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Autos del mundo. El Escarabajo

“AUTOS DEL MUNDO” EDGAR DUGARTE

Volkswagen Escarabajo:

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Quien no se acuerda de la película “Herbie” el Volkswagen

El eterno favorito

Este 22 de junio se celebra el Día Mundial del Escarabajo. El clásico coche nunca pasa desapercibido y tiene fans por todo el mundo. Es tan o más famoso que una estrella musical. El histórico modelo, de origen germano, surgió como un encargo del régimen Nazi al ingeniero Ferdinand Porsche. La idea era diseñar un coche económico, espacioso y capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora.

La producción de Escarabajos creció progresivamente a lo largo de la historia. Si en 1939 –cuando estalló la II Guerra Mundial– solo circulaban unas pocas unidades o prototipos, hacia finales de la década del ‘40, la fábrica Volkswagen ya contaba con 10.020 modelos.

El Escarabajo hunde sus raíces en el nazismo: hace 88 años Adolf Hitler puso la primera piedra de la planta de Volkswagen. Una revisión crítica de una historia alemana del éxito.

Los hombres, un megaproyecto: Adolf Hitler y Ferdinand Porsche son los creadores del Escarabajo. Porsche es el diseñador genial, Hitler el político que dio el respaldo. “Se encontraron dos personalidades que congeniaron”, resume el historiador Wolfram Pyta, profesor de Historia Moderna en la Universidad de Stuttgart.

Junto con los también historiadores Nils Havemann y Jutta Braun, Pyta contó en el libro Porsche. Vom Konstruktionsbüro zur Weltmarke (Porsche: de oficina de diseño a marca mundial) la historia de la firma, fundada el 25 de abril de 1931 en Stuttgart.

Porshe le muestra a Hitler el primer prototipo en maqueta. abajo uno de los primeros prototipos que carecía de ventana trasera.

En concreto: sin el respaldo de Hitler, Porsche no habría podido llevar a término su proyecto de un auto popular. “Hitler necesitaba una mente creativa que pudiera construir un auto pequeño que pudiera ser producido en serie”, dice Pyta. “Y Porsche necesitaba un respaldo político que le permitiera trabajar sin la presión de los costos”.

Los populares autos, considerados un símbolo tecnológico del siglo XX, comenzaron a ser exportados a países como Suecia, Suiza, Finlandia, entre otros. Además, se instalaron líneas de montaje de la fábrica Volkswagen en Brasil, Estados Unidos y México.

La historia del mítico automóvil llegó a su fin en 2003, cuando de Puebla, México, salió el último ejemplar. La decisión de dejar de fabricarlos no acabó –en ningún caso– con su popularidad y olvido. Por el mundo existen, hasta hoy, cientos de clubes Volkswagen que rinden tributo al coche.

En Latinoamérica, por ejemplo, destacan agrupaciones de fanáticos en México, Brasil, Colombia, Argentina y Chile. En este último país, el Club Beetlefriends celebra cada año el Día Internacional del Escarabajo, que conmemora el 22 de junio de 1934, fecha en que se firmó el contrato para la fabricación del auto.

Un escarabajo...una aventura

Las historias familiares y las situaciones tragicómicas, como sufrir una avería en la carretera o hacer un viaje más extenso de lo planeado, siempre están presentes cuando se trata de los modelos Escarabajos, Käfer, Vochos, Fuscas, Coccinelles, Beetles o como

sea que se les apode por el mundo.

“Una vez fuimos a la playa 8 personas en el auto, 4 niños y 4 adultos, con maletas y todo. Solo faltaba el perro”, recuerda para DW Joaquim Méndez Burgos.

Joaquim es presidente de Beetlefriends en la ciudad de Temuco. Cuenta que se encantó con el Volkswagen Escarabajo, porque su mamá tenía uno, cuando él todavía era un niño. Hoy, cuenta con un modelo propio, un semiautomático alemán, de 1976, conocido comercialmente como “Lady Bug” y al que llamó “Naranja Mecánica”.

“Se da mucho que, cada vez que participamos de algún evento o exposición, pasa gente diciendo “mi papá tenía uno así”, “yo andaba en el de mi abuelo”. Ese es el patrimonio latente del cual hablamos, de mantener los recuerdos en el día a día, para demostrar que no solo es el

auto con más unidades producidas y vendidas, sino con más historias por contar”, explica a DW Joaquín González.

El vehículo fue un éxito total de ventas. Se estima que se comercializaron más de 21 millones de Volkswagen Escarabajos por el mundo, por tanto, las historias en torno al modelo podrían dar fácilmente para cientos de novelas, películas o canciones. Guillermo Arriagada Baron, por ejemplo, cuenta que el amor y fanatismo por estos automóviles viene de su familia: “Mi papá me contó que hizo su primer viaje en uno. Él quedó fascinado, porque pasó por muchos terrenos que estaban hechos para vehículos 4x4, pero el auto tenía buena tracción y rendía bastante bien”.

se dio luz verde al clásico Volkswagen Escarabajo y sus fanáticos siguen destacando la versatilidad y fidelidad del modelo.

“Permite hacerle modificaciones, personalizarlo. Sumado a la simpleza de su mecánica, que da la posibilidad de que prácticamente cualquier persona salga de alguna avería menor”, agrega para DW Joaquín González.

Pero no solo estas características vuelven al coche único e inolvidable. Se trata también de lo que significa y simboliza el “auto del pueblo” (en alemán Volkswagen). También venía equipado con un manual y herramientas que permitían que el propietario hiciera la reparaciones menores, como instalar la banda de los frenos, carburación y alternador.

“De haber sido diseñado en el régimen Nazi, más tarde, en la década de los ‘60, se convirtió, junto con la furgoneta Kombi, en un distintivo del movimiento hippie. Pasó de ser un símbolo de la guerra a uno de la paz”, declara para DW Guillermo Arriagada.

Independiente de sus orígenes, el Volkswagen Escarabajo es un vehículo que no pasa de moda. Al contrario, parece que cada año gana más seguidores, porque –como afirman sus fanáticos– más que su mecánica y funcionamiento, su encanto está en todas las sonrisas que provoca a quienes se lo encuentran en la ruta.

Fuente Wikipedia