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ERES HERMOSA OAXACA QUERIDA

Por Cristian Vásquez

Cuando la gente me pregunta, ¿“Oye, y tú de dónde eres?” casi no respondo con “soy Mexicano”, si no que les digo “soy oaxaqueño”. El estado de Oaxaca tiene varias cualidades que la hacen única y pura. Para mí es más que un estado o una raíz familiar. Es casa.

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No tengo tantos recuerdos de mi infancia, ya que era yo apenas un niño cuando llegué a este país. Con decir que ni siquiera hablaba español, y pues muchos menos el inglés. Lo único que se me quedó tatuado en mi corazón y mi mente han sido las fotografías de mis familiares y mi lenguaje indígena.

Oaxaca es hogar de dieciséis lenguas indígenas, las más habladas siendo Zapoteco, Mixteco, y Náhuatl. A lo largo del estado, el Zapoteco es distintamente diferente según la región.

Mi hogar natal se encuentra en un pequeño pueblo llamado San Pablo Güila. Un pueblo pobre y chico en el sur del valle de Tlacolula de Matamoros.

En San Pablo Güila se habla muy poco el español, ya que la lengua del pueblo es el Zapoteco. Toda mi familia creció hablando este lenguaje, era, es, y siempre será nuestra forma de vivir.

Mi madre me cuenta que mis primeras palabras fueron en Zapoteco. Aún hoy me recuerda cómo fue que empecé a hablar. Palabras simples como nis (agua), naa (yo), bdzalu (ojo), o bduaa (plátano).

En mi pueblo hay algunas palabras que se hablaban casi, o si no exacto, al español, como ma o pa. Otras palabras, en nuestra región, suenan y se escriben igual como en español. Por ejemplo, mez (meza), micrond (microonda), y camión (carro o camion).

El Zapoteco cambia entre las regiones de Oaxaca. Hay diferencias particulares que algunas regiones tal vez sepan que otras no. En mi familia, la mayoría somos de San Pablo Güila, con algunas excepciones. Mi tía Luciana, por ejemplo, quien está casada con el hermano de mi padre, es del pueblo de San Dionisio Ocotepec, a tan solo minutos de Güila. Los dos pueblos hablan Zapoteco pero con ciertas diferencias. En el pueblo de mi tía, está acostumbrado a hablar un poco más rápido.

Ciertas palabras y frases también cambian entre los dos pueblos. Cuando iba a visitar a mi tío y tía aquí en Los Ángeles, mi tía siempre nos ofrecía de comer. En su pueblo es acostumbrado decir Laguidxiña gooto’ (acerquense a comer o quieren comer). En mi pueblo decimos azau get, que para nosotros signifi ca lo mismo. Aunque para nosotros ambas frases signifi can lo mismo para los que son de San Dionicio nuestra frase no es apropiada ya que nuestra versión para ellos suena a “quieres tragar comida” en vez de “quieres comer”.

Tras los años de vivir y crecer en los Estados Unidos, se me ha olvidado la mayoría de lo que antes sabía de niño. Cuando empezó a ver que se me olvidaba el lenguaje, mi mamá hacía conversaciones conmigo en dialecto para recordarme. Al igual, algo que me ayudó mucho para seguir hablando fueron las numerosas llamadas telefónicas que tenía con mis abuelas y familiares. Hasta el día, mis abuelas se fascinan que sigo hablando el idioma a pesar de ahora hablar inglés y español.