2 minute read

ROJA

Hasta ahora lo estoy haciendo bien, el ángel está más pendiente de hacerme entrar en razón, que en la joven acostada en su cama – pensó el demonio inflado de soberbia. Ya casi es la hora, lo sé porque la niebla está comenzando a subir y empieza a mostrarse por la ventana entreabierta. Rumió

El demonio, estaba confiado de sus dotes que ya habían conseguido importunar a varios ángeles menores y muchas almas humanas, que se consideraban penitentes y fortalecidas por la fe.

Advertisement

A este le dicen arcángel, pero yo sé que eso solo es un título sin valor, un arcángel no perdería tiempo conmigo. Dedujo el demonio.

Su convicción lo cegaba y siguió hostigando y redobló la violencia. Tenía que mantenerlo ocupado, ya faltaba poco.

Lo que pocos saben, es que, para nosotros, los arcángeles, nada se nos oculta, por lo que los intentos de este demonio de mantenerme ocupado, ya de inicio fueron fallidos, pero quiero mantenerse en ese modo, para reparar, si es posible, la falla anteriormente cometida. Pensó Miguel.

Todo mi ejército está presente, rodeándonos, aunque aún no se manifiestan.

La niebla empezó a subir inexorable y comienza a entrar por la ventana. Las cortinas que no permiten la entrada de la luz de la luna, nada pueden contra ella.

Yo, espero que el portador de la esencia de maldad aparezca. Estoy preparado, a la espera. -Este pensamiento hizo que Miguel, tocara la empuñadura de su espada.

Esta estrategia había sido diseñada junto con el alma de Noelia hace varios años humanos, antes de que ella naciera, y hoy era el día. Esta alma, era fuerte, compasiva, noble y buena; y, a pesar de la juventud de su cuerpo humano, estaba preparada para hacer su aporte. Para él, el arcángel Miguel, era conmovedor la valentía demostrada por esta alma que estaba dispuesta a correr el riesgo de inmolación. Todos eran fuertes hoy, ella, él y cada uno de los ángeles de su ejército.

- Algo me pasa, no puedo dormirme, aunque cierre los ojos me siento inquieta, dijo en voz alta Noelia, mientras salía angustiada del sopor del sueño.

-Qué es esa luz? Casi gritó

Una luz roja fuego empezaba a entrar. Saltó de la cama y, quiso correr a cerrar la ventana, pero en ese preciso instante entro una enorme figura. El calor le azotó el cuerpo y la hizo caer al suelo. El olor le quemaba la nariz, casi no podía respirar, tampoco podía abrir los ojos, sentía que sus manos se quemaban mientras trataba de cubrir su cabeza.

La voz le retumbó en sus oídos:

¡Vine por ti! La potente voz explotó en su cabeza, inundándola de terror.

Miró, a pesar que le ardían los ojos. La figura estaba parada imponente ante ella, de un rojo casi negro, un olor que de tan desagradable la mareaba, los ojos de fuego de la bestia, buscaban taladrar los suyos; la expresión era de odio y poder, de prepotencia y desprecio. El cuerpo parecía de piedra encendida, pesado, rudo y tosco; la cabeza tenía sendos cuernos enormes y torcidos formando círculos amenazantes, tenía sus manos vacías, listas para apoderarse de lo que pretendía como propio.

Es la hora, dijo. Miguel lo vio llegar y dejó que Dashit se manifestara, soberbio, pero ingenuamente confiado. El arcángel tranquilo, solo esperaba el momento, confiaba en cada uno de sus ángeles, los había seleccionado personalmente y había sido muy estricto. Cuando la bestia ya estaba sobre Noelia, solo levantó su espada y la malla de enormes dimensiones cayó sobre el demonio y al unísono, el ejército de ángeles se arremolinó sobre la bestia que se debatía con toda la fuerza de su esencia maligna, fuerza que fue insuficiente para derrotar a la energía angelical.

La ventana abierta permitió que los primeros rayos del sol cayeran sobre el rostro de Noelia. Abrió los ojos, y sintió fuego en ellos, las imágenes de lo ocurrido acudieron a su memoria, o ¿fue un sueño? Se levantó parsimoniosamente de la cama, el cuerpo le dolía, las manos en puños, también le ardían y al abrirlas vio que aún sostenía el regalo de la cocinera.

This article is from: