51 Torneo Internacional del Joropo "Miguel Ángel Martín" - Homenaje a Walter Silva

Page 101

EL CONCURSO

15 propuestas de declamadores, ya que —desde hace un tiempo— el Torneo ha premiado también esa cualidad de hacer de un texto poético una escena sonora. No hay una atadura temática en este evento, hay total libertad. Pero —como decían los papás— libertad no es libertinaje, no se puede ir contra las buenas costumbres, ni ofender la moral, tampoco salirse de los moldes tradicionales criollos. Y otra curiosa, pero necesaria, limitación: el tiempo, los poemas no pueden pasar de seis minutos, los pasajes de cinco, los golpes (¿por qué menos?) de cuatro y medio. Ya está la tinaja en el tinajero, ahora hay que llenarla, ¡a trabajar compositores! Y yo a escribir acerca de lo que ellos crean. Si queremos escribir de compositores, dejemos hablar a sus composiciones. Oigamos ahora a los que llegaron al Torneo. Leamos sus textos, esculquemos en sus frases lo que seguramente destacó el jurado para premiarlos. Y pensemos un poco en el momento por el que atraviesa la creación y en lo divorciados que están los temas ganadores en los festivales de la popularidad o el éxito comercial.

Los golpes: “El Meta es una sonrisa” El golpe llanero, esa rica diversidad de ritmos, de estructuras armónicas de nuestro folclor, está desaprovechada en los eventos competitivos; en ellos —en la mayoría de ellos— se puede cantar pasaje y se puede cantar joropo, y uno goza con la voz pasaje o la voz recia o la afortunada combinación de ambos. Pero no puede saludar uno esa familia bonita del zumba que zumba, la guacharaca, el cacho, san Rafael, gavilán cunavichero y toda su parentela; no los verá presentarse y rivalizar. Nunca me he explicado esa injusticia. No saben los festivales lo que se pierden. En Villavicencio por lo menos existe la opción de usar los golpes, uno o la combinación de varios, para construir un tema inédito, y eso garantiza que la gente escuche y conozca, y que el compositor se obligue a buscar entre esa colorida macolla musical una flor para vestir y adornar su letra. Bueno, a lo que vinimos vamos, entremos en materia. Repito que por los compositores hablarán sus obras, por eso —me disculparán ellos— poco voy a citar sus entrevistas o nuestras conversaciones. Una frustración —lo sé, yo la sufro— es no poder cantar las propias creaciones, pues bien acá dos participantes venezolanos demostraron que la llanera sigue siendo una música de cantautores: Alfonso de La Torre Rodríguez, buen cantante —y mejor coplero— que defendió su tema “Mujeres, llano y parranda” y José Luis Álvarez Guarán que interpretó su sentido homenaje a este departamento, “Meta mágico y grandioso”.

-101-


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.