4 minute read

EL ESPÍRITU EMPRENDEDOR: UN BARBERO EN LONG BEACH

Fotos y artículo por Pablo Unzueta

Evaristo, un dueño desde 30 años de una barbería local en Long Beach, se prepara para cortar el cabello de un cliente. El sol se comienza a colocar, la música española resuena por los altavoces del teléfono, mezclado con los sonidos del tráfi co. Después de tener que cerrar su negocio el año pasado en abril por la pandemia, Evaristo se ha estado cortando el pelo debajo de dos carpas en el estacionamiento donde alguna vez usaron sus clientes, antes de la pandemia. No publicamos su apellido porque no tiene documentos.

Advertisement

Durante el año pasado, este espacio ha sido una línea de vida para continuar cortando el cabello de los clientes, pagar la renta y servir a la comunidad. Evaristo dijo que apenas ha recibido ayuda del gobierno estado y federal.

“Sigue siendo difícil”, Evaristo dijo. “Piden muchos documentaciones, por ejemplo, la nómina, que no tengo”.

En los Estados Unidos, 10 por ciento de los propietarios de pequeñas empresas son inmigrantes, y solo el 29 por ciento de esos propietarios solicitaron ayuda del gobierno. Al igual que Evaristo, muchos propietarios de negocios inmigrantes suelen administrar sus negocios desde sus cuentas corrientes personales y no pueden proporcionar la documentación de nómina, lo que exige el gobierno para el Programa de Protección de Cheques y Pago.

Uno de los grupos indocumentados más afectados durante la pandemia fueron los vendedores ambulantes. También hubo confusión en a quién de los propietarios de pequeñas empresas eran elegibles para la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por el Coronavirus.

El formulario para el préstamo para pequeñas empresas bajo la Ley CARES, también requiere que los solicitantes indocumentados respondan preguntas intimidantes sobre su estado legal e historial criminal.

Además, los tiempos de espera para las tarjetas verdes pueden llevar años, incluso para aquellos que viven en los Estados Unidos durante años.

“El gobierno y el Congreso tienen el poder de cambiar muchas cosas y reformar muchas de las leyes de inmigración, pero durante décadas no lo han hecho”, explico Maribel Cruz, la directora de comunicaciones y operaciones de Long Beach Immigrant Rights Coalition” un groupo pro derechos inmigrantes.

Cruz dice que las leyes son muy selectivas a quién recibe los benefi cios sociales y económicos. Es por eso que las organizaciones comunitarias locales, como LBIRC, enfatizan la importancia de construir redes dentro de la comunidad inmigrante.

Personas como Evaristo es uno de los propietarios de pequeñas empresas que se ha benefi ciado de tener una relación profunda con la comunidad, a pesar que no tiene los recursos básicos.

Además de esto, uno de los esfuerzos más notables en la lucha contra las desigualdades dentro de los COVID-19 programas de ayuda, fue el Fondo para indocumentados, creado por LBIRC. El fondo de donación brindó asistencia a 1,570 familias inmigrantes en South Bay. Según LBIRC, distribuyeron $785,000 en asistencia fi nanciera este año. Casi la mitad de las familias que recibieron asistencia también pudieron pagar el alquiler.

“La solución a mis problemas, la tengo en mis manos”, Evaristo dijo. “Por eso, con mi experiencia, tuve que idear inventos para asegurarse

de que mi negocio funcionara”. El 1 de agosto de 1991, Evaristo se convirtió ofi cialmente el dueño de la peluquería. Durante los años, y permanecer en la misma comunidad, resultó ser el componente más valioso para la supervivencia de Evaristo. El año pasado, su casero le permitió a Evaristo instalar su tienda afuera y le dio dos carpas. Evaristo agradeció ese gesto y nunca miró hacia atrás. Evaristo instaló un espejo y tres sillas, todas de cuero rojo que fueron muy utilizadas a lo largo de los años.

Allí, Evaristo siguió viendo a sus clientes, algunos a los que conocía desde hacía dos décadas. Pero lo que realmente ayudó a Evaristo a mantener su negocio en funcionamiento, fueron los nuevos clientes que consiguió trabajando en una calle muy transitada. Esto ejemplifi ca el poder de la evaluación basada en la comunidad de Evaristo, que requirió más que usar sus manos y cortar el cabello de las personas. Evaristo tiene el espíritu de la personalidad de conectar con la gente. Sus nuevos clientes son ahora sus habituales.

Evaristo también hizo un esfuerzo por crear folletos para promocionar sus servicios pegándolos en postes y pegándolos en las ventanas de los autos.

Ahora, Evaristo siente que ha pasado por lo peor de la pandemia y le gustaría seguir operando su negocio afuera. Recordó haber dejado Toluca, México, hace décadas para buscar una vida mejor en los Estados Unidos. Sin embargo, la casa de Evaristo ha quedando en Long Beach, donde actualmente vive con su hijo. Evaristo también señala unas máscaras y carteras que importa de Toluca para vender su local. En cierto sentido, un pedazo de su tierra natal todavía permanece aquí, mientras su espíritu da vueltas alrededor de la cabeza de su cliente con las tijeras. Gabriel Morales es el hombre que se está cortando el pelo.

“Tengo 20 años aquí, cortándome el pelo”, Morales exclamó.

Después de este corte de pelo, Evaristo está listo para el día de mañana.