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El resultado de la constancia

Estamos en 2023, el tiempo no tiene la menor intención de detenerse y los días que se suceden uno después de otro nos permiten ver, por fin, el producto terminado que se gestó el año anterior, la sexta edición de la revista Somos Palabra, del Área de Cultura de Bienestar Institucional. Poco a poco vamos retomando el ritmo que la pandemia nos alteró y, poco a poco, volvemos a poner en marcha este proyecto que nació hace ya algunos años y que crece en acogida por parte de los tomasinos, y en calidad por parte de los proponentes, pues cada año invitamos, a través de convocatoria, a toda la comunidad a participar con sus textos en las categorías de cuento, poesía y crónica a hacer parte de nuestra publicación, de esta hija de Bienestar Institucional.

Creemos en la palabra escrita, creemos en la escritura como medio de comunicación y también como camino, sublimación, exorcismo, expiación, etc., cualquier motivo que el escritor tenga para poner palabras en papel y decirle al mundo lo que tiene que decir, ya sea como narración, verso o relato de hechos, pues siempre hay algo que queremos comunicar y siempre hay alguien que quiere “escuchar” a través de la lectura, lo que ese obrero de las palabras quiere decir cuando construye una estructura formada por letras debidamente ordenadas. Creemos en la necesidad de escribir y leer para edificarnos como personas, como ciudadanos y como seres sociales. Creemos en la escritura como lazo, vaso comunicante que nos conecta con el otro más allá del tiempo y del espacio, pues hay quien dice que la palabra muere al decirse pero se inmortaliza al escribirse.

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Este año se han recogido los mejores textos escritos, los ganadores y aquellos que, humildemente creemos, merecen ser publicados, y los ponemos aquí, en esta revista que usted ahora tiene en sus manos, para que esa voz que nace en la mente del desconocido escritor, llegue a usted, atrevido lector, y haya comunicación, reciprocidad y reconocimiento del otro gracias a la palabra.

Nuestro camino sigue y esperemos que, en futuras ediciones, el trabajo de los jurados de la convocatoria y curadores de la revista, sea cada vez más difícil, al punto de que duela dejar textos por fuera de cada publicación. Seguiremos descubriendo escritores, obreros de palabras, hacedores de historias que, desde todas las dependencias de nuestra comunidad tomasina, nos alimenten con su obra y enriquezcan, cada año, las publicaciones de nuestra querida Somos Palabra.

Alejandro Campos Instructor de Teatro y Escritura Creativa, Departamento Promoción y Bienestar institucional

Soy un ser hecho de palabras. Construido con palabras.

Armado con palabras amorosas.

Endurecido con palabras fuertes.

Con marcas de cicatrices por las palabras de odio.

Agrandado con palabras zalameras, aduladoras y mentirosas.

Empequeñecido, a veces por palabras verdaderas, a veces por palabras cargadas de envidia.

Sorprendido por palabras casuales.

Amasado con palabras dulces y saladas.

Agradecido por palabras abrazadoras.

Amado por palabras apasionadas.

Destrozado por palabras asesinas.

Reconstruido con palabras de consuelo y confianza.

Moldeado por palabras honestas y decentes.

Indignado por palabras viles, sucias, podridas.

Influenciado por palabras convincentes.

Decepcionado por palabras falsas.

Desmembrado por palabras cortantes, filosas, certeras y precisas lanzadas por bocas expertas en el arte del destajo.

Condenado por palabras inquisidoras y sospechosamente moralistas. Atrapado por palabras envolventes.

Atiborrado de palabras condescendientes…

Soy un ser hecho de palabras.

Palabras grandes y pequeñas, fuertes y débiles, blancas negras y de todos los colores, pero al fin y al cabo palabras que nadie lee, que nadie oye, que nadie dice.

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