DOS MIL AÑOS DEL BALNEARIO DE LUGO. BLOQUE 1

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DOS MIL Aร OS DEL

BALNEARIO DE LUGO

Ediciรณn de J. Mario Crecente Maseda y Silvia Gonzรกlez Soutelo


BLOQUE I

Contexto natural

E

l objeto de esta publicación, como hemos indicado en la introducción general, es esencialmente la difusión de la riqueza patrimonial del Balneario de Lugo en todo su conjunto, incluyendo propuestas y reflexiones sobre las posibilidades de rentabilizar social, cultural y económicamente todas sus singularidades. Pero antes de dar paso a los diferentes apartados de esta publicación, creemos que es fundamental dar unas pinceladas sobre el contexto geográfico de este Bien de Interés Cultural, pensando en aquellos visitantes, locales o foráneos, que quieran acercarse y conocer este singular enclave del noroeste de la Península Ibérica. Este Balneario es sin duda uno de los más significativos de la comunidad gallega, territorio que cuenta con una enorme riqueza de manantiales de aguas mineromedicinales de muy diversa composición y temperatura. Tal vez una de las principales ventajas de este complejo es que se ubica a solo 800m del casco histórico de la ciudad de Lugo, población que constituye la capital de la provincia homónima, con una cota de altitud sobre el nivel del mar de 365m. Así, a los pies de la antigua ciudad de Lucus Augusti, capital conventual en época romana y actual capital provincial, emerge este Balneario, sobre uno de los codos que realiza el río Miño a su paso por esta localidad e inmediato al puente conocido como Ponte Vella o Romana, por el que se establecía una de las principales vías de comunicación con la ciudad, tanto en época romana y medieval, como en época moderna, al menos hasta finales del s. XX. Recien-


temente (julio 2015) la importancia de este espacio viario ha sido reconocido internacionalmente por ser parte del Camino de Santiago (concretamente, del Camino Primitivo) que atraviesa la ciudad de Lugo, pasando a escasos metros del Balneario, para continuar hasta la ciudad del Apóstol. En su configuración actual, este establecimiento, situado dentro de la Reserva de la Biosfera ‘Terras do Miño’, se asienta en una parcela alargada paralela al río, cuya realidad física es el fruto de sucesivas construcciones privadas e intervenciones estatales que fueron matizando la finca original con el impacto de diversas infraestructuras. Así, el recinto de este establecimiento limita al este con la carretera estatal N-VI, que se terminó convirtiéndose en una barrera y límite físico por la intensidad del tráfico y la inexistencia de espacios apropiados de tránsito peatonal; y al oeste, aparece delimitado por un paseo fluvial de reciente construcción, que bordea esta ribera del río Miño y lo comunica directamente al norte, pasado A Ponte Vella, con el inicio del tramo de la Zona de Especial Conservación Parga-Ladra-Támoga dentro de la Rede Natura 2000. A continuación, se presenta una contextualización más específica de este establecimiento Balneario por parte de un selecto grupo de expertos, en el que se trata de forma más detallada aquellos aspectos que condicionarán el aprovechamiento de sus aguas, de acuerdo con su realidad climática, medioambiental, geológica e hidrológica, aspectos esenciales para interpretar este enclave salutífero e histórico. Rosa Meijide | 25


I. Contexto natural

Climatología en el contexto del Balneario de Lugo Ana Lage González Santiago Salsón Casado MeteoGalicia

26 | Las aguas del balneario


Resumen En este trabajo sobre el clima de Lugo se ha elegido como período de referencia el 1981-2010. Después de enmarcar a Galicia en el contexto sinóptico, se hace una breve reseña histórica, desde el Pleistoceno hasta época romana. A continuación, se analizan las principales variables meteorológicas: precipitación, temperatura, humedad, insolación, viento y presión atmosférica. Se completa la descripción climatológica de Lugo estableciendo su clasificación bioclimática. Por último, se relacionan las indicaciones terapéuticas del Balneario de Lugo con la climatología de la ciudad y su entorno.

Introducción Lugo se encuentra al sur de la depresión de la Terra Chá, sobre una colina y circundada por el río Miño, variando la altitud casi 100 m entre el centro de la ciudad (465 m) y el paseo fluvial, donde se ubica el Balneario de Lugo (365 m). Esta diferencia en altitud repercute en mayor o menor medida en las distintas variables y fenómenos meteorológicos, como la ocurrencia de nieblas, variación en las temperaturas y en los registros de viento. En el contexto de un cambio climático global, hay que señalar que Lugo sigue una tendencia similar al resto de Galicia, en cuanto al aumento de temperatura que se viene observando en las últimas décadas, siendo este ascenso del orden de 0.18ºC por década en el período 1961-2006, con un incremento más abrupto desde 1972 (Pérez et alii 2009). Este cambio en los valores térmicos se aprecia si comparamos los valores que se van a mostrar en este trabajo, con anteriores caracterizaciones climáticas del clima de Lugo, como por ejemplo la realizada por Fernández de Bobadilla (1994), con datos del período 1970 a 1989, frente al período empleado en este estudio: 1981-2010. En cuanto a la precipitación media anual, si bien se aprecia un ligero descenso, no se puede concluir que haya una tendencia definida. Para este desarrollo se ha contado con los datos de la estación meteorológica de la Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, del Colegio Fingoi Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 27


(1981-2001) y los datos de la estación Campus Lugo de MeteoGalicia (20012015). También se han empleado los datos de la estación del aeródromo de Rozas de AEMET (1985-2015) como referencia, control de calidad y relleno de lagunas de la serie del Colegio Fingoi. Las coordenadas (datum WGS84) y altitudes de estas estaciones meteorológicas son: Colegio Fingoi

Latitud: 42º 59’ 54’’ N Longitud: 7º 33’ 10’’ O Altitud: 454 m

Campus Lugo

Latitud: 42º 59’ 42’’ N Longitud: 7º 32’ 40’’ O

Aeródromo de Rozas

Latitud: 43º 06’ 41’’ N Longitud: 7º 27’ 27’’ O

Altitud: 412 m Altitud: 445 m

Se han analizado las series de temperatura y precipitación desde 1981 hasta 2015 y los promedios calculados sobre el periodo de referencia 1981-2010. En el caso de la humedad relativa, viento y presión, desde el año 2001, contamos con registros diez minutales provenientes de la estación de Campus Lugo. Para la insolación y nubosidad hemos empleado los datos que figuran en el Atlas de Radiación Solar de Galicia (Pettazzi y Salsón 2011). Finalmente, la información relativa a rayos y tormentas, se ha tomado de la Red de Detección de Rayos de MeteoGalicia. En este capítulo hemos pretendido no quedarnos solamente en los datos numéricos que alcanzan las distintas variables meteorológicas, sino aprovechar la oportunidad para hacer cierta “pedagogía de la Meteorología y Climatología”.

1. Contexto sinóptico Para abordar el tema del clima de Galicia hemos de contextualizar a la Comunidad Gallega en su situación dentro de la circulación general atmosférica. Galicia está situada entre las latitudes 42 y 44ºN, en una zona templada entre la región polar y la subtropical. Es una zona transición, en la que Galicia se ve afectada por sistemas frontales asociados a borrascas que discurren por lo general por latitudes más septentrionales (sobre todo al oeste y sudoeste de Irlanda). Ocasionalmente, incluso son los centros de las propias borrascas los que atraviesan Galicia. Mención especial merecen las ciclogénesis de origen explosivo, afortunadamente no por su alta frecuencia, sino por las situaciones meteorológicas adversas a las que dan lugar. Se trata de borrascas, que se profundizan rápida28 | Climatología en el contexto del Balneario de Lugo


mente (más de 20mb en 24 horas en nuestras latitudes). Dan lugar a vientos huracanados y a copiosas lluvias. De ellas quedó en nuestra memoria el paso de Klaus en la noche del 23 al 24 de enero de 2009. Por último, con una ocurrencia todavía menor, hay que señalar el paso de huracanes, generalmente exhuracanes, la mayoría de ellos transformados ya en borrascas extratropicales. Ya en el año 2014 se cumplió el trigésimo aniversario del huracán Hortensia, que causó graves daños en la ciudad de Lugo, con vientos de hasta 158 km/h, con caídas de árboles centenarios, daños en el suministro eléctrico y de agua potable, problemas en las comunicaciones. Es el momento ahora de tratar el tema de las masas de aire que afectan a Galicia, que junto con los centros de acción influyentes (anticiclón de las Azores, la depresión de Islandia y los anticiclones térmicos de Europa Central), van tejiendo la sucesión de situaciones sinópticas que configuran el tapiz climático de nuestra Comunidad. Una masa de aire se define como una gran acumulación de aire con unas propiedades termodinámicas uniformes, adquiridas en su región de origen. Se clasifican pues las masas de aire, según su procedencia. Las masas de aire ártico-marítimo son frías y húmedas, y a veces dan lugar a nieve en Galicia. Las masas de aire ártico-continental y polar-continental son frías, pero secas, dan lugar a bajas temperaturas y heladas, pero no a nevadas en Galicia. La masa de aire polar-marítimo tiene su región fuente en las inmediaciones de Islandia. Frecuentemente, y en especial si van asociadas a vientos del noroeste, dan lugar a nieve en nuestra Comunidad. Por último, las masas de aire tropical-marítimo son cálidas y húmedas y nos llegan del suroeste.

2. Breve historia climática de Galicia desde el Pleistoceno hasta la época romana La historia de la Tierra se suele estructurar en cuatro grandes etapas. Nosotros vivimos en la parte que englobaría los dos últimos millones de años, que se denomina Cuaternario. Este período, a su vez, se divide en dos partes: Pleistoceno y Holoceno, abarcando este último desde hace 10.000 años hasta la actualidad. Se ha caracterizado el Cuaternario por ser una época de climas cambiantes (Martínez Cortizas et alii 1999: 175). En general ha sido un período frío, con expansión de hielos en las épocas glaciares, de aproximadamente 100.000 años de duración, alternando con otros períodos más cortos interglaciares. Centrándonos en Galicia, podemos comentar que hubo glaciares en Courel, Ancares, Xurés y Cebreiro y también, aunque de menor extensión en las sierras del Xistral, Faro de Avión y la Capelada. Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 29


A partir del Holoceno el clima fue cambiando, con un aumento lento pero continuo de la temperatura y también con un ascenso de los índices de humedad. Especialmente el ascenso térmico fue más rápido entre el 8.000 y el 3.000 a.C. A partir del año 3.000 a.C. ha tenido lugar un enfriamiento, con sequías severas entre el 2.500 y el 2.000 a.C. en el Mediterráneo, no tan extremas en Galicia. Este período denominado Subboreal tendría su finalización sobre el 500 a.C. Con la llegada a la península Ibérica de fenicios, griegos y cartagineses, aumentó el consumo de leña y la superficie forestal quedó reducida a un 50 % del total (Font Tullot 1988). Dentro de este contexto se enmarcó el llamado período cálido romano (100 a.C. hasta el 400 d.C.). Durante estos siglos la cantidad de veranos secos y cálidos fue más alta que la actual, así como más baja la frecuencia de inviernos muy fríos. Hay múltiples indicios que avalan que las temperaturas fuesen más altas que las actuales, por ejemplo, que Inglaterra no necesitase importar vino (Font Tullot 1988). En realidad, a partir del siglo II a.C. las temperaturas comenzaron a ascender. Entre los siglos III y IV d.C. las temperaturas medias eran entre 2 y 3.5ºC más altas que ahora (Martínez Cortizas et alii 1999). Este sería el clima que se encontrarían los romanos cuando construyeron primero y disfrutaron después del Balneario de Lugo. En la época romana el mar subió aproximadamente 1 metro. Este ascenso fue comprobado por restos de castros situados cerca de la costa, por ejemplo el de Baroña (Martínez Cortizas y Pérez Alberti 1999). A mediados del siglo V bajó algo la temperatura, pero volvió a ascender desde finales de dicho siglo hasta el fin del s. VI, alcanzando valores hasta 2.5ºC más altas que las actuales, sufriendo abundantes sequías (Font Tullot 1988).

2.1. Precipitación Como se comentó en la introducción, se ha empleado una serie de precipitación desde el año 1981 al 2015. El periodo de 1981 a 2001 se ha considera una serie de datos diarios procedentes del observatorio del colegio Fingoi, empleando la serie de Rozas como control y referencia en el relleno de lagunas. Desde marzo de 2001 se ha empleado la serie de Campus Lugo. La precipitación media anual para el periodo de referencia 1981-2010 es de 969 L/m2. Los años con menor precipitación han sido los años 2007, con 622 L/m2, y 2004, con 680 (aprox. un 30% inferior a la media). El más lluvioso el año 2000, con 1297 L/m2 (aprox. un 34% por encima de la media). 30 | Climatología en el contexto del Balneario de Lugo


El origen predominante de la precipitación en Lugo es frontal, es decir se debe al paso de frentes sobre Galicia. Los frentes cálidos dejan días grises, con lluvia débil tipo “orballo”, bastante persistentes, pero poco cuantiosas. Los frentes fríos dan lugar a precipitaciones de mayor intensidad y más copiosas. La mayor parte de estos frentes están asociados a borrascas situadas al oeste o sudoeste de Irlanda y vienen acompañados de vientos de sur o sudoeste que rolan al paso del frente a vientos dirección oeste o noroeste. De todos modos, estos frentes descargan la mayor parte de su precipitación en la fachada atlántica y a barlovento de la Dorsal Gallega, de forma que cuando llegan a Lugo su capacidad productora de pluviosidad se ha visto reducida en gran medida. El origen frontal de la lluvia se ve corroborado por la alta correlación que se da entre el número de días de precipitación y la cantidad de precipitación, con un valor de 0.87. La estación más lluviosa es el invierno, con 319 L/m2, seguido del otoño con un valor similar, 311 L/m2. La estación con menor precipitación es el verano, con aproximadamente una tercera parte de la que se registra en invierno. Los meses más lluviosos son octubre, noviembre y diciembre, con precipitaciones medias superiores a los 120 L/m2. Los meses más secos son julio y agosto, con valores inferiores a los 40 L/m2. En primavera el mes más lluvioso es abril, con 88 L/m2 (Fig. 1). Es difícil encontrar meses con ausencia de precipitación. Los valores mínimos de lluvia acumulada mensual de la serie de estudio se dieron en julio de 1986 y en marzo 1997 con 0 L/m2. Otros meses con precipitación inferior a 1 L/m2 se dieron en agosto de los años 1981 y 1988 y en septiembre de 1985. Los valores máximos corresponden a octubre de 1987, con 394 L/m2 y a diciembre del 2000, con 353 L/m2. La precipitación máxima acumulada en un día se registró el 6 de enero de 2011 (79.4 L/m2). En este tipo de situaciones (abundantes lluvias de carácter persistente, que continúan a pesar de estar los suelos saturados), suele haber importantes crecidas de los ríos, que llegan a desbordarse. Esto sucede ocasionalmente en el río Miño a su paso por Lugo. En cuanto a la escala horaria, cabe destacar las lluvias registradas el 25 de junio de 2010, día que permanecerá en la memoria de muchos, ya que se estaba celebrando la fiesta Arde Lucus 2010. Durante este día había gran inestabilidad atmosférica, lo que dio lugar a fenómenos tormentosos con lluvia torrencial y acompañada de aparato eléctrico. En una hora, entre las 17:30 y las 18:30 (ambas horas locales) se recogieron 43.8 L/m2, de los cuales 22.8 L/m2 cayeron en 10 minutos. Si denominamos día lluvioso, a aquel en que su precipitación mayor o igual a 1 L/m2, el número medio anual de días de lluvia en Lugo es 120.3, Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 31


Fig. 1. Climograma (arriba) y diagrama de termohietas (abajo) para Lugo

en el periodo 1981-2010. Elaboración propia

70

140

60

120

50

100

40

80

30

60

20

40

10

20

0

enero febrero marzo

abril

P

mayo

junio

Tm

julio

agosto

sept. octubre nov.

TmMín

0

dic.

TmMáx

Diagrama de termohietas

200 180

Precipitación (L/m2)

160 140

diciembre

120

noviembre

octubre

enero

100

febrero

80

abril

marzo

60

mayo

septiembre

40

junio

20 0

0

5

10

julio

15

agosto

20

25

Temperatura (ºC) Temperatura Media (12.3ºC)

Lluvia Media (81L/m2)

32 | Climatología en el contexto del Balneario de Lugo

Termohieta

Precipitación (L/m2)

Temperatura (ºC)

Climograma


Fig. 2. Porcentaje por mes del número de rayos nube-tierra detectados

Días con rayos y nº de rayos

y de días con rayos en el ayuntamiento de Lugo entre 2010 y 2015. Elaboración propia 25%

20.1% 18.5%

19.6%

20%

16.7%

15%

14.8% 12.7%

18.8%

16.7%

14.8%

12.7%

10% 3.7% 3.9%

5%

0%

0.0%

enero

1.9%

3.7%

3.4%

febrero marzo

abril

mayo

junio

Días rayos (54)

julio

7,4%

5.5%

2,8% 1.9%

agosto

sept. octubre

0.4%

0.0%

nov.

dic.

Nº rayos (904)

Tabla 1. Tabla con los valores mensuales de temperatura y precipitación. Elaboración propia

Temperatura (ºC)

Temp. media horaria (ºC) Precipitación

TMín TmMín Tm TmMáx Tmáx

0h

6h

12h

18h

L/m2

Enero

-8.0

2.4

6.3

10.2

19.7

5.2

4.4

8.5

7.4

102

Febrero

-9.0

2.5

7.2

11.9

23.0

4.6

3.3

9.4

8.1

82

Marzo

-8.4

4.0

9.5

14.9

27.7

6.6

5.0 13.0 11.3

74

Abril

-3.7

5.2

10.6

16.0

31.7

8.0

6.5 15.0 12.7

88

Mayo

-2.0

8.0

13.4

18.8

34.6

10.0

9.0 17.6 15.4

79

Junio

2.8

11.0

16.8

22.6

36.1

13.4 12.5 21.5 19.4

40

Julio

4.4

12.9

18.8

24.7

41.2

14.9 13.9 22.7 20.9

25

Agosto

3.5

12.8

19.1

25.4

40.5

15.1 13.7 23.3 21.0

34

Septiembre

1.0

11.0

17.1

23.2

38.5

13.5 11.6 21.6 18.7

58

Octubre

-1.6

8.3

13.3

18.2

31.7

10.9

Noviembre

-6.4

5.2

9.2

13.1

23.2

Diciembre -10.4

3.2

6.8

10.5

Promedio

-3.1

7.2

12.3

Máximo

4.4

12.9

-10.4

2.4

Mínimo

9.8 17.4 14.5

128

7.4

6.6 11.4

9.4

125

23.0

4.8

4.0

7.1

134

17.5

30.9

9.5

8.3 15.8 13.8

81

19.1

25.4

41.2

15.1 13.9 23.3 21.0

134

6.3

10.2

19.7

4.6

3.3

8.5

8.5

7.1

25

Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 33


aproximadamente un tercio del año. Los años de la serie de estudio con mayor número de días lluviosos fueron el 2000, con 143 días, seguido por el 2013 con 141. Los años con menor número fueron el 2005 con 94 días y el 2007 con 95. Se puede decir, en general, que en las estaciones de otoño e invierno llueve la mitad de los días del mes, mientras que en primavera, un tercio. En verano una media de 5 días. El número de días de lluvia mensuales no varían mucho entre unos meses y otros, excepto en el verano. Estos valores oscilan entre los 14.6 de diciembre y los 5.1 de julio. En la serie analizada nos encontramos con meses en los que todos los días se recogió alguna precipitación. Por ejemplo, en enero del año 2001 de los 31 del mes, 27 días superaron 1 L/m2. En el año 2000, en los meses de marzo y diciembre, llovió durante 26 días más de 1 L/m2. La media anual de la precipitación en los días lluviosos es 7.9 L/m2. La media anual de precipitación en los días con precipitación igual o mayor a 10 L/m2 es 18.4 L/m2. Estos días representan un 9% del total de días de precipitación. La media anual de la precipitación de los días con precipitación igual o mayor de 30 L/m2 es 40 L/m2. Estos días representan tan solo un 0.9% del total, lo cual nos da una idea de las pocas situaciones meteorológicas adversas, en cuanto a acumulación de lluvia se refiere, que sufre la ciudad de Lugo y su entorno. Concretamente, para señalar un aviso meteorológico en esta zona por lluvia acumulada en 12 horas, han de superarse los 40 L/m2. Desde el año 2010 MeteoGalicia cuenta con un sistema operativo de detección de descargas eléctricas nube-tierra, con una capacidad de detección mayor del 90%. El 25 de junio de 2010, día que ya hemos comentado al tratar el tema de la lluvia en la escala horaria, la red registró 2366 rayos en Galicia. En la provincia de Lugo se detectaron 838 rayos, de los cuales 65 correspondieron al ayuntamiento de Lugo. Durante estos 6 años el número total de rayos registrados sobre el ayuntamiento de Lugo ha sido 904 rayos distribuidos en 54 días. En 2011 se contabilizaron 258 rayos en 14 días, frente al 2010 con 74 en 6 días. Por meses, entre abril y julio se registraron la mayor parte (un 65% del total de días y un 71% del total de rayos). Septiembre también es un mes propenso a la aparición de episodios tormentosos, con casi un 17% de días y un 13% de los rayos anuales (ver Fig.2). En diciembre y enero no se detectó ninguno. La formación del granizo está íntimamente unida al fenómeno de las tormentas, ya que tiene como origen de su formación las nubes de tipo cumulonimbo, de gran desarrollo vertical, presentes en las tormentas. En estas 34 | Climatología en el contexto del Balneario de Lugo


nubes las gotas de agua suben arrastradas por corrientes verticales a la parte superior de la nube, donde las temperaturas bajo cero las congelan, caen y colisionan con otras gotas ascendentes y vuelven a subir, repitiéndose este fenómeno en sucesivas ocasiones, hasta que finalmente caen al suelo en forma de granizo o pedrisco (en función del menor o mayor tamaño). Según Fernández de Bobadilla (1994), el granizo aparece una media de 6 días al año, principalmente entre diciembre y mayo. En cuanto a la precipitación en forma de nieve, según los datos del observatorio de AEMET en el aeródromo de Rozas, el número medio anual es de 6 días (periodo 1981-2010), principalmente en invierno, aunque puede darse este tipo de meteoro entre noviembre y abril.

2.2. Temperatura La serie de temperatura se ha formado a partir de la revisión de la serie diaria del colegio Fingoi y la serie de Campus Lugo. El periodo que cubre este estudio va de 1981 hasta 2015. El valor de la temperatura media anual (1981-2010) en Lugo es 12.3ºC. La temperatura media durante la estación estival llega a los 18.2ºC y durante el invierno a 6.8ºC. El otoño es más cálido que la primavera, con unos 2ºC más en promedio, esto es debido principalmente a las diferencias térmicas que hay entre los meses de septiembre y octubre (más calurosos) y los meses de abril y mayo. En cuanto a la temperatura media mensual, esta varía entre los 6.3ºC de enero y los 19.1ºC de agosto. Los meses con la media más alta de las temperaturas máximas son julio y agosto, con valores entorno a los 25ºC. Los meses de máximas más bajas son diciembre y enero, 10.5ºC y 10.2ºC respectivamente. El valor máximo registrado fue 41.2ºC el 20 de julio de 1990. El número medio anual de días en los que se superan los 30ºC es 14.8, registrándose estos días entre abril y octubre. Los valores más bajos de las máximas se alcanzan principalmente en enero. Por ejemplo, el 10 de enero de 2010 no se superó 1ºC de máxima. En cuanto a los valores medios de las temperaturas mínimas, son los meses de enero y febrero los más fríos con valores alrededor de los 2.5ºC. En julio y agosto este valor sube hasta los 12.9ºC y 12.8ºC respectivamente. El valor de temperatura más bajo registrado fue -10.4ºC el 17 de diciembre de 2001. El número de noches tropicales (20ºC o más en las mínimas) ha sido de 2 en el periodo de estudio (1981-2015): el 22 de julio de 1990 y el 28 de agosto de 2015. En estas dos ocasiones el valor estuvo en el límite de los 20ºC. Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 35


Si analizamos los registros horarios de temperatura a las 0h, 6h, 12h y 18h, vemos que la menor temperatura se alcanza a las 6h. El valor medio anual a las 0h es 9.5ºC (oscilando entre los 4.8ºC de diciembre y los 15.1ºC de agosto). A las 6h este valor medio es de 8.3ºC (varía entre los 3.3ºC de febrero y los 13.9ºC de julio). A las 12h la temperatura media anual es 15.8ºC (8.5ºC en diciembre y enero y los 23.3ºC de agosto). Finalmente a las 18h este valor medio es 13.8ºC (7.1ºC en diciembre y 21ºC en agosto). En la figura 1 se muestra, en la parte superior, el climograma de Lugo y en la inferior, el diagrama de termohietas. En el climograma, las barras representan la precipitación media mensual. Las líneas indican la media de las temperaturas máximas, temperaturas medias y la media de las mínimas. La escala es P=2T, siendo P la precipitación y T la temperatura media. En los meses de julio y agosto P<2T y por tanto se considera el periodo seco. Otra forma de representar de forma combinada la precipitación y la temperatura es mediante el diagrama de termohietas. La línea vertical marca la temperatura media anual y la horizontal la lluvia mensual media del conjunto del año. Los meses más lluviosos y fríos son noviembre, diciembre y enero y los más cálidos y secos, julio y agosto. Los meses que se acercan más a la media de lluvia y temperatura son abril y mayo. En la tabla 1 (Tabla 1) se indican, por mes, el valor de la temperatura mínima absoluta, la media de las mínimas, la media, la media de las máximas y la máxima absoluta. Puede verse también el promedio mensual de la temperatura a las 0h, 6h, 12h y 18h (horario UTC). Para los valores horarios se ha considerado únicamente la serie de Campus Lugo del 2001 al 2015, ya que se cuenta con registros intradía. En la columna de la derecha se muestra la precipitación media mensual. En cuanto a las heladas, estas se producen cuando la temperatura es de 0ºC o menor, pero es preciso diferenciar entre temperatura del aire y temperatura de la planta. Así se pueden producir heladas con temperaturas registradas en la caseta meteorológica de 2 ó 3ºC, ya que al nivel del suelo el aire puede estar a 0ºC o menos. Teniendo en cuenta su origen, las heladas pueden clasificarse en: heladas de radiación, heladas de advección y heladas por evaporación. Las heladas de radiación son muy comunes en Lugo en invierno y en menor media en primavera y otoño. Estas heladas suceden en noches claras, con alta radiación del suelo a la atmósfera por no haber nubes y poca cantidad de vapor de agua (si es alta, tendremos nieblas, no heladas). Se presentan también en noches con viento en calma. Si el viento es moderado mezclará las capas de aire y se uniformizará la temperatura, dificultando la ocurrencia de heladas. 36 | Climatología en el contexto del Balneario de Lugo


Las heladas de advección se producen por invasión de aire frío polar, con temperatura inferior al punto de congelación. Otro tipo de heladas son las de evaporación, que se presentan al evaporarse el agua depositada sobre las plantas. Son muy comunes posteriormente al paso de un frente frío, ya que la masa de aire que entra es fría y seca, con lo cual, la humedad que está depositada en las plantas se evapora rápidamente. El número medio anual de días de helada es de 42, repartiéndose estos días de octubre a mayo, y siendo enero el mes en el que más heladas se producen. Aproximadamente el 70% de los días se dan en invierno, un 10% en otoño y un 20% en primavera. Merece la pena hacer hincapié en lo perjudiciales que resultan las heladas tardías, especialmente en mayo, el daño es mayor en los frutales cuando el fruto está recién cuajado, ya que es en ese momento cuando es más vulnerable al frío. No obstante, aunque el número de días de helada anual es alto, no lo es el número de días en los cuales sus temperaturas mínimas bajan de los -5ºC, con una media anual inferior a 3 días, siendo más probables estas heladas tan fuertes en diciembre.

2.3. Humedad. Nieblas Para abordar el tema de las nieblas, hemos de introducir previamente el concepto de aire húmedo. Se llama aire húmedo a la mezcla de aire seco más vapor de agua. Se denomina pues, humedad, al contenido de vapor de agua en el aire. Existen varios índices para medir la humedad. Aquí nos remitiremos a la humedad relativa. La humedad relativa se define como el cociente entre la masa de vapor de agua que existe en un volumen dado de aire y la que habría si estuviese saturado a igual temperatura. El valor se expresa en %, de este modo, si la humedad relativa es del 100% quiere decir que el aire está saturado. Si se añadiese más vapor, comenzaría la condensación de ese vapor excedente. La humedad relativa depende de la temperatura, ya que un contenido fijo de vapor de agua puede no ser saturante a una determinada temperatura, pero si se produce un descenso térmico, a esa nueva temperatura si puede ser saturante. La humedad relativa media anual en Lugo es del 79%, estando por encima de 85% en noviembre, diciembre y enero y permaneciendo por encima del 70%, incluso en los meses estivales. El análisis de los valores horarios de humedad relativa nos indica que a las 0h y a las 6h, a lo largo de todo el año la humedad se encuentra por encima del 85%. A las 12h y a las 18h, en casi todos los meses la humedad está por Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 37


debajo de este umbral. La humedad relativa media anual a las 0h es del 88% y a las 6h del 91%. A las 12h este valor medio es del 64% (varía entre el 54% en agosto y el 84% en enero) y por último, a las 18h el valor medio anual es 73% (63% en julio y agosto y 86% en noviembre). Al atardecer y durante la noche, cuando el cielo está poco nuboso o despejado, la temperatura del aire disminuye debido a la pérdida de calor por radiación. Si el viento a nivel del suelo está en calma, este enfriamiento no puede propagarse más que a las capas de aire más próximas al suelo, se forma entonces el rocío que no es más que el proceso de condensación del vapor de agua sobre el suelo y la vegetación. Si el viento no está en calma, pero es débil, la turbulencia que se produce en las capas bajas de la atmósfera favorece la propagación del enfriamiento hacia arriba y la formación de bruma primero y luego niebla después. Se denomina bruma cuando la visibilidad es mayor de 1 km, cuando es menor hablamos de niebla. La niebla formada por este mecanismo corresponde a la niebla de radiación. La mayor parte de las nieblas que se dan en la ciudad de Lugo se forman siguiendo este procedimiento. Un segundo tipo de nieblas, que también se dan en Lugo, son las de evaporación, formadas por aumento de vapor de agua en el aire. Cuando la lluvia cae sobre una masa fría, por ejemplo en el principio de un frente cálido, las gotas de agua se evaporan y rápidamente se alcanza la saturación de la masa de aire. Un tipo específico de nieblas de evaporación son las nieblas son las nieblas de ríos y lagos que se producen cuando una masa de aire está sobre agua más cálida que el aire. Es el mismo efecto que puede apreciarse al contemplar una bebida caliente “echando humo”. De este modo se forman las nieblas sobre ríos y lagos en invierno, no obstante, es preciso que además exista una situación de inversión en altura para que se evite que la mayor temperatura favorezca la convección. Estas nieblas son más típicas de otoño y primavera La especial enmarcación en la que se encuentra el Balneario de Lugo, en relación con su proximidad al río Miño, también experimenta este último tipo de nieblas. La información disponible sobre los días de niebla es la recogida en el observatorio de AEMET en Rozas. Para el período 1985-2010, el número media anual de días de niebla es 94. Entre diciembre y marzo este número medio está en torno a 6.7 días. En los meses de mayo, junio, julio, octubre y noviembre, el valor se encuentra entre 7 y 8 días. Los meses con un mayor número de días de niebla son agosto y septiembre. Únicamente por debajo de 6 se sitúa abril. En los meses invernales, si bien la temperatura es baja, la humedad absoluta del aire también, y sólo en los días más fríos y en condi38 | Climatología en el contexto del Balneario de Lugo


Fig. 3. Niebla sobre el río Miño con el Balneario de Lugo al fondo. Foto Balneario de Lugo.

ciones anticiclónicas, con noches despejadas y vientos flojos, se dan las condiciones para que aparezca la niebla. Por el contrario, en los meses de agosto y sobre todo septiembre, son meses que en promedio presentan la menor cobertura nubosa y unas temperaturas medias máximas que están alrededor de los 24ºC (lo que favorece que la humedad absoluta pueda ser mayor). Las noches comienzan a ser más largas y se alcanzan unas mínimas que hacen que el aire llegue a la saturación con una relativa mayor frecuencia que en junio o julio. En la ciudad de Lugo y sobre todo es las zonas bajas próximas a los ríos que rodean la ciudad, este número de días de niebla ha de ser mayor que en el aeródromo de Rozas debido, por una parte, al aporte de humedad adicional de estas masas de agua y por otra, en estas zonas bajas y en situación anticiclónica se deposita el aire más frío, con lo que es más fácil llegar a la saturación (Fig. 3). Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 39


2.4. Insolación La insolación es la energía que, en forma de radiación solar, llega a un lugar tras atravesar la atmósfera. A partir de los datos atlas de radiación solar publicado por MeteoGalicia en 2011 (Pettazzi y Salsón 2011) se ha construido la figura 4 (Fig. 4) para la zona del Balneario de Lugo. El área superior representa la insolación mensual en ausencia de nubes, la inferior la insolación mensual teniendo en cuenta la nubosidad. Se muestra también la fracción de cubierta nubosa (FCN) en línea discontinua y la relación entre insolación e insolación con cielo despejado. La insolación diaria media anual es 3.7 kWh/m2 día, esto representa el 68% de la insolación teórica si el cielo estuviese siempre despejado (5.5 kWh/m2 día). En invierno la insolación es 1.8 kWh/m2 día, en primavera 4.2 kWh/m2 día, en verano 5.7 kWh/m2 día y finalmente en otoño 3 kWh/m2 día. Vemos por tanto, que en verano, en un día medio, la energía recibida es 3 veces mayor que la que se recibe en invierno. Los mayores valores de insolación corresponden a los meses de junio y julio (5.9 y 5.8 kWh/m2 día respectivamente) y los menores en diciembre y enero (con 1.4 y 1.5 kWh/m2 día respectivamente). Esta variación se debe fundamentalmente a factores astronómicos y a la presencia de nubosidad. La fracción de cubierta nubosa media anual es 61% (FCN varía entre 0% despejado y 100% cubierto). A modo de comparación, este valor de FCN es 71% en Ribadeo y 51% en Vigo. La FCN incluye tanto el período diurno como el nocturno. El mes con una mayor FCN es enero (74%), y sólo quedan por debajo del 60% los meses de julio, agosto y septiembre, estos dos últimos con el menor valor anual (47%). Esto lleva a que agosto y septiembre sean los meses que alcanzan un valor mayor de energía solar, ya que aunque se recibe menor radiación que en junio y julio, la cubierta nubosa es menor.

2.5. Viento En las latitudes templadas en las que se encuentra Galicia, hay predominio de “los oestes”. Estos vientos de oeste-suroeste se ven interrumpidos por días de nordeste en los que Galicia que bajo la influencia del anticiclón de las Azores. Los vientos de noroeste soplan con menor frecuencia y aún menor son las frecuencias de este y sureste. Las direcciones y velocidades del viento en un lugar concreto se ven alteradas, respecto a las sinópticas, por la orografía y la rugosidad del terreno 40 | Climatología en el contexto del Balneario de Lugo


Fig. 4. Insolación y nubosidad para la zona del Balneario de Lugo. Elaboración propia.

7.7

8

Insolación (kwh/m2día)

6

5.6

5.8

3.8

4

5.9

50%

4.3

4.6

40% 2.9

2.8

2.6

2

60%

5.7

5.5

4.9

4.3

70%

3.5

2.8

3

80%

7.0

5

1.5

1 0

90%

8.0

7.0

7

8.1

enero febrero marzo abril

mayo

junio

julio

agosto sept.

Ins. Despejado

Insolación

FCN

Ins./Ins. Despejado

oct.

2.6

30% 20%

1.7

1.4

nov.

dic.

FCN (%) e Ins./Ins. Despejado (%)

9

10% 0%

Fig. 5. Rosa de los vientos (izquierda) y rosa de velocidades medias

en la estación meteorológica del “Campus Lugo”. Elaboración propia. Rosa de los vientos 40%

NO

O

Rosa de las velocidades medias (km/h)

N

20.0

NO

NE

30%

15.0

20%

10.0

10%

5.0

E

0%

SE

SO S

O

N NE

E

0.0

SE

SO S

Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 41


Los datos de viento se han obtenido de la estación meteorológica de “Campus-Lugo”. La extensión temporal va de marzo de 2001 a diciembre de 2015. El análisis del viento se ha hecho a partir de velocidades y direcciones medias diez minutales y rachas máximas diarias. Las calmas (viento inferior a 5 km/h) son muy significativas y representan el 43.5% de los datos. La velocidad media anual, excluyendo estas calmas, es de 10.3 km/h, es decir, viento flojo. Estos vientos flojos (entre 5 y 20km/h) representan un 55% del total y los vientos moderados (entre 20 y 40 km/h) no llegan a un 2%. No hay grandes variaciones de este valor en los distintos meses y en las diferentes direcciones (Fig. 5, derecha). Respecto a la media anual de las máximas rachas diarias, su valor es aproximadamente 30 km/h con también poca variación a lo largo del año, oscilando entre los 33.1 km/h en abril y los 24.9 km/h en diciembre. En cuanto a las mayores rachas registradas en el periodo de estudio, destaca la mayor de ellas, con 100 km/h el 23 de enero de 2009, al paso de la borrasca de origen explosivo “Klaus”. Por meses, las rachas máximas registradas se produjeron en invierno, al paso de frentes fríos muy activos, y las menores en los meses de verano. La mayor registrada en un mes de julio fue el 20 de julio de 2008, con 47.9 km/h. En cuanto a la frecuencia en la dirección de procedencia del viento, las mayores frecuencias se dan en los vientos de norte y nordeste, que representan caso la mitad del total de frecuencias. Le siguen los vientos de sur y de componente oeste (Fig.5, izquierda).

2.6. Presión atmosférica La presión media anual reducida al nivel del mar en Lugo es de 1018.5hPa (la presión media al nivel del mar es 1013.25hPa). Este valor varía entre los 1016 hPa en abril y 1016.6 de octubre. Las presiones más altas se dan en diciembre, con 1022.9 hPa, y en enero 1022.1 hPa. Es en invierno cuando se alcanzan los mayores valores de presión, entorno a los 1040 hPa, debido a la presencia de potentes anticiclones, altas presiones que ejercen su influencia sobre Galicia y que pueden llegar a persistir más de una semana. Los menores valores de presión reducida registrados han sido los 984 hPa del 28 de diciembre de 2014 y los 982 del 2 de marzo de 2001 alcanzados, al igual que los fuertes vientos, al paso de frentes fríos asociados a borrascas profundas. Esto bajos valores de presión a penas duran 1 o dos días, en contraste con las altas presiones, como se ha mencionado anteriormente, ya que el movimiento de las borrascas es más rápido que el de los anticiclones. En verano, los valores más bajos y más altos medidos se sitúan entre 1005 hPa y los 1028 hPa. 42 | Climatología en el contexto del Balneario de Lugo


2.7. Clasificación bioclimática Según la conocida Clasificación de Köppen-Geiger (Essenwanger 2001), el clima de Lugo es Csb, es decir, templado (el mes más frío superior a los 0ºC e inferior a los 18ºC), con verano seco y templado. La temperatura media del mes más cálido no llega a los 22 °C pero se superan los 10 °C durante cuatro o más meses al año. Este clima suele ser de transición entre el mediterráneo (Csa) y el oceánico (Cfb). Al contrario que en el oceánico, hay estación seca coincidente con los meses más cálidos y a diferencia del mediterráneo, presenta un verano más suave. En la Clasificación Bioclimática Mundial de Rivas-Martínez (2007) se emplean jerarquías tipológicas de expresión latitudinal (macroclimas, bioclimas y variantes bioclimáticas). En cuanto al aspecto altitudinal, se consideran los ombro-termotipos como método de clasificación de los denominados pisos bioclimáticos (zonas, en un intervalo altitudinal, con formaciones y comunidades vegetales características). Lugo, al igual que la mayor parte de Galicia, se enmarca dentro de un macrobioclima templado. La variante bioclimática para Lugo es la submediterránea, si bien se encuentra en una zona de transición con el templado típico (Rodríguez Guitián y Ramil-Rego 2007). Esta variante submediterránea se da, en la provincia de Lugo, principalmente a lo largo del valle del Miño y en la depresión de Monforte. Para determinar el bioclima, resultado de tener en cuenta la continentalidad u oceanidad de un lugar, se calculan índices de continentalidad, que tratan de tener en cuenta la oscilación anual de la temperatura. Con los datos reflejados en este trabajo, se obtiene un índice de continentalidad Ic (diferencia entre la temperatura media del mes más cálido y del mes más frío) de 12.8, lo que según la clasificación de Rivas-Martínez 2007, nos lleva a un bioclima oceánico (Ic entre 11 y18) del subtipo semihiperoceánico (entre 11 y 14), debido al efecto modulador del mar. Para la asignación de un lugar a un piso bioclimático, es necesario calcular un índice de termicidad (para el termotipo) y un índice ombrotérmico para el ombrotipo. En cuanto al termotipo, el índice de termicidad It obtenido para Lugo es 250 (calculado como la suma de la temperatura media anual, la temperatura media de las mínimas del mes más frío y la temperatura media de las máximas del mes más frío y esta suma multiplicada por 10). Según los intervalos de la clasificación de Rivas-Martínez, el termotipo es mesotemplado inferior, si bien el umbral entre el inferior y el superior es 240. En el Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 43


mapa de Galicia de termotipos (Rodríguez Guitián y Ramil-Rego 2007), nuevamente Lugo está en una zona de transición entre el mesotemplado inferior y el superior. Finalmente, para tener en cuenta la influencia conjunta de las precipitaciones y temperaturas, se calcula un índice ombrotérmico anual (también se pueden calcular índices mensuales). El índice ombrotérmico anual Io, obtenido como el resultado de multiplicar por 10 el cociente entre la precipitación de los meses con temperatura media mayor que cero (en este caso todos los meses) y la temperatura media (nuevamente de los meses en que es mayor que cero), nos da un valor de 7.9, y de acuerdo a los tipos definidos en la clasificación, nos lleva a que Lugo se encuadre en el tipo ombrotérmico húmedo inferior (Io entre 6 y 9). En este caso y según los ombrotipos de Galicia de Rodríguez Guitián y Ramil-Rego (2007), Lugo y su entorno se encuentran en la misma zona ombrotérmica que la depresión de la Terra Chá.

3. Clima y salud Después de la descripción del clima de Lugo que se ha realizado a lo largo de este capítulo, no es de extrañar que las principales afecciones a las que da respuesta desde tiempos históricos el Balneario de Lugo sean las enfermedades reumáticas y las relacionadas con el aparato respiratorio. En el artículo de los investigadores Wiebe et alii (1985), en la revista Journal of Rheumatology, confirmaban que la humedad perjudica a las personas con artritis. Situaciones de elevada humedad agravan el dolor de la artritis. Otras variables meteorológicas, como el viento, radiación solar o la precipitación, no parecen tener efectos sobre esta enfermedad. Los autores concluyen además que “la relación entre la artritis con el frío o el calor es únicamente consecuencia de la estrecha relación entre la temperatura y la humedad”. Esto mismo también se señala en la publicación Variables meteorológicas y salud (Cámara Díez 2006), donde indica que “la combinación de frío y humedad puede ser el desencadenante de crisis asmáticas, puede empeorar la sintomatología de los bronquíticos crónicos y en general aumentar los procesos infecciosos que afectan tanto a vías respiratorias como al propio parénquima pulmonar (neumonías)”. También señala que esta combinación frío/humedad produce un agravamiento en enfermedades como la artrosis, fibromialgia y artritis reumatoide.

44 | Climatología en el contexto del Balneario de Lugo


4. Conclusiones El clima de la Tierra ha ido cambiando través de las distintas épocas geológicas y, por ejemplo en Galicia, en la época romana las temperaturas eran entre 2 y 3.5ºC más altas que en la actualidad. El valor medio anual de la precipitación registrada en la ciudad de Lugo para el período de referencia 1981-2010 es 969 L/m2, siendo el origen de la misma mayormente frontal. La estación más lluviosa es el invierno, seguida del otoño y siendo difícil encontrar en la serie histórica meses con ausencia de precipitación. En cuanto a temperatura, el valor medio anual es de 12.3ºC, oscilando entre los 6.8ºC en invierno y los 18.2ºC en verano. La media de las mínimas más baja se da en enero (2.4ºC) y la media de las máximas más alta en agosto (25.4ºC). Se registran en promedio 42 días de helada al año. El fenómeno de la niebla, principalmente niebla de radiación, es habitual en Lugo y en aproximadamente 100 días al año se da este meteoro. La insolación media anual es 3.7 kWh/m2 día, lo que representa el 68% de la que recibiría si siempre estuviera despejado. La fracción media anual de cubierta nubosa es 61%. Por lo que respecta al viento, hay que decir que las calmas suponen un 43.5% de los datos y son mayoritarios los vientos flojos. Las rachas medias son moderadas y el valor más alto de racha registrado fue 100 km/h, al paso de la ciclogénesis de origen explosivo “Klaus”. Los vientos predominantes, por este orden, son los de norte, nordeste, sur y componente oeste. La presión atmosférica media anual, reducida al nivel del mar, es de 1018.5hPa, alcanzándose los mayores valores en invierno, por el efecto de los anticiclones invernales. De acuerdo a la clasificación Köppen-Geiger se concluye que el clima de Lugo es Csb, templado, húmedo y lluvioso todo el año, pero con veranos cálidos. Según la clasificación de Rivas-Martínez (2007), templado con variante submediterránea. En cuanto a su bioclima, oceánico de subtipo semihiperoceánico. Con esta descripción del clima lucense, con un tercio de los días del año lluviosos (con más de 1L/m2), con una humedad relativa media del 79%, superando el 70% incluso en los meses de verano, con más de 90 días al año de niebla y con una media de 42 días de helada al año, no es de extrañar que el Balneario de Lugo haya tratado, desde época romana, principalmente afecciones reumáticas y enfermedades relacionadas con el aparato respiratorio.

Ana Lage González y Santiago Salsón Casado | 45


A Ponte Vella en febrero de 1947. Foto Grandío. Fotografía de la colección de F. Arias.



I. Contexto natural

Contexto hidrogeolรณgico y explotaciรณn del agua minero-medicinal del Balneario de Lugo Luis de Ramรณn Sรกnchez Geรณlogo en Geotecnia y Cimientos S.A. (GEOCISA)


Resumen Las aguas minero-medicinales y termales del Balneario de Lugo deben su singularidad a la concurrencia de varios condicionantes geológicos, que permiten una circulación profunda y lenta del flujo hidrogeológico, que a su vez crea una fuerte identidad termal en sus aguas. El movimiento subterráneo del agua se produce a través de grandes fallas alojadas en el macizo granítico existente al oeste de Lugo. En el Balneario precisamente se localiza el contacto de estos granitos con esquistos y gneises menos permeables, que constituyen una barrera hidráulica al flujo hidrotermal, forzándolo al ascenso y a la descarga en el eje topográficamente deprimido del río Miño. La explotación de este recurso se realiza actualmente mediante sondeos diseñados para captar el acuífero termal confinado en el macizo granítico, bajo los esquistos, estando las captaciones igualmente protegidas para impedir al sondeo la entrada y la mezcla con aguas freáticas en conexión con el Miño.

Introducción A nadie escapa que la ubicación del Balneario de Lugo obedece a razones estrictamente geológicas, que dan lugar a su vez a una conjunción de circunstancias y confluencias varias singulares, que explican la presencia de los manantiales de agua mineromedicinal y termal1 justamente en el sitio en el que se encuentran. De no haber sido así ya los romanos hubieran buscado un emplazamiento más cómodo para su explotación, y si no, que pregunten a la actual propiedad, en lucha continua incluso hoy día ante las crecidas invernales del Miño a su paso por Lugo. Por otra parte, estas condiciones geohi1 El Balneario de Lugo explota agua clasificada como minero-medicinal, si bien por su drológicas generan la particular impronta temperatura de surgencia, podrían haberse igualmente clasificado administrativamente fisicoquímica de estas aguas, pudiéndocomo termales, ya que se cumplen con creces se explicar mediante su conocimiento, la los requisitos legales exigidos. En este artículo se utilizarán ambos calificativos, ya que excepcional naturaleza composicional del estas aguas son valedoras de ambas designaagua, su elevada temperatura de surgencia ciones en términos estrictamente científicos. Luis de Ramón Sánchez | 49


y el resto de atributos que definen las peculiaridades y bondades de las aguas del Balneario de Lugo. En este artículo se van a tratar cuestiones relativas al origen de las aguas, al recorrido subterráneo y a los condicionantes geológicos, a su edad, a la temperatura de base y de surgencia, a la descarga o extracción del circuito hidrotermal y a la forma de explotar y proteger este valioso recurso natural, tan apreciado por los agüistas durante siglos y tan invariablemente vital para el Balneario. En relación a esto último, la sociedad Balneario de Lugo ha mostrado de siempre un exquisito cuidado por el estado de sus captaciones y por preservar el recurso hidrogeológico que da sentido a su Balneario. De este modo, se cuenta con unas modernas captaciones por sondeo, hechas en 2003, de las que también se quiere dejar constancia en este artículo, en todo lo relativo a los estudios previos, al diseño, a la obra y a los resultados obtenidos con estos sondeos de explotación.

1. Marco geohidrológico 1.1. Geomorfología, hidrología, geología e hidrogeología general El Balneario de Lugo se encuentra como ya se ha dicho junto al cauce del río Miño, a la cota 365 m.s.n.m. aproximadamente, en la cara exterior de un meandro con avance erosivo hacia el Balneario, por lo que ya desde tiempos romanos se ha tenido que proteger la ubicación del natural y constante avance del Miño2. El río a su vez se encuentra encajado discurriendo por el Oeste de la ciudad de Lugo, separando dos territorios geológicamente distintos: Lugo la antigua, estratégicamente encaramada en lo alto de una loma a salvo de las crecidas (vértice Lugo, 495 m.s.n.m.), protegida desde tiempos romanos por su famosa muralla construida con esquistos y gneises anfibolíticos del Precámbrico3, rocas que constituyen el substrato de esta parte alta de la ciudad y de la mayoría del Lugo moderno; y la zona occidental en la margen derecha del Miño, territorio alomado formado por terrenos graníticos4 del Hercínico, que va ganando cota hasta 2 Ver capítulo 3, en el que se refieren los detalles de la protección romana a la explotación. llegar a los 470 m.s.n.m. a unos 2 km de 3 Esquistos pelíticos con granates que interdistancia del Balneario. calan gneises anfibolíticos y micacitas de la De nuevo abajo, junto al río y al Sur Serie de Villalba, pertenecientes al dominio “Domo de Lugo”. de la ciudad, este establecimiento se sitúa 4 Granito de dos micas leucocrático, porfícerca del contacto geológico que separa los rico, de grano grueso a medio. Macizo de Hombreiro. dos dominios litológicos mencionados y 50 | Contexto hidrogeológico y explotación del agua minero-medicinal


que coincide dicho contacto sensiblemente con el propio río Miño, si bien en la zona del Balneario los granitos por lo general se localizan en afloramiento en la otra margen del río, a menos de medio kilómetro. De este modo bajo los aluviones cuaternarios del Miño, con potencias inferiores a los 5 m, los sondeos han detectado mayoritariamente esquistos y gneises anfibolíticos en primer lugar, y granito bajo los anteriores, a profundidades éstos entre los 4 y 12-14 m, si bien en algún sondeo los granitos se han encontrado directamente bajo los rellenos antrópicos y los materiales de aluvión5, o en afloramiento puntual (López y González 1990: 9). En cualquier caso, esta zona representa el límite oriental del plutón granítico hercínico, y eso como se verá posteriormente, es un condicionante más en lo relativo al funcionamiento hidrogeológico de las aguas mineralizadas y termales de Lugo. En cuanto a su contexto estructural, la zona presenta fallas geológicas profundas, aprovechadas en gran medida por el río Miño para encajarse por ellas en su incisión erosiva. Si se observa el trazado del río se puede observar que bajo su apariencia meandriforme, en realidad se reconocen tramos en forma de segmentos separados por bruscos quiebros, algunos casi en ángulo recto6. Corresponden a las trazas de fallas y en la zona del Balneario por ejemplo, el río adopta un desarrollo casi Norte-Sur, de cerca de 1 km de longitud, trazado condicionado por una de las directrices principales de la fracturación hercínica que da lugar a fallas de alcance regional. La figura adjunta muestra un plano geológico que ilustra las distribuciones litológicas comentadas, tomado de la cartografía del IGME, serie MAGNA (1976) (Fig. 1). Estas fallas constituyen las zonas o vías de la circulación hidrotermal, que permiten la continuidad hidráulica entre una zona de recarga, localizada en zonas 5 En algunos sondeos aparecen en la zona superior (hasta 12-14 m de profundidad) más elevadas, y una zona de descarga, sitramos de esquistos y gneises intercalados tuada junto al río, en puntos topográficacon granitos en asimilación magmática, antes de penetrar en terrenos del plutón promente más deprimidos. La diferencia de piamente dicho, que han resistido la fusión y han mantenido su identidad litológica. potencial hidráulico entre una y otra es el 6 Tal es el caso concreto del cambio de trazado motor que induce el lento movimiento del que presenta el río poco antes de su paso por agua a través del subsuelo, que en el caso el Balneario, en la zona del puente romano. del Balneario de Lugo, es de unos 100 m 7 A efectos de cálculo, en la diferencia de carga hidráulica intervienen otros factode desnivel7. res, los que restan (las pérdidas de carga Los caudales de captación de los sondel circuito), o los que suman (termosifonamiento, disminución de densidad en el deos del Balneario son significativos, elefluido ascendente como consecuencia de la temperatura y la incorporación de gases). vados para lo que son generalmente las Luis de Ramón Sánchez | 51


Fig. 1. Cartografía geológica del Balneario de Lugo y alrededores, adaptado del IGME (1976).

52 | Contexto hidrogeológico y explotación del agua minero-medicinal


expectativas en terrenos de naturaleza granítica (hasta 4,5 l/s en régimen de explotación continuo en el sondeo 4, Ramón y Güezmes 2003: 35). También es destacable la temperatura del agua, con casi 45º C en el sondeo 3. Detrás de ambos comportamientos está la elevada transmisividad hidráulica de las zonas de fractura por las que circulan las aguas (263 m2/día en el sondeo 2. Ramón y Güezmes 2003: 34). La facilidad relativa en la movilidad del agua en su recorrido hacia la descarga hace que las pérdidas de temperatura sean comparativamente menores a otros ejemplos de hidrotermalismo en granitos, siendo por tanto Lugo un lugar geológicamente agraciado en lo relativo a la disposición del recurso en cantidad y temperatura del agua.

1.2. Origen y edad de las aguas minero-medicinales Las determinaciones que se han hecho en lo relativo a la edad del agua, mediante técnicas de analítica isotópica de la concentración de radioisótopos del Carbono (13C y 14C) han permitido datar las aguas del Balneario, asignándole una edad superior a los 15.000 años (15.255 años por cálculo, Ramón y Güezmes 2002: 22). Es decir, que las aguas que hoy manan por los sondeos y manantiales de este establecimiento se infiltraron a partir de precipitaciones que tuvieron lugar a finales del Paleolítico Superior. No cabe duda que beberse o bañarse en aguas de esa antigüedad es, cuanto menos, un privilegio. Por otra parte, la relación isotópica de Deuterio (D) y Oxígeno-18 (18O), analizada es su desviación a las rectas patrón SMOW, permite concluir el origen meteórico de las aguas del Balneario de Lugo (López y González 1990: 34).

1.3. Características geoquímicas del agua Desde el punto de vista hidroquímico, las aguas de Lugo se encuentran dentro de las facies definidas como bicarbonatadas sódicas8, en función de sus iones predominantes, aunque su naturaleza hidrotermal se evidencia por la presencia de iones indicadores de termalismo. Según los puntos, las épocas y los laboratorios9 hay un amplio abanico de análisis, pudiéndose destacar por elevados los siguientes registros máximos: sodio, con valores de 135 mg/l; fluoruros, con concentra8 Las aguas termales de terrenos graníticos suelen pertenecer a estas facies hidroquímicas. ciones de hasta 10 mg/l; sílice, detectada en 9 IGME, GEOCISA, Cátedra de Hidroloconcentraciones máximas de casi 90 mg/l; gía Médica de Madrid, Centro de Análisis de Aguas, S.A., etc. amonio, de origen endógeno, con presencia Luis de Ramón Sánchez | 53


Fig. 2. Esquema de circulaciรณn hidrotermal, adaptado de Lรณpez y Gonzรกlez 1990.

54 | Contexto hidrogeolรณgico y explotaciรณn del agua minero-medicinal


en 1,5 mg/l; litio, con casi 8 mg/l en algunos puntos; y gas sulfhídrico, con casi 10 mg/l registrados, responsable del característico olor de las aguas. Estos indicadores geoquímicos ponen de manifiesto la destacada termalidad del agua, consecuencia de la profundidad alcanzada en el circuito hidrogeológico, de la larga residencia del agua en el subsuelo y de la tipología granítica de las rocas atravesadas en dicho tránsito subterráneo.10 En relación a la profundidad, y a partir de geotérmometros químicos como el de la sílice, la temperatura de base alcanzada se ha evaluado entre 100 y 110ºC según la fuente (IGME 1982, López y González 1990: 26), que aplicando un valor medio del gradiente geotérmico de la zona11, implica una profundidad máxima de 3.300 m (López y González 1990: 26).

1.4. Modelo hidrogeológico: infiltración, tránsito y residencia subterránea y descarga Veamos cómo se encajan los datos recapitulados en su conjunto para establecer el funcionamiento físico del modelo hidrotermal de Lugo. El movimiento del agua subterránea es muchísimo más lento que en la circulación hídrica superficial, lo que unido a la gran profundidad alcanzada y por tanto a la longitud del circuito hidrogeológico, que será como mínimo de unos 7 km de recorrido, explica las dilatadas residencias subterráneas (los 15.000 años de antigüedad). La zona de recarga se ha identificado como el macizo granítico de Hombreiro, al Oeste del Balneario. El agua de lluvia una vez infiltrada, en la proporción que determine la tasa de infiltración correspondiente, inicia un lento descenso de 3,3 km a favor de fallas profundas existentes en el plutón granítico. Presión y temperatura facilitan entonces la disolución mineral de la roca caja, traduciéndose en un progresivo enriquecimiento mineral de las aguas. En su desplazamiento hacia el Este y tras buena parte de la fase de residencia subte10 La naturaleza granítica del substrato, la temperatura alcanzada y la dilatada resirránea, el flujo se encuentra con un obstácudencia subterránea queda evidenciada por los siguientes indicadores geoquímicos: lo al alcanzar el contacto con la formación facies sódicas (alteración de silicatos tipo metamórfica y se traduce en un fenómeno albita); alto contenido en fluoruros, alteración de rocas plutónicas; elevado contenido coadyuvante al ascenso del flujo hidrotermal en sílice (hidrólisis de feldespatos) y elevada profundo, forzando la subida del agua presutemperatura de base; presencia destacada de potasio (meteorización de feldespatos). rizada a la superficie buscando reequilibrarse 11 La temperatura en la corteza terrestre aupiezométricamente con la zona de recarga, menta como media del orden de 3ºC por cada 100 m de profundidad. unos 100 m más elevada. Luis de Ramón Sánchez | 55


Por otra parte, la elevada permeabilidad y transmisividad de las fallas hace que la descarga de agua termal pueda ser rápida en términos hidrogeológicos, lo cual se traduce en pozos y surgencias caudalosos y aguas de temperatura destacada, conservándose en buena medida el calor residual de la base del recorrido hidrotermal. El esquema de la página 58 ilustra una interpretación del circuito hidrotermal del Balneario de Lugo, de acuerdo a lo comentado en el presente epígrafe (Fig. 2).

1.5. Sostenibilidad y protección del recurso Una vez visto el modelo de funcionamiento, es fácil comprender que la integridad del sistema hidrotermal en lo relativo a la cantidad de agua explotable está basado en el mantenimiento de los equilibrios de presiones. Si bien el agua minero-medicinal que se extrae ha estado más de 15.000 años en la oscuridad del subsuelo, hay una continuidad hidráulica que hace que el agua se vaya lentamente desplazando a lo largo de todo el circuito, y que si se interrumpe o altera dicho equilibrio hidrostático, el agua dejará de fluir hacia las captaciones, siendo reemplazada por las aguas freáticas del entorno en situación de bombeo. De acuerdo a este modelo, es importante señalar que los equilibrios hidrostáticos deben mantenerse y vigilarse en las zonas de acción humana, que son la recarga y la descarga del sistema. Si estos equilibrios se mantienen, el recurso hidrogeológico es sostenible y renovable mientras la tasa pluviométrica proporcione la recarga necesaria. Normalmente este tipo de acuíferos presurizados encuentran el punto de mayor vulnearabilidad en su surgencia, debido a dos factores igualmente delicados: la presencia de acuíferos no termales en la zona de la descarga hidrotermal, a los que denominaremos freáticos, en este caso además hidráulicamente conectados con el río Miño y por tanto, con la potencial carga contaminante asociada a sus aguas; y el riesgo que conlleva la sobreextracción por bombeo, por inversión de los flujos y posible e indeseable “efecto llamada” hacia la captación termal de las aguas freáticas. La explotación en el Balneario de Lugo se ha dotado de los mecanismos fundamentales de protección: la constitución de un perímetro de protección, preceptivo por Ley, que protege el sistema hidrotermal en toda el área involucrada en la hidrodinámica de las aguas12; la construcción de sondeos de explotación protegidos; y la extracción de agua minero-medicinal controlada. El objetivo de protección abarca tam12 Perímetro de protección en su actual conbién la calidad del agua, ya que ambas cuesfiguración según resolución de la Xunta de Galicia, del 24 de julio de 2003. tiones están tan ligadas que frecuentemente 56 | Contexto hidrogeológico y explotación del agua minero-medicinal


no se pueden separar ambos problemas. Si se alteran los equilibrios de presión, baja el rendimiento, se sobreexplota el acuífero y se genera el ingreso a la captación de aguas subterráneas o superficiales, que pueden arrastrar una potencial contaminación a las aguas, cuanto menos, alteración por dilución.

2. Nuevas captaciones mediante sondeo: justificación, características, construcción y explotación Las captaciones originales y aún funcionales son de origen romano, conservándose en un excelente estado, permaneciendo aún operativas si bien su uso está limitado en la actualidad a tratamientos respiratorios e ingesta en la fuente localizada en la zona central del Balneario. En cuanto a los manantiales originales, además de las tres captaciones comentadas del interior del edificio del balneario, existe conocimiento de otros puntos de carácter termal en el exterior (y uno más quizás en el interior también), en los alrededores inmediatos del Balneario, incluso en el mismo cauce del Miño y por tanto sólo accesible en fuertes estiajes. Ninguno de todos estos otros puntos de surgencia termal o semitermal se aprovecha en la actualidad. En el bloque 3, pueden consultarse con detalle todos los aspectos relacionados con este valiosísimo testimonio arqueológico de la ingeniería hidráulica romana, así como un plano de ubicación de los distintas manifestaciones termales conocidas. El grueso del consumo de agua minero-medicinal para el Balneario y para la calefacción de los edificios se realiza hoy por hoy de los sondeos construidos en 2003 por GEOCISA. El sistema de explotación anterior a esta fecha, a partir de los manantiales romanos, había quedado desfasado siendo ya inadecuado para una instalación moderna como esta, máxime con los planes de modernización y ampliación que se iban a acometer en el centro y en el hotel. En efecto, en el año 2002 la sociedad Balneario de Lugo S.L, de cara al abastecimiento del nuevo club termal y para dotar de mejor servicio a las instalaciones existentes, decidió mejorar sus captaciones para lo cual encargó a GEOCISA los estudios y obras que se llevaron a cabo desde finales del 2002 a principios del año 2003. Bien es sabido que a estas aguas se les requiere un grado de pureza microbiológica muy elevado, igual que las aguas de envasado para consumo humano, y que no admiten tratamiento químico alguno para su purificación, debido a los cambios composicionales inducidos y a la pérdida derivada en las propiedades medicinales. Por ello de origen deben extraerse del acuífero en un estado microbiológico óptimo para poderse administrar posteriormente en los tratamientos del Balneario. Luis de Ramón Sánchez | 57


Fig. 3. Diseño de los pozos de explotación. Ramón 2003.

58 | Contexto hidrogeológico y explotación del agua minero-medicinal


De acuerdo con lo anteriormente dicho, una extracción segura de aguas mineromedicinales debe combinar dos condiciones simultáneas para evitar la mezcla con aguas freáticas en la captación: proteger parcialmente la zona productiva y dimensionar correctamente los descensos generados por bombeo. En definitiva, se trata de mantener un equilibrio de presiones entre ambos tipos de agua, de forma que la interfaz de ambas quede controlada o aislada y se evite la entrada de aguas freáticas a la captación. La forma de conseguir esto consiste en diseñar un sondeo con una zona superior estanca, sellada de alguna forma, dejando una zona productiva del mismo en la zona profunda del sondeo, en la roca del acuífero hidrotermal. Al mismo tiempo, debe tomarse la precaución que los niveles dinámicos, los de bombeo, queden siempre al abrigo de la zona estanca del sondeo. Esto se consigue mediante cálculo hidráulico, a partir de los parámetros hidrogeológicos del acuífero termal, del régimen de bombeo y de las pérdidas de carga inducidas, seleccionando un caudal de extracción que genere un descenso máximo determinado. En otras palabras, hay que regular el caudal de bombeo para evitar que el descenso supere la zona protegida del sondeo. Existía información varia sobre el subsuelo del Balneario. Con anterioridad varias empresas habían hecho prospecciones y estudios con objetos varios, sin embargo, faltaba hacer una síntesis y una comparativa de los resultados obtenidos con dichas campañas. De este modo, se confeccionó un plano de síntesis (Ramón y Güezmes 2002), que sirvió para ver confluencias de anomalías térmicas o resistivas del subsuelo, y en función de esto y de un reconocimiento geológico del terreno, se marcaron cuatro puntos favorables a la presencia de agua termal. En cada uno de estos puntos se perforó un sondeo de investigación, con recuperación de testigo que permitió obtener un corte litológico del terreno, así como evaluar mediante ensayos y analíticas, la potencialidad minero-medicinal y termal de cada uno de ellos. De esta forma, pudo confirmarse que el subsuelo estaba formado por las tres capas distintas mencionadas anteriormente: superiormente un horizonte de materiales sueltos, ya fueran rellenos antrópicos o materiales cuaternarios; la formación metamórfica confinante bajo la capa anterior; y la roca granítica en la zona más profunda, en la que se aloja el acuífero termal. En efecto, al llegar con las perforaciones al granito la temperatura del agua y otros indicadores de termalismo, como la conductividad, experimentaron bruscos cambios al tiempo que los caudales de aforo subían súbitamente. Los resultados fueron satisfactorios, si bien existían diferencias en lo relativo a la cantidad y termalidad (temperatura y quimismo) del agua encontrada. Se seLuis de Ramón Sánchez | 59


Fig. 4. Representación del funcionamiento de una de las captaciones modernas del Balneario de Lugo (Ramón 2004). Obsérvese que sólo se permite la entrada de agua al sondeo por la zona basal, alojada en el nivel inferior de roca granítica (zona de tubería ranurada en color amarillo). El resto de la tubería (color gris) es ciega y está cementada.

leccionaron los tres mejores (o más convenientes) para su posterior explotación mediante sondeos definitivos. De esta forma y con la información recabada, GEOCISA realizó un proyecto de construcción, del que se toma la figura 3 ilustrativa del diseño de los sondeos (Ramón 2003) (Fig. 3). La obra de construcción de los sondeos se hizo a continuación, completándose en el mes de febrero de 2003. Terminada la misma, las nuevas captaciones se evaluaron hidráulicamente, para ajustar el rendimiento real de cada una de ellas, y se analizaron sus aguas. Los caudales de explotación aumentaron en relación a las posibilidades anteriores en cuatro veces, la temperatura subió cerca de 2ºC y la calidad fisicoquímica del agua mantiene en los sondeos una constancia permanente desde entonces. En el apartado microbiológico, las aguas se han obtenido siempre libres de cualquier contaminación, incluso en circunstancias adversas coincidiendo con crecidas del río Miño. Los resultados por tanto fueron muy satisfactorios y hoy día el Balneario de Lugo sigue explotando de forma continua los 3 sondeos realizados. La figura muestra un corte del terreno con la obra de captación, en la que puede apreciarse el funcionamiento del sondeo (Fig. 4). 60 | Contexto hidrogeológico y explotación del agua minero-medicinal


3. Conclusiones El Balneario de Lugo debe su existencia a un contexto geológico singular, en la que se combinan litologías graníticas con fallas muy profundas de desarrollo regional y de elevada transmisividad en su zona de descarga, un contacto litológico con materiales metamórficos menos permeables, que concentran y potencian dicha descarga y una configuración topográfica con desnivel suficiente para dar lugar a la necesaria diferencia de potencial. Todo ello da origen a unas manifestaciones hidrotermales destacadas y particulares dentro del panorama del termalismo en acuíferos graníticos. De sus cualidades o potencialidades hidrogeológicas son a subrayar: su productividad, con sondeos de elevado rendimiento (de hasta 4,5 l/s), capaces de proporcionar sobradamente las necesidades hidráulicas al centro termal y al hotel; la temperatura de surgencia, con aguas calientes a 45ºC fruto del mecanismo rápido ascensional de los flujos termales, que hace que se conserve en buena medida el calor residual de la base del circuito hidrogeológico; y la mineralización del agua, propia de acuíferos hidrotemales en granito con circulación dilatada en el tiempo y muy profunda, con concentraciones destacadas en indicadores termales (sodio, fluoruros, amonio, litio, sílice…) y en sulfhídrico, que permiten el tratamiento exitoso de las patologías indicadas en el centro termal. El recurso que se explota es renovable y si se hace con las tasas de explotación fijadas, sostenible en el tiempo. Es muy importante mantener y vigilar las condiciones de protección en la zona del perímetro, para conservar los actuales equilibrios hidrostáticos entre recarga y descarga, lo cual lleva a atender y evitar dos potenciales peligros: la disminución de la recarga, por extracciones de agua subterránea en esta zona mediante nuevos sondeos o incremento de las extracciones existentes; y la sobreexplotación en la zona de la descarga, por aparición igualmente de nuevos sondeos o por incrementos descontrolados en las extracciones autorizadas. La explotación del recurso por parte del Balneario de Lugo se está llevando a cabo con los medios adecuados y con la protección necesaria, mediante sondeos protegidos, habida cuenta la vulnerabilidad del lugar de descarga por las condiciones del entorno inmediato, con el río Miño y la ciudad de Lugo como potenciales focos de contaminación proximal. De no haberse dotado el Balneario de este sistema no se podrían explotar las actuales tasas de agua termal, dimensionadas para las instalaciones presentes. Por último, cabe destacar que está en proyecto monitorizar de forma automática el control de la explotación, mejorando la gestión y el control de las extracciones de agua. Luis de Ramón Sánchez | 61



Puente antiguo sobre el río Miño,

ca. 1910. Postal coloreada. Postal de la colección de M.U. Barrio.


I. Contexto natural

Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño: tramo Ponte OmbreiroCaneiro do Anguieiro (Lugo) Pablo Ramil Rego Javier Ferreiro da Costa

GI-1934 Territorio & Biodiversidade. Departamento de Botánica. Instituto de Biodiversidade Agraria e Desenvolvemento Rural (IBADER). Universidade de Santiago de Compostela. Campus Universitario. Lugo.


Resumen Se realiza una descripción ambiental del corredor ecológico del río Miño a su paso por la ciudad de Lugo (Galicia), analizando los componentes clave de la biodiversidad, así como las consecuencias que sobre éstos han tenido distintas actuaciones humanas.

Galicia, el país de los mil ríos Álvaro Cunqueiro Mora (1911-1981), acuñó la expresión “Galicia el país de

los diez mil ríos” (Cunqueiro 1973; Cunqueiro y Campurri 1981), que será am-

pliamente utilizada por autores posteriores para singularizar la hidrografía del país gallego. “Galicia es el país de los diez mil ríos: unos grandes, otros medianos, otros pequeños, otros regatos que bajan desde los montes a las vallinas y valles, que en una parte del curso suyo atorrentan, saltan, espumean, y en otras remansan. Hubo lagunas, que ahora desecaron, la de Antela, en Ourense, bajo cuyas aguas estaba la ilustre ciudad de Antioquía de Galicia, y la de Valverde, en la laguna de Cospeito, en la Terra Chá luguesa; desecaron y no investigaron si bajo las aguas había torres y jardines, y un campanero de las avemarías de las doce. Y aún hay lamas, pequeñas lagunas en el invierno de la citada Terra Chá” (Cunqueiro 1973). “Diez mil ríos corren por la piel verde de Galicia, y si en las montañas orientales crecen hayas y corre el lobo, en la costa occidental florece la camelia y dan sus frutos de oro el limonero y el naranjo” (Cunqueiro y Camprubí 1981) (Fig. 1). Los cursos fluviales gallegos, dadas las características climáticas, geográficas y geomorfológicas del territorio, presentan un grado de jerarquización reducido, caudales permanentes durante todo el año, aunque se evidencia en muchos de ellos un importante estiaje estival. La mayor cuenca hidrográfica y el río con mayor orden de jerarquización es el Miño, abarcando una superficie de 17.619 Km2, extendida por tres Comunidades Autónomas: Galicia, Asturias y Castilla y León, por territorios de más de 200 términos municipales. Igualmente es el segundo río, en cuanto a magnitudes hidrográficas, de la Región Atlántica de Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 65


la Península Ibérica, superado únicamente por el Douro, y uno de los ochos ríos principales del territorio Ibérico. La importancia del Miño, en el contexto gallego, ha llevado a identificarlo como “El Padre Miño”, a la vez que surgieron distintas propuestas para situar sus nacientes. El establecimiento de los mismos habría que situarlos, según criterios geográficos, con el punto más alejado a su desembocadura. Si nos circunscribimos a la subcuenca del Miño, la referencia más antigua sobre sus nacientes procede de la descripción realizada por el Licenciado Molina (1550) donde se indica: “Pasamos al río famoso de nombre, que en nuestra Galicia llamamos el Miño, al qual hasta agora llamaramos niño, mas otros que absorbe le hazen ser hombre, en partes va bravo, q no hay quien no asombre, pasa por pueblos que aqui se dirán, la fuente do nace se llama Miñan, que deste Miñan tomo su renombre” (Molina 1550). En la descripción de Molina (1550) se asume erróneamente que el afluente más alejado de la desembocadura es el tramo que recibe el nombre de Miño, situando el nacimiento de este tramo, y por generalización el del propio río Miño en la fuente Miña, de la que toma el nombre. Fuente que se correspondería con la laguna de Fonmiña en el término de A Pastoriza (Fig. 2). Autores posteriores sitúan con menor precisión las fuentes del Miño, ubicándolas en un lugar impreciso entre Mondoñedo y Lugo: “El sexto Rio es el Miño en Galicia, que nace en los Montes, que están entre Lugo, y Mondoñedo” (Anónimo 1772). “Los ríos más principales que bañan á Galicia son el Miño, que nace como unas dos leguas al Sur de la Ciudad de Mondoñedo, pasa por la de Lugo hacia la de Orense, aumenta su caudal con las aguas de otros ríos menores, y como unas dos leguas y media antes de llegar á esta Ciudad, recoge también las del caudaloso Sil” (Anónimo 1793). Al Inspector de Minas Guillermo Schulz (1805-1877) se debe una descrición más detallada de la cuenca del Miño, donde identifica los distintos afluentes que recogen las aguas de las áreas más alejadas del Alto Miño, sin identificar cuál de ellos se corresponden con su naciente: “La región hidrográfica del Miño con el Sil comprende la mitad de Galicia y ofrece grandes diferencias en su configuración: la parte superior del Miño con sus afluentes Miñotelo, Bean, Anllo, Támboga, Ladra, Parga, Narla, Ferreira, Azúmara, Lea, Chamoso, Tórdia, Neyra y Sárria, con muchos otros menores es generalmente poco montañosa pero bastante elevada, ofrece las llanuras de Terra Chá, los países undulentos de Meyra, de Villalba y de Lugo, sin que en todo esta gran recinto se perciban sierras muy escarpadas ni barrancos muy profundos, aunque de cerca no deja de haber notables desigualdades; pero más elevadas son 66 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


las montañas que las circundan, particularmente por el E, N y O, donde se encuentran los monte de Oribio, de Vidoedo, de Fontaneyra, y de Cubeyro, la Sierra de Meyra, el Monte Carracedo, la Infesta, el Tojoso, la Carba, la Loba, el Montouto, la Sierpe y el Corno de Boy. Por la parte S, se ve dentro de este recinto el monte Oroso, y como límite la cuesta del Páramo. Por esta parte, desde el río Ferreira y hasta la confluencia del Sil, forma la región del Miño una faja muy estrecha de unas tres leguas de anchura, y por consiguiente sin afluentes notables aunque copioso, y con la particularidad de que el río corre por todo este especio entre altísimos ribazos, y generalmente en un alveo riscoso” (Schulz 1835). La vinculación de los nacientes del Miño con la laguna de Fonmiña, planteada por Molina (1550), será asumida y aceptada por numerosos autores del s. XIX. Así aparece reseñado explícitamente en la Cartografía de Galicia elaborada por Domingo Fontán (1835) y en numerosas obras geográficas: “Miño, Río de España que nace en la prov. de Galicia, y en ella se pierde en el mar, corriendo el espacio de cerca de 60 leg., y aunque bajo este respecto no están considerable como los otros 5 grandes ríos de España, no deja de serlo si se atiende á la cantidad de sus aguas. Desciende de las faltas occidentales de los últimos de los ramales del Pirineo, en una laguna llamada Fuente Miña, y corre á perderse en el Océano” (Miñano y Bedoya 1827). “Los ríos de primera categoría son el Miño y el Sil. Nace aquel en Fuente Miñá, provincia de Lugo, no lejos de Mondoñedo, cerca de Meira, á pocas leguas de la raya de Asturias, en una laguna que está 1732 pies sobre el nivel del mar” (Martínez de Padín 1849). “Nace el río Miño en la provincia de Lugo, en el punto denominado Fuente Miña ó Fuenmiñá, á la falda de la sierra de Meira, en los confines de los partidos de Lugo, Fonsagrada y Mondoñedo. Recibe en su nacimiento como tributario de escasa cantidad el río Meira y el río Longo, dirigiéndose hacia el Noroeste por el partido de Mondoñedo hasta reunirse con el río Miñotelo ó Magdalena” (Correa Fernández 1900). Aunque también hay autores que prefieren ubicarlas de forma global entre los Montes de Mondoñedo y la Sierra de Meira: “Los rios de mayor consideración, que bañan el Reyno, son el Miño, que nace junto al Monasterio de Meyra, cinco leguas y media al nordeste de la ciudad de Lugo, corre por legua y media al noroeste, allí se une al Miñotelo, vuelve al sudoeste, y á otra legua escasa se le agrega el rio Bean, dirigiéndose luegal al poniente por espacio de dos leguas recoge el rio Anllo, tuerce otra vez al sudoeste, y á dos leguas recoge el Tamboga, que viene de la Provincia de Mondoñedo, y trae como unas cinco leguas de curso” (Labrada 1804). “Galicia: Sus principales ríos son: el Miño, Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 67


Fig. 1. Vista del Miño a su paso por Lugo, en 1920 aprox. Postal de la colección de M.U. Barrio Moure.

Fig. 2. Distintas estampas antiguas del tramo fluvial del río Miño (Lugo). Imagen superior: Postal antigua (ca. 1920). Galicia-Paisaje del Miño-Lugo. Librería Lino Pérez (A Coruña). Imagen central: Postal antigua (ca. 1920). Lugo: Galicia. Paisaje del Río Miño y Balneario. Heliotipia de Kallmeyer y Gautier (Madrid). Imagen inferior: Postas antigua, coloreada a mano (ca. 1950). Lugo: Vista panorámica. Río Miño. Tarjeta Postal. Ediciones Lujo (Zaragoza). 68 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 69


que nace al oriente de la sierra de Mondoñedo, y después de recibir varias vertientes y ríos menores, separa la Galicia del Portugal” (Laborde, 1826). “El Miño, otro de los [ríos] de primer orden de la Península nace al O. del partido de Villalba; y enriquecido con los ríos Parga y el Ladra y el Labrada unidos, corre en dirección casi S. por el partido de Lugo y el confín de los de Sarria y Monforte con el de Chantada; y aumentado á la salida de la prov. con las aguas del rio Sil pasa á la de Orense” (Elias 1848). Por su parte, Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España, vincula el nacimiento del Miño con dos arroyos que se forman en la Sierra de Meira, que tras su unión reciben las aguas del efluente de la laguna: “Miño: río en el antiguo reino de Galicia; toma origen de los Meira y Longo que nacen de las vertientes de la sierra de Meira y bajan a Fuente-miña, y unidos corren hasta Saldange, donde por la derecha recibe al Magdalena ó Miñotelo” (Madoz 1848: XI, 424). A comienzos del Siglo XX, Otero Pedrayo (1921) en su célebre obra Guía de Galicia identifica los nacientes del Miño con los arroyos del Meira y Longo, procedentes de la Sierra de Meira: “En las alturas de Bretoña se forma la corriente del Miñotelo o Magdalena y en los relieves de Romariz, Labrada y Monseibane los raudales de Anllo y Tamboga, respectivamentem ríos lentos espaciados en paludes y sometios a la atracción de la corriente que surgida entre densas y verdes frondas de la Fuente Miña ó Fonmiñá, cerca de la Sierra de Meira, y pronto engrosada por dos arroyos de ella –el río de Meira y el Longo– inicia el curso del mayor río Gallego, el Miño”. Descripción que desarrolla posteriormente en la Geografía de España (Otero Pedrayo 1956), donde indica: “El sistema del Miño lucense presenta, después de la gran cuenca aluvial de la Terra Chá, el inicio y ahondamiento del valle y recibe de las sierras nordorientales de las que el Miño es hijo, magníficos tributarios. Los torrentes de la Sierra de Meira, llamados Longo y Meira, unidos a la corriente de la hermosa Fonte Miña, cerca de la villa de Meira forman el gran río gallego, el Miño (340 Km) que se desenvuelve en lenta curva, recibiendo antes de Lugo el Luaces, el Lea y prolijo sistema del Magdalena, el río de la comarca de Vilalba, con el Parga (31 Km), Labrada y Ladra (38 Km) que provienen de la Sierra de la Loba y del Cordal de Montouto”. Posteriormente, Pérez Alberti (1986), mantiene la vinculación de los nacientes del Miño, con los arroyos que nacen en la Sierra de Meira, aunque sí establece una prioridad entre ellos: “O Miño ten as súas fontes na Serra de Meira: son tres: unha en Leiras (Monte de Louseiras), co Rego da Pena, que descende desde os 700 m; a segunda no Pedregal de Irimia; aquí o regueiro 70 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


xorde dunha colada de bloques de tipo Periglaciar, situado a 660 m. Por último, máis ao Sur, está o terceiro brazo, o regueiro Xiromeno, situado tamén a 660 m. Estes tres regueiros xuntánse mais arriba de Meira, a 500 m de altitude nunha zona aplanada. Augas abaixo o incipiente Miño recibe as augas do Riolongo. Estáncase en Fonmiñá lugar que tradicionalmente está considerado como nacemento do río Miño, sen sabérmo-los porqués de tal atribución”. Río Barja y Rodríguez Lestegás, mantendrán los criterios establecidos con anterioridad por Otero Pedrayo (1926; 1956), aunque considera el arroyo procedente del Pedregal de Irimia como la fuente principal del Miño: “Neste lugar coñecido co nome de Pedregal de Irimia xorde un manancial de constante caudal que podemos considerar a verdadeira fonte do río Miño” (Río Barja y Rodríguez Lestegás 1992) (Fig. 3). La disputa entre los defensores de Fonmiñá como fuente del Miño, y aquellos que ubican está en el arroyo procedente del Pedregal de Irimia, queda diluida en una propuesta desatinada, divulgada por el organismo de cuenca: “El río Miño –el principal río de Galicia– nace de la unión de las aguas procedentes de numerosas fuentes que riegan la ferrosa sierra de Meira y que se juntan en un enclave hidrográfico natural situado a 695 m de altitud, en la ladera oeste de esta sierra, conocido como el “Pedregal de Irimia”. Es un lugar dotado de gran simbolismo y son muchas las leyendas que han tratado de explicar de manera fantástica la extraordinaria colocación de las grandes rocas que cubren las fuentes primigenias del Miño. El Pedregal es una morrena glaciar similar a un río de piedras que, de forma natural, desciende a lo largo de 700 metros por la ladera de la sierra. Bajo las rocas se puede escuchar el invisible murmullo del agua y, aunque al final de este embudo se aprecia un pequeño riachuelo, realmente esta fuente primigenia fluye subterráneamente hasta aflorar en la laguna de Fonmiña (municipio de A Pastoriza), a 600 msnm” (CHMS 2012). A fin de dilucidar la situación de las fuentes del Miño decidimos analizar con ayuda de un Sistema de Información Geográfica la red hidrográfica del Alto Miño. Del análisis de la misma se desprende, en coherencia con lo anteriormente indicado por Otero Pedrayo (1956) y otros autores anteriores, que de la vertiente occidental de la Sierra de Meira surgen varios arroyos que se van intersectando entre sí, recibiendo aguas abajo de la localidad de Meira, el efluente procedente de la laguna de Fonmiña. La longitud de estos cursos fluviales, medida desde su nacimiento hasta el punto de unión con el efluente de Fonmiñá, permite considerar que la longitud del curso del arroyo procedente del Pedregal de Irimia, es inferior a la del curso del Riolongo, o incluso a la contabilizada por el Vilaxuso. En consecuencia, de encontrarse los nacientes Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 71


Tabla 1. Longitud de los cursos fluviales del Alto Miño, calculados desde su naciente hasta el Balneario de Lugo o hasta el Océano Atlántico. Coordenadas UTM en proyección ETRS89 29N. Curso fluvial Azumara

Localidad referencia

UTM naciente

Balneario

Océano

Ponte de Outeiro

637846, 4771742

79.456 m

321.642 m

(Castroverde)

Riolongo

Rielo (Meira)

641590, 4782937

80.968 m

323.154 m

Pedregal de Irimia

641420, 4786074

78.307 m

320.493 m

Arroyo del Pedregal

(Meira)

Rego da Pena

Leiras (Meira)

640759, 4789119

80.457 m

322.643 m

Labrada

O Carrancho

616400, 4807769

83.340 m

325.526 m

615971, 4807674

67.154 m

309.340 m

605857, 4808160

74.507 m

316.693 m

Rego de Fonte Toxoso

(Abadín) Fonte Toxoso (Abadín)

Rego da Platería

Fonte da Neveira (Xermade)

72 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


del Miño en la vertiente occidental de la Sierra de Meira, resulta inadecuado asignar la misma con el arroyo procedente del Pedregal de Irimia. La fuente o fuentes de un río se asocian con los tramos fluviales más alejados de su desembocadura. Aplicando este criterio al río Miño, las auténticas fuentes del Miño, estarían ubicadas en la subcuenca del Sil, en la ladera de Peña Orniz (Cabrillanes, León), donde tradicionalmente se han localizado los nacientes del Sil. Centrándonos en la subcuenca del Miño, los tramos fluviales más alejados, en línea recta, de la desembocadura del Miño, se sitúan en los arroyos que surgen en las laderas entre el pico O Carrancho (935 m) y Monte Toxoso, en el municipio de Abadín, que convergen en el río Labrada, que distan 204 km, en línea recta, al Esteiro do Miño. Mientras que la distancia del tramo inicial del arroyo generado en el Pedregal de Irimia, se sitúa a 201 km de distancia a la desembocadura. El tramo de cabecera del río Labrada, junto con el Rego do Campo (UTM 601322 4810649), situado este último al pie de Pena Goia, en el municipio de Xermade, serían además los cursos fluviales situados a mayor altitud, con respecto a la del Esteiro do Miño, de la subcuenca del Miño. Otro cálculo más ajustado para discernir las fuentes del Miño sería la valoración de la longitud de cada tramo fluvial, cálculo que en la actualidad puede realizarse con exactitud a través de la cartografía digital oficial. Empleando en este caso la derivada de la cartografía digital del SITGA (Xunta de Galicia), elaborada a partir del mapa 1:25.000 Instituto Geográfico Nacional. En la tabla adjunta (Tabla 1) se expresan los valores obtenidos para la longitud del curso fluvial de los principales afluentes del Alto Miño, indicando la distancia desde su nacimiento al Balneario de Lugo, así como la distancia al Océano Atlántico. Los datos obtenidos muestran valores muy próximos de longitud de cauce entre varios de los arroyos de la vertiente occidental de la Sierra de Meira (Riolongo, Porto da Pena, Rego do Pedregal de Irimia), siendo superados claramente por el Labrada. En consecuencia, los datos calculados para la distancia y longitud entre los posibles nacientes del Miño (Alto Miño) y la desembocadura, nos obligan a considerar como nacimiento del Miño, el arroyo Labrada, que discurre por las laderas meridionales de O Carrancho (Abadín).

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Fig. 3. Río Miño en el Caneiro do Piago (Outeiro de Rei). Foto autores.

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1. Alto Miño Schultz fue el primero en sectorizar la subcuenca del Miño en tres grandes unidades (Alto Miño, Cunca Media, Baixo Miño), siendo posteriormente Otero Pedrayo (1926), quien mejoró la descripción de estas unidades aportando criterios fisiográficos y paisajísticos. El Alto Miño abarcaría desde sus nacientes, en las montañas que conforman el reborde montañoso de la Terra Chá, prolongándose hacia el Sur, hasta la unión con el Sil. La subcuenca Media o Miño Ourensán, quedaría establecido desde este último punto hasta Arbo. Y finalmente el Baixo Miño, o Miño Galaico-Portugués se extendería hasta la desembocadura en el Océano Atlántico. Según Otero Pedrayo (1926) el “Alto Miño” o “Val Alto do Miño” tiene “una forma de ancha y lobulada hoja de castaño cuyo pedúnculo se inserta en Los Peares o Tres Ríos, punto de confluencia con el Sil. Mejor que valle forma una región de atracción de aguas, al Norte, ampliamente desenvuelta en la Terra Chá y comarcas de topografía semejante, al S de un tramo de río comprendido aproximadamente entre Rábade y Lugo, ordenada en comarcas bien determinadas por el relieve en forma de bocarribeiras y de valles amesetados según el cauce del río se ahonda ente altas riberas. Son a la derecha las comarcas de Friol, Taboada, y Chantada. A la izquierda, las mejor definidas de Castroverde, Sarria y Lemos, separadas entre sí por umbrales montañosos. La acción atractiva del Miño se insinúa muy profundamente en el cerco de montañas que hemos descrito llegando hasta el corazón de las sierras cámbricas en las fuentes del Neira, del Sarria y del Miñotelo”. Autores posteriores redistribuyeron los límites de las tres unidades que constituyen la subcuenca del Miño de modo que la transición entre el Alto Miño y el Miño Central se situó bien en la unión del Neira o el Ferreira, o de forma más habitual a través de la interconexión del Miño con la subcuenca del Narla, Mera y Fervedoira. Por lo que los tramos de valle más angostos, en los que el Miño se encañona progresivamente, se consideran como característicos del Miño Central y no del Alto Miño.

1.1. El último reducto de biodiversidad La importancia ambiental de los ríos viene determinada tanto por la diversidad de comunidades que alberga en su medio acuático y en sus riberas, como por su carácter de corredor ecológico, a través del cual los tramos fluviales se interconectan con pequeños humedales de aguas no corrientes, asentados en Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 75


las proximidad de sus riberas (lagunas, charcas, turberas, bosques aluviales y cenagosos, matorrales y herbazales húmedos, etc.) así como con pequeñas áreas conformadas por medios terrestres. En su conjunto estos medios configuran un ecosistema singular, el corredor fluvial, caracterizado por presentar una gran estabilidad en los flujos de materia y energía entre las distintas unidades (diásporas, elementos reproductores, agua, nutrientes, sedimentos, etc.), a la vez que muestra una gran resiliencia frente a los cambios ambientales. Estas características propician que los corredores fluviales atesoren una gran diversidad de especies, en ocasiones muy superior a la que podemos encontrar en la matriz del paisaje por los que éstos discurren (Fig. 4). En Galicia, muchas especies lograron persistir los eventos fríos que se sucedieron durante el Cuaternario, al encontrar refugio en estos medios, y poder adaptar sus áreas de distribución a lo largo de las distintas unidades y tramos de la cuenca en función de los cambios climáticos globales. La presencia de helechos característicos de los bosques subtropicales y mesófilos que se expandieron en el continente Europeo y en otras regiones del Planeta, durante el Terciario, como Culcita macrocarpa, Woodwardia radicans, han quedado confinados en la actualidad a pequeñas áreas de baja y media altitud vinculadas con corredores fluviales (Eume, Sor, Baxoi, Ouro, etc). Situación similar ocurre con otras especies de flora y fauna, entre las que podemos destacar distintas especies de helechos acuáticos (Isoetes fluitans, Pilularia globulifera, etc), bivalvos acuáticos (Anodonta cygnea, Margaritifera margaritifera, Unio pictorum), que todavía mantienen en la actualidad una amplia presencia en el Alto Miño. Así como elementos cuya diferenciación evolutiva ha sido más reciente, pero que muestran de nuevo áreas de distribución reducidas, fragmentadas vinculadas en nuestro territorio con la existencia de corredores fluviales (Hydrocharis morsus-ranae, Luronium natans, Nymphoides peltata, etc.). El hombre primitivo se aprovechó de los corredores fluviales para desplazarse, además de obtener de ellos alimentos y distintos recursos naturales. Las primeras culturas agrícolas aprovecharon igualmente los corredores para establecer sus cultivos y asentar sus poblaciones. Pero la presión del hombre sobre los corredores también determinó su transformación, de modo que junto a los hábitats naturales, aparecieron otros de carácter seminatural (prados húmedos) y artificial, como pequeñas áreas de cultivo, viales, caminos, puentes y distintos tipos de elementos constructivos. En el NW Ibérico la configuración y expansión del agrosistema castreño y su posterior sustitución por el agrosistema foral y ultramarino (Ramil Rego et alii 2012), supuso una drástica transformación de paisaje. En las áreas de baja y me76 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


Fig. 4. Corredor fluvial del rĂ­o MiĂąo aguas abajo del Balneario de Lugo. Foto autores.

Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 77


dia altitud, las superficies ocupadas por hábitats naturales se redujeron y fueron sustituidas en gran parte por un mosaico de medios artificiales y seminaturales. Los corredores fluviales perdieron entidad, los extensos y continuos bosques húmedos se redujeron, especialmente en las proximidades de las áreas habitadas a pequeños bosquetes, o a una alineación irregular de árboles en muchos casos derramados y desmochados, como se muestran en numerosos cuadros y grabados, así como en las primeras fotografías que disponemos. Pese a ello, todavía a inicios del Siglo XX, los corredores fluviales albergaban en Galicia, una gran diversidad de medios ecológicos, siendo el sustento y refugio de numerosas especies. El mayor impacto que han sufrido en Galicia los corredores fluviales se produce en la segunda mitad del s. XX, con la construcción de las grandes presas para aprovechamiento eléctrico que causan una permanente alteración de las condiciones hidroecológicas, impidiendo el flujo de muchas especies y propágulos (semillas, frutos, huevos, esporas, etc), y generando un medio artificial que se prolonga cientos de metros o decenas de kilómetros aguas arriba de la presa, así como en menor medida aguas debajo de ésta. El problema derivado de la construcción de las grandes presas se ve incrementado, como ocurre en la cuenca del Miño-Sil, por la acción sinérgica de varios azudes, de modo que entre ellos apenas persisten tramos con condiciones no artificiales. Al efecto sinérgico provocado por la sucesión de embalses se une la existencia de nuevas presiones sobre las cuencas hidrográficas. En el Miño, el periodo de construcción de embalses, coincidió con un importante cambio en la configuración del agrosistema, marcado por grandes transformaciones en su estructura (pérdida de hábitats naturales, desecación y puesta en cultivo de humedales, expansión de cultivos forestales de especies exóticas), a la vez que se generaliza el uso de nuevos productos químicos (fertilizantes, biocidas) y se generan cantidades ingentes de residuos que en mayor o menor medida son transportado hacia los corredores fluviales. El uso descontrolado de biocidas y otros productos químicos han tenido un efecto negativo sobre la biodiversidad del corredor fluvial del Miño, reduciéndose la poblaciones de muchas especies, así como desapareciendo otras. En la memoria colectiva de los lucenses, así como en distintos documentos, se señala la reducción en el número de individuos de las poblaciones de aves sedentarias y migratorias, vinculadas con el corredor. Así como la presencia cada vez más escasa de muchas especies que antes eran abundantes en los medios de ribera y en los herbazales higrófilos contiguos. La capacidad de resiliencia del corredor fluvial se ha visto además mermada por la expansión indiscriminada de áreas artificiales (paseos fluviales, ajardinamientos, viales, etc), sobre todo en las áreas próximas a la ciudad de Lugo, don78 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


de las distintas actuaciones públicas han generado un espacio verde de escaso valor natural y baja biodiversidad. Un reservorio de especies exóticas invasoras, que prosperan y se expanden gracias a la existencia de unas prácticas periódicas de mantenimiento (desbroces, cortes, limpieza de canales), mientras que los componentes naturales del curso fluvial se ven abocados a su desaparición. La conservación de la biodiversidad en corredores fluviales no se asegura protegiendo unas decenas de metros, o limitando la misma a la vegetación que crece estrictamente en la ribera y cauces de los ríos. Asegurar a medio y largo plazo la biodiversidad de un corredor obliga a preservar los flujos hidroecológicos, la heterogeneidad y estructura de los hábitats, así como la funcionalidad ecológica entre los distintos tramos y unidades de la cuenca. Acorde con este criterio se designó como espacio protegido de la Red Natura 2000 la Zona Especial de Conservación Parga-Ladra-Támoga, cuya declaración inicial se produce en el año 1999 por la Xunta de Galicia, y concluye en el 2014 con la aprobación del Plan de Gestión, el designado como Plan Director de la Red Natura 2000 de Galicia. La ZEC Parga-Ladra-Támoga, incluye los principales corredores fluviales del Alto Miño, junto con los distintos humedales integrados en éstos. Prolongándose el área protegida hasta el tramo fluvial lindante con la ciudad de Lugo, se establece el límite meridional del espacio en el Puente Romano. La necesidad de darle un estatus de protección global a todo el Alto Miño, llevó a elaborar la primera propuesta de Reserva de Biosfera de Galicia (Crecente Maseda & Ramil-Rego 2002), que fue finalmente aprobada por la UNESCO en el año 2002, siendo designada como Reserva de la Biosfera de Terras do Miño. La Reserva de la Biosfera Terras do Miño, forma parte de la Red Mundial de Reservas de Biosfera. Limita por el W con la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo y por el E con la Reserva de la Biosfera del Río Eo, Oscos e Terras de Burón y la Reserva de Os Ancares Lucenses, y Montes de Cervantes, Navia y Becerreá. La Reserva de la Biosfera de Terras do Miño ocupa una superficie de 363.668,9 ha, incluyendo parte de las Sierras Septentrionales de Galicia (Sierra do Xistral, Monte do Cadramón, Sierra da Carba), donde se ubica una importante representación de ecosistemas de turbera de montaña, incluyendo el sistema de turbera de cobertor activa de mayor extensión del Sur del continente europeo. El resto del territorio de la Reserva abarca la totalidad de la Terra Chá, junto con los rebordes montañosos de la cuenca alta del Miño que hacen de divisoria frente a los cursos que desembocan en el Mar Cantábrico y Atlántico. El cierre meridional de la Reserva se establece en el punto de unión del Miño con el Neira, que marca el comienzo del tramo medio de la subcuenca del Miño. Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 79


Fig. 5. Las inundaciones de las riberas y terrazas aluviales constituyen un proceso periódico y natural que tiene una especial importancia en la regulación de los ciclos ecológicos del corredor fluvial y en la conservación de su biodiversidad. Foto autores.

Fig. 6. Lecho fluvial del río Miño a su paso por Lugo cubierto por densas masas de Ranunculus penicillatus en flor. Foto autores. 80 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


1.2. Hábitats naturales y seminaturales La protección de la naturaleza en la Unión Europea se fundamenta en la conservación de determinados tipos de especies y ecosistemas, tanto en el ámbito de los espacios protegidos, como fuera de éstos. Los ecosistemas que deben ser objeto primordial de protección son aquellos que se encuentran amenazados de desaparición, presentan un área de distribución reducida o son representativos de una o varias de las regiones biogeográficas de la Unión Europea. Siendo designados como “hábitats de interés comunitario” figuran en el Anexo de la DC 92/43/CEE. Del conjunto de los 218 tipos de hábitats de interés comunitarios establecidos para la Unión Europea, un grupo reducido de ellos (71 tipos de hábitats), son los denominados “hábitats prioritarios”, que se encuentran amenazados de desaparición y cuya conservación supone una responsabilidad especial para la Unión Europea. En Galicia se han identificado 72 tipos de hábitats de interés comunitario (33% de los hábitats del Anexo I), de los que 18 son considerados como prioritarios (25% de los hábitats prioritarios del Anexo I). La Reserva de la Biosfera de Terras do Miño incluye 32 hábitats de interés comunitario (14,6% de los hábitats del Anexo I y 44% de los reconocidos en Galicia) y 10 tipos prioritarios (14% del Anexo I y 55,5% de los hábitats reconocidos en Galicia). En el corredor fluvial del Miño se integran distintos tipos de hábitats naturales y seminaturales (Izco et alii 1994; Ramil-Rego et alii 2005; 2008a; 2008b; 2009; Ramil-Rego y Domínguez Conde 2006). Centrándonos en el tramo comprendido entre a Ponte de Ombreiro (UTM 612.175.55 y 4.766.837,17) y el caneiro Anguieiro (UTM 619.854,33 y 4.759.815,57), este tramo de más de 12 km de largo, se corresponde con un medio fluvial de régimen natural, con una anchura de cauce que llega a superar los 110 m, aunque la anchura media se establece entre 80-90 m. Los datos de la estación SAIH-N001 ubicada en Lugo (UTM 615.086.92, 4.764.514,82) registraron un caudal máximo histórico de 706,0 m3/s el 07/12/2009. Y para el periodo 2011-2012, un caudal medio diario de 25,2 m3/s, con una aportación anual de 796,6 hm3. Calculándose para un periodo de 5 años un caudal de 1.648,8 m3/s, y para un periodo de 100 años de 2.303,5 m3/s (CHMS 2014) (Fig. 5). En el lecho enraízan grandes ranúnculos (Ranunculus penicillatus), junto con potamogetos (Potamogeton pectinatus, Potamogeton perfoliatus), calitriques (Callitriche stagnalis), espadañas (Sparganium emersum forma submersum), nenúfares de río (Nymphoides peltata) y otras especies acuáticas (Isoetes fluitans, Luronium natans, etc). El hábitat se clasifica como Ríos, de pisos de Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 81


planicie a montano con vegetación de Ranunculion fluitantis y de CallitrichoBatrachion (Nat2000 3260). El transporte y acumulo de limos y restos de materia orgánica, determina que las orillas se formen biotopos fangosos colonizados por terófitos (Polygonum anfibium, Polygonum persicaria, etc) que en las áreas más estables aparecen conformadas por formaciones de Bidens tripartita, Persicaria hydropiper, P. lapathifolia, Cyperus eragrostis, Phalaris arundinacea, Chenopodium ambrosioides. Estas biocenosis constituyen un tipo peculiar de hábitat designado como Ríos de orillas fangosas con vegetación de Chenopodion rubri p.p. y de Bidention p.p. (Nat2000 3270). Las riberas en sus tramos en buen estado de conservación aparecen conformadas por densos y complejos bosques húmedos, dominados por alisos (Alnus glutinosa), fresnos (Fraxinus excelsior, Fraxinus angustifolia) y sauces (Salix atrocinerea). En trabajos recientes sobre estos tipos de bosques en la Reserva de la Biosfera de Terras do Miño, se han llegado a identificar más de 70 especies de plantas vasculares de carácter nativo, en tramos de 100 metros de longitud, lo que permite considerar a estas formaciones como uno de los ecosistemas arbóreos de mayor riqueza del territorio gallego. Los bosques de ribera son considerados como hábitats prioritarios por la DC 92/43/CEE, con la denominación de: Bosques aluviales de Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior (Alno-Padion, Alnion incanae-Salicion albae. Nat2000 91E0*). Tras el bosque de ribera, se establece un mosaico de prados húmedos polifíticos (Prados pobres de siega de baja altitud. Nat2000 6510), que en la zonas de menor drenaje se transforman en medios de carácter higrófilo (Prados con molinias sobre sustratos calcáreos, turbosos o arcillo-limónicos. Nat2000 6410) y áreas colonizadas por grandes megaforbios (Megaforbios eutrofos hidrófilos de las orlas de llanura y de los pisos montano a alpino. Nat2000 6430) (Fig. 6).

1.3. Flora La flora vascular de la Península Ibérica ronda las 8.000 especies, de las cuales 1.500 son consideradas como endémicas. Prácticamente la mitad de los endemismos europeos son españoles y 158 se encuentran en Galicia, aunque solamente 26 de estas especies tienen una distribución restringida a los límites del territorio gallego. El número de endemismos Ibéricos presentes en Terras do Miño se aproxima a los 20, entre los que se encuentran especies propias de bosques húmedos (Angelica laevis, Luzula sylvatica subsp henriquesii, Omphalodes nitida, Valeriana pirenaica, etc.), matorrales húmedos (Genista anglica, Genista berberidea, Polygala lusitanica, Serratula tinctoria subsp seoanei, etc.) 82 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


y herbazales húmedos (Anthoxanthum amarum, Arnica montana subsp atlántica, Carex broteriana, Carex durieui, Narcissus asturiensis, Narcissus cyclammeus, Narcissus triandrus, etc.). Junto con las especies endémicas, se encuentran otras, igualmente vinculadas con medios húmedos, consideradas como rarezas biogeográficas o que se encuentran en peligro de extinción. Es por ello, que el Alto Miño, destaca a nivel internacional como un espacio de elevada biodiversidad de especies acuáticas y anfibias, con más de 30 especies protegidas por la legislación europea, nacional o autonómica. Entre las especies más singulares del Alto Miño debemos destacar la conocida como el “Cardiño da lagoa” (Eryngium viviparum), especie endémica de la Península Ibérica (Galicia, Norte de Portugal, y área occidental de CastillaLeón) y de la Bretaña Francesa (una única población en Morbihan), que habita bordes de charcas y lagunas con fuertes variaciones de su hidro-periodo. Es una de las pocas especies vegetales con presencia en la Península Ibérica consideradas como especie prioritaria por la Unión Europea. En Galicia está presente en A Limia, así como en distintos humedales lagunares de la Terra Chá. La legislación gallega cataloga a esta especie como “En Peligro de Extinción” (Decreto 88/2007). Entre las especies más singulares del medio fluvial destaca el helecho acuático Isoetes fluitans, un endemismo estricto del territorio gallego, que en la actualidad aparece confinado en la subcuenca alta del Miño, así como en pequeños tramos fluviales de las cuencas del Castro, Mandeo, Tambre y Xallas. Esta rara y frágil especie está estrictamente protegida por la legislación gallega, siendo incluida en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas en la categoría de “En Peligro de Extinción” (Decreto 88/2007). En este tramo aparece muy disperso, con poblaciones aisladas distribuidas en la proximidad al Balneario, la antigua Fábrica de la Luz y la finca de Os Carballos. Otro de los elementos más singulares de este tramo fluvial es el nenúfar de río, Nymhpoides peltata. Un pequeño ninfoide de flores vistosas de color amarillo, que muestra importantes poblaciones entre el caneiro de la Fábrica de la Luz y la finca de Os Carballos. Nymphoides peltata (S.G.Melin) O.Kuntze, se encuentra catalogada como “En Peligro de Extinción” en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas (Decreto 88/2007) (Fig. 7). Una cuarta especie de flora acuática presente en este tramo es Luronium natans, una pequeña planta distribuida en charcas, lagunas y remansos de tramos fluviales del E y W de Europa, donde ocupa siempre pequeñas áreas. En la Península Ibérica está únicamente presente en 6 localidades (4 en Castilla y León, 1 en Cataluña y 1 en Galicia). La población gallega aparece restrinPablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 83


Fig. 7. Nenufar de río (Nymphoides peltata). Especie protegida, catalogada como “En Peligro de Extinción”. Fotografía tomada en el caneiro de la Fábrica de la Luz de Lugo (2014). Foto autores.

Fig. 8.

Narcissus minor subsp. asturiensis

en un prado húmedo el Alto Miño. Foto autores. 84 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


gida al Alto Miño, distribuida en humedales lagunares (Lagoa de Cospeito), así como en distintos tramos del Támoga y del Miño. La localidad más septentrional del Alto Miño se ubica en el tramo fluvial del Balneario de Lugo, donde aparece dispersa dentro de formaciones de Sparganium erectum o de Nymphoides peltata, en el área de Os Carballos. Otro grupo de plantas vasculares que se encuentran igualmente protegidas son los narcisos. En el territorio del corredor fluvial del Balneario (Ponte Ombreiro-Caneiro Anguieiro), todavía persisten pequeñas poblaciones de Narcissus triandrus y Narcissus minor subsp asturiensis, siendo más abundante la presencia de Narcissus bulbocodium. A estas especies habría que unir una tercera, Narcissus pseudonarcissus subsp nobilis, no presente en el corredor, pero que mantiene poblaciones en otras áreas de Terras do Miño (Cornide Paz et alii 1986; Izco et alii 1994; Ramil-Rego et alii 2005; 2009; Ramil-Rego y Domínguez Conde 2006). En la publicación del tercer tomo de la Flora descriptiva e ilustrada de Galicia (Merino 1909), se incluye dentro del género Narcissus, 8 especies: Narcissus bulbocadium, Narcissus incomparabilis, Narcissus moschatus, Narcissus major, Narcissus silvestris, Narcissus minor, Narcissus calathinus, Narcissus cyclamineus, y un híbrido x Nacissus taiti. Desde la publicación de Merino (1909), la clasificación y denominación de estas especies ha sufrido importantes cambios (cf. Aedo 2013; Blanchard 1990; Fernández Casas, 2009; Silva-Pando et alii 2015). De la especie Narcissus minor, el autor reseña que el material estudiado procede de la ciudad de Lugo, siendo herborizado por “nuestro querido e ilustrado amigo Sr. Lago, lector de la catedral de Lugo”. En el suplemento al tomo 3 de la Flora, Merino (1909), propone la sustitución de Narcissus minor por una nueva especie que el mismo describe, Narcissus lagoi Merino. Se trata de un narciso, de flor pequeña y única, provisto de un tallo largo que entrega a Merino. Este estudia estos ejemplares y a partir de ellos describe una nueva especie; Narcissus lagoi Merino (1909), indicando “Encontrada á orillas del Miño cerca de la fábrica antigua de luz eléctrica (ciudad de Lugo) por D. Manuel Lago González, electo obispo de Osma, á quien con el mayor placer la dedicamos”. “Ad ripas Minnii prope civitaten Lugo. Leg. D. Emmanuel Lago Gonzalez electo episcopus oxomensis (1909), cui scientiarum litterarumque eximio cultori libentissimo animo dico”

El jesuita Baltasar Merino Román (1845-1917), en el complejo proceso de elaborar su célebre Flora descriptiva e ilustrada de Galicia (Merino 1905; 1906; 1909), mantuvo un pequeño grupo de colaboradores que le facilitaban nuePablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 85


vos especímenes, además de auxiliarle en sus desplazamientos por el territorio gallego (Izco 1996). Uno de estos colaboradores era el tudense Manuel Lago González (1865-1925), eclesiástico, senador, poeta y naturalista. Formado en el Seminario de Tui, en 1886 perfeccionó en Santiago sus conocimientos de griego y hebreo. En 1887 fue nombrado Catedrático de griego y hebreo en el Seminario de Tui, un año antes de ordenarse presbítero. Al año siguiente fue Secretario de Estudios, y posteriormente habría de enseñar Historia Eclesiástica, Arqueología, Teología Dogmática y Lugares Teológicos. Es ordenado presbítero el 26 de mayo de 1888. Recibe los grados de Bachiller en Teología por el Seminario de Tui (1893), y en octubre, la Licenciatura y Doctorado, en Santiago. En 1896 se incorpora a la Diócesis de Lugo. Allí estuvo al frente del Provisorato. Es nombrado Gobernador Eclesiástico “sede plena”, examinador sinodal, rector de la Iglesia del Carmen, Canónigo, Catedrático de Teología Positiva y de Hebreo, Lectoral. Trabaja además asiduamente en la restauración de templos y en el Archivo Catedralicio. Años más tarde es designado Obispo de Osma (1909-1917) y posteriormente de Tui (1917-1923), para finalmente ser nombrado Arzobispo de Santiago de Compostela (1923-1925). A principios del Siglo XIX uno de los paseos habituales de los lucenses en primavera era la ribera del río Miño, desde el Balneario a la fábrica de la Luz (UTM 616.365, 4.761.998). Cerca de esta última, y probablemente en uno de estos paseos, el reverendo Lago descubre y recolecta lo que posteriormente Merino describe como Narcissus lagoi (Fig. 8). El pliego recolectado por Lago y utilizado por Merino para la descripción del Narcissus lagoi se ha perdido, aunque se conservan en el Herbario LOU (Centro de Investigación Forestal de Lourizán), como en el Herbario MA (Herbario del Real Jardín Botánico), pliegos de esta misma especie identificados por Merino, procedentes de Galdo (Viveiro, Lugo), recolectados por otro de sus frecuentes colaboradores Marcelino Rodríguez Franco. También existe un pliego sin localidad en el herbario que en su día el propio Merino donó a la Universidad de Santiago y que se encuentra depositado en el Museo de Historia Natural Luis Iglesias (Silva-Pando et alii 2015). La ribera entre el Balneario y la Fábrica de la Luz, sufrió importantes transformaciones a lo largo del Siglo XX. Las obras allí realizadas tuvieron un efecto negativo, incrementándose la artificialidad del tramo, desapareciendo del mismo las poblaciones de Narcissus lagoi, al igual que probablemente de otras especies silvestres. En la actualidad, y siguiendo el criterio de Flora Iberica (Aedo 2013), Narcissus lagoi Merino, debe designarse como Narcissus minor L. subsp. asturiensis ( Jord.) (Barra y López (1984)). 86 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


1.4. Invertebrados La información relativa al grupo de invertebrados no puede considerarse como adecuada. Existen grupos apenas estudiados y de los que la información territorial es en la actualidad muy incompleta. Entre las especies terrestres de invertebrados presentes en Terras do Miño, debe destacarse la presencia del gasterópodo terrestre Geomalacus maculosus, limaco endémico del NW de la Península Ibérica, la Bretaña francesa, el sur de Inglaterra e Irlanda. En la Península Ibérica su área incluye la fachada cantábrica, desde Santander a Galicia, prolongándose desde tierras gallegas por la fachada atlántica hasta las proximidades del río Tajo. Geomalacus maculosus vive en medios terrestres muy húmedos, preferentemente en herbazales higrófilos próximos a cursos oligotróficos de agua, así como sobre los troncos de árboles caducifolios con densos tapices de líquenes. Esta especie aparece incluida en el Anexo II de la Directiva 92143/CEE y en la categoría de “Vulnerable” en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas (Decreto 88/2007). Otra especies singulares de invertebrados son dos subespecies endémicas de lepidópteros Erebia epiphron subsp xistralensis y Erebia triaria subsp pargapondalense, descritas en el año 1977 por Eliseo Fernández Vidal, a partir de poblaciones recogidas en el Monte do Cadramón (Serra do Xistral). Estas subespecies están ligadas a las condiciones climáticas de alta humedad y reducida insolación que se registran en el periodo estival y vernal en la Serra do Xistral, así como a la presencia de hábitats adecuados para su desarrollo y reproducción, que en este caso se corresponden con brezales húmedos y ecosistemas de turbera. Según datos divulgados por el propio Fernández Vidal (1977; 1980; 1983), la construcción de parques eólicos en las cumbres de la Serra del Xistral, ha supuesto una afección muy significativa sobre la población de ambas subespecies, debido a las alteraciones del hábitat que se han producido en estas montañas (Fig. 9). La fauna de macroinvertebrados acuáticos alcanza una gran diversidad en relación con la presencia de abundantes medios de lagunas, charcas y tramos fluviales que recorren Terras do Miño. Esta riqueza está íntimamente ligada con la calidad y composición de las aguas, encontrándose una gran diversidad de medios ecológicos, desde medios de aguas oligotróficas y mesotróficas, a medios eutróficos de carácter natural. Las comunidades de macroinvertebrados bentónicos están constituidas por más de 40 especies y aparecen dominadas por el isópodo Proasellus mendianus, acampanadas por poblaciones más reducidas de gasterópodos de los géneros Pisidium y Lymnaea, especies que Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 87


requieren la presencia de elevadas concentraciones de carbonatos en la aguas para el mantenimiento de las conchas y del exoesqueleto. La presencia de margas carbonatadas en los sedimentos de muchas de las grandes lagunas de alimentación freática y/o escorrentía superficial predominantes en la zona central de Terras do Miño (Lagoa de Cospeito), determinan la existencia de aguas y ambientes mesotróficos, en los que se registra una gran riqueza de invertebrados acuáticos, superando frecuentemente los 50 taxones. Es de destacar la presencia en estas lagunas del tricóptero Agrypnia varia y Sigara scotti, entre otras, y de un elevado número de odonatos, coleópteros y heterópteros característicos de aguas de débil mineralización (Ramil-Rego et alii 2005; 2009). Finalmente asociado a los humedales fluviales y a los lechos arenosos de lagunas permanentes existentes se encuentran importantes poblaciones de bivalvos acuáticos. En el corredor fluvial del Balneario estas poblaciones están representadas por tres especies, siendo la especie más abundante, Unio pictorum, aunque también se registra asociado a los tramos de mayor profundidad (Fábrica de la Luz, Os Carballos), la presencia de Anodonta cygnea y Margaritifera margaritifera. Todas ellas protegidas por la normativa vigente.

1.5. Peces En las lagunas y ríos de Galicia habitan en la actualidad 12 especies de peces autóctonos, junto con 5 especies introducidas en tiempos recientes que muestran todas ellas un neto carácter invasor. Las primeras señales de la extenuación de los corredores fluviales de Galicia vinieron por la reducción de las especies piscícolas, pérdida que en muchos tramos vino acompañada por la desaparición de distintas especies que hasta entonces eran elementos comunes en el ecosistema ripario. Tarde y de forma inadecuada se intentó remediar este problema con actuaciones de repoblación, empleando para ella una especie de origen Americano, la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), en lugar de la trucha europea (Salmo trutta). Situación similar ocurrió con el salmón (Salmo salar), al fomentar la repoblación con material genético alóctono, procedente de Escocia, Irlanda y Noruega, prácticas que fueron desdeñadas a finales del Siglo XIX. La ictiofauna de la cuenca del Miño se ha visto seriamente afectada en el s. XX por la construcción de distintas presas para aprovechamiento eléctrico, que representan una barrera infranqueable para las distintas especies de peces. Como consecuencia la fauna del Alto Miño ha quedado restringida por cinco especies de peces: boga (Chondrostoma polylepis), protegida por la normativa 88 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


Fig. 9.

Unio pictorum

en la ribera del río Miño. Foto autores.

Fig. 10. Individuo de Natrix spp. nadando en la aguas del río Miño (Caneiro da Fábrica da Luz, Lugo). Foto autores.

Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 89


europea (Anexo II de la DC 92/43/CEE); el espinoso (Gasterosteus aculeatus), protegido por la normativa europea (Anexo II de la DC 92/43/CEE) y autonómica (especie vulnerable según Decreto 88/2007); el escalo (Leuciscus carolitertii); la bermejuela (Rutilus arcasii); la trucha (Salmo truta fario) y un ciclóstomo, la anguila (Anguilla anguilla), cuya poblaciones se ha visto fuertemente reducidas. A estas especies autóctonas habrá que unir la presencia de dos especies alóctonas: la trucha americana (Oncorhynchus mykiss) y el carpín dorado (Carassius auratus).

1.6. Anfibios-Reptiles La fauna de anfibios y reptiles de la Reserva de la Biosfera de Terras do Miño incluye 25 especies, representando el 70% de la fauna gallega y el 25% de la fauna española (SGHN 1995; Ministerio de Medio Ambiente 1999; RamilRego et alii 2005). De las cinco especies de hérpetos gallegos incluidas en el Anexo II de la Directiva 92/43/CEE, cuatro de ellas presentan poblaciones en los humedales de Terras do Miño. La conocida como lagartija de las turberas (Lacerta monticola) habita preferentemente en los rebordes montañosos septentrionales de la cuenca, vinculada a la presencia de grandes extensiones de brezales húmedos y diversos tipos de turberas. En el corredor fluvial establecido entre el Ponte de Ombreiro y el caneiro del Anguieiro, es frecuente la presencia de distintas especies de anfibios: ranas (Hyla arbórea, Rana iberica, Rana temporaria), salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica), sapo partero (Alytes obstetricans), sapillo pintojo (Discoglossus galganoi), tritones (Lissotriton boscai, Lissotriton helveticus, Triturus marmoratus); así como de reptiles: lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi), lagarto ocelado (Timon lepidus), lagartija ibérica (Podarcis hispanicus), eslizón (Chalcides striatus), lución (Anguis fragilis), culebra austriaca (Coronella austriaca) y culebras de agua (Natrix natrix, Natrix maura), todas ellas protegidas bien por la normativa europea, estatal o autonómica. A estas especies habría que unir la conocida como víbora de Seoane (Vipera seoanei), designada en honor del célebre naturalista ferrolano Víctor López Seoane y Pardo-Montenegro (1832- 1900) (Fig. 10). La Vipera seoanei es un endemismo Ibérico presente en el NW de Portugal, Norte de España y SW de Francia, que puede alcanzar los 60 cm de longitud. La mordedura de la víbora de Seoane no suele causar envenenamiento grave en las personas, salvo en caso de afectar a individuos de edad avanzada, niños o individuos débiles de salud. Vipera seoanei es una de las 90 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


escasas especies de réptiles no protegidos en el territorio español. Ya que la protección establecida en la DC 92/43/CEE, excluye a las poblaciones españolas, y tanto en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, como en el Catálogo Español de Especies Amenazada y en los catálogos autonómicos de especies amenazadas, no aparece reseñada este singular endemismo ibérico.

1.7. Aves La heterogeneidad de hábitats existentes en la Reserva de Terras do Miño y en concreto la gran riqueza y naturalidad de sus humedales ha sido un factor determinante en la riqueza ornítica del territorio. Encontrándose aves características tanto de ambientes nemorales y acuáticos, como de medios abiertos (Castro y Castro 1990; lzco et alii 1997; Ramil-Rego et alii 2005; 2009; RamilRego y Domínguez Conde 2006). Un grupo de gran riqueza en la avifauna de Terras do Miño es el constituido por las rapaces. Las rapaces diurnas aparecen representadas por 12 especies, número que resulta marcadamente bajo en comparación con otros territorios del área Mediterránea, pero no así en el ámbito de la región Atlántica. De estas 12 especies, ocho son habituales, destacando la presencia como invernante asiduo de Falco columbarius, ave considerada como rara a nivel de Galicia. El halcón común (Falco peregrinus brookei) es un visitante casi anual, aunque esporádico. Normalmente son individuos jóvenes o inmaturos que aparecen por la zona sin criterio estacional, aunque la mayoría de las observaciones tienen lugar en los meses de invierno, llegando a prolongar su estancia durante meses. Este hecho es relevante ya que las cifras de este halcón implicadas en la invernada deben ser mínimas debido a los reducidísimos efectivos poblacionales que subsisten en los territorios del norte de Europa (Castro y Castro 1990). Las rapaces verdaderas (Circus spp.) han sufrido una importante regresión a lo largo de los últimos años. Circus pygargus, que a inicios de la década de los ochenta mantenía poblaciones de 7-8 individuos en la Laguna de Cospeito, es ahora una especie relativamente escasa en Terras do Miño, en tónica con su reducción a nivel ibérico, estimándose que no llegan a superar en todo el territorio peninsular más de 200 parejas (Borja Heredia 1987). Las rapaces más representativas de Terras do Miño son el ratonero común (Buteo buteo), el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), seguidas del gavilán (Accipiter nisus) y en menor medida el azor (Accipiter gentiles). Estas cuatro especies son residentes y con anidamiento confirmado de forma regular, Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 91


aunque también se contabilizan individuos migrantes. En lo que se refiere a las rapaces nocturnas se ha podido constatar la cría de al menos tres especies: cárabo común (Strix aluco), lechuza común (Tyto alba) y mochuelo europeo (Athene noctua), habiendo constancia de cría hasta la décadas de los cincuenta del búho real (Bubo bubo) (Ramil-Rego et alii 2005; Ramil-Rego y Domínguez Conde 2006). Otros grupos de aves terrestres con efectivos importantes en Terras do Miño son los córvidos (Corvus corone, Pica pica), motacílidos (Motacillo alba, Motacilla cinerea), estúrnidos (Sturnis vulgaris, Sturnis unicolor), turdídeos (Turdus pilaris, Turdus philomelos, Turdus iliacus, Turdus viscivorus), y colúmbidos (Columba palumbus), etc. De acuerdo con los criterios establecidos en el convenio de Ramsar, el conjunto de humedales de Terras do Miño alberga entre 70-80 especies de aves acuáticas (Castro y Castro 1990: lzco et alii 1997; Ramil-Rego et alii 2005; 2009). De ellas, 40 corresponden con aves acuáticas de presencia habitual; 22 especies con aves acuáticas de presencia accidental o divagantes, a las que habría que unir 22 especies de aves no estrictamente acuáticas pero dependientes del humedal. En cuanto a la estacionalidad de las aves acuáticas en el conjunto de humedales de Terras do Miño, más de 12 especies mantienen efectivos poblacionales durante todo el año, aunque para algunas especies la entidad de los mismos puede estar sujeta a fuertes variaciones en relación con los periodos migratorios. Más de 25 especies son consideradas como invernantes estando presentes únicamente en los humedales durante las estaciones de otoño e invierno. Tres especies están únicamente presentes en el periodo primaveral-estival. El resto de las aves acuáticas, 29 especies, corresponden a especies que solamente son observables durante los pasos migratorios. El humedal sin duda de mayor riqueza ornítica es la Laguna de Cospeito, en el que se han observado entre 1986 y 2000 más de 160 especies de aves, de las cuales más de 60 corresponden a taxones vinculados directamente con el humedal. (Ramil-Rego et alii 2005; 2009; Ramil-Rego y Domínguez Conde 2006). La mayor parte de la población de anátidas invernantes (hasta el 90% en algunos años) está constituida por cuatro especies: Anas platyrhynchos. Anas crecca, Anas clypeata y Anas penelope, todas ellas comunes y bien distribuidas como invernantes en la Península Ibérica. Durante los meses previos a la invernada, los humedales lagunares de Terras do Miño, y en menor medida los cursos fluviales, reciben un flujo constante de aves en migración en el que se incluyen individuos de más de 30 especies, entre las que predominan los limícolas (Chara92 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


drius hiaticula, Charadrius dubius, Calidris alpina, Limosa lapponica, Limosa li-

mosa. Numenius arquata, Numenius phaeopus, Tringa ochropus, Tringa totanus,

Tringa nebularia. Tringa erythropus, etc). Raramente estas aves se presentan en

grandes masas, ya que habitualmente son pequeños grupos formados por una o varias especies, o incluso individuos dispersos, aunque también pueden apreciarse en primavera el paso de bandadas de Philomachus pugnax que sobrepasan los 200-300 individuos. Chlidonias niger utiliza también el conjunto de humedales lagunares de Terras do Miño como lugar de paso en sus desplazamientos primaverales, con bandadas constituidas por un centenar de individuos. Por el contrario durante la migración otoñal solamente se observan escasos individuos. En general, el número de aves y especies es siempre menor en los humedales de Terras do Miño durante este paso que en el primaveral, debido probablemente a las mejores condiciones de acogida que las lagunas muestran tras su recarga invernal, presentando láminas de agua de mayor superficie que durante el otoño, hecho que contrasta con los humedales del litoral de Galicia en los que el paso de mayor intensidad es el otoñal. Como divagante común se puede tipificar a la cigüeña blanca (Ciconia cicoma) que llega a formar bandadas de más de 20 o incluso más de 30 ejemplares, aunque más frecuentemente se encuentra formando pequeños grupos, parejas o individuos aislados (Castro y Castro 1990; RamilRego et alii 2005; 2009; Ramil-Rego y Domínguez Conde 2006).

1.8. Mamíferos En la Reserva de la Biosfera de Terras do Miño están presentes 43 especies de mamíferos en estado silvestre (71% de las especies gallegas). La mayoría de estas especies se localizan en las estribaciones montañosas que delimitan externamente la subcuenca del Miño. En el ámbito del corredor fluvial (Ponte de Ombreiro-Caneiro Anguiero), están presente 11 especies de mamíferos estrictamente protegidos, 7 de las cuales se corresponden con quirópteros (Eptesicus serotinus, Myotis myotis, Pipistrellus pipistrellus, Pipistrellus pygmaeus, Rhinolophus ferrumequinum, R. hipposideros, Tadarida teniotis), dos tienen hábito de vida terrestre (Felis silvestris, Mustela erminea) y otras dos acuáticas (Galemys pyrenaicus, Lutra lutra) (Ramil-Rego et alii 2005). Una de las localidades de referencia para el seguimiento de la población gallega de nutria (Lutra lutra), se sitúa en el tramo fluvial entorno a la antigua Fábrica de la Luz de Lugo, donde su presencia se ha podido constatar hasta la fecha de forma regular.

Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 93


1.9. Especies invasoras La decadencia de las poblaciones de peces eran un síntoma evidente de la degradación de los corredores fluviales, pero no el único. Los hábitats perturbados y los medios artificiales habían sido colonizados por distintas especies exóticas, que iniciaban su expansión sin control por los distintos corredores fluviales de Galicia. En el Alto Miño, destaca la invasión del helecho acuático Azolla filiculoides, que en la actualidad muestra una presencia casi continua desde el puente de la Autovía A6 en Rábade, al caneiro del Club Fluvial en Lugo. En el medio acuático encontramos también otra especie invasora, el cangrejo de río americano (Procambarus clarkii) (Fig. 11). En las riberas y medios higrófilos del corredor fluvial se incrementa la presencia de especies exóticas invasoras, algunas de las cuales han sido empleadas como especies de cultivo en distintos momentos históricos generalmente plantas leñosas (Acacia dealbata, A. melanoxylon, Alnus incana, A. viridis, Betula papyrifera, Eucalyptus globulus, E. nitens, Pinus sylvestris, P. radiata, P. pinaster, Populus x canandiensis, Robinia pseudoacacia, etc) y en menor medida herbáceas (Brassica nigra, Dactylis glomerata, Lolium hybridum, Phytolacca americana, etc), mientras que la mayoría de ellas derivan de un empleo como especie de jardinería (Cortaderia selloana, Lonicera japonica, Tradescantia fluminensis, Tropaeolum majus, Vinca difformis, etc.), mantenimiento de viales y medios grises (Eragrostis curvula, Spartium junceum, Sporobolus indicus, Viburnum lucidum, etc.) y otras se han introducido en el territorio por acción involuntaria del hombre (Conyza bonariensis). Entre las especies de fauna debe destacarse la presencia del visón americano (Neovison vison), la tortuga de florida (Trachemys scripta), a la que se incorporó recientemente el mapache (Procyon loto), procedente de la fuga de individuos de un centro zoológico, que según datos de la Xunta de Galicia habían logrado conformar un núcleo poblacional de más de 100 ejemplares. Al largo listado de especies exóticas invasoras presentes en el Alto Miño, se han unido recientemente el conocido como cerdo vietnamita (Sus scrofa domestica) originarios del sureste asiático, donde su carne es apreciada y forman parte importante de la biodiversidad. El cerdo vietnamita se ha incorporado en nuestro territorio como animal de compañía, pero debido a su tamaño los individuos adultos terminan siendo abandonado en la naturaleza, donde puede llegar a hibridar con el jabalí (Sus scrofa), como ya se ha comprobado en otros territorios. Los corredores fluviales se han visto también afectados por la llegada de nuevos organismos microscópicos, entre ellos debe resaltarse la presencia en 94 | Biodiversidad del corredor fluvial del río Miño


Fig. 11. Masa flotante de Azolla filiculoides invadiendo el cauce del río Miño (Outeiro de Rei, Lugo). Foto autores.

el Alto Miño del patógeno Phytophthora alni subsp. alni, causante de la enfermedad conocida como el decaimiento del aliso, que provoca pudriciones radiculares y de cuello, a las diferentes especies de alisos, que terminan con la muerte prematura de los individuos (Fig. 12). El decaimiento del aliso está afectando muy negativamente a la estructura y persistencia de los bosques de ribera, y en consecuencia a los propios flujos de energía y nutrientes de los ecosistemas fluviales. Por todo lo anterior, el Balneario de Lugo ha sido testigo del transcurrir del río Miño a lo largo de un dilatado periodo de nuestra historia. Un río y un corredor ecológico que suministró recursos naturales a la población, que fue lugar de encuentro y de uso público. Un tramo fluvial con una rica biodiversidad, que todavía en la actualidad atesora distintas especies endémicas, raras o amenazadas de extinción. Un patrimonio cultural vivo que debe ser conservado y preservado para las generaciones futuras. Pablo Ramil Rego y Javier Ferreiro da Costa | 95


Fig. 12. Río Miño a su paso por Lugo. En la foto se observa un ejemplar de Alnus glutinosa muerto por efecto del patógeno Phytophthora alni. Foto autores.

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Rosa Meijide | 97


I. Contexto natural

Las aguas del Balneario de Lugo Rosa Meijide Faílde

Doctora en Medicina. Catedrática de Hidrología Médica, Universidad de A Coruña

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Resumen Desde las primeras noticias sobre este Balneario hasta la actualidad, el estudio de las aguas del Balneario de Lugo que emergen a elevada temperatura y con fuerte olor a sulfuro, ha seguido la evolución de la balneoterapia y de los avances científicos y tecnológicos vividos en cada momento de la historia. Así, desde la mera descripción de su olor y temperatura, se ha llegado al completo estudio de sus características físico-químicas que ha permitido entender los efectos que producen las aguas sobre el organismo y sus indicaciones terapéuticas. En ese sentido, la historia de las aguas de Lugo permite documentar los avances de la química y de la medicina a lo largo del tiempo.

Introducción y objetivos No cabe duda que la razón de ser de todo balneario son sus aguas mineromedicinales o termales, por lo que el estudio específico de sus cualidades va a ser un factor esencial para estudiar la historia del Balneario. Las aguas minerales del Balneario de Lugo brotan de forma ininterrumpida desde hace al menos dos milenios. Su elevada temperatura de surgencia y su olor característico a sulfuro, que se han mantenido invariables a lo largo de los siglos, han motivado que estas aguas hayan sido utilizadas casi sin solución de continuidad en el tiempo desde la antigüedad hasta la actualidad. Las aguas del Balneario de Lugo se han analizado, cuidado y protegido a lo largo del tiempo de acuerdo a los conocimientos científico-técnicos y a los usos de los balnearios y aguas minerales y termales en cada uno de los períodos históricos. En este capítulo profundizaremos en el conocimiento de las aguas de Lugo a través del tiempo, relacionándolo con la historia del Balneario y con los avances de la química y de la medicina, a partir de la exposición de las analíticas del agua minero-medicinal y termal a lo largo de su historia así como sus efectos terapéuticos.

Rosa Meijide Faílde | 99


1. Estudio de las aguas minerales y termales de Lugo a través de la historia La historia de las aguas del Balneario de Lugo, al igual que la de los balnearios en general, es una historia de vaivenes. Se puede abordar siguiendo los cinco períodos diferenciados que se tratan ampliamente en otros capítulos de esta monografía: La época romana; el período de silencio y parcial abandono, que se extiende desde la época post-romana hasta principios del siglo XIX; el tercer periodo que transcurre desde la segunda mitad del siglo XIX y se extiende a lo largo del primer tercio del siglo XX; el cuarto periodo que abarca el s. XX, fundamentalmente desde 1936 hasta finales del siglo XX; y por último desde el año 1990 hasta la actualidad.

1.1. Las aguas minerales y termales de Lugo en época romana Las termas romanas de Lugo fueron edificadas sobre los manantiales de abundante agua caliente y con olor a huevos podridos, característico del sulfuro, que brotan en el margen izquierdo del río Miño a 800 metros del centro urbano. Aunque no tenemos evidencias, y por lo tanto desconocemos si previamente eran utilizadas, es probable que ya fueran aprovechadas por la población indígena, pues se sabe del valor dado a las aguas mineromedicinales, especialmente aquellas con propiedades organolépticas más destacadas: temperatura, olor, color o sabor, como remedio de enfermedades, con independencia de las hipótesis generadas en cada momento para explicar su acción (Rodríguez Sánchez 2001; González Soutelo 2007: 28). La Humanidad ha sabido ir descubriendo y utilizando aquellos productos que le servían para mantener y recobrar la salud, por lo que el agua además de sus aplicaciones higiénicas, dietéticas y lúdicas aportó, desde tiempo inmemorial, los efectos beneficiosos sobre la salud de las llamadas aguas mineromedicinales. En nuestra cultura occidental la medicina laica se inicia en la Grecia Antigua con los médicos hipocráticos que surgieron durante el siglo V a.C., cuando Hipócrates explicó la salud y la enfermedad a través de la “Teoría de los cuatro humores”. Será así la medicina hipocrática la que incorpore el uso del agua como uno de los métodos terapéuticos para restablecer el equilibrio de los humores alterado en la enfermedad, así como en la prevención y la promoción de la salud. La medicina romana, cuyo máximo exponente fue Galeno (130-200 d.C.), conocía bien las aguas mineromedicinales y termales y, a pesar de la falta de conocimientos químicos, los médicos y naturalistas de la Antigüedad apren100 | Las aguas del Balneario de Lugo


dieron a distinguir las diferencias existentes entre las distintas aguas según contuvieran “azufre, nitro, sal, hierro…” clasificándolas según la mineralización predominante. La mayor parte de los autores antiguos, incluyendo entre otros a Galeno, Vitruvio, Plinio, Antilo, Arquígenes o Pablo de Egina, clasificaban las aguas minerales en diversos tipos designados como aluminosas, bituminosas, sulfurosas, ferruginosas y salinas. Igualmente se establecieron indicaciones terapéuticas, contraindicaciones y técnicas de aplicación muy precisas para cada tipo de agua mineral (Oró 1997: 229). Varios autores que han analizado los yacimientos balnearios de época romana en España han comprobado una clara asociación entre estos balnearios con los manantiales de aguas sulfuradas e hipertermales (González Soutelo 2013), así como un claro conocimiento empírico de las características y propiedades de ciertas aguas mineromedicinales para tratar determinadas afecciones (Moltó 1992: 211-228). Los médicos romanos recomendaban las aguas sulfurosas, que hoy en día denominamos sulfuradas, en “las enfermedades nerviosas, en afecciones dermatológicas y en las parálisis”, y las aguas calientes y los baños termales en el tratamiento de diversos procesos como por ejemplo “calmar los dolores de pecho y espalda en la neumonía, aliviar los dolores de cabeza, aliviar la fatiga, aumentar la secreción de orina, las enfermedades de los nervios, en las heridas y úlceras purulentas, en la convalecencia tras la cirugía y en la gota y reumatismos” (Hipócrates, citado por Jackson 1990: 1-13).

1.2. La interpretación de las aguas minerales hasta el siglo XIX Son escasos los testimonios bibliográficos referentes a los Baños en España anteriores al siglo XVIII. Los Baños de Lugo tampoco se salvaron a esta situación y aunque apenas existen referencias de las aguas de Lugo durante este largo periodo, todo indica que las aguas han seguido manando incansablemente a lo largo del tiempo en unas instalaciones en estado de parcial abandono. Por diversas razones, el uso de los baños se fue perdiendo desde la caída del Imperio Romano. Por un lado, con la cristianización del Imperio romano, la medicina y la religión se solaparon, se fundieron, y en algunas ocasiones entraron en conflicto. Algunos de los primeros padres de la Iglesia desaprobaron la medicina pagana y prosperaron los lugares sagrados de curación en los que se imploraba salud a los santos y mártires. En la edad media, el arte de curar era coto exclusivo de los monjes y clérigos y solamente en el mundo islámico se mantuvo viva la llama de la medicina clásica (Roy Porter 2003: 69). Con respecto a los baños, la Iglesia advertía del Rosa Meijide Faílde | 101


peligro de los baños calientes y con finalidad ociosa y su uso fue languideciendo, manteniéndose fundamentalmente en la tradición popular. El otro factor que contribuyó al olvido de los baños fue la aparición de las pestes y epidemias medievales que determinarán la desaparición de estos lugares de cura y placer (Urkía Etxabe 2004: 105). Las aguas minerales se empezaron a recuperar en toda Europa como métodos terapéuticos en el siglo XVI y sobre todo desde el XVII con los cambios iniciados en el Renacimiento. Es preciso recordar que los comienzos de la ciencia médica occidental se pueden remontar a la Revolución científica, a la transformación del pensamiento (1550-1700) sobre la naturaleza o el mundo físico en el que las arraigadas tradiciones de los antiguos griegos y del Islam fueron reemplazadas por los descubrimientos de la ciencia moderna. Esto coincide con la dominación política de Europa en el mundo y con el avance del capitalismo, fuertemente influenciado por el Protestantismo. Al principio, la revolución tuvo lugar sobre todo en las ciencias matemáticas y físicas. Luego sería la química seguida muy de cerca por la medicina que no comenzarán a desarrollarse hasta los siglos XVII y XVIII. La medicina hipocrática tendría influencia hasta el siglo XIX y los cambios fueron lentos (Dally 2002: 42-68). Es preciso recordar que desde la Escuela Filosófica de Aristóteles (384-322 a.C.) hasta el último tercio del siglo XVIII, el agua se consideraba un cuerpo simple o “elemento” y, en unión con el aire, la tierra y el fuego, constituía el conjunto de los cuatro elementos de los que se creía formado el mundo conocido. La manifestación más antigua de cientificidad en el estudio de las aguas minerales fue el intento de clasificarlas, bien por sus características físicas o químicas, bien por sus efectos salutíferos o bien por otros efectos derivados de su uso tradicional (Bouza 2000). Los baños reaparecerán como remedios salutíferos de mano de los médicos, hastiados por la abigarrada y, muchas veces, inútil farmacopea. Aparece en la clase médica un interés creciente por el remedio natural de las aguas, interesándose por sus virtudes, composición, usos, dosificación, indicaciones y contraindicaciones. Del siglo XVII son dos textos de obligada referencia en España, la traducción castellana de la Historia natural de Plinio el Viejo (1629) y El espejo cristalino de las aguas de España (1697) de Alfonso Limón Montero (Urkía Etxabe 2004 : 105). Analizar las materias fue uno de los primeros y evidentes rasgos del desarrollo en el conocimiento humano. Sin duda, así la capacidad de obtención de información de la composición de un producto y relacionarlo con sus posibles aplicaciones ha sido el motor de las Ciencias. En nuestro caso el asociar el olor, 102 | Las aguas del Balneario de Lugo


sabor, color y la temperatura de algunos manantiales con sus efectos beneficiosos para la salud dio origen a la Hidrología Médica. No es difícil pensar que los hidrólogos sabedores de las acciones beneficiosas de las aguas buscaran conocer cuál era su origen, relacionándolo con los componentes químicos disueltos en las mismas. El análisis fisicoquímico de las aguas fue una necesidad para estudiar, clasificar y aplicar los manantiales (Armijo 2010: 131). A lo largo del siglo XVIII tienen lugar importantes descubrimientos científicos de química y física que condujeron a la revolución industrial. Las ciencias de la naturaleza y de la vida iniciaron un cambio importante que les llevó a alcanzar la suficiente madurez como para convertirse en sólidos apoyos para la nueva ciencia médica. Fue, sin duda, el desarrollo de la química, muy especialmente de sus métodos analíticos, lo que habría de producir el mayor avance en el conocimiento de las aguas minerales y sus efectos sobre el organismo. Durante el siglo XVII, sólo se realizaban estudios comparativos, analizando los residuos sólidos obtenidos por evaporación o los líquidos producidos por destilación. El estudio de los gases, que habría de ser el auténtico motor del desarrollo de la ciencia química, ofrecía aún muchas dificultades por la carencia de métodos, técnicas y utensilios para su aislamiento y análisis. El siglo XVIII supondrá la eclosión y valoración del agua medicinal. Las aguas minerales facilitaron el fundamento experimental para muchos de los hallazgos en química. Pioneros de la química como Boyle, Margraff y otros, destilaron agua procedente de manantiales y dieron origen a trabajos continuados de muchos químicos, sobre todo franceses y británicos, para conocer la composición del agua (Sánchez-Soto y Ruiz-Conde 2013). A pesar de los avances en la química, a mediados del siglo XVIII todavía no se conocía la composición del agua y se estaba muy lejos de entender por qué se producían los efectos terapéuticos de las aguas minerales y termales. De Bergman a Cavendish, de Van Helmont a Lavoisier, numerosos químicos encontraron en el análisis de las aguas minerales el camino más corto para localizar y aislar los elementos químicos, para estudiar y describir las reacciones, para lograr descomposiciones y síntesis. Fue Antoine Laurent Lavoisier (Fig. 1) en 1784 el que proclamó pública y solemnemente que el agua estaba compuesta de dos gases, hidrógeno y oxígeno, algo que consideró primordial para explicar las propiedades de esta singular molécula, cuya importancia había sido intuida muchos siglos antes y que resulta imprescindible para comprender los mecanismos de acción de la hidroterapia. En 1800 otros químicos demostrarán que el agua se descompone produciendo dos volúmenes de gas hidrógeno y uno de oxígeno. Rosa Meijide Faílde | 103


Fig. 1. Antoine Laurent de Lavoisier. Fuente: wikimedia

Fig. 2. Portada del libro

Espejo Cristalino de las Aguas de EspaĂąa

de A. LimĂłn Montero (1697).

104 | Las aguas del Balneario de Lugo


Rosa Meijide FaĂ­lde | 105


De ahí la conocida fórmula química del agua como “H2O”. Y sería casi un siglo más tarde, a finales del siglo XIX (en 1884), cuando Svante August Arrhenius publicará la teoría de la disociación electrolítica que explica la composición química de las Aguas Mineromedicinales y las propiedades inherentes que le proporcionan los iones disueltos y que constituyen el fundamento de la Crenoterapia (Armijo Castro 2012: 9-12). De las aguas de Lugo las referencias escritas anteriores al siglo XIX son muy escasas. Y aunque existen algunas evidencias de su uso, solamente encontramos descripciones de las características del agua en dos referencias clásicas: En 1575, en el libro de Ambrosio de Morales aparecen por primera vez las características de las aguas “A cien pasos huele la piedra zufre, y el agua está muy teñida de su color (…)”. Y ya a finales del siglo XVII (1697) en el libro de Alfonso Limón Montero (Fig. 2) se indica que “nace el agua brotando hacia

arriba (…). El calor de dichas aguas es más que templado y hacen encima de sí dichas aguas graso sutil”.

Será en el primer tercio del siglo XIX cuando comiencen los estudios sobre las aguas de Lugo.

1.3. Siglo XIX y principios del siglo XX La hidrología médica alcanza su mayoría de edad en el siglo XIX. Los médicos prescriben aguas minero-medicinales para un sinfín de patologías, si bien cada manantial tendrá una especialización minuciosa, según la enfermedad, la edad, el sexo y la constitución. Las aguas se emplearán en bebida, en duchas, baños, vapores, todo tipo de chorros y una cantidad inmensa de artilugios, desde los más sencillos a los más sofisticados para aplicar agua termal. Existe unanimidad en los historiadores en señalar que la gran expansión de la balneoterapia durante el siglo XIX se produjo por la confluencia de diversos factores de carácter social y científico. Entre estos últimos cabe señalar el desarrollo experimentado por las ciencias, muy especialmente por la geología, la biología, la medicina y la química. Dos fueron los objetivos llevados a cabo respecto a la terapéutica: por una parte, el estudio químico de la composición de los productos naturales así como de sus sustancias activas, y por otra, el análisis fisiológico de los mecanismos de acción. Esto se realizó, sobre todo, a partir de una fructífera relación entre la química y la medicina. En la balneoterapia el conocer la composición del agua pura y más tarde la composición química de las aguas minerales gracias a la disociación electrolítica permitió transformar la hidrología médica en disciplina científica. 106 | Las aguas del Balneario de Lugo


De 1817 data la primera descripción de las características del agua de Lugo, si bien se hace siguiendo métodos científicos muy rudimentarios (Sanjurjo y Mosquera 1817) que transcribimos literalmente: “(...) Agua cristalina, á escepcion de algunas variaciones del

tiempo en que se enturbia, y se pone de color lechoso, hizo

subir el azogue á los treinta grados del termometro de Reaumur, trece grados sobre el temple regular de la admosfera, El gusto de dicha agua es algo fastidioso y nauseabundo, y su olor sulfurio metida una pieza bruñida de plata en ella por algunos minutos adquiere un color cobreño, forma en su superficie una costra grasienta pardusca, y produce en su corriente un sedimento limoso blanquizco, propiedades características de todas las aguas minerales sulfúricas o en las que se mantiene el tufo idrogeno sulfurado, llamadas por Berman Aguas hepaticas, muy recomendables en las enfermedades de la cutis, de los pulmones, en las paralises , y varias otras afesciones, como’ puede verse en los elementos de quimíca de Foürcroy. El ensayo del acido nitroso rojo o famante reactivo el mas poderoso por dicho Autor para descomponer con valentía el tufo hidrogeno sulfurado, y lograr la precipitacion del azufre me lo hizo ver palpablemente… Por lo que respecta á la gravedad especifica de dicha agua mineral, tuve por conveniente el examinarla, sirviendome para ello de un Areómetro de cristal… y he sacado por consecuencia, que la agua destilada es mas ligera que la agua mineral caliente, con la diferencia de medio grano, y la misma después da fría resulta mas ligera que la agua de las fuentes, con tan sola la diferencia de una quarta parte del indicado peso”.

El 4 de abril de 1846 las aguas de Lugo son declaradas las aguas de utilidad pública y será en 1853 cuando D. Antonio Casares Rodríguez (Fig. 3), Catedrático de química en la Universidad de Santiago desde 1836, realice el primer análisis completo de las aguas de Lugo. El análisis se realiza en su laboratorio de la Universidad de Santiago con las muestras de los 4 manantiales que en aquel momento se consideraba que brotaban en el Balneario y será publicado en una memoria al año siguiente, que en años sucesivos será repartido en forma de prospecto. Cuando Antonio Casares realiza el análisis todavía faltaban unos Rosa Meijide Faílde | 107


años para que los avances de la química explicaran el proceso de disolución de las sales por lo que la expresión del análisis la hace en sales y no en iones. El trabajo de Casares consta de una memoria con la situación e historia de estos manantiales, propiedades físicas, examen de los gases desprendidos, análisis de las sustancias orgánicas, análisis cualitativo y cuantitativo de las aguas e indicaciones de las aguas sulfurosas y yoduradas, presentando idéntica composición los cuatro manantiales. Según su trabajo: “Las aguas de los 4 manantiales que se conocían de Lugo nacen a 44, 39, 35 y 30º C. El agua de todos estos manantiales es de la misma naturaleza, su peso específico 1,0003. Brota acompañado de burbujas de nitrógeno puro, Es diáfana, incolora, de olor y sabor de huevos podridos: por el contacto del aire se pone lechosa al cabo de cierto tiempo. El resultado del análisis es el siguiente:

En 1 litro de agua

Sulfuro sódico

0,0190

Sulfato sódico

0,0894

Sulfato cálcico

0,0134

Sulfato magnésico

0,0004

Cloruro sódico

0,0636

Ioduro alcalino

0,0008

Sosa libre o combinada con sílice

0,0605

Sílice

0,0669

Fosfato cálcico y alúmina

0,0005

Bromuro

indicios

La cantidad de sulfuro se apreció con el sulfhidrómeto y por la cantidad de sulfuro argéntico obtenido con el nitrato argéntico amoniacal”.

Posteriormente se publicarán los resultados en varias revistas científicas: En 1853 en el nº 19 de la Gaceta Médica; en los números 137 y 138 del Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia; y en 1855 se publica en el nº 202 del Porvenir Médico. D. Antonio Casares fue uno de los grandes expertos en el análisis químico de aguas del siglo XIX, realizando un importante trabajo experimental en diferentes campos. El laboratorio del prestigioso químico sería el primero en España en utilizar el análisis espectroscópico como técnica instrumental, cuando los alemanes Bunsen y Kirchhoff lo desarrollaron y publicaron en 1860-61. 108 | Las aguas del Balneario de Lugo


El análisis de las aguas de Lugo será repetido por él mismo en 1855 realizando en esta ocasión análisis a pie de manantial. Los nuevos análisis serán publicados en 1855 en El restaurador farmacéutico, y en 1856 en el nº 110 de El Siglo Médico. También este mismo año de 1856, coincidiendo con la finalización de la construcción del edificio paralelo al río y se publicará nuevamente el análisis en el folleto Casa de Baños Minero-Termales de Lugo. El análisis de Antonio Casares será el que año tras año repitan los Médicos Directores del Balneario en sus Memorias anuales. La literatura hidrológico-médica del siglo XIX es exhaustiva y amplísima. Los tratados hidrológicos alcanzan en esta época gran difusión, y la hidrología médica será una de las especialidades con mayor número de publicaciones tanto en revistas científicas, como en folletos informativos y tratados. 40 años después, en 1892, será realizado un nuevo análisis de las aguas por su hijo José Casares Gil, Catedrático de química en la Universidad de Barcelona (Fig. 4). Los análisis serán publicados junto con la memoria del Director médico, Pedro Gasalla en 1894 (Casares Gil 1894). José Casares Gil repetirá el análisis en 1935 (Fig. 5).

1.4. De 1936 a 1990 La etapa de esplendor de los balnearios, que abarca el siglo XIX, finaliza hacia 1930 tras la primera guerra mundial, que supone el cierre y decadencia de muchos de estos establecimientos. La caída del aspecto terapéutico de los balnearios coincide con el momento del desarrollo de la farmacología que destrona la capacidad limitada de las aguas mineromedicinales y la sustituye por potentes fármacos y de acción rápida. A lo largo del siglo XX, especialmente los años que transcurren desde 1940 hasta 1985 todos los balnearios decaen y el de Lugo sigue la misma deriva. No obstante, desde el año 1945 el Balneario mantuvo sus agüistas tradicionales, con médicos directores y sus aguas fueron analizadas en varias ocasiones a lo largo de esos años. Así, en 1955 realizó un análisis Jesús Aravio Torre del CSIC publicando los resultados en los Anales hispano-americanos de Hidrología Médica y Climatología. En 1974 las aguas fueron analizadas por el Instituto Geológico y Minero de España.

Rosa Meijide Faílde | 109


110 | Las aguas del balneario


Fig. 3. Antonio Casares Rodríguez, ca.1850. Imagen cedida por Mª Luisa Losada, autora del libro Antonio Casares Rodríguez. Médico, químico e farmacéutico (2013).

Fig. 4. José Casares Gil, ca. 1930. Imagen de la Biblioteca Virtual de la Real Academia Nacional de Farmacia (RANFE20110006730. Archivo fotográfico Rafael Roldán).

Fig. 5. Análisis de las aguas de Lugo realizado por José Casares Gil en 1892. Rosa Meijide Faílde | 111


1.5. 1990- Siglo XXI A partir de 1990 y coincidiendo con un inicio de un nuevo ciclo ascendente en el uso de los balnearios, las aguas de Lugo se analizarán en múltiples ocasiones. La primera de ellas fue en 1992, en la que el Dr. García Puertas y colaboradores de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense, realizan un análisis que sería incluido en la Monografía de la Real Academia de Farmacia (García-Puertas et alii 1994: 25-33). En 1990 fueron cuantificados los niveles de radón por primera vez por Jesús Soto de la Universidad de Cantabria. En los últimos años se han realizado múltiples análisis por diferentes laboratorios entre los que se encuentran los realizados por la Universidad de A Coruña, la Universidad Complutense de Madrid, los publicados en los Vademecum de aguas mineromedicinales de 2003 y 2010 (Maraver y Armijo 2003 y 2010) y el IGME y GEOCISA en el año 2003. En todos los casos, el estudio detallado de estos análisis muestra la constancia de composición y de temperatura de las aguas de Lugo a lo largo de los siglos.

2. Análisis y clasificación de las Aguas de Lugo (año 1992. Manantial central) Análisis químico

Caracteres generales El agua es (fig. 6): - Limpia

- Color inferior a 1 mg (Pt/Co)

- Olor y sabor: Típico de las aguas sulfuradas conservando el olor a sulfhídrico durante varios días

- Turbidez no sobrepasa las dos U.N.F. Determinaciones Generales Residuo fijo a 110º C

460,9 mg/l

Dureza total

30 mg CO3Ca/l

Residuo fijo a 180º C D.Q.O. (Oxidabilidad al MnO4-) 112 | Las aguas del Balneario de Lugo

442,5 mg/l

6,79 mg O2/l


Constantes Físico-Químicas Temperatura de emergencia

Temperatura del ambiente Temperatura del agua

Densidad

Densidad a 4º C

Densidad a 43,5º C

21º C

43,5º C (en el manantial central)

1,0028 Kg/m3 1,0012 Kg/m3

Índice de refracción a 15º C

1,356

Moliones por litro

0,026

Descenso crioscópico Presión osmótica

0,371 atmósferas

pH

Conductividad Eléctrica Gases disueltos

Oxígeno expresado en O2

Anhídrido carbónico en CO2

Hidrógeno sulfurado en SH2

Nitrógeno expresado en N

Análisis cuantitativo Cationes

2+

Magnesio (Mg ) +

Sodio (Na ) +

Potasio (K ) +

Litio (Li )

7,82

562,3 microsiemens/cm a 20ºC

No tiene

10,5 mg/l

8,4 mg/l

muy abundante

mg/l

2+

Calcio (Ca )

0,03º C

10,40

0,96

130,8

6,71

1,90

Rosa Meijide Faílde | 113


Aniones

Bicarbonatos (CO3H )

Cloruros (Cl )

176,50

-

Carbonatos (CO32 )

No tiene

44,21

-

-

Sulfatos (SO42 )

94,30

-

Bromuros (Br )

12,10

-

Sulfuros (SH )

16,4

-

Fluoruros (F )

9,20

Sílice (SiO2)

Microelementos

mg/l

-

63,50 mg/l

2+

Cobre (Cu )

0,013

2+

Niquel (Ni )

0,007

2+

Zinc (Zn )

0,014

2+

Plomo (Pb )

0,008

2+

Cadmio (Cd )

Hierro (Fe2+)

0,003 0,052

2+

Manganeso (Mn )

0,034

-

Ioduros (I )

0,012

2+

Cromo (Cr )

0,001

2+

Cobalto (Co )

0,006

Concentración iónica De las cifras anteriores se ha deducido la concentración molecular e iónica, expresándola respectivamente en milimoles y milivales por litro. Cationes

Calcio (Ca2+)

Mg/l

2+

Magnesio (Mg ) +

Sodio (Na ) +

Potasio (K ) +

Litio (Li )

10,40

Milimoles Milivales Milivales % 0,2600

0,5200

0,96

0,0395

0,0790

6,71

0,1776

0,1776

130,81 1,90

5,6873

0,2737

114 | Las aguas del Balneario de Lugo

7,7178

1,1726

5,6873

84,4113

0,2737

4,062

6,7376

2,6359

100,0000


Aniones

-

Mg/l

Milimoles

44,20

1,2450

1,2450

18,4785

12,10

0,1504

0,1504

2,2322

Bicarbonatos (CO3H ) 176,50 -

Cloruros (Cl ) 2-

Sulfatos (SO4 ) -

Bromuros (Br ) -

Fluoruros (F )

94,30 9,20

2,8934

0,9823 0,4842

No ionizados

Anhídrido silícico

Radiactividad

Milivales Milivales % 2,8934

1,9646 0,4842 6,7376

42,9440

29,1587 7,1866

100,0000

63,50 mg/l

176 Bq / l de 222Rn en el agua

3. Clasificación de las aguas de Lugo Las aguas minero-medicinales se pueden clasifican atendiendo a diversos criterios: a las propiedades físicas, a la mineralización, a la composición química, a las acciones terapéuticas, al origen geológico, etc. En este caso, clasificaremos las aguas del Balneario de Lugo siguiendo en primer lugar las clasificaciones basadas en las propiedades físicas del agua y especialmente de su temperatura de surgencia, y en segundo lugar atendiendo a su mineralización y concentración iónica. Así, por su temperatura de emergencia son hipertermales; por tener una presión osmótica inferior al plasma sanguíneo son hipotónicas; por tener un residuo seco a 110º C inferior a 500 mg, se trata de un agua de mineralización débil; por tener más de 1 mg/l de azufre reducido son sulfuradas; por su dureza son blandas y por el predominio de sus iones son bicarbonatadas, sulfatadas, sódicas.

4. Efectos sobre el organismo de las aguas de Lugo Las acciones que el tratamiento de las aguas de Lugo van a ejercer sobre el organismo humano van a estar directamente relacionadas con la composición química y características físico-químicas de las aguas, con las vías y técnicas de administración y con los factores coadyuvantes propios de la cura balneoterápica. Algunos de estos aspectos serán tratados en otros capítulos del libro por lo que describiremos brevemente los efectos relacionados con la composición química. Rosa Meijide Faílde | 115


Las aguas sulfuradas sódicas, débilmente mineralizadas, hipertermales, a las que hay que añadir el resto de los factores mineralizantes, van a actuar sobre el organismo mediante diferentes mecanismos de acción. Entre los diversos componentes químicos del agua de Lugo, destacamos el componente sulfurado en primer lugar, ya que la presencia del azufre bivalente reducido en forma de hidrógeno sulfurado SH2 y de iones sulfhidrato SH-, característicos de las aguas sulfuradas, le va a proporcionar unas determinadas acciones terapéuticas comunes a este tipo de aguas. El azufre bivalente reducido puede ser absorbido por vía digestiva, mucosa respiratoria y a través de la piel, con un coeficiente de absorción de 3,2326. Se elimina en su mayor parte como producto de oxidación por vías biliares, intestino, vías urinarias y una pequeña proporción a través de la piel y con el aire espirado en forma de gas sulfhídrico. Las principales acciones farmacodinámicas de las aguas sulfuradas se derivan de la capacidad óxido-reductora del azufre bivalente, participando en múltiples procesos de óxido-reducción a nivel tisular. Aunque no se conocen totalmente sus mecanismos de acción los estudios publicados en los últimos años sugieren que el sulfuro de hidrógeno está implicado en múltiples procesos fisiológicos y patológicos. El uso de la balneoterapia con aguas sulfuradas podría enlentecer el proceso de envejecimiento, ya que se ha observado en varios estudios su capacidad antioxidante, antiinflamatoria, vasorrelajante y modulador de la neurotransmisión a través de mecanismos no totalmente aclarados. Además, las aguas sulfuradas actúan sobre la mucosa de las vías aéreas mejorando sus funciones fisiológicas, ya que fluidifican el moco y mejoran la motilidad ciliar y el trofismo de la mucosa y sobre la piel actúan como agente queratolítico o queratoplástico según la dosis y producen la inhibición de la células de Langerhans de la piel (Meijide-Failde 2006). En reumatología, aunque los trabajos de investigación no son muy abundantes, se han realizado estudios clínicos con aguas sulfuradas en pacientes con artrosis observando un efecto anti-oxidante (Benedetti et alii 2010: 973; Constantino et alii 2009: 161; Benedetti et alii 2009: 106), y mejoría de la movilidad y la calidad de vida de los pacientes (Sukenik et alii 1999: 83). Los estudios in vitro muestran efectos anti-inflamatorios, anti-oxidantes y anti-catabólicos que parecen contribuir a retrasar la degeneración del cartílago articular proporcionando evidencias científicas que apoyan los resultados clínicos (Burguera et alii 2014). Es preciso realizar más investigación para llegar a conocer los mecanismos a través de los cuales actúan las aguas sulfuradas. A los efectos del sulfuro se van a sumar los producidos por los otros elementos mineralizantes presentes en el agua que aunque muchos de ellos están 116 | Las aguas del Balneario de Lugo


Fig. 6. El agua mineromedicinal del Balneario de Lugo recogida en su emergencia. Foto Balneario de Lugo.

en pequeñas concentraciones, presentan acciones específicas. De estas acciones sobre el organismo se derivan las indicaciones terapéuticas de las aguas de Lugo que serán desarrolladas en otro capítulo con amplitud.

5. Conclusiones Desde el primer análisis químico realizado en 1852 las aguas del Balneario de Lugo se analizarán en múltiples ocasiones evidenciando la constancia de sus características físicas y químicas a lo largo de los siglos de uso. Las aguas de Lugo nacen a 43,8ºC, tienen mineralización débil, son sulfuradas y sus componentes principales son bicarbonato, sodio, sulfato, cloruro y fluoruro, responsables de sus efectos terapéuticos. Rosa Meijide Faílde | 117


Lugo. El Balneario. ca. 1904. Fotografía de la Viuda de Ferrer e Hijos. Postal de la colección de J. Reboredo.



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