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Epicondilitis en la Medicina del Trabajo.
Mucho más que un problema deportivo.
Casi todos hemos oído hablar en los medios de comunicación de que un famoso deportista sufría un “codo de tenista” y debería descansar unos días. Realmente se estaba hablando de que ese deportista sufría una epicondilitis.
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Las epicondilitis son patologías de aparición frecuente que se relacionan con actividades realizadas tanto en el trabajo como fuera de él. Abarca dos tipos de patologías dependiendo de la ubicación anatómica de la lesión: epicondilitis medial o epitrocleitis, también conocida como “codo de gol sta” y epicondilitis lateral o “codo de tenista”.
Estas alusiones deportivas hacen pensar en el origen extralaboral exclusivo de estas patologías, pero en realidad su incidencia es mayor en la población general que en la deportiva: aproximadamente el 90 % de los casos ocurren fuera de la participación deportiva.1
Aunque la ubicación anatómica diferencia dos patologías; la forma en que se producen, los síntomas, el tratamiento y la prevención son similares para ambas, por lo que hablaremos de las dos con el término “epicondilitis”.
La epicondilitis como patología laboral puede tener su origen en un accidente de trabajo o en una enfermedad profesional. En este último caso, a pesar de presentarse frecuentemente, existen di cultades para determinar su origen laboral.
Esta patología es un reto dentro de la medicina del trabajo debido a su alta prevalencia, su presentación no exclusiva del mundo laboral, la multifactoriedad en su origen, las di- cultades que implica relacionarla con las tareas desarrolladas en el trabajo y las medidas preventivas a implantar para evitar su aparición.
Definici N Y Origen De La Enfermedad
Los epicóndilos son prominencias óseas del codo que se palpan fácilmente en los lados medial y lateral de la articulación. El epicóndilo lateral es el origen de los músculos que se encargan de la extensión de la muñeca y de la supinación del antebrazo (girar el antebrazo desde la línea media hacia afuera) y el epicóndilo medial es el origen de los músculos exores de la muñeca y de los pronadores del antebrazo (músculos que giran el antebrazo hacia la línea media).
Históricamente esta patología se agrupó dentro de las tendinitis. El su jo “itis” implicaba que la in amación era la causa principal en el proceso, pero numerosos estudios evidenciaron que la causa en la mayoría de los casos, es una respuesta de curación fallida dentro del tendón tras “microtraumatismos” que se traduce en cambios bróticos y neovascularización, con cambios in amatorios de mínima intensidad.2
Por esta razón, la epicondilitis se de ne como dolor en la articulación del codo secundario a una alteración estructural del tendón que se inserta en el epicóndilo ya sea lateral o medial, debido a sobreuso y microtraumatismos repetidos.
Existen factores de riesgo ocupacionales que se han relacionado con la aparición de epicondilitis como son los movimientos repetitivos asociados a posturas de exión y extensión del codo, así como de pronación, supinación, extensión y exión de la muñeca, y la fuerza ejercida al realizar extensión y exión del antebrazo.3
Epidemiolog A
La epicondilitis es una de las lesiones más frecuentes del miembro superior. La incidencia en la población general es de 1 al 3%.4
El riesgo de padecer esta patología es igual entre hombres o mujeres. En más frecuente entre los 30 a 50 años y es una patología predominantemente unilateral, especialmente del brazo dominante.5
En el 20% de los casos de epicondilitis, la causa es un traumatismo directo o indirecto de la zona. La mayoría se relaciona con la realización de movimientos repetitivos y microtraumatismos4 por lo que es una patología que podría ser considerada como una enfermedad profesional y está incluida dentro del cuadro de enfermedades profesionales (Real Decreto 1299/2006 de 10 de noviembre).
Según datos del “Estudio descriptivo de enfermedades profesionales” realizado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) en 2014, las epicondilitis fueron las patologías más frecuentes, correspondiendo al 35,8% de todas las enfermedades profesionales noti cadas en el periodo 2007 a 2012.

Estos datos se relacionan también con los obtenidos en el “Estudio epidemiológico de las enfermedades profesionales en España (1990 - 2014)”, del Ministerio de Sanidad, que indica que entre 2001 y 2014 los casos de epicondilitis y epitrocleitis fueron los que presentaron una mayor tasa de incidencia acumulada (39,6 casos por 100.000 asalariados/as) de todos los procesos incluidos en el grupo de las enfermedades tendinosas y peritendinosas del cuadro de enfermedades profesionales.
Nota. De: “Estudio descriptivo de enfermedades profesionales,” por M. Zimmermann Verdejo, 2014, Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, p. 36.
VISIÓN DESDE LA MEDICINA DEL TRABAJO
Vigilancia de la salud.
Es una actividad propia de la medicina del trabajo que identi ca los problemas de salud causados dentro del ámbito laboral y considera intervenciones a nivel preventivo. El médico del trabajo a través de sus conocimientos clínicos y técnicos, observa las repercusiones que puedan tener las condiciones de trabajo sobre la salud y detecta cambios en el estado de salud de los trabajadores.
La principal actuación (y la más conocida) de la medicina del trabajo dentro de este campo es la realización del reconocimiento médico, por medio del cual el médico realiza una valoración de la salud del trabajador y la relaciona con la exposición a los riesgos presentes en su puesto de trabajo, de nidos en la evaluación de riesgos.
Estos reconocimientos se basan en la aplicación de los “Protocolos de vigilancia sanitaria especí ca de los traba- jadores” elaborados por el Ministerio de Sanidad y Consumo.
Cuando, según la evaluación de riesgos se realicen tareas que impliquen riesgo de padecer epicondilitis, como movimientos repetitivos de extremidades superiores y/o posturas forzadas, se valorará en el reconocimiento la presencia de signos y síntomas compatibles, con el objetivo de realizar un diagnóstico precoz, proporcionar el tratamiento médico adecuado e implantar medidas preventivas9, además de noti car la sospecha del origen laboral de la patología a la entidad gestora de la contingencia profesional.
Enfermedad profesional.
A pesar de la alta prevalencia de esta patología, existen varias di cultades al momento de establecer su origen laboral.
En el caso del accidente de trabajo, al ser un evento inmediato donde es evidente el origen laboral del daño producido, no hay discusión en el origen laboral, pero más inconvenientes entrañan a la hora de determinar el origen profesional de una patología.
El cuadro de enfermedades profesionales de ne como factores de riesgo ocupacional asociados a la aparición de epicondilitis, los trabajos que requieran movimientos de impacto o sacudidas, supinación o pronación repetidas del brazo contra resistencia y movimientos de exo extensión forzada de la muñeca.
Para valorar la realización de estas actividades de riesgo dentro del trabajo es necesario disponer de un análisis de tareas, es decir, un documento que describa las tareas realizadas y su duración dentro de la jornada laboral. Establecer la relación de causalidad entre el cuadro clínico y los factores de riesgo presentes en el trabajo en muchas situaciones es complicado, especialmente en lo que a tiempos de exposición se re ere.
Otro punto que ofrece di cultad a la hora de determinar el origen laboral de estas patologías, es el hecho de que la exposición de un grupo de trabajadores a factores en el caso de la enfermedad profesional, se deben cumplir criterios no solamente médicos sino también técnicos.

El artículo 157 de la Ley General de la Seguridad Social, de ne la enfermedad profesional como la contraída a consecuencia del trabajo, tras la realización de las actividades que se especi can en el cuadro de enfermedades profesionales (aprobado en el Real Decreto 1299/2006 de 10 de noviembre) y provocada como consecuencia de la acción de elementos o sustancias indicadas en dicho cuadro.
Para que una patología sea considerada como enfermedad profesional debe cumplir con criterios diagnósticos, criterios de relación laboral, no presentar circunstancias fuera del trabajo que puedan ser la causa de la enfermedad (factores extralaborales) y estar listada dentro del cuadro de enfermedades profesionales.
De estos criterios, la demostración de la relación laboral y la presencia de factores extralaborales son los que de riesgo que originan epicondilitis, no va a producir la enfermedad en todos ellos, y los que enfermen, no lo harán al mismo tiempo ni con la misma intensidad. Aquí entran en juego factores como la variabilidad biológica y la multicausalidad a la hora de desarrollar una enfermedad.
Por otro lado, existen factores extralaborales que pueden ser la causa de la epicondilitis. Ya sean aspectos propios del trabajador como patologías o condiciones concomitantes o la realización de actividades fuera del contexto laboral que entrañen riesgo para la generación de epicondilitis.
Se ha considerado que los desequilibrios entre los músculos exores y extensores del antebrazo y la presencia de exibilidad articular, son factores previos del individuo que predisponen a la presentación de una epicondilitis. De igual manera, la práctica deportiva de golf, tenis, pádel, esgrima, jabalina, son causas extralaborales de esta patología.
Prevención.
Es necesario implementar medidas en el trabajo con el n de reducir el riesgo de padecer epicondilitis. La aplicación de medidas técnicas y organizacionales es fundamental para prevenir patologías de este tipo en el medio laboral.
Las medidas que se aplican al trabajo y a su entorno, como el rediseño del espacio de trabajo y de los equipos de trabajo son medidas de tipo técnico. Dentro de estas se pueden plantear la mecanización y automatización de la producción, la reestructuración del trabajo variando las tareas y reduciendo el tiempo de exposición a actividades de riesgo.
Para disminuir los sobreesfuerzos musculares y las posturas forzadas, se debe educar al paciente sobre la forma de realizar trabajos que requieran fuerza con la mano e indicarle que se debe mantener la mano en posición neutra (en línea con el antebrazo) y el codo en ángulo recto e intentar reducir la intensidad del esfuerzo.
Se debe evitar el uso de herramientas que requieran posiciones articulares forzadas, uso excesivo de la fuerza y movimientos repetitivos de las muñecas y los antebrazos. Utilizar herramientas que permitan el uso de la fuerza de los brazos en lugar de las muñecas.
En cuanto a las medidas organizacionales es necesaria la implantación de rotaciones que favorezcan la alternancia o cambio de tareas, para que se utilicen diferentes grupos musculares y así se disminuya la exposición al riesgo.
Y, por último, se recomienda la realización de pausas y de ejercicios que relajen el sistema osteomuscular, principalmente de aquellos grupos musculares usados, en este caso, los exo extensores del codo y los prono supinadores de la muñeca.
Conclusiones
La epicondilitis es una patología con alta prevalencia, especialmente en el medio laboral, principalmente por la exposición a movimientos repetitivos y posturas forzadas del miembro superior en el trabajo.
La medicina del trabajo se ocupa de los aspectos que intervienen en el binomio trabajo - salud y su actividad va desde la vigilancia de la salud hasta la prevención en el medio laboral.
En el caso de la epicondilitis, con la vigilancia de la salud se valora la in uencia que tiene la realización en el trabajo de movimientos repetitivos y posturas forzadas del miembro superior, aplicando protocolos especí cos buscando la presencia de signos y síntomas sugestivos de epicondilitis.
Esta actuación deriva en la aplicación de medidas preventivas y en el caso de presencia de la patología, la declaración de la sospecha de enfermedad profesional.
El estudio de la epicondilitis como enfermedad profesional entraña una serie de di cultades especialmente a la hora de determinar la relación laboral del proceso y la valoración de factores extralaborales que puedan ser la causa de la enfermedad.
Estas di cultades no solo hacen que la determinación de la laboralidad de una epicondilitis requiera una valoración individualizada, sino también hacen necesaria la combinación del conocimiento médico y técnico que puede aportar la medicina del trabajo en este campo.
Bibliografía
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