LA ODONTOLOGIA EN LA HUMANIDAD - TOMO II - LAS EDADES HISTORICAS EN LA ODONTOLOGIA

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LA ODONTOLOGÍA EN LA HUMANIDAD

TOMO II EDADES EN EL DESARROLLO DE LA ODONTOLOGIA AUTOR

DR. CARLOS ERNESTO TOMEI


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LA ODONTOLOGÍA EN LA HUMANIDAD

TOMO II CAPITULO IV y V

EDADES EN EL DESARROLLO DE LA ODONTOLOGIA RESEÑA DE DATOS DE DISTINTAS FUENTES

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PAROLE…PAROLE…PAROLE….

La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano Aldous Huxley (Escritor y filósofo inglés)

Les gens bien portains sont des malades qui s’ignorent (La gente sana son enfermos que ignoran sus padeceres) , le pertenece a Claude Bernard y es reproducida por Jules Remains en su obra El Dr. Knok o el triunfo de la Medicina Claude Bernard (Filósofo francés)

Le dije a mi dentista que los dientes se me están volviendo amari-

llos, y me dijo que usara corbata color café. Rodney Dangerfield (Comediante estadounidense)

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LA ODONTOLOGÍA EN LA HUMANIDAD DESARROLLO EN 12 CAPÍTULOS EN 4 TOMOS

TOMO I

“ORÍGENES “: CAPÍTULOS I II y III

TOMO II “EDADES DE LAS CIENCIAS ODONTOLÓGICAS CAPÍTULOS IV y V

TOMO III: ”HISTORIA DE LAS ESPECIALIDADES ODONTOLÓGICAS” CAPÍTULO VI

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TOMO IV “HISTORIA DE LA ODONTOLOGIA UNIVERSITARIA” :CAPÍTULOS. VII al XII

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Dedico el esfuerzo de esta publicación a mi esposa LIVIA colaboradora inigualable y a mis hijos JAVIER MARIA e IGNACIO quienes también compartieron mis desvelos

Derechos reservados Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Depósito de la propiedad intelectual Nº RE-2021-11940428- APN-DNDA#MJ Dr. Tomei, Carlos Ernesto La odontología en la humanidad. - 1a ed ilustrada. -Edicion del autor, 2021. Libro digital, PDF ISBN 978-987-88-0385-2 CDD 617.609

cetomei@gmail.com 6


SUMARIO CAPITULO IV….………………………..…………………9 EDADES EN EL DESARROLLO DE LA ODONTOLOGIA ................................................ 11 LA ODONTOLOGÍA EN LA EDAD MEDIA ............ 11 Comentarios De La Odontología Medioeval .................. 11 La Odontología Medieval en los Siglos XII y XIII............................ 12 La Historia de la Odontología en el Renacimiento ......................... 15 Alta Edad Media en Europa .................................. 16 El Mundo Bizantino .................................................. 16 Europa Occidental (Siglos V Al XII) ................................. 16 Baja Edad Media en Europa Occidental (XIII-XVI) ................. 17 Medicamentos de uso popular en la Edad Media .................. 19 El Auge de la Cirugía ................................................ 22 Personajes destacados en la Edad Media ............... 29 Formas del ejercicio en la Época Medieval ......................... 42 La Odontología Medioeval en el Mundo Cristiano .... 46 Terminología Odontológica usada por San Isidoro................. 51 Anécdotario Cristiano “Santa Apolonia” ................ 54 7


La Odontología Medieval En El Mundo Islámico ...... 61 El Profeta Mahoma (570-632 d.C): ................................. 62 Personajes destacados en la Odontología Islamica ............... 68 El Mundo Islámico en el Medioevo y la Odontología. .............. 76 Odontologia Renacentista.................................... 79 Personajes Destacados que dió El Renacimiento.................. 81 Antiguos e importantes personajes españoles para la odontología y sus singulares relatos testimoniales.. 93 Lope De Vega (1562-1635 Madrid) su extensa y sabia incursión literaria en La Odontología .......................................... 95

Terapeutas que se encargaban de salud bucal ................. 103 Profesionales de reconocido prestigio, dedicados al cuidado de la boca en España...................................................... 110 Patologías bucales más frecuentes en esos tiempos ......... 112 LA ODONTOLOGIA EN LA EDAD MODERNA ..... 157 Personalidades Destacadas En La Edad Moderna ......... 158 La Odontología En El Barroco ..................................... 160 LA ODONTOLOGIA EDAD CONTEMPORANEA . 165 1851 Guerra de inventos y patentes .............................................. 167 Personalidades destacadas en Acontecimientos Revolucionarios 184

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CAPITULO V ................................................216 LA MUJER EN LA ODONTOLOGIA ................... 216 La Mujer Odontóloga En El Siglo XIV .................................. 218 Antecedentes Sobre La Mujer Y La Odontología ................... 223

La Mujer Ejerciendo la Odontologia en los Paises ...................................................................... 231 Alemania ....................................................................... 231 Argentina ...................................................................... 234 Belgica ......................................................................... 238 Brasil ........................................................................... 239 Cuba ............................................................................ 240 Estados Unidos De Norteamerica .................................... 249 Francia ......................................................................... 260 Italia ............................................................................ 267 Japon ....................................... ¡Error! Marcador no definido. Mexico .......................................................................... 269 Rusia ........................................................................... 270 Suecia ...................................................................... 271 Suiza ....................................................................... 271

GALERIA DE FOTOS DE EPOCA DE MUJERES EN EJERCICIO ............................................................ 275

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CAPITULO IV: EDADES EN EL DESARROLLO DE LA ODONTOLOGIA LA ODONTOLOGÍA EN LA EDAD MEDIA La odontología medieval nos deja como herencia un sistema y un conjunto de conocimientos entre los que sobresale el concepto de conservación y restauración de las piezas dentarias, es en esta edad donde se crea y aplica la orificación. Muchos errores se mantienen, como el suponer que la caries era producida por un gusano que carcome la pieza; otros errores se reconocen, pero no se corrigen, como el caso de la fisiología, pero lo más importante es no olvidar lo que el intelectualismo europeo olvidó a partir del siglo XVI: el hombre de ciencia debe estar ligado a su tiempo y espacio, y la ciencia debe ser una unidad, aunque el científico sea autoridad en una sola de las áreas. Es en la Edad Media (que comprende desde el siglo V al XV) donde se debe destacar la prevalencia de la medicina monástica.

Comentarios de la Odontología Medioeval Dentro de nuestro orden cronológico, continuamos haciendo historia de la odontología empírica y, dentro de ella, de la odontología medieval. 11


Cubriremos apretadamente en este caso casi mil años de la Historia de la Cultura Occidental, transitando ese periodo denominado de la Edad Media, nombre caprichoso e indefinido, pero ya acuñado definitivamente. Se lo llamó así porque estaba “en el medio” de las grandes “luces” de la Antigüedad Clásica y del Humanismo, de donde se desprende que es un período oscuro. Procuraremos demostrar que no lo es tanto, pues el hombre siguió pensando y construyendo. Desde el siglo V hasta el siglo en que se viese entorpecida por las llamadas invasiones bárbaras y sus secuelas. Aclaremos que los “bárbaros” eran nuestros propios abuelos que mestizaron lo grecolatino con lo germánico y, más tarde, con lo amerindio, constituyendo otro peldaño más en la construcción de Occidente. No cabe duda de que la ciencia tuvo que refugiarse en donde hallase paz, siendo ese lugar los conventos y monasterios, que constituyeron una base fundacional de la más alta y permanente influencia de la Edad Media en nuestro siglo: La Universidad.

La Odontología Medieval en los Siglos XII y XIII. En la Edad Media (siglos V a XV) se distinguen dos periodos: el de la Medicina Monástica y el de las Universidades. La medicina monástica se predicaba en los monasterios, donde se tradujeron numerosos libros procedentes del mundo árabe, Existe constancia de un verdadero auge en la cirugía, tarea que fue puesta en manos de barberos, ya que como se sabe, los monjes

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tenían prohibido realizar operaciones. Los barberos acudían con frecuencia a los monasterios y con el tiempo ampliaron su oficio realizando varios tipos de cirugías como batir cataratas, extraer piedras de la vejiga, abrir abscesos y extraer muelas. Con la habilidad con la que afilaban sus cuchillas y hojas de afeitar, mostraron su gran destreza y sabiduría. En Paris se organizó el primer gremio de barberos, formado por algunos que ampliaron sus conocimientos (cirujanos de bata larga) ante otros (barberos llanos). Los barberos llanos no podían practicar cirugía sin examinarse de antemano ante los miembros del primer grupo. Los primeros barberos cirujanos famosos dejaron constancia en manuscritos textos que sirvieron de guía para las generaciones posteriores. Algunos de estos famosos cirujanos posteriores fueron Roger de Salerno y Rolando de Parma. En sus escritos se recomienda evitar las extracciones de muelas salvo como último recurso, debido al peligro que esto conllevaba, ellos establecían que era mejor la fumigación, con semillas de puerros y beleño; y cauterización de la pieza dental. En sus tratados podemos encontrar polémicas sobre el tratamiento de fracturas y luxaciones mandibulares, sangrado de las venas debajo de la lengua y los remedios para el dolor de muelas. Cabe destacar la Escuela Médica de Salerno, fundada en el siglo X, el primer centro laico de enseñanza de medicina en Europa Occidental: allí existía un cuerpo de curanderos que impartían una enseñanza reglada, con un programa y método docente. Perduró hasta la aparición de las primeras universidades. 13


En estos periodos se comienzan a utilizar los hospitales con fines docentes. Algunos de los primeros hospitales, fundados en el imperio bizantino, contaron con estudiantes de medicina e incluso albergaron bibliotecas médicas. Sin embargo, fue en el Imperio Islámico donde más se desarrolló este sistema. En los hospitales árabes existían bibliotecas y salas de reunión donde se realizaban discusiones y se animaba a los estudiantes a leer textos médicos clásicos, filosóficos y literarios. Mientras, en Europa Occidental, los hospitales tenían un carácter religioso y estaban dedicados al cuidado de toda clase de indigentes. En la Edad Media, después de la caída del Imperio Romano (410 d.C..), el pensamiento racional y lógico de Hipócrates, Aristóteles y Celso desapareció, volviendo a la creencia de las enfermedades como algo mágico y supersticioso. Estas universidades se fundaron a finales del siglo XII, entre ellas destacan la de París, Londres y Oxford. Solían estar compuestas por cuatro facultades: la menor de Artes y las mayores de Teología, Derecho y Medicina. La enseñanza de la medicina en las universidades era muy teórica y se centraba en el estudio de textos, pero no se enseñaba la práctica clínica. En relación a la Odontología hay que mencionar a Bernardo de Gordon que introdujo la teoría del aflojamiento de los dientes, a Guy de Chauliac que estimuló la higiene dental y señaló que la caries tenía tres fases; producción de dolor, producción de dolor sin estímulo externo y flemón, y a Giovanni Da Vigo que fue uno de los primeros en realizar obturaciones con hojas de oro. 14


La Historia de la Odontología en el Renacimiento El tratamiento dental es tan antiguo como el dolor de muelas. La edad media fue un momento brutal para la persona que padecía dolor de muelas, ya que los principales tratamientos disponibles eran los dudosos remedios y la extracción de muelas. La odontología no era una profesión en sí misma y, a menudo, los barberos o los cirujanos de peluquería , y el charlatán del mercado, el cajón de los dientes y más tarde el "Operador de los dientes" ofrecían tratamientos dentales, como extracciones y tinturas . Los tratamientos dentales comprendían tinturas y sustancias estípticas: la extracción fue un último y doloroso recurso.

Las Pinzas “El 'Pelican” Fueron las herramientas de extracción más comunes. El pelícano dental, inventado en el siglo XIV por Guy de Chauliac a menudo hecho por el herrero del pueblo, necesitaba poca habilidad para usarlo y, a menudo, causaba un daño y un dolor terribles. El pelícano fue reemplazado por la llave dental en la década de 1700 que, a su vez, fue reemplazada por un moderno fórceps en el siglo XX.

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Semejando el modelo de una llave de la puerta, la llave dental se usó insertando primero el instrumento horizontalmente en la boca, luego su "garra" se apretaría sobre un diente. El instrumento fue girado para aflojar el diente. Esto a menudo resultaba la ruptura del diente, llegando a causar fracturas de mandíbula y daños en los tejidos blandos.

Alta Edad Media en Europa El Mundo Bizantino El mundo bizantino aparece después de la caída del Imperio Romano (476 d.C..), ésta surge por la época bizantina no se observaron grandes avances a lo que se refiere al pensamiento médico y científico, éstos se limitaron a vivir del pasado, recopilando conocimientos de textos pertenecientes al mundo griego y romano.

Europa Occidental (siglos V al XII) En esta época los avances médicos se estancaron por las continuas incursiones de las tribus bárbaras germánicas del norte. Éstas destruyeron ciudades completas, tesoros, culturas, comercio y sobre todo vidas humanas

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La gente tuvo que refugiarse en el trabajo agrícola para poder sobrevivir por lo que desaparecieron los incentivos de ir en busca de una mejor calidad de vida y con esto también se extinguieron los avances en materia científica. La sociedad busco amparo bajo la Iglesia, quienes fueron los únicos que pudieron frenar la hostilidad de los jefes bárbaros. En el siglo VI el poder del conocimiento quedó completamente en manos del Clero. Bajo el control cristiano llegó la sabiduría y pensamientos de la medicina monástica, estas traían el rechazo de que el hombre esté gobernado por leyes naturales, y negándose a admitir su impotencia frente a las calamidades. El progreso de la medicina cada vez iba desapareciendo a medida que las escuelas se hundían y el vacío se llenaba de dogmas religiosos. El hombre más culto de ese tiempo fue el obispo Isidoro de Sevilla, quien compiló su enorme tratado , Etimologías, una enciclopedia sobre los orígenes de las palabras. Describió la dentición usando el término paraincisores, para los incisivos. Repitió el error de Aristóteles, de que los hombres poseían 32 piezas dentales, mientras que las mujeres tenían solo 30.

Baja Edad Media en Europa Occidental (XIII-XVI) Durante los siglos XIII y XIV el currículo medico seguía basándose en los textos de antiguos autores griegos y romanos traducidos a un latín rudimentario.

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No existía enseñanza clínica de ningún tipo hasta el siglo XIV donde se practicaba la disección, la cual fue adoptada de la escuela de derecho, éstos la usaban como una evidencia legal. Cuando un estudiante completaba sus estudios médicos debía poseer un dominio en los clásicos griegos y latinos y a partir de eso se le concedía un bastón con la empuñadura de oro. La medicina que se utilizaba era de tipo primitiva, basada en supersticiones ancestrales y postulados pseudocientíficos. El diagnóstico se basaba en el estudio de la orina del paciente, era tan popular que no era necesario observar al enfermo, solo con este simple procedimiento se entregaba un tratamiento. El mítico gusano dental era considerado aun como el culpable del dolor de muelas. Como tratamiento se aplicaban soluciones liquidas muy elaboradas en forma de gotas para eliminar al gusano. Siguiendo los métodos de los autores árabes, los especialistas aplicaban ácidos duros como el agua fuerte, protegiendo cuidadosamente el resto de la boca de posibles quemaduras. Un método innovador de protección, el cual consistía en la fabricación de una pequeño dique aislante (cofferdam), de cera alrededor de la muela cariada antes de llenarla con líquido cáustico. Hoy se sabe que cualquier alivio que producía esta aplicación era debido a la destrucción del tejido nervioso de la pulpa dentaria. Sin embargo, los dentistas atacaban generalmente al gusano dental por fumigación con semillas de puerro y beleño, que se mezclaban con cebo de oveja formando diminutas bolas. 18


Medicamentos de uso popular en la Edad Media No libres aún de la característica ignorancia y superstición de la Alta Edad Media, los doctores occidentales dependían todavía de la medicina popular y especialmente de los remedios botánicos, que se preparaban y administraban en multitud de maneras e introducían en el cuerpo a través de sus orificios. Una de las pócimas médicas más usada era la Teriaca, antídotos universal para quienes fueran envenenados, todo esto originario en la corte de Mitrídates, rey de Ponto (gobernó entre 120 y 63 A.C..). Mandrágora (mandrágora autumnalis) Es una especie de fanerógama perteneciente a la familia de las Solanáceas, (procede del griego “dañino para el ganado”) Fue usada extensamente en Europa medicinalmente. Sus raíces han sido usadas durante la historia en rituales mágicos, ya que sus bifurcaciones tienen cierto parecido a una figura humana; incluso hoy en día se usa en religiones, como la Wicca. Antiguamente era altamente valorada como una planta curativa, los babilonios y egipcios la usaron como narcótico. En el siglo I fue también recomendada por Celso quien la hirvió y utilizaba el caldo del cocimiento para tratar el dolor de muelas. Lo único cierto de todo esto es su toxicidad, que se traspasa “con solo tocarla”. Puede provocar mareos, dificultades al respirar y bradicardia. Aclaración: Actualmente se conoce que el simple contacto 19


(salvo en mucosas) sea con alguna presentación en forma líquida o en polvo, no produce manifestación alguna por falta de absorción Su raíz, que tanto ha dado de qué hablar a lo largo de la historia, tiene efectos alucinógenos y narcóticos. En dosis pequeñas se utilizaba para crear un efecto anestésico o como laxante. Pero en cantidades altas puede llegar a ser mortal. La forma humana de la raíz de mandrágora dio origen a muchas leyendas, una de estas fue: “El hombre no debe arrancar su raíz pues pondría en peligro su vida. Por lo tanto, la parte alta de la planta se ata a un perro negro, y se guía al animal hasta que la mandrágora queda fuera de la tierra. En este momento la planta emite un terrible grito y el perro cae muerto en su sitio. Para sobrevivir, el buscador de raíces debe taparse los oídos de antemano”. De esta planta se propagaban muchas otras creencias que no tenían sentido alguno. Como la idea de que el licor que dejaba esta planta después de ser hervida se divisaban pequeñas ranas verdes que aflojaban los dientes y provocaban su caída. La escopolamina, también conocida como hioscina (el nombre que se le dio al descubrirla popularmente en las regiones de lengua castellana fue burundanga) Es una droga altamente tóxica y debe ser usada en dosis minúsculas; por ejemplo, en la profilaxis de la cinetosis (mareos vehiculares), se usan dosis transdérmicas que no superan los 330 µg cada día. Una sobredosis por escopolamina puede causar delirio, y otras psicosis, parálisis, estupor y la muerte. 20


Nota: Es un alcaloide tropánico que puede usarse como antimuscarínico y se encuentra como metabolito secundario de plantas en la familia de las solanáceas como los beleños, el estramonio (Datura stramonium y otras especies), la escopolia (Scopolia carniolica), la mandrágora (Mandrágora autumnalis), la brugmansia (Brugmansia cándida) y otras plantas de los mismos géneros. Es una sustancia afín a la atropina que se encuentra en la belladona (Atropa belladonna). La escopolamina al ser absorbida en dosis importantes ocasiona un estado de pasividad completa de la persona con actitud de "automatismo", recibe y ejecuta órdenes sin oposición, desapareciendo los actos inteligentes de la voluntad lo que se denomina “sumisión química” y presenta amnesia anterógrada. Bloquea las funciones colinérgicas en el sistema límbico y corteza asociada, relacionados con aprendizaje y memorización. En algunas personas puede causar desorientación, excitación psicomotriz, alucinaciones, delirio y agresividad, similar al producido por la atropina, conocido como “delirio atropínico”. En dosis muy altas produce convulsiones, depresión severa y coma. El vocablo burundanga proviene del léxico caribeño y colombiano de borondanga que, a su vez, es una variante de morondanga, formada con morondo, derivado de mondo (pelado, calvo) del latín mundus (limpio) y el sufijo despectivo anga, alude probablemente al efecto más llamativo de su consumo, que deja la mente en blanco, limpia de consciencia, resistencia y memoria. . rVolviendo al tema, otro método que se utilizó para mejorar la terapéutica odontológica fue la cauterización con agujas calientes, en 21


este método los dentistas introducían la aguja en uno de los varios sitios del cuerpo que creían que estaba directamente conectado con la muela dolorida. Así la aguja debía ser introducida en el lóbulo de la oreja del lado de la muela dolorida

El Auge de la Cirugía Repetimos: El tratamiento médico había sido en su mayor parte patrimonio de los monjes. El edicto de Tours de 1163 introdujo un cambio fundamental; ya que los monjes tenían prohibido realizar operaciones, esta tarea cayó en manos de los barberos que hasta entonces habían asistido a los monjes en las tareas quirúrgicas. Los barberos acudían con frecuencia a los monasterios, sobre todo después del año 1092, cuando se prohibieron usar barbas, afeitando a los monjes a quienes cortaban el pelo de acuerdo con la tonsura de cada orden, de ahí su nombre: barbitonsoribus. Estos barberos pronto ampliaron el campo de sus actividades, realizando muchos tipos de cirugía, como eliminar cataratas, extraer piedras de la vejiga, abrir abscesos, practicar sangría y extraer dientes. En Alemania el barbero era a menudo el encargado de las casas de baños públicos, que además de poner ventosas y practicar sangrías, daba enemas y extraía dientes. Ponía de manifiesto su saber por la habilidad con que afilaba sus cuchillos y hojas de afeitar y por la forma en que preparaba sus remedios y emplastos. Los cirujanos profesionales surgieron de estos barberos de la Europa medieval. 22


En París, en el año 1210 se organizó el gremio de los barberos. Como algunos de sus miembros pretendían tener más conocimiento que los demás, se produjo una división entre cirujanos (o “cirujanos de barba larga”) y barberos llanos (también llamados barberos cirujanos (o “cirujanos de barba corta”) Varios decretos reales del siglo XIV prohibieron a los miembros de este último grupo practicar la cirugía sin examinarse de antemano, ante los miembros del primer grupo. Ambos grupos practicaban, a veces, las mismas operaciones, por ejemplo sangrías y extracción de dientes Sin embargo, con el tiempo, el poner ventosas, dar enemas, aplicar sanguijuelas y extraer dientes se convirtieron en actividades exclusivas de los barberos. Los primeros cirujanos en adquirir fama en su campo escribieron extensamente sobre su trabajo y sus tratados sirvieron de guía para las generaciones sucesivas de practicantes. Como ya hemos dicho los primeros fueron Roger de Salerno y Rolando de Parma, que vivieron a fines del siglo XII y principios del XIII, respectivamente. Sus trabajos fueron copiados repetidas veces en los años sucesivos y la multitud de glosas y comentarios sobre ellos nos proporcionan una interesante imagen del tratamiento odontológico en estos primeros tiempos. Expresando la opinión de los especialistas desde los tiempos de Hipócrates, recomendaban evitar las extracciones de molares, salvo como último recurso, debido al peligro que comportaban y aconseja23


ban en cambio la fumigación y la cauterización. En sus tratados encontramos polémicas sobre el tratamiento de fracturas y luxaciones mandibulares, sangrados de las venas debajo de la lengua y los ya muy familiares “remedios” para el dolor de dientes, entre los cuales se pueden mencionar diferentes hierbas que estaban muy de moda en la época. En Inglaterra, John de Gaddesden, que trabajó al principio del siglo XIV, escribió un curioso libro “Rosa Anglica”, en el cual describía la mayor parte de los remedios populares de su tiempo. Creía que los sesos de liebre frotados en las encías no sólo facilitaban la dentición, sino que hacía crecer nuevos dientes en las bocas de los que los hubieran perdido; a pesar de que consideraba la extracción como un último recurso debió de practicarla, pues dice : “Toma un hierro ancho por delante y cortante por dentro y fuerza la muela hacia abajo; y ésta entonces caerá”. No queda claro el tipo de instrumento que usaba; probablemente un precursor del elevador. En Italia se violaba a veces la prohibición de la cirugía por el clero. Un ejemplo destacado fue Teodorico Borgognoni (Teodorico de Cervia, 1205-1296), que fue obispo al final de sus días. Fue el primero en observar la copiosa salivación de los pacientes de sífilis tratados con arsénico. El nombre «sífilis» fue creado por el poeta y cirujano veronés Girolamo Fracastoro en su poema en latín “Syphilis sive morbus gallicus” (‘Sífilis o la enfermedad francesa’) en 1530. El protagonista de la obra es un pastor llamado Sífilus (quizá una variante de Sipylus, 24


personaje de Las metamorfosis de Ovidio), que cuidaba de los rebaños del rey Alcihtous. Molesto con el dios griego Apolo, ya que este quemaba los árboles y consumía los brotes que alimentaban a las ovejas, decidió no adorarlo a él sino al rey. En represalia, Apolo lo castigó junto con todo el reino, afectándolos de una enfermedad horrible, llamada «sífilis» como el pastor. Agregándole el sufijo-is a la raíz Syphilus, Fracastoro creó el nuevo nombre de la enfermedad, y lo incluyó en su libro de medicina “De contagionibus” (‘Sobre las enfermedades contagiosas’, Venecia, 1584).1 En este texto, Fracastoro registra que en esa época, en Italia y Alemania a la sífilis se conocía como el «morbo francés», y en Francia, como «el morbo italiano» Similar a la Rosa ánglica de John de Gaddesden era Lilium medicinae, de Bernard de Gordon, un médico inglés afincado en Montpellier. Escrito hacia el año 1285, Lilium medicinae fue ampliamente difundido, a juzgar por el número de copias manuscritas que existen hoy en día. Los escritos de Gordon son en gran medida literarios e introduce pocas novedades en el campo de la medicina. Entre sus numerosos comentarios sobre odontología se encuentra la observación popular de que existen causas internas y externas para las molestias de los dientes. Entre las externas enumeradas por Gordon están comer alimentos calientes después de otros fríos; romper comidas duras con los dientes; descuidar la higiene oral; y el frote demasiado vigoroso de las encías. Sus causas internas incluían los humores que descienden de la cabeza hasta los dientes y los vómitos ácidos del estómago. Advirtió 25


con sagacidad a los cirujanos contra el indiscriminado uso de opiáceos, recomendando precaución con las extracciones, aconsejando primero aflojar el diente mediante la aplicación de agentes corrosivos y protegerla con revestimientos de cera. En el año 1343, de Chauliac escribió su gran trabajo Inventorium Chirurgicalis Medicinae, convirtiéndose pronto en el principal trabajo quirúrgico de su tiempo y siendo traducido al francés vernáculo en beneficio de los cirujanos. Fue traducido también al provenzal, italiano, inglés, holandés y hebreo; y tuvo unas 130 ediciones. La importancia del trabajo de Chauliac durante su vida, antes de la aparición de la imprenta, debió de ser también muy importante, pues aún quedan hoy en día cerca de treinta y cinco copias manuscritas de esta magnífica obra. En ese libro Chauliac analiza la anatomía de los dientes y su erupción, citando la evidencia de que en los adultos a veces crece un juego adicional de molares. También recopiló las enfermedades a que están sujetos los dientes, dolor, corrosión y aflojamiento; sus curas las dividía en dos categorías: “universales” y “particulares”. Las categorías de tratamiento universal consistían en seguir las reglas de la higiene, el uso de purgantes, sangrías de las venas cefálicas o sublinguales, ventosas, fricciones, escarificación y el tratamiento de alteraciones mentales. Sus reglas de higiene eran muy precisas y la mayor parte siguen siendo válidas hasta hoy

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. Cuando Chauliac habla de tratamiento “particular” repite muchos de los remedios mencionados por los escritores árabes. Además, recomienda el lavado de los dientes cariados con cocimientos de vino y menta, pimienta y otros agentes y la posterior colocación de pastas en las cavidades con polvo de agalla, alfóncigo, mirra, alcanfor o cualquier otra sustancia de una lista interminable. Recomendaba el uso de astringentes y otros agentes para fortalecer dientes flojos, sugiriendo que si caen pueden ser reemplazados por dientes humanos o por otros artificiales, construidos de hueso de ganado sujetándolos en su sitio con alambre de oro. De Chauliac fue muy breve en sus análisis sobre prótesis dentales. Mencionó los materiales usados en su tiempo- Guy de Chauliac (1300-1368) fue sin duda, el personaje más importante de los siglos XIV y XV en el campo de la cirugía. Estudió medicina en Toulouse y Bolonia, pero prefirió la cirugía, recibiendo su entrenamiento de Henri de Mondeville, cirujano de Felipe IV el Hermoso y profesor de anatomía en el Hospital del Espíritu Santo de Montpellier. para rellenar cavidades, pero no dio indicaciones sobre cómo se aplicaban o en qué proporciones se mezclaban. En el tema de la extracción, en cambio, describió el pelícano de doble palanca y su forma de uso. Sin embargo, no está claro si lo usó personalmente o si simplemente observó cómo lo usaban los barberos cirujanos. Mientras que Albulcasis se había pronunciado con vehemencia contra la costumbre de los barberos de realizar temerarias operaciones en los dientes para lo cual estaban mal preparados, la opinión de Chauliac era muy distinta. 27


Éste opinaba que las operaciones de los dientes eran “propias de barberos y dentatores”, a pesar de que debían ser llevadas a cabo bajo la supervisión de algún doctor; y aconsejaba a los médicos que supervisaban a los barberos que se familiarizasen con las técnicas de los dentatores para estar en condiciones de ofrecer consejos válidos. Ésta es la primera vez que el término dentatores, referido a un grupo específico de profesionales aparece en la literatura. El inventario de instrumentos que de Chauliac enumera como su equipo imprescindible pone de manifiesto que los dentatores no eran simplemente barberos que de vez en cuando extraían dientes. La lista incluye cuchillas de afeitar, rascadores de hierro, espátulas rectas y curvas, palancas simples y dobles, fórceps, cánulas, lancetas, escalpelos y tornos. Estos actualizados profesionales ofrecían sin duda un completo abanico de servicios odontológicos. A pesar de que muchos de sus escritos se basan en la superstición y supuestos sin fundamento, de Chauliac era más sabio que muchos de sus contemporáneos. Considerando las afirmaciones de sus colegas de que los dientes podían sacarse aplicando ungüentos de grasa de rana y cosas similares sin recurrir a los fórceps, comenta: “esos remedios prometen mucho y rinden poco ”. Del tratado de Chauliac obtenemos otro importante dato. Los cirujanos de este tiempo usaban, al parecer, fármacos para evitar el dolor de sus pacientes durante las operaciones. Entre los estupefacientes que usaban se encontraban el opio, la hiosciamina, la raíz de mandrágora, la hiedra y la cicuta. De Chauliac describe la forma de administración. Se embebía una esponja nueva 28


de estos jugos y se la dejaba secar al sol y cuando los cirujanos la necesitaban ponían la esponja en agua tibia y la colocaban en la nariz del paciente hasta que éste se dormía. Entonces realizaban la operación. Parece que la narcosis obtenida por este sistema era intensa, ya que Chauliac describe la manera con la cual el cirujano despertaba a su paciente acercándole otra esponja, mojada en vinagre, o echándole en los oídos jugo de ruda o hinojo.

Personajes destacados en la Edad Media Aecio de Amida (502-575) (Nació: en. Diyarbakır, Turquía - Falleció., en Alessandria, Italia). Aëtius Amidenus fue un médico y escritor bizantino particularmente distinguido por su erudición. Trabajó como médico personal del emperador Justiniano I que gobernó entre 527- 565). Escribió una enciclopedia médica titulada Dieciséis libros médicos o Tetrabiblión (Βιβλία Ιατρικά), un compendio del saber médico del Imperio bizantino heredado de Galeno, el cual contenía información detallada acerca de las enfermedades y el tratamiento óptimo de la boca y los dientes 29


En el libro ocho aparece escrita por primera vez la palabra acné (άκμή, άκνή).

Alejandro de Tralles (525-605 D.C.) En su Compilado bizantino demostró originalidad en sus trabajos, Autor de doce libros de ciencias médicas En estos escritos reflejaron el uso de los fórceps para la extracción de muelas, donde se aconsejaba a los aprendices que aflojasen las piezas afectadas, hasta que se pudiera sacar con los dedos. En el entorno de su relación con la corte de Justiniano y Teodora, viajó recolectando información médica a lo largo de los Balcanes, Italia, España, Egipto y el Norte de África. Practicó y enseñó medicina durante un largo período en Roma. Procedía de una familia de sólida formación; su padre y uno de sus hermanos eran médicos, y otro de sus hermanos, Antemio, fue uno de los arquitectos de la Basílica de Santa Sofía, en Estambul. Probablemente, es esa notoriedad de su familia lo que hace que Alejandro de Tralles sea uno de los médicos bizantinos de los que contamos con mayor información. Se forma probablemente con su padre y estudiando a las dos mayores autoridades de la época, Galeno y Dioscórides. Antes de instalarse en Roma, viaja por todo el Mediterráneo y de estos viajes adquiere, principalmente, conocimientos farmacológicos; 30


por ejemplo, nos hace llegar remedios populares contra la epilepsia que aprendió en Córcega o en Hispania. En toda la obra de Alejandro de Tralles se mezclan elementos mágicos. Así, por ejemplo, propone con frecuencia el uso de amuletos o hechizos, ya que intuye un efecto placebo. Como datos destacados, a Alejandro de Tralles se le atribuye la primera reseña acerca de la eficacia de la colchicina en la gota. Una curiosidad: Alejandro de Tralles propone el uso de sanguijuelas en la cabeza para el tratamiento de la melancolía, enfermedad en la que el exceso de bilis negra tenía un papel importante. Pablo de Egina iba más allá y preconizaba el uso de las sanguijuelas en las cefaleas, sobre todo si se asociaban a fiebre o manía, o adquirían una forma crónica, así como en las conjuntivitis y las amaurosis. Cursó estudios en Alejandría y durante muchos años trabajó en Roma, donde escribió uno de los mayores trabajos sobre patología, "Twelve Books on Medicine" que ha sido traducido al latín, griego y árabe. "Medici libri duodecim" es una de las obras más destacadas de Alejandro de Tralles. Se trata de un tratado de patología y terapéutica en 12 libros, escrito a requerimiento de su amigo Cosmas, para transmitir, de la forma más clara y concisa posible, las mejores terapias para las diferentes enfermedades.

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Contiene material reunido por el autor para la enseñanza de la medicina y probablemente fueron escritos al final de su vida y resumen sus propias aportaciones derivadas de la observación de varias enfermedades. Detalles acerca de cómo se ocupa de entidades como la alopecía nos hacen pensar que su clientela estaba entre las clases pudientes de la época. El Libro I trata de las enfermedades de la cabeza. Es una de las partes más curiosas del texto de Alejandro. Así, considera la calvicie como un padecimiento y recomienda rasurar el pelo corto, lavarlo vigorosamente y el uso de pomadas sulfurosas (Libro I, cap. I, p. 1-4). A propósito del pelo cano, propone el uso de ciertos tintes y vino tinto (Libro I, cap. III, p. 8-10). Respecto a la seborrea, recomienda frotar el pelo con vino y lavarlo con agua salada (Libro I, cap. IV, p. 10-11). El II se ocupa de los problemas del ojo, y el III de los de la boca y las glándulas salivales. Los Libros IV y V tratan, respectivamente, de patologías cardíacas y pulmonares, y en el Libro VI se ocupa de la pleuresía. Los siguientes libros los dedica a patología digestiva: gástrica en el VII, intestinal en el VIII, hepática en el IX, y en el libro X se ocupa de las enfermedades abdominales que Alejandro considera las dos mayores: disentería e hidropesía. Para finalizar, el libro XI se ocupa de las enfermedades genitourinarias y el XII de la gota. 32


En el Medici libri duodecim se recogen unas 600 sustancias farmacológicas, prácticamente todas las incluidas en la Materia Médica de Dioscórides, pero con diferentes indicaciones La influencia de este tratado fue muy grande durante toda la Edad Media. Por poner un ejemplo, Albulcasis, cuatro siglos más tarde, lo utilizó como libro de referencia. Fue traducido y editado hasta el Renacimiento, como la edición grecolatina llevada a cabo por Henricum Petrum en 1556. Otra de sus grandes obras es Biblia sátrica, basada en la medicina de Hipócrates y Galeno, del que era devoto seguidor aunque en ocasiones discrepó, donde recoge la patología y terapia de diversas enfermedades internas, sobre todo las producidas por gusanos, también traducida al latín lo que ha permitido su difusión hasta el siglo XVIII. En el primer libro "Enfermedades de la cabeza y del cerebro, frenitis, epilepsia y melancolía", estudia las enfermedades mentales, que analiza según los planteamientos de la medicina griega y sostiene que la causa de las enfermedades mentales está en el cerebro. Fue el primero que practicó la sangría yugular, y administró el hierro como remedio. Alejandro recomendaba la medicina expectante. Un dato para destacar fue la descripción que hizo Trelles de los numerosos cálculos encontrados en la vesícula biliar de la momia de la sacerdotisa egipcia de Tebas (año 5015), ya que es la descripción más antigua que se conoce. La vesícula, que era conservada en el 33


museo del Real Colegio de Cirujanos de Londres, se perdió durante la II Guerra Mundial. La palabra hipocondríaco fue mencionada por el médico bizantino Alejandro de Tralles en el siglo VI D.C. (525-605) para referirse al enfermo de "hipocondrios" y antes también fue utilizada por Galeno, como veremos más adelante. En la búsqueda de los orígenes de las palabras y continuando el hilo conductor iniciado con el bazo, podemos e indagar acerca de las palabras: hipocondrio, hipocondría e hipocondríaco. Comencemos definiendo Hipocondría. Según el diccionario médico, es un trastorno que consiste en la existencia de un miedo debido al convencimiento de padecer una enfermedad importante, basándose la persona en una mala interpretación de los síntomas somáticos que cree tener, que lo conducen a la demanda continua de consultas, pruebas diagnósticas y tratamientos, que resultan normales, a pesar de lo cual persiste en la idea . Entonces, hipocondríaco es quien sufre este padecimiento. Podemos ampliar el concepto de Hipocondría acudiendo a la definición del Diccionario de la Real Academia Española: "Afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud" .¿Cuál es la relación de estas palabras con el tema tratado en el artículo anterior, es decir, con el bazo? Repasemos lo que acabamos de anotar: la Hipocondría es una afección con tristeza habitual y preocupación por la salud. El bazo, como dijimos, ha sido relacionado en toda la historia antigua de la 34


Medicina con la idea de melancolía, de estados depresivos, de malos pensamientos acerca de los estados de salud, y ¿dónde se encuentra alojado el bazo? Por lo que sabemos de la anatomía topográfica, se ubica en un sector de la cavidad abdominal denominado hipocondrio. De allí, a relacionar sus términos y etiología, hay solo un paso. Hipocondrio es un sector anatómico localizado a ambos lados del epigastrio; a derecha, aloja al hígado, a izquierda, al bazo. Deriva de las palabras griegas: υπο (hipo): debajo de, χονδρος (jondros): cartílago .Según el diccionario español etimológico, hipocondríaco (del griego υποχονδριακος (hipocondriacos) significa que tiene dolor en la zona del hipocondrio, y así también lo denominó Galeno, aproximadamente en el Siglo II D.C. Pasó al latín como hypocondriacus y así apareció en el castellano medieval, y obsérvese que en uno de sus ejemplos, Galeno lo une al μελαγχολικος (melanjolikós) griego, asociación que recoge el sentido moderno, actual, de esta palabra. De modo que podemos recoger así la asociación entre los significados de bazo, esplín, melancolía e hipocondría Esplín nos llega del inglés spleen, "bazo" con el significado de "tedio vital".

Referencia: Ávila Aranda MD. Enfermos Imaginarios: la Hipocondría. Madrid (España): Edit. Océano, Ramos Ríos RR, Espiño Díaz I, Javier D, Moríñigo JD, Varela Casal P, García Mahía M. Hipocondría: Nosología y modelos explicativos Hillman J. Pan y la pesadilla: imagen y mito. Barcelona (España): Edit. Atalanta, 2007 Gotta C, Buzzi A, Suárez MV. Siringomielia y otras etimologías mitológicas. Rev Arg Radiol

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Pablo De Egina (625–690) o Paulus Aegineta: Fue un médico bizantino del siglo VII famoso por una enciclopedia médica Epitome, Hypomnema o Memorandum, en siete volúmenes que recogen los conocimientos de medicina, cirugía y obstetricia de la época. Entre sus aportaciones destacan la descripción de los pólipos nasales o del líquido sinovial de las articulaciones, y describió algunas técnicas quirúrgicas novedosas, como la resección de costillas. Fue capaz de resumir el conocimiento medico de los antiguos dando un imagen fiel de la situación de la cirugía dental de su tiempo. Dio detalles de cómo realizar una extracción, explicó el uso de las limas para rebajar los dientes que sobresalieran del nivel de los otros. Probablemente fue el primero en escribir sobre la necesidad de limpiarse las piezas dentales. Durante muchos años este compendio se empleó como manual fundamental para el aprendizaje de la medicina. El sexto libro, dedicado a la cirugía, tuvo una especial repercusión en Europa y el mundo árabe durante toda la Edad Media. La obra completa original fue publicada en griego en Venecia en 1528, y posteriormente en Basilea en 1538.

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Guy de Chauliac: (1300-1368) Fue el personaje más importante de los siglos XIV Y XV en el campo de la cirugía. Estudió medicina en Toulouse y Bolonia, prefirió la cirugía, recibiendo su entrenamiento de Henri de Mondeville, cirujano de Felipe IV el Hermoso y profesor de anatomía en el Hospital del Espíritu Santo de Montpellier. En el año 1343, Chauliac escribió su gran trabajo “Inventorium Chirurgicalis Medicinae”, que pronto se convirtió en el principal trabajo quirúrgico de su tiempo, siendo traducido a varios idiomas en copias manuscritas. En él se analiza la anatomía de los dientes y su erupción, también recopiló las enfermedades a que están sujetos los dientes: dolor, corrosión, congelación, “dentera” y aflojamiento. Sus curas las dividía en dos categorías; universales y particulares. Las curas universales consistían en seguir las reglas de la higiene, el uso de pugnantes, sangrías de las venas cefálicas o sublinguales, ventosas, fricciones, escarificación y el tratamiento de alteraciones mentales. En sus escritos analizaba la anatomía y erupción de los dientes. También citaba enfermedades dentales tales como dolor, corrosión y aflojamiento. Fue muy breve en su análisis sobre prótesis dental, solo mencionaba materiales utilizados para rellenar cavidades, más no la explicación de cómo aplicarlas. De su tratado sabemos que se usaban fármacos en los pacientes para evitar dolor durante las operaciones. 37


Sus aportaciones quedaron vigentes durante algún tiempo, sus sucesores solo fueron añadiendo pequeños aportes. Señaló que la caries tenía tres fases; producción de dolor, producción de dolor sin estímulo externo y flemón, Sus reglas de higiene oral eran muy precisas: 1.- Evitar la comida que se pudre con rapidez 2.- Evitar la comida o bebida demasiado caliente o fría, evitando especialmente ingerir comida extremadamente fría después de otra demasiado caliente, y viceversa. 3.- No morder cosas demasiado duras. 4.- Evitar comidas pegajosas, como los higos y dulces a base de miel. 5.- Evitar ciertas comidas conocidas por ser malas para los dientes (su ejemplo eran los puerros). 6.- Limpiar los dientes con suavidad con una mezcla de miel y sal quemada a la cual se le ha añadido un poco de vinagre. Las curas de categoría “particular”, repite muchos de los remedios mencionados por los escritores árabes. Además, recomienda el lavado de los dientes careados con cocimientos de vino y menta, pimienta u otros agentes, y el empaste posterior de las cavidades con polvo de agalla, alfóncigo, mirra, alcanfor o cualquiera otra sustancia de una lista interminable. Recomendaba el uso de astringentes y otros agentes para fortalecer dientes flojos, sugiriendo que si caen pueden ser reemplazados por otros dientes humanos o dientes artificiales, construidos de hueso de ganado y sujetado en su lugar con alambre de oro. 38


Albulcasis estaba en contra de la costumbre de los barberos de realizar peligrosas operaciones en los dientes. Sin embargo, Chauliac proponía que estas operaciones eran propias de los barberos y “dentatores” (primera vez que se utiliza este término para referirse a un grupo específico de personas) y debían ser supervisadas por algún doctor. Los barberos, estos actualizados profesionales, ofrecían un completo abanico de servicios Odontológicos. Gracias al tratado de Chauliac, se puede saber que los cirujanos de esos tiempos ya usaban fármacos (tales como el opio, la hiosciamina, raíz de mandrágora, la hiedra y la cicuta) para evitar el dolor de sus pacientes durante las operaciones.

Los Sucesores de Chauliac Bernardo de Gordon (1250 Gourdon-1330 Perpiñán) Fue un médico de la región de Occitania (sur de Francia), profesor de medicina en la Universidad de Montpellier a partir de 1285 quien introdujo la teoría del aflojamiento de los dientes, tomado de un médico inglés, escribió sobre las causas internas y externas de las molestias en los dientes aproximadamente en 1285.

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Entre sus principales observaciones están: comer alimentos calientes y después otros fríos; romper comida dura con los dientes; mala higiene oral y el frote vigoroso de las encías Este médico occitano, profesor de medicina en la Universidad de Montpellier a partir de 1285. En 1296 escribió el trabajo terapéutico, “De diciem ingeniis seu indicationibus curandorum morborum.” En 1303, mencionó el uso de anteojos como una forma de corregir la hipermetropía.

1480 Pietro D’Argelata Aparte del legado de sus escritos, Chauliac enseñó a un buen número de estudiantes, entre los cuales el más distinguido, quien publicó su propia “Cirugía” en Venecia , un tratado de 6 volúmenes en el que las enfermedades y tratamiento de los dientes ocupan parte importante. No aportó muchas cosas nuevas, se basó mucho en el conocimiento de Chauliac, pero ayudó a sentar las bases del ejercicio de la odontología.

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1483 Giovanni Arcolani, Escribió un tratado llamado “Cirugía practica” en Venecia, en el que se ocupó por extenso de la odontología. Repitió en gran parte los consejos de Chauliac, pero su importante posición frente a los historiadores se debe a que con el fin de complementar sus explicaciones sobre la extracción de muelas, las ilustró con los instrumentos de uso más frecuentes en esas operaciones, tales como el “pelícano”, y también, aún más significativo es un pasaje sobre las muelas careadas, donde al final de un largo párrafo sobre empastes menciona el “pan de oro”, de modo que constituye el primer documento del uso del oro para empastes de dientes enfermos.

1514 Giovanni Da Vigo (1460 – 1525) En El Tratado Quirúrgico “Practica Copiosa In Arte Chirurgica” Donde, Se Vuelven A Encontrar Referencias Específicas A La Forma En Que Las Muelas Careadas De Llenaban De Oro. “La Corrosión Tiene Lugar En Las Muelas A Través De La Podredumbre Con A Aguda Y Maligna Humedad Que Crece Y Las Come. 41


Se puede eliminar la corrosión con trepanadores, limas y otros instrumentos adecuados, llenando después las cavidades con hojas de oro” en su ya nombrado libro “La Practica copiosa in arte chirurgico” (1514), fue uno de los primeros de los que encontramos referencias específicas al tratamiento de los dientes cariados, después de limpiar la cavidad, las obturaban con láminas de oro (inicios de la orificación). Da Vigo, reconoció la importancia de unos dientes sanos para el bienestar psicológico y fisiológico humano: “Los dientes sirven para aparentar gentileza, para masticar carne, y para pronunciar bien, y por lo tanto deberán curarse con toda diligencia”. Recomendó mantener una buena higiene bucal. También especificó en detalle cómo debía rascarse el sarro de las muelas. Tanto como Chauliac, D’Argelata, y Arconali, debe ser recordado como algunos de los pioneros de la Baja Edad Media que contribuyeron al proceso de la cirugía, de la cual nació la moderna profesión de dentista.

Formas del ejercicio en la Época Medieval Para la población laica, la odontología era bastante rudimentaria y, con frecuencia, los itinerantes realizaban extracciones de un pueblo a otro. Se aconsejaba: Tomar algunos tritones, por algunos llamados lagartos, y también con desagradables escarabajos que se encuentran en los pantanos durante el verano, los calcinaban en una olla de hierro y hacían un polvo del esto mismo. Mojando el dedo índice de la 42


mano derecha, lo insertaban en el polvo y se lo aplicaban en la zona diente con masajeándolo, para luego escupirlo, así el diente se caerá sin dolor. Los ricos a menudo se les proporcionaba un cuidado dental mejor y más especializado. Durante la Edad Media, se usaba una esponja con jugo de papel de amapola blanca , mandrágora, cicuta y hiedra (White Poppy Papever Somniferum Juice, Mandrake, Hemlock y hiedra) como forma de anestésico y es posible que los dentistas la usaran. El sangrado e infección posteriores a la extracción a menudo causaron problemas.

En la imagen vemos un detalle de una ilustración francesa de 1470 que muestra una extracción dental.

El texto de Roger Frugard analiza el cáncer oral y recomienda que en las etapas agudas se puede curar cortando la carne normal alrededor del cáncer, cauterizando la herida y luego sellándola con yema de huevo antes de lavarla con vino. Después de tres días, la herida debe ser frotada con alumbre antes de aplicar una loción hecha 43


de vino y miel e infundirse con las raíces de la hierba Mullein, Madreselva, Granada y Jengibre. El texto de Guy de Chauliac enumera los elementos que un dentista debe tener. Incluyen: Enjuagues bucales, gárgaras, masticatorios, unciones, frotaciones, fumigaciones, cauterizaciones, rellenos, limaduras y las diversas operaciones manuales, y deben contar con los instrumentos adecuados: raspadores, escofinas, espátulas rectas y curvas, ascensores simples y con dos ramas. Pequeñas focas, dientes de trufas, limas, tentáculos dentados y muchas sondas. Reconoció la presencia de sarro que lo llamó limosity endurecido o limyness. Sugirió el uso de raspadores y espátulas como un medio para eliminar manualmente el sarro.

Prótesis Dentales Guy de Chauliac se refiere a los dientes falsos hechos de 'o mener menis teeþ (más o menos dientes) o de un hueso de Kowes' (huesos de una vaca). Si se aflojan los dientes, aconseja que se sujeten a los sanos con una cadena de oro. Si los dientes se caen, pueden reemplazarse por los dientes de otra persona o por dientes artificiales hechos de hueso de buey, que pueden fijarse en su lugar por una fina ligadura de metal Él dice que tales dientes pueden ser útiles por un largo tiempo. Paul B Newman, autor de La vida diaria en la Edad Media afirma que los casquillos de oro se utilizaron ya en el siglo XV. Un artículo 44


publicado en el British Dental Journal muestra que la literatura del siglo 12-14 hace referencia a la creación de dientes falsos. Una conferencia dada en el PHS en mayo de 1993 por el Dr. David Brown, Director del Departamento de Ciencia de Materiales Dentales, Escuela de Odontología UMDS, Hospital de Guys, Londres, declaró que: Históricamente, se ha utilizado una amplia gama de materiales para las bases de prótesis, como piedra, madera, concha, hueso, cuerno, marfil y metal. Los romanos utilizaron hueso y marfil (del hipopótamo), incluidos los dientes naturales en las dentaduras postizas y posteriormente los dientes de marfil y porcelana posterior. Sin embargo, parece que no hay registros de esta tecnología en uso en la Edad Media, por lo que no se sabe si estos métodos fueron conocidos y empleados o no Johannes Arculanus, profesor de medicina y cirugía en Bolonia desde 1412 hasta 1427, es el primero que sabemos que menciona el llenado de cavidades con oro. Referencia Rosalie Gilbert Medicina racional y espagírica.

Dato importante a tener en cuenta: A la introducción del azúcar en Europa y la popularización de su consumo en el siglo XVII, se asoció un inevitable incremento de las caries, sumándose a la preocupante ausencia de higiene y los múltiples problemas dentales característicos de la época. Como consecuencia lógica de esta situación, y con un fin orientado claramente a la estética dental y no a la salud (sus usuarios se quitaban las prótesis generalmente para comer) 45


LA ODONTOLOGÍA MEDIOEVAL EN EL MUNDO CRISTIANO San Isidoro, Personalidad Medieval en el cristianismo Posiblemente su mejor representante teórico, ya que nunca fue médico, fue San Isidoro, obispo de Sevilla, nacido en el 560 y muerto en 636. Era culturalmente un hispanoromano, aunque de origen visigodo, es un bárbaro romanizado que, pese a toda leyenda, no destruyó, sino que reedificó una Europa romano-germánica de la cual procedemos los argentinos e hispanoamericanos. Nació en Cartagena, España el año 556. Su padre llamado Severiano, nacido en Cartagena, probablemente era de una familia romana, pero estaba emparentado con los reyes visigodos. (Santopedia)- Isidoro o Isidro de Sevoña era el menor de cuatro hermanos. Sus dos hermanos, Leandro y Fulgencio también llegaron a ser santos. Su hermana Santa Florentina, fue abadesa de varios conventos. Su hermano Leandro que era mucho mayor que él, se encargó de su educación porque quedaron huérfanos siendo Isidoro un niño. Probablemente lo envió a un monasterio para seguir estudiando. Isidoro llegó a ser uno de los hombres más sabios de su época, aunque al mismo tiempo era un hombre de profunda humildad y caridad.

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Fue un escritor muy leído. Se lo llamó el Maestro de la Edad Media o de la Europa Medieval y primer organizador de la cultura cristiana. La principal contribución de San Isidoro a la cultura, fueron sus Etimologías u Orígenes, una “Summa” muy útil de la ciencia antigua condensando, más con celo que con espíritu crítico los principales resultados de la ciencia de la época, siendo uno de los textos clásicos hasta mediados del siglo XVI. También fue un escritor muy fecundo: entre sus primeras obras está un diccionario de sinónimos, un tratado de astronomía y geografía, un resumen de la historia desde la creación, biografías de hombres ilustres, un libro sobre los valores del Antiguo y del Nuevo Testamento, un código de reglas monacales, varios tratados teológicos y eclesiásticos y la historia de los visigodos, que es lo más valioso en nuestros días, ya que es la única fuente de información sobre los godos. Además, escribió historia de los vándalos y de los suevos. San Isidoro fue como un puente entre la Edad Antigua que terminaba y la Edad Media que comenzaba. Su influencia fue muy grande en Europa, especialmente en España. Entre sus discípulos está San Ildefonso de Toledo. Probablemente ayudó a su hermano Leandro, obispo de Sevilla a gobernar la diócesis. Le sucedió en el cargo cuando murió. Su episcopado duró treinta y siete años, bajo seis reyes, completó la obra comenzada por San Leandro, que fue de convertir a los visigodos del arrianismo al catolicismo. 47


Su principal preocupación como obispo fue la de lograr una madurez cultural y moral del clero español. Fundó un colegio eclesiástico, prototipo de los futuros seminarios, dedicándose personalmente a la instrucción de los candidatos al sacerdocio. Como su hermano, fue el obispo más popular y autorizado de su tiempo. Continuó la costumbre de su hermano de arreglar las cuestiones de disciplina eclesiástica en los sínodos, cuya organización se debió en gran parte a San Leandro y San Isidoro. San Isidoro presidió el segundo Concilio de Sevilla en 619, y el cuarto Concilio de Toledo, en 633. Muchos de los decretos del Concilio fueron obra de San Isidoro, especialmente el decreto que se estableciese un seminario en todas las diócesis. Su sistema educativo era abierto y progresista, propuso un sistema que abarca todas las ramas del saber humano. San Isidoro colecciono códices y obras antiguas, reuniendo una vasta biblioteca en Sevilla con temas eclesiásticos, de latinidad clásica, tratados profanos, ciencias naturales y cosmografía consejero del Reino Visigótico de España, también fue docente y en su escuela se educaron San Braulio de Zaragoza y San Ildefonso de Toledo, entre los sabios del tiempo, además de varios reyes y príncipes. La dispersión de su obra, en particular las “Etimologías”, es enorme en el mundo medieval; puede ser considerado el último alumno de la Antigüedad y el primer maestro del Medioevo.

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El pensamiento de San Isidoro influye hasta el siglo XII y sus “Etimologías”, primera enciclopedia occidental, darán origen de las enciclopedias carolingias y otonianas. (dinastía de los reyes Oton I-II-III que gobernaron Alemania y norte de Italia).El pensamiento isidoriano: se basa en dos principios fundamentales: - la “ordinatio ad unum” y la “universitas”. La “ordinatio ad unum” es consecuencia teológica de admitir un Dios creador. El teocentrismo incipiente en Séneca y en algunos estoicos, se cristianiza con San Agustín y aparece en plenitud con San Isidoro: todo procede de Dios y todo regresa a Dios. La universitas es consecuencia de la anterior: la universalidad es característica del Hombre por esta imagen y semejanza de Dios. Cuando San Isidoro aplica este esquema de pensamiento a las ciencias surgen las vocaciones sistemáticas y de ahí el carácter de sistema coherente, lógico y jerarquizado que presenta la obra del obispo de Sevilla y que quedará como herencia para el pensamiento medieval y aún moderno: en las ciencias aplicadas buscará e enunciado de verdades de validez universal, y, en la ciencia histórica, una visión integral del pasado humano. Así las Etimologías son un muestrario de ciencias: parte de lo teológico, que lo lleva a la naturaleza, y está nuevamente a Dios. Esta estructura de pensamiento, su concepción del saber, su orientación pansofista, su estima por el clasicismo irrumpe en toda Europa: en el siglo VII Beda el Venerable, lo manifiesta en Inglaterra; en el siglo IX usan sus obras la escuela de Tours y diversas escuelas 49


alemanas; en el siglo XI la hace Gilberto de Orleáns, preceptor del Emperador Otón III. Entre los siglos XII y XIV San Isidoro ya no es autoridad suprema, sin embargo, su obra es citada por Vicente de Beauvais, Santo Tomas de Aquino, Honorio de Autún, Alfonso X el Sabio, el Marques de Villena y Dante Alighieri. Acerca de la medicina medieval, dejemos que San Isidoro nos hable de ella:” la medicina es una segunda filosofía porque entre las dos abarcan a todo el hombre, pues, así como aquella cura (cuida), el alma, ésta cura (cuida) el cuerpo”. En la medicina concurren todos los saberes de la época: “El medico debe conocer la gramática para poder entender y exponer lo que lee; la retórica, para convencer; la dialéctica, para curar e investigar las causas de la enfermedad; la aritmética, para saber en qué tiempo sobrevienen los accesos (Hipócrates); la geografía, para darse cuenta del clima y las regiones; la música, porque actúa fuertemente sobre el ánimo del enfermo y, finalmente, la astronomía, porque el cambio del tiempo y de los astros influyen en nuestro cuerpos”, (San Isidoro distingue entre astronomía y astrología y, dentro de esta, una astrología natural y otra supersticiosa). En nuestro siglo de alta especialización, cabe decir tal cual, lo proponía San Isidoro en su tiempo, se le debiera exigir lo mismo al actual odontólogo.

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Terminología Odontológica usada por San Isidoro San Isidoro consigna tres métodos: la dietética, por el régimen de vida; el quirúrgico, por “la operación de manos”, y el farmacéutico, por medio de medicinas. El odontólogo usa más habitualmente el segundo, que es “la incisión por medio de instrumentos, pues cuando el enfermo no se alivia por medicinas es preciso acudir a los instrumentos”. VOCABULARIO EN ANATOMIA: siguiendo el método de San Isidoro usamos el vocabulario de la época para conocer la anatomía medieval, se incluyen solo los términos que hacen a la odontología pues el vocabulario medico es mucho más amplio. Caput_cabeza: la parte principal del cuerpo; en ella tienen origen todos los sentidos y nervios del cuerpo y es la más genuina representación del alma. Facies-rostro: en él aparece lo que es el hombre y por él se toma conocimiento de la persona. También se del da el nombre de vultus, porque expresa la voluntad; cuando se dice facies, es el aspecto natural, cuando se dice vultus se dan a entender los movimientos del pensamiento. Malae-mejillas: son las partes más salientes, debajo de los ojos, y están para protección de estos. Maxillas-maxilares: diminuto de malae. Os-boca: viene de ostium puerta por donde entra la comida y salen las palabras. Labios: viene de “lambendo”, mamar. 51


Dientes: del griego “odontes”. Los primeros se llaman “praecisores” (incisivos), porque corta; los siguientes se llaman caninos, dos en las mandíbulas izquierdas y dos en las derechas (nótese que la observación del cráneo se hace en relación con su simetría axial). Se llaman así a semejanza de los perros, porque los hombres quebrantan con ellos lo que los incisivos no pudieron hacer (nótese el cambio que significó la aparición de los cubiertos, inexistentes en la maesa medieval y a la cual llegaban las carnes apenas trozas). Son llamados por el vulgo “colmillos”. Los últimos son los molares, porque reciben la comida cortada y quebrantada y la muelen con ayuda de la lengua. San Isidoro cae en el tradicional error de suponer que los varones tienen más piezas dentarias que las mujeres. Continuando… Gingival-encías: engendran los dientes y sirven de armamento a los mismos. Paladar: se llama “palatum” porque esta puesto arriba como cielo. Fauces: “a fundendi vocibus”, porque en ella se forman las palabras, la lengua es la que diferencia los sonidos. Mentón: dicho así porque se pensaba que allí se unen las mandíbulas. Pulpa: carne sin grasas que palpita (se consigan como curiosidad pues no se refiere a la dentaria). Ossa-huesos: son la firmeza del cuerpo. En la boca están de manifiesto (como soporte de los dientes) y mucosas y el resto están cubiertos por la piel. 52


Terminología del Instrumental Odontológico También los enunciamos aquí por orden alfabético y solo los que se refieren al uso odontológico. Acantábolos: instrumento recomendado para exodoncia, previa sindesmotomía, por Pablo de Egina, contemporáneo de San Isidoro. Cauterio: Metal calentado al rojo vivo. Cutícula: mortero pequeño, de materia muy fina, para preparar colirios. Enchiridion: caja de instrumentos. Flebotomun: Lanceta, Scalpellus, (varios tipos) Sirve para incisiones para sangrías Forcipes: tenazas, fórceps. Mortero: sirve para triturar semillas y preparar tisanas. Viene de mortarium pues también se usaba para machacar los preparados oleosos para embalsamar cadáveres. Oro Grattea: oro en láminas muy finas, para orificaciones. Piedra de menfis: ópalo. Triturada y mezclada con vinagre se aplica como anestésico local. Scalprus: su diminutivo es scalpellus (bisturí). Sirve para tallar oquedades. Spatha: instrumento ancho para mezclar medicinas, de allí viene espada y espátula.

TERMINOLOGÍAS DE LAS PATOLOGÍAS 53


Hemoptisis: emisión de sangre por la boca. Oscedo: ulceraciones de la boca. Fresnúsculo: ulceras de las comisuras de los labios. Fistula: conducto por donde se arrojan líquidos al exterior (previesen del vocabulario arquitectónico). Sarro dental: sedimento por precipitación de minerales de la saliva en la superficie de los dientes (tártaro dental) Épulis: excrecencia carnosa de las encías. Parulia: absceso de las encías.

Anécdotario cristiano “Santa Apolonia” Patrona de la odontología. Sus oraciones estaban destinadas a curar los dolores derivado de afecciones dentales. Santa Apolonia es invocada popularmente contra el dolor de muelas debido a los tormentos que tuvo que soportar. Está representada en el arte con pinzas en las que se sostiene un diente. En la Edad Media solía decirse que cuando se padeciera un dolor de muelas se rezara y rogara a Santa Apolonia y seguro el dolor desaparecía. Apolonia fue una mártir cristiana que murió en Alejandría (Egipto) a mediados del siglo III (249 d.C..), durante un levantamiento local

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contra los cristianos. Antes de morir quemada en la hoguera, fue martirizada con la mutilación violenta de sus dientes (a palos) y por ello está considerada la patrona de la odontología. Los historiadores cristianos han escrito que en los últimos años de mandato del emperador Filipo el Árabe (entre 244 y 249 d.C..), durante las festividades para conmemorar el milenio de la fundación de Roma, la furia de la muchedumbre alejandrina se convirtió en ira, y se cometieron sangrientas atrocidades contra los cristianos que las autoridades no se esforzaron por detener. Dionisio, el obispo de Alejandría (247-265 d.C..), relata los sufrimientos de sus feligreses en una carta dirigida a Fabio, el obispo de Antioquía; algunos largos extractos de la carta se han preservado en Eusebius Historia Ecclesiae. en sus originales Dionisio dice: En ese tiempo Apolonia, una doncella cristiana que acostumbraba a difundir entre las gentes su fe. Era considerada una personalidad peligrosa para esos tiempos. Por esto las turbas enardecidas la tomaron y con gran ferocidad con tenazas y a golpes de palos le quitaron sus dientes. Entonces amontonaron sus palos y, encendieron una hoguera afuera de las puertas de la ciudad, amenazando con quemarla viva si ella se negaba a repetir palabras impías, como blasfemias contra 55


Cristo o invocaciones a dioses paganos. Ante la disyuntiva en mancillar su fe cristiana, saltó decididamente a la hoguera prefiriendo inmolarse dignamente. Hoy es venerada por la comunidad cristiana como “Santa Apolonia Patrona de la Odontología”, el 9 de febrero, día de su muerte. En Europa se celebra también como el Día del Odontólogo.

Oración a Santa Apolonia: “Bendita Santa Apolonia, que por tu virginidad y martirio merecisteis del Señor ser instituida abogada contra el dolor de muelas y dientes: te suplicamos fervorosos intercedas con el Dios de la misericordia para que esta criatura "xx. xx." sea sanada. Señor, concede la súplica que te dirigimos. Amén.”

Santa Apolonia: Otra Versión de su Historia Santa Apolonia, que se festeja cada 9 de febrero por los dentistas españoles como su patrona, no goza de mucha aceptación general entre los devotos a juzgar por la poca presencia que la mártir tiene en el callejero urbano. Solo se conocen siete poblaciones españolas que le rinden homenaje en una de sus calles: Avilés (Asturias),

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Cariño (A Coruña), Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Cáceres, Soria, Madrid e Higuera de Vargas (Badajoz). Y en los dos últimos casos, y aquí viene lo sorprendente, como Santa Polonia; sin la A. Santa Polonia, según Francisco de Zurbarán. Esta es solo una de las muchas incógnitas, cuando no contradicciones, que rodean la vida y obra de esta mujer del siglo III (200 – 249), como su representación iconográfica de joven cuando a su muerte era de avanzada edad (49 años para la época no eran pocos, aunque no una anciana, como la definió Dionisio), la personalidad de los padres, el método utilizado por sus torturadores para dejarla sin dientes o cómo fue muerta finalmente.

Origen del nombre Apolonia Según algunos historiadores, el nombre de Apolonia procede de las mismas raíces que Apolinar, es decir, de Apolo, divinidad grecoromana que, curiosamente, era padre de Asclepio (Esculapio para los romanos), dios de la Medicina. Sin embargo para otros estudiosos de las etimologías Apolonia procedería del vocablo griego apól.lymi, que significa destruir, o los hay incluso que apuestan por el vocablo alemán Apfel, manzana. No cabe duda de que el origen más probable sea el del dios Apolo, pues algunos de estos historiadores apócrifos aseguran que el padre de la santa era un ferviente adorador de esa divinidad pagana. Y aquí surge una nueva divergencia, pues otros testimonios, no menos apó-

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crifos que los anteriores, aseguran que había sido bautizada muy pequeña (otros dicen que a los 16 años) y educada en la fe cristiana por sus padres. Hasta tal punto tuvieron efecto esas prédicas paternas que, desde joven, Apolonia quiso renunciar de forma voluntaria al matrimonio y mantenerse virgen para dedicar su vida a Jesús, llegando incluso a ser diaconisa, es decir, una mujer consagrada o bendecida para ejercer determinados ministerios en las iglesias cristianas, cargo religioso existente en esa época, (tipo monja) lo que la llevó a predicar la religión cristiana, motivo de martirio por la que sus torturadores comenzaron por romperle los dientes.

Vida y Muerte Como muchas otras historias del martirologio cristiano, la de Santa Apolonia no está exenta de curiosidades y, también, de lagunas. Vacíos en una biografía más justificados tal vez en este caso por tratarse de una santa nacida en Alejandría, en el siglo III de nuestra era, cuando Egipto era una provincia ulterior del Imperio Romano, que comprendía la mayor parte del actual territorio egipcio, a excepción de la península de Sinaí. Se trata, pues, de una santa cristiana copta ( se dice de religiosos descendientes de egipcios que se unieron al cristianismo), que fue muerta en el transcurso de un cruento levantamiento local contra los seguidores de Cristo a cuenta de la celebración del milenio de la fundación de Roma, en época del emperador Filipo el Árabe.

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Un agorero con influencia entre la plebe predijo graves penas y calamidades para la ciudad de las que culpaba a los cristianos. De los desmanes cometidos contra los pobres coptos se hizo eco Dionisio, a la sazón obispo de la ciudad, quien, en una carta dirigida a Fabio, su homólogo de Antioquía, le relataba la furia desplegada por los alejandrinos paganos hacia sus conciudadanos monoteístas, cometiendo atrocidades que en ningún caso intentaron detener las autoridades. Aparte del saqueo de numerosas viviendas cristianas, entre otras crueldades, Dionisio cuenta cómo fueron asesinados Metras (o Metro o Metrius) y Quinta (o Cointa), convertidos así en los primeros mártires cristianos de esta persecución alejandrina, al negarse a adorar a los ídolos paganos y a apostatar de su religión. El anciano Metras fue azotado y le clavaron estacas en los ojos antes de morir lapidado, y Quinta, que lejos de rendir pleitesía a los ídolos paganos los insultó, fue arrastrada por los talones hasta las afueras de la ciudad y una vez allí murió lapidada. También se recogen las circunstancias de la muerte de un tal Serapión, que fue torturado en su casa antes de ser arrojado desde una azotea. El apartado que Dionisio dedica en su carta a la patrona de los dentistas fue objeto de controversia entre los propios cristianos al reconocer en su forma de morir una incitación al suicidio. La cosa, según Dionisio, fue como sigue: «En este tiempo Apolonia era considerada importante ya por su apuntada condición de diaconisa, es decir de catequista y predicadora. Estos hombres la agarraron también y con repetidos golpes rompieron todos sus dientes. Entonces amontonaron palos y encendieron una hoguera afuera de las puertas de la ciudad, amenazando con quemarla viva si ella se negaba a repetir, después 59


de ellos, palabras impías, como blasfemias contra Cristo o invocación a dioses paganos. Por su petición propia, fue entonces ligeramente liberada, saltando rápidamente en el fuego, quemándose hasta la muerte».

Otras Imágenes De Santa Apolonia

Versión de Guido Reni sobre el Martirio de Santa Apolonia: colección particular (h. 1606)

Santa Apolonia, según

Reliquia diente de Santa Apolonia expuesto en la catedral de oporto (Portugal).

Santa Apolonia Poesía “Marfil y Oro”

Versión de Guido Reni sobre Santa Apolonia en oración: Museo del Prado(1600-1603)

Talla polícroma de Santa Apolonia

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LA ODONTOLOGÍA MEDIEVAL EN EL MUNDO ISLÁMICO El islamismo en la historia de su desarrollo odontológico ha estado siempre vinculado a la cultura occidental cuyo contacto ha servido para el progreso de ambas culturas. Aquí en esta imagen se ve a un dentista persa del siglo VIII que se dedica al arte de una extracción dental. El grabado reflejado en esta imagen, que se tomó de un pasaje que se encuentra en el Corán, muestra la necesidad de ser amable con sus semejantes. Fue a partir del año 1.013 cuando los avances científicos de la odontología y de la medicina comenzaron a evidenciarse mundialmente Los árabes, surgidos como gran potencia política en el siglo VII, fueron creciendo intelectual y científicamente gracias a su contacto con la Europa cristiana. Si bien hay autores que menosprecian a la cultura árabe considerándola “cultura de rapiña” no puede dudarse de que edificaron una civilización original y propia, distinta y universal. Fueron puente natural entre Oriente y Occidente y sintetizaron ambas modalidades. La medicina islámica participaba también de las bases hipocráticas pues conocieron los textos de los clásicos de la Biblioteca de Alejandría, además de los que recogieron después, en su avance sobre España y la India.


En el siglo VIII invadieron Europa por España y allí se quedaron hasta el siglo XV. Cuando Córdoba se convirtió en sede de un Califa, se incentivaron allí los estudios superiores, tanto de medicina como de otras ciencias. La medicina árabe tiene tres exponentes clásicos y fundamentales para una historia de la odontología: Rhazes, entre los siglos IX y X; Abulcasis y Avicena entre los siglos X y XI. Podemos decir que fueron los árabes los que más avanzaron en el estudio de estas disciplinas. Los califas de Bagdad tradujeron los escritos de Galeno, Aristóteles e incluso Plinio y luego desarrollaron muchas técnicas que luego fueron adoptadas de nuevo en Europa.

El Profeta Mahoma (570-632 d.C): Abū l-Qāsim Muḥammad ibn ‘Abd Allāh ibn ‘Abd al-Muttalib ibn Hāšim al-Qurayšī. Su nombre completo en lengua árabe es (‫ابو القاسم محمد ابن عبد‬ ‫ )هللا ابن عبد المطلب ابن هاشم القريش‬castellanizada como Mahoma. o Mohammed fue el profeta árabe fundador del Islam. y se presentó a sí mismo como el restaurador de la auténtica religión de Abraham. Mahoma concibe una religión monoteísta en la que abundan elementos judeo / cristianos. Nació el 26 de abril de 570 en La Meca (actual Arabia Saudí), Nacionalidad Hiyaz Etnia Árabe (Quraysh) Falleció el 8 de junio de 632 (62 años) en Yazrib (Arabia), hoy en día, Medina, en el Hiyaz

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Fue el fundador del Islam, En lo que respecta a la odontología fue el encargado de introducir los rudimentos de la higiene oral en el mundo árabe. Sus Padres Abd Allah ibn Abd al-MuttalibAmina bint Wahb Sus hijos: Ruqayya bint Muhàmmad, Umm Kulthum bint Muhammad, Fátima az-Zahra. Sus cónyuges poligámicos: Jadiya (595–619), Sawda bint Zamʿa (619–632), Aisha bint Abi r (619–632), Hafsa bint Umar (624–632), Zaynab bint Khuzayma (625–627), Zaynab bint Jahsh (627–632), Juwayriyya bint al-Harith (628–632), Ramla bint Abi Sufyan (628–632), Safiyya bint Huyayy (629–632), Umm Salama Hind bint Abi Umayya (629–632), Rayhana (629–631), Maymuna bint al-Harith (630–632), María al-Qibtiyya (630–632). En la religión musulmana, se considera a Mahoma «el último de los profetas» (jātim al-anbiyā' ‫)خاتم األنبياء‬, el último de una larga cadena de mensajeros enviados por Dios para actualizar su mensaje, entre cuyos predecesores se contarían Abraham, Moisés y Jesús de Nazaret. A su vez, el Bahaísmo lo venera como uno de los profetas o "Manifestación de Dios", cuyas enseñanzas habrían sido actualizadas por las de Bahá'u'lláh, fundador de esta religión. El Corán dispone, entre otras obligaciones, las abluciones rituales 5 veces al día antes de las plegarias; estas consistían entre otras cosas en enjuagarse la boca 3 o 15 veces al día el profeta recomendaba limpiarse los dientes con un siwak que era una

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rama del árbol salvador pérsico cuya madera contiene bicarbonato sódico y otros astringentes que producen efectos beneficiosos en las encías. Otra de las tradiciones atribuidas a Mahoma es el uso del palillo para quitar restos de comida entre los dientes y el masaje de las encías. Cuando usar el Siwak: 1. Cuando los dientes se ponen amarillentos. 2. Cuando cambia el sabor de la boca. 3. En cualquier momento al levantarse de la cama. 4. Antes de rezar. 5. Antes de las extracciones. Antes de su muerte en 632, Mahoma había establecido al islam como una fuerza social, militar y religiosa y había unificado Arabia. Algunas décadas después de su muerte, sus sucesores conquistaron Persia, Egipto, Palestina, Siria, Armenia y gran parte del norte de África, y cercaron dos veces Constantinopla, aunque no pudieron hacerse con ella, lo que les impidió avanzar hacia la Europa del Este. Entre 711 y comienza la conquista árabe, de casi ocho siglos, de la península ibérica, y en 732, cien años después de la muerte de Mahoma, el avance árabe en la conquista de Europa Occidental es detenido en el corazón de Francia en la batalla de Poitiers. Bajo los gaznavíes, el islam se extendió en el siglo X a los principales Estados hindúes al este del río Indo, en lo que es actualmente el norte de la India. La expansión del islam continuó sin invasiones militares por diversas regiones del África y del sudeste de Asia. 64


El islam cuenta actualmente con más de mil millones de seguidores, siendo la segunda mayor religión del mundo, después del cristianismo. No obstante, el número de fieles es difícil de determinar, ya que según la ley islámica la apostasía debe ser castigada con la muerte. La palabra apostasía (renuncia que hace una persona de sus creencias religiosas o políticas y o abandono de su religión o del partido político al que perteneciere) Tiene su origen en dos términos griegos: απο, que significa "fuera de", y στασις, que significa "colocarse". Este hecho puede inhibir a aquellos que manifiestan su identidad religiosa en zonas de mayoría musulmana. (") En idioma griego moderno el término equivalente Αποστασία no siempre implica connotaciones religiosas, como puede verse en el caso de la apostasía de 1965, en un uso no religioso. Hoy en día, la apostasía es reclamada como un derecho por la ciudadanía, como parte integrante del derecho a la libertad de conciencia y a la libertad de culto. Referencias Tomado de Wikipedia Agregamos algunos datos anecdóticos

Similitudes entre El Corán, El Tanaj y La Biblia Según el relato bíblico Dios creo al mundo y después a los seres humanos. El nombre del primer hombre fue Adán. Los descendientes de Adán llegaron hasta Noé, este tuvo un hijo llamado Zen De aquí deriva la palabra semita que literalmente quiere decir descendiente de Zen. 65


Al igual que los judíos los árabes se consideran un pueblo semita. Los descendientes de Zen llegaron hasta Abraham y, desde allí nos encontramos en la tradición del judaísmo y del cristianismo. Abraham se casó con Sara, pero, al no tener inicialmente ningún hijo de ella, tomo por segunda esposa a Agar que le dio un hijo varón Ismael. Al poco tiempo Sara tuvo de Abraham su propio hijo varón Isaac, Según el relato bíblico, Sara contaba con 90 años y Abraham con 100 años en ese momento. Así las cosas, Sara le exigió a Abraham que expulsara a Ismael y a su segunda esposa Agar de la tribu. Aquí se produce la primera divergencia entre los relatos coránicos y bíblicos. Según el Corán, Ismael se dirigió al lugar donde luego se erigió la Meca. Sus descendientes que proliferaron por Arabia se convirtieron en musulmanes, mientras que los de Isaac, partieron de la Mesopotamia a Palestina donde habitaban los hebreos que se convirtieron al judaísmo Los musulmanes creen que La Torá (Al Tawra - ‫ )التوراة‬del Profeta Moisés (Musa - ‫وسی‬ ٰ ٰ ‫ ) ُم‬, los Salmos (Al Zabur - ‫ُور‬ ُ ‫ )زَ ب‬del Profeta David (Dawud - ‫ ) َد ُاو ْود‬y el Evangelio (Injil - ‫ )إنجيل‬del Profeta Jesús (Isa Ibn Mariam - ‫سى ٱ ْب ُن َم ْريَ َم‬ َ ‫)عِي‬, son libros revelados por Dios, pero han sido corrompidos por judíos y cristianos.23 Por ello, el Corán retoma las historias de muchos de los personajes y eventos que aparecen en los libros sagrados de los judíos y 66


los cristianos El Tanaj, ( o Biblia traducida del hebreo al griego por sabios israelitas) y la literatura devocional (Los libros apócrifos y el Midrásh), aunque difiere de estos en muchos detalles. Ciertos personajes

bíblicos,

muy

bien

conocidos,

como Adán,

Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Juan el Bautista y Jesús son mencionados en el Corán como profetas del Islam. Sin olvidar a María (Maryam en árabe), madre de Jesús, quien es nombrada numerosas veces y siempre de manera elogiosa.4 El Corán (del árabe ‫القرآن‬, al-qurʕān,‘laecitación’, [qurˈʔaːn], persa:[ɢoɾˈʔɒːn]),

también transliteratado como Alco-

rán, Qurán o Korán, es el libro sagrado del islam, que según los musulmanes es la palabra de Dios (del árabe Allāh, ‫)هللا‬, revelada a Mahoma (Muhammad, ‫)محمد‬, quien se considera que recibió estas revelaciones por medio del arcángel Gabriel (Ğibrīl ‫)جبريل‬. Durante la vida del profeta Mahoma, las revelaciones eran transmitidas oralmente o escritas en hojas de palmeras, trozos de cuero o huesos, etc. A la muerte del profeta, en 632 d de C, sus seguidores comenzaron a reunir estas revelaciones, que durante el Califato de Uthmán ibn Affán (‫ )عثمان بن عفان‬tomaron la forma que hoy conocemos, 114 capítulos (azoras, ‫)سورة‬, cada uno dividido en versículos (aleyas, ‫)آية‬. El Corán menciona muchos personajes que aparecen en los libros sagrados del judaísmo y el cristianismo (Tanaj y Biblia) y en la literatura devota (por ejemplo, los libros apócrifos), con muchas diferencias en detalle. 67


Los musulmanes creen que el Corán es la palabra «eterna e increada» de Dios. Por ello, su transmisión debería realizarse sin el menor cambio en la lengua originaria, el árabe clásico. El Corán ha sido traducido a muchos idiomas, principalmente pensando en aquellos creyentes cuyas lenguas no son el árabe. Aun así, en la liturgia se utiliza exclusivamente el árabe, ya que la traducción únicamente tiene valor didáctico, como glosa o instrumento para ayudar a entender el texto original. De hecho, una traducción del Corán no se lo considera un Corán auténtico sino una interpretación del mismo. Referencias: ” Las Religiones del Mundo” Hustom Smith 1995

Personajes destacados en la Odontología Islamica 850 Ali Ibn-Sahl Rabban At-Tabari Sobre el año 850, Alí escribió un libro llamado Firdaus al-hikma (“Paraíso de la sabiduría”).donde trata brevemente la Odontología. Este es uno de los más antiguos tratados: , ofreciendo una explicación sobre el origen de los dientes, tratamiento del aliento fétido y recetas de dentífricos. En el siglo X encontramos grandes escritos sobre estomatología producidos por los 4 sabios de la medicina islámica.

Razhes Abu-Bakr Muhammad Ibn-Zakaiya Al-Razi (841-926) Más conocido en occidente como Razhes Al-Razi (en árabe, ‫ابو‬ ‫ بکر محمد بن زكريا الرازی‬Abū Bakr Muhammad ibn Zakarīyā al-Rāzī; en persa: ‫ زكريای رازی‬Zakarya-ye Razi), en latín como Rhazes o Rasis (Rayy, Irán, c. 865-ib., c. 925), fue un médico, filósofo y erudito persa 68


que realizó aportes fundamentales y duraderos a la medicina, la química y la física. Escribió una gran cantidad de libros, más de 184 y artículos científicos, pero por diferentes causas muchos de ellos se han perdido y solo unos pocos han sido traducidos. Uno de ellos el Kitab al-Mansuri, libro dedicado por Razes al soberano persa Al-Mansur (de ahí el nombre del libro). Se dice que es el primer libro que estudia en detalle la anatomía dental, identifica correctamente los dientes uno por uno (individualmente) y a la vez el funcionamiento de la mandíbula quizás el primer libro de todos los tiempos que detalla la anatomía dental. Rhazes es una autentico clínico y describe métodos de diagnóstico afirmando que la terapéutica dental debe estar vinculada a la causa que puede ser genérica o específica. Es específica cuando radica en los dientes, encías o raíces. Es genérica cuando depende de la salud general del cuerpo y es necesario analizar su procedencia. Relacionó las gingivopatías con trastornos intestinales; prefiere la dieta a la medicación; distingue el nervio lingual del recurrente especificando que, del lado derecho, podría ser doble. Otro de sus libros: Kitab al-hawi o libertcontinens (Recopilación). Es su mayor trabajo consiste en una selección de Trabajos clásicos a los cuales Razhes añadió sus propias observaciones y la de sus contemporáneos. Razes recomendaba una gran variedad de remedios los cuales resultaban ser ineficaces, como: Instilación de varias tinturas en los oídos, para prevenir el dolor de muelas. Cauterización al rojo vivo de

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la vía cánula o tubo y en la fumigación y aplicación de aceite hirviendo para tratar los dientes careados. Desaconsejaba firmemente la extracción de piezas dentales y cuando esto ya era inevitable sugería aplicar primero paste de arsénico alrededor del diente para aflojarlo. El mismo Mahoma hacia el año 570 introdujo los rudimentos de la higiene oral en el mundo árabe. Recomendaba limpiarse los dientes con una Siwak, una rama que contiene bicarbonato sódico y ácido tánico, además de otros elementos beneficiosos para las encías

Albucasis (936 - 1013) Abu-al-Qasim Khalaf ibn’ Abbas alZahrawi nacido en Córdoba el año 936, fue el medico más grande del califato de occidente. Estudio en la universidad de Córdoba y más tarde impartió clases, fue el médico personal de Hakam II. Médico de Sevilla, dedica parte de su obra sobre medicina a las fracturas y luxaciones dentarias, para las cuales menciona las ligaduras “en ocho” de Hipócrates. Explica métodos reductores témporo/madibulares, de fractura de mandíbula y métodos de contención. En cirugía estomatológica explica la intervención del labio leporino, la necesidad de la completa enucleación de los épulis, de la cauterización en casos de recidiva y solución quirúrgica de la ránula sublingual. 70


Por todo esto le llevaron a ser considerado el gran exponente de la cirugía dental de la época. En su libro aparecen las primeras descripciones de instrumental odontológico. En el año 1.013 d.C. cuando los avances médicos del médico y científico andalusí Albucasis le llevaron a ser considerado el gran exponente de la cirugía dental de la época. Pero en occidente el conocimiento siguió escondido en los monasterios, cuyos monjes ejercían en secreto la profesión odontológica. Cuando una orden papal prohibió el ejercicio de actividades relacionadas con la salud, los barberos tomarían el lugar dejado por los monjes a este respecto Entre el período de conocimiento dental griego y la Edad Media, podemos decir que fueron los árabes los que más avanzaron en el estudio de la disciplina. Los califas de Bagdad tradujeron los escritos de Galeno, Aristóteles e incluso Plinio y luego desarrollaron muchas técnicas que luego fueron adoptadas de nuevo en Europa Una de las curiosas diferencias entre el mundo musulmán y el cristianismo está en el que el odontólogo cristiano trabajaba con el paciente sentado enfrentándolo lateralmente, mientras que el musulmán toma su cabeza entre las rodillas para inmovilizarle, En el Siglo X, Abulcasis escribe: "En alguna ocasión, cuando uno o dos dientes se han caído, pueden reponerse otra vez en los alvéolos y unirlos de la manera indicada y así se mantienen en su lugar. Esta operación debe ser realizada con gran delicadeza por manos habilidosas." 71


Autor del gran tratado “Al-Tasrif” (que quiere decir en español “El método”), el cual es una enciclopedia de medicina y cirugía, fue la primera en dar una lista de varios cientos de instrumentos quirúrgicos, esta sección “De chirurgia” (en latin), le proporcionó a Albucasis una fama enorme que hizo que se le reconociera como el mejor cirujano oral que existía hasta ese entonces. Uno de sus mayores aportes fue el contribuir a la odontología ya que entendió perfectamente que los cálculos en los dientes son la causa primordial de las enfermedades periodontales y dio instrucciones clara para el raspado de los dientes, describiendo los instrumentos diseñados por el mismo. Aconsejaba la prudencia en las decisiones sobre la extracción de muelas ya que según él, “se trata de un órgano muy noble, cuya posesión no puede ser en ningún caso reemplazada de forma perfecta”. Contribuyo de gran manera a la metodología de la extracción. Advierte que deben tomarse muchas precauciones para determinar cuál es el diente que se encuentra enfermo, ya que a menudo el paciente, engañado por el dolor pide que se quite un diente que resulta estar sano. Recomendaba la ligadura de los dientes flojos, sugiriendo incluso el volver a colocar los dientes caídos atándolos con alambre a los contiguos para estabilizalos. También aconsejaba que cuando se perdían dientes estos debían ser reemplazados con otros artificiales hechos de hueso de buey, y luego atarlos a dientes sanos.

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AVICENA, (980 - 1037) ABU-ALI AL-HUSAYN IBN-SINA. Además de médico, filósofo, matemático, físico, naturista y hasta político, escribió uno de los tratados de medicina más autorizados de su tiempo y sus opiniones, como en el caso de San Isidoro, lo sobrevivieron siglos. Se fundamentó en Hipócrates, Galeno y Aristóteles. Es uno de los mejores anatomistas estomatológicos. Avicena realizó una obra de cirugía llamada Al-Tasrif donde describe en numerosos capítulos a los dientes y encías. Realizabas cauterizaciones para tratar fístulas, trató los épulis, insistía en la necesidad de eliminar el sarro y destacó la prudencia para las extracciones, diseñó y empleó limas para emparejar los dientes, habló sobre la operación del labio leporino, describió la reimplantación dental, dientes artificiales y tratamiento para las fracturas. Recomendaba la sindesmotomía antes de la extracción. Fue uno de los mejores médicos del islam en su tiempo, probablemente el mayor intelectual, conocido a la vez también como el príncipe de los doctores. A los 10 años conocía a fondo el sagrado libro del Corán, ya con 16 años había terminado sus estudios de medicina y más tarde a los 21 compuso una enciclopedia de todas las ciencias, exceptuando las matemáticas.

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Hizo un gran hincapié en la importancia de mantener los dientes bien aseados, recomendando para este fin dentífricos como la espuma del mar, corazón de cuerno quemado, sal y conchas de caracol quemadas y pulverizadas. Respecto a la dentición, recomendó que en los casos más difíciles podía aplicarse aceites y grasas así como sesos de liebre y leche de perra en las encías. Examinó con detalles las causas del dolor de muelas. Encuentra el uso de la lima para reducir la altura de dientes alargados y el del arsénico para las fistulas y úlceras fétidas de las encías.

Averroes (1126 - 1198) Latinización del nombre árabe Abū WalīdʾAḥmad ibn Muḥammad ibn Rušd Nacido en Córdoba, Al-Ándalus, Imperio almohade, 14 de abril de

1126–Marrakech,

Imperio

al-

mohade, 10 de diciembre de 1198. Fue un filósofo y médico andalusí, maestro de filosofía y leyes islámicas, matemáticas, astronomía y medicina. Averroes proviene de una familia de estudiosos de derecho. Su abuelo fue cadí (juez) principal de Córdoba

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bajo el régimen de los almorávides y su padre mantuvo el mismo cargo hasta la llegada de la Dinastía Almohade en 1146. El propio Averroes fue nombrado Cadí de Sevilla y sirvió en las cortes de Sevilla, Córdoba y Marruecos durante su carrera.Además de elaborar una enciclopedia médica, Kitab al-kulliyyat al-Tibb (Libro de las generalidades de la medicina). Escribió comentarios sobre la obra de Aristóteles; de ahí que fue conocido como «el Comentador». En su obra Refutación de la refutación (Tahafut al-tahafut) defiende la filosofía aristotélica frente a las afirmaciones de Al-Ghazali de que la filosofía estaría en contradicción con la religión y sería, por lo tanto, una afrenta a las enseñanzas del islam. Jacob Anatoli tradujo sus obras del árabe al hebreo durante el siglo XIII. Sus escritos influyeron en el pensamiento cristiano de la Edad Media y el Renacimiento.A finales del siglo XII una ola de fanatismo integrista islámico invadió Al-Ándalus después de la conquista de los almohades, y Averroes fue desterrado y aislado en Lucena y Cabra, cerca de Córdoba, y se prohibieron sus obras. Meses antes de su muerte, sin embargo, fue reivindicado y llamado a la corte en Marruecos. Muchas de sus obras de lógica y metafísica se han perdido definitivamente como consecuencia de la censura. Gran parte de su obra solo ha podido sobrevivir a través de traducciones en hebreo y latín, y no en su original árabe. Su principal discípulo fue Ibn Tumlus, quien le había sucedido como médico de cámara del quinto califa almohade Al-Nasir.

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El Mundo Islámico en el Medioevo y la Odontología. Pese a que el conjunto de la literatura islámica referente al área de salud y curación es bastante amplio, no contiene trabajos que se enfoquen exclusivamente a la rama de la odontología. La gran mayoría de los tratados abordan trabajos anteriores, pero con acotaciones basadas en experiencias y prácticas de la época .Ali Ibn Al-'Abbas Al-Majusi (930 D.C ., 994 D. C.,) También conocido como Masoudi, o latinizado como Haly Abbas, fue un médico y psicólogo persa de la Edad de Oro Islámica, más famoso por el Kitab al-Maliki o Libro completo del arte médico, su libro de texto sobre medicina y psicología. conocido también como Masoudi, o latinizado como Haly Abbas nacido en la ciudad de Ahvaz ubicado en la parte suroeste de Irán, a orillas del río Karun.Público su libro reconocido en el mundo occidental como “libro real” (al-Maliki), el cual es una exposición general y completa sobre la medicina arábica, en el cual también hace una importante mención sobre las enfermedades de los dientes. .A la vez también Ali Abbas apoyaba la cauterización con agujas al rojo vivo, aconsejaba que, si este tratamiento no conseguía aliviar el dolor, se usara la extracción. Ali ibn al-Abbas al-Majusi (en persa: ‫ ; علی بن عباس مجوسی‬murió 982994, , era un médico y psicólogo persa de la edad de oro islámica , 76


más famoso por el Kitab al-Maliki o Libro completo del arte médico , su libro de texto sobre medicina y psicología Estudió con Shaikh Abu Maher Musa ibn Sayyār. Fue considerado uno de los tres mejores médicos del califato oriental de su época, y se convirtió en médico de Emir 'Adud al-Daula Fana Khusraw de la dinastía Buwayhid, que gobernó desde 949 CE hasta 983 CE. El Emir era un gran patrón de la medicina y fundó un hospital en Shiraz en Persia, y en 981 el Hospital Al-Adudi en Bagdad, donde trabajaba alMajus . Sus antepasados eran zoroastrianos (de ahí la nisba " al-Majusi "), pero él mismo era musulmán. El nombre de su padre era Abbas, no es el tipo de nombre que normalmente toma un neófito, hecho que sugiere que la conversión al islam tuvo lugar en la generación de sus abuelos, y no antes. el mismo parece haber carecido de celo musulmán, ya que no menciona al profeta Moḥammad en sus comentarios introductorios, mientras que su argumento a favor de la excelencia de la medicina se basa totalmente en el razonamiento pragmático sin recurrir al Corán ni a la Sunna. Además, al llamarse a sí mismo "Ali b. Abbas Majusi", el autor intencionalmente llama la atención sobre sus antecedentes zoroastrianos. “El arte completo de la medicina “de Al-Majusi mejor conocido por su Kitāb Kāmil aṣ-Ṣināʿa aṭ-Ṭibbiyya ( ‫ " كتاب كامل الصناعة الطبية‬Libro completo del arte médico "), y luego si más tarde, llamado “El arte completo de la medicina” , lo completó alrededor de 980. Dedicó la obra a el Emir, y se conoció como Kitāb al-Malakiyy ( ‫ كتاب الملكي‬, " Royal Book

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", o en Latin Liber Regalis o Regalis Dispositio ). El libro es una enciclopedia más sistemática y concisa que la de Hawi de Razi , y más práctica que la de Avicena. Fue canon de la medicina, por el cual no había sido superado. El Maliki está dividido en 20 discursos, de los cuales el primero de los diez trata con la teoría y el segundo con la práctica de la medicina. Algunos ejemplos de temas cubiertos son la dietética y la materia médica, una concepción rudimentaria del sistema capilar , observaciones clínicas interesantes y una prueba de los movimientos de la matriz durante el parto (por ejemplo, el niño no sale, sino que es expulsado). En Europa, una traducción parcial al latín fue adaptada como “ Liber pantegni” por Constantinus Africanus (año 1087), que se convirtió en un texto fundador de la Scuola Medica Salernitana en Salerno. Una traducción completa y mejor fue hecha en 1127 por Stephen de Antioquía, y esto fue impreso en Venecia en 1492 y el libro de la medicina de 1523. Hoy se lo cita en Chaucer 's cuentos de Canterbury como “La ética médica y metodología de la investigación “ Este trabajo enfatizó la necesidad de una relación sana entre médicos y pacientes, y la importancia de la ética También proporcionó detalles sobre una metodología científica que es similar a la investigación biomédica moderna.

Neurociencia y Psicología La neurociencia y la psicología se discutieron en “The Complete Art of Medicine” Describió la neuroanatomía, la neurobiología y la neurofisiología del cerebro y analizó por primera vez varios trastornos mentales, como la enfermedad del sueño, la pérdida de la memoria, 78


la hipocondría, el coma , la meningitis por frío y calor , la epilepsia del vértigo , la enfermedad del amor y la hemiplejía. Puso más énfasis en preservar la salud a través de la dieta y la curación natural que él hizo con la medicación o las drogas, que él consideró un último recurso.

Odontologia Renacentista Llamamos Renacimiento a un periodo de la historia Moderna de Occidente que muchos autores interpretan como una "vuelta atrás" en la que el hombre abandona el "Teocentrismo medieval”, y busca poner al Hombre como centro y medida de todas las cosas. En realidad, el Renacimiento es la conclusión de la Edad Media y el puente hacia la estabilidad relativa en el Barroco. Bien interpretado, el Renacimiento es una verdadera revolución en la que se dan mil pasos hacia atrás para dar luego dar cien hacia adelante, como quería Chesterton. El verdadero renacentista no es "Teocentrista" ni "Homocentrista", sino que coloca a Dios y al Hombre en sus respectivos lugares y dimensiones. Desde el punto de vista político, la caída de Constantinopla (hoy Estambul) en poder de los turcos en 1453, interrumpe la comunicación de Europa con Asia, con el consiguiente aislamiento de la primera; en el orden interno aparece una nueva modalidad de gobierno: el Estado Nacional suple como sistema al feudalismo; desde el punto de vista social se destaca la aparición de la burguesía como estamento dominante y comienza la declinación de la nobleza de sangre. Estos cambios traen como consecuencia la aparición de la Monarquía Autoritaria (lo que no quiere decir despótica), la unificación de

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la legislación, la centralización de la administración de justicia y el nacionalismo. Se perderá la noción de Universitas por obra de la revolución luterana y comienza la búsqueda de un hedonismo fundado en una economía ya especializada. La ciencia mimada es la geografía El aislamiento de Europa hace que dos naciones, Portugal y España abran el conocimiento del globo y tracen nuevas rutas sobre el Atlántico, el Pacifico y el Indico, hasta entonces desconocidas e insospechadas. Occidente se ensancha, conquista y es conquistado. Estos descubrimientos geográficos, dan la nota más positiva sin duda de todo el periodo, aportan conocimientos de terapéutica y farmacología que ampliarán el horizonte medico europeo. Mientras los navegantes y geógrafos descubren el mundo y el macrocosmos, los investigadores de las artes médicas abren nuevas fronteras en el microcosmos que es el cuerpo humano. Desde mediados del siglo XV hasta fines del XVI hay una larga lista de médicos que asombran al mundo de su tiempo (y porque no al nuestro). Detengámonos solo en un hecho: hacer disecciones sin cámaras frigoríficas y está todo dicho.

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Personajes Destacados que dió El Renacimiento Leonardo Da Vinci (1452 -1519) Es para muchos un pintor y solo un pintor. Es un auténtico renacentista y más aún: un humanista, pues al ser hombre nada de humano le fue indiferente. Para perfeccionar

su

técnica

de

pintura

co-

menzó a hacer

dibujos

de sus disecciones anatómicas, copiando del

así

natural

venas y arterias, ramificaciones del aparato respiratorio, estómago e intestinos, esqueleto, músculos y tendones. Descubre en el cráneo los senos frontales y el llamado “Antro de Higmore”, y describió con detalles a los dientes, estableciendo así por primera vez la diferencia entre molares y premolares. Plasmó en sus dibujos el efecto que tiene la pérdida de dientes en la fisonomía humana: En los molares describió el tubérculo actualmente llamado “de Carabelli “(que quizá mereciera llamarse 81

“ de Leonardo”). A su vez


notó que el sacro está formado por cinco vértebras y no por tres como se creía desde Galeno. ¡Dibujó también las válvulas cardíacas!

Ambroise Paré (1509 – 1590) "Con frecuencia poco se conoce de la vida de algunos grandes hombres "Tal es el caso de Ambrosio Paré, quien, sin lugar a duda, gracias a sus escritos en francés, durante el curso de su vida hizo avanzar la cirugía más de lo que la humanidad entera había hecho en 1.500 años de nuestra era" Fue el barbero convertido en médico de los reyes de Francia que cambió la cirugía para siempre El francés Ambroise Paré estableció las bases de la cirugía . "La cirugía tiene cinco cometidos: eliminar lo superfluo, restaurar lo que ha sido dislocado, separar lo unido, unir lo separado y modificar lo que la naturaleza ha deformado". Fue el francés Ambroise Paré quien estableció que esas debían ser las bases de dicha práctica médica.

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“Ambrosio Pare : Su Receta Post Tratamiento”

Esta es su teoría, pero sobre todo sus aportes en este campo llevaron a este hombre del Renacimiento, de origen humilde y limitada educación, a dejar de ser barbero y convertirse en médico de reyes. Pero por encima de todo logró transformar su profesión en la disciplina puntera que es hoy, ajustándola a los avances científicos y a una visión humanista a la hora de tratar a sus pacientes. Tal como escribiera Sherwin B. Nuland, cirujano y profesor de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, escribió en su obra Doctors: The Biography of Medicine ("Médicos: la biografía de la medicina"), publicada originalmente en 1988, donde menciona: “ Paré se distinguió por su humanidad en una era de crueldad”.

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Según los expertos, Ambroise Paré se destacó en parte por su humanidad en una época en la que los tratamientos médicos y la cirugía eran atroces. Pero también por "su humildad en una era de arrogancia, su objetividad en una época de superstición, su originalidad en una era de conservadurismo, su independencia en una era de autoridad, su lógica racional en una era de teorías irracionales e ilógicas y su hondo sentido moral en una era en la que reinaba la hipocresía pragmática y las masacres eran perpetradas en nombre de la religión sectaria". Paré nació en Bourg-Hersen, a unos 300 kilómetros al oeste de París, en 1510, Su padre era un lacayo y su madre una prostituta, por lo que la familia pertenecía al estrato social más bajo. Por ello, su educación fue muy limitada y fue un clérigo quien le enseñó las primeras letras, aunque nunca aprendió ni latín ni griego. Empezó su carrera profesional como aprendiz de cirujano-barbero, un gremio de muy poco prestigio formado por profesionales que, así como afeitaban barbas y cortaban cabelleras, hacían sangrías, frenaban hemorragias y curaban heridas, o arrancaban muelas. Sin pasar por la Facultad de Medicina de París Ambroise Paré comenzó su carrera profesional como aprendiz de barbero-cirujano en el Hôtel-dieu, un gran hospital de la capital francesa fundado en el siglo VII. Se les llamaba también cirujanos de bata corta, para distinguirlos de los de bata larga. Los primeros eran los que llevaban a cabo la

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labor práctica y los segundos, aquellos que pertenecían a la Hermandad de San Cosme y San Damián, la primera asociación de cirujanos profesionales de Francia fundada en el siglo XIII, quienes sabían latín y griego, diagnosticaban y se encargaban de las labores académicas. Triaca, la fabulosa medicina con virtudes mágicas recetada durante 2.000 años para curar todos los males En 1529, a los 19 años, Paré logró ingresar en el Hôtel-dieu, un gran hospital de París fundado en el siglo VII, como cirujano-barbero, donde aprendió las nociones básicas de la cirugía. Cuando empezó las prácticas en el hôtel-Dieu, la cirugía no era una práctica con prestigio, ya que se llevaba a cabo en los pasillos del hospital con un alto índice de mortalidad. Por aquel entonces la práctica no contaba con el prestigio de hoy, sino que se llevaba a cabo en los pasillos del centro de salud y contaba con una mortalidad muy alta. Pero gracias a lo aprendido allí, en 1536 fue contratado por un oficial francés para que lo acompañara como su cirujano personal en las campañas en Italia contra los españoles. Ambroise Paré inventó la ligadura de arterias para las amputaciones. "Los barberos-cirujanos anteriores a Paré creían que una técnica quirúrgica siempre requería que el paciente experimentara dolor, un dolor en ocasiones tan extremo que éste perdía la consciencia durante el procedimiento

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"Pero el hecho de que descubriera que un cirujano podía ser amable en su práctica y que esa gentileza en realidad podía mejorar la suerte de sus pacientes fue transformadora", concluye. Testículos de cerdo molidos, menta gatuna y otras extrañas recomendaciones para tratar la infertilidad en la Edad Media Paré hizo su primer descubrimiento en la curación de las heridas de bala. Las armas de fuego, recién desarrolladas, tenían muy poco alcance, por lo que se disparaban a corta distancia y producían grandes quemaduras por la pólvora. El tratamiento que se les aplicaba hasta entonces era cauterizar las lesiones con aceite hirviendo, lo que en muchas ocasiones provocaba la muerte del malherido y los que sobrevivían solían agonizar por las heridas inflamadas. Pero un día que Paré no disponía de aceite, utilizó una antigua receta romana con aceite de rosas, clara de huevo y trementina. Y para sorpresa de todos al día siguiente las heridas estaban empezando a cicatrizar. El cirujano escribía sus textos en francés y no en griego o latín, lo que les garantizó una gran difusión. Otro de los avances más importantes que introdujo el francés fue la ligadura de las arterias para reducir las hemorragias. Y basándose en la observación empírica, el razonamiento y cierta experimentación, fue mejorando constantemente las técnicas y el instrumental quirúrgico que ilustraba en sus libros, otra absoluta novedad. 86


Así mismo diseñó aparatos ortopédicos y prótesis para manos, brazos y piernas y ojos, y consiguió tratar por primera vez una fractura abierta sin tener que amputar la extremidad. De barbero a médico de reyes Ya que Paré no tenía conocimientos de latín y griego, escribió todos sus textos en francés, lo que favoreció su amplia difusión. "Su clara escritura y el uso de la lengua vernácula, el francés, respaldadas por décadas de experiencia práctica, le garantizaron que sus textos y técnicas se convirtieran en las bases de la nueva cirugía Que el cirujano incluyera ilustraciones en sus tratados, era otra novedad. "Yo lo vendé, Dios lo curó", es una de sus citas que más eco tuvo y en la que sintetizó sus creencias. Su reputación fue creciendo, en particular tras tratar al duque de Guisa, paladín de los católicos en las guerras de religión francesas, a quien, herido grave, sus doctores habían dado por insalvable. Pero Paré consiguió curarlo y eso le abrió la puerta para convertirse en el médico de cámara y consejero de cuatro reyes de Francia: Enrique II, Francisco II, Carlos IX y Enrique III. LAS ATERRADORAS RAÍCES DE LA ODONTOLOGÍA En 1561, obviando lo que establecían sus estatutos, la Hermandad de San Cosme y San Damián lo recibió en su seno y le otorgó el grado de maestro en cirugía. Los reconocimientos no acabaron ahí. La Escuela de Medicina de la Universidad de París acabó concediéndole en 1584 el bonete de doctor en medicina. Tenía 74 años. 87


Paré llegó a ser el médico de cabecera de cuatro reyes de Francia: Enrique II, Francisco II, Carlos IX y Enrique III. Murió por causas naturales en 1590, a los 80 años, en París, sabiendo, o quizá no, que había revolucionado la cirugía para siempre. Referencias Redacción BBC Mundo 25 marzo 2018 Comparte esta actualización en Facebook Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGESImage caption

Bartolomeo Eustaquio (1510 – 1574) Bartolomeo Eustachio o Eustachi, más conocido como Eustaquio o por su nombre en latín Eustachius, nacido en San Severino cerca de Ancona hoy Teggiano, Fue un anatomista y médico italiano alumno destacado de Volcher Coiter. Fue el primer anatomista dental que describió las trompas que hoy llevan su nombre, también describió los músculos de cuello y garganta, y el nervio abductor. Escribió el primer libro dedicado exclusivamente a la anatomía e histología dentaria, llamado “ (1563) “Opúsculo sobre los dientes”, que reunía todo el conocimiento conocido en ese tiempo del tema.

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Zante Andrés Vesalio Andreas Vesalius (1514, 1564) Es la forma latinizada del nombre ANDRIES VAN WESEL, Médico belga, investigador y profesor de ciencias, fue un anatomista flamenco del siglo XVI. Sin ser natural de Flandes, su familia tenía raíces flamencas. Además, fue uno de los primeros en describir e ilustrar todas las estructuras del cuerpo humano, incluso llegó a contradecir a Galeno. Elaboró una anatomía de tipo descriptiva, contraria a la estructural, que en su apartado tratado dedicado a los dientes y huesos. Fue brillante en cuanto a las ilustraciones odontológica su “Humanis Córporis Fábrica” obra que es el nacimiento de la anatomía moderna. En ella incluye una amplia terminología de la anatomía dentaria. Menciona la posibilidad del trasplante y la reimplantación de las piezas dentarias.

Francisco Martínez de Castrillo (1520-1585) “Castrillo de Onielo” es un Municipio de la comarca del Cerrato de la Provincia de Palencia, comunidad autónoma de Castilla y León, España Francisco Martinez escribe el primer libro de odontología en lengua española en la que desarrollas las técnicas de exodoncias y ofrece indi-

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caciones para el tratamiento de la estomatitis. Fue uno de los que introdujo el uso del matillo y el escoplo en la cirugía de exodoncia de semi retenidos. Fue el dentista de cámara de Felipe II nombramiento que lo equiparaba expresamente a los médicos reales expresamente por su “habilidad y experiencia en curar de boca y dentadura” cuando ya había obtenido el título de licenciado. Sus escritos tratan puramente sobre Odontología. Su primer libro fue titulado “Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca” (1557) donde ofrece un estudio sistemático de la patología y clínicas de las afecciones dentarias, su terapéutica medicamentosa y operatoria y su prevención. Parte de la anatomo-fisiología del galenismo tradicional basándose en sus esquemas patológicos y terapéuticos. Este texto tuvo una gran influencia en España durante casi un siglo y fue copiado parcialmente o resumido por médicos, cirujanos e incluso por autores ajenos a la medicina. En toda Europa no volvió a publicarse un tratado de significado semejante para el desarrollo de la odontología, hasta la aparición del “Le Chirurgien Dentist” en 1723 de Pierre Fauchard. Ya en su primer texto, referido a la Odontología, Martinez se lució con su "Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca y la orden de curar los dientes", publicada en 1557. Con muchos artículos y medicaciones acordes a su época. 90


Estos avances serán seguidos de otros descubrimientos e inventos durante la Edad Moderna. A principios de la 2ª mitad del s. XX comienzan a salir novedades revolucionarias en el mundo de la Odontología que mejoraban notablemente los avances realizados en los siglos XVIII y XIX, los dientes de repuesto de porcelana, el hilo dental de seda, la cura para la hipoplasia de esmalte, el caucho vulcanizado, procedimientos quirúrgicos, descripciones anatómicas. En fin, un conjunto de conceptos que ya no eran nuevos y que ayudaron en demasía a que en el siglo XX se avanzara en todos los aspectos de la Odontología moderna que conocemos hoy: implantología, periodoncia, ortodoncia, radiografía dental, radiación X, tubo de rayos catódicos, novocaína, penicilina, cirugía oral o maxilofacial, anestesia oral, rellenos blancos de resina, primera silla dental totalmente reclinable, cepillo dental eléctrico y un gran etcétera que cada día que pasa nos otorga nuevos avances, lo cuales van revolucionando el campo de la odontología facilitando el trabajo diario a los dentistas de todo el mundo.

Gabrielo Falopio (1523 – 1562) También conocido por su nombre en latín Fallopius, provenía de una familia noble, pero muy pobre; y sólo por una dura lucha, logró obtener una educación. Fue uno de los más importantes anatomistas y médicos italianos del siglo XVI.

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Conocido por sus estudios de Anatomía de la cabeza y órganos reproductores de ambos sexos Describió las trompas femeninas que llevan su nombre. Además, trabajó en Historia natural. Demostró que los dientes permanentes se desarrollan de manera independiente a los primarios, describió el folículo dental, encontró que el maxilar inferior es un solo hueso, descubrió, los nervios trigémino, auditivo y glosofaríngeo, y sentó las bases para el estudio embriológico del desarrollo de los dientes.

Miguel Servet (1551-1592) Médico y Teólogo Español Nacido En Villanueva de Sijena Provincia de Huesca. Estudió Derecho en la Universidad de Touluse, Medicina en las Universidades de Paris y Montpellier y Teología en Leuven. En 1540 practicó la medicina en Dienne, Francia donde también ejerció como médico personal del Arzobispo. Alrededor de 1540 comenzó a mantener correspondencia con el teólogo protestante francés Calvino. A pesar de esto, el seguía considerándose católico, aunque solo fuera de nombre, describió su herética oposición al concepto de la trinidad en 1531 en su “De Trinitatis Erroribus” (De los errores sobre la Trinidad) la personalidad tripartita de Dios, así como el ritual del bautismo y en 1532 escribió su segundo libro “Dialogurum de Trinitate libri Duocon” (Diálogos sobre la Trinidad segundo libro).

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Solicitó permiso para visitar la teocrática ciudad de Ginebra. Allí fue arrestado y acusado de blasfemia y herejía contra el cristianismo y quemado en la hoguera el 27 de octubre de 1553, víctima de la intolerancia de su tiempo: fue ejecutado por el gobierno calvinista protestante de Ginebra. Sus contribuciones científicas medicas fueron notables, Servet descubre la circulación pulmonar de la sangre, aunque le otorga un carácter teosófico divino. Considerando que en esa zona residiría el alma, en la oxigenación, alojándola en la expiración

William Harvey (1578 – 1657) Médico inglés a quien se le atribuye describir correctamente, por primera vez, la circulación y las propiedades de la sangre al ser distribuida por todo el cuerpo a través del bombeo del corazón donde utilizando el método científico argumentó su hipótesis que se basaba en la observación (observaciones anatómicas) y experimentación (vivisección) completando el descubrimiento de Sevet; sobre la circulación pulmonar de la sangre.

Antiguos e importantes personajes españoles para la odontología y sus singulares relatos testimoniales No siempre fue Madrid la capital de España ni tampoco una villa de poca historia. Baste recordar, aunque no es el propósito de este trabajo, es que en su etapa inmediatamente anterior, el Emperador 93


convocó a las Cortes en Madrid para la jura del Príncipe de Asturias, el futuro Felipe II, acto que se celebró en el Monasterio de los Jerónimos, en el Prado, un hecho que pudo ser relevante para la transformación de la villa en la Corte . A mitad del siglo XVI, Madrid cuenta con 2500 casas en las que viven alrededor miles de personas, según Jerónimo de la Quintana. Carlos I renovó y amplió el Alcázar, sin duda una decisión fundamental para el futuro de la ciudad, y al mismo tiempo proliferaron numerosas fundaciones monacales y religiosas, entre ellas el santuario de dominicos Nuestra Señora de Atocha (en 1523), lugar más visitado por los madrileños, o el convento de San Felipe el Real, de monjes agustinos, en la Puerta del Sol, cuyas gradas se convierten en uno de los más animados mentideros de la villa, o también el Hospital de Antón Martín, en 1522, para afectados de enfermedades venéreas y contagiosas. Amén de otros edificios que hoy se conservan, como el palacio de don Benito Jiménez de Cisneros (sobrino del Cardenal) o la llamada Capilla del Obispo, Madrid no es una ciudad más en el centro de la península sino un lugar de importancia, escenario de una vida de cierta altura a nivel administrativo, como si estuviera llamada a promocionarse en la capital del reino. Madrid en (Plano de Anton Van der Wingaerde.) En 1561, Felipe decidió trasladar la Corte a Madrid pues hasta la fecha carecía de un lugar estable y no hacía sino viajar donde lo hacía el monarca. Referencias:Valladolid, Rosalía Ramos y Fidel Revilla, Historia de Madrid. De Magerit al siglo XXI, Madrid, Ediciones La Librería, pág. 60.

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Lope De Vega (1562-1635 Madrid) su extensa y sabia incursión literaria en La Odontología Fue uno de los poetas y dramaturgos más importantes del Siglo de Oro español y, por la extensión de su obra, uno de los autores más prolíficos de la literatura universal. Llegamos al siglo XVI, en pleno Renacimiento, nace el “Fénix de los Ingenios”, en concreto el veinticinco de noviembre de 1562. Tal cual lo expresa López Piñero, en su obra Lecciones de Historia de la Odontología, nos habla de la aparición, en este siglo, de dos hechos que justifican la ubicación de los orígenes de la profesión odontológica en el Renacimiento: por una parte la publicación de las primeras monografías sobre los dientes y sus enfermedades y por otra la dedicación a esta rama médica de algunas figuras con formación En relación con el primer hecho, hay que destacar la aparición de la que fuese, cronológicamente, la segunda obra de contenido exclusivamente odontológico, pero indudablemente, la primera publicación científica de verdadera calidad tanto por su contenido como por su extensión, estamos hablando del “Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la dentadura, y maravillosa obra de la boca”, con muchos remedios y avisos necesarios y la orden de curar, y aderezar los dientes (1557, Valladolid) del Bachiller Francisco Martínez de Castrillo. Esta obra escrita a modo de diálogo (coloquio) entre varios personajes, va exponiendo diferentes cuestiones y creencias populares 95


sobre temas de la dentadura y la boca que van siendo contestadas de manera fundamentada por el protagonista, el docto Valerio, personaje tras el que se oculta Martínez de Castrillo. Consta de trescientas páginas, divididas en cuatro capítulos en los cuales se ofrece un estudio sistemático de la patología y la clínica de las afecciones dentarias, su terapéutica medicamentosa y operatoria y su prevención. También incluye diecinueve grabados de los instrumentos utilizados en ella. Su característica principal es la integración de las cuestiones odontológicas en el saber médico general propio del mundo académico de la época, algo que llama bastante la atención en relación con lo que se había venido publicando siglos anteriores con respecto a la práctica dental. Trece años más tarde, en 1570, Francisco Martínez del Castrillo, siendo ya Licenciado, publica abandonando la forma de diálogo o coloquio, un auténtico texto técnico odontológico titulado “Tratado breve y compendioso sobre la maravillosa obra de la boca y dentadura”, en el que integra la Odontología dentro de la Medicina en un intento de convertir la práctica dental en especialidad médica. No se conocen textos anteriores de significancia similar al de Martínez de Castrillo, publicados en toda esta época, tal vez hay que, esperar hasta la aparición de Le chirurgien dentiste de Pierre Fauchard (1728) para encontrar un texto tan relevante para la Historia de la Odontología. No seríamos del todo justos si no reseñáramos los intentos, de algunos autores posteriores a Martínez de Castrillo, de publicar textos técnicos que ayudaran a mejorar la asistencia odontológica de la 96


época. Ninguno de los textos que ahora citamos pudieron hacer sombra al Coloquio, siendo los siguientes: “Tratado de la dentadura, sus enfermedades y remedios”, de Juan Bautista Xamarro, fechado en 1597, y que se trata de un plagio descarado de la obra de Francisco Martínez, e “Indicación de la sangría” (1604) del mismo autor; “Arte de sacar dientes y muelas” de Miguel Martínez de Leyva que aunque se cita en varios textos de Historia de la Odontología, no se conoce prueba de su existencia; “Instruccion de los barberos flebotomianos” (Valencia, 1621) de Alonso Muñoz; “Tratado breve de flebotomía” (Madrid, 1630) de Diego Pérez de Bustos; “Tratado de Flebotomía” (1618) de Cristóbal Granado; y la obra “Instrucción de enfermeros” (1664) de Andrés Fernández. La Odontología tendría que esperar hasta el siglo XVIII para convertirse en una verdadera ciencia. Mientras tanto, los profesionales encargados del cuidado bucodental, para documentarse sobre las patologías, remedios y tratamientos relacionados con la boca y los dientes debían dirigirse a los textos médicos y quirúrgicos, donde permanecieron escondidos los saberes odontológicos. En los textos médicos de los siglos XVI y XVII se tratan temas odontológicos como la odontalgia, las enfermedades linguales, las afecciones glandulares y a remedios de todo tipo para las aftas, las úlceras, los dolores dentales y el mal aliento, además de describir la anatomía de los dientes y los maxilares, y en alguno se puede recoger descripciones de cómo hacer extracciones. Algunas de esas obras médicas que contenían temas odontológicos fueron: “El sumario de la medicina y el Tratado sobre las 97


contagiosas y malditas bubas”, de Francisco López de Villalobos, médico de cámara de los Reyes Católicos y de Carlos I; el Dioscórides, en la versión castellana enriquecida de Andrés Laguna publicado en 1555; el tratado de “Medicina Morborum internorum fere omnium…” escrito por Miguel Juan Pascual; el “Libro de Experimentos médicos, fáciles y verdaderos” (Zaragoza, 1598) de Jerónimo Soriano; “Defensa de las criaturas de tierna edad y algunas dudas y advertencias acerca de la curación y conservación de la salud” (Valladolid, 1604) del prolífico Cristóbal Pérez de Herrera; “Medicina Española contenida en proverbios vulgares de nuestra lengua” de Juan Sorapán de Rieros, médico de la Real Chancillería de Granada y de la Inquisición; “Medicina y cirugía racional y espagírica”, de Juan de Vidós y Miró. En cuanto a los textos de Cirugía de ambos siglos, los temas de carácter odontológico son más de tipo práctico en comparación con los textos médicos, en ellos se recogen por ejemplo la anatomía dental, la denominación de las piezas dentarias, consejos de cómo actuar en las hemorragias post-extracción, disertaciones sobre las heridas y las llagas cancerosas de la boca, como abordar la traumatología, la fractura y la luxaciones mandibulares; alguno recopila recetas para usar en diversos padecimientos bucodentales además de tratar las tumefacciones parotídeas, los apostemas de las encías, las ránulas y las úlceras, otros explican las extracciones, la odontalgia y sus remedios e incluso la ferulización de dientes con movilidad.

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Algunas de las obras de Cirugía más importantes que contenían temas odontológicos fueron: “Cirugía Magna” de Guido de Chauliac, el de mayor influencia entre los cirujanos españoles, fue objeto de varias versiones y en él opinaba que las extracciones dentales debían ser hechas exclusivamente por los barberos; “Summa y recopilación de chirurgia con un arte para fagrar muy vtil y provechofa” de Alonso López de Hinojosa publicada en 1578, en la que se expone que los dientes que no se puedan salvar sean extraídos con los instrumentos que para ello tienen los barberos. También hemos de citar a los autores Juan Fragoso, cirujano de cámara de Felipe II, y a su “Chirurgia Universal”, editada en 1581, y a Dionisio Daza Chacón, autor de la obra titulada “Practica y teórica de Cirugía en romance y en latín”, publicada en dos partes (1626 y 1678 en la edición de Madrid) por la gran extensión de los capítulos dedicados a la Odontología de mayor extensión de todos los textos quirúrgicos del siglo XVI. Por último, pero no menos relevantes, son “Primera y segunda parte de la cirugía universal y particular del cuerpo humano” (Sevilla, 1580) de Juan Calvo “Thesoro de la verdadera cirugía y vía particular contra la común” (1584) de Bartolomé Hidalgo de Agüero. Dentro de las obras que contenían temas pediátricos se podía encontrar algún capítulo sobre patologías y remedios bucodentales dirigidos a los niños tales como los problemas de erupción, las fisuras labiales, la ránula, los frenillos, las barretas, las patologías sistémicas que tenían manifestaciones orales así como la embriología dentaria. 99


Algunas de esas obras fueron el “Libro del arte de las comadres o madrinas y del Régimen de las preñadas y paridas y de los niños” (1541) de Damián Carbón de Mallorca; el “Libro del Regimiento de la salud y de la esterilidad de los hombres y mujeres y de las enfermedades de los niños” (1551) de Lobera de Ávila; “De Regimene Infantis” (1576) de Pedro de Peramato; “Método y orden de curar las enfermedades de los niños” (Zaragoza, 1600) de Jerónimo Soriano o la obra “De la utilidad de la sangría en las viruelas y otras enfermedades de los muchachos” (Sevilla, 1583) de Fernando Valdés. Los barberos y cirujanos romances que pretendieran mejorar su saber odontológico se enfrentaron a la existencia de un número escaso de obras ya que la gran mayoría de los textos médicos se editaron en Latín sin traducciones romances, por suerte para ellos no sucedió lo mismo con la mayoría de los textos quirúrgicos citados. Con pocas variaciones, todos estos estuvieron al alcance de los dentistas de la época de Lope. Para entender ciertas peculiaridades de la práctica odontológica en España, en el siglo XVI, hemos de hacer referencia a uno de los más importantes intentos en busca de la regulación de nuestra profesión en aquella época: se trata de la promulgación de la primera ley de ámbito estatal para la regulación de las labores de los barberos, nos referimos a la “Pragmática de 1500” promulgada por los Reyes Católicos en Sevilla el 9 de abril. La aparición de esta ley fue la respuesta a la situación que la profesión dental vivía en la España de los Reyes Católicos. Por aquél 100


entonces era característico el abuso que muchos charlatanes o sacamuelas hacían a costa de la boca de sus pacientes, con lo que los gremios y cofradías de barberos, que había en gran número de localidades, emprendían a menudo pleitos contra esos personajes que invadían su profesión. Lo que la “Pragmática” pretendía era exigir a los barberos que se sometieran a un examen previo por el cual se les capacitaba para ejercer legalmente el arte de sacar dientes y muelas. Para examinar a los barberos, los Reyes Católicos nombraban Barberos Alcaldes Examinadores, que entre sus atribuciones estaban, aparte de examinarlos, castigar y multar a los incompetentes e incluso prohibirles ejercer; así mismo les autorizaban para abrir lo que se denominó “tienda de barbero”. El primer barbero con rango de Alcalde Examinador fue Rodrigo de Lunar y más tarde es de destacar a Francisco Palacios. La aparición de la “Pragmática” y el nombramiento de los Alcaldes Examinadores produjo que los barberos se separasen en dos categorías. Por un lado, los “Barberos Examinados”, que se les habilitaba para sangrar, sajar, poner sanguijuelas, ventosas y sacar dientes y muelas. Y por otro lado se encontraban los “Barberos no-examinados”, los cuales solo podían realizar las actividades propias de un barbero, como podía ser afeitar la barba o cortar el pelo. En relación con la licencia que se les otorgaba a los barberos para poder desempeñar su oficio, hacemos a continuación referencia a dos fragmentos de las obras de Lope de Vega “La hermosura aborrecida” y “La Dorotea” respectivamente: 101


COSTANÇA. Él puede fer buen barbero pero mal entiende tretas DOÑA JUANA (Aprendiz de barbero). Efta moça fe derrite, y procura que la entienda pues fepa que el oficia aunque diestro le parezca. No tiene carta de examen, y que ha de quedar muy fea, ahora bien, efte fu mal a que termino le llega, Porque fi fon de fangria hare que le maestro venga, que yo en cofas de peligro aun no curo con licencia.” (Para andar en el rostro sólo tienen licencia las damas y los barberos (La Dorotea, p. 188.) En resumen, podemos decir que esta ley pretendía, entre otras cosas, evitar el intrusismo profesional, haciendo obligatorio a los barberos examinarse ante el tribunal de Barberos Alcaldes Examinadores, siendo necesario conocimientos suficientes en técnicas quirúrgicas menores para poder obtener la carta de examen o licencia para desempeñar su profesión y abrir su tienda. Para el desempeño de cortar el pelo y afeitar, no se exigía examen. Para otros menesteres, si no se obtenía la licencia o carta, los barberos podían ser inhabilitados de por vida y desahuciados de la tienda que hubiesen abierto. Aun así, fueron muchos los barberos y sangradores que habiendo obtenido la licencia para ejercer, practicaron su profesión de forma libre por ferias y mercados. La “Pragmática” de los Reyes Católicos siguió en vigor en el siglo XVII. En la España de Lope de Vega, los barberos que obtenían la licencia o carta de examen se encargaban de tratamientos quirúrgicos de menor índole que los realizados por los cirujanos, además de eliminar el sarro de los dientes, sacar las muelas y curar el neguijón, así mismo podían echar sanguijuelas, realizar sangrías o flebotomías, 102


eso sí, bajo la prescripción y el mandato de un médico, el cuál decidía si había que sangrar y que vena había que sangrar. Para todo ello, los barberos debían de tener buenas herramientas de sacar muelas, además de ser limpios, con buena vista, liberales, callados y de confianza.

Terapeutas que se encargaban de salud bucal Desde la Edad Media y durante varios siglos, la profesión odontológica estuvo en manos poco doctas de toda índole, como alcahuetas, charlatanes, sacamuelas, etcétera, y en el mejor de los casos por barberos y algunos cirujanos, realizando en las bocas de la gente todo tipo de tratamientos, tratándose de la extracción dental en la mayoría de los casos. En cambio, los médicos, cuando se ocupaban de patologías odontológicas se limitaban a recetar preparados medicamentosos o a recomendar sangrías, todo ello por razones de carácter social, como ya hemos comentado antes, postura que continuó también en la época

Alcahuetas con gran influencia sobre la inculta población, las alcahuetas y hechiceras utilizaban sus conjuros buscando sanar los males de la boca; para ello utilizaban, en ocasiones, los dientes que arrancaban de los muertos y de los ajusticiados. Entre sus remedios odontológicos se encuentran ciertos preparados de afeites y polvos de dientes para blanquearlos y a algún paciente puntual, que solicitaba de sus tratos, le podían hasta extraer las 103


piezas dentales que le causaban dolor; eran capaces de atender partos y curar enfermedades además de hacer de celestinas en asuntos de amor. Recomendamos al investigador interesado en el estudio de las alcahuetas y sus incursiones en la Odontología los trabajos realizados sobre el personaje de la Celestina de Rojas, entre los que destacamos el de Ángel Gómez Moreno, donde se interrelaciona los conjuros con Santa Apolonia, con la cuerda de un corpiño, con la cordura mental y con los cordales (terceros molares).

Charlatanes En aquellos siglos no era necesario entender de brujería para convencer y engañar al populacho sobre la capacitación de aliviarle sus males de la boca, bastaba con ser un buen charlatán y embaucador. Los “charlatanes”, que han permanecido hasta principios del siglo XX en España, iban de pueblo en pueblo, por las ferias y plazas prometiendo productos para curar el dolor de muelas o diciendo que eran expertos en sacar dientes. A veces se acompañaban de músicos que con el ruido de sus instrumentos intentaban ocultar los gritos de los desafortunados que caían en sus manos. Los “charlatanes”, fueron la causa principal de la mala imagen que la gente tenía de los cirujanos, de los barberos flebotomianos y de los dentistas, en general, en la España de Lope. Francisco Martínez echa la culpa de que los cuidados de la boca sean tratados por estos personajes a los médicos y cirujanos, alegando lo siguiente en su obra:

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No creo que fera muy dificultofo d creer q la caufa principal defto aya fido no auer querido los doctos tomar en ello la mano, dexando lo en leguas de enfalmaderas, y en poder de gete fin ciencia ni arte ninguna.

Barberos sin Permiso Alejados de lo que sería un vulgar “engaña bobos” hemos de situar a los barberos sin permiso, estos que sin haber rendido carta de examen sobre su capacitación o habiendo suspendido o habiéndosele retirado el permiso concedido, practicaban remedios bucales, siendo la extracción el más frecuente de ellos. Iban por los pueblos ejerciendo como meros sacamuelas callejeros, vagando por las calles y ejerciendo su actividad rodeados de público en las ferias y mercados. Nos resta mencionar dos temas, muy distintos entre sí, pero que comparten la dificultad para ser incluidos en los grupos de terapeutas citados o en los que nos quedan por citar. Se trata por un lado de la invocación a Santa Apolonia, patrona de los males odontológicos y siglos después patrona de los dentistas, cuya veneración acogió gran auge desde el siglo XIII. Por otra parte el gremio de los plateros y joyeros, que participan en cierta medida en la confección de prótesis dentales e instrumentos odontológicos, practicaron en aquellos siglos lo que podría considerarse, en cierto modo, intrusismo pues, a veces, actuaban directamente en la boca de los pacientes.

Barberos con Permiso Sin más preámbulos hemos de pasar a hablar de los barberos que rindiendo favorablemente su carta de examen, se les capacitó para ocuparse de las patologías más frecuentes y menos graves de la boca 105


como se deduce de la Pragmática de los Reyes Católicos de 1500, cuyo fragmento alusivo a este tema reproducimos a continuación: Nos tuvimos lo por bien por que vos mandamos que de aquí en adelante no consintades ni des lugar que ningún barbero ni otra persona alguna pueda poner tienda para sajar ni sangrar ni echar sanguijuelas ni ventosas ni sacar dientes ni muelas sin ser examinado primeramente por vos los dichos nuestros Barberos Mayores, personalmente y no el uno sin el otro estando juntos, pero que estando apartados vos, los nuestros dichos Barberos Mayores podáis cada uno para si examinar con que no llevéis más de una dobla de derechos estando separados cada persona que así examinarais; y estando juntos cada uno una dobla y el que uno examinare no torne a examinarlo el otro ni lleve derechos algunos y que ninguna otra persona con vuestro poder ni sin él no sea osado de examinar en cosa alguna de dicho oficio bajo aquellas penas en que con los que usan de oficio de jurisdicción no teniendo poder para ello. Lope de Vega al igual que ocurrió con Miguel de Cervantes Saavedra vivió una importante dualidad de la práctica profesional odontológica: como ya hemos dicho, por un lado, la de la gente sin la menor capacitación y por otro, la de los profesionales de preparación corta pero científica que lucharon por una mayor capacitación a través de la inclusión de la Cirugía dentro de las universidades. Dentro de los profesionales con permiso para ejercer sobre los males de la boca hemos de citar diversas nomenclaturas más o menos semejantes y no excluyentes como son los barberos flebotomianos, los barberos-cirujanos y los cirujanos menores o de “bata corta”, todos ellos se podían ocupar de exodoncias, de limpiar la boca de tova o sarro y practicar sangrías, así como de la colocación de sanguijuelas en casos, por ejemplo, como los de padecer “corrimiento” 106


Aunque en los medios urbanos el oficio de barbero tenía bajísimo reconocimiento social, en núcleos rurales, eran profesionales mejor respetados y en muchos casos, los únicos autorizados para encargarse de la salud de sus convecinos. Los barberos solían ejercer su profesión de manera solitaria, aunque a veces se asociaban con otro compañero dividiendo así las cargas y los beneficios, pero en otras veces competían entre sí por la plaza en un pueblo, bajando los precios e incluso llegando a desprestigiarse los unos a los otros. Otro modo de prestar sus servicios era recibiendo el compromiso de atender a todos los miembros de una familia, e incluso de sus criados, desplazándose para ello hasta la residencia del patrón. Fue habitual compaginar las practicas ambulatorias con el ejercicio de su oficio en su propia barbería. Para conocer cómo eran dichas barberías vamos a hacer alusión a la descripción que hace de ellas Martín Santos: Ésta se situaba en el portal de una casa, en la que generalmente vivía el barbero o cirujano. Su reclamo era una cortina de paño azul. Dentro de la tienda había bancos de madera, que se utilizaban para que los clientes esperasen su turno. También había las llamadas “sillas de asiento”, de madera, algunas con cuero y hasta tachonadas. Y además se encontraban las “sillas del oficio”, que eran en las que se arreglaban las barbas y se hacían las sajaduras. En el “cajón de tienda” se guardaban los paños y lienzos, y diversas cajitas, estuches, lanceteros y bolsas, donde se metían polvos, agujas, lancetas, hierbas etc.

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En las arcas y arquillas, también se guardaban los “lienzos de oficio”. Y cómo no, también estaba la “caja de hierro”, donde se iba metiendo el dinero de la jornada y que sería como la caja registradora. Según Martín Santos, aunque todo su texto adolece de falta de concreción en cuanto a zonas de España y años concretos, los instrumentos profesionales del oficio de barbero podían dividirse en tres grupos: de barbería, de odonto-estomatología y de cirugía. En el primer grupo estaban las bacías, las navajas de afeitar, las piedras de afilar y de amolar, molejones, dornos y dornajos, tornos de muela, muelas y medias muelas, tijeras, peines, etc. El grupo de la odontoestomatología recoge los “hierros de sacar muelas” o “herramientas de limpiar dientes”, tenazas, tenacillas, gatillos, botadores, descarnadores y “lima de arreglar” . En el grupo de la cirugía se encuentran las jeringas y jeringuillas, lancetas, hierros de suplicación, agujas de abrir cataratas, pinzas de diversas formas, tijeras de cirugía, tientas, pruebas, sajadores, apostemeros, rajadores, embudos-sonda, etcétera. Además de todo esto los barberos también disponían de tinajas, herradas, calderos, calderas, cazos, calentadores de agua, etcétera, todo ello recipientes necesarios para la práctica de su oficio. En cuanto a la organización de los barberos buscando que la práctica de su oficio no se realizara de manera aislada y autodidacta, hemos de citar su congregación en cofradías bajo el patronazgo de los santos mártires Cosme y Damián, donde participaban de los actos religiosos o se reunían en alguna capilla para tratar sus acuerdos. Allí

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se elegían a sus veedores, los cuales se encargaban de que se cumplieran los estatutos y de denunciar a los infractores. Además, la misma cofradía atendía a los cofrades enfermos, visitaba a los que se encontraban encarcelados o ayudaba a las viudas y huérfanos de los mismos. También hay que decir que algunos barberos llegaron a estar al servicio de la Corte.

CIRUJANOS Tal y como pasaba en el punto anterior la nomenclatura de esta época sobre los cirujanos es también variada y donde tampoco son excluyentes los distintos términos entre sí. Según la bibliografía consultada podemos encontrarnos una u otra denominación. Citemos pues que podemos estar hablando de cirujanos latinos, de cirujanos romancistas, de cirujanos de galeras o del ejército, de cirujanos de hospital o de cirujanos de bata larga. A continuación, exponemos un texto de la obra de Matías Quintanilla “Breve compendio de Cirugía”, que describe el trabajo de los cirujanos: “En quatro cofas; que fon, juntar lo apartado, apartar lo junto, quitar lo superfluo, y eftraño, y confervar la subftancia, y complexion del miembro: lo apartado fe junta vniendo las llagas, fracturas, y dislocaciones: lo vnido fe aparta fajando la carne, haciendo aberturas, y contraberturas: lo eftraño fe quita, gaftando la carne superflua, facando hueffos, pelos, pelotas, tierra y otras cofas.” Según esta descripción del trabajo de los cirujanos, podemos entender que, en relación con el campo bucodental, los tratamientos que 109


realizaban eran más enfocados a la reducción de fracturas y dislocaciones mandibulares y a la cura de heridas o lesiones como los “apostemas” o abscesos de la boca (que también llamaban “parulis o parulidas”), e incluso las úlceras bucales. El instrumental que utilizaban los cirujanos en su práctica diaria según Daza Chacón estaba básicamente compuesto por tijeras, pinzas, tienta, navaja, lanceta, sajador, agujas, lanceta y alzador, como vemos no se encontraban entre el instrumental quirúrgico instrumentos comúnmente utilizados en el oficio odontológico como eran el “gatillo”, el “pelican” o “pulican”, los “botadores” utilizados en las extracciones dentales o los “mondadientes” para la eliminación del sarro o “tova”. Antes de pasar al grupo profesional que incluye a cierto tipo de médicos de los que sí constan referencias sobre su dedicación a las patologías orales hemos de citar, como figura en la que se resume los distintos escalones profesionales dedicados a tratar los males de la boca, a Ambrosio Paré (1509-1590) que se inició como aprendiz de barbero y llegó a ser uno de los cirujanos más famoso del siglo XVI.

Profesionales de reconocido prestigio, dedicados al cuidado de la boca en España Francisco Martínez de Castrillo.(1528 -1585)

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Nació en la villa Palentina de Castrillo de Onielo hacia 1520-1530. Fue bachiller hasta el año 1565 en el que es nombrado dentista de cámara de Su Majestad Felipe II y se le titula como licenciado Francisco Martínez; dicho nombramiento según Carmona Arroyo es a razón de su “habilidad y experiencia en curar de boca y dentadura”. Falleció el 10 de septiembre de 1585 en “Alameda, Maestre Muñoz Fue “maestro de sacar muelas”, de Medina del Campo. Se sabe que le fue concedida una orden de pago por unas curas en las muelas y por la extracción de dos raíces a Dª. Juana, que estaba recluida en Tordesillas, y por la que se le abonaron cinco ducados de oro Juan de Vendaño. “Maestro de limpiar y curar dientes y sacar muelas” y que estuvo al servicio de la corona. Juan Bautista Xamarro. Napolitano y barbero al que se le cita en Palacio como “Barbero de los pajes de su Magestad.” a quienes afeitaba, sangraba y a los que seguramente atendía su salud bucal. Empezó a trabajar para la Casa Real en 1599- Miguel Martínez de Leyva. Aparece como dentista de Felipe II en algunos escritos. Sanz Serrulla habla de un Martínez de Leyva que fue criado de S.M. en 1594 y su capitán de campaña. Alonso Muñoz. Fue “Sangrador de Su Majestad, Proto barbero y Examinador general de los barberos flebotomianos del Reino”. No se sabe cuándo empezó a trabajar para la Casa Real, pero se conoce

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que en1621 fue renovado de su puesto. Falleció el 26 de diciembre de 1626. Diego Pérez de Bustos. En la portada de su obra aparece como “Sangrador de Cámara de Su Majestad, y su Prothobarbero, Alcalde, y Examinador Mayor de todos los Barberos Flebotomianos de estos Reynos”. Fue renovado de su puesto en 1621, al igual que Alonso Muñoz, y se sabe por testimonio de su hijo Diego que trabajó más de veinticuatro años para la Casa Real. Falleció el 3 de septiembre de1633. Fueron muy pocos los que destacaron como dentistas en la época de Lope de Vega como hemos podido ver, siendo estos los más conocidos posiblemente porque trabajaron principalmente para la Casa Real o por las obras que publicaron.

Patologías bucales más frecuentes en esos tiempos Considerando imprescindible y conveniente es que haremos un breve diccionario de los términos referidos a patologías bucales y que podemos encontrar reflejados en la producción literaria del Siglo de Oro Español. Las patologías bucales en época de Lope de Vega eran básicamente las mismas que hoy día, no sucediendo lo mismo si nos referimos a las causas etiológicas aceptadas, a sus nombres o a sus tratamientos. Leer el Coloquio del bachiller Francisco Martínez de Castrillo es saber casi todo sobre estas patologías, por eso nos basaremos en la

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obra este autor, así como en las obras de diferentes cirujanos y médicos contemporáneos de Lope de Vega para catalogar las patologías bucales de la época. Del mismo modo, nos ha ayudado para hacer este breve diccionario de patologías bucales de los siglos XVI y XVII la consulta de historiadores actuales de la Odontología. Dado que en la definición de algunas de estas patologías recogemos de Martínez Santos que expone en su obra un catálogo documentado de cirujanos y barberos vallisoletanos de aquellos siglos, en el libro “Barberos y Cirujanos de los siglos XVI y XVII, Romero Maroto, González Iglesias o Sanz Serrulla”, Es en estas obras donde los estomatólogos han profundizado las patologías y tratamientos odontológicos de esta época. Etiologías relacionadas con “teoría humoral” consideramos ilustrativo explicar brevemente en qué consistía, dado que en la época de Lope de Vega aún tenía importante vigencia. La “teoría humoral” argumentaba que el cuerpo humano configuraba un “microcosmos” que estaba bajo el influjo y en armonía con el resto del Universo o “macrocosmos” y que era la configuración de los cuatro humores, lo que llegaba a determinar los temperamentos de las personas y que estos se relacionaban con las estaciones del año y con los planetas. Los cuatro humores son: la sangre, la bilis amarilla, la pituita o flema y la bilis negra o atrabilis. Por lo cual se creía, que la enfermedad se consideraba una incapacidad del individuo provocada por un desequilibrio entre dichos humores Estos humores se combinaban

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con las cuatro cualidades sensibles, de forma que la sangre era caliente y húmeda, la flema era fría y húmeda, la bilis amarilla, caliente y seca, y la bilis negra era fría y seca. Para hablar de las patologías de los dientes y de la boca de aquella época es conveniente saber cómo se entendía la patología humoral. “Empezamos haciendo humores: en los cuerpos vivientes fon aquellos liquores de que fe nutren y mantienen, y pertenecen a fu conftitucion physica: como en el hombre la sangre, la cólera, flema y melancolía: y tambien los excrementicios: como la orina, fudor, Humor: antiguamente, cada uno de los líquidos de un organismo vivo. Humor que se suponía que predominaba en cada enfermedad. Flema: uno de los cuatro humores que fe hellan en nuestro cuerpo, cuya naturaleza es fría húmeda. Criafe principalmente en el eftomago, y aumentafe en el Invierno, y con los majares frios y húmedos, difíciles de cocer y pegajosos.”

Pérez de Bustos define “humor” como “El çumo que fe caufa de las viadas, y fe gobierna por las venas para zebo del calor natural, y mantenimiento vniuerfal del cuerpo.” y clasifica los humores en; “Son quatro, sangre, colera, flema, y melancolia.” “Todos quatro fe hazen en el higado juntamente, aunq cada vno tiene en el cuerpo parte dode fe halla con mayor abundancia.” “Para la sangre el higado, y venas, para la colera la hiel, para la melancolia el baço, y para la flema los feffos, y pecho.” (

Referencia de un fragmento de la obra de Juan Calvo en la que habla acerca de los Humores: 114


A los quales Hipocrates, y Galeno, en el libro primero de la Naturaleza del hombre, llamaron humores, y eftos fon quatro, sangre, colera, pituita, y humor melancólico. Y con razo los humores fe dicen elementos de los animales fanguineos: porque atsi como de aquellos quatro elementos fon compuestos los cuerpos naturales, atsi de los quatro humores fe hazen, y nutren los mifmos cuerpos fanguineos. Auicena dize, que humor es vn cuerpo humedo, y fluido, el qual juntamente con los otros humores es apto para nutrir las partes del cuerpo. Rodríguez-Marín Reimat explica de una forma más clara en qué consistía la patología humoral: Toda alteración de los humores es una putrefacción. Los humores se engendran a partir de los alimentos bajo la influencia del “calor innato”; así la naturaleza o “complexión” del individuo, edad, género de vida, estación del año, etcétera, darán lugar a que un alimento engendre diferentes humores. Cada parte del cuerpo posee el humor más adecuado para su nutrición, que obtiene del nervio o de las venas. Se distinguen cuatro calidades: caliente, frío, seco y húmedo; cada humor tiene sus cualidades, los medicamentos también y gracias a ellos ejercen su acción. Lope de Vega, seguramente, también fue conocedor de la “teoría humoral” a causa de haber leído los tratados de Medicina de Hipócrates, Avicena o Galeno tal y como podemos ver en la siguiente cita de la obra: Querer la propia desdicha:

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TELLO. No has vifto por el Setiembre en aquel notable encuentro del inuierno, y del otoño causa desigual el tiempo, Deftemplança en los humores, y caer muchos enfermos?

Patologías orales más frecuentes de la época: Aftas. También denominadas “alcoli” o úlceras bucales, se corresponden con la estomatitis aftosa actual. Para Pérez Cascales es la enfermedad que con más frecuencia afecta a los niños. Romero Maroto describe los factores etiológicos que, según los autores de la época, eran responsables de estas úlceras; son la leche que los niños maman, en función de que no sea de buena calidad, la delicadeza de los órganos bucales infantiles que fácilmente se dañan o los vapores que provienen de órganos internos y suben hasta la boca, así como por tomar un exceso de leche o la mala condición de esta. Una de las enfermedades generales más graves que asoló la España del siglo XVII fue el

Garrotillo, enfermedad que parece corresponderse con la difteria laríngea y que cursaba con lesiones ulceradas en la boca y la garganta. Apostemas. Íntimamente relacionado con la corrupción de las encías. Hoy en día sería el equivalente a un absceso. Francisco Martínez los achaca a los corrimientos de reuma o por la “tova”. Daza Chacón define apostema como: 116


Cualquier hichazon que fe haze del humor caliente, o fea sangre ofea colera.que es nombre griego y su propia traducción en Latines abfceffo. De manera, que apoftema, y abfceffo es todo vno.

Barretas o Barretos: Romero Maroto las describe como otra de las enfermedades infantiles que se tratan en la época, se corresponden con el trismo del recién nacido CÁLCULOS SALIVARES. En la literatura de la época se describen los cálculos sublinguales. CORRIMIENTO. Fluxión de humores que carga a alguna parte del apostema: que algunos llaman postemilla: Una hinchazón que suele criar materia, abrise y hacer llaga. Es un humor acre que fe encierra en alguna parte del cuerpo, y poco a poco fe va condenfando entre dos telas, o membranas, y despues fe va extendiendo, y cria e acopia de materias.) Absceso como a los ojos, la boca, los pechos de las mujeres, etc.

Corrupción De Encías. Entraría dentro del grupo de enfermedades periodontales, lo que hoy en día sería la gingivitis, cuya causa es la “tova” o sarro y cuyos remedios iban desde enjuagues hasta sangrías en su estado más avanzado.

Difteria Laríngea. difteria: enfermedad infecciosa aguda, epidémica, debida al Corynebacterium diphteriae (bacilo de Klebs-Löffler), caracterizada por la aparición de falsas membranas firmemente adheridas, de exudado fibrinoso, que se forman principalmente en las 117


superficies mucosas de las vías respiratorias y digestivas superiores, en las que se producen los síntomas locales de tumefacción, disfagia, disnea, etc. Juan Calvo dice en su obra que las úlceras de la boca se producen a causa de la “unción” y por decúbito de algún humor gálico, produciendo ulceraciones en la lengua, paladar y encías, y Lobera de Ávila acota Las relaciona con las fiebres pestilentes y con el tiempo húmedo en zonas de mucha lluvia, que pueden llegar a “cancerarse” y provocar la caída de los dientes, la encía y el hueso de la mandíbula

Dislocación y Fracturas Mandibulares. En la literatura de la época podemos encontrar varios capítulos destinados a estos temas. La luxación de la mandíbula obedece por lo común a una misma causa, la exagerada apertura de la boca, que generalmente ocurre durante el bostezo, y cuyo tratamiento es la reducción. Sanz Serrulla recoge en su obra el procedimiento de reducción segúnTerrer Moreno Poniendo los dedos pulgares dentro de la boca encima de las muelas, y lo demas de la mano a la barba, y puestas desta manera, harael primer movimiento azia abaxo, el segundo adentro, y el tercero azia arriba, con lo qual se reducirá a su natural encage. Romero Maroto habla de un tipo de dislocación mandibular que se da exclusivamente en niños, que es la separación de ambas hemi/mandíbulas, que en el niño se encuentran separadas por un cartílago

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Juan Calvo dice que la mandíbula es el único hueso de la cara que se puede dislocar, distingue entre si la dislocación es hacía fuera o hacía dentro. A continuación, reproducimos su descripción sobre como expone reducir la dislocación mandibular hacía afuera: Quado es la dislocación azia fuera, fe reduce metiendo los dos dedos pulgares de las manos por los lados de la boca, que eftan fobre las muelas, y los demas dedos en la parte baxa, y con toda la mano apretando a cada lado a vn tiempo entrambas, haziedo como que fe quiere baxar azia baxo toda la quixada y quando fe moviere conentrambas manos subirla azia arriba prefto, y hazer efto hafta tanto que fe buelba a fu lugar, porque para reducirla no ay más instrumentos que las manos. También describe la técnica para la reducción de la dislocación hacía dentro, pero en este caso el movimiento de reducción sería hacía afuera y hacía arriba, a continuación, para curarla había que poner medicinas junto a las orejas, hacía la cara y las sienes con una ligadura por debajo de la barbilla hasta arriba. Dice además que, según Hipócrates, si la dislocación no se reduce en diez días, podía causar la muerte del enfermo. EPILEFIA. Enfermedad peligrosa que suele dar a los niños. acompañada de herpes labial lo que el vulgo así llamaba, , al salir calenturas en la boca y a veces en la lengua), y se producía por el exceso de calor que produce un envenenamiento de la sangre que se localiza a nivel de los labios. ÉPULIS. Hoy en día, definimos épulis como toda tumoración que asienta sobre la encía, especialmente el tumor fibromatoso o sarcomatoso del periostio maxilar.

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Sanz Serrulla comenta que su curación se hace siguiendo tres intenciones: “extirpar aquella carne, modificar y cicatrizar”. También puede presentarse como una pericoronaritis. Juan Fragoso, copiando a Celso, también lo llama “parodontis”, y afirma que para curarlo hay que reprimir la carne con polvos de cardenillo y de agallas, o bien de alumbre quemado y si no, cortarlo y cauterizarlo. Daza Chacón lo define como una carnecilla que suele crecer debido a la inflamación de la muela del juicio que cursa a veces con dolor y “calentura” Calentura: salir a los labios la calentura. Se dice quando defpues de haverla padecido falen unas pupas a los labios y alrededor de la boca

Erupción, (problemas de…). Romero Maroto afirma que es una de las enfermedades específicamente infantiles que más se describen en los textos de estos siglos. Gerónimo de Ayala comenta en su obra Principios de Cirugía, qué cuando empiezan a salir los dientes a los niños, suelen hincharse las encías originando “apostemas” y pudiendo acompañarse de fiebre, espasmos y otras enfermedades. Se conocía el calendario eruptivo y se trataban los problemas que surgían de la erupción de los dientes, cuyos métodos para reducir la inflamación y facilitar la erupción pasaban por ungir las encías con diversas mixturas que podían contener yema de huevo, aceite de almendra, leche de cabra, etcétera

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Fractura de los Maxilares, Juan Calvo, Según él se reconoce o diagnostica por la desigualdad entre los dientes superiores e inferiores en la parte donde se localiza la fractura y por la presencia de dolor. Su reducción se consigue intentando igualar los huesos, dejando los dientes parejos y atándolos unos con otros con un hilo delgado de oro o plata o con una hebra de seda, además de colocar medicinas por fuera, el enfermo debe enjuagarse la boca con un cocimiento de cebada y rosas con unas gotas de jarabe rosado. El tiempo que tarda en consolidar la fractura es de unos veinte días. Juan Fragoso también afirma que tras reducir la fractura mandibular, hay que atar los dientes con un hilo de oro hasta que suelde la fractura en unas tres semanas.

Frenillos. En los textos de la época se describe la frenectomía tanto del frenillo lingual como del frenillo labial superior ya que se creía que eran los causantes de ciertas patologías como los “lamparones” o las grietas de los labios – GARROTILLO: Enfermedad de la garganta por la hinchazón de las fauces, que dificulta el transito del alimento, o la respiración.

Grietas y fisuras labiales y linguales. De etiología general, se atribuye a la anatomía del pecho de la mujer que los lacta, la cual, si tiene pezones muy duros, puede erosionar las mucosas del niño. Lobera de Ávila Para tratarlas recomienda untar con diferentes cocimientos en los labios

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Halitosis o mal aliento: Patología bastante frecuente en aquella época, cuyo tratamiento está más enfocado a enmascarar el mal olor por medio de pastillas aromáticas, que a eliminar el factor etiológico. La “alferecía” se decía que producía entre otras cosas mal aliento en los niños. Francisco Martínez también lo relaciona con las afecciones periodontales y con el neguijón. Farfán dice que si es producido por una muela podrida lo mejor es extraerla.

Herpes Labial. Albarracín Teulón, Según él, “El accidente febril se alferecía: la primer especie de enfermedades convulsivas, que confifte en una lefion y perturbación de las acciones animales en todo el cuerpo, o en alguna de suspartes, con varios accidentes: como fon el de apretar y rechinar los dientes, echar efpumarrajos por la boca, y ordinariamente con contracción del dedo pulgar.”

Lamparón. Durante mucho tiempo es una denominación aplicable a cualquier hinchazón en el cuello de cualquier causa, desde bocio hasta paperas. Existían “maestros en curar lamparones. Es una enfermedad que nace en la garganta y que también se da en los cerdos, donde la piel del lamparón tiene un cierto resplandor albicante, por estar tan estirada y por su corrosión. Con posterioridad el término lamparón ha quedado reducido para aplicarlo a los ganglios infartados.

Neguijón. Es lo que hoy en día denominamos la caries dental. López de Hinojosa: El origen de esta palabra lo explica así

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“Efte nombre de neguijón fe ha puesto por pararfe el diente negro como lo eftá la neguilla que nace en los trigos. Por aquella femejança que tiene con ella.” La etiología del neguijón no estaba muy clara por aquél entonces, habiendo dos teorías, la humoral y la vermicular. Ambas teorías eran defendidas por diferentes especialistas como podemos ver en las definiciones respectivamente:

Gregorio López o Sorapán de Rieros “En los dientes es un gusanilllo que se cria en el agujero del diente. Estas muelas, y dientes se dañan por los mantenimientos que llegan a ellos calientes, y frios: assi mismo por los corrimientos que a ellos acude, y lo más cierto es, que dá en ellos neguijon.” Francisco Martínez desmiente la teoría vermicular del neguijón explicando lo siguiente: “En el neguijón no hay gusanos, fino que es vna corrupcio que fe haze en el diente o muela: como en otro miembro del cuerpo: y defto tiene harta experiencia, y fon buenos teftigos los brueros y maeftros de facar muelas, q ninguno dellos podra con verdad dezir que hallo en muela ni diente gufano, fino fuere alguno que quiere burlar. También habla de tres tipos de neguijón, el negro, el blanco y el que vuelve el diente o muela carnoso y muy tierno. El neguijón negro afirma que es el menos malo porque se detecta pronto. El neguijón blanco es más peligroso que el negro porque va cariando el diente sin que este pierda el color, con lo que se diagnostica de manera tardía. Y el tercer tipo de neguijón es el más peligroso de los tres pues origina en la raíz pudiendo localizarse debajo de la “tova” o sarro sin que se pueda ver.”

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Odontalgia (dolor dental) Posiblemente la patología que mayormente padecieron los contemporáneos de Lope de Vega, así como él mismo, y por eso uno de los temas más estudiados por los terapeutas en aquel entonces. Francisco Martínez lo describe así: “Beftia tan fiera, quien tan defhordena y furiofamente laftima. Y berdugo cruel qe caftiga ta fin piedad, y fuerte enemigo, pues que con nadie tiene amiftad y contra quien no ay fuerça de braço, ni corte de efpada, ni laça inhiefta, ni regalo que le amanfe ni amenaça que le atemorize.” Al igual que con el neguijón, en la odontalgia no estaba del todo clara su etiología, Algunos autores lo relacionaban directamente con este, cuando va profundizando y acercándose a la cámara pulpar, y otros autores decían que era de causa humoral e incluso al igual que el neguijón, de causa vermicular. Francisco lo achaca al corrimiento de reumas, al neguijón que a la vez produce corrimiento de reumas o a los desgastes de las piezas dentales entre otras causas. Daza Chacón lo relaciona con la “fluxión de los humores”, a la inflamación de encías por reumas que caen en el nervio, por comer cosas muy calientes o frías y a los traumatismos. Rodríguez-Marín Reimat expone lo siguiente en relación con su etiología y su patología: El dolor de dientes proviene alguna vez del vicio del cerebro a causa de que los humores fríos destilados de la cabeza bajan por los nervios de los dientes y producen esta clase de dolor; cuando los humores son calientes, el dolor es agudo y punzante, con enrojecimientos de la cara; si son fríos, entonces el dolor es sordo, con pesadez de cabeza, hinchazón y palidez de cara. 124


Paladar Fisurado. Romero Maroto aporta una única cita referida a la fisura palatina, en ella se recomienda unir los dos fragmentos con una aguja para coser por encima de ésta. Juan Fragoso habla de que una vez vio a una niña de nueve años que nació sin paladar y creció sin poder mamar y echando leche por la nariz.

Parulis. Lesión de la encía que aparece en forma de apostema similar al épulis, es de causa humoral, tiende a supurar y debe abrirse, una vez supurado, con una lanceta. También denominadas “parulias”, esta patología podría ser clasificada en la terminología actual como un absceso periodontal o periapical. Juan Fragoso dice que es un absceso pequeño de las encías cuyo tratamiento es abrirlo y limpiarlo con vino y aguamiel. Daza Chacón también lo sitúa en la encía cerca de los dientes, como una “apostemilla” que suele causar dolor y cuyo tratamiento se basa en sangrías, purgas si la causa humoral es caliente, y medicinas o enjuagues. Si no se resolviese con esto habría que abrirlas con una lanceta.

Parótidas, (Inflamación de.) (Paperas o Parotiditis epidémica). Incluye todos los aumentos de la glándula parótida. Se consideraban de etiología humoral. Su tratamiento venía a consistir en sangrías y purgas. Daza Chacón las define como apostemas que aparecen en la raíz de las orejas o detrás de ellas y afirma que son peligrosas por situarse

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en la región próxima a la cabeza y por la gran confluencia de venas, arterias y nervios pudiendo llegar a causar la muerte.

Ránula. Patología de las glándulas salivares también llamada quiste mucoso del suelo de la boca. Patología ampliamente recogida en la literatura de la época. Damián Carbón de Mallorca lo describe como una hinchazón bajo la lengua causada por las humedades Daza Chacón le atribuye un origen vascular y no glandular de etiología humoral PARULIS: flemón o absceso de la encía. Pudiéndose extender por el cuello Juan Fragoso también dice que se origina en las venas de debajo de la lengua debido a un absceso flemático por carne añadida, pero niega que sea un proceso inflamatorio Juan Calvo dice que es más frecuente en los niños debido a que en ellos, abunda más el humor flemático. Actualmente todavía existe una gran confusión terminológica y conceptual en relación con esta patología, englobando lesiones quísticas del suelo de la boca como quistes mucoides por retención salival de glándulas menores o mucoceles o pseudoquistes por extravasación de las glándulas menores o sublinguales; se presenta en adolescentes y adultos jóvenes y su etiología no está del todo clara. El tratamiento en aquella época iba desde enjuagues a base de mezclas de diferentes sustancias, medicamentos, purgas y sangrías hasta llegar al tratamiento definitivo y correcto que era la cirugía.

Rechinar de Dientes. Se relacionaba con la helmintiasis que también producía sequedad de labios y la sialorrea nocturna en los niños.126


Sarro, “Tova” ó “Tártaro”. Proviene de la palabra del latín “tofus” que es piedra arenisca esponjosa. Su aplicación a la terminología odontológica, según González Iglesias, fue creada por Paracelso que lo tomó a su vez del monje alquimista Basilius Valentinus, cuyo origen consideraba más orgánico que mineral. Ambrosio Paré se refería al mismo como una materia terrestre como moho, de color amarillento, que corroe los dientes y que sucede por la falta de higiene y por no masticar correctamente.

Viruelas Algunos autores de la época las mencionan como afectaciones que se producen a nivel bucal recomendado diversos colutorios para tratarlas.

Tratamientos Odontológicos que se impartían Si bien hemos descrito las patologías bucales de los contemporáneos a Lope de Vega como similares a las que sufrimos hoy en día, los tratamientos prescritos para tratar esas patologías se alejan mucho de los que se realizan hoy en día, con las excepciones de la extracción dental y de la tartrectomía (quitar sarro de la boca), siendo el instrumental empleado para ello, lo único que ha evolucionado con los años. Es de gran utilidad la consulta del Coloquio para acercarse al conocimiento de los remedios y técnicas que entonces se usaban para tratar el neguijón (caries), los corrimientos de reumas, los apostemas, las aftas, etcétera. Basándonos en la citada obra de Francisco Martínez, en otros tratados de Cirugía y Medicina de la época y en las 127


obras más recientes de la Historia de la Odontología con autoría a cargo de Romero Maroto

Viruela: enfermedad infecciosa, contagiosa y epidémica, de naturaleza vírica, caracterizada por la erupción de pápulo vesículas que se convierten en pústulas y por fenómenos generales; después de un periodo de incubación de 9 a 12 días, comienza por un escalofrío violento, fiebre vómitos, cefalalgia y dolor lumbar característico, periodo de invasión, que dura de 3 a 4 días, seguido por el de erupción, en el que aparecen pequeñas pápulas rojas en el cuerpo, coincidiendo con la remisión de fiebre Dichas pápulas se transforman en vesículas serosas que crecen y se umbilican, y se convierten en pústulas, periodo de supuración, en el que la fiebre reaparece; luego las pústulas se secan; periodo de desecación, y se forman costras amarillas con olor repugnante peculiar, que al caer dejan pequeñas cicatrices persistentes. aparecen descritos todo tipo de tratamientos como comentamos en el texto, pero en concreto, en el capítulo cuarto del Coloquio se encuentran recogidos gran parte de ellos. Sanz Serrulla, vamos a intentar poner cierto orden sobre cómo eran los tratamientos odontológicos en la obra de Lope de Vega.

Otros tratamientos Odontológicos. Francisco Martínez recomienda distintos tratamientos dependiendo de la etiología del dolor, que van desde mortificar el nervio con cáusticos o cauterizándolo, realizar sangrías o purgas, hacer enjuagues

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con vino, vinagre y cocimientos de todo tipo, hasta la extracción de la pieza causante del mal. Juan Fragoso aconseja no comer cosas muy calientes o frías, o una detrás de otra, tomar cosas muy viscosas o mucha leche. También dice que cuando el dolor es debido a “corrimiento” pero sin que haya afectación aparente de la pieza dental, no es conveniente sacar la pieza dental, sino que la vea un barbero y sea este el que la valore, y si está dañada la extraiga. Daza Chacón también recomienda realizar una dieta blanda y en poca cantidad, aconseja sangrar o purgar para evacuar la materia que causa el dolor, receta medicamentos y cocimientos, emplastos y si con esto no bastase para mitigar el dolor indica que se cauterice la pieza afectada. Ambrosio Paré, para las odontalgias, recomendaba evitar humores morbosos o dispersarlos con purgantes, realizar sangrías y escarificaciones en las encías y en último recurso acudía a la extracción dental y la cauterización con aceite de vitriolo, agua fuerte o cauterio. Agustín Farfán recomienda hacer enjuagues con vinagre caliente, Jerónimo Soriano receta para el dolor de muelas y dientes hacer enjuagues con zumo de acelgas calientes, que hará mitigar muchísimo el dolor, o bien, enjuagarse con un cocimiento de espárragos entre los varios que propone. Veamos este fragmento de su obra: “En dolor de dientes y muelas muchos acostumbran vfar de narcoticos, como fon, opio, philonio, y otras semejantes: no lo hagays, antes bien fe ha de huyr de ello. Si cafo fuere

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que fe aya de valer de ellos, fea en cafo de mucha neceffidad y vrgencia, y fi el corrimiento fuere de humor calidiffimo, y no de otra manera.” Pérez de Bustos describe otro tratamiento para esta patología: “Harele que tome vnos granos en la boca, y que los traiga azia laparte que le duele, porque aquel corrimiento descargue con algunas flemas; o cozer vn poco de agua, y vinagre co piedra alumbre, y que lo tome en la boca àzia la parte que le duele, y que fe pongan en las venas fieneticas vnos pegadillos de incifo molido, y leche de muger, y otros en las parotides, q fon detrás de las orejas, o que en la muela que más fofpecha tuuiere que le duele, la vnte con vnas hilitas mojadas en la quinta effencia de clavos, que ordinariamente la tienen los destiladores, que luego al punto fe le quitara el dolor, y con ufo fe quedara con la muela.” En el libro Manual de mujeres de autor anónimo del siglo XVI, se encuentra un capítulo que trata de lavatorios, polvos y una serie de compuestos para los dientes y las encías destinados varios de ellos para tratar la odontalgia. Francisco Martínez Tratamientos para la caries o “neguijón”. recomienda curar el neguijón quitando la parte afectada del diente y después cauterizarlo para preservarlo, o bien aplicar ungüentos, aguas o aceites. Para eliminar el tejido cariado recomienda una serie de medidas en el cual se contienen muchas y diversas recetas muy buenas, instrumentos que aparecen ilustrados en su obra. Sorapán de Rieros, También proponía extirpar las manchas que “corrompen” los dientes con un instrumento que para ello tienen los barberos.

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“Que quando está comidos y que no ay más de las rayzes no fe echa dever quando fe andan y es tiempo de facallos.” No muy distinto era el pensar de otros terapeutas que recomendaban cauterizar el nervio de los dientes y después rellenar la cavidad con amalgama, siendo el tratamiento final la extracción. Manual de mujeres En esta obra encontramos el siguiente remedio para el neguijón: (caries) “Tomad jengibre, y nuez moscada, y clavos, y corazón de pino, y agallas, y lentisco, y salvia, y romero, y piedra alumbre: de todas estas cosas partes iguales. Y a cantidad de un azumbre de vino blanco, que sea muy fino, echaréis cantidad de media onza de cada cosa. Y cueza en una olla de barro hasta que mengüe de cuatro partes las tres Y como sea cocido, echadlo en una escudilla y pasadlo, por una mecha de lienzo, en otra. Y como sea colado, el que tuviere neguijón enjuagase la boca con esta cocción nueve mañanas arreo y se lo matará todo. Sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierras, de las cuales seextrae por disolución y cristalización. Se emplea para aclarar las aguas turbias; sirve de mordiente en tintorería y de cáustico en medicina después de calcinado. arreo: sucesivamente, fin interrupcion ni intermifsion.”

Exodoncias. Las extracciones es el tratamiento que se practicaba con más frecuencia y el que se relaciona de manera directa con la Odontología de la época.

Recomendaciones de algunos autores sobre los instrumentos a emplear para las distintas extracciones Alonso Muñoz aconseja primero mirar bien la pieza afectada para después extraerla con el gatillo. 131


Pérez de Bustos dice que para extraer las muelas grandes que no estén muy “podridas” y que no se vayan a romper se utilizará el “gatillo” y que cuando se fracturasen se sacarán las raíces con un “pelican” o con el botador, los cuales se deben usar como en su texto describe: “Del pulican, haziendo la prensa por la parte de adentro: y luego traer el rodetillo a los dientes para Ramallo, y luego tirar para afuera, no haziendo fuerça fobre los dientes, porque fi la hazieffe, los hundiría adentro, y con el botador reboluere un pañito al dedo index de la mano contraria, y le fentare en el fuelo, como para facalle la muela, y que abra la boca, y hazer la fuerça sufriere en el dedo el golpe, para, que no haga daño en otra parte. Sentarle en alto, en vn afsiento ordinario, para fer más dueño de loque tengo de hazer, y reparando el golpe en el dedo index, para que node en el paladar, o gaznate. Con la “gatilla” dice que se sacan las muelas pequeñas y que no estén muy podridas, como es en el caso de los niños y mujeres, y los colmillos, descarnándolos previamente con el “descarnador”. Las muelas muy podridas recomienda sacarlas con el “pulican” primero y luego con el “gatillo”. Para la extracción de los dientes anteriores.”

Pérez de Bustos, utiliza la “dentuza”, para las raíces y los dientes que estén fuera de los arcos dentarios utiliza el “alicate” y dice que los dientes más complicados de extraer son los molares superiores debido a que tienen tres raíces. Curioso es el “experimento” que presenta Jerónimo Soriano en su obra para sacar las muelas gastadas sin “hierro”: “Echa dentro de la cueuezilla de la muela gaftada, agua facada por alquitara de fal amoniaco, y tocala bien con ella, y se caerá confacilidad.” 132


Jerónimo Soriano Más adelante en su obra, describe como sacar los dientes y las muelas con los dedos “Toma pelitre, y echalo en vinagre fortiffimo cuarenta dias a remojo, facazo defpues: y hazlo poluos. Defte echaras dentro de las cueuezillas de las muelas gaftadas, y en derredor dellas, efcaruandolas primero vn poquito, cubriendo las circunuezinas con vn poco de cera, para que no llegue el pelitre a ellas. Dexarlo has affi por espacio y tiempo de vna hora defpues con los dedos, y fino pudieres afilas co unas pinças facaras co facilidad las muelas” Daza Chacón escribe que a la hora de extraer un diente, “Habrá, primero que apartar la encía para después comenzar “meneando” la pieza, dental con dos dedos hasta que tenga movilidad y extraerlo con estos, si se pudiere, o si no con un “gatillo”

La Hemorragia, como actuar tras la extracción Pérez de Bustos recomienda “Hacer compresión en la zona y enjuagarse con algo de vino en el que se haya cocido un poco de romero majadas las hojas de cada vna dellas, y aplicadas en forma démplaftro, restriñen la eFfufion de almorranas, mitigan las inflammationes, y eminentias del arrayán o con vino tinto tibio, y en caso de que la hemorragia continúe recomienda hacer unas pelotillas a base de clara de huevo y polvos de la sangre o con yema de huevo, vinagre y sal, colocando después la pelotilla en el alveolo.”

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Tratamientos para las Patologías Periodontales Francisco Martínez dice que “Cuando hay “corrimiento” de encías o aparecen apostemas, lo primero que hay que hacer es eliminar la “tova” en caso de que la hubiese, porque si no las medicinas que se utilicen para curar las encías no tendrán efecto. Para eliminar la “tova” recomienda que el barbero, con un mondadientes, limpie la dentadura. Para las encías inflamadas o con “tova” receta el siguiente enjuague:” Hazer efte cozimiento en tres quartillos de vino blanco echar losiguiente. Vn puño de rofas fecas, media dozena de piñas de cipres cafcadas, vno o dos cogollitos de zumaque, vn cogollo de piña de comer, vn poco de cuerno de cieruo rallado, dos granos de alumbre, media dozena de ojas de oliua. Toso afta quebrantado ha de cocer harta gastar la tercia parte, defpues de cozido colallo, y echar dentro dos marauedis de enciendo, almaftica. Y media onza de sangre de Drago de gota, todo molido echar lo en el vino tornandolo al fuego meneallo hafta que fe incorpore. Y con efto enxaguarfe los dias que parefciere fer menester: y no más. fieffo, y maduran los lamparones, y quale fquiera otros apoftemas rebeldes. arrayhan: el Arrayhan domeftico y negro, es más vtil en el vfo de medicina, que el blanco. Dafe a comer la fimiente verde y feca, a los que escupen sangre, y a losque en vexiga fienten efcozimiento. Hallan fe dos principales especies del Arrayhan: conuiene a faber, vna Domeftica, y otra Saluage. almastica: vease almaciga. Efpecie de goma o resina que fudan los lentiscos enalgunas partes de Africa, y de Asia.); lentisco: trahida en la boca el almaftiga, aliende que corrige el anhelito, descarga mucho el celebro, y engendra vn apetito infalible ultando” Sorapán de Rieros En el texto de, encontramos discrepancias sobre este tema, pues este autor defiende que para curar la “corrupción de encías” 134


“Hay que evacuar primero la causa con sangrías y urgas, si así lo decide el médico, y luego enjuagarse la boca con un remedio para ello: Para efte mal defpues de estar evacuado el cuerpo co fangrias, y purgas, fi el el medico las vuiere ordenada, es admirable remedio, lauar la boca co efte cozimiento” Farfán recomienda el siguiente tratamiento para la “tova” o sarro: Para quitarla, hagan efto, tomen media Lima o media Naranja agra, y echen fobre lo agro Alumbre quemado y molido. Ponga sobre las brafas, que cafi buelua a hieruir el Alumbre. Tomen con vn popote o palito delgado del Alumbre vn poco, y vayan lo poniedo encima de la toua. De alli a vn poco la vayan efcaruando con vn limpia dientes de barbero, y quitarse ha con facilidad. Manual de mujeres También, en esta obra aparecen algunos remedios para lavarse con ellos cuando se tienen mal las encías. Cuando una pieza tiene movilidad, ya sea por enfermedad periodontal (causa interna) o por un traumatismo (causa externa), Daza Chacón recomienda atar esa pieza con un hilo de oro al diente “bueno” que estuviese junto a él. Pone de ejemplo el caso de su abuelo que se trató a sí mismo consiguiendo que la pieza que se movía se mantuviese en boca quince años. “Si por alguna caufa externa, o interna, fe viniere a andar algún alumbre : atajan las corrupciones de miembros, reprimen las effufiones de sangre, aprietan las diffolutas enzias, y con vinagre, o con miel, establecen los dientes que fe andan. Mezcladas atsi mermo con miel, firmen a las llagas que inficionan la boca diente, que delicadamente fe ate con vn hilo de oro, con el diente bueno q estuviere al lado, 135


y afsivn abuelo mio (que fe llamava el Dotor Dionifio Chacon, Medico de Camara del Serenifsimo Rey Don Felipe, primero dente nombre traxo atado vn diente quinze años que nunca fe le cayó”.

Tratamientos para los problemas de erupción. Francisco Martínez Para las apostemas de las encías durante la erupción de los dientes deciduos, recomienda lavarlos con vino blanco o con agua rosada. En caso de que salga flemón recomienda poner un higo paso para que se madure y abra el flemón Igual recomendación encontramos en el texto de Sorapán de Rieros.y Francisco Martínez va más allá y dice que si con este tratamiento no se resolviese el flemón o la apostema, deberíamos realizar un cocimiento con pasas, dátiles, higos, cebada, agua o caldo de cabeza de carnero. Y, si aún después de esto no ha desaparecido el flemón, se optará por el tratamiento quirúrgico que es abrirlo mediante una lanceta asegurándose de que se limpia bien, porque si no podría aparecer una fístula. Lobera de Ávila y Gerónimo de Ayala, para curar las úlceras relacionadas con la erupción de los dientes deciduos, recomiendan ablandar las encías con los dedos y untarlas con sesos de liebre o de conejo o enjuagarlas con leche de perra. - Tratamientos para las aftas, llagas o úlceras bucales.

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Farfán recomienda hacer gárgaras con leche y azúcar, en el caso de que sean superficiales y que en caso de que no sanen las llagas, habrá que sangrar y purgar al enfermo. Para las llagas y úlceras de los niños recomienda frotarlas con un paño mojado en aceite y “cardenillo Jerónimo Soriano Por otro lado recomienda: “Toma de alumbre de roca, de falgema, y de alcreuite amarillo, cada dos libras, de borrax, y de almaftiga cada dos onças, hazerfe ha todo poluo, y ponerlo has en alambique con fu Capello, y recipiente, y dalefuego artificial todo vn dia, y faldra vn agua blanca como leche, la qual defpues de algunos dias fe boluera clariffima. lauandofe con ella la boca fe curan toda fuerte de vlceras y llagas que en ella huuiere” Juan Calvo para el tratamiento de las úlceras bucales recomienda “medicamentos desecantes”, cocciones para lavarse la boca o, si no bastase con esto, aplicar sobre ellas agua fuerte hecha de solimán Cuando son muy corrosivas o virulentas hay que desangran al enfermo para evacuar los malos humores que las causan y después purgar. Y las que son cancerosas se curan con solimán mezclado con azarcón Lobera de Ávila, “para las úlceras provocadas por la leche materna, recomienda que se analice la leche, que el niño mame poco y que se le ponga un emplasto sobre el estómago para ayudar a la digestión, pues se creía que una de las etiologías de las úlceras bucales en los niños eran los vapores que subían del estómago”. También recomienda: “Frotar las úlceras con zumo de lechugas, de llantén y de verdolagas. cardenillo: el hollin de cobre, que uno fe cria en las minas y fe llama natural, y otro fe hace con artificio, 137


echando el cobre en vinagre o la cafca medio aceda. Es muy útil a las hinchazones y excrecencias de las encías. borrax: atincar. Goma de una arbol Indiano, que en las botícas llaman Borrax. azarcón: minio. Pintura de color anaranjado muy encendido. llantén: planta herbácea, vivaz, de la familia de las Plantagináceas, con hojas radicales, pecioladas, gruesas, anchas, ovaladas, enteras o algo ondeadas por el”

Sangrías. Las sangrías o flebotomías era un recurso terapéutico utilizado en relación con la patología humoral y descrito por los médicos clásicos. No sólo se practicaban cuando se estaba enfermo, Abreu, médico de Felipe III a primeros del XVII recomendaba la sangría cuatro o cinco veces al año, de ahí el dicho popular de sangrarse en salud, al cual Lope de Vega conocía y postulaba: “ “Tened por paga que tengays necesidad de sangraros en salud por tan luçida causa.” Lo que se pretendía con ellas era evitar que los humores pecantes fluyeran hacía el foco de la lesión e intentar aliviar la congestión local ya constituida movilizando los humores corruptos allí coleccionados. Para lograr tal efecto había que elegir el momento y el sitio adecuado para la sangría, orientando la incisión, en línea, con el lugar afectado y buscando la debida conexión de los canales venosos. margen, flores sobre un escapo de dos a tres decímetros de altura, en espiga larga y apretada, pequeñas, verdosas, de corola tubular en la

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base y partida en cuatro pétalos en cruz, fruto capsular con dos divisiones, y semillas pardas elipsoidales. Es muy común en los sitios húmedos, y el cocimiento de las hojas se usa en medicina. verdolaga: planta herbácea anual, de la familia de las Portulacáceas, con tallos tendidos, gruesos, jugosos, de tres a cuatro decímetros de largo; hojas sentadas, carnosas, casi redondas, verdes por el haz y blanquecinas por el envés, flores amarillas, y fruto capsular con semillas menudas y negras. Es planta hortense y se usa como verdura. Pérez de Bustos define flebotomía como: lo mismo que sangría; Es una cisura, o corte artificialmente hecho en la vena para evacuar todos los humores. La medicina del medievo consideraba la enfermedad, con Galeno, como algo contranatural, algo perturbaba la naturaleza, pero que definitiva es naturaleza, podría suceder de cuatro modos principales: enfermedades de los humores, de las partes similares, de los órganos o partes instrumentales y las que afectaban a la continuidad de todo el cuerpo o de alguna de sus partes. Pérez de Bustos dice “Que hay tres maneras de realizar la incisión o,“cisura” en las venas: de manera longitudinal, latitudinal y transversal, siendo la longitudinal la mejor, tal y como refiere en este texto: Comienza y acaba en vena, y porq efta más libre de herir nervios, y arterias, y duele menos, y suelda mejor: pero quiere no romper muy de prieffa, porque no fe le vaya la vena de debaxo, al tiepo de róperla; y la latitudinal y trafuersal so más peligrosas, curafe tarde, y duele más, y fale peor sangre.” 139


Las venas que se sangraban comúnmente, según Pérez de Bustos, eran cuarenta en todo el cuerpo y las que se sangraban en la región maxilofacial eran las siguientes, como se explica en este texto: “Quatro en las orejas, las dos dela parte de afuera, llamadas parotides, y las otras dos de la parte de adetro q fe llama aborides: vena en el pico de la nariz, llamada frenética, dos en las vetanas, o caños de las narices, llamadas follares, quatro en los labios de la boca llamadas aftagurrias, mayores las del labio alto, y menores las del baxo: dos debaxo de la legua, llamadas leonicas, y dos en el cuello, q fe llamaorganicas” López de Hinojosa Para saber cómo se realiza este tratamiento a nivel bucal rescatamos el siguiente texto de: ”En los labios de la boca hay cuatro venas que solo con sajarlas hacen su evacuación.Debajo de la lengua hay otras dos venas que se nombran leonicas, las cuales se sangran de esta manera: Prosupuesta la ligadura por el cissura: la rotura o abertura futil que fe hace en cualquier cofa: y regularmente fe llama fsi la herida pequeña que hace el sangrador en la vena para que falga la sangre”. Pérez de Bustos, para sangrar las venas de la lengua dice que no hay que poner ligadura porque podría causarle mayor daño al enfermo Una vez hechas las incisiones en las venas el paciente tomará tragos de agua caliente y escupirá en una bacía para cuello se haga una mordazica de palo redondo en que entre la lengua en medio del. Vuelvase la punta de la lengua dentro de la boca a la parte de arriba y le rompa las venas a lo largo y deje salir la sangre quesi quiere. Si saliera mucha tome el paciente un poco de agua en la boca que luego se estancara.” También es ilustrativo el texto de Pérez de Bustos con la descripción de la técnica para sangrar las venas de los labios: 140


“Boluiendo los labios azia afuera, y bañarlos con agua caliente, los hare vnas fajitas, sangrado primero el labio de abaxo, y porque la sangre que faliere no eftorue, le ire echando agua caliente para que falga.” La terapia a través de las sangrías tuvo un uso exagerado, incluso desplazando a otros que la lógica indicaba y que ya se realizaban por terapeutas que abandonaron la teoría galénica de los humores como fundamento de sus remedios. En este sentido diremos que las sangrías se realizaban, por ejemplo, para tratar los flemones, aunque primeramente se optaba por diferentes remedios menos agresivos, siendo la flebotomía el último recurso cuando con los otros no se conseguía eliminar el flemón. Guido de Chauliac Apuntaremos, por último, que también opta por las sangrías de la vena cefálica, la de los labios y la de la lengua para tratar las enfermedades de los dientes. No es finalidad de esta tesis la descripción de todas las patologías y terapias vigentes en época de Lope de Vega sino solamente citar las más frecuentes o aquellas que puedan dar claridad o luz a la comprensión de su descripción en los textos literarios del autor de nuestro Siglo de Oro. Que los coágulos de sangre no impidan la evacuación de la misma. Por tanto, estos son algunos de los tratamientos y remedios de las patologías más frecuentes de los siglos XVI y XVII. Unos se pueden considerar como precursores de los tratamientos que los dentistas actuales realizamos hoy, como las tartrectomías, las extracciones dentales o la eliminación de la caries, y otros estaban

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muy lejos de lo que actualmente se consideraría aceptable como método terapéutico, nos referimos a las sangrías o los cocimientos a base de ingredientes, en muchos casos, muy peculiares.

PERSONAJES DE LA ÉPOCA QUE SE DESTACARON EN DIFERENTES ESPECIALIDADES ODONTOLÓGICAS Aunque en la España de Lope todavía no existían las especialidades propias de la profesión odontológica, si se realizaban ciertas terapias muy específicas. A continuación, expondremos los tratamientos o conocimientos que se tenían en época de Lope clasificándolos por especialidades.

Cirugía ABULCASIS El primer autor que habló sobre la reimplantación de dientes, según nuestros estudios, fue, pero quien escribe sobre ello, en siglo XVI, Ambrosio Paré de una manera más explícita fue, insistiendo en la utilidad que tenía esta operación, siempre y cuando estuviese bien indicada. Es el primero en mencionar el trasplante dentario, aunque nunca llegó a realizarlo, y en hablar y describir los obturadores palatinos. También suyas son las invenciones o modificaciones de algunos instrumentos como el abrebocas, el gatillo o el pelícano. En el Coloquio podemos encontrar varias ilustraciones de diversos instrumentos para realizar extracciones, tanto de dientes deciduos como permanentes, son los botadores, el “gatillo” para dientes fáciles de sacar o el “polican” si se prevé que se pueda romper. Los raigones o

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los restos radiculares se sacarían con instrumentos que en su parte de prensión esta dentada. Pérez De Bustos dice que hay siete instrumentos de hierros para realizar extracciones, que son el “descarnador”, el “gatillo” y “gatilla”, el “pelicano” o “pulican”, la “gantuza”, el “botador” y los “alicates”, En la época de Lope de Vega ya se hablaba de prevenir el neguijón (caries) a base de medidas de higiene y dietéticas, por ejemplo, Francisco Martínez aconseja limpiarse los dientes para prevenir la aparición de caries y cuidar las encías: “Limpiandolos, porque fino teneys cargo de coferuar los limpios y dexays llegar alli el manjar fe os tornara a corromper. Lo primero que fe ha de hazer a las mañanas quando fe levanta, enxuagarfe las enzias bonitamente co vn paño de lieço delgado. Para después de las comidas recomienda hacer enjuagues con vino aguado y limpiarse con un paño delgado por la raíz de los dientes, insistiendo que después de comer dulce es preciso enjuagarse la boca. También aconseja que el barbero les limpie los dientes con un. mondadientes para evitar que aparezca “tova” y conservarlos mejor, así como lograr unas encías sanas entre otras muchas cosas buenas para la boca.” Sorapán De Rieros también da mucha importancia a la limpieza de la dentadura, la cuál ha de ser con instrumentos de oro, plata ó viznaga Manual De Mujeres En este compendio, aparecen algunas recetas para elaborar “polvos de dientes” con los que limpiarlos y conservarlos sanos, así como las encías siendo un ejemplo la que exponemos a continuación: 143


“Hojas de romero quemado muerto en vino blanco y seco al aire, almástiga, incienso, sangre de drago, coral rojo, canela: de todas estas cosas partes iguales, tanto de una como de otra, molidas, y pasadas por cedazo juntas. Limpiarse los dientes con ellas y enjuagarse la boca con vino blanco tibio.” PERIODONCIA Francisco Martínez describe como debía ser una encía sana: “Enxuta, delgada, maciça, y bien pegada co el diente, y que las de fuera y parte de dentro fe comuniquen y eften continuas más vn color ecarnado y rofado. Las afecciones periodontales se las relacionaba con la presencia de sarro ya que este desgasta las encías y las enflaquece, produce corrimientos de reumas, daña los dientes y es causa de mal aliento” Por eso Francisco Martínez recomienda “No dejar criar “tova” y cuando aparece hay que eliminarla con un poco de tea o lentisco o con un mondadientes de oro, plata o hierro dependiendo de la dureza del sarro. Dice lo siguiente sobre los mondadientes utilizados para la eliminación del sarro y algunos de ellos aparecen ilustrados en su obra: Como fe hazen los mondadientes, y quando y de qué manera fe ha de vfar los unos, y quando los otros: q fon tea, lentisco, viznaga. Tambien fe hazen para limpiar, y cófortar los dientes, rayzes de maluas, cortezas de nogal, palos de falce. Pero todo efto es adreçado en cozimieto. Hazen fe tambien mondadiétes de oro y plta, y hierro: pero efto no es tan bueno como los cocimientos, y palos. La razon es, porque eftos metales fon frios, y todo lo frio es enemigo del diente.” Christen, del Valle González Basándose en las obras de Sanz Serrulla, en el Diccionario General de Americanismos y en la obra de

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puntualiza más datos sobre los materiales empleados para confeccionar mondadientes. Sorapán de Rieros “Dependiendo de la “calidad” del sarro Tea: haftilla, o raja de pino, u otra madera refinofa, que encendida alumbra como una hacha. lentisco: arbol que crece de la altura del avellano, y produce las hojas semejantes a las del Alhocigo, de color verde obscuro, las quales no pierde jamás; antes todo el año efta verde. Defte arbol fale la goma llamada Almáciga o Almáftiga (Sirven comúnmente los ramillos de Lentifco, quando eftan verdes, para en lugar de cañas, mondar los dientes.” Citando el coloquio dice que recomendaba los mondadientes de uso personal, con preferencia de oro, plata o hierro, entre los metálicos, y por este orden pues los metales menos fríos eran los más nobles y todo lo frio es enemigo del diente; en cuanto a los de madera, cita tea, lentisco o viznaga. El mondadientes de palo puede hacer referencia al canime: «En Colombia y Venezuela, el árbol de la copaiba» . La copaiba, según el mismo diccionario, es un «árbol semejante al cedro, del cual se extrae el bálsamo de su nombre, o aceite de palo». Entre los muchos materiales utilizados para la confección de mondadientes que podemos encontrar en lo referente a metales bronce, cobre, hierro, plata y oro. La Odontología de esa época recomendaba utilizar diferentes mondadientes. Por ejemplo, cuando la “tova” está blanda recomienda eliminarla con biznaga, pero si la “tova” está bien pegada a los dientes habría que eliminarla con un mondadientes de oro. Si aun así no se consiguiese eliminar, habría que recurrir a un mondadientes de plata, 145


que es más duro que los dos anteriores Recordemos, para no repetirnos en exceso, toda la serie de enjuagues, colutorios, o sustancias que se frotaban sobre las encías que hemos citado y que citaremos, en capítulos distintos de esta tesis para tratar las patologías de las encías.

Prótesis La búsqueda de la eficaz sustitución de los dientes perdidos que iban a ser reemplazados por prótesis fue muy anterior a la época que nos ocupa, por tanto, no debe extrañarnos encontrar referencias a las prótesis dentales en los textos que hemos venido estudiando. Por ejemplo, leemos en el Coloquio: “Por ventura feñor venis por algunos dientes postizos, porque fe yo algunos que los venden, que como a mí me faltan por la gracia de Dios, luego me vienen a cobidar co ellos y traen las muchas dozellas, que es gran remedio: a lo menos para mugeres q quieren perefcer bien a sus maridos.” Y como bien sabemos decir hoy en día, “la mejor prótesis es la que no tenemos que instalar” Francisco Martínez También observó los perjuicios que las prótesis provocaban en la boca de estos pacientes; en concreto, el texto que vemos ahora habla del perjuicio que causaban a los dientes sanos al atarles las prótesis: “Para poner vn diente hanle de atar dos, y con la fuerça que ponen para apretarle, y con aquel atar y defatar el hilo, o porq fe menea, o no está bien puefto, forçofamente ha de mouer los dos dode fe ata.”

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De nuevo nos parece suficientemente ilustrativo los dos textos citados sobre las prótesis dentales El reflejo de la estética dental femenina en las obras de nuestro autor y que veremos en el siguiente capítulo de esta tesis, pone de manifiesto la importancia que se le daba a este tema en aquella época, fundamentalmente para catalogar la belleza de las mujeres.

Francisco Martínez En la frecuentemente citada obra de tenemos un ejemplo más de lo que acabamos de aseverar con respecto a la importancia de la belleza dental para valorar la belleza general de las mujeres; en esta obra, el personaje Valerio tiene una hermana que se mete monja porque piensa que con su dentadura destrozada nadie la va a querer como esposa: “El fin es que todos los dientes fe le han corrompido, y podrido de neguijon, que llaman, y como ella fa preciaua de tan hermosa quedo tan descontenta de verfe atsi que todo el mundo no bafta a eftorbarfelo: porque dize que no sera pofsible que nadie la quiera, y no fera bien cafada. Y hablando la verdad no le falta razon: porque le huele la moca de media legua.” En otro punto de su obra, Francisco Martínez afirma que los dientes ermosos han de ser menudos y blancos, y dice que sin ellos las mujeres no pueden considerarse hermosas ni los hombres galanes. Color de los dientes Se mencionan unas recetas y medicamentos para blanquear y conservar los dientes:

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“Tome la quarta parte de vna onça de triaca de Andromaco, y mezclenla con vino blaco, y, çumo de hinojo yguales partes, y dando le vn heruor fe guarde para la boca con ello.” Juan Fragoso En el texto de encontramos un remedio galénico para blanquear los dientes aseverando que se limpien con cuerno de ciervo quemado. Jerónimo Soriano afirma “Que tener los dientes negros y sucios, tanto hombres como mujeres, es una de las cosas más “enojosas y abominables” y recomienda que un cirujano los limpie bien y elimine la “tova” para después enjuagarse con vino blanco odorífero y frotarse los dientes con polvos de alabastro, piedra esponjosa y sal tostada.” Juan Calvo dice Que para quitar el negro de los dientes que dejan algunas unciones basta con utilizar el agua que él mismo receta en su obra o cepillar los dientes con un paño impregnado de zumo de limón y thriaca: compofición de varios fimples medicamentos calientes, en que entran por principal los trocifcos de la vivora. Su ufo es contra las mordeduras de animales, e infectos venenofof, y para restaurar la debilitación por falta del calor natural. hinojo: planta, cuya raíz es derecha y blanca: fu tallo es alto, derecho y redondo, efponjofo y dentro con una médula blanca, y tiene algunos nudos. Sus hojas fon menudas y largas, de un verde obscuro, con un fabor dulce y un olor agradable, y al fin echa una flor como biznaga, donde da la femilla, que fon unos granos poco masque de moftáza. alabastro: piedra que ponen generalmente los naturaliftas entre la efpécies del mármol blanco, porque fe halla por la mayor parte de fus minas. Metaphoricamente feufa de efta voz para ponderar, comparar, y expreffar la perfecta blancura de alguna cofa. esponja: se fuele llamar tambien la Piedra Pomez, por el

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efecto de embeber en si los liquores. (alumbre quemado, todo ello mezclado.)”

Operatoria Dental y Endodoncia Ambrosio Paré, Los procedimientos para la obturación de caries sufren un notable progreso en el siglo de XVI, ejemplo de ello fue que trataba caries mediante obturaciones con oro, plomo y otros materiales. Para las caries que se acompañaban con dolor recurría al uso de aceite de vitriolo o agua fuerte para su cauterio. Aparece por primera vez en la literatura europea, la recomendación de utilizar amalgama para el relleno de cavidades en los dientes. Francisco Martínez habla del neguijón y de la dificultad que conlleva curarlo, habiendo casos en que esto es imposible. No recomienda el cauterio o momificación de los nervios y venas del interior de los dientes debido a que estos órganos son los que dan virtud a la pieza dental y dice lo siguiente acerca de los nervios de los dientes: “Por que como es tanto lo corrompido, es muy malo de remediar que no fe corrompa más, y dado que efto fe hizieffe como q da descubierto el neruezillo, y es tá fentible, con cualquier cofa de majar o beuida fe altera, y haze dolor, especialmente con cofa fria, y defpues defto corren alli reumas como a miembro flaco.”

Odontopediatria Francisco Martínez Dentro de su obra, hace una división en dos periodos de desarrollo de la boca: el primero va desde la erupción de los 149


dientes temporales hasta los siete u ocho años en que se caen, y otro periodo desde esta edad hasta los diecisiete o dieciocho en que dejan de crecer. Además, Francisco Martínez se extiende sobre algunos temas de índole claramente odontopediatría. Sorapán De Rieros habla de la erupción de los dientes en relación con la alimentación de los niños, en donde especifica que nacen sin ellos porque no tienen fuerza en la boca para usarlos ni “calor” en el estómago para digerir los alimentos y que a partir del año y medio o los dos años, los niños pueden comer alimentos sólidos pues ya poseen dientes suficientes

Ortodoncia Ramírez De Arellano Aunque la Ortodoncia no fue reconocida como especialidad odontológica hasta el siglo XX, dice en su obra, que a en la prehistoria se puede observar y analizar anomalías de los dientes e irregularidades de la oclusión. Lo más parecido a los movimientos ortodóncicos es esta alusión que hace Francisco Martínez sobre un diente permanente erupcionado ectópicamente debido a la presencia del temporal: “De manera que ha de facar el viejo, y defpues fus padres, o quie tuuiere cargo de tal niño, fe le llegaran poco a poco a fu lugar, coprimiendo le hazia donde ha de estar, que como efta ternezilla la mandíbula fe porna muy facimete en fu lugar, efto fe ha de hazer muy despacio, cada día quatro o cinco vezes hafta que efte en fu afsieto y buena orden con los otros.” Daza Chacón Para este problema aplica el mismo tratamiento Francisco Martínez achaca la maloclusión a los desgastes dentarios y 150


afirma que los dientes bien alineados son más estéticos. También describe como deberían estar colocados los dientes en las arcadas para que se encuentren en normo-oclusión: “Los de parte de arriba más falidos, cafi cubran las mitad de los de abaxo quado fe cierra la boca. De las muelas es otra cofa: porque han de eftar tan oppueftas, que cerrada la boca parezca la muela de arriba, y la de abaxo toda vna fino fuesse por la juntura.” Gerónimo Gómez De Huerta hace referencia en su obra Traducción de los libros de Caio Plinio de la historia natural de los animales, a los tercios faciales, pudiendo ser el primer autor español en hacer referencia al equilibrio facial y a las medidas antropométricas. Divide en tres partes iguales el rostro, uno desde donde nace el cabello hasta las cejas, otro desde las cejas hasta la base de la nariz y otro desde la base de la nariz hasta el mentón; asevera que el ancho de la boca ha de coincidir con las líneas que pasan por los agujeros “lagrimales”.

Otros destacados 1690 Juan Vidós Miró (Zaragoza 1645 - 1710)Bachiller en filosofía por la Universidad de Zaragoza y beneficiado de la iglesia parroquial de San Pablo de la misma ciudad. Amparado en un Breve Apostólico de Su Santidad que le facultaba para ejercer medicina y cirugía entre los pobres, practicó el arte de curar desde 1669. A la vista de los numerosos éxitos alcanzados con sus remedios el permiso fue confirmado por el Justicia de Aragón y la Diputación del Reino cuando la fama de aquéllos y la presión de algunos profesionales de la medicina habían obligado al Colegio de Médicos y Cirujanos

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de Zaragoza a entablar un largo pleito, resuelto favorablemente para el sacerdote. Las iniciales ideas del uso de la amalgama de plata “praxis aurea” fueron difundidas en España en 1690 que lo tradujo y público en su libro “Medicina racional y espagírica”. Vidós fue un sacerdote polémico que mantuvo largos pleitos por ejercer la medicina sin ser médico. Bachiller en filosofía por la Universidad de Zaragoza y beneficiado de la iglesia parroquial de San Pablo de la misma ciudad. Amparado en un Breve Apostólico de Su Santidad que le facultaba para ejercer medicina y cirugía entre los pobres, practicó el arte de curar desde 1669. A la vista de los numerosos éxitos alcanzados con sus remedios el permiso fue confirmado por el Justicia de Aragón y la Diputación del Reino cuando la fama de aquéllos y la presión de algunos profesionales de la medicina habían obligado al Colegio de Médicos y Cirujanos de Zaragoza a entablar un largo pleito, resuelto favorablemente para el sacerdote. A propósito de su polémica con el médico Felipe Borbón, publicó el Manifiesto apológico en el que solicitó ayuda para imprimir el voluminoso manuscrito donde exponía los fundamentos teóricos de sus curaciones y una extensa recopilación de los medicamentos utilizados. La Diputación subvencionó la edición y el rey Carlos II intervino en 1690 para acelerar la impresión. En 1691, con prólogo de Casalete, apareció en Zaragoza el libro español de medicina que más ediciones alcanzaría —aproximadamente diez— en su época. En 1720 se im-

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primió como obra póstuma la segunda parte del libro que ya no alcanzó, a pesar de su mejor elaboración, el éxito de la primera, frente al atraso de la cultura médica académica del momento, que terminaría gracias a los esfuerzos de los grupos renovadores, ejerció un curanderismo progresista de aceptables resultados prácticos y basado en conocimientos teóricos de la ciencia de curar, obviamente adquiridos fuera de la Universidad. Desde el punto de vista quirúrgico, la primera parte de la Medicina y la Cirugía Racional y Espagírica fue utilizada en distintos hospitales españoles, entre ellos el de Barcelona, hasta que la Guerra de Sucesión favoreció la llegada de técnicas nuevas y se inició el profundo cambio que tendría lugar en la cirugía española del siglo XVII, Con sus formularios de Raíces, Yerbas, Flores, Semillas, Frutos, Maderas, Aguas y Vinos, etc., productos estos que usaba la Medicina Racional Espagírica y la Pharmacopea, donde se explicaba los modos y composición de los medicamentos, con su uso, sus dosis, y aplicación de ellos. (G. T. Martínez, Zaragoza,) “el modo de curar el morbo Gálico”, y un copioso abecedario de selectos remedios. Espagiria es un nombre dado a la producción de medicinas a partir de plantas utilizando procedimientos de” la alquimia medieval” generalmente para la separación y purificación de metales, la fermentación, la destilación y la extracción de componentes minerales de las cenizas de la planta

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El Renacimiento y sus logros en odontología conclusiones En general el Renacimiento nos deja un frondoso legado odontológico fuera de las obras de anatomía general: Aparecen las primeras nociones de anatomía dentaria. Se establece el número correcto de piezas dentarias permanentes y temporarios; fue diferenciado el cemento radicular. Se individualizan los gérmenes dentarios de los caducos y permanentes. Se acepta que la mandíbula estaba constituida por un solo hueso y no por dos unidos a la altura del mentón; se expusieron las bases de la medicina legal y la anatomía patológica; y se imponía la idea del contagio de las enfermedades Siguiendo el principio de la restauración de la caries dentaria se mantuvo la obturación con oro esponjoso (orificación) previa limpieza de la cavidad con agua fuerte (ácido nítrico diluido en agua). La exodoncia sigue siendo considerada como último recurso, practicándose previamente la sindesmotomía. La etiología de las caries no se descubrió, pero comenzó a considerarse falsa la idea del “gusano de las caries”. Las recomendaciones sobre higiene bucal fueron insistentes, perfeccionándose dentífricos y enjuagatorios. El instrumental sufre posterior evolución, siendo conocidos los distintos fórceps por su parecido con animales: los “pelicanos”, para extraer molares; el “pico” para incisivos; el “pico de cuervo” para raíces; el “hocico de perro”, para caninos; el “taladro”, para separar dientes cuando están muy juntos; el “escalpelo” para separar las encías (sindesmotomía) antes de la extracción.

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Gracias a las artes plásticas se comienzan experiencias que beneficiarán a la odontología, como las cerámicas y la fundición de metales, ejemplo: “colado a la cera perdida”. Soldaduras metálicas, fundentes como el bórax, cerámica, etc. son materiales que hoy se siguen usando. Repetimos que es durante esa época, donde reaparece el espíritu y búsqueda de la verdad, con ello se dejan de lado las supersticiones y la teología. Durante los siglos XV y XVI se encuentra el renacimiento de la anatomía. Durante el Renacimiento (siglo XVI) se produjeron dos acontecimientos que transformaron la docencia. El Humanismo médico propició la recuperación de los textos e ideas clásicas con todo su vigor original. También sirvió para revitalizar y reinterpretar antiguos métodos docentes, entre los que se encontraban el contacto directo de los estudiantes de anatomía con los enfermos y con los medicamentos. Fue significativa la invención de la imprenta que permitió multiplicar y difundir los nuevos libros. Los antiguos manuales medievales fueron sustituidos en un primer momento por textos clásicos, impresos y recuperados en su pureza original. Ya en la segunda mitad de este siglo, comenzaron a aparecer tratados médicos modernos que introducían novedades no contempladas por los antiguos. El primer texto referido a la Odontología será de Francisco Martínez de Castrillo: "Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca. Con muchos avisos y remedios necesarios. Y la orden de curar los dientes", publicada en 1557. 155


Vesalio fue uno de los primeros en describir e ilustrar todas las estructuras del cuerpo humano, incluso llegó a contradecir a Galeno. Elaboró una anatomía de tipo descriptiva, contraria a la estructural, que en su apartado dedicado a dientes y huesos fue brillante en cuanto a las ilustraciones odontológicas. Los árabes, después de haber dominado gran parte de Asia y África, en el año 711, invadieron España, donde permanecieron por espacio de 700 años; de entre ellos surgieron algunos médicos entre los que se destacaron Avicena y Abulcasis .

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LA ODONTOLOGIA EN LA EDAD MODERNA Introducción Como ya hemos descripto la modernidad abarca un extenso periodo de la historia de Occidente, no tan extenso en años como en cantidad de hechos producidos. Por ello vamos a comentar a la modernidad usando términos propios de la historia del Arte, y por eso mismo, muy gratificantes. Sabemos que los personajes árabes relacionados con la odontología a quienes hemos ya identificado y desarrollado en páginas anteriores fueron quienes después de haber dominado gran parte de Asia y África, en el año 711, invadieron España, donde permanecieron por espacio de 700 años. Entre ellos como hemos ya relatado surgieron algunos médicos entre los que destacaron Avicena y Abulcasis el cual fue considerado el médico más importante del Califato de Occidente. Nació en Córdoba, España en el año 936. Se le consideró el más notable cirujano árabe, y en la misma forma Avicena fue considerado el médico más sobresaliente, cuya obra de cirugía se llamó “Al-Tasrif “donde escribe en varios capítulos a los dientes y encías. Realizaba cauterizaciones para tratar las fístulas, trató los épulis, insistía en la necesidad de eliminar el sarro, recomendó prudencia para las extracciones, empleó limas diseñadas por él mismo para emparejar los dientes, habló de la operación de labio leporino, describió la reimplantación dental, la colocación de dientes artificiales y tratamientos para las fracturas. Indicaba la sindesmotomía previa a los retiros dentales.

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Personalidades destacadas en la Edad Moderna Pierre Fauchard como no nos cansamos de describir, fue este destacado médico francés, a quien reconocemos como el "padre de la odontología moderna"... la obra de Fauchard fue continuada por otros que expandieron el conocimiento de la profesión a través de europa. Fauchard nació en un hogar modesto en saint-denis-de-gastines. como ya hemos mencionado, dio grandes aportes a la dentistería, y el sentenció: “para poder aprender odontología es necesario poseer amplios conocimientos de medicina particularmente si se quiere profesionalizar la práctica dental”, esto lo dice en la publicación de su magna obra en 1728 "le chirugien dentiste; ou, traité des dents” (el cirujano dentista; o tratado sobre los dientes) , donde define las enfermedades del diente, encías y del hueso de soporte, presenta casos clínicos, el instrumental quirúrgico, las operaciones a realizar, diseño de prótesis, incluso daba algunos consejos sobre higiene dental. en este libro aparece por primera vez juntos el nombre de cirujano dentista tal y como lo conocemos hoy. Pierre Fauchard al ser dentista de la corte de Luis XIV fue también un notable pensador que influyó positivamente para regular la profesión en parís y logró unir en una práctica profesional al cirujano y al dentista para dejar al margen a los barberos, sacamuelas y merolicos (charlatanes) desde entonces la mayoría de los títulos universitarios en el mundo conservan todavía esa tradición de "cirujano dentista". hoy en

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día existe una academia honorífica a nivel mundial que lleva su nombre y en parís se encuentra su museo. en sus investigaciones odontológicas progresa en cirugía dental y en prostodoncia. todo ello necesita de un ordenador y así como Juan Sebastián Bach ordena el mundo de los sonidos, en el siglo XVIII pierre fauchard, ordena el de los odontólogos. con él comienza el período que hemos llamado de la odontología científica, se sistematiza el conocimiento odontológico Fauchard y sus discípulos crearán aleaciones nuevas, como la de plomo y estaño; cementos y aleaciones de bajo punto de fusión para restauraciones a perno; harán evolucionar el instrumental, que es ya casi como el que conocemos nosotros; perfeccionan la operatoria dental y la cirugía maxilofacial. Fundamentalmente “El cirujano dentista”, tal es la obra del francés, estatuye el campo en el cual el odontólogo puede y debe moverse conociendo, creando, aconsejando, investigando y enseñando. A partir de Fauchard, el avance odontológico es permanente: en el siglo XVIII se incorpora la porcelana fundida para la confección de prótesis; hacia 1810 ya se hacen prótesis completas; en 1840 se descubre el uso la amalgama de plata y mercurio y surgen las primeras fábricas de productos dentales; también se descubre la vulcanización y se producen prótesis de caucho. Pero todavía el dentista trabaja con el dolor como barrera entre él y el paciente. Hipócrates ya decía que la guerra es la mejor escuela de cirujanos; gracias a ella, fundamentalmente la guerra franco-prusiana, la civil de EEUU (1860-1870) y finalmente las dos últimos mundiales del 159


Siglo XX, la medicina general y la odontología se beneficiaron con el éter y el cloroformo como anestésicos. Los alemanes descubren el uso antiséptico del yodoformo y, finalmente en 1928, Fleming descubre la penicilina que más adelante desarrollaremos. Desde el punto de vista conservador la odontología avanza vertiginosamente en el presente siglo.

La Odontología en el Barroco Para muchos autores, el barroco es sólo un estilo de las artes plásticas y literarias propio de Europa e Hispanoamérica, entre los fines del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVIII. No obstante, podemos afirmar que es, además, un estilo de vida típico de la Europa meridional y de los pueblos iberoamericanos y en particular en estos últimos. Es posible hablar de una política barroca, una economía barroca, una sociedad barroca. Desde luego, también hay un pensamiento y una ciencia barroca. Así como el renacimiento fue un movimiento que conmovió a toda una cultura, pero concebida para minorías, el Barroco es la dispersión de los conocimientos renacentistas (y decimos a propósito dispersión y no divulgación, pues no fue un movimiento cultural vulgar). Italia primero y España después, entran con pie firme en el Renacimiento, con la misma soltura entrarán en el Barroco. Grecia invadida por los turcos se ha perdido por el momento para Occidente. Francia se atrasó por sus guerras civiles del siglo XVI y los países nórdicos,

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en función de la revolución protestante, se aferran al goticismo como expresión de rechazo a Roma. Iberoamérica nace tímidamente renacentista y crece apasionadamente barroca, de donde resulta más moderna y actual que sus “hermanas” mayores de Europa Septentrional. Era barroco el español, eran barrocos incas y aztecas, no podía ser otro el resultado. El Barroco, no importa la fecha, es un estado de ánimo. Durante este siglo, si no epiléptico, algo espasmódico, asume la conducción de Europa el país menos occidental de los países occidentales: Francia. El pensamiento cartesiano, bueno para las ciencias exactas, no lo es para el hombre que como tal: conduce a la desesperanza, o cuando menos, a la desconfianza. Es el pensamiento del hombre de gabinete, aislado de la realidad y allí comienza a divorciarse la razón de la realidad. Como no hay mal que por bien no venga, el pensamiento pragmático empuja el proceso de las ciencias aplicadas y durante el siglo XVII se crea y perfecciona el microscopio, dándose gran impulso a la microbiología.

Otros datos de la Edad Moderna 1492-1789 Siglos XVIII Y XIX Durante estos siglos se produjo un gran aumento y transformación de los hospitales europeos, convirtiéndose en las instituciones más específicamente médicas y dedicadas al cuidado de los enfermos. Médicos y cirujanos encontraron en esos hospitales nuevas oportunidades y estímulos para el aprendizaje.

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Aparecieron escuelas públicas y privadas de cirugía y medicina, muchas de ellas en relación con hospitales y dispensarios. Surgió así un nuevo tipo de profesional médico que mantenía una relación más estrecha con los hospitales y con conocimiento de los problemas quirúrgicos. Además, en este periodo también se destacan otros autores como: Pfapp que en 1756 describió un método para impresiones con cera que después eran vaciadas con yeso, Chamant que en 1792 utilizó un proceso para hacer prótesis de porcelana, Bunon que será el primero en hablar de Odontología en la Universidad y definió la enfermedad que hoy se conoce como hipoplasia del esmalte, Mouton que será el primero en utilizar coronas metálicas de oro, Bourdet que se dedicó a la Ortodoncia, HEISTEL que explicó la fisiología de la masticación. En 1815 se comenzaron a utilizar las incrustaciones de porcelana, Pero no fue hasta el siglo XIX, con la invención de los principios de la amalgama, cuando se empezaron a tener bases científicas sobre los materiales, principalmente porcelana y oro. LEVI SPEAR PARMLY En 1815 reinventa y promueve el uso de la seda dental, gracias a que en humanos prehistóricos se habían encontrado vestigios de la misma y de palillos. SIGLO XVIII: “DEL DIBUJANTE DE DIENTES AL DENTISTA",

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En caso de que la iluminación crezca en la práctica de la odontología, podríamos llegar al progreso y generar nuevas ideas.” (esto referido a la incorporación de fuentes lumínicas en las consultas ) PIERRE FOUCHARD 1746

La Restauración de dientes realizadas por Pierre Fauchard A principios de 1700, la odontología era considerada una parte menos importante de medicina. a finales de este siglo, había comenzado a emerger como una disciplina por derecho propio. a fines de la década de 1750, el término "dentista", tomado de los franceses, comenzó a usarse en gran bretaña para describir a los operadores de dientes. El taladro de dentista (torno) de Pierre Fauchard Realizado a lo largo de este período de cambio, el charlatanismo todavía estaba muy extendido y los charlatanes eran una parte común de la vida rural. Solo los muy adinerados podían pagar el dentista u operador especializado para los dientes. Para muchos, la única opción era el herrero del pueblo y el cajón de dientes que ofrecían extrac-

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ciones dolorosas. Los elixires, los ungüentos y los dentífricos abrasivos también se podían comprar en las ferias del mercado a finales del siglo XVII. Las clases superiores podrían permitirse una mayor variedad de tratamientos, incluidos los dientes artificiales (muy buscados por los ricos que consumían alimentos con azúcares refinados). Las dentaduras postizas eran populares en el siglo XVIII y los dientes se los construían de materiales naturales, como colmillos de morsas, marfil de elefantes o de hipopótamos. También se utilizaban dientes humanos "Dientes de Waterloo", procedentes de campos de batalla o de cementerios Estos eran clavados en la base de la prótesis. Estas dentaduras talladas en marfil eran incómodas, siendo luego reemplazadas por dentaduras de porcelana, introducidas en la década de 1790 . Estas no tuvieron éxito debido a sus colores brillantes, y la tendencia a su fácil fractura

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LA ODONTOLOGIA EDAD CONTEMPORANEA (Desde la Revolución Francesa en adelante (1789)) Resumen introductorio de los principales acontecimientos

1880 Sir John Tomes (1815 - 1895) La Asociación Dental Británica, formada en 1880 con Sir John Tomes como presidente, desempeñó un papel importante en la transformación y regulación de la profesión dental en Inglaterra.

Avances en la Ciencia y la Educación Antes de la década de 1800, la práctica de la odontología estaba aún muy lejos de alcanzar el estatus profesional. Esto iba a cambiar en el siglo XIX., el periodo más significativo en la historia de la odontología hasta la fecha. En 1800, todavía había relativamente pocos "dentistas" que ejercían la profesión. A mediados del siglo XIX, el número de dentistas practicantes había aumentado notablemente, aunque no existía un control legal o profesional para prevenir la negligencia profesional y la incompetencia La introducción de la anestesia tuvo un efecto dramático en la odontología. Junto con el éter y el cloroformo, el óxido nitroso se convirtió en la opción más preferida y la mayoría de las cirugías estaban equipadas con equipos de anestesia general para fines de siglo. Muchas personas ahora estaban preparadas para que les extrajeran sus dientes enfermos sin cura, lo que llevó a una enorme demanda de dentaduras baratas y eficientes. 165


La introducción de la vulcanita a mediados del siglo XIX significó que ahora las dentaduras podrían producirse en serie y ser asequibles, reemplazando las costosas versiones de marfil. EL DESARROLLO DE LA ODONTOLOGÍA EN EL SIGLO XIX El siglo XIX fue un periodo de grandes cambios en el ámbito de la Odontología, se lograron descubrimientos importantes, gracias a investigaciones realizadas por muchos médicos de la época que pretendía encontrar nuevas formas de cura para las diferentes enfermedades que en aquella época afectaban a la sociedad. En este tiempo también hubo cambios en reglamento para lograr ejercer la profesión de una mejor manera, mientras que los pensadores dieron un vuelco en su modo de pensar a abriéndose a nuevas alternativas.

1859 La creación de la American Dental Association Durante los años 1840 y 1850 se organizaron una decena de nuevas asociaciones, en Virginia, Pensilvania, Nueva York, entre otros. Mississippi Valley Association of dental Surgeons, se convirtió en una de las asociaciones más influyentes de la nación. En 1859, veinticinco delegados representando a ocho grupos dentales diferentes se reunieron en Nueva York y organizaron la American Dental Association (ADA), Ésta promulgó un código ético muy avanzado que sirvió de modelo para códigos posteriores. La ADA pretendía ser una organización nacional, pero al estallido de la guerra civil esto no se pudo lograr. 166


En 1869 se crea la Southern Dental Association (SDA), la cual logro crecer rápidamente extendiéndose más allá de sus fronteras del sur. Después de repetidos intentos de la SDA de unir sus fuerzas con la ADA, finalmente en 1897 se crea una nueva institución, la National Dental Association (NDA)

1851 Guerra de inventos y patentes Transcurría el año 1851 cuando surge un gran avance en la construcción de dentaduras, cuando Nelson Goodyear, hermano de Charles Goodyear, el magnate de la goma aprendió a convertir la goma flexible en un material más duro al que llamó “vulcanita”. A esta se le dieron muchos usos, pero el más importante fue en el área odontológica, donde se utilizó como material de las bases de dentaduras postizas . Este material revolucionó el campo odontológico convirtiéndose en el material predilecto de los profesionales de la época, ya que implicaba un bajo costo, ya que costaban un tercio de las hechas de oro. El Dr. John A. Cumming, un oscuro dentista, consiguió en 1864 una patente cubriendo todo el proceso de elaboración de las dentaduras de caucho. Es un misterio como Cumming consiguió la patente ya que había sido rechazado por más de 12 años por la oficina de patentes, al haber sido este material de uso común por más de 100 años.

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Sin embargo, la patente se concedió, y Cumming inmediatamente la vendió a la Goodyear Dental Vulcanite Company (GDVC), a partir de entonces insistió que para hacer uso de esta se debía primero recibir una licencia de la compañía, a través de un pago mensual que iba desde 25 a 100 dólares al año, además se calculaba el precio por el tamaño de la prótesis o la cantidad de dientes insertos en ella. Solo unos cinco mil dentistas obtuvieron licencia, otros volvieron a usar el oro, algunos probaron sustitutos más económicos y otros utilizaban vulcanita a escondidas. James Bacon, secretario de la compañía se hacía cargo de que se cumpliera el pago del uso de la licencia, hubo detractores de las patentes de Goodyear como Samuel Withe, quien era editor de la revista odontológica más importante del mundo de esa época, al cual la corte no concedió nada . James Bacon siguió con su tiranía de cobros y persecuciones llegando al extremo de desprestigiar a importantes dentistas de la época, tanto fue la humillación y frustración que sintió uno de estos, que Sameul Chanfalt fue quien dio muerte a Bacon. Felizmente para la profesión dental en el año 1881 las patentes de la GDVC expiraron, dejando de cobrar por su uso.

Las Coronas y Puentes Odontológicos Siguiendo el ejemplo de la GDVC otros emprendedores generaron una serie de inventos con los que intentaron beneficiarse, así surgieron los puentes y las coronas, que fueron mejoradas ya que como sabemos fueron inventadas por los etruscos en el siglo V a.C.-

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Hubo muchos nuevos tipos de coronas unas hechas de porcelana soldada a bases de oro otras hechas totalmente de porcelana. Existieron muchas patentes las que fueron compradas por la International Tooth Crown Company (ITCC) para así cobrar por el uso y la elaboración de coronas. Un doctor de Chicago llamado J.N. Crouse apoyado por sus colegas decidió en 1887 viajar para obtener el apoyo y el aporte de dentistas para así acabar con los patentes de la ITCC, lográndolo después de esto. Así después de la nulidad de los patentes siguieron mejorando las coronas dentales.

Los Tornos Con la introducción de la anestesia y la vulcanita, la extracción dentaria se convirtió en una clara alternativa en el consultorio del dentista. Ya que la restauración aún seguía siendo muy difícil. La odontología preventiva y conservadora esperaba por la invención de equipos capaces de permitir al profesional tallar dientes con precisión. Fauchard había introducido algunos prototipos de tornos, desde un sencillo taladro de anillo que se hacía girar entre el pulgar y el índice, hasta un ineficaz torno que consistía en un pesado y tosco instrumento de relojería. La máquina de coser a pedal de Isaac Singer dio el empuje necesario para salir del atolladero. Charles Ferry había generado un torno de mano el cual no era muy eficaz, A este prototipo el ingenioso James Beal Morrison incorporó un cable que llegaba a un pedal, con el cual daba la fuerza suficiente

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para pulir delicadamente los dientes, recibiendo su patente en 1871La SS White Company mejoro el diseño haciéndola más segura. En1872 la SS White Company puso en el mercado el primer torno eléctrico, que había sido inventado por George F. Green. El motor estaba incorporado directamente en la empuñadura del instrumento, que lo hacía extremadamente pesado e incómodo. No tuvo mucho éxito debido a su incomodidad ya que en las consultas de campo no había electricidad aun, por lo que se siguió utilizando el torno a pedal

El Equipo Dental y los Gabinetes. El primer sillón abatible fue construido por James Smell en 1832. Estaba muy bien tapizado y tenía una linterna de alcohol y un espejo ingeniosamente preparado para iluminar el interior de la boca. Sin embargo, durante muchos años, la mayoría de los dentistas continuaron usando una silla corriente a la que añadían un reposacabezas portátil que fue introducido en 1847 por Jones, White y compañía que lo anunciaron como “muy adecuado para dentistas ambulantes”. Unas cuantas compañías manufacturaron sillones completos a lo largo de los años 1850 y 1860, construidos en madera tapizados con felpa, uno de los más conocidos era la “silla cisne”. En el año1871, mismo año en que Morrison creó el torno de pedal. La S.S. White Company diseño el primer sillón completamente metálico que a través de una manivela sujeta a un tornillo central podía levantarse y bajarse.

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La primera silla hidráulica del tipo bomba (el Sillón Wilkerson) apareció en 1877, con una innovación: un respaldo compensado (que se mueve para mantener la misma posición relativa a la espalda del paciente). En los años 1860 la mayoría de los consultorios carecían no solo de electricidad sino también de agua. Los pacientes escupían en un recipiente llamado jofaina construida de latón la que era vaciada a mano. La primera escupidera auto vaciable con agua corriente la escupidera “Fuente Whitcomb” que fue construida en 1867. Hasta el invento de la escupidera fuente, que hizo posible los modernos eyectores de saliva (finalmente introducidos en 1882), los dentistas luchaban con el problema de mantener los dientes secos mientras los obturaban o restauraban. Hubo muchos métodos para secar la saliva, hasta que se inventó una pera que succionaba accionada por el paciente, sacaba la saliva y la depositaba en un recipiente en el suelo. Un artefacto muy utilizado en los gabinetes dentales de fines del siglo XIX era un mueble en el que se guardaba el óxido nitroso. El gas era generalmente preparado por el mismo dentista mediante retortas (recipiente de vidrio) que conseguía en alguna casa de suministros y almacenada en depósitos niquelados sobre agua con elaboradas decoraciones llamadas “gasómeros”. Estos muebles generalmente estabas hechos de madera con bonitos modelos y tallados, conteniendo en ello un gran número de cajones.

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El equipo dental como se conoce hoy no existía aún, y el dentista de la época utilizaba una bandeja sujeta a la pared por un brazo extensible para colocar os instrumentos. Los procedimientos dentales solo se realizaban de día, sentados frente a una ventana, debido a que aún no se instalaban luces en los consultorios.

Los Materiales de Restauración Hasta aquí habían llevado a cabo ciertos inventos para aumentar la resistencia de la amalgama a la contracción. Thomas W. Evans, que se encargó de popularizar la amalgama de plata en Europa, experimentó con una mezcla de estaño, mercurio y cadmio. Aunque con el tiempo le pareció conveniente volver a introducir la plata en la mezcla, el estaño, que reduce la contracción, ha permanecido como un ingrediente fundamental hasta nuestros días. En 1895 el gran G.B. Black, a menudo llamado el padre de la odontología científica, anunció su fórmula de una amalgama realmente satisfactoria. Después de años de experimentación, usando instrumentos de diseño propio para medir su dureza, transparencia y otras características, Black dio con una mezcla de materiales que ha permanecido esencialmente en un 68% de plata, con pequeñas proporciones de cobre, estaño y cinc. Con esta nueva aleación la expansión y contracción puede controlarse con precisión. Fue también en este periodo cuando se introdujeron los modernos cementos dentales. Adaptados de una sustancia que contenía cloruro de cinc usada para sujetar baldosas en suelos y paredes, las primeras mezclas se vieron modificadas con posteriores modificaciones, ya que 172


el cloruro de cinc era dañino para la pulpa dental. El compuesto de cinc se reemplazó por un poco de ácido fosfórico y así se introdujo en 1879 el cemento precursor del oxifosfato de cinc.

La Construcción de Prótesis La cubeta metálica de impresión, que se usa para sostener la sustancia presionándola contra las encías cuando se toma una impresión, había sido introducida en Francia hacia 1820 por Christophe Francois Delabarre, y su diseño se había mejorado constantemente en Estados Unidos, cuando un dentista de Londres, Charles Stent introdujo la primera sustancia para impresión que podía reblandecerse en agua caliente y se endurecía al sacarla de la boca. Algunos dentistas americanos utilizaban yeso para las impresiones en la década de 1840.

La Literatura Odontológica. Cuando el American Journal of Dental Science (AJDS) desapareció en 1860 con la muerte de Chapin Harris, la profesión odontológica perdió un miembro realmente importante, como dijo el Dr. William H Trauman, notable historiador odontológico de la década de 1920 quién había observado acertadamente, “La AJDS, tuvo “una constancia y dignidad, un tono profesional y académico que no ha sido superado Desde mediados del siglo XIX hasta el primer cuarto del siglo XX casi todas las revistas odontológicas se publicaron bajo el auspicio de 173


firmas de suministros dentales o firmas de manufacturas de equipos dentales. La primera revista financiada por una empresa de suministros fue el Stockton’s Dental Intelligencer lanzada en 1843 por Samuel W. Stockton, y existieron muchas revistas más durante la época, hechas por renombrados dentistas. En menos número, si se las compara con las que eran órganos puramente comerciales, también aparecieron algunas publicaciones dirigidas por organizaciones odontológicas. Además algunos dentistas publicaron revistas privadamente, algunas de gran calidad.

Las Mujeres se Incorporan a la Profesión En el siglo XVIII y a principios del XIX se aceptaba universalmente que ninguna de las recientemente establecidas escuelas dentales admitiría mujeres en sus aulas. El requisito para la admisión era poseer una cierta escolaridad preliminar, ya de hecho ese requisito cercenaba el número de las posibles solicitantes, puesto que muy pocas instituciones educativas en Europa o América ofrecían educación superior a las mujeres. En 1873 el American Journal Of Dental Science publicó un artículo de la Dra. Emilie Foeking de Danzing. Prusia, titulado “¿Está la mujer preparada para la profesión odontológica?”. Foeking señalaba que solo dos universidades en Europa admitían estudiantes femeninas para cursos de licenciatura, Ginebra y Zurich. En Alemania, señalaba, una mujer que pretenda obtener educación superior se enfrenta aún

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con mayores dificultades: mientras que existan 407 institutos para muchachos a cargo del estado prusiano, no había ninguno para chicas. Por lo tanto, una mujer que pretendiera la carrera de dentista tenía que vencer enormes obstáculos. La primera mujer dentista con título académico de América fue Emeline Roberts, que, en 1854, con 17 años, se casó con el Dr. Daniel Albion Jones, de Danielson, Connecticut. Al cabo de un año ayudaba a su marido en su consulta dental y estudiaba sola por las noches las ciencias básicas. En 1859 fue colega de su marido, y cundo este murió en 1864, dejándola con hijos pequeños que mantener, Jones cogió las riendas del consultorio y practicó la odontología sola durante sesenta años. No fue elegida miembro de la Connecticut State Dental Society hasta 1893, ¡después de llevar ejerciendo treinta y cuatro años. Al mismo tiempo que la señora Jones ejercía con su marido, Lucy Beaman Hobbs, del norte del estado de Nueva York, decidió hacerse dentista. Después de graduarse a los 16 años con un maestro de escuela, encontró un empleo en una pequeña ciudad de Michigan. Allí intentó asegurarse la admisión en el Ohio College Of Dental Surgery (OCDS) de reciente organización, pero a pesar de que el rector Jonathan Taft se mostró amable, lamentó que “las mujeres no son admitidas como estudiantes” Impasible, Hobbs se entrevistó con todos los dentistas del área de Cincinnati y finalmente encontró a uno que la acepto como estudiante particular, el Dr. Samuel Wardle él mismo recién licenciado.

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En 1861 abrió su propia consulta en Cincinnati, pero pronto se trasladó a Iowa, y amenazó a la American Dental Association, con separarse de esta si no era admitida como estudiante de pleno derecho en el OCDS, y Taft finalmente le permitió la entrada en 1865. Alcanzando su título de D.D.S. el 21 de febrero de 1866, se convirtió en la primera mujer en el mundo licenciada en una escuela dental. En 1865, tomando una medida sin precedentes, la Iowa State Dental Society enmendó sus estatutos para permitir a las mujeres formar parte de sus miembros. Hobbs fue elegida unánimemente y nombrada delegada en la convención de la American Dental Association que se celebró aquel mismo año en Chicago (sin embargo, hubo oposición. En el Dental Times de abril de 1866, el Dr. George T. Baker deploró la entrada de las mujeres en la profesión y sugirió “proponer una enmienda a la constitución de la American Dental Association en el próximo congreso de Boston, que permitiera sólo a los hombres ser elegidos como delegados de las sociedades locales”). Otras pioneras son Henriette Hirschfeld de Alemania, que luchó larga y duramente para ser admitida en el Pennsylvania College Of Dental Surgery (un profesor aseguraba que él “no enseñaría anatomía a una mujer”), y recibió su licenciatura en odontología en la primera ocasión. Volvió a Alemania y se convirtió en la primera mujer ejerciendo en Berlín. En los próximos años muchas otras mujeres europeas entrarían en la profesión. El OCDS puede enorgullecerse de otra graduada temprana de renombre, la Dra. Marie Grubert, la segunda mujer en recibir el título 176


de dentista del OCDS, que fue elegida vicepresidenta de la Mississippi Valley Association Of Dental Surgeons en 1872, y se convirtió en la primera mujer en tener un despacho en una sociedad dental.

Los Avances en educación, reglamentación y Materiales. Al finalizar la guerra civil en América, solo existían pocas escuelas de odontología: El Baltimore College Of Dental Surgery. El Ohio College Of Dental Surgery (organizado en 1845 por el Dr. James Taylor, amigo íntimo de Chapin Harris). El Pennsylvania College Of Dental Surgery. Algunas escuelas de corta vida habían aparecido y cerrado: El Dental Departament Of Transylvania University en Lexington, Kentucky (1850-1852) El New York College Of Dental Surgery fundado en Syracuse por Amos Westcott (1852-1855). La necesidad de otras escuelas se hizo sentir en el este y, varios eminentes dentistas, incluyendo a George E. Hawes, Norman Kingsley, y William Dwinnelle, organizaron con éxito en 1865, el New York College Of Dentistry, en la ciudad de Nueva York (hoy College Of Dentistry de la Universidad de Nueva York, una de las tres escuelas de odontología del mundo que han prolongado su existencia ininterrumpidamente desde el siglo XIX hasta nuestros días). Al año siguiente se fundó en San Luis, el Missouri Dental College (más tarde, escuela dental de la universidad de Washington).

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Cuando la Universidad de Harvard en 1867 estableció su escuela de odontología se dio un paso de profundo significado, era la primera escuela de odontología afiliada a una universidad. La iniciativa de Harvard fue seguida en 1875 por la Universidad de Michigan y en 1878 por la de Pensilvania. Pero el progreso de esta naturaleza fue muy lento, ya que aunque en 1884 existían veintiocho escuelas de odontología, la mayor parte de estas eran privadas. Los requisitos de admisión seguían siendo mínimos. En 1865, en el primer congreso de la recién organizada National Of Dental Faculties, se pedía como requisito para la admisión, “una buena educación inglesa”, pero no se especificó el grado de aprovechamiento, y no fue hasta el fin del siglo que se exigió un mínimo de estudios de grado medio para ser admitido en las escuelas dentales de Estados Unidos. La duración del periodo de instrucción durante el siglo XIX variaba de una facultad a otra, oscilando desde las 16 semanas de clases teóricas (además de la práctica en un consultorio dental) exigidas por el Baltimore College Of Dental Surgery en 1840, hasta 22 y después 28 semanas en otras facultades. Harvard introdujo requisitos más severos característicos de la disciplina universitaria: Tres años de aprendizaje Clases durante dos años académicos Defensa de una tesis Exámenes de varias asignaturas Demostración de habilidad técnica 178


Al final de la asistencia a clases por lo menos veinte semanas de duración cada uno (curiosamente, el segundo año era una mera repetición del primero). Junto a las mejoras en educación odontológica vinieron las luchas por regular la licenciatura de los profesionales. Nueva York tomó la iniciativa en 1868, dando poderes a la sociedad odontológica del estado para crear una mesa de censores para examinar a los candidatos. Con el tiempo este cuerpo se convirtió en el State Board Of Dental Examiners. Otros estados siguieron el ejemplo, hasta el final del siglo XIX y se aprobaron leyes regulando la licenciatura en la mayor parte de los estados. A pesar de que los laboratorios dentales comerciales existían desde mediados del siglo XIX, ofrecían solo algún servicio muy limitado y especializado, por ejemplo, vulcanizaciones. Simplemente fabricaban materiales para la odontología. Los pocos que ofrecían diversidad de servicios tuvieron poco éxito y cerraron rápidamente sus puertas. El primer laboratorio dental que prosperó fue organizado en Boston por dos hombres de empresa asociados: el Dr. William H. Stowe, un dentista profesional y Franck F. Eddy, un mecánico y fabricante de herramientas. Stowe se había ganado una buena reputación por sus prótesis y sus amigos dentistas a menudo le pedían ayuda en los casos difíciles. En el ático de su casa instaló un laboratorio sencillo donde por las noches y los domingos realizaba los encargos de sus colegas. 179


Eddy le sugirió asociarse con él y ofreció aportar con el capital para construir un laboratorio de productos para la odontología adecuadamente equipado para servir solo a la profesión odontológica. Stowe accedió, y el W.H. Stowe and Company Dental Laboratory abrió sus puertas en 1887, publicando un folleto que en parte decía: “Existe un gran y cada vez mayor número de dentistas que desean que su trabajo de prótesis, especialmente las placas metálicas, se hagan fuera de sus consultorios. Hay otros que así lo harían si se les asegurara un trabajo de primera calidad, que es el servicio que pretendemos dar. Esto, como sin duda se ha comprendido ya, constituye un “nuevo enfoque” en odontología, ya que nadie ha intentado hacer un negocio como el que nosotros proponemos y pretendemos que, teniendo todas las herramientas y con los mejores trabajadores que puedan conseguirse bajo la supervisión personal de un dentista con muchos años de experiencia, podemos hacer este trabajo (la parte mecánica) mejor que aquellos que tienen que dedicar la mayor parte de su tiempo a otras ramas de la profesión, usted se convencerá de que le resultará mejor mandarnos cualquier trabajo que su práctica requiera, que intentarlo hacer usted mismo antes y después de las horas de consulta, privándose por lo tanto del descanso y el recreo que necesita para realizar el trabajo para sus pacientes lo mejor posible”. El suyo era un proyecto ambicioso y la mayor parte de las dificultades no era la ausencia de los “trabajadores” prometidos en el folleto (Stowe dejo su consultorio y dedicó los siguientes 20 años a la formación de técnicos lo que hizo con gran éxito). 180


Al cabo de 15 años W.H. Stowe y Compañía tuvo que construir un laboratorio nuevo más grande, el mejor, y poner una sucursal en la ciudad de Nueva York, pues que tanto había prosperado. Al final del siglo florecieron varias empresas más de corte similar, destacándose la de Samuel Suplee en la ciudad de Nueva York y la de A.O. Eberhart en Atlanta, y los laboratorios dentales comerciales quedaron firmemente establecidos como un socio importante dentro de la odontología, que se encargaba de gran parte del trabajo “más aburrido y ajetreado” de la profesión.

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Matizamos con un histórico y ameno relato discurrido esos tiempos SISÍ. LOS DIENTES DE LA EMPERATRIZ BULÍMICA ELISABETH VON WITTELSBACH, Duquesa en Baviera, Emperatriz de Austria, Reina

de

Hungría

(1837-1898), aun-

que muchos la conocemos como Sisi Emperatriz

..

Hermosa

y culta, inteligente además era esbelta porque medía 1,72 m lo que era mucho para una mujer de su época. Pero la joven Elisabeth se obsesionó con la idea de no pesar más de 50 kg y de que el perímetro de su cintura estuviese siempre en

47

cm,

a

pesar

de

dar

a

luz

a

cuatro

hijos..

Los enfermos de bulimia se provocan repetidamente el vómito tras haber comido y con ello hacen que lleguen a la boca los fuertes ácidos que tenemos en nuestro estómago y que son los responsables de digerir en parte el alimento. El ácido estomacal daña el esmalte dental, al principio la cara interna del diente y allí donde se unen estos con la encía, aunque terminarán por afectar a todos los dientes con el tiempo si no se para. El ataque ácido repetido va dejando expuesta y desprotegida la parte más blanda del diente, la dentina, a la acción de las bacterias que nos producen las caries y va haciendo más frágiles los dientes

que

tienden

a

fracturarse

182

con

facilidad.


Además durante los repentinos ataques en los que los enfermos comen compulsivamente suelen ingerir grandes cantidades de alimentos azucarados y harinosos con lo que ayudamos a las bacterias a reproducirse y atacar los debilitados dientes que se encuentran desprotegidos por la ausencia de esmalte, el sistema inmunológico débil y la falta de saliva.En una pena que una mujer como la emperatriz Sisí tuviera que esconderse tras un velo o un abanico porque su obsesión por mantener una cintura de avispa la dejase desdentada. En ocasiones parecía tonta cuando hablaba con los bios semicerrados pero era muy inteligente y culta, y hablaba cinco idiomas.

Referencia Tomado y compactado de by artedentalconsejos y educación dentalhistoria y curiosidadesodontología 09/07/2016

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Personalidades destacadas en Acontecimientos Revolucionarios Robert Liston (1794.1847) Polémico y exitoso cirujano escocés del siglo XIX que realizaba amputaciones en solo segundos. Dedicado a la cirugía ortopédica, quien diseñó cuchillos de hoja larga de diferentes tamaños para las amputaciones. Ejerció en Londres donde tuvo una gran actividad quirúrgica y para que los pacientes no se impacientaran por el tiempo de espera, el mayordomo los entretenía con vino de madeira y bocadillos. Se decía que podía realizar una amputación supracondílea en 2 ½ minutos y que la rapidez con que manejaba el cuchillo que era seguido por la sierra para el hueso era tal que daba la apariencia que ambos tiempos eran prácticamente simultáneos y que para poder tener ambas manos desocupadas tomaba el cuchillo con los dientes. El escritor Richard Gordon atribuye a Liston la siguiente historia que aparece en el libro Great Medical Disasters: el cirujano al realizar una amputación supracondílea también le extirpó los testículos al paciente, dos dedos de uno de los ayudantes y las colas de la levita de un observador, quien pensando que había sido mortalmente herido murió en el acto; el paciente y el ayudante murieron de gangrena, de tal forma que dicha amputación tuvo una mortalidad de 300%.

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Liston también realizó la primera amputación bajo anestesia con éter en Inglaterra, la cual tardó 30 segundos en efectuar; su comentario al finalizar el procedimiento fue: caballeros, este yanqui tampoco derrotó al hipnotismo. La hemostasia se efectuaba con compresión, usando pinzas de pico de cuervo, paquetes de hielo o con agua helada y una vez controlada la hemorragia la herida podía cicatrizar

1820 Claudius Ash En Londres, en 1820, un orfebre de oficio comenzó a fabricar dentaduras de porcelana de alta calidad montadas en placas de oro de 18 quilates. Las dentaduras se hicieron de Vulcanite a partir de la década de 1850, una forma de caucho endurecido (la compañía de Claudius Ash fue el principal fabricante europeo de vulcanita dental) en la que se colocaron dientes de porcelana. En el siglo XX, la resina acrílica y otros plásticos se dieron a conocer. dando un paso trascendente a la prostodoncia

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La Odontología Preventiva. 1881 Willoughby Dayton Miller (1853–1907 ” Fue un dentista estadounidense y el primer microbiólogo oral . Biografía: Nació En Alexandria, Ohio, y estudió matemáticas y física en la universidad de Michigan. Viajó a Edimburgo para continuar sus estudios, pero los problemas financieros lo llevaron a Berlín, donde fue atendido por un dentista estadounidense Frank Abbot. Miller se casó con la hija de ABBOT, Caroline. al interesarse por la profesión de su suegro, Miller regresó a los Estados Unidos para capacitarse como dentista en el Pennsylvania Dental College. Esta universidad se fusionó con el Departamento de Odontología de la Universidad de Pensilvania en 1878, y Miller fue uno de los miembros de la primera clase de graduados en 1879. En sus últimos años fue nombrado Decano de la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Pensilvania, pero murió. antes de asumir el cargo., Miller trabajó durante la edad de oro de la microbiología. Pasteur había descubierto que las bacterias pueden fermentar azúcares en ácido láctico, y otro francés, Emil Magitot, demostró que la fermentación de azúcares podría disolver los dientes en el laboratorio. Underwood y Miles habían observado bacterias dentro de la dentina cariada en 1881, y estos investigadores también propusieron que los

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ácidos bacterianos eran necesarios para eliminar el mineral de los dientes. En este contexto, Miller desarrolló su investigación microbiológica oral, y pronto se convirtió en profesor de Odontología Operativa en la Universidad de Berlín. Trabajó en el laboratorio microbiológico de Robert Koch en Berlín y comenzó numerosos proyectos de investigación que introdujeron principios biológicos modernos en la odontología. En 1890, Miller formuló la teoría quimioparasitaria de la caries (caries). Esta teoría sostuvo que la caries es causada por ácidos producidos por bacterias orales después de la fermentación de azúcares. Los principios de la teoría quimioparasitaria se vieron reforzados por las descripciones de la placa bacteriana en las superficies de los dientes de forma independiente por GV Black y por JL Williams en 1898. La biomasa de la placa ayuda a localizar los ácidos en la superficie del diente y a evitar la dilución por la saliva. Miller pensó que ninguna especie de bacteria podría causar caries. Esta idea fue suplantada en la década de 1950 cuando el papel de La biomasa de la placa ayuda a localizar ácidos en la superficie del diente y evita la dilución con saliva. Miller pensó que ninguna especie de bacteria podría causar caries. Esta idea fue suplantada en la década de 1950 cuando el papel de la biomasa de la placa es la que ayuda a localizar ácidos en la superficie del diente y evita la dilución con saliva. cuando se estableció al Streptococcus mutans como patógeno primario en la caries. Un

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examen más reciente de la microbiología de las lesiones cariosas mediante la secuenciación de 16S RNA y la secuenciación de ADN de alto rendimiento indica que las comunidades de diversos organismos pueden ser más importantes que las especies individuales. Una segunda contribución importante de WD Miller fue la teoría de la infección focal. Miller propuso que los microorganismos orales o sus productos tienen un papel en el desarrollo de una variedad de enfermedades en sitios extraídos de la cavidad oral, incluidos abscesos cerebrales, enfermedades pulmonares y problemas gástricos. Aunque Miller no sugirió la extracción de dientes para eliminar el foco de infección y abogó por tratar y llenar los conductos radiculares, la extracción completa de los dientes se convirtió en una práctica aceptada. Como esto rara vez produjo un beneficio positivo para la salud, el concepto de infección focal oral gradualmente perdió credibilidad. Sin embargo, en la década de 1980, los estudios epidemiológicos comenzaron a indicar una asociación entre la enfermedad periodontal y la enfermedad de las arterias coronarias, y pronto se asociaron con otras afecciones sistémicas graves. Ahora se acepta generalmente que las bacterias orales pueden obtener acceso sistémicamente y causar enfermedades en sitios remotos, o causar una perturbación general del sistema inmune que conduce a la enfermedad. Una vez más, las contribuciones de Miller han demostrado ser correctas. Referencias Willoughby D. Miller Wikipedia (Texto) CC BY-SA

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Curioso Anecdotario 1897 James Morrison: “Algodón de Azúcar” Nacido en Nashville en 1860, las pasiones de James eran extrañamente conflictivas. Se destacó en la escuela de odontología (en 1894, fue nombrado presidente de la Asociación Dental del Estado de Tennessee), pero también era un entusiasta de los dulces con una inclinación por el avance culinario. A mediados de la década de 1890, patentó varios dispositivos, uno que extraía aceites de semillas de algodón y los convertía en manteca de cerdo, y otro que purificaba químicamente el agua potable de Nashville. Pero el mayor avance de Morrison se produjo en 1897 , cuando se asoció con John C. Wharton, un viejo amigo y compañero de pastelería. Juntos, los dos diseñaron y patentaron lo que llamaron la "máquina de dulces eléctrica". Utilizando la fuerza centrífuga, el dispositivo giró rápidamente y derritió el azúcar a través de pequeños agujeros hasta que quedó esponjoso y casi 70% de aire. Llamaron al nuevo tratamiento "hilo de hadas", formaron la "Electric Candy Company" y pasaron varios años perfeccionando el proceso antes de debutarlo al público. Luego, en 1921, un dentista de Nueva Orleans llamado Joseph Lascaux patentó su propia máquina,” porque los dentistas de Dixie son aparentemente responsables del 90% del progreso humano”. El invento de Lascaux era funcionalmente similar al de Morrison, pero su nombre de algodón de azúcar se convirtió en el estándar que todos 189


conocemos hoy. Lascaux y Morrison también son dignos de mención por vender su algodón de azúcar directamente en su consulta, lo que representa una sorprendente falta de conocimiento de salud dental. Esta fue una pequeña experiencia paradojal en odontología “Si quieres otra visita dolorosa al dentista, come azúcar como el que uso para hacer mi delicioso algodón!” y no higienices tus dientes, ¡Prueba un poco, es gratis! Referencia Wiliford 24-abr-2013 23:46

1887 Greene Vardiman Black Un Dentista Famoso : Rodeando la parte más alta del Illinois State Building en Springfield hay un friso que contiene los nombres de 61 de los eminentes de ese estado. Al lado de los nombres de Abraham Lincoln, Stephen Douglas y Ulysses S. Grant está el nombre de Greene Vardiman Black. Fue Black quien realmente introdujo la odontología al mundo moderno y quien le dio la sólida y científica base que hoy en día posee. El efecto del trabajo de Black y sus enseñanzas ocupan las postrimerías del siglo XIX. Nació en el condado de Scott, Illinois, en 1836, uno de los ocho hijos de un granjero y ebanista. De joven tenía aversión por el estudio

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y raramente atendía a la escuela. A los 17 años le mandaron a Clayton, Illinois, donde su hermano mayor Thomas, ejercía la medicina. Durante cuatro años <<leyó y cabalgó >> con su hermano, toda la medicina que pudo. A los 21 años trasladó a Mt. Sterlin, Illinois, asociándose con el dentista J.C. Speer, al encontrar que la odontología se ajustaba más a sus aptitudes mecánicas que la medicina. Aprendió de Speer haciendo pequeños trabajos: entonces, después de sólo cuatro meses se fue a Winchester, Illinois, abrió su consultorio de dentistas, allí se hizo amigo del relojero y el armero aprendiendo de éstos muchas técnicas que más tarde utilizaría para diseñar y construir instrumentos para su práctica e investigación. En 1862 Black entró en el ejército de la Unión como guía, pero una herida en la radilla le hizo retirarse en 1864. Mientras estuvo en el ejército, su hijo pequeño murió y su madre sucumbió también consumida por la desesperación. Sin ataduras domésticas, se trasladó a Jacksonville, Illinois, donde permanecería hasta 1897. Jacksonville, la Atenas del oeste era el emplazamiento del primer college del estado y tenía cierta reputación como centro intelectual. Trabajaban allí tres dentistas y una docente de médicos, la asociación con éstos fue estimulante y provechosa para Black. Se casó por segunda vez y tuvo tres hijos, entre ellos Arthur D. Black, que como su ilustre padre llegó a ser maestro de gran renombre. En Jacksonville, conoció a David Prince, médico avanzado que le dio a conocer los escritos de Darwin, Virchow y otros pensadores

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punteros de su tiempo. Black trabajó con Prince en su consulta, ayudándole a controlar una epidemia de tifus. En él se aprobó la primera Illinois Medical Practice Act en la que todos los médicos debían registrarse . Black pudo recibir su licencia en virtud de su presentación con su hermano mayor, pero prefirió someterse a examen, aprobando con excelentes calificaciones. Así pues, se convirtió en un médico licenciado el 15 de enero de 1878. Por cierto, Black ayudó a Thomas, que era miembro del cuerpo legislativo del estado, a escribir la primera acta para el ejercicio de la profesión médica, que se convirtió en ley en 1881, y desde 1881 a 1887 G.V. Black fue presidente del State Board of Dental Examiner . el gabinete de Black en Jacksonville puede verse en el National Museus of American History, en Washington D.C. Black estaba acostumbrado a viajar a San Luis a 175 millas de distancia, para asistir a la reunión de la Missouri Dental Society, y allí entró en contacto con los líderes de la profesión odontológica leyendo abundantemente en los libros que pedía prestados de sus bibliotecas privadas. Mas adelante continuaremos relatando acorde con el ítem sus aportes a la odontología

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1895 Wilhelm Conrad Roentgen . La Radiografía: El desarrollo de la radiografía se le consideró con igual mérito como el importante descubrimiento de la anestesia. La mayor parte de los estudios sobre la radiografía de realizan en Alemania en la década de 1880 con experimentos que utilizaban los efectos de corriente eléctricas cuando pasaban a través de tubos de vacío. Wilhelm Conrad Roentgen se interesó en los descubrimientos de la época tales como: los carbones de inducción, el vacío en un globo de cristal, los rayos catódicos que estaban presentes cuando la electricidad producida por el electrodo de Ruhmkorff , fue en este último en donde puso su mayor interés. Así en un día de 1895 cuando realizaba experimentos en el Instituto de Física de Würzburg, notó que una hoja de papel recubierta con platino cianuro de bario se iluminaba cada vez que la corriente eléctrica pasaba por el tubo y más cuando este estaba en la oscuridad. Roentgen dedujo que este efecto no podía ser debido solamente a los rayos catódicos, sino que debía derivarse de un rayo desconocido hasta entonces y de mucha mayor penetración.

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Siguiendo con su método científico Roentgen, interpuso su mano entre el papel y el tubo, junto con la acción intermitente de este último, descubrió que podía hacer que el papel resplandeciera según su voluntad. Sin embargo, le intrigaba el hecho de que cuando iba a recoger el papel una peculiar línea se movía a lo a lo largo de éste, en la misma dirección en que movía su mano. Pidiendo la opinión de un filósofo se entera que aquellas eran los huesos de su brazo. Roentgen trabajando semanas en solitario, realizó muchos experimentos, con diferentes objetos (desde un disco de platino hasta un revolver) y en cada caso aparecía una imagen de la figura correspondiente. En 1895 Roentgen publica sus descubrimientos en las últimas diez páginas de la revista Actas de la Sociedad Físico-Médica. La reacción fue inmediata, todo el mundo esperaba saber más de su descubrimiento, científicos como biólogos y médicos, especialmente cirujanos, anhelaban tomar conocimiento de lo que él había llamado rayos X. Roentgen recibe en 1901 el premio Nobel de Física. Con un gesto de generosidad que le caracterizaba, dio el dinero del premio para que la Universidad de Würzburg lo usase en la investigación. Sin embargo, la fortuna de Roentgen disminuyó, con la de la nación alemana al terminar la primera guerra mundial. Las enfermedades intestinales de la época agravadas por la mala nutrición de esos penosos años agotaron su salud, murió el 10 de Febrero de 1923, a la edad de 68 años.

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C. Edmund Kells 1856 1928 La aplicación de la radiografía al diagnóstico odontológico fue posible gracias al trabajo de C. Edmund Kells , un dentista de Nueva Orleans, y uno de los genios más innovadores de la profesión. Kells nace en año a 1856, se matriculó en el New York College of Dentistry, donde se licenció en el año 1878. Kells poseía además una curiosidad insaciable y genio para la invención; se le concedieron más de treinta patentes por aparatos de muy diversas aplicaciones: un extintor de fuego, un gato para los automóviles y el arranque y frenos que aun en día se utilizan en los ascensores. Fue el primer dentista en Estados Unidos en colocar corriente eléctrica en su consulta dental conectándolo a una central eléctrica, además construyó el primer motor dental accionado por corriente producida comercialmente. Y uno de sus inventos más destacados fue una bomba de succión que era muy práctica para absorber cualquier fluido que esté presente mediante una intervención, lo que resultó muy interesante no solo para los odontólogos, si no para cualquier campo de la cirugía. Kells, cuando tomó conocimiento del invento de Roentgen, inmediatamente encargó un equipo para construir su propia máquina radiográfica, la primera de América. Sus experimentos los realizó en su

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cuarto en su propia casa con una asistente y sin ningún tipo de conocimiento del tiempo de exposición de los rayos X , donde colocaba al paciente en una silla con los dientes apretados, no podía tragar saliva y no podía moverse ya que podría pasar a mover la película, con la cara apoyada contra una plancha bien sujeta para estabilizarla, colocaba un tubo al otro lado de la plancha. De este modo sin saberlo usaba un filtro que posiblemente evitó que el paciente se quemase durante las largas exposiciones. En julio de 1896, solo ocho meses después de la publicación del descubrimiento de Roentgen, Kells expuso el uso de la radiografía en odontología en el congreso de la Southern Dental Association en Asheville, Carolina del Norte, transportando su pesado y delicado equipo desde nueva Orleans a Asheville. Por desgracia, Kells se enteró de los peligros inherentes a los notables rayo y como resultado de haber obtenido a menudo las películas con los dedos, desarrolló un cáncer en la mano derecha. Siguiendo durante 20 años su agonía Kells se vio sometido a 42 operaciones, perdiendo progresivamente la mano, el brazo y el hombro. Sin embargo, continuó sirviendo a la profesión que amaba, diseñando instrumentos que podían usarse con una mano, y dio abundantes conferencias sobre la odontología preventiva y la conservación de los dientes, los que eran sus temas de preferencia. Contribuyendo a la odontología escribió más de 150 artículos y varios libros.

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Ya después, el intenso sufrimiento que demostró ser demasiado, incluso para un hombre de la personalidad de Kells, para ahorrarle a su familia más desdichas se quitó la vida el 7 de mayo de 1928 a la edad de 72 años.

Conclusión A modo de conclusión se puede decir que el siglo XIX fue un periodo de grandes avances en la odontología, descubriendo nuevos implementos que hasta hoy en día siguen vigente para poder ejercer la profesión, claro está que han tenido modificaciones. También se pudo ver un gran avance en la mentalidad de la sociedad, permitiendo que mujeres puedan entrar en el mundo de ciencia, logrando estudiar a la par con los hombres logrando pasar varios obstáculos que las ponían en desventaja.

Reflexiones El descubrimiento de la anestesia en el mundo trajo consigo un gran conflicto producto de que muchas personas se querían atribuir este gran descubrimiento. En este periodo se pudieron apreciar los grandes avances en lo que respecta a materiales y tecnologías para la época, produciéndose de este modo una guerra de patentes, producto de la mezquindad de algunos personajes por obtener dinero en vez de contribuir a la mejora de la odontología. Sin duda el pensamiento de la salud bucal en este periodo jugó un papel fundamental, instalándose la hoy conocida odontología pre-

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ventiva, la cual en ese entonces pretendía mantener una salud bucodental eficiente para evitar a largo plazo alguna patología, producida generalmente por los malos hábitos que tenían las personas. Por primera vez en la historia podemos apreciar el reconocimiento a unas pocas mujeres, quienes pudieron sortear de manera favorable las adversidades de la época y lograr de este modo el reconocimiento frente a una sociedad machista. Referencias Camila Fernández, Cristopher Ojeda, Daniela Vargas, Diego Yévenes.Tema: Desarrollo de la Odontología en el siglo XIX en Estados Unidos y Europa.El desarrollo de la Odontología en el siglo XIX .

Agregamos aquí nuevamete un colorido relato producto de una investigación odontológica a un célebre personaje en esa época.

La Salud Bucodentaria de Napoleón en su destierro en Santa Elena Sin lugar a duda, Napoleón ha sido uno de los hombres más célebres de todos los tiempos.

Discutido,

eso sí, según los diferentes prismas bajo los cuales ha sido observado: grandioso para algunos, ambicioso oportunista para otros, libertador de los pueblos, según aquellos, o despótico tirano al hilo de la apreciación rigurosa de no pocos historiadores. 198


Nacido en Córcega de una familia toscana en 1769. Comenzó a hacerse soldado desde muy joven y de lo que no cabe duda fue hijo de la Revolución de 1789. Sólo un terremoto semejante pudo estremecer de tal modo a la sociedad francesa para que aquel extranjero (era corso y, por tanto, no propiamente francés en sentido estricto) de baja estatura, ignorante, desaseado y retraído, pudiera hacerse con todo el poder y proclamarse emperador de Francia, concentrando en su persona más poder que los propios Borbones. Efectivamente, la caída del Antiguo Régimen propició un vacío de poder que abrió las puertas al genio y la audacia de gentes que, en otras circunstancias, habrían pasado por la vida sin pena ni gloria, determinados por su humilde origen o por la rigurosa mediocridad de los escalafones. Este fue el caso de Napoleón Bonaparte, jovencísimo general del Directorio, quien obtuvo clamorosas victorias contra los enemigos de Francia cuando, desde los estados fronterizos, pretendían aniquilar los gérmenes de la Revolución. A los treinta años se nombró cónsul y señor de Francia, después de su aventura en Egipto (saldada con una derrota), donde demostró una crueldad despiadada ordenando masacrar miles de turcos en Jaffa, al mismo tiempo que impulsaba la actuación de sabios y científicos en la investigación de la civilización de aquel pueblo milenario. Derrotó de nuevo a todas las estas coronadas de Europa y se autoproclamó emperador de los franceses asentando los cimientos de una nueva nación con su código napoleónico, su universidad y escuelas y su moderno sistema de administración. 199


Desmesurado en todo, no tardó en perder su imperio en las heladas estepas rusas y en los desfiladeros españoles. Desterrado en la isla de Elba, lo recuperó durante cien días y, al final, lo hundió de nuevo en Waterloo, cuando aún no había cumplido cuarenta y seis años.

El Destierro a Santa Elena Tras la derrota de Waterloo el ejército de Francia perdió su moral frente a los aliados. Apenas un mes más tarde entraban en París terminando con cualquier atisbo de resistencia. Napoleón se refugió en la isla de Aix, en la desembocadura atlántica del río Gironde, bloqueada por los navíos ingleses. Alguien le propuso embarcarse rumbo a los Estados Unidos de América, a los que Francia había ayudado en su lucha por la Independencia frente a Inglaterra. Pero el declinante emperador prefirió entregarse precisamente a sus más tenaces enemigos, esto es, a los ingleses, antes que caer en manos de los Borbones restaurados en Francia o en las del zar de los rusos, Alejandro I. Así, embarcó en el “Belerophon”, navío que encabezaba el bloqueo británico de Aix, y en él cruzó el canal de la Mancha, recalando en el puerto inglés de Torbay primero y de Plymouth después. Allí le llegó la noticia según la cual los aliados habían decidido desterrarle a Santa Elena, una isla perdida en medio del Atlántico, a seis mil quinientos kilómetros de Inglaterra, dos mil novecientos de Sudamérica y dos mil ochocientos de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. 200


Santa Elena, descubierta por los portugueses en 1503, pertenecía en aquellos momentos a la East India Company británica, y era un punto estratégico de avituallamiento para los navíos que hacían la ruta del cabo de Buena Esperanza camino de las islas de las especias, el Índico y el Pacífico. Su aspecto era poco tranquilizador: “El diablo debió caerse en esta isla al volar de un continente a otro”, dijo algún pasajero del “Northumberland”, el barco que les transportaba. Napoleón en su séquito (tres o cuatro militares y doce criados) contó con la presencia de un médico cirujano irlandés, Barry O’Meara (1786-1836), facultativo del “Bellerophon”, el primer navío inglés que pisó el corso camino del exilio. En aquellos tiempos, tanto el ejército de tierra como la marina contaban con un plantel de médicos-cirujanos realmente notable. En la campaña de Rusia destacó, por ejemplo, el gran Larrey, cuya habilidad en las amputaciones, por ejemplo, alcanzó tintes legendarios, y que observó cómo el frío próximo a la congelación actuaba como eficaz anestésico. No olvidemos tampoco que el mismo Pierre Fauchard sirvió en la marina francesa, donde tuvo por maestro a Alejandro Portelet, cirujano mayor de los Buques del Rey, facultativo muy experto en las enfermedades de la boca y quien le transmitió el entusiasmo por el arte dental. Pues bien, Napoleón simpatizó en el “Bellerophon” con O’Meara y le pidió que le acompañara a Santa Elena, cosa que hizo desde 1815 hasta 1818, año en que O Meara abandonó la isla. 201


En 1822 redactó unas memorias de esa época que tituló “Napoleón in exile” donde dio cuenta de su actuación profesional al servicio de tan especial paciente. De todos modos, cabe reflexionar, llegados a este punto, sobre el devaluamiento de Napoleón en su postrera etapa, ante la cual le dejaran solo tantos y tantos personajes que le debían absolutamente todo lo que eran y lo que habían alcanzado en la vida, comenzando por su familia (esposa incluida, la emperatriz María Luisa, que se negó a acompañarle a la isla de Elba, primero, y a Santa Elena, después) y terminando con grandes mariscales, científicos, escritores y artistas. Por eso, tampoco pudo llevarse a ninguna gran figura de la medicina francesa del momento (Covisart, por ejemplo, que había sido su médico de cabecera en París) ni tampoco al facultativo que le atendió en la isla de Elba y durante los cien días, Foreau de Beauregard, porque pidió muchísimo dinero por desplazarse, y hubo de conformarse con el experto médico-cirujano naval, el ya mencionado O’Meara, protestante irlandés de veintinueve años, cuya ventaja notoria era que hablaba fluidamente el italiano y que, por tanto, podía entenderse perfectamente con el emperador exiliado.

La dentadura de Napoleón Sobre si Napoleón fue un hombre saludable o enfermizo se ha escrito mucho. Algunos le han colgado el estigma de la epilepsia y refieren episodios comiciales con pérdida del conocimiento, convul-

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siones, babeo, etc. Otros han afirmado que padeció sífilis, tuberculosis, paludismo... No falta quien asegura que en la famosa pose con la mano metida entre los botones de su chaleco se debía a la sarna que devoraba su piel. En cuanto a la dentadura, los testimonios son muy dispares. Se sabe que su dentista de confianza en París fue Dubois Foucou (uno de los que pleiteó con Dubois de Chemant a propósito de la invención de los dientes de porcelana).Dubois Foucou había sido dentista de Luis XVIII. En 1902 la revista francesa L’Odontologie (156-V-02: 457) recogió varias opiniones sobre la dentadura de Napoleón emitidas por varios contemporáneos, incluidas en el libro de lord Rosebery Napoleón, su derniere phase (Napoleón, su última fase). El capitán Mortland, cuando el ilustre prisionero subió al “Bellerophon”, aseguraba que “sus ojos eran gris claro y sus dientes buenos”. Otro oficial, Senhouse, decía que tenía “los ojos azules y los dientes estropeados”. Según Bunbury, “Napoleón tenía los ojos grises y los dientes feos y sucios” Lady Nacolun había visto un Napoleón con los ojos grises y los dientes blancos e iguales, aunque pequeños. Como pudo observarse, ni la descripción de los ojos ni la de sus dientes. pudo aseverarse ;aunque la salud de estos últimos no debió ser mala, ya que perdió la primera muela (la del juicio) a los cincuenta años en Santa Elena.

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La Muela Perdida Al contrario que su primera esposa, Josephine, cuyos problemas buco dentarios siempre fueron comentados, Napoleón no padeció especiales quebrantos en su dentadura o al menos no nos han sido transmitidos por sus médicos o allegados. De él sabemos que gustaba de la buena mesa y que, como cualquier burgués del momento, saboreaba humeantes tazas de chocolate, café y té tras copiosas comidas donde no faltaban las carnes de todo tipo de animales terrestres, volátiles y acuáticos, , hortalizas, salazones, confituras, conservas, etc. Bebía vino con moderación, el famoso Chambertin, mientras pudo consumirlo en Francia. En Santa Elena degustó el “Vin de Constance” traído para él expresamente de Sudáfrica. Nunca faltó en sus bolsillos una cajita de rapé que esnifaba de vez en cuando y otra de regaliz con pequeñas tabletas para degustar pausadamente y regalar a los niños que pretendía distinguir. En Santa Elena su primera morada fue la casa de la familia Balcombe, un oasis de vegetación en medio de la desolación del islote. Allí hizo amistad con una hija de sus anfitriones de dieciséis años, Betsy Balcombe, que después escribiría un libro titulado Recollections of the emperor Napoleón, firmado con el nombre de señora de Abell, en 1844. Aparte de O’Meara, Betsy hace también referencia al episodio de la pérdida de una muela del vencedor de Austerlich. Al parecer, la muela le causaba continuos dolores que no cedían con los remedios prescritos por O’Meara, cataplasmas de cebada y tintura de opio .Los 204


episodios se repitieron varias veces a lo largo de 1815 y de los primeros meses de 1816. La salud general del ilustre paciente era en aquellos momentos bastante buena. Aparte de su estreñimiento crónico que aliviaba tomando su remedio preferido “soupe a la reine”, preparado con leche, yema de huevo y azúcar, apenas algún que otro dolor de cabeza le mortificaba de vez en cuando. Por eso, la dichosa muela llegó a ser un incordio para alguien que había demostrado incontables veces su valor personal cabalgando en primera fila de las batallas (mientras los generales enemigos se protegían en sótanos y bodegas) u ofreciendo el pecho desnudo a los fusiles de los contrarios (como hizo ante los soldados enviados por Luis XVIII a detenerle cuando, fugado de Elba, se dirige a París para recuperar el poder -”Tirad sobre vuestro emperador”- les dijo, abriéndose la camisa. Ni que decir tiene que ante este gesto de gallardía los soldados bajaron sus fusiles y se pasaron a su lado). Napoleón no aguantaba más y exigió a O’Meara que terminara de una vez con sus sufrimientos.“ Eso sólo se puede conseguir arrancándola, Excelencia”, le informó el cirujano. O’Meara llamaba Excelencia a Napoleón y, a veces, Emperador, contra las instrucciones del gobernador inglés sir Hudson Lowe que pretendía hacer olvidar esos tratamientos, lo cual mortificaba sobremanera al corso, a quien se lo conocía en Inglaterra como el “huesudo” y el “ogro”. -¿Arrancándola?- inquirió por ganar tiempo.

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-Eso es, Sir- recalcó el irlandés-, extraerla o avulsionarla, si os parece mejor. -No bromeéis, monsieur, con estas cosas, os lo ruego- cortó Napoleón desabrido. De todos era conocida la aversión que dispensaba a los médicos y a la Medicina. En cierta ocasión, expresó gráficamente su opinión a O’Meara en los siguientes términos: “En el otro mundo, los médicos tendrán que responder de más vidas que nosotros, los generales... Cuando (los médicos) mandan a una serie de almas al otro mundo, sea por ignorancia, error o por no haber analizado como correspondía sus quejas, se muestran tan indiferentes y despreocupados como un general que conozco, que perdió tres mil hombres en tomar por asalto una colina. cuando lo logró, después de varios intentos desesperados, observó con sangre fría: “Vaya, no era esta la colina que quería tomar; no sirve ý y retornó a su posición anterior.” Al médico irlandés curtido en las soledades de las grandes travesías marinas, estas razones no le conmovían. - ¿Cuántas amputaciones habéis hecho?-le había preguntado al conocerle Napoleón.- Muchas- le contestó. Y era cierto, efectivamente. Muchas veces había tenido que cercenar algún brazo o alguna pierna a diversos marineros heridos en combate o lastimados durante sus faenas a bordo, en ocasiones peligrosas. La amputación era una operación terrible y carnicera. Había que darse prisa, cortar las partes blandas con un enorme cuchillo y luego quebrar el hueso con una sierra sin ablandarse ante los aullidos del paciente. 206


Rápidamente también había que interrumpir la copiosa hemorragia cubriendo con telas el muñón y apretándolo con cuerdas de esparto, como si de una morcilla se tratara. Luego, a esperar la intervención divina, pues sin ella la mayoría de los mutilados moría a cuenta de la infección, los dolores, la gangrena... Napoleón conocía muy bien este proceso. Lo había visto infinidad de veces en los hospitales de campaña. Criticaba a los médicos y, sin embargo, él fue la causa de infinitos sufrimientos. -Es una barbaridad- continuó refiriéndose a la insinuada extracción -,casi casi una verdadera amputación- añadió llevándose la mano a la mejilla.-Pues eso es lo que hay, Sire- concluyó O’Meara dibujando en el aire una parábola como quien arranca un objeto con el puño. Trabajo costó convencer al obstinado paciente.-Ustedes matan a la tercera parte de los pacientes que tratan- se defendía. El 11 de abril de 1821, a escasas fechas de su muerte (moriría el 5 de mayo), su médico postrero, Antommarchi, y sus ayudantes se vieron obligados a darle ejemplo tomando antes que él una mezcla antiemética y anodina. -Primero drogue a estos sinvergüenzas- le dijo -y después a usted mismo, ya que todos lo necesitan. Y todos probaron la poción para picar su orgullo y al final consintió en tomarla. Respecto a la extracción, no se llegó a tanto como había sucedido con Isabel I de Inglaterra, que necesitó el ejemplo del obispo de Londres, quien se sometió voluntariamente a la temida operación para estimular a su soberana. 207


Nadie sacrificó en este caso pieza alguna para animar a Napoleón, pero Betsy Balcombe recuerda en sus memorias cómo siguió quejándose después de la intervención y cómo ella le martirizaba preguntándole si no sentía vergüenza por ello quien había participado en tantas batallas.

Pedido de un “original pendiente” Betsy llegó en este sentido a pedirle a Napoleón su muela extraída para realizarse con ella un pendiente. -La idea- comenta que en sus memorias –“le hizo reír de buena gana, a pesar de sus sufrimientos,” y le llevó a comentar que opinaba que a mí Besty jamás le saldrían las muelas del juicio. No consta que la iniciativa de Betsy prosperara y que consiguiera tan singular trofeo. Más bien Napoleón se salió por la tangente y bromeó a cuenta de su poco juicio, aunque la petición le divirtió. En aquellos tiempos estaba muy de moda el fetichismo de los recuerdos-reliquia personales, llevándose la palma los mechones de cabello de los seres queridos, guardados por los enamorados de ambos sexos, las madres, etc. Napoleón concedió numerosas veces semejante donativo piloso a familiares y admiradores, cuando no se lo sustraían devotamente sus ayudas de cámara. Una vez muerto, éstos le raparon la cabeza e hicieron varios lotes con el botín obtenido. Alguno de ellos se quedó con trozos de las sábanas manchadas con la sangre y los vómitos de sus últimas horas. El mismo emperador ordenó en su testamento, y así se hizo, que le extrajeran el corazón y conservado en alcohol le fuera enviado a su 208


esposa María Luisa (la cual, por cierto, se entretenía con el conde Neippery, con el cual llegó a tener varios hijos). Así pues, la petición de la jovencita no era descabellada, y bien hubiera podido la muela de Napoleón acabar ennobleciendo, en forma de dije o pendiente, la pechera de la futura señora de Abell.

El Testimonio de Gorrequer El teniente coronel Gorrequer fue el secretario de sir Hudson Lowe, el gobernador inglés y carcelero de Napoleón en Santa Elena. Hacia 1912 se subastó en Londres una carta autógrafa de dicho secretario (evidentemente maliciosa) donde se hacía referencia a la famosa extracción. En ella decía lo siguiente: “Él (Napoleón) ha perdido recientemente una muela (la del juicio). Fue la primera operación quirúrgica ejecutada en su persona y, en esta circunstancia, su conducta estuvo lejos de ser valerosa. Para poder proceder a la extracción de la muela enferma, el dentista se vio obligado a sujetarlo en el suelo. Tras el episodio se quejó mucho y guardó cama, donde, a pesar del calor, obligó a encender fuego pasando varias horas en un baño a 120º Fahrenheit.” Evidentemente, Gorrequer se recreó describiendo la flaqueza del antiguo emperador de los franceses por el que, igual que su jefe Hudson Lowe, no sentía simpatía alguna DETERIORO DE LA SALUD BUCAL aunque, como he dicho, la salud del exiliado era bastante buena al llegar a Santa Elena, la inactividad y el clima (o el envenenamiento, como veremos) comenzaron a minarlo bien pronto, ya en mayo de 1816 inició el declive y llamó a 209


Oo’meara para quejarse de que sus piernas se negaban a sostenerle, que tenía gota y que el sol le producía dolor de cabeza. También se quejó de las encías y O’Meara se las reconoció comprobando que las tenía “esponjosas y pálidas” y que sangraban ante el más ligero roce. Posiblemente esta singular gingivitis (encía “esponjosa y pálida”) tuviera algo que ver con la alimentación no muy rica en frutas y verduras frescas durante la larga travesía en barco (tardaron dos meses en llegar) y estancia en una isla donde el consumo de naranjas y limas era un acontecimiento (Napoleón las preparaba personalmente, añadiéndoles azúcar y repartiéndolas entre sus allegados). El escorbuto o ciertos tipos de avitaminosis eran entonces muy frecuentes entre los marineros y destacamentos insulares incorrectamente avituallados, por lo que nuestro héroe bien pudo padecer algún trastorno semejante. Lástima que O’Meara no especifique qué tipo de remedios le propuso, aunque de todos modos, Napoleón se negó a tomarlos aduciendo “que la medicina era adecuada para los ancianos”. Tampoco sabemos nada sobre la higiene bucodentaria del prisionero. Sí consta que al levantarse se lavaba las manos y la cara y que se hacía frotar el tórax con agua de colonia a modo de revulsivo . A media mañana tomaba un baño siempre que hubiera montado a caballo previamente. Pero no consta si se enjuagaba la boca o se cepillaba los dientes. A principios del siglo XIX en Francia había multitud de colutorios, elixires, opiatas y aguas de boca, una de las cuales, el agua de Botot 210


(L’eau de Botot), ha sobrevivido hasta nuestros días. Botot, curiosamente, fue secretario de Barrás, el amante de Josefina que precedió a Napoleón en el disfrute de los encantos de la fogosa dama. Oportunamente, Botot dejó la política y se dedicó a explotar su colutorio bucal, obteniendo, gracias a él, fama y fortuna. También se usaba ya el cepillo de dientes que había sustituido a las esponjas y raíces de malva. ¿Emplearía el emperador estos recursos? Desgraciadamente no podemos asegurarlo. Dos años después, su salud se había deteriorado evidentemente. En el otoño de 1818 se quejaba de dolor en el costado derecho, somnolencia e hinchazón en las piernas. En este momento, Betsy Bacombe y su familia abandonan la isla y la madre de ésta comenta que la muerte estaba grabada en el rostro del recluso. El 15 de agosto de 1819 Napoleón cumplió 50 años y su aspecto físico era lamentable, gordo, fofo y débil de cuerpo. Desde julio de 1818 no tenía médico, pues O’Meara, por enemistad con el gobernador de la isla, Hudson Lowe, había sido devuelto a Londres donde criticó la actuación de este último, lo que le ocasionó su expulsión de la armada, basándose en que era “una persona inadecuada para continuar al servicio de su Majestad”. En septiembre de 1819 llegó un nuevo médico, Francesco Antoninmarchi (1789-1838), un corso que trabajaba en el hospital de Florencia, patólogo y anatomista que había completado el libro sobre la materia de su maestro, Paolo Mascagni, y que pretendió publicarlo en Londres.

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Antoninmarchi se encontró a un paciente envejecido prematuramente, obstinado y despectivo hacia los médicos y la medicina. En octubre de 1820 el “ogro” se desmayó al salir de la bañera y sus síntomas se agudizaron (palpitaciones cardiacas, pulso débil e irregular, dolores y frío en las piernas, dolor en el hígado, hombros y espalda; tos seca, sordera, náuseas, etc.).A todo esto se añade “dentadura floja y lengua pastosa”. La dentadura floja o piorreica (los franceses la llamarían enfermedad de Fauchard, la sinonimia es infinita) sería la consecuencia despiadada de las anteriores “encías sangrantes”, de la ominosa concatenación gingivitis-periodontitis y paradentopatía final. Ya en aquellos momentos había que buscar carnes blandas para que Napoleón pudiera masticarlas adecuadamente. DESCONFIANZA En el segundo trimestre de 1821 Napoleón agonizaba en Santa Elena. Se moría y seguía protestando contra los médicos. -Guárdese sus medicinas.- le decía a Antoninmarchi -No quiero tener dos enfermedades: la que tengo y la que usted me provocará. Pero es que, además, tenía miedo de que lo envenenaran. Siempre lo tuvo desde que los Borbones y otros enemigos tramaron complicados complots para liquidarlo. El envenenamiento estaba a la orden del día en Europa y con una novedad, el arsénico en pequeñas dosis, con lo que se intentaba conseguir el crimen perfecto.

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Esto había hecho la marquesa de Brinvilliers llevándose por delante a un buen número de personas, incluido su padre y dos hermanos, aunque acabó en manos de la justicia y, posteriormente, decapitada de forma ejemplar. Su historia constituyó un auténtico culebrón que se leyó en toda Europa con estremecida atención.

¿Fue Napoleón realmente envenenado con arsénico? Un odontólogo responde ante la historia La hipótesis (o, mejor dicho, certeza, dada la contundencia de los datos) del envenenamiento con arsénico de Napoleón Bonaparte la sostuvo e investigó precisamente un odontólogo, el doctor Sten Forshufvud, de Göteborg (Suecia). Nacido a principios del siglo XX, se caracterizó por su espíritu crítico y su mente original. Profesionalmente, por ejemplo, sostuvo que el esmalte dental no era un tejido muerto, sino vivo, alimentado por vasos sanguíneos a los que llamó ultra capilares. Basándose en esto dedujo que las caries infantiles podían curarse con una alimentación adecuada. Semejante teoría publicada en el Acta Odontológica Escandinava y en los Anales d’Anatomie Pathologique entró en colisión con la ciencia oficial, lo que le acarreó fama de heterodoxo disidente. Sin embargo, esas insidias pudieron bien poco ante su carácter firme y siguió dedicado a su trabajo y a dos aficiones colaterales, la toxicología y el culto a Napoleón. Vivía rodeado de objetos, ilustraciones y libros sobre tan notorio personaje.

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El azar quiso que en 1955 se publicaran las memorias de Louis Marchand, ayuda de cámara del emperador de los franceses. Hasta ese momento había varias hipótesis sobre la causa de la muerte de Napoleón, acaecida cuando contaba tan sólo 52 años. Algunos sostenían que de úlcera cancerosa de estómago, otros que de hepatitis, otros que de alguna enfermedad tropical. Sin embargo, en las memorias de Marchand había datos para pensar en un envenenamiento crónico y, en concreto, por arsénico. Así al menos lo pensó Forshufvud y, desde ese momento, se propuso demostrarlo. Para ello contó con el reciente hallazgo de Hamilton Smith que permitía, mediante bombardeo nuclear, medir la cantidad de arsénico presente en el cabello de cualquier persona. Hasta ese momento, se necesitaban cinco gramos de pelo o cinco mil hebras para conseguirlo. Ahora con una sola podía saberse. Forshufvud, tras complicados avatares, consiguió varias muestras de cabellos de Napoleón, los cuales dieron altísimas proporciones de arsénico (lo normal es que aparezcan 0,8 partes por millón y algunas dieron hasta cerca de 60 y 70 partes por millón), lo que confirmaba analíticamente la presencia de 22 síntomas clínicos presentes en la intoxicación crónica por arsénico (insomnio y voracidad alternando con somnolencia y falta de apetito, pérdida de vello corporal, hinchazón de piernas, dolores generalizados, vómitos, etc.). Como suele ocurrir en estos casos, la teoría del dentista de Göteborg no fue admitida unánimemente por los eruditos sobre Napoleón. Particularmente, los franceses se mostraron escépticos, sobre 214


todo porque Forshufvud señaló a la casa Borbón como instigadora de este lento crimen. Acertada o no, la intuición de nuestro colega es sugestiva y basada en datos científicos (aunque la interpretación de los mismos pueda llevar a conclusiones diferentes). Congratulémonos, pues, de que un odontólogo haya terciado en tan altos asuntos de carácter histórico.

Referencias: Enviado Por Armando Yáñez Director Gaceta Dental A Pedido Del Dr. Carlos E. Tomei El 4 De Mayo De 2010 Por Un Artículo Publicado En La Gaceta Dental

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CAPITULO V LA MUJER EN LA ODONTOLOGIA Introducción Para empezar, es posible que existieran desde el principio de los tiempos, estas funciones de la mujer cuando “curar” era cosa común en las ceremonias sagradas celebradas por mujeres bendecidas por la “madre-tierra” y poseedoras de unos conocimientos que se transmitían secretamente de madres a hijas. en la antigua Grecia, las “médicas” (iatrois en griego) eran sacerdotisas de la Diosa Atenea Médica, y mujeres expertas en el “arte de curar.” Se sabe que la dentadura era cuidada desde la prehistoria, pero es en los antiguos papiros egipcios donde se describen tratamientos para diferentes problemas dentales. Por ejemplo, se utilizaba una “pasta dental” realizada a base de “pezuñas de buey quemadas y trituradas, mirra, cáscara de huevo en polvo y piedra pómez” (no sabemos si era efectiva, o al menos segura). Lo que no se encuentran son nombres de mujeres que se dedicasen a la profesión, lo que no quiere decir que no existieran porque sí, se sabe de mujeres que “curaban” males. Mucho más tarde, en el Talmud, sí, parece mencionar a una mujer (pagana) que cura el mal de dientes. Pero es en Grecia de donde nos llegan muchos conceptos médicos que hoy seguimos utilizando. Varios derivan directamente de personajes y nombres griegos. Y algunos se deben a mujeres. Por ejemplo, farmacia, derivado de la maga Pharmacusa. 216


El famoso médico Asclepio (el Esculapio romano) tuvo toda una descendencia “médica” con su esposa Epíone: De Higea deriva higiénico; de Laso, curación; de Meditrina, medicina (mederi es curar en griego); y Panacea acabó nombrando a aquello que todo lo cura. Finalmente, en la antigua Grecia, las “médicas” (iatrois en griego) eran sacerdotisas de la Diosa Atenea Médica, y mujeres expertas en el “arte de curar.” En la milenaria Roma, era muy apreciada la “orina de los íberos”, con la que se elaboraba un blanqueador dental muy utilizado, sobre todo por las damas, sin saber que el blanqueamiento era un efecto del amoníaco y de la urea derivada de la orina y con la que hoy se elaboran productos para ese fin… pero infinitamente más higiénicos El caso es que Cayo Catulo ya lo cantaba: “En el país de Celtiberia, lo que cada hombre mea, lo acostumbra a utilizar para cepillar sus dientes y sus rojas encías cada mañana.” En el siglo XVIII y a principios del XIX se aceptaba universalmente que ninguna de las recientemente establecidas escuelas dentales admitiría mujeres en sus aulas. El requisito para la admisión era poseer una cierta escolaridad preliminar, ya de hecho ese requisito cercenaba el número de las posibles solicitantes, puesto que muy pocas instituciones educativas en Europa o América ofrecían educación superior a las mujeres Referencia “Primera representación de un dentista femenino” Tomado de Proskauer y Witt, ' historia pictórica de la odontología '. Dumont, Colonia, 1962. woodcut francés. Colecciones generales palabras

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Debemos reconocer que, en las antiguas culturas mesopotámicas, egipcia, hebrea, china o hindú, no hay mención alguna a la presencia femenina en dichas especialidades. Como sabemos, gracias a las disertaciones anteriores conocemos nombres de dentistas en Egipto como Hesy-Re, o en Mesopotamia (Arad- Nana) pero no hay dato de dentistas femeninos, lo mismo ocurre si nos centramos en la odontología de todas culturas pasadas, la mujer no era de gran relevancia en el asunto odontológico lo que claramente cambiaría en los próximos milenios. Debemos esperar nada menos que hasta el siglo XI para encontrar una mujer que se ocupe del arte dental en su obra escrita.

La Mujer Odontóloga en el Siglo XIV Es en el renacimiento cuando comienzan a encontrarse representaciones gráficas de mujeres relacionadas con la odontología, cuatro son las más conocidas. Durante el Siglo XVII, el papel de la mujer en la Odontología sigue siendo escaso. Los Barberos cirujanos se ocupaban del oficio, pues los médicos y cirujanos no querían ejercerlo. Durante la Ilustración, en 1699, los cirujanos de París lograron que se aprobara los estatutos de colegio de cirugía en cuyo artículo 102 se prohíbe el ejercicio, a aquellos que no hubieran revalidado sus conocimientos ante el Primer Cirujano del Rey y Cuatro prebostes del

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lugar (del latín praepositus: "encargado"). En 1730, el ejemplo de París cundió y se extendió a toda Francia la obligatoriedad del examen a los “expertos en Dientes”. En 1743 los Dentistas consiguieron del Rey Luis XV una declaración que los separó de los Barberos, por lo que pudieron equipararse con los Cirujanos. Para ese tiempo, las Mujeres, ejercían ya el arte del Dentista, despertando celos de los Varones, los cuales consiguieron en 1755 una ley discriminatoria que prohibía el acceso de las Mujeres a la carrera.

Siglo XVIII Siglo llamado también de la Ilustración o de las luces, supuso la aparición de las primeras mujeres dentistas de la historia con nombre conocido, en Francia e Inglaterra al menos. En el siglo XIX, hubo un alza en el desarrollo de la odontología femenina en países hispanoamericanos, dándose a conocer profesionales en Argentina, Cuba, México y Brasil antes que en la potencia de Estados Unidos. Como en muchos otros logros, el siglo XVIII, el siglo de las mujeres fue el espejo en el que muchas mujeres del siglo XIX se van a mirar para dar alas a sus ansias de formación y de capacitación profesional proyectándose también como dentistas y odontólogas.

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Las primeras mujeres dentistas Grecia fue, en sí, la cuna de muchas ciencias, pero en cuestiones dentales, Aristóteles incurrió en un error que permanecerá hasta el Renacimiento: “Tienen más dientes los machos que las hembras”. A lo que Plinio apostillaría: “Los hombres tienen 32 dientes, las mujeres 30 y los castrados 28”. En el siglo VII, Teófilo, admirador de la perfecta armonía de los órganos del cuerpo, cometió los mismos errores, y también Galeno, va más allá incluso cuando sentenciaba: “Los que son eunucos antes de los 14 años no tienen dientes de la sabiduría, lo mismo que las mujeres, que solo tienen 28 piezas.” Fue Andreas Vesalius (1514-1564), quién en su obra “De humani corporis fabrica” Sobre la estructura del cuerpo humano”’,(muy influyente en su época), quien acabó por afirmar que hombres y mujeres tenían el mismo número de dientes. En la Edad Media, pese al oscurantismo que acompañó a todo el periodo, donde a las “curanderas” y “sanadoras” se las trataba de “brujas” y eran condenadas a la hoguera, surgen mejores ideas, como las aportadas por la gran Hildegard von Bingen (1098-1179), que es la primera mujer que escribe sobre los problemas dentales, concretamente en su libro “Liber simplicis medicinae”, propone tratamientos a base de hierbas y aceites, y también , recomienda para los abscesos dentales el calor, con el “áloe y la mirra excitado por el fuego de los carbones incandescentes”, para expulsar todo el

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pus que pudieran producir (el calor se utiliza hoy en día para obtener el mismo efecto). En términos legislativos es la reina Isabel la Católica (1451-1504) la primera monarca en establecer en España una legislación para ejercer “el cuidado de la dentadura”, con la llamada “Célebre Pragmática”, promulgada el 9 de abril de 1500. En esta ley (que estuvo en vigor hasta el siglo XIX) se encomendaba el cuidado de los dientes a los “barberos Flebotomianos”, quienes debían examinarse ante “Alcaldes examinadores y Barberos Mayores” para poder ejercer. A finales del siglo XV son ya varios profesionales de prestigio los que se encuentran en posesión de “cartas de nombramiento de Barberos Mayores”, pero no existe ningún tipo de formación para ellos. De esta carencia se va a encargar Francisco Martínez del Castrillo de Onielo,(1520-1585), dentista de cámara de Felipe II, quien en 1557 publica en Valladolid (en la imprenta Vasallo de Munberg) uno de los primeros libros (se dice que es el segundo más antiguo) sobre la Odontología: “Coloquio Breve y compendioso sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca”.Esta obra, que cita a Santa Apolonia, conocida santa patrona de los dentistas (mártir del siglo III, fue golpeada hasta extraerle todos sus dientes antes de morir 221


en la hoguera), será válida en toda Europa durante doscientos años. Concretamente hasta que en 1728 Pierre Fauchard (1678-1761), considerado el padre de la odontología moderna, escribe “Le Chirurgien Dentiste” (‘El dentista cirujano’). Al otro lado del mundo, en Japón, se han llegado a encontrar más de 120 prótesis dentales de madera datadas entre el siglo XIV y el siglo XIX. La más antigua, parece que fue realizada por una sacerdotisa budista, Nakaoka Tei (conocida como Hotoke-Hime, “Señora de Buda”, fue la fundadora del Templo Ganjoji en Wakayama, alrededor del año 1500, donde realizando previamente un molde del maxilar en cera de abeja, lo vaciaba, y sobre el modelo posteriormente tallaba una prótesis de una sola pieza, en madera olorosa de boj o de albaricoque , pintando los dientes de negro.

A todo esto, existían en la España del siglo de oro las llamadas “ensalmadoras”, mujeres dedicadas al oficio de dentistas, muchas veces utilizando recursos totalmente naturales como aceite, vino, sal, romero, plantas, etc. para curar dolencias. En Europa había mujeres que venían ejerciendo de “sacamuelas” ambulantes, muchas veces acompañando a sus maridos “barberos” ejerciendo de aventajadas asistentes. Al enviudar, era fácil que la esposa continuase con el negocio, como solía ocurrir, por ejemplo, en Francia, al menos hasta que en 1484 un decreto del rey Carlos VIII les prohíbe expresamente ejercer. 222


Antecedentes sobre la mujer y la Odontología Las prácticas de las mujeres a veces se encuentran en forma explícita, otras sólo podemos inferirlas por su presencia en pinturas, grabados o fotografías. En el Talmud, libro sagrado de la religión judía, se describe a una mujer practicante pagana, experta, que ante un dolor de muelas recomendó un tratamiento complicado y trabajoso. Durante el Imperio Romano, en las filas de los practicantes médicos y boticarios, se acepta que se encontraban también mujeres. ¿Que conocemos de las vidas privadas de Trótula de Ruggiero, o de la Abadesa de Bingen, Santa Hildegarda? (1099-1179), quién escribe sobre los dientes, y utiliza información aristotélica. Hace referencia a tratamientos dentales, por ejemplo, con relación a la cirugía bucal escribe: consiste en perforar un absceso de una encía para facilitar el drenaje de pus. En Suecia, se cita a las “Trolkonorna”, como mujeres que curaban con brujería y se ocupaban también de los problemas bucodentarios, y fueron consideradas ilegales a partir del siglo XIII. En Europa Occidental-Edad Media, en la ilustración de la glosa del siglo XIV de Rolando de Parma, se observa una mujer médico colocando un vendaje por debajo de la mandíbula, quizás para estabilizar una fractura o una luxación a reducir. En la obra “El dentista ambulante” de Lucas de Leyden en 1523, observarnos a un practicante atendiendo a un cliente, mientras una mujer le esculca la bolsa de su saco, quizás para sacarle el dinero, en posible complicidad con el hombre practicante. 223


En la cultura Oriental, repetimos, en Japón, es digna de mención, la sacerdotisa budista, Nakaoka Tei, conocida como Hotokehime, o dama del Buda (1500), quien construía dentaduras totales en madera de la manera siguiente: Se construían de un único trozo de madera de boj, cerezo o albaricoque. Se hacía un molde con cera del maxilar desdentado. Se tallaba la dentadura guiándose por el modelo. Se pintaba el interior de la boca del paciente con pigmento, quien al marcar los puntos prominentes en la base se desgastaban, es decir ajustándola al final en el interior de la boca. En el siglo XVII, los encargados de hacer sangrías con sanguijuelas también hacían extracciones, al respecto encontramos en un grabado en madera de Willem vanden Bossche (Historia Médica 1638), en el que vemos a una mujer mostrando sanguijuelas en uno de sus brazos y también en un frasco. En Alemania, siglo XVIII, en un dibujo de la colección de “Libros Raros Boston”, muestra un charlatán alemán que sostiene una enorme muela, su acompañante y posiblemente ayudanta, prepara un polvo medicinal y está rodeada de muelas extraídas. En Francia es de hacer notar la participación de las mujeres en las prácticas dentales en diferentes épocas, ellas serán un ejemplo para que otras incursionen en la profesión. En París (1550), en una xilografía, sobre madera de boj, en el gabinete de estampas de París, se representa a una señora sosteniendo en su mano derecha una muela que acaba de arrancar, en la mano izquierda la tenaza, a su lado su cliente al que le dice: “En mi oficio no tengo semejante, yo arranco todos los dientes sin dolor. Agnan, vois 224


lo sabéis por el diente que veis aquí. Yo os lo he sacado estando completamente podrido. Si tenéis todavía otros, no tengáis miedo. Yo vendré rápidamente, en tanto que esté aquí”. En el siglo XVIII, en los grabados titulados: “Un cirujano o barbero y la mujer del barbero”, de Martín Engelbrecht, en el Louvre París, podemos apreciar la incorporación de la esposa a las prácticas dentales del marido. En 1719, Mademoiselle Rezé, dentista que atendía al público todos los días excepto los domingos, escribió: “Disertación apologética sobre los dientes”. Si bien solamente es un sencillo escrito propagandístico para promocionar el uso de un bálsamo, tiene el mérito de ser una de las primeras mujeres que escribe sobre odontología, además que ella fue aprobada por el doctor Audry, censor real en la materia. Acerca de los usos del bálsamo comenta: “Limpia también los dientes careados de su podredumbre y quita el mal olor. Por su cualidad de terminante y astringente, consolida los dientes, cura las úlceras o pequeños chancros que afecta las encías y disipa el humor escorbútico”. En 1814, Madame Ana, dentista de París de personajes importantes como la duquesa de Angulema, proclama: “extraer dientes y raíces, curar caries, úlceras y otras enfermedades, colocar dientes artificiales de pivote y sin pivote, piezas compuestas de varios dientes y dentaduras completas. Limpia los dientes, los emploma, los cauteriza, los repara, los iguala y les devuelve la blancura y resplandor. Además,

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posee un elixir para calmar el dolor e impedir el mal olor, polvo dentífrico para conservar la blancura de los dientes y pomada para conservar la frescura del tinte y sacar las manchas, etc.”. En 1824, Mademoiselle Ellen de Saint Hilaire se anunciaba como “dentista para damas”, ejercía en la calle Rívoli de París. En 1880, Mademoiselle Héléne Purkis, dentista que ejercía en un elegante gabinete en París, se nombraba “dentista para damas” y anunciaba “reemplazar dientes sin dolor, cauterizarlos, orificarlos. Daba consultas gratuitas, también anunciaba el uso de su elixir Diaphénix ”. En España, a mediados del siglo XIX, se consideraba a dos dentistas: Polonia Sanz, natural de Zaragoza quien se decía “La primera mujer que en España ha tenido la fortuna de ejercer una profesión a que se cree no estar llamada su sexo”, decía saber limpiar dentaduras, extraer dientes y muelas y practicar operaciones que correspondían al dentista. En 1854, Manuela Aniorte y Paredes de Sales, reporta en su libro titulado “Arte del Dentista”, publicado en Valencia en 1873, que operaba sarcomas, fungosidades y necrosis alveolares. Pero como el libro que decía suyo resultó ser un plagio de la obra del francés Maury, titulado “L. art du Dentiste”, sus prácticas carecen de credibilidad. Lo que sí se le reconoce es la petición que hizo al Gobierno en 1871, para la instauración de la enseñanza oficial de la odontología. En Estados Unidos de Norteamérica, en el siglo XIX, se establece la primera escuela odontológica en 1839, sin embargo la incorporación de las mujeres no fue un proceso rápido, ya que: “En el siglo XVIII 226


y principios del XIX se aceptaba universalmente que ninguna de las recientemente establecidas escuelas dentales admitiría mujeres en sus aulas ” , como lo demuestra el informe de la doctora Clara Rosas (primera dentista egresada de la primera escuela dental mexicana), en el informe escrito en 1911 sobre sus impresiones de la prestigiada escuela de odontología de Philadelphia, en donde no se admitían mujeres todavía. Las norteamericanas enfrentaron pensamientos adversos, por ejemplo un profesor “aseguraba que él no enseñaría anatomía a una mujer”, pero fueron apoyadas por liberales que favorecieron su incorporación a la profesión. Para 1881 ya había 61 egresadas de algunas escuelas de Estados Unidos. Emeline Roberts Jones es la primera dentista en los Estados Unidos, ella aprendió con su marido dentista y cuando él muere atendió el consultorio, ejerciendo durante 60 años. “La doctora Lucy Beaman Hobbs fue la primera graduada de un colegio dental en 1866, y la primera en obtener una membrecía en una sociedad odontológica”. Así mismo, las norteamericanas encontraron una buena opción en la carrera de higienista dental (formalizada en 1917), más rápida y con menos responsabilidades. La labor callada y tenaz de las mujeres aquí mencionadas y de otras más, abriría brechas al género femenino deseoso de participar en actividades para la salud. Bibliografía Tomada de la Dra. Fernanda Caldera Zárate

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Trótula de Salerno En un mundo dominado por los hombres en el que las mujeres solamente podían acceder al conocimiento tras los muros de un monasterio, una mujer se abrió camino. Trótula de Salerno se convirtió en la primera mujer en escribir y tratar sobre temas de ginecología y obstetricia. Sus ideas fueron tan eficaces y novedosas que hasta el siglo XX existieron voces que quisieron dudar de su existencia. Son prácticamente nulos los datos en 1110. Su nombre aparece siempre relacionado con la Escuela de Medicina de Salerno en la que estudió. Algunos investigadores afirman que fue la esposa de uno de los fundadores de dicho centro, Johannes Platearius, a quien posteriormente se le atribuiría la obra de Trótula.

Las Damas de Salerno Antes de la fundación de las universidades el saber en la Edad Media estaba en manos de la Iglesia. Eran los monasterios, sobre todo masculinos, los que custodiaban todo el saber antiguo y contemporáneo. El arte de la medicina también estaba reservado a los hombres. Salvo excepciones como la gran Hildegarda de Bingen, las mujeres sólo podían ejercer como comadronas. El resto de los saberes médicos les estaban vedados. Pero en el siglo XI se fundaba en Salerno una escuela excepcional. Cerca del importante monasterio benedictino de Montecassino, 228


en las proximidades de Nápoles, se fundó la primera escuela médica laica y a la que tenían acceso las mujeres. En ella, las estudiantes de medicina podían acceder a conocimientos médicos amplios, más allá de los relacionados con las tareas de las parturientas.

Un saber Revolucionario Trótula supo aprovechar esta oportunidad y se convirtió en una médica capaz de tratar enfermedades como el cáncer, dolencias oculares o problemas de la piel. Pero sus ideas más revolucionarias para su tiempo estuvieron relacionadas con el área de la ginecología y la obstetricia. Su obra Passionibus Mulierum Curandorum (Las Dolencias de las Mujeres) expuso temas tan peligrosos para su tiempo como intentar eliminar la creencia de que todos los males de la mujer le venían de la menstruación o que los problemas de infertilidad no sólo podían tener su origen en ellas sino también en los hombres. Trótula defendió también el uso de hierbas para mitigar los dolores del parto, algo totalmente prohibido en su tiempo. Esta amplia obra de 60 capítulos en las que habla del embarazo, el parto, el puerperio, la fertilidad y otros temas relacionados con la mujer se convirtió en texto imprescindible en las universidades europeas hasta el siglo XVI. Ornatu Mulierum es otra de sus obras en las que defiende la higiene como necesaria para la prevención de infecciones y enfermedades en las mujeres, algo totalmente novedoso en la Edad Media.

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Negación del Saber La obra de Trótula fue tan revolucionaria para su tiempo que ya desde el siglo XII, empezaron a levantarse voces afirmando que era prácticamente imposible que una mujer pudiera haber escrito todo aquel saber y dieron la autoría de sus libros a su marido. Se llegó a afirmar que Trótula no había existido. Voces críticas que se levantaron incluso en el moderno siglo XX insistiendo en que no era posible que una mujer hablara de temas tan complicados. Pero a pesar del empeño de algunos por silenciar a Trótula de Salerno, lo cierto es que sus ideas y sus conocimientos ginecológicos se enseñaron durante siglos en las universidades. Referencias: La primera ginecóloga, Trótula de Salerno (1110 – 1160), se publicó en el blog Mujeres en la Historia de Sandra Ferrer Valero el 6 de julio de 2011.

Ejercicio femenino en Odontología En el siglo XVIII y a principios del XIX se aceptaba universalmente que ninguna de las recientemente establecidas escuelas dentales admitiría mujeres en sus aulas. El requisito para la admisión era poseer una cierta escolaridad preliminar, ya de hecho ese requisito cercenaba el número de las posibles solicitantes, puesto que muy pocas instituciones educativas en Europa o América ofrecían educación superior a las mujeres.

La participación de la mujer en la Odontología en el Siglo XIX Después de los destellos del siglo XVIII, el siglo XIX supuso para las mujeres dentistas su plena incorporación legal a la profesión, ya

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que fueron admitidas oficialmente en los colegios dentales y en las sociedades de dentistas Universalmente se conocía que en ninguna de las recientemente establecidas Escuelas Dentales admitiría mujeres en sus aulas. El requisito para la admisión era poseer una cierta escolaridad preliminar tipo bachillerato, ya de hecho ese requisito cercenaba el número de las posibles solicitantes, puesto que muy pocas instituciones educativas de Europa o América ofrecían esta educación superior a las mujeres.

La Mujer ejerciendo la odontología en los distintos Países

Alemania Santa Hildegarda De Bingen) Llamada también la sibila del Rin, vivió en Alemania entre 1098 y 1179. Escribió numerosos libros sobre temas religiosos y algunos médicos: Physica, liber simplicimus medicinae Causae Et Curae , etc. En el Causae et curae trata de la odontología. Por ejemplo, menciona la higiene oral aconsejando: “Aquel que quiera tener firmes los dientes y sanos debe introducir agua fría en su boca y retenerla un ratito, para reblandecer la malignidad que se encuentra entre los dientes. Así el agua que hay en la boca lava los dientes, y frecuentemente sucede que dicha malignidad no crece más alrededor de los dientes, que permanecen sanos.”

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Además, en su obra cita tratamientos dentales a base de hierbas, destacando la necesidad de drenar los abscesos para facilitar la extracción de pus mediante el uso de hierbas y calor. En cuanto a la etiología de la caries, creía en la existencia del “gusano dental” que la producía, contra el cual podían emplearse sahumerios de semillas de beleño. En la Edad Media, pese al oscurantismo que acompañó a todo el periodo, donde a las “curanderas” y “sanadoras” se las trataba de “brujas” , eran condenadas a la hoguera, surgen mejores ideas, como las aportadas por la gran Hildegard von Bingen que es otra de las primeras mujeres que escribe sobre los problemas dentales, los tratamientos que propone son a base de hierbas y aceites, y así, recomienda perforar los abscesos dentales con el calor del “áloe y la mirra excitado por el fuego de los carbones incandescentes”, para expulsar todo el pus que pudieran producir (el calor se utiliza hoy en día para obtener el mismo efecto

Ida Frenderheim La primera mujer en graduarse en Alemania fue, muy tarde en 1901, y es que en Alemania no hubo estudios oficiales de Odontología hasta finales del siglo XIX. Por ello, varias mujeres fueron a estudiar a los EEUU. Fue el caso de las berlinesas Herniate Hirschfeld-Tiburtius (1836-1911), graduada en 1869 en Filadelfia, y Frau Marie Grubert, graduada en el Ohio Dental College en 1872. Emilie Wiede-Foeking (en Baltimore, en 1879), Valeska Wilcke, Louise Jacobi y otras 45 mujeres alemanas se graduaron en Odontología en los EEUU entre 1869 y 1909.

1869 Henriette Hirschfeld-Tiburtius (1834 - 1911) 232


Fue la primera mujer dentista en Alemania. Nació en Sylt, Alemania una pequeña isla en la costa oeste de Schleswig-Holstein, hija de un pastor protestante. Se casó a los 19 años y se divorció a los 30. Como no había escuelas de odontología en Alemania carrera que ella quería cursar, decidió viajar a EEUU. Luchó duramente para ser admitida en el Pennsylvania College Of Dental Surgery (un profesor aseguraba que él “no enseñaría anatomía a una mujer”), y allí, cursó a partir 1867, Fue la primera mujer en tomar un curso universitario en odontología completo. Una vez obtenido el título, volvió a Berlín; era guapa y elegante. De regreso a Alemania y una vez que el Ministro de Instrucción Pública de su país le convalidó su título, se le permitió ejercer en Alemania habiendo obtenido su diploma en Estados Unidos, tenía entonces 33 años. Henriette comenzó allí su práctica dental. Allí, la princesa heredera de Alemania la contrató como dentista para su guardería. En los próximos años muchas otras mujeres europeas entrarían en la profesión. Una de las sobrinas de Henriette fue empleada más tarde en su práctica En 1872 casó con el doctor Tiburtius, doctor en Medicina. Murió el 24 de agosto de 1911 a los 77 años.

Lucy Beamon Taylor. Ejerció en Estados Unidos y fue elegida vicepresidenta del Mississippi Valley Association of Dental Surgeon.

1879 Emilie Foecking logró el título en 1879, precisamente en la escuela más antigua de Estados Unidos, en Baltimore, gracias al

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apoyo del decano, J. S. Gorgas (había sido rechazada en Pensilvania). Leyó una tesis titulada Las mujeres adaptadas a la profesión dental, publicada en abril de 1873 en el American Journal of Dental Science.

1901 Ida Frenderheim fue la primer graduada en Alemania , en Breslav, en 1901. Más tarde se graduaron otras en Berlín, Leipzig, Rostock, muy tardíamente, en 1901. Repito que en Alemania no hubo estudios oficiales de Odontología hasta finales del siglo XIX. por ello, varias mujeres fueron a estudiar a los EEUU.

ARGENTINA Primera Dentista Mujer Graduada En Argentina 1888 Celina F. De Duval, Francesa de origen, se convierte en la primera mujer dentista cuando revalida su título en Argentina en la Facultad de Medicina de Córdoba.

1896

Cidanelia

R.

González

aprobó con buenas notas el examen general en noviembre de ese año, y es la primera mujer titulada en la Escuela de Odontología de Buenos Aires, inaugurada en 1892. Entre las promociones de 1900 y 1901 hubo 8 dentistas recibidas. Entre ellas

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1901 Sara Justo que nació en la ciudad de Buenos Aires el 5 de febrero de 1870, hija de Juan Felipe Justo y de Aurora Castro. Falleció en 1941 Fue una de las primeras odontólogas del país, destacada educadora argentina y una de las líderes del movimiento feminista argentino en las primeras décadas del siglo XX. Era hermana de Juan Bautista Justo, cirujano y fundador del Partido Socialista Argentino y cuñada de su esposa Alicia Moreau de Justo destacada e inteligente política argentina Sara Justo se convirtió en una de las primeras alumnas de Etchepareborda y en julio de 1901, tras doctorarse, ejerció su profesión que también la matizó juntamente con la docencia y la lucha social, especialmente en defensa de los derechos de la mujer. Sara se graduó en 1901 junto a varias valientes dentistas AÑO 1901 CARAS Y CARETAS ARGENTINA: PRIMERAS GRADUADAS EN ODONTOLOGÍA

En la imagen vemos a Sara Justo acompañada también por Rodolfo Erausquin y Eduardo Newbery 235


Leonilda Rosa Menedier (O Menechier) Catalina Marni lo que constituirían unas de las primeras camadas de odontólogas del país.

Angela Zuloaga De Bouroucona, esposa de un conocido dentista de la Capital Federal, aprobó en febrero de 1889 las pruebas para trabajar en la profesión. No fue fácil conseguir la confianza pública cuando las aspiraciones feministas eran una curiosidad o motivo de chanza y llamaba la atención el accionar de la meritoria pionera Dra. Julieta Lanteri de Renshaw, bregando incansable desde 1911 por el derecho de votar para las mujeres, por un documento similar a la libreta de enrolamiento del hombre, y por la amplia participación de la mujer en la sociedad. Mucho le costó a Sara Justo, la decidida hermana del líder socialista, obtener en 1906 el nombramiento honorario de “ayudante de médica y odontologista”, en la Sección Escolar del Departamento Nacional de Higiene. Durante seis años y con sus propios medios trató de demostrar la necesidad del dentista en la Inspección Escolar. En 1912 ese servicio fue suspendido como innecesario por el Jefe de la repartición, pero la obra iniciada había demostrado la importancia complementaria de la Odontología en favor de la salud dental infantil en la educación primaria.

En 1912 Magdalena Sozzani De Sánchez, en una de las asambleas científicas del Círculo Odontológico Argentino (hoy AOA), expone sobre ‘Un caso de necrosis”. En 1926, la Dra. Sánchez es nombrada Jefe del Servicio Odontológico del Hospital Rivadavia. 236


Guacolda Piñero es elegida en 1913 delegada, por sus compañeros de 3º año;

Zulama Elvira De Mathías —medalla de oro— es la delegada estudiantil ante el Consejo Universitario de Córdoba, en 1948. La dirección de la Revista del Centro de Estudiantes de Odontología estuvo a cargo de Elvezia Tatarletti, en 1921; Fanny Vinacour, fallecida en 1977, mantuvo desde 1964 la calidad editorial de La Tribuna Odontológica, importante revista de nuestro medio.

Eloísa Zumarraga De Freire, 1916, En los círculos odontológicos que se fueron creando en el interior del país la mujer interviene precozmente. Bajo la presidencia de Eduardo Martínez, integra la vicepresidencia de la primera comisión directiva del Circulo Odontológico Santafesino. Igual presencia se observa en el Círculo Odontológico de Rosario, en la comisión fundacional del Circulo Odontológico de San Juan (1930), en la comisión directiva original del Círculo Odontológico Santiagueño, en 1934.

Ana H. Pereira En la Asociación Odontológica Argentina ocupó el responsable cargo de secretaria y fue quién llegó a ser la primera Presidenta de la institución AOA. En confiada emulación la dentista aspira a la docencia. En 1945 son tres las profesoras adjuntas entre las escuelas de Odontología de Buenos Aires y de Rosario. Benita Fernández (Rosario) que fue la primera que llegara al profesorado titular en 1953;

Ada Grecchi (Rosario) Ester Caramés de Aprile (Buenos Aires). 237


Rosa Lussem de Carvel será más tarde profesora de Periodoncia en los Estados Unidos

Carmen Gómez De Landa, profesora titular de Odontología Preventiva y Social, fue durante el periodo 1968-69 delegada interventora en la Escuela de Odontología de La Plata.

Beatriz Guglielmotti. Nos ha honrado en 2013 ser la Decana de la FOUBA, El Dia Internacional de la Mujer, cuyo antecedente fue un vil atentado por cuestiones gremiales que ocasionó la muerte de 129 trabajadoras en una fábrica de Nueva York, en 1857, fue establecido en 1910, el 8 de marzo, en memoria de aquel hecho que en la actualidad engloba toda la presencia femenina en la sociedad contemporánea: en el hogar, en el trabajo, en la ciencia, y en las profesiones. Es difícil dar una visión total, sin olvidos, de lo que significa hoy la mujer en la Odontología argentina, de sus personalidades, de la magnitud de su coparticipación en el progreso profesional, y hemos ejemplificado muy sintéticamente el objeto y logros de sus aspiraciones, en el severo trayecto cumplido para a expresión de su sensibilidad, de su inteligencia y de su carácter.

Belgica A mediados del siglo XIX, como en el resto de Europa, en Bélgica no había enseñanza oficial del Arte Dental.

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En 1847, María Arthot o La Viuda Beiral Una Señora, que obtuvo un diploma para la práctica de la dentistería de la Comisión Médica. Sin embargo, le fue denegado el derecho a ejercer. Como no hiciera caso, fue procesada por “ilegalidad en el arte de curar”. No obstante, el tribunal la absolvió, alegando que disponía de los requisitos exigidos por la ley.

Brasil En 1808 se creó la primera escuela de cirugía brasileña.

1813 Doña Januaria Teresa Ferreira a pesar de la prohibición de la mujer al ejercicio de la odontología, ella pudo ejercerlo gracias a un certificado firmado por un cirujano mayor de la corte. EN 1850 MARÍA ARTHOT O LA VIUDA BEIRAL encontramos odontólogas importantes en este periodo como, María quien “extraía y obturaba dientes con oro”. En 1877 se permite a las mujeres ingresar a la universidad, la primera mujer legalmente titulada fue Doña Elisa Elvira Bernard En 1899 egresa de la escuela de odontología y se gradúa la primera cirujano dentista Isabella Vond Sidow En1899.

Canada 1893 Louisa Josephine Wells primera mujer odontóloga graduada 239


En 1892 se estableció la primera escuela de odontología en Quebec, la Facultad de Odontología de la Provincia de Quebec, con el notable Dr. George Beers como Decano. Las mujeres también se interesaron en el arte dental y, en 1893, así es como Caroline se convirtió en la primera mujer graduada en Odontología. Referencias Canadian Dental Association por University of Toronto Press . . Revista de la historia de la odontología , 47 (1), 3-6. Shklar, G., y Chernin, D. (2003). Eleazar Parmly: médico, educador, poeta. Revista de Historia de la Odontología , 1 de julio del 51 Shosenberg, JW (1992). Toronto: Asociación Dental de Ontario Publicado por la Biblioteca de Odontología de la Universidad de Toronto

CUBA 1837 Concepción Page Y Juana Osborn son reconocidas como odontólogas en ejercicio en Cuba, , ambas durante este periodo 1912 Se crea una Escuela de Cirugía Dental en 1912 y de ella salen graduadas Ana Cristina Y Ana Altagracia Vega To-

más. las dos primeras mujeres de la Escuela de Cirugía Dental creada en La Habana, , de 19 y 20 años respectivamente

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ESPAÑA 1816 doña María Rajoo Existen en España mujeres que ejercían la profesión, y muchas estaban debidamente certificadas. Así, María, hija del médico Juan Rajoo, fue una dentista reputada desde 1800 a 1830, y una de las más antiguas de Europa. Su profesionalidad fue avalada por el doctor Ignacio de Jáuregui, que era el Dentista de Cámara de Fernando VII, cuando en 1816, María presenta una instancia solicitando el puesto de Dentista de Cámara de Doña Isabel de Braganza, futura esposa del rey. Aunque no se sabe si llegó a obtener el cargo (seguramente no), lo que sí sabemos es que María Rajoo (viuda del dentista Don Ventura de Bustos y Angulo, y esposa en segundas nupcias de otro, José García) se anuncia repetidamente el en Diario de Avisos de Madrid desde 1815: “La señora viuda de don Ventura de Bustos, cirujano dentista que fue en esta Corte, previene que no se ha mudado como algunos han creído por la variación del rótulo; antes bien, habiendo vuelto a tomar estado con cirujano dentista que ha corrido la mayor parte de Europa, siguen desempeñando todas las operaciones de este ramo sin hacer novedad, construyendo las piezas artificiales con todo esmero y limpiando la dentadura sin drogas y específicos que destruyen el esmalte. Viven en la misma casa calle de las Carretas, n.º 10, cuarto 2.º, esquina a la de Majaderitos.”

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De parecida antigüedad en el ejercicio se encuentran Doña Car-

men Alonso, Doña Teresa Martínez, Doña Antonia Infantes, Doña María Janini De Pastor, Doña Norberta Murga y Doña Carolina San José, estas dos últimas, al parecer, colocaban “dientes portugueses de hueso”, que podían estar elaborados a partir del marfil de colmillos de hipopótamo proporcionados por el comercio portugués. De Norberta Murga se sabe también que tenía licencia para ejercer expedida por la Junta Superior Gubernativa de Medicina y Cirugía y del Gobernador de Madrid, en 1837. Otras de las más antiguas y afamadas dentistas españolas son: Doña Josepha

Tendillo Moreno, Doña Manuela Aniorte Y Paredes De Sala Y Doña Polonia Sanz. Josepha Tendillo “había sido aprobada en Cirugía menor por D. Pedro Castelló en el Colegio de San Carlos de esta Corte”, por lo que se puede decir que era una dentista “certificada” que empezó a ejercer en Madrid en el año 1834. Se anunciaba como “Particular Sangradora y Dentista de Palacio y de su S.M. la Reyna Dña. María Cristina”. Junto a la mencionada Norberta Murga, son las dos primeras mujeres en ejercer de dentistas con una certificación oficial.

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1873 Manuela Aniorte y Paredes De Sales, valenciana, también era viuda de un dentista, Francisco de Sales, y ejerció en solitario al morir su esposo, con una autorización expedida en la Universidad de Valencia en 1873. Se sabe que operaba sarcomas y reparaba fracturas de boca y maxilares. Publicó en España un libro que decía suyo, pero que era una traducción de un libro francés “L’art du Dentiste” (1820) de J.C.F. Maury. No obstante, fue la primera mujer que se atrevió a publicar una obra científica con su nombre y en solicitar a las autoridades españolas la implantación de una enseñanza oficial en Odontología

1849 doña Polonia Sanz Ferrer, de Zaragoza, es conocida por ser la primera mujer que se dedicó al oficio como titulada académica, autorizada por la Academia de Medicina y Cirugía de Valencia. Solicitó en varias ocasiones ser examinada por ante la Universidad, hasta que consigue la aprobación y supera el examen en 1849. Pero se incluyó una restricción: “de que haya que llamar a un facultativo de cirugía cuando crea necesario que se practique en boca alguna operación quirúrgica”. El 10 de abril de 1850, el Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas le otorga el Título de Dentista, para limpiar la dentadura, extraer dientes y muelas y practicar las demás operaciones que corresponden al dentista. 243


Doña Polonia, que se sabe que ejercía, al menos, desde 1848 (muy probablemente desde mucho antes), una vez titulada instala su gabinete en la “Calle del Carmen N.º 13, cuarto segundo a la derecha”, desde donde se anunciaba como “Primera Dentista de Cámara y del Príncipe Muley-El Abbas”. Su excepcionalidad radica en que fue la única mujer que ejerció en todas las áreas de la profesión: limpiar dentadura, extraer dientes, prótesis, higiene dental, dientes de porcelana, odontología infantil… “Todos los días opera gratis a los pobres de nueve a diez de la mañana”, solía publicar en la prensa. Sin embargo, se sabe que tuvo algunos problemas con sus estipendios, pues algún periódico (“La España”, julio 1850) la llegó a tachar de “limpiadora de muelas y bolsillos”. Pero Doña Polonia ganó el litigio que puso al periódico por injurias…. Ya entonces se daban los consabidos “gacetilleros” en la prensa que publican sin contrastar. No obstante, hasta en una publicación tan profesional como “El Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia” (publicado entre 1834 y 1853, fue el primer periódico médico con la libertad de prensa tras la muerte de Fernando VII, posteriormente se fusiona con la “Gaceta Médica” que se transforma más tarde en el “Siglo Médico”, el periódico médico más importante del siglo XIX), se mofaba de la titulación de Doña Polonia, a quien decía “se le ha concedido el título más insólito y extravagante”, y a quien negaba la posibilidad de ejercer debidamente, pues suponía que tales profesionales habrían de estar dotados de algo de lo que, afirmaba, carecían las mujeres: “músculos y resolución”.

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También en esta ocasión Doña Polonia se enfrentó a tales acusaciones enviando un extenso artículo al Boletín.

1908 Clara Rosas Ya entrado el siglo XX, en Barcelona, Clara es la primera mujer española en obtener el título de Odontóloga. Un año más tarde lo obtiene Federica Fernández Cortés y Casellas. En 1910, se firmaba en España la Real Orden que permitía el acceso de las mujeres a la universidad, de la mano del ministro Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones. No obstante, aún tardaremos en encontrar mujeres dentistas en las aulas de las Facultades donde se imparten esos títulos reglados. Hasta 1930, son muchas las mujeres que se gradúan en Odontología, entre otras: Josefina Landete (1913), Edelmira Agulló,

María Ferrer, Purificación Patricio Y Aurelia Cavrruti (1915), Lea Kupper (1918), Erica Holtmans (1920), Mª Ángeles Alonso Jiménez (1927), Carmen Arnedo Martín Y Mª Luisa Gironza (ambas en 1930, y con “Premio Extraordinario”). En 1932 otras 24 mujeres se gradúan en Odontología. Después se sabe de Francisca Martínez Ortíz, viuda del dentista Jaime García Nogués, que ejerció durante veinte años en la 245


provincia de Albacete, al obtener una autorización del Gobernador Civil para ejercer de forma ambulante. El salvoconducto, expedido el 17 de octubre de 1936 decía: “Autorizo al Camarada: Francisca Martínez Viuda de Nogués, avalada por Carmelo García Delgado, Trabajadores de Comercio U.G.T. de Albacete para circular libremente en Calidad de Dentista Ambulante, de Albacete y su Provincia. Ordeno a las milicias populares y fuerzas públicas le preste la debida asistencia, en caso necesario, sin impedimento alguno.” La odontología no será una especialidad médica en España hasta la aprobación del Decreto de Ordenación de la Facultada de Medicina de 7 de Julio de 1944 (el cambio de Escuela de Odontología a Escuela de Estomatología se realiza en 1948, con los títulos de Licenciado y Doctor Médico-Estomatólogo). ELENA BARBERÍA (Licenciada en Medicina en 1975, especializada en Odontopediatra en 1978 y Doctorada en Medicina en 1982) fue la primera mujer española en alcanzar una Cátedra en Escuela de Estomatología, con lo que la mujer entra así con pleno derecho en la especialización de esta carrera y de esta profesión, sea llamada Dentista, Odontóloga o Estomatóloga.

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Micelanea En el siglo XIX muchas son las trabas administrativas y legislativas que se imponen a la mujer impidiéndoles acceder a estudios superiores en la Universidad, estudios que según opinaban muchos en aquellos momentos, “no les correspondían”. Normativamente se restringió el acceso de las mujeres al título de Bachiller y solo se permitió la entrada en la Universidad a aquellas mujeres que estuviesen ya en posesión del título. En 1882, una Real Orden permite a las mujeres presentarse a los exámenes de doctorado, pero solo a aquellas que ya habían finalizado sus estudios o estuvieran a punto de hacerlo, negando dicha posibilidad a las nuevas alumnas universitarias. En cuanto a la especialidad que nos ocupa, una Real Orden de 1846 encarga los cuidados bucales (limpieza y extracción únicamente) a los “ministrantes”, mientras que en el año 1857 la Ley Moyano dice que han de ser “practicantes… en el arte dentista y callista”. No será hasta 1875 cuando un Real Decreto crea el título de Cirujano Dentista… pero no la formación. Los aspirantes serán examinados en la Facultad de Medicina de San Carlos. En 1874 se crea el Colegio Español de Dentistas (gracias al doctor Cayetano Triviño) donde se impartían tres cursos de enseñanzas

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para que después el alumno se examinase ante un Tribunal para poderle otorgar el Titulo de Cirujano-Dentista. Aunque no se excluía normativamente a las mujeres, la institución no lo consiente por lo que Doña Dolores González, queriéndose matricular, escribe al rey Alfonso XII solicitando la equiparación femenina en el Colegio, y el 14 de julio de 1883 se emite una Real Orden publicada en la Gaceta de Madrid al día siguiente, que autorizaba a las mujeres a ejercer la profesión de cirujano dentista “en las mismas condiciones que los hombres”. Seguramente amparada por esta normativa, Madame Antoine, dama francesa, de Lyón, que había cursado estudios en Nueva York, ejerció primero de forma ambulante y más tarde, en 1894, con consulta fija en Madrid. También se conoce el pintoresco caso de Evarista Araci, gaditana, malabarista, artista, vendedora de pócimas y sacamuelas ambulante. Varias mujeres obtuvieron después su titulación, como María Ferrer Calvet (1896); Matilde Cardoso Y Perea, María De La Concepción Congedo Y Suero Y Adela Fernández Letelier (Todas En 1898); Natalia Costa (1899); Aurelia Cavazzuti (1900); Y Sergia Rufina Chamón (1901). Referencias Fuentes: Wikipedia (varias páginas); Universo Odontológico, Academie Dentaire (fr); Red Dental, Informed (Albacete, 2005); Elsevier-Argentina; Revista ADM (“La participación de las mujeres en la odontología“, Rosa María González Ortiz y otros, Ene-Feb 2000, UNAM); “La Mujer y la Odontología en el Espejo del Tiempo” de Pilar Martín Santiago; “Odontología del siglo XVI” de Víctor Manuel Esponda Gaxiola y otros (México, 2011); “Anales Históricos de la Medicina en General…“(Valencia, 1541); Historias de la Historia; História da Odontologia; AMUDENES; Medicina e Historia (1976); “Historia y participación de la mujer en la odontología“, de Pilar Martín Santiago; Red-Dental; Dentalista; Gaceta Dental (Nov. 2010); Blogs CEU Odontología (Marzo 2014);

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Estados Unidos de Norteamérica En el siglo XIX en Estados Unidos de Norteamérica, se establece la primera escuela de odontología en 1839, sin embargo, la incorporación de las mujeres no fue un proceso rápido, en el siglo XVIII y principios del XIX se aceptaba universalmente que ninguna de las escuelas dentales admitiría mujeres. Trótala de Salerno, como ya hemos dicho, fue una médica ginecóloga italiana de principios del siglo XII que intervino en la creación de varios tratados médicos de gran influencia., su ejemplo se inspiró como adalid gracias al apoyo de las ideas liberales de las mujeres estadounidenses, lograr la incorporación a la profesión de las mujeres, pues en 1881 ya había 61 egresadas en algunas escuelas de Estados Unidos. Lo mismo ocurriría en otros países del continente europeo. Emeline Roberts Jones fue la primera dentista en los Estados Unidos, ella aprendió de su marido y cuando él muere pasó a atender el consultorio, ejerciendo durante 60 años. La doctora Lucy Beaman Hobbs fue la primera dentista graduada de un colegio dental en 1866, y la primera en obtener una membresía en una sociedad odontológica en EEUU. La gran labor y tenacidad de estas y otras mujeres pioneras abriría el camino al género femenino para participar en una forma cada vez más creciente en el área de la salud.

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1859-Emeline Robert Jones (1836 – 1916) Fue la primera mujer que ejerció la odontología en Estados Unidos. En ese entonces la profesión no era para “dedos frágiles y torpes” como les decían los dentistas varones a las mujeres, a pesar de ello Emeline convenció a su marido estudiar para trabajar a la par en el año 1859, y en el año 1883 ingreso en la Conectitud State Dental Asociation . En 1914 fue nombrada miembro honorífico de la National Dental Asociation. Como ya vimos fue la primera mujer dentista de América quién, en 1854, con 17 años, contrajo matrimonio con el dentista Daniel Albion Jones, de Danielson, Connecticut. Al cabo de un año ayudaba a su marido en su consulta dental y estudiaba sola por las noches las ciencias básicas. En 1859 se recibió y fue colega de su marido, y cuando este murió en 1864, dejándola con hijos pequeños que mantener, Jones tomó las riendas del consultorio y ejerció la odontología hasta los sesenta años. No fue elegida miembro de la Connecticut State Dental Society hasta 1893, ¡después de llevar ejerciendo treinta y cuatro años! 1866 Lucy Beaman Hobbs Taylor (1833-1910) Lucy nació en 1833, fue la séptima de diez hermanos nacidos en una pequeña cabaña de troncos en Ellenburg Town, New York. La vida era dura en aquellos tiempos, y para añadir a la triste niñez de Lucy su madre muere 250


cuándo ella tenía diez años, y su madrastra (ya que su padre pronto volvió a casarse) murió cuando ella tenía doce. Junto a un hermano mayor ingresa a la Academia Franklin en Malone, donde ella recibe el título de maestra en 1849. Ejerció como maestra varios años en escuelas de Brooklyn hasta que se muda a Ohio Allí intenta sin éxito estudiar medicina y luego decide odontología, siendo rechazada en todas las universidades del país con el único argumento de su condición de mujer. Su extraordinario valor, motivación, orgullo y perseverancia merecen respeto y admiración-pues determinaron que finalmente le hicieran caso y finalmente entonces decidió entrenarse como dentista y luego de varios años de práctica sin diploma la universidad le permitió su inscripción como alumna, haciendo una brillante carrera Aclarando al mismo tiempo que la señora Emeline Roberts ejercía con su marido, una maestra Lucy Beaman Hobbs, del norte del estado de Nueva York, decidió hacerse dentista. Después de graduarse a los 16 años como maestra de escuela, encontró un empleo en una pequeña ciudad de Michigan. Allí intento asegurarse la admisión en el Ohio College Of Dental Surgery (OCDS) de reciente organización, pero a pesar de que el rector Jonathan Taft se mostró amable, lamentó que “las mujeres no son admitidas como estudiantes”. Impasible, Hobbs se entrevistó con todos los dentistas del área de Cincinnati y finalmente encontró a uno que la acepto como estudiante particular, el Dr. Samuel Wardle. El mismo recién licenciado en 1861 abrió su propia consulta en Cincin-

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nati, pero pronto se trasladó a Iowa. Mientras aprendía fue a la American Dental Association, allí Lucy amenazo con separarse de esta si no era admitida como estudiante de pleno derecho en el OCDS. Taft finalmente le permitió la entrada en 1865. Alcanzando su título de D.D.S. el 21 de febrero de 1866, se convirtió en la primera mujer en el mundo licenciada en una escuela dental. En 1865, tomando una medida sin precedentes, la Iowa State Dental Society enmendó sus estatutos para permitir a las mujeres formar parte de sus miembros. Hobbs fue elegida unánimemente y nombrada delegada en la convención de la American Dental Association que se celebró aquel mismo año en Chicago (sin embargo, hubo oposición. En el Dental Times de abril de 1866, el Dr. George T. Baker deploró la entrada de las mujeres en la profesión y sugirió “proponer una enmienda a la constitución de la American Dental Association en el próximo congreso de Boston, que permitiera sólo a los hombres ser elegidos como delegados de las sociedades locales”) Con 33 años, Lucy Hobbs se dice “fue la primer mujer graduada en Odontología en el mundo” cuando en 1866 obtuvo su diploma universitario en Cincinnati (EE. UU), en la Ohio College of Dental Surgery y luego ser también en la primera mujer en ser admitida como miembro de una sociedad odontológica. Fue la primera mujer en la historia de la Odontología mundial en presentar un trabajo científico ante una Sociedad Dental Aclaración: Lucy Beaman Hobbs Taylor de quién se dice que fue la primer mujer del mundo con título oficial, esto es equívoco ya que 252


las primeras mujeres con título oficial fueron Madeimoselle Calais, Norberta Murga, Polonia Sanz, entre otras. Luego de su graduación abrió un consultorio en Chicago, y en 1867, contrajo matrimonio con James Myrtle Taylor, un veterano de la guerra Civil, quien había sido su paciente. Escapando de los fríos inviernos de Chicago se mudaron a Kansas y Lucy comienza a enseñarle a su marido el arte y la ciencia de la odontología. Practican juntos la profesión en la ciudad de Lawrence, entre los años 1867 a 1907. Como dato anecdótico en1865, tomando una medida sin precedentes, la Iowa State Dental Society enmendó sus estatutos para permitir a las mujeres formar parte de sus miembros. Hobbs fue elegida unánimemente y nombrada delegada en la convención de la American Dental Association que se celebró aquel mismo año en Chicago. Sin embargo, hubo oposición. en el Dental Times de abril de 1866, el Dr. George T. Baker deploró la entrada de las mujeres a la profesión y sugirió “proponer una enmienda a la constitución de la American Dental Asociation en el próximo congreso de Boston, que permitiera sólo a los hombres ser elegidos como delegados de las sociedades locales”). Lucy muere poco tiempo después de retirarse, el 3 de octubre de 1910. Fue sepultada al lado de su esposo en el cementerio de Oak Hill, Kansas. Su diploma se conserva en la colección del museo State Historical Society en Topeka como un significativo documento histórico. La determinación de esta mujer abrió el camino a la causa de muchas otras mujeres y su abnegación y espíritu de lucha ha sido un 253


ejemplo de esperanza y valoren la guía para muchas otras luchadoras por los derechos de la mujer. Se convirtió en la primera mujer en el mundo licenciada en una escuela dental. Lucy Hobbs será la primera mujer en obtener el título DDS, en el Ohio College of Dental Surgery. Había recibido un crédito en años por su tiempo en la práctica dental con su cónyuge antes de asistir a la universidad

1872 Marie Grubert El Ohio College of Dental Surgery (OCDS) puede enorgullecerse de otra graduada temprana de renombre, a la segunda mujer en recibir el título de dentista del OCDS y que luego fue elegida vicepresidenta de la Mississippi Valley Association Of Dental Surgeons, y se convirtió en la primera mujer en tener un despacho en una sociedad dental. 1874 Annie Ramburger La segunda americana graduada fue Annie en 1874, en el Pennsylvania College of Dentist Surgery. Se le limito el permiso solo al tratamiento en mujeres y niños. 1885 Clara Walworth Macnaughton1854-1948 Clara comenzó una carrera dental para mantener a su familia después de que su esposo muriera. se graduó de la universidad de Michigan en 1885, y en cuatro años fue vicepresidenta de la Sociedad Dental del Estado de Michigan. Participó activamente en el movimiento por los derechos de las mujeres y se mudó a Washington, DC, donde hizo campaña por el sufragio y continuó con su práctica. Treinta años des-

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pués, se ratificó la 19ª Enmienda continuado y abogando por los derechos de las mujeres. Foto de la colección del museo de odontología de Sindecuse.

1890 Ida Gray Nelson, Primera Dentista afroamericana.(18661953) Nelson se graduó del programa dental de la Universidad de Michigan durante un tiempo en que pocas escuelas de odontología aceptaban candidatos de minorías. Como estudiante de secundaria, Nelson trabajó en la oficina dental de Jonathan Taft en Cincinnati. Taft, decano de la escuela de odontología de la Universidad de Michigan, la alentó a postularse al programa. Obtuvo marcas ejemplares y abrió su propia práctica en Chicago, donde fue mentora y modelo a seguir para sus pacientes. Foto de la Biblioteca Pública de Nueva York.

1892 Carrie Marsden Stewart (1871-1947) En 1894, la universidad de Michigan estableció el primer programa de postgrado en odontología (post-DDS), y Stewart fue la primera graduada. Obtuvo su DDS en la universidad de Michigan en 1892, y pasó el año siguiente reali-

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zando trabajos avanzados en biología, bacteriología y fisiología, y realizando trabajos clínicos. En 1894, recibió el título de DDSC (doctor en ciencias odontológicas). Foto de la familia de Carrie Marsden Stewart.

1892 Vida Latham (1866-1958 Latham nació en Inglaterra y se mudó a los Estados Unidos para estudiar odontología en la universidad de Michigan. Ella creía que el entrenamiento dentista debería incluir más entrenamiento médico en lugar de solo enfocarse en la habilidad manual. Continuó para obtener un MD en la escuela de medicina para mujeres de la Universidad Northwestern en 1895. Ella enseñó en varios hospitales de Chicago, escribió sobre técnicas y promovió a mujeres en los campos médico y dental. Fue una de los importantes médicos dentistas americanas. Hizo importantes estudios en patología, histología y bacteriología. Era partidaria de que los dentistas fueran médicos y de que tuvieran los mismos conocimientos básicos. Foto de la colección del Museo de odontología de Sindecuse.

1896 Jessie Castle La Moreaux (1866-1954) Fue la única mujer en su graduación de 1896 en el Colegio de Cirugía Dental de la Universidad de Michigan. Su primera práctica fue en el Sanatorio de Battle Creek en Michigan. En 1897, se mudó a Dallas y se

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convirtió en la primera dentista en practicar en Texas. Foto de la Fundación Histórica del Condado de Rockw

1898 M. Evangeline Jordon (1865-1952) Evangeline fue pionera en Periodoncia, y en el cuidado y tratamiento de los dientes de los niños. Ella introdujo técnicas para ayudar a reducir el miedo de los niños al dentista, aunque algunas, como sostener su mano sobre la boca de un niño hasta que el niño deje de gritar, nunca se utilizarían hoy. Promovió el efecto positivo que tiene una buena dieta en los dientes de los niños. Jordon se convirtió en el primer presidente de la Federación de Mujeres Dentistas en 1921 . Fotografía de la Colección de fotografías de la Biblioteca Pública de Los Ángeles.

1902 Leonie Von Zesch (1882-1944) Leonie obtuvo un DDS de la Escuela de Médicos y Cirujanos G. Troutman Family Trust de San Francisco en 1902. Comenzó como asistente de un dentista, pero su espíritu valiente condujo a una variedad de aventuras. Ella atendió a refugiados del terremoto en San Francisco. Viajó en trineo tirado por perros para tratar a pacientes en Alaska. Trabajó en una prisión para mujeres, a fin de que lograran tareas como asistentes dentales.

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1904 Grace Rogers Spalding (1881-1953) Grace Rogers Spalding se graduó en la Universidad de Michigan en 1904. Fundó la Academia Americana de Periodoncia con Gillette Hayden graduada en 1902 de la Facultad de Medicina de Ohio. Hayden fue la primera presidenta en 1916. Ambas fueron las primeras defensoras de la odontología preventiva. También creían que la periodontología, el cuidado y el tratamiento de las encías, es tan importante como el cuidado de los dientes. Foto de la Academia Americana de Periodoncia.

1905 Fe Sai So Leong 1884-1929 Leong era una inmigrante china que fue adoptada por un profesor de inglés en San Francisco. Era educada, diestra y manualmente habilidosa, por lo que un primo la alentó a estudiar odontología en el colegio de médicos y cirujanos. leong era la única mujer en su clase , ella practicó en la comunidad chino-estadounidense de San Francisco. Foto de Edwin Owyang, MD, y Eric Owyang, PharmD.

1908 Daisy Mcguire 1880-1980 McGuire creció ayudando a su padre dentista con pacientes, sacando su primer diente a los seis años. Viajó a caballo y en buggy, permaneciendo en hogares mien-

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tras trataba a las familias. Ella vulcanizó las dentaduras en sus estufas o en sus chimeneas. Cuando la Junta Estatal de Examinadores Dentales de North Caroline le dijo a McGuire que debía ir a la escuela o dejar la odontología, se inscribió en Southern Dental College y se graduó con honores. Foto de la familia de Daisy Z. McGuire.

1918 Vada Watson Somerville 1885-1972 Watson se casó con John Somerville, quien la alentó a ser dentista y se convirtió en la primera mujer afroamericana en graduarse de la Escuela de Odontología de la Universidad del Sur de California. Practicaron juntos durante 10 años hasta que surgieron problemas cuando muchos pacientes lo preferían a él. Finalmente, dejó la práctica para trabajar para mejorar los derechos civiles en Los Ángeles. Ella y su esposo formaron el capítulo de Los Ángeles de la NAACP Foto de graduación de Vada Watson Somerville, 1918.

1910 Dr. Olga A. Lentz La Dra. Olga A. Lentz trabajando en su consulta de St. Paul, Minesota (1910)

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Francia En Francia, durante los siglos XIV y XV, en París, muchas viudas de barberos pretendieron seguir el oficio de sus maridos manteniendo abiertas las tiendas donde se cortaba el pelo, se hacían sangrías y se extraían muelas, dientes y raigones. JEANNE, VIUDA DE ALAIN POCQUELIN, Los Maestros Jurados de la Corte le negaron el permiso a una tal Jeanne, viuda de Alain Pocquelin, y le aconsejaron que pusiera a la cabeza del negocio a un “experto”, recibido y aceptado por el Comisario de la Corte. Sin embargo, es muy probable que hiciera caso omiso de semejante interdicción, por lo que, en 1484 el rey Carlos VIII firmó un decreto prohibiendo el ejercicio de la Medicina y de la cirugía a las mujeres. No hicieron mucho caso las mujeres francesas a este decreto, pues se sabe que siguieron practicando la profesión e incluso escribiendo sobre ella.

La Peyronie, fue la primera mujer en ser declarada apta mediante una certificación oficial para ejercer la profesión legalmente en Francia (se casó con el dentista Georges Furcy Leroy y ambos ejercieron juntos). Las mujeres de los dentistas venían siendo desde el siglo anterior unas aplicadas ayudantes y llegaron a ser experimentadas compañeras de oficio en toda Europa. 260


Así lo reflejó Martín Engerlbrecht (1684-1756), grabador y artista alemán, en una de sus obras titulada “Un cirujano o barbero” y “La mujer del barbero”

1719- Madame Rezé Ejercía en París y fue quién escribió el primer libro sobre la materia de autoría femenina, titulado “Disertación apologética”, donde se anunciaba un “Bálsamo universal que calma cualquier absceso o mal de dientes”, probado nada menos que por el mismísimo rey Luis XIV. Este bálsamo servía para limpiar los dientes con caries de su podredumbre y quitaba el mal olor. Además, gracias a su cualidad detersiva y astringente, consolida los dientes, cura las úlceras o pequeños chancros que afecta las encías y disipa el humor mismo preparó muchas veces en vida de su marido. Esto lo anunciaba junto a su Consultorio Dental: “La viuda del difunto Dr. Povey, que curaba el dolor de dientes, se ha hecho cargo ahora del mismo negocio y limpia dientes y los reemplaza por dientes artificiales tan fácil y correctamente que no necesitan ser removidos durante años y vende medicamentos que ella fabrica” En 1728 apareció también en París El cirujano dentista Pierre Fauchard. A pesar de los buenos deseos de Pierre Fauchard y de sus colegas Bunon, Bourdet, Gerauldy, Jourdain, Lecluse, Este país seguía siendo considerado el líder en el área de la odontología durante el siglo XIX, pero aun así no se logró un estatus académico y social como merecía. Incluso la revolución de 1789 empeoró las cosas,

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cuando en 1791 declaró el libre ejercicio de la medicina, la cirugía y el Arte Dental . Por otra parte, Napoleón Bonaparte, en 1803, reglamentó de nuevo las dos primeras, pero no hizo nada parar los dentistas, que quedaron al arbitrio de cada cual, sin legislación alguna. Esto produjo que las mujeres siguieran no autorizadas desde 1755, lo cual no impidió que hicieran lo que podían.

1758 Mademoiselle Gerauldy Sobrina del prestigioso, Claude Jaquier de Géraudly (1709), quien en 1737 había escrito la obra “L’art de conserver les dents” y que había sido dentista del Duque de Orleans (después, Felipe V) y de la emperatriz de Rusia, que “atendía diariamente en su casa de la Rue D’Orleans.” En 1758, El Mercurio de París, incluía un anuncio de Mademoiselle Gerauldy, en el cual se titulaba “Única privilegiada del Rey”, esto es, con patente real, y cuyos precios estaban marcados en cada botella y sobre cada pote que ella ofrecía en ese lugar. Atendía diariamente en su casa, donde ofrecía: - Un elixir que fortifica los dientes que se caen y hace crecer las encías. - Una planta que limpia y hace crecer los dientes. - Una esencia que aplaca y cura sobre la mancha que causa los dolores de dientes.

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Sulfurados ante semejante osadía, los dentistas de la ciudad la denunciaron a la justicia, la cual la absolvió, pues “los dentistas no tenían obligación de obtener diploma alguno, como los médicos y cirujanos, según la ley del 19 ventoso XI

1740 Marie Madeleine Calais Nacida en 1714, fue discípula del famoso dentista Claude Geraudly. Mademoiselle Calais obtuvo el título de “Experta para los dientes” en noviembre del 1740, fue examinada por el Cirujano resultando un caso excepcional, que incluyo una petición al Parlamento y la intervención del Cirujano Real En 1755, la ley francesa prohíbe el acceso de las mujeres a los estudios oficiales de dentista. Pero se sabe de otras mujeres en París que extraían dientes y preparaban bálsamos para curar la dentadura, aprendiendo el oficio con la práctica al lado de sus esposos o familiares.

1814 Madame Ana De París. En ese año Anna ejercía en París y se decía dentista de S.A.R., la duquesa de Angulema, la cual se desplazó a Romanns, y se anunciaba con el siguiente reclamo: “Que ella extrae los dientes, las raíces, cura la caries, las úlceras y otras enfermedades de la boca. Además pone dientes artificiales con perno (pivot) y sin perno, piezas compuestas de muchos dientes y dientes completos. Limpia los

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dientes, los emploma, los cauteriza, los separa, los iguala, les devuelve su blancura y brillo.”

1824 Mademoiselle Ellen de Saint-Hilaire En París, se proclamaba “dentista de señoras”, ejercía en la calle Rívoli de Paris. Estas mujeres no solo ejercían de “sacamuelas” sino que fabricaban prótesis, empastaban, limpiaban piezas estropeadas y elaboraban bálsamos para el dolor y elixires bucodentales Titulada en varios cursos en Francia, reemplaza la pérdida de dientes en parte y en su totalidad, de un color natural, sin engaños, sin molestar la lengua ni herir las encías. Su ingenioso sistema le ha valido la aprobación de los médicos. Ella es la única que esmalta los dientes gastados, sin dejar rastro, y hace, con una perfección incontestable, todo lo relativo a su arte. Se la puede consultar todos los días, excepto el domingo (precios moderados y discreción). Rue de Rivoli “Polvos y enjuagatorios para el cuidado de la boca, 1 franco”.

1826 Madame Delpeuch Mme. Delpeuch de Limoges, adquirió sus conocimientos a través de su patrón el Dentista Audomar de Limoges, pero al morir el Odontólogo, esta Mujer se hizo cargo del consultorio. En 1826, fue denunciada por sus competidores masculinos, pero resultó absuelta por el Tribunal Correccional de Limoges, basándose en que: “Los Dentistas no tenían obligación de obtener diploma alguno 264


como los Médicos Cirujanos, según la ley del 19 ventoso día, del año 1803. Se cuenta como anécdota que, para inspirar confianza, la señora se vestía de hombre para trabajar. En vista de ello, gastó peluca y en los días apacibles, se ponía en la ventana envuelta en una elegante bata, cubierta con un bonete griego y fumando de una gran pipa con guarnición de plata.

1880 Madame Héléne Purkis, “Dentista para Damas” En Francia, Madame Héléne Purkis, “Dentista para Damas”, ejercía hacia 1880 en su estudio en el primer distrito de París (el más caro de la capital, aunque también ofrecía consultas gratuitas). Decía poder reemplazar dientes sin dolor, cauterizarlos y “orificarlos”, gracias a un elixir de su invención, el “Diaphénix”. Esta Señora dentista que ejercía en un elegante gabinete en París, y se nombraba “dentista para damas”, anunciaba: “reemplazar dientes sin dolor, cauterizarlos, orificarlos. Daba consultas gratuitas,”

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Inglaterra En el siglo XVIII ejercían en este país al menos 14 mujeres, una de las cuales, la señorita Raymon, practicaba el trasplante dentario en York, sacándoles los dientes a los pobres para ponerlos en la boca de los ricos, también estaba la señorita Lewis, cuyo marido era también dentista, anunciaba que realizaba sus trabajos en el domicilio de sus pacientes femeninos.

1895 Lilian Murray-Lindsay (1871-1960) Lilian Lindsay, apellido que tomó de su esposo, el también dentista (Robert Lindsay) para quien ejerció de ayudante. Fue la primera mujer titulada en Gran Bretaña en el siglo XIX. Escribió una pequeña historia de los dentistas, “A Short History of dentistry” (1933), En 1946 fue nombrada presidenta de la British Dental Association, siendo la primera mujer en obtener dicho cargo. En 1946, también llevado por su afición a la historia, tradujo al inglés el Chirurgien Dentiste, de Pierre Fauchard. La biblioteca de la Asociación, gracias a su patronazgo y gestión se convirtió, a su muerte, en una de las mejores bibliotecas dentales del mundo. Murió en 1960, a los 89 años. En 1821, Levy S. Parmly el dentista americano publicó en Londres su libro “Lectures on the natural history and management of the 266


teeth”, y en él ofrecía una educación liberal a hombres y mujeres de la práctica dental. Hacia 1858 se crea la Licenciatura en Cirugía Dental (Licence in Dental Surgery), y en 1879, el primer “Dentis Register”. Pero hay que esperar a 1895 para encontrar a la primera mujer titulada en Gran Bretaña. Referencias Ellas son dentistas https://almaleonor.wordpress.com/

Italia 1097 Trótula de Salerno, También conocida como Trótula de Ruggiero, Trota o señora Trot, vivió en el siglo XI y, según parece, descendía de la familia Ruggiero, famosa por su contribución a la construcción del Duomo. Estuvo casada con Giovanni Plateo, joven el cual le ayudó a recopilar material para su enciclopedia médica Práctica Brevis. El historiador alemán del siglo XIX, Karl Sudhoff, puso en duda su existencia. Sin embargo, actualmente se admite la realidad de esta “mulier sapientissima”, que fue muy famosa durante la Edad Media.) Hasta 1890 no hubo enseñanza oficial en Italia de la odontología

1857 “La Señora Celestina” Resulta revelador el juicio seguido contra la señora Celestina, esposa del peluquero Luis Casotti de Parma, juzgado el 2 de febrero de 1857 en Turín. 267


Cierto día, estando Casotti fuera de casa, aporreó la puerta una tal Teresa Valdati, la cual llegó quejándose ruidosamente de las muelas. Celestina le echó un líquido en la oreja para calmarla. Al sentir la humedad en el pabellón, la Valdati comenzó a estremecerse, como si hubiera sufrido una descarga eléctrica, y se desvaneció. Cuando despertó (¿qué le habrían dado?) tenía paralizado medio cuerpo y hundido el globo ocular del mismo lado. Rápidamente les denunció y los esposos la acusaron de chantajista: “Nos pidió primero 7 liras, luego 50 y por fin 100 para callarse”. Celestina se bebió un frasco entero del líquido delante del tribunal para demostrar que era inofensivo. “Yo hice lo que he aprendido de mi marido -declaró- y así he curado a mucha gente, pues nosotros no sacamos los dientes, no tenemos hierros.” Cassoti fue más allá, dijo que no tenía el título de cirujano porque no le dejaban presentarse a examen, pero que sólo había dos seres capaces de curar el mal de dientes: Dios y él. Ante semejantes argumentos, el tribunal quedó anonadado y procedió a absolverlos, dejando a la Valdati chasqueada y sin un centavo de indemnización.

Japón 1500 Nakaoka Tei Al otro lado del mundo, en Japón, donde se han llegado a encontrar más de 120 prótesis dentales de madera datadas entre el siglo 268


XIV y el siglo XIX. La prótesis más antigua parece que fue realizada por una sacerdotisa budista, Nakaoka Tei (conocida como HotokeHime, “Señora de Buda”), fue la fundadora del Templo Ganjo-ji en Wakayama, alrededor del año 1500), realizando previamente un molde de su dentadura en cera de abeja y posteriormente tallando la prótesis de una sola pieza en madera olorosa de boj o de albaricoque y pintada de negro

Mexico 1833 Ana María Page Sin una titulación específica, en 1833 se publicitaba como dentista en México, y sin duda fue la primer dentista mejicana

1890 Clotilde Leonila Castañeda La doctora Chorné sirvió de ejemplo y abrió el campo de la odontología a la mujer mexicana en la época porfiriana muestra de esto son las titulaciones como dentista de otra mujeres como Cleotilde Leonila Castañeda en 1890

1896 Margarita Chorné Y Salazar Graduada de dentista en 1896, atendió a personajes importantes como a el presidente Fernando Madero. Siguieron su camino otras mujeres. Margarita a la edad de 22 años fue la primera dentista mexicana que al haber presentado su examen en la Escuela de Medicina el día 18 de enero de 1886, recibió su título de la Junta Directiva de Instrucción Pública del Distrito Federal, quince días después estivo lista para ejercer la profesión dental en toda la República Mejicana., 269


1899 María Dolores fue otra dentista que también ejerció en Méjico Referencias“ El nacimiento de una profesión. La Odontología en el siglo XIX”, Programa editorial de la Facultad de Odontología de la UNAM, Fondo de Cultura Económica 2002).

Rusia 1873 Helena Vongl Casada a los 16 años y movida por dificultades económicas, decide trabajar, y consecuentemente comenzó estudiando en San Petersburgo y en Berlín, Rompiendo los convencionalismos sociales de la época .pensó en la Odontología por considerar que esta profesión estaba muy retrasada en su patria y ofrecía excelentes posibilidades. Pronto se dio cuenta de que la enseñanza dental más completa se ofrecía en Estados Unidos y se embarcó rumbo a Nueva York, donde llegó en 1873 y en cuya escuela dental fue admitida, no sin grandes esfuerzos. Allí permaneció ese año y parte del siguiente, destacándose por su laboriosidad e inteligencia, hasta el punto de ser presentada al presidente de la nación, Ulysses S. Grant. Recibió también ofertas para ejercer en Estados Unidos, pero en 1874 decidió regresar a San Petersburgo. Tenía entonces 25 años. Según la revista francesa L’Odontologie, en 1903 representó, en el XIV Congreso Internacional de Medicina (sección de Odontología),

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celebrado en Madrid, a la Sociedad Odontológica de San Petersburgo, rodeándose con las figuras mundiales de la Odontología (Miller, Brophy, Godon, Aguilar, Guerini, Forberg...). Allí afirmó que dirigía una escuela dental en San Petersburgo y que hasta el momento había capacitado y concedido el título de médico-dentista a 380 mujeres. Al terminar los discursos en el Hotel Alhambra, Florestán Aguilar le entregó a Helena un espléndido “carbeille de fleur” que adornaba la mesa de honor Referemcias L’Odontologie, año 23, 2.ª serie, vol. XIV, 15-V-03, p. 423. Recordemos a este respecto, cómo la familia imperial rusa se hacía tratar por profesionales extranjeros, franceses como Geraudly o italianos, como por el mismísimo Giusepe Angelo Fonzi

Suecia 1782 María Briwalski En Suecia, se anunciaba como “Maestra del Arte de los Dientes”, y realizaba obturaciones de los dientes con oro y plomo. En este país existía la tradición de las “Trolkonorna”, mujeres-brujas que curaban incluso el mal de dientes y que a partir de este siglo XVIII se las considera proscritas.

Suiza 1880 Fran Huber 271


En suiza, una señorita “Técnica Dentaria” de nombre, no llegó a obtener su certificación oficial por falta de méritos (aunque no probablemente por falta de profesión), y eso que la ley que le permitió examinarse fue, al parecer, favorecida por un enamorado miembro del Tribunal. Consideraciones Finales Hasta finales del siglo XIX, el papel de la mujer fue heroico porque se tenían que oponer a sus propios familiares, y de igual manera se le oponían los centros de enseñanza que no las admitían los organismos sanitarios que las llenaban de obstáculos para ejercer. -Los argumentos en su contra eran de 3 tipos: a) Sociales. La mujer se debía desenvolver en la casa al cuidado del marido e hijos, y ponerle atención a la economía doméstica. b) Estudios. El estudio de la anatomía se consideraba vergonzoso para ser asumidos por las mujeres. c) Ejercicio profesional. La dentistería exigía fuerza física lo cual se pensaba que la mujer no tenía y se les consideraba frágiles y sin vigor. -Se les negaba la habilidad técnica y obtener conocimientos mecánicos para la prótesis dental. -Esta mentalidad siguió en el siglo XX ya que muy pocas mujeres llegaban a la educación primaria, secundaria y sobre todo a la educación superior. Y a pesar de que afínales del siglo XX hubo un alza de mujeres universitarias ninguna ejercía su carrera después de licenciarse.

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Dentro de los obstáculos estaba: El difícil ingreso a las aulas universitarias, las trabas para obtener un título y un difícil acceso a un buen campo laborar “servicio y cuidado”. -Actualmente la incorporación de la mujer en la odontología es masiva, se necesitó un replanteamiento del sistema al ingresar las mujeres a la odontología y que no sea solo masculinizado. -La igualdad entre hombres y mujeres se ha ido aminorando por el cambio de pensamiento de las personas y por la influencia de las mismas mujeres para progresar. Vemos un ejemplo claro en las diversas asociaciones de las mujeres dentistas a lo largo de todo el mundo, como fue Amúdenes (dama española). Reflexiones Es precisamente de estas formas que las mujeres a través de la historia han ido demostrando sus facultades y habilidades en el “ arte de los dientes “como se le llamo a la odontología durante muchos siglos atrás. Gracias a los grandes esfuerzos hechos por mujeres en España como: Manuela Aniorte y Paredes de Sales y Doña Dolores González que lograron ganar su lugar dentro de los dentistas hombres, pese a la gran cantidad de obstáculos que le prohibían ejercer legalmente, como la ley discriminatoria impuesta en 1755 la que les negó el acceso a las mujeres a esta carrera, lo cual demostraba los patrones culturales vividos en esos tiempos, donde se privilegia rescatar más los aportes de los hombres, antes que el de las mujeres. Sin duda la mujer ha representado desde tiempos muy remotos un pilar fundamental para la odontología, poco a poco la mujer fue 273


adquiriendo respeto entre las sociedades que se caracterizaban por discriminarla solo por su sexo, pensamientos egoístas y machistas impedían que la mujer pueda desarrollarse como una persona de ciencia y cultura, transformándola de este modo solo en un ama de casa a cargo de los hijos y al cuidado del marido. Claro está que muchas de estas mujeres sometidas se superpusieron ante esta situación adquiriendo fuerzas para ir contra la discriminación y poder adquirir conocimientos para lograr ser profesional. Comenzando como simples ayudantes, diversas mujeres adquirieron diversos conocimientos básicos de la odontología, los cuales les aumentaban el entusiasmo de conocer y aprender nuevas ciencias, es así como pudieron adquirir la fuerza necesaria para luchar contra la discriminación y enfrentar aquella sociedad que tarde o temprano tuvo que aceptarlas como profesionales capacitadas para ejercer como dentistas. La Historia se escribe hombre a hombre, mujer a mujer, enlazados por el eterno equilibrio entre las energías masculinas y femeninas que aunadas mueven e impulsan nuestro Mundo. Tenemos que conseguir el consenso y equilibrar la balanza, para beneficio de todos. La profesión saldrá ganando y eso es todo un reto. Bibliografía Ring, M.1989; Historia ilustrada de la odontología; Mosby-Doyma Libros S.A. Barcelona.María del Pilar Martín Santiago.

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GALERIA DE FOTOS DE EPOCA DE MUJERES EN EJERCICIO

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Contratapa dorso del libro

Carlos Ernesto Tomei, nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1933, recibió su título de Odontólogo en 1956 junto con su hermano gemelo-Horacio. Docente en la Cátedra de Prótesis Cínica II Curso de la Facultad-de Odontología de la Universidad de Buenos Aires durante 24 años, desarrolló su carrera profesional asistencial en Buenos Aires Argentina y España por 52 años. Comenzó esta tarea de investigación de búsqueda y ordenamiento de datos en el año 1976, matizando su labor entre bibliotecas, su tarea docente, su labor profesional y su dedicación familiar. Luego con el advenimiento de la informática pudo mejorar sus tiempos. En Cádiz España pudo obtener mucha información para este humilde desarrollo. Ahora ya retirado se atrevió a presentarla intentando lograr vuestra benévola generosidad.

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LA MUJER EN LA ODONTOLOGIA

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pages 216-270

GALERIA DE FOTOS DE EPOCA DE MUJERES EN EJERCICIO

1min
pages 275-276

LA ODONTOLOGIA EDAD CONTEMPORANEA

56min
pages 165-215

La Odontología En El Barroco

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pages 160-164

Personalidades Destacadas En La Edad Moderna

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pages 158-159

LA ODONTOLOGIA EN LA EDAD MODERNA

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page 157

Patologías bucales más frecuentes en esos tiempos

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la boca en España

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pages 110-111

Terapeutas que se encargaban de salud bucal Profesionales de reconocido prestigio, dedicados al cuidado de

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pages 103-109

literaria en La Odontología

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pages 95-102

Antiguos e importantes personajes españoles para la odontología y sus singulares relatos testimoniales

2min
pages 93-94

Personajes Destacados que dió El Renacimiento

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pages 81-92

Odontologia Renacentista

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El Profeta Mahoma (570-632 d.C

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El Mundo Islámico en el Medioevo y la Odontología

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Personajes destacados en la Odontología Islamica

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La Odontología Medieval En El Mundo Islámico

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Terminología Odontológica usada por San Isidoro

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Anécdotario Cristiano “Santa Apolonia”

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Medicamentos de uso popular en la Edad Media

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La Odontología Medioeval en el Mundo Cristiano

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Personajes destacados en la Edad Media

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Formas del ejercicio en la Época Medieval

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La Odontología Medieval en los Siglos XII y XIII

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Baja Edad Media en Europa Occidental (XIII-XVI

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El Auge de la Cirugía

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La Historia de la Odontología en el Renacimiento

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