PONENCIA DEL DR. REINALDO PARED PEREZ, SOBRE LA AGENDA LEGISLATIVA A LA LUZ DE LA NUEVA CONSTITUCION, CON MOTIVO DE LA CELEBRACION DEL VIII SEMINARIO SOBRE LAS ATRIBUCIONES Y FUNCIONES DEL CONGRESO NACIONAL / 29 de julio, 2010. Hotel Moon Palace, Punta Cana.
La celebración de este Seminario, previo a la instalación de un nuevo Congreso Nacional en la República Dominicana, se ha constituido por casi tres décadas, en una valiosa y aquilatada tradición que, si es aprovechada en su máxima expresión por los participantes a quienes va dirigido, se constituye en una importantísima herramienta para las labores que deben iniciarse el 16 de agosto, cada cuatro años. Por tales motivos y otros más, estas palabras no pueden iniciarse, sin antes reconocer y a la vez agradecer a los organizadores de este preciado Seminario, sobre todo a la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), en la persona de su Rector Magnífico Mons. Agripino Nuñez Collado. Gracias por este servicio que nos brindan, que va en la dirección de fortalecer el funcionamiento institucional de una trascendente instancia del Estado Dominicano como lo es su Poder Legislativo. De nuevo. Gracias.
Dentro del marco de la agenda del presente Seminario, se nos ha encomendado la tarea de que abordemos "La agenda legislativa a la luz de la nueva Constitución", lo que aceptamos complacidos; pero creo conveniente referirme antes, aunque sea brevemente, al proceso que derivó en la Constitución proclamada el 26 de enero del presente año.
Dicho proceso se inició hace más de tres años, con la integración, por parte del Presidente de la República, de una comisión de prestantes profesionales del derecho, con una sólida formación jurídica y vasta experiencia académica, cuya labor se centró en la elaboración de un anteproyecto de reforma constitucional.
Ello trajo consigo, como nunca antes en el país, el que se efectuaran consultas populares en todo el territorio nacional, seminarios, talleres, charlas, reuniones, paneles, vistas públicas, eventos con expertos internacionales, que se apoderaron del contenido del ante proyecto de reforma de que se trata, hasta concluir con una intensa jornada llevada a cabo por la Asamblea Nacional, de más de cincuenta sesiones celebradas durante aproximadamente siete meses, que desembocaron en la aprobación de la Constitución citada. Además, a diferencia de las reformas llevadas a cabo en los años 1994 y 2002, ésta no se hizo acompañar de la prisa y la urgencia para procurar una salida a una crisis político comicial, ni fue presa de la coyuntura electoral del momento. Es decir, que se recuerde, jamás hubo en el país un proyecto de reforma constitucional tan debatido y discutido, como al que nos estamos refiriendo en estos momentos.