Revista Más Cerca 64

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digital, darles herramientas para manejarse con responsabilidad y tratar de fortalecer el respeto hacia ellos mismos. “Los padres no pueden quedar por fuera del mundo de sus hijos y mantenerse al margen en este caso implica ausentarse”, concluyó.

SE EMPOBRECE EL JUEGO SIMBÓLICO

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URUGUAY EN CIFRAS

ruguay es un país hiperconectado y las cifras así lo demuestran: el 70% de los hogares urbanos tienen al menos una PC, laptop y/o tablet- ; solo en el 9% de los hogares existe solamente una XO (la computadora portátil que distribuye el Plan Ceibal entre escolares y liceales); el 65% de los hogares urbanos tienen acceso a Internet; el 92% de los niños de entre 6 y 13 años y el 97% de los que tienen entre 14 y 19 años se definen como usuarios de Internet. Todos estos datos surgen del último censo realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), y a ellos se suman cifras de la Agencia de Gobierno electrónico y Sociedad de la Información (AGESIC), que indican que el 48% de los niños de 6 a 13 años usa diariamente internet y el porcentaje aumenta según pasan los años llegando al 76% de entre 14 y 19 años que navegan diariamente.

specialistas en diversas disciplinas señalan al sedentarismo y la inquietud excesiva entre los mayores riesgos de la alta exposición a las pantallas, pero desde el punto de vista psicoanalítico, el problema de fondo es la dificultad para lograr la relajación y como consecuencia, el empobrecimiento del juego simbólico. El sedentarismo muestra sus primeros síntomas -como el sobrepeso relacionado a la falta de ejercicio o problemas de relacionamiento-, cuando se acerca la adolescencia, aunque el problema, según expresa Cecilia Rodríguez, Magister en Psicoanálisis y miembro de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay (APU), comienza a gestarse cuando falta lo esencial en edades tempranas que es el contacto real y cara a cara con personas más grandes, y los momentos de soledad o incluso aburrimiento, que son los que dan paso a la imaginación. En este sentido Rodriguez citó a Donald Winnicott - pediatra, psiquiatra y psicoanalista inglés considerado el padre del psicoanálisis infantil- al afirmar que es del aburrimiento que emerge la creatividad. “Si bien la pantalla puede permitir la creación, lo hace desde algo preestablecido, pre hecho. Muchos niños, sobre todo en edad escolar, pasan de una pantalla a otra – de la Xbox al Wii o del celular a la tablet-, o sea no se enfrentan a eso tan básico que es el sentimiento de estar aburrido y ver qué se puede inventar para salir del aburrimiento. Rodríguez mencionó también una realidad que hoy es fácil de observar: los niños en edades prescolares para los que es imposible entretenerse en una sala de espera o en cualquier lugar donde haya que esperar, sin una pantalla de por medio. “Médicos, psicólogos y psicoanalistas, fisioterapeutas y docentes que suelen enfrentar estas problemáticas cotidianamente han detectado que uno de los problemas del uso temprano de la tecnología es el empobrecimiento del juego simbólico. Este es un factor esencial en el que se juega la representación, el juego esencial para que el niño vaya enriqueciendo su imaginación”, sostuvo Rodríguez y sumó: “El empobrecimiento del juego simbólico se da al mismo tiempo que la tecnología adquiere pregnancia y los juguetes electrónicos, celulares y tablets, pasan a ser los preferidos”. Lo más preocupante desde el punto de vista de la psicoanalista es que el juego simbólico es esencial para el aprendizaje y para la elaboración de situaciones vividas. “Es el que hace que al niño que vacunaron cuando vuelve a su casa le da la vacuna a su muñeco, o sea elabora y se expresa a través del juego. La imposibilidad de estar quieto atenta contra el juego simbólico, porque atenta contra la capacidad de jugar y de inventar. Como psicoanalista veo que el desarrollo de la función simbólica es esencial para el pensamiento y para metabolizar las emociones. Ambas capacidades se adquieren en la temprana infancia, cuando se forjan las bases de la personalidad”. Como consecuencia de todo esto desde el punto de vista psicológico hay tres ítems que están seriamente afectados por la incidencia de las pantallas: el control de impulsos, la tolerancia a la espera y la tolerancia a las frustraciones. “El control de impulsos está regido por una función que primero viene de afuera y luego se interioriza: son los padres los que primero le dicen que no toque el enchufe porque es peligroso y después el niño incorpora lo que lastima, lo que es peligroso, etc. Pero esas funciones primero las cumplen los padres y las personas adultas que apuntalan la crianza –familiares, educadores, niñeras. Cuando el niño incorpora adecuadamente el control de impulsos, todo está bien, cuando no lo incorpora es muy probable que además no pueda esperar y no pueda frustrarse”, señaló Rodríguez. En este contexto surgen los famosos problemas de límites y esto en términos de estructuración psíquica implica que el niño va armando su personalidad con fragilidad. “Cuando el niño tiene problemas para

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