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Entrevista

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"Me he llevado toda la vida trabajando por las clases humildes trabajadoras, intentando ser altavoz de sus necesidades"

manueL romero méndez

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Mención al Mérito Social por su Trayectoria Profesional

Manuel Romero Méndez ha sido muchas cosas en sus noventa años de vida, pero en todas sus facetas siempre se ha repetido una misma constante: la lucha por los derechos de los más débiles. Como él dice “alguien tenía que hacerlo”. El pasado 17 de diciembre recibió en el Senado el reconocimiento a su trayectoria profesional dentro de los Premios Mérito Social del Consejo General de Graduados Sociales de España. Podría haber sido un bonito colofón, pero para Manuel solo es un punto y seguido, porque mientras tenga fuerza seguirá trabajando por los más humildes.

A propuesta de este Colegio Oficial, el pasado mes de diciembre recibía en el Senado la Mención al Mérito Social por su trayectoria profesional que entrega el Consejo General de Graduados Sociales de España. ¿Qué ha significado este galardón para usted?

Para mi ha sido una satisfacción muy grande que se me reconozca mi trayectoria profesional y mi lucha por los más débiles a mis noventa años. Aunque he recibido otros premios como el que me dio la Junta de Andalucía en Almería, poco se ha reconocido el duro trabajo que hago contra las injusticias, que es también lo que hacen los graduados sociales. Me he llevado toda la vida trabajando por las clases humildes trabajadoras, intentando ser altavoz de sus necesidades porque a ellos nunca se les ha escuchado.

A lo largo de su vida ha trabajado incansablemente por sus compañeros tanto desde el comité de empresa de TUSSAM, como de repartidores de ABC, entre otras funciones. ¿Puede contarnos cuáles eran sus funciones en la defensa de los derechos de los trabajadores y qué logros se consiguieron? ¿Qué hitos más significativos resaltaría de su trayectoria profesional?

A lo lago de mi carrera he ayudado a negociar los convenios colectivos de mis compañeros como hice cuando estaba en Tranvías de Sevilla o cuando me mandaron a Madrid para negociar con los Jurados de Empresa el Convenio Colectivo de los repartidores de ABC. Fue una negociación muy dura la que vivimos en la calle Serrano, yo denuncié las injusticias salariales que había en Prensa Española y conseguimos muy buen resultado.

El Convenio que negociamos para los trabajadores de TUSSAM también fue duro. Había muchas injusticias heredadas de épocas pasadas del franquismo y había verdaderas dictaduras dentro de las propias empresas. En la empresa de Transportes Urbanos de Sevilla, por poner un ejemplo, un cobrador que llevaba un pajarito lo sancionaban solo por eso y le iban acumulando ex-

pedientes para facilitar luego los despidos. Y todo eso había que denunciarlo para que no ocurriera y fue un trabajo muy duro y complicado. En Madrid me tuvieron que firmar un permiso sindical para que la empresa no me pudiera despedir y me permitieran ir a las negociaciones sin despedirme. Antes ser libre costaba mucho, pero no te quedaba más remedio porque alguien tenía que hacerlo Pero me queda la satisfacción que al final conseguimos dos buenos convenios colectivos para los compañeros tanto de Tranvías de Sevilla como de repartidores de ABC.

¿Cómo han cambiado las relaciones laborales que usted vivió cuando trabajaba con la actualidad? ¿Y respecto a la incorporación de la mujer en el mercado laboral?

Las relaciones laborales han cambiado muchísimo para mejor, hay una serie de derechos que antes no existían y ahora la gente no valoran porque lo ven natural. Antiguamente te podían despedir en cualquier momento y no tenías donde acudir. Otro aspecto que ha mejorado muchísimo es el papel de la mujer en el mundo del trabajo. Yo me quedo sorprendido y encantado cuando veo como el otro día a mujeres en el Senado con cargos de máxima responsabilidad como la ministra de Trabajo o de Justicia que representan como máxima autoridad a un país. Cuando yo era joven la mujer no tenía ningún derecho en materia social y laboral, había una desigualdad muy grande y eran a las primeras que se le ponía el veto. Mucha gente no son lo suficientemente conscientes de la importancia de leyes como las de la paridad. Muchos jóvenes no tienen ni idea de esto, pero no hace tanto. No te hablo de los cuarenta, que eso ya era criminal, sino que te hablo de los años setenta. Han mejorado muchísimo las condiciones de los trabajadores, pero todavía queda mucho por hacer. No se ha conseguido la igualdad plena de los trabajadores y todavía hay muchas injusticias contra las que hay luchar y situaciones que hay que mejorar. Estaría bien que volvieran los Jurados de Empresa que como mínimo debían tener una reunión al mes y allí se exponían las reivindicaciones de los trabajadores que eran justas y olvidadas y la empresa las reconocían y se mejoraba

En la actualidad trabaja en la defensa de los derechos de las personas mayores. ¿Qué papel juegan en la sociedad y qué podrían aportar en el ámbito laboral?

Pueden aportar muchísimo. Hay que privilegiar y fomentar la vejez activa. Aprovechar la experiencia y la vida que pueden ofrecernos como el mejor de los capitales. Nos pueden mostrar todo el conocimiento aprendido y ponerlo a disposición de los más jóvenes para que estos aprendan. He recorrido muchos sitios defendiendo los derechos de los mayores en diferentes asociaciones y quieren que se les tengan en cuenta y que no se les olvide. Los jóvenes deberían conocer qué piensan y qué sienten las personas mayores que están en las residencias. Lo que necesitamos los abuelitos es que vengan a vernos, que no se olviden de nosotros, eso es lo que más necesitamos. Cuanto mayor es una persona, mayor necesidad tiene. Tenemos que importar el modelo de otras residencias europeas como las que hay en Ámsterdam. Un modelo donde motivan a los mayores y los mantienen activos y acompañados, porque si no se hace así las personas mayores pierden la memoria y eso es el fin y necesitamos mayores que ayuden a defender los derechos de los mayores. Las residencias no pueden ser un negocio, deben estar en manos del Estado que es lo verdaderamente democrático, no pueden estar en manos de un explotador.

Dicen que los viejos rockeros nunca mueren. ¿Cuáles son sus próximos retos?

Eso es una gran verdad. Como yo soy un enamorado de los transportes urbanos de Sevilla, mi próximo reto es entrar en el Consejo de Administración de Tussam para aportar toda mi experiencia que redundará en la mejora del servicio al ciudadano. Yo lo he solicitado a mi amigo Juan Carlos Cabrera. Quiero en la última etapa de mi vida estar en el Consejo de Administración para exponer cosas que son interesantes para los usuarios. Ahora no sé si tendré la suerte, pero yo no me rindo. No decaigo y sigo en la lucha.

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