DOS MIL AÑOS DEL BALNEARIO DE LUGO. BLOQUE 3

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DOS MIL Aร OS DEL

BALNEARIO DE LUGO

Ediciรณn de J. Mario Crecente Maseda y Silvia Gonzรกlez Soutelo


BLOQUE III

El Balneario romano a la luz de la arqueología

S

in duda cuando se visita por primera vez el Balneario de Lugo no se es consciente de lo que allí te vas a encontrar. Si bien las cualidades salutíferas de sus aguas, son el motor y el factor esencial de prestigio de este complejo, a lo que se unen las vistas sobre el río Miño y la “Ponte Vella” como importante reclamo en un entorno que progresivamente se va humanizando para el disfrute de los vecinos y visitantes de la ciudad de Lugo, los restos arqueológicos del edificio romano que se conservan en el interior del establecimiento moderno no dejan de ser un elemento de admiración y sorpresa a todo aquel que se anima a conocerlo. Afortunadamente, a pesar del hecho de que la reutilización necesaria de los manantiales a lo largo del tiempo ha supuesto en la mayoría de los balnearios una destrucción consciente o inconsciente e irreversible del patrimonio termal, en el caso del complejo termal de Lugo, se ha respetado significativamente el testimonio constructivo de otras épocas, integrando sorprendentemente en su corazón parte del edificio romano que nos contempla en un excelente estado de conservación. Así los diversos autores de este bloque nos describen en primera persona los trabajos arqueológicos que se han desarrollado desde 1984 hasta la actualidad,


en los que se ha podido descubrir y reconocer aquellas partes del edificio romano y moderno que, o bien solo se conocían parcialmente o se intuían dentro del nuevo establecimiento, o bien han dado lugar a nuevos hallazgos que han transformado enormemente la comprensión y la percepción de este establecimiento con más de dos mil años de historia. Los hallazgos realizados hasta el momento nos hablan sin duda de un Balneario romano de gran envergadura, cuya complejidad constructiva difiere mucho de lo que inicialmente se consideraba, siendo comparable con otros edificios termales (con aguas mineromedicinales) presentes a lo largo del Imperio Romano. Los materiales arqueológicos que se han podido documentar durante estas intervenciones arqueológicas y que aún están en estudio, son claro ejemplo de esa excepcionalidad, aunque sin duda, son una pequeña parte de lo mucho que este edificio aún tiene por ofrecernos, por lo que esperamos que en los próximos años se puedan llevar a cabo y completar las actuaciones arqueológicas, de conservación y musealización que un yacimiento como el Balneario de Lugo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) ya en 1931, y situado en las inmediaciones del Patrimonio de la Humanidad que constituyen las Murallas Romanas y el Camino Primitivo, se merece.


III. El Balneario romano a la luz de la arqueología

Las termas de Lugo y su entorno arqueológico Veinticinco años después Felipe Arias Vilas

Ex-director del Museo del Castro de Viladonga Profesor-investigador ad honorem (USC)

266 | Las aguas del balneario


Resumen Breve revisión e introspección sobre el conocimiento que de las termas romanas de Lugo existía hace un cuarto de siglo, apuntando las matizaciones, rectificaciones, confirmaciones y, por supuesto, las incógnitas que todavía presenta este singular conjunto y su relación tanto con la ciudad de Lucus Augusti como con su interesante entorno arqueológico e histórico vinculado al río Miño.

Introducción Cuando los promotores de este libro me pidieron una colaboración, les comentamos que nuestra aportación, necesariamente breve, podría ser “retrospectiva”, esto es, a modo de revisión de lo que hace un cuarto de siglo, año arriba año abajo, se sabía o se decía del conjunto de las termas romanas de Lugo y, a mayores y como un aspecto reconocido ya hoy como muy importante, de su entorno y su contexto arqueológico e histórico. Además de esto, nuestra colaboración para este volumen colectivo se plasmó también en nuestra completa y desinteresada aceptación para que fuese usada la abundante documentación tanto escrita como gráfica que obra en nuestro poder desde hace unos 25 años, como producto de varios artículos, informes y otras aportaciones sobre este tema así como de las escasas y puntuales intervenciones arqueológicas realizadas a comienzos de los años 90 del pasado siglo; documentación que, gracias al trabajo incansable de Silvia González Soutelo puede ser útil y aprovechable a los efectos de un libro coral como éste. Personalmente, tuvimos la fortuna de conocer las termas de Lugo teniendo pocos años –siendo “un chaval”– el que esto escribe, pongamos que entre los años 50 y 60 del s. XX, debido a los paseos que con mi abuelo paterno –también Felipe Arias– realizábamos entre la rúa Santiago y el inicio de la llamada Tolda de Castilla, pasando lógicamente y a menudo por el edificio del Balneario donde podíamos ver, de aquella manera, los restos de las dos salas con hornacinas. Ya en el ámbito profesional, y estando destinado como Técnico Facultativo de Museos en el Provincial de Lugo (entre 1974 y 1984), tuvimos la ocasión de colaborar con algunos proyectos de difusión cultural que incluían a las termas Felipe Arias Vilas | 267


romanas de Lugo, como la Exposición que en 1980 el Ministerio de Cultura dedicó a las Obras Públicas en la Hispania Romana, con su documental anexo. Nos llamó la atención entonces la sorpresa (y el desconocimiento pese a que se trataba de un Monumento declarado ya en 1931) de los técnicos que preparaban aquella muestra, que alabaron igualmente las propiedades del agua y el valor sanitario de la instalación balnearia. En la bibliografía que se incluye en este volumen se encontrarán las referencias a las aportaciones que, en forma de artículos, informes y proyectos técnicos y técnico-administrativos, folletos (en tres ediciones distintas –1981, 1990 y 1993–, cfr. Arias 1981) u otras colaboraciones que realizamos entre el citado año 1974 y 1996 (recogidas y resumidas en Arias 1999) año en el que, teniendo ya el destino profesional en el Museo Arqueológico del Castro de Viladonga, elaboramos un trabajo que resumía lo que entonces se conocía o se sabía de las termas, en sus aspectos más propiamente arqueológicos, y de la relación con su importante contorno igualmente arqueológico e histórico. Se trata aquí de resumir brevemente, y no de repetir, aquel conocimiento de hace casi un cuarto de siglo, conocimiento que exige las matizaciones, rectificaciones o confirmaciones que en este libro se contienen, así como referirse a algunas cuestiones que, como bien se verá en otras partes de esta obra colectiva, todavía están por resolver o, tan siquiera, por delimitar adecuadamente los problemas que se plantean. No siempre fue bien apreciada y considerada como debiera la relación entre Lucus Augusti, e incluso de la moderna ciudad de Lugo como tal, y el entorno del río Miño que discurre a sus pies pese a la distancia relativamente corta, unos 650m en línea recta, entre el recinto amurallado y las orillas del río. Esta relación se ha potenciado notablemente en los últimos años, debido en buena medida al mismo desarrollo urbano –¿urbanístico?- de la capital lucense, pero aún hoy es el día en el que se insiste en que aquella relación debe ser mayor, más estrecha y, sobre todo, más respetuosa con los valores ambientales y patrimoniales del valle miñoto en su tramo más lugués. También se reconoce actualmente que en el emplazamiento de la ciudad romana tuvo mucho que ver, sin duda y entre otras razones, su proximidad a un río importante como el Miño, que sirvió de canalizador, transversal y longitudinal, de las relaciones humanas en su más amplio sentido, el eterno río que une y no separa. Y ello sin insistir en que el Miño se pudo utilizar para el aprovisionamiento o para otros usos complementarios de sus aguas, aunque de modo local e puntual por cuanto es bien sabido que la captación, traída y distribución general de agua potable al recinto urbano se hizo bien a base de 268 | Las termas de Lugo y su entorno arqueológico, veinticinco años después


pozos, bien desde los manantiales de la zona de As Pías. Y de igual modo, no es menor la importancia del río como elemento ligado tanto al ocio y la convivencia social como a la higiene y la salud, algo que, no obstante, sí está patente en toda la bibliografía antigua sobre el Balneario y así se resaltaba ya hace décadas al citar el singular conjunto termal lucense.

1. Sobre el Balneario romano Si aún hoy el conocimiento arqueológico e histórico de las termas de Lugo ofrece diversos problemas por resolver, hay que imaginarse el panorama hace más de dos décadas, cuando ya se echaba de menos una demorada investigación documental, unos estudios arqueológicos (de campo y de gabinete) con las referencias y paralelos pertinentes y una contextualización histórica adecuada. Se demandaba entonces algo que a día de hoy se ha cumplido sólo parcialmente: un completo programa de excavaciones en área tanto en el interior del edificio del Balneario como en sus patios y jardines. Al tener la ocasión de colaborar en la redacción del Plan Director de restauración e intervención en las Termas Romanas de Lugo y su entorno, encargado entonces (años 1993-1994) al arquitecto Antonio de Vega (resumido en parte en Arias y Vega 1997), pudimos comprobar que la bibliografía de referencia era muy extensa ya desde antiguo pero que, en su mayoría, era repetitiva y no solía aportar apenas datos novedosos, entonces, para el conocimiento e interpretación del conjunto arqueológico. Afortunadamente, aquella bibliografía se ha incrementado de modo notable, tanto a raíz de los trabajos arquitectónicos en el edificio como por las prospecciones, sondeos e incluso excavaciones llevadas a cabo en los últimos 20 años, además de los estudios arqueológicos e históricos sobre las termas galaico-romanas e hispánicas en general. En este sentido, los pasos que se han dado hacia adelante son obvios y quedan patentes en la bibliografía general recogida de modo exhaustivo en este volumen y que no repetiremos aquí. Sin embargo, todavía hay que tener presentes una serie de cuestiones que inciden en la comprensión histórica de las termas lucenses, como su propio origen, es decir, la datación de su construcción e inicio de su función como baños públicos, así como su “intrahistoria” a lo largo de los siglos en relación con los sucesivos edificios del Balneario y, desde luego, con el puente, los viales y los barrios de su entorno. Una de las sensaciones más singulares que se pueden contar hoy en relación con las termas fue el momento de la retirada o vaciado, en 1984, de la tierra Felipe Arias Vilas | 269


Fig. 1. Localización de la/s sala/s con hornacinas dentro del Balneario de Lugo, donde se realizó la actuación.

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Figs. 2 y 3. Sala/s con hornacinas dentro del edificio, con la imagen de antes de la retirada (en 1984) del relleno de tierra que cubría la capa freática, y después de aquélla pero aún sin las pasarelas actuales. Fotografías Juan José Vivancos Puente. Balneario de Lugo.

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que, como luego se comprobó, rellenaba –en una media de 80cm–) el núcleo más importante y conocido del conjunto (Figs. 1-3): las dos salas contiguas consideradas comúnmente al apodyterium, por lo menos a aquella altura aunque posteriormente, y como se refleja en otros trabajos de este libro, dicha función haya sido revisada y reconsiderada. En dichas salas había que entrar agachándose y resultaban extrañamente achaparradas y de ahí que fuera una de las zonas donde se propuso realizar una excavación arqueológica. Sin entrar en los detalles de dichos trabajos, que figuran en los informes remitidos en su día a la Administración (ya autonómica por aquel entonces) y que no pormenorizaremos aquí en aras de la brevedad, el resultado global fue descubrir la altura original de dichas salas, que había sido notablemente rebajada con tierra hasta cubrir el nivel freático que antes las debía de anegar. A tenor de los hallazgos contenidos en dicho relleno de tierra, informe y sin estratificar, como restos de una bota, el tapón de una gaseosa “de boliche” y poco más, debió formarse en las primeras décadas del siglo XX para facilitar el acceso a las dos salas, y nos queda la duda si ello se hizo antes o inmediatamente después de su declaración como Monumento Nacional en 1931. Pudo recobrarse así en 1984 el piso original, con un rebanco de piedra de granito en uno de los laterales y los restos de un pavimento de losas de pizarra (Fig. 4). Pero además, algo similar sucedió al eliminar el mismo relleno terrero en la sala rectangular de acceso, dejando a la vista un zócalo de grandes sillares, antes oculto, como base del paramento de sillarejo de pizarra, así como un relativamente bien conservado pavimento de opus signinum que se comprobó que cumplía perfectamente su función impermeabilizante en esta parte de las termas. Insistimos en que es difícil describir hoy la sorpresa, relativa por las razones obvias que imponía la lógica, y el cambio casi total de imagen que adquirieron entonces las dos salas (en realidad tres) más conocidas y divulgadas del Balneario (cfr. figs. 1-2). A nuestro modo de ver, el otro cambio de imagen fundamental, igualmente espectacular, se produjo en tiempos más recientes cuando se pusieron en relación aquellas dos salas con el espacio situado bajo la escalera principal del actual edificio, pues anteriormente, aún sabiendo que eran limítrofes, la percepción era completamente distinta. Convendrá añadir en este punto que en los años 80 todavía eran perceptibles, aunque malamente, los restos de pinturas en el arcosolio construido probablemente cuando este espacio se convirtió en la capilla (mencionada por Pallares y Gayoso en 1700), quizás en el siglo XVI pues se advertían trazas de dos arcos con tendencia a carpanel pintados en el fondo de dicho arcosolio (Fig. 5), así como dos 272 | Las termas de Lugo y su entorno arqueológico, veinticinco años después


Fig. 4. Momento de aparición en 1984 del rebanco de piedra en una de las salas con hornacinas al retirar la tierra que cubría el nivel freático. Foto autor.

Fig. 5. Estado de las pinturas del s. XVI (¿?) en el arcosolio de la sala bajo la escalera, en los años 80 del s. XX. Foto autor. Felipe Arias Vilas | 273


figuras, una con posible bonete o tiara eclesiástica y otra con casco y lanza. El grado de deterioro de estas pinturas ya era entonces muy elevado y la anterior descripción no deja de ser hipotética, pero hoy ya es algo imposible de comprobar. Pensábamos entonces que este espacio podía ser el tepidarium o incluso el caldarium de las termas originales pues era la zona, con diferencia, más caliente del conjunto, pero su función pasó también a ser revisada al igual que la de apodyterium para las dos salas paralelas. En las décadas de los 70 y 80 e incluso en los 90 circularon informaciones, no siempre bien contrastadas y casi siempre sin el adecuado registro arqueológico, sobre el hallazgo de diversos restos sueltos en diferentes obras realizadas en el Balneario y en su contorno, tanto en la zona de su fachada norte (mirando al puente), con basas y fustes de columnas, tégulas, restos de muros o cerámica, como en su antigua huerta (hoy jardín de acceso), al igual que en las sucesivas obras para construir y luego reformar (o más bien deformar) la carretera llamada Tolda de Castilla. Para la caracterización arqueológica del conjunto y pese a las dudas que planteábamos en 1997-1999, hoy parece evidente que, después de todos los hallazgos arqueológicos (y epigráficos) de los últimos años y de los estudios realizados por varios autores (por ej. González Soutelo 2012a), el esquema arquitectónico, al menos teórico, de las termas públicas lucenses estaba bien establecido, con la presencia de varios ambientes y su disposición sucesiva o simétrica, teniendo que ajustarse, por otra parte, a unos formidables manantiales de aguas y salutíferas por otro, sin entrar nosotros aquí en otras consideraciones de detalle. Seguimos convencidos de que la “romanización” (término y concepto hoy en continua revisión) del ámbito galaico, como una de las periferias del Imperio, se caracteriza precisamente por sus aspectos prácticos, dirigidos sobre todo a la explotación económica de los recursos y a la consiguiente organización y control del territorio. En este sentido, y aún sin saber si los manantíos salutíferos eran ya conocidos y usados en época prerromana (lo que sigue siendo tan plausible como gratuito), las termas lucenses ejemplifican bien el tipo y grado de romanización del Noroeste y pueden ser un paradigma de la adaptación o aculturación entre el medio natural y el substrato autóctono junto con las aportaciones de clara filiación romana.

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2. Sobre las vías y el puente romano Con posterioridad al trabajo que publicamos en 1999, en el que también tratábamos este tema, se han realizado aportaciones de mayor entidad sobre las variantes de la Vía XIX que, desde las puertas Miñá y de Santiago, se dirigen al puente y su posterior ascenso camino de Iria Flavia y, no se olvide, del campamento romano de Cidadela pasando por el área de Sta. Eulalia de Bóveda como luego se insistirá (vid. ahora para las vías romanas en la provincia lucense, Gómez Vila 2005). El hecho de que esta vía se transformase en época medieval en el Camiño Primitivo de Santiago dio lugar a más estudios de los (in)existentes hace un cuarto de siglo sobre esta arteria que tanta relación debió de tener con nuestro conjunto termal. En cambio, por desgracia, la mayor parte de los restos físicos antiguos o medievales de aquellos caminos, incluida la llamada Calzada da Ponte de la que recordamos fielmente su pavimento en clara disposición de traza medieval de la que apenas quedaban restos ya en los años 90 (Fig. 6) y que en la actualidad se han perdido ya irremisiblemente, en algunos casos bajo el agresivo asfalto y en otros en un lamentable estado de conservación. Mejor suerte ha corrido el puente romano (y medieval y moderno) sobre todo después de su última restauración de la que también se habla en este volumen y sobre todo se ha avanzado mucho en el conocimiento de su fábrica romana (Durán y Ferrer 2013), que apenas se apreciaba a finales del siglo XX, lo que viene a ponerlo en parangón con las notables mejoras, físicas y epistemológicas, realizadas también en las termas.

3. Sobre otros elementos arqueológicos y epigráficos galaico-romanos en el entorno del Miño En los últimos 25 años no se han incrementado demasiado los datos e informaciones sobre yacimientos o hallazgos arqueológicos (y epigráficos) del entorno más o menos cercano a las termas de Lucus (sobre todo cruzado el río Miño dado que del lado de la ciudad es obvio que sí han aumentado las noticias e interpretaciones arqueológicas e históricas), pero sí se ha reconsiderado a veces su significación. Llamábamos entonces la atención sobre la existencia de una serie de sitios y hallazgos, no siempre bien documentados pero que permitían apuntar varias cuestiones, entre ellas la relación, física pero también administrativa e incluso simbólica, que aquellos habrían de tener con la ciudad romana. Es evidente que ésta incidió de modo decisivo en la conformación y en la misma cultura Felipe Arias Vilas | 275


Fig. 6. Los restos de la calzada medieval que se superpuso a la romana en su estado final antes de desaparecer bajo el asfalto. 1993. Foto autor.

Fig. 7. Mapa (de 1997) del entorno de las termas (estrella), con los castros “romanizados” (círculos con estrella) y los yacimientos y/o hallazgos epigráficos romanos (cuadrado). 276 | Las termas de Lugo y su entorno arqueológico, veinticinco años después


material de los asentamientos más o menos vecinos y/o vinculados, en concreto los que también miran hacia el Miño. Hoy que están muy en boga los estudios del territorio y del paisaje histórico, es de esperar que la arqueología y la epigrafía evidencien cada vez más unas relaciones sociales, económicas y administrativas, además de ideológicas entre el núcleo urbano y la comarca que lo rodea (Fig. 7). Hay que seguir teniendo en cuenta los asentamientos castreños a los que, por hallazgos casuales o por alguna otra razón, se les pueda atribuir una ocupación en época romana, y poníamos (Arias 1999), entre otros, los ejemplos del castro de Orbazai (que ha dado piezas que son indicio innegable de su ocupación galaico-romana), el Castrillón de Adai (curioso recinto circular de muralla terrera que probablemente fue un enclave estratégico –¿o agrícola?– de implantación romana), o, en fin, A Cortiña do Castro de Vilamaior (del que sólo quedaba el microtopónimo y el hallazgo de un espléndido relieve funerario de dos caras y de época tardía, s. IV-V). Otras informaciones, ya de los años 80 ó 90 pero que no han sido ampliadas después, se referían a los restos (¿quizás de una pequeña villa o de un simple casal o construcción aislada cerca de la vía XIX?) localizados al lado de la antigua carretera de Santiago y excavados entonces de urgencia de modo muy parcial; o bien al hallazgo, en la misma carretera y al pie del viejo camino de Piugos a Esperante, de dos teselas romboidales (¿quizás de algún opus reticulatum de una construcción de cierta entidad?) depositados en el Museo Diocesano de Lugo en los años 70, o igualmente a la aparición de “ladrillos romanos” en alguna mámoa (?) do Monte das Medorras entre As Arieiras y A Louzaneta. En cambio, existen estudios más recientes, como los de J. Gómez Vila (2009), sobre la importancia del núcleo de Esperante a tenor de los materiales, algunos epigráficos, documentados en el entorno de la iglesia, que llevan a pensar en una villa tardorromana y quizás también paleocristiana. Conviene insistir ahora también en el hecho de que, pese a la distancia existente, no es menos importante sino todo lo contrario, el hecho de que del núcleo termas-puente-vía parte el camino natural por las márgenes del valle del Mera hasta el conjunto de Sta. Eulalia de Bóveda, que ahora recientemente E. Montenegro (2015) ha atribuido –de nuevo y como ya habían hecho H.Schlunk y J. Delgado– a una función sepulcral o funeraria pero dentro de un contexto arqueológico bien significativo en el que se destacan el castro de Corvazal con su fuente también romana (y altoimperial según aquel autor) y el hallazgo de la monumental y ya bien conocida estela de Apana de Crecente. Felipe Arias Vilas | 277


No sabemos cuándo dejaron de usarse las termas romanas, hecho atribuido comúnmente a la implantación paleocristiana y altomedieval, y en este sentido desconocemos si hubo relación y/o comunicación con el conjunto de As Saamasas, también muy cerca del Miño y con restos escultóricos adjudicados al periodo suevo-visigótico (mayormente s. VI-VII). Por último, convendrá recordar aquí los hallazgos epigráficos de este mismo contorno del puente y las termas, por la significación que pueden tener para entender la incidencia y relación de Lucus con su territorio, añadiéndose ahora, en este ámbito epigráfico, el impresionante conjunto de aras descubierto en el propio Balneario lucense (Hervés y Meijide 2000). El interesante castro prerromano de Penarrubia, posiblemente uno de los más antiguos de Galicia ofrecía, paradójicamente, el hallazgo de un ara votiva romana de muy difícil lectura en el camino de acceso pero no en el propio yacimiento, excavado parcialmente en 1975. No hay nuevas noticias o informaciones sobre las dos inscripciones halladas en el s. XIX en la parroquia de Piugos pero dadas ya por desaparecidas en el primer repertorio epigráfico de Lugo publicado en 1954 en (IRG II). Una de ellas, (la nº 76 de las IRPL 1979) es el epitafio de L. Valeriano Severo, soldado da Legio VII Gemina, de la centuria de Carisio Rufo y aunque alguna vez se ha incluido entre los hallazgos epigráficos de la muralla lucense, los datos de Barros Sivelo sitúan su aparición cerca de As Arieiras en la antedicha parroquia. La otra lápida (IRPL 77) apareció en 1843 en Pontegaos (hasta 1891 de Piugos y ahora de S. Lázaro da Ponte) y era quizás una estela, según la descripción de B. Teijeiro y Sanfiz, de una tal Balaesina, hija de Rufo (¿diferente del Carisio Rufo citado en la lápida anterior o podría ser el mismo personaje?, la duda persiste al igual que en lo relativo a su nombre, ¿Severa o Seurra, como bien apuntaba en su día (1990) Nicandro Ares?).

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4. Sin final Ya en el primer Plan Director del Balneario de finales del s. XX que, lógicamente contemplaba el conjunto termal, se hacían una serie de propuestas que abarcaban, por un lado, las investigaciones arqueológicas y documentales pertinentes y necesarias para conocer mejor aquel conjunto y su evolución histórica: sondeos y catas, excavaciones en área, control y seguimiento de todo tipo de obras, procura y análisis de toda la documentación escrita –sobre todo anterior al s. XIX– etc.; y por otro lado, las actuaciones arquitectónicas y de rehabilitación que permitieran poner en valor todos los aspectos arqueológicos dentro del ámbito del Balneario tanto en su interior como en su contorno cercano, englobando incluso toda la zona que mira hacia el puente y donde, al parecer y desafiando la lógica, no han aparecido hasta ahora restos significativos y demostrativos de la relación entre ambos monumentos en época romana, cuando además en la cabecera de dicho puente finaliza el vial que, desde hace casi dos mil años, unía la ciudad con sus termas salutíferas públicas. Digamos pues, con este ejemplo de asignatura pendiente, que hay que seguir profundizando en todos los aspectos contemplados en aquel primer Plan Director, añadiendo todo lo que sea necesario (y este libro nos explica en buena medida ese “todo”, que probablemente es, además un “sin final” porque es un continuum histórico) para conocer, potenciar y difundir el conjunto termal, desde el romano al actual, de una ciudad como Lucus Augusti, como núcleo urbano que transciende mucho más allá de su recinto amurallado para influir decisivamente en un amplio territorio, especialmente significativo por la parte que mira al valle del Miño, asentándose así desde hace dos mil años las bases de esa relación estrecha e insoslayable que la ciudad debe tener con el río que, como decíamos en 1999, la abraza de norte a sur.

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Imagen de las salas abovedadas conservadas en el edificio en la actualidad. Foto Balneario de Lugo.



III. El Balneario romano a la luz de la arqueología

Intervenciones arqueológicas en el Balneario de Lugo entre 1995 y 1998 Enrique González Fernández Covadonga Carreño Gascón Servizo de Arqueoloxía. Ayuntamiento de Lugo

282 | Las aguas del balneario


Resumen Con motivo de una serie de obras realizadas en el actual hotel-balneario, entre 1995 y 1998 se llevaron a cabo diferentes intervenciones de índole arqueológica que permitieron sacar a la luz la existencia de restos de carácter estructural vinculados al antiguo edificio termal romano, que se extienden fuera de los límites del edificio del actual Balneario y que permitieron recabar, por primera vez, una datación bastante precisa de la construcción del edificio termal, en base a los datos obtenidos por relación estratigráfica durante la excavación arqueológica.

Introducción Las actuaciones arqueológicas realizadas en el Hotel-Balneario de Lugo, entre los años 1995 y 1998, cabe enmarcarlas dentro del plan de obras del actual Balneario, realizado ante las necesidades de adaptar los servicios del complejo termal a los nuevos usos de un moderno hotel de estas características. El descubrimiento de importantes vestigios relacionados con el establecimiento termal de época romana, motivaría la elaboración de un “Plan marco de actuaciones arqueológicas”, elaborado por los servicios arqueológicos de la Delegación provincial de la Consellería de Cultura en Lugo. Las zonas de intervención fueron dos: el patio posterior y la zona exterior situada delante de la fachada sur, donde se ubica la entrada principal al Hotel-Balneario (Fig. 1).

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Fig. 1. Plano de situaciรณn de las รกreas de intervenciรณn y de los restos romanos descubiertos en las actuaciones arqueolรณgicas realizadas entre 1995 y 1998.

284 | Intervenciones arqueolรณgicas en el Balneario de Lugo entre 1995 y 1998


1. Sondeo en el patio posterior del Balneario En 1995 se realizó un sondeo de 40 m² en el patio posterior del actual edificio del Balneario de Lugo, motivado por la instalación soterrada de la depuradora y vaso de compensación de una piscina terapéutica. Hasta una profundidad de 1,80 m solamente se detectan rellenos y canales modernos todavía en uso. A partir de esa cota, aparece un lecho de tierras arenosas con cantos de río y color grisáceo, que engrosa su potencia en dirección al río. La exhumación de este horizonte no fue posible ya que, al profundizar hasta entre 20 y 30 cm, afloró el nivel freático con surgencias de aguas calientes y frías. No sabemos en que momento histórico se formó o se intervino en este horizonte, pero entre la tierra arenosa y los cantos de río aparece algún fragmento de tégula muy rodada, dos bloques de hormigón romano, uno de ellos debajo del muro del Balneario y el otro caído en el cauce del río, una moneda de Marco Aurelio y un fragmento de TSG, que parece corresponder a un plato de la forma Drag. 18, así como otros 6 fragmentos de cerámica común, modernos, y 2 de loza blanca. La intervención se hace en un rectángulo definido por cuatro muros. El muro situado al norte forma parte de un estanque ubicado en el lugar, construido con pizarras ligadas con argamasa, y asentado sobre ese lecho de tierras arenosas y cantos de río. La pared oeste es la más antigua, con una anchura de 1,50 m y un alzado soterrado de 3,50 m. Construido también con mampuestos de pizarra ligados con argamasa, embute sus cimientos en el horizonte de gravas y arenas. Se trata de un muro de contención contra el que se construyó el ala occidental del actual Balneario. Es probable que fuera edificado en 1847, aunque no se descarta una mayor antigüedad e, incluso, pudiera pertenecer al conjunto original de las Termas. El muro Sur se identifica con el basamento septentrional de esa ala occidental del Balneario y posee un alzado de entre 1,80 y 2,20 m. Está apoyado en el tan mencionado lecho de tierras arenosas y contos de río. Por último, la pared más oriental se adosa a la anterior y se asienta sobre el zócalo pizarroso a 1,80 m de profundidad. Su finalidad se nos escapa por completo. En esta ocasión, pero ya fuera del ámbito excavado, se documentó, formando parte de la cimentación de la pared oriental de la sala de la piscina terapéutica, parte de un muro de opus caementicium de 8 metros de longitud, que continua bajo el edificio hacia el sur, y un alzado visible de un metro (Fig. 2). La anchura la calculamos entre 30 y 40 cm, que en parte se recortó verticalmente en un tramo de unos 5 metros por no estar a plomo con el alzado de la pared interior de la sala terapéutica. Tampoco contábamos con la dirección exacta, motivo por lo cual lo hemos representado de forma aproximada (ver fig. 1). Enrique González Fernández y Covadonga Carreño Gascón | 285


En cuanto a la finalidad de esta estructura, en aquel momento manifestamos no saber si formaría parte de la estructura de una gran piscina o el basamento de otra posible edificación. También se documentó el tramo visible de otro muro de opus caementicium, que corre en paralelo al río Miño, de 7 m de largo por 0,80 - 0,90 m de ancho y 1,30 m de alto, que ya era conocido desde antiguo (aparece recogido en el plano de Pedro Giraldo de 1812). A este paredón podrían pertenecer los bloques de hormigón romano exhumados en la cata y los detectados en el lecho del río gracias al escaso cauce de agua que llevaba el río el mes de agosto de 1995, y cuya función cabe interpretar con el control y protección de los manantiales ante las continuas crecidas del río Miño1.

2. Control arqueológico de zanja de saneamiento en la fachada sur del edificio (fase I) En 1996 se abrió una zanja paralela a la pared sur del edificio Balneario que, en principio, solamente pretendía modificar la recogida de aguas sucias para enviarlas hacia la nueva depuradora. Sin embargo, ante la afluencia de agua del río, se hizo necesaria la construcción de un muro de hormigón para impedir que penetrase en el actual Balneario, continuando la política de saneamiento que el propietario de dicho establecimiento estaba llevando a cabo, por lo que la zanja se hizo más profunda y ancha de lo que estaba previsto. La zanja medía 28 m de largo por 1,50-2 m de ancho, según las zonas, y una profundidad, también variable pero cercana a los 3 m si se referencia a la parte superior del zócalo del Balneario. No se llegó al firme, pero sí a un nivel de arena, lajas de pizarra y cantos de río sobre el que se construyó el actual Balneario y los muros de lajas de pizarra, correspondientes a un edificio anterior. En esta intervención se detectaron una serie de estructuras, muros y canales, de difícil interpretación, aunque pertenecientes a una fase anterior al actual edificio. La falta total de estratigrafía, horizontal y vertical, debido fundamentalmente a las malas condiciones de obra, nos impide interpretar adecuadamente los datos arqueológicos que, a través de zanjas improvisadas, va1 Así lo recoge, entre otros, Pallares y Gayoso 1700:18-19: “Los cercaron los romanos mos recuperando. (los manantiales) con una cerca de guijaJunto a ellos, cabe destacar la presencia rros y argamasa, y de tal fortaleza que a pico acerado con dificultad se puede apartar un de un gran muro romano de opus caemenguijarro de otro”. Por otra parte, la consticium de 3,50 m de anchura, que, a juzgar trucción de un muro periférico de contención, es una prueba más del conocimiento por el tramo descubierto, se orienta en dique los constructores del Balneario tenían del río y de sus contingencias. rección NW-SE (Fig. 3). 286 | Intervenciones arqueológicas en el Balneario de Lugo entre 1995 y 1998


Fig. 2. Sondeo en patio posterior, con los restos de un muro de opus caementicium bajo los cimientos del moderno Balneario. Servicio Municipal de Arqueología.

Fig. 3. Gran muro romano de opus caementicium para la contención de las crecidas del Miño. Servicio Municipal de Arqueología. Enrique González Fernández y Covadonga Carreño Gascón | 287


Está construido a base de pequeños cantos de río y mortero muy rico en cal. En los 3,50 m que interpretamos de anchura, se aprecia un desnivel de 0,45 m, formando una especie de rampa. La pared que posee cota más elevada es la que da al río. Al lado E. presenta una especie de delimitación consistente en lajas de pizarra colocadas de canto mientras que el lado contrario se complementa con una especie de contrafuerte o reforzamiento irregular de hormigón. Este muro cabe relacionarlo con otros segmentos de muros de la misma índole, ocultos parcialmente bajo las aguas del río y de la pared sobre la que se construyó la ampliación del Balneario actual junto al río, y que se interpreta como contenedor ante las crecidas del Miño.

3. Control arqueológico de zanja de saneamiento en la fachada sur del edificio (fase II) A finales de 1996 se lleva a cabo la ampliación de la zona relacionada con la zanja de saneamiento en la fachada sur del edificio, con el fin de terminar de documentar los restos de muros y pavimentos que se habían exhumado con anterioridad. Se contemplaron dos zonas de intervención. En la Zona A, que comprende el espacio ajardinado localizado al SW de la fachada sur del edificio, los trabajos se centraron en la limpieza y documentación de los niveles que restaban por excavar. La manifiesta alteración a la que fueron sometidos los restos detectados en esta zona, por causa de las obras de saneamiento más modernas, que en forma de tuberías y arquetas discurren por todo el sector, hace nulo cualquiera intento de obtener una secuencia estratigráfica mínimamente fiable, excepto la posibilidad de reconocer las distintas fases constructivas en los restos de muros que se descubrieron (Fig. 4). En relación con dichos restos, descubiertos inicialmente en el transcurso de las obras de la zanja, debemos decir que fueron parcialmente definidas y delimitadas todas las estructuras exhumadas, sin que se observe prolongación de las mismas hacia la zona ajardinada, a excepción del muro de opus caementicium descubierto con anterioridad. Dichas estructuras no parecen ser de filiación romana, aunque carecemos de estratigrafía que lo confirmen, pero a tenor de las características de fábrica y de su disposición con relación al edificio del Hotel-Balneario, parecen relacionarse con algún momento de su construcción. Parece evidente, cuando menos, la existencia de una cierta correlación cronológica entre todos ellos, aunque pueden observarse fases en su construcción. 288 | Intervenciones arqueológicas en el Balneario de Lugo entre 1995 y 1998


La estructura principal está definida por tres gruesos muros, de aproximadamente 1 m de anchura, realizados en mampostería de pizarra de gran tamaño con mortero de arena y cal, que parecen adosarse a la cimentación del edificio principal; de lo cual se deduciría, cuando menos, su coetaneidad2. Junto a esta estructura principal, destacar la existencia de una canalización que discurre bajo aquella hacia el interior del edificio. La pendiente del canal sugiere una funcionalidad como traída de agua más que como desaguadero, como inicialmente podríamos suponer, sin que podamos advertir su procedencia. Por último, hacer mención a la existencia de una moderna canalización que transcurre paralela a la fachada del Balneario, recogiendo las aguas del edificio principal y que se hallaba inutilizada. La excavación en esta zona no se pudo completar, a causa de las canalizaciones modernas, así como del nivel freático que sube constantemente como consecuencia de las filtraciones del río. Restarían por excavar los niveles inferiores, que nos pueden permitir aclarar lo que acontece con el gran muro de opus romano, cara a determinar su continuidad bajo la zona ajardinada, tal como parece. En la denominada Zona B, la excavación consistió en el control y supervisión de la apertura de la zanja, prolongación de la realizada con anterioridad en la parte inferior de la fachada del edificio. A pesar de lo exiguo de sus dimensiones (17 x 1 m), los resultados depararon bastantes sorpresas ya que, al contrario de lo sucedido en la Zona A, los niveles arqueológicos permanecen muy poco alterados, por lo cual resultó más fácil la obtención de una secuencia estratigráfica. Destacar la presencia de dos pequeños muretes, con una orientación aproximada SE-NW. Ambos muros de factura romana, están construidos en mampostería de pizarra, ligada con arcilla. Al lado del muro más grande, se extiende una zona pavimentada en opus signinum y que se prolonga, sin solución de continuidad, bajo la actual fachada del edificio, la zona ajardinada y las escaleras de acceso a la entrada principal. El pavimento, de muy buena factura, aparece roto por causa de un pozo realizado posteriormente. En la capa que constituye el nivel de abandono del pavimento se localizaron los únicos restos cerámicos 2 Parecen corresponderse con un ala de la que nos permiten determinar una datación fachada en la zona del jardín o huerta, que pudo haber sido demolido en la reforma de cronológica para el mismo, destacando la 1957, ya que en fotos y planimetrías inmepresencia de TSH3. diatas a esa reforma ya no se constata esa estructura; y que, al parecer, podía corresAsimismo, justo bajo la cimentación de ponder con la zona de letrinas. fachada del Balneario y en correspondencia 3 Particularmente la presencia de una copa Drag. 27 (principios siglo II d.C.) con la zona pavimentada a una cota ligeraEnrique González Fernández y Covadonga Carreño Gascón | 289


Fig. 4. Zona A. Muros y canalizaciones, relacionadas con una de las fases del actual Hotel-Balneario. Servicio Municipal de Arqueología.

Fig. 5. Zona B. Ámbito pavimentado con opus signinum e hilada con grandes losas de granito. Servicio Municipal de Arqueología.

Fig. 6. Zona B. Ámbito de la excavación con muros compartimentado sendos espacios y separados por “cámara de aireación”. Servicio Municipal de Arqueología.

290 | Intervenciones arqueológicas en el Balneario de Lugo entre 1995 y 1998


mente inferior, se extiende transversalmente una hilada configurada por seis grandes losas de granito alineadas, una de las cuales presenta un hueco cuadrangular para encajar algún poste, de las cuales desconocemos su funcionalidad4 (Fig. 5). Adosado a esta hilada de canterías se localiza un nuevo pavimento de opus signinum, situado a su misma cota, aunque de factura más irregular al detectado con anterioridad. No obstante las abundantes filtraciones de agua, dificultan seriamente la documentación de estos restos.

4. Excavación en área en el espacio ajardinado de la fachada sur del edificio En 1997, se procedió a realizar una ampliación de la intervención realizada en años anteriores delante de la fachada sur, con motivo de una zanja de saneamiento. En la denominada Zona A, una vez retiradas las tuberías modernas, se hacía necesario completar los trabajos arqueológicos. Debajo de las tuberías modernas detectamos una nueva canalización que transcurre paralela tanto a las modernas canalizaciones como a la gran conducción exhumada durante la primeira fase y que, lógicamente, procede a desaguar en el río. Este canal, mucho más estrecho que el anterior, funcionaría en un primer momento, ya que transcurre mucho más profundo y está cortado en zonas por la canalización más grande. Asimismo, cabe relacionarlo con los muros descubiertos en esta zona y que se corresponden a una de las primeiras fases del edificio moderno. 5 Lo más destacable en esta zona fue el descubrimiento de un muro de factura romana, en gran parte reaprovechado en época moderna, parcialmente registrado en la fase anterior. Dicho muro transcurre en sentido NW-SE, prolongándose bajo la moderna canalización, y permite delimitar los restos del pavimento de opus signinum que se extiende hacia el norte, bajo la actual fachada. 4 Como se comprobará en posteriores intervenciones (1999), esta estructura cabe Con relación a la Zona B (franja del interpretarla como parte de un estilobato para soporte de columnas, que hallará su jardín comprendida entre la fachada SE, la inmediata replica en los restos exhumados entrada del Balneario y el muro de cimenen la intervención de 1999, y que definen un ámbito porticado que ha llevado a que tación de la carretera N-VI), la importanalgunos autores hayan interpretado dicho cia de los hallazgos localizados en la fase espacio como palestra o posiblemente basilica thermarum (Meijide Cameselle y Heranterior y la necesidad de proceder a una ves Raigoso 2000: 217). correcta documentación de los mismos, 5 Tal vez se trate del desagüe de las letrinas justificaba la ampliación del área de interque se hallaban en el ala del edificio derruida en la reforma de 1957, con la cual se vención. La excavación en este sector abaridentificarían los grandes muros exhumados con anterioridad. ca una superficie aproximada de 56 m². Enrique González Fernández y Covadonga Carreño Gascón | 291


La excavación en esta zona está presidida por la presencia de dos muros que compartimentan sendos espacios de habitación (Fig. 6). Ambos muros están separados por un pequeño espacio de unos 0,24 m que presenta en su interior abundante canto rodado. La existencia de este pequeño intervalo entre ambos muros plantea la hipótesis de una solución de tipo técnico (“cámara de aireación”?), quizás para evitar las humedades de la zona, teniendo en cuenta por otra parte que los suelos de ambas habitaciones se encuentran a diferente cota y una de las paredes (UEM 003) presenta los restos de un enlucido con polvo de ladrillo en el zócalo6. El muro más ancho (UEM 003), delimita un ámbito pavimentado con opus signinum, que se extendería bajo la zona ajardinada y cuya conservación es bastante desigual (UE 020). El segundo de los ámbitos, que delimita el muro más estrecho (UEM 027), conserva los restos de un pavimento mucho más sencillo, realizado con tierra batida, y que se halla a una cota superior respecto al ámbito adyacente (UE 024). La preparación del mismo se realizó con una capa de pizarras (statumen), sobre la cual se dispone una capa de arcilla apelmazada que ejerce de ruderación, para, finalmente, sobre la misma, asentarse un suelo de tierra batida, rubefactada por zonas, con una gran solidez y homogeneidad7. A este suelo se superponen varias capas de arcilla y carbonización, hasta alcanzar el nivel de un segundo suelo, mucho más sencillo, realizado tan solo con arcilla apelmazada, y que correspondería a una segunda fase en la ocupación de esta estancia. Por lo tanto, en la secuencia estratigráfica de esta zona, advertimos al menos dos fases de ocupación, determinadas por los sucesivos niveles de suelo. La primera de estas fases está definida por los dos muros paralelos, más otro muro que ha desaparecido y del cual tan sólo se conserva la zanja de cimentación, de lo cual se deduce la existencia de al menos tres ámbitos que se hallarían delimitados al norte por un muro (UEM 029) cuya existencia se adivina bajo la actual fachada del Balneario 6 En este sentido, Vitrubio (VII, 4, 18), rey que transcurriría prácticamente paralelo comienda esta solución en la aplicación de al actual muro de la moderna carretera. Las enlucidos en lugares húmedos. De igual modo, esta “cámara” cumpliría una función habitaciones que se definen estarían pavisemejante a las denominadas “galerías sanimentadas con un suelo de tierra batida y de tarias” (Adam 1989: 287). opus signinum respectivamente. Cronoló7 Este pavimento se podría identificar con el tipo de solum festucatum (Ginouves y Margicamente, aunque no poseemos suficientes tín 1985: 49), término que designa especialevidencias para su datación, sirva como remente a los suelos de “tierra batida”. El latín festucatio alude a la acción de pisar, un suelo ferencia los niveles de amortización de esta de tierra como también otros tipos de material, por medio de la fistuca (pisón o mazo). fase, con la presencia de abundante TSH 292 | Intervenciones arqueológicas en el Balneario de Lugo entre 1995 y 1998


precoz, representada por un plato Drag. 18 con sello del alfarero Asiaticus8 y cerámica de paredes finas de las formas Mayet XXXIV y XXXVI, que nos confirmarían una fecha ante quem de mediados del siglo I d.C. En una segunda fase, uno de los muros paralelos (UEM 027), así como el intervalo entre ambos, es amortizado por las capas que conforman una segunda pavimentación realizada esta vez con arcilla apelmazada, con lo cual dicho ámbito es ampliado hasta quedar delimitado por el otro muro (UEM 003), el cual a su vez se sustituye por un muro más estrecho (0,40 m). La habitación pavimentada en opus signinum seguirá funcionando como tal, sin que se adviertan reformas significativas en la misma, quizás alguna que otra reparación. En este caso, tanto los materiales procedentes de las capas de amortización como la posterior colmatación de las mismas, permiten suponer que, al menos esta parte del edificio termal, estuvo en funcionamiento hasta las primeras décadas del siglo II d.C., sin que se hallan advertido niveles cronologicamente posteriores.

5. Ampliación de la excavación en área en el espacio ajardinado de la fachada sur del edificio Durante el año 1998, se llevó a cabo la ampliación de la intervención realizada en el año anterior en la denominada como Zona B, localizada en la franja de jardín comprendida entre la fachada SE, la entrada al Balneario y el muro de la carretera N-VI, donde por otra parte existía una importante acumulación de tierras, bajo las cuales se extendían, presumiblemente, los restos arqueológicos. La intervención permitió delimitar por el E, las dos estancias o salas principales descubiertas en la campaña anterior (Fig. 7). Como sucede con las estructuras ya conocidas (UEM 003 y 027), los nuevos muros que delimitan los espacios habitacionales presentan características constructivas muy diferentes entre ellos, de lo cual se deduce que, a pesar de pertenecer a un mismo edificio y ser coetáneos, sendas estancias no comparten las mismas estructuras. La sala del pavimento de opus signinum se halla delimitada por un grueso muro (UEM 048) de 0,64 m, realizado en mampostería de pizarra, aunque de factura bastante irregular, particularmente por su cara externa. Con relación al otro ámbito, con suelo de tierra batida, queda delimita8 Las producciones precoces de terra sigillata do por un muro más estrecho (UEM 055), hispánica asociadas con alfareros como Asiade 0,42/0,45 m, realizado en mampostería ticus y M.C.R (bien documentados en Lugo por otra parte, Carreño 1997: 49-51), se de pizarra y de factura bastante más regudatarían en época de Claudio-Nerón (Sáez Preciado 2000: 288) lar. Adosado al muro principal (UEM 048) Enrique González Fernández y Covadonga Carreño Gascón | 293


Fig. 7. Zona B. Plano de la intervención con las estructuras exhumadas en las campañas de 1997 y 1998. Servicio Municipal de Arqueología.

294 | Intervenciones arqueológicas en el Balneario de Lugo entre 1995 y 1998


de la habitación pavimentada con signinum, se advierte la cimentación de un pilar o pilastra (UEM 056) de forma cuadrangular (0,80 x 0,70 m), a modo de contrafuerte. Prácticamente en línea con ésta, y a una distancia de unos 27 m se localiza un nuevo pilar en mampostería de pizarra (UEM 044) de 0,60 x 0,60 m, que se levanta exento, sobre un basamento realizado con grandes lajas de pizarra. Asimismo, paralelo al muro de la estancia menor (UEM 055), discurre una estructura de piedras hincadas, y de la cual resulta difícil determinar su función. El pilar detectado en este nuevo ámbito se levanta en una zona que se desarrolla al SE del edificio termal, aparentemente carente de otras estructuras, y en la cual se localiza una gran aglomeración de pizarras de pequeño y mediano tamaño extendidas por toda la superficie a modo de solado. En una de las esquinas se localizaron los restos de un pavimento de signinum, consistente en pequeños trozos de ladrillo y tégula, pero sin ningún tipo de aglutinante y bastante compacto, aunque de muy ruda ejecución. Dicho pavimento podrían ser los restos del suelo relacionado con este ámbito en el que se halla el pilar (UEM 044). Nos hallamos ante un nuevo ámbito que se extiende bajo la zona ajardinada que permanece sin investigar, por lo que desconocemos el alcance del mismo y su articulación con relación al edifico principal. Por la presencia de este pilar, cabe pensar en la existencia de algún otro más, lo cual nos induce a pensar en la idea de un ámbito porticado, del cual desconocemos su exacta configuración, factor que sería necesario comprobar en futuras actuaciones. La asociación de dicho pilar con el pavimento de signinum de menor calidad localizado en un cuadrante de esta zona, parece sugerir la existencia de otra fase cronológicamente posterior a la principal (datada en el siglo I d.C.) en la que se definen los principales espacios y ámbitos, y que dataríamos en torno al siglo II d.C.

6. Conclusiones El interés de la intervención arqueológica desarrollada en el espacio ajardinado de la fachada sur del actual Balneario entre los años 1995 y 1998, radica principalmente en que por primera vez se constata restos asociados al antiguo edificio termal que se extienden más allá del actual Hotel-Balneario, datos que resultaron muy fructíferos para el conocimiento y caracterización del establecimiento termal romano. Asimismo, la consecución de una interesante secuencia estratigráfica nos permitió establecer un primer criterio cronológico en relación con el edificio termal, que situaría la construcción de dicho edificio en la primera mitad del siglo I d.C.

Enrique González Fernández y Covadonga Carreño Gascón | 295


Dibujo en planta del Balneario de Lugo y su entorno, en 1992. Autor: M. Lรณpez Guitar

296 | Las aguas del balneario


Rosa Meijide | 297


III. El Balneario romano a la luz de la arqueología

Cinco lustros de trabajos arqueológicos en las termas de Lugo Gonzalo Meijide Cameselle Arqueólogo de la Delegación provincial de Lugo. Xunta de Galicia

Francisco Hervés Raigoso Empresa de arqueología Arqueoconsulting

298 | Cinco lustros de trabajos arqueológicos en las termas de Lugo


A finales de los noventa, una década después del inicio del funcionamiento de los arqueólogos territoriales de la Xunta de Galicia y de las empresas de arqueología, empezó en el conjunto del Balneario de Lugo una nueva fase de investigación, en el que la excavación del yacimiento fue el factor decisivo. Por fortuna se consiguió una cierta armonía y complicidad entre los legítimos intereses de expansión del negocio del Balneario y los anhelos de la comunidad científica. A lo largo de estos años se fue componiendo una imagen de las termas romanas que complementaba lo que otros vieron y comentaron en pasadas épocas. Las excavaciones arqueológicas, ligadas a las obras necesarias para la ampliación y modernización de las instalaciones balnearias, fueron ofreciendo los datos con los que hoy podemos interpretar lo que fue el conjunto de las termas romanas. El yacimiento arqueológico, como siempre ocurre, a medida que va ofreciendo sus secretos se agota, y se van limitando las áreas que pueden ofrecer nueva información en el futuro. Todavía queda una parte de enorme interés en el patio trasero, con la piscina donde aparecieron las aras de las ninfas. Varios inconvenientes dificultaron el desarrollo de la intervención arqueológica. El primero, y más evidente, es la presencia de las instalaciones del actual Hotel-Balneario. La construcción del edificio supuso la remoción de depósitos arqueológicos, aunque también la integración, y en este sentido su conservación parcial, de elementos constructivos romanos en la nueva obra. En segundo lugar, ya en época romana fue desmantelado parte del edificio, y en diferentes momentos históricos se hicieron profundas zanjas, tal vez a la búsqueda de nuevos manantiales, que provocaron diversas soluciones de continuidad del registro arqueológico. Finalmente, la proximidad del río y la propia presencia de los manantiales termales hacen coincidir el nivel freático con el de los pavimentos romanos, con las dificultades que esto implica para el normal desarrollo del trabajo arqueológico y para la musealización del conjunto. Hasta la aprobación del primer Plan Director las termas no fueron objeto de intervenciones arqueológicas sistemáticas, en gran parte a causa de la presencia del Balneario. Quizás la primera actuación reseñable fuese el vaciado de rellenos modernos que cubrían el pavimento de las salas abovedadas (Arias Vilas y Vega Rodríguez 1997: 346-347). Con posterioridad se hicieron algunas

Gonzalo Meijide Cameselle y Francisco Hervés Raigoso | 299


Fig. 1. Planta general del Balneario de Lugo, con representación de las áreas de intervención arqueológica de la última fase de actuaciones realizada por F. Hervés y G. Meijide (1998-2015).

300 | Cinco lustros de trabajos arqueológicos en las termas de Lugo


intervenciones puntuales provocadas por obras de escasa magnitud. Lo más interesante, además de la recuperación del nivel del pavimento original, fue la documentación de los potentes muros de opus caementicium que cerraban el conjunto por el flanco del río, y que a lo largo de la historia provocaron la admiración de los cronistas (Fig. 1). Después de tantos años todavía perduran dudas sobre la interpretación de los distintos espacios e incluso sobre la función del conjunto termal. El sorprendente hallazgo de un buen número de aras dedicadas a las ninfas atestigua el uso terapéutico-religioso de las instalaciones. Pero las dimensiones y organización del conjunto, una excelente obra de ingeniería, e incluso su temprana fundación, invita a sospechar la existencia de una faceta más profana, vinculada al ocio y a los baños higiénicos, en un lugar donde el suministro de agua fría no es un problema. También la existencia de espacios porticados y de la basilica thermarum, si nuestra interpretación es acertada, permite incluirlo en la categoría de thermae según las clasificaciones de los baños romanos más aceptadas (Nielsen 1990: 3). En cualquier caso, no está claro que existiese en el mundo romano una clara distinción entre ambas facetas, e incluso se valoraban los valores medicinales en las termas comunes (Fagan 1999: 85-103) De la azarosa historia del Balneario en época romana se han detectado tres grandes fases tanto en las excavaciones del jardín, como del patio trasero, siendo algo más compleja la situación dentro del edificio del Balneario. Los materiales cerámicos más antiguos apuntan a inicios del siglo I d.C. como fecha de construcción posiblemente en época de Tiberio-Claudio. El primer momento comprende la mayor parte del edificio, con las estancias mejor pavimentadas, las instalaciones para distribución y uso del agua y las piscinas. Por su posición dentro del conjunto, y por la utilización de elementos arcaicos, como las hornacinas (Nielsen 1990: 67), a esta primera época pertenecerían las tres salas abovedadas de la planta baja del Balneario, así como el espacio porticado con pavimento de opus signinum al que nos referiremos más adelante. En la segunda fase, en el último cuarto del s. I, se produce una profunda reorganización, que implica en las áreas afectadas la elevación de los pavimentos, sin duda a causa del nivel freático y de las crecidas del río, y también la anulación de algunas estancias, detectada en el patio posterior, y la creación de nuevos espacios. El último momento, en el s. III, ve el abandono y desmantelamiento de buena parte de las instalaciones. Por lo que sabemos se mantienen en uso las salas abovedadas y las piscinas, y esto tal vez se pueda interpretar como una continuidad en el aprovechamiento de las propiedades curativas de las aguas, Gonzalo Meijide Cameselle y Francisco Hervés Raigoso | 301


junto a un decaimiento de la esfera higiénica y lúdica del conjunto. Es posible que en este proceso influyera la existencia de baños públicos dentro de la ciudad, y también la amenaza constante de las crecidas del río.

1. Excavando alrededor del Hotel-Balneario En el sector sudoriental se documentaron por primera vez las claves de la evolución de las termas. El elemento más interesante es una estancia porticada, muy afectada por zanjas posteriores, pero con suficientes vestigios para poder imaginar su planta y dimensiones básicas (Fig. 2a). Tiene en toda ella un pavimento de opus signinum, a una cota algo más baja en la parte central. Está constituido por fragmentos de tégula, esquirlas de cuarzo y pequeñas lajas de pizarra; en superficie presenta abundantes restos de mortero de cal. Se conserva parte del estilóbato, hecho de bloques de granito, con huecos para encajar columnas, en un total de nueve en nuestra reconstrucción hipotética. La estancia mediría 12 por 17 m. de lado, con un área de 202 m2. En el frente SE la pared tenía contrafuertes externos, lo que, junto a otros datos arqueológicos, nos permite suponer que no continuaba la edificación. En este estado de cosas se podría plantear ya una pregunta. ¿Cómo era la cubierta?. ¿Era un patio porticado o una sala totalmente techada?. Estas preguntas llevan sin duda a una antigua polémica, todavía viva, sobre la interpretación de espacios similares al nuestro (Yegül 1995: 160). Una opción apunta hacia el patio porticado y permite su identificación con la palaestra. La otra alternativa, que valora la calidad del pavimento propone un espacio cubierto de planta basilical, la basilica thermarum. Las termas lucenses quizás aporten algo de luz sobre este problema. En las canterías que se ha conservado del estilóbato hay huecos para encajar las columnas. En uno de los lados, el menos alterado, tenemos también, casi en la misma posición, pilares de mampostería, que evidentemente se levantaron para sustituir las columnas (Fig. 2b). Esta reestructuración podría deberse a una modificación de la cubierta, para conseguir un espacio cerrado. El cambio de un pórtico perimetral a un techo continuo obligaría a utilizar unos soportes más altos, y esto explicaría la sustitución documentada. Esta remodelación estaría vinculada a la creación de un nuevo espacio porticado, atestiguada por dos pilares y por la anulación de los contrafuertes exteriores. Parece plausible la hipótesis de que la primera palestra se trasformase en una estancia basilical, y al mismo tiempo se construyese otra de mayores dimensiones. En la nueva palestra, a una cota superior, se detectó una superposición de pavimentos, en general con polvo de ladrillo y con gravilla fina o pequeños frag302 | Cinco lustros de trabajos arqueológicos en las termas de Lugo


Fig. 2a. Vista general palestra. Foto autores.

Fig. 2b. Detalle estilóbato con pilastras. Foto autores.

mentos de cuarzo, debida a continuas reparaciones del firme. Las capas de acondicionamiento del terreno fijan una cronología de mediados del siglo I d.C., con la presencia en la camada de preparación de uno de los pavimentos de opus signinum inferiores de un fragmento de TSG perteneciente a un plato Drag. 18 ( 30-80 d.C.). Las posteriores repavimentaciones presentan, en sus camadas de preparación, materiales que oscilan entre el 100-200 d.C. (TSH Drag. 37). En el sector opuesto, el patio posterior, se detectó una secuencia similar, que indica que la reestructuración afectó a todo el conjunto (Fig. 3). Se excavó la parte que se vio afectada por la ampliación del hotel, con una extensión aproximada de 270m2. La intervención ha aportado datos de indudable interés sobre las técnicas de captación y canalización del agua termal y sobre los sistemas de drenaje del edificio, y, lo que es más importante, ha permitido constatar la presencia de un Gonzalo Meijide Cameselle y Francisco Hervés Raigoso | 303


Fig. 3. Excavaciรณn arqueolรณgica del patio norte del Balneario de Lugo. Foto autores.

Fig. 4. Piscina con aras. Foto autores.

304 | Cinco lustros de trabajos arqueolรณgicos en las termas de Lugo


culto vinculado al uso de las aguas, gracias al hallazgo de 14 aras, dedicadas a las Ninfas en los casos en que se conserva el nombre de la divinidad. Lo primero que se abordó fue la demolición de un edificio utilizado como almacén del Balneario, que en parte aprovechaba estructuras murarias de un anterior inmueble, fruto del abandono y posterior acondicionamiento de las estancias del Hospital militar reflejado en el “Plano de la Casa de Baños de la Ciudad de Lugo”, firmado el 30 de junio de 1812 por Pedro Giraldo. Debajo de este ultimo edificio se observó el nivel de abandono del edificio romano, con dos fases constructivas (Fase I - Fase II) en consonancia con los resultados obtenidos en la zona de la palestra, confirmando que la profunda remodelación acaecida en el último cuarto del siglo I d.C. afectó a la totalidad conjunto termal. En líneas generales, las reformas suponen la anulación de algunas estancias y la elevación de los pavimentos. La primera fase no está todavía bien definida. Se detectó lo que puede ser el muro de cierre del edificio en el lado opuesto al río. Más allá no se documentaron niveles o estructuras arquitectónicas, por lo que es muy probable que este muro delimite el conjunto. Esta zona plantea muchos problemas a causa del grado de destrucción provocado por las reedificaciones de época romana y posteriores. Estas, por desgracia, conllevan el desmantelamiento de muros, de los que, con suerte, solo queda la caja de cimentación. Las estructuras detectadas siguen la misma alineación de las salas abovedadas del interior del Hotel, aunque la menor anchura de los muros no soportaría este tipo de cubierta. El elemento alrededor del que se organizaría este espacio era una gran piscina, de la que se excavó una pequeña parte (Fig. 4). Tiene un muro de unos 40 cm de ancho de opus caementicium, con la cara interna recubierta por una delgada capa de cal hidráulica, con tres capas sucesivas de polvo de ladrillo. El suelo está formado por un pavimento de opus signinum de excelente calidad, que en la confluencia con el muro crea una moldura de cuarto de caña, o cordón hidráulico, con el fin de evitar pérdidas de agua por la junta de unión (Fig. 5). Hacia el río el muro se excavó en un tramo de 8 metros, aunque si tenemos en cuenta otros indicios, como las líneas generales del edificio, es muy probable que alcance los 10 metros. En la otra dirección, se documentaron 7 metros, aunque con toda probabilidad podría alcanzar los 15 metros. Su interior aparecía colmatado por un estrato de tierra untuosa de color negruzco que estaba mezclada con diversos materiales, como restos óseos, fragmentos de mármol y numerosas piezas de granito, entre las que destaca la presencia de las mencionadas aras, sobre las que volveremos más adelante. Gonzalo Meijide Cameselle y Francisco Hervés Raigoso | 305


Fig. 5. Detalle piscina. Foto autores.

Entre la piscina y la fachada posterior del Balneario actual, se registró el cierre de una estancia, que sigue la misma alineación que la sala del opus signinum del llamado apodyterium, con la que tal vez no habría solución de continuidad. El suelo, del mismo tipo, mostraba la presencia de una franja perimetral de cantos rodados, de unos 20cm de ancho, que se ensanchaba en uno de los extremos de la habitación. Esta extraña pauta nos llevó a realizar un corte estratigráfico. El pavimento de opus signinum y el de canto rodado se apoyaban en una camada de preparación de opus caementicium, que se extendía por toda la estancia. De extrema compactación y dureza, en ella se observaba en dirección N-S una mayor concentración de fragmentos de tegula, que adoptaba forma de arco ojival, y que presentaba aún mayor dureza. Un corte realizado en este punto, permitió descubrir una canalización abovedada, que albergaba un conducto de madera y un pequeño pozo en opus caementicium de unos 0’40 m de diámetro. El pozo aprovecha agua termal de una surgencia, y también la recibe de una canalización, que la traería de los manantiales que hay cerca del río (Fig. 6). Una vez que esta alcanzase cierta altura, se canalizaría por la estructura abovedada a través de un tronco de madera de unos 17cm de ancho, seccionado por la mitad, con una canaleta interior de apenas 8cm de ancho y 4 cm de alto. Así pues este pozo, con el conocido sistema de sifonaje, tan habitual en las obras hidráulicas romanas, redistribuía el agua termal hacia otras zonas del edificio. Un sistema 306 | Cinco lustros de trabajos arqueológicos en las termas de Lugo


Fig. 6. Canal y pozo de distribución. Foto autores.

similar es el que utiliza la surgencia principal del Balneario. También se conoce otra canalización de madera, que hace de encofrado perdido de la cubierta de hormigón, y que hoy nutre la nueva piscina del Balneario. En esta fase inicial se ha documentado un sistema de canales de drenaje, de enorme importancia para el mantenimiento del edificio, dadas las características topográficas del terreno y la proximidad del cauce del río Miño. Estos eran de pequeñas dimensiones, y se recubrían con cantos de cuarzo para permitir el filtrado y evacuación del agua pluvial, tanto para sanear el suelo como para consolidar las cajas de cimentación de los muros de pizarra. Finalmente, se detectó una gran oquedad, delimitada por diversos pavimentos. Si se trataba de una piscina, cuando se abandonó se desmanteló a fondo, ya que no quedan elementos constructivos. Tampoco se puede descartar que se iniciase la obra de una nueva piscina y luego se abandonase, o que fuesen otros los motivos por los que se hizo esta gran excavación. La segunda fase en este sector supone una ruptura de la concepción espacial, en la que se anulan elementos estructurales y pavimentos, dentro de una reorganización general del edificio. Las nuevas estructuras se sitúan a una cota sensiblemente superior, y entre ellas destaca una sala con terminación en ábside, de la que solo se pudo excavar una parte (Fig. 3). Solo conservaba pequeños retazos del pavimento de tierra batida, con materiales que apuntan a su abandono Gonzalo Meijide Cameselle y Francisco Hervés Raigoso | 307


Fig. 7. Ara dedicada a las ninfas, expuesta en el Balneario de Lugo. Foto autores.

Fig. 8. Ara. Foto autores.

en el siglo III d.C. Hay también indicios de la existencia de un patio alrededor de la piscina, del que se documentó un pequeño tramo del enlosado del pórtico en el exterior de la sala absidal, aunque su desarrollo se pudo seguir gracias a los potentes derrumbes de teja en toda la franja paralela al muro de cierre. Una parte de estas estancias debió de pervivir hasta bien avanzado el siglo V, ya que en la gran piscina, junto a las aras, se recuperaron cerámicas de esta época. Las 14 aras estaban fragmentadas y depositadas en un mismo lugar, lo que permite suponer que su destrucción fue deliberada, así como la inutilización de la piscina (Fig. 4). Es muy probable que este hecho se deba a una reacción religiosa, como se produce en otros lugares del mundo civilizado (Sauer 2003), dirigida en este caso contra las divinidades paganas y las supersticiones populares vinculadas a las aguas medicinales, o tal vez sea, por las fechas, un epifenómeno de la querella priscilianista. Si tenemos en cuenta que solo se excavó una mínima parte de la piscina, y que en el resto se pueden encontrar más vestigios de esta clase, no parece aventurado suponer que en este entorno se encontrase un templo, o si se quiere el lugar donde se guardaban los exvotos. La única divinidad que aparece registrada –en seis casos- son las Ninfas (Herves Raigoso y Meijide Cameselle 2000). Dos casos conservan la fórmula de consagración (V.S.L.M.); cuatro expresan el dedicante, con trianomina romano, pertenecientes a familias de alto rango muy conocidas en la prosopografia romana hispana; uno corresponde a una inscripción votiva oficial, ya que 308 | Cinco lustros de trabajos arqueológicos en las termas de Lugo


contiene la expresión CURA AGENTE, y el resto tiene el campo epigráfico muy incompleto. Las aras tienen fóculos y acróteras de cuidada ejecución, y el texto con letras en capital cuadrada, que en algunos casos conservan restos de pintura. A continuación presentamos una selección de las aras más interesantes por su texto epigráfico: 1. Mitad superior de una ara sin foculus y con acróteras incipientes. El dedicante posee trianomina de rancio abolengo, tal vez con un puesto de nivel en la administración imperial. Por la letra podría ser del Alto-Imperio (Fig. 7). NYMPHIS M (arcvs). VLP(ivs). LON GINIANUS 2. Mitad superior de un ara a las ninfas, con un círculo en relieve. El dedicante con trianomina, parece ciudadano romano. NYMPHIS L (vcivs ). VAL (erivs). M [aximvs] ? 3. Parte superior de un ara, con foculus delimitado por un verdugón cordado, con acróteras. Probablemente un ciudadano romano. El tipo de letra podría llevarnos a los siglos II o III d.C (Fig. 8). M (arcvs) HORTENSIVS [MAXI] MINIANVS 4. Fragmento inferior de una inscripción votiva oficial, a juzgar por el texto CVRA AGENTE. //(EX) VOTO [CVR] A. AGENTE ..[------] GERMANO 5. Mitad superior con fóculo en resalte, entre acróteras bien definidas y prominentes. La lectura del cognomen es dudosa (podría ser también LI[c(inivs)], pero se trataría de un personaje de alto rango, bastante conocido en los estudios prosopográficos. L(vcivs).LARCI(vs) CL(avdianvs ) ?.IO[---] Gonzalo Meijide Cameselle y Francisco Hervés Raigoso | 309


2. El nuevo Plan Director: El límite meridional de las Termas El nuevo Plan Director, aprobado en 2009, implicaba reformas importantes de las instalaciones y servicios del Balneario, que conllevaban nuevas actuaciones arqueológicas. Las obras para el aparcamiento en la entrada principal al Balneario, permitieron detectar lo que sería el cierre del conjunto termal en esta zona (Fig. 9). Nada más retirar el solado del antiguo aparcamiento se observaba un lienzo de un muro de opus caementicium, de considerable envergadura, cuya orientación hacia la esquina izquierda de la actual fachada principal del Hotel-Balneario, en la confluencia con el río Miño, permite concluir que se trata del mismo muro documentado por Covadonga Carreño junto al edificio, y que debe identificarse con el que aparece en el Plano de Giraldo como muro exterior que cierra las termas romanas.

2.1. Excavaciones dentro del Hotel-Balneario El Plan Director también se planteaba ambiciosos objetivos en el interior del Balneario, entre ellos crear una zona arqueológica, permitiendo la comunicación entre ámbitos hasta ahora separados: la capilla y sala adyacente, y la zona conocida como el apodyterium. Pero los objetivos arqueológicos no se limitaban a esto. Se quería averiguar qué había detrás de la pared de la sala de exposición de las aras, donde había un espacio oculto, que sabíamos que estaba, al menos en parte, macizo, y donde las expectativas se dirigían al descubrimiento de la continuación de las arquitecturas romanas. Y el último objetivo era en la sala de máquinas, donde el plano de Giraldo nos permitía imaginar la existencia de un laconicum o de otras estructuras de interés. Los objetivos en gran parte fueron satisfechos, como veremos a continuación. Esta nueva fase se inició en 2013 y la excavación arrancó desde la primera planta, donde está el despacho de la dirección del Balneario. El objetivo era comprobar si se conservaba la otra bóveda romana, de la que hablaban las fuentes, dentro de un espacio totalmente colmatado de materiales y estructuras, desde el nivel de las termas romanas, en el semisótano, hasta la primera planta. La excavación era compleja, por la inusitada potencia de los rellenos, y por el temor de que se pudiese afectar la estructura del edificio actual. Esta aprensión, sin duda, fue demorando en el tiempo una intervención, que todos los que de una u otra forma participamos en la recuperación de las termas romanas, considerábamos fundamental.

310 | Cinco lustros de trabajos arqueológicos en las termas de Lugo


Lo primero que se documentó de interés fue la base de un horno adosado a la Casa del Bañero, según la denominación del plano de Giraldo, una pequeña aira (era) contigua con un solado de grandes chantos (losas clavadas en el terreno) de pizarra y dos escalones de bajada, restos que a día de hoy aún se conservan in situ. En una de las esquinas, ya desmontado el muro de la Casa do Bañero, se constató la bóveda romana original de cubrición de la sala de la capilla de la planta inferior, y se observó el arranque de una imposta o macheta corrida similar a la existente en las otras salas romanas, que indican la existencia de una segunda bóveda destruida, de la que pueden conservarse elementos por debajo de los niveles decimonónicos y del siglo XVIII (Fig. 10). La excavación arqueológica de un pequeño espacio permitió detectar una piscina, de la que únicamente contamos con su delimitación en el lado contrario a las salas abovedadas. Cuenta con tres muros de cierre: a) Muro de lajas de pizarra con trabazón de mortero de cal de excelente calidad entorno a los dos metros de altura hacia el área del horno de la Casa do Bañero, aunque, según nos acercamos al muro del inmueble decimonónico, se encuentra muy rebajado. Presenta mortero hidráulico de impermeabilización en su cara interna, compuesto por minúsculos fragmentos de ladrillo triturado y tamizado con un alto componente de cal, mezclado, presumiblemente, con sales de manganeso o similar. Este muro cierra un espacio pavimentado con opus signinum que presenta una importante inclinación, que, junto a la impermeabilización parece configurar ese espacio de piscinae (Fig. 11). b) Lajas de pizarra de un muro con mortero de cal de muy buena calidad, de unos 48cm de ancho que se encuentra entre el anterior muro descrito de cal y un segundo muro caracterizado por su mortero de arcilla. c) Muro de mampostería de pizarra con mortero de arcilla de color anaranjado de un ancho considerable que se encuentra adosado a uno de los muros de cal. Uno de los objetivos del proyecto general del Balneario, era la apertura de una comunicación entre la sala de la capilla, y espacio adyacente, y las salas abovedadas, conocidas como apodyterium. El desmonte del muro sobre el que se apoyaban las escaleras modernas y posterior creación del pasillo, permitió constatar que las dos salas primeras, las de las hornacinas, responden a una misma configuración y funcionalidad, siendo la estancia actualmente identificada como Capilla y su anexo, un espacio, en época romana, separado por un muro de cierre.

Gonzalo Meijide Cameselle y Francisco Hervés Raigoso | 311


Fig. 9. Muro de

opus caementicium.

Foto autores.

Fig. 10. Horno. Foto autores.

Fig. 11. Piscina casa del baĂąero. Foto autores.

312 | Cinco lustros de trabajos arqueolĂłgicos en las termas de Lugo


Fig. 12. Nueva hornacina. Foto autores.

Fig. 13. Piscina de la sala de mĂĄquinas. Foto autores.

Fig. 14. Piscina circular. Foto autores.

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La intervención arqueológica definió las siguientes estructuras: • Dos muros de mampostería de pizarra en disposición de escuadra que sostiene un antiguo solado de grandes losas de pizarra y canterías de granito correspondientes a las antiguas escaleras decimonónicas que cerraba la intercomunicación entre las distintas salas de esta ala del edificio decimonónico. • Muro de mampostería de pizarra con mortero de cal que se encontraba debajo de uno de los muros decimonónicos, repicado y desmontado parcialmente, que claramente es de filiación romana contra el que se observa una hornacina hasta ahora oculta (Fig. 12). • Suelo de opus signinum que corresponde a la continuación del actualmente visible en las salas contiguas del llamado apodyterium. En definitiva se configuran dos ámbitos espaciales. Uno en torno a la capilla, que por lo que se conserva de revestimiento hidrófugo pudo contener una piscina. El otro, conformado por las salas abovedadas, podría estar en conexión con la zona que veremos a continuación, que en nuestra hipótesis formaría una sudatio, y estructuras de baños ya en ruina, estando reflejados en el referido Plano de Giraldo de 1812 con la letra H (cocina del bañero), G (cuadra que ha servido para enfermos) y Q (ruinas de baños antiguos). Es, sin duda, un espacio complejo en su interpretación arqueológica dado que muestra una profunda reforma constructiva ya desde época romana, además de una reestructuración cuando se acondicionó parte del Balneario como Hospital militar. Esta complejidad de estructuras remodeladas se amplía al extenderse fuera del contenedor del actual Hotel-Balneario el yacimiento romano, puesto que el muro de cierre del edificio decimonónico se asienta sobre parte de la planta de una piscina romana. Bajo el suelo de la antigua sala de máquinas, se detectaron niveles contemporáneos, generados a partir de la época del hospital militar, sobre las estructuras del Balneario romano. Lo más destacable es una piscina delimitada por un muro de mampostería de pizarra, asentado en un zócalo de sillería de granito, ya desmantelado, que presenta una impermeabilización de mortero hidrófugo. Su fondo inicial era de opus signinum, pero, al menos, hemos observado, tres camadas superpuestas, que indican defectos en la impermeabilización. También se detectaron, ya en el exterior del hotel, las improntas de una entrada escalonada, y una nueva piscina adosada, de planta circular, con escalones de mampostería de pizarra encajados en los muros de cierre (Figs. 13 y 14).

314 | Cinco lustros de trabajos arqueológicos en las termas de Lugo


De vuelta al interior, fuera de la piscina, aparecieron distintos vestigios, tal vez interpretables como un hipocausto y bañeras individuales. Es esta zona la de mayor dificultad explicativa, a causa del deterioro de las estructuras, y de lo reducido del espacio, y las profundas modificaciones provocadas por el moderno edificio (Fig. 15).

Conclusiones Desde los años noventa del siglo pasado, la imagen de las termas de Lugo ha variado de forma substancial. Paso a paso, y año tras año, nos adentramos en un cada vez más amplio y complejo conjunto termal. Al poco de la fundación de la ciudad, se desarrolla en la orilla del Miño, una gran obra de ingeniería romana, en la que el hormigón, y en menor medida la madera, sirven de sostén y cimientos, en terrenos fangosos, de un conjunto instalaciones levantadas para aprovechar las surgencias de agua caliente. El actual Balneario, en edificio e instalaciones, no alcanza la extensión de las termas romanas. Sorprende su entidad en un momento tan temprano, aunque quizás no tanto, si consideramos que los baños públicos en esta época son uno de los componentes esenciales del modo de vida romano. Los datos que se van recuperando forman parte de un puzle en el que faltan muchas piezas. En la zona más cercana al río es difícil que se pueda investigar, al estar ocupada por las instalaciones modernas, por lo que cerca de la mitad o más de las termas permanecerá en la oscuridad. Además las cimentaciones y canalizaciones del edificio actual y decimonónico fragmentaron de forma irreversible el registro arqueológico. Es posible que nunca sepamos con certeza cuales son las piscinas de agua fría, templada y caliente, y tampoco si había baños de vapor. Pero aun así tenemos una imagen más completa, de un gran conjunto termal, con palestra, y un buen número de instalaciones balnearias, donde en su origen convivían, seguramente, la vertiente medicinal con la higiénica y lúdica.

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Fig. 15. Plano de todas las intervenciones arqueológicas. Plano: Francisco Hervés -Arqueoconsultingsobre plano del edificio actual de Crecenteasociados +gAU.

Arqueólogos: Fco. M. Hervés Raigoso Promotor: Balneario y Termas de Lugo, S.L. Memoria: Excavación arqueológica en área “Hotel-Balneario de Lugo” (Lugo) Designación plano: Planta de la intervención Escalas 1:500

Fecha

Febrero 2014

Plano 7

Hoja plano 7.1

316 | Cinco lustros de trabajos arqueológicos en las termas de Lugo


Gonzalo Meijide Cameselle y Francisco HervĂŠs Raigoso | 317


FotografĂ­a de tres de las aras votivas localizadas, musealizadas dentro del Balneario. Foto Balneario de Lugo.



III. El Balneario romano a la luz de la arqueología

El sistema romano de captación, distribución y uso

del agua minero-medicinal en el Balneario de Lugo Silvia González Soutelo

Investigadora Torres Quevedo del MINECO-Crecenteasociados y GEAAT, UVigo

Luis de Ramón Sánchez Geólogo en Geotecnia y Cimientos S.A. (GEOCISA)

320 | Las aguas del balneario


Resumen

Las aguas son el elemento esencial de todo balneario y son el factor fundamental que justifica su ubicación en un espacio concreto, a pesar de las dificultades constructivas que pueda presentar en ocasiones. En ese sentido, el sistema de captación y distribución del agua en el Balneario de Lugo muestra un doble valor: la singular construcción que presenta y su antigüedad, manteniéndose la estructura original de época romana como principal eje del sistema hidráulico de este complejo al menos hasta principios del s. XXI, momento en el que se ha sustituido prácticamente por nuevos sondeos de captación. Por lo tanto, en este artículo presentaremos una breve revisión de su realidad arqueológica e hidrogeológica, para intentar comprender mejor su naturaleza constructiva y funcional.

Introducción

Sin duda, uno de los aspectos esenciales en la caracterización de los complejos termales romanos en los que se emplearon aguas mineromedicinales, reside principalmente en la complejidad de adaptar las instalaciones del edificio de baños al enclave geográfico y al espacio físico en el que mana un determinado manantial que, por su composición y por su temperatura, además de por razones estratégicas y tradicionales, fue seleccionado para su explotación. La realidad hidrogeológica en la que surgen los manantiales de aguas mineromedicinales y termales condiciona directamente, tanto en la actualidad como en el mundo romano (y posiblemente con anterioridad), las soluciones constructivas para conseguir la separación y aislamiento de las surgencias de otras tipologías de aguas (freáticas o superficiales), que pudiesen modificar sus cualidades y condiciones físicas, químicas o microbiológicas, así como afectar a la cantidad de un bien tan preciado. Justamente es el punto de surgencia el que ha determinado y establecido tradicionalmente el lugar preciso en el que se crea un balneario, puesto que el correcto aprovechamiento de estas aguas aconsejaba su uso en las inmediaciones del manantial, fundamentalmente para captar al máximo las propiedades salutíferas atribuidas. Silvia González Soutelo y Luis de Ramón Sánchez | 321


Sondeo 1 (investigación, sellado) (41,3ºC)

Fuente (14,9ºC)

Sondeo 2 (42,1ºC)

Surgencia en el lecho del río. (>35ºC)

Sondeo 3 (44,2ºC)

Surgencia detectada y luego excavada (35,2ºC)

Piscina (40ºC) Captación romana

Poceta romana

Surgencia ¿captación romana?

Sondeo 4 (28,4ºC)

Captaciones centrales

Captación y aljibe romano Captación principal romana (43,8ºC)

Fig. 1. Plano de situación de los manantiales y captaciones conocidas.

La reutilización de estas aguas en siglos sucesivos ha provocado que en muchas ocasiones estas captaciones de época romana hayan sido reformadas o, en el peor de los casos, destruidas, ante el interés por crear nuevas infraestructuras para la explotación de este recurso. Sólo en lugares excepcionales como el del Balneario de Lugo contamos con ejemplos que han perdurado de ese sistema hidráulico, en el que podemos analizar la complejidad y perfección del sistema romano para la captación y distribución del agua mineromedicinal y termal, dado el excelente estado de conservación que presenta y su continua utilización hasta prácticamente la actualidad como principal infraestructura para abastecer de agua al complejo de baños.

322 | El sistema romano de captación, distribución y uso del agua minero-medicinal


1. El sistema de captación romano del Balneario de Lugo Incluso en la actualidad, no se conoce con certeza el número de surgencias de aguas mineromedicinales que emergen en el entorno del Balneario romano de Lugo, debido a la urbanización del lugar, a las captaciones y derivaciones ocultas que pueda haber y a la presencia del propio río Miño y sus materiales aluvionales de cubrición. Se tiene constancia por los diferentes autores que analizaron este complejo, de la existencia de un cierto número de manantiales que progresivamente se han ido descubriendo y que manan a diferentes temperaturas y con diversos caudales. A esto habría que añadir las descargas invisibles, por ejemplo, en el caso de las que están en el propio cauce o bajo los aluviones del río o materiales de alteración cuaternaria, con drenaje oculto al río. De acuerdo con los datos existentes, actualmente hay identificados varios puntos de surgencia termal, tres en el interior del edificio, de origen romano, y otros tres en el exterior sin uso alguno (uno en el propio cauce del río Miño). También hay referencias a otro punto en el interior del edificio (cerca de la capilla) y otro en el exterior, probablemente romano, si bien este último se desconoce si era una surgencia o simplemente una arqueta de regulación. Además se han realizado otros tres sondeos modernos de explotación, construidos en el año 2003 por GEOCISA, que son los que actualmente abastecen al Balneario, además de un sondeo de investigación posteriormente sellado, por lo que el número de puntos termales conocidos a fecha actual rondaría la docena (Fig. 1). Centrados en las captaciones romanas del interior del Balneario, en el actual patio que organiza todo el edificio de baños, se localiza la captación principal del establecimiento, identificada ya desde antiguo como construcción de época romana. Todo este espacio interior presenta una compleja sucesión de reformas, en donde, además del estanque de época romana que sirve en la actualidad como aljibe de reparto de agua bajo la actual fuente y pirámide de cristal, se documentan distintos estanques y piscinas de época moderna, que se encuentran bajo el pavimento de este patio (Fig. 2). Fue en 1896 cuando el doctor Varela y Puga (1896; 1897) comprobó por primera vez, durante la limpieza y vaciado del pozo principal romano, que lo que se creía era la surgencia del manantial principal del establecimiento era en realidad parte de un complejo sistema de captación y distribución de dos surgencias que abastecían de agua a las instalaciones del complejo. Dicho pozo, como describiría el Dr. Varela (memoria manuscrita de 1897), consistía en una estructura con paredes y suelo de opus caementicium en la que Silvia González Soutelo y Luis de Ramón Sánchez | 323


Fig. 2. Planta del edificio actual con los restos arqueolรณgicos identificados, con las arquetas romanas identificadas con la letra W.

324 | El sistema romano de captaciรณn, distribuciรณn y uso del agua minero-medicinal


se apreciaban dos escotaduras o canalizaciones por las que se vertía, a diferente altura, dos corrientes de agua que llenarían este pozo. Lo más significativo de ese fenómeno habría sido comprobar que, otros puntos del complejo en los que también manaba el agua y que habían sido considerados como diferentes manantiales del Balneario, se verían igualmente afectados por las variaciones del caudal de este pozo principal, evidenciándose por primera vez la existencia de comunicación hidráulica entre los puntos de surgencia distribuidos por todo el establecimiento1. El sistema de captación del Balneario fue citado posteriormente por otros autores y finalmente, ya a finales del s. XX, con la reforma y renovación del Balneario, se realizaron estudios hidrogeológicos durante la década de los 90 del s. XX para conocer el punto de nacimiento del manantial o manantiales originales, que derivaron en resultados poco significativos. Posteriormente, para incrementar y proteger mejor el caudal y la calidad del agua del Balneario, en el año 2003 se realizarían nuevas captaciones mediante la perforación de sondeos fuera ya del establecimiento, tras un estudio hidrogeológico específico que realizó GEOCISA en 2002. En cualquier caso, este sistema hidráulico romano no había sido estudiado en detalle con anterioridad desde un punto de vista arqueológico. Siendo conscientes de su interés, entre los años 2012 y 2013 hicimos una breve revisión del conjunto para conocer la naturaleza de la arqueta distribuidora principal y del pozo-pileta de almacenamiento correspondientes a la captación original romana2. Con los datos recogidos en esa primera aproximación, retomamos el tema ampliando la percepción desde la perspectiva de la hidrogeología.

1.1. Descripción de las estructuras hidráulicas romanas conocidas Al revisar las partes del Balneario romano que se han ido descubriendo, se aprecia como el edificio actual se encuentra asentado directamente sobre el establecimiento romano que, al igual que en la actualidad, tenía en el río Miño uno de los principales peligros a la hora de explotar las aguas y de mantener la integridad de las instalaciones. Así, en el espacio central del conjunto 1 Sin embargo, sus observaciones no le llevaron a definir correctamente la razón hiarqueológico se aprecia una base general dráulica de dichas intercomunicaciones, ya que como se detallará posteriormente, no es de opus caementicium a modo de losa de necesario que exista una conexión artificial cimentación y protección, con grosor entre entre puntos de captación. 1,5-3m (conservando en algunos sectores 2 Estudio que fue publicado en González Soutelo 2014. con una capa superior de opus signinum). Silvia González Soutelo y Luis de Ramón Sánchez | 325


Bajo esta losa de opus caementicium se conserva parte de la infraestructura de captación, almacenamiento y distribución de las aguas termales. De este conjunto, en el patio central del edificio moderno, conocemos dos de sus principales espacios: la considerada arqueta principal, que presenta actualmente un brocal de mármol y una fuente de la que se toma el agua para su uso en bebida (Fig. 3); y a escasos metros, bajo la estructura piramidal de cristal situado en el centro de la sala, se identifica un rebaje descubierto en el opus caementicium que cuenta en su centro con una poceta de planta cuadrada por donde mana el agua desde su fondo principalmente. Gracias al bombeo realizado para el vaciado de estas dos estructuras, se pudo proceder a su descripción así como a la comprobación de sus principales características (Fig. 4): a) Arqueta o pozo principal. La estructura presenta forma de cilindro, con una sección de 0,8 x 0,78m y una profundidad máxima de 3,6m desde el pavimento actual, creada probablemente a partir de un sistema de encofrado en madera enmarcado por una camada de opus caementicium muy grueso y totalmente aislante, con un característico color negro-grisáceo. Desde el fondo, a 1,8m de altura, el muro del pozo aparece reforzado con dos bloques ovalados de granito en forma de brocal de unos 43cm de alto cada uno, que podría tratarse de una reforma posterior, ampliada por un muro de mortero de alzado recto hasta la base del actual brocal del pozo. En su interior se identifican dos conducciones de traída de agua hacia esta arqueta: - La inferior se encuentra a unos 15cm del fondo, lado NE abierta en el cemento romano con una caja de aproximadamente 20 x 22cm, por la que mana constantemente agua termal con el rebajamiento por bombeo aplicado. En el interior de dicho canal se reconocen todavía los restos de la base de la conducción de madera3 con 12cm de ancho interior que, debido a la fuerte mineralización del agua minero-medicinal que conduce, ha quedado parcialmente fosilizada. Dicho canal presenta en horizontal una profundidad aproximada de 60-70cm antes de torcer en ángulo recto hacia el lado E, con una longitud que no hemos podido verificar. - La conducción superior, situada aproximadamente a 1,50m del fondo del pozo 3 Madera identificada como Quercus sp. cay en posición diametralmente opuesta ducifolio (roble) o Castanea sativa (castaño), sin que se pueda llegar a precisar por lo a la conducción anterior (en el lado S), reducido de la muestra (ver artículo de M. Seijo en este volumen). presenta características constructivas si326 | El sistema romano de captación, distribución y uso del agua minero-medicinal


milares, aunque en este caso, muestra unas dimensiones inferiores (14 x 12cm aprox.) y no conserva restos de la madera del canal. Proporciona un caudal de agua termal constante y abundante que abastece a la arqueta, cuya procedencia desconocemos, ya que dicho canal presenta una profundidad en horizontal de aproximadamente 40-50cm antes de hacer un nuevo quiebro en ángulo recto hacia el lado W, para continuar con una longitud indefinida. b) La estructura próxima, identificada como estanque bajo la pirámide de cristal y la fuente monumental, se encuentra a escasa distancia de la arqueta principal, del orden de medio metro (Fig. 5). Se trata de un espacio de aproximadamente 2,2 x 1,85m situado a aproximadamente 1,15m de profundidad del suelo actual, construido en el mismo opus caementicium grueso antes mencionado. Este espacio aparece inundado de agua termal que mana posiblemente por el fondo de un pequeño pozo central prácticamente cuadrado en planta (40 x 44cm) y con 1,7m de profundidad. Revisando con detalle la superficie de las paredes de dicho pozo se identifica el negativo del encofrado de madera utilizado para su construcción. De la boca de ese pozo parte una conducción muy alterada, rebajada en el mortero, de 9cm de ancho y 60cm de largo, visible en dirección N. Durante las labores de bombeo de la arqueta principal se pudo comprobar que este espacio está hidráulicamente condicionado por dicha arqueta, ya que, al bombear el volumen de agua de esa estructura, descendió también el agua de este espacio contiguo hasta la altura de su poceta central. En otras zonas del Balneario se han localizado estructuras de captación y transporte de agua termal que podrían estar conectadas con este sistema. Así se constatan diversas surgencias y pequeños pozos distribuidores de menores dimensiones tanto en la zona de la piscina actual de tratamientos, como en el patio de servicio del Balneario, pozo que fue identificado en las actuaciones arqueológicas realizadas a finales del s. XX (Hervés y Meijide 2000: 218). En este último caso se localizó una pequeña arqueta de agua termal realizada igualmente en el opus camenticium de cimentación del Balneario romano, con un diámetro aproximado de 40cm (Fig. 6). Dicha arqueta, muy alterada, aprovecharía una surgencia termal en este punto y estaría conectada con dos canalizaciones 4 La canalización superior aparece descrita realizadas con troncos de madera4, insertos como un canal realizado en tronco de maen el opus caementicium. La canalización dera, de unos 17cm de ancho, seccionado por la mitad, con una canaleta interior de inferior, a juzgar por su inclinación y orienapenas 8cm de ancho y 4cm de alto (Meijide y Hervés 2000: 218). tación, conduciría hasta este punto agua Silvia González Soutelo y Luis de Ramón Sánchez | 327


Fig. 3. Fotografía del periódico El Progreso (Lugo, domingo 29/08/1954), donde el propietario en aquel momento, D. Ramón Neira, muestra al periodista F. Rivera Manso la arqueta o pozo romano principal.

Fig. 4. Representación esquemática en 3D de las dos principales estructuras de captación y distribución del agua en el subsuelo del patio central del Balneario. Elaboración propia. 328 | El sistema romano de captación, distribución y uso del agua minero-medicinal


Fig. 5. Estructura romana (W2 y P1) bajo la fuente y pirámide de cristal en el patio central. Foto Balneario de Lugo.

Fig. 6. Pozo-arqueta distribuidora (W3) situada en el patio exterior de servicio del Balneario. Foto Fr. Hervés y Balneario de Lugo.

Silvia González Soutelo y Luis de Ramón Sánchez | 329


termal procedente de las surgencias existentes en las márgenes del río Miño; mientras que la superior, permitiría conducir el agua captada en esta arqueta hacia el resto del edificio romano (Meijide y Hervés 2000: 218). Otra posibilidad no descartable en opinión de los autores sería la de derivar agua fría del río al Balneario, para rebajar la temperatura del agua en determinados usos.

1.2. Funcionamiento hidráulico del sistema y aprovechamiento mediante las captaciones romanas La descarga termal del Balneario de Lugo, si bien a amplia escala está concentrada en el propio edificio, en el detalle como ya se ha indicado, está diseminada en varios puntos asociados a la presencia de fallas y a zonas en las que el granito, roca en la que se aloja el acuífero termal, aparece más superficial y con menos montera de esquistos confinantes, convirtiéndose éstas en puntos naturales de descarga por su menor dificultad al ascenso de los profundos y presurizados flujos hidrotermales5. Ello da lugar a una dispersión de surgencias y captaciones localizadas en un círculo de diámetro superior a los 100m, todas en conexión hidráulica entre sí y con las aguas del entorno (río y aguas freáticas asociadas), en las que cualquier variación contextual de los equilibrios de presión hidrostática, por ejemplo una subida en el nivel del agua del río o la acción por bombeo en un punto de esta red termal, muestra su consiguiente reacción, con respuestas más o menos rápidas dependiendo de la cercanía o la magnitud de la acción aplicada. Esta correlación hidrostática entre la hidráulica superficial y la hidrogeología termal y freática no pasó desapercibida a los romanos, de modo que construyeron un sistema de captación basado en principios elementales de la optimización y protección del recurso hidrotermal, teniendo muy en cuenta la presencia y relación entre ambas aguas. De este modo su sistema de explotación se basó en la concentración de caudales termales y en el aislamiento de las aguas, mediante la mencionada losa de opus caementicium. Una obra de ingeniería que en nuestra opinión cumpliría una triple función: la de elevar la cota general del edificio de baños para evitar inundaciones dada su cercanía al río, para que no quedara sistemáticamente arrasado por las periódicas crecidas del Miño, que hoy día siguen aún produciéndose y padeciéndose; la de proteger, previamente aislando y agrupando, las surgencias de las aguas minerales-termales, cubriendo después el sistema hidráulico concebi5 Véase el artículo de L. de Ramón en este volumen. do para el conjunto de los baños, evitando 330 | El sistema romano de captación, distribución y uso del agua minero-medicinal


asimismo, la pérdida de temperatura o cualidades de los manantiales ante la posible mezcla con aguas freáticas; y la de optimizar y mejorar la explotación de las aguas termales, ya que sólo se dejaron libres las vías de salida elegidas del conjunto de descargas hidrotermales, reforzando estas rutas de descarga termal al sellar con la losa otras más difusas, más vulnerables o de menor potencialidad hidráulica6. La figura adjunta muestra un corte esquemático de las dos infraestructuras romanas de captación y almacenamiento principal, en la sala central del Balneario (Fig. 7). Si bien hay información deducida o supuesta en lo relativo al corte del terreno y a las potencias de las distintas capas, en particular la de opus caementicium, la figura mostrada sirve para entender la interrelación hidrogeológica entre las captaciones romanas y sus distintos puntos o zonas de surgencia, sin que tengan que estar físicamente conectadas como tradicionalmente se había supuesto desde 6 Similar configuración se identifica por ejemplo en el enclave termal de Plombièreslas primeras observaciones del Dr. Varela, les-Bains (Francia), fuertemente amenazado por el curso antiguo del río Augronne. cuando bombeando en el pozo principal se Esa proeza técnica aparece descrita de la siinducía un descenso determinado (menor) guiente manera: “(Los romanos) excavaron el fondo del valle hasta el granito y echaron en la captación contigua. sobre la zona de emergencia de las fuentes En efecto, las captaciones de esos maun inmenso fondo de cemento de 3m de espesor en el que se prepararon un tipo de nantiales están hidrogeológicamente copozos allí donde salían las aguas, al igual que todo un sistema de distribución y evacuanectados a través de la red de fracturación ción. Sobre este suelo artificial, edificaron con circulación hidrotermal, de modo que sus construcciones balnearias” (traducción propia, a partir de Schneider 1974: 199). el bombeo en la captación principal genera Otros ejemplos podrían ser: Évaux-lesun cono de descenso que afecta a los equiBains o Bourbonne-les-Bains, entre otros. librios piezométricos de todos los puntos 7 En los ensayos de bombeo realizados en los sondeos exteriores, en el año 2003, se termales situados dentro de dicho cono de observaron descensos en los manantiales afección, produciendo un descenso inverromanos a pesar de la distancia que había, sin que hubiese más comunicación entre samente proporcional a la distancia, aunpuntos que las fracturas del sistema hidro7 que no lineal . termal profundo en el sustrato granítico.

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Fig. 7. Sección esquemática de las captaciones principales y relación hidráulica entre ambas. Elaboración propia.

332 | El sistema romano de captación, distribución y uso del agua minero-medicinal


1.3. Sistema constructivo de las captaciones romanas Se piensa que el método constructivo de estas captaciones y posteriores redes de distribución de agua estaba basado en el uso de encofrados de madera, fundamentalmente de castaño o roble (que aún se conservan parcialmente –ver M. Seijo en este volumen–)8, y la cubrición o recrecido de la zona mediante disposición de camadas de cal y canto romano protectoras, hasta constituir la losa general de opus caementicium que se identifica en el edificio. Lo más sencillo sería, desde la interpretación arqueológica y geológica, pensar que primeramente se debió hacer un saneo de la zona, retirando los aluviones y suelos edáficos, hasta descubrir en la medida de lo posible el techo de la roca más o menos sana, con profundidades variables dependiendo del estado de meteorización de la misma o de su naturaleza granítica o esquistosa y por tanto, de su dureza. De ahí que esa superficie antigua de excavación debió ser irregular. En las zonas de fractura y de surgencia termal, se debió ahondar algo más la excavación a modo de zanjas o trincheras de longitud desconocida, aprovechando la mayor excavabilidad del terreno dada la meteorización de la roca fallada, limpiando en la medida de lo posible las fallas y fisuras por las que manaban las aguas termales. Los conductos horizontales seguirían las trazas de las fracturas termales, razón por la cual se piensa que presentarán desarrollos rectilíneos aunque con los quiebros de cambio de falla, cuando se produzcan. Los pozos o pocetas verticales se profundizarían en la dimensión vertical de la falla hasta donde se hubiese podido. Esto no quita que en algún caso también se hayan captado manantiales puntuales, que a través de estos conductos horizontales en este caso ciegos, fueron dirigidos a la correspondiente arqueta colectora. O que los conductos tengan una parte filtrante en su base cuando hay aporte de agua termal y otra ciega donde no lo haya. Así y una vez “desnudada” la roca de suelos y materiales sueltos o meteorizados, se comenzarían a construir los conductos o drenajes horizontales, con perímetros semipermeables (en su base) o ciegos en su totalidad, según capten o conduzcan aguas termales, así como los pozos de producción o recogida del agua termal, utilizando igualmente los mencionados encofrados de madera. Estos moldes servirían para mantener las 8 Material analizado por M. Seijo (Gonzáestructuras hidráulicas libres y protegidas lez Soutelo 2014: 195, nota 16), a los que antes de ir vertiendo en sucesivas tongadas habría que unir otras evidencias de madera de construcción (de roble y fresco) vincuel opus caementicium, hasta llegar a la cota lada a otras salas (ver fichas de M. Seijo en este volumen). superior terminal de la losa. Silvia González Soutelo y Luis de Ramón Sánchez | 333


2. Consideraciones finales Como hemos visto, en el Balneario de Lugo nos encontramos ante un singular sistema romano de captación y distribución del agua minero-medicinal todavía vigente aunque en uso testimonial, lo que muestra la calidad constructiva de esta infraestructura y la importancia que tuvo la realización de una correcta captación y repartición del agua entre los diferentes puntos de uso y disfrute dentro del complejo. Por las evidencias constatadas y por la infraestructura existente sabemos que los objetivos de explotación romana se resolvieron con la construcción de un sistema de captación semiprofundo, buscando optimizar y proteger el recurso hidrotermal dada la vulnerabilidad que conlleva la ubicación del complejo de los baños situado en la cara erosiva de un meandro del Miño. La explotación estaba basada en una solución de pozos someros complementados con un desarrollo horizontal subterráneo de drenes o galerías a diferentes profundidades, buscando la concentración del agua manada por fracturas, todo ello hábilmente protegido por una gruesa losa de opus caementicium, aún reconocible en buena parte de la zona central del actual Balneario, que mantenía a salvo la infraestructura de los avatares inducidos por el río Miño, con sus crecidas periódicas. El llamado pozo principal es un buen ejemplo de esta ingeniería hidráulica romana, una captación ajustada a las necesidades y posibilidades de la época. Profundizar verticalmente en el substrato granítico sano y por tanto duro como se ha hecho actualmente hubiese sido mucho más complejo o prácticamente imposible con los medios disponibles. No conocemos variaciones en estas infraestructuras, por lo que es probable que esta organización hidráulica se mantuviese activa sin reformas hasta el momento de abandono parcial del complejo en época romana (posiblemente hacia el s. IV-V d.C.), manteniendo su funcionamiento hasta el momento actual.

334 | El sistema romano de captación, distribución y uso del agua minero-medicinal


La oportunidad de estudio que proporciona el Balneario romano de Lugo evidencia, sin duda, el interés por documentar la realidad constructiva de este tipo de sistemas hidráulicos, dados los pocos ejemplos que han podido ser analizados en detalle. Asimismo, es un excepcional ejemplo del interés por un correcto uso de estas aguas ya en época romana, puesto que pese a las dificultades técnicas y constructivas de la captación de estos manantiales, en función de los condicionantes geológicos, topográficos e intrínsecos de cada tipo de agua (mineromedicinal y termal), se realizaron trabajos constructivos de gran precisión y durabilidad que han permitido que hasta la actualidad hayamos podido disfrutar de las cualidades de este extraordinario recurso. Queda pendiente en un futuro realizar una investigación más detallada desde el punto de vista hidrológico, en la que se pueda evaluar mejor la interrelación entre puntos de surgencia, con control de descensos por bombeo en toda la red termal o con la inspección de cámaras robotizadas en los drenes y conductos de aporte horizontal, entre otras técnicas de estudio.

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Fotografía coloreada de la arqueta y la estructura romana de opus caementicium (P1 y W2) situada bajo la pirámide de cristal. Foto: S. González Soutelo.



III. El Balneario romano a la luz de la arqueología

Elementos de madera recuperados en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas María Martín-Seijo

Investigadora post-doctoral Plan I2C-A. Grupo de Estudos para a Prehistoria do NW Ibérico. Arqueoloxía, Antigüidade e Territorio. Departamento de Historia I, Universidade de Santiago de Compostela

338 | Las aguas del balneario


Resumen La preservación de madera en establecimientos termales de época romana es relativamente frecuente ya que la presencia constante de agua en pozos de captación, piscinas y canalizaciones favorece la conservación de este tipo de materiales orgánicos. Debido a su carácter perecedero la madera suele degradarse rápidamente en los contextos arqueológicos a no ser que se den unas condiciones determinadas. El tipo de preservación más habitual es por carbonización, pero en determinados ambientes con un nivel freático elevado y constante, aunque la madera puede conservarse por saturación de agua o humedad. En estos casos es posible recuperar elementos que suelen desaparecer en otro tipo de contextos, por ejemplo, en piezas manufacturadas en madera. Este tipo de elementos de madera con evidencias de manufactura aportan una valiosa información sobre el uso de las diferentes especies, las técnicas de carpintería e incluso sobre la arquitectura de las edificaciones. Sin embargo, y a pesar de que en los establecimientos balnearios romanos en los que se han preservado restos in situ suele recuperarse este tipo de evidencias, continúa siendo infrecuente su estudio sistemático, de ahí la importancia de estos fragmentos de madera recuperados en el Balneario de Lugo que a continuación se describen de forma individualizada.

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Muestra 1 Objeto: Canalización Materia/soporte: Roble/Castaño (Quercus/Castanea). Madera. Procedencia: Balneario de Lugo. Pozo-arqueta Lugar de hallazgo: Pozo-arqueta Fecha de hallazgo: 2012 Código: LAB-000 Lugar de depósito: Facultade de Xeografía e Historia-USC Lugar de depósito: Facultade de Xeografía e Historia-USC

Descripción: El fragmento de madera de la muestra LAB000 recuperado en el interior del pozo-arqueta era de pequeñas dimensiones, por lo que no fue posible llegar a distinguir si se trataba de madera de roble (Quercus sp. caducifolio) o castaño (Castanea sativa). Ambos géneros se diferencian entre otras características por la presencia en el género Quercus de grandes radios multiseriados que están ausentes en el género Castanea1. El pequeño tamaño de la muestra impidió la observación de la curvatura de los anillos de crecimiento y de otros atributos dendrológicos, aunque sí se pudieron observar en el interior de los vasos del leño inicial tílides, lo que indica que el fragmento analizado se correspondería con el duramen del leño. Esta muestra formaba parte de la canalización inferior del pozo-arqueta situado en el patio central del Balneario que se desprendió durante las labores de mantenimiento de esa instalación. Por lo tanto, se correspondería con el sistema creado en época romana para la conducción y distribución del agua mineromedicinal a través del edificio y, por lo tanto, sería oportuna la consideración de que perteneciese al primer momento del Balneario, fundado con probabilidad en la primera mitad del s. I d.C. (periodo Julio-Claudio). Sin embargo, dado el reducido tamaño de la muestra, no ha sido posible realizar una datación de C14 que permitiese concretar esa datación. 1 Schweingruber, F.H. 1990: Anatomie europäischer Höolzer, Bern und Stuttgart, Haupt.

340 | Elementos de madera recuperados en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas


Muestra 2 Descripción: El fragmento de madera de roble (Quercus sp. caducifolio) fue preservado por saturación de agua. Se corresponde con una pieza extraída de un tronco, y en el corte transversal del leño son observables los anillos anuales que presentan curvaturas fuertes y moderadas. Los vasos del leño inicial están rellenos de tílides por lo que los fragmentos estudiados se corresponderían con el duramen del tronco. Estas dos características dendrológicas, la curvatura y la presencia de tílides, apuntan a que se trataría de la parte interna del tronco. Ambos fragmentos conservan en parte la superficie externa original por lo que se pudo registrar el tipo de extracción de esta pieza a partir del soporte, que se hizo a partir de un corte longitudinal y con una sección cuadrangular. En el caso de la muestra LAB-001 la utilización de madera de roble para confeccionar una estaca o un pequeño poste puede estar relacionada con las cualidades de esta especie: dureza, solidez y resistencia a la putrefacción2. La madera de roble era muy apreciada en la construcción romana3 y se usaba de forma preferente en la elaboración de elementos constructivos vinculados a instalaciones termales tal y como ha sido documentado en Aquae Flaviae (ver nota 5).

Objeto: Estaca o poste Materia/soporte: Roble (Quercus sp. caducifolio). Madera. Procedencia: Balneario de Lugo. Piscina (P3). Lugar de hallazgo: Piscina excavada en la “Sala de las estufas”. Fecha de hallazgo: 2015 Código: LAB-001-001 y LAB-001-002 Lugar de depósito: Facultade de Xeografía e Historia-USC

2 López, G. 2002: Guía de los árboles y arbustos de la Península Ibérica y Baleares, Madrid. 3 Adam, J.-P. 1989: La construcción romana. Materiales y técnicas, León; Ulrich, R.B. 2007: Roman Woodworking, Londres.

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Muestra 3 Objeto: Indeterminado Materia/soporte: Fresno (Fraxinus sp.). Madera. Procedencia: Balneario de Lugo. Piscina (P3). Lugar de hallazgo: Piscina excavada en la “Sala de estufas”. Fecha de hallazgo: 2015 Código: LAB-002 Lugar de depósito: Facultade de Xeografía e Historia-USC

Descripción: Fragmento de madera de fresno (Fraxinus sp.) preservado por saturación de agua y recuperado en su posición de uso. Se corresponde con una pieza extraída de un tronco, y en el corte transversal del leño son observables los anillos anuales que presentan curvatura moderada. Los vasos del leño inicial están rellenos de tílides por lo que los fragmentos estudiados se corresponderían con el duramen del tronco. Al tratarse de un fragmento pequeño de la pieza original no pudo ser registrado el tipo de extracción de la pieza a partir del soporte. Este pequeño fragmento de la muestra LAB-002 es especialmente interesante porque fue recuperado en su posición original. Así se corresponde con un fragmento de una viga o tablero de 10cm de alto y 20 de ancho que se localiza bajo la pared sur de la piscina (P3), posiblemente correspondiente a la fase de reforma de este espacio, en un momento por el momento indeterminado. La madera de fresno es apreciada por su resistencia, elasticidad y facilidad para ser trabajada4. Su presencia formando parte de elementos estructurales fue identificada también entre las maderas recuperadas en las instalaciones termales de Aquae Flaviae5.

4 López, G. 2002: Guía de los árboles y arbustos de la Península Ibérica y Baleares, Madrid; Ulrich R.B. 2007: Roman Woodworking, London. 5 Vaz, F.C., Martín-Seijo, M., Carneiro, S. y Tereso, J.P. 2015: “Waterlogged plant remains from the Roman healing spa of Aquae Flaviae (Chaves, Portugal): Utilitarian objects, timber, fruits and seeds”, Quaternary International, 10.1016/j.quaint.2015.09.063.

342 | Elementos de madera recuperados en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas


Muestra 3. LAB-002. Imagen obtenida en la lupa binocular del corte transversal del fragmento. Se observan los numerosos anillos anuales preservados cuyo inicio está marcado por los vasos de primavera. Foto autor.

Muestra 2. LAB-001-001. Imagen obtenida en la lupa binocular del corte transversal del fragmento. Se observan en la zona superior los vasos de leño de primavera y a su derecha los radios multiseriados. Foto autor.

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Fotografía del interior de la sala abovedada (S1) antes de la actuación arqueológica de 1984. Archivo Juan José Vivancos. AHPL, 01-07-02.



III. El Balneario romano a la luz de la arqueologĂ­a

Materiales arqueolĂłgicos en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas VV.AA.

346 | Elementos de madera recuperados en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas


Resumen Las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en el Balneario de Lugo a lo largo de las últimas décadas, no solo han permitido identificar nuevas estructuras y partes del complejo romano que se desconocían, sino que nos han surtido de una cultura material que testimonia, por una parte la ocupación del Balneario a lo largo de dos mil años, y por otra, nos nutre de información sobre aspectos sociales, económicos, culturales y religiosos que enriquecen sin duda el discurso sobre las personas que construyeron, conocieron y disfrutaron de este Balneario. Presentamos así una breve, pero representativa muestra de algunos de los materiales arqueológicos más representativos, a la espera de que finalice el proceso de tratamiento y estudio de muchas de las piezas localizadas, con la ilusión de que en breve puedan formar parte de la muestra expositiva de la historia de este rincón del Lugo romano.

Introducción Durante estos más de 30 años de intervenciones arqueológicas en el Balneario de Lugo, muchos han sido los materiales arqueológicos que se han podido recuperar y documentar. Sin embargo, la labor de limpieza, siglado, estudio y conservación supone una laboriosa tarea que aún no se ha podido completar. Entre los materiales identificados, se encuentran piezas singulares realizadas en muy diversas materias primas: hueso, madera, bronce, cristal, cuero y sobre todo cerámica, que son buena muestra de la cultura material romana, y de aquellos elementos vinculados a la construcción, la religión, la sociedad, la economía y las costumbres de aquellos primeros agüistas que acudieron a buscar el remedio curativo de estas aguas. En espera de que se pueda realizar un inventario completo y exhaustivo sobre los materiales arqueológicos del Balneario de Lugo (la mayoría de ellos, todavía en tratamiento por los autores de las actuaciones arqueológicas), presentamos algunas de las piezas expuestas en las instalaciones del Balneario, así como otras aún por incorporar a este conjunto en el momento en el que se realice la adecuada y definitiva musealización de las estructuras romanas conservadas en este edificio. VV.AA. | 347


Fig. 1 y 2. Moneda de la caetra, anverso y reverso. Servicio Municipal de ArqueologĂ­a.

348 | Materiales arqueolĂłgicos en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas


Moneda de la caetra Enrique González Fernández

Servizo de Arqueoloxía. Ayuntamiento de Lugo

Descripción: As de bronce que presenta en el anverso, cabeza desnuda del emperador Augusto a la izquierda entre palma y caduceo, con la leyenda IMP. AVG. DIVI. F.; en el reverso, escudo redondo o caetra con umbo central cruzado por dos soliferra entre falcata y puñal.

Objeto: Moneda de la caetra

Contextualización e interpretación: Las monedas denominadas de la caetra fueron acuñadas para sufragar los gastos de la guerra contra cántabros y astures. Presentan una tipología muy característica y su emisión militar está confirmada por la representación de las armas típicas de los pueblos que participaron en esta contienda, representadas como simbólicos trofeos de guerra. Lucus Augusti se revela como el más que probable lugar de acuñación de gran parte de estas piezas, debido al gran número de hallazgos junto con la aparición de dos cospeles sin acuñar.

Lugar de hallazgo: Balneario romano

Materia/soporte: Bronce Técnica: Molde

Procedencia: Lugo

Fecha de hallazgo: junio 1998 Dimensiones: 25 mm. (?)

Sigla (si tiene): LU98/BAL, UE 2090 Lugar de depósito: Depósito Municipal de Arqueoloxía Datación: 27-23 a.C.

VV.AA. | 349


Fig. 1 y 2. Moneda de contracuño, anverso y reverso. Servicio Municipal de Arqueología.

350 | Materiales arqueológicos en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas


Moneda de contracuño Enrique González Fernández

Servizo de Arqueoloxía. Ayuntamiento de Lugo

Descripción: As de bronce procedente de ceca hispánica (Calagurris), presenta en el anverso cabeza laureada del emperador Tiberio a la derecha, con la leyenda (TI AVGVS) DIVI AVGVSTI F (IMP CAESAR). Contramarca con cabeza de águila a la derecha. En el reverso, toro parado a la derecha, con la leyenda II VIR (L F) UL SPARSO (L SA) TVRNINO (M C I).

Objeto: Moneda

Contextualización e interpretación: Durante el período de Augusto y Tiberio, se generaliza el uso de monedas procedentes de las cecas hispano-romanas del valle del Ebro, y que a partir de Claudio dejan de emitir. La particularidad de esta moneda reside en la contramarca y que en el caso de aquellas reselladas con cabeza de águila encierran un carácter estrictamente militar, relacionadas con el establecimiento de unidades legionarias de las que Lugo no estuvo ausente. En este caso los resellos legionarios se deben a las propias autoridades militares que tomarían la iniciativa de contramarcar las monedas, ya en circulación, por motivos no demasiado claros y no vinculados a una sola respuesta.

Fecha de hallazgo: junio 1998

Materia/soporte: Bronce Técnica: Molde

Procedencia: Lugo

Lugar de hallazgo: Balneario romano

Dimensiones: 27,4 x 26,3mm

Sigla (si tiene): LU98/BAL, UE 2050 Lugar de depósito: Depósito Municipal de Arqueoloxía

Datación: Tiberio (14-37 d.C.)

VV.AA. | 351


Fragmento de decoración arquitectónica parietal S. González Soutelo

Investigadora Torres Quevedo del MINECO y Crecenteasociados. GEAAT, UVigo

Objeto: Fragmento de decoración parietal en relieve Materia/soporte: Granito fino

Técnica: Tallado. Decoración arquitectónica

Lugar de hallazgo: Material de relleno y amortización de la gran piscina exterior (P2). Procedente de algún punto del Balneario romano. Fecha de hallazgo: 1999

Dimensiones: Superficie conservada de 32-34cm y de 16-30cm ancho máximo. Sigla (si tiene): Sin sigla

Lugar de depósito: Balneario de Lugo

Datación: Época romana-tardorromana

Descripción: Se trata de una pieza singular y de difícil interpretación, ya que hasta el momento, no hemos localizado paralelos asimilables. Se trata de un fragmento de estructura arquitectónica decorada en relieve, que presenta líneas formando rombos por el frontal y con un tema de decoración vegetal, partido por un nervio central, que se aprecia parcialmente en uno de sus laterales. El reverso es liso. El motivo principal está formado por casetones de 7x7cm (la línea que atraviesa cada uno de ellos, mide 10cm). Se trata de una decoración que intenta imitar el volumen de los cuadrados (con una perspectiva en tres dimensiones), motivo que es bastante frecuente en los repertorios decorativos de mosaicos y pintura mural. El fragmento conservado presenta unas dimensiones aproximadas de superficie de 32-34cm y de 16-30cm ancho máximo. El peso del fragmento de pieza conservada es significativo. Contextualización e interpretación: Hemos considerado de interés incluir esta pieza, ya que se trata de un ejemplo único de lo que podría haber sido una decoración arquitectónica de entidad dentro del complejo del Balneario de Lugo, quizás formando parte de un esquinal, ya que presenta decoración en su parte frontal y lateral. Al igual que en el caso de la basa que se describe a continuación, esta

352 | Materiales arqueológicos en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas


pieza se descubrió durante las excavaciones arqueológicas realizadas en el año 1999 (Meijide y Hervés 2000: 218), formando parte del material desechado y utilizado para colmatar la piscina exterior (P2). Como hemos visto, la cronología de este relleno se vincula a una última fase del edificio romano, posiblemente hacia finales del s. IV-principios del s. V d.C., por lo que si bien tenemos una datación post quem para esta pieza, por el momento no podemos precisar en mayor detalle a qué fase del edificio romano pertenece. Igualmente hasta el momento no hemos encontrado paralelos que nos permitan comprender la naturaleza de esta pieza, que sin duda, nos está hablando de una estructura monumental dentro del Balneario, de la que no tenemos más constancia que la aportada por este fragmento de decoración, a la espera de que se pueda completar la intervención arqueológica del espacio de la piscina en la que fue descubierto.

Fig. 1 y 2. Imagen frontal y detalle lateral del fragmento pétreo de decoración parietal. Fotos autor.

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Basa de columna de mármol4 S. González Soutelo

Investigadora Torres Quevedo del MINECO y Crecenteasociados. GEAAT, UVigo

A. Gutiérrez Garcia-Moreno

IRAMAT - Centre de Recherche en Physique Appliquée à l’Archéologie (CRP2A), UMR 5060 CNRS - Université de Bordeaux Montaigne, France

H. Royo Plumed

Laboratorio de Arqueometría. Institut Catalá d’Arqueologia Clàssica (ICAC)

Objeto: Basa de columna

Materia/soporte: Mármol blanco local (loc-F/G), de procedencia incierta Técnica: Esculpido. Decoración arquitectónica

Lugar de hallazgo: Material de relleno y amortización de la gran piscina exterior. Procedente de algún punto del Balneario romano. Fecha de hallazgo: 1999

Dimensiones: 33 x 16cm en total. 8cm y 6cm alto moldura. Arranque de columna de 33x30cm. Volutas decorativas de 10cm de ancho. Sigla (si tiene): LUG-1081 (según inventario arqueométrico del LEMLA) Lugar de depósito: Balneario de Lugo Datación: Época romana

Descripción: Se trata de una pieza realizada en un mármol blanco muy homogéneo, de grano fino-medio. Es un mármol muy translúcido, incluso con la pátina mate de sales superficial. No se observan vetas, ni bandeado, ni impurezas. La alteración le da un aspecto sacaroideo. Por el momento, no ha sido posible precisar la cantera de origen ya que hasta el momento no hemos localizado muestras de procedencia que puedan asociarse a este material, aunque por los estudios que estamos llevando a cabo en el territorio del NW Peninsular, con toda probabilidad se trata de un mármol local posiblemente procedente del ámbito oriental de la provincia de Lugo u occidental del ámbito leonés. Dado su alto grado de alteración, posiblemente por haber estado en contacto directo con el agua, presenta una superficie muy rodada, lo que no permite identificar su configuración externa, ni reconocer su interpretación, vinculable posiblemente a una basa de columna.

1 Pieza analizada dentro del subproyecto Marmora Galicia, en el marco del proyecto de I+D del MICINN “La explotación y comercio de los recursos naturales en el N. de la Hispania romana: lapis, metalla, aqua” (HAR2011-25011).

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Contextualización e interpretación: Esta pieza es de gran valor e interés, ya no solo por el material en el que está realizado (mármol), sino también porque es hasta el momento el único ejemplar de este tipo de arquitectura monumental realizado en mármol que ha sido descubierto en el Balneario y prácticamente en la propia ciudad romana de Lugo. Esta pieza se descubrió durante las excavaciones arqueológicas realizadas en el año 1999 (Meijide y Hervés 2000: 218), formando parte del material desechado y utilizado para colmatar la piscina exterior (P2), como también sucedería en el caso de las aras votivas y el fragmento de decoración arquitectónica antes descrito. Como hemos visto, la cronología de este relleno se vincula a una última fase del edificio, posiblemente hacia finales del s. IV-principios del s. V d.C., lo que podría indicarnos una datación ante quem para esta pieza. Sin embargo, los elementos decorativos que presenta esta basa, podrían encuadrarla estilísticamente en una cronología posterior, aspecto que creemos interesante revisar. En ese sentido, dada la falta de información sobre otros elementos arquitectónicos similares presentes en este conjunto, entendemos que no es posible, por el momento, llegar a concretar a qué fase ni lugar del edificio pertenece, atentos a nuevos hallazgos que puedan aportar luz a esta pieza.

Fig. 1 y 2. Foto desde lateral y parte superior de la posible basa marmórea. Fotos autores.

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Aras votivas Ficha realizada a partir del artículo de Hervés Raigoso, F. y Meijide Cameselle, G. 2000: “O culto ás Ninfas nas Termas de Lugo”, Gallaecia 19, 187-196, del artículo de estos autores en este volumen. Objeto: Fragmentos de aras votivas

Materia/soporte: Granito Técnica: Tallado y grabado

Lugar de hallazgo: Material de relleno y amortización de la gran piscina exterior (P2). Procedente originariamente de algún punto del Balneario romano. Fecha de hallazgo: 1999

Dimensiones: Variables. Piezas fragmentadas Sigla (si tiene): Sin sigla

Lugar de depósito: Balneario de Lugo Datación: Época romana ¿ss. I-III d.C.?

Descripción: Los 14 fragmentos de aras de granito localizados en el contexto de la piscina romana existente en el patio norte del edificio actual del Balneario (P2), presentan una excelente calidad, tanto por el material en el que están realizados como por la decoración escultórica, y la buena ejecución del texto epigráfico presente en estas piezas. 6 de estos fragmentos permiten identificar el culto a las ninfas en el Balneario, citadas fundamentalmente como Nymphis. Igualmente, por las inscripciones conservadas, la mayoría de las dedicatorias fueron realizadas por ciudadanos romanos que con probabilidad desarrollarían cargos de importancia en la ciudad. En términos generales, casi todas estas aras presentan grandes dimensiones, con un ancho máximo de entre 56-58cm. La altura total de estas piezas no ha podido ser precisada, ya que en todos los casos estas aras aparecen fracturadas por la mitad, lo que dificulta su correcta interpretación. Aun así el ancho indicado y la conservación parcial de hasta 61cm de alto en algunos de estos fragmentos, hacen presuponer que podrían alcanzar con facilidad el 1m de altura. Esas grandes dimensiones, así como la calidad decorativa de muchas de ellas y la buena talla de los epígrafes, nos hablan de costosas ofrendas realizadas fundamentalmente a las Ninfas, divinidades asociadas sobre todo

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a las aguas mineromedicinales, que fueron ofrecidas en algunos casos posiblemente por determinados cargos de la administración municipal o conventual. Contextualización e interpretación: Durante las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo entre 1998 y 1999, en el patio de servicio situado en la fachada norte del edificio, se localizó una gran piscina o estanque (P2), realizada en hormigón (opus caementicium) revestido de opus signinum que conformaba un cordón hidráulico en el espacio de juntas del fondo de esa estructura. Estas piezas epigráficas se localizaron junto con otros materiales, formando parte del relleno de colmatación de esta piscina, posiblemente en un contexto de destrucción y abandono datado a finales del s. IV-principios del s. V d.C. a juzgar por los materiales identificados (Meijide y Hervés 2000). La actuación arqueológica se desarrolló solo en un espacio de 6m2, perteneciente a una de las esquinas de esta piscina, en el que se pudieron localizar los 14 fragmentos de aras. El hecho de que las aras votivas aparecieran fracturadas, indica que su destrucción fue intencionada, quizás en el contexto de una reacción cristiana a estas evidencias del culto pagano. Si bien conocemos donde fueron arrojadas, no tenemos en cambio noticia de su procedencia dentro del edificio, que bien podría corresponder con un ninfeo situado en las inmediaciones de esta piscina o dentro ya del espacio construido. VV.AA. | 357


Figs. aras votivas. Imágenes del Balneario de Lugo y de Fr.M. Hervés Raigoso 1999: Informe preliminar de la excavación arqueológica en el Hotel-Balneario de Lugo (Termas romanas), Lugo.

NYMPHIS / M(arcus) · VLP(ius) · LON / GINIANVS / -----Parte superior de un ara votiva dedicada a las Ninfas. Carece de foculus, aunque sí aparecen los característicos pulvini en el frente del altar. Granito de calidad regular. Medidas: 47 x 38 x 27cm. L: 5cm Cronología: Primera mitad del siglo I d.C. “A las ninfas, por Marcus Ulpius Longinianus…”. El dedicante presenta tria nomina, lo que correspondería con un ciudadano romano (con un posible cargo en la administración imperial) que hace una dedicatoria a las ninfas por su curación. Bibliografía: AE 2000, 749 NYMPHIS / L(ucius) · VAL(erius) · M[aximus o aternus?] / -----Mitad superior de un ara a las ninfas, con círculo en relieve substituyendo al clásico pulvini entre pulvini. Granito de buena calidad. Medidas: 45,5 x 38,5 x 21,5cm. L: 6cm. “A las ninfas, ara dedicada por ¿Lucius Valerius Maximus/Maternus?…”. El dedicante aparece con los tria nomina, como ciudadano romano. Bibliografía: AE 2000, 750 358 | Materiales arqueológicos en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas


NYMPHIS / [---] E V [---] / -----Mitad superior de un ara votiva con foculus bien marcado, delimitado por un verdugón en resalte entre pulvini fragmentados y muy desgastados. Granito de mediana calidad. Medidas: 48 x 41 x 27cm. L: 7cm. “A las ninfas”. El estado de la ara impide reconocer el nombre del dedicante. Solo se aprecian los trazos de algunas letras. Bibliografía: AE 2000, 751

NYMP(his) / SAC[rum] / -----Parte superior de un ara votiva de gran tamaño, carente de foculus, sustituido por una superficie plana, entre pulvini poco desarrollados. Aparecieron restos de pintura roja en las letras de la primera hilera. Granito de buena calidad, con mucha biotita. Medidas: 56,2 x 61 x 37cm. L: 8/6cm. Posible datación altoimperial (¿1ª mitad s. I d.C.?) atendiendo a los rasgos paleográficos. “Consagrado a las ninfas…”. Falta la parte del dedicante. El término sacrum podría estar haciendo referencia a un santuario o recinto dedicado a las ninfas. Bibliografía: AE 2000, 752 VV.AA. | 359


A(ulus) o M(arcus) · HORTENSIVS / [---]NIANVS / -----Parte superior de una ara votiva, ricamente decorada, con cordón decorativo que rodea el foculus y llega hasta los pulvini. Fragmentada irregularmente en su mitad. Granito de calidad media. Medidas: 58 x 39 x 23,5cm. Letras: 5,4 y 4,5cm. Cronología: Dudosa. Entre los siglos I-III d.C. “Aulus o Marcus Hortensius Maximinianus…”. Debido al hecho de que esta ara se encuentra partida por la mitad, non podemos conocer el contenido completo de la inscripción, teniendo solo la referencia del dedicante de la ara, A./M. Hortensius Maximinianus, ciudadano romano, que posiblemente haría una dedicatoria a las ninfas por su salud (pro salute) o por la promesa hecha (V.S.L.M.). Las dimensiones y calidad de la pieza, reflejan el alto poder adquisitivo del dedicante. Bibliografía: AE 2000, 753

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------ / [Ex] VOTO / [CVR]A · AGENTE / ..[------] GERMANO Fragmento inferior de una inscripción votiva oficial, realizada por un encargado público, a juzgar por el texto CVRA AGENTE. ​Su lectura podría ser: “ (...) por cumplimiento del voto, ocupándose de ello (...) Germano”​. Con este cognomen existen algunos personajes ya estudiados en la prosopografía. L: 5/7cm. Bibliografía: AE 2000, 754

------ / [V(otum)] S(olvit) · L(ibens) · M(erito) Parte inferior de una ara muy fragmentada, de granito de mediana calidad, que solo conserva la línea de la fórmula votiva. Medidas: 38 x 46 x 24cm. L: 3’5cm. “Ofrenda realizada por libre voluntad a las divinidades” (fórmula frecuente) Bibliografía: AE 2000, 755

------ / V(otum) · S(olvit) · L(ibens) · M(erito) Parte inferior de una ara fragmentada, con la misma fórmula votiva que la anterior. Granito de regular calidad. Medidas: 53,5 x 48 x 32cm. L: 5’5cm. Bibliografía: AE 2000, 756

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[---] LTIO L(ucius) · Larci(us) / CL(audianus?) · IO[---] / -----Mitad superior de una ara con foculus en resalte, entre pulvini bien definido y prominentes. En la banda media de la cornisa parecen divisarse vestigios de letras, que podrían corresponder a la terminación -itio. El campo epigráfico se reduce a dos renglones fragmentados y superpuestos. La lectura del cognomen es dudosa a causa del estado de la pieza pero se trataría de un ciudadano romano de alto rango, bastante conocido en los estudios prosopográficos. Granito de buena calidad. Medidas: 56’0 x 55’0 x 26’5cm. L: 7cm. Bibliografía: AE 2000, 757

NYM(phis) / -----Mitad superior de una ara con foculus entre pulvini de cuidada ejecución. Conserva restos de pintura roja. Granito de buena calidad. Medidas: 35x 48 x 24’5cm. L: 7cm. Con indicación expresa de las divinidades (“A las ninfas”), a las que va dedicada. Bibliografía: AE 2000, 758

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NYM(phis) / -----Mitad superior de una ara pequeña, muy deteriorada por la acción del agua sulfurada. Conserva un lateral y tres letras del campo epigráfico muy erosionadas. Medidas: L: 6’5cm. Dedicada como la anterior, a las ninfas. Bibliografía: AE 2000, 759

------ / [Ex] · V(oto) Parte inferior de una ara, posiblemente con la fórmula ex voto. Granito de mediana calidad. Medidas: 35 x 53’5 x 24cm. L: 4’5cm.

------ / [---] · F [---] Parte inferior de una ara. El deterioro del campo epigráfico solo permite reconocer la letra F. Granito de mediana calidad, muy desgastado. Medidas: 45 x 42 x 24cm. L: 5’5cm.

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Otros materiales Tal y como se indican en los diversos artículos incluidos en este volumen, los materiales arqueológicos localizados, fundamentalmente en las campañas arqueológicas llevadas a cabo entre 1995 y 2000, permitieron reconocer un importante muestrario de materiales arqueológicos de muy diversa entidad. Así, además de los anteriormente expuestos, podríamos citar la aparición de un conjunto de objetos arqueológicos de muy diversa naturaleza: - Uno de los materiales más abundantes en toda intervención arqueológica de época romana, es la cerámica. Así, además de los constantes materiales de construcción realizados en esta materia (fundamentalmente tegulae y ladrillos), se localizaron abundantes ejemplares de cerámica de mesa de época romana, como terra sigillata de diversa procedencia y cronología (paredes finas de las formas Mayet XXXIV y XXXVI; TSG, caso de un plato Drag. 18, con sello de alfarero Asiaticus; o TSH, formas Drag. 27 y 37), así como cerámica común de variada naturaleza. - En bronce, además de las diversas monedas documentadas (caso de los dos ejemplos expuestos en este breve muestrario), se han localizado diferentes objetos entre los que destaca una fíbula (El progreso, 30-01-1999), en proceso de estudio. - Un material frecuente en estas excavaciones ha sido la aparición de fragmentos de vidrio de época romana, pertenecientes tanto a objetos varios (tipo ungüentarios o vasos) como a posibles ventanas del edificio (La Voz de Galicia, 21-10-1999). Sin duda éste es un aspecto de interés, ya que permite documentar la existencia de espacios en donde se controlaba la temperatura de las salas de este establecimiento sin renunciar a la iluminación natural. - Otro excepcional hallazgo que ha sido localizado en este Balneario, es el de fragmentos de cuero (Fig. 1), cuya conservación ha sido posible por el contexto natural en el que se han localizado, vinculado a espacios anegados o húmedos. Esos fragmentos de cuero se han identificado con una prenda de vestir, dado el ojal que parece conservarse. Si bien su cronología es muy dudosa, inicialmente han sido considerados por los arqueólogos que los localizaron como de época romana dado el contexto en el que aparecieron (La Voz de Galicia 14-10-1999, 21-10-1999; y El progreso 15-10-1999). - Como sucedía en el anterior caso y, ha sido ya analizado María Martín-Seijo en este volumen, las específicas condiciones de humedad presentes en el Balneario, han permitido la conservación de un importante conjunto de elementos de madera (Fig. 2), vinculados fundamentalmente a la construcción y a 364 | Materiales arqueológicos en el Balneario romano de Lugo: fichas descriptivas


Fig. 1. Fragmentos de cuero localizados en 1999 en el relleno de la piscina (P2).

Fig. 2. Fragmentos de madera procedentes de la misma intervención.

Imágenes del Balneario de Lugo y de Fr.M. Hervés Raigoso 1999: Informe preliminar de la excavación arqueológica en el Hotel-Balneario de Lugo (Termas romanas), Lugo.

las conducciones hidráulicas presentes en todo el complejo. Así se han documentado in situ huecos del canal de distribución del agua termal (ver artículo González y Ramón, en este volumen), así como canalizaciones de troncos cilíndricos, horadados, para permitir la circulación del agua (El progreso, 15-10-1999; Meijide y Hervés 2000), y elementos vinculados al encofrado de algunas estructuras del edificio romano. - Por último, en los rellenos se localizó abundante material óseo, fundamentalmente animal, que debe vincularse a la dieta y a la ocupación de este establecimiento en sus diferentes fases de uso hasta época reciente. VV.AA. | 365


Lugo. Balneario. Postal. ca. 1933. Postal de la colecciรณn de J. Reboredo.



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