidad ÂżPara quiĂŠn es la fiesta?

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Preparemos los caminos del Señor

Directorio Emmo. Sr. D. Carlos Cardenal Aguiar Retes Excmo. Sr. D. Guillermo Ortíz Mondragón Obispo de Cuautitlán Excmo. Sr. D. Francisco González Ramos Obispo de Izcalli Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G Obispo de Ecatepec

Queridos hermanos: Hemos iniciado el Adviento con una promesa hecha por el Señor: «cobren ánimo, levanten la cabeza, porque se acerca su liberación» (Lc 21, 28). Ante esta promesa del Señor podemos preguntarnos a qué liberación se refiere, incluso en algunas ocasiones podríamos creernos no necesitados de dicha liberación, sin embargo, es un buen momento para hacer un alto en nuestra vida y mirar todo aquello que agobia nuestro corazón y que no nos permite mirar lo esencial, pues es la vuelta a lo esencial la liberación que viene a realizar el Hijo de Dios, es la vuelta a Dios, a su plan de salvación en cada uno de nosotros. San Juan Bautista, el precursor, nos anuncia con gran efusividad «preparen el camino al Señor; enderecen sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado» (Lc 3, 4b-6). Al construir un camino es necesario emparejar la tierra y darle solidez, pues de lo contrario el camino puede quedar destruido en poco tiempo y de forma imprevista. Lo mismo sucede con nuestras relaciones inter e intra personales. El Adviento es un buen momento para comenzar a limar asperezas, para perdonar y para curar, aun cuando pareciera difícil; para sentar las bases para formar otros vínculos, más sólidos, más profundos; para rellenar nuestras virtudes que a costa del cansancio y de la rutina se han vaciado, también es un buen momento para rebajar las colinas del egoísmo, de la soberbia y de la avaricia que en el recorrer del año hemos almacenado. Preparemos con ánimo y con gozo el camino que nos conduzca al Señor, pues Él no viene a juzgar sino a convertir y sanar los corazones de los hombres. Ante esta sentencia de san Juan Bautista surge la pregunta «entonces ¿qué debemos hacer?» (Lc 3, 10), lo primero que debemos hacer es buscar al Señor, acerquémonos a Él mediante el sacramento de la Reconciliación, buscando el per-

dón y la paz que solamente Él nos puede brindar y, una vez que nuestra relación más importante haya quedado reestablecida, entonces miremos a nuestros hermanos, ¿qué necesidad padecen?, ¿qué les hace falta?, ¿en qué les puedo ayudar? Muchas veces no basta con dar una moneda, abramos las puertas de la generosidad y procuremos el mejor bien para todos los que nos rodean, desde acciones muy sencillas como saludar, pues al hacerlo reconocemos la dignidad que la otra persona tiene, la reconozco como alguien igual a mí, y entonces puedo ser capaz de cederle el lugar, darle el paso, darle el alimento necesario, mostrando con las obras la reconciliación que Dios me ha regalado. Finalmente, el evangelio del IV domingo de Adviento exclama la virtud de la Santísima Virgen María ¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá en ti (cfr. Lc 1, 45). Ésa es la exclamación que todo cristiano tiene que recibir en esta vida y en la otra. La promesa del Señor es la liberación, del pecado y de toda situación que nos esclaviza, que nos hiere, que nos lastima; más, para acercarnos a la liberación necesitamos humildad y valentía, la primera, para reconocer todo aquello que hoy no nos permite tener los ojos puestos en Jesús y en nuestros hermanos; la segunda, para confiar en Cristo, abrazarnos a Él y lanzarnos hacia adelante, para atravesar junto con Él los caminos inciertos que nos conduzcan a la liberación. En esta Navidad le pido a nuestro Padre del Cielo que les conceda mirar la humildad y la valentía de Jesucristo, quien siendo Dios decidió despojarse de su gloria y majestad y tomar la condición de esclavo, para que ayudados por el Espíritu Santo puedan imitar este gran misterio de salvación y puedan encarnar a Cristo en sus corazones. Que Dios les conceda la paz que viene de Él. Les deseo una muy feliz Navidad y un próspero 2019.

+Francisco González Ramos Obispo de Obispo de Izcalli

Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva Obispo Emérito de Ecatepec Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teotihuacán Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz Obispo Auxiliar de Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Jorge Cuapio Bautista Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

DIRECTOR GENERAL Mons. Víctor René Rodríguez Gómez Presidente de la Comisión Provincial para la Pastoral de la Comunicación DIRECTORA EN TURNO Abril Villanueva COLABORADORES Equipo de la Pastoral de la Comunicación de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla

Registro en trámite.

Es una publicación catorcenal de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla. Se distribuye en la Arquidiócesis de Tlalnepantla y en las Diócesis de Cuautitlán, Izcalli, Ecatepec, Texcoco, Teotihuacán, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco.

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Propósito 2019: Trabajar por los valores del Reino de Dios Por: CODIPACS Texcocow

Hagamos un breve ejercicio de evaluación al cierre de este año 2018. ¿Cuántos logros se alcanzaron? ¿Cuántas tareas quedaron pendientes? ¿Cuántas de ellas no lograron realizarse? ¿Cuánto nos queda por mejorar? ¿Cuáles son los nuevos desafíos a afrontar en el año 2019? ¿Cómo estamos? ¿Con qué contamos? ¿Qué necesitamos? ¿Hacia dónde vamos? Ahora llevemos estas simples preguntas personales al escenario nacional y veamos cuánto participamos como ciudadanos y como comunidad, sobre todo en los temas que más preocupan a todos los mexicanos; y desde la perspectiva cristiana, que sabiéndonos llamados a tomar con nosotros la misión de construir el Reino de Dios. La vida de la Iglesia, con la participación de la mayoría de sus miembros, que son los fieles laicos, no puede dejar de involucrarse en los campos decisivos que trazan el rumbo del país; por lo que la fe de todo cató-

lico, se debe sentir exigida de irradiar en la vida pública, las situaciones políticas, económicas y sociales que proponen y determinan los gobiernos municipales, estatales y federales. Dado que los fieles católicos gozan en este país de Libertad Religiosa, su participación deberá ser más sensible, consciente y consistente, con base en la propuesta de Nuestro Señor Jesús, en coherencia con el anuncio del Reino de justicia, de paz y de amor, y del compromiso de dar Vida a la persona humana, a las estructuras sociales donde se trabaja, se estudia, se convive, se realiza, y también donde se recrea; estableciendo como uno de los mayores propósitos a lograr durante todo el año 2019: dignidad, solidaridad, justicia social y bien común. Valores del Reino queridos por Dios para toda creatura humana. ¡Cristianos, correspondamos al modelo ético de Dios, revelado por Jesús!

Navidades auténticas La Navidad ya próxima, se acerca a nosotros como una oportunidad de abrir nuestro corazón a las personas más cercanas, pero también a aquellas que, sin ser tan cercanas por los lazos de sangre o por los afectos, necesitan de nosotros, de nuestra caridad y sobre todo de nuestra calidad humana y cristiana. Y es que, la navidad en su sentido más primitivo, no es sino apertura de Dios a la humanidad, de manera que, no podría entenderse este hermoso tiempo si permanecemos cerrados a la posibilidad del otro, del que está junto a nosotros, y todavía más, del que no está junto a nosotros pero necesita de nosotros. Qué admirable en este sentido el testimonio de la santa madre Teresa de Calcuta y de otros muchos santos que consagraron su vida a la caridad, a dar hospedaje, a curar, a asistir y consolar a los que sufrían, porque en cada caricia, en cada plato de sopa, en cada vaso de agua, en cada visita a la cárcel o al hospital, hacían presente a Cristo en su versión más noble y amable: la compasión y la misericordia; ellos podríamos decir, de alguna manera, vivían en una constante navidad que hacía presente a Jesús con sus actos, incluso con los más sencillos, cuando éstos

estaban llenos de amor y caridad por los necesitados. Qué triste cuando la Navidad se convierte en una serie de preocupaciones por la cena, los regalos o el lugar donde pasaremos estos días de fiesta. Triste, pero es una realidad que estamos todavía muy a tiempo de hacer distinta, haciendo de ésta, una Navidad más auténtica, también más cristiana y más apegada al plan original de Dios. Obstáculos para vivir esa Navidad de la que les hablamos podrían existir muchos, pero no rendirnos es el propósito. Anímate en estos días, (antes, durante o después del 25) a visitar a un enfermo, a dar la mano a un pobre, a regalar una sonrisa, y verás que la Navidad cobra otro sentido, te experimentarás más pleno, más cristiano, más cerca de Dios. Formas, modos, personas, lugares y circunstancias hay muchas, sólo anímate y di en tu interior antes de realizar la acción “en tu Nombre Señor Jesús”. Nosotros, desde el Editorial de esta publicación, deseamos vivamente que esta Navidad sea una oportunidad de encuentro con Dios que se hace presente en todos, pero especialmente en los más débiles. Felices fiestas.


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Kermés anual del Seminario de Izcalli Por: CODIPACS Izcalli to fue convivir con los numerosos fieles y laicos que atienden a la invitación que los mismos seminaristas les han hecho a lo largo del mes de noviembre en sus parroquias, y acercarlos a conocer la casa donde se forman los futuros sacerdotes de nuestra Diócesis, y contribuir con un granito de arena a la formación de quienes después nos guiarán por el camino del Evangelio. La kermés comenzó en punto de las ocho de la mañana en las instalaciones del Seminario con la cuarta edición de la Carrera Atlética por las Vocaciones, donde competidores profesionales y amateur se dieron cita para correr en favor de nuestros seminaristas. La fiesta continuó con la verbena popular que ofreció antojitos para todos los gustos y que ordinariamente donan las comunidades parroquiales, los grupos diocesanos y los innumerables fieles de buena voluntad. Durante el El pasado domingo 2 de diciembre, vivimos y día, en la capilla del Seminario existió la pocelebramos en nuestro Seminario Diocesano sibilidad de participar de la Misa dominical y de Izcalli, la cuarta gran kermés cuyo propósi- de la confesión sacramental que los padres del

equipo formador ofrecen. Como cada año se realizó la pastorela escrita, dirigida y actuada por seminaristas de los diferentes grados académicos. Además, las atracciones familiares que se ofrecieron fue montar a caballo, feria con juegos mecánicos, música regional, bailables de folklor, y la oportunidad de conocer la vida de los seminaristas, los religiosos y los sacerdotes, a través de la expo-vocacional. Indudablemente, la participación en la kermés del Seminario es una experiencia inolvidable que, además de hacernos pasar un domingo diferente y en familia, nos permite acercarnos y conocer a quienes nos acompañan en la vida religiosa y espiritual. Por eso, agradecemos al Seminario la oportunidad de contribuir aun con poco a la formación de nuestros sacerdotes, y también, agradecemos desde este lugar a las muchas personas que con tanta generosidad apoyan a nuestro Seminario, que desde los documentos de la Iglesia es conocido como el corazón de la Diócesis.

Congreso Guadalupano Sacerdotal Por: CODIPACS Ecatepec En días pasados, la Diócesis de Ecatepec, junto con la Confraternidad de los Sacerdotes Operarios del Reino de Cristo, han preparado para este año, el Segundo Congreso Guadalupano con un tinte sacerdotal, celebrando los 100 años del natalicio del Padre Enrique Amezcua, fundador de la Confraternidad de los Padres Operarios. Dicho Congreso Guadalupano se llevó acabo en el Santuario de la Quinta aparición guadalupana, Tulpetlac, y en la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, en donde los tres días comenzaban con la oración matutina de laudes, contemplando la presencia de Cristo Sacerdote. El primer día tuvimos la ponencia de nuestro Obispo, Mons. Roberto Domínguez, en donde nos presentó una síntesis del Proyecto Global de Pastoral, un acercamiento al encuentro de Jesucristo Redentor bajo la mirada de la Virgen de Guadalupe; Mons Eduar-

do Carmona, Obispo de Parral, presidió la Eucaristía, donde se llevó acabo el sacramento de la Unción de Enfermos; para terminar este día, Mons. Juan Manuel Mancilla, Obispo de Texcoco, nos compartió desde la Antropología Guadalupana, un acercamiento con emoción a la filosofía de la Virgen de Guadalupe. El segundo día Mons. Eduardo Carmona, Obispo de Parral, haciendo un acercamiento a la vida del P. Enrique Amezcua, como promotor de vocaciones, el P. Pedro Alarcón nos ha hablado de la sintonía entre la Virgen de Guadalupe y el Sacerdocio; y para terminar el día, el P. Miguel Ángel Herrera nos presentó al P. Enrique Amezcua, sacerdote y profeta de nuestro tiempo. El tercer día de nuestro congreso, tuvimos la presencia de Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, compartiendo la acción de los sacerdotes hoy; más tarde,

Mons. Eduardo Chávez, Canónigo de la Basílica de Guadalupe compartiendo con nosotros el tema “V Aparición en Tulpetlac, nuevas pruebas históricas”, en donde mediante estudios realizados nos ha hablado de Tulpetlac, lugar de la Quinta Aparición Guadalupana. Para terminar este Congreso Guadalupano Sacerdotal, en el Santuario de la Quinta Aparición, los jóvenes de nuestra Diócesis se dieron cita para poder participar de una peregrinación a la Catedral de Ecatepec, en donde con la

presencia del Grupo Jesed, se realizó un concierto de Adoración. Nuestro Obispo, Mons. Roberto Domínguez, acompañado de Mons. Eduardo Carmona (Obispo de Parral), Mons. Jorge Cuapio (Obispo auxiliar de Tlalnepantla) y de los presbíteros de nuestra Diócesis y padres de la confraternidad de Operarios, culminó este gran Congreso Guadalupano Sacerdotal motivando a la oración y a la vivencia del sacerdocio de Cristo para la santificación del pueblo de Dios.


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Movilidad humana, necesidad no gusto Por: Sergio Estrada La migración son las grandes movilizaciones humanas, no solo en nuestro país sino en el mundo en general. En Europa, muchos países del Medio Oriente y sobre todo de África han tenido a bien emigrar de un país a otro por la necesidad de tener una vida mejor no solo ellos, sino sus familias con un mejor futuro. Se alejan de los conflictos sociales como la violencia, la falta de oportunidades y sobre todo del egoísmo del ser humano, con la dignidad de que como hijos de Dios debemos tener los básico para vivir. Tarea de la Iglesia A la Iglesia lo que le toca es ser solidaria con ayuda humanitaria, con los preceptos del Papa de acoger, proteger, promover e integrar a la persona que emigra dándole de comer, de beber, de vestir y atenciones médicas, cubrir las necesidades

básicas para que los migrantes lleguen a su destino final y poder tener desarrollo para él y su familia. La Iglesia Particular de Nezahualcóyotl participa desde el apoyo en especie como en efectivo a través de la Pastoral Social, que coordina el P. Héc-

tor Carabantes, además de las parroquias que se han unido a esta causa. Acciones de países de destino como cerrar sus fronteras, es enviar a los migrantes un mensaje de rechazo, es encerrarse en su egoísmo. Es necesaria la apertu-

ra ante estas situaciones de los necesitados para poder tener un desarrollo no solo personal sino como país, dejar de lado el egoísmo. Sin embargo, todo ser humano tiene derecho a moverse para buscar mejores condiciones de vida para él y su familia, así todas las naciones por donde pasen –los migrantes- también tienen la oportunidad de servir al hermano que tiene estas necesidades. Son responsables, y sobre todo, ponen sus valores como medida para vivir, esto es lo que ha sucedido recientemente en nuestro país luego del paso de las caravanas de migrantes con destino a la frontera sur de los Estados Unidos en búsqueda de mejores condiciones de vida, y que este último país de destino tendría la posibilidad de poder servir al hermano migrante.

Caminando en Sinodalidad Por: Vicaría de Pastoral, Diócesis de Valle de Chalco

Estamos por cumplir seis años de la llegada del segundo Obispo en la Diócesis de Valle de Chalco, S.E. Víctor René Rodríguez Gómez y cinco años de la proclamación de nuestro Plan Diocesano de Pastoral, y con esto, un caminar con obstáculos, pero también con potencialidades, que nos ha permitido llegar al 3er año, de la 2da fase, de la 1ra etapa. Cada momento ha sido muy importante, el caminar lo hacemos todas las personas que formamos esta Diócesis y por la que estamos

al servicio de Dios, para que juntos logremos “ser una Iglesia con rostro humano y la más bella del mundo”. En estos años, hemos tenido a un Obispo que, con el ejemplo, nos ha enseñado la cercanía, la sencillez, el trabajo, el servicio, entre otras cosas, siempre guiándonos como el Pastor que lidera su rebaño. También, juntos hemos aprendido que la constancia nos lleva a tener resultados verdaderos, que, con la metodología prospectiva hemos

visto cambios en nuestra forma de trabajar, ya que ahora programando las actividades ordinarias de las parroquias y las de la Diócesis, tenemos mayor organización y alcance a las personas del Pueblo de Dios, para cumplir con esta primera etapa que es la sensibilización y convocación. Con el aniversario del Plan Diocesano de Pastoral, también celebramos que, cada vez más Agentes de Pastoral conocen y aplican la programación, evaluación y el trabajo articulado con el Consejo Parroquial de Pastoral y el EPAP, siempre encabezados por sus párrocos y en comunión con las estructuras diocesanas. Damos gracias a Dios, por los primeros 15 años de la Diócesis, por el Obispo que nos guía, teniendo al Concilio Vaticano II como la brújula y al Plan Diocesano de Pastoral como el timón. Pedimos a la Santísima Virgen María, que interceda ante su Hijo, por nuestro Obispo y por todos los sacerdotes de esta Diócesis, para que tengamos vocaciones sacerdotales y religiosas, y para que nos permita seguir caminando en verdadera sinodalidad.


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Siéntanse queridos por el Señor Por: Codipacs Texcoco

El pasado 17 de diciembre se realizó la posada del personal de la Curia, del Obispo y de la Catedral de Texcoco, la cual comenzó con la Celebración Eucarística que presidió Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, con la participación de los presbiterios, religiosas y agentes laicos, colaboradores en las oficinas del área pastoral, administrativo y judicial del gobierno eclesiástico de la Diócesis de Texcoco. Durante su homilía, Mons. Juan Manuel explicó que “al llegar Jesucristo entendimos que

todo lo de Dios bajaba a la tierra, se encarnaba; y lo que es de Dios es nuestro. Si se nos habían dicho amarás a Dios, ahora se nos insiste: ama a tu hermano, ama a tu prójimo. Si debemos glorificar a Dios, también debemos glorificar todo el bien y todas las cosas grandes y buenas que hacen nuestros semejantes”. Señaló que los salmos descansan en la palabra Amen, que significa sí, creo, me comprometo, acepto, trabajo, sufro, y todo ese modo de vivir culmina en un aleluya, un triunfo, una felicidad inmensa, “ustedes sién-

tanse valorados, siéntanse queridos por el Señor, que es el que registra y valora las lecciones y todo lo que hay en la intimidad de cada uno de nosotros”, y agregó que “debemos valorar nuestra vida, como la de Jesús viene de realidades humanas, muchas inexplicables, otras sublimes, otras absurdas, unas desconocidas, otras gloriosas”. El Obispo, comentó que debemos dar gracias a “nuestro Señor porque nos ha dado un camino, vino a salvarnos de todo lo absurdo, de todo lo penoso que puede ser nuestra vida, la de nuestros antepasados y la propia vida. Vino para traernos el perdón de los pecados”, y continuó: “Las familias, los pueblos, las personas, si no tienen el perdón, están hundidos, estamos hundidos; nos quedaremos con la amargura, remordimientos y no podremos saltar hacia la vida verdadera. Démosle gracias a nuestro Señor porque nos ha dado un camino y un destino; nos ha dado una grandeza y una felicidad”. Por último, invitó a los presentes a agradecer por todas las dimensiones que conforman nuestra vida; por el gozo de estar en el corazón de nuestra diócesis y servir en ella, “es un privilegio estar en la Casa del Señor. Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán, sonreirán”.

Ordenación de Presbíteros Por: Codipacs Cuautitlán Es una gran alegría y don de Dios, que la Iglesia se fortalezca y se edifique con sacerdotes, más aún cuando son jóvenes. En la Iglesia Particular de Cuautitlán celebramos con júbilo la ordenación sacerdotal de tres diáconos: Mario Alberto Pérez H, Erwin Ortiz C, y Antonio Mendoza S., jóvenes que han sido elegidos y queridos por el Señor. Ellos han experimentado el llamado y aceptaron el desafío que implica esta decisión cumpliendo con el tiempo de formación integral. Al ser consagrados presbíteros, deben cumplir el ministerio de enseñar, en nombre de Cristo el Maestro. Llevar el anuncio del Evangelio a todos los hombres y caminar en este ministerio con la responsabilidad de dar la vida por Cristo. En la Celebración Eucarística de ordenación de estos presbíteros,

el Señor Obispo expresó durante su homilía lo siguiente: “El amor de Dios es compartir, convidar al banquete, ágape. Nuestra decisión es responder, querer. La llamada es personal e implica una emulación sobre los hermanos en el amor.

Esa es la identidad del sacerdote. Ser amado por Cristo e incorporado en ese amor, para querer amar como Dios ama. Con un primer aspecto de conciencia, que Dios nos conoce, que sabe de nosotros. Y así nos llama. Por eso el discípu-

lo, nuestra cabeza, nos dice: “Apacienten el rebaño que Dios les ha confiado y cuiden de él… como Dios quiere”. Jesús, Sacerdote único, estará tocando siempre nuestra conciencia para seguir preguntándonos si lo amamos. No hagamos una coraza ante este llamado. Al contrario, sea nuestro examen de conciencia diario. ¿Cómo amé hoy a Jesús? Así mismo el señor Obispo agradeció a los papás y hermanos de los nuevos sacerdotes, que hubieran dado la iniciación en la fe a sus hijos, y que los hayan entregado a la Iglesia en Cristo. Finalizó pidiendo a toda la comunidad, orar por él, por los sacerdotes y diáconos; resaltando que, lo que estos nuevos presbíteros han recibido no les es propio, es don de Dios para ellos en la Iglesia, para toda la humanidad.


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Los “Reyes” Magos Por: CODIPACS Izcalli

Hola, amigos del Mensajero, en las últimas ediciones, hemos estado hablando de las fiestas que no necesariamente son liturgicas pero tienen un cierto tinte religioso, no sólo para entenderlas, sino además, para conocer su origen y sentido. Hoy hablaremos del día (o bien, la noche) de reyes, y lo primero que habría que decir es que, en la Iglesia no existe como tal, una fiesta de Día de Reyes, antes bien, la fiesta

propiamente litúrgica y que hace recuerdo de los magos de oriente que visitaron a Jesús niño en la gruta del Belén, se llama fiesta de la “Epifanía del Señor”, y que conmemora el día en que, el Verbo encarnado, se manifestó a las naciones representadas en aquellos tres magos venido de lejos. La fiesta de reyes, más bien, fue un deribado de la Epifanía que, al recordar a aquellos magos que ofrecieron regalos al niño, nos hace recordar la

generosidad con la que estamos llamados a atender al necesitado, y en esos regalos, que dice el Evangelio que fueron tres (oro, incienso y mirra) ahora se quieren ver los dones con los que podemos vivir la Navidad, sin embargo, en aquel mismo momento, lo más importante no fueron lo regalos, sino el encuentro personal con Cristo el Señor. En el siglo III, los cristianos extendidos en buena parte del imperio romano, y según las tradiciones, comenzaron a pintar a tres hombres representantes de los tres regalos ofrecidos al niño Jesús, pero en otros lugares como en la Iglesia armenia, la representación de los magos era con no sólo tres sino hasta con doce personas, haciendo alusión a las Doce tribus de Israel, y también, a los Doce apóstoles del Señor. Por otro lado, el hecho de atribuirles los nombres del Melchor, Gaspar

y Baltasar, aparece por primera vez en un mosaico de la Iglesia de san Apolinar Nuovo en Ravena (Italia) hacia el año de 505, en dicho mosaico, los tres magos, lejos de representar a tres hombres de diferentes razas, representan a tres personas de diferentes edades que adoraron a Jesús niño. Fue hasta el siglo XV que, a cada mago le fue atribuiodo un color de piel y entonces comenzaron a representar a las razas de la tierra, Melchor a los europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltarsar a los africanos. Con todo, dichas atribuciones, sea el número de personas, el color, la edad y la procedencia, no está en contra de la tradición bíblica y tampoco en contra de la tradición cristiana, la refuerzan, la hacen viva y le ponen color, sin embargo, lo más importante en dicha fiesta no es la persona de los magos sino la centralidad de Cristo y el encuentro con el Redentor.

La celebración cristiana de la Navidad en el tiempo Por: CODIPACS Izcalli Hola, queridos lectores del Mensa- la Navidad desde sus comienzos ha de las fiestas romanas del tiempo, en jero, en la edición anterior decíamos sido celebrada el 25 de diciembre se- cambio, para algunos ritos de la Iglesia que la fiesta de la Navidad comenzó gún cálculos de los expertos bíblicos y ortodoxa, la Navidad viene celebrada a celebrarse en la Iglesia en una fecha memorable para muchos pueblos y culturas del tiempo, pues el solsticio de invierno con el que ahora coincide la Navidad, celebraba el nacimiento del nuevo sol que, los cristianos, pronto identificaron con Jesucristo, el Señor, verdadero Sol de justicia que nace de lo alto (Lc 1, 68-79). La Navidad, como celebración litúrgica, no es de las más antiguas en la Iglesia, los primeros datos que existen sobre esta celebración se remontan al año 200 de nuestra era, es decir, durante los primeros 200 años, los cristianos no la celebraron porque para ellos, la fiesta más importante era la de la Pascua que se celebraba en comunidad, domingo con domingo y que después fue adquiriendo nuevos matices. Litúrgicamente, la Navidad tuvo variación de fechas, y que por cierto, en algunas partes de la Iglesia católica siguen existiendo, por ejemplo, para nosotros los católicos de rito latino,

el día 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor, día en que Cristo fue dado a conocer a todas la naciones, bien representadas por los magos venidos de tierras lejanas. Sin embargo, para unos y otros, el problema no debería ser la fecha en que se celebre un acontecimiento tan grande para la humanidad y para los cristianos, sino el hecho mismo de celebrar que Cristo, la segunda persona de la Santísima Trinidad, se hizo uno de nosotros. Por lo demás, entre nosotros, los cristianos de rito latino, la Navidad no es sólo un día (el 25 de diciembre), además, es un tiempo que comienza el 25 de diciembre con la gran solemnidad del nacimiento de Jesucristo, que se prolonga a lo largo de los días y termina con la fiesta del Bautismo del Señor que coincide ordinariamente con el 8 de enero o el lunes más cercano a la fiesta de la Epifanía. Mientras tanto, y a lo largo de todos estos días (15 más o menos), la Iglesia sigue celebrando la navidad y nos invita a alegrarnos con el nacimiento del Señor durante todo este tiempo.


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No es solo una cuestión religiosa Por: Marc Fromager, director nacional ACN-Francia

El Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2018 presentado por la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) pretende evaluar las pruebas relacionadas con la práctica y la expresión de la fe dentro de un país concreto y ofrecer una opinión sobre sus perspectivas de futuro. Para reflejar fielmente los factores religiosos en el análisis de un conflicto hay que evitar cometer dos posibles errores: exagerar el papel que representan dichos factores, o bien no reconocerlo suficientemente. En realidad, la religión es uno de los muchos elementos que intervienen, parte de ellos inseparables. Entre los factores

que entran en juego se cuentan, sin un orden concreto, el peso de la historia, la influencia de la geografía o el clima, las circunstancias políticas (tanto las históricas como las contemporáneas), las características demográficas, la situación socioeconómica, la cultura, el nivel educativo y, finalmente, la religión. Si, para mayor claridad, quisiéramos agrupar todos estos elementos, probablemente podríamos asumir que la mayor parte de ellos se relacionan, en términos generales, con tres ámbitos fundamentales: política, economía y religión. Esta última no se suele tener en cuenta de forma sis-

temática, salvo en un informe como el de ACN, en el que constituye el objeto de estudio principal. Dos crisis recientes ayudan a ilustrar la complejidad de este tipo de situaciones, a saber: la guerra de Siria y el éxodo de los rohingyás. Presentada normalmente como una guerra civil, la crisis siria tiene una dimensión geopolítica internacional (el conflicto entre Arabia Saudí e Irán y, después, la confrontación entre Rusia y Estados Unidos), un componente económico (el gas catarí y el petróleo sirio) y un elemento religioso (la lucha hostil entre suníes y chiíes en el contexto de la expulsión de las minorías religiosas). Respecto a los rohingyás, la forma habitual de presentar la situación simplifica demasiado el conflicto al mostrarlo como unas pobres e inocentes víctimas musulmanas perseguidas por los malvados budistas birmanos. Sin pretender minimizar el sufrimiento de cerca de medio millón de refugiados ni despreciar al incon-

table número de víctimas, el hecho es que, cuando se analiza la naturaleza de este conflicto, queda claro que no es exclusivamente religioso. Una vez más, encontramos factores políticos: el deseo de secesión de una zona tribal del territorio birmano en un escenario de cambios demográficos (muchos birmanos, además del Gobierno, suponen que los rohingyás son en su mayoría de origen bengalí) y causas económicas (el descubrimiento en esta zona de grandes depósitos marítimos de hidrocarburos y el deseo de hacer frente a las considerables inversiones chinas). Estos dos casos muestran la existencia de un factor religioso pero no se puede considerar que por sí solo sea la raíz de ninguna de las dos crisis. Tener en cuenta esta complejidad pone de manifiesto la importancia de fomentar la libertad religiosa. Dicha libertad ayuda a reducir la posible instrumentalización de la religión y, por lo tanto, elimina uno de los factores que contribuyen a la crisis.

La dignidad por encima de todo Por: Mireia Bonilla, Vatican News

Con el tema de “Migración Con Dignidad” se celebró el Día Internacional del Migrante 2018, donde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó un llamamiento para una migración “Segura, Ordenada y Regular”. A propósito de la fecha, el Papa Francisco escribió en Twitter: “Jesús conoce bien el dolor de no ser acogido” y pidió que nuestros corazones

“no estén cerrados como las casas de Belén”. Apoyemos la migración con dignidad Sobre el problema de la migración mundial, se dio a conocer que actualmente hay 68 millones de personas desplazadas por la fuerza, entre los que se incluyen 25 millones de refugiados, 3 millones de solicitantes de asilo y más de 40 millones de des-

plazados internos. Frente a esta solicitud de dignidad, en cuanto a la situación de la frontera de México con Estados Unidos se denunció que migrantes mexicanos -en su mayoría niños y bebés- han sido marcados con números pintados en la piel de los brazos con rotulador. Según diferentes fuentes, los números han sido escritos por agentes de la Policía fronteriza mexicana para indicar el orden en que los menores deben ir acompañados al pase para presentar su solicitud de asilo, pero la práctica ha generado controversia porque recuerda los odiosos registros realizados por los nazis en los campos de exterminio, donde a los judíos se les tatuaba el número de detención en sus brazos. El drama de los refugiados y el aumento de víctimas infantiles En este año 2018, alrededor de 3 mil 400 migrantes y refugiados han perdido la vida en todo el mun-

do, y según un informe de Save the Children, las principales víctimas son niños y niñas; como fue el caso de Jakelin, la niña guatemalteca de 7 años que perdió la vida el 8 de diciembre tras un largo viaje atravesando el desierto, así como del pequeño Aylan Kurdi, el niño refugiado sirio de tres años cuyo cuerpo fue hallado sin vida en 2015 en las costas de Turquía donde la embarcación en la que viajaba junto a sus padres y su hermano naufragó.


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Estudio revela cómo y de qué forma se acoge al inmigrante en parroquias Por: ACI Prensa

Un estudio del Departamento de Movilidad Humana del Arzobispado de Santiago de Chile llegó a la conclusión que la catequesis, el coro y la liturgia son los espacios donde los migrantes se vinculan más a una comunidad parroquial. La consulta a las 212 parroquias de la arquidiócesis comenzó en abril de este año y tuvo como objetivo conocer la realidad del inmigrante,

hacer un diagnóstico de la acogida en las comunidades y conocer la “riqueza de la comunidad local que los acogió y ayudó en la integración”, expresó el P. Marcio Toniazzo, director de Movilidad Humana. “El amor es creativo y eso es lo que mayoritariamente se expresa en esta encuesta, las iniciativas de las comunidades para que los migrantes puedan sentirse parte, integrarse

en esas comunidades, en la sociedad y así también poder tener su vida aquí junto a sus familias”, agregó. De las 186 encuestas respondidas, 114 parroquias afirmaron que realizan al menos una actividad orientada a apoyar a los migrantes. La asistencia social, catequesis con niños y adultos, asistencia espiritual y de acompañamiento es la ayuda que más se brinda a los inmigrantes que se insertan en las comunidades. El estudio también destacó la incorporación de celebraciones extranjeras a la vida parroquial. Las fiestas de la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela; y de la Virgen de Chiquinquirá, Patrona de Colombia, fueron las más mencionadas. Además se encuentran las celebraciones mensuales dedicadas al país específico y la celebración del Día del Migrante. En el estudio se destacó también el esfuerzo de doce parroquias por

incluir en las celebraciones algunas lecturas, oraciones o canciones en creolé, idioma de Haití. Las principales dificultades que se presentan para acoger a los extranjeros son el idioma, los escasos recursos de las parroquias y la avanzada edad de los fieles que componen las comunidades chilenas. Por último, las parroquias consultadas manifestaron que los desafíos pasan por promover la apertura de la comunidad a la acogida de los migrantes y que estos se acerquen a las comunidades. También el ayudar a los inmigrantes a encontrar trabajo y la formación de los laicos para que puedan orientar correctamente a estas personas. Estos resultados permitirán al Departamento de Movilidad Humana intercambiar experiencias entre las comunidades y elaborar un plan para potenciar la integración.

2019: Un año de grandes desafíos para los laicos Por: Luis Antonio Hernández / El Autor es Director de Voto Católico La política es una de las formas más elevadas de la caridad por que sirve al bien común, expresó el Papa Pio XII. En la actualidad, al igual en su momento lo hicieron sus antecesores, este concepto ha sido retomado por Francisco. La política es ante todo servicio, ha reiterado en diversas ocasiones “no es sierva de ambiciones individuales”, “tampoco patrona que pretende regir todas las dimensiones de la vida de las personas, convirtiéndose en autocracia y autoritarismo”. La referencia de esta actividad, nos recuerda su Santidad, es el Bien Común, es decir, debe contribuir a garantizar el conjunto de condiciones que hacen posible la vida en sociedad, permitiendo el crecimiento de la persona, la familia y el desarrollo de las organizaciones sociales. Al menos para México, 2018 es un año que deja grandes lecciones que deben traducirse en aprendizajes del ejercicio político y la democracia. Después de un proceso electoral dónde el 33% de los potenciales electores, aproximadamente 30 millones de personas decidieron por un gobierno diferente, han surgido voces que interpretan esa mayoría “parcial”, como una expresión de uniformidad nacional, existen quienes identifican la decisión de ese tercio de

la población con la voluntad del pueblo, exteriorizada por un solo interprete. Circunstancia que incrementa el riesgo de que se utilice esta representación como un talismán para la toma de decisiones sin diálogo, ignorando los procedimientos históricos y las instituciones forjadas a lo largo de nuestra historia patria. De acuerdo a la doctrina cristiana, una sociedad es auténticamente democrática cuando ésta se encuentra fundada sobre un estado legítimamente constituido, dónde la constitución y las leyes se encuentran por encima del capricho de los hombres, en la cual existe una concepción clara de la dignidad de la persona humana y una efectiva tutela de sus dere-

chos, así como una visión coherente del bien común. 2019 representa para los laicos católicos una oportunidad para establecer una nueva conversación nacional, encaminada a modificar el tono encolerizado y de revancha que existe en el actual “no-diálogo” de la nación. Para ello los ciudadanos de buena voluntad debemos esforzarnos por abrir camino al Evangelio en la vida política de nuestro país, por reconciliar y transformar a la sociedad. Recordando a nuestros gobernantes que la política y la democracia se ejercen de manera dialógica, respetando, conversando, creando consensos y compromisos comunes.


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Navidad, Nacimiento Del Niño Jesús. Por: Lic. Irma Barrientos Villavicencio / Dimensión Vida Diócesis de Valle de Chalco

En este tiempo de Navidad, donde celebramos el nacimiento del Niño Jesús, reconocemos que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Juan 1,14). Es una gracia especial que Dios otorga a la humanidad al

darnos a su Hijo Jesús, que se encarnó en el vientre de la Virgen María. El Niño Jesús, nos recuerda, que la vida es importante desde su concepción, hasta su muerte natural. Jesús siendo Dios se hizo niño, des-

de la etapa gestacional, para resaltar con este acontecimiento que una mujer acepta ser MADRE y da VIDA, un hombre que asume ser PADRE respondiendo al llamado de Dios, en FAMILIA, reciben y cuidan al salvador del mundo. Hoy, en este tiempo, el nacimiento del Niño Dios es un llamado muy fuerte para la humanidad a amar y respetar la vida del concebido en el seno materno, valorar y asumir con responsabilidad y amor el don de SER PADRE Y MADRE, como lo hicieron José y María, asumiendo con FE el plan de Dios, abandonados a su providencia. No tengamos miedo al llamado y don que Dios nos hace a dar vida en familia. Así como los pastores y reyes, acudieron tras el anuncio del nacimiento y con sus presentes celebra-

ron la vida del Salvador, también nosotros desde nuestra parroquia, somos responsables de acoger y celebrar el don de la vida. TODOS estamos involucrados en amar, defender y concientizar en los Derechos Humanos del Concebido. “No podemos escapar de este reto de diálogo entre la fe, la razón y las ciencias. Nuestra prioridad por la vida y la familia, cargadas de problemáticas que se debaten en las cuestiones éticas y en la bioética, nos urge iluminarlas con el Evangelio y el Magisterio de la Iglesia”. APARECIDA 466. Anunciemos como los ángeles, al ver a una MUJER EMBARZADA, diciendo: “DIOS CON CADA NIÑO, POR NACER, VUELVE A RENOVAR SU CONFIANZA EN LA HUMANIDAD”.

Navidad ¿Para quién es la fiesta? Por: Silvia del Valle @SilviaMdelValle @smflorycanto silviadelvalle5@gmail.com

Ya estamos a punto de celebrar la Navidad, y nos damos cuenta que todo el ambiente cambia. Nos ponemos más sensibles y el ambiente social es de más amabilidad. Las tiendas están llenas de gente que compra regalos para sus seres queridos y se percibe un ambiente de fiesta. Pero, ¿para quién es la fiesta de Navidad? La Navidad es el cumpleaños de Jesús, por lo tanto, la fiesta debe ser para Él. Es bueno que nos demos regalos y que celebremos en familia pero no debemos olvidar al festejado; por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograr celebrar a Jesús en la Navidad que se aproxima.

PRIMERO. Que toda la familia sepa de quién es la fiesta. Nunca es tarde para hacer esta reflexión en familia. Podemos leer el Evangelio o ver alguna película, dependiendo de la edad de nuestros hijos, el chiste es que todos los miembros de la familia hagamos conciencia de a quien le estamos haciendo la fiesta. Si lo vemos así, el sentido de la celebración cambia, ya que el centro de ella se vuelve Jesús y no los regalos o la cena. Así le damos el verdadero sentido a la Navidad. SEGUNDO. Preparen un regalo para el festejado. Ya sé que muchos estarán ya preparando los regalos para sus seres

queridos pero no olvidemos el regalo para el festejado. A los niños pequeños podemos pedirles que hagan un dibujo muy lindo, alguna manualidad o algo así. Los más grandes puede ser que hagan alguna promesa, porque ya tiene conciencia de lo que eso implica. La intención es que tengamos algo que regalarle al niñito Jesús. TERCERO. Cántenle las mañanitas y arrúllenlo. Otro signo visible es que le cantemos las mañanitas a ese pequeñito que está recién nacido y que le arrullemos mientras cantamos algo para que se duerma. Si tenemos este tipo actividades, nuestros hijos se acostumbrarán a ellas y será más sencillo que cada año podamos recordar que la Navidad es la fiesta por el cumpleaños de Jesús. CUARTO. Que en la cena esté presente Jesús. Es importante dar gracias a Dios por los dones recibidos y que nuestra cena sea algo digno y sin excesos. A veces hacemos tanta comida que después no sabemos qué hacer con ella.

Otras veces nos gastamos tanto dinero en esa cena que después andamos apurados pagando deudas sin necesidad ya que podemos hacer una cena rica y algo fuera de lo común pero sin caer en excesos. Debemos recordar que hay niños y familias que no tienen que comer y que no es lícito estar desperdiciando comida. Si así lo hacemos, estamos invitando a Jesús a nuestra cena y le estaremos dando su lugar. Y QUINTO. Que nuestro corazón esté dispuesto para recibir a Jesús. Aún es tiempo de hacer de nuestro corazón un lugar digno para que esté ahí el Rey de Reyes. Podemos acudir a la confesión si es necesario, podemos hacer algunas obras de misericordia para tener con qué tapar al niñito Jesús. Y podemos buscar estar reconciliados y llenos de amor en la familia, ya que es con ellos con los que Dios nos ha puesto para llegar juntos al cielo. Que Jesús nazca en sus corazones y que haga en ellos su morada por siempre. ¡Feliz Navidad!


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Juventud y Familia Por: Pbro. Omar Montoya G /Cuautitlán

Alguna vez, en una reunión con jóvenes del grupo parroquial, lanzábamos una pregunta vocacional: “¿Alguno de ustedes quiere formar un matrimonio y hacer una familia?” El silencio se hizo presente en toda el aula, sólo un par de manos levantadas respondían a tal pregunta; lo curioso reside en que, al cuestionar el silencio de los muchachos, algunos simplemente dijeron que aquella era una idea inimaginable, mostraban desagrado e incluso molestia. Seguro que esta realidad se hace presente

en muchos otros lugares, en donde la juventud mira con desagrado y desconfianza la posibilidad del matrimonio y la familia. Nuestro mundo hoy vive en el aislamiento personal, en las relaciones que duran lo que el placer, en la falta de un proyecto de vida, en una vida desolada. ¿Qué hace falta para ayudar a superar tal realidad? No podemos ir con la ilusión de que toda familia y todo matrimonio son perfectos, como si se arrojara una receta para vivir en familia. No. Hace mucha falta expe-

rimentar, en la propia persona, que las relaciones humanas son complejas, que en ellas hay mucho más luz y sombra, que siempre se puede ser creativo, que se puede dialogar, que somos humanos. Hace falta que aquellos que han elegido el matrimonio muestren al mundo su fragilidad, no para despreciarlo, sino para asumir que esa fragilidad la toma Dios para hacerla suya, para redimirla. Son los cristianos los que, antes de poner el estandarte de poder y el triunfo, enarbolan la confianza en Dios, el amor dialogal de la promesa matrimonial. Incluso en los conflictos, esta manera de proceder la comenta el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia: “Cada uno tiene que ser muy sincero consigo mismo para reconocer que su modo de vivir el amor tiene estas inmadureces […] También hay que preguntarse por las cosas que uno mismo podría madurar o sanar para favorecer la superación del conflic-

to.” Cuánto bien le hace al mundo que nuestras familias se reconozcan frágiles, necesitadas de Dios, necesitadas de humanidad, necesitadas del Espíritu Divino que sopla siempre para dar nueva vida. Que los jóvenes emprendan una vida en matrimonio, que formen una familia, es muy posible hoy. Pidamos a Dios que suscite entre los jóvenes el deseo de dar vida en familia, que transforme las relaciones humanas en relaciones cada vez más fraternas. No nos cansemos de orar por nuestras propias familias, nosotros mismos sabemos nuestras necesidades; también por otras familias, sobre todo aquellas que más sufren; y también por los matrimonios jóvenes, para que el Señor suscite en sus corazones la valentía de amar para siempre. Dios, amigo de la vida, siempre nos acompaña, camina con nosotros, acudamos a Él para avivar la esperanza de llegar a su Reino.

Creer, Crear y Transformar En Cristo, Valores y Características Por: José Ángel Alarcón Coss/ Codipacs Cuautitlán Los valores ason principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud. Los valores son aquellas cualidades que se destacan en cada individuo y que, a su vez, le impulsan a actuar de una u otra manera porque forman parte de sus creencias, determinan sus conductas y expresan sus intereses y sentimientos. En este sentido, los valores definen los pensamientos de las personas y la manera en cómo desean vivir y compartir sus experiencias con quienes les rodean. Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes. Características:

Durabilidad: Algunos valores son más permanentes que otros. Estos se van reflejando a medida que las personas viven experiencias que modifican su percepción sobre los valores. Flexibilidad: Los valores humanos pueden cambiar según las experiencias y necesidades de cada individuo. La flexibilidad y la durabilidad son características que van unidas, y ambas están condicionadas por la lectura o interpretación que se le da a las experiencias. Jerarquía: Existen valores con mayor peso que otros, siendo unos más relevantes, y otros menos relevantes. Polaridad: Los valores tienen dos extremos, tanto negativos, como positivos, es decir, que cada valor tiene su antivalor. Satisfacción: Está demostrado que las personas que viven con valores sienten satisfacción, una de las razones por las que los demás también empiezan a practicarlos.

Trascendencia: Los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad. Dinamismo: Los valores se transforman con las épocas. Aplicabilidad: Los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; entrañan acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona.

Complejidad: Los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados juicios y decisiones. La importancia de conocer las características de los valores, radica en su mejor comprensión y de esta forma podremos mantener y fortalecer los que tenemos, y desarrollar los que aún no poseemos y así actuar con base a ellos.


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Diaconado permanente, vocación de servicio desde el matrimonio Por: Luis Antonio Rodríguez Rivera, Candidato al Diaconado Permamente

Quiero compartirles, queridos hermanos, en mi humilde experiencia en la preparación al diaconado permanente, en la Diócesis de Valle de Chalco, a casi tres años de su restauración, una duda que surgió desde el inicio pero que se ha ido aclarando y fortaleciendo con el pasar del tiempo: ¿Qué es más importante, la vocación al diaconado o al matrimonio? La mayoría de los candidatos tenemos más de diez años de casados, hemos sido convocados por la participación activa como

laicos comprometidos en nuestras parroquias. El llamado al diaconado permanente ha llegado en un momento de madurez para tener un discernimiento claro sobre nuestras vidas. En este camino de servicio al Señor y a nuestra Iglesia entendemos que al ser ordenados diáconos permanentes viviremos una doble sacramentalidad. Sabemos que tenemos sacramentos de iniciación cristiana, de sanación y de servicio. Cuando hablamos de los dos sacramentos

de servicio (matrimonio y orden sacerdotal) resulta complicado entender cómo pueden actuar los dos siendo que para la mayoría de los laicos sólo se puede pensar en el matrimonio y para los sacerdotes en el orden. Nos hemos de remontar hasta los primeros años de vida cristiana, es decir, el seno familiar ha sido esa tierra fértil que ha permitido germinar la semilla de la palabra de Dios. Los amigos, vecinos y, por supuesto, nuestra amada Iglesia colaboran en la forma de nuestro carácter y vocación. De ahí al encontrar a una novia y, más tarde, esposa es la consecución del plan de vida dado por Dios. La bendición de los hijos, un hogar, el trabajo es la primera vocación sacramental de servicio, no se puede entender la posibilidad del diaconado permanente sin un

matrimonio unido, bien cimentado, con los problemas cotidianos, pero con la posibilidad de superarlos y salir adelante de la mano de Dios. Es ya en el matrimonio donde se participa y se vive en la comunidad de la Iglesia, en la parroquia, de catequista, ministro extraordinario o en cualquier otro ministerio donde se fecunda la vocación al diaconado permanente. La preocupación por el caminar de la comunidad, la caridad por los enfermos y marginados, la proclamación de la palabra, el servicio litúrgico y la preparación constante en la palabra y defensa de nuestra fe son fundamentales para ser llamado. Los dos sacramentos son complemento indivisible y vivo de la presencia de Dios en nosotros.

La vida de soltero, ¿una vocación? Por: Patricia Peña Veloz, Diócesis Valle de Chalco Es una pregunta que debemos reflexionar, el sólo pensar en nuestra sociedad actual podemos vislumbrar el surgimiento de “nuevos estilos de vida”, que han propiciado la pérdida del sentido de lo que significa la vida en soltería, ser soltero para algunos es vivir la vida sin compromiso, gozando de placeres mundanos, dejando de lado las responsabilidades, ya que la persona encuentra dificultades para establecer vínculos fuertes y estables. Y toda vocación en el contexto de la Iglesia es un llamado de Dios, una fuerza interior que impulsa a la persona para decidir una forma de vida, como: el matrimonio, la vida consagrada, la vida de soltero, asumiendo un compromiso permanente que exige adoptar todas las responsabilidades que se derivan del mismo. La Exhortación Apostólica Familiaris Consortio No.11, nos dice: “La Revelación cristiana conoce dos modos específicos de

realizar integralmente la vocación de la persona humana al amor: el Matrimonio y la Virginidad. Tanto una como la otra, en su forma propia, son una concretización de la verdad más profunda del hombre, de su “ser imagen de Dios”. Durante el transcurso de la historia de la Iglesia, la elección de una vida en soltería, ha sido reconocida de forma oficial a través de formas especiales de vida como: Las vírgenes consagradas, o la

pertenencia a institutos seculares, en los cuales los fieles, viviendo en el mundo, se comprometen con las realidades temporales, colaboran en la construcción del Reino, viviendo su consagración bautismal, para procurar la santificación del mundo. Por esta razón se podrá hablar de una vocación a la soltería, cuando se ha decidido permanecer soltero o soltera y dedicar la vida al servicio del Reino de Dios

(cfr. Mt 19,12). Por lo tanto, podremos decir que, la vida soltera es un estado de vida, pero no estrictamente una vocación, porque la palabra vocación indica una entrega total y definitiva, como un regalo de sí mismo a los demás, viviendo plenamente, siendo veraces y libres. Toda persona que busca su vocación primero es libre y luego viene el amor, también primero se vive plenamente y luego viene la vocación. Como Iglesia tenemos que ayudar a las personas célibes a descubrir su vocación y cuando han optado por vivir la vocación a la soltería, impulsarlos a hacer un compromiso libre de su vida en la vocación universal de amar y dar, tal y como se declara en el documento Gaudium et spes del Concilio Vaticano II, “el hombre […] no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás” (GS24).


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La estrella de Belén Por: Martín A. Cagliani /ACI Prensa

El único que menciona la estrella de Navidad o de Belén, es Mateo. Dice que la estrella precedía a los reyes magos hasta que se paro encima del lugar donde estaba el niño Jesús. Ya en la antigüedad se defendía a la estrella como verdadera. El teólogo Orígenes (c. 185-253) decía que estaba próxima a la naturaleza de los cometas. Muchas hipótesis aparecieron para explicar

el “milagro de la estrella de Belén”, tratándolo como un fenómeno astronómico real. Unas hipótesis apuntan al brillante planeta Venus, pero este planeta ya era conocido en aquellos tiempos, difícilmente pudo ser tomado como algo extraordinario. Otros señalan el paso de un cometa, concretamente del Halley, pero éste ya había transitado por nuestro sistema solar el

año 11 a.C., bastante antes del nacimiento de Cristo. Los hay también que atribuyen la “estrella” a una supernova (explosión de un sol cuya brillante luz puede verse durante meses, incluso de día), pero no hay registros históricos de esa época al respecto pese a que si lo hay de novas observadas en el 135 a. C. y el 173 d. C. La opinión más razonable y aceptada la propuso el astrónomo Johannes Kepler en 1606. Para Kepler, la estrella de los magos no fue otra cosa que la rara triple conjunción de la Tierra con los planetas Júpiter y Saturno, estando el Sol pasando por Piscis. En esta conjunción los planetas se ven como uno solo, los que los hace una luz muy brillante. Los cálculos de Kepler determinaron que la conjunción se dio en el año 7 a. C., lo que resulta compatible con las fechas asignadas al nacimiento de Jesús esbozadas mas arriba. Un evento como este se dio en 1940-41 y no se volverá a dar hasta el 2198. Kepler conocía los comentarios que sobre el profeta Da-

niel había escrito en 1497 Arbabanel, un sabio judío. Según Arbabanel la conjunción de Saturno y Júpiter en la constelación de Pisis había tenido lugar cuando el nacimiento de Moisés, y tendría lugar otra vez cuando naciera el Mesías. Arbabanel creía que la liberación traída por el Mesías se efectuaría de acuerdo con el versículo (24, 17 Números) de la Biblia que dice “Y de Jacob se levantará una estrella y de Israel surgirá un cetro.” Tal vez el redactor del evangelio según Mateo no hizo más que aprovechar, con intención mítica, el suceso cósmico. La explicación mas simple consiste naturalmente en creer que Dios creo una estrella que guiase a los Reyes Magos y una vez cumplida su misión desapareciera tan rápida y misteriosamente como había sido creada. Pero Dios usa muchas veces para sus milagros las causas naturales, y el milagro consiste en que estas se realicen en el momento y lugar justos.

¿Quiénes eran los pastores de Belén? Por: Lucía García, Diócesis Valle de Chalco La idea que tenemos sobre los pastores de Belén, según la cual, eran personajes humildes, llenos de fe, devotos y que gracias a la pureza de su corazón, serían los elegidos para que les fuera revelado el gran acontecimiento del nacimiento del Hijo de Dios, se la debemos en gran parte a la tradición de las pastorelas iniciadas en México durante el siglo XVI; sin embargo, al indagar sobre su pasado histórico, nos damos cuenta, no con poca sorpresa, que esta idea romántica escasamente corresponde con la realidad. Desposeídos sí eran, pero parece ser que no muy apegados a la ley, pues vivían como nómadas, casi como salvajes, siempre en las praderas buscando alimento para los rebaños, lejos del templo, lo que no le permitía conocer ni practicar la religión y todos lo sabían, por lo que su desprestigio era tal que incluso el libro de preceptos judíos llamado Misnáh decía: “Guardaos de escoger

para vuestros hijos los oficios de burrero, camellero, barbero, barquero, buhonero y pastor: son oficios de ladrones” pues tenían fama de amantes de lo ajeno, razón por la cual cuando vendían algo, se temía que fuera robado. Queda claro que, los pastores, según la información con la que contamos, gozaban de nulo prestigio, eran sujetos que escasamente sabían de la religión y que poco les interesaba. Pero ¿Por qué habrían de ser los escogidos? Incluso ellos, con tantos errores, como cualquiera de nosotros, poseían características dignas de resaltar, su oficio incluía ciertas tareas que demostraban que no eran tan malvados o que hasta estos seres perversos podían ser capaces de proceder con bondad. En relación a la cantidad de ovejas que conformaban el rebaño, se dividía en cuatro el número de pastores; según la tradición militar retomada por los judíos la noche se dividía en

cuatro vigilias, en las que se velaba al rebaño por turnos durante toda la noche, cuidándolo de las asechanzas de los depredadores. El oficio de pastor era, como lo sigue siendo hoy, un trabajo muy demandante en el que no basta con cuidar al rebaño de peligros externos, sino también había que alimentarlo, darle de beber, cargar al que se encontraba herido, en fin, procurar su bienestar. Es éste el Dios que ha nacido en

Belén, aquél que con la ternura de un recién nacido fue capaz de despertar sentimientos de bondad hasta en los hombres malintencionados, el que aún con el paso de los años no los olvidó y buscó redimirlos, con la figura del Buen Pastor. El que prefirió a los humildes para presentarse y cambió sus vidas, desterrando las tinieblas con la inmensa luz de la fe. ¿Qué no hará por nosotros si se lo permitimos?


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Hola amiguitos de Mensajero Continuamos con el recorrido por los 10 Mandamientos. Nos divertiremos mientras los aprendemos, pero tambiĂŠn los mĂĄs grandes de la casa pueden aprenderlos o recordarlos.


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Los casados llamados a santificarse en la vida matrimonial Por: Pastoral Familiar / Diócesis de Ecatepec Los esposos están llamados a vivir la santidad día a día en su caminar cotidiano, deben ser conscientes de que la presencia de Dios es importante en su vida matrimonial y en la vida de la familia. Estamos a poco tiempo de poder conmemorar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, es necesario poder poner nuestra mirada como matrimonios en el hogar de Nazaret, contemplando a María, José y al niño Jesús, ya que ellos deben ocupar un lugar muy especial en nuestro corazón. El nacimiento de Jesús debe significar para cada uno de nosotros, la inauguración de la vida plena de Dios en nosotros, un momento escogido por Dios para poder manifestar el gran amor que nos tiene, entregándonos a su propio Hijo. Mediante este gran acontecimiento en la vida del hombre y la mujer debe ser un momento de gracia, por medio del cual podemos y debemos ir santificando cada acon-

tecimiento en la vida matrimonial. Debemos tener en cuenta que no hay acontecimiento ni situación terrena, que no pueda ser ocasión de un encuentro con Cristo y un momento privilegiado para poder caminar hacia el Reino de los cielos. En este tiempo, la Iglesia se alegra y recrea contemplando el gran misterio de nuestra redención que ha comenzado en la pequeña fami-

lia de Nazaret y que nos lleva a ser parte de la gran fiesta de la redención. Por ello, desde la experiencia matrimonial debe llevar a contemplar en cada hogar cristiano, la alegría de la Sagrada Familia, ya que debe ser un eco en cada familia el mensaje que ha de resonar en la Navidad: La Gloria de Dios y su Paz habite en todo hombre de buena voluntad,

para que de esta manera la paz de Cristo pueda reinar en el corazón de cada uno de los esposos cristianos y así lo transmitan a sus hijos, sintiéndose amados por Dios que se manifiesta en el niño Jesús. La luz de Jesús debe iluminar nuestra vida y así aliviar nuestras dificultades y miserias, para poder ser impulsados a la vivencia animosa de la presencia de Cristo en nuestra vida. Por ello, el matrimonio no debe ser considerado sólo como una institución social, o un remedio para las debilidades humanas, debe ser una verdadera vocación que Dios ha dado al hombre y a la mujer para su santificación. Los casados están llamados a santificarse en su unión, edificando espiritualmente su vida matrimonial mediante la fe, la esperanza y la caridad. Que cada hogar cristiano se convierta en un nuevo Nazaret para manifestar la presencia de Dios.

Compartir: acción de los laicos todos los días Por: Ricardo Martínez / Diócesis de Ecatepec Para nosotros los cristianos es muy importante la celebración de la Navidad, es un momento en el que como laicos debemos expresar nuestra gratitud con los demás, debe ser un momento propicio para procurar la paz y la reconciliación, un momento en el cual debemos compartir

regalos, ayudar a los hermanos que más necesitan, mirar en el otro la presencia de Cristo e ir en su ayuda de aquel que lo necesita. Este tiempo de gracia debemos mirar la necesidad del enfermo, del pobre, del marginado y comportarnos como el

buen samaritano, un hombre que, sin importar lo que los demás digan o el peligro al cual se exponga, su meta sólo es poder ayudar y compartir, dedicar nuestra vida a la atención de los más necesitados, ejerciendo desde nuestra profesión, para así descubrir que diariamente tenemos la oportunidad de vivir actitudes de caridad hacía con los demás. La acción amorosa que los laicos debemos expresar día a día en nuestro servicio debe manifestar la presencia de Cristo que nace en nuestros corazones todos los días. El laico debe percibir en cada rostro del enfermo, del niño que nace, de los compañeros de trabajo, de cada familia, de cada ser querido, ya que incluso en medio del sufrimiento, de la carencia o la pobreza, Cristo se hace presente y resplandece en el pobre y el humilde, en los momentos muy alegres y en los momentos más dolorosos, ya que Jesús viene a traer la paz, el consuelo y la esperanza, a través de cada hombre y mujer que recibiendo a Cristo

en su vida, pueda darlo a los demás. Como laicos debemos de tomar conciencia de que todos los días deben ser Navidad para nosotros, en donde Cristo nazca todos los días y sea una oportunidad para compartir con los demás, no sólo en el tiempo de la Navidad, sino que cada día en cada acontecimiento la presencia amorosa de Dios en nosotros sea un verdadero momento que propicie el encuentro con Dios, llevando a la experiencia del compartir con aquellos que se han vuelto más vulnerables dentro de nuestra comunidad. Aprendamos a mirar en el otro el rostro de Cristo y poder ser así la Caridad de la Iglesia con el más necesitado. Pidamos a Dios nos conceda la gracia de poder mover nuestro corazón a la acción de Dios y manifestarla en el servicio que prestamos en nuestra comunidad. Feliz tiempo de compartir, no te quedes solo mirando, tu igual que el buen samaritano ve y haz tú lo mismo.


Provincial

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La buena política está al servicio de la paz Mensaje del Papa Francisco para la 52° Jornada Mundial de la Paz (Ciudad del Vaticano, 18 de diciembre de 2018) En los siete puntos en el que está estructurado el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz propuesto por el Papa Francisco y a celebrarse el 1° de enero de 2019, tiene como punto centra la persona humana al servicio de la paz. El Santo Padre apuntó, primeramente, a reflexionar sobre el signo

tal para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, pero cuando aquellos que se dedican a ella no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción”. Sustentado en la cita del evangelio de Marcos 9,35: «Quien quiera ser el primero, que sea el último

sonas, puede convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad”, enfatizó. Recordando al Papa Benedicto XVI, Francisco señaló que “el compromiso por el bien común, cuando está inspirado por la caridad, tiene una valencia superior al compromiso meramente secular y político”, por lo que llamó a “trabajar juntos

de la paz de todo cristiano: “Dar la paz está en el centro de la misión de los discípulos de Cristo. Y este ofrecimiento está dirigido a todos los hombres y mujeres que esperan la paz en medio de las tragedias y la violencia de la historia humana”. El Papa afirmó que el saludo de paz de los que son enviados por Cristo es un saludo de paz: “Paz a esta casa”, que “es cada familia, cada comunidad, cada país, cada continente, con sus características propias y con su historia; es sobre todo cada persona, sin distinción ni discriminación”. Sobre la política, Su Santidad puntualizó sobre la paz, que es su desafío: “Sabemos bien que la búsqueda de poder a cualquier precio lleva al abuso y a la injusticia. La política es un vehículo fundamen-

de todos y el servidor de todos», el Papa indicó que el Papa san Pablo VI subrayo: “Tomar en serio la política en sus diversos niveles ―local, regional, nacional y mundial― es afirmar el deber de cada persona, de toda persona, de conocer cuál es el contenido y el valor de la opción que se le presenta y según la cual se busca realizar colectivamente el bien de la ciudad, de la nación, de la humanidad”. “En efecto, la función y la responsabilidad política constituyen un desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo. La política, si se lleva a cabo en el respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las per-

por el bien de la familia humana, practicando aquellas virtudes humanas que son la base de una buena acción política: la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad”. Sobre los vicios de la política, el Papa aseguró que “restan credibilidad a los sistemas en los que ella se ejercita, así como a la autoridad, a las decisiones y a las acciones de las personas que se dedican a ella. Estos vicios, que socavan el ideal de una democracia auténtica, son la vergüenza de la vida pública y ponen en peligro la paz social: la corrupción —en sus múltiples formas de apropiación indebida de bienes públicos o de aprovechamiento de las personas—, la negación del derecho, el incumplimiento de las normas comunitarias, el enriquecimiento

ilegal, la justificación del poder mediante la fuerza o con el pretexto arbitrario de la “razón de Estado”, la tendencia a perpetuarse en el poder, la xenofobia y el racismo, el rechazo al cuidado de la Tierra, la explotación ilimitada de los recursos naturales por un beneficio inmediato, el desprecio de los que se han visto obligados a ir al exilio”. En cuanto a la participación de los jóvenes, el Santo Padre reconoció que “la política favorece la paz si se realiza, por lo tanto, reconociendo los carismas y las capacidades de cada persona”, por lo que hizo mención que “cada uno puede aportar su propia piedra para la construcción de la casa común. La auténtica vida política, fundada en el derecho y en un diálogo leal entre los protagonistas, se renueva con la convicción de que cada mujer, cada hombre y cada generación encierran en sí mismos una promesa que puede liberar nuevas energías relacionales, intelectuales, culturales y espirituales”. También recordó que en el mundo “cada seis niños sufre a causa de la violencia de la guerra y de sus consecuencias, e incluso es reclutado para convertirse en soldado o rehén de grupos armados. El testimonio de cuantos se comprometen en la defensa de la dignidad y el respeto de los niños es sumamente precioso para el futuro de la humanidad”. Por último especificó que “la paz, en efecto, es fruto de un gran proyecto político que se funda en la responsabilidad recíproca y la interdependencia de los seres humanos, pero es también un desafío que exige ser acogido día tras día. La paz es una conversión del corazón y del alma, y es fácil reconocer tres dimensiones inseparables de esta paz interior y comunitaria: la paz con nosotros mismos, rechazando la intransigencia, la ira, la impaciencia; la paz con el otro: el familiar, el amigo, el extranjero, el pobre, el que sufre...; atreviéndose al encuentro y escuchando el mensaje que lleva consigo; y, la paz con la creación, redescubriendo la grandeza del don de Dios y la parte de responsabilidad que corresponde a cada uno de nosotros, como habitantes del mundo, ciudadanos y artífices del futuro.


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